2 EL UMBRAL, Suplemento quincenal

LA GARRULA
INSTRUCCIONES PARA MIRAR TV
¿Quién dijo que quedarse en casa
un sábado a la noche es aburrido?
Dispuesta a derribar esa teoría me
instalo en el sillón frente al televi-
sor. Con el control remoto en una
mano y un gran pote de helado en
la otra, presiono el botón rojo. Se
inicia la búsqueda.
-Programa que muestra los Re-
cord Guinnes. Un musculoso sufre
al intentar romper bates de beisbol
usando la espinilla. ¿Pueden creer-
lo? No. Sólo un tonto se lastimaría
para figurar en un libro.
-Una película mala.
-Panelistas hablando so-
bre la vida de los famo-
sos. Un conductor mez-
cla distintos temas con
invitados que opinan de
Ilustración: Leonardo Barcelona
todo. Pseudos-abogados, pseudos-
periodistas y pseudos-médicos convi-
ven en un decorado chillón y de mal
gusto.
-Cuando ya me empiezo a desespe-
rar encuentro un programa que ex-
hibe el trabajo de un artista plástico
en ascenso. Mmm… son bastante
buenas y me dan ganas de conocer al
autor. Aparece. Cambio de opinión al
instante. Soberbio, expone confusos
conceptos, demasiado pagado de sí
mismo. Algunas obras no resisten a
sus creadores.
-“Espacio femenino” es el nom-
bre de un programa de
Utilisima. Básicamente con-
siste en brindar consejos de
diseño. Por ejemplo, reco-
miendan pintar una cocina
de negro. ¿Quién elige ese
color? ¿Y todavía quieren ha-
cernos creer que eso es
“escenográfico”?.
-Recitales. Un Cacho Castaña con 10
años menos, una Valeria Linch con 10
kilos menos y un “Palito” Ortega con
menos talento (si es que eso es posi-
ble).
-Otra película mala (y doblada al es-
pañol).
Cansada y sin helado la ira aumen-
ta. Después de un zapping desenfre-
nado no logro encontrar algo que
valga la pena mantener el televisor
encendido. Frente a mí los persona-
jes se suceden sin pausa. Partidos de
fútbol con jugadores de equipos ab-
surdos como Grenoble, jurados que
evalúan números aburridos, un nene
vestido de gaucho baila una
chacarera y agita la bandera argen-
tina, el dólar sube, la
paciencia se agota.
Cuando se ven olas de robos y múlti-
ples ataques a la propiedad privada, no
es extraño escuchar voces nefastas que
proponen: “¡hay que matarlos a todos!”.
Pero para qué esperar soluciones extre-
mas cuando espontáneamente… ¡pode-
mos empezar a matarnos entre todos!
Por ejemplo, en el barrio Ituzaingó los
vecinos huyen despavoridos porque hay
tiroteos a toda hora y delitos de todo
tipo, con mini mafias que se apodera-
ron del destino de los que viven a la re-
donda. Pero para no estigmatizar al ba-
rrio, prefieren evitar la denominación
“104” y llamarlo simplemente “barrio
Ituzaingó”. Sin embargo, al parecer, cam-
biar el nombre no cambia las cosas y
ahora se estigmatiza al barrio
“Ituzaingó”. Algunos pensaron en volver
a cambiarle el nombre pero finalmente
resolvieron mudarse bien lejos. Mien-
tras tanto, el barrio se parece cada vez
más a una favela donde las armas son
moneda corriente en las mesas de luz y
los chicos ya no juegan al ladrón y al
policía porque les aburre pertenecer to-

dos al mismo equipo; se sienten más có-

modos jugando a las películas. Una de
sus favoritas es “Un mundo sin maña-
Texto: Yesica Guevara

na” o “El mañana siempre muere” (una

versión barata del clásico James Bond
en “Tomorrow never die”).
Pero no solamente en el Ituzaingó
podemos matarnos entre nosotros.
También podemos aprovechar el trán-
sito donde no se usa el casco en las
motos ni el cinturón de seguridad y se
EL UMBRAL puede ir al palo, enfrentarse al peli-
STAFDFirector: Jorge Botta. Direcectotor perarideo- El sábado 7 de noviembre, por primera vez en la historia de
gro y terminar perdiendo.
Otra opción es ser ladrones sin res-
Za m or a. D ir
dí st ic o: Pa bl o humacher. Producción Olavarría, se realizó una marcha por la dignidad gay. Participaron paldo y terminar en la Unidad 2 de Sie-
Sc
Arte: Natalia Vi ct or ia En ni s, Ye si ca un centenar de personas y a todo aquel que cruzaban le entregaban
rra Chica, considerada “la peor” cár-
pe ri od ís ti ca : iseño Grá- un folleto con 7 preguntas “incómodas” del tipo “¿cómo se dio
dia Ingratta. D Ra m ir o cel de la Provincia, nada menos que
Guevara y Clau a y cuenta que usted es heterosexual? ¿Su familia lo sabe?”. El aconte-
o A zu ag
fi co : Fa cu nd grafía: Claudio Martínez cimiento nos pareció un buen disparador para hablar del tema. por el coordinador del Comité contra
Vivacq ua . Fo to Leonardo la Tortura, el abogado Roberto
ga no . Ilustración: Para que los propios protagonistas nos cuenten lo difícil que toda-
y Lu ca s Pa te número: Cipriano García, donde te aplican el
laboran en es vía resulta sentirse homosexual en Olavarría.
