_ Durante estos seis meses trabajamos para aumentar su ca-
pacidad de decir «Nos, enfadarse y coger cong Dediqué
_también mas tiempo a la relacion con ea Padre, lo cual
6 un pozo de sentimi
- ae
La depresi6n y el cuerpo 163,
Siguiendo en esta direccion, le pedi que tratase de al-
cacat 2180 con los labios y los brazos. Fue capas de Ke
cerlo con cierto sentimiento y vi como su cuerpo empeza-
ba a revivir. «Estuvo bien», dijo, «y hubicn querido se-
8
R
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y
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terror. A pesar-de todo, sus piernas seguian paralizadas,
por Jo que la pedia que pataleara y gritara ore weet Se liz
ber6 del terror y dijo que sentia ur hormigueo por todo el164 Alexander Lowen
COORD
describir uno de los ¢jercicios que tuvo un efecto dramati- |
¢0 sobre su Znimo. EI ejercicio es un balanceo de la pelvis.
Se hace de pie, con las rodillas flexionadas y las manos en 4
las caderas. La pelvis se balancea hacia atras y hacia ade-
lante con un movimiento que empieza en los pies y fluya”
hacia atriba a través de las piernas. Cuando se tealiza |
correctamente, el cuerpo se arquea ligeramente hacia atras
a medida que la pelvis oscila hacia adelante. Es importan. |
te que el movimiento provenga de la accién de los pies, y 4
no de una accién deliberada sobre la pelvis ni de una fle: 4
xién de Ja cintura?, Marta habia realizado otra serie de®
sexual, pero sin Iegar a tener ninguna sensacion. Cuando.
realiz6 el ejercicio descrito anteriormente fue capaz de tea.
lizarlo correctamente y de sentir sus pies en el proceso.
El resultado fue espectacular, pero no inmediato. Salié”
de Ia sesin sintiéndose en contacto con sus pies. Cuando
la vi a la semana siguiente me dijo que después de llegar 2
casa se habia sentido activa y despejada, pero no euférica.
Esta sensacién maravillosa, exactamente la opucsta a la
dépresion, le duré todo el’ dia. Intent realizar el mismo
gjercicio ella sola en casa y consiguio la misma sensacion’
de claridad, pero durante menos tiempo. Como es légico,
tepetimos el ejercicio en mi consulta, pero los resultados
no fueron los mismos. Cuando realiz6 el ¢jetcicio la pri
mera vez, libero una profunda sensacién sexual que no
habia conocido antes; sin embargo, no estaba prepatada
Para integrar este sentimiento en su vida diatia sin un.
anilisis mas completo. 1
Cuando finaliz6 la terapia, Marta ya no era la mujer del.
pedestal. No es que su problema se hubicra resuelto
completamente, porque estos problemas de personalidad
nunca se acaban de resolver. La mitad inferior de su cues:
Po seguia mostrando algo de esa rigidez y tensién que me |
habia sugerido la idea del pedestal; pero el cambio habia
? En Love and Orgasm (New York, Macmillan,
contrar una exposicién mas completa de los movimie
les.
1965) se puede en:
ntos sextales natura. 4La depresién y el cuerpo 165
sido tan grande que no daba ya esa impresion. Sus
hombros habian descendido considerablemente, el pecho
también, el vientre y la pelvis estaban més Ilenos y més
relajados y las piernas més clasticas. Habia una alegria en
ella que reflejaba su nucvo entusiasmo por la vida. Ella
sabia, sin embargo, que no habia acabado. Finalizamos la
terapia. porque queria continuar sola.. Habfa hecho
muchos de los ejercicios en casa ¢ iba a continuar con
ellos. Sabfa que tenfa que permanecer enraizada y que s6-
lo lo conseguiria si se mantenia-cn contacto con su cuerpo,
sus piernas y su sexualidad.
