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Retrato del colonizado 1 Reraaro wimico pet coxontzapo Nacimiento det mito Exactamente del mismo modo en que la burguesia propone sna imagen del proletaro, ln existentia del eolonizador re. ‘lama ¢ fmpone wna imagen del colonizado. Sin esas coor. ‘das Jas conductas del cclonisador y del burgués, sus pro vias existencia, parecerian escandalosas, Peto alentamos la nistfiecién precisemente porque les sienta demasiado. Senn ote séetoscnin el rang dl pce, Fe ‘eco recoger Ia unanimidad de Tos conquistadores, desde Li seria hasta Laos, pasando por ol Maghreb, Es cencillo ver asta qué punto esta caracterizciéa es cémode. Ocupa un ‘gar importante en el juego. dialéctico clonizador — depreciacién del colonizado 1 fructuosa desde el punto de vista econémico. [Nadu podria lei te su trabejos nada podria justificar mejor Ia miserin del alonizado que au octosidad. En consecuentia, el retrato mi «9 del colonizado comprenderé una perera increible. ‘lonizador, una vietuosa devoelén pot la necién. tente, el colonirador suziere que el trabajo del colonizado + poco rentable, Io que autorisa a pagarle salarios inve- simile, Puede parecer que Ts colonizacién hubiera aleanzado-a lsponer.de-un personel. consumiado. Nada. menos. cietto, El trero ealifcado,: que existe entre los simil-eolonicadores “reclaina na paga tres © cunts veces ‘euporior ala del co- Tonizado; ahora bien: no produce tree 0 cuatro veces més, hii en cantidad ni en calided. Es mds econdmico emplear tres colonizados que un europeo. Es cielo que toda empresa sroquiere especialisas, pero se trata de un minimum, que el rolonizedor importa 0 rerluta entve los suyos. Sin contar Jos miramiontos y Ia proteccisn legal justamente exigidos por cl trabajador europeo. AI colonizado no se lo piden sino sus Lbrazos y n0 es sino eso: por lo demés, sus brazos so cotizan tan mal que e6 posible alquilar trex cuatro pares por el precio de tno, Por lo demés, escuchindolo, se deseubre que el colon andor no esti tan indignado por esta poreza real o supuesta, Habla do elle con une divertida complaceneia, bromen a su 8 las expresiones habituales y Tas (ada os suficiente para caracter Ja extraordinaria deficiencia del colonizado, Se tora Itico, pero de un liriemo negative: el colonizado no tiene un pelo en Ja mano” sino una cafia, un drbol, {y qué azboll, un exca- Tipto, un pine, jun roble contenaria de Américal Zun érbol? ro, juna selval, et Pero, so insstni, gos verdaderamente perezoso el caloni+ zado? Para decie verdad, Ia progunta esté mal planteads Ademis de que haria falte defini un ideal de refrencia, una norma, variable de puchlo a puchlo, zpuede acusarse de perez a todo un pueblo? Puede eospochireelo de individuos, incluso de individuos numerosos dentro de un mismo grupo pregunlarse si ex rendimiento no es medioere, si Is eubali- mentacién, los salaris bajo, el porvenir blogieado, un sig- nifieado irvisorio de su vol social no quitan al colonieado todo interés por su tarea. Lo sorpechoso es que Ta acustelén no se dirige sélo a Ia mano de obra agricola o al babitante * Tener un pelo en le mono: expresién idiomiticn fences que gnfien eer muy hlganén, (N. de de las villas miseria, sino también al profetor, al ingeniero sl médico que suministran Ja misma cantidad do horas de trabajo quo sus, colegas colonizadores; o sea que se ditige, finelmente, « todas los individaos del grupo eolonizado. Le sospechoso es ln unanimidad de la acusscién y la globalidad de su objeto; de manera. que ningin colouizado se salva de lla ni podria salvarse nunon. Es decir: la independencia de le acusacién de toda condicién socioldgiea 0 hiwérica. De hecho, no s¢ trata en absoluto de une conuotacién ob- jetiva, en consecuencia diferenciada; en conseewencia suscop- tible de probables tensformaciones, sino de ana inatitcign: por medio de ou acusacién, el colonizador instituye al colo- nizado como ser perezoso. Decide que Is perean es constitu. tio de la econcia del colonizado. Una ver establecido esto, se toma evidente que cl colonizado no seria munca otrs cosa que perezooo cualquiera fueee la funcién que asumiere o el ‘elo que desplegare en su cumplimiento, Volvemos aqui pre al racismo, que ex en buena medida una sustantficecion, fn beneficio del acusador, de un rasgo real o imaginavio del avusado, Ez posible retomar idéntico anilisis « propésito de cada ‘uno de los rasgos adjudicados sl colonizado. Guundo el colonizador afirma en su leuguaje que el co- Tonizado es un débil, sugiere por alli que esta deficieneia reclama la protecién. ‘De donde wutge, fuera de broma —yo lo he ofdo a menudo— la nociga de protectorado, Es en el pro- Pio interés del colonizado que se lo excluye cle las funciones ae diteceién reservindose 1 oolonizador esas posadas res- onspbilidades. Cusndo el colonizador agrogs, para no en- ‘uogaise a la solicitud, que el colonizado es un ignorante per- verso, de malos instintos, Indra y un poco sédico, legitima al mismo tiempo su policia y su juste severidad. Es muy necesario defenderse de las peligrosas tonterfas de un irres- ponsable. Y también —meritovia preocapnciGn— jdefender- Jo de si mismo! Del mismo modo con respecto a la falta de | i } i ' | necesidades del colonizado, su inepttud pare el confort, pac va la téenica, para el progeeso, su surprendente familiarided on la miseria: gpor qué habria de prevcuparse el colonia- dor de lo que.no inguieta para nada al interesado? Seria hnscerle un flaco favor, agrega con filosofia audar y sombri obligarlo a las servidumbres de In eiviliaeién. {Vamost cordemos que Ia subidurin cs orienta, aceptamnos, como él lo hace, It miseria del colonizado. Del mismo modo. aa, on respecto a In mentada ingratitd del colonizado, sobre la ‘cual han insstdo autores a Jos que se lama serioe’ recuerda 1 mismo tiempo todo Yo que et colonizado debe al coloniza- dor, que tous esas buenas acciones estén perdidas y que es inti pretender.enmender al colonizado, Es notable que este cuadro no necesite de mada mis, Por ejemplo, es diftel hacer concordar entre si de ests rasgos, pro qué el eolonizado ser petezoto e ignorante. Podeis haber sido inferior y bueno, co. mo el buen salvaje del siglo xvm, o pueril y duro pera el ©'perezoeo y astulo. Mas atin: los rasgos adjudice- dos colonizado ae excluyen entre ai, sin que eso perlurbe 1 sa fiscal. Se Jo pinta el mismo tiempo frugal, eobci, sia tamplias necesidades y engullendo repugnantes centidedes de fame, grasa, alcohol 0 cualquier otta cosa; como un eobarde (que teme suftir y como un bruto al que no deinen ninguna de tas inhibieiones de la civilizacién, et, Prueba vuplemen- turia de que es initil buscar esta coherencia fuera del colo- nizador mismo, En la base de toda Ie construccién i al mismo tiempo inferior y malvado, ‘mente, se encuentra una dindmiea tniea: Ia de las exigencis econémicas y afectivas del colonizador, que reemplara para 41 ala Logica, impone y explica cada uno de los raogos que adjudica a} colonizado, En definitiva, todos son ventajosas para el colonizador, incluso aguéllos que, a primers vies, Ie serian perjudiciales, La deshumanizacisn Es que en verdad, al colonizador Ye imports povo el eolo- nado. Lejos de querer aprehender al colonizado en su reali ddad, su preocupacién es hucerle sufrir esta indispensable ttansformacién, Y el mecanismo de esa remodelacin del cblonizado es esclareeedor por af mismo En primer lugar eonsiste en una serie de negaciones, EL * -colonizado no es esto, no es aquella, Nunes es considerado ‘postivamente; o si To es, la cualidad que se le concede deriva de una carencia psicolégica 0 ética, Asi sucede con la hos pitalidad érabe, que dificilmente puede pacar por ser un tasgo negativo. Si se presta atencién s ello, se descubre que 1 elogio es formulada por los turistas, por europecs de paso, pero no por los colonizadores, es desi, los europeot inatalsdos.on In colonia. En cuanto se estublece en el lager, ‘leuropeo no aprovecka més de este hospitalidad, detlene los intercambios, contribuye a la ereceién de barreras. Muy pronto cumbia de paleta para pintar al colon tonvieste en