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Pedro Santander Molina (Editor)

Autores: Enrique Aimone García / M. Pilar Bruce Hoyuelos / Macarena Deney Pineda /
Daniela Lazcano Peña / Miquel Rodrigo Alsina / Fernando Rivas Inostroza /
Pedro Santander Molina / María Soledad Vargas Carrillo

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del “Copyright”,
bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier
medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático y la distribución de
ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos.

© Pedro Santander Molina (Editor) / Autores: M. Pilar Bruce Hoyuelos / Enrique Aimone /
Macarena Deney Pineda / Fernando Rivas Inostroza / María Soledad Vargas Carrillo /
Daniela Lazcano Peña / Pedro Santander Molina / Miquel Rodrigo Alsina

2007
Inscripción Nº 161.699
ISBN: 978-956-17-0395-7

Mayor información en: www.periodismoucv.cl o info@periodismoucv.cl


Teléfono (32) 2274461, Lusitania 68, Viña del Mar

Fotografía portada, diseño y diagramación: Ernesto Iturrieta Andrades


Reproducción imágenes interiores: Raiza Vera Ugas
SONRIA CREATIVOS, www.sonriaimagen.com / (32) 2735983, Valparaíso.

Ediciones Universitarias de Valparaíso


Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Teléfono 2273087 - Fax 2273429
E.mail: euvsa@ucv.cl
www.euv.cl

Impreso por Salesianos Impresores S.A.

HECHO EN CHILE

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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Prólogo
Pedro Santander Molina 9

Medios en Chile 2002-2005: entre la lucha por el poder y


la sumisión al espectáculo
Pedro Santander Molina 11

Lenguaje sexista en la prensa chilena. Los casos de


El Mercurio y Siete
M. Pilar Bruce Hoyuelos y Macarena Deney Pineda 39

El europeo y elitista imaginario social de Zig-Zag


en el Centenario
Fernando Rivas Inostroza 65

Columnas de opinión de Isabel Allende: Civilice a su hombre,


estrategias de lectura
María Soledad Vargas Carrillo 99

Investigación en Comunicación Social en Chile:


configurando el campo nacional
Daniela Lazcano Peña 125

Los Pincheira: ¿Una Parábola de la Transición?


Enrique Aimone García 149

Los retos de la comunicación intercultural:


interculturalidad y discurso informativo en España
Miquel Rodrigo Alsina 169

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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Autores

Enrique Aimone García


Licenciado en Derecho y Máster en Comunicación por la Universidad de
Lovaina. Entre 1993 y 2002 fue Secretario General de TVN. Hoy está a cargo
de las cátedras de Semiótica y Ética Periodística en la Escuela de Periodismo
de la Pontificia UCV. Además, es el coordinador del Postítulo de Comunicación
Estratégica. Su área de interés es la Semiótica aplicada a los procesos comu-
nicacionales.
enrique.aimone.g@ucv.cl

M. Pilar Bruce Hoyuelos


Periodista y Magíster en Comunicación Social. Es directora de la Escuela
de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y está a cargo
de las cátedras de Teoría de la Comunicación y Comunicación Organizacional
en el pregrado y de la asignatura Comunicación Estratégica en el Magíster en
Comunicación y Periodismo. Sus áreas de interés son los estudios de género y
la comunicación estratégica.
maria.bruce@ucv.cl

Macarena Deney Pineda


Periodista y candidata a Magíster en Comunicación y Periodismo de la
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Se ha desempeñado como
docente en las Escuelas de Periodismo de la Universidad de Santiago y del
Mar. Actualmente es directora de comunicaciones de la Universidad de Talca.
Sus áreas de interés son los estudios de género y comunicación.
macarena.deney@gmail.com

Daniela Lazcano Peña


Periodista y candidata a Magíster en Comunicación Social en la Universidad
de Chile. Es docente de las cátedras de Periodismo y Medios de Comunicación,
y Teoría de la Comunicación en la Pontificia UCV. Sus áreas de interés son la
Teoría de la Comunicación e Historia del Periodismo.
daniela.neonauta@ucv.cl

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Fernando Rivas Inostroza
Periodista de la Universidad de Chile y Magíster en Historia por la Pontificia
UCV. Durante quince años trabajó como periodista y editor en “El Mercurio” de
Valparaíso, labor que compartió con la docencia universitaria. Actualmente, es
profesor en la Escuela de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso, donde imparte las cátedras de Periodismo Informativo, Periodismo
Radial y Periodismo Multimedial. Sus áreas de interés son la historia de las
comunicaciones y la comunicación en Internet.
fernando.rivas@ucv.cl

Pedro Santander Molina


Periodista por la U. de Chile y Dr. en Lingüística por la Pontificia UCV.
Está a cargo de las cátedras de Teoría del Lenguaje y de Metodología de la
Investigaciòn en la Escuela de Periodismo. Actualmente, dirige el Postgrado en
Comunicación y Periodismo. Sus áreas de interés son el Análisis del Discurso
y la Teoría del Discurso.
pedro.santander@ucv.cl

María Soledad Vargas


Profesora y periodista. Doctora en Periodismo y Ciencias de la
Comunicación (UAB, España). Sus áreas de trabajo se concentran en prensa
escrita, feminismos e historia del periodismo.
maria.vargas@ucv.cl

Miquel Rodrigo Alsina


Doctor en Comunicación y profesor titular del Departamento de Periodismo
y Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Ha impartido docencia en distintas universidades españolas y extranjeras y se
ha desempeñado como investigador en el Research Center for Language and
Semiotic Studies (Universidad de Indiana), en el Centre d’Études sur l’Actuel
et le Quotidien (Universidad René Descartes, Paris V) y en el Center for the
Study of Communication and Culture (Universidad de Saint Louis). Sus líneas
de investigación actuales son las teorías de la comunicación y la comunicación
intercultural.
miquel.rodrigo@uab.es

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS
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Prólogo
¿Qué son los medios? ¿Un importante sector industrial, un negocio, una inversión
tecnológica en continua expansión, un universo simbólico objeto de consumo masivo,
una experiencia individual cotidiana, un flujo discursivo, ideología en acción?
¿Qué hacen los medios? ¿Ejercen poder, manipulan, tienen efectos limitados o
fuertes, marcan la agenda, representan imaginarios?
El siguiente libro representa un esfuerzo de un colectivo de académicos de la
Escuela de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso de producir
una aproximación desde nuestra propia realidad cultural y social, a esas interrogantes
que son las que se vienen planteando los estudios mediales hace años. En ese
sentido, los textos configuran un acercamiento diverso hacia un mismo objeto de
estudio: los medios de comunicación en Chile.
Hay diversidad, por ejemplo, en los períodos que se examinan. Se analizan
aspectos del discurso mediático de principios del siglo XIX (revista Zig-Zag), de la
década del ’70 (columnas de opinión de Isabel Allende) y también de los tiempos
actuales. Asimismo, los autores se detienen en diversos formatos y géneros: las
telenovelas, los diarios, las revistas, etc.
Igualmente, podemos ver acercamientos a los cuales subyace una diversidad
teórica y analítica: la aproximación histórica en el artículo de Fernando Rivas, aquella
más influida por los estudios literarios en el caso de María Soledad Vargas, la semiótica
en Enrique Aimone, los estudios de género en el texto de Pilar Bruce y Macarena
Deney, la metainvestigación de la comunicación en el artículo de Daniela Lazcano o la
mirada hacia el fenómeno del poder en Pedro Santander.
De manera particular destaca la contribución que el conocido académico español,
Miquel Rodrigo Alsina, hiciera especialmente para este libro. En ella desarrolla su
idea de comunicación intercultural y señala los retos que ello implica para el discurso
informativo de los medios de comunicación en España.
En definitiva, estamos ante un libro que permite enriquecer la discusión sobre
el papel de los medios de comunicación en nuestro país desde una mirada
contemporánea y que contribuye a que el conocimiento no se quede sólo en las aulas,
sino que circule y sea patrimonio de todos.