La terapia de Marta acab6 hace varios afios. Después la
he visto unas cuantas veces para discutir algunos aspectos
de su vida. Nunca més volvié a caer en una depresi6n pro-
funda, a pesar de que a veces se encontraba cansada y con
ganas de tirar la toalla. Cuando le ocurria esto, se desaho-
gaba llorando y sintiendo otra vez la tristeza del nifio que
quiere que lo ciiiden y no lo cuidan. Nunca llegar a per-
der del todo esa tristeza, que forma parte de su vida; pero
si conocer el profundo placer de sentitse totalmente viva
en su cuerpo.
Amor versus disciplina
He presentado el caso de Marta con bastante detalle
porque ilustra los problemas que resultan cuando los
padres juegan al juego de intentar educar a un nifio sin
mimarlo. A Marta no la mimaron, pero tampoco maduré.
no habia madurado emocionalmente y era ingenua en lo
toncerniente a los aspectos sexuales de la vida. La madre
de Marta creia que queria y adoraba a su hija, pero la
infligia dafio y sufrimiento con sus intentos de discipli-
narla y controlarla, La madre de Portnoy también crefa
que queria a su hijo, pero las consccuencias fueron igual-
mente desastrosas. No dudo que esas madres en el fondo
quieran a sus hijos, y estoy seguro de que éstos lo saben.
Pero sus actuaciones no expresan amor sino hostilidad. Ai
creer que su sistema de disciplina y control representa un166
interés'amoroso, se engafian a si mismas y engafian a sus
hijos.
El amor no se puede separar de la libertad y el placer)”
Nadie ama de verdad si limita en la persona amada la li,
oe ———_————
mo. Pot esta misma faz6n, no se deberia hablar de amor y
causar al mismo tiempo dolor, porque son dos cosas ite.
conciliables. Si queremos a alguien, lo, queremos ver feliz |
y alegre, no desgraciado y suftiendo, Otro punto impor,
tante es que las acciones amorosas vengan dictadas pot el
coraz6n, no pot la cabeza.
Es dificil ver la manera de combinar amor y disciplina.
: Se que la idea suena un poco radical. La disciplina esta
i tan metida en nuestra vida y en nuestro pensamiento que
no podemos ver sus peligros. «Quien bien te quiere te ha-
ra llorar> es una antigua tradicién de la civilizacién occi-
: dental, que iguala obediencia y deber con amor. Parte de
esta tradicién ve el placer como pecado, mientras que el
trabajo y la productividad son virtudes cardinales tra
4 parte de esa tradicién considera el cuerpo como un aspecto
inferior de la naturaleza humana. En The Betrayal of the
Body ya mostré que esta tradiciOn, Ilevada al extreme, ter,
: mina en una condicién esquizoide.
Mi argumento principal en contra de la disciplina en el
is hogar se funda en ‘la relacién que impone entre padres ¢
a hijos como la disciplina sin castigo seria algo incompren.
14 sible, es éste Gltimo el que realmente nos concierne.
Cuando un padre se arroga el derecho de castigar, se colo.
ca en el lugar del juez. Debe juzgar la conducta de su hijo
iu para decidir qué es lo que debe castigarse y como. El_
' hecho de juzgar destruye una relacién basada en cl amor
amor exige comprension, el juzgar requiere omniscien.
cig, ELjucrio est ee juez fo esta a la misma altura Gee ewer fa persona juz-
be gada. Ocupa una posicion superior, la juzgada una infe-
tior. Este Gltimo no tiene por menos que sentitse resenti-
do por esa negaci6n de un status de igualdad en la fam)
lia.
o ZEI nifio es igual que sus padres? En sabiduria, madu-
i tez y responsabilidad, por supuesto que no. Pero si en el167
La depresion y el cuerpo ,
sentido de que sus sentimientos son tan importantes como
los de los adultos. Lo caracteristico en una relacion amoro-
sa § que Ta persona amada sea tan importante para no.
