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2. LAS NARRACIONES FAMILIARES Las narraciones familiares se distribuyen, a grandes rasgos, referencia a la familia de origen, a la pareja © a la familia d Las vivencias que todo ser humano tiene de su condici den sus raices en las. primeras experienci, las relaciones con cada uno de sus proge: bién incluyen a los hermanos, important. alter ego, cumplen numerosas y contra filiales resultantes arrancan, pues, d seginhagan . . le procreacién. iio, hun- 7 ias infantiles, ramificadas entre L nitores y de éstos entre sf, Tam- | fes figuras que, en su condicion de dictorias funciones. Las histori lela infancia, pero se pi gan di rante toda la vida sometidas a un c roceso de verificacién y rect ficacién. Cuando se trata de historias que si iTven dé soporte a los mas vi Fiad sintomas, no es raro que en ellas grave. La manipulacié6n y el uso instrumental Por parte de los padres (pu-. diendo lindar con el abuso sexual o adentrarse en psiquico (0 incluso el fisico), més sutiles pero no menos c vios comparativos que incl; él de pleno), el maltrato las diversas situaciones abandénicas y las rueles desconfirmaciones, los variados agra- luyen a los hermanos, son todas figuras que pueden aparecer con difere nte grado de explicitacién en las narraciones filiales de pacientes psicéticos depresivos 0, en general, gravemente sinto- miaticos, Por otra parte, las historias parentales, que recogen las vivencias de los” /?!:""" padres en relacién con sus hij i ijos, incluyen también conflictos y ambivalen- , °° =" Feverberaciones de un pasado filial y en parte ro n_nueva sobre ual ejerce igualmente su in- flujo la situacién comunicacional y organizativa, j ‘0 todo el mundo logra emparejarse, Hay quien no lo consigue, y per- manece toda la vida anclado en posiciones de dependencia filial mas o menos evidentes, Los esquizofrénicos, uc _apenas logran establecer el vinculo formal, suelen mantener de por vida Ja dependiente apariencia de autonom{a_quecaracteriza_a_su_solitaria solteria. Esto era particular- mente significativo para los hombres, impedidos de tomar las iniciativas que requerirfa la mds activa condicién de su rol social de casado. Existe algun estudio (Linares er al. 1978) que demuestra que la poblacién de psi- céticos crénicos que pueblan los manicomios se distri ibuye significativa- Procesado por la version GRATUITA te SP EME i Escaner de documentos para moviles de www.stoik.mobi rezca comprometida Ja [/* * nutricién emocional, To que es particularmente importante en la patologia grave. La manipula mn 36 UNA CONSTRUCCION TEORICA mente entre hombres solteros y mujeres casadas (y, desde luego, abando. nadas). ‘ {se emparejan formalmente, aunque mante- Otros pacientes graves s ! niendo una importante hipoteca sobre la conyugalidad de sus uniones, sf Jos psicOpatas apenas superan la inmediata utilizacin instrumental, com: patible con una notable frialdad afectiva, mientras que los depresivos ma. Jores tienen tendencia, al igual que ciertos alcohélicos, a hundirse en e| fangal de la complementariedad rigida. La inmensa mayoria de las consultas por problemas de pareja, sobre~ todo cuando hay sintomas sobreafiadidos en alguno de los cényuges, se inscribe en el universo neurético bajo el signo de una simetria mds 0 me. nos inestable, La inestabilidad guarda relacién con la preser iniendo en ¢l. juego relacional, equilibran la ba aS mas que, interviniendo er pugna por definir la naturaleza de la relaci6n. Sin sintomas-la-simetria es- table raro que conduzea aa consulta de! peioserapevia, ves més fc mente tributaria « ado matrimonialista, = - Las narraciones conyugales ocupan un lugar muy importante en las na. rrativas de la mayoria de sujetos, sean hombres o mujeres, mientras que las parentales siguen siendo més relevantes en éstas que en aquéllos. Ambas, conyugales y parentales, s6lo ceden en importancia ante las de la familia ¢ de 4¥ Origen, y aun ello no siempre. Con una historia filial de escasa nutriciénl '.