Pedro Santander Molina


Jefe de Investigación
Escuela de Periodismo, Pontificia UCV.

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS
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Medios en Chile 2002-2005:
entre la lucha por el poder y la
sumisión al espectáculo
Pedro Santander Molina*
Escuela de Periodismo
Pontificia UCV

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS
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Resumen
El siguiente artículo muestra los resultados de un seguimiento que durante cuatro
años (2002, 2003, 2004 y 2005) se realizó al campo periodístico nacional en torno
a dos temas: la relación prensa-poder y la espectacularización de la información.
Respecto del primer tópico, se argumenta que iniciándose el siglo XXI, la prensa
chilena –luego de un largo letargo– logró tensionar estructuras de poder de otros
campos sociales con sus investigaciones. Sin embargo, los datos empíricos que aquí
se exhiben indican que dicha tendencia de fiscalización periodística parece haber sido
controlada. Luego de un peak de denuncias (segundo semestre de 2002 y primero
de 2003), se aprecia una sostenida disminución de investigaciones periodísticas que
tensionen, afecten o incomoden a otros poderes sociales. En tanto, el fenómeno de la
espectacularización de la información que se inicia en la misma época, se consolida
en el periodismo chileno, tanto en medios considerados tradicionales como en otros
menos serios, y comienza a formar parte estable del campo.

*
Quisiera agradecer el apoyo de la Dirección de Investigación de la Pontificia UCV y destacar el valioso aporte
de mi ayudante de investigación, Marco López, cuya rigurosidad y seriedad en la metodología de recolección
resultó fundamental para el proyecto.

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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I) Introducción
Comenzando el siglo XXI, dos fenómenos irrumpen y sorprenden a los
observadores/estudiosos/investigadores del campo mediático en nuestro país:

a) la aparición de la espectacularización de la información, y

b) el (re)surgimiento de un periodismo de investigación que fiscaliza y tensiona


estructuras de poder de otros campos sociales.

El primer fenómeno –a diferencia de lo que ocurre en el mundo anglosajón– es


relativamente nuevo en Chile. Aun cuando podríamos buscar antecedentes y similitudes
en la historia, es claro que a lo largo de la evolución del periodismo chileno se ha
dado un desarrollo relativamente independiente de la información y de la entretención.
Tradicionalmente, el público ha podido distinguir, sin mayores dificultades, lo ficcional
de lo informativo, la entretención de lo noticioso. A diferencia de lo que actualmente
presenciamos, la fusión aún era impensable.
El seguimiento que hemos realizado de este fenómeno durante los primeros años
del nuevo siglo en la prensa nacional, demuestra que se trata de una tendencia de
carácter centrípeto e increscendo, pues afecta al campo periodístico en su conjunto
y no sólo a ciertos medios, como se podría pensar. Se trata de una dinámica que
también influye sobre diarios considerados tradicionales y serios, como El Mercurio
–en cuyas páginas de portada aumenta de un año a otro en 30 veces la presencia
de noticias acerca del espectáculo– o sobre la parrilla programática de la TV abierta
chilena, cuyos programas buscan, a menudo, hacer portada en un matutino y ser
referentes constantes de los medios escritos.
Además del carácter centrípeto, también se evidencia una dinámica que
caracterizamos de endofórica (hacia adentro), pues el espectáculo instala en el
campo periodístico una lógica autorreferencial que convierte a los medios en sistemas
cada vez más cerrados que logran autoalimentarse en un extraño juego de espejos
que se cierra sobre sí mismo.
Ahí radica justamente una de las grandes diferencias con el segundo punto y que
dice relación con el periodismo de investigación y el tema del poder. Aquí hablamos
de una actividad que, preferentemente, mira y sigue los acontecimientos que ocurren
en otros campos sociales, por ejemplo, el político, el religioso o el empresarial.
Hablamos de la relación prensa-poder. Una relación que nunca es estática, que varía,
pues responde a fenómenos sociales más amplios, cambiantes y dinámicos. En ese

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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sentido, se evidencia una dinámica exofórica, es decir, que se orienta hacia fuera
del campo. Por lo mismo, para acercarnos al fenómeno del poder, se trabaja con la
noción bourdiana de campo y con ella realizamos nuestro acercamiento teórico a los
medios, pues entendemos y concebimos lo que podríamos llamar el mundo de los
medios como un universo social propio y un sistema estructurado que interactúa con
otros campos de la sociedad, que no funciona ni aislada ni autónomamente. Por el
contrario, todo campo está sujeto a imposiciones externas que estructuralmente lo
afectan, por ejemplo, las lógicas del mercado o las restricciones que impone el campo
político o el jurídico y, a su vez, puede influir sobre esas mismas lógicas y campos
(Bourdieu, 1997).

I.1 Los ’90 y el 2000


La evidencia empírica nos muestra que tanto el espectáculo como el resurgimiento
del periodismo de investigación que incomoda a estructuras de poder, contrastan con
lo que ocurría en el campo periodístico nacional en la década del ‘90. Ni el espectáculo
ni el periodismo de investigación constituían tendencias lo suficientemente
importantes para caracterizar el funcionamiento del campo en dicha década. Ambos
son fenómenos que (re)surgen comenzando el nuevo milenio.
Respecto de la importancia actual del espectáculo en los medios chilenos,
podemos señalar que en la década pasada éste estaba circunscrito en la estructura
de los medios a secciones o a programas específicos, y claramente delimitado, ya sea
por sección en el diario o por franjas horarias en la pantalla chica. No presenciábamos
ni la simbiosis de elementos factuales y ficcionales, ni los programas de farándula que
hoy pueblan la parrilla programática, ni las constantes portadas que el espectáculo
ocupa en los diarios.

Dos son en mi opinión los eventos que en Chile inician este fenómeno:

• la transformación, a partir del 2001, del matutino Las Últimas Noticias (LUN en
adelante) en un diario que hace del espectáculo su fuente de información principal;

• la importación que el año 2003 realiza Canal 13 de los reality shows.

Cabe señalar que LUN es uno de los varios diarios que pertenecen al conglomerado
económico de la familia Edwards, el más poderoso, en términos económico, y también
el más antiguo de la prensa nacional; se adscribe a la tradición política conservadora

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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chilena y jugó un rol destacado en la promoción del golpe de Estado de 1973, que llevó
al poder al general Augusto Pinochet. En tanto, Canal 13 es de propiedad de la Iglesia
Católica. Como vemos, dos medios que pertenecen a fuerza sociales conservadoras
impulsan en nuestro país el fenómeno del espectáculo.
Ambos proyectos han demostrado ser todo un éxito en términos comerciales y de
audiencia, tanto los rating como las cifras de tiraje convierten a los realitys y a LUN
en los productos mediáticos más consumidos por el público chileno. De hecho, el giro
hacia el espectáculo salvó económicamente a LUN que atravesaba por una crisis
de lectoría y, consiguientemente, económica, estando a punto de cerrar; igualmente
apuntalan a Canal 13 que hasta ese momento llevaba varios años perdiendo la guerra
de las teleseries con Televisión Nacional de Chile (TVN en adelante) y, por lo mismo,
dinero y participación en la torta publicitaria.
Respecto de la relación prensa-poder, la década del noventa ha sido caracterizada
en reiterados estudios, libros, charlas, conferencias, etc., como un período histórico
en el que el periodismo nacional se acurrucó cual perro faldero sobre las faldas de
aquellos que no querían investigaciones incómodas, ni discursos que se salieran o
dificultaran la llamada política del consenso que caracterizó a la transición política
chilena de los ‘90. Este fue un período no sólo de letargo, sino también de retroceso
respecto de la necesaria incomodidad y molestia que, en mi opinión, debe provocar
el periodismo en las estructuras de poder, para no convertir su actividad discursiva en
una suerte de relaciones públicas y transcripciones acríticas de lo que ciertos actores
que son rutinariamente monitoreados dicen a los medios.
Como señala el sociólogo chileno Tomás Moulian, la Concertación de Partidos
por la Democracia que gobierna el país, colocada a principios de los ’90 ante la
circunstancia histórica de gobernar, enfrentaba “una negociación inevitable” (Moulian,
1997:355). En ese marco, diversos autores dan cuenta de aquella dimensión de la
negociación que tuvo que ver con los medios y han dado a conocer acuerdos entre
la derecha chilena y el gobierno de la Concertación en torno a los discursos que
(no) debían circular, en el marco de un reacomodo político y estructural que el país
comenzaba a vivir al transitar de la dictadura a la democracia. Sunkel (2005), por
ejemplo, constata el uso de “técnicas del olvido” que operan a través del discurso
mediático, Dermota (2004), Krohne (2005), Otano (2002), nos hablan de cómo han
operado los poderes fácticos y la concentración de la propiedad en ese sentido. Hay
amplia coincidencia en la existencia de un pacto de no agresión de orden discursivo
entre la derecha y el Gobierno que habría implicado, por un lado, un tratamiento
benevolente de la prensa de derecha con el nuevo gobierno y, por otro, un abandono
a su suerte (léase a las fuerzas del mercado que en Chile son monopólicas antes que
competitivas) de los medios que durante la dictadura se caracterizaron por realizar
un periodismo de investigación y denunciante, aun a costa de censura, persecución

