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1La década de los años setenta marca, por las situaciones de alta conflictividad,
expresadas en guerras internas, en que se ven envueltos tres de sus países:
Nicaragua, El Salvador y Guatemala, el inicio de un cambio profundo en las
coordenadas políticas de Centroamérica. Los conflictos armados surgidos en la
región, trenzan una dinámica migratoria que provoca un importante flujo de
población hacia el norte y un desplazamiento político que genera un elevado
número de refugiados, situación que se regulariza en 1987 con la realización de la
Conferencia Internacional sobre Refugiados, Desplazados y Repatriados de
Centro América (CIREFCA) convocada por el Alto Comisionado de la Naciones
Unidas para los Refugiados (ACNUR) CIREFCA propone un plan de acción que es
suscrito por los gobiernos de El Salvador, Guatemala, Honduras, Costa Rica,
Nicaragua, Belice y México. Complementando ese acuerdo las naciones
centroamericanas, signatarias de las convenciones regionales que garantizan y
reconocen el derecho a asilo, ofrecieron la posibilidad a la población víctima de
solicitar asilo territorial.

2Los nuevos flujos, relacionados con la situación de crisis política de algunos


países de la región, promovieron alteraciones del panorama migratorio. El
Salvador y Guatemala conocieron sucesivamente desplazamiento de población no
involucrada en la confrontación o victima de ella, a países fuera de la región.
Estos flujos son constituidos por sectores de baja condición socio económica y
mínimos ingresos y presentan la particularidad de ser migraciones familiares. Los
países de asilo más importantes en ese período fueron México, Estados Unidos y
Canadá.

3El conflicto armado salvadoreño provoca, durante el período más álgido de la


guerra, un éxodo poblacional hacia uno de sus países limítrofes, Honduras, donde
se asientan temporalmente las poblaciones victimas que, una vez terminado el
conflicto, vuelven a sus lugares de origen. El caso de Guatemala es más complejo.
La población de ese país, huyendo del terror, se instala en los estados de
Chiapas, Quintana Roo y Campeche en el vecino México. La Conferencia de
CIREFCA y las negociaciones de sus representantes con el gobierno
guatemalteco, permiten la firma el 8 de octubre de 1992 de un Acuerdo Marco que
define las condiciones de un retorno colectivo de los refugiados, las que se inician
el 20 de enero de 1993, con la instalación del primer grupo en el municipio del
Ixcán, departamento de El Quiché. Entre ese momento y el l7 de enero de 1997,
fecha en que el gobierno de Guatemala y los Representantes de los grupos de
Refugiados / Retornados dan por terminada la etapa de traslado de refugiados en
México, de una cifra aproximada de 200 mil refugiados, solamente retornan
65.379; el resto permanece en México y se acoge a las condiciones de
legalización que se les ofrecen.

Un factor importante en la cronología de la situación de la población refugiada, fue


la incorporación de la figura del refugiado, hasta entonces inexistente, en la Ley
general de población (Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, 1974 y 1990)
Su definición retomó los elementos de la declaración de Cartagena (1984) que en
diversos aspectos va más allá que la Convención de Ginevra 1951 y el Protocolo
de Refugiados de las Naciones Unidas1967.

5El patrón migratorio de la población Centroamericana se definía hasta ese


entonces, por una movilidad de población que se limitaba a desplazamientos
internos o interregionales localizados, gran parte de estos flujos eran fronterizos y
parte de ellos temporales; de ahí que el cambio más considerable tenga que ver
con el incremento de los flujos extrarregionales. Las migraciones, de carácter
principalmente rural, excedían las fronteras de países vecinos como parte de
mercados subregionales. Las principales migraciones de este tipo se dieron entre
Guatemala-México: El Salvador-Guatemala, Honduras-El Salvador, Honduras-
Belice, Nicaragua-Costa Rica, y Panamá-Costa Rica.