Barcelona. Co Magalí Coronel y Dante “Programa de Prevención de Conduc-
,
Jorge Arabito un a pr o-
oy en . EL U M BR A L es o EL PO- tas Violentas”, denominación que pa-
Lartirig ta entr e D ia ri
ducción conjunltad de Ciencias Sociales radójicamente recuerda al cínico sis-
PULAR, la Fa cu . tema de control que se observa en el
Artes Visuales
y la Escuela de film “La Naranja Mecánica”.
No obstante, si se sale ileso de la
condena, se puede incursionar en el
tráfico (de armas, drogas, personas,
etc) y terminar baleado por un “ajuste
de cuentas”.
Si se es mujer u homosexual, el cami-
no hacia la muerte será más corto. Se
puede fallecer apaleada por el marido
o, en el caso de un travesti por ejem-
plo, se puede perder la vida en un ase-
sinato eternamente impune.
Finalmente, está el mediocre altruis-
ta, quien tras intentar diversas solu-
LA FOTO QUE HABLA

ciones, decide apenas no morir. Toma

la vida como una opción inexorable.
Nada más. Consiste en vivir como si
estuviese muerto.
No hace falta “matarlos a todos”
cuando nos matamos entre nosotros.
Si aquella nefasta frase ya no te sor-
prende y te resulta, en cambio, mucho
más extraña la solidaridad; debo in-
formarte que, lamentablemente, ya es
tarde. Te has ha transformado en un
d, chocaron dos
nsi to ocu rridos en nuestra ciuda mediocre altruista.
accide nte s de trá o continúa grave.
imos días, entre tantos murió días después; el otr V.E.
CONCIENCIA. En los últ aban el casco colgado del brazo. Uno de ellos ncionado accidente. (Foto: Lucas Pagano)
llev me
motos, cuyos conductores mo sábado 14 de noviembre, horas después del
mis
Esta foto fue tomada el
 EL UMBRAL, Suplemento quincenal 3

○ ○
Eliana Leira
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
RECOMENDACIONES
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26 años / Productora Audiovisual.

Un recital Un libro
Un disco
Una película “Spinetta: 40 años”. Recomien- “El arte de amar”, de Erich
“Shake away/Ojo de culebra”, do a los amantes de la buena mú- Fromm. Es un libro maravillo-
“Las trillizas de Belleville”, de
de Lila Downs. El último trabajo sica el próximo recital del Flaco, so que habla de las capacida-
Sylvain Chomet. Una película
de la cantante mexicana no sólo que será el próximo 4 de diciem- des actuales de la humanidad
franco-canadiense de dibujos
representa la cultura donde ha bre en el estadio de Vélez. Luis para comprender el verdade-
animados de técnica tradicio-
crecido (México y EE.UU.), sino Alberto Spinetta piensa festejar ro significado del amor en
nal. La hstoria nos trasporta a
que las fusiona de una forma in- con todo y con todos. Entre los in- una sociedad que busca el
un mundo mágico, con una
creíble. Se puede apreciar tanto vitados especiales estarán sus consumo y el éxito personal,
banda sonora ejemplar donde
sus raíces mexicanas, con notas compañeros de Almendra, Pesca- sin detenerse a pensar en la
se pueden apreciar ritmos de
de blues, jazz, y rock and roll. do Rabioso, Invisible y Jade. Lo construcción del amor como
jazz y música clásica. Un filme
Una sorpresa: la increíble voz de mejor: ¡hay entradas para todos algo que se trabaja y se ela-
mudo, absurdo y maravilloso
Mercedes Sosa acompañando el los bolsillos!. bora. Concreto, fácil y muy
para divertirse y disfrutar una
verdadera obra de arte cinema- tema “Tierra de Luz”. cortito. Lo mejor: ¡Nos deja
tográfica. reflexionando!

SERIES. Una semana para salvar al mundo

“Seven Days”
/ Jorge Arabito
Una agencia secreta del gobierno de Estados Uni-
dos, a partir de ingeniería reversa en la nave aliení-
gena que cayó en Roswell en 1948, ha desarrollado
una máquina que puede volver atrás en el tiempo…
Pero sólo siete días. ¿De qué puede servir esto? Pues
imaginen evitar el atentado a las torres gemelas, el
asesinato de un presidente, evacuar a la gente del
tsunami asiático…
A partir del descubrimiento, se convoca a un equi-
po formado por un ex marine y antiguo miembro de
la CIA preso en un psiquiátrico llamado Frank Parker,
elegido por su tolerancia al dolor que el viaje provo-
ca, memoria fotográfica (ya que no puede llevarse
nada), audacia e inteligencia. El equipo del proyec-
to se completa con la Dra. Olga Vukavitch (científi-
ca rusa), Ballard (el científico principal), Donovan
(soldado como Parker), el Dr. Isaac Mentnor (parti-
dario de la elección de Parker), Nate Ramsey (di-
rector de seguridad y enemigo de Parker) y
Talmadge (el jefe de toda la operación).