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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y asesinatos. Y tal como ocurrió en otros países latinoamericanos que recuperaron
la democracia, fuimos así testigos, durante la primera mitad de los ’90, de la muerte
de todos los medios que jugaron un destacado papel en la defensa de la libertad de
expresión durante el Gobierno del general A. Pinochet: Cauce, Apsi, Análisis, Fortín
Mapocho, La Época, etc. Fueron los desaparecidos de la democracia.
Lo anterior significó, consecuentemente, un golpe al periodismo de investigación
en términos generales, afectando al campo en su conjunto, y el establecimiento de
una relación prensa-poder que puede ser caracterizada como de sumisión, en tanto
presenciamos en dicha etapa un cambio desde un rol potencialmente disruptivo
que jugó parte importante de la prensa escrita durante la dictadura, hacia un efecto
estabilizador que permitió que en los ’90 los medios no fueran una amenaza al statu
quo naciente y que no pudieran o les resultara muy difícil evadir las estructuras de
control social que el contexto económico-político del momento requería, demandaba y
establecía a través de diferentes mecanismos políticos y económicos.

II) Problematización y consideraciones metodológicas


Presentado el contexto general de la problemática que motivó esta investigación,
se entenderá por qué estas dos tendencias que emergen en este nuevo siglo fueron
entendidas como aspectos que provocan alteraciones tanto dentro del campo mismo
como sobre otros campos con los cuales se interactúa. Es importante resaltar dicho
concepto y el potencial de perturbación que implica, ya que es la base de nuestra
pregunta y nuestro objetivo de investigación.
La diferencia y contraste con la década del ’90 son tan significativos y los
elementos son tan contrastantes que podemos afirmar que en estos breves primeros
años del siglo XXI, se constatan las más fuertes alteraciones de la última década en
el campo mediático chileno, las que tienen justamente que ver con las consecuencias
que la nueva relación prensa-poder y la aparición del espectáculo provocan sobre y
dentro del campo.
Respecto del primer punto (prensa-poder), el periodismo de investigación re-
aparece con fuerza, sobre todo, el año 2002 y fundamentalmente en los medios
escritos1, provocando con sus denuncias periodísticas efectos concretos sobre otros
campos sociales, a saber, remociones o renuncias a sus cargos e incluso detenciones
de altos representantes del poder político, militar, religioso y económico. En cuanto al
segundo punto (espectacularización), destacamos la ya señalada irrupción televisiva
del género reality show y el papel de LUN que comienzan a afectar a todo el campo.

1 El CNTV informó en su estudio “Barómetro de Calidad de Noticieros de TV abierta” (2005), que durante todo el año 2004
los informativos de la TV no dieron ni un solo golpe noticioso.

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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De este modo, las alteraciones se entienden como dinámicas que afectan y
alteran significativamente al campo en su conjunto, a tal punto que lo sitúan ante un
punto de bifurcación, es decir, un punto que tras el movimiento provocado por las
tensiones, busca un reacomodo. Hay que considerar, en todo caso, que los puntos
de bifurcación son, por un lado, resultado de condiciones históricas que comienzan
a manifestarse con mayor claridad en y gracias a las alteraciones, son síntesis de
múltiples determinaciones, al decir de Marx, y, por otro, que no se sabe qué dirección
tomará la bifurcación. Puede ocurrir que ciertas tendencias se consoliden, que se
debiliten o que sólo alguna de ellas abandone su carácter de emergente y se torne
estable.
Todas estas observaciones y supuestos preliminares fueron fundamentales para
la formulación de mi pregunta de investigación principal: ¿propenderán los otros
campos sociales a controlar las alteraciones que muestra el campo periodístico?, y
para la pregunta secundaria: ¿continuarán los medios tensionando las estructuras de
poder de otros campos sociales?
En ese sentido, esta investigación se planteó un objetivo que demanda, a su vez,
una lógica descriptiva y una exploratoria: establecer si las alteraciones señaladas se
consolidan o se debilitan. Para ello se planteó realizar una observación documentada
durante el período 2002-2005 en y de los propios medios, es decir, en el mismo lugar
que nos permitió detectar y diferenciar las alteraciones. Lo descriptivo se relaciona
fundamentalmente con la pregunta secundaria, para lo cual se realizó un seguimiento
hemerográfico de los reportajes de investigación que en dicho período provocaran
efectos como los señalados más arriba sobre otros campos. Lo exploratorio se
relaciona con la pregunta central y tiene que ver, fundamentalmente, con el análisis y
la posterior interpretación que los datos de la etapa descriptiva arrojaran.
Se trabajó, en ese contexto, con una lógica de investigación fundamentalmente
emergente y la mayoría de las categorías teórico-analíticas que más adelante se
señalan fueron surgiendo a medida que la observación iba avanzando.

III) Consideraciones teóricas


Creo oportuno aclarar que –bajo la convicción de la importancia primordial que la
teoría tiene en toda investigación– subyacen a este trabajo dos hipótesis teóricas que
guían el proceder metodológico.

· Los discursos no circulan libremente en nuestras sociedades, constantemente


se le imponen restricciones.

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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· Entre y dentro de los diversos campos sociales se constatan permanentemente
pugnas y conflictos en pos de la conquista de posiciones y de la acumulación de poder
(o de capital específico).

El primer supuesto está fuertemente influido por la visión foucaultiana respecto de


la relación discurso-poder y, particularmente, por su hipótesis (aun cuando después él
señala que se aleja de ella2) de que “en toda sociedad la producción de discurso está
a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por cierto número de procedimientos
(Foucault, 2002).
El segundo supuesto teórico muestra la influencia de Fairclough (1989, 1992,
1995, 1997) y, sobre todo, de Bourdieu (1988; 1997; 2000). Del primero tomamos dos
ideas fundamentales: concebir el discurso como una práctica social y entender que las
dinámicas de control también generan dinámicas de resistencia, que las restricciones
provocan estrategias que buscan sortearlas o, como señala Foucault (1992), que en
el mismo punto donde opera el poder, opera la resistencia. Esto es importante, ya que
parte de la diferencia que el campo periodístico nacional manifiesta actualmente con
la década del ’90 tiene que ver, a nuestro entender, con estrategias de oposición y
resistencia a las restricciones discursivas, estrategias que comienzan a manifestarse
con mayor claridad a partir del año 2002.
La noción de campo, en tanto, implica pensar los medios en términos relacionales
y dinámicos. En ese sentido, se entiende el campo periodístico como un sistema
estructurado que interactúa con otros campos de la sociedad, que no funciona aislada
ni autónomamente. Los campos son históricos, cambian, se desarman, se articulan
entre sí y evolucionan en el tiempo y en su relación con los demás campos. Es lo que
ha ocurrido claramente en nuestro país, donde el campo periodístico se caracterizó
durante fines de los ‘60 hasta 1973 por un periodismo ideológico y de trinchera, luego
–a partir del golpe de Estado– por un control brutal impuesto por el Gobierno, seguido,
en los ’90 por un periodismo pasivo y reactivo. También podemos ver significativas
transformaciones del campo en el aspecto económico, la dictadura no sólo significó
un monopolio de la palabra, también implicó una concentración de la propiedad de
los medios, respecto de lo cual dan cuenta varios estudios (Corrales, 2004; Portales,
1994; Sunkel y Gefroy, 2001).