esloso, encerzado en af mismo, exclusivista, fa- nétieo. ¢En qué se convierte Ia mentada hospitaidad? Ya que no puede neger su existoncit, el colonizador hace resal- lr sus sombras y Ins consscuencias desastroras que puede tenes, Proviéne de la irresponsubilided y de In prodigalidad el —teplica el colonizador—. «Una de sada dos veces so aciertz. Y, de todos modes, el Iedrén et ‘un colonizado; sino se To encuentra en Ta primera chova, esti en Ia segunde> Lo cual ey exacto: el ladrén (quiero decir el ladronzuelo), Teles leatvamente ene le pobre, y Ios pubes entre los colonizados. Pero, {debe concluirse acaso de esto todo colonia sen un Ind y deba ser tetado come tal? Conductas como ésta, comunes al conjunto de los coloniza- ores y que se dizigen al conjunto de los colonizados, en ‘eonsecuencia, van a expros institucfones. Dicho de ‘otro modo, definen imponen situsciones objetivas que cer- ‘ean al colonizedo y pesan sobre él hasta el punto de desviar ‘au condacta y grabar arrugas en su rostro. Globalmente, esas luego, corresponden, elas que apuntan al 3%, Poco'o mucho, evalar en, conducts, es decir, proceder de ‘Que aquel mito, ademés, exté sblid Fora gus Clesidos que reaptes, una ver cen’ quello Bordo que se los envié al Patlamento ns Peeg seguida re- Fn alagiettte &l derecho de hacerlo; el pater Sei 4 n0 efectivo: que con engafados o canag cansados, pero no tee por a act, hombres Tires mnomeatincenie eee dos Tor le asus strides por a dems veces, ae pity meas 0 sibs eelara,quicbren soe cate {Pliny tastrucen los peuoton coe ae politicos, FEutemees popular conserva um orguloce need ‘de esas ien pensedo, més bien se menudo; después de todo, | colonizador. Aunque’ el ¥ al desprecio, aun sulto © el atropella, ;pel mismo modo en que no pucde excapar a le imistiica in coloizadora, no Sabie eurnone ee sitwaciones tata Tea Seprradets d carencas, En cies medica pet Vinten fe! solonzedo es fanién de ee ange Fl colonizado y le historia... La carencia més consttuye el hal montage? 30° ‘rrogantes, pu solonicados? Ta de esto y de alls ai "tamente euele sueeder que los ciydadanos bres, sumidos en el abatimion épidameate: todos los recursos deh ‘etme, avions, poditan a sw doris Pocos mi ‘mou motos inerefblee de defers y deste Por cada situaciones serdn situaciones de carencia. A la agresién ideo: ligica que tiende a desbumeniasrlo primero y lego, eorresponden, en resumidas cuentas, si cretas que apuntan al mismo resultado, Estar mistficado es 48, poco'o mucho, evalar el mito y conformar a él la propia conducts, es decir, proceder do acuerdo al mismo, Y sucede ‘que aquel mito, ademis, esté <élidamente epoyado sobre wna organizacién bien reel, una adminstracién estetal y una jus riaticeién, y To alimenten y renueven las exigencias hist rieas, econdmicts y culturales del colonizador. Aunque el colonizado fuera insensibe a la calumnia y al desprecio, aun- (que se encogiera de hombros ante ol insulto o el atropello, {eémo habria de escapar a los salarios bajos, a la agonia de ‘i cultura, « Ia ley que lo rige desde su nacimiento hasta su muerte? Del mismo modo en que no puede escapar # Ie mistificae cién-colonizadora, no sabria sustraerse a esas situaciones concretas, generadoras de carencias, En cierta modida, el re- tuato real del colonizado es funcién de eata conjuneién. In virtiendo una férmula precedente, podemos decir que Ia co lonizacién Sobrica eolonizados asi como hemos visto que far brica colonizadore, El colonizado y le historia... La carencia més grave que experiments el colonisado Ia constituye el hallarsesituado fuera de la historia y fuera de 4a ciudad. La colonizacién Je euprime toda pantcipacién Tibre asf en Ta guera como en la pas, toda decisién que con- leibuya al destino del mundo y al propio, td responssbili- dad histéria y soil, Ciertamente auele suceder que los ciydadanos de los pefses libres, sumidos en el abatimiento, se digan que no son na a en los asuntos de 1a nacién, que su accién es irrieoria, 102 A 8 vooes no se escuchen, quo Tas elecciones son fraudu- La prensa y In radio estin en mance de unos pocos, ‘no pueden impedir la guerra ni exigi Ia paz, ni siquiera ob- tener de sus elogidos que reepeten, una vex electos, aquello por la que se los envié al Paslamento... Pero en soguida re- ‘onocen que tienen el derecho de hacerlo; el poder potencial i no efectiva: que son engafindos o estin eansades, pero son exclavos. Son hombres bres. momentineamente. vent dos por la astucia o sturdidos por la demagogia. Y a veces, txcedidos, monten en sibitas eSleras, quiebran sus cadenas de piolin y trastrugcen los pequefios.céleulos de los politicos La memoria popular conserva un orgulloso recuerdo de esas justas tempectades periédicss, Bien pensado, mis bien se seusasian de no rebelarse més a menudo; después de todo, son responstbles de su propia libertad y si por fatiga 0 de- Uilidad, 0 escepticismo dejan de uiliatla, merecen sac El colonizado en cambio, no se siente ni respo culpable, ni eseéptico: esté fuere de juego. De algin modo no es mis sujeto de Te historia; seguramente soporta au peso, 4 menudo mas ervelmente que los demés, pero siempre como objeto. Ha terminado por perder Ia costumbre de toda par- cidn activa en Ta historia y ya ni sk Por*poco que dure I ‘dena libertad; olvida to que euesta 0 ya no se atreve a pagit su precio. Si asf no fuera, geémo.explicar que tna guerni- cién de algunos hombres pueda mantenerse en un puesto de montafia? {0 que un pufado de colonizadores, « menndo arrogantes, pueda vivir en medio de ana muchedumbre de Fiasta los propios colonisadores se asombran Ii deriva q colonizado de cober- In acusscién es demasiado ufana: saben per- fectamente que si se vieron amenazados au eoledad se quebra idamente: todos los recursos de Ia téeniea, teléfones, telegramas, aviones, pondrfan a su disposiién, en’ pocor nutos, medios ineretbles de defensa y destruceién. Por eada 103 Soe foderuménno? Puede pele elena de te rae lliendo par ees ranean ae & vib aud enero ie ea iad canna Nada one cna Be eh teva dou sable 9 Semester ae aie Trdaenavn primal Spee et ie tr de eo rennin aca Hen Chuva ape i bey anus de Canton putin, ois nea de mimo eet ncanl= on ae ame tee gue In nena Ie ead a ade Se ‘eatin dl aad, Pole cia ee gps bs moda nn el mn se ee os condone ates tee atone tea iv tee cndons gu or akg ee ‘tm fv thins ex sero cee ea Bcalonindo mo gun te ning 9c ha se a seh oJ npn deer Se "nid ni seamen dee del ibe ae crs ride nt a ae wre de a tain Joma‘ scat ay A loedretos dl eidadano modem, ise talons Ss fs ihr ase muy a pra lo aso came purl tan ene age fina “ccna 8 nn, eto ce at ane epee fe ene ddan ton forge ree, ace noes sn quo deca eee El nig colonizado Esta mutilacign social e histévica ¢s probablemente le més rave y Ta mis preiada de consecuencias. Contsibuye a ge 106 nerar las carencias que precentan los otros aspectos de 1a vida del colonizado, y, por un efecto de retorno, frecuente en Toe procesos humanos, se ve alimentada por lus demés debili- Aades del colonizado, Al no considerarse ciudadano, el colonizado pierde igual mente la esperanza de ver a su hijo convertido en tal, Muy pronto, renunciando a ello Al reepecto, lo elimina de deja mismo, no hace més proyectos = mbilones paternales no Te singin lugar ea ou pedagogia. En consecuenia, nada irk al joven colonizado Ta confianza y el orgullo de oa idanfa, No esperard do ella ventjas, nf estard preparado para anumic sas eargas. (Con seguridad menot le sugeritd ‘0 edcacign escolar, donde Tas alusiones a Ia ciudad, a ln dann sempre con referencia a la nacién eo } “Este hueco pedagigico, resultado de Ta carencia social, viene entonces a perpetuar esta misma carencia, que Tega a scr una de Tas dimensiones etenciales del individu cclontado, Mis tarde, adolescente, apenas entreyé la salide «una sic tusciée fom Wien cerado, La rebelidn contra el padre y Ja familia ee un ci sano ¢ indispensable a au propio aeabado: Te pen omenaar Ia vide do hombres mieva batalla flix y desgr siada, pero en medio de os demas hombres, El confit inter. nerational puede y debe resolveree a el conflito scil; invertumente e8 