6A partir de la década de los ochenta los flujos migratorios aumentan,


diversificándose su composición y destino, aunque la tendencia dominante fue su
dirección en una mayor escala hacia los países con mayor grado de desarrollo. No
es fácil establecer las fronteras claras entre estos flujos y los políticos, sin
embargo la conjugación de las crisis económicas, los efectos directos e indirectos
de las guerras, la militarización de las sociedades, las paupérrimas condiciones de
vida de los sectores mayoritarios, la carencia de oportunidades de todo tipo, como
lo señalan los Informes de Desarrollo Humano del PNUD (Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo) son aspectos que incidieron en la emigración de
amplios sectores de la población centroamericana. Ésta se dirige a países que le
³ofrecen´ posibilidades para resolver esta situación, siendo los del ³norte´ (Estados
Unidos, Canadá y México) los prioritariamente elegidos.

7Sin embargo, todos ellos aplican políticas restrictivas donde los criterios de
admisibilidad son selectivos, favoreciéndose sólo a una mínima cantidad de
solicitantes. Los criterios aplicados se refieren a las necesidades de los países
receptores, o bien, si los solicitantes cuentan con relaciones de soporte
establecidas en períodos anteriores, la premisa de la reunificación familiar puede
incidir en una respuesta positiva y allanar el camino

El Imperio Mexicano y las Provincias Unidas de Centroamérica

Tras un breve período de incertidumbre política, el 5 de enero de 1822, las


provincias centroamericanas fueron anexadas al Imperio Mexicano, una idea de
Agustín de Iturbide para contrarrestar la expansión estadounidense. El Imperio
Mexicano fue una monarquía que desembocase en una unión de lo que fueron
habitantes del Virreinato de Nueva España bajo una bandera única, católica y
poderosa. Sin embargo un año más tarde, el imperio se colapsó y militares
republicanos instauraron una democracia y un estado mexicano; Guatemala y sus
provincias se separaron de él (exceptuando Chiapas y Soconusco, que
permaneció junto a México) declarando de nuevo su independencia y pasando a
formar las Provincias Unidas de Centroamérica en julio de 1823.
Las Provincias Unidas de Centroamérica eran una iniciativa con una Constitución
democrática, liberal y reformista. Sin embargo los más conservadores no querían
perder su poder económico y social y desde un principio hubo inestabilidad y
desigualdad en las diversas regiones. Rafael Carrera y Turcios de Guatemala
contribuyó decisivamente en la organización de la rebelión contra el gobierno
federal y la ruptura de la Unión (que desaparecería en 1839), que entraría en una
guerra civil (1838-1840) que acabaría con la conformación de Guatemala como
estado independiente, así como los estados centroamericanos que hoy en día
conocemos. (Véase: Historia de América Central).

Finales del siglo XIX y principios del XX

Rafael Carrera y Turcios (tras ser uno de los principales artífices de la ruptura de
la unión democrática de Provincias Unidas de Centroamérica) gobernaría como
dictador de Guatemala desde 1851 hasta 1865, apoyado por conservadores,
grandes terratenientes, y el clero. Entre sus logros como presidente cabe resaltar
el hecho de que defendiera al país de diversas invasiones extranjeras. Entre las
cuales se encuentra la guerra contra la coalición invasora de El Salvador y
Honduras, la cual fue derrotada en La Batalla de la Arada. También en el gobierno
de Carrera tuvo lugar la expedición de conquista estadounidense por parte de
William Walker al terrritorio centroamericano, la cual originó La Guerra Nacional
contra los Filibusteros. Asimismo entre sus últimos años de gobierno se dio la
Guerra de 1863 entre Guatemala y El Salvador. Con el mandato de Carrera
comenzaría una larga lista de Presidentes de Guatemala con dictaduras. Uno
relativamente importante en esta lista fue el General Justo Rufino Barrios que
impulsó la llamada Reforma Liberal de 1871 con el fin de cambiar el país, mejorar
su comercio, e introducir nuevos cultivos y manufacturas.Durante esta era el café
se hizo un cultivo importante para Guatemala. Barrios tenía ambiciones de
reunificar América Central y llevó al país a la guerra en un intento fallido de
alcanzar este fin; murió en la Batalla de Chalchuapa 1885. Comenzaría así una
larga lista de Presidentes de Guatemala que serían dictadores liberales.Siglo XX

Esta situación se mantendría así hasta 1944.


