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Gee (eaey { La relacién médico paciente. Una relacion de | Poder y subordinacién. Campos NR. Medicina Y cultura. Hacia la formacién integral del Profesional de la salud. México: Plaza y | Valdez; 1999.p.231-256. UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO FACULTAD DE MEDICINA DEPARTAMENTO DE HISTORIA Y FILOSOFiA : * DELAMEDICINA AREA DE ANTROPOLOGIA MEDICA _ LA RELACION MEDICO-PACIENTE {UNA RELACION DE PODER Y SUBORDINACION DR. ROBERTO CAMPOS NAVARRO* “ Mético Cirnjano (UNAM), especialista en medicina (UNAM, IMSS), ‘maestro de antropologia social (ENAH), docente titular de antropologia ‘vticn en Ia Facultad de Medicina de la UNAM. MAYO DE 1992 CAPITULO TRES LA RELACION MEDICO- PACIENTE jUNA RELACION DE PODER Y SUBORDINACION? Por invitacién expresa de la antropologa Rosa Maria Lara, en las siguientes paginas nos proponemos contribuir a la reflexin sobre In relacién médieo-paciente desde una perspectiva sociocultural e ideolégica Cuando en el medio clinico u hospitalario se platica 0 se escribe sobre dicha relacién, uno se siente tentado a manejar aspectos romanticos e idealistas sobre el tema: la medicina y el humanismo, la ética en la prictica médica, Ia bondad y el apostolado del terapeuta, Ia pretendida igualdad del encuentro del médico y cl paciente, donde el primero ofrece su sapiencia y tecnologia al ser- vicio del enfermo y éste a su vez entrega su persona en razén ala anhelada curacién. Para-resumir esta espectativa, un connotado imédico espafiol afirma que la relacién médico-paciente es Ia exist- encia de una diada amistca, cuyo objetivo central no es hacer hombres buenos o felices, sino individuos sanos. Que dentro de tal relacién existen actividades objetivantes (como son la elaboracién dediagnésticos y del tratamiento), pero también de otras orientadas ala busqueda del sentido de la enfermedad. Finalmente, que !s relacién médico-paciente es una vinculacién muy especifiea donde th suma de Ia intencién médica y Ia actitud del enfermo pueden conformar una relacién amorosa que recuerda la afirmacién de Paracelso: "El mds hondo fundamento de la medicina es el amor. Sinuestro amor es grande, grande serd el fruto que de él se obrenga 98% Rosa Maria Lats y Mateos Boa miitam y Mater fa medicina; y si es menguado, menguados tambien serén gt Artes, pues el anor es lo que nes hace aprender elarte J Suerady lo naceré-ningin médico,* (Lain Entralgo, 1969, 159), 1 Existe una tendencia dominante que presenta a rene, cong dene co UM vinculo de iguaklad, de mutun entege a como de-un constante ejercicio de act ‘caricter amistoso, caritativo, o bien, desinteresado, 4 Sin embargo, esto es realmente asi? En este breve ensaye, bees cpittencin es Ia de mostrar que la vinculacion que seo blece entre el médico y el enfermo tiene w of Terapiutlco, pero que ademas en ella subyace un comtenide ray relacionado ~Ia mayoria de las veces implicito- con el, je poder. Es decir intentaremos desarrollar y ejemplificne ae 4 (que por cierto, no es nueva) en In cual la relacién, médico-pacienie adquiere otra dimensicn que es simultanea a a del sete curativoy ¢s la televancia politica socal e ideoldgico al poder médian. Nos 'as rbanas @ guburbanas de nuestro pnis, y debemos analizar y clarificar| ‘nuestra posicién en tales circunstancias. | jan tevisin elaborada por E. Menéndez (1979) propée de Is interaccién medico-paciente, se demuesira que exige dimen. sin ideolégica-valorativa en tada consulta pene a ‘que sus actores Puedan no estar concientes de ello: ~ ty wna aceptacién moral de dererminadas reglas de relacién donde la agresién fisica o verbal y Ia simecién de subordinacién son propias del paciente, mientras que la condcta opuesia es propia del curador. Dicho modelo de relacién social corresponde a uia forma de concebir Ig imeraccién en la cual opera una doble estructura ideoldgica: 2) una que procede de la propia préctica profesional y b) otra que se inscribe dentro del sistema de relaciones de éutica. Ambas dimensiones, a las jetica y la relacién terapeutica. tne padenosdeioninar provsonainente como roeston } social, se dan en forma esiructurade, pero recone fen [a medida que emergen como normales en el proceso de actuacién... (. 