“ emocional es dificil, aunque no imposible, construir una buena historia de| pareja. Si se consigue, la nutricién compensatoria puede estar asegurada\ a y. con ella, una cie! rant{a de salud mental. Pero, si no se consigue, la, ~’ confirmacién de la carencia ‘ionaJ_que conlleva el nuevo fracaso pue-_ de provocar graves consecu s. Sucede lo mismo en las ciones) arentales: es dificil tener una buena relacién con los hijos, y recibir la =| rrespondiente gratificacién emocional, si la narracion filial que es la histo-| na de Ta familia de origen no resulta armoniosa y gratificante. ' Si una persona que arrastra graves carencias emocionales en su historia) familiar busca como pareja a alguien protector y segurizante para com- pensar sus necesidades, puede ocurrir que Jo encuentre, en cuyo caso tiene! bastantes probabilidades de construir una buena historia de pareja. Pero! también puede ocurrir que, apremiada por urgencias de \ cion constituya un error. O, dicho de otra manera, que mente protectora persona elegida oculte demasiadas debilidades bajo =i s6lida apariencia. Lo mas probable es que semejante fracaso, confirmador| ibilidad de recibir nutricién emocional, exaspere la carencia yl de la impos! eventualmente, precipite o agrave la patologia. e Otras veces igualitaria se ve truncada cuando uno de los» retrocediendo posi- partenaires pierde pie de forma mas o menos subita, r | gionas en su capacidad de defini la naturaleza de la relacién. Si en algu“t,- na dé Sus narraciones hay Material sintomatico, es probable que éste troduzca en el juego de la pareja que, de este modo, quedara sometido y nm un igualitarismo inestable. En efecto, pocos elementos relaci : tan inestables como los sintomas neurdticc quilibrar una.n- teracci6n conyugal. Saas procesado por la version GRATUITA de STOIK Escaner de documentos para moviles de www.stoik.mobi LAS NARRACIONES FAMILIARES. 37 En otras ocasiones, las parejas establecidas sobre carencias emociona> les filiales pueden resultar fragiles y poco duraderas, aunque no Meguen a! incluir sintomas en su dinamica de funcionamiento. Son Pseudoparejas en las que no se alcanza ni siquiera a establecer una utilizacion menue, La historia de Maria merece contarse en detalle porque, en su dimen- sién cuatrigeneracional, ilustra bien el engarce entre narraciones filiales, conyugales y parentales, Marfa pidié que la atendi¢ram 10s junto con sus dos hijos, Bernardo, de 15 afos, y Alba, de 8. El ae = Primero, producto de una relacién rota al quedar embarazada, no habia tenido padre y mostraba ahora, al alcanzar la adolescencia, un com. portamiento inadaptado que lo situaba al borde de la delincuencia. En cuanto a la nifa, fruto de un matrimonio precipitado y breve, vivia con la madre pero veia con frecuencia al padre; ambos mantenan un permanente desacuerdo que no Sedfa ni ahora que su hija empezaba a presentar rasgos disociativos y una con. ducta psicética. Los padres de Marfa se separaron cuando ella tenfa tres meses y su tnica hermana poco més de un « afio. La madre no pudo soportar el trato a que le so- metia su suegra, duefia de un burdel y de los destinos de la familia ante la im- Potencia de su hijo, que se mostré incapaz de controlaria para satisfacer los de- seos de autonomia de su esposa. Esta, obligada por la madre de su marido a ayudar en la limpieza del burdel, huy6 levandose a las nifias, pero, a las pocas semanas, las devolvié por el expeditivo procedimiento de abandonarlas frente a Ja casa familiar. Nada volvié a saberse de ella durante la infancia de las nifias, que crecieron al cuidado de la abuela, arbitraria y cruel hasta que sus nietas la equipararon a la