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a Pe E] Evangelio segun Lucas as Joseph A. Fitzmyer ~ = Ly EDICIONES CRISTIANDAD EL EVANGELIO SEGUN LUCAS IV TRADUCCION Y COMENTARIO Capitulos 18,15-24,53 JOSEPH A. FITZMYER E EDICIONES WJ CRISTIANDAD © Este libro fue publicado por Doubleday & Company, Inc. New York, II 1986 ‘Titulo original: THE GOSPEL ACCORDING TO LUKE ‘Traduccién de DIONISIO MINGUEZ Primera edicién: 2005 Derechos para todos los pafses de lengua espafiola en EDICIONES CRISTIANDAD, S. A. Madrid 2005 ISBN: 84-7057-395-0 (Obra completa) ISBN: 84-7057-477-9 Depésito legal: M. 35.711-2005 Printed in Spain Anzos, S. L. - Fuenlabrada (Madrid) IL. CONTENIDO NARRACION SINOPTICA DEL VIAJE. cssssessssssssssssessessensenseneneeee 11 119. Jestis bendice a unos nifios (18,15-17) V1 120. Jestis y el joven rico (18,18-23) ........ 18 121. Riqueza y recompensa del discfpulo (18,24-30) 27 122. Tercer anuncio de la Pasién (18,31-34) ...... 35 123. Curacién de un ciego cerca de Jericé (18,35-43) 42 124. Zaqueo (19,1-10) 53 125. Pardbola de las diez onzas (19,11-27) 68 V. MINISTERIO DE JESUS EN JERUSALEN 126. Entrada triunfal en el templo de Jerusalén (19,28-40).. 91 127. Llanto sobre Jerusalén (19,41-44) ... 109 128. Purificacién del Templo (19,45-46) . 119 129. 130. 131. 132. 133. 134. 135. 136. 137. 138. 139. 140. 141. 142. Reacci6én de las autoridades a las ensefianzas de Jesds (19,47-48) 131 Se euestiona la autoridad de Jestis (20,1-8) . . 134 Pardbola de la vifia y los perversos labradores (20,9-19) . 143 El tributo debido a Dios y al César (20,20-26) 161 Problema sobre la resurreccién (20,27-40) ..... 175 El Hijo de David (20,41-44) 191 Denuncia de los doctores de la ley (20,45-47) 202 La limosna de la viuda (21,1-4) .... 207 Predicci6n de la ruina del templo (21,5-7) 212 Sefiales precursoras del fin (21,8-11) .. 227 Advertencia sobre la futura persecucién (21,12-19) ... 234 La devastaci6n de Ferusalén (21,20-24) ... 240 La venida del Hijo del Hombre (21,25-28) 249 La parabola de la higuera (21,29-33) 254 Il. Tl CONTENIDO 143. Conclusién: exhortacin a la vigilancia (21,34-36) ..... 259 144. El misterio de Jestis en Jerusalén (21,37-38) .. 263 VI. EL RELATO DE LA PASION . EL RELATO DE LA PASION 271 ELEMENTOS FUNCIONALES EN EL RELATO DE LA PASION ....... 275 EL RELATO DE LA PASION, SEGUN SAN LUCAS ........csesseeeeeses 281 287 A. Acontecimientos preliminares 145. Conspiracién de las autoridades (22,1-2) 287 146. La traicién de Judas (22,3-6) 294 147. Los preparativos para la cena de Pascua (22,7-14) ..... 299 148. La tiltima cena (22,15-20) aoe 149. Jestis predice la traici6n de Judas (22,21-23) 150. La funcién de los discfpulos y su situacién en el reino (22,24-30) wa 352 151. La prediccién de las negaciones de Pedro (22,31- 34) 366 152. Las dos espadas (22,35-38) 378 345 B. Pasién, muerte y sepultura de Jestis ..........seesseeeseeeeeeee 387 153. La oracién en el Monte de los Olivos (22,39-46) .. 387 154. El Prendimiento de Jestis (22,47-53) 404 155. Las negaciones de aman ante el gran consejo (22,54-71) 156. La comparecencia de Jestis ante Pilato (23,1-5) 157. Jestis ante Herodes (23,6-12) .. 158. La sentencia de Pilato (23,13-16) .. 159. Jestis entregado a la crucifixién (23,18-25) 160. Camino de la cruz (23,26-32) 161. La crucifixién (23,33-38) .. 162. Los dos malhechores crucificados (23,39-43) 163. La muerte de Jestis (23,44-49) ... 164. La sepultura de Jestis (23,50-56a) 414 442 453 462 468 478 488 499 507 524 165. 166. 167. 168. 169. CONTENIDO 9 VII. EL RELATO DE LA RESURRECCION Las mujeres y el sepulcro vacio (23,56b-24,12) ........ 539 La aparicién de Jestis en el camino hacia Ematis (24, 13-35) La aparicién de Jestis a los discfpulos en Jerusalén (24, 36-43) El encargo final de Jestis (24,44-49) La ascensién de Jestis al cielo (24,50-53) II. NARRACION SINOPTICA DEL VIAJE 119. JESUS BENDICE A UNOS NINOS (18,15-17) 18 '° La gente solfa acercarle nifios pequefios para que los acaricia- ra. Al verlo, los discfpulos les regafiaban. '® Pero Jestis les invité a que se los trajeran, diciendo: —Dejad que se me acerquen los nifios y no se lo impidais, porque los que son como ellos heredardn el Reino de Dios. !7 Os aseguro que el que no acepte el Reino de Dios como un nifio, no entraré en él. COMENTARIO GENERAL Terminada la insercién de materiales procedentes de «Q» y «L» en su extensa narraci6n del viaje de Jestis a Jerusalén, Lucas recupera el ritmo del relato de Mc. Sin embargo, este episodio, en el que se cuenta cémo Jests bendijo a unos nifios pequefios (18,15-17) no corresponde al pasaje con que el evangelio segtin Marcos da comienzo a su narra- cién del viaje, que empieza en Mc 10,1-12 con una discusién entre Je- stis y los fariseos sobre el divorcio. Lucas omite este pasaje, porque ya ha mencionado en 16,11 la prohibicién del divorcio, segin la forma que tenfa en «Q» (cf. III, 737-743). (Sobre su tendencia a evitar duplica- dos, véase I, 146) En lugar de eso, Lucas pasa inmediatamente al se- gundo episodio de la narracién de Marcos (Mc 10,13-16), que cuadra mejor con el contexto del tiltimo dicho de Jesés en 18,14b, que cierra la parabola del fariseo y el recaudador. De ese modo se presenta de for- ma distinta la necesidad de humildad en la vida cristiana. Lo mismo que el recaudador, al confesar humildemente su pecado, fue el tinico que bajé a su casa reconciliado con Dios, asf ahora, el que acepta el Reino de Dios como un nijio es el Gnico que podré entrar en él. 12 NARRACION SINOPTICA DEL VIAJE Lucas sigue con bastante fidelidad el relato de Marcos sobre la bendi- cién de los nifios por parte de Jestis (cf. Mt 19,13-15). Sin embargo, omite algunos detalles, como el enfado de Jestis y sus muestras de afecto (cf. I, 165-166). Es mds, en ocasiones mejora el estilo griego de su fuen- te, por ejemplo, con el empleo de brephé («bebés») en el v. 15a, en lugar de paidéa («nifios»), que es el término empleado por Marcos (Mc 10,13), aunque conserva este ultimo en el v. 16b. Ademis, en el v. 15b, aplica el participio idontes («al ver[lo]») a los discfpulos, mientras que en Mc 10,14, el participio va en singular, zdén, y se refiere al propio Jesus. Fi- nalmente, suprime las manifestaciones de afecto resefiadas en Mc 10,16, que también sufren una alteracién en Mt 19,15. T. Schramm (Markus- Stoff, 141) califica este episodio como «propio material de Marcos», por su divergencia con Mateo, frente a Marcos, en la «triple tradicién», y por la ausencia de semitismos o de matices peculiares de Lucas. Por otra parte, hay que notar que Lucas mantiene la formula amén lego hymin (v. 17), tal como aparece en Mc 10,15. En el Evangelio segtin Tomds se ha conservado otra versién del mismo episodio: «Jestis vio unos nifios que estaban siendo amamanta- dos, y dijo a sus discfpulos: “Esos nifios de pecho son como los que entran en el Reino”. Ellos le preguntaron: “Si nos hacemos como esos nifios, ¢podremos entrar en el Reino?” Jestis les contesté: “Si de dos hacéis uno, si configurdis el interior como el exterior y el exterior como el interior, y lo alto igual que lo bajo; si reducfs varén y hembra a una sola unidad, de modo que el varén ya no sea varén ni la hembra sea hembra, y ponéis ojos en lugar de un ojo, mano en lugar de mano, pie en lugar de pie, imagen en lugar de imagen, entonces entraréis [en el Reino]”» (EvTom § 22). Esta versién parece remotamente inspirada por el dicho sindptico de Jestis sobre los nifios y el Reino, pero se tra- ta de una elaboracién posterior que pretende afirmar la doctrina gnés- tica sobre la unidad primordial. Para més detalles, véase J.