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Como vivir tu relacion de pareja con madurez y crecimiento continuo con PNL y Psicologia Granspersonal Ss Rubén Armendariz Ramirez PNL Ayudando a amar amando Rubén Armendaériz Ramirez occu PAX MEXICO This One {IMINO AMM QD2Z-UD6-YAWF RZ EL LIBRO MUERE CUANDO LO FOTOCOPIAN Amigo lector: La obra que usted tiene en sus manos es muy valiosa. Su autor vertid en ella conocimientos, experiencia y afios de trabajo. El editor ha procurado una presentacién digna de su contenido y pone su empefio y recursos para difundirla ampliamente, por medio de su red de comercializacién. Cuando usted fotocopia este libro, o adquiere una copia “pirata” o fotocopia ilegal del mismo, el autor y el editor dejan de percibir lo que les permite recuperar la inversién que han realizado. La reproduccién no autorizada de obras protegidas por el derecho de autor, ademas de ser un delito, desalienta la creatividad y limita la difusién de la cultura, Si usted necesita un ejemplar del libro y no le es posible conseguirlo, le rogamos hacérnoslo saber. No dude en comunicarse con nosotros. Editorial Pax México a> © 2002 Editorial Pax México, Librerfa Carlos Cesarman S.A. Av. Cuauhtémoe 1430 Col. Santa Cruz Aroyac México D.F 03310 Teléfono: 5605 7677 Fax: 5605 7600 Correo electrénico: editorialpax@editorialpax.com Pagina web: www.editorialpax.com Primera edicién, 2002 ISBN 968-860-583-6 Reservados todos las derechos Impreso en Colombia Printed in Colombia Indice Dedicatoria tit Agradecimientos u Lista de ejercictos xt Introduccion xiii CariruLo 1. Paradigmas de la relacion humana 1 La estructura profunda de la relaci6n humana 1 Saber acompafiarse en pareja 12 Ampliando el concepto de relacién matrimonial 16 CariruLo 2, Educacién basica de lo femenino y lo masculino 23 Una triste historia frecuente: la formacién del individuo en una familia disfunci 23 Estructur: Vi i i los cuidados para una infancia sana 31 El nefasto producto final: la codependencia 43 CariruLo 3. Adolescencia: los primeros encuentros entre lo masculino y lo femenino 57 El primer paso hacia la felicidad 57 Rasgos masculinos y femeninos 62 vii Como vivir tu relacion de pareja con madurez y crecimiento continuo con PNL y Psicologia Granspersonal Ss Rubén Armendariz Ramirez PNL Ayudando a amar amando Rubén Armendaériz Ramirez occu PAX MEXICO This One {IMINO AMM QD2Z-UD6-YAWF RZ EL LIBRO MUERE CUANDO LO FOTOCOPIAN Amigo lector: La obra que usted tiene en sus manos es muy valiosa. Su autor vertid en ella conocimientos, experiencia y afios de trabajo. El editor ha procurado una presentacién digna de su contenido y pone su empefio y recursos para difundirla ampliamente, por medio de su red de comercializacién. Cuando usted fotocopia este libro, o adquiere una copia “pirata” o fotocopia ilegal del mismo, el autor y el editor dejan de percibir lo que les permite recuperar la inversién que han realizado. La reproduccién no autorizada de obras protegidas por el derecho de autor, ademas de ser un delito, desalienta la creatividad y limita la difusién de la cultura, Si usted necesita un ejemplar del libro y no le es posible conseguirlo, le rogamos hacérnoslo saber. No dude en comunicarse con nosotros. Editorial Pax México a> © 2002 Editorial Pax México, Librerfa Carlos Cesarman S.A. Av. Cuauhtémoe 1430 Col. Santa Cruz Aroyac México D.F 03310 Teléfono: 5605 7677 Fax: 5605 7600 Correo electrénico: editorialpax@editorialpax.com Pagina web: www.editorialpax.com Primera edicién, 2002 ISBN 968-860-583-6 Reservados todos las derechos Impreso en Colombia Printed in Colombia Indice Dedicatoria tit Agradecimientos u Lista de ejercictos xt Introduccion xiii CariruLo 1. Paradigmas de la relacion humana 1 La estructura profunda de la relaci6n humana 1 Saber acompafiarse en pareja 12 Ampliando el concepto de relacién matrimonial 16 CariruLo 2, Educacién basica de lo femenino y lo masculino 23 Una triste historia frecuente: la formacién del individuo en una familia disfunci 23 Estructur: Vi i i los cuidados para una infancia sana 31 El nefasto producto final: la codependencia 43 CariruLo 3. Adolescencia: los primeros encuentros entre lo masculino y lo femenino 57 El primer paso hacia la felicidad 57 Rasgos masculinos y femeninos 62 vii vill # RUBEN ARMENDARIZ RAMIREZ Noviazgo 70 Sombras amenazantes 72 De la codependencia a la interdependencia 75 CapiruLo 4. Eleccién de pareja 81 Ciclo vital de la pareja 82 Factores por considerar 85 Motivaciones internas 91 Proceso de eleccién de pareja 92 Ultimas palabras de alerta 107 CapriruLo 5. Unién de la pareja 115 Enlace convencional: las bodas 115 Mitos del matrimonio 118 Contrato matrimonial 121 Concepto de madurez 124 El amor entre dos seres maduros 152 Capfruo 6. Trabajando con los problemas de parejas: pautas generales 135 Proceso terapéutico 135 Ciclo vital de la familia 138 Encarando los retos 140 Negociacién: actitudes basicas para solucionar problemas 142 Comunicacién: clave para la relacién efectiva 143 Guia para las sesiones de solucién de problemas 145 Relacionarse manteniendo la propia integridad 148 Area emocional 149 Criterios, valores y creencias 152 Manejo de la culpa 158 Puntos de vista diferentes para comprender los problemas de la relacién 160 Capfruto 7. Trabajando con los problemas de parejas: pautas especificas 171 INDICE # ix Habilidades de comunicacién 172 Manejo de sentimientos 177 Habilidades para una negociaci6n efectiva de conflictos 181 Decir adids: el manejo constructivo del divorcio 196 El arte de amargarse la vida y cO6mo contraer m matrimonio inferna 200 Cartruto 8. La relacién sagrada 207 El amor es mds que un sentimiento 210 Sentido