194) “por su bien” se le interrogue, se le wormal que al-enfermo “por : oie salt hhagan pruebas de lboratorio. Pare Minendsticos, Todo ello con las reglar en las cuales él no bs oe i en cuenta, iticipado, ni se le ha tomado en cuet ae hexjeple-paci pide: clarificar este punto. Ha poconmis de diez aios trabajando en un hospital rural ubicado en la rein rmontatiosa de Chiapas, ingresé un paciente ingen on itn imoraciones que deformaban su cara. En el primer dia dei the eclipses le She grea hospital qe be sees Clee iguiente Ia enferma 5 incluia leche. Al dia siguiente psersbun cut lace Ineo debiios ls my cone (ce, oe por a noche le exfamee I econ ingen la noche la ra Ia perl en abd ‘de maiz, a la cual estin acostumbrados) ¢ nent (hse. Un dla después al comentarse el hecho 7 la junta de gobierno del hospital, el directorexclamé: “jNose puede compla cada personal, json enfermos!", Por supuesto lo “normal” es que los pacientes no protein, que rensilencio nocntienden, juarden silencio, que respondan a interrogatorios que entiende, enalgunos hospitales que al realizarse la revision médica atin 10 los medi jiden permiso a los pacientes para que se les clr cai eles ve ere objets de mscao ama esate ‘© menos ejemplares de libros de medicina! ir y subordinacién van jun- Humillacién, pérdida de intimidad y su ie tas en esa relacién. El enfermo dentro de! hospital no puede “Ee Rosa Maria Lan y Mateos Hevar a cabo determinadas conduetas que sp ned dere Inert tras; en los medios insincionales, ent Benerah Serd considerado mes. ‘enferwio. Si el, paciente eructa, e gpeliea a su mélco ser consderado anormal fl meat pte uese serra ela gente desert wctas. El enfermo,e Inds normel, mds sano, debe conportanse sone wa ret de nornaidadesperan ques conporta come nen enlarelacién (los. ‘curadores), /esperan que se comporte wae al contexto singular del paciene...(p. 193), ed Tgualmente resulta ejemy i i sulta ejemplar Ia asimetria al analizar la telaci if establece curador y paciente cuando ésta se da dent de hn imucturascolonales Frantz Fanon, unmédico comprometido cin, cont indepenentsta de Argelia en la déenda de los cincuentan crib Ia relacién medico-paciente mo francés. Asi, en el eapitul de su libro Sociologia de una revol initle "Medicina coloitoma™ ret Fevolucén qu iis "Meisnay En una sociedad homogénea, ta acttud del honbre enferm Frente al médico, es una acttud de confianza. Et eae ._ Poueen las manos del médico, se abandonaa él. Le abandena se flere. Acepta que la mano del médico provoque o ert, cerbe su sufrimiento, ya que el enfermo no ienora que el RELACION: MEDICO.PACIENTE canmeato dei sufrimienta durante el exanten anuncia la paz de sn cuerpo Enuna sociedad homogénea, en ningtin momento el enferma desconfia de su médico. En el aspecto de la técnica y de los conocimientos es claro que puede filtrarse en el espiritu del enfermo una cierta duda, pero es precisamente ta torpeza del médico que puede socavar la confianza original. (p. 98 y 99). Mis adelante define la posicign del enfermo ante la consulta: El colonizndo que visita al médico esté siempre un poco rigido, Responde con monositabos, es parco en sus explica- ciones y muy pronto provoca la impaciencia del médico. Son bien conocidas las expresiones: tal médico sabe establecer nen comacta con el enfermo, facilita la relacién y afloja las tensiones. Pero precisamente en fa situacién colonial, las iniciativas individuales, la libertad de ser uno mismo, de intentar y lograr uit "contacto" son imposibles. La sisuacién colonial welve uniformes las relaciones, ya que divide a la sociedad colonial Muy pronto el médico pierde In esperanza de obtener infor- ‘macidn del colonizado y se concreta al examen clinica, pen- sando que el cuerpo seré mds counmicativo, Ahora bien el ‘cuerpo del colonizado esté igualmente rigide, Los misculos estan contratdes y sin relajacién. El hombre toral, el coloni- ado, se enfrenta a la vezcon un técnico 0 con un colonizador. Sin duda debemos atender las opiniones de los médicos europeos que han efzctuado las consultas. Pero también es preciso escuchar a los