-E. Ménard, L’Evangile selon Thomas, 113-115; H. C. Kee, «Becoming a Child in the Gospel of Thomas»: JBL 82 (1963) 307-314. Desde el punto de vista de la historia de las formas, Bultmann (HST 32) clasifica el episodio como «declaracién» de Jestis, o «apotegma bio- grafico». Sin embargo, se resiste a interpretar la expresién del v. 16: «los que son como ellos», con ayuda del dicho que se recoge en el v. 17. Para él, este versiculo representa «un dicho del Sefior, originariamente auté- nomo», que se ha introducido en este contexto, aunque realmente per- tenece a otra etapa del ministerio ptiblico de Jestis. La hipétesis es bas- JESUS BENDICE A UNOS NINOS. 13 tante plausible; pero la idea de que el episodio entero surgié del dicho resefiado en el v. 16, a imitacién de la historia del rechazo de la mujer sunamita por Eliseo y Guejazi en 2 Re 4,27, y en «analogfa con un rela- to rabinico», es demasiado rebuscada (y aunque el tiltimo dicho haga re- ferencia a Rabi Aqiba, esta tomado del Talmud babildénico, b. Ketub. 63a, o b, Ned. 50* [Str-B 1.808}). La adicién de un dicho profético ais- lado y de car4cter conminatorio sugiere que Lucas sigue el relato de Mc, y aplica a los adultos lo que el texto originario decfa sobre los nifios. Por su parte, también V. Taylor (FGT 72, 148) considera el episodio como una «declaracién». (cf. FGT 43.44.48 [entre los paradigmas]). En su forma actual, el relato presenta a Jestis ocupado en atender a unos nifios, mientras rechaza la reaccién de sus discfpulos con respecto a ellos. No se especifica la raz6n por la que los discfpulos trataban de re- chazar las pretensiones de los padres que llevaban sus nifios a Jestis, pero parece obvio que se debié a su falta de comprensién de la actitud de Jesis y de s 1 posible relacién con los nifios. En la recensi6n de Lucas, Jesis Ila- may .coge a los nifios, repitiendo palabra por palabra la tolerancia que se expre sa en Mc: «Dejad que se me acerquen los nifios... porque a los que son c mo ellos les pertenece el Reino de Dios». Jestis no permite que los discfpulos les impidan acercarse, porque a esos que la sociedad humana considera pequefios les estd reservado el acceso al Reino de Dios. El di- cho que se afiade en el v. 17 deduce de la presencia de los nifios una nue- va lecci6n. Habra que reconocerlos no sélo como ciudadanos del Reino, sino como modelo para los adultos que quieran aceptarlo. Con eso, Jestis, sin decirlo de manera explicita, exalta la apertura y receptividad de esos pequeiios seres humanos. Su inocencia, su espontaneidad carente de cul- pa o de sospecha, su candoroso carifio y su absoluta falta de pretensiones es lo que Jestis propone como modelo a los adultos, a los que se dirige el mensaje del Reino. De ese modo, el nifio, sea brephos o paidton, se con- vierte en simbolo de la actitud ideal de acceso al Reino de Dios. (El lector moderno sentiré una cierta perplejidad ante la otra cara del cardcter in- fantil que tan bien conocen los padres y los abuelos; por ejemplo: cruel- dad con los hermanos, mentirijillas, excusas, acusaciones, etc. Pero insis- tir en ese aspecto de la comparacién es totalmente aberrante.) Los que son como los nifios, en el sentido que se da aquf a la expresién, son los unicos que pueden «acercarse» al propio Jests. Al venir inmediatamente después de la pardbola del fariseo y el re- caudador, el episodio subraya quién es realmente justo a los ojos de Dios, es decir, quién puede ser auténtico ciudadano del Reino. 14 NARRACION SINOPTICA DEL VIAJE Es altamente improbable que la «situacién vital» del episodio en la vida de Jestis tuviera algo que ver con el tema del bautismo de los ni- fios. Eso es tan improbable como que el episodio refleje un debate so- bre ese tema en la comunidad a la que iba destinado el evangelio segin Lucas, a pesar de lo que piensan O. Cullmann y J. Jeremias. El empleo de brephé en lugar de paidéa es redaccién personal de Lucas (véase la nota al v. 15) y dificilmente se puede decir que refleje la practica del bau- tismo de nifios «en la Iglesia griega», a pesar de la opinién de W. Grund- mann, Evangelium nach Lukas, 353. Se puede dar por seguro que este pasaje contribuyé a establecer la prdctica posterior de la Iglesia en el tema del bautismo, pero no se puede determinar con precisién cuando se empez6 a poner en prctica esa costumbre. NOTAS EXEGETICAS v. 15. La gente solta acercarle nifios pequetos El pronombre personal de tercera persona sustituye aqui a la voz pasiva (ZBG § 1). Lucas emplea su término favorito brephos (cf. 1,41.44; 2,12.16; Hch 7,19), que no aparece en ninguna otra recensién evangélica, y sdlo sale dos veces en el resto del Nuevo Testamento (2 Tim 13,15; 1 Pe 2,2). En cam- bio, en el v. 16b mantiene el plural paidia, y en el v. 17b, el singular paidion. La diferencia es, evidentemente, una cuestién de redaccién. Véase W. Micha- elis, Lukas, 190-191. En el cédice D se lee paidia, armonizando asi el relato de Lucas con Mc 10,13. Con todo, la presencia de brephos crea un cierto pro- blema, ya que resulta un término poco apropiado, por cuanto «parece necesa- rio suponer en los nifios una cierta capacidad consciente, si se quiere dar re- levancia al dicho sobre la actitud de un nifio pequefio para entrar en el Reino de Dios» (J. M. Creed, The Gospel, 225). Habria sido menos problemitico, si el v. 17 no estuviera ya relacionado con esta «declaracién», que Lucas toma de la recensi6n de Marcos. Para que los acariciara O «para que los tocara». Si hubiera que preferir este segundo sentido, se podrfa interpretar en la frase una cierta referencia a la bendicién (y respectiva- mente, a la maldicién), que es el sentido que el verbo haptesthai tiene en otros pasajes (cf. Le 6,19; 5,13), ¢ incluso en el griego extrabtblico (Antoninus Libe- ralis, Metam. 