de este modo factor de movimiento y_pro- greto, Las jévenes genoreciones encuentran en el movimiento flectvo la solucién de sus dificltades, y al legit el tao- ‘imino To accleran. ero ain ex precio que ese movinien- to aon posible, Pues, zeobre qué vida sobre qué dindmica social se desembaea aqut? La vide de la colonia Jada; sus extraturasestin encoretadas y eclroxades ro tiempo. Ningin nuevo rol se Te ofrece al hombre joven, nies posible ninguna iavencién. Ee To que el colonizador re- anoce con un eufeniamo que se ha vuelto cisico: proclama sed amici CSREES respetar los uses y costumbres del colonisado. Y cleitamen- te no puede sino respetorlos, aunque fuere «la fueraa, Siew. de que todo cambio no puede hacerse sino contra la colon. ‘acide, e) colonizador es Tlevado a favorecer a los elementos retrégrados. No ea él et nico responsable de esta momifi tacign de la sociedad colonizada; es con reletiva buena fe que seatiene quo ella es independiente de su sole volunlad. Sin embargo, se deriva ampliamente de la sitwaciin colonial. Al no ser ducfia de su destino, al no ser ya su propia legsladora, sl a0 disponer de su orgrniencién, la sociedad colonizads y8 no puede scordar sus inttuciones a sus necesidades pro- fondas. Pues son sus necesidades las que modclan el recto institucional de toda socieded normal, por lo menos relat mente, El rostro politico y administrative de Francia so ha trnaformado progresivamente a lo largo de Jos sigs bajo 8 presién constante. Pero ai Ix discordancia te torna deme sindo flagrante, © imposible de reali smonia. con li formar legales pxistents, se produce Ie revoluciin o le co- La sociedad colonizada es une sociedad malsana donde In inimica intema no lege a desembocar en eatruciras nue vas, Su rostro endurecido desde hace siglos no es we tune méscare, bajo Ta cual se ahoga y agoniea lentamente, Uns sociedad tal, no puede resolver los conflicts inerge. neracionales, pues no a= doje transformar. La rebelién del adolescente colonizado, lejos de resalverse en movimiento, en Drogreso social, no puode sino hundire en los pantanos de Ia fociedad colonizada. (4 menos de que se trate de una rebe- Yon absolut, pero luego volveremos sobre este punto), Los valores-rfugio ‘Tarde o temprano, se vuelve. en consecuencia «-posiciones ae replicgue, es decir, a los valores tradicionales, De esto modo so explice 1a sorprendonto supervivencia de Ja familia colonizade, que se ofrece como verdadero valor ‘efugio, Salva al colonizado de Ix deveeperacién de wma Aerrota total, pero en cambio, se encuentra confirmada por te constant aporte de sangre nucva. Fl joven se casara, se transformaré en padre de familia devoto, en hermano sol Aario, en tio responsable, y, hasta que tome el lugar del ps dre, en hijo respetuoso. ‘Todo esti nuevamente en orden: Ia rebelién y el conflicto han eonducido a la vietoria de los pa- Ares y de la tradicién. Pero es una trate vicloria. La eociedad colonizada no s0 hhubré movido ni medio paso; pure el hombre joven es una catéstrofe interior. Definitivamente permancceri aglatinado « esta familia, que Te oftece ealor y ternura, pero que lo incuba, lo absorbe y lo castra. {La ciudad no le exige de- Deres completos de ciudadano? {Se los negarin si siquiera sofia con reclamarlos? {Le concede pooos derechos, lo prohihe toda vida nacional? En realidad, ye no neceste im- periosamente todo eso. Sa ubicacin just, siempre reservada en Ia dulce insipides de lav reuniones de clan, lo colma. Te- meria salir de alli. Ahora de buen grado, se somete como Jos demés a la autoridad del padre y 20 prepara pare reem- plazarlo, El modelo es débil, su universo es ol de un-vencido. Pero, qué otra salida le queda? ... Por una curiosa paradoja, dl pedre es a In vez débil ¢ invasor, a causa de hallaryo completamente adoptado. EL hombre joven estd ye listo para invewir ou rol de adult colonizado: es decir, para aceparse como ser de opresién. Lo mismo suoede con el indiscutido axrastre de una reli- ign al mismo tiempo vivax y forms]. Complacientemente, los misioneros presentan este formalismo como raego even- cial de Jes religiones no cristianas, sugiriendo de eate modo que In Gnioe manera de desprenderse de él serfa pasarse 9 In religién de al lado. De hecho, todas las religiones tienen momentos de forma 108 lismo cocrcitivo y momentos de indulgente fexibilidad. Que- dda por explicar por qué, tal grupo human, en tal periodo de su historia, experimenta uno w otro estadio. {Por que esta gidee profunda de las religiones coloniales? Seria indtil echar los cimientos de una psicalogin religions particular al colonizado; o reearrir a la famoss naturalera ‘que-tode-lovexplica. Si bien acuerdan eierta ateneién al he: cho religioso, no he notado en mis alumnos coloniales una religiosidad superabundante, La explicacién me parece vet paralela a le del arvastre familiar. Noe trate de una psi talogia original que explique la importancia de la familia, tide que la intensidad de Ie vida familiar explique el es dd Jas estructuras sociales. Se trata, por el couttario, de que Js imposibilided de una vide social completa, de tn libre juego de la dinémica social, mantienen el vigor de Ia famni- lis, y repliegan al individuo a este eélula mds restriagida, ‘que lo salva y Io asfixie, Del mismo modo, el estado global de las inattuciones colonizadas, da cuenta del peso abusive el hecho religioso, : (Con su red instituciosal, sus fiestas colestvas y periddicas, Ja religign constituye otro uelor-refugio; tanto pary el indi viduo cuanto para el grupo, Para el individuo se ofreee como vox de las raras lineas de repliegues para el grupo es una de las raras manifestaciones que pueden proteger #4 exie teneia original. Al carecer In sociedad colonizada de estruc- uae nacional, l no per imlaaae un fry istic, icbe contentarse con el entorpecimiento pasivo de su pre: seate. Ese mismo presente, debe sustraelo a la invasién conquistadora de Ie colonizacién, que 1a cerca por todas pries, In penetra con su técnica, con su prestigio frente a las jvenes generaciones. El formalismo, del cust el formalismo joo 8 sélo un aspeci, es el quiste dentro del cual se y se endurece, redueienda su vida por salvar, ‘spontinea de autedefensa, medio de salvaguarda de Ia conciencia coletiva, tir ripidamente. En medio de les condiciones de dependencia colonial, la emancipacién religiosa, asf como le explosién + dela familia, hubiera comportado un grave riesgo de muerte para la sociedad colonizada, ‘Su esclerosis es consecuencia, elonces, de dos procesos de signo contrario: un enquistamlento nacido de su interior y un corset impuesto desde el exterior. Los dos fenémencs tie» nen un factor comin: eu contacto con la calonizacién. Con vorgen también a un resultado comin: la catalepsia social histéricn del colonizado. La amnesia cultural ble para ol colonizado es la Entndole negada la asimilacién como lo veremos, no le queda sino vivir fuera del tiempo. La colonizacién lo constrife ello y en cierta media, el colonizado xe adapta. Viéndose privado de proyectar y construir un futuro, se Dredente, y ese presente mismo es abstracto y esté mutilado. ‘Agreguemos ahora que dispone cada ver menoe de su pasado. El colonizador ni siquiera ha conocido est pasado; y todo el mando sabe que el plebeyo, cuyos orfgenes 1e ig- foram, eareee de él. Y hay algo mis grave. Preguntemos al ‘miamo colonizado eusles son sus héroes populares, sus gran- des Tideres, sur sabios. Apenas podrd soltar algunos. nom- bres, en completo desorden, y cada ver menos a medida que se desoiende en les generaciones. BI colonizado parece cone denado a perder progresivamente la memoria, El recuerdo no 5 un fendmeno de puro espiritu. Del mis ‘mo modo que Ia. memoria del individuo es el fruto de historia y au fisiologia, Ia de un pueblo descansa en sus ins- titueiones, Ahora bien! las insttuciones del colonizado estin ruertas 0 esclerosadas. No cree en absoluto en aquelias que ‘mantienen una apariencia de vida, pues verifia on inéfieac todos Tos dias; llega a avergonzarse de ellas como de un ‘monumento ridfeulo y eaduco. Por al contrario, toda la fi cial, parecen