* La raza superior de Junqueras acepta a su servicio razas inferiores
si vienen recomendadas por Can Iceta.*
ESA AMEBA intelectual llamada Rufin, con el cerebro ms recortadito que
la barba, lleva a cuestas en su apellido una justa venganza potica de la lengua espaola contra uno de sus maltratadores, que se vendi a la ERC como castellanohablante renegado y separatista. Era falso, pero da igual: cada vez que omos Rufin, el juicio semntico nos ahorra el poltico.
En cambio, hay que traducir a Lupiez, alcalde de Blanes, ltima
encarnacin del charneguismo servil que a finales de los 70 entreg el PSUC de Francisco Candel y Vzquez Montalbn a Pujol como mano de obra barata para la construccin de la Nacin Catalana. Se hizo a costa de la aculturacin y desespaolizacin de dos millones de inmigrantes del resto de Espaa, sobre todo del sur, destinados por el comunismo psuquero y portabellero a que, como charnegos agradecidos, ofrendasen a sus hijos en el ara sacrificial de la inmersin y, a cambio del fracaso escolar, fueran aceptados en la Tribu mediante el peridico exorcismo de su sucio origen. En la dictadura nacionalista catalana que financian Rajoy y Montoro, slo cabe hablar espaol si es para despreciar a Espaa. El resto es servidumbre. Al proclamarse dans frente al Magreb familiar, el alpujarreo Lupiez o Rufiez se retrata como magreb, pero lo asume, se humilla, y en el PSC, prospera. La raza superior de Junqueras (su ADN es ms francs que magreb, dice) acepta a su servicio razas inferiores si vienen recomendadas por Can Iceta.
Por cierto, la banda de los rufianes anuncia uno de esos rituales de
exorcismo que, como quemar libros o desenterrar cadveres, identifica a las tiranas. Pretende conmover a la feligresa del Sant Trespercent, que anda muy desmotivada con el neverendm, everndum o yoqueserndum y no sabe muy bien qu hacer este verano. Supongo que se llamar Espanya ens encarcela, o as, y se vale de la Modelo y de la represin all sufrida en el ltimo siglo por catalanes eminentes por supuesto, a manos de otros catalanes, aunque dirn que magrebes. Como el ltimo fue Albert Boadella, por La Torna, deberan pedirle que explique el acto a la canalla, que as llaman en cataln a la chiquillera, y repartir como programa de mano su ltimo artculo en EL MUNDO, que resume a la perfeccin el rgimen carcelario de los rufianes.