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Evo continúa, ¿La revolución avanza?

Introducción

En el año 2005, Latinoamérica fue testigo de una novedad en términos


electorales y democráticos formales. Un aymara conseguiría los votos
necesarios para hacerse de la presidencia en Bolivia. Evo Morales, dirigente
cocalero del MAS (Movimiento al Socialismo) llegaría a la presidencia
capitalizando los procesos pre-revolucionarios del 2000 y 2003. La comunidad
internacional enfocó la mirada hacia Bolivia. Los movimientos y organizaciones
que peleamos por la revolución social, también.

Es frecuente escuchar a Morales refiriéndose (sobre todo en foros


internacionales) a la depredación por parte del capitalismo de la que es objeto
la Pacha. Y no se equivoca al caracterizar al capitalismo como un sistema
depredador, responsable de la contaminación a escala global. "El capitalismo
es sinónimo de inanición, el capitalismo es sinónimo de desigualdad, es
sinónimo de destrucción de la madre Tierra. O muere el capitalismo o muere la
Tierra1". Permítasenos agregar algo, no solo el capitalismo es sinónimo de eso,
también lo son los capitalistas, es decir la burguesía.

¿Cual es la propuesta de Evo Morales para terminar con este sistema


basado en las injusticias, jerarquías y explotación? ¿Que está haciendo el MAS
en Bolivia para terminar con las relaciones de producción que sostienen al
capitalismo? ¿De que maneras se efectivizan en Bolivia las denuncias contra el
capitalismo depredador de la Madre Tierra y el Sumak Kawsay o “buen vivir”?

La propuesta “socialista” del MAS

A decir por el enamoramiento de varios intelectuales y de organizaciones


políticas y sociales que militan por el socialismo, el programa de gobierno de
Morales y Linera constituiría un paso fundamental en el proceso de
transformación social. Este programa enmarcado en la particularidad

1
Palabras de Evo Morales en la apertura de la Conferencia Mundial de pueblos sobre el
cambio climático y derechos de la Madre Tierra
Latinoamericana, donde la variable “racial” sigue teniendo un peso nodal y
donde cientos de pueblos originarios luchan incansablemente por sus
territorios, autonomía y la reconstrucción de sus naciones, traería el principio
de la solución para el triple problema que enfrentan los oprimidos de sur y
centro América. Por un lado la opresión y explotación de clase por parte de la
burguesía, por otro la opresión en tanto países dependientes y satélites de los
países imperialistas y por último el de las Naciones Originarias despojadas de
sus territorios ancestrales.

Si observamos la trayectoria del actual gobierno boliviano (y quitamos


del medio las palabras bonitas), no hace falta demasiado esfuerzo para darse
cuenta que las medidas de gobierno del MAS no solo no contribuyen a la
construcción del socialismo sino, más bien, refuerzan las relaciones de
explotación capitalista, otorgándoles un marco legal, previsibilidad, y garantía
constitucional a las inversiones extranjeras, y garantizando la paz social.

Que el rumbo no sea el socialismo no implica que no se haya avanzado


cualitativamente en el aspecto democrático. El hecho de que los Aymaras y
Quechuas puedan asistir a la Universidad, que se garantice la educación
bilingüe en todas las regiones, que los candidatos deban tener manejo de
alguno de los idiomas originarios de las regiones que pretenden representar y,
en definitiva, que se haya golpeado el discurso racista de la minoría blanca,
son logros valiosísimos, que deben ser defendidos por cualquiera que se
pretenda revolucionario. Pero también es deber del revolucionario denunciar
que las bases de la opresión racistas no se ponen en debate ya que lo que se
propone es la instalación de un capitalismo “andino-amazónico”, vía de
reformas graduales que busca construir un empresariado nacional fuerte junto
a la colaboración del capital extranjero.

Garantías y Paz social para los inversores, desvío reformista


para las masas.
El ‘Octubre rojo’ boliviano.

Bolivia venía de grandes experiencias revolucionarias, la de 1952, año


en el que surge la Central Obrera Boliviana (COB), la de 1970 en el marco de
los procesos revolucionarios latinoamericanos, y la del 2000, la denominada
“Guerra del agua” en Cochabamba.

En el año 2003 las masas indígenas, obreras y campesinas, con


epicentro en El Alto, hieren de muerte al gobierno de Sánchez de Lozada que
intentó exportar gas por Chile a cargo de las empresas extranjeras British
Petroleum y Repsol-YPF. La revuelta no era solo contra este punto en
particular sino que constituyó una reacción a las recetas neoliberales,
privatización de las empresas del Estado y entrega de “recursos” estratégicos,
que desde la dictadura de Hugo Banzer, Bolivia venía aplicando
religiosamente.

