You are on page 1of 17

ESTER

C
ontexto histórico. Tres libros narrativos tardíos corresponden a la
diáspora judía y están situados con coordenadas ficticias. Tobías
entre los deportados israelitas de Asiria; Daniel, entre los deporta-
dos de Babilonia; y Ester entre la diáspora judía de Persia.
Los tres libros juntos nos dan una idea genérica de la vida de los ju-
díos en la diáspora. El problema central es la identidad de un pueblo dis-
perso y su relación con la cultura circundante. La diáspora es un hecho
admitido con el cual se convive tranquilamente. No se siente el afán de
volver a la patria ni se echa apenas de menos el templo y su culto. Solo
al final de Tobías aparece Jerusalén como en un sueño glorioso y testa-
mentario.
En general, todo les va bien a los exiliados; incluso algunos persona-
jes judíos ocupan puestos importantes en la corte: Tobías, como pro-
veedor del rey Salmanasar; Daniel por su saber sobrehumano; en el pre-
sente libro, Mardoqueo y Ester, hasta el punto que el judío delata una
conjura contra el emperador.
723 ESTER
Dos peligros, sin embargo, acechan a los exiliados, uno permanente-
mente: el peligro de diluirse como minoría en la inmensidad heterogénea
del imperio; pero a pesar de la dispersión, los judíos conservan unidad e
identidad gracias a su legislación, sus libros y su memoria histórica. El otro
peligro son las persecuciones esporádicas. La religión pagana no parece
ser peligrosa por su atracción, pero cuando intenta imponerse a la fuer-
za, los judíos resisten victoriosamente y se mantienen fieles a su Dios.
El libro de Ester. El libro de Ester es un relato construido con habili-
dad y desarrollado con bastante acierto, no exento de las inverosimilitu-
des que entonces se aceptaban sin dificultad. El tema y esquema general
es un grave peligro del pueblo judío, del que se libra maravillosamente;
no hace falta mencionar a Dios para saber quién es el liberador. El des-
enlace es un juicio histórico, fácilmente atribuible al Juez de la historia.
La escenificación en tierra extranjera permite detalles pintorescos y deja
más espacio a la ficción. La exaltación del humillado y la intervención de-
cisiva de una mujer son motivos tradicionales, tratados con bastante ori-
ginalidad.
Los personajes son figuras típicas, sin relieve individual; pero el juego
de contrastes les da relieve y anima la trama. Mardoqueo es encarnación
de lo mejor de los judíos: sensatez y valor, tenacidad y calma; es un poco
la conciencia de los judíos e intenta ser la de los demás.
A su lado, Ester resulta una joven sumisa y discreta, que en un mo-
mento de valentía alcanza la grandeza y representa un nuevo triunfo fe-
menino en la literatura bíblica, detrás de Rebeca, Tamar, Yael, Rut, Abi-
gaíl, y Judit. Sobre un fondo de maridos asustados ante la posible rebelión
de las mujeres (1) asistimos al triunfo liberador de la belleza y la valentía
de una mujer (compañera en esto de Judit).
El relato tiene un marcado carácter sapiencial, enseña en forma de
gran parábola: el israelita aprenderá confianza, solidaridad, acción cau-
telosa; el extranjero puede aprender que los judíos son empleados de
fiar, que debe respetar sus costumbres; también pueden escarmentar en
la figura de Amán, porque hay alguien más poderoso, que sale por el
pueblo judío.
El doble texto. Es muy posible que el libro conserve recuerdos de per-
secuciones y liberaciones de los judíos durante el dominio persa. Esto no
quiere decir que el libro sea historia; es más bien una ficción bien am-
bientada y ejemplar; pudo haber sido escrita en la primera época hele-
nística o durante la persecución de Antíoco IV. El libro se leyó después en
zonas y épocas más tranquilas; entonces un autor griego recogió la obra
y le añadió elementos para hacer explícita la acción de Dios: sueño y ex-
plicación, plegarias, aclaraciones; sustituyó la defensa armada por un
edicto de tolerancia para los judíos.
Éste es el texto griego, que introducimos en el puesto correspondien-
te de la narración, distinguiéndolo con letra cursiva (Su numeración es la
continuación al texto hebreo, así, el capítulo 1 del texto griego, es el ca-
pítulo 11 en nuestra versión). Se puede hacer una primera lectura saltán-
dose dichos pasajes y una segunda incluyéndolos.
Mensaje religioso. Ester no es una novela de tesis, es un relato di-
dáctico; sus enseñanzas se ofrecen sabiamente distribuidas a lo largo del
ESTER 724
libro. En la superficie, el relato hebreo original es llamativamente laico.
Dios no interviene ni con milagros ni de otra manera patente. Pero no
hace falta nombrarlo para descubrirlo en la trama y en lo inesperado del
desenlace de los acontecimientos.
La victoria de los judíos es un gran juicio en el que los malvados reci-
ben su merecido: se aplica la ley del Talión: «caen en la fosa que cava-
ron». El desenlace es, por tanto, un juicio histórico y no hace falta mucha
profundización para que cualquier israelita sepa que el autor de dicha
sentencia es Dios. Al traductor griego no le basta un Dios entre bastido-
res, y lo sacó a escena repetidas veces.
Hay algo, sin embargo, en el libro que nos turba, y es la complacen-
cia en la venganza. La caída de Amán se retrata con detalles crueles, la
victoria final desborda los presupuestos; los judíos se vengan de sus ene-
migos, cuentan las víctimas, alargan el plazo de la venganza, ponen gran
empeño en recordar ese día. La justicia vindicativa podía cumplirse con
moderación. Esta dificultad nos invita a leer el libro como cifra de la
crueldad humana. Aún estamos lejos de Aquel que sustituyó la ley del Ta-
lión por la ley del amor, incluso a los enemigos.
El sueño de Mardoqueo 2 El año tercero de su reinado, el rey,
1 Elaño segundo del reinado del em- que residía en la fortaleza de Susa, 3 ofreció
11 perador Artajerjes, el día uno de un banquete a todos los generales y oficia-
abril, tuvo un sueño Mardoqueo, hijo de lidad del ejército persa y medo, a la noble-
Yaír, descendiente de Semeí, y de Quis, ben- za de palacio y a los gobernadores de las
jaminita, 2 un judío que vivía en la ciudad provincias, 4 para hacer alarde durante mu-
de Susa, funcionario de la corte, 3 uno de chos días, ciento ochenta días, de las ri-
los deportados que Nabucodonosor, rey de quezas y el esplendor de su reino, de su ex-
Babilonia, había llevado cautivos desde Je- traordinaria gloria y su grandeza.
rusalén con Jeconías, rey de Judá. 5 Pasados aquellos días, el rey ofreció un
4 Soñó lo siguiente: gritos y estruendo, banquete de siete días a toda la población
truenos, un terremoto, tumulto en la tierra. de la fortaleza de Susa, chicos y grandes,
5 Luego aparecieron dos grandes dragones en la explanada de los jardines del palacio.
6 Había finas cortinas de lino blanco y púr-
dispuestos al combate; lanzaron un rugido,
6 y al oírlo, todas las naciones se armaron pura violeta, sujetas a unas anillas de plata,
para atacar a la raza de los justos. que pendían de columnas de mármol blan-
7 El día quedó oscuro y sombrío. ¡Día de co, –sujetas a unas anillas de plata– sobre el
tribulación y angustia, calamidades y tu- pavimento de mosaico, hecho de malaqui-
multos! 8 Toda la raza de los justos se asus- ta, mármol blanco y nácar. 7 Había copas
tó, temiendo la ruina, y se dispusieron a de oro para la bebida, todas distintas, y vino
morir; pero gritaron al Señor, 9 y en respues- abundante, ofrecido por el rey con esplén-
ta a su clamor, un río enorme y caudaloso dida generosidad. 8 La norma para beber
surgió como de una fuentecilla; 10 apareció era que nadie obligase a nadie; el rey había
una luz y salió el sol; los oprimidos se le- ordenado a todos los sirvientes de palacio
vantaron y devoraron a los grandes. que respetaran los deseos de cada uno.
9 Por su parte, la reina Vasti ofreció un
11 Cuando Mardoqueo despertó, se le ha-
bía grabado profundamente aquel sueño, banquete a las mujeres del palacio real de
en el que había visto los planes de Dios, y Asuero.
10 El séptimo día, cuando el rey estaba
estuvo dándole vueltas hasta la noche, in-
tentado descifrarlo. alegre por el vino, ordenó a Maumán, Ba-
zata, Jarbona, Bagatá, Abgatá, Zetar y Car-
El banquete del rey Asuero cás, los siete eunucos que estaban al servi-
1 Era
en tiempo del rey Asuero, cuyo cio personal del rey Asuero, 11 que le
1 imperio abarcaba ciento veintisiete trajeran a la reina Vasti con su corona real,
provincias, desde la India hasta Nubia. para que los generales y el pueblo admira-

11,1-11 Sueño de Mardoqueo. El relato hebreo lo largo de la obra: el nombre de Mardoqueo y su pro-
original, como quedó dicho en la Introducción, fue cedencia; el sueño de Mardoqueo, que vendrá re-
completado posteriormente con textos en griego, pro- suelto e interpretado al final de la obra a la luz de los
bablemente para introducirle un poco el ingrediente hechos (10,5-11). Queda también planteado el es-
religioso que no es muy explícito en el original he- quema de la trama que corresponde a los modelos
breo. Es un hecho que en el texto hebreo no se men- tradicionales de la narrativa judía: surge un grave pe-
ciona a Dios por ninguna parte, aunque es fácilmente ligro para el pueblo; el pueblo, en cabeza de su guía
deducible que los acontecimientos y el desenlace de o de sus guías, se dirige a Dios; Dios responde librán-
la trama sólo puede ser obra del Dios de los judíos. dolo del peligro y dándole la victoria.
Quizás los lectores de la época en que el libro fue tra- 1,1-22 El banquete del rey Asuero. Se inicia esta
ducido al griego sintieron algún escrúpulo por la falta primera sección del libro en un ambiente de palacio,
de esta explicitación religiosa, y ello motivaría las am- de fasto y de derroche de opulencia. En realidad no
pliaciones que fueron introducidas. se trata de un solo banquete, se trata de tres: el que
Esta primera sección corresponde, pues, a una de ofrece el rey a los nobles, cortesanos y generales (2-
las varias adiciones en griego. Se anticipan aquí algu- 4), el que ofrece para el pueblo (5), y el tercero que
nos elementos que van a jugar un papel importante a es ofrecido por la reina para las mujeres de palacio
ESTER 1 726
sen su belleza, porque era muy hermosa. 21 El rey y los príncipes aprobaron la
12 Pero cuando los eunucos le transmitieron propuesta. El rey hizo lo que había sugerido
la orden del rey, la reina Vasti no quiso ir. El Memucán: 22 mandó cartas a todas las pro-
rey tuvo un acceso de ira y se enfureció; vincias del imperio, a cada una en su escri-
13 luego consultó a los letrados –porque los tura y a cada pueblo en su lengua, orde-
asuntos del rey se solían consultar a los ex- nando que fuese el marido quien mandase
pertos en derecho–; 14 mandó que se pre- en casa.
sentaran Carsená, Setar, Admatá, Tarsis,
Ester, elegida reina
Mares, Marsana y Memucán, los siete gran- 1 Más adelante, cuando se le pasó la
des del reino de Persia y Media, que for-
maban parte del consejo real y ocupaban
2 cólera, el rey se acordó de Vasti, de lo
los primeros puestos en el reino, y les pre- que había hecho y lo que él decretó con
guntó: aquel motivo. 2 Entonces le dijeron los cor-
15 –¿Qué sanción hay que imponer a la tesanos:
reina Vasti por no haber obedecido la orden –Que le busquen al rey muchachas sol-
del rey Asuero, transmitida por los eunu- teras y bellas. 3 El rey puede nombrar dele-
cos? gados en todas las provincias del imperio
16 Ante el rey y los grandes del reino res- para que reúnan a todas las muchachas en
pondió Memucán: el harén de la fortaleza de Susa, bajo el
–La reina Vasti no sólo ha faltado al rey, mando de Hegeo, eunuco real guardián de
sino a todos los gobernadores y a todos los las mujeres, que les dará cremas de belle-
súbditos que tiene el rey Asuero en las pro- za, 4 y la muchacha que más le guste al rey
vincias. 17 Porque cuando las mujeres se sustituirá a la reina Vasti.
enteren de lo que ha hecho la reina, des- Al rey le agradó la propuesta, y fue lo
preciarán a sus maridos. Dirán: El rey que se hizo.
5 En la fortaleza de Susa vivía un judío
Asuero mandó que se presentara la reina
Vasti, y ella no fue. 18 Hoy mismo, las mu- llamado Mardoqueo, hijo de Yaír, y descen-
jeres de los príncipes de Persia y Media que diente de Semeí, y de Quis, benjaminita,
6 que había sido deportado desde Jerusalén
oigan lo de la reina, hablarán a sus maridos
en el mismo tono y acabarán desprecián- con Jeconías, rey de Judá, entre los cauti-
dolos y riñendo. 19 Si al rey le parece bien, vos que se llevó Nabucodonosor, rey de
publique un decreto real, que se incluirá en Babilonia. 7 Mardoqueo había criado a Ha-
la legislación de Persia y Media con carác- dasá, es decir, Ester, prima suya, huérfana
ter irrevocable, prohibiendo que Vasti se de padre y madre. La muchacha era muy
presente al rey Asuero y otorgando el título guapa y atractiva, y al morir sus padres,
de reina a otra mejor que ella. 20 Cuando Mardoqueo la adoptó por hija.
por todo el inmenso imperio del rey oigan el 8 Cuando se promulgó el decreto real,
decreto real, todas las mujeres honrarán a llevaron a muchas chicas a la fortaleza de
sus maridos, nobles o plebeyos. Susa, bajo las órdenes de Hegeo, y llevaron

(9). En los tres casos, según nos señala el narrador, el xual, comercial y mercantilista. Vasti desaparece de
motivo de los banquetes es hacer alarde del poder, de escena. Ni siquiera supimos los términos con los cua-
la riqueza y del esplendor del reino. El marco del ban- les se negó comparecer ante el rey; sin embargo, que-
quete es propicio para que el rey sienta deseos de da el testimonio de alguien de sexo femenino que fue
compartirlo con su esposa oficial, la reina Vasti (11) capaz de desobedecer una orden del gran señor y
quien se niega rotundamente a tal requerimiento dueño de todo el territorio que va «desde la India has-
(12); esto provoca la ira del rey y el consiguiente de- ta Nubia», y no sólo del territorio, también de sus ha-
rrocamiento de la reina por tratarse de un acto de re- bitantes.
beldía. 2,1-23 Ester, elegida reina. Se describe aquí el
Una lectura femenina de este incidente no dudará complicado proceso al que son sometidas las jóvenes
en respaldar la actitud de Vasti como figura de todas que deben presentarse ante el rey para escoger la rei-
las mujeres que a lo largo de la historia hasta nuestros na sustituta. Hemos de suponer qué atributos deben
días han tenido que soportar, y siguen soportando, el tener las muchachas, no sólo belleza, sino, además,
dominio patriarcal que sólo ve en ellas un objeto se- sumisión total.
727 ESTER 11
también a Ester a palacio y se la encomen- 18 Después ofreció un gran banquete, en
daron a Hegeo, guardián de las mujeres. honor de Ester, a todos sus generales y ofi-
9 A Hegeo le gustó la muchacha, y como cialidad, ordenó un día de descanso y re-
le agradó le dio inmediatamente las cremas partió regalos con generosidad propia de
de belleza y los alimentos y le asignó siete un rey.
19 Cuando Ester pasó al segundo harén,
esclavas, escogidas del palacio real; des-
pués la trasladó, con sus esclavas, a un como las demás muchachas, 20 no dijo de
apartamento mejor dentro del harén. qué raza ni de qué familia era; se lo había
10 Ester no dijo de qué raza ni de qué fa- encargado Mardoqueo, a quien obedecía
milia era, porque Mardoqueo se lo había igual que cuando vivía con él. Mardoqueo
prohibido. le había ordenado que temiese a Dios y
11 Mardoqueo paseaba diariamente ante cumpliese sus mandamientos como cuan-
el atrio del harén para enterarse de cómo do vivía con él. Y Ester no cambió de con-
iba Ester y cómo la trataban. ducta.
12 Cada muchacha se preparaba durante 21 Por entonces, Mardoqueo era funcio-
doce meses, según el reglamento de las nario de la corte. Bigtán y Teres, dos eunu-
mujeres –es lo que duraba el tratamiento de cos reales del cuerpo de centinelas, esta-
belleza: seis meses a base de aceite de mi- ban descontentos y planeaban un atentado
rra y seis meses con diversos bálsamos y contra el rey Asuero. 22 El plan llegó a oídos
otras cremas femeninas–; 13 después, cuan- de Mardoqueo; se lo dijo a la reina Ester, y
do le llegaba el turno de presentarse ante el Ester habló al rey por encargo de Mardo-
rey Asuero, le daban todo lo que quería lle- queo. 23 Hecha una investigación, se descu-
var consigo del harén al palacio real. 14 En- brió la conjura. Los dos eunucos fueron
traba por la tarde, y a la mañana volvía a ahorcados, y el suceso se consignó por es-
un segundo harén, a las órdenes de Sagse- crito en los anales del reino, en presencia
gaz, eunuco real guardián de las concubi- del rey.
nas; ya no volvía a presentarse al rey, a no
ser que el rey la desease y la llamase ex- Mardoqueo delata a los golpistas
12 Mardoqueo vivía en la corte con
presamente.
15 Cuando a Ester, hija de Abijail, tío de 11 Gabazá y Zarra, los dos eunucos rea-
Mardoqueo, su padre adoptivo, le llegó el les centinelas, y oyendo sus conversacio-
13

turno de presentarse al rey, se contentó con nes se enteró de sus planes, hasta averiguar
lo que dijo Hegeo, eunuco real, guardián de que preparaban un atentado contra el rey
las mujeres. Ester se ganaba a cuantos la Artajerjes. Mardoqueo informó al rey de
veían. 16 En el año séptimo del reinado de todo. 14 El rey interrogó a los dos eunucos;
Asuero, el mes décimo, o sea, el mes de ellos confesaron y fueron ajusticiados.
15 Entonces el rey mandó escribir este suce-
enero, llevaron a Ester al palacio real, al rey
Asuero, 17 y el rey la prefirió a las otras mu- so en los anales, y Mardoqueo, por su cuen-
jeres, y alcanzó su favor más que el resto ta, escribió una relación de todo aquello.
16 El rey dio a Mardoqueo un cargo en la
de los israelitas, tanto que la coronó, nom-
brándola reina en vez de Vasti. corte y lo recompensó con regalos. 17 Pero
Dos elementos son esenciales en la narración: el todavía, sino más adelante, en momentos cruciales
primero es el silencio respecto a la procedencia de para la vida de todo el pueblo judío. Por el momento,
Ester (10), cosa poco creíble, pues en ninguna parte el narrador se contenta con decir que dicho «suceso
los judíos pasan desapercibidos; y en segundo lugar, se consignó por escrito en los anales del reino» (23).
la preferencia de Asuero por la joven Ester (17s), pun- 11,12-17 Mardoqueo delata a los golpistas. El re-
to al que estaba orientada la narración desde el co- dactor griego, con riesgo de poner en peligro el buen
mienzo. El lector israelita, conocedor de sus propias curso del hilo narrativo, inserta en la narración hebrea
tradiciones, estaba en grado de descubrir con toda fa- una versión ampliada del complot que se estaba tra-
cilidad la discreta acción de Dios en la elección de Es- mando contra el rey, la oportuna intervención de Mar-
ter. doqueo, la recompensa de la que es objeto el delator
Los versículos 21-23 anticipan la acción de Mardo- y el odio que estos sucesos suscitan en Amán, el fun-
queo a favor del rey cuya importancia no se va a ver cionario arribista.
ESTER 11 728
Amán, el hijo de Hamdatá, de Agag, un per- a su majestad le parece bien, decrete su ex-
sonaje con mucho prestigio ante el rey, an- terminio, y yo entregaré a los administra-
daba buscando la manera de perjudicar a dores trescientas toneladas de plata para el
Mardoqueo y a su gente por el asunto de los tesoro real.
dos eunucos del rey. 10 El rey se quitó el anillo del sello y se
lo entregó a Amán, hijo de Hamdatá, des-
Amán y Mardoqueo
1 Pasado
cendiente de Agag, enemigo de los judíos,
algún tiempo, el rey Asuero
3 ascendió a Amán, hijo de Hamdatá,
11 diciéndole:
–Haz con ellos lo que te parezca, y qué-
de Agag. Le asignó un trono más alto que date con el dinero.
el de los ministros colegas suyos. 2 Todos 12 Los secretarios del reino fueron con-
los funcionarios de palacio, según orden del vocados para el día trece del mes primero.
rey, rendían homenaje a Amán doblando la Y tal como ordenó Amán, redactaron un do-
rodilla, pero Mardoqueo no le rendía home- cumento destinado a los funcionarios rea-
naje doblando la rodilla. les, a los gobernadores de cada una de las
3 Los funcionarios de palacio le pregun-
provincias y a los jefes de cada pueblo, a
taron: cada provincia en su escritura y a cada pue-
–¿Por qué desobedeces la orden del rey? blo en su lengua. Estaba escrito en nombre
4 Y como se lo decían día tras día sin que
del rey Asuero y sellado con el sello real.
les hiciera caso, lo denunciaron a Amán, 13 A todas las provincias del imperio los
por ver si a Mardoqueo le valían sus excu- correos llevaron cartas en las que se orde-
sas, porque les había dicho que él era judío. naba exterminar, matar y aniquilar a todos
5 Amán comprobó que Mardoqueo no le
los judíos, niños y viejos, chiquillos y muje-
rendía homenaje doblando la rodilla, y se res, y saquear sus bienes el mismo día: el
enfureció. 6 Pero no se contentó con casti- día trece del mes duodécimo, o sea, el mes
gar sólo a Mardoqueo. Como le habían di- de marzo.
cho a qué raza pertenecía, pensó aniquilar 14 El texto de la carta, con fuerza de ley
con él a todos los judíos del imperio de para todas y cada una de las provincias, se
Asuero. haría público a fin de que todos estuviesen
7 El año doce del reinado de Asuero, el
preparados para aquel día.
mes primero, o sea, el mes de abril, se hizo 15 Obedeciendo al rey, los correos par-
ante Amán el sorteo, llamado pur, por días tieron veloces. El edicto fue promulgado en
y por meses. La suerte cayó en el mes la fortaleza de Susa, y mientras el rey y
doce, o sea, el mes de marzo. Amán banqueteaban, toda Susa quedó
8 Amán dijo al rey Asuero:
conmocionada.
–En todas las provincias de tu reino, hay
un pueblo aislado, diseminado entre todos Edicto real en contra de los judíos
los otros pueblos. Tienen leyes diferentes 1 Copia de la carta:
de los demás y no cumplen los decretos 12 El emperador Artajerjes a los go-
reales. Al rey no le conviene tolerarlos. 9 Si bernadores de las ciento veintisiete provin-

3,1-15 Amán y Mardoqueo. Amán encuentra una queo y de todos los de su etnia está echada. Por aho-
buena excusa para eliminar de su carrera política al ra la intolerancia, cobijada con el manto de la «segu-
funcionario honesto y leal. Pero como generalmente ridad nacional», tiene todas las de ganar.
los poderosos no se contentan con pequeñas ejecu- 12,1-7 Edicto real en contra de los judíos. El au-
ciones que poco o nada resuenan en la vida nacional tor griego ha compuesto un texto; con él ha querido
e internacional, Amán lleva las cosas hasta el extremo analizar y denunciar los motivos de esa razón de esta-
de proponer al rey el exterminio de todos los de la do que conduce al genocidio. De ese modo, ha escri-
misma raza de Mardoqueo. Sin medir ninguna conse- to un documento de perenne actualidad. En manos
cuencia, Asuero deja en libertad a su ministro para del autor griego, el decreto se convierte en denuncia
que proceda. El rey sabe que el imperio, para ser im- indignada y sarcástica de muchas situaciones seme-
perio, debe unificar uniformando, tiene que ser into- jantes: de las que sufrieron los hebreos bajo los dia-
lerante, eliminando lo que aparece distinto en cada docos y epígonos, de las que sufrirán bajo los romanos
lugar, en cada provincia. La suerte pues, de Mardo- y de otras más a lo largo de la historia.
729 ESTER 12
cias, desde la India hasta Etiopía, y a los je- Tristeza de los judíos
fes de distrito bajo sus órdenes: 1 Cuando Mardoqueo supo lo que pa-
2 Jefe de muchas naciones y señor de 4 saba, se rasgó las vestiduras, se vistió
toda la tierra, procuro no ensoberbecerme un sayal, se echó ceniza y salió por la ciu-
con la arrogancia que da el poder, sino go- dad lanzando gritos de dolor:
bernar siempre equitativa y benévolamen- –¡Desaparece un pueblo inocente!
te, para que mis súbditos disfruten siempre 2 Y llegó hasta la puerta del palacio real,
de una vida sin tormentas. Ofreciendo así por la que nadie podía pasar vistiendo un
una política humana, y dejando libertad sayal.
dentro de nuestras fronteras, intento resta- 3 De provincia en provincia, según se iba
blecer la paz tan deseada de todos. publicando el decreto real, todo era un gran
3 Al consultar a mis consejeros cómo se
duelo, ayuno, llanto y luto para los judíos;
podría conseguir esto, Amán, que se distin- muchos se acostaron sobre ceniza vestidos
gue por su prudencia, hombre de una dedi- de penitencia.
cación sin igual, de una fidelidad inque- 4 Las esclavas y los eunucos de Ester
brantable y probada y que por eso ha fueron a decírselo, y la reina se llenó de an-
recibido el honor de ocupar el segundo lu- gustia; mandó ropa a Mardoqueo para que
gar en el reino, 4 nos ha informado de que se vistiera y se quitara el sayal, pero Mardo-
entre todos los pueblos de la tierra hay un queo no la aceptó. 5 Entonces Ester llamó a
pueblo odioso, con un régimen jurídico Hatac, uno de los eunucos reales al servicio
opuesto al de todas las naciones, que des- de la reina, y lo mandó a ver a Mardoqueo
precia continuamente las órdenes reales, para informarse de lo que pasaba y por qué
hasta el punto de estorbar nuestra política hacía aquello. 6 Hatac fue a hablar con Mar-
irreprochable y recta. doqueo, que estaba en la plaza, ante la
5 Por eso, considerando que este pueblo
puerta de palacio. 7 Mardoqueo le comunicó
singular, enemigo de todos y completa- lo que había pasado: le contó en detalle lo
mente aparte por su legislación, enemigo de del dinero que Amán había prometido in-
nuestros intereses, comete los peores críme- gresar en el tesoro real a cambio del exter-
nes, hasta el punto de amenazar la estabili- minio de los judíos; 8 y le dio una copia del
dad de nuestro reinado, decreto que había sido promulgado en Susa
6 Ordenamos que el día catorce del mes
ordenando el exterminio de los judíos, para
duodécimo, el mes de marzo, del presente que se la enseñara a Ester y le informara,
año todos los que se les indican en la carta que mandase a la reina presentarse al rey
de Amán, nuestro jefe de gobierno, que es intercediendo en favor de los suyos.
como nuestro segundo padre, sean extermi-
nados de raíz, con sus mujeres y niños, por Súplica de Mardoqueo a Ester
la espada de sus enemigos, sin compasión 8 Quele dijese:
ni miramiento alguno, 7 para que, arrojados 12 9 Acuérdate de cuando eras pequeña
violentamente al sepulcro en un solo día es- y yo te daba de comer. El virrey Amán ha
tos enemigos de ayer y de hoy, nuestra po- pedido nuestra muerte. 10 Invoca al Señor,
lítica marche en el futuro con seguridad y habla al rey en favor nuestro, líbranos de la
orden perpetuos. muerte.
4,1-8 Tristeza de los judíos. El decreto, promulga- ciones al texto hebreo, incluyendo aquí la petición
do por todo el imperio, provoca el dolor y la cons- que hace Mardoqueo a la reina: invocar al Señor e in-
ternación de todos los judíos. La manera tradicional terceder ante el rey.
externa en la que se manifiesta esta tristeza y angus- 4,9-17 Instrucciones de Ester a Mardoqueo. La
tia es vistiendo saco y cubriéndose de ceniza. Es de reina es consciente de lo poco que ella puede hacer
suponer que la tristeza y las lamentaciones de los ju- por sí misma. De ahí que la única esperanza sea una
díos de Susa es el reflejo de todos los judíos del im- intervención divina, intervención que se espera me-
perio. diante el ayuno y la penitencia. Por otra parte, el au-
12,8-10 Súplica de Mardoqueo a Ester. La reina tor va dejando consignada una enseñanza importan-
Ester ha sido informada de la suerte que se cierne so- te: la elección de Ester no ha sido para privilegio
bre su pueblo. El redactor que ha insertado amplia- alguno, sino, para el servicio. Es poco ser la reina del
ESTER 4 730
Instrucciones de Ester a Mardoqueo de todo; 4 ni hay, Señor, quien se te pueda
9 Hatac transmitió a Ester la respues- oponer. 5 Tú lo sabes todo. Si yo me niego a
4 ta de Mardoqueo, 10 y Ester le dio este postrarme ante ese soberbio Amán, tú sabes
recado para Mardoqueo: bien, Señor, que no lo hago por arrogancia,
11 –Los funcionarios reales y la gente de orgullo o vanidad; 6 que por salvar a Israel,
las provincias del Imperio saben que, por de buena gana le besaría yo la planta del
decreto real, cualquier hombre o mujer que pie. 7 Si me he negado a hacerlo es porque
se presente al rey en el patio interior sin ha- para mí Dios está por encima de cualquier
ber sido llamado es reo de muerte; a no ser hombre. Yo no me postro ante nadie si no es
que el rey, extendiendo su cetro de oro, le ante ti, Señor mío; no lo hago por orgullo.
8 Ahora, Señor, Dios rey, Dios de Abrahán,
perdone la vida. En cuanto a mí, hace un
mes que el rey no me ha llamado. perdona a tu pueblo; porque traman nuestra
12 Cuando Mardoqueo recibió la res- muerte, han deseado aniquilar tu antigua
puesta de Ester, 13 ordenó que le contesta- herencia. 9 No desprecies la porción que te
ran: rescataste del país de Egipto; 10 escucha mi
–No creas que por estar en palacio vas a súplica, apiádate de tu herencia, cambia
ser tú la única que quede con vida entre to- nuestro duelo en fiesta, para que vivamos
dos los judíos. ¡Ni mucho menos! 14 Si aho- celebrando tu nombre, Señor. No hagas en-
ra te niegas a hablar, la liberación y la ayu- mudecer la boca de los que te alaban.
11 Ante la muerte inminente, todos los is-
da les vendrán a los judíos de otra parte,
pero tú y tu familia desaparecerán. ¡Quién raelitas gritaban a Dios con todas sus fuer-
sabe si no has subido al trono para una zas.
ocasión como ésta! Oración de Ester
15 Entonces Ester envió esta respuesta a
12 La reina Ester, temiendo el peligro in-
Mardoqueo:
16 –Vete a reunir a todos los judíos que minente, acudió al Señor. 13 Se despojó de
viven en Susa; ayunen por mí. No coman ni sus ropas lujosas y se vistió de luto; en vez
beban durante tres días con sus noches. Yo de perfumes refinados, se cubrió la cabeza
y mis esclavas haremos lo mismo, y al aca- de ceniza y basura, y se desfiguró por com-
bar me presentaré ante el rey, incluso con- pleto, cubriendo con sus cabellos revueltos
tra su orden. Si hay que morir, moriré. aquel cuerpo que antes se complacía en
17 Mardoqueo se fue a cumplir las ins- adornar. 14 Luego rezó así al Señor, Dios de
trucciones de Ester. Israel:
Señor mío, único rey nuestro.
Oración de Mardoqueo Protégeme, que estoy sola
1Yoró así, recordando todas las ha- y no tengo otro defensor fuera de ti,
13 zañas del Señor. 15 porque yo misma
2 –Señor, Señor, rey y dueño de todo, por- me he expuesto al peligro.
que todo está bajo tu poder y no hay quien 16 Desde mi infancia oí,
se oponga a tu voluntad de salvar a Israel. en el seno de mi familia,
3 Tú creaste el cielo y la tierra y todas las ma- cómo tú, Señor, escogiste
ravillas que hay bajo el cielo, y eres Señor a Israel entre las naciones,