   
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Las Provincias Unidas del Centro de América fueron un Estado que existió entre
julio de 1823 y noviembre de 1824. A veces se las nombra incorrectamente con el
nombre de «Provincias Unidas de Centroamérica».1

Antecedentes

Las Provincias Unidas del Centro de América se formaron en gran parte de los
territorios que hasta 1820 habían formado el Reino de Guatemala, perteneciente a
la Corona española. En 1820, como consecuencia del restablecimiento de la
Constitución de Cádiz, el reino desapareció como unidad política y su territorio
quedó dividido en dos provincias, la Provincia de Guatemala, con capital en la
ciudad de Guatemala, y la provincia de Nicaragua y Costa Rica, con capital en
León. Estas provincias eran unidades separadas y sin subordinación entre sí, pero
en lo judicial seguían ambas bajo la jurisdicción de la Real Audiencia de
Guatemala y en lo militar dependían del capitán general de Guatemala, título que
para lo castrense tenía el jefe político superior de la provincia de Guatemala.

En 1821 las Cortes españolas decidieron erigir en provincias a todas las


intendencias americanas, con lo cual las intendencias de Ciudad Real de Chiapas,
Comayagua y San Salvador pasaron a ser respectivamente la provincia de Ciudad
Real de Chiapas, la provincia de Comayagua y la provincia de San Salvador. Poco
después, en septiembre de 1821, estas provincias, al igual que la de Guatemala
(15 de septiembre) y la de Nicaragua y Costa Rica (11 de octubre), proclamaron
su independencia de la Monarquía española. En diciembre de 1821, el Partido de
Costa Rica, uno de los siete que formaban la provincia de Nicaragua y Costa Rica,
se separó de ésta y reasumió la condición de provincia aparte, que había tenido
hasta 1820. De 1822 a 1823, todas estas provincias estuvieron unidas de un modo
u otro al Primer Imperio Mexicano.

A la caída del Imperio, las autoridades de la provincia de Guatemala invitaron a las


demás a enviar diputados a un congreso que se reuniría en su capital. El
Salvador, Honduras y Nicaragua eligieron diputados y los enviaron a la ciudad de
Guatemala; Costa Rica anunció que los enviaría una vez que se retiraran de la
capital guatemalteca las tropas mexicanas de ocupación enviadas por el Imperio
en 1822. Chiapas no envió diputados, puesto que prefirió mantenerse unida a
México, aunque sí lo hizo su región costera de Soconusco.
Establecimiento de las Provincias Unidas

El 1ª de julio de 1823 se reunió en Guatemala el congreso, bajo la presidencia del


presbítero José Matías Delgado, y declaró que las provincias ahí representadas
eran independientes de España, de México y de toda otra nación. El nuevo país
tomó el nombre de Provincias Unidas del Centro de América. Al día siguiente, 2 de
julio, los diputados se declararon constituidos en Asamblea Nacional Constituyente
y proclamaron que en ella residía la soberanía nacional, y pusieron en vigencia
temporalmente la Constitución de Cádiz.

La Asamblea Nacional Constituyente decretó una bandera y un escudo para el


nuevo Estado, y nombró una junta de gobierno provisional de tres miembros
(Primer Triunvirato). En octubre de 1823 fue reemplazada por otra (Segundo
Triunvirato), que gobernó hasta 1825.

Para la organización definitiva del país, la Asamblea Constituyente nombró una


comisión para redactar un proyecto de Constitución. Esta comisión, formada por
cuatro diputados de ideología liberal, trabajó primero en un documento
denominado Bases de Constitución Federal, en el que se recogían los principios
fundamentales de la futura Carta fundamental y se delineaba la organización del
gobierno.