acaparados por I ddor. {El colonizado neseste ayuda? Ea a ellas a les que 20 dirige. {Ha cometido una falte? De ellas rcibe Ia sancién. Infalteblemente termina frente a'los megistrados colonizado- re. Cuando por casualidad un hombre de eutoridad viste chechia tendré ln mirada buidiza y el gesto mis duro, como ‘i quisiera provenir todo lamado, como si extuviera bajo Ia vigilancin constante del colonizador. zLa ciuded se viste de fiesta? Se trata do les fiestas del colonizador, incluso las religiosas, que ve celebran con magnificencia: Navidad y Ta fiesta de Juana de Arco, Carnaval y el Catorce de Julio-.., son los ejécitos del colonizador los que desfilan, los misinos ‘que aplastaron al eolonizado, que lo mantienen en su Tugar Y que lo volverfan a aplastar si fuera precio, Seguramente en virtud de ox formalisio, el colonizado conserve todas sus fiestas religicess idénticas sf mismas desde hace siglos. Precisumente, son las inions fietas rel losis que, en un sentido, estan fuera del tiempo, Mis exac- ‘tnmente, s€ encuentran en el origen del tiempo histrico, y zo en Ia historia. Desde el momento en que fueron inaiui das, no ba sucedido nada més en Ia vida de ese pueblo, Ne de particular a su existencia propia, que merezea ser reoor- edo por la conciencia colectiva y festoedo... Nada més que un gran vacio, ‘Las pocas hnellas materiales de ese pasado, finalmente, se borran poco a poco, y los vestigios futuro, no Hevarin ya la ‘area del grupo colonizado. Las pocas estatuas que jalonan Jn ciudad representan, con un increible desprecio hacia el colonizado que las bordea dia a dfa, los hechos aalientes de Ia colonizacién, Las construcsiones adguicren las formas amadas por el colonizador, y hasta los nombres de las calles recuerdan a Tas Iejanas provincias de donde proviene. Es cierto que lega a suosder que el eolonizador produzca un ‘estilo neoriental, del mismo modo que el colonizado imi ‘wel eatilo europeo, Pero no se trata sino de exotismo (viejas srmas y cofves antiguos) y no de renacimiento. El colon. ado no hce sino evita su pasado. ia, todo el dinamismo 90 intituciones de) coloniz a escuela del colonizado {GA través de qué oe tranemite ain Ia herencia de un pueblo? ‘A través de Ix educacién que imparte a sus hijos y del ervorio enriquesido sin cesar por ‘modo se Tegan e inecriben en la Historia las tradiciones y las adguisiciones, las costumbres Y las conquistas, Ios hechos y los gestos de la generaciones Precedents. ‘Alora bien: tin en las calles, Y aguél que tiene de ser acogido en una exeuels, no se sa ‘a memoria que se le esigna no es eeguremente Is de #0 pusblo, La historia que se le ensefia no es la suya. Sabe 4quién fue Colbert o Cromwell, peco no quien fue Khamnadar; uién fue Juana de Arco, pero no la Kahena. Todo parece aber sucedide mas allé'de su casa; su pals y él mismo ‘stin en el ize, 0 no existen sino por referencia a los glo Jos feanoos el Maznes por referencia « aquello que él no es, al cristianisme, siendo que 61 no os eristino, al Ocsidente que se detiene ante su nariz, sobre una Tinea tanto mis in- Sranqueable cuanto que es imaginaria. Los libros le hablan de un universo que no recuerda al suyo en nada; el nifito se Hema Tots y la nifita Marfa, y en las noches de invierno Maria y Tots, vlviendo a eu casa por caminos cubiertas do nieve, se paran frente al vendodor de eastafias asadas. Fi ralmente sus maestros, no asumen la continuacién del pa- la gran mayaria de lot niGos colonizados os- sportunidad insigne i nacionalmente uz is dre, no son Ton rereledores presisiosos y todos Toe macsros del mund cia no ve. oper, ti del nif’ al mecsro, ni (demasiado a ‘menudo, bay que confeslo) del muesito life, Y eae €1 nfo 'losinte perfectamente, ‘Un anlguo. compere de clase re confess que la literatura, les ate, la fla ian permaneido. pura &! como efecivemenis extagen so pertensenes aun unio enc, dels cout Solo fran 'une larga estedn en Paris, comene6 a anumislas verdes deramente, Si la transferensia cabs por operarse nos sn peligro: al testo y Ta escuela represen un tniverso demasiado diferente del universo familiar. En ls dos ensoy inaente lejos de preparar al adolescenie para asumine totalmente Jn excuela eotablece en au teno une defiiive dulided, I biliigdismo colonial Este desgarramiento esencial del colonizado se encuentra parclarmente expreeado y simbulindo en el bilingisme Et colonizado no se salva del analfabetsmo sino pare cace en el dualismo lingiftico. Y esto si tiene esta oportunidad, La mayoria de los colonizados no tended manea la buenos suerte de sufrir los tormentes del bilingite colonial. Dis. Pondré sélo de au lengua madre, es decir, una lengua no cserita ni lelda, que no permite sino la incite y pole cul ‘ura oral Es cierto que grupitos de letrados se obstinan en cultivar a Tengua de su pueblo, en perpetussla en sus explendores sabios y pasados. Pero ests formas sutiles hen perdido con tiempo todo contacto con la vids cotidiana, se han tornads ‘optcas pera el hombre de Is calle. El colenizado lat eon a a a sidera‘eliguias, y 2 esos hombres venerabl ue viven un viejo suede. Teclusive si el ‘habla madre permitiers al menos una in- cursién actual sobre Is vida social, 0 atravesara las. venta uillas de las oficinas pablicas w ordenara el trifico postal, Pero no es asf. Toda le burocracia, In megistatura, la téoe nice, no comprende ni utilize sino la lengua del colonizadon, del mismo modo que los mojones indicadores de distancias en Ies ruta, los tableros en lag estaciones, las chapas con los nombres de las calles y los reeibos, Provieto tnicamente de mu lengua, el colonizado es un extranjero en sa propio pats, En el contexto colonial, el bilingtimo es nevesarioy Es tondicién de toda comunicacién, de toda cultura, de todo brogreso. Pero el hilingic colonial no ve salve del empare. amiento sino pars sufrir una catistrofe culture, munca completamente euperada, La falta de coincidencia entre le lengua madre y Ia lengua cultural no es exclusiva del coloniaado, Pero el bilingisme colonial no puede asimilarse a cualquier otro dualismo line aifstito. La posesién de dos lenguas no es slo la posesiin de dos instromentos, es la participacién en dos reinos psfqui- os y cultures. Ahora bien: aqui, las des universos simbo- lizados, expresades, por las dos lenguas, estén en conflicor son el del colonizador y et del eolonizade, Por otra pars, Ia lengus madre del colonizado, In que se mutre de sus sensaciones, sus pasiones y aus suefion, aque Ma en ta que se liberan su ternura y aus sorpresay, aquélla ‘qe encubre, finalmente, la mayor earga afeciva, es, preci: samente, /a menos ealorisada, Carvce de toda dignided en el pats o en el concierto de Jos pucblos, ‘Si el colonizade quiere adquirie un ofici, construir su lugar, existir en la ciudad y en el mondo, en primer lugar debe plegarse a le lengua de Jos otros, ln de los cglonizadores. sus amos. En el conflicto ingditico en el que vive el eolonizado, su lengua ‘madre ea la humillada,-ln aplastads. Y él termina por haoet us saan. Rae ean eee met sree suyo ese desprecio objetivamente fundado, Por at mismo micnza a descariar esta lengua valetudinaris, « cxcénderla 1 los ojos de los extranjeros,a.no parecer eémodo sino usando a lengua del colonizador. En resumen, el bilingiismo co- Tonial no es ni une diglosi, donde coexisten un idioma po- ular y una lengua de purists, pertenocientes ambas al ‘mismo univereo afectivo, ni una simple riqueza poliglta, que se beneficia de un teelado suplementario pero telativerente nentro, Se trate de un drama lingifstico, s+ ¥ lea situacin del esertor Uno se azombrs de que el colonizado no tenga una litera: tura viva en su propia lengua, ;Cémo te dizigiia « ells, deede que Ia desdefia? {Cémo vuelve la espalda a si music, 4X sus artes plisticas, a toda su cultura tradicional? Su ambi- agdedad lingdfstica esol simbolo y una de les mayores cat dle su ambigiedad culture. Y la situacién del escrtor colo- nizado es una perfestailusteacién de esto. Las condiciones materiales de Ie existencia del colonizado bastarian, es cierto, para explicar su rareza, La miseria de la gran