4,7; Seudo Apolodoro 2,1.3 § 1). En Mt 19,13, Jess pone sus manos sobre los nifios y ora por ellos. El subjuntivo haptétai viene después JESUS BENDICE A UNOS NINOS 15 del imperfecto prosépheron, como sucede frecuentemente en el griego helenfsti- co, en el que el modo optativo ya habfa cafdo en desuso. Véase BDF § 369.1. Les reganaban Sin duda, por la falta de comprensién de los discfpulos. Quiz, ellos pen- saban que la atencién a los nifios suponfa una pérdida de tiempo para Jestis, o un abuso de su amabilidad. En los cédices 8 B L Q Tf" se lee epetimoun, en imperfecto conativo (véase BDF § 326), mientras que en otros manuscritos (AW © © 078 y en la tradicién textual «koiné») se lee el aoristo epetimésan. v. 16. Los invité Es decir, Jestis invit6 a los padres a que le presentaran a sus hijos (igual que en el v. 15a). Su reaccién a la falta de comprensién de los discfpulos es inmediata. La lectura mas aceptable es prosekalésato, aoristo de indicativo de la voz media. En los cédices D f" se lee el imperfecto prosekaleito; y otros manus- critos (A W © W 078 f¥ asf como la tradicién textual «koiné»), ademés de al- gunas versiones antiguas (VL, Vg, Syr") optan por la forma participial proskale- sdmenos eipen. Pero el sentido apenas se ve afectado por esas variantes. No se lo impiddis Lucas ya ha empleado antes el verbo kélyein (Le 6,29; 9,49.50; 11,52) y lo emplearé més adelante (Le 23,2; Hch 8,36; 10,47; 11,17; 16,6; 24,23; 27,43). En la mayor parte de los casos, el verbo tiene el significado genérico de «impedir, evitar, detener»; pero en Hch 8,36; 10,47 aparece en una pre- gunta sobre la dificultad que puede existir para que uno reciba el bautismo. En estos dos pasajes se afiade explicitamente el infinitivo baptisthénai, cosa que no ocurre aquf, en Lc 18,16. Mas tarde aparecer4 también en textos patristi- cos, con un matiz més concreto; pero se trata claramente de un desarrollo que tuvo lugar durante el perfodo posterior al Nuevo Testamento. Véase la biblio- grafia que sigue a estas notas exegéticas. Porque los que son como ellos heredardn el Reino de Dios Jestis no dice que «estos pequefios» que él esta acariciando vayan a here- dar el Reino de Dios, sino «los que son como ellos» (toioutn). No cabe duda que esta precisi6n dio lugar a la adicién del dicho auténomo conservado en el v.17. Cf. Le 6,20b. El Reino de Dios Véase la nota exegética a 4,43; cf. I, 257-261. 16 NARRACION SINOPTICA DEL VIAJE v.17. Os aseguro Véase la nota exegética a 4,24. Aceptar el Reino Este modo de hablar sobre el Reino es més bien poco habitual, pero est4 en la misma Ifnea de la invitacién que se menciona en Lc 17,21. Cf. III, 812-816. Como un nitio En el evangelio segiin Lucas ya se ha empleado el término «nifio [peque- fio]» para establecer una comparacién. Cf. 7,32; 9,47-48. Aqui se alude a las cualidades del nifio: franqueza, inferioridad social, pequefiez, desamparo, ausencia de pretensiones, necesidad de continua atencién por parte de los padres. Obsérvese que en Mt 18,3b se puede ver un calco de este versiculo, aunque en un contexto diferente, en el que la aceptaci6n se expresa en térmi- nos de «cambiar y hacerse como nifios». No entraré en él Sobre el Reino como realidad en la que se puede entrar, cf. Le 18,24-25; Hch 14,22. Cf. Le 13,24. Y eso mismo se puede ver en Jn 3,5. BIBLIOGRAFIA SOBRE 18,15-17 Aland, K., Did the Early Church Baptice Infants? (Westminster, Philadelphia 1963) 95-99. Beasley-Murray, G. R., Baptism in the New Testament (Macmillan, London 1962) 320-329. Cullmann, O., Baptism in the New Testament, SBT 1 (Regnery, Chicago 1959; SCM, London 1950) 26, 42, 76-80. Jeremias, J., Infant Baptism in the First Four Centuries (SCM, London 1960) 48-55. —, The Origins of Infant Baptism: A Further Study in Reply to Kurt Aland, SHT 1 (SCM, London 1963) 54,n. 1. Légasse, S., Jésus et Venfant: «Enfants», cpetitsy et «simples» dans la tradi- tion synoptique, Ebib (Gabalda, Paris 1969) 36-43, 195-209, 326-333. Michaelis, W., «Lukas und die Anfinge der Kindertaufe», W. Eltester, F. H. Kettler (eds.), Apophoreta: Festschrift fiir Ernst Haenchen, BENW 30 (Tépelmann, Berlin 1964) 187-193. JESOS BENDICE A UNOS NINOS 17 Percy, E., Die Botschaft Jesu: Eine traditionskritische und exegetische Unter- suchung (Gleerup, Lund 1953) 31-37. Schilling, F. A., «What Means the Saying about Receiving the Kingdom of God as a Little Child (tén basileian tou theou hés paidion) Mk x. 15; Lk xviii. 17»: ExpTim 77 (1965-1966) 56-58. Schramm, T., Markus-Stoff, 141-142. 120. JESUS Y EL JOVEN RICO (18,18-23) 18 '* Un magistrado le pregunté: —Maestro bueno, ;qué tengo que hacer para heredar vida eterna? 8 Jesiis le contesté: —¢Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno mds que uno, Dios. ?0'Ya sabes los mandamientos: No cometas adulterio, no mates, no robes, no des falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre. 21] replicé: —Todo eso lo he cumplido desde joven. * Al ofrlo, Jestis le dijo: —Aiin te queda una cosa: vende todo lo que tienes y repartelo a los pobres, que Dios serd tu riqueza; y anda, sigueme a mi. 5 Al ofr aquello se puso muy triste, porque era muy rico. COMENTARIO GENERAL En esta seccién de su relato del viaje de Jestis a Jerusalén, Lucas si- gue también el orden de Marcos. Ahora presenta a Jesus frente a un ma- gistrado palestinense que le pregunta qué tiene que hacer para conseguir la vida eterna (Le 18,18-23). Colocada después de la parébola del fari- seo y el recaudador, que ensefia a los discfpulos el modo més adecuado de quedar a buenas con Dios, y después del episodio en el que Jess acoge a los nifios y los presenta como modelo de los que pueden entrar en el Reino, esta escena marca una cierta continuidad tematica, con su instruccién sobre cémo se puede conseguir la vida eterna. De hecho, los tres temas: el quedar a bien con Dios, el acceso al Reino, y el heredar la vida eterna estén claramente relacionados; por otra parte, en la seccién siguiente (Lc 18,24-30) continuaré el desarrollo de esa relaci6n. Lucas toma este episodio de la recensién de Marcos (Mc 10,17-22), que también tiene su paralelo en el evangelio segtin Mateo (Mt 19,16- JESUS BENDICE A UNOS NINOS 19 22), donde forma parte de las narraciones preparatorias del ultimo gran discurso de Jess en ese evangelio. Lucas omite la introduccién al epi- sodio tal como aparece en el relato de Marcos, que presenta a Jestis «saliendo al camino». Nétese que, en el evangelio segiéin Lucas, Jestis «est4 en camino» a Jerusalén ya desde 9,51 También en el evangelio segtin Mateo se omite esa introduccién especifica, porque ya se ha he- cho de manera genérica en Mt 19,1. Lucas presenta al individuo que hace la pregunta como archén («dirigente», «magistrado»); pero por lo demas, tanto la pregunta del magistrado como la respuesta de Jestis es- tan tomadas casi literalmente de la recensién de Marcos. Lo mismo ocurre con las palabras de Jestis en el y. 20 (aunque con una ligera in- version del orden de los mandamientos, y la omisién de uno de ellos). Por otra parte, Lucas suaviza el estilo griego del v. 21; elimina el pose- sivo «mi», por ser redundante después de