imperio persa, es mucho ser la mediadora en la obra tado en el recuerdo de la liberación de Egipto. Por
de la liberación del pueblo de Dios aun con riesgo de todo eso, el orante espera confiado que el Señor vuel-
perder la propia vida (16). va a actuar en favor de su heredad.
13,1-11 Oración de Mardoqueo. Ésta es una nue- 13,12-30 Oración de Ester. La oración de Ester si-
va inserción del autor tardío donde queda reflejado el gue la misma línea de la oración de Mardoqueo. En ella
espíritu religioso con que fue leído el libro. Se subra- se reconoce la grandeza única e inigualable de Dios al
ya en esta oración el carácter salvífico de Dios ( 9), su tiempo que refleja la fe inquebrantable en el cumpli-
potencia creadora (10), su exclusivo señorío sobre el miento de las promesas por parte de Dios a su pueblo.
mundo y la humanidad, que excluye cualquier inten- La actitud de la orante aquí es paradigmática: el desva-
to humano de sometimiento de unos sobre otros (12- lido, aunque rodeado de poder y gloria sólo tiene un
14) y, por último, el poder liberador de Dios manifes- mero punto de apoyo, su Dios, Señor de cielos y tierra.
731 ESTER 14
a nuestros padres 26 y sabes que odio
entre todos sus antepasados la gloria de los impíos,
para ser tu herencia perpetua, que me horroriza
y les cumpliste el lecho de los incircuncisos
lo que habías prometido. y de cualquier extranjero.
17 Nosotros hemos pecado contra ti 27 Tú conoces mi peligro.
dando culto a otros dioses; Aborrezco este emblema
18 por eso nos entregaste a de grandeza
nuestros enemigos. que llevo en mi frente
¡Eres justo, Señor! cuando aparezco en público.
19 Y no les basta Lo aborrezco
nuestro amargo cautiverio, como un harapo inmundo,
sino que se han comprometido y en privado no lo llevo.
con sus ídolos, 28 Tu sierva no ha comido
20 jurando invalidar el pacto a la mesa de Amán,
salido de tus labios, ni estimado el banquete del rey,
haciendo desaparecer tu herencia ni bebido vino de libaciones.
y enmudecer a los que te alaban, 29 Desde el día de mi exaltación
extinguiendo tu altar hasta hoy,
y la gloria de tu templo tu sierva sólo se ha deleitado en ti,
21 y abriendo los labios de los gentiles Señor, Dios de Abrahán.
para que den gloria a sus ídolos 30 ¡Oh Dios poderoso sobre todos!
y veneren eternamente Escucha el clamor
a un rey de carne. de los desesperados,
22 No entregues, Señor, tu cetro líbranos de las manos
a los que no son nada. de los malhechores
Que no se burlen de nuestra caída. y a mí quítame el miedo.
Vuelve contra ellos sus planes,
que sirva de escarmiento Ester y Asuero
1 Al tercer día, al acabar la oración,
el que empezó a atacarnos.
23 Atiende, Señor, 14 Ester se quitó la ropa de suplicante y
muéstrate a nosotros se vistió con todo lujo. 2 Quedó esplendoro-
en la tribulación, sa. Luego, invocando al Dios y salvador que
y dame valor, Señor, vela sobre todos, marchó con dos doncellas,
3 apoyándose suavemente en una con deli-
rey de los dioses
y señor de poderosos. cada elegancia, 4 mientras la otra la acom-
24 Pon en mi boca pañaba llevando la cola del vestido. 5 Ester
un discurso acertado iba encendida, radiante de hermosura, con
cuando tenga que hablar al león; el rostro alegre, como una enamorada, pero
haz que cambie con el corazón angustiado.
y aborrezca a nuestro enemigo, 6 Atravesó todas las puertas, hasta que-
para que perezca dar de pie ante el rey. Estaba sentado en su
con todos sus cómplices. trono real, revestido de todos sus ornamen-
25 A nosotros líbranos con tu mano, tos majestuosos, de oro y piedras preciosas.
y a mí, que no tengo otro auxilio El rey aparecía terrible. 7 Levantó su rostro
fuera de ti, protégeme tú, Señor, encendido de majestad y, en un arrebato de
que lo sabes todo, ira, lanzó una mirada. La reina palideció y

14,1-15 Ester ante Asuero. Una nueva inserción que cambie el corazón del rey. En efecto, quien se
del redactor tardío que interrumpe la escena de la presentaba ante el trono sin haber sido llamado pre-
presentación de Ester ante el rey y que tiene como fi- viamente debía morir, pero en el caso de Ester, la ira
nalidad constatar el cumplimiento de una de las peti- del rey desaparece y acoge cariñosamente a su mujer
ciones de la oración de Ester. Ella ha pedido a su Dios (10-15).
ESTER 14 732
se apoyó en el hombro de la doncella, des- –Pídeme lo que quieras y te lo doy. Aun-
mayándose. 8 Entonces Dios movió al rey a que pidas la mitad de mi reino, la tendrás.
benevolencia; se inquietó, saltó de su trono 7 Ester respondió:
y tomó a Ester en sus brazos, animándola –Mi petición y mi deseo es que 8 si el rey
con palabras tranquilizadoras mientras ella quiere hacerme un favor, si quiere acceder
volvía en sí: a mi petición y cumplir mi deseo, venga
9 –¿Qué pasa, Ester? Soy tu esposo. con Amán al banquete que voy a preparar-
10 Ánimo, no morirás. Nuestra orden es sólo le mañana, y entonces le responderé.
para nuestros súbditos. 11 Acércate. 9 Amán salió aquel día alegre y de buen
12 Puso su cetro de oro sobre el cuello de humor; pero cuando vio que Mardoqueo, a
Ester y la acarició, diciéndole: la puerta del palacio real, no se levantaba
–Háblame. ni se apartaba, se llenó de furor contra Mar-
13 Ester le dijo: doqueo, 10 pero se dominó. 11 Al llegar a
–Te vi, señor, como a un ángel de Dios, casa, llamó a sus amigos y a su mujer, Za-
y me atemoricé ante tanto esplendor. res; les habló del esplendor de sus riquezas,
14 Porque eres admirable, señor, y tu rostro de sus muchos hijos y de cómo el rey lo ha-
fascina. bía engrandecido ascendiéndolo sobre sus
15 Mientras hablaba, se desmayó. 16 El funcionarios y ministros. 12 Y añadió:
rey se turbó, y todos los cortesanos intenta- –Además, la reina Ester, a ese banque-
ban reanimarla. te que ha celebrado, no ha invitado más
El rey y el virrey con Ester
que al rey y a mí. Y también estoy invitado
con el rey para mañana. 13 Pero todo esto
1 Al tercer día, Ester se puso sus ves-
5 tidos de reina y llegó hasta el patio in-
no me satisface mientras siga viendo al ju-
dío Mardoqueo sentado a la puerta de pa-
terior del palacio, frente al salón del trono. lacio.
El rey estaba sentado en su trono real, en el 14 Su mujer, Zares, y sus amigos le dije-
salón, frente a la entrada. 2 Cuando vio a la ron:
reina Ester, de pie en el patio, la miró com- –Que preparen una horca de veinticinco
placido, extendió hacia ella el cetro de oro metros. Por la mañana le pides al rey que
que tenía en la mano y Ester se acercó a to- ahorquen allí a Mardoqueo, y luego te vas
car el extremo del cetro. 3 El rey le preguntó: contento al banquete.
–¿Qué te pasa, reina Ester? Pídemelo, y A Amán le gustó la propuesta, y mandó
te daré hasta la mitad de mi reino. preparar la horca.
4 Ester dijo:
–Si le agrada al rey, venga hoy con Amán Honor para Mardoqueo
al banquete que he preparado en su honor. 1 Aquella noche el rey no lograba con-
5 El rey dijo: 6 ciliar el sueño. Entonces mandó traer
–Avisen inmediatamente a Amán, que el libro de los anales o crónicas. Se los le-
acepte la invitación de Ester. yeron. 2 Y allí se contaba cómo Mardoqueo
El rey y Amán fueron al banquete pre- había descubierto a Bigtán y Teres, los dos
parado por Ester. eunucos reales centinelas, que habían que-
6 Y en medio de los brindis, el rey dijo a rido atentar contra el rey Asuero. 3 El rey
Ester: preguntó:

5,1-14 El rey y el virrey con Ester. El movimiento carácter marcado de desafío personal, pues conoce al
narrativo va a marcarse en tres encuentros de Ester causante de la situación que están viviendo los judíos.
con Asuero, subrayados por la triple oferta del rey: Por su parte, a Amán no le basta que Mardoqueo pe-
Pide lo que quieras. El primer encuentro culmina en rezca en la matanza general ya decretada; tiene que
5,3 y está preparado por el laborioso diálogo del ca- apartarlo, ser su verdugo, exhibirlo ante la población
pítulo precedente; el segundo es brevísimo, un ban- siguiendo los consejos de sus amigos.
quete con Amán; el tercero es otro banquete con 6,1-14 Honor para Mardoqueo. Empieza a girar
Amán, pero éste sólo tendrá lugar en el capítulo 7 en el relato una constelación de ignorancias de los
donde, además, llega también el desenlace. La pre- persona jes, a sabiendas del lector. Asuero ignora que
sencia de Mardoqueo a la puerta del palacio toma un Ester es judía, que Amán odia a Mardoqueo, que éste
733 ESTER 7
–¿Qué premio o recompensa se le dio a 12 Después, mientras Mardoqueo volvía
Mardoqueo por aquello? a su puesto en palacio, Amán corría hacia
Los cortesanos que asistían al rey res- su casa, triste y tapándose la cara. 13 Con-
pondieron: tó a su mujer, Zares, y a todos sus amigos
–No se le dio nada. lo que había pasado. Zares y sus sabios le
4 Entonces el rey preguntó: dijeron:
–¿Quién está en el patio? –Si Mardoqueo, ante quien has empe-
En aquel momento llegaba Amán al pa- zado a caer, es de raza judía, no podrás con
tio exterior de palacio para pedir al rey que él; caerás ante él hasta el fondo. No podrás
ahorcasen a Mardoqueo en la horca que le defenderte de él porque el Dios vivo está
había preparado. con él.
5 Los cortesanos respondieron: 14 Estaban todavía hablando con él

–En el patio está Amán. cuando llegaron los eunucos reales para
El rey dijo: llevarlo en seguida al banquete preparado
–Que entre. por Ester.
6 Cuando entró Amán, el rey le preguntó:
Hundimiento de Amán
–¿Qué se puede hacer en favor de uno a 1 El rey y Amán fueron al banquete
quien el rey quiere honrar?
Amán pensó para sus adentros: Y, ¿a
7 con la reina Ester. 2 Aquel segundo
quién va a querer honrar el rey si no es a día el rey volvió a preguntar a Ester en me-
mí? 7 Así que contestó: dio de los brindis:
–Que a esa persona a la que el rey quie- –Reina Ester, pídeme lo que quieras y te
re honrar 8 le traigan las vestiduras reales lo doy. Aunque me pidas la mitad de mi rei-
que suele llevar el rey, el caballo en el que no, la tendrás.
3 La reina Ester respondió:
suele cabalgar el rey y una corona real. 9 La
ropa y el caballo se los entregarán a un dig- –Majestad, si quieres hacerme un favor,
natario real que pertenezca a la nobleza, si te agrada, concédeme la vida –es mi pe-
que vista con esa ropa al hombre a quien el tición– y la vida de mi pueblo –es mi de-
rey quiere honrar y lo pasee a caballo por seo–. 4 Porque mi pueblo y yo hemos sido
la plaza de la ciudad, pregonando ante él: vendidos para el exterminio, la matanza y
¡Éste es el trato que se da a quien el rey la destrucción. Si nos hubieran vendido
quiere honrar! para ser esclavos o esclavas, me habría ca-
10 Entonces el rey dijo a Amán: llado, ya que esa desgracia no supondría
–Toma en seguida la ropa y el caballo daño para el rey.
5 El rey preguntó:
que has dicho y haz eso con Mardoqueo, el
judío funcionario de la corte. No omitas ni –¿Quién es? ¿Dónde está el que intenta
un detalle de lo que has dicho. hacer eso?
11 Amán tomó la ropa y el caballo, vistió 6 Ester respondió:
a Mardoqueo y lo paseó a caballo por la –¡El adversario y enemigo es ese mal-
plaza de la ciudad, pregonando ante él: vado, Amán!
–¡Éste es el trato que se da a quien el rey Amán quedó aterrorizado ante el rey y la
quiere honrar! reina.