pacientes a la salida del hospital. En auto los médicos afirman: "El dolor de ellos es protopético, mal diferenciado, difuso como en el animal Los enfermos dicen: "Ellos me han preguntado qué tengo como si yo fuera el médico: se creen superiores y ni siquiera son capaces de Rosa Maria Lars y Mateos saber lo que me pasa; ‘ules nuestro mal. Los médicos opinan: “Esas gentes son vulgares" Los iia mos incon: "Ellos no me inspran confianza". Mienrex fl .médicosafirman que el colonizndo no sabe lo que quiere 7 ‘Seguir enfermo 0 sanar, el autéctono repite ‘Sebenes cing enramos a sus consiitories, pero ignoramos céme saldge nos, incluso, sllegaremoas a sali. Répidamente el medi Yelenfermo elaboran una regia de accién: "Con esas gemer no se practica la medicina, sino el arte de los vera (si esto se ha dicho). En fin a fuerza de renacidad, el date logra tener una idea aproximada y prescribe un tratamientg: que algunas veces no es seguido. Entonces los socidlogos' Proponen una explicacién y colocan esa conducta bajo la} nibrica del fatalismo (p. 102 y 103). desde que entramos, nos pre Hemos transcrito estas largas citae porque co muchas de estas observaciones también las hemos vivido en Mery co, en telacién a nuestros “colonizados” indigenas?, donde el dico mestizo parece como un “hechicero” 0 “brujo” que at técnicas extraiias, y eh ocasiones es visto como parte de las estruc turas colonialistas o colonizadoras que detentan el poder politico y Muchas veces nosotros observamos cosas de aparente “fatale imo” y falsa resignacién. Enfermos que inicialmente aceptatan el internamiento y a los dos o tres dias se escapaban del hy bien, soictaban su inmediato egreso hospitalatio porg preferirel moriren sus casas. Nosotros médicos nos pregti una y otra vez: {Qué hicimos mal? arajes orancherias? En qué estamos fallando? Sin duda, In hospitalizacién constituye un acontecimiento ‘rau: ‘matico en cualquier sociedad, puesto que arranea al ind 1ospital, 0 ue decfon intabamos éPor qué deciden mejor ira sus ‘Por que prefieren asistir con sus curanderos? luo de ww reins habituales. El interamiento signifies una sepa vivenia val (y & veces permanente) del mundo conocido, En este temo la hospitalizacion es peribida por el indigena como sms couitera ¥ poteneial amenaza para su integridad individual y ser du enfermedad debe seo sufieientemente grave como sivperar y vencer In desconfinnza, reticencias y dudes que or en el individvo enfermo, Sabemios que el indigena solcita Feeyso a sss diosesancestrales para ausentarse de su easa, dest mnunidad y desu municipio. Sabe que tiene que manejarse en o rnd qe Ie ex xtra desconecid lef hospi fenonal médico y auxiliar, tenicas de diagnéstico y rata Tip alimentos, el idioma, los tiempas, ete. Noda le penne Chardin acpi a hsplizacion es pore sabe aie se remedios caserosno han sido suficientes, que sus curadores echo todo lo posible por ayudatlo y porque sabe que las tela del mélico “de bata blanca” aucle cer -a sue ojos una magi | eases: Que lay qe Pasar tneto al morn, pero + conservar la esperanza de la curacion. a Cinco tabajamos con lsinigeas chipaneos, soi ear cents de od lead al hospital de campo zoques de Fra {iso Leén, lacandones de Lacanha Chansayab, tales y totes de los Atos, colonos de diversas etnin provenientes de In selva, “oles de Titla y Bachan, tzlales de Ocosingo, indigenasmames tle Motoziila. En ese tiempo era el inico hospital del IMsS.Co planar en el estado’. A él asistian pacientes con enfermed:es eomn ones e infeccio impresionantes como son las tumoraci seine tnuy complcadas que desmaban nvesios insite “4 inientos médicos aprendidos en los hospitales"urbanos. j In patologin nos rebasa! e ements ctnerara la estas del basil a 1s fai oe , can poco a poco, es indigenas que llegaban por primera vez: se acercan poco p viene eztavn aoe todo dieccones yeuando 8 6&2 dnd clan lo consulta, qué se necesita para recibir on Site ara cum cuintoeslcosiodsles medics redicos, entre otras muchas interro; a i Cuando deciden iraspesar Ian Ta ome so al de la medicina institucional conocimiento, El desconocimient bres y de sus creencias, incuest Prictica profesional. La barrera Paciente