sotros como nosotros lo somos para ella. Si el sentimiento
de igualdad a sente, la relacion s la
de amo _y_sirviente, Esta relacién puede contener senti-
mientos de amor muy fuertes, pero no es una relacion
ares
Otra relacion que ha degenerado hacia un status de in-
ferior y superior es la que se da entre profesor y alumno 1
Educar, por definicién, significa conducir o guiar a al-
| guien On profesor deberla conducir 2 seco |
caminos del _aprendizaje y del conocimiento. no -empu,
no tenemos verdadera fe en nuestro sistema de educaci6n,
_ nos valemos de un sistema de premios y castigos para mo.
tivar'a los estudiantes, lo cual supone que el profesor juz~
gue las respuestas de sus alumnos y transfornie una tela.
cién que debiera set amistosa en otra de poder. No hay
que pensar mucho para comprender por qué nuestros ex.
tudiantes odian casi universalmente la‘escucla:
Hoy dia empezamos a darnos cuenta de que las escuclas
no hace falta llevarlas como instituciones penales. Siguien-- j
do la experiencia de Inglaterra, estamos explorando la po- j
sibilidad de clases abiertas, donde los nifios son libres para
ir-de una actividad o lugar a otro de acuerdo con sus inte.
reses. Como no existe un programa rigido, no hay necesi-
dad de disciplina. Y como cualquier nifio que sea libre es.
ta ansioso de aprender lo que le interesa, todo el sistema
de premios y castigos se hace innecesatio. Los estudios que |
se han hecho han demostrado claramente que la clase
abierta es un dispositive didactico més eficaz que las si-
tuaciones rigidas, controladas y disciplinadas. Pero no me-
nos importante es cl hecho de que este nuevo procedi-
miento restablece la relacin natural entre profesor y estu~
diante como iguales y amigos, en la aventura conjuata del
aprendizaje.
Si el hecho de juzgar aliena a la persona que es juzga-
da, el efecto es parécido sobre el que juzga. Un juez debe168 Alexander Lowen
anular su comprensién empatica, so pena de identificatse
con la persona juzgada. Si quiere mandar, tiene que apo-
yarse en leyes formuladas para tomar su decision. Teoren.
mente no deberia dejar que sus sentimientos personales
intervengan en la decisin. Nos gustaria, pensar que los
jueces en los tribunales adoptan esta actitud objetiva, pero
no un padre con su hijo. Un padre objetivo es impersonal, -
distante, no es verdaderamente un padre. El hijo, como
observé Marta, se siente perdido. Pot otro lado, si los sen.
timientos personales se interfieren en sus juicios, el proce.
dimiento es un engafio y una decepcion.
La gran decepcin en el juego que practican los padres
con sus hijos es el pretender que pueden amar y set obje-
tivos, implicarse y desligarse al mismo tiempo. ‘Tal preten. _
sién les permite negar sus propios sentimientos cuando
pudiera resultar inconveniente admitirlos. De esta mane.
fa, pueden acusaral nifio de rebelde cuando sus acciones
son una respuesta a la hostilidad de los padres, o pueden
ser testarudos ¢ inflexibles ante un nitio llorando porque
les incordia, invocando la disciplina y la coherencia para
justificar su conducta. Negaran placet al nifio por envidiat
(a ellos se lo negaron de nifios) y se enorgulleceran de no
mimarlo.
Los padres se engafian con este jucgo, porque muchos |
creen realmente que hacen lo mejor para cl nifo. Creen
cn Ia disciplina y en el castigo como la tinica manera de
educarle, a pesar de que a veces duden de su valor, Pero
pensar que el administrar un castigo doloroso al nino”
tendré un efecto positivo sobre su personalidad, es une”
forma de engafiarse. Un castigo efectivo produce temor, 10
cual puede hacer que el nifio sea mas sumiso, pero no mas
amoroso, Los-padres fueron también nifios y seguramente |
Victimas de esa manipulacién. Por qué lo han olvidado? |
Para contestar a este pregunta tenemos que ver lo que pa-_
sa con el nifio sometido a este tratamiento. J
Los nifios no pueden escoger entre aceptat o rechazar
los engafios que utilizan los padres; no son agentes inde.