mayoria reduce al extremo las posibilidedes estedis- iets de ver nacer y erecer un eseritor. Pero Je historia nos ‘muestra que no hace falta sino una clase privilegiada para proveer de escritores a todo un pueblo. De hecho, el papel del escrtor eolonizado es demasiado dificil de sostener: él encama todas Jas ambigiedades, todas les imposibilidades del colonizado, levadas a su grado miximo, ‘Supongamos que haya aprendide « manejar su lengua has- tw recrearla en obras escrtas, que haya vencido su rechazo profundo a servirse de ella; {para quién eseribiria, para qué pblico? Si se obatina en escribir en su Tengua, se com dena a hablar a un auditorio de sordas, El pueblo ex inculto Y¥ no lee ningin idioma, los buegweses y los lettados no com 6 HTT RRR eT Br prenden sino el del colonizador. Le queda wna sola salida (que ae presenta natural: esoribir en Ia lengua del colonies dor. {Como si no hiciers asi otra cosa que cambiar de di ficultad! Ex necesario seguramento que supere su handicap. Si bien el bilingie colonial tiene Ta vertaja de conocer dos Tenguas, no domine totalmente ninguna, Bato explica igual mente Ta lentitd con que nacen las literatures colonizadas. Hace falta malbaratar mucha materia humana, wna multitud de golpes de dados para tener la chance de una bella casus- lidad. ‘Después de lo cual resurge la ambigicdad del excri- tor colonizado bajo una forma nueva pera més grave iCurioso destino escribir para un pueblo que no es el Dropio! jMis curioso aiin escribir paza un pueblo que es el vencedor del propio! Uno se asombra de la. aspereza do los primeros escritores colonizados. zOlvidan acaso que 36 irigen al mismo piblico caya lengua toman prestada? No se trata sin embargo de inconaciencia, ni de ingratitud, ni de insolencis. Precisamente a este pablice, dosde que £0 ate- ven a hablar, zqué van a decizle sino sa malester y su re Delién? Se eeperan palabras de pax de aquél que padece luna larga discordia? ZResonocimiento, por un préstatno eu os intoreses son tan gravowos?. Por un préstamo que, por Jo demés, no seré munca més que un préstsmo, A decir verdad, abandonamos aqui la dee. cripeién por a previsin, [Pero resulta tan legible, tan evidente! La emezgencia de una literatura de colonizados, Ja toma de conciencia de los eseritores norefricanos, por ejemplo, no es un denémeno aislado. Participa de Ia toma de conciencia de sf de todo un grupo humano. El fruto no ex un actidente © un milagro de Ia planta, sino el signo de ‘sx madures, Cuando més, el suxgimiento” del nizado se adelanta un poco a la toma de conciencia colectiva de ln que participa, y a la que acelera al participar de ella. Paes Ta reivindicacisn més urgente de wn grupo que se ha ut recuperado es sin duda la leracién y restoureciin de sw lengua. Si me asombro, en: verdad, es porque uno puede asom- brarse, Sélo esta lengua permitiria al colonizedo veanudar 4 tiempo interrumpido, reencontrar su continuidad perdida ¥ la de su historia, La lengua francesa zes slo un intra ‘mento eficar y preciso?. 20 es ere cofre maravilloso donde ‘© acumulan 1os descubrimientos y Jos logros de los escrito. 285 y los moralistas, de los fildsofo y lo snbos, cle Tos hiroes ¥ Tos aventureros, donde se transforman en wna leyenda tink x Tos tesoros del espirity y del alma de Tos francescs? EL excritor cilonizado, que légé penossmente « la ati aacién de Tas lenguas europeas —Ias lenguas de Tos colon adores, no lo olvidemos— no puede sino servire de ell pera reclamar en favor de la suya. No hay en esto i ineche= rencia ni pure seivindicsciéu © ciego resentimiento, sino ‘usa nevesidad, Si no lo hiciera, todo au pueblo terminaria Por hacerlo. Se trata de una dingmica objetiva a la cul, 3 cierto, & aliments, pero que lo autre y continueria sin él. A hacerlo, si bien contribaye a liguidar su drama de hom. bre, confirma y aventin au drama de escrtor. Para conei- Tine su destino consign mistio, podria tratar de eseribir en 1 lengua madre, Pero no se rehace un aprendizaje seme- jante en el lapso de una vide. El excrtor coloniaado esté condecsdo © vivir aus divoreios hasta au muerte, El pro biems no puede cersarse sino de dos maneras: o por agota niento natural de la literatura colonizads (las préximas gee nersciones, navidas en 1a Ubertad, escribirdn expontinca mente eo su lengua reencontrada) , sin esperar tanto, otra posibilidad puede tentar al esctitor: decidir pertenoeer to: lalmente a ls literature metropolitana. Dejemos de lado los problemas éticos proverados por tal actiud, Se trata ene tonees del suicidio de la literature colonizads, En las dos perspectias, silo el plazo os diferente: fa literatura coloni- sada en lengua europea parece condenada « morir joven, ne BL sor de carencié Todo sucede finalmente, como si la colonieacién contem- «,porines fuera un yerro de la historia. Por su fatalidad pro- pia y por egoismo habré frustrade todo, habré profanado © todo To gue tocé. Habré podrido al colonizador y deatruido Al colonizado. ara hacer mejor su triunfo, ha protendido hallatee al ex- clusivo seivicio de si misma. Pero al excluis al hombre eo lonizado por cuya tnica mediecién hubiera podido sefelar ‘ln colonia, se ha condenado.a permanecer extranjera en ella, yen consecuensia, neesariamente efimers. Sin embargo; de su suicidio es sélo responsable ante sf misma. Més imperdonable os su erimen histdrieo contra el colonizado, a quien habra arrojado al costado de la rata, fuera del tiempo contemporineo, La cuestiin de saber si'el colonizado libredo a sf mismo hubiere marchado sl mismo ritmo que los demis pueblos to tiene gran signifieacién. Ry puridad de verdad, no saber ‘mos nada de eso. Es posibll que no, Ciertamente no es slo ol factor colonial el que expla el atraso de un pueblo. No todos los patses han seguido el mismo ritmo que los Ei tados Unidos Inglaterra; eada uno tuyo sus causas pattie calares de atraso y sus propios frenos, Sin embargo, cade 'uno marchS con su propio paso y por si camino. Por lo dems, jse puede legtimar la deagracia hist6ricn de wn pac- blo por las dificutades de los ottoe? Seguramente los colo- nizados no aon las cinieas vietimas de Ia historia, pero le Aesgracia histériea propia de los colonizados fue Ia colon scién, En esto mismo falso problema desemboca la pregunta que ‘tanto preocupa « muchos: 4 pesar de todo, jel colonizedo no st ha beneficiado con la colonizacién? A pesar de todo, zl alonizador no ha abierto carretera, construido hospitvies ¥ eseuelas? Esta restriceién a la vida tan mala, yuolve us + desir que Ia colonizacidn fue a pessr de todo posiiva, pues sin ella no lubiera habido ai eatreteras ni hospitelea, ne fuclas. {Qué sabemos aceres de eso? Por qué debemos suponer que el colonizado se habia quedado congelado en el estado en que lo hallé el colonisador? Se podria igual- ‘mente afirmar Jo eootrario: si no ae hubiera producide la solonizacién habria més escue'ae y més horptales. Si se conociera mejor Ja historia tunecina se hubiera visto que el pals estaba entonees en pleno parto, Después de haber ex- luido al colonizado de la historia, de habesle prokibido todo futuro, el eolonizador afirma su inmovilidad raigal, asada y definitive, Por lo demas, esa ebjesién no perturbe sino a quienes fallen dispuestos a serlo. He renanciado hasta aqut a la comodided de las cifras y Ine estadfstieas. Seria el mo mento de recurrir diseretamente aellas; jas varias décadad de colonizaciéu la multitud de nifios en lae calles sobrepasa ae tan lejos al némero de los que estin en clase! {EL nie mero de comas en los hoapitales ex tan irrisorio frente al rmimero de enfermos, Ia intencién de quienes trazaron las carreteras es tan clara, tan desprendida respecto del calonie zado, tan estrechamente sometida a las necesidades del co- Tonisador! “Verdaderamente, para tan poco Ia eolonizacién 10 era indispensable. gE acaso audacia pretender que ol Tines de 1952 hubiera de todas maneras muy diferente al de 1881? Existen fimalmente otras posibilidades de influencia y de intercambio entre Jos pueblos ademés de Ia dominacién. Otros paises Pequefios se han transformado smpliamente sin haber nece- sittdo que se Tos colonizara. De este modo numerosos pafses de Europa central. Pero desde hace un momento muestr interlocutor sons, excite, A pesar de todo, no se trata de la misma cosa ... 