indigena sélo mnt eras de su mundo ¢ ingresgs! " in 2 inca un proceaa ge et 'o de sus idiomas, de sus. cost tionablemente limitaban TWestag! ba deficiencias en cuanto a a que no erin posibles de subs: Pese a todo, se Hlegaban a ciert caricter aproximativo. Se podian s Y radiologia que ayudaran a una 'as conelusiones diagnésticas de olicitar eximenes de laboratotio *onsolidacisn de los diagnésticos, RELACION: MEDICO.PACIENTE vero también se tenia que convencer a los pacientes indigenas de ys ventajas.de realizar tales estudios. Que no les eausaba daio sleuo, ¥ que por el conttario servian para curarlos mejor. En este, “annlio, pocas Veces devectamos resistencias, e incluso alguna vez tm paciente tuberculoso nos pidié que le sacdramos su “fotografia” de los pulmones porque sentia mejoria cada vez. que la tormaban.4 Finalmente, de acuerdo a nuestros dingnésticos presuntives in- dicabamos el tratamiento requerido. Y se multiplicaban las dudas: Entendieron nuestras explicaciones sobre la enfermedad infeccio- social, Un médica generat puniodejubilarse me revelo~cnt See sastuor" cin deraar9 cee so pacer soli vos. En Ia caritula de los expedientes elinicos arab i et para identificar el tipo de paciente al cual uno se iba a enfrenta Rosa Maria Lara y Mateos habia un punto del lado del logro institucional (ver fj significaba que se trataba de individuo que molestaba (en sus palabras era un paciente “quisquilloso”), i8UR 1) cll! ada rato’ (Fig. 1) Si a partir del punto se extendia una linea he _ Si ia jorizontal hacia j ‘nquierda (ver figura 2), se estaba frente a " i tele ec ma persona “ligeramenie (fig. 2) | i Hel Alcontinuar la linea, esta vez en direceisn obl i 7 ccidn oblicua y hacia ariba (ver figura 3), eta franeamente “problemitien”, (fig. 3) Tego si retomaba al punto inicial completindose un triingulo (ver figura 4), el enfermo era calificado como un “desgraciado", (fig. 4) Si le afiadia una S en la parte inferior (ver figura 5), no le cabia ninguna duda de que fuera un “desgraciado simulador” Finalmente sel triingulo era sombreado (ver figura 6),dlenotaba aun “desgracind hijo de la wn” ig.6) £ - tra clasificacién de pacientes “institucionales” es aquella que considera a los derechohabientes que A) nunca utilizan los servicios édicos de la institucién; y B) que silos utilizan, De este segundo grupo se derivan aquellos que asisten por una causa justifienda y aquellos otrus que asisten de manera “irracional”, sobrecargando la demanda: son los “derechohabientes-gorro” que buscan una inea- pacidad médica que justfique su ausencia en su trabajo laberal por los efectos de una botrachera o simplemente que ayude a cubrir su pereza en el trabajo, los que asisten por la incapacidad médica pretextando (y exagerando) cualquier malestar, los que quieren desquitar su cuota quincenal que se les descuenta por el rubro del Seguro Social, los que aprovechan la asistencia de un familiar que si tiene una causa justificada para la demanda del servicio, los incurables ("a quien no cura ni Dios Padre"), etc. (Perera, R., 1979: 60-70) En oeasiones, la separacin social no tinicamente puede expre~ sarse como un distanciamiento social, sino también como un efce tivo alejamiento en el sentido fisico, No faltan médicos que ubican alos pacientes en el consultorio lo mis lejos posible, o bien sue- len interponer objetos, procedimiientos o mecanismos que estable- cenuna barrera y un distanciamiento con el enfermo: un expediente, a are ——_______ Ross Maris Lar y Mateos oo as cl esritorio, a miquina de esribir el uso de un lengunje tien, (te: Son les mismes doetores quienes dominan a los paclensa los “monstruchabientes", los “apestahabientes”, lox “chincheh. bientes” y “huarachehabientes’6. Son los mismos que de mee consclente o inconsciente no realizan In exploracinfisier et pacientes cone finde no soportar sus peculiaresoloes, noeae Ininarse dé mnicrobos,o bien, no compartir sus ectopnrasiton En este sentido, el médical servicio de Is comunidades inh genas debe plantearse un exigenca tic que nopodemos defer, aprendidas en la esctiela la ensetianza eliniea, el humosdel fogsn. Sia esto se aiinde In ausencia de nono personal los