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"El estallido de la crisis financiera de 2008 puede fijarse oficialmente en agosto de 2007.
Entonces fue cuando los bancos centrales tuvieron que intervenir para proporcionar liquidez",
según George Soros1 . Cierto es puesto que los inicios de la crisis datan de mediados del año
2007, con los primeros síntomas de las dificultades originadas por las hipotecas subprime. A
fines de 2007 los mercados de valores de Estados Unidos comenzaron una precipitada caída,
que se acentuó gravemente en el comienzo del 2008. La confluencia de otros eventos de
particular nocividad para la economía estadounidense (subida de los precios del petróleo,
aumento de la inflación, estancamiento del crédito), exageraron el pesimismo global sobre el
futuro económico estadounidense, hasta el punto de que la Bolsa de Valores de Nueva York
sucumbía diariamente a 'rumores' financieros. Muchos opinan que esto fue lo que precipitó la
abrupta caída del banco de inversión Bear Stearns[cita requerida], que previamente no mostraba
particulares signos de debilidad. Sin embargo en marzo del 2008, en cuestión de días fue
liquidado en el mercado abierto y posteriormente en un acto sin precedentes, la Reserva
Federal maniobró un 'rescate' de la entidad, la cual terminó siendo vendida a precio de saldo a
JP Morgan Chase.
Tras un respiro primaveral, los mercados bursátiles de Estados Unidos volvieron a una extrema
debilidad, entrando oficialmente en caídas superiores al 20% en junio, lo cual se considera un
mercado en retroceso extendido ('bear market'). Esto volvió a ser liderado por malas noticias
en el sector financiero, donde se comenzaron a dar quiebras bancarias, incluyendo la caída del
banco IndyMac, la segunda quiebra más grande en términos de dolares en la historia del país,
con el riesgo latente que otros bancos regionales también pudiesen terminar igual por la crisis.
La crisis tomó dimensiones aún más peligrosas para la economía de Estados Unidos cuando las
dos hipotecarias más grandes del país, Freddie Mac y Fannie Mae, que reúnen la mitad del
mercado de hipotecas, comenzaron a ver sus acciones atacadas por especulación extrema, a tal
punto que a principios de julio, el gobierno de Estados Unidos y la Reserva Federal nuevamente
tuvieron que anunciar un rescate para esas entidades financieras. Tal decisión creó
consternación en varios sectores liberales, que adujeron que tales rescates solo empeorarían a
largo plazo las prácticas éticas de los inversionistas, fomentando con dinero público la
temeridad. Durante ese periodo, la FED, así como otros bancos centrales, continuaron
inyectando liquidez al mercado, por valor de cientos de miles de millones de dólares, euros o
libras esterlinas.
El dólar estadounidense sufrió un proceso constante de devaluación (el término correcto sería
depreciación) y el déficit comercial que continuó batiendo récords. La ventaja exportadora por
un dólar débil fue completamente anulada en el intercambio comercial por el alza de los precios
del petroleo, del cual EEUU importa el 50%. Millones de familias comenzaron a perder sus
hogares, e instituciones como GM, Ford y muchas aerolíneas empezaron a tener serias
dificultades. Los índices de confianza del consumidor se situaron sus más bajos niveles
históricos (algunos datan de los años 50), y se produjo un alza del desempleo en Estados
Unidos y otros países desarrollados.
Se denomina deuda a las obligaciones contraídas con un tercero, ya sea una persona física o
una mera entidad jurídica. La parte deudora tambien puede identificarse con una persona física
o jurídica. La toma de deuda se realiza por diversos motivos, siendo los más relevantes para la
economía aquellos que se relacionan con la inversión en áreas productivas.
Como contrapartida, el deudor debe reintegrar el monto en una fecha en una fecha pautada,
agregando al importe un interés que representaba la ganancia al acreedor.
Puede distinguirse entre dos tipos de deuda: Una es la deuda pública, que es aquella que los
estados u organismos internacionales de crédito; generalmente esta consiste en la emisión de
títulos de valores. El otro tipo de deuda es la denominada deuda privada, que consiste en
aquellas obligaciones que mantienen los particulares.
Tambien puede hacerse la distinción entre deuda externa e interna. La primera es aquella que
implica acreedores extranjeros y tiene la ventaja de evitar el menoscabo del ahorro nacional. La
segunda es aquella que se contrae con los acreedores de origen nacional.
Un ejemplo del mal uso de las herramientas crediticias puede ofrecerlo la crisis de las hipotecas
subprime que se desató en 2007 y las consecuencias que esta tuvo en la crisis internacional de
2008. Basicamente el problema consistió en la entrega de créditos hipotecarios con un alto
grado de riesgo; cuando los inversores vieron las señales de alarma y comprendieron que
muchas instituciones bancarias y fondos de inversión tenían activos involucrados, el crédito se
retrajo, afectando a toda la economía.
BIBLIOGRAFIA
http://www.gerencie.com/emprendimiento.html
http://www.definicionabc.com/economia/deuda.php