Las valentía y fuerza revolucionaria fueron enormes, y la represión


también (más de 60 muertos). Parecía que las masas irían por más, y ahí
apareció el MAS (Movimiento Al Socialismo).

Aquí surge el primer punto a cuestionar si tomamos como elementos de


prueba la acción del gobierno de Morales desde el 2005 a la fecha. No
podemos asegurar que las masas hubiesen llegado más allá de donde
llegaron, pero si que la salida electoralista, con el posterior triunfo de un
dirigente cocalero indígena, constituyó un elemento central de la
desmovilización social.

Se nos puede preguntar porque no vemos en esto un avance


revolucionario, y por el contrario remarcamos el carácter apaciguador y
reestabilizador del proceso democrático del MAS.

En primer lugar, como señalamos más arriba, sostenemos la defensa de


las conquistas democráticas y la política decolonial del gobierno de Evo
Morales, al mismo tiempo que subrayamos que se mantiene intacta la
estructura económica que sostiene el racismo y la opresión de las
multinacionales, la minoría blanca y la burguesía nativa aymara y quechua para
con la mayoría indígena, campesina y obrera.
Desarrollemos estos puntos.

Asamblea Constituyente, constitución del latifundio.

Uno de los reclamos de las masas movilizadas, era el de una Asamblea


Constituyente Soberana, que efectivizara la incorporación de las
organizaciones indígenas a las estructuras del Estado y su capacidad de
decisión política para concretizar los viejos reclamos por territorio y
autodeterminación.

Morales hizo campaña electoral en 2005 tomando este legítimo reclamo,


pero a la hora de convocar a la Constituyente, teniendo la mayoría de los
constituyentes (130 de los 255) y el absoluto apoyo obrero, campesino e
indígena “cedió ante la debilitada oposición. Aceptó modificar la ley de
convocatoria y dio a sus opositores el derecho de frenar cualquier reforma que
pudiese ser planteada en la Asamblea Constituyente, que debía ser
consensuada por dos tercios de los asambleístas. El MAS tenía la mayoría
pero no los dos tercios. Así se creó el ambiente para pactar con la oposición”2.

Teniendo el apoyo popular (apoyo que no solo se expresaba en las


urnas sino en la calle3) y la cantidad de asambleístas necesarios el MAS pactó
con la derecha oligárquica. Este pacto barrió con la oportunidad histórica de
transformar las bases económicas del país. A cambio de un puñado de
concesiones democráticas (incorporación a la esfera pública de las mayorías
indígenas), los oligarcas terratenientes consiguieron perpetuar su derecho al
latifundio, plasmando el mismo en la Constitución Nacional. La constituyente
aprobó el artículo 398 que “prohíbe el latifundio”. Sin embargo este límite no es
retroactivo a la sanción de la nueva constitución política, es decir que no afecta
a los latifundios existentes en el Oriente del país, y por lo tanto deja intacta la
estructura agraria actual controlada por 50 clanes familiares en contraste con
los más de 2 millones de indígenas sin tierra. De hecho nos animamos a firmar

2
Revista Sudestada nº 86, Pág. 6.
3
Ejemplo del apoyo fue la marcha de decenas de miles de personas en el año 2008 que
repudiaba la masacre de Pando y atacaba las intenciones separatistas de la ‘medialuna
oriental’ y que posteriormente fue desmovilizada faltando apenas 50 Km. para llegar al centro
cruceño, La misma hubiese abierto una situación revolucionaria y un peligro real para la
oligarquía oriental.
que tampoco afectará la creación futura de latifundios, más bien los estimulará
ya que el artículo 315 de la nueva constitución permite la existencia de
consorcios societarios agropecuarios, que podrían tener bajo su control más de
5.000 hectáreas o una cantidad de has sin límites, bajo el único requisito que
cada socio no tenga más de ese limite. Es decir por caso, una empresa de 100
socios podría explotar 500.000 hectáreas. Evo Morales y García Linera
llamaron “revolución agraria” a este zafarrancho.

La “agenda de octubre”, no está en la agenda del MAS.

En 1952, el MNR, partido nacionalista-burgués que se apropió de la


revolución, estatizo la minería. Lo hizo sin embargo haciéndose cargo de
indemnizaciones cuantiosas a favor de las empresas, lo que le valió el fracaso
en el control estatal de la economía minera y dio paso al sistema cooperativista
que permitió la fragmentación del movimiento minero y fomentó la
autoexplotación. En el 2006 el MAS, que de alguna manera se apropió de
muchos de los reclamos de las masas con fines electorales, escandalizó a los
medios de comunicación de la derecha4 y enamoró a los llamados progresistas,
cuando Evo Morales lanzó el decreto 28701 de las “nacionalizaciones”.