indigenas son gente intrir- It in embargo, ésta puede ser um Bes Eon MY Superficial y prejuiciada por sus habitos y costurm, pane etPeriencia nuestra puede ser reveladora de que tale Tn, costtmbres pueden depender de factores ambientales, Al dagen nuestro trabajo antropolégico de campo en algunas cor Ridades indigenas teltales de los Altos de Chiapas nos dine Guanta de Ins dificultades para el ase personal: no existen espacios cdleados para tal fin yel agua de los richuelos, manantiler y RELACION: MEDICO-PACTT cas fuentes de agua resulta ser muy fra, El resultado es que ellos y nosotros) nos manteniamos con un aceptable aseo de las manos y de la’cara, y que muy eventualmente caminabamos algunos, cienlos de metros hasta una pequefiaposa de un riachuelo (alejado de Ins miras indiseretas de los demas y siempre bajo el calor del medio dia) para lograrun aseo corporal easi completo. Altrasladar- nos a las lamadas "tierras nacionales” (que son extensiones de selvas que estin siendo ocupndas por familias indigenas inmigran- tes y que salen de sus lugares de origen por la escasez de tierras callivables suficientes para el consumo familia), nos pereatamos de que ali a gente ~que pertenece al mismo grupo étnico tzeltal— ‘conel clima ealido imperantey la abundancia de arroyos con agua templada, no sélo se baniaban con frecuencia sino que sus hijos jyn habian aprendido a nadar! Porotro lado, el médico gana nis confianza ensu terreno cuando se le acerca, lo saluda de mano, le explora y asi le demuestra su auténtico interse en canatlo. Una investigacidn vealizada en un hospital cubano demostré que el simple estrechén de mano hacia fos pacientes era muy valorado por éstos, canfiriendo en este acto un elevado significado de tespeto, seguridad y confianza (Gonzi- lez, R. y Donaire, I, 1979). 2 Para finalizar estos apuntes aproximativos, anotaré algunas ideas yexperiencias sobre la relacién médico-paciente en el medio rural, vinculo que se establece socialmente entre un personaje pertene- ciente a la clase media urbana, y el paciente que pertenece a un sector social subordinado. El servicio social es entendido por el pasante como una lamentable pérdida de tiempo, como una sepa- racién temporal del “verdadero” aprendizaje que se tealiza en los recintos hospitalarios. Un afio de trabajo médico que es percibido como init, 0 en el mejor de los casos, como wn trimite obligatorio ¥ necesario para obtener el titulo universitario, Como bien lo tstablece el antropélogo norteamericano K. R. Stebbins, se pasat- teenserviciosocial noha sido preparado para el tabajoen las zonas £22 pei ‘Rosa Maria Lara y Mateos fampesinas, siendo persistente su ausentismo de la comunidad, «! en, incrementando su aislamiento dela misma al enclaustrarse 4a unidad médica, y en el peor de los casos emborrachindose set! frecuencia (1986: 139-148), Al médico pasante que se ha pasado toda Ia existencia dentro d! las comodidades que le ofrece Ia vida urbana, le es insoporable! Permanecer un afo en el interior de los espacios ruales y trata (eon, Sus excepciones) de eseapar de esa realidad: inventa veinte mi pretextos para noestaren st unidad médica, evita todo contacto que le comprometa con la comunidad, impone el cumplimiento de ‘th horatio institucional (sin importatle los ritmos de la vida ‘campesis? 1a), exige a la poblacién una participacién que él mismoes incapaz' de ofrecer, califica a los eampe: 105 como unos ignorantes, atrasa.’ dos e imbéciles que no saben nada de In medicina, aficma ay. ineapacidad para entender el idioma indigena de sus enfermos sin tratar de aprender un léxico bisico que le permita comunicarse mejor con ellos, y por ultimo se refugia en ef alcohol o renuneia para buscaruna plaza que le quede mas cerea de su hogar citadino,? Afortunadamente todavia hay pasantes en servicio social que! tealizan una labor extraordinatia en las poblaciones rurales asi igna-! das o que previamente eligieron, ttatan de convivir con la gente, | aplican los programas preventivos y curatives institucionales, ¢ incluso algunos de ellos se han comprometide politicarnente con | los grupos sociales mis vulnerables de sus comunidades, enten- diendo que