Pendientes, el amor y la aprobacién de los padres es una
cuestion de vida o muerte para ellos. La mayoria de los ni
V9 99La depresi6n y el cuerpo 169
jios pasarén por una época de rebeldia, como la pas6 Mar-
ta, luchando por conseguir la comprension que tanto ne.
cesitan. Desgraciadamente, sus esfuerzos s6lo sitven, a la
larga, para alienar mas a sus padres, que acaban viendo al
nifio como un monstruo o un loco o un salvaje. Se le fuer-
za a ceder, lo que significa que finalmente aceptard la
_ idea de que uno debe merecer el amor y debe gariarse el
placer. Acabarén creyendo que no son quetidos porque no
lo han merecido.
«Si esta es la manera en que se debe sugar el juego de la
vida», piensa el nifio, «mantendré las reglas y jugaré ef
juego». El nifio ve que el mismo juego se juega en otras
familias. Los nifios adoptan incluso el lenguaje de sus
padres como parte de su propio juego. A menudo se oye
decir una nifia a otra: «Eres una nifia mala. Mama mo
te quiere» o «eres mala y te tienen que castigars. Una
vez que el nifio toma la decision de seguir el juego, tendra
que reprimir sus sentimientos negativos y hostiles. Esta
reptesion no cs nunca cien por cien efectiva; incluso en
el nifio mas abediente hay a veces reacciones de resent.
miento, lo cual reafirma a los padres en la idea de que
todos los nifios tienen malas inclinaciones que hay que =li,
minar.
El nifio que se ha visto forzado a dejar a un lado sus de-
rechos innatos y jugar el juego ha hecho un mal negocio,
haga lo que haga no puede ganar. Aunque lo intente con
todas sus fuerzas, nunca conseguira el amor y la aproba-
cién que necesita. Recordemos que la madre de Marta no
se dio por satisfecha cuando su hija sacé una nota de no.
venta y nueve y medio; queria la perfeccién. Los padres
que juegan a cste juego piden lo imposible. Su motiva.
.
La autorregulacién no significa que los padres se absten-
gan de dar algunas reglas o poner algunos limites a las ac,
ciones del nifio. Si no fuera asi, seria el caos. Un nifio os.
pera de sus padres guia y direccién. Las reglas y los limites
son necesarios si un nifio quiere saber donde esta. Peto las
reglas no deben ser rigidas ni los limites inflexibles, ya
que su finalidad es aumentar la seguridad del nifio y no
negar su libertad. Y por encima de todo, no pueden see
arbitrarias; deben guardar relacion directa con la forma de
vivir de los padres; es decir, los padres deberian vivir se.
gtin las mismas reglas basicas que imponen a sus hijos. No
Pucde ser que haya unas reglas para los padres, que tienen
el poder, y otras para los hijos, que no lo tienen,
Si los padres confian en su forma de vida, y esta forma
de vida esté basada en la fe, sus reglas y limites teflejaran
esa confianza. Esto nos lleva a preguntarnos qué es la fe,=. ‘La depresién y el cuerpo 173
de lo cual hablaré en el proximo capitulo; diré sencilla-
mente que todo acto basado en Ia fe es una manifestacion
de amor y que todo acto basado en el amor es una expre-
sién de fe. Los nifios son conscientes de estos importantes
valores y los respetan, ya que son esenciales para su de.
sarrollo emocional.
Una madre 0 un padre amoroso no es ni permisivo ni
disciplinario; el calificativo que mas le cuadra es cl de
comprensivo. Comprende la necesidad que tiene el nino
de un amor y una aceptaci6n incondicional. Comprende
también que no es una cuestién de palabras sino de senti.
mientos expresados en acciones. El nifio necesita intimi-
dad fisica con ambos padres. Necesita contacto corporal,
especialmente durante la infancia; necesita que le cojan,
que le acaricien y que jueguen con él. Estas necesidades
las debera Henar primero la madre, pero también es im.