bruja de los cuentos infantiles. El padre aparecia y desaparecia, figura lastimosa entregada al alcohol y a los manejos de su madre. de quien no Podia defender a las nifias: tan bueno como débil, en opinion de éstas. ‘Sedaban las condiciones para que Marfa huyera con el primer hombre que. se acercara, y algo de eso qcutvi6, aunque Inexperiencla reculio-un fracas El padre de Bernardo era una Persona culta y delicada. Estaba muy enamorado de Maria, pero se sent{a inseguro debido a un defecto fisico en una mano y, cuan- do ella quedé embarazada, la abandond Por otra mujer, disminuida fisica como él. El padre de Maria, que para entonces habia vuelto a casarse, no quiso saber nada de su hija en una situacion socialmente tan comprometida, y ella marché @ otra ciudad a dar a luz y a cuidar de su hijo, As{ se desarrolld la relacfon entre Bernardo y su madre, aislados en una ciudad extrafia, vez que lo eran todo el uno para el otro: clon que habia de empezar a desquiciarse con la lle- gada del chico a la adolescencia. . Mientras tanto, Marfa habia conocido a Tomas, un guapo mozo mas joven que ella que, a fuerza de insistir, consiguié convencerla de que aceptara el ma- trimonio. Alba nacié y Tomas reconocié a Bernardo como hijo dandole sus ape- Hidos, pero la pareja iba de mal en peor; ella fue la que muy pronto empez6 a exigir la separaci6n, Los motivos de discusién eran miltiples, y entre ellos, ocu- paban un lugar importante los asuntos relacionados con la educacién del chi- co. Tomds pretendia ejercer su autoridad de padre, pero Bernardo se rebelaba y Marfa lo apoyaba descalificando a su marido. La manera en que se debfa tra- tara Alba también era causa de enfrentamiento, puesto que el padre era parti- dario de una educacién libre y sin restricciones, asf como de una alimentacién natural. Si la nifia enfermaba, los padres se saboteaban mutuamente i trata- i rlarles mu- mos srecebado Ports VERSION UA ENTA RESTO Escaner de documentos para moviles de www.stoik.mobi » LUNA CONSTRUCCION TEORICA 38 ba en bronquitis. La se- un simple ee sere ambos continud a través tro, Lo que sf empeord ‘bandono de un pa. ‘al cabo, s6lo la nifia derival ‘ ado era que cho si el resultado Sas cosas porque la Bug Ag aracion Mpa vez que iba con uno de eli dejando al 0 de Alba cancion de Bernardo, que vivie Poy segunda vet dre cuando Tomas se negé a seguir cuidando de él. iny a hija UY8-- Marfa avo de nuevo contacto con su madre, $0G3 06 6 no: : hijas. Pero se trataba de una recupera- ra ts Jud Maria entendi6 pronto, a través del afectiener su existencia, que ésta no estaba Sere faa sacrificar ninguna comodidad por ineluir a sus hijas en su vida, gsr gn ella vivi6 el abandono de su madre por segunda vez. la relacién de Marfa con sus hijos, su historie parental, se presenta con- Snada por una vida rica en pérdidas ¢1 jonales, Serfa simplificadora fe qué ella no es una buena madre: quiere a sus hijos y, con «a Gejaria despedazar por ellos. Pero, sus Propuestas rela: + - P Sjonales son inadecuadas, fruto de las vivencias que wocan. A Bernardo, mientras fue nifio, lo traté como un compajfiero décil y dependiente y, en esas condiciones, no tenia inconvenientes en darle todo su carifio. Pero, cuando la pubertad empezé a convertirlo en hombre desarrollando en él la sutonomfa que se habfa gestado en base a su peculiar relacién con la ma- Gre, perdié el control de la situacién y se dejé arrastrar una espiral simé- trica mas propia de desavenencias conyugales. La nutricién emocional mu: tua se interrum| id dejando paso anna destruc en la que, ala mayor erza fisica del hijo, ella respondia con espectaculares retiradas de afecto. Alba, por su parte, despierta en ella sin dificultad sentimientos de ternura} y proteccién, pero, a la vez, representa un campo de batalla en el que de-| mostrar su superioridad sobre ese