éstas no pueden ni deben entenderse como iniicleos homogéneos, sino que también estin subdivididas en clases sociae les, Algunos saben que su presencia (pese a la temporalidad de la estancia) puede ser conflictiva con los fuertes intereses de los médicos Privados, los boticarios y ciertos curanderos, todos ellos letciendo de algiin modo cierto poder a nivel local y regional. En nuestro servicio social efectuado en un pueblo del estado de Tabasco, de repente nos vimos envueltos en una intensa red de Telaciones sociales. Los habitantes ricos del pueblo (grandes y sa RELACION: MEDICO-PACIENTE medianos ganaderos) se sentian orgullosos de que fuese el tinico tmunicipio del estado que no contaba con indigenas, como si esto fuera indicativo de su *progreso” y alto grado de “civilizacion”. Cuando llegamos, nuestra sola presencia presenté una amenaza zara los miédicos pasantes anteriores que habian decidido continuar nel pueblo como médicos privados, asocindose con el boticario ¢ instalando una clinica frente al Centro de Salud. Al principio el boticario se deshizo en amabilidades y obsequios destinades a que |e enviatemos las recetas expedidas en el Centro de Salud (que no contaba con farmacias). Sin embargo al negarnos a partici utilidades producidas por Ia venta de los medicamentos, el panora- ma cambié radicalmente: cero invitaciones, cero regalos y miles de... opiniones desfavorables entre Ia gente del pueblo, Los expasantes dedican todo st esfuerzo en consolidar su nego- ciono importando los medios licitoseilicitos para lograrlo: abortos, hespitalizaciones innecesarias, abuso de la polifarmacia (es decir, expedicion excesiva de medicamentos), etc. sin faltar Ia politica de desaereditacién de los nuevos médicos pasantes en servicio social que trabajan en un muy limitado centro de salud, Nuestra posicién fue dificil, pero mantuvimos una conducta que nos parecié correcta desde el punto de vista ético: por un lado, no ligarnos a los intereses econdimicos extra-médicos, y por el otro, comprometemos con Ia gente mas pobre del municipio que eran (y siguen siendo) los campesinos y ejidatarios. Enesos duros meses de persistentes y oscuros conflictos, un libro nos dio animo y fuerza para continuar en el camino. Se trataba de Cartas de un méldico rural. Médicos, medicina y enferntos, escrito en Argentina por el Dr. Bartolomé Bosio en los afios treinta y que habia conseguido en una libreria de viejo del centro de Ia ciudad de México. Resumiendo mas de veinte aftos de experiencia profesional en Jas zonas rurales argentinas, el Dr. Bosio trata con exactitud Ia situacién de los médicos en dicho espacio. Relata que fa medicina raed Rosa Maria Lara y Mateos {iene un aleance limitado euando se ojerce de manera privada, yy. La practica profesional se-r. i L esiente, es influenciada por Ineo en gue actuzmos y son muy pocos los que eye escapar totalmente, porque se trata de una ley genersh Lérrea. Esqueetdeseo dealcemcarunasinaciéndeprivast, pa fomadided social eselresorte mds poderoso forme ‘que llevamos dentro de nosotros misinos, > ‘mismos, sin que el de Ser profesionles lo neutralice 0 lo anule. Nos he ag, Golocado desde muy temprano por nuestra misma close farm Y duetios de laboratotios de anilis linicos y adiolégicos, adquisicisn de tiers y cabeoas de at Préstamos monetatios; ete.9 ae FIDr. Bosio no desea un ascetismo o apostolado profesional: No Pretendemas que cada médico sea un individuo extraor- ‘ari, un sacrificado héroe, sino que cada uno puede real. RELACION: MEDICO-PACIENTE zar su funcién en las mejores condiciones sociales posibles, de modo que su conciencia no sea violentada cada momento por influencias ajenas a la naturaleza de la profesién (p. 30). Evidentemente él se inclina a favor de una prictica médica socializada, liberada de los afanes y objetivos mercantiistas.10 Demanera sernejante, el servicio social rural entre nosotros debe serentendido como un atio excepcional en el cual estamos brindan- ddovuna especie de pago 6 compensacién hacia aquellos compatrio tas que se encuentran en una situacién de pobreza extrema, Es la tinica oportunidad ~bajo este sistema socio-econémico—de realizar una