2 Ver al respecto Foucault (1992), Microfísica del Poder.

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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IV) LA INVESTIGACION: parte descriptiva
A continuación daremos cuenta de la observación documentada que se realizó en el
período señalado (2002-2005), dividiéndose esta sección en tres partes:

a) Un seguimiento descriptivo de la presencia del espectáculo en las portadas de


todos los diarios nacionales.
b) Un seguimiento descriptivo de reportajes periodísticos que tensionaran las
relaciones prensa-poder y que fueran producto de investigaciones periodísticas
que provocaran un efecto observable en otros campos sociales, por ejemplo,
renuncias, detenciones, remociones, disculpas públicas, etc. Aquí la observación
siguió la dirección: medios estructuras de poder.
c) Un observación de las reacciones que diferentes actores o instituciones de otros
campos sociales efectuaron frente a la actividad periodística como fiscalizadores.
El acento aquí está puesto en la relación prensa-poder. Aquí la observación siguió
la dirección inversa: estructuras de poder medios.

3
IV.1) Prensa y Espectáculo
Una primera afirmación que podemos realizar a raíz de nuestro estudio, es que la
presencia del espectáculo en los medios tanto escritos como televisivos se consolida
con el paso del tiempo.
Las Últimas Noticias es un claro ejemplo en ese sentido. Este diario de formato
tabloide que luego de una crisis que lo tuvo a punto de cerrar, se ha convertido en
el diario más vendido de nuestro país, tras optar completamente por la temática del
espectáculo. Tras un tiraje promedio de 60 mil ejemplares al día hasta el 2000, logró
casi triplicar sus ventas a 150 mil a partir del 2002. Ello al costo de transformarse
un medio de información prácticamente sin noticias4, que incluso eliminó a partir de
mayo de 2004 su editorial. El titular central –que ocupa el 79 por ciento del espacio
de la portada y que simula una pantalla de televisión– puede seguir durante meses
el desarrollo de una telenovela. Durante el año 2003, el 77 por ciento de todos sus

3
Se realizará aquí fundamentalmente una descripción sobre la frecuencia de aparición de este tópico en
las portadas, esta descripción no es muy extensa, pero requirió un continuo y extenso seguimiento. Para un
tratamiento más teórico acerca de esta relación, véase Santander (2005).
4
En el entendido clásico que la noticia informa acerca de acontecimientos que ocurren en el mundo real, es
decir, donde no prima la televisión como referente.

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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titulares versaron acerca de la farándula y el 12% sobre deportes. A raíz de ese éxito,
otro diario, La Cuarta, siguió el mismo ejemplo y a partir del 1° de abril de 2003 la
noticia de espectáculo comenzó a reemplazar a la crónica roja que la caracterizaba.
Durante ese año, el 67.5 por ciento de sus portadas fueron de farándula y el 11.5%
de deportes.
Pero no sólo los diarios dirigidos al público popular entraron en esta tendencia. La
Tercera –diario político– también se sumó a esa vorágine. Aprovechando un cambio
gráfico en septiembre de 2003, modificó también el énfasis en su portada; si bien
mantuvo en su titular central la política, el segundo titular –que tradicionalmente era
una noticia deportiva acompañada de una fotografía– hoy da cuenta del mundo fashion.
En este contexto, las portadas de farándula pasan de un promedio de 3 mensuales a
10, a partir de esa fecha.
Al año siguiente (2003) la tendencia se mantiene. La Cuarta, por ejemplo,
aumenta de 223 a 259 sus portadas acerca de este tópico, es decir, el 71% del total de
las portadas del año son acerca de dicho tema, de éstas, 127 nos hablan del mundo
de la pantalla chica, es decir, el 35 por ciento de sus titulares centrales informaron
acerca de la televisión.
LUN mantiene cifras similares. Durante el 2004 el 76 por ciento de sus portadas
se relacionan con el espectáculo, y, al igual que en La Cuarta, el 35% de éstas miran
la televisión. Si a ello sumamos el 15% de portadas sobre deporte, vemos que poco
más del 90 por ciento de las principales informaciones de LUN provienen de esos dos
ámbitos y durante dos años consecutivos.
Pero, tal como señalaba al principio de este artículo, estamos ante una tendencia
que es centrípeta. Diarios considerados serios y hasta tradicionales como El Mercurio
se suman el 2004 a este movimiento. En ese sentido, es interesante constatar que
mientras durante el año 2003 sólo apareció una vez un titular de portada sobre
espectáculo en El Mercurio, al año siguiente vemos 29 veces la aparición de alguna
información sobre dicho tópico en su portada principal. Titulares como “La vida después
del reality” (4 de enero), “La TV se vuelve mona” (7 de febrero), “Hippie contra los
Pincheira” (8 de marzo) o “El incierto futuro de Karen Doggenweiler” (5 septiembre),
muestran una vez más cómo la actividad autorreferencial de medios que informan
acerca de lo que ocurre en otros medios, se instala en el campo.
Finalmente, en el diario La Tercera casi un 25% de las fotos centrales de su
portada se dedican el año 2004 al espectáculo, confirmando el desplazamiento del
deporte en este espacio.

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


21
IV.2) Medios - poder
En el período estudiado, observamos que el protagonismo respecto de un periodismo
de investigación que tensiona estructuras de poder, radica fundamentalmente en
la prensa escrita chilena. Este hecho, que veníamos observando, fue finalmente
refrendado empíricamente por un estudio del Consejo Nacional de TV (2005) y
que demuestra que los noticiarios de televisión no dieron un solo golpe periodístico
durante todo un año (el 2004). Pero tampoco es toda la prensa escrita la que entra
en esta interesante y tensionante dinámica. Tal como se especificará más abajo, sólo
algunos agentes del campo participan y se dan a la tarea de revivir el periodismo que
incomoda e investiga.

IV.2.1) El 2002
Ese año los lectores nos vemos sorprendidos por la audaz irrupción en escena del
semanario dominical, La Nación Domingo (LND en adelante), propiedad del Estado.
Este medio, que nace el 11 agosto de 2002 sufre apenas dos semanas después,
un verdadero “secuestro” de todas sus ediciones a lo largo del país. Empleados de
una de las cadenas de supermercados más importante del país –D&S, dueña de El
Lider, Ekono y Almac– fueron los responsables. La razón: LND informó acerca de los
estrictos códigos de conducta y morales que el empresario Nicolás Ibáñez, gerente
general de la cadena de supermercados, imponía a sus empleados y, paralelamente,
acerca de los juicios de violencia intrafamiliar interpuestos por su esposa en su contra.
A raíz de la denuncia, Ibáñez debió alejarse de su cargo. Quienes seguimos el discurso
de los medios en nuestro país sabemos que resulta muy raro que la prensa chilena de
la transición denuncie actitudes o hechos que incomoden a los empresarios. En ese
sentido, este reportaje resultó sorprendente, tanto por la denuncia en sí misma, por la
persona involucrada y por la reacción de éste al mandar a comprar todas las ediciones
de LND a lo largo del país.
Pero no sólo el campo económico empresarial fue tensionado ese año. También
fuimos testigos de tensiones producidas en el campo religioso. En octubre, LND y el
diario La Tercera sacan a luz un secreto a voces y que afecta al obispo de La Serena
y ex presidente de la Conferencia Episcopal chilena, Francisco Javier Cox. Según las
informaciones periodísticas, el obispo había estado involucrado por años en relaciones
homosexuales con jóvenes. A raíz del escándalo, la máxima autoridad de la Iglesia
Católica en Chile, cardenal Francisco Javier Errázuriz, reconoce en un programa de
televisión la veracidad de la denuncia y el obispo Cox abandona sorpresivamente el
país, con rumbo desconocido.