la voz media (ephylaxamén), y cambia el verbo a la voz activa (como también se hace en Mt 19,20). Otra peculiaridad de Lucas consiste en omitir la reacci6n emocional de Jestis (cf. Mc 10,21), como lo suele hacer en otros pasajes (cf. I, 165- 166). Ademis, introduce su propia cldusula transicional (v. 22a) y refi- na el griego del resto del versiculo afiadiendo a las exigencias de Jess su tipica referencia a la totalidad: «todo». En el v. 23, el evangelista acorta la descripcién de la reaccién del magistrado y mejora el griego de la ultima frase. T. Schramm (Markus-Stoff, 142) considera también este pasaje como «propio material de Marcos», sin que el evangelista dependa de otra fuente. La dnica coincidencia realmente importante entre Mateo y Lucas, frente a Marcos, en este pasaje de «triple tradi- cidén» es la omisién del mandato «no defraudes». Pero no cabe duda de que, en esta omisi6n, tanto Mateo como Lucas acttian de modo inde- pendiente, primero porque ese mandamiento no forma parte del Decé- logo, y segundo porque en otras citas del Antiguo Testamento, los dos evangelistas ofrecen considerables diferencias. Desde el punto de vista de la historia de las formas, el episodio es una «declaracién» (véase HST 21-22), un «apotegma» (v. 22) pronun- ciado por Jestis como respuesta a una pregunta. Vale la pena observar la evolucién que ha experimentado el episodio a lo largo de la tradicién. En Mc 10,17, el personaje es simplemente heis (cuno»); en Mt 19,20 se ha convertido en neaniskos («un joven»; de donde deriva el titulo que se suele dar a este episodio); en Le 18,18 es un archén («magistrado», «di- rigente»); y en el Evangelio de los Hebreos aparece como alter divitum («el segundo de los ricos»; citado por Origenes, Comm. in Matth. 15,14 20 NARRACION SINOPTICA DEL VIAJE, [TU 47/2. 91), «que se rasca la cabeza» en sefial de perplejidad. V. Tay- lor (FGT 66) subraya el proceso evolutivo del texto que, de mera «de- claracion de Jestis, pasa a convertirse en una narraci6n» sobre Jestis. La estructura narrativa de esta declaracién es muy interesante. Mien- tras Jestis va de camino a Jerusalén, se le presenta un magistrado pales- tinense que, obviamente, ha escuchado su ensefianza y ha visto su comportamiento con los nifios (Lc 18,15-17). Eso lo impulsa a dirigir- se a Jestis con el tftulo de «Maestro bueno». La reaccidén de Jestis con- siste en atribuir la cbondad» sélo a Dios. Efectivamente, «Jestis le re- cuerda que no hay més que una sola fuente de bondad... El mismo no es una excepcién. Su propia bondad es la bondad de Dios que actéia en él» (A. Plummer, The Gospel, 422). En cuanto a la pregunta: «¢Qué tengo que hacer para heredar vida eterna?» (v. 18c), Jestis da una res- puesta m4s bien genérica, como la que podria haber dado en aquel momento cualquier maestro de la Ley. Jestis se alinea con la doctrina tradicional del Antiguo Testamento: lo que conduce a la vida eterna es lo que Dios exige al ser humano. La expresién «Ya sabes los manda- mientos» equivale a decir que hay que cumplirlos. Y ahora Jesis cita la segunda parte del Decdlogo, es decir, la que se refiere a las relaciones interpersonales. La respuesta del magistrado, aunque es sincera, tiene un cierto deje de impugnaci6n: «Entonces, ¢dénde est4 la novedad? Todo eso ya lo he cumplido desde joven». A esa especie de impugna- cién Jestis responde con una declaracién especifica, en segunda perso- na del singular: «En ese caso, a ti todavia te queda una cosa: vende todo lo que tienes y repdrtelo a los pobres... y anda, sigueme a mf». Jestis no pone en duda que el magistrado haya cumplido los mandamientos; lo que hace es aceptar la respuesta en su significado mds directo, aunque trata de llevar al joven hacia una nueva meta. Por eso, le pide dos co- sas: a) que venda todas sus posesiones y le distribuya el dinero a los pobres, y b) que se decida a seguirlo a él. Esta doble exigencia, aunque derivada de la narracién de Marcos, cuadra perfectamente con los pos- tulados de la vida cristiana en el evangelio segtin Lucas. Pero la palabra de Jestis afiade un nuevo aspecto, por cuanto promete al joven que «Dios sera su riqueza», es decir, que «tendr4 un tesoro en el cielo». Ahora bien, cuando el magistrado escucha esa declaracién se pone muy triste, porque tiene grandes posesiones. Con todo, hay que obser- var que el relato de Lucas no dice expresamente que el magistrado «se marchara» (comparese con Mc 10,22 y Mt 19,22). En realidad, no sa- bemos exactamente cuél era su condicién: era discfpulo, 0 no? JESGS BENDICE A UNOS NINOS 21 Su tristeza, gimplica que dejé de ser discfpulo de Jestis? ¢Hay aqui un contraste entre un potentado palestinense y un discfpulo de Jestis, © uno que no sélo esta suficientemente dispuesto a permanecer en el circulo de Jestis, sino que quiere ir atin mas lejos? La pregunta no tenfa intencién de poner a prueba a Jestis (comp4rese con Le 10,25 y 11,16; cf. Mt 19,3; 22,35), sino que expresaba un auténtico deseo. En el evangelio segtin Lucas, Jestis no dice: «Si quieres ser perfecto, [o un hombre logrado]», como en Mt 19,21, que dio pie a una posterior interpretacién cristiana que distinguia entre «preceptos» y «consejos», y que se tom6 como fundamento del voto de pobreza que caracteriz6 la ulterior vida monastica. Es obvio que las palabras de Jestis en el evangelio segtin Lucas no implican en absoluto una actitud tan explici- ta. Pero se podria preguntar si la segunda persona del singular no su- pone un reto dirigido a una persona rica, tal vez a un verdadero disci- pulo, al que se le quiere abrir un estilo de vida mds exigente que el que se supone en un discfpulo del montén (véase M.-J. Lagrange, Luc, 481). Es significativo que incluso E. Schweizer (Evangelium nach Lukas, 190) no duda en referirse a los Hermanos de Taizé, en su comentario a este pasaje. NOTAS EXEGETICAS 18 v.18, Un magistrado le pregunté Literalmente, «uno, un magistrado, le pregunt6 diciendo». Cf. I, 204-205. El sustantivo griego archén («magistrado», «dirigentes) ya se ha empleado an- teriormente en 8,41; 11,15; 12,58; 14,1, y volverd a aparecer en 23,13.35; 24,20, y con bastante frecuencia en el libro de los Hechos de los Apéstoles. Su significado espectfico en la sociedad palestinense (y en otras) s6lo se pue- de deducir del contexto. No se puede decir que, en este caso, se refiera a un «dirigente religioso», a un «eclesidstico», a pesar de la teorfa de E. E. Ellis (Gos- pel of Luke, 217). Fuera quien fuera el personaje, parece que se traté de un re- presentante de la observancia de la Ley, quiz4 un jefe de la sinagoga. Maestro bueno En la recensién de Lucas, esta forma de saludo procede de Mc 10,17. Sin embargo, en el evangelio segtin Mateo, la forma es considerablemente distin- ta: «Maestro, gqué tengo que hacer de bueno para conseguir vida eterna?» (Mt 19,16). En esta recensién evangélica, Jestis ya ha recibido el titulo de di- 22 NARRACION SINOPTIGA DEL VIAJE déskale (véanse las notas exegéticas a 3,12; 7,40). Pero la forma que se em- plea aquf suscita un problema, porque es dificil explicar la reaccién de Jestis ante ese t{tulo. Da la impresién de que se siente molesto. Hace afios, A. Plum- mer (The Gospel, 422) sostenfa que «en todo el Talmud no hay ningdin pasaje en el que se salude a un Rabf con el titulo de “Maestro bueno”». Otros, en cambio, sefialan que rab -ab aparece realmente en b. B. Ta‘an. 24b. Véase Str-B 2. 