verdadera y desinteresada entrega a los pacientes como enfer- mos (y no como clientes). Después vendri por desgracia— el »fantasma del desempleo, Ia competencia, Ia especulacién y la caceria de clientes, Por supvesto, no hay que olvidarque el pasante en servicio social cen las comunidades rurales juega un importante papel de legitima- cidn del estado, pues si bien sus acciones se enmarcan dentro de las actividades asistenciales y preventivas, para la poblacicn presenta tun contacto directo y palpable con respecto al poder central, que a su vez necesita aparecer como entidad politiea protectora y respon sable del bienestar individual y colectivo. .__ Sin duda, consideramos que la medicina sociilizada es la mais adecuada para la resolucidn colectiva de los problemas asistencia- les y sanitarios de nuestro pais, sin embargo deben modifiearse algunas de Ins viejas pricticas, para que se convierta en un servicio cuyas metas sean la calidad técnica y la calidez humana en la telacién médico-paciente.!! Deseamos que estas reflexiones y experiencias sobre Ia relacién médico-paciente puedan servir a nuestros futuros colegas, siempre teniendo en cuenta que desde la antighedad Hipécrates decia: “El médico ha de trabajar en conocer tos males pasados del Rosa Maria Lara y Mateos enfermo, en entender los presentes, por venir, y ha de hacer una de dos al pai S72 © a lo menos no daiiarle. Tre: complementan el arte de la me el paciente y el médico. Este ha enfermo ha de trabajar contra la Tom (el el Se aoe yen aleanzar los que e " cosas, esa saber, oath — 'S COSAS SON las cng) - ide ser el Arte, y junto con ep enfermedad” (pp. 89-95," ‘naa wm pofndzacin sobre alain mice patente en sl meio pique ae trico consiiltese Ia excelente investigacion de Ervig Goffman Internados. ayes sobre lstuncin soll deo enferos mentale, 98 jo mexicano Guillermo Boni atl, en sus textos ya clisicos sobre nindigena en éxico(y en general de América Latins) menciona Tcategora dent design a scor colnisadoy hace referencia necesara a lereleciOn colonial, lino strge cone aeblecinena del orden colonial tured en Ancria: antes no hy ines sino pueblos divesos con ss ientiades roi. Alin lo creaclenrope, parquet sinaciinclonal tae le dcfrctn global del coloindo come diferente inferior (como wna Spectra tls acetal, neler, religisa, een bce a eta taegorzalén del indo, el oloiadorracionalic uifica fa dominacin 3 es pasin de rivets conga se tordorma. ealigicomente. et tnpresn reentry cadre) tp.) > racials vaio hsp compo en znas ingens de Chiapas: Oconng, Motz, Boch eno {ry lowtndigens lor cadres (ano du gropo tic) poseen pers poderes. 5 En la medicina privada el pago de honorarios disminuye la desigualdad social, fa pero de ninguna manera Ia eancela G, Berlinguer lo menciona para el ease 10, en Ia visita domiciliari: ico hacia etenfermoesdistina seginse trate de un “mutual” 1 de un *paciente privado*. La misma duracin dela vista ty por lo tuto la recisin del diagnéstco y la valide: de I indicacién trapéutiea) varia por eso dentro de linites nuyamplios. dems, en el primer caso el trabajalor no ‘iene poder algun respecto del poder que el medico le deriva desu saber. En segundo caso, el poder de pago de la visita contrabalancen el poder del imédico,y se produce un encuentro no entre desigualdades, sino entre inegran- tes de una misma élite (1977: 110-111) © Denominaciones peyorativas que constteyen variaciones de otras con un elseo contenido mcista (como bien lo estblece Catlos Monsivis):"Pinehe india como se les noxa que no son gente de ra; bajaron de cero atambora:os: 972 Rosa Maria Lara y Mateos solide como lo gente mi hijo, no sea indo; inti patarraiada: ind Lgaemador de Chipus en desatelnee cease oT DPI, ". los médicos se niege abajar en zor sou conatraar onons ees ea enemoen Jas hemos estado ofertando y no se ha ocug nda unc Taree niegan a venira la sierra, veeroohee ee eiedin meen nant “ect alle eter png * Como bie flutes el trabajo de MLE. Modena relisad ; Encu entra = el médico pasante en Servicio Social es Percibido cor : “extrafio” en la comunidad y una amenaza pata los intereses de los mé ico

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