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


22
LND no se detiene, y la primera semana de septiembre de 2002 comienza a
publicar el primero de una serie de reportajes sobre la reactivación –con la complicidad
del Alto Mando– del llamado Comando Conjunto de la Fuerza Aérea chilena, con el
fin de dificultar y evadir la acción de la justicia en casos de violaciones a los Derechos
Humanos, en los cuales este comando destacó por su crueldad y criminalidad. Titulado
“Vuelven los viejos estandartes”, el campo militar se ve tremendamente tensionado
con un reportaje cuyas denuncias le cuestan el cargo al comandante en jefe de la
Fach, general Patricio Ríos, y dos semanas de arresto a otro general.
Desde el otro bando ideológico de la prensa también comienzan a verificarse
reacciones, y si estos primeros reportajes –sumados a otros de menor intensidad
que por razones de espacio no enumeramos– afectan fundamentalmente a la
derecha económica, política y militar del país, en octubre de 2002 la revista Qué
Pasa –perteneciente al grupo Copesa– denuncia lo que se conocerá como el Caso
Coimas. Adjudicación irregular de licitaciones de plantas de revisión técnicas, ventas
de revisiones falsificadas y sobornos significaron un golpe periodístico que implicó el
desafuero de 4 diputados de la Concertación (un socialista, dos democratacristiano
y un radical), la detención de tres de ellos y la expulsión de los dos DC de su partido.
La prensa golpea así de manera directa al campo político. Esta historia, en una de
sus aristas, tomó una dirección impensada y se convirtió en un segundo caso; el caso
Mop-Gate que tuvo que ver con el pago ilícito de sobresueldos en el Ministerio de
Obras Públicas y que complicó sobremanera al gobierno de Ricardo Lagos (2000-
2006).
Como vemos, durante el segundo semestre del año 2002, la prensa escrita chilena
fue muy activa.

IV.2.2) El 2003
En el 2003 destaca el primer semestre en cuanto a las investigaciones periodísticas.
En estos primeros 6 meses se suceden una serie de reportajes y golpes periodísticos
que son producto de la investigación de profesionales de diversos medios. Este año,
no sólo la prensa escrita, también la radio y la televisión se suman a esta tendencia
iniciada en la segunda mitad del 2002.
En febrero, Radio Chilena da a conocer un caso de fuga de información desde
el Banco Central hacia un operador del holding Inverlink Corredores de Bolsa. La
responsable de la filtración resultó ser la secretaria personal del presidente del Banco
Central, Carlos Massad, quien debe renunciar a su cargo. Pero el caso no se detiene
ahí, ni se limita a una investigación sobre uso indebido de información privilegiada.
El asunto empeora cuando en marzo el noticiario central de Televisión Nacional,

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


23
24 Horas, da a conocer en un informe exclusivo que Inverlink también protagonizó
una multimillonaria estafa que afectan a CORFO. Al día siguiente, Gonzalo Rivas,
vicepresidente de CORFO (¡y yerno del Jefe de Estado!), confirma la noticia. Esto
significó un cuestionamiento político que llegó hasta el Presidente de la República y la
detención de un ex ministro del gobierno que integraban el holding, tensionando aun
más el ya terremoteado campo político.
En abril de ese año, la revista Qué Pasa sorprende con una nueva investigación.
Esta vez, sobre la base de fuentes anónimas, informa acerca de los vínculos que la
actual Presidenta de la República, Michelle Bachelet, habría tenido con el grupo de
resistencia armada Frente Patriótico Manuel Rodríguez, durante la lucha antidictatorial
en la década de los ‘80.
Ese mismo mes, el semanario Siete + 7 denuncia el oscuro pasado del párroco de
la pequeña localidad turística de El Quisco. El caso, conocido como “el cura torturador”
descubre que el sacerdote van Wernich, buscado por la justicia argentina, acusado de
crímenes de torturas y detenidos desaparecidos en ese país, se oculta en un pequeño
pueblo de Chile. El reportaje significa la renuncia y remoción de van Wernich y su
vuelta a Argentina, donde debe enfrentar a la justicia.
En mayo nuevamente se hace oír la voz de LND, afecta y tensiona esta vez, y
para sorpresa de muchos, al Gobierno, o sea, su propio dueño. En la última edición de
ese mes, LND iba a dar a conocer un estudio de la Contraloría de la República según
el cual cerca de 600 millones de dólares no fueron destinados a subsidios y créditos

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


24
de campesinos, “perdiéndose” en intermediarios, consultoras y centros de estudios.
Sin embargo, el reportaje fue censurado y no salió a circulación en la fecha prevista.
A raíz de ello, 13 periodistas renunciaron a LND y formaron otro semanario: Plan B,
revista de corta vida, pero que destacó por sus reportajes e investigaciones.
De hecho, Plan B golpea el 8 de octubre de este año con el llamado Caso Spiniak,
en un artículo del periodista Víctor Gutiérrez titulado “Las pervertidas fiestas de Claudio
Spiniak”. Se trata de una denuncia que da a conocer las perversiones y orgías con
menores pobres de este conocido empresario, dueño del spa más lujoso de Santiago.
A poco andar, también se ven involucrados senadores de la República en el caso.

IV.2.3) El 2004
La mayoría de las actividades periodísticas señaladas ocurren durante el primer
semestre de 2003; el 2º semestre muestra una tendencia decreciente y este declive se
vuelve definitivamente notorio el 2004. En ese sentido, nuestro seguimiento de casos
en los cuales la prensa provoca a través de sus investigaciones tensión en los demás
campos, muestra que a partir del segundo semestre del 2003 hay un estancamiento.
Es así como ahora podemos distinguir, en términos numéricos, muchos menos casos
de la naturaleza que veníamos señalando.
Destaca en este contexto descendente el diario La Nación que en abril de 2004
publica un reportaje sobre el oscuro pasado del cónsul chileno en Honduras, capitán
(R) Ricardo Manríquez Pearson, quien se desempeñó para el Golpe de Estado
como jefe de Inteligencia militar de San Fernando. La denuncia le cuesta el puesto a
Manríquez.
La revista Plan B golpea en julio al dar a conocer las relaciones homosexuales
que el en ese momento alcalde democratacristiano de Valparaíso, Hernán Pinto,
sostendría con jóvenes, noticia que le costará el puesto al edil.
También LND disminuye su actividad fiscalizadora, seguramente muy influido por
la renuncia masiva del año anterior. A ello se suma que el 21 de marzo de 2004, sin
mayores explicaciones, este medio decide poner fin a los editoriales que cada domingo
daban a conocer la opinión del medio acerca del tópico principal de la semana. En todo
caso, en diciembre cierra el año con un reportaje memorable: “Los top ten: la cara civil
de la tortura”, el que da cuenta de diez ex funcionarios civiles de la dictadura, muchos
de ellos actuales parlamentarios y/o miembros de la elite económica, involucrados en
casos de violaciones a los derechos humanos. Este reportaje le valió, una vez más,
la pública reprimenda del Gobierno al medio, a través del Ministro Secretario General
de Gobierno, Francisco Vidal.