Aunque también tuvieron a la vista la Constitución de Cádiz, la Constitución


portuguesa de 1822, los textos constitucionales colombianos federales y unitarios
y las Constituciones francesas, el principal modelo utilizado por los miembros de la
comisión redactora fue la Constitución promulgada en 1787 por los Estados
Unidos de América, cuyo éxito había sido indiscutible. La comisión pareció creer
que el progreso y la paz de los Estados Unidos estaban determinados
directamente por su forma de organización, sin tomar en consideración que
respondía a una realidad social y económica muy distinta de la de Centroamérica,
ni tampoco las considerables diferencias que existían entre la tradiciones políticas
y jurídicas de ambos países. Para peores, no se limitaron a inspirarse en las
disposiciones de la Carta americana, sino que introdujeron en el modelo una serie
de cambios muy poco felices, sobre todo en la parte orgánica. Documentos más
cercanos a la idiosincrasia centroamericana, como la Constitución de 1812 o la
portuguesa de 1822 solamente sirvieron de referencia para aspectos secundarios.
El resultado de todo esto, como lo indicó años más tarde don Felipe Francisco
Molina y Bedoya, hijo de uno de los miembros de la comisión redactora, fue un
«u   
  
 u
 u

 
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».

El 25 de octubre de 1823, la comisión redactora presentó las Bases de


Constitución federal al plenario de la Constituyente. El 17 de diciembre siguiente,
la Asamblea dispuso hacer circular el texto, e invitó a las Provincias Unidas a
formular y presentar observaciones o propuestas de modificación.
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Los Conflictos armados de América Central, o Crisis de América Central, fueron


una serie de conflictos protagonizados desde 1960 en Centroamérica por grupos
armados conocidos como guerrillas, que se prolongaron por tres décadas más, y
que trascendieron más allá de las fronteras abarcando países como Guatemala,
Honduras, Nicaragua y El Salvador. Estas generalmente surgieron como reacción,
y con intención de derrocar, a dictaduras militares y gobiernos autocráticos de
derecha conservadora implantados o respaldados por los Estados Unidos para
proteger sus intereses geopolíticos, no obstante, la estructura en cuanto a la
organización de las guerrillas en los diversos países y la forma en que se trató de
eliminar los movimientos insurgentes fue muy diversa.

Las guerrillas, de orientación de izquierda socialista, tuvieron inicialmente un


apoyo por parte de la sociedad civil, principalmente del campesinado y la
población indígena, en el ámbito armado y en el abastecimiento en cuanto a
necesidades como el alimento y el agua entre otros. Poco a poco, conforme fueron
violentando los derechos humanos, fueron perdiendo el apoyo de sus bases y
terminaron aceptando el Plan Arias para la paz en la década de 1980. Estos
conflictos fueron un escenario más de la Guerra Fría, por el respaldo directo o
indirecto a la insurgencia izquierdista por parte de la hoy extinta Unión Soviética
también por motivaciones geopolíticas. Por la crisis en política exterior que
suponía, ante la injerencia de ambas superpotencias de la época (EUA y URSS),
en los 70 y 80 se conoció a la región centroamericana como "el polvorín del
mundo".

Es el país guatemalteco se dio una respuesta preponderante ante los procesos de


modernización. El gobierno de turno fue destituido por el poder norteamericano
por ser aparentemente pro soviético. El plan a seguir fue invadir a Guatemala y
una campaña propagandística contra el gobierno de Arbenz. Este mismo entregó
el poder a un Junta Militar, ungido luego como presidente, el Coronel Carlos
Castillo Armas. Todas las reformas ingeniadas por el pasado gobierno fueron
canceladas temporalmente. Al igual que las organizaciones obreras y campesinas,
vistas como comunistas por los ojos del nuevo gobierno y los estadounidenses. Se
limitó el sufragio a los letrados y hubo una recia persecución política en forma de
terrorismo.