hombre frustrante que, elegido como| décil y dependiente compafiero, ha osado sublevarse intentando imponer| sus propios criterios. Utilizando a la nifla como. prueba de la incapacidad) dre no deja de desgarrarse, ro también lado, jCon un hombre la sugerencia toda seguridad, se de su ex marido, su coraz6n de ma: se siente aliviada a verificar lo correcto de su postu fen criar hijos sanos! i6n c onyugal de Marfa también ad En ella es una constante ia busqueda de parejas por un motivo u otro, Je fallan al no ajustarse armoniosamente al patron, de tan dependiente, huy con otra con la El padre de Bernardo, por exceso: ‘a sentir mas seguro. El de Alba, q z4 por defecto: el encanto se. lolece de graves carencias, que se podt rompié tan pronto aquel jove zuelo empez6 ifestar un criterio pro- blemente la figura para io, Y.ambos hombres debieron descomponer ni om a salirse del estereotipo en ‘que Maria los encerraba. El primero, adoptando un hijo en su estéril rimonio antes que reconocer a Bernardo, ante quien, avergonzado, bajaba la mirada cuando ambos se encontraban en el pueblo durante las vacaciones. El segundo, abrazando una fe homeopatica, con la que combatir a su esposa en el sufrido cuerpecito de la chica. Enam- bos casos, los hijos acusaban las historias conyugales de los | padres incor pordndolag asus prapias narraciones iales, llenas de pérdides, disbanci: one la-verstorGRATUITA de STOIK . ‘scaner de documentos para moviles de www.stoik.mobi ee ee anene hey Lit fe Peeper) leer ape ak ie tM abiranlis Ae date Gite : prin wiriden q athyade. . LAS NARRACIONES FAMILIARES . ae A ‘ r nes jerarquicas ¢ incluso desconfirmaciones. Los sintomas enca contexto. Bernardo, Privat 10 sucesivamente de importantes figuras pater- tir con el nas ¢ incluso arrastrado a com Ya suplantarlas, estaba desa- t rrollando una visiGn del mundo en la que su papel de victima le aatorizabe aser_verdu a impartirse justicia a s{ mismo de forma om- de su identidad, y de ahfla confusién y la disociacién. Como hija, Maria est lena de ambivalencia: A su madre no le perdo- na los sucesivos abandonos, real el primero y simbélico el segundo, cuan- do se negé a reconocerla por cobardfa. A su padre sf lo perdona. Su rostro se ablanda cuando habla de él, evocando los afios en que lo vefa languide- Cer consumido por el alcohol, pero consiguiendo transmitirle ternura. Se siente bloqueada con él, y No se atreve a hablarle de temas delicados por temor a herirlo. A veces, cuando lo visita en vacaciones, se promete a si misma romper el tabu y contarle sus sufrimientos, del pasado y del pre- sente, o simplemente abrazarlo con intensidad, pero en el ultimo momen- is cede a la rutina y se limita a seguir con él frias conversaciones protoco- larias. Durante frecuentes sesiones individuales, que alternan con las familia- Tes, se va trabajando con Maria una historia que une sus vivencias filiales_ con las conyugales y las parentales. Sus relaciones con los hombres estan marcadas por la confusa figura del padre, querido por débil e indefenso Pero, en tanto que tal, problematico troquelador de Patrones masculinos de relaci6n. Por su: cia del terapeuta, y tras una dura resistencia apoyada €n argumentos trivializadores («no sé de qué puede serv «yo bien me he arreglado hasta h Marfa escribe dos cartas i como uj lestinatario, He aquf el texto: nipotente y benévola. Alba experimentaba € desgarro de ser utilizada por. sus padres, con grave riesgo de su propia salud-como un ‘Cuestionamic Hola, papé. Supongo que te extrafiar4, primero esta carta y segundo lo que en ella te digo, aunque hace mucho tiempo que queria hablarte de todo esto El smotive de que sea ahora es que, desde hace un tiempo, tengo problemas con mis hijos, dis, tntos con cada uno de ellos, ante los que me he sentido desbordada ¢ impotente de arreglarlos sola. Por este