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


25
V) La investigación: parte analítica e interpretativa
La curva descendente que hemos descrito en torno a la frecuencia de aparición
de investigaciones periodísticas que tensionan la relación con otros campos sociales
es un elemento crucial para aventurar cualquier interpretación. Con la ayuda de ese
dato en mente, se levantaron las siguientes categorías de análisis provenientes del
análisis crítico del discurso (Fairclough y Wodak, 2000) que ayudaron en esta etapa
del estudio:

· poder sobre el discurso;


· poder dentro del discurso.

En esta etapa no sólo se observó los medios, sus textos y la circulación de los
mismos. Junto con las actividades discursivas que los medios desarrollan y que
afecta tanto a otros campos como a la relación con éstos (lo que se describió en el
punto IV.2), fue necesario realizar un seguimiento de una serie de acciones (tanto
de carácter discursivas como de otra índole) que desde otros campos se realizaron
y que afectaron al campo periodístico. Es decir, ahora la observación fue en un
sentido inverso, tratando de responder a la pregunta principal señalada en el marco
metodológico y tomando en cuenta la característica relacional de los campos que se
mencionaba en las consideraciones teóricas.

5
V.I) Poder sobre el discurso
Esta categoría tiene un sentido estructural y dice relación con procedimientos
que en un macronivel se realizan para impedir, dificultar o restringir la producción y/o
circulación de discursos. Ejercer poder sobre el discurso es, en parte, una cuestión
de acceso a los canales públicos de comunicación, y también, como lo señalan
Fairclough y Wodak, “una cuestión de capacidad para controlar y modificar las reglas
del juego de las prácticas discursivas y las estructuras propias del orden del discurso”
(Fairclough y Wodak, 2000:389). En ese sentido, se observó una serie de acciones
que provenían de otros campos sociales tendientes a controlar las reglas del juego y,
por lo tanto, la actividad discursiva del campo periodístico.

5 Todos los subrayados que aparezcan en las citas que siguen, son míos.

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


26
V.I.I) Discursos amonestadores: disciplinamiento de la palabra
por la palabra
A partir del año 2004, es decir, después del peak que hemos descrito en el
periodismo de investigación chileno, se observan diversos momentos en que agentes
de otros campos pronuncian lo que he llamado discursos amonestadores dirigidos
hacia la actividad de la prensa. Me parece pertinente detenerme en tres de ellos, por
la importancia que tienen en su injerencia sobre las prácticas discursivas y que fueron
pronunciados por actores por el capital simbólico (Bourdieu, 2000), con el que cuentan
y que por la posición que ocupan tienen la capacidad de afectar con sus acciones el
campo al que pertenecen.

a) El máximo representante del Poder Judicial: el Presidente de la Corte


Suprema (2004).

El primero de marzo de 2004 y con ocasión de la tradicional ceremonia de


inauguración del año judicial, el entonces presidente de la Corte Suprema, Marcos
Libedinsky, dedica casi el 20 por ciento de su intervención (9 de 47 páginas) a llamar
la atención a la prensa. Ello, a pesar que el juez señala al inicio de su texto que éste
es un acto cuya importancia central radica en que se da a conocer públicamente cómo
“este Poder del Estado ha cumplido las obligaciones que le imponen las Constitución
y las leyes”.
En términos formales resaltan dos rasgos del texto: en primer lugar, la extensión
del punto dedicado a amonestar a la prensa titulado “Relaciones entre medios de
comunicación y Poder Judicial”. Como ya señalé, éste abarca casi el 20% del total.
Igualmente interesante resulta observar que éste se deja como el último punto entre
una serie de tópicos que se abordan, justo antes del cierre del texto. En términos de la
estructura textual podríamos señalar que las palabras dirigidas al campo periodístico
se ubican en una posición remática (Pardo, 1996), y, consiguientemente, quedan en
foco respecto del resto de los tópicos anteriores, ubicándose justo antes de la coda
que lleva por título “Palabras finales”.
En términos pragmáticos y argumentativos, la intervención del máximo
representante de este poder del Estado se basa en una serie de citas de autoridad (de
autores fundamentalmente europeos y estadounidenses), estudios de instituciones
(universidades) y apoyos intertextuales que establecen las condiciones argumentales
para sostener:

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


27
a) que el accionar equivocado de los medios tensiona al Poder Judicial: “nos
encontramos con que la relación entre justicia y medios de comunicación se
presenta como una tensión constante, en la que cada uno de los términos desconfía
profundamente del otro y hace lo posible para neutralizarlo” (p.37); “la relación entre
medios de comunicación y sistema judicial se manifiesta, casi universalmente, con
niveles de tensión permanente” (p.38), etc. (La elección de este concepto de tensión
es interesante de cara a las alteraciones que hemos mencionado anteriormente y dota
de sentido nuestro acercamiento analítico y nuestra interpretación teórica);

b) que los medios son culpables de la crisis de confianza que existe entre la opinión
pública y los tribunales de justicia. Señala el juez: “la credibilidad del sistema judicial
depende, en gran medida, de la prensa” (p.39). Se trata de una afirmación de tipo
ontológica respecto de la creencia en la importancia del lenguaje y en su capacidad
generativa (Echeverría, 2003) que este tiene en la conformación de sociedad;

c) finalmente, se hace una afirmación de tipo normativa y deóntica: “la función


principal de la prensa es aclarar y enriquecer el debate democrático. ¿Cumple con esa
misión? No siempre.” (p.41).

b) El máximo representante del Poder eclesiástico: el Cardenal de la Iglesia


Católica (2004).

Se suman a esta tendencia amonestadora, las palabras pronunciadas ese mismo


año por el cardenal arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, con ocasión
del tradicional Te Deum Ecuménico de Fiestas Patria que cada 18 de septiembre se
ofrece ante las máximas autoridades políticas, militares, empresariales, etc. del país,
en conmemoración de la Independencia nacional.
En términos formales destacan inmediatamente dos coincidencias con el ejemplo
anterior: también el cardenal deja para el final de su intervención el punto dedicado
a amonestar a la prensa y ubica este tópico justo antes de la conclusión del texto, es
decir, nuevamente el mensaje dirigido al campo periodístico queda en foco, de cara a
la audiencia. Respecto de la extensión, también hay coincidencia: casi el 20% de la
lectura se dirige a reflexionar sobre los medios.
En términos pragmáticos, podemos ver que, al igual que el presidente de la
Corte Suprema, el cardenal Errázuriz elige el máximo evento discursivo del año para
pronunciar sus palabras amonestadoras. Ambos eventos son instancias fuertemente
monológicas, como tal, no pueden ni serán interrumpidas con preguntas ni comentarios,
se ejerce así un fuerte control sobre lo dicho y la posterior representación de ello.

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


28
En cuanto a la situación comunicativa y la consiguiente circulación de esos textos,
estamos ante eventos que, sin lugar a dudas, son transmitidos por prácticamente
todos los medios de comunicación, escuchados con atención por la elite nacional
y por una extensa audiencia general. Se goza así de un amplio acceso al discurso
público, factor importante de cara al poder sobre el discurso que se pueda ejercer.
En su argumentación, también vemos otra coincidencia con Libedinsky, el
cardenal insiste en reiteradas ocasiones en responsabilizar a los medios de una crisis
de confianza que atraviesa la sociedad: “nos interesa recibir noticias confiables”; “...
sin ella (la confianza) no hay diálogo fecundo”, etc. Igualmente, realiza afirmaciones
similares al presidente. de la Corte Suprema: “algunos medios no nos transmiten
adecuadamente la realidad”; “nos interesa recibir noticias realmente fidedignas”, etc.
Como vemos, si en el ejemplo anterior es lo ontológico, aquí es lo epistémico lo que da
pie a lo normativo (“Deben pasar al primer plano de la noticia los rostros innumerables
de los servidores públicos que tienen derecho a nuestra confianza”).
También resulta curioso descubrir en el texto una alianza discursiva con el Poder
Judicial, el cardenal destaca en diversas oportunidades a este poder del Estado,
por ejemplo: “El conocimiento de eventuales delitos, las filtraciones –verdaderas o
ficticias– de las investigaciones serias que hacen los Tribunales de Justicia, y el trabajo
inquisitivo y apresurado de varios medios de comunicación, nos han sorprendidos con
polifacéticos escándalos”.

c) El máximo representante del Poder Político: El Presidente de la República (2005).