espiritual de la relacién 214 La mujer y el hombre de una relacién sagrada 216 Complementariedad sagrada 218 Caracteristicas de la relacién ordinaria y la sagrada 219 Epilogo 223 Evolucién de la conciencia femenina y su impacto en la conciencia masculina 223 Transformacién auténtica 227 Referencias bibliograficas 233 Servicios de formacién 235 xiv + RUBEN ARMENDARIZ RAMIREZ Desde luego, las alternativas generadas en la actuali- dad no podran ser seguidas al pie de la letra por todas las parejas, porque una propuesta que puede servir para afian- zar y optimizar la convivencia de unos, puede resultar nefasta para otros. Y quiz aqui se encuentre el meollo del conflicto actual de tantas parejas: tratar de apegarse en forma total y exclusiva a un solo modelo de relacién (que nor- malmente es el tradicional, donde el hombre ejerce un papel dominante y la mujer una actitud mas bien pasiva), el cual por diferentes razones comienza a resultar obsoleto. En los tiltimos 30 afios, la instituci6n humana llama- da matrimonio ha sido crecientemente sacudida. Esto queda evidenciado por el aumento de separaciones, sea por la via de los divorcios, distanciamientos fisicos de los cényuges o, lo que creo todavia peor, la “separaci6n emocional”, esto es, la amarga y triste experiencia de vivir diariamente jun- to a una pareja, aunque en el fondo cada uno se sienta solo e insatisfecho. No me es posible especificar cudntas personas han compartido conmigo sus dificultades en relacién con su com- pafiero(a), pero sf puedo aseverar que los problemas son situaciones que frecuentemente encuentro como psicote- rapeuta, conferencista y facilitador de talleres para mejo- rar la salud mental y emocional. En este sentido, un aspecto que me ha llamado poderosamente Ia atencién es la enorme similitud que encuentro entre el conjunto de dificultades presentadas. Como ejemplos puedo citar el distanciamien- to fisico o la falta de detalles amorosos de que se quejan. muchas mujeres y lo cual normalmente los hombres no perciben como problema; la necesidad de cercanfa y sen- urse amada de la mujer, mientras el hombre promedio simplemente no alcanza a comprender esa circunstancia; el papel preponderante que juega el trabajo en la vida del hombre, mientras muchas mujeres viven esa dedicacién la- boral del hombre como un auténtico rival de la relacién; la indiferencia ante una vida social activa, que para mu- xvi * RUBEN ARMENDARIZ RAMIREZ pero con la salvedad de que este cuidado sea el mismo para todos los miembros de la familia Por estas razones, mi intencién con este trabajo es ana- lizar a fondo algunas cuestiones fundamentales, muchas veces ocultas, sobre la relacién amorosa y plantear la po- sibilidad de una nueva visién de ser pareja, complemen- tando dicha propuesta con un conjunto de estrategias practicas para mejorar nuestras relaciones interpersonales. Por tanto, este escrito est dedicado especialmente a abordar las siguientes situaciones: + Considerar la posible historia de dafio emocional en uno mismo y en nuestra pareja para conocernos y acom- pafarnos mejor en una convivencia mutua. « Proporcionar una gufa atil y practica de orientacién prematrimonial revisando nuestros motivos profun- dos para elegir una pareja, antes de dar uno de los pasos trascendentales en la vida (que a veces puede ser hermoso e invaluable pero, por desgracia, tam- bién puede resultar amargo y frustrante). « Plantear opciones para la solucién de problemas tanto en hombres como mujeres con hijos y que tienen di- ficultades de comunicaci6n entre ellos (entre el pa- dre y la madre), o de ambos con el hijo, pero que buscan mantener su relacién de pareja y familiar. + Cuidar aspectos clave para una infancia sana de los hajos. « Reconocer cuando es virtualmente imposible una con- ciliacién satisfactoria y, dado el caso, presentar alter- nativas para la separacién de los amantes en los términos menos destructivos posibl « Mejorar nuestra comprensién y comunicacién con cual- quier ser humano (hombres, mujeres, adolescentes, adultos, ancianos o con los hijos), comprendiendo mejor sus formas de ser y estableciendo las bases para una sociedad mds sana y armoniosa. Capitulo 1 Paradigmas de la relacién humana Nuestro gran fracaso para hacer que las relaciones amorosas funcionen son la “gran herida en la mente del occidente” y éste es uno de los problemas fundamentales de la cultura actual. Cam. Gustav Jone La estructura profunda de la relaci6n humana Nadie duda la importancia que ha cobrado en nuestros tiempos hacer una revisién profunda de la relacioén huma- na en general y muy particularmente de pareja amorosa porque, en gran parte, la calidad de vida de la persona adulta esté en conexién directa con la calidad de relacién de pareja que sostiene. Obviamente, esto es aplicable s6lo en los casos en que la persona ha decidido vivir en pareja. En mi opinién, para comprender cabalmente dicha relacién creo que es imprescindible revisar a fondo la es- tructura general de las relaciones humanas, motivo por el cual quiero comenzar haciendo un breve, y espero que sustancioso, andlisis al respecto. Pocas experiencias en la vida pueden ser tan gratifi- cantes y productivas como el cultivo de una relacién hu- mana afectiva, comprensiva y plena. Lamentablemente, la situacién actual nos habla de una grave incapacidad para relacionarnos unos con otros. Mientras la relacién sea me- ramente un trato superficial, como normalmente lo es al conocer a alguien, donde no se nos obliga a compartirnos en forma profunda y sincera, no suelen encontrarse gran- 1 6 + RUBEN ARMENDARIZ RAMIREZ ren otras cualidades para avivar la cercania y confianza (relacién