120 * patees estén poblados por europeor éPor qué? {Usted quiere decir, no es cierto, que exos Ea aad , . Ahi est, sefior! Usted es simplemente’ racist, En efecto, volvemos agut al mismo prejuicio fundamental. ‘Los earopeos eonquistaron el mundo porque su naturaleza Tos predisponia a ello, los no europeos fueron colonizados porque st naturaleza los condenaba a serlo. ‘Vamos, seamos serios y dejemos de lado el racismo y esta rmaniade rehacor la historia. Dejemos de lado inclusive el problema de Ta responsabilidad inicial de la colonizacién 2Fue resultado de Ia expansién capitalista 0 emprest con lingente de voraces hombres de negocio? En definitiva todo fe tan import Lo que cena le reaided oo tal de la colonizacién ¥ del colonizado. Ignoramos en ab+ solato qué hubiera sido el colonizado tin la coloniacin, pero vemos perfectemente en qué se ha convestide a cousa de Ie colonizacién, Para dominarlo y exploterlo mejor, el calonizador Jo ha hocho retroceder fuera del cireuito his rico y social, cultural y téenico. Lo que es actual y ver cable es que la cultura del colonizado, su sociedad, sus ha bilidades, se hallsn gravemente afectedas y que no ha ad- aquirido un nuevo saber y una nueva cultura. Un resultado patente de-la colonizacién es que ya no hay artistas y to- avin no hay técnicos colonizados. Es cierto quo existe tam- Diéa una carencia téeniea del colonizado, ‘Trabajo érabe” dice el colonizador con desprecio. Pero lejos de encontrar all una excusa para su conducta y un punto de comparacién que To favorece, debe ver en ello wi propia scusacién. Ex orto que los colonizades no saben trabajar, Pero, 2dénde se Jes entefé a hacerlo, quién les inculos 1s téenica moder- ra? {Dénde estén las escuelas proferionales y. Tos centrot de aprendizaje? Usted insste demasiado, se dico a voces, cerca de In the- nica industrial. ZY Jos artesanos? Yea usted esta mesa de m1 ‘made Mans. {Por qué esi hatha con madera do ean 2¥ mal termined, nal pid, oi pitadeaf Desizede? Ey Siero, est deserpion es exaca, La ince coele ea sen es mes eT rp snr hho astra por le dicién, Peo eno tur emesis 4! pedid ol que sui Iceni Abate len che ain ean hecas esas mest? El eompredar vo, fens ene Au pagar ss glpes de cepllo suplomenariey nie tasty ai le pinta. En consecutica, ls meme sigan ene bias de cajn mal anid, donde Tos npuees de fs caves auetan sbiertoe hecho weifiabe e que Ia coloiaiga ones pra el coloisado un ead de caenin,y que toes le caver te sotonen y alimentn ene ce La wo indualalnen Is alts de desrolo sic dl pts cotuce al etl ttmientoeeninin del eonzado, ae icy ch nivel de vide do las mases colonia impilon gue cits ltzic, asf como impiden quel tee oe perfecroney cre. Las cane dns som le oeptve el Celonidor que st eniquce mis vendiendo mies fo tm que compton con a inutiametopl or To dems, sstomn foncions en cieulaadguine Autonoma en In devgraca, Sis hubiran eanleide wae cents de eprenizajo 0 incisive universal, date ee Ficran selado al elonizado, que no hie easperaie al egresar, empleo alguno para ‘su saber. {En un ‘pais al que’ Ie fal de toto, os pons igeners cloning comneguido obtener sut diplomas sn enplesdos cons big, Cras o doceneel La sociedad slonzade ne aa ne Cesiad deca de \nieon y no la sua Pero flee itd del que no es adipentatte ‘La mano debe se tals esintercambisbles Zpor qué pagule « sje pect Ais auere do mos his nd em enone ateso tenslgito del clonizad sumone yet rete jutficar el despreio que inp, Coseeh nc ae pparece— la distancia que lo separa del colontzador. Y no es ineracto que la ditancin teenoldgica sea una causa parcial de a incomprensién entre las dos partes, El nivel general de vida del colonizado es tan bajo a menudo que el contacto es casi imposible, Se sale de ello hablando de la edad me- dia colonial. Se puede proseguir de este modo por large tiem- po. El uso y gooe de las tEnicas erean tradiciones tecnolé- ices. El nifo francés, el nito italiano, tienen ocasién de manipular un motor, uns radio; eatin sodeados por los pro- ductos de le téenica, Muchos colonizados esperan dejar Ia cata paterna para poder aproximarse a Ie més minima mé- quine. ;Cémo habrian de tener el gusto por Ie civilizacién mecanizada y la intucidn de la méquina? Todo en el colenizado, por fin, et carencial; todo contri- buye a enrenciarlo. Inclusive au cuerpo, mal nutrido, enclen que y enfermo, Mucho palabrerio se ahorrar{a si antes de inoiar cualquier discusién se comenzara por plantear: en primer Ingar, esté le misevia, colectiva y- permenente, ine ‘mensa. Lt simple y estipida’ misoria biolégies, el hambre crdnica de un pueblo entero, Ia subalimentaci6n y la enfer- medad. Con segurided, desde Iejos esto suene un poco abs- tracto, y harin falta una imaginseién alucinatoria para que 0 fuera ast. Reeuerdo equel dia en que el coehe de Ta “Automévil Tunecine” que nos transportabs hacia el aur se detuvo en medio de una multitad euyas bocas sonrefen, pero euyos ojos, casi todos los ojos, se vertian cobre las me- jiflas; donde busqué con malestar una mirada que no fuera {racomatoss donde pudiera reposer Ia mS. Y la tuberculosis, Ja siflis, y eros euerpos esqueléticos y desnudos que se pa ean entte las sillas de Tos cafés, como muertos vivientes ‘pegajoson como moreas, Ine moscas de nuestros remordi- os Wh, nol —exclama nuestro interlocutor, jeste mi seria estaba allf! Nosotros la encontramos al llegar! Sea. (Ver, por lo demés; el habitente de las villas miseria 123 cena eS 2.8 menudo un fellak desposeido.) Pero zoSmo podria sos fenerse tanto tiempo un sistema social ast que perpetia tar les miserias —suponiendo que no las eree?” ;Cémo hay quien fe alreve comparar Ins ventajas y los inconvenieates de Ja colonizacion? ;Qué ventas, asi fueren mil veoee mie importantes, podrian hacer acrplar catéetrafes semejente, in leriores y exteriones? 14 Las Dos RESPUESTAS DEL COLONTZADO iABE jNo son nada bellos el cuerpo y la exza del colo- nizado! No es sin perjuicio que se sufte el peso de tamafia desgracia histrica, Si ol rostro del colonizador ex el rostro diosa del opreaor, el de eu victima ciertamente no exprest 4a armonia y Ia calma. Segin el mito colonialista el oolo- nizado no existe, pero sin embargo es reeonocible, Ser de opresién, es fataimente un ser de carencia, Después de esto c6mo puede creerse que pueda xesignaree nunca? gAcoptar la relacién colonial y esta cara de sufti- miento y desprecio que Ie asigna? Existe en todo eoloniaado tuna exigencia fundamental de cambio. Y debe ser inmenso €l desconecimiento del hecho colonial o el enceguecimiento interesado como para ignorarla. Para afirmar, por ejemplo, que la revindicacién colonizada es producto de unos poces intelectuales o ambiciosos, de la decepcién o ol interés per: sonal. Lindo ejemplo de proyecsién, dicho tea de paso: ex: plicacién del otro por el interés ea quienes no se hallan Imotivados sino por el interés. En resumen, el rechazo del ido es considerado un fendmeno de superficie, on cust to oe deriva de la naturaleza misma de la situacién colonial. El burgués sufre mis el bilingiismo, es cierto; el intelec- intensamente él desgartamiento cultural. EL snalfabeto en cambio, esté emparedado en su lengua simple- ‘mente y rumia las migajas de le culture oral. Aquéllos que comprenden su suerte, es cierto, se tomnan impacientes y no soportan més la colonizacién. Pero se trata de los mejores, y ellos no hacen sino traduoir Ie sf no fuera, Zpor qué se Tos escuche tan pronto se los entiende tan bien y se los obedece? 