Un tercer agente que se suma a los discursos amonestadores es el entonces


Presidente de la República, Ricardo Lagos Escobar. Aunque su proceder se distingue
de los anteriores pues no espera que ocurran eventos discursivos especiales, y, como
veremos, no siempre la circulación de su amonestación pretende ser pública.
A principios de octubre de 2005, el Presidente Lagos criticó a todos los noticiarios
de la televisión abierta, cuestionando la agenda mediática por el énfasis dado al tema
de la delincuencia; ello provocó una reacción generalizada en el campo periodístico
que incluyó declaraciones, reuniones de directorio, afirmación en torno a la libertad de
pautear la agenda, etc.
Pero lo más interesante y sorprendente ocurrió el miércoles 21 de septiembre
de ese año. Ese día, El Mercurio hizo pública una carta de carácter privado que el
Presidente había mandado al dueño de dicho diario, Agustín Edwards, reclamando
por la publicación de informaciones relativas a parientes suyos. Dos son los elementos
más llamativos de esta acción discursiva del Presidente. En primer lugar, el carácter
privado que él le dio a la carta y que, en ese sentido, entraña o establece un nivel de
crítica con complicidad, lo que queda refrendado en el texto de la carta con la frase

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS
30
condicional: “Habría esperado algo distinto dado el conocimiento que usted y yo nos
tenemos recíprocamente”. En segundo lugar, destaca la dureza de la misiva, mediante
frases como “…el suyo quedará como el resumidero de todos los infundios…”.
También llama la atención un recurso metafórico y de carácter intertextual que nos
remite al pensador inglés del siglo XVI, Francis Bacon. Lagos acusa a El Mercurio de
haber terminado “siendo un diario al servicio de una tribu, la tribu que desea sembrar
el odio a través de los que escriben su página editorial y la tribu de los que quieren
atacar, no importa por cuáles medios”. Bacon distinguía cuatro tipos de prejuicios en
los humanos, que llamaba idolas, noción con la cual da a entender los malos hábitos
mentales que hacen que las personas caigan una y otra vez en error. El primero es
el idola de la tribu, el inherente a la naturaleza humana y en el cual se expresan las
limitaciones de nuestra especie.
Esta carta suscitó un extenso debate en Chile acerca de lo público y lo privado,
y también acerca de las presiones políticas que se realizan a la prensa. El presidente
de la Asociación Nacional de la Prensa, Juan Sommers, consideró “un peligro que, a
través de cartas confidenciales, que no se pueden publicar, los gobernantes ejerzan
presiones a los medios”; en tanto, el presidente del Colegio de Periodistas de Chile,
Alejandro Guillier, señaló ante los medios que, con la carta “en el fondo, tácitamente,
se cuestiona el deber de informar”.

V.I.II) Disciplinamiento de los cuerpos: remociones, expulsiones


y disculpas

El disciplinamiento que nuestra observación detectó, no sólo se limitó a discursos


amonestadores como los señalados, también comenzaron a operar, a partir del año
2004, acciones de disciplinamiento aún más severas que afectaron la materialidad de
los cuerpos de integrantes del campo periodístico.

a) Despidos y disculpas:

En enero de 2004 comienza a operar una dinámica de expulsiones de periodistas


que se prolonga por todo el año. El primer caso ocurre ese mes con la salida obligada
del editor del noticiero central de TVN, Mario Aguilera. Este periodista es acusado por
el partido de derecha UDI, de formar parte de un complot que involucró a dos de sus
senadores en casos de pedofilia, en el marco del Caso Spiniak.
En agosto de ese año, la UDI se cobra otra víctima. Alberto Luengo, director de La
Nación Domingo, semanario que como señalamos antes, destacó por su periodismo

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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de investigación entre los años 2002 y 2003, es despedido el 8 de agosto. La razón
señalada en declaración pública por el presidente del directorio de la Empresa
Periodística La Nación S.A., el socialista Francisco Aleuy, es hermética. La parte
central de la declaración señala:
“Por discrepancias expresamente manifestadas por el accionista mayoritario de
la empresa con la línea editorial seguida por el diario en el último tiempo, me veo en la
necesidad de solicitar que ponga su cargo a mi disposición. En opinión del accionista
mayoritario, el punto esencial tomado en consideración dice relación con el hecho
de tratar, editorialmente, temas que actualmente se encuentran en conocimiento e
investigación por parte de los Tribunales de Justicia”.
El nuevo director, Juan Walter, quien reemplaza a Luengo, solidariza con el
afectado y en una declaración que se publica el 15 de agosto en la página 7 de LND,
este habla del “injusto despido del director del diario, Alberto Luengo” y explica:
“El problema comenzó cuando hace dos años se optó por hacer periodismo de
investigación con una mirada diferente y propia a la que la prensa dominante imponía.
Su aceptación fue inmediata y se recordará momentos notables: Colmillo Blanco,
el antilíder Nicolás Ibáñez, la caja negra de INDAP, los escándalos sexuales de la
Iglesia…”
Y las remociones continúan. La primera semana de diciembre es completamente
reestructurado el departamento de prensa de Canal 13 y son despedidos las dos
máximas jefaturas, Nicolás Vergara y Cristian Fuenzalida. Este movimiento concluye
el 26 de diciembre, con la renuncia a su cargo de director de dicho canal, Enrique
García.
Si bien el caso Spiniak nuevamente influye, no es el único factor a considerar
en estas reestructuraciones. Así opina Cristian Fuenzalida, uno de los directamente
afectados: “Los despidos no pueden ser atribuidos, exclusivamente, a las presiones
de la UDI por el Caso Spiniak. Más bien creo que lo que gatilló la UDI fue una
progresiva pérdida de confianza en nosotros tres, dado el rol de control editorial
que ejercíamos y que progresivamente se fue alejando de lo que las autoridades
de la Universidad Católica esperan de los máximos ejecutivos de Canal 13. El caso
Spiniak fue ciertamente el más visible, pero no el único punto de desencuentro entre
el Consejo Asesor de Canal 13, representante de los intereses del dueño (la Pontificia
Universidad Católica de Chile), con nosotros. El tema de fondo fue la distinta visión
sobre el rol que Canal 13 debía cumplir en la sociedad chilena6”.
Agosto y septiembre también son los meses de disculpas. A mediados de agosto,
el director de prensa de Chilevisión y en ese momento presidente del Colegio de
Periodistas, Alejandro Guillier, pide públicas disculpas al juez Calvo por grabaciones

6 Entrevista sostenida personalmente con Cristián Fuenzalida con motivo de esta investigación.

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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realizadas por un equipo del canal con cámara oculta en su oficina y que dan cuenta
de su opción homosexual; no obstante, Guillier es sometido a proceso y, finalmente,
es removido de su cargo de director de prensa. El 8 de septiembre, Canal 13 pide
también disculpas públicas al presidente de la UDI, Jovino Novoa, por la difusión de
una entrevista en la cual se lo acusaba de participar en orgías con menores. A pesar
de ello, el senador mantuvo la demanda judicial contra el canal.