de “estructura profunda”), nuestras limitantes no permitiran la consolidacién de la relacién. El resultado es que en lugar de la disposicién al acercamiento, la otra gente opte mas bien por el distanciamiento, o hasta el rompimiento definitivo. Si una persona no cambia sus patrones de relacién, no podra experimentar una convivencia de crecimiento sino mas bien una de sobrevivencia, esto es, valerse del trato con los demas para obtener beneficios personales. Pero como una relacién asi no satisface casi a nadie, la persona se encontrara saltando hacia nuevas relaciones en perfodos relativamente cortos. Empero, si alguien hace referencia a su estilo nocivo de convivir, lo mas probable es que se in- digne y califique de “incomprensibles” a los demas. Estas circunstancias, por cierto, no son sélo aplicables a la incapacidad de sostener una relacién amorosa, sino a cualquier intercambio con otro individuo (familiares, ami- gos o colaboradores de trabajo). Los efectos derivados de nuestras dificultades suelen manifestarse de varias maneras que van desde el encierro inabordable, una fria indiferencia al trato con otros (con lo cual caemos en un aislamiento social), esperar que los otros se comporten como nosotros queremos para ser conside- radas personas de nuestra posicién (social, econémica o espiritual), o bien soportar todo tipo de relaci6n humillan- te con tal de no estar “solos”. Al respecto, existen causas bien identificables del por qué hay personas dispuestas a soportar cualquier trato indignante. Pero, cuando esta condicién se presenta, se pierde el sentido de una relacién humana auténtica y en- riquecedora. Este proceso, tristemente, es el que viven las llamadas “parejas tormentosas”, donde el mas elemental juicio sereno, reflexive y maduro nos invitaria a cuestionar qué estamos haciendo junto a una persona que nos mues- tra un trato tan infame. PARADIGMAS DE LA RELACION HUMANA + 7 Permitanme exponer un ejemplo al respecto que me compartié una joven y atractiva profesionista, directora de una 4rea importante en su empresa, y que ilustra perfec- tamente los puntos hasta aqui presentados. Cuando conoci al que ahora es mi esposo, me enamoré de lo agradable y atento que era (estructura superficial). Durante el noviazgo tuvimos uno que otro altercado pero nada grave como para terminar la relaci6n. Nos casamos y a los pocos dias él comenzé a mostrar una cara que yo no esperaba. Su trato cambié tanto que al poco tiempo yo sentia que era otro (estructura profunda). Como él ganaba bien en su trabajo, tuve la oportuni- dad de estudiar una carrera universitaria. Posteriormen- te conseguf un buen trabajo en el que Hegué a ocupar un puesto directivo y mi salario rebas6 con mucho lo que ganaba mi esposo. Sorpresivamente, él renuncid a su trabajo, prome- tiendo que buscaria uno mejor (reacctén defensiva). Afios después yo sigo llevando no sélo la responsabi- lidad econémica de mi familia sino incluso las labores del hogar y el cuidado de nuestros dos hijos. Por si esto fuera poco, él no inicia un acercamiento sexual, ni tan siquiera afectivo. Literalmente tengo que rogarle que me acaricie. Pero el colmo fue cuando empezé a reunirse con unos amigos a emborracharse cada fin de semana y llegaba en Ja madrugada a hacer un esc4ndalo, donde me pedia que reconociera su autoridad en la casa, e incluso varias veces la escena terminaba en golpes (necesidad de reconocimiento). No sélo mis hermanos y mis padres, sino hasta mi familia politica, me han dicho que no permita ese trato tan inhumano e injusto. Yo misma estoy consciente de que él no es precisamente un modelo de pareja, pero atin asi lo quiero y me aterra pensar en quedarme sola (miedo al abandono). La decisién de finalizar una relacién evidentemente tan insana e inmadura como |a citada, por desgracia no suele 8 + RUBEN ARMENDARIZ RAMIREZ ser facil para los involucrados como pareciera a un obser- vador ajeno. Si cada uno no ve ni reconoce sus mecanis- mos profundos para relacionarse, centrados en obtener logros propios (en el ejemplo, el marido ejerce “autori- dad” y la mujer cubre su “miedo a la soledad”), es natural que la relacién resulte altamente insatisfactoria. Si empleamos la cercanfa del otro para la propia con- veniencia sera virtualmente imposible establecer una rela- cién de auténtica comunién. En esta clase de relaciones, los involucrados literalmente sobreviven pero ninguno experi- menta realmente un crecimiento como ser humano, No es posible considerar que dichas parejas tengan una “relacién amorosa” porque tanto ellos como los seres cercanos (hijos o parientes), invariablemente resultan da- fados emocionalmente. En definitiva, eso no es amor auténtico, sino mas bien un “enganche” emocional bastan- te pernicioso llamado codependencia. Para que esta clase de convivencia destructiva se presente, es preciso que se encuentren dos personas que comparten una historia perso- nal plagada de severo dafio emocional, ya que el problema no es Gnicamente de un individuo sino de ambos. Al establecer cierta clase de dependencia hacia otra persona estamos cayendo en una relacién de apego donde no hay amor, porque del aferramiento surgen los celos, el miedo a la pérdida, la ansiedad, el resentimiento o la indi- ferencia; situaciones que, en mayor o menor grado, se en- cuentran en un nimero importante de parejas, por lo que nuestra concepcién de “amor” se ha convertido en sinéni- mo de una muy pobre calidad de convivencia. Si aceptamos que la relacién humana sdlo tiene un verdadero significado cuando nos compartimos con auten- ticidad, respeto y apoyo mutuo, entonces el problema ini- cia desde el momento en que ignoramos