El incipiente gobierno fue apoyado por la potencia estadounidense, culpable de los


atropellos en Guatemala y en toda América Latina. Estados Unidos estuvo
predispuesto al sustento del nuevo gobierno con el discurso de levantar la
economía chapina; pero, como siempre, la corrupción frustró el plan
norteamericano. Guatemala, su gobierno, no pudo controlar las manifestaciones
populares, sin el uso extremo de la fuerza, así se dio el descontento general de la
población.
Luego del desafortunado asesinato del Coronel Castillo Armas (07/57), se dieron
dos contiendas electorales confusas llegó al poder el Gral. Miguel Ydígoras
Fuentes (1958, Partido Reconciliación Democrática Nacional PRDN). Pero, la
crisis se incrementó. Guatemala obedeció el precepto estadounidense de romper
relaciones con Cuba, y de ahí partió la fallida pero histórica invasión de Bahía de
Cochinos. A cambio de la susodicha acción, Guatemala logró que se le perdonara
la deuda contraída por Armas en 1954 y que se aumentara la cuota azucarera de
Guatemala. 1962, en este año se dieron monumentales manifestaciones de
estudiantes y trabajadores. Además los grupos revolucionarios comenzaron la
lucha guerrillera, primero el MR-13, formado por militares, después la Fuerzas
Armadas Revolucionarias (FAR=MR-13+M12-A (estudiantes)+M20-O). La FAR fue
fundada por generales Arbencistas. El gobierno respondió con un estado de
preparación para la guerra.

Luego de un nuevo golpe de estado en 1963, el ejército ejerció la nueva dirección


y luego de los sufragios en 1966, el jurista Julio César Méndez Montenegro fue
investido presidente de la República. Méndez fue obligado a dar concesiones a la
Iglesia y a la AGA, por eso y más no logró las reformas prometidas en campaña.
No obstante, Méndez y su gabinete regular hicieron esfuerzos para mejorar la
salud pública, obras de infraestructura, brindar asistencia al agro y designar
líderes comunales.

Antes de la salida del gobierno de turno de Méndez, los militares ganaron


influencia y la separación social se profundizó. Las opciones varias de los partidos
y las organizaciones se cerraron, el país cayó en anarquía. La violencia se
convirtió en el pan de cada día.

En 1974, luego de fraudulentas elecciones, quedó al mando el Gral. Kjell Eugenio


Laugerud. Este le tocó cultivar lo que los demás sembraron: luchas populares,
guerrilla (EGP ý FAR), cuando éste fue relevado por Romeo García, el estado civil
y militar estaba varado.

Entre 1979 ý 1982, el estado de terrorismo promovido por ambos bandos:


gobierno regular, e insurgentes, aumentó dada a la razón de que sectores urbanos
e indígenas se involucraron de lleno en la revuelta. Pero los guerrilleros fueron
anulados por el Gral. Efraín Ríos Montt, el cal llegó al gabinete ejecutivo por el
original medio del golpe de estado. Ríos logró dar camino prospero al pala de
Autodefensa Civil. De esta forma aumentaron las violaciones graves a la dignidad
humana.
Corría el mes ocho del año 1983 cuando cayó el gobierno de facto, esto por los
planes de reforma tributaria, y las amenazas públicas de reformas hacía al agro. El
Grez. Humberto Mejía dio paso a la entrada de Vinicio Cerezo, años luego en
1986; candidato de la Democracia Cristiana. Cerezo procuró un ambiente político
más amplio y sano, pero su imagen se vio afectada ante el pueblo por razones
contempladas dentro de los insurgentes y la burguesía chapina. En mayo de 1988
fue frustrado un intento golpista; pero es rescatable que el gobierno de Cerezo se
desarrolló en un ambiente sumamente hostil, en medio de las presiones
empresariales, sociales, populares, guerrilleras, conspiraciones del ala derechista
del ejército

Los insurgentes, para ese tiempo, habían cambiado su plan de acción. Ahora, en
lugar de tratar de conseguir el poder, tratará de obligar al gobierno a negociar y
que la URNG saliera bien librada. Pero Cerezo se vio obligado a obedecer al
ejército y no dialogar con la insurgencia. Por lo tanto su partido, Democrático
Cristiano, se vio despegado de las preferencias populares, cuando en 1990 ý 1991
fue derrotada por Jorge Serrano Elías (MAS), donde se evidenció el colosal
abstencionismo (44%) y afirmaba el recelo popular.

Serrano intentó modernizar el Estado y desmanteló en reducidas proporciones al


ejército por mandato del EE.UU. Al despuntar la década del 90¶, el Estado se
encontraba más tranquilo, más ´´ civil ``, aunque, el sector militar era aún decisivo.
Se realizaban elecciones limpias, se había propuesto una nueva política exterior, y
un nuevo orden institucional.