24. Con todo, esa expresién es de los siglos 1v-v d.C. (véase I. H. Marshall, Luke, 684), como lo muestra el empleo de rab. Véase G. Dalman, Words of Fesus, 337. Pero, tratese o no de una forma comin de saludar a un maestro en la Palestina de la época de Jesiis, es claro que éste lo rechaza (tan- to en la recensién de Marcos como en la de Lucas). Y eso no parece deberse al hecho de que al ser humano no se lo puede llamar «bueno», pues ya en el Antiguo Testamento se le aplica frecuentemente ese adjetivo (cf. Prov 12,2; 14,4; cf. Le 6,45). La raz6n por la que Jesus rechaza el titulo se percibe en el y. 19b. En este versfculo y en el siguiente, el texto de Lucas se ha transmitido de modo uniforme y no se ha visto afectado por los problemas que se plantean con relacién al texto de Mateo (Mt 1916-17). Véase J. W. Wenham, Why Do You Ash Me. Para heredar vida eterna Esta pregunta ya se le ha planteado a Jestis en 10,25 (véase la respectiva nota exegética; cf. Lc 18,30; Hch 13,46.48). Como antecedentes del término se pueden citar también Dn 12,2 (hayyé Glam; en griego, 20¢ aidnios); 4Q 181 1,45 cf. 1QS 4,7; CD 3,20 (hayyé nesah); Pss. Sol. 3,12; 1 Hen 37,4; 40,95 58,3 (todos en el Libro de las Pardbolas); 4 Mac 15,3; 2 Mac 7,9. Para mas de- talles, véase R. Bultmann, TDNT 2. 832-872, especialmente 856-857; H. Balz, EWNT 1. 111-115. Véanse, igualmente, las notas exegéticas a 3,10. v. 19. ¢Por qué me llamas bueno? Durante siglos se han propuesto diversas interpretaciones de esta pre- gunta de Jestis. Se ofrecen aqui sélo las ms significativas: (a) La pregunta quiere llevar al interlocutor a percibir que Jestis es de origen divino: «para que crea en el Hijo de Dios, no como maestro bueno, sino como Dios bueno» (Ambrosio, De fide 2,1; y muchos escritores de la época pa- tristica; cf. M.-J. Lagrange, L’Evangile selon Saint Marc, (Paris 41929) 264-265. (b) Jestis rechaza el calificativo «bueno» que le da el magistrado, porque pretende corregir el tono adulatorio del saludo (es la opinién de algunos es- critores patristicos; véase F. Spitta, Jesu Weigerung, 19). (c) Jestis reconoce implicitamente que es pecador. Asi piensa G. Volk- mar, Die Evangelien (Leipzig 1870) 489. JESUS BENDICE A UNOS NINOS 23 (d) El adjetivo agathés debe entenderse en el sentido de «benévolon (W. Wagner). (e) Jestis no quiere decir nada sobre su propia persona, sino dirigir la atencién de su interlocutor hacia Dios y su voluntad, como tinico requisito para agradarle (B. B. Warfield, Christology and Criticism (New York 1929) 139. En realidad, la mayor parte de esas interpretaciones son meros subterfugios. Hoy dia se piensa que sdlo la ultima se podrfa aceptar como correcta. De he- cho, el contraste que va implicito en la observacién de Jestis ante el epiteto que le aplica el magistrado se explica en la siguiente réplica del propio Jests, Para un andlisis de la variante de esta pregunta en el evangelio segiin Mateo, véase J. W. Wenham, Why Do You Ask. Nadie es bueno mds que uno, Dios La expresién quiere decir que la bondad reside Gnicamente en Dios, que es su fuente; y si se encuentra en otros, es por obra de la gracia de Dios. Cf. Le 11,13. Por eso, cuando el magistrado reconoce en Jestis una cierta bondad, el propio Jests le dice que se la atribuya a su verdadera fuente: «La bondad de Jestis es la bondad de Dios que actia en él» (A. Plummer, The Gospel, 422). En el comentario de Jesés late el tema veterotestamentario de la magnanimi- dad de Dios; cf. Nah 1,7; 1 Cr 16,34; 2 Cr 5,13; Sal 34,9; 118,1.29. Cf. Fi- lon, Leg. All. 1.14 § 47; De Somn. 1.23 § 149. v. 20. Ya sabes los mandamientos Comparese esta respuesta con la que el propio Jestis da a un jurista en Le 10,26. Aqui se refiere a los mandamientos del Decélogo, de los que cita cinco, que pertenecen a la segunda parte. La lista proviene de Mc 10,19, aun- que se invierte el orden de los dos primeros y se omite el quinto: «No defrau- des». Mt 19,18-19 reproduce el orden de los mandamientos, tal como apare- ce en la recensién de Marcos, y también omite el quinto. Pero, mientras Lucas conserva la forma apodictica de Marcos (particula negativa mé con aoristo de subjuntivo), Mateo opta por la forma de los LXX en Exodo y Deuteronomio (particula negativa ow con futuro de indicativo). La recensién de Mateo (Mt 19,19b) afiade el texto de Lv 19,18b, que no aparece en la narracién de Mar- cos ni en la Lucas (cf. Le 10,27). Por otra parte, mientras que en Marcos y en Mateo, el orden de los cuatro primeros mandamientos sigue el orden del texto masorético y del cédice A de los LXX (en Ex y Dt), el orden de Lucas concuer- da con el que siguen Filén (De Dec. 12 § 51); Rom 13,9; papito Nash (véa- se S. A. Cook, «A Pre-Massoretic Biblical Papyrus»: PSBA 25 [1903] 34-56); y cédice B de los LXX en Dt 5,17-20. Cf. Sant 2,11. No es facil determinar la raz6n de esa divergencia en el orden de los mandamientos. Véase K. J. Tho- 24 NARRAGION SINOPTICA DEL VIAJE, mas, Liturgical Citations. En los tres evangelios sindpticos, el mandamiento de honrar a los padres sigue inmediatamente a los otros cuatro. v.21. Todo eso lo he cumplido desde joven Cf. Hch 26,4. Se hace referencia al tiempo desde que el magistrado llegé ala madutez religiosa y legal, y estaba obligado a cumplir los mandamientos de la ley mosaica. El término bar miswih (chijo del mandamiento») aparece ya en b. B. Mes. 96a, pero su empleo para designar el momento en que un nifio judio asumia sus obligaciones legales es muy posterior; de hecho, sélo apare- ce en el siglo xv d.C. Véase Encyclopaedia judaica (New York 1971) 4. 