portante, aunque secundario, el contacto corporal con el
padre
Una madre amorosa es quién se da, quién da su tiem-
po, su atencién, su interés. El amor que profesa a su hijo
hace que no lamente el tiempo que le dedica ni se resien
ta por sus demandas de atencién. Cuando un paciente d
ce: «ZQué sentido tiene Hamar a mama, si nunca estaba
alli?» quiere decir que nunca estaba alli para él, Su aten-
cién ¢ interés estaban en otro lado. Para saber cuanto
quiere una madre a su hijo, sélo es necesario saber el
tiempo que le dedica y cuanto placer le da su hijo. El pla-
cet que siente una madre con su hijo es exactamente igual
al que siente el hijo con su madre. Este principio de re-
ciprocidad demuestra el auténtico amor en una telacion.
El amor esta basado en un placer compartido. El placer de
una persona aumenta el placer de la otra, hasta que el
sentimiento entre ambos es de alegria. Asi es como’ de-
biera ser la relacién entre madre ¢ hijo. Esta relacin pier-
de su alegria cuando la madre utiliza al hijo en pro de su
propio egoismo o para fines egoistas.
Los padres amorosos quieren ver a su hijo feliz; eso es lo
que més les importa. Quieren que su hijo disfrute de la
vida, y hacen lo posible para tratar de darle las satisfac-ciones que busca. Esta actitud, y los sentimicntos que la’
acompafian, dan al nifio fe en la vida: primero fe en sus
padres, después fe en él mismo y por tltimo, fe en el
mundo. Los padres pueden hacer esto por un hijo si ellos
mismos tienen fe. Pero poca gente la tiene, nuestra civili.
zacién la margina. Hablamos de amor pero veneramos el
Poder. Ni siquiera tenemos fe en él poder del amor7. La. fe
La importancia de la fe
ee trt—t——T—C.
sin ella? ¢Puede incluso. sobrevivir sin ella? Estas cues-
Hones merecen una atenci6n seria, ya que la supetvivencia
del.hombre no esta libre de duda y su vida no esta ine
de la desesperacion. ¢Qué es la fe? Como todas las Pp
labras, puede usarse con ligereza. Es muy facil decir: «De-
bes tener fe», como se podria decir «tienes que amare Pa
fo un momento de reflexién basta para datse cuenca de
gue ni as palabras ni las afirmaciones pueden afiadir estas
ee ————SC
Alguna vez que otra he dicho a algdn paciente que no
tenia fe. Fue una observaciOn impulsiva, hecha generel.
mente ‘cuando la respuesta del paciente al esfuerzo tera,
Péutico era desproporcionadamente negativa, Pero. nevis
tas hacer la observacién me daba cuenta de que no ere
€s0. @Qué queria decir? Fe en mi? ;Fe en mi habilidad
Para ayudar? ¢Fe en que el trabajo terapéutico tuviera ar
175“176
Alexander Lowen
to? Sabia que eso no tenia derecho a esperarlo, Entonces
ee en qué? No tenia respuesta. Los psiquiatras general.
mente no piensan en términos religiosos y yo era especial.
mente reacio a hacerlo. Habria evitado la palabra si no
hubicra surgido espontaneamente en el curso de mi estu.
dio sobre la naturaleza de la depresién.
Mis ideas sobre la depresién surgieron de mi trabajo con
pacientes depresivos, cuyo principal anhelo, por supuesto,
es el de superar el problema que ha Ilevado sus vidas a un
paro virtual. A la hora de ayudarles a recuperar la capaci- ~
dad de placer, que esta gravemente disminuida en el esta-
do depresivo, la cuestién de la fe o de la falta de fe
parecia irrelevante. Mi tarea era la de comprender, y el pa-
ciente tenia que profundizar en los conflictos emocionales
que bloquean el fluir de sus sentimientos. Tenia que sen.