El Salvador

El ambiente propicio para un conflicto en El Salvador en la década de 1970,


cuando se formó un grupo revolucionario llamado: Fuerzas Populares de
Liberación "Farabundo Martí". Asimismo, la Iglesia dio conciencia de la
marginalidad y pobreza que profesaba el pueblo salvadoreño. Por eso, la guerra
civil se volvió inevitable y el gobierno se volvió más incisivo con la población.

La segunda mecha se encendió en los comicios de 1977, cuando el Gral. Carlos


Humberto Romero fue acusado de arrebatar el gane al coronel Ernesto
Claramount. Por causa de las protestas de este grupo, la UNO fue desarticulada
por el ejército. Entre el gobierno de Romero y grupos derechistas, oprimieron al
pueblo. Con la Ley y Garantía del Orden Público, en 1977, se reprodujo la
violencia en las calles, izquierda contra derecha.

Luego de un golpe armado fue erradicado Romero, una junta civil y militar, la cual
también incluyo a miembros moderados de la izquierda. Al mismo tiempo se formó
una amplia coalición de fuerzas, la CRM, luego el Frente Democrático
Revolucionario. En octubre se funda, por instrucciones cubanas, el Frente
Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que inicio su cruel intento de
instaurar un régimen marxista en El Salvador.
Por su parte, los de derecha se congregaron en dos grandes grupos: El Partido
Demócrata Cristiano (PDC), y la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Los
comicios para elegir la Asamblea Constituyente, en 1982, los ganó el PDC. Pero,
ARENA, le seguía de cerca. El Pacto de Apaneca, 1982, con el apoyo
estadounidense, trataba de resolver el proceso conflictivo entre los dos bloques
contrarrevolucionarios y formar un nuevo gobierno de unidad nacional. En 1984,
ganó el PDC en las elecciones, sentando a José Napoleón Duarte en la silla
presidencial. Pero, a pesar del apoyo del Estado Norteamericano, Duarte no pudo
replegar las fuerzas insurgentes.

En 1989,el partido ARENA ganó las elecciones y llego al poder Alfredo Cristiani.
Durante los primeros momentos de su mandato, se debió enfrentar a una
acometida urbana del FMLN que finalmente supo que no podría tomar el poder por
la via armada al ver su ofensiva hasta el tope de 1989 " Febe Elizabeth Vive"
contenida por el ejército. Esto llevo a la firma de los acuerdos de paz en NY
(09/1991) y los de Chapultepec en enero de 1992.

Nicaragua

Fueron muchos los intentos de derrocar a la dictadura Somocista, primero se


dieron las luchas estudiantiles; segundo, La integración de la UNO. La fundación
del FSLN fue clave en su año, 1961, porque emprendió las primeras luchas
guerrilleras en el país pinolero.

René Schick ganó unos comicios montados en 1963. Pero aun así, fue obligado a
constituir algunas reformas electorales básicas ausentes en el pasado. Las
represalias políticas seguían contra los que pretendían borrar a los Somoza.

La UNO, trajo a Anastasio Somoza Debayle, hijo del pasado dictador, y el poder
se volvió a concentrar en una sola persona. Pero, el FSLN, seguía con sus
aspiraciones.

Los somocistas comenzaron a caer cuando se firmó un tratado en marzo de 1971


entre el presidente Somoza Jr. y Fernando Agüero.
Honduras

A diferencia de los países anteriores, Honduras no sufrió una tan brutal represión
estatal, y el bipartidismo político se llevó en forma natural. Honduras y Costa Rica
se asemejan mucho en estos y en más sentidos. Honduras sirvió a los EEUU de
una forma más complaciente que sus vecinos. Esto por la simple razón de que
presentaba una paz más estable en el ambiente y su ausencia de movimientos
revolucionarios en su territorio. Y sirvió de plataforma, para que Norteamérica
enfrentara al frente sandinista en Nicaragua.