243. La expresién ek neotétos se encuentra también en la traduccién de los LXX de Nm 22,30; 1 Mac 1,6; 16,2; y en Flavio Josefo, Bell. IV 1,5 § 33. v.22. Ain te queda una cosa Véase Flavio Josefo, Bell. IV 4,3 § 257; cf. Tit 3,13. La presentacion de Lucas suprime la reaccién favorable de Jestis, que se recoge en el evangelio segtin Marcos. En Mt 19,21 se afiade una condicién: «Si quieres ser perfec- to...», una distincién que no aparece en el relato de Lucas. Esta nueva invita- cién de Jestis no es un «mandato» (en el sentido de los mandamientos del De- cdlogo que acaban de citarse). Vende todo lo que tienes Mientras que en Mc 10,21 se lee simplemente hosa echeis péléson («lo que tienes, véndelo»), el relato de Lucas afiade, en posicién enfatica, el adjetivo panta («todo»). Véanse las notas exegéticas a 3,16; 4,15; 9,1; y I, 416-418. Repdrtelo a los pobres En Me 10,21d se dice simplemente «daselo a los pobres»; en cambio, en la recensién de Lucas, Jestis es mas especffico. Todo Io que se enumera en esta parte del versfculo se le exige al magistrado como algo mas que la mera fi- delidad a los mandamientos; en realidad, eso es lo que cabria esperar de cual- quier discfpulo de Jesis. Que Dios serd tu riqueza Literalmente, «tendras un tesoro en el cielo». Esta expresién de cardcter retributivo esté tomada de Mc 10,21e, y por otra parte es un eco del dicho de «Q», conservado en Le 12,33. Ese «tesoro en el cielo» no se puede equiparar JESUS BENDICE A UNOS NINOS 25 sin més con la «vida eterna», que es por lo que preguntaba inicialmente el ma- gistrado. Para obtener esa vida, Jesiis supone que hay que cumplir los manda- mientos. Pero el «tesoro en el cielo» se promete al que reparte a los pobres la propia riqueza y sigue a Jestis. Anda, sigueme a mi Sobre el seguimiento de Jestis en el evangelio segtin Lucas, véanse I, 406-410. v. 23. Se puso muy triste, porque era riqutsimo Prescindiendo de lo que piensen I. H. Marshall (Luke, 683) y G. B. Caird (Gospel of St Luke, 205), no se dice expresamente que el magistrado se mar- chara, como se asegura en Mc 10,22 y en Mt 19,22. Lo tnico que se implica es que el magistrado no se sintié con fuerzas para seguir a Jestis de la manera especifica que se le proponia. Su reaccién contrasta con la de Pedro, Juan y Santiago en Le 5,11, a pesar de que su riqueza no se limitaba a la posesién de una barca y unas redes. BIBLIOGRAFIA SOBRE 18,18-23 Best, E., «The Camel and the Needle’s Eye (Mk 10,25)»: ExpTim 82 (1970- 1971) 83-89. Degenhardt, H.-J., Lukas Evangelist der Armen, 136-159. —, «Was muss ich tun, um das ewige Leben zu gewinnen? Zu Mk 10,17-22», H. Merklein-J. Lange (eds.), Biblische Randbemerkungen, 159-168. Dupont, J., Béatitudes, 3. 153-160. 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Zimmerli, W., «Die Frage des Reichen nach dem ewigen Leben»: EvT 19 (1959) 90-97. 121, RIQUEZA Y RECOMPENSA DEL DISC{PULO (18,24-30) 4Viéndolo tan triste, dijo Jesis: —jCon qué dificultad entran en el Reino de Dios los que tienen di- nero! * Porque es més facil que entre un camello por el ojo de una agu- ja que no que entre un rico en el Reino de Dios. 26 Los presentes exclamaron: —Entonces, jquién puede subsistir? 27] les contest6: —Lo imposible para el hombre es posible para Dios. 28 Replicé Pedro: —Pues mira, nosotros hemos dejado lo que teniamos y te hemos seguido. 29 Jestis les dijo: —Os lo aseguro: no hay ninguno que haya dejado casa, 0 mujer 0 hermanos, o padres o hijos por el Reino de Dios, * que no reciba en este tiempo mucho mis y en la edad futura vida eterna. COMENTARIO GENERAL Al observar la reaccién del magistrado ante su propuesta de vender sus posesiones y seguirlo, Jestis empieza a comentar la dificultad que las riquezas pueden crear en la vida cristiana (Le 18,24-30). En reali- dad, sus palabras abordan dos temas: la dificultad que tienen los ricos para entrar en el Reino de Dios, y la recompensa que comporta el se- guimiento de Jestis. En el evangelio segtin Lucas, la palabra de Jestis no va dirigida especfficamente a los discfpulos, como en Mc 10,23; de hecho, sélo en el v. 28 nos enteramos de que Pedro est entre «los pre- sentes» (v. 26). Lucas ha tomado de Mc 10,23-31 los materiales para componer este episodio, que forma parte de la «triple tradicién» y se completa con Mt 28 NARRACION SINOPTICA DEL VIAJE, 19,23-30. Al haber omitido la referencia a los discfpulos al comienzo del nuevo episodio, Lucas pone en labios de Jestis una exclamacién (v. 24b) tomada literalmente del relato de Marcos: «{Con qué dificultad van a entrar en el Reino de Dios los que tienen dinero!». A continuaci6n, Lucas omite también el v. 24 de la narracién de Marcos. Sin duda, ese mismo problema fue el que llevé a Mateo a simplificar la frase, redu- ciéndola a un simple: «Lo repito» (Mt 19,24). En el dicho sobre el ca- mello y el ojo de la aguja, Lucas suaviza el texto griego: omite la refe- rencia al asombro de los discfpulos al ofr esa comparacién (cf. Mc 10,26) y simplifica la afirmacién de Jestis sobre lo que es posible para Dios (comparese con Mt 19,26, que sigue mas estrechamente el relato de Mar- cos). Igualmente, modifica el comentario de Pedro ante las palabras de Jestis, sustituyendo de manera significativa el adjetivo panta («todas las cosas») del relato de Marcos por la expresi6n ta idia («lo que tenfa- mos»). Sin embargo, conserva la formula amén legd hymin («os lo ase- guro»), aunque retoca ligeramente la lista de las cosas a las que debe renunciar el discfpulo dispuesto a seguir a Jestis de manera tan radical. Pero el cambio més relevante es la sustitucién del motivo. En lugar de la motivacién que aduce el evangelio segtin Marcos: «por mf y por la Buena Noticia», Lucas escribe: «por el reinado de Dios». En la promesa de recompensa, Lucas suprime la adicién perturbadora: «con persecu- ciones», que parece fuera de lugar en una promesa como la que aquf se hace. Después de haber usado en 13,30 una férmula de Mc 10,30, Lu- cas la suprime en este episodio (cf. I, 145). En resumen, Lucas ha abre- viado la narracién de Marcos, aunque no la cha debilitado considerable- mente», a pesar de la opinién de J. M. Creed (The Gospel, 226). También aqui, T. Schramm (Markus-Stoff, 142) reconoce que el episodio contie- ne el propio material de Marcos. En realidad, no hay datos que permitan afirmar que Lucas se sirvié aqui de una fuente distinta de Mc. A pesar de todo, el episodio consta de dos —o m4s— secciones, in- cluso en el evangelio segtin Marcos. Se tiene la sensacién de que tanto la pregunta de Pedro como la respuesta de Jestis en Mc 10,28-30 estan s6lo vagamente relacionadas con los dichos precedentes. Estos tiltimos hacen referencia al Reino, mientras que la promesa de Jestis en los wv. 29- 30 esté relacionada con la vida eterna. Igualmente, la pregunta sobre la «salvacién» (0 la «subsistencia») en Mc 10,26 no guarda una estrecha relacién con los dichos de Jestis de los wv. 24-25. Es dificil imaginar que todos esos dichos se pronunciaron originariamente como unidad. Lucas los hereda como un conjunto con cierta unidad, organizado por RIQUEZA Y RECOMPENSA DEL DISCIPULO 29 temas; y acorta ligeramente el episodio. El resultado que se obtiene es que este pasaje se une al precedente mediante una combinacién de ele- mentos como «vida eterna», «Reino de Dios», «salvacién» y «tesoro en el cielo». Desde el punto de vista de la historia de las formas, los comenta- rios de Jestis en este episodio se deben clasificar como «logia», es de- cir, dichos aislados. Los tres primeros (vv. 24b.25.27) son «apotegmas