Ur y relajar las tensiones musculares crdnicas en su cuerpo
que restringen su respiracién y limitan su motilidad. Ge.
neralmente, una terapia coherente que trabaje dentro de
esta linea y que alcance y abra las fuentes emocionales de
la vida saca al paciente de su condicién depresiva y, en la
mayoria de los casos, crea un baluarte bastante estable
contra la tendencia comin a recaer. Los pacientes recupe-
rados nunca hablaban de haber encontrado una fe que les
ayudara a vivir; pero vistas las cosas retrospectivamente,
estaba bien claro que si la habian encontrado
Cuanto mas pensaba sobre el problema de la depresién,
mas me convencia de que la cuestion de la fe era impor.
tante para su comprensin. Al principio no tenia una idea
acabada de qué cs la fe, porque por ahi parece que circu-
lan muchas diferentes. Sin embargo, independiente-
mente de las diferencias, la persona con fe no se deprime
Mientras conserve una fe fuerte y activa, podra avanzar en
la vida, lo cual es incapaz de hacer el individuo depresivo._
Me vi abocado asi a la conclusion de que el paciente |
depresivo es una persona sin fe; él no piensa en si mismo
de esa manera ni yo lo veo bajo esa luz: como psiquiatra
lo veo como una persona enferma cuyo funcionamiento
como ser humano esta perturbado tanto a nivel psicolégi-
co como fisico. Pero asi y todo, sigue siendo verdad que 4La depresién y el cuerpo 177
_ Gxiste una conexi6n intima entre su enfermedad y su pér-
dida de fe.
Ta importancia de esta conexién se hace metidiana
SF
aumento ¢n la incidencia de la depresi6n por un lado y la
Lr —ssCS == Sr
ceo necesario documentar la subida de la marea de le en
fermedad depresiva. Todos los psiquiatras, psicolopos y
Personas que trabajan en el campo del consejo psicologica
saben lo corriente que es. Si recordamos que la ansiedes y
la depresién forman parte de un mismo si
observacién,
Ante la desilusién y la ‘pérdida de fe, s6lo hay que
hablar con la gente para darse cuenta de lo deseneeattds
duc esta del mundo de hoy. Los que mas lo demuestran
son Jos jOvenes; en sus escritos, en sus protestas y en sc
utilizacion de las drogas nos hablan de la poca fe que
comen cn cl futuro de esta-civilizacion. Peto los mayeres
compatten muchos recelos similares; ven wn detesne
constante de los valores morales, un debilitamicec,
progtesivo de los lazos religiosos y comunitarios que ligan
el bienestar de un hombre con el del otro, una disminu-
cién de la espiritualidad junto con un aumento del énfasis
gn ¢l dinero y en cl poder; y se preguntan: «7A donde
este mundo?». La opinién general nos dirta que la
mayoria de la gente siente que estamos viviendo tiempos
deptesivos, y realmente es ast.
Son depresivos, no porque sean dificiles, sino porque
SSrr——r———CC gente
ha vivido tiempos mas dificiles sin deprimirse. Loc pione-
i
Inglaterra hace tres siglos, encarando empresas bastane
fats duras que las nuestras, no se deprimian. Si dine
_ fe es lo que les sostenias, esa es mi opinion Tes pionerosCuando se pierde la fe, parece perdetse también el de-
red, St impulso de alcanzar cosas, de comunicarse
luchar. El individuo siente que no hay nada que alcanear, :
nada por lo que luchar y, como mis pacientes depresives. _
dida que perdian la fe en su forma de vida, Parecian
abandonarse, encerrindose en si mismos y dandose a ma
nudo al alcohol. Habia desaparecido la emocion de cae vi,
das, habia disminuido Ia lama vital en sus cuerpos. Para |
AUC cntte los conquistadores llegaran misioneros, porque
los que carecian de fe estaban condenados 4 sucaumbie
Creo que no importa qué dioses se adoren 6 qué creen
za. Lo aclarar€ con algunos ejemplos sencillos.
Hay un juego muy comin al que juegan padres ¢ hijos
Pequefios y que tiene que ver con el tema de la fe 0}
Spafianza. El padre coloca al nifio en un pedestal alto y le.
dice’ que salte a sus brazos. El nifio salta y el padre lo’re,
coge; aquét grita encantado y le pide que lo repita. Si cl E
juego se juega demasiadas veces, perdera parte de su cma.