125 Si so lige entender el hecho colonil, debe edmitinse quo inesiable, que su equilibrio se halla emenazado sin cesar Ls gonte puede arreglarse en cualquier situacién y el colo. niando puede esperar vivir largo tiempo. Pero tarde o lem. rano, con mayor o menor violencia, por todo el movimiento de su personslided oprimida, un dia comienza a rechasar su existencia imposible de vivir. Entonces intenta, sucesive o paralelament, las dos salides histricamente posibles. Intente a sea contertirse eh otro, ya reconquistar todas sus dimensiones que le fueron atnpur ‘adas por la colonizacién El amor por el colonizador y el odio hacia s{ mismo La primers tenlativa del colonizado es cambiar de con aicién cambiando de picl. Un modelo tentador y muy prd- xximo se Ie ofrece y se le impone: precisamente el del calo: nizndor. ste no sufre de ninguna de sus carencias, tiene todos los derechos, goza de todos los bienes yao bene con todos los prestigios; dispone de riquezas y honores, de la tenics y Is autoridad. Finalmente, es el otro término de le comparscién, el que aplasta al eolonizado y lo mentiene en Ja servidumbre, La ambicion primera del colonizada serd igualar 1 ese modelo prestigiio, pareeérsele hasta desapa- recer en él, De esto procedimiento, que en efecto supone la admiva- én por el colonizador, se ha deducido la aprobacién de la colonizacién, Pero por una disiéstica evident, en el momento x que el colonizado transige en mayor medida von au suerte, fe sechara a si mismo con mayor tenacidad. “Ex decir que rechaza, de otro modo, Ie situacién colonial. El reehaso hacia Sy el amor por el oiro son comunes a todo candidato « la asimilseién. Y los dos componentes de esta tentativa de Ip beracién estén estrechemente ligadet: el amor por el colo 126 nizador se halla subtendide por un complejo de sentimientos que van desde 1a yergionza hasta el odio por sf mismo. Lo extremo de esta sumisién a} modelo es ya revelador. La mujer subia, aunque fuera insipida y de. taxgos eomunes, parece superior a toda morens. Un producto que fabrics 1 colonizador, una promesa hecha por él, se reciben con confionta, Se copian estrechamente sus costumbres, aus Yer. tides, su slimentacin, wt arquitectura, aunque fueren incon- venicntes para el lugar. El matrimonio mixto es el fin dltimo de este impulso para ios mis audacen Ente arrebato hacia Tos valores eolonizadores no seria tan Sospechoso, sin embargo, si no comportase un reverso seme- jante. El colonizado. no busca eolamente “entiquecerse con las virtudes del colonizador, En nombre de aquello en gue desea convertirse, se enearniza en empobrecetse en separarse con pesar do sf’ mismo, Volvemos « encontrat, bajo una forma diferente, un rasgo que ya sefaléramos, El apleste. riento.del colonizado esté ineluido entre los valores de la én, Cuando el colonizado adopta esos alte, ‘adopta entre ellos su propia eondene. Para liberarse —al ‘menos asf Jo cree— acepta destruisse. Fl fenémeno es com parable a la negrofobia de los negros; o al antisemitismo de los judtos. Hay negras que se desesperan por destizar sus cabellos, que vuelven a rizarse siempre, y torturan au piel por blanguesrle un poco. Muchoe judios, si pudieran, se ‘rrancarfan el alma; esa alma de Ja que se les dice ‘gue 6 irremediablemente mala, So le le declarado al coloni- ado que su misica es un maullido de gato; su pintura, jarabe azucerado, EL repite que su misica es vulgar y st pintuea repugnante. Y si a pesar de todo esta misiea Jo conmucre, si Jo emociona mis que los sutiles ejerciclos “occidentales 4 los que halle frios y complicados; si esa unisonancia de colores cantarinos y ligeramente ebrios regocija su vista, es contra su voluntad que esto tucede, Se indigaa por esto contra si mismo, Io oculta a los ojos de los extranjeros, © ‘firma repugnancias tan fuertes que resultan oémicas, Las ‘mujeres de In burguesia prefieren Ia athaja. mediocre pro- veniente de Europa a Ia joya més pura de su WY son Tos turistas los que se marsvilan ante los prodiutos del artesanado secular. Finalmente, negro, judio 0 calonizado, hay que parecerse cuanto sea posible al blanco, al no judo, al colonizador. Del mismo modo como mucha gente evita cxhibir a sus parientes pobres, el colonizado enfermo de asi- rilaeién oculta su pasado, sus tradiciones, todas aus races por fin, que se han tomado infemantes Imposbilidades de la asimilocién sas convulsiones intesiores y esas contorsiones hubieran podido hallar su fin. Al eabo de un largo proceso, dolororo, ¥ conflictual sin duda, el colonizado. podria quizd haberse fundido en el seno de Tos colonizadores, No existen proble ‘mas en Tos que el desgaste de Ia historia no pueda llevar a cabo algo. Es evestién de tiempo y de’ generaciones. A con in, sin embargo, de que no contengan datos contradico- ios, Ahora bien: dentro del cuadro colonial, la asimilacién se ha revelado imposible, El candidato a la asimilacign Iega casi siempre a cane saree del precio exorbitante que se le have pagar y que nunca termina de saldar. ‘También descubre eon expanto todo cl entido de su tentative, Es dramético el momento en que camprende que he resteblecido a su cargo. las acusacio- nes y condenas del colonizador; que se accetumbra a mi- rar a los suyos con la mirada do su fiscal. Ellos no carecen de defects ni son intachables, et cierto, Existen fundamentes objetives pera su impaciencia contra ellos y sus valores; todo en ellos esté perimido, es ineficaz y ridfeul, {Pero iSon los suyos, es uno de ellos, nunea ha dejedo de serlo! Exos.ritmos en equilibrio desde hace sglos, esta alimentacién 128 eee ae 4 le Hena tan bien Ja boca y el estémago son todavia Tos ‘yor, es & mismo. zDebe acaso, durante toda su vide, tener vergiienze de aquello que en él es lo mis real? que es lo tnico que ne ha tomado en pré fencarnizarse en negarte y, por lo. dem todos Tos dias? Finalmente, tuna agresiGn sistemética contra sf mismo? in embargo, Ta imposibilidad mayor no e halle alli. Pronto la descubre: aunque consionta en todo, to ser vado, Para ssimilarse no eg suficiente despedirse del propio {rupo, es preciso penetrar en otto: entonces encuentra el Fe ‘hazo del colonizador, Al esfuerzo obstinado del eolonizado por superar el dé precio (que merecen, como termina por edmitir, su alraso, 0 debilidad, ou altcridad), a su sumisién admirative, su aplicada, preocupacién por confundisee con el colonizador, Dor vestire como él, por hablar, conducirse como él baste fn sus ties y su manera de hacer Ia corte, el colonizador opone ‘un segundo desprecio: la burla, Declara, y lo expliea, al colonizado, que esos esfuerzos son intiles, que no gana con ellos sino un rasgo suplementario: el ridfeulo, Pues nunca jamés llegard a identificarse con él, ni siquiera « reproducit correctamente su papel. En el mejor de los cases, sino quiere hherir demasiado al colonizado, el calonisador emplearé toda ctnido por el sna ett, Mis brateimene, dri que el colpizado oof sino mono. Y cuanto mie stl ex el mono, culo mejor init mss titel elonznder. Con exe aentn 9 ne olfalo aguzado que desnralla Ie malevolencia, ballast Is Pisa ‘dl mets revlon, en el vstaio on el lengua, Ja “fla de gano™ que tema sempre por dessabrit Tse ‘amente ct bien sertado un hombre’ que tabula ene dos cultura, en efecto, y ol calniado mo sempre ennenes tomo exit. 129 Finalmente, todo esté preparado para que el coloniad: ro pueda Sranqueer el umbral, para que comprenda y admita ‘we este via es un callejn, sin solida y la asimilaeién im- posible. Lo que torna bastante initiles Joe lamentos de Jor huma- nistas metropotitanos, e injusios sus reproches ditigidos al colonizado: ;Cémo se atreve te « rehusar, se asombran, esta sintesis generosa en la cual —murmuran— no puede sino salir gannneioso? Es el colonizado el primero en desear Te asimilacién es el colonizador quien se la nega. Hoy en dia, cuando la colonizacién toce a si fin tard buenas voluntades se preguntan si Ta asimilacién no ha sido Ja gran ocasién perdida por los colonizadores y Tas mett6po- lis. {Ab, si lo hubiéramos querido! ;Ve usted, suefan, tna Francia de eien millones de franceses? No estd prohibido y « ‘menudo es consolador reimaginer la historia, A condicién de descubrirle otro sentido, otra coherencia cults, La asi milacidn, podia tener éxito? Hiubiera podido, quiais, en ottor momentos de Ia historia del mundo. En las condiciones de Is colonizaciéa:contem- pordnea, parece que no. Quisé se trate de una desgracia his: ‘dries, quizé debamos lamentarlo todas juntos. Pero no silo hha fracasado, sino que ha pereeido imposible & todos los in teresados, En