sapienciales»; y el que se recoge en los vv. 29-30 es un dicho profético (véase HST 75, 81, 110-111). Merece especial consideracién la forma que presenta el dicho del v. 29b: «por el reinado de Dios». Bultmann se inclina a pensar que la légica de la expresién» aboga por la origina- lidad de la formulacién de Lucas. En ese caso, el problema es si Marcos introdujo en su evangelio una formulacién propia, que Lucas habria evi- tado. Parte del problema se debe al hecho de que Lucas suele evitar el término ewangelion en su narracién (cf. I, 247); y otra parte del proble- ma radica en el empleo de esa palabra por Marcos en lo que se podria considerar como redacci6n personal suya. Para ulteriores detalles, véase W. Marxsen, Mark the Evangelist (Nashville 1969) 146; cf. G. Strecker, «Literarkritische Uberlegungen zum euangelion-Begriff im Markusevan- gelium», en Neues Testament und Geschichte: Historisches Geschehen und Deutung im Neuen Testament (Hom. A Oscar Cullmann en su se- tenta cumpleafios; Ziirich/Ttibingen 1972) 91-104. La exclamacién de Jestis, con la que comenta la reaccién del magis- trado a la propuesta que él le plantea, subraya la dificultad que tendran los ricos para entrar en el Remo de Dios. Aunque la pregunta inicial se referfa a heredar la vida eterna, Jestis deja bien claro que esa herencia supone la entrada en el Reino (véase el comentario general a 18,18-23). Jestis no dice expresamente que eso sea imposible para los ricos, pero su hipérbole sobre el camello que pasa por el ojo de una aguja —el ani- mal mas grande de Palestina tratando de pasar por lo més estrecho ima- ginable— implica que practicamente es asf. Ese es el gran problema de la riqueza (cf. 1, 416). Tanto la exclamacién de Jestis como la compara- cién que afiade suscitan en los presentes una pregunta obvia, formula- da en términos de «salvacién», o de «subsistencia»: Si la gente rica, que parece capaz de conseguir todo lo que quiera, encuentra tan difi- cil, por no decir imposible, entrar en el Reino de Dios, gquién podra salvarse, quién podré subsistir? Jestis no responde directamente a esa pregunta, sino que de modo genérico proclama el mensaje més decisi- vo: la salvacién del hombre depende enteramente de Dios. Dios puede 30 NARRACION SINOPTICA DEL VIAJE salvar incluso a un rico. Porque si una persona, rica o pobre, se salva, es s6lo consecuencia de lo que al hombre le resulta imposible, pero no a Dios. Es decir, la salvaci6n no depende de la riqueza. Al ofr esto, Pedro, el portavoz, responde con una exclamacién es- pontdnea: «Nosotros hemos dejado lo que tenfamos y te hemos segui- do». No es una fanfarronada, sino una pregunta sincera de Pedro, a la luz de los precedentes comentarios de Jestis. Habré que recordar que Pedro, Juan y Santiago habfan abandonado «todo» (Lc 5,11). Para tran- quilizarlo, Jestis subraya que todo el que deje sus posesiones por el Reino recibird en este tiempo mucho mds —es significativo que no en- tre en detalles— y en la edad futura, la vida eterna. Obsérvese el empleo aqui de un lenguaje retributivo que, por cierto, no es exclusivo de Lu- cas. En efecto, Jestis explica que «la vida eterna» es una forma de «te- soro en el cielo» (v. 22). En el pasaje anterior, Jestis dej6 bien claro que para heredar la vida eterna habfa que cumplir los mandamientos; aho- ra dice que renunciar a las posesiones por el Reino y seguirlo a él es algo que podra ser recompensado con «un tesoro en el cielo», es decir, con «la vida eterna». NOTAS EXEGETICAS v. 24. Viéndolo tan triste Aunque el magistrado no se marché, su reaccién a la propuesta que se le acababa de hacer fue suficiente para que Jestis prorrumpiera en una nueva ex- clamacién. El cédice B omite el nombre de Jestis. También las palabras «tan triste» se omiten en los cédices 8, B, L, f', 1241, pero aparecen en los cédi- ces A, D, R, W, @, W, f'’ y en la tradicién textual ckoiné». En el texto de Nestle-Aland” van entre corchetes. Véase TCGNT 168-169. Con qué dificultad... los que tienen dinero La dificultad radica en el desasimiento de las posesiones materiales, con todo lo que eso implica. Recuérdese aquel «dinero injusto» que se menciona en Le 16,9 (véase la respectiva nota exegética). Véase, igualmente, el comen- tario a este versiculo por el Pastor de Hermas, Herm(s) 20,2. Entran en el Reino de Dios Véase la nota exegética a 4,43, y cf. 1, 257-261. Compérese este pasaje con Le 6,20. Lucas emplea aqui el presente de indicative eisporeuontai, en lu- RIQUEZA Y RECOMPENSA DEL DISCIPULO 31 gar del futuro eiseleusonéai del relato de Marcos. E. Klostermann (Lukasevan- gelium, 181) se pregunta si el presente se usa aqui con sentido de futuro, o si el evangelista piensa en el Reino como una realidad presente. N. Perrin (Re- discovering, 143) opina que las dos explicaciones son posibles. v. 25. Es mds facil que entre un camello por el ojo de una aguja Esta comparacién hiperbélica sintetiza el tema del que se trata. Jestis em- plea aqui una figura grotesca. Cf. Le 6,41-42; cf, Mt 23,24. El animal més grande de Palestina se compara con la m4s pequefia abertura que se conoce. Los dos términos de la comparacién, el «camello» y la «aguja», se deben en- tender en sentido literal. Véase O. Michel, TDNT 3. 592-594; S. Pedersen, EWNT 2. 609-611. A su modo, la comparacién tiene el mismo sentido que el dicho de Jestis sobre la «puerta estrecha» (Le 13,24). Para evitar el aspecto grotesco de la comparacién, algunos comentaristas han sugerido otras explicaciones, todas ellas altamente improbables: 1) Unos interpretan el «ojo de fa aguja» como denominacién de una pequefia puerta en la muralla, por la que un camello s6lo podria escurrirse con la mayor difi- cultad. Para una lista de los que han propuesto esa explicacién, véase G. Aicher, Kamel und Nadeléhr, 16-21. Aunque la hipétesis pueda parecer plausible, nada se sabe de la existencia de una entrada tan angosta. 2) Ya desde la época patristica, otros han sugerido que kémélos, que en las épocas romana y bizan- tina se pronunciaba kdmilos (debido al fenémeno de «itacismo», seguin el cual la letra é¢a [n] se pronunciaba como idta [1]), debe entenderse como Rémilos, que significa «soga, maroma, amarra». De hecho, algunos cédices (5, f°, 1010, y otros), quiz afectados por esa interpretacién, incluso leen kamilon. Esa explicacién fue aceptada por Origenes, Catena, frags. in Matth. 19,24 (CGS 41, 166), Cirilo de Alejandria, Comm. in Math. 19.24 (PG 72, 429D); Teofilacto, Enarr. in Matth. 