Al Ptincipio, sin embargo, cl nifio no esta muy seguro y
salta por fe. Obviamente existe un momento de panica
cuando el niflo abandona su seguridad y se da cuenta de
que se esta cayendo. El miedo a caer cs una de las an 2
siedades humanas més profundas. Pero el panico e¢ ma,
menténeo, porque el nifio se encuentra enseguida sano y179
salvo en los brazos de su padre. El liberarse del pAnico da
una sensacion de alegria, y, es también una confirmacion
de que la fe que se tiene esta justificada, lo cual la refwer-
za atin més. jImaginense las consecuencias catrastoficas
para cl nifio si el padre deliberadamente lo deja caer al
suelo y se hace dafo!
Un juego similar se practica en los grupos de encuentro,
con la finalidad obvia de ensefiar a una persona a confiat
en los demas. A cada patticipante se le pide, por turno,
que cietre los ojos y se deje caer hacia atras, asegurandole
que la persona que esta detras lo va a recoger. Asi sucede,
como es légico, y muchas personas adquieren mayor con.
fianza gracias a esta experiencia. Dudo, sin embargo, que
esto tenga un valor real para promover la fe en uno mis
mo. Los participantes saben que se les va a coger y que las
feglas del juego son no dejar caer a nadie. En este ejercicio
el conocimiento precede al hecho y esto roba al ejercicio la
mayor parte de su valor como prucba de fe. Lo que se‘
aprende es a confiar, no en la sinceridad del otro, sino en
las reglas del juego. Seguir las reglas es un camino seguro
para no hacerse dafio; pero no es el camino del placer ni
de la fe en la vida. | ~ :
A los psiquiatras les seria mas facil aceptar una palabra
como , y no «fe», para describir la relacion
entre dos, personas en juegos como éste. Aunque ambas
palabras s¢ usan a menudo como sindnimas, la palabra
«fe» tiene una implicaci6n religiosa que no la tiene el con-
cepto de confianza. Para la mayoria de los psiquiatras esta
implicaci6n religiosa parece introducir un factor. mistico
que no se puede estudiar ni controlar por medios objeti-
vos ni explicar con principios racionales y cientificos. Su
resistencia a emplear este término es de alguna manera
comprensible. Pero esa postura, que es tan evidente en
Freud-y otros autores psicoanaliticos, no deberia impedir-
nos examinar el papel que jucga la fe en las vidas huma-
nas.
Si intentamés comprender la condici6n humana en tér-
minos de conceptos objetivos y cientificos, dejamos fuera
todo un dominio de la experiencia humana. Las relaciones180 Alexander Lowen’
cntre dos personas, o de una persona con su entorno o de:
religfoe ona con el universo, pertenecen a ese dominio. La |
religion surgié de la necesidad de comprender estas rela- J
ciones, y no nos podemos permitir el ignorarlas porque
renga una connotacién religiosa. No hay por que rece
miedo a esta connotacin, siempre que no se obligue uno
peeprar los dogmas de una creencia religiosa especifice
Al tratar de comprender la relacién del hombre consigo
mismo y con su mundo no podemos olvidar el concepto
i fe Pertenece a un orden dé experiencia diferente del
del conocimiento. Es mas profunda que éste, puesto que a
menudo le precede como base de accion y continua wine
berlo no los detiene, porque para ellos tezar eg ban expre-
sin de fe. Sienten que esa expresi6n ticne un ehere posi-
tivo y que gracias a ello son mds capaces de soportar la
catga. Para rezar no es necesario creer en una denlad one
in el acto de amor, uno
. Esta accion, que lena
sable, le expone tam.
s s cuenta de que la fe esté involucrada en
ria de nuestras acciones diarias. Pensemos en el ca-La depresién y el cuerpo 181
so del agricultor que labra y siembra su tierra. No tiene
ninguna seguridad de que al afio siguiente recoja una co.
secha, ya que a menudo se echa a perder. Es decit, opera
tanto sobre la base de la fe como del conocimiento; y no
digamos ya el hombre primitivo, cuyos conocimientos de
agricultura eran bastante limitados. Se pucde decir que su
fe se basaba en la experiencia, en la suya personal y en la
de otros agricultores a través de los tiempos. La experien-
cia es un factor importante, que puede incrementat o dis.