definitive su fracaso no se debe solamente a-los prejui- ios del colonizader, no més que a los atrasos del colonizado. La asimilacin, fracasada 0 realiznda, no es cuestign de bue- nos sentimientos o de psicologia dnicamente. Una serie bas: tante larga de felices coyunturas puede cambiar Ia suerte de ividuo. Algunos colonizados han tenido éxito pr ‘amente en desaparecer dentro, del grupo colonizador. Frente 4 esto resulta claro que un drama colectivo nunce podrd cextinguirse « golpes de soluciones individusles, EI individuo esaparoce en su descendencia y el drama del grupo cont nia, Para que In asimilacién de los colonizados tenga valor 130 Y sentido, harfa fala que aleanzara a un pueblo entero, e& decir, que soa modificada toda la condicién colonial, Ahora hien:’ como lo heros mostrado suficientemente, la condicién colonial no puede-earbiarve sino por la supresion de le rela- ign colonial. Velvemos a encontrar el vineulo fundamental que une a nuestros dos retrates, dinimicamente engranados uno al oo. Verificamot una ver més que es indtil pretender actuar so- bre uno u otro sin actuar sobre ese vinculo, 0 sea, sobre Ia colonisacién, Decit que el colonizador podria o deberis sceptar de buen grado Ia asimilacién, y en consecuencia la ‘emancipacién del colonizado, es escamotear le relacién eo nial. O dar por cobreentendido que puede proceder por af ‘mismo a un tastrocamiento total de si ertado: a la conden e los privilegios coloniales, de los derechos exorbitantes de los colonos y de Tos industriales, « pagar humanamente la mano de obra calonizada, a la promocién jurfdica, edminis trative y politica de los colonizados, « la industeializacién de Ja colonia... En resumen, al fin de la colonia como tal, al fin de In ‘metrépoli como tal. Simplemente, +2 invita’ al colenizador a terminar consigo mismo. En las condiciones contemporineas de ls colonizacién, esi- nilecin y colonizacién son términos eontradictorio. La vebelisn Entonces, qué le quede por hacer al colonizado? Al no poder abandonar su condicién de ecuerdo y en comunién con el colonizador, intentard liberarse contra éste: se rebelard. Lejos de asombrarse con las rebeliones de los colonized tno debetfa estar sorprendido por el contrarlo, de que esaz rebeliones no sean mis frecuentes y mas violentas. En real dad, el colonizador vele por eso: esterilizacién continua de las ites, destruccién periédica de las que a pesar de todo Negan a surgir, por medio de la corrupeién o de la opresién Dolicial; abortamiento por medio de la provecacién de todo ‘movimiento popular y sw aplastamiento brutal y rapido, Homos destacedo también las hesitaciones del mismo coloni ao, Ia insuficiencia y la ambigieded de una agresivided de veneido que, a pesar de todo, admira a su vencedor, la espe- ranea tear durante largo tiempo de que la omnipoteneia del colonisador parisfa una hondad suprems, Pero la rebelién es Ia nica a le situacién colonial que to constituye una engefifa, y el colonizado termine por d ‘ubritle tarde o temprano. Su condiciéa ei abscluta y ree lama wna solucién absoluta, una rupture y no un compro- ‘miso. Ha sido arraneado de su pastdo y detenido en su futuro, sus tradicfones agonizan y pierde la eaperanza de uirir'una nueva cultura, eareee do idioma, de bandera, d¢ tecnologia, de existencia’nacfonal e internacional, de dere- hos, de deberes: no posce nada, no es ya nadie ni expera nada. Ademés, ln solucién se hece cada dia més urgente, ada dia, necessriamente, més radical, El meoenismo de anulacién del colenizado, puesto en movimiento por el co- Tonizador, no puede sino’ agravanse dia a dis. Cuento més ‘sumenta ia opresién, més necesita justificaree el colonizador, para Jo cual debe envileoer més al eolonizado, lo que lo hace fentir mis culpable, por Jo que debe justficarce mis, ele. gC5mo salir de esto sino por In ruptura, el estalido, cada ia. mis explosive, de ese cireulo infernal? La situecin co- Tonia, por su propia fatalidad imerior, Hama a la rebelién, Pues In condicién colonial no puede ser reparada; como a tun cepo, no puede sino. quebrarsels, «+ ¥ el rechazo del colonizndor Se asiste entonces a uns inversién de los términos. Una ver shandonada ln asimilacibn, Ia liberacién del colonizado 12 obo efectuarse por su autorzeconquiste y Ia adquisicién de ‘uns dignided auténoma. El impulso hacia el colonizador exigia, en su grado extzemo, el rechazo de si mismo; el re chazo del colonizador serdel preludio indispensable la recuperacin de sf. Hay que dosombarazarse de esta imagen cusadore y aniquiladora; hay que embestir de frente a la opresién, desde que es imposible contornenrla. Después de Iuber sido rechezado por tanto tiempo por el colonizador, ha legado cl dia en que es el colonizado quien rechaza a aquél. Sin embargo, esta inversién.no es absoluta, No existe une voluntad sin reeeryas de asimilecién y luego un repudio total del modelo, ‘En lo més intenso.de su rebolién el eolo- nizado conserva lo que ha tomado prestado y ie recibides durante una cobsbitacién tan prolongad mo modo en Vieja esposs, inclusive en trance de divoreio, reeuerdan cti- iotamente ¢ Tos del marido. De donde surge Ta paradoja (Citads como prueba decisiva de ex ingratitad) el eoloni- tado reivindica, batiéndose en norabre de ellos, los mismos valores del colonizador, utiliza eus técnicas de pensamiento Y sus métodos de combate. (Be preciso agregar que es el ‘nico Tenguaje que entiende el. colonizador.) Pero, de ahora en adelante, el colonizador se ha convertido sobre todo en negatvidad, en tanto que era mas bien posi. tividad. Sobre todo, es decidido negatividad, por toda. la sctitud activa del colonizado, A eada instante ex puesto en cvestién nuevamente, en su eultusa y en eu vida, y oon él, todo To que al representa, inluida por supuetto In metripe- i, Se sospecha de 4, ee'To contradice, ee lo combate hasta en el mis minimo de sus actos. El colonizado comiensa 4 preferir con rabia y ostentacién Jos automéviles alemanes, Y las heladeras norteamerieanas; se pri- varé del tabaco, si leva Ia estarpilla de la colonizacién. Son ‘medion de presiGn y castigo econdmicos, os cierto, pero, al ‘menos en la misma medida, sitos del-saerificio de In eolo- 133 ingen, Havin gar a los digs atrooes en que el furor del colonizador y la exasperacién del eslonizedo, culminando en oalio, se deseargan en locuras sanguinarine. Y Iuego. reco- rienza Ia eristencia coidiana, un poco mas dramatizada, um poco més irremediahlemente contradietori Es dentro de este contexto donde debe reubicarse la xeno- fobia © inclusive sierto raciemo de) colonizado. Considerado en bloque como ellos, aquéllos o los otros, siendo diferente desde todo punto de vita, homogencizado Aentro ile una radical heterogeneidsd, el colonizado reacciona rechuzanilo en bloque a todos los colonizadores. E inclusive, 8 vores, a todos ios que se les parecen, a todo el que no et un oprimido como él. La distincién entre hecho intend tno thee demssiaa significacién en la situacién colonial. Para et colonizado, todos fos europeos de lat eolonias sun colonizedores de hecho, Y quiéranlo ellos o no, lo son por tlgtin Indo: por su stuacién econémiea de privilegiados, por si pertenencia al sistema politica de Is opresién, por su par ticipacién en un complejo afectivo negador del eolonizado, Por otra parte, en iltimo extrem, lor europeos de Europa son colonizadores en potencia: les bastaria con desembarcar. Quizis inclusive saquen algin beneficio de la. colonizacién. Son solidarics, o al menos edmplices inconseentes de esle ran agresién colectiva de Europa. Intensionslmente 0 no, contribuyen con todo su peso a perpetuar la opresin colonial, Finalmente, si la xenofobia y el raclymo consisten en ctlpar lobelmente « todo un grupo humano, en condenay a priori 4 eunlquier individuo de ese grupo, adjudieindole un ser y lun comportamiento inemedinblemente fijo y nocivo, el co Tonizado es, en efecto, xendfobo y racista; ha Uegado a sero, ‘Todo racismo y toda xenofobia son mistfieaciones de si ‘mismo y agresiones abeurdes ¢ injustas hacia Tos otron. Tn=

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