Juntos, esperarán la aparición del Frank del futu-
ro con los datos necesarios para evitar los desastres
más insólitos. Aunque nunca se aclara qué sucede
con el Frank del presente cuando aparece el “Frank”
del futuro (se supone que es confinado para evitar tas o destruir medio planeta repetidamente de los mo-
que se cruce consigo mismo). Pero la cosa no es tan dos más diversos, pues siempre Parker volverá atrás las
fácil. Basta pensar lo patético de la aparición de cosas… Al costo de soportar ver muchas veces morir a
alguien medio desnudo en cualquier lugar del mun- sus amigos. Incluso, escuchar en sus últimas palabras
do, hablando en inglés y pidiendo que lo lleven a verdades terribles
Estados Unidos con el único recurso de un número que luego no podrá
de teléfono, sin dinero ni documentos. olvidar, hace que
A la dificultad de la misión que debe llevar adelan- arrastre problemas
te, se suma entonces el problema de llegar a tiem- con el alcohol y el
po, pues tanto puede aparecer dentro de una pri- juego…
sión como en el Amazonas o Japón, ya que como la Aunque esta se-
nave se desplaza aleatoriamente en su viaje en el rie es una obra
tiempo, puede aparecer en cualquier lugar del menor del univer-
mundo... o sus alrededores. Con el tiempo Frank so televisivo, es di-
descubrirá que antes que él hubo otros viajeros, versión pura y
que salieron en el espacio exterior o dentro de una nos deja pensar
montaña. Y hoy son nombres en un memorial de- cómo las cosas
trás del sitio de lanzamiento. podrían ser di-
Aunque la serie tiene elementos de humor, lleva ferentes si su-
también una marca oscura. Como el viaje es muy piéramos algo
complejo, sólo es autorizado por cuestiones de “Se- que hoy desco-
guridad Nacional”, y entonces: ¿puedo volver atrás nocemos. Sólo
para evitar que mi hijo muera ayer en un accidente que, como
de tránsito? Y si no puedo, ¿cómo vivo con ello? siempre, el
El personaje central vive una y otra vez situaciones problema es
límite. La historia no se ahorra matar a sus protagonis- el tiempo…
 4 EL UMBRAL, Suplemento quincenal
Sentirse homosexual en Olavarría
El 7 de noviembre se hizo la primera marcha de la dignidad gay en Olavarría. Pero lo
llamativo no fue la murga ni la batucada “Lesbianbanda” ni el diverso colorido sino
las ausencias ¿Todavía da vergüenza ser homosexual en nuestra ciudad?
/ Victoria Ennis blar, “hasta que no te presupongan hete-
rosexual”, explica Florencia, con sus 34
“¡Puto!”, le gritaron hace poco a Car- años. En la familia, en la escuela, en la so-
los unos obreros cuando volvía a su ciedad, todos creen saber qué esperan los
casa. Hacía mucho que no se sentía otros para su vida y qué debería hacerlos
agredido de esa forma. “Era como re- felices. Se supone que gustan del sexo
troceder años y te preguntás por qué, opuesto, que deben estudiar y luego traba-
con qué necesidad te agreden gratui- jar, que anhelan tener hijos para que luego
tamente”, se cuestiona. Es que todavía éstos tengan los suyos y los hagan abuelos,
hoy no es fácil sentirse homosexual en que un día se jubilarán y más tarde morirán
Olavarría. e irán al cielo porque han hecho todo bien.
Tras la concreción de la primera mar- De no ser así, el demonio te acechará en-
cha de la dignidad gay en nuestra ciu- tre las tinieblas.
dad, el pasado sábado 7 de noviem- Sin embargo, la mayoría de las veces la vida
bre, emergió el tabú de la homosexua- no coincide con aquel cuento y se es feliz
lidad sobre el que aún hace falta ha- igual. Llámese divorcio, soltería, no repro-
ducción u homosexualidad. No seguir los cá-
nones sociales preestablecidos tiene su pre-
EL UMBRAL, Suplemento quincenal
“Cuando alguien con autoridad, digamos, una maestra describe el mundo y vos no estás en él, se
produce un momento de desequilibrio psíquico como si te miraras en un espejo y no vieras nada. Y, sin
embargo, vos sabés que existís y que existen otras como vos, que ése es un juego de espejos. Hace falta
cierta fortaleza de espíritu, y no sólo fortaleza individual, sino un entendimiento colectivo para resis-
tir este vacío, este ‘no ser’ al cual nos arrojan, y para pararse demandando ser vistas y oídas”.
