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Servicio de Canto:
Palabras del Director: Muy feliz sábado a todos ustedes. Bienvenidos al dulce
compañerismo de los creyentes cristianos, el cual sólo podemos experimentar
cuando nos reunimos como ahora, en este día especial, para adorar a nuestro
Creador.
En esta mañana, los llevaremos a un viaje, desde el Edén estropeado en el que nos
encontramos ahora, hasta el Edén restaurado, nuestro nuevo hogar, hacia donde
nos dirigimos. Al emprender nuestro viaje hacia el hogar, debemos prestar
atención a las señales que se nos presentan en la encrucijada del camino de
nuestra vida. Es muy importante que elijamos el camino correcto que nos lleva a la
vida eterna.
Oración de Rodillas: Nos arrodillaremos para orar y pedir a Dios que nos guíe
alhogar.
Palabras del Director: Cuando la Tierra fue creada, era santa y bella. Dios mismo
manifestó que "era buena". Cada flor, cada arbusto y cada ser viviente, respondía
al propósito de su Creador. Cualquier cosa en que se posara la mirada, era
hermosa y llenaba la mente con pensamientos del amor de Dios. ¡Qué gran amor!
Dios crea un mundo para agrandar el cielo y crea una familia de seres inteligentes.
Ciertamente, Dios es amor. Su naturaleza, su ley, es amor. Siempre lo ha sido y
siempre lo será. ¡Cuán grande eres, oh Dios!
La congregación canta "Señor, mi Dios", Núm. 67 del Himnario Adventista
Lectura Bíblica:
Informe Secretarial:
Marcando el Rumbo:
En la encrucijada:
Una persona camina desde la sección del jardín estropeado por el pecado,
hasta la cruz. Mientras camina hacia la cruz, va quejándose por todas las
cargas que debe soportar en la vida. Entonces, la persona se acuerda de
que las cargas pueden ser dejadas en el Calvario. Canta una estrofa de un
himno que diga eso (Le sugerimos el himno Núm. 292, "Al Calvario, solo,
Jesús ascendió", del Himnario Adventista). Entonces, en forma
determinada, decide decirle a Jesús todos sus problemas. Entonces canta
el himno Núm. 133, "Cuando estés cansado y abatido", del Himnario
Adventista, al dirigirse a la cruz. En un ambiente de paz, la persona le da
gracias a Dios por quitarle sus cargas. Levanta la cruz y se aleja cantando
el coro del himno Núm. 330, "¡Feliz el día!", del Himnario Adventista.
Director: Desde la caída del hombre, este mundo ya no es el mismo. Tuvimos que
enfrentar momentos difíciles, circunstancias desagradables, muerte, enfermedades
y frustraciones de toda clase. Entonces vino el Príncipe de los ejércitos celestiales y
nos colocó en la encrucijada. Allí es donde tenemos una vislumbre de lo que nos
depara nuestro destino eterno —la esperanza de vida eterna a través de la sangre
derramada por nosotros por nuestro Salvador en el árbol del Calvario. ¿Hará usted
esta mañana la elección de seguir a Jesús hasta el final? Jesús está de pie en la
encrucijada de nuestra vida, esperando que vayamos en la dirección que El nos
señala: el sendero recto y angosto que lleva a la vida eterna.
El elemento de conflicto será eliminado de una vez por todas y el propósito por el
que
fuimos creados volverá a ser una realidad. El Edén perdido se convertirá en el Edén
restaurado.
Relato Misionero:
Palabras Finales: El canto de los redimidos solamente podrá ser entonado por
aquellos que han tenido una relación con Cristo en esta Tierra y una experiencia tal
con El que, como resultado, les capacitará para hacer su entrada al cielo. Es un
canto de triunfo. El Redentor mismo irá a la cabeza y, con justa razón, porque es
por su sangre que los redimidos se han salvado. Si vamos a estar entre esa
multitud de redimidos que cantarán el canto de los salvados, debemos comenzar
aquí a aprender la melodía. Ciertamente es nuestro privilegio, porque los ángeles
que no han estado en las encrucijadas de nuestra experiencia, no pueden
ayudarnos. Determinemos a toda costa unirnos a ese gran coro. ¡Hasta luego...
hasta que el Edén sea restaurado!
Himno Final: Núm. 306, "Entonad un himno", del Himnario Adventista Oración
Final: