—Especial
El artista como
cientifico social
En los tiempos recientes los artistas han dialogado
sorprendentemente con las ciencias sociales para buscar
nuevas metodologias, procesos de produccién y formas de
acercarse al conocimiento. Algunos de ellos han conseguido
resultados a tal grado originales, que pueden equipararse
al de los cientificos sociales mas respetados de la academia.
Este especial de Cédigo analiza la obra de cinco artistas cuyo
trabajo se asemeja al de un investigador que estudia distintos
Ambitos de la sociedad con el propésito de transformarlos:
Jennifer Burris examina el trabajo de Simon Fujiwara como
sociélogo, Abel Mufioz Hénonin el de Garnet Hertz como
arque6logo de los medios, Anna T. el de Ulrich Nausner como
lingitista y Amanda de la Garza el de Mariana Castillo Deball
como arquedloga. Ademas, presentamos una entrevista de
Léopold Lambert con el artista-politdlogo neerlandés Jonas
Staal, que desde la organizacion New World Summit entiende
al arte como un marco propicio para impulsar formas de
organizacién distintas a las de los Estados-nacién: «el arte
[como] un lugar desde donde se puede ensayar y cuestionar
modelos de representacién [...] para imaginar nuevas formas
de politica». Si los artistas han replicado, integrado 0 tomado
como base la metodologia de las ciencias sociales, ges posible
que esta relacién se efectte a la inversa?, y en todo caso,
écudles son los resultados que la sociedad puede obtener
de este didlogo creativo-analitico?Simon Fujiwara
Socidlogo
‘mon Fujiwera
srtesa del artista
‘w Pompidou (2014),
Vicola Giraud.
{Soci6logo, antropélogo, economista? El
‘Simon Fujiwara deambula entre
tun trabajo artistico original y misterioso-
productivos de las sociedades actuales al ti
en que los individuos con!
ajo el imponente exoesqueleto de acero mol
deado en tonos primarios del Centro Pompi-
‘en los restos de un pantano, Dragado
dou yace
mno polvoriento sobre el que
hasta ser un terrer
descansa tno de los sitios més ic6ni
el consumo espectacular de la cultura,
tlamente, como pantano, un pantano del cual emerge
Esta complejidad filologica inspiré en 2014 a Simon
Fujiwara a realizar New Pompidou, una pieza que repre
ssenta este espacio como un organismo vivo y, al mismo
tiempo, como un terreno incierto en el que tienen lugar
Ja memoria y la fantasia.
‘En 2000 Fujiwara visit6 Paris por primera vez, cuan~
do era un joven estudiante de arquitectura. Libro de
pocetos en mano, subié hasta el restaurante del piso su-
pperior del museo —cuyas vistas expansivas por encima
de los techos de Paris hacen contrapeso al alumbrado
‘del interior— y robé una de las incontables
‘rosas rojas de la decoracién de las mesas. En ese instante
decidié nunca practicar la arquitectura, porque «qué
queda por destruir de la historia cuando todo es reduci-
do s6lo a funciones?», segtin sus propias palabras.
Una idea similar gira alrededor del siguiente relato:
rtista nacido en
‘diversas ciencias SOC}
forman las imagenes Ue
icos del mundo para
este barrio posee
tuna historia natural que serd recordada primordialmen-
tea través de su nombre, Marais, que se traduce, senci-
Reino Unido
es para ofrecer
flejan los procesos
n la manera
definiran sus biogratias.
roma finales de la década de los setenta un edifibtg
foturista que tendria que ser fundido por fragmenig|
‘Alemania y transportado a Paris en la oscuridad dy
poche. Una estructura ensamblada, en vez de cng)
da. Otro partidario igualmente entusiasmado con
de un modelo para armar, el primer director delFam.
pidou, Pontus Hultén, imaginé el potencial parahe
franquicias del museo por medio de la repetiin
tectOnica: una premisa en apariencia fantistcaiely
resulta inquietantemente profética con el ascenso
‘modelo global para el turismo cultural promod)
instituciones como el Museo Guggenheim ol
Presentada en una instalacién integrada po
turas, videos y una conferencia educativa —ut
recurrente en la obra de Fujiwara (Londres, 92
‘Hotel Munber (2010) hasta Studio Pita (King
nalgama est!
fantasticas historias de origen del
ta magia no esti alejada ni separdn de
ras racionales, sino inerustada em)
generacién que ha crecido en Ut
alinea la obra de Fujiwara cone!
gico actual.A principios del siglo xx, Max Weber publicé La ética
rotestante y el espiritu del capitatismo (1905), en el que
analiza la manera en que la religion y la economia de.
terminan el deseo individual dentro de estructuras so
iales especificas. El libro describe el trabajo protestante
como privilegiado no solo porque promete la salvacién,
espiritual sino también porque constituye el recurso de
la productividad capitalista. Weber dice que
[e]sta caracterizacién del concepto profesional suminist6 [..]
alempresario moderno una experiencia excepcionalmente
buena, y, ademas, obreros solicitos para el trabajo, cuandi
el patrono prometié a la clase obrera, como premio por sa
“ dedicacion ascética” ala profesion y por su aqui
valoracién de estas energias por el capitalismo, la bienaven
turanza eterna.
El anhelo de libertad individual a través del trabajo
diario dentro del sistema capitalista indica un giro hacia
elracionalismo y la fe en los procesos arquetipicos de
la modernidad: produccién industrial, economia de
mercado y una idea de que el mundo se produce gracias
ala intervencién humana
Para Weber, el surgimiento de este or¢
histéricamente especifico se relacionaba con WP
mundo», es dec
rritus y los demonios.
en social
des
cia
encantamiento del ir en la cre
menguante en la magia, 1os esp!