cio. Pero parece que ser gay en una ciudad casa. Carlos ad- Adrienne Rich
chica es uno de los más caros. “Yo nací acá y vierte que “toda- (Poeta, intelectual y activista lesbiana estadounidense)
nunca me fui. Mucha gente me decía que vía seguís viendo,
me tenía que ir de Olavarría porque perso- en chicos adoles-
nas de acá que estaban en mi situación y centes, que la
que se habían ido a Buenos Aires me decían resistencia ma-
que la pasaban mejor. Pero yo pienso que si yor sigue estan-
yo nací acá, ¿por qué no puedo vivir como yo do en la familia. Los primeros gestos de discri- Es difícil imaginarse una sobremesa fami- papá puede usar la palabra ‘amigo’. La enamorada de la flaca. Era la repre- mucho cuidado con lo que se dice y se
quiero y como yo soy en mi ciudad?”, plan- minación y violencia está en los padres”. liar en la que alguien decide contarle a los palabra ‘pareja’ no le va a salir nunca”. sión de todo el pueblo y de toda la fa- transmite”.
tea Osiris, quien tiene hoy 42 años. “Acá, en Guillermina tiene 18 años. Es novia de Lola y padres cómo y con quién le gusta disfrutar Osiris, en cambio, necesitó compartir milia. Yo no me pude enterar hasta el También recuerda que “a veces te ha-
una ciudad chica, siempre está el ‘somos po- cuenta que sus padres conocen sus preferen- del sexo. Pero cuando llega el amor, la ma- lo que sentía recién a los 35. “Fue una verano en que terminé el secunda- cían sentir mal, como cuando escuché
cos y nos conocemos todos’ y entonces siem- cias sexuales desde hace poco. “Este año me yoría necesita compartir esa alegría con necesidad mía porque yo sentía que es- rio y supe que me iba a Buenos Ai- que una mamá le decía a un amiguito,
pre está el que juzga al otro, pero el proble- empecé a destapar porque tenía miedo de lo otros y es por eso que una persona homo- taba en falta porque ellos no sabían. No res. Ese verano, pasó algo con cuando lo fui a buscar a la casa para
ma está en el que juzga (salvo que lo que que dijeran mis viejos, pero hace un par de sexual se ve, tarde o temprano, en la nece- cambió en nada la situación, aunque no una chica”. jugar, ‘no, con ese maricón no vas’. Y
haga afecte a un tercero). Si no juzgaran, días se enteraron, me fueron a buscar y me sidad de contarle a su familia ese tipo de se habla del tema. Me dijeron que me Carlos advierte que, además de esas cosas te las vas guardando”. En
estaríamos todos tranquilos”, analiza. hablaron”, relata con tranquilidad, aunque intimidades. “Si sos heterosexual, ¿vas a querían como hijo pero mi viejo me dijo la familia, “una de las primeras esa línea, Osiris cuenta que “en una
Lola, de 19 años, cuenta que ella y su novia admite que “mi viejo se enteró mucho antes decirle a todos tus amigos ‘chicos, soy he- que jamás se hubiera imaginado”, instituciones que expulsa y discri- época escuchaba que ser homosexual
fueron a un boliche “y un montón de chicas pero yo se lo negaba por miedo. Después me terosexual’?”, plantea Lola que, sin embar- remarca con los gestos, recordando mina es la escuela primaria”. era una elección y me lo había creído.
lesbianas y bisexuales nos felicitaban por- aceptaron y ahora ando más libre por la ciu- go, ya enfrentó a sus padres. “Cuando les que cuando se lo contó a sus amista- Osiris lo confirma y cuenta que Pero hoy te puedo decir que lo que ele-
que ellas no se animaban a mos- dad porque antes estaba preocupada por si dije a mis viejos que me siento bisexual, les des todos le respondieron que ya se un profesor de Biología en el se- gí es no ser heterosexual, porque si hu-
trarlo. Querían que nos me veían porque me importaba más lo que pareció más retorcido que ser lesbiana por- lo imaginaban. Osiris explica, ade- cundario “decía abiertamente biese querido podía haberlo sido, o ser
agrupemos apartadas en un dijera mi familia que los demás”. que no entendían cómo iba a ser; si un día más, que “no sé si hubo un momen- que si un homosexual (siempre bisexual. El ser homosexual no lo elegí,
rincón aunque no tenemos Cuando Lola contó a sus padres que iba a iba a llevar un novio y otro día una novia. Y to en que me di cuenta de que era varón porque de las mujeres no yo ya soy así”.