Con la llegada pacífica de Roberto Suazo Córdova al poder (1981), se ha dado la


moda de gobiernos civiles que los militares han respetado. Por estos motivos
EEUU ha brindado a Honduras ayuda militar por tantos años. Pero esto
desencadenó la ruptura del poder civil en Honduras.

Costa Rica

En Costa Rica, ya casi todo fue dicho. Costa Rica tuvo este tipo de conflicto
durante la guerra del ¶48, y no se dio a más por las exitosas políticas de José
Figueres Ferrer, quien, además de comandar la junta provisional en 1949,
destituyó el ejército, previniendo así un futuro golpe de estado. El modelo
propuesto a mediados de siglo se agotó, y la crisis capitalista influyo en ello.
Durante el mandato de Carazo se agudizaron los caracteres sindicales. Pero el
sistema político se mantuvo campante.

Grandes cambios se dieron durante el gobierno de Monge, principalmente de


carácter gubernamental estructural.

La agudeza política y social de don Oscar Arias, actualmente presidente, dio un


respaldo confiable al pueblo tico con respecto a la crisis regional. Los planes de
paz del señor Arias salieron victoriosos a pesar de las amenazas de Washington, y
dio continuidad al proceso de paz y de modernización de Costa Rica. Se hizo
realidad este improbable sueño en la firma del tratado de Esquipulas. Lo que hizo
acreedor de Premio Nóbel de la Paz en 1987.


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La dictadura (del latín  uu) es una forma de gobierno en la cual el poder se


concentra en torno a la figura de un solo individuo (dictador), generalmente a
través de la consolidación de un gobierno 
 u , que se caracteriza por una
ausencia de división de poderes, una propensión a ejercitar arbitrariamente el
mando en beneficio de la minoría que la apoya, la inexistencia de consentimiento
alguno por parte de los gobernados y la imposibilidad de que a través de un
procedimiento institucionalizado la oposición llegue al poder.1

Históricamente, dictadura hace también referencia a la magistratura extraordinaria


de la Antigua república romana, de donde cobra su origen. El Senado romano en
casos de guerra o estados de emergencia dotaba a un hombre de poderes
absolutos durante un periodo máximo de 6 meses sin que por ello quedase
derogado el ordenamiento político y jurídico existente. De este modo hoy día es
frecuente que se apele a una situación extraordinaria para legitimar la duración,
normalmente vitalicia, de una dictadura (guerra, confrontación, peligro, crisis, etc).
Igualmente suele enaltecerse al dictador como alguien sacrificado capaz de
entregar su propia vida por su pueblo, y a menudo se le rodea de cierta sobre
naturalidad de carácter militar y religiosa; y especialmente en estos casos se
pretende la sucesión en otro dictador.1 Según las características que presente
puede ser una dictadura autoritaria o totalitaria.

Algunas constituciones democráticas como la alemana de Weimar preveían


situaciones excepcionales que la justificaban, como excepciones a la utilización
del término como forma de gobierno contrapuesto a la democracia.1

La dictadura romana era el gobierno extraordinario que confería a una persona, el


dictador, una autoridad suprema en los momentos difíciles, especialmente en los
casos de guerra; la dictadura nació, al parecer a propuesta de Tito Larcio, quien
fue además el primero en ejercer el cargo. El dictador era nombrado por uno de
los cónsules en virtud de una orden del Senado que tenía la potestad de
determinar cuando era necesario el nombramiento y quién debía ocupar el cargo.
En un principio, sólo los patricios podían ser nombrados dictadores, pero en el año
356 a. C. se les reconoció ese mismo derecho a los plebeyos.

El magistrado supremo recibía los nombres de "dictador" y "senador del pueblo"


( u u
   ) y ejercía su autoridad por espacio de seis meses a lo
sumo, período en el que quedaban en suspenso todos los procedimientos
ordinarios, los magistrados, incluso los tribunos de la plebe se abstenían en el
ejercicio de su jurisdicción. Nadie podía criticar, censurar ni discutir las órdenes del
dictador. Para demostrar su superior magisterio, el dictador marchaba precedido
de 24 lictores, frente a los 12 que acompañaban a los cónsules.
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Territorios que en un momento u otro han formado parte del Imperio Británico a
través de la historia. Los territorios de ultramar aparecen subrayados en rojo.