es judío, que él debe la vida a Mardoqueo. Amán ig- co veces la expresión. La ceremonia honorífica pare-
nora que Ester es judía y que Mardoqueo salvó al rey. ce inspirada por Gn 41,42s.
De estas ignorancias se seguirá en el presente capítu- 7,1-10 Hundimiento de Amán. Llegamos al desen-
lo que Amán no será víctima del rey, sino de su pro- lace que el narrador sabe retrasar sin fatiga. Confron-
pia vanidad; y, por ella, del Señor, «del vengativo se tación de Amán con Ester en presencia del rey, de
vengará el Señor» (Eclo 28,1). La escena de los versí- modo que Amán no habla ni puede hablar. Ha perdi-
culos 6-9 es divertida. Una expresión clave se repite do la iniciativa, la autoridad, aunque conserve aún el
seis veces: «a quien el rey quiere honrar». El rey pien- sello del rey. La cólera del rey sólo se calma cuando
sa mentalmente en Mardoqueo, Amán piensa mental- Amán es ahorcado en la misma horca que él tenía
mente en sí mismo, y con íntimo regodeo repite cin- preparada para Mardoqueo.
ESTER 7 734
7Y el rey, en un arrebato de ira, se le- de Amán, hijo de Hamdatá, descendiente de
vantó del banquete y salió al jardín de pa- Agag, que había mandado exterminar a los
lacio, mientras Amán se quedó para pedir judíos en las provincias del imperio. 6 Por-
por su vida a la reina Ester, porque com- que, ¿cómo podré ver la desgracia que se
prendió que el rey ya había decidido su rui- echa sobre mi pueblo, cómo podré ver la
na. destrucción de mi familia?
8 Cuando el rey volvió del jardín de pala- 7 El rey Asuero dijo entonces a la reina
cio y entró en la sala del banquete, Amán Ester y al judío Mardoqueo:
estaba inclinado sobre el diván donde se re- –Ya ven que he dado a Ester la casa de
costaba Ester, y el rey exclamó: Amán y a él lo han ahorcado por atentar
–¿Y se atreve a violentar a la reina, ante contra los judíos. 8 Ustedes escriban, en
mí, en mi palacio? nombre del rey, lo que les parezca sobre los
Nada más decir esto, taparon la cara a judíos y séllenlo con el sello real, porque los
Amán, 9 y Harbona, uno de los eunucos del documentos escritos en nombre del rey y
servicio personal del rey, sugirió: sellados con su sello son irrevocables.
–Precisamente en casa de Amán han 9 Entonces, el día veintitrés del mes ter-
instalado una horca de veinticinco metros cero, o sea, el mes de junio, fueron convo-
de alto; la ha preparado Amán para Mardo- cados los secretarios del reino, y tal como
queo, que salvó al rey con su denuncia. ordenó Mardoqueo, se redactó un docu-
El rey ordenó: mento destinado a los judíos, autoridades,
–¡Ahórquenlo allí! gobernadores y jefes de las provincias
10 Ahorcaron a Amán en la horca que –ciento veintisiete provincias, desde la India
había levantado para Mardoqueo, y la cóle- hasta Etiopía–, a cada provincia en su es-
ra del rey se calmó. critura y a cada pueblo en su lengua; a los
Triunfo de los judíos
judíos, en su alfabeto y su lengua.
10 Redactaron un documento en nombre
1 Aquel día el rey Asuero entregó a la
8 reina Ester la casa de Amán, el ene-
del rey Asuero, lo sellaron con su sello y
despacharon las cartas por correos monta-
migo de los judíos; y Mardoqueo fue pre- dos en caballos velocísimos, pura sangre,
sentado al rey, que ya sabía por Ester el pa- de las caballerizas reales.
rentesco que tenía con la reina. 2 El rey se 11 En dicho documento el rey concedía a
quitó el anillo que había recuperado de los judíos de todas y cada una de las ciu-
Amán y se lo entregó a Mardoqueo. Ester dades el derecho a reunirse y defenderse, a
confió a Mardoqueo la administración de la exterminar, matar y aniquilar a cualquier
casa de Amán. gente armada de cualquier raza o provincia
3 Ester volvió a hablar al rey. Cayó a sus
que los atacara, incluso a sus mujeres y ni-
pies llorando y suplicándole que anulase ños, más el derecho a saquear sus bienes
los planes perversos que Amán de Agag en todas las provincias del rey Asuero, 12 el
había tramado contra los judíos. mismo día, el trece del mes duodécimo, o
4 Cuando el rey extendió hacia Ester el
sea, el mes de marzo.
cetro de oro, ella se levantó y quedó en pie
ante el rey. 5 Luego dijo: Edicto real a favor de los judíos
–Si al rey le agrada y quiere hacerme un 1 Copia de la carta:
favor, si mi propuesta le parece bien y si está 15 El emperador Artajerjes a los go-
contento de mí, revoque por escrito la carta bernadores de las ciento veintisiete provin-
8,1-12 Triunfo de los judíos. Lo que sigue está im- rey y sellado con el sello real es como una mueca ma-
plícito en la caída de Amán, pero el lector judío que- cabra del ajusticiado, una venganza después de morir.
ría explicitar en detalle la exaltación de Mardoqueo y A dicha inquietud responde el rey Asuero autorizando
del pueblo, el cambio de suerte por haber invocado al la promulgación de una ley que anule la que amena-
Señor y confiado en Él. Queda en el aire la pregunta zaba a los judíos.
por el fatídico decreto de Amán; es como si aún 15,1-24 Edicto real a favor de los judíos. El autor
muerto amenazara todavía a los judíos por aquella ley griego aprovecha el momento para componer otro
que le sobrevive. El decreto firmado en nombre del decreto, semejante en el estilo al primero, al de
735 ESTER 8
cias, desde la India hasta Etiopía, y a cuan- ble compañera en el trono, junto con toda
tos nos son leales, ¡salud! su raza. 14 Con estas medidas, él pensaba
2 Considerando que muchos, cuantos dejarnos aislados y pasar el poder de ma-
más beneficios y más honra reciben de sus nos de los persas a los macedonios.
bienhechores más se ensoberbecen, 3 y no 15 Resultando que no hemos comproba-
sólo intentan maltratar a nuestros súbditos, do que los judíos, condenados por este cri-
sino que, no pudiendo dominar su propia minal al exterminio, sean malhechores; al
arrogancia, conspiran contra sus mismos contrario, se rigen por leyes justísimas 16 y
bienhechores, borran del corazón humano son hijos del Altísimo, del gran Dios vivo,
el sentimiento de gratitud y, 4 más aún, en- que para bien nuestro y el de nuestros an-
soberbecidos con los aplausos de los mal- tecesores conserva el imperio con un orden
vados piensan escapar a la justicia del Dios excelente.
que siempre lo ve todo y odia a los malos. 17 Ordenamos que no sea obedecida la
5 Considerando que con frecuencia mu- carta enviada por Amán, hijo de Hamdatá,
chos constituidos en autoridad, influidos por 18 porque su autor ha sido ahorcado junto a
los que creían amigos, a quienes confiaron la las puertas de Susa, con todos los de su
marcha de sus asuntos, se han visto envuel- casa. El Señor dominador de todo le ha
tos en desgracias irreparables y convertidos dado enseguida el castigo que merecía.
en cómplices del asesinato de inocentes, por- 19 Expondrán en público copias de esta
que la maldad de los amigos, 6 a base de carta y permitirán a los judíos que sigan li-
sofismas engañosos, prevaleció sobre la ín- bremente sus leyes. 20 Ayúdenles además a
tegra nobleza de sentimientos de los gober- defenderse de quienes los ataquen, ese mis-
nantes. 7 Basta con mirar no a las anécdotas mo día trece del mes duodécimo, mes de
que se nos cuentan de la antigüedad, sino marzo. 21 Porque ese día trágico para el pue-
delante de nuestros mismos ojos: ¡cuántas blo elegido, el Dios dominador, universal, lo
maldades no se han cometido por esa peste ha convertido en día de alegría.
de gobernantes indignos! 8 Por lo cual pro- 22 Por tanto, ustedes, judíos, celebren
curaremos que en el futuro todos tengan ase- con toda solemnidad este día señalado en-
gurada la tranquilidad y la paz en el reino, tre sus fiestas solemnes, 23 para que ahora y
9 efectuando los cambios convenientes y dic-
en el futuro sea un recuerdo de salvación
taminando siempre con benevolencia y equi- para ustedes y los persas de buena volun-
dad los asuntos que se nos presenten. tad y un recuerdo de destrucción para sus
10 Resultando que Amán, de Hamdatá,
enemigos.
macedonio –extranjero tenía que ser, no de 24 Toda ciudad o región en general que
nuestra sangre y nuestra hidalguía–, recibi- no actúe conforme a la presente orden será
do por nosotros como amigo, 11 experimentó devastada sin piedad a hierro y fuego. Nin-
el trato humano que damos a todos los pue- gún hombre pondrá el pie en ella, y hasta
blos, hasta el punto de haber sido procla- las fieras y las aves la detestarán.
mado nuestro padre y reverenciado por to-
dos como virrey; 12 pero no sabiendo El edicto llega a todas las provincias
mantenerse en su rango, ha intentado arre- 13 El
texto del documento, con fuerza
batarnos el poder y la vida, porque con toda 8 de ley en todas y cada una de las pro-
clase de engaños 13 nos pidió la muerte de vincias, se haría público para que los judíos
Mardoqueo, nuestro salvador y continuo estuviesen preparados para vengarse de
bienhechor, y la de Ester, nuestra intacha- sus enemigos dicho día.

Amán, de doble extensión, imitando el lenguaje de las cerrar el libro y no leer más, sobre todo cuando sa-
cancillerías. bemos lo que viene, porque lo hemos leído en otra
8,13-17 El edicto llega a todas las provincias. ocasión. Pero nosotros no somos los dueños del libro
Con la carta que autoriza el rey para derogar la ley de para poner a nuestro gusto la palabra «FIN». Todo lo
Amán, llega también la salvación para todos los judíos que podemos hacer es echar mano, con fe y con ma-
del imperio, salvación que se traduce en fiesta y ale- durez cristiana, del máximo criterio de justicia con el
gría. Con esos acordes festivos (16-17) quisiéramos cual hemos de leer cualquier pasaje bíblico y pregun-
ESTER 8 736
14 A toda prisa, obedeciendo la orden del Dalfón, Aspatá, 8 Poratá, Adalía, Aridatá,
rey, los correos, montados en caballos ve- 9 Parmastá, Arisay, Ariday y Vaizatá, 10 los
locísimos, pura sangre, de las caballerizas diez hijos de Amán, de Hamdatá, enemigo
reales, partieron rápidos. El edicto se pro- de los judíos. Pero no obtuvieron botín.
mulgó en la fortaleza de Susa. 11 Cuando aquel mismo día comunica-
15 Mardoqueo salió de la presencia del ron al rey el número de víctimas en la for-
rey con vestiduras regias color violeta y taleza de Susa, 12 dijo a la reina Ester:
blanco, una gran corona de oro y un man- –Sólo en la fortaleza de Susa los judíos
to de lino color púrpura. En la ciudad de han exterminado a quinientos hombres y a
Susa resonaban gritos de alegría. los diez hijos de Amán. ¿Qué habrán hecho
16 Para los judíos fue un día luminoso y en las demás provincias del imperio? Pide
alegre, gozoso y triunfal. 17 En cada provin- lo que quieras, y te lo daré; si deseas algo
cia y ciudad adonde llegaba el decreto del más, se hará.
rey los judíos se llenaban de inmensa ale- 13 Ester respondió:

gría, y celebraban banquetes y fiestas. Y –Si al rey le agrada, que los judíos de
muchos gentiles se convirtieron, llenos de Susa puedan prorrogar hasta mañana el
temor ante los judíos. cumplimiento del decreto. Y que cuelguen
a los diez hijos de Amán.
Venganza judía 14 El rey ordenó que se hiciese así: se
1 El día trece del mes duodécimo, o
9 sea, el mes de marzo, cuando debía
prorrogó el decreto en Susa y colgaron a
los diez hijos de Amán. 15 Así, los judíos de
ejecutarse el decreto del rey, el día en que Susa se concentraron también el día cator-
los enemigos de los judíos esperaban apo- ce del mes de marzo. Mataron a otros tres-
derarse de ellos, se produjo un cambio de cientos hombres, pero no recogieron nin-
situación, y fueron los judíos quienes se gún botín.
apoderaron de sus enemigos. 2 Los judíos 16 Los demás judíos en las provincias del
se concentraron en sus ciudades, en todas imperio se concentraron para defenderse,
las provincias del rey Asuero, para atacar a eliminando a sus enemigos; mataron a se-
los que habían intentado destruirlos. Nadie tenta y cinco mil adversarios, pero no to-
les opuso resistencia, porque el temor a los maron botín.
judíos se había apoderado de todos los
pueblos. 3 Los jefes de las provincias, las Fiesta de Purim
autoridades, los gobernadores y funciona- 17 Eso fue el día trece del mes de marzo,
rios reales apoyaron a los judíos por miedo y el día catorce descansaron, declarándolo
a Mardoqueo, 4 porque Mardoqueo tenía un día festivo. 18 En cambio, los judíos de Susa
alto cargo en palacio y su fama se extendía se reunieron los días trece y catorce; el día
por todas las provincias: Mardoqueo iba au- quince descansaron, declarándolo día festi-
mentando su poder. vo. 19 Por eso los judíos del campo, los que
5 Los judíos pasaron a cuchillo a sus viven en los poblados, celebran como gran
enemigos, matándolos y exterminándolos; día festivo el catorce del mes de marzo, y
hicieron de ellos lo3que quisieron. 6 En la se hacen regalos.
fortaleza de Susa exterminaron a quinien- 20 Mardoqueo puso todo esto por escrito,
tos hombres, 7 y también a Parsandatá, y mandó cartas a todos los judíos de todas

tarnos hasta dónde corresponde a la imagen del Dios 9,17-32 Fiesta de Purim. Según Éx 12; 14, después
amor, justicia y misericordia que nos revelan otros de la muerte de los primogénitos, la noche que seña-
textos o hasta dónde son la negación completa de esa la la liberación de los judíos, se instituye una fiesta
imagen. conmemorativa. Elementos constitutivos son la fecha,
9,1-16 Venganza judía. La clave de lectura unitaria un resumen catequético sobre el hecho y una serie de
de estos versículos es la guerra «santa» del pueblo prescripciones; es la fiesta de la Pascua. De modo se-
contra los enemigos, según las viejas tradiciones de mejante, la liberación de los judíos en el imperio per-
Deuteronomio, Josué y Jueces, y con algún influjo de sa da nacimiento a una fiesta, y en estos versos tene-
textos escatológicos. mos una doble noticia sobre su institución: una carta
737 ESTER 16
las provincias del rey Asuero, próximos y ellos mismos y sus descendientes, con al-
lejanos, 21 encargándoles celebrar anual- gunas cláusulas sobre ayunos y lamenta-
mente los días catorce y quince del mes de ciones.
marzo, 22 por ser los días en los cuales los 32 Así, el edicto de Ester fijó las normas
judíos quedaron libres de sus enemigos y el para celebrar los días de purim, y quedó
mes en que se les cambió la tristeza en ale- consignado por escrito.
gría y el luto en fiesta. Que los declararan Epílogo del texto hebreo
días festivos, que se hicieran regalos y die- 1 El rey Asuero impuso un tributo a
ran también a los pobres.
23 Los judíos, que ya habían empezado a
10 los habitantes del continente y de
hacerlo, aceptaron lo que les escribió Mar- las islas. 2 Para sus victorias militares y la
doqueo. 24 Porque Amán, hijo de Hamdatá, narración detallada de la dignidad a que el
descendiente de Agag, el enemigo de los rey elevó a Mardoqueo, véanse los anales
judíos, había hecho el sorteo, llamado pur, del reino de Media y Persia: 3 El judío Mar-
para eliminarlos y destruirlos; 25 pero cuan- doqueo era el virrey de Asuero, el primero
do Ester se presentó al rey, el rey escribió entre los judíos, querido de sus muchos
un documento volviendo contra Amán el compatriotas, 4 preocupado por el bien de
plan perverso que había tramado contra los su pueblo, promotor de la paz para los su-
judíos, y lo colgaron en la horca, a él y a yos.
sus hijos. 26 Por eso, esos días se llaman Interpretación del sueño de Mardoqueo
purim, de la palabra pur. 1 Mardoqueo comentó:
Según el texto de aquella carta, y lo 16 –Esto viene de Dios. 2 Yo recuerdo el
que habían presenciado o las noticias que sueño que tuve sobre esto, y no ha fallado
les habían llegado, 27 los judíos ratificaron un detalle: 3 la fuentecilla que se convirtió
y se comprometieron de forma irrevoca- en río, la luz, el sol, el agua abundante. Es-
ble, ellos, sus descendientes y los proséli- ter es el río: el rey la tomó por esposa y la
tos, a celebrar esos dos días anualmente, hizo reina. 4 Los dos dragones somos Amán
según aquel documento y en aquellas fe- y yo. 5 Las naciones son las que se aliaron
chas. 28 Esos días, recordados y celebra- para borrar el nombre judío. 6 Nuestra na-
dos de generación en generación, en cada ción, los que gritaban a Dios y se salvaron,
familia y provincia y ciudad, esos días de es Israel. El Señor salvó a su pueblo, el Se-
purim no desaparecerán de entre los judí- ñor nos sacó de todos estos males. Dios ha
os, ni su recuerdo perecerá entre sus des- hecho signos y prodigios portentosos, como
cendientes. no ha hecho entre los gentiles. 7 Por eso se-
29 La reina Ester, hija de Abijail, y el ju- ñaló dos destinos: uno para el pueblo de
dío Mardoqueo escribieron urgiendo el Dios y otro para los gentiles. 8 Ambos se
cumplimiento de la segunda carta sobre los han cumplido en la hora, el momento y el
días de purim, 30 y enviaron cartas a todos día determinado en la presencia de Dios y
los judíos de las ciento veintisiete provin- ante todas las naciones. 9 Dios se acordó de
cias del imperio de Asuero, saludándolos su pueblo e hizo justicia a su herencia.
sinceramente 31 y ratificando la celebración 10 Por tanto, el pueblo del Señor celebrará
de esos días de purim tal como les habían siempre esos días del mes de marzo, el ca-
ordenado el judío Mardoqueo y la reina Es- torce y el quince, como fiesta religiosa, con
ter, y tal como se habían comprometido una asamblea litúrgica y festejos.

de Mardoqueo y otra de Ester. La fiesta de Purim es aquí la interpretación que el mismo Mardoqueo hace
celebrada todavía en nuestros días por los judíos reci- del sueño que se nos había narrado al comienzo del
tando en la sinagoga el libro de Ester. libro, y de consignar que todo se cumplió cabalmen-
10,1-4. 16,1-11 Epílogo del texto hebreo – Inter- te gracias a la intervención de Dios. Es la manera
pretación del sueño de Mardoqueo – Epílogo del como el judaísmo ilustra sus enseñanzas sobre la fe
texto griego. No podía faltar una nota final sobre la en su Dios y sobre el compromiso del pueblo para
dignidad a la que fue elevado Mardoqueo. Así como hacer que ese Dios sea vivido y sentido por la comu-
tampoco podía el redactor griego dejar de insertar nidad.
ESTER 16 738
Epílogo del texto griego presente carta de los purim. Dijeron que
11 El año cuarto del reinado de Tolomeo era auténtica, traducida por Lisímaco, hijo
y Cleopatra, Dositeo, que decía ser sacer- de Tolomeo, de la comunidad de Jerusa-
dote y levita, y su hijo Tolomeo trajeron la lén.

You might also like