por qué agruparnos entre asistir a la marcha de la dignidad gay, “fue mi viejo me dijo que le molestaba que sea homosexual, siempre me sentí se hablaba) llega a los 30 tiene En definitiva, no se trata de eleccio-
nosotras y ponernos en un como que me dijeron ‘Uy, ¿otra cosa más ambigua”, cuenta. como me siento hoy día”. que agradecer si no se mató an- nes, ni enfermedades, ni curaciones ni
rinconcito. Pero los de Segu- vas a hacer?’ porque ya antes había partici- Carlos se fue de su casa a los 17 años “por- Florencia, por su parte, sostie- tes, por la vida que lleva y la in- pecados sino de sentir, enamorarse, ser
ridad se dieron cuenta de que pado en una protesta. Y después de la mar- que la violencia verbal de mi viejo y las ex- ne que “tiene que ver con el pro- felicidad que sufre. Entonces yo amado y feliz. Aunque la explicación
éramos pareja y nos echaron cha me tuve que ir de mi casa, además por- pectativas que él tenía sobre mí y lo que yo ceso que cada uno va llevando. pensaba que la única solución no es nueva, es necesaria y Osiris lo
del boliche con la excusa de que me dijeron que Guillermina no podía ir pensaba para mi vida no coincidían para Yo tuve un momento en que era era matarme”. En ese sentido, sabe sintetizar con claridad: “El que
que estábamos fumando porro más, aunque en estos días voy a volver a nada. En mi casa había un lema muy tajan- lesbofóbica total porque no me alerta que “es muy importan- diga que en Olavarría no hay discrimi-
aunque no era cierto. Un Segu- charlar con ellos”. te: o estudiabas o trabajabas, y yo había ter- podía asumir lesbiana. No veía te la palabra del profesor en nación, le cambio mi vida por un día y
ridad varón minado la secunda- lo que me pasaba. Sentía co- los chicos. Hay que tener después me cuenta”.
se metió en el ria y si me quedaba sas, me enamoraba de mis
baño de muje- me iban a elegir has- amigas pero no me daba
res y nos 7 preguntas sin respuestas ta la carrera, por cuenta. No lo leía de
echaron”. eso la idea fue irme”, esa manera. Vivía que
Sin embargo, -¿Es usted heterosexual? relata, todavía con no me podía despegar
la discrimina- tristeza, mientras de una amiga pero no
ción más impor- -¿Cómo se dio cuenta? intenta retomar el entendía que era
tante (y la que humor para advertir que estaba
más duele) apa- -¿Su familia lo sabe? con una sonrisa que
rece en la propia “recién ahora mi
-¿Cuál cree que es la causa de su heterosexualidad?
-¿Cree que su heterosexualidad tiene cura?
-¿Usted aceptaría que la maestra de su hija/o fuera heterosexual?
-¿Qué haría si su hija/o le dice que es heterosexual?
 6
“Pensar en bajar la edad de
imputabilidad sería un parche”
Los integrantes del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil estuvieron en Olavarría convocados
por la Mutual de Arte Popular “Macondo Creativa”. El encuentro sirvió para exponer la necesidad
de instrumentar políticas preventivas y de asumir un compromiso como ciudadanos.
/ Yesica Guevara
Canta Mercedes Sosa: “Es honra de
los hombres proteger lo que crece.
Cuidar que no haya infancia dispersa
por las calles. Evitar que naufrague su
corazón de barco. Su increíble aven-
tura de pan y chocolate”.
“Basta de derechos humanos para
los delincuentes”, “Mano dura”, “Tie-
nen que poner la pena de muerte”,
“Hay que bajar la edad de
imputabilidad”. Las frases pueblan
los titulares, las voces adquieren
fuerza cuando la cámara se encien-
de, los discursos se multiplican al rit-
mo vertiginoso del rating. Es “la voz
del pueblo” la que se reproduce.
“Doña Rosa” habla, los políticos la
ponen en primer plano, la sociedad
se manifiesta acrítica. Los candida-
tos realizan estudios de mercado.
Mienten soluciones mágicas para
terminar con la inseguridad de un día
para otro. Más policía y mano dura,
desechando políticas integrales.
“Los derechos económicos, socia-
les y culturales están vulnerados”,
advierte la defensora Laura
Serradel. “La inseguridad se comba-
te con trabajo. Pensar en bajar la edad de
imputabilidad sería un parche. Como resul-
tado tendríamos más chicos presos y eso
no ayuda”, completa el juez de Garantías
Damián Cini.
“Poniéndole una estrella en el sitio del ham-
bre. De otro modo es inútil, de otro modo es
absurdo. Ensayar en la tierra, la alegría y el
canto. Porque de nada vale si hay un niño en
la calle”.
Los funcionarios judiciales, a quienes se
sumaron la jueza María Cristina Beucamp
y la fiscal Mariela Viceconte, todos inte-
grantes del Fuero de Responsabilidad Pe-
nal Juvenil, describieron en la sede de
Macondo Creativa la realidad de la mayo-
ría de los adolescentes en conflicto con la
ley penal. La ausencia de políticas de fondo
y la necesidad de brindar alternativas se
pusieron de manifiesto en el encuentro que
tuvo lugar el viernes de la semana pasada.