nuestros motivos inconscientes. Por tanto, el primer paso serfa investigar cuales son los propios ideales en juego cuando iniciamos (y sostenemos) una relacién. Es decir, lo esencial para man- 12+ RUBEN ARMENDARIZ RAMIREZ Por tanto, es necesario buscar el orden interno com- pleto y total, para luego propiciar el urgente orden exter- no (social). Para hacerlo, el tinico requisito es la combina- cién de una firme conviccién para reconocer la importancia de generar ese orden dentro de uno mismo y tomar plena- mente la responsabilidad personal con la cual contribuyamos a un orden social, comprendiendo que éste es un punto cru- cial, de relevancia fundamental para la vida y sobrevivencia de la humanidad. Si no alcanzamos a ser “tocados” en lo profundo de nuestro ser, si s6lo decimos “si, eso es intere- sante”, pero si no ponemos manos a la obra aportando nuestra parte, dificilmente podremos aspirar a trascender los conflictos, tensiones y absurdos que caracterizan la estructura de la sociedad actual. Saber acompafiarse en pareja El proceso de acompafiamiento es una parte medular e indispensable en nuestra existencia. Mucho de nuestro éxito y felicidad en las relaciones sociales tiene que ver con la cualidad de saber acompaniar. El sentido basico de la ac- cién de acompaiiar requiere un conjunto de habilidades esenciales, como son: 1. Saber comunicar. 2. Saber escuchar. 3. Cémo y cuando confrontar. . Saber respetar el proceso de vida en que se encuen- tra uno mismo y los demas. 5. Como ponerme en el lugar del otro para compren- derlo (empatia). 6. Cémo flexibilizar mis intereses a fin de acompaiiar. a Saber acompaiiar, por principio de cuentas, implica recono- cer y entender la realidad del otro, en lugar de exigirle que sea la persona que nosotros quisiéramos. 18 # RUBEN ARMENDARIZ RAMIREZ ca, calor humano, comprension y acompafamiento, las cua- les son formas validas y provechosas de querer matizar la relacién. Pero las formas en que cada persona vive dichas expectativas son extraordinariamente distintas. Aunque también he encontrado algunas declaraciones verdaderamente sorprendentes de las expectativas que algu- nas personas anhelan conseguir al casarse. Por ejemplo, vienen a mi memoria los casos de algunas mujeres quienes abiertamente me confesaron que esperaban hallar en el ma- trimonio la tranquilidad emocional que nunca en su vida familiar habian tenido, confiando en que seguramente su esposo jams causaria la minima desavenencia; 0 que ca- sarse era la mejor forma de mantener cerca a la tinica per- sona que me ha querido aunque sea un poco; o bien que el ma- trimonio consistiria en afiadir un miembro més al negocio familiar. Por otra parte, puede que no sea realista pensar que nuestras esperanzas puestas en el modelo tradicional sean el vehiculo ideal para lograr nuestros fines (enfatizo que me estoy refiriendo a roles muy rigidos). Quizd nuestra expectaliva sea apropiada, pero la forma o el métode (el matrimo- nio tradicional) sea insuficiente 0 inadecuado. Por ejemplo, quiz la mujer anhela el momento de casarse, pero también desea seguir una carrera profesional saliendo de su ambiente ho- gareno. Idealmente, podriamos pensar que una relacién sana facilitarfa que la mujer pudiera cumplir con ambas inten- ciones. Sin embargo, puede encontrar serios obstaculos tanto dentro como fuera de casa. Dentro de su mismo seno familiar, quiza su marido se aferre al papel tradicio- nal de ser el sostenedor econdémico de la familia y se oponga a que ella se desarrolle en un medio laboral, presionando- la con mas atencién y tiempo a las funciones del hogar; fue- ra de casa, tal vez ella encuentre que muchas instituciones todavia no aceptan tan facilmente a mujeres casadas, es- pecialmente por la posibilidad del embarazo y las consa- PARADIGMAS DE LA RELACION HUMANA # 19) bidas incapacidades y gastos médicos que la empresa ha de egresar. Si muchas circunstancias parecidas estuvieran limitan- do la satisfaccién personal de los casados, serfa necesario despojar al matrimonio de sus papeles anticuados para en- contrar formas que lo hagan mas acorde a los cambios que en la actualidad se estan produciendo. Mas que la tradi- cién, el significado y el estilo de wna relacién de pareja deben forjarlo las dos personas involucradas en la relacién, siendo libres de buscar por si mismos las razones de su existencia y la forma en que desean vivirla. De ahi que /a relacién de pareja debe basarse en una nueva apertura hacia uno mismo, hacia el otro y de ambos hacia el mundo. Estableciendo libre- mente su propia relacién, la pareja podra conseguir la flexi- bilidad necesaria para su desarrollo y preferencias tanto individual como en conjunto, asi como su adaptacién cui- dadosa al entorno inmediato. Generalmente, “desarrollarse” en un matrimonio tra- dicional conlleva eliminar y reprimir deseos y capacidades individuales. En nombre del amor y el deseo de preservar la relacién, se van eliminando cualidades e intereses que cada quien posee y que podrian constituir la base de un desarrollo personal ulterior, elemento sin el cual toda re- laci6n parece condenada a estancarse y no ser satisfactoria. Un simple ejemplo de esto es precisamente el no permitir que un cényuge realice una actividad profesional fuera de casa. Empero, la situacién no es tan simple puesto que hay quienes si lo permiten y de todos modos la relacién es lastimada. Otra cuestién que deja‘al matrimonio convencional en una zona dificil es que normalmente nos “casamos con la imagen”, muchas veces idealizada mas que realista, de la persona amada. En general, esa grata imagen que forma- mos y mantenemos del otro (un “buen hombre”, o una “buena mujer”), es producto de la Iamada relacién perso- nal de estructura superficial, es decir, una interaccién en 20 # RUBEN ARMENDARIZ RAMIREZ que comdnmente no mostramos nuestro auténtico manejo en el campo de la relaci6n humana de mayor compromiso. Asi, no reparamos en que la imagen de lo que la otra per- mientras se da el noviazgo o los primeros tiem- pos el matrimonio, al cabo de un tiempo dificilmente podra ser sostenida. Varios matrimonios aseveran que la pareja cambié radicalmente, para su decepcién, luego de un tiem- po. El tiempo varfa, y puede ir desde unos cuantos dias hasta aiios, pero la constante es el hecho de que el “cam- bio” del otro no siempre favorece la relacién. Asi las cosas, es frecuente que la persona llegue a la conclusién, con cierto dejo de tristeza que, “de haber sabido cémo era, no me hubiera involucrado”. En mi opinién, es evidente y natural que la persona con quien nos casamos al cabo de un tiempo ya no es exac- tamente la misma que conocimos en las fases de galanteo y noviazgo. No obstante, si la relacién es auténtica, con un compromiso real y con un conocimiento profundo de uno y otro desde su inicio, la evolucién personal es recibida con agrado y, de hecho, ayuda a mejorar Ia calidad de con- vivencia. Sin embargo, la muestra contundente de que no habia- mos entablado una relacién profunda y sincera con la otra persona queda clara en relacién con nuestros sentimientos de decepcién, frustracién y desesperacién porque el otro nos demuestra una y otra vez que no es, a veces, ni siquie- ra la sombra de la persona que nosotros esperabamos. Obviamente, desde sus inicios es recomendable dejar bien claro el tipo de relacién que se desea llevar en pareja, pero entendiendo que ésta no es dinica y estatica. Dicha re- lacién tendr4 que ser lo suficientemente abierta para que todo reajuste se haga lo mas facil, cuidadosa y rapidamen- te posible. Es decir, la relacién debe ser capaz de modificarse a si misma adapténdose a las circunstancias que se presentan, por ejemplo, un nuevo empleo, una temporada de desempleo, la legada de un hijo, la enfermedad de uno de los miem- 24 © RUBEN ARMENDARIZ RAMIREZ que hemos tenido que enfrentar situaciones familiares des- favorables, mientras que es casi imperceptible el namero de familias que pueden considerarse ejemplos de funcio- nalidad y felicidad plena. Gran parte de nuestros comportamientos de adultos esta soportada por las experiencias educativas tempranas. En gran parte, nuestra apreciacién de lo que es, o deberia ser, la vida y todas sus condiciones tiene buena parte de sus rafces en la visi6n que al respecto guardaba nuestra familia nuclear (padre, madre y hermanos). En especial, se ha encontrado que la convivencia que manifestamos de adultos esta intimamente conectada con las experiencias més significativas, gratas o desagradables, que vivimos en la infancia pero que, una vez siendo adul- tos y por tratarse de vivencias ya distantes, normalmente son borradas de nuestro pensamiento consciente. Los siguientes son algunos indicadores evidentes que distinguen a una familia disfuncional: 1. Existencia de papeles o roles familiares excesivamente rigi- dos. Por lo general, padre dominante y madre sumisa. 2. Los padres son emocionalmente inmaduros. En cierto sen- tido, son nifios jugando a ser adultos, seudoadultos lastimados que no han resuelto sus propias situacio- nes dolorosas y por tanto no estén en las mejores condiciones para educar nifios felices. 3. La familia es un sistema de comunicacién cerrado. Es decir, hay una escasa comunicacién. Existen secre- tos vitales; no se habla claro ni directo sobre algu- nos problemas porque se consideran temas tabi (sé cambia el tema de platica, se prohiben conversacio- nes abiertamente o se castigan). En particular, la familia se vuelve mayormente disfuncional en cuan- to mas se manifiesta la negacién de problemas. 4. Patrones de interaccién empobrecidas o hasta conflictivos. No hay mucho margen de comportamiento, ni aspi- EDUCACION BASICA DE LO FEMENINO: Y LO MASCULINO: + 25 raciones ni apoyo a trascender el estilo de vida co- miin. Al contrario, se excluye o se ridiculiza a quien pone en duda o intenta buscar una forma que me- jore el trato familiar imperante. 5. Escasa expresién afectiva. Existe una nula manifesta- cién de carifio y aprobacién, nifios abandonados 0, en casos peores, las figuras de autoridad son casti- gadoras. Son muchos los dafios que se han reportado en las perso- nas que estuvieron bajo la dinamica de una familia dis- funcional, pero frecuentemente el producto de tales hoga- res son individuos muy lastimados en dos aspectos sociales faciles de identificar: incapacidad para el manejo apropiado de sentimientos (contactar sentimientos propios, clarificar y ex- presar sentimientos propios y ajenos), y dificullades para relacionarse con olros en forma madura y constructiva. En relacién con la incapacidad para el manejo de senti- mientos, el resultado se traduce en que la persona es poco capaz de mostrar e identificar amor, ternura, empatia, com- prensién, disposicién y respeto hacia otros. Ante la falta de expresién afectiva, el adulto mostrara serias dificultades para entablar lazos emocionales relevan- tes y muy probablemente contaré con una esfera social reducida, sintiendo que no encuentra apoyo ni compaiiia auténtica en ningtin lado. También es posible que la familia no sdlo haya ignora- do las necesidades afectivas sino que, lo que es todavia peor, el trato cotidiano se caracterizara por constantes ten- siones, miedo, pesadas cargas emocionales con responsabi- lidades excesivas para los hijos(as), 0 competencias por ob- tener