El mismo fijó un plazo máximo de 180 días para la firma de nuevos


contratos con las multinacionales extractivas. Contratos que dieran un marco
legal a la explotación de los hidrocarburos.

El gobierno de Evo Morales no fue muy original en la redacción del


decreto 28701, que se asimila en los elementos fundamentales a la Ley 3058
del gobierno neoliberal de Carlos Mesa votada en 2005 para evitar la
profundización de la movilización popular que exigía “Nacionalización Ya, o
Muerte”. Esta ley dispone una participación del 50% para el Estado boliviano.
El decreto lo que hace es regularizar los contratos con las empresas

4
Los periodistas e intelectuales de asuntos internacionales que colocan de forma
indiscriminada la etiqueta de socialista sobre políticos que sólo cuestionan de manera retórica
la doctrina del libre mercado, han reforzado la imagen radical o de socialismo del gobierno de
Morales.
transnacionales para ajustarlos a esta ley y sumarle un 32 % adicional, lo que
completaría un 82 %. Sin embargo, ese adicional varía en relación a lo que la
empresa invierta en el país. Por otra parte no se explicita ni en la ley ni en el
decreto la soberanía nacional de los hidrocarburos. Lo que permitió que
Petrobrás y otras empresas multinacionales inscriban como propios los
yacimientos más productivos del país. Justamente esto fue lo que trató de
regularizar el ex Ministro de Hidrocarburos Soliz Rada mediante la resolución
ministerial 207/2006, que Evo Morales vetó ante las presiones de las empresas
multinacionales. Esto le valió la renuncia al ministro que denunció que “(…) el
Decreto de Nacionalización fue desvirtuado por los contratos de producción
compartida firmados con las compañías, en octubre de 2006, los que permiten
a estas ser dueñas de un porcentaje de la producción, razón por la que se
consideran propietarias de partes sustanciales de las reservas del país” y
que “(…) la coalición parlamentaria MAS–neoliberales dejó intactos los
artículos 359 y 362, pero introdujo un artículo transitorio (el octavo), en el que,
a tiempo de indicar que las concesiones sobre recursos naturales (lo que
incluye gas y petróleo), electricidad, telecomunicaciones y servicios básicos
deberán adecuarse al nuevo ordenamiento jurídico, añade con sutil mala fe que
la migración de esas concesiones al nuevo régimen constitucional “EN
NINGUN CASO SUPONDRA EL DESCONOCIMIENTO DE DERECHOS
ADQUIRIDOS”5. Por lo tanto. La nacionalización de los hidrocarburos no fue
tal, ya que solo fue una adecuación de los contratos a la ley promulgada por el
asesino Sánchez de Lozada.

Lejos de poner los “recursos” naturales al servicio del pueblo, el gobierno


“socialista” del MAS está más preocupado por transformar a la burguesía
nacional boliviana en socia menor del capital extranjero6 y en la entrega y
expoliación del país. La economía Boliviana, al igual que la de otros países de
América Latina sigue financiándose a partir de la renta extraordinaria generada
por la exportación de gas, petróleo y minerales. Es decir sigue inserta al

5
Artículo de Soliz Rada en: http://uit-ci.org/modules/news/article.php?storyid=471. Mayúsculas del
autor, negritas nuestras.
6
J. Petras señala que “Morales y Linera aclararon no tener intenciones de nacionalizar y por el
contrario anunciaron que las inversiones extranjeras serían bienvenidas siempre que fueran
‘transparentes’” en http://www.econoticiasbolivia.com/documentos/notadeldia/elec33.html.
mercado mundial como proveedor de materia prima, en el rol que
históricamente el imperialismo la puso. Mediante estas políticas el régimen ha
acumulado grandes reservas, pero no ha conseguido financiar o fomentar la
industria local de sustitución de las importaciones de capital, bienes
intermedios y bienes de consumo duradero. El moderado y coyuntural gasto
social con una política masiva de bonos7, fruto de la bonanza económica de los
precios internacionales de los productos claves de su economía, está destinado
a ser transitorio, ya que se encuentra atado a los precios de las commodities.

En términos de una economía capitalista, Bolivia creció relativamente8,


en términos de un proyecto socialista comunitario, no.

Por otra parte, desde una perspectiva indígena, la política económica de


Evo viola todos los principios de la cosmovisión de los pueblos originarios al
mantener el carácter usurero del Estado en la relación ser humano/tierra.

De las garantías de la pluriculturalidad, a garantizar la


explotación del ser humano por el ser humano.