El imperio británico comprendió los dominios,  u, protectorados y otros


territorios gobernados o administrados por el Reino Unido entre los siglos XVI y
XX.

Durante las primeras décadas del siglo XX, el Imperio británico abarcaba una
población de cerca de 528 millones de personas y unos 33.670.000 km², lo que
significaba aproximadamente una cuarta parte de la población mundial y una
quinta parte de las tierras emergidas.

El pico propiamente dicho se desarrolló durante unos 100 años (el llamado siglo
imperial desarrollado entre 1815 y 1914), a través de una serie de fases de
expansión relacionadas con el comercio, la colonización y la conquista, además de
períodos de actividad diplomática. Probablemente, el punto de máximo auge
imperial puede situarse entre 1890 y 1920.

El Imperio facilitó la extensión de la tecnología, el comercio, el idioma y el gobierno


británicos por todo el mundo. La hegemonía imperial contribuyó al espectacular
crecimiento económico de Gran Bretaña y al peso de sus intereses en el escenario
mundial.

El primero en utilizar la expresión «Imperio británico» fue el doctor John Dee,


astrólogo, alquimista y matemático de la reina Isabel I de Inglaterra, 1558-1603.

El Imperio británico de ultramar, ² en el sentido de la exploración y los


asentamientos británicos a lo largo y ancho de los océanos fuera de Europa y las
Islas Británicas² ,comienza a partir de la política marítima del Rey Enrique VII,
que reinó entre 1485 y 1509. Iniciando líneas comerciales para el comercio de la
lana. Enrique VII estableció un moderno sistema para la marina mercante
británica, que contribuyó al crecimiento de los astilleros y la navegación de la isla.
La marina mercante aportó las bases para instituciones mercantiles que
desempeñarían un importante papel en la aventura imperial posterior, como las
compañías: Massachusetts Bay Company o la British East India Company.
Enrique VII ordenó también la construcción del primer dique seco en Portsmouth, y
mejoró notablemente la pequeña Marina Real (u u).
Enrique VIII y la Marina Real

Los cimientos del poder marítimo de Inglaterra, que fueron establecidos durante el
reinado de Enrique VII, se ampliaron gradualmente para proteger los intereses
comerciales ingleses y para abrir nuevas rutas. El rey Enrique VIII fundó la
moderna Marina inglesa, triplicando el número de barcos de guerra que la
componían y construyendo los primeros bajeles con armamento pesado de largo
alcance. Comenzó la construcción de su Marina a través del aparato
administrativo centralizado del reino. Además hizo construir muelles y faros que
facilitaban la navegación costera. Enrique VIII creó la Royal Navy que fue capaz
de impedir la invasión de la Armada Invencible en 1588, cuyas inovaciones fueron
la base del dominio marítimo de Inglaterra durante los siguientes siglos.

Colonización de América

El Imperio británico comenzó a tomar forma a principios del siglo XVII, mediante el
establecimiento por parte de Inglaterra de las 13 colonias de Norteamérica, que
fueron el origen de los Estados Unidos así como de las provincias marítimas de
Canadá. También se produjo la colonización de pequeñas islas en el mar Caribe
como Jamaica y Barbados.

Las colonias productoras de azúcar del Caribe, donde la esclavitud se convirtió en


la base de la economía, eran las colonias más importantes y lucrativas para
Inglaterra. Las colonias americanas producían tabaco, algodón, y arroz en el sur y
material naval y pieles de animales en el norte.

El imperio de Inglaterra en América se iba expandiendo gradualmente mediante


guerras y colonias. Inglaterra consiguió controlar Nueva Ámsterdam (después
llamada Nueva York) tras las guerras anglo-holandesas. Las colonias americanas
se extendían hacia el oeste en busca de nuevas tierras para la agricultura.
Durante la Guerra de los Siete Años, los ingleses vencieron a los franceses y se
quedaron con Nueva Francia, en 1760, lo que convertía a Inglaterra en dueña de
casi toda América del Norte.

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