El Fuero fue creado en cumplimiento del
tratado internacional que suscribió Argen-
tina para la protección de los derechos del
niño el 20 de noviembre de 1989. “Dimos
un paso hacia adelante, tardamos 18 años,
pero lo dimos”, indicó Beucamp. El tratado
es el primer instrumento interna-
cional jurídicamente vinculante que consi-
dera por primera vez a los niños y niñas
menores de 18 años como sujetos de dere-
chos. Estados Unidos es el único país en el
mundo que no ratificó la Convención Inter-
nacional de Derechos del Niño.
El juez de Garantías Damián Cini reflexionó
sobre la norma anterior al Fuero, el Patrona-
to de Menores, que “encerraba a los chicos
con el pretexto de protegerlos”. El público per-
maneció expectante hasta el momento en que
se abrió el debate. Un hombre resignado indi-
có que “somos minoría; los que proponen la
mano dura ganan la calle”. Otro resaltó la
necesidad de “proyectos de vida, no sólo mar-
chas”. Una mujer resumió con convicción:
“esto no va a cambiar hasta que no haya una
mayor distribución de la riqueza”.
“No debe andar la vid, recién nacida, a pre-
cio. La niñez arriesgada a una estrecha ga-
nancia. Porque entonces las manos son in-
útiles fardos y el corazón apenas, una mala
palabra”.
Hablemos con datos concretos. El experto
en infancia y exclusión social Nils Kastberg
reflexiona sobre la baja de la edad de
imputabilidad a 14 años. En una en-
trevista concedida a Página/12 el 26
de abril de este año, expone que en
Argentina hay unos 2.000 homici-
dios dolosos al año. De estos ca-
sos, en alrededor de doscientos
participaron menores de 18 años.
De este número, 150 correspon-
den a jóvenes de 16 a 18 años. De
los 50 que quedan, en 35 los res-
ponsables tenían 15 años.
“¿Cuántos quedan?”, pregunta el
director regional para América
Latina y el Caribe de UNICEF: 15
homicidios que son utilizados
demagógicamente por quienes
quieren hacernos creer que
endureciendo penas se va a
resolver el problema de la
violencia en el país.
En países de América Lati-
na donde los niveles de ho-
micidio doloso son más altos que
Argentina las medidas que se adop-
taron no lograron resolver el pro-
blema. El Salvador, Jamaica, Hondu-
ras y Trinidad y Tobago extendieron
las penas e implementaron la pena
de muerte sin bajar los índices de
delito. El poder en manos de la poli-
cía, la “mano dura”, sólo sirvió para
aumentar la criminalidad.
Otro ejemplo. A raíz del cumplimien-
to de 20 años de la sanción de la Con-
vención por los Derechos del Niño, la
integrante del Comité de Derechos del
Niño de Naciones Unidas, Susana
Villarán, afirma que la participación
de los niños en los homicidios, viola-
ciones y secuestros es minoritaria. Sin
embargo, el discurso extendido en la
sociedad es que gran parte de los crí-
menes son cometidos por chicos y
chicas. Esta percepción contribuye a
reforzar la idea de bajar la edad de
imputabilidad.
“Pobre del que ha olvidado que hay
un niño en la calle. Que hay millones de
niños que viven en la calle. Y multitud
de niños que crecen en la calle. Yo los
veo apretando su corazón pequeño.
Mirándonos a todos con fabula en los
ojos. Un relámpago trunco les cruza la
mirada, porque nadie protege esa vida
que crece”.
El debate en torno a la Ley Penal Ju-
venil funcionó como excusa para el
encuentro. Para exponer la necesidad
de instrumentar políticas preventi-
vas, de asumir un compromiso como
ciudadanos, porque en definitiva to-
dos somos responsables de la niñez y
adolescencia. Si bien hay organismos
competentes y un Estado que debe
cumplir su rol, a cada uno de noso-
tros nos corresponde dar pelea si que-
remos una realidad menos dolorosa.
“Y el amor se ha perdido como un
niño en la calle”.

La satisfacción
de investigar,
la vocación
de ser arqueóloga
María Clara Alvarez llegó desde Mar del Plata para estudiar Arqueología en la Facultad de Ciencias Socia-
les. Becaria del Conicet, hoy su trabajo se concentra en actividades de investigación en el Departamento
de Arqueología: Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas en el Cuaternario Pampeano (INCUAPA).
/ Claudia Ingratta
Durante sus años en el Polimodal de Humanida-
des ya orientaba un perfil social. Pero cuando tuvo
que elegir la carrera universitaria no estaba muy
decidida, le costaba marcharse de Mar del Plata.
En un primer momento pensó en estudiar Letras
porque “la situación de irme me quemaba la ca-
beza”. El apoyo de su familia siempre estuvo, en
tanto estudiara una carrera universitaria. Re-
cuerda que su papá “le gustaba leer sobre ar-
queología y todo eso porque él estudió veterina-
ria”. Y menciona que a los 15 años, durante unas
vacaciones por la Patagonia, con su familia visita-
ron una zona rupestre y le había gustado mucho.
Con los consejos, y analizando las opciones de
los planes de estudio, emprendió viaje hacia
Olavarría para estudiar la carrera de Arqueolo-
gía, “porque me gustó el programa. En una par-
te decía que tenías mucho trabajo de campo,
mucha campaña arqueológica”. Eso no se plan-
teaba en otras facultades.