19 (PG 123, 356D). Para més detalles, véase J. Denk, «Camelus: 1. Kamel, 2. Schiffstau», ZNW 5 (1904) 256-257; «Suum cuique», BZ 3 (1905) 367; F. Herklotz, «Miszelle zu Mt 19,24 und Parall», BZ 2 (1904) 176-177; «Nachtrag», BZ 3 (1905) 39. También esta interpreta- cién, por plausible que pueda ser, quita incisividad a las palabras de Jestis. Obsérvese que el dicho rabinico sobre un elefante que pasa por el ojo de una aguja (Str-B 1, 828) es del siglo iv, y quiz4 dependa del dicho de Jestis que se Tecoge en este pasaje evangélico. En los cédices més relevantes (8, B, D), el «ojo de una aguja» aparece con la forma trématos belonés. Pero los cédices L, R, @ leen trypématos, término con el que un copista debié de tratar de armonizar el texto de Le con el tér- mino que emplea la recensién de Mateo para decir «ojo». Por otra parte, en los cédices A, W, Y, f'"! y la tradicién textual «koinéy se lee trymalias, una armonizacién con la frase de Marcos trymalias raphidos. El término trymalia 32 NARRACION SINOPTICA DEL VIAJE («perforacién») aparece en los LXX (Jue 6,2; 15,8.11; Jr 13,4; 16,16; 29,16, [49,16E]) con referencia a los cagujeros», a las «grietas» de una roca; pero las recensiones de Mateo y de Lucas evitan el uso de ese término. La narracién de Lucas sustituye raphis («aguja»), que es el que se emplea en las recensio- nes de Mateo y Marcos, por el cldsico beloné. W. K. Hobart (Medical Langua- ge, 60-61) insiste en que ese tiltimo término se refiere a la «aguja que solfan emplear los médicos; pero véase lo que se afirma en esa misma obra, pp. 51- 53. Véase también H. J. Cadbury, V. «Luke and the Horse Doctors», JBL 52 (1933) 55-65, especialmente 59-60. Que no que entre un rico en el Reino de Dios Cf. Le 6,24. v. 26. Los presentes Se trata de voces anénimas, en contraposicién con Mt 19,25: «los disci- pulos», igual que en Mt 19,23, tomado de Mc 10,23. La exclamacién es fruto del asombro. Quién puede subsistir? CE. 13,23. El indefinido interrogativo tis no equivale a «gqué rico?», sino simplemente a «jquién?», en general. Cf. Nm 24,23: «gQuién sobreviviré a la accién de Dios?». v.27. Lo imposible para los hombres es posible para Dios Es decir, Dios puede salvar incluso a un rico. Dios es capaz de romper la fascinacidén que la riqueza ejerce sobre esa gente. Por otra parte, la simplifica- cién del texto de Marcos hace eco a Gn 18,14, en la traduccién de los LXX. Cf. Le 1,37. En realidad, el dicho es una especie de proverbio, mas general que la pregunta planteada. Lo que se subraya es que, en cualquier caso, la sal- vacién es obra exclusiva de Dios. v. 28. Pedro Pedro desempeiia otra vez su papel de portavoz; obsérvese el plural «no- sotros». Véase la nota exegética sobre «Simén» en Lc 4,38; véase, igualmente, el comentario general a Le 5,1-11. Nosotros hemos dejado lo que tentamos y te hemos seguido No se especifica a quién se refiere, concretamente, el pronombre «noso- tros»; en el evangelio segtin Lucas, hace referencia por lo menos a Pedro, Juan RIQUEZA Y RECOMPENSA DEL DISCiPULO 33 y Santiago. Cf. 5,11, con la respectiva nota exegética. En ese pasaje, la recen- sién de Lucas afirma que lo dejaron «todo» (panta), la misma palabra que aparece en la declaracién de Pedro en Marcos; aqui, en cambio, Lucas escribe ta idia («lo que tenfamos»; literalmente: «nuestras propias cosas»). Recuérdese que, segtin 1 Cor 9,5, «el resto de los apéstoles, incluyendo a los hermanos del Sefior viaja[ba]n en compaiifa de su mujer» (o de una her- mana, en calidad de esposa). No es facil determinar el posible influjo de ese detalle en la interpretacién de este episodio. v. 29. Os lo aseguro Literalmente: «En verdad os digo». Véase la nota exegética a 4,24. Que haya dejado casa, 0 mujer o hermanos, o padres o hijos La primera parte de la respuesta de Jestis se refiere a las cosas a las que el ser humano renuncia por el Reino de Dios. Lucas menciona aqui sélo cinco objetos de renuncia, mientras que en Mc 10,29 (al que sigue Mt 19,29, aun- que en orden ligeramente distinto) se enumeran siete: casa, hermanos, herma- nas, madre, padre, hijos, campos. Esta mencién de sélo cinco objetos, ¢po- dria estar relacionada con los cinco mandamientos que se citan en Le 18,20? La redaccién de Lucas prefiere el término goneis («padres») a la expresién se- mitica «madre y padre» (cf. I, 188). Pero eso apenas afecta al significado del dicho. El cédice D afiade: «en esta edad». Por el Reino de Dios Esta motivacién cuadra perfectamente en el contexto del relato de Lucas; desde luego, mejor que la formulacién de Marcos: «por mf y por la Buena No- ticiay. Cf. vv. 16.17.24.25. Pero también en Mc 10, la expresién «el Reino de Dios» aparece cinco veces (vv. 14.15.23.24.25); y ésa es la raz6n por la que al- gunos comentaristas piensan en una influencia de la redaccién de Marcos. ¥. 30. Que no reciba en este tiempo mucho mas En el cédice D y la versién VL se lee «siete veces mds» (posiblemente, por influjo de Eclo 35,10, segtin la traduccién de los LXX). Por otra parte, en el cédice 1241 y la versién VS se dice: «cien veces mas» (armonizacién con Mc 10,10, introducida por un copista). No se especifica en qué consiste esa recompensa. Por lo menos, tiene que referirse a una asociacién con la nueva familia de Jestis. Cf. Le 9,58.60.62. Obsérvese que la redaccién de Lucas omite la frase meta didgman («con persecuciones»), probablemente, por con- siderarlo incompatible con la recompensa que se promete. 34 NARRACION SINOPTICA DEL VIAJE Y en la edad futura, vida eterna Véanse las notas exegéticas a 10,25; 18,18. En los escritos de Lucas, la distincién semitica entre «este tiempo» y «la edad futura» s6lo aparece en este pasaje y, con menos claridad, en 20,34-35. Es un reflejo de la distincin he- brea entre ha-‘lam hazzeh y ha-‘élaim habba’. Por otra parte, ni Filén ni Flavio Josefo emplean esa distincién de edades; y tampoco se encuentra en la litera- tura de Qumrén, aunque s{ aparecerd mds tarde en Ja literatura rabfnica. Véa- se Str-B 4/2, 815-857. En la primera frase de la comparacién, el relato de Lu- cas sigue la redaccién de Mc 10,30, al emplear el término Aatros, no en el sentido especifico de un tiempo determinado (véase la nota exegética a 1,20), sino como equivalente de aidn, que es el término que se emplea en la segunda frase. Por consiguiente, esa segunda parte de la respuesta de Jestis promete, como recompensa, «Ja vida eterna», que equivale a una especificacién del «te- soro en él cielo» (cf. v. 22). Nétese cémo, de ese modo, la formulacién de Lu- cas termina significativamente con la mencién de la «vida eterna». Para ulte- riores detalles, véase H. Conzelmann, Theology, 112. BIBLIOGRAFIA SOBRE 18,24-30 Aicher, G., Kamel und Nadelohr: Eine kritisch-exegetische Studie tiber Mt 19,24 und Parallelen, NTAbb 1/5 (Aschendorff, Miinster in W. 1908). Celada, B., «Distribucién de los bienes y seguimiento de Jestis segiin Lucas 18,18-30»: CB 26 (1969) 337-340. Galot, J., «La motivation évangélique du célibat: Greg 53 (1972) 731-758. Garcfa Burillo, J., «El ciento por uno (Mc 10,29-30 par.): Historia de la inter- pretacién y exégesis»: EstBib 37 (1978) 29-55. Klijn, A. F.J.,

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