b) Las tensiones con el campo judicial

A lo señalado se suman una serie de presiones que desde el campo judicial se


realizan sobre el campo periodístico. El 5 de agosto de 2003, la Corte Suprema citando
el artículo 78 del Código de Procedimiento Penal, instruye a todos los integrantes del
Poder Judicial que se abstengan de “dar información o hacer público, por medio de
entrevistas de prensa, radio o televisión, aspectos y diligencias de instrucciones
impartidas o por decretar, en las causas criminales que se están conociendo”,
limitando así la difusión de información.
Ese mismo año, la ministra Gabriela Pérez somete a proceso al director del canal
Chilevisión, al director de prensa, y a 3 periodistas por el uso de cámaras secretas en
el marco de investigaciones periodísticas.
En septiembre, el Ministro de la Corte Suprema, Domingo Kokisch, agrede de
palabra y también físicamente a los periodistas de El Mercurio, Ximena Marré y Mario
Ovalle, quienes habían sido citados a su despacho, en el marco de las investigaciones
del Caso Inverlink.
El 2004, es sometido a proceso el director de la revista El Periodista, Francisco
Martorell, por una publicación que afectaba al empresario Jorge Rabié.
Además, en el marco de una reforma constitucional, la Cámara de Diputados
introdujo una modificación al art. 19, incisivo N°4 de la Constitución de 1980 que
consignaba una protección constitucional para los personajes públicos, estableciendo
“la responsabilidad solidaria de los dueños de los medios de comunicación, para las
indemnizaciones que procedan”. Fue tal el escándalo que la ley no prosperó gracias
a un veto presidencial. Sin embargo, lo interesante fue constatar que para protegerse
de la fiscalización periodística, la Cámara de Diputados estaba dispuesta a darle
un carácter aún más restrictivo a una Constitución heredada del gobierno militar,
aprobando por unanimidad dicho proyecto. Desde el Partido Socialista hasta la UDI
se votó a favor, sólo se abstuvo el diputado PPD y periodista, Estéban Valenzuela,
pero ni siquiera él, siendo periodista, tuvo la voluntad política de rechazar esta norma
restrictiva para la libertad de prensa. El campo político reaccionó como un todo
homogéneo a la hora de establecer una constricción sobre el campo periodístico.

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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V.2) Poder dentro del discurso
A diferencia de la categoría anterior, la noción poder dentro del discurso, antes
que estructural es de orden interaccional, aunque, por supuesto, se relaciona con la
anterior. Es decir, esta categoría permite fijarnos en prácticas que pretenden intervenir
y controlar el evento discursivo mismo y la acción discursiva que ahí se produce. Se
trata, en gran medida, del poder retórico (Fairclough y Wodak, 2000).
Fueron, nuevamente, múltiples las acciones que desde diversos campos
se realizaron intentando ejercer poder dentro del discurso de los medios, sólo
destacaré por su importancia y trascendencia lo que ocurrió en el marco del debate
presidencial que ese año se realizó en Chile, pocas semanas antes de las elecciones
presidenciales.
El 2005 fue un año de elecciones. En ese contexto, se realizaron tres foros

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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televisivos. Estos eventos comunicativos fueron un interesante momento en que tanto
el campo periodístico como el campo político pusieron condiciones distintas para
regular la interacción discursiva entre los candidatos durante la transmisión televisiva,
por lo mismo, fue un momento en que se evidenció una pugna entre ambos campos
en torno a lo que hemos llamado poder dentro del discurso.
Quienes seguimos la evolución de estos debates fuimos testigos de cómo el
campo político le dobló la mano a los medios al no permitir que se hicieran preguntas
diferentes a los candidatos, imponiendo la condición de que se formularan las mismas
preguntas para todos, en los últimos dos foros.
Las candidaturas pueden haber mostrado muchas diferencias, pero en un punto
estuvieron todas –sin excepción– de acuerdo: restringir la libertad de expresión de
la prensa. ¿Cómo lo hicieron? Limitando la manera en que los periodistas podían
usar su más potente arma: la pregunta. Se trata justamente del recurso lingüístico
esencial con el que contamos los periodistas para efectuar entrevistas y debates que
sean incisivos y sorprendentes. Es con preguntas con las que nos podemos mover
discursivamente de igual a igual con el entrevistado; restringir la capacidad y la
manera de hacer preguntas a un periodista es como poner a un pez en una pecera.
Es justamente lo que se hizo con la cláusula 13b del Protocolo que rigió los
debates y que fue acordado entre los comandos y los canales de TV. En apenas
una línea se definió el control sobre el poder retórico de los periodistas: “Habrá un
total de 8 preguntas, las mismas para todos los candidatos”. Esta breve oración
impidió hacer preguntas diferentes a los diferentes candidatos y los instaló en un
cómodo lugar, desde el cual no tenían que temer a una prensa cuyo discurso a priori
estaba controlado. Porque ante una pregunta única por candidato, ni siquiera importa
que los candidatos no las conozcan previamente, ya que los tópicos se restringen
radicalmente y las preguntas se vuelven totalmente predecibles.
De esta manera, el Protocolo se convirtió en una estructura de poder y control,
en una camisa de fuerza. Presenciamos así una clásica operación discursiva en la
cual los representantes del campo político –tanto de izquierda, centro y derecha–
se pusieron de acuerdo para restringir la palabra, para disciplinar su circulación y
controlar su uso, pre-estableciéndose así quién ejercerá poder dentro del discurso
durante los debates.

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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Palabras finales
Respecto de las dos temáticas que motivaron esta investigación se pudo comprobar
para el período estudiado (2002-2005) lo siguiente: por un lado se consolida la
tendencia al espectáculo, lo que implica un campo que se cierra sobre sí mismo
debido a la creciente autorreferencialidad provocada por una prensa escrita que sigue
con atención lo que ocurre en la televisión y de una televisión que busca que su
realidad sea recogida y amplificada por los diarios. Es, claramente, una tendencia
en alza, centrípeta que fue iniciada e impulsada por medios pertenecientes a fuerzas
sociales bien conservadoras: la derecha chilena (grupo Edwards) y la Iglesia Católica
(Canal 13).
Respecto de la relación prensa-poder, vemos una tendencia de fiscalización
periodística que se inicia con mucha fuerza el año 2002, mostrando una baja a partir
de fines del 2003 que para el año de las elecciones presidenciales (2005) ya está
controlada. Así las cosas, las alteraciones que sobre otros campos estaban provocando
los medios con su periodismo de investigación independiente se neutralizan. En ese
sentido, este estudio dio cuenta de una serie de operaciones y estrategias de control,
especialmente en el nivel discursivo y que fueron posibles de observar: discursos
amonestadores, iniciativas legales, despidos, etc. Pero, sin duda ocurrieron muchos
otros movimientos tendientes a que el sistema volviera a la normalidad deseada por
ciertas estructuras de poder. Algunos son más difíciles de observar, otros apuntaron
antes que a la base discursiva, a la base material del campo. Hubo, por ejemplo, en ese
mismo período varios cambios en la estructura de propiedad, ya sea por ventas o por
desapariciones. El canal Chilevisión, 100% propiedad hasta el año 2004 de Venevisión
(grupo Cisneros), recibe ese mismo año una oferta de compra del empresario,
presidente de Renovación Nacional y candidato presidencial, Sebastián Piñera. El
traspaso efectivo se realiza el 2005, tomando Piñera el control del canal el mismo año
en que postula a la presidencia de la República, emulando a Berlusconi. Por su parte,
el semanario Siete + 7, ligado a la Concertación, es comprado por el grupo Copesa y
convertido en un diario que, finalmente, desaparece en 2006. La revista Plan B muere
en enero de 2005 y lo mismo ocurre con la revista Rocinante que deja de circular
a partir de octubre de ese mismo año. Se trata de dos medios independientes que
destacaron por su periodismo en profundidad, de denuncia e investigador, el primero
en el ámbito político-judicial, el segundo en el ideológico-cultural.
Quedan pues muchas otras aristas que observar y analizar en esta batalla que,
eso sí lo sabemos, nunca está resuelta.

LOS MEDIOS EN CHILE VOCES Y CONTEXTOS


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* Pedro Santander Molina es periodista por la U. de Chile y Dr. en Lingüística por la Pontificia
UCV. Está a cargo de las cátedras de Teoría del Lenguaje y de Metodología de la Investigaciòn
en la Escuela de Periodismo. Actualmente, dirige el Postgrado en Comunicación y Periodismo.
Sus áreas de interés son el Análisis del Discurso y la Teoría del Discurso.

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