Su paso por la carrera fue positivo. María Clara
Alvarez se adaptó muy bien a pesar de estar
lejos de su casa. En su primer año (2002), toda la
incertidumbre sobre si se podía adaptar se fue
esfumando de a poco, ya que “la mayoría de mis
compañeros eran de afuera y se armó un lindo
grupo, muy unido. Los primeros años son super
divertidos. Hacés amistades, te vas de campa-
ña, nos juntamos a estudiar, la pasábamos bien”.
Fotos: Dante Lartirigoyen
Para “Maca”, como la llaman sus compañeros,
su primera experiencia en una campaña fue
cuando concurrió al sitio “Laguna La
Barrancosa”. El trabajo de búsqueda de materia-
les se había terminado, lo único que había que
hacer era excavar para nivelar y tal vez se podría
encontrar algo más, pero “no había nada (son-
ríe). Yo estaba re contenta y no apareció nada”.
Ese mismo año tuvo revancha, cuando asistió jun-
to con sus compañeros a “Paso Otero 5”, cerca
de Necochea, junto al Río Quequén. El sitio tiene
aproximadamente unos 10.000 años de antigüe-
dad y allí se encontraron herramientas de los pri-
meros pobladores de la región pampeana, pun-
tas que se denominan “cola de pescado”. “Fue un
hallazgo súper importante. Descorchamos una
‘fresita’ (risas), fue un evento muy significativo
por haber estado en primer año”, recuerda.
Cuando se recibió, en marzo de 2008, tuvo ganas
de tener su año sabático una vez defendida su te-
sis de licenciatura, pero comenzó a trabajar el pri-
mero de abril en su tesis de doctorado, como be-
caria del CONICET. “Es otra carrera más, pero sú-
per necesaria, porque si querés seguir investiga-
ción te tenés que doctorar”, destaca.
¿Cómo es un día de trabajo para un
arqueólogo en la Facultad de Ciencias Socia-
les? Llegar, mirar los mails, tomar mate con
sus compañeros, ponerse al día e instalase a
trabajar. “Ya estamos acostumbrados, nos di-
vidimos las tareas. Hay diferentes grupos de
EL UMBRAL, Suplemento quincenal 7
NOMBRE:
María Clara Alvarez
OCUPACION: Arqueóloga
EDAD: 25 años
investigación y en el mío somos cinco”, me
cuenta. Y destaca que “la infraestructura es
buena, tenemos los materiales y herramientas
necesarias para trabajar y analizar. No todos
los laboratorios tienen el equipamiento nece-
sario. En otros, con el crecimiento de los inves-
tigadores, está saturado y no podes trabajar
todo el día como acá, hay horarios”.
Con 25 años Maca confiesa que le gustaría ejer-
cer la docencia porque la considera un comple-
mento de la investigación, ya que encasillarse sólo
en ésta implica “estar con tus problemas de inves-
tigación y no salír de ahí. La docencia es más abier-
ta, tratás problemáticas con los alumnos”.
La carrera le sirvió para llegar adonde llegó y
seguir. Le dio las herramientas necesarias para
poder resolver y dedicarse a la investigación.
Desde estudiante estuvo vinculada a esta ta-
rea, tuvo varias becas de la CIC (Comisión de
Investigaciones Científicas) y de la Facultad: “fue
algo como natural, seguir en la misma línea y
trabajar en esto”. Su currículum, además, le fue
permitiendo conseguir esas becas, porque
“tenés que ocuparte durante toda la carrera”.
“Esto te gusta o no te gusta”, concluye Maca,
refiriéndose a la Arqueología, una profesión que,
más allá de la cuestión vocacional, también le
permite viajar y disfrutar de otras cosas: “voy
de campaña, asisto a congresos, conozco un
montón de lugares y de gente que si hacía otra
carrera nunca hubiera conocido”.
 8 EL UMBRAL, Suplemento quincenal
ROSQUEEEEEEEE !!!!!!!
Oscar Mandagarán es “Don Rosque”, un personaje calleje-
ro que nunca pasa inadvertido. Hoy vamos a contarles el
lado menos conocido del rosquero de la city olavarriense.
/ Magali Coronel
Oscar, el rosquero, olavarriense
por elección, nació en Coronel
Pringles hace 64 años. Habla de su
familia natal y menciona a su ma-
dre y sus 4 hermanos, y agrega ra-
pidito que “quedamos solos cuan-
do yo tenía 5 años”. No quise en-
trar en detalles sobre su papá. “Mi
madre supo cumplir los dos roles”,
asegura. Ella supo “encaminar” a
todos sus hijos sin la contención y
el respaldo económico de nadie.
Pero, relata, “siempre algún chir-
lo nos pegó. Nos agarraba con el
centímetro de hule y te quedaban
los números marcados”, cuenta,
hoy entre risas, aunque en aque-
llos momentos supongo que hu-
biese lagrimeado un poco.
