who bends over it to ascertain its colours (Samuel T. Coleridge, Aids to Reflection, 1825)
Las cuestiones referidas a la metodologa de la Historia no acostumbran a
suscitar el entusiasmo de los estudiantes o de los colegas, menos an el del gran pblico. Se consideran improductivas y ridas. La narracin de historias, por el contrario, parece atractiva. Los libreros lo saben: nada se vende hoy mejor que un ensayo sobre la situacin de las mujeres en la Edad Media, una novela de in- triga ambientada en una ciudad del pasado, una biografa. Las historias satisfacen nuestra curiosidad, abren quiz nuevas perspectivas sobre lo que creamos conocer bien, nos muestran lo que llamamos la vida, mientras que las cues- tiones metodolgicas se consideran terreno baldo. Muchos piensan en los ver- sos antifilosficos que Goethe pone en boca de Mefistfeles: Esto te digo: un tipo que especula es como un animal en un pramo seco / guiado por un espritu maligno / cuando a su alrededor hay hermosos pastos verdes. Y esto ltimo nos ofrece una alternativa agradable. Pero la narracin de historias no debera servir como refugio frente a la reflexin. Las cuestiones de mtodo son ineludi-
Burckhart-Gesprche auf Castellen 21), 2008. Traduccin de Ignacio Gutirrez. 1 El presente texto supone una reelaboracin y prosecucin de mi anterior esbozo Rechtsgeschichte als Kunstprodukt. Zur Entbehrlichkeit von Begriff und Tatsache, Baden- Baden 1997 (Wrzburger Vortrge zur Rechtsphilosophie, Rechtstheorie und Rechtssoziologie Nr. 22). Reacciona frente a objeciones planteadas verbalmente y por escrito desde tres direcciones: fi- lsofos que no comparten las dudas del historiador sobre la Utilidad de los conceptos, historia- dores que insisten en que habra en realidad que investigar hechos, y aqullos que desearan no tener que renunciar al empeo por obtener la verdad como presupuesto normativo:-.