Oe ———————
naturaleza de la fe a menos que se conciba la experiencia
como algo que trasciende a la existencia individual,
Cuando contemplamos la complejidad de la vida social
y la interdependencia de la gente, se impone la conclusion
de que el orden social seria imposible sin fe. La. madre
tiene fe en que el lechero le dejara la leche en la puerta,
cl trabajador tiene fe en que podra comprar lo que necesi,
ta con el dinero que gana; el paciente tiene fe en que cl
médico hara todo lo posible por curarle. Cuando esto no
€s asi, nos choca profundamente. Los seres humanos lle.
van viviendo en comunidades sociales durante milenios, y
de esta larga experiencia racial han adquirido fe en cl es,
fuetzo cooperativo. Si esa fe desapareciera, seria l caos. A
SS rrrrr———“ es
gente tiene una especie de fe.interior en que las cosas van
a salir bien. Creo que esta fe en el proceso ordenado de la
vida. es lo que sostiene:a la gente en sus actividades
diarias.
Si no tuviéramos fe en que nuestro esfuerzo va a ser re-
compensado, faltaria la motivacién para esforzarse. La ne.
cesidad no es un incentivo suficiente. Los pacientes depre.
eer ———“ —€§——
mundo, pero eso no les mueve. Se han rendido; han per-
dido la fe y se han resignado a morir.
La intima conexi6n entre pérdida de fe
ce clara en situaciones de crisis.
muerte la fuerza de la fe puede se
empuje a un hombre a sobrevivir al
Una prueba de fe realmente ext
y muerte apare- —
En asuntos de vida o
x el factor decisivo que
ii donde otros mueren.
raordinaria fueron los182
campos de concentracién en la Alemania nazi. Para los de”
fuera parecia un milagro que alguien pudiera sobrevivin 4
aquel horror. Pero el caso es que muchos sobrevivicron,
entre ellos Victor Frankel, un psiquiatra austriaco. La ob.
servacién de sus compafieros le condujo a,la‘conclusién de a
que los Gnicos que sobrevivian eran las personas para las 4
que la vida tenia algn significado. Aquellos a los que les 4
faltaba esta conviccién se abandonaban y morian. Lee fal.
taba la voluntad de seguir luchando ante la tortura, la’
crueldad, traiciones, privaciones y degradaciones. 3
Cuando lei el’ libro de Frankel, pensé al principio que la]
explicacién cra insuficiente: sencillamente los mas fuertes
sobrevivian y los débiles morian. Eran mas fuertes por-
que pensaban que la vida tenia algtin significado o en.
contraron un significado porque etan mas fucttes? Ahora,
pienso que ya no es necesario discutir este punto; ambas 4
Posiciones son igualmente validas. Laigente fuerte tiene fe 4
y la gente que tiene fe es fuerte. Es un binomio indivi.
sible, porque un aspecto es reflejo del otto. La fe de una
Persona es la expresion de su vitalidad interior como ser
viviente, igual que su vitalidad es una medida.de su fe en
la vida; ambas dependen de procesos biolégicos dentro _
del organismo. Antoine de Saint-Exupéry describe una si.
tuacién de crisis parecida en su delicioso libro Viento, are-
na y estrellas’. Su avi6n se habia estrellado en el desicsto
durante un vuelo nocturno. El y su mecinico estaban per- =
didos, y el impacto habia destruido practicamente tods la
comida y el agua que transportaban. S6lo les quedaba |
medio lito de vino, un litro de café, algunas uvas y dos
natanjas. Durante tres dias exploraron el desierto sin ale. 3
jatse demasiado de] avi6n, con la esperanza de ser trescata. 4
dos. Al cuatto dia,