aprobacion de una figura de autoridad (padres, abuelos 0 cualquier otro adulto significativo). Debido a estas situaciones, la gente confunde sus sen- timientos y suele mezelar los sentimientos agradables con los desagradables. Las emociones entonces resultan confusas y 26 + RUBEN ARMENDARIZ RAMIREZ la persona simplemente no aprende a distinguir donde y cuando se vive una relacién sana y qué situacién es una relacién lastimosa. Un individuo asi no sabe diferenciar los tipos de convivencia porque sélo conoce un modelo. Cu- riosamente, la gente vive una relaci6n inadecuada como una experiencia relativamente cémoda puesto que le es familiar y, en cambio una relacién funcional le parece sos- pechosa, rara y por tanto incémoda. En cierto sentido, es como si la persona necesitara de relaciones conflictivas porque sin el alboroto, la saturacién sensorial o las situa- ciones apremiantes a las que esta acostumbrada, simple- mente no sabe cémo conducirse. Al respecto, recuerdo que una de mis pacientes en sesién individual me comenté que, literalmente, ella no sabia rela- cionarse de otra forma con las personas mas que discutien- do. Me parece que su pregunta fue bastante sincera cuando repentinamente dijo: éCémo hacer para relacionarme sana- menie? Yo no sé cémo hacerlo porque en mi familia stempre estu- vimos de pleito. Esta puede ser una explicaci6n del porqué muchos adultos sostienen relaciones tormentosas y cuando tienen la oportunidad de relacionarse con una persona que, al me- nos aparentemente, ofrece la posibilidad de una intercam- bio social mas ‘armonioso, la suelen considerar una persona aburrida y no les motiva para establecer una convivencia. Si hablamos del caso de una posible relacién de pareja, ante el acercamiento de alguien relativamente funcional, la persona formada en una familia disfuncional quizd pre- fiera considerar el encuentro s6lo como una amistad, pero no como un candidato para un involucramiento mis sig- nificativo. En cambio, se sentira fuertemente atraida para conectarse con alguien en quien reconoce las sensaciones (fa- muiliares) que provoca este encuentro. Por lo que atafie a las dificultades para la relacién, que en realidad es un aspecto estrechamente conectado con el que acabamos de comentar, la persona se encuentra 30 + RUBEN ARMENDARIZ RAMIREZ un tremendo portazo y jurandome que nunca lo volveria a ver. Y hasta la fecha lo ha cumplido; no he vuelto a saber practicamente nada de él. Pregunto a su familia por su paradero pero, como también él tuvo una pésima rela- cién con sus padres y sus hermanos, me dicen que cuan- do los visita, muy de vez en vez, apenas si los saluda y se retira sin comentar nada de nuestra relacién (familia disfuncional de origen del otro). Cuando seleccionamos pareja nos vemos invariablemente inmersos en un par de procesos. Por un lado, existe una elec- cién que tiene un conjunto de criterios conscientes, como el hecho de preferir ciertas caracteristicas (como el fisico, el gtado de escolaridad, la inteligencia 0 el nivel sociocultural). Pero también somos propensos a fincar nuestra predilec- cién por una pareja basada en criferios inconscientes. Por ejemplo, como ya hemos mencionado, quiz el tipico esti- lo de convivencia que aprendimos en la infancia era el de “protector”, queriendo ayudar a los demas tal vez como medio evasivo para negar el propio dolor, o bien enfren- tando la situaci6n de pareja como posibilidad de obtener la aprobacién de una figura importante en nuestra vida que antes no nos fue posible lograr (normalmente de nues- tros padres), motivos ocultos que nos “enganchan” emo- cionalmente con alguien y que luego nos hacen exclamar, como en el caso previo, “no sé exactamente por qué elegi a esta pareja pero algo me atrajo mucho”. La eleccién de pareja que no resulta es porque, normalmen- te, fue basada mds en criterios de eleccién inconsciente. En el caso anterior, es notorio que las caracteristicas concuer- dan perfectamente en que las dos personas provienen de una familia seriamente disfuncional y ambas se atraen en. forma intensa, donde la mujer incluso rechaz6 otros pre- tendientes, quizd mas funcionales que el elegido, porque (no por simple casualidad), le resultaban “aburridos” (este EDUCACION BASICA DE LO FEMENINO Y LO MASCULINO ¢# 31 tema de la eleccién de pareja sera desarrollado en otro capitulo). En términos muy amplios, es asi como una familia disfuncional puede manifestar sus letales efectos en la vida de sus miembros una vez que son adultos. Estructura de la evoluci6én de la conciencia: los cuidados para una infancia sana Ademas de la familia que cuenta con patrones de inter- accién disfuncionales, hay otro factor de crucial importan- cia en la vida del nifio que hemos de considerar, que es el proceso interno que opera en cada uno de nosotros, es de- cir, el funcionamiento mental. En este sentido, me interesa enfatizar la importancia de aspectos clave por cuidar para vivir una infancia relativamente sana. Desde que nace, e incluso se asevera que desde antes del nacimiento, el bebé es receptivo a las situaciones gratas o desagradables en el seno familiar. No hay, obviamente, una estructura de pensamiento equivalente a la de un in- dividuo adulto pero, en su lugar, el bebé responde de forma emocional-sensorial. Esto quiere decir que los recién maci- dos perciben incluso si son bien recibidos o no al momen- to de nacer, si hay circunstancias conflictivas en el ambiente en que viven o existe armonjia, respeto y amor. No es que ellos lo analicen, sino simplemente lo perciben mediante sentimientos y sensaciones. Por tanto, su sistema basico de relacién es, precisamente, por medio de sensaciones