Igual, más allá de algunos retos y
palizas que se ligó junto con sus
hermanos, “el rosquero” se mues-
tra muy orgulloso de su mamá, a
quien recordará durante toda la
charla. Claro, ellos le facilitaron las
cosas: “nos conformábamos con
una pelota de fútbol, un autito
Fotos: Lucas Pagano
de carrera”, recuerda
Oscar. “Y éramos feli-
ces”, subraya. Ade-
más, todos los hi-
jos colaboraban
en los queha-
ceres de la
casa: cocinaban, ordenaban, cortaban leña
en el verano para almacenar para el invier-
no. Una vez que cumplían con sus tareas,
podían salir a jugar. “Era otra forma de vida”,
compara desde otro tiempo.
“Don Rosque” tuvo que empezar a traba-
jar desde chico, a los 14 años, en un alma-
cén de su pueblo, y terminó la primaria en
una nocturna. “No estoy de acuerdo con
esa propaganda que pasan en la tele en la
que dicen que los chicos no deben trabajar.
Los menores tendrían que aprender un ofi-
cio, hacerse de un futuro”. Según él, de esta
forma se solucionaría la paradoja de que en
cualquier solicitud de trabajo se busque per-
sonas jóvenes y a su vez con experiencia
laboral. Si bien Oscar concuerda con que los
chicos estudien y se diviertan, “medio día
tendrían que dedicarle a aprender un ofi-
cio. Así el chico, a los 14, 15 años, entra en
FICHA
• Oscar Man
• Nació en C
En los ochen
Hoy recorre
vendiendo
una carpintería. Pero no hay que hacerle
un conflicto al carpintero porque tiene un
chico trabajando”, señala, polémico.
Volviendo a la infancia del rosquero, no
todo fue sacrificio. Como todo chico, tam-
bién tuvo oportunidad de divertirse
“sanamente”, como se encarga de aclarar.
Aquí Oscar bromea sobre su etapa de ex-
celso futbolista, con la complicidad de su
mujer, que nos ceba mate mientras con-
versamos. “A los 14 años jugaba en Alem,
en Primera División, allá en mi pueblo. Y en
el Fortín. Incluso por ahí anda un diploma
de honor que me dieron. Fui campeón de
pesca también”, relata con el pecho hin-
chado, mientras afirma que “el fútbol y la
pesca, eran una rutina diaria”.
Ya de adolescente, Oscar rememora que,
a diferencia de lo que sucede actualmen-
te, “nosotros no pisamos un mostrador de
un bar hasta los 18 años. El único vicio que
teníamos era jugar al billar, y no nos deja-
ban entrar”. Recién después de cumplir la
mayoría de edad se podía comenzar a tran-
sitar la noche. En esa época no existían los
boliches en el pueblo. Había un billar, y lue-
go se salía a los clubes. Desde las 19 y has-
ta la medianoche empezaba lo que hoy se
conoce como “la previa”. Después llega-
ban los bailes y las orquestas. Oscar recuer-
da que iban a jugar al billar, “pero no to-
mábamos hasta perdernos. Era una ver-
güenza eso”, recalca. “No vayas a volver
un día pasado a tu casa, porque ahí, por
más que tuvieses 20 años, se te venía la
noche”, agrega divertido, quizá recordan-
do algún desafortunado episodio de bo-
rrachera involuntaria.
“Don Rosque” destaca además que
dagarán tien
e 64 años.
oronel Pring
ta se radicó
le s.
e n Olavarría.
las calles d
e la ciudad
roscas.
se salía de traje y corbata. En esa
época, de no ser así vestidos, no
podían entrar al club. “Había un
sordomudo custodiando la puer-
ta – se acuerda – que no te deja-
ba pasar sin traje. Y le podías de-
cir de todo total no te escucha-
ba”, rememora entretenido. En-
seguida, recalca el respeto que
había en ese momento hacia las
normas y las autoridades. “El po-
licía era POLICÍA, se hacía respe-
tar”. Y compara: “Hoy es una
joda, porque lo peor de todo es
que se perdió ese respeto”.
Sigamos espiando la vida de
Oscar. A los 26 años se casó
(“¡para toda la vida, eh! No como
ahora”) y a partir de allí comen-
zaron a proyectar el futuro con su
esposa. Viendo que en su pueblo
no había muchas posibilidades de
crecer, en los ochenta vinieron a
vivir a Olavarría. Él entró a traba-
jar en Cerro Negro, y “quizás por
ser un defensor de los que menos
saben hablar, el primer piquete-
ro”, lo despidieron. Luego tuvie-
ron un comercio, pero no les fue
bien. Y quedaron sin trabajo. Tras
unos meses angustiosos, me
cuenta que, “como toda mujer
inteligente, mi esposa tuvo la
idea de hacer roscas”. Y así fue
como Oscar le dio paso a “Don
Rosque”, ese hombre que con su
grito característico recorre kiló-
metros con su carro, repartiendo
roscas y saludos.