La política del “Sumak Kawsay” promovida “marke-lineramente” por el


gobierno, postula al trabajo como una fiesta. En palabras del canciller David
Choquehuanca: “El trabajo para nosotros es felicidad”...”...a diferencia del
capitalismo donde se paga para trabajar, en el nuevo modelo del Estado
Plurinacional, se retoma el pensamiento ancestral de considerar al trabajo
como una fiesta. Es una forma de crecimiento, por eso que en las culturas
indígenas se trabaja desde pequeños.” Tomando las palabras del funcionario
boliviano se puede desenmascarar la retórica hipócrita del gobierno.
Generalizando este concepto que es incompatible con las relaciones de
producción capitalista y estando actualmente inmersos dentro de ellas, el
canciller descontextualiza el concepto de “buen vivir aymara” y justifica la
7
Nos referimos a el bono Juancito Pinto para los niños en edad escolar y la renta Dignidad para
los jubilados.
8
Eduardo Molina señala en “La transición al Estado Plurinacional de Bolivia” que en los años
’90, el Estado controlaba apenas entre un 6% y 8% del movimiento económico; ahora pasó a
participar en la generación de casi un 22% del PBI (aunque lejos aún del peso estatal en la
producción y las finanzas entre 1952 y 1985). Revista Estrategia Internacional Nro. 26.
existencia (dentro del nuevo Estado plurinacional9) de formas de explotación
inhumanas al legitimar a partir del “Sumak Kawsay” jornadas laborales de más
de 10 hs, el trabajo infantil, la existencia de formas de esclavitud en Alto
Parapeti o en las minas potosinas bajo control de la transnacional japonesa
San Cristóbal. En definitiva, a la opresión capitalista en general. Por otra parte
utiliza el concepto de trabajo mezclando su acepción como trabajo de
subsistencia dentro de una economía familiar, con el trabajo entendido como
alienación, donde el trabajador o trabajadora son separados de sus productos.
Queremos remarcar que evidentemente no es lo mismo la actividad productiva
reducida a una comunidad o familia, que la actividad productiva inmersa dentro
de relaciones de explotación. Se intenta conciliar dos visiones antagónicas del
propio concepto trabajo, que no hace más que aumentar y justificar el estado
de las cosas, es decir la explotación humana. En definitiva, esta política resulta
ser un caballo de Troya contra los indígenas y trabajadores en su conjunto, ya
que plantea la fiesta del trabajo en el marco de una estrategia que solidifica las
relaciones capitalistas de producción, y arma “la fiesta” de las ganancias
empresariales. Festichola que enmascara las relaciones antagónicas entre
oprimidos y opresores.

Consideraciones finales.

El gobierno de Evo Morales ha sido elegido precisamente debido a la


crisis del sistema económico y político que implosionó en el 2003. Su tarea
consistía en cambiar las estructuras económicas con el fin de consolidar el
poder mientras la clase capitalista estaba desacreditada, desorganizada y en
situación de crisis. La estrategia de estabilización de Linera y Morales,
concedió a la clase capitalista el tiempo necesario para reagruparse y
recuperarse de su derrota, deslegitimación y desarraigo político. Cuando un
gobierno auto proclamado revolucionario no actúa en el momento de máxima
fuerza y máxima debilidad de la oposición, pierde su ventaja estratégica. Es

9
Como señalamos más arriba, la Constitución del Estado Plurinacional, no afecta sustancialmente las
relaciones económicas capitalistas.
imposible iniciar cambios estructurales de importancia una vez que las clases
populares han sido desmovilizadas, sus dirigentes cooptados, la clase
capitalista ha superado su crisis y la nueva clase política está integrada en un
sistema económico consolidado. Como dice James Petras, la estrategia de
estabilización no pospone el cambio temporalmente, lo imposibilita
estructuralmente en el futuro.

Para reabrir la perspectiva socialista, es necesario denunciar la triple


alianza actual entre las transnacionales agroindustriales y de los hidrocarburos,
la burguesía nacional (originaria y criolla) y el sindicalismo burocrático10.
Oponiéndole a esta una alianza entre las naciones indígenas, la clase obrera,
los sectores urbanos empobrecidos, y los campesinos.

Solo con la unidad de los sectores oprimidos, y con el corte definitivo de


las alianzas con la burguesía se podrá construir una nueva sociedad basada en
el respeto entre seres humanos y el respeto por la tierra. Sociedad libre de
explotación y opresión, sociedad de libertades plenas y felicidad. Una
verdadera comunidad del buen vivir.

por LALACNAQOM

Mayo de 2010

10
La dirigencia de los sindicatos, la COB en particular, han entrado en un franco proceso de
burocratización a partir del impulso de una estrategia del MAS que implica prebendas y subsidios con el
objeto de generar castas dentro de la clase obrera y heteronomizar al movimiento.

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