y senti- mientos y el vehiculo ideal para esta clase de intercambio con otros es el contacto fisico. Diversas investigaciones han mostrado cémo los nifos que fueron afortunados al recibir un trato afectuoso de sus padres, con mucho contacto fisico positivo (calidez, cer- canfa, ternura mediante abrazos, caricias o besos), suelen convertirse en adultos tendientes a buscar la expresién 32. # RUBEN ARMENDARIZ RAMIREZ afectiva mediante el contacto fisico. Ademas, entre sus caracteristicas destaca también que cuentan con un buen nivel de confianza en sf mismos, autoestima alta y mayor disposicién a la relacién social. Por su parte, los nifios que fueron ignorados o maltra- tados fisica y mentalmente son adultos que no muestran preferencia por la cercania ni el contacto fisico. De hecho, hay personas que abiertamente dicen que no les gusta que los rocen siquiera, les den un abrazo, y mucho menos que les acaricien. De igual forma, muestran menos confianza en sf mismos, con una autoestima baja y no tienen mayor inte- rés por el trato con Jos demas. Entre los 15 y los 18 meses de edad los nifios empie- zan a tener pensamientos mas estructurados que general- mente se caracterizan por una fuerte tendencia a creer que pueden influir en el mundo con sus pensamientos y de- seos. Esta estructura del pensamiento recibe el nombre de visién mégica del mundo porque a esa edad los nifos creen que con sus pensamientos y deseos tienen un poder ma- gico para influir en los comportamientos 0 eventos exter- nos, y que sus pensamientos son la causa de todos los acontecimientos significativos de su vida. Por ejemplo, creen que su Ilanto es la causa directa de que su mama los ali- mente, 0 que les entreguen el juguete que desean. Alrededor de esta fase es cuando aparecen en todo su esplendor los famosos berrinches, los cuales constituyen una prueba contundente de la visién en extremo exigen- te del nifio. Los padres deberian ensefiar al nifio que no puede tener todo lo que desea pero sf darle alternativas (por ejemplo, cosas distintas a las que él desea, muestras de afecto o cualquier otro “trueque”). Posteriormente, conforme seguimos evolucionando, entre los 2 y 7 afios, esta comprensién llamada magica es reemplazada por una visién del mundo llamada visién mi- fica. En esta etapa la conciencia es altamente susceptible al manejo de simbolos, y cualquier mito, leyenda o cuento EDUCACION BASICA DE LO FEMENINO Y LO MASCULINO + 41 Una joven madre veia un aparador de una tienda de ropa en una plaza comercial mientras su pequefia hija de aproximadamente 4 afos Iloraba y le pedia que le comprara un helado. La joven madre, visiblemente mo- lesta, le advirtié a la nifia que no siguiera fastidiando o la dejaria sola. La nifa estallé en Ianto ante la amenaza y la madre literalmente la jalé del brazo hasta darle un sentén en una de las bancas de un pasillo, donde la pequefia se quedé tendida llorando desgarradoramente. La madre se alejé a una distancia moderada y, de reojo, podfa ver a la hija pero ésta no alcanzaba a ver a su mama. Este episodio de abandono materno duré hasta que la nifia literalmente se cans6 de llorar. Entonces la madre se acercé a ella. Sin duda, la joven madre no pensaba abandonar realmen- te a su hija, pero en la estructura de pensamiento infantil es probable que la nifia haya vivido esa experiencia como un intento real de abandono o desamor de su madre. Si los nifios son expuestos a situaciones similares con cierta regu- laridad, se estaran estableciendo bases importantes para que desarrolle el miedo de ser abandonado. Para los pa- dres puede resultar muy sencillo e insignificante decirle al nifio frases como si le sigues portando mal te voy a encerrar en un cuarto oscuro, o bien sacarlos al patio y dejarlos solos, pero recordemos que la forma en que un adulto piensa es por completo distinto al pensamiento mitico del nifio, quien casi todo tiende a tomarlo como una verdad literal. Esta clase especial de miedo no surge solo de la ame- naza hablada, también puede establecerse por el descuido o falta de presencia fisica de los padres y, una vez arraiga- do en la mente infantil, puede ser una semilla que crezca y acompafie a la persona haciéndola que sus futuras pro- bables pérdidas sean vividas en forma de ansiedad extre- ma, 0 que asuma una actitud excesivamente pasiva ante un trato humillante porque su temor a quedarse sola le pre- dispone a tolerar cualquier tipo de compafia. 42 # RUBEN ARMENDARIZ RAMIREZ b) En cuanio a desvalorizacién, los padres también pueden dar multiples mensajes descalificadores del tipo de eres un tonto, bueno para nada, nunca podrds hacer algo bien, o siempre necesitards que alguien haga las cosas por ti, sin estar conscien- tes del posible dajio. En un ejemplo conmovedor, una mujer me cont6é en terapia la siguiente historia familiar: Mis padres eran terribles conmigo y con mi hermana dos aos menor. Desde muy pequefias, pareciera que disfru- taban diciéndonos lo tontas que éramos. Hoy dia mi hermana y yo somos profesionistas, tituladas con todos los honores, pero atin sentimos que nos afectan aquellos mensajes de nuestros padres, y ambas tenemos en el fondo un sentido de escaso valor personal. De igual forma que en el miedo al abandono, los mensajes de escasa valoracién pueden ser rafces profundas de una falta de confianza en sf mismo que acompaiie a la perso- na adulta haciéndola manifestarse con timidez, un franco miedo al fracaso y limitantes para la relacién cercana y significativa con otras personas. Un cuadro tipico de falta de autoestima, fuertemente influido por el miedo al abandono y la desvalorizacién, in- cluye los siguientes rasgos: ¢ Tendencia a competir (para vencer y demostrar lo “va- lioso” que es). + Comportamiento agresivo que, por no poderse mani- festar abiertamente, muchas veces toma la forma de un sarcasmo (mediante chistes ofensivos o bromas pe- sadas porque cree que con esto puede estar por enci- ma de los demas). ¢ Disciplina deficiente que no cubre todos los aspectos de su vida sino sélo uno, como sefial inequivoca de evasién (por ejemplo, gente muy entregada a su tra- EDUCACION BASICA DE LO FEMENING Y LO MASCULINO # 53 La codependencia es una relacién de apego con lo cual, al aferrarnos al otro, surgen /os celos, el miedo a la pérdida, la ansiedad, el resentimiento e incluso la indiferencia. En una convivencia asi las relaciones y las personas sélo sobreviven pero ni uno ni otro experimenta realmente un crecimiento como ser humano. Estas son, por desgracia, las cualidades que en mayor © menor grado se encuentran en un vasto nimero de pa- rejas, y con ello hemos reducido dramaticamente nuestra concepcién de “amor” a una muy pobre calidad de convi- vencia. En definitiva, eso no es amor auténtico, sino mas bien un “enganche” emocional bastante doloroso y limitante Ila- mado técnicamente codependencia. Pero, como veremos a continuacién, donde hay amor no hay dolor. Qué es amor Un individuo con una educacién emocional relativamente saludable no esté acostumbrado a la lucha, a la angustia ni al sufrimiento. Asi que, si en una relacién sale herido o es presa de una reacci6n intensamente perturbadora, experi- mentara la situacién como /o que realmente es, 0 sea, algo aversivo y a lo cual su sana educacién emocional le dice que tome medidas correctivas inmediatas. Esta clase de persona procurard encontrar un ajuste, pero si no lo logra luego de un esfuerzo considerable sim- plemente dard por finalizada la relacién, quiza ciertamen- te con dolor, pero dejar4 de insistir terca y neciamente en donde no hay sefiales de mejorar, por lo que evitara en el futuro todo tipo de involucramiento con caracteristicas desalentadoras. En su lugar, optara por un encuentro per- sonal que le proporcione auténtico carifio, consuelo y com- pafierismo porque sabe que eso es lo “normal”. Para entender qué no es el amor, podemos obviamente concluir que un verdadero amor incluye sentimientos agra- EDUCACION BASICA DE LO FEMENINO Y LO MASCULINO ¢ 55 pareja s6lo se involucra en acciones para su tinico y exclu- sivo beneficio. Tengo la firme conviccién de que es posible que algu- nas personas pueden reparar todo el dafio emocional re- cibido y ampliar las percepciones y comprensiones de su vida por si mismas, pero también me parece que el ntime- ro de individuos que lo logra es considerablemente redu- cido. En la mayoria de los casos, creo altamente recomen- dable el apoyo profesional puesto que quiz4 el dafio haya sido muy severo y, por mds que demos nuestro apoyo, dedicacién y auténtico amor al ser amado, estas cualidades positivas de la relacién no son suficientes para que la per- sona se libere de su dolor. Si la relacién es sana estaran presentes inevitablemente el afecto, el interés, la aprobacién, asi como sentimientos de comodidad con personas que evocan sentimientos de se- guridad, calidez y dignidad, evitando a quien nos hace sentir menos valiosos. Si tomamos plena conciencia de la pobre visién social que del amor existe en la actualidad, podremos aven- turarnos a abandonar esa concepcién inmadura y contra- producente. Asi estaremos en mejores condiciones para relacionarnos en forma mas centrada y abierta de lo que lo han hecho generaciones previas y, en lugar de un tor- bellino de pasiones angustiantes y agotadoras, la relacién de pareja pueda ser un pldcido espacio para una intimi- dad compartida, un campo perfecto para la evolucién personal y social constante hacia formas hasta ahora insospechadas. 72. # RUBEN ARMENDARIZ RAMIREZ en la adolescencia con otra persona es el inicio de un ca- mino que en miltiples ocasiones puede ser un largo reco- rrido donde se van conociendo y entendiendo diferentes estilos de comprender la vida. Sombras amenazantes La ilusién con la que normalmente iniciamos una primera relacién de pareja tarde o temprano se va consumiendo, Las sombras de diversos peligros, del pasado y del presen- te, nos acechan sigilosamente tras la puerta y entre ellos, ademas de la citada historia personal de deficiencias, esta la intencién inconsciente que al momento de elegir pareja aparece con fuerza: el deseo de Ilenar “huecos” 0 carencias personales con las caracteristicas que vemos en la persona que nos atrae. En efecto, éste es otro proceso que se da por lo general de manera inconsciente. Entre mayor sea el desbalance de las caracteristicas masculinas y femeninas en un mismo sujeto, mayor sera la probabilidad de que tienda a “Henar los huecos” en su personalidad buscando otras personas que lo complementen. Por ejemplo, una jovencita décil, suave y cdlida, muy desconectada de rasgos de fortaleza y seguridad propios sera facilmente deslumbrada por un va- rén donde destaquen precisamente esas cualidades en su trato. E] aplomo, seguridad y firmeza que ella no ha con- tactado internamente como recursos propios le hardn sen- tirse sumamente atraida por quien si evidencia dichas conductas en el trato social. Siguiendo este hipotético caso, ella en realidad estaria parcialmente ciega a que esas cualidades son posibilidades de su propio desarrollo y, como no hace un trabajo de re- visi6n profunda para comprender este proceso de atrac- cién en que se encuentra con la persona deseada, su me- canismo de eleccién de pareja tiene un fuerte contenido

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