motivo estamos haciendo una terapia familiar. S¢ que para ti estas cosas son tontertas, pero te pido que lo compren- das y me lo respetes, bastante mal me siento yo. Aunque he puesto voluntad siento que soy un desastre. Hace casi un afo que estamos asistiendo a estas fesiones, unas veces Bernardo solo, otras conmigo y otras yocon Alba sola En Jas dltimas visitas han empezado a salir cosas de mi infancia y sentimientos en ~ Jos cuales wi ocupas un gran espacio, Supongo que es por esta raz6n, por la que el doctor me ha pedido que te escriba esta carta, cosa de la que me alegro por- que, aunque me encuentro bastante predispuesta, no las tengo todas conmigo y temo que, llegado el momento, me dé como siempre ese absurdo temor y no sea capaz de decirte nada. Doy por vilido el que esta situacién con mis hijos acele- re esta comunicacién contigo, Quizds no has pensado nunca en cémo viviay famos jtyacis © quizds sf Probvegadorpololagvargionsaiesl Wierda Luke vis Escaner de documentos para moviles de www.stoik.mobi UNA CONSTRUCCION TEORICA ye los sentimientos son los mismos en | hemos vivido la inane a a n mis hijos hayan si : Me da que pensar que los prob ipa quiches han despertado 7 Peto de desempolvar nuestra historia; mis hips, ttt render ¥ a superar tgyi@een mf a tantos sentimientos, pine me obre todo Bernardo. Ahora me ants cy, sas, dudas, inseguridades, temor ere he hecho lo que debiera. Suponpe™ con miedos € insegura, nO sf &1 Se iue habré cometido algin error, pert si ene encuentro al deci ede I mera sesi6n, cuando ellos empezaron Ia ronda det he de la les encararon diciéndoles: «¢No rec, ePro. tos tres hijos $'ja clase de hijos maravillosos cw 48 lo que sobre la cl i Que tenéis> terapie’ Sonsecuentes...». Los padres se quedaten atonn Pes hay que “que la sefiora, en plena crisis de llanto, se ener sin saber qué deci Mesgue nunca se habla sentido tan mal en su vida, que san habitacion. Jo encontraba reproches que hacerse a s{ tj ‘ fa absurdo ¥ QUE S210 oeaba la puerta y ella, antes de que consiguezt hacerle a Su mtr arse todas las pastillas que tenfa a mano. Estaba tae yer’ trar, aleanz6 2 Wf, dnimos de seguir viviendo. El marido tuvo que lucha s2? Fada Que ne ney hacerse cargo de la situaci6n, Venciende seer ar contra su propia 7p ina locura, la llev6 a un servicio de urgencias donde fe eee hacer aa géstrico. Y allf, durante las horas que pas6 internada, los dee ha) ronun ee insamente pasando revista a su vida en comtin, Se les hizo evidente blaron eran estado mintiendo para no abordar el vacfo que se habt estableci, hagas un vacto hecho de omisiones, de rutinas, de no molesta, . do entre ellos: un vai : : Tse en ha. de no hablar para no molestarse. Pero también decidieron que se uerian, fabian hecho cosas hermosas juntos y que sus hijos atin los necesitaban’ on podfan intentar construir una nueva pareja... i Los hijos habfan seguido el proceso de cerca, preocupados primero por el intento de suicidio de la madre pero contentos luego de verlos tan cambrefee parecta otro... Sere terapia se terminé porque no tenfa sentido que continuara. Al despedir. se, con el mismo tono pfcaro del comienzo, la pareja reconvino amablemene ] terapeuta: «Hay que ver las fuerzas que pueden ustedes poner en marcha. Pa. rece mentira! Deberfan ir con més cuidado. ;Y es que dicen ustedes cada const. hi : bueno, ahora hi Las exclamaciones de los padres darfan risa si se piensa que el terapeu- ta se habfa limitado a enunciar una banalidad sobre lo maravillosos que eran los chicos. jHay que ver, qué cosas! ¢En qué escuela de Psicoterapia en- sefian semejantes picard{as? Sin embargo, los cambios producidos, que, efectivamente, han ido mucho més all4 de las modestas pretensiones del te. rapeuta, demuestran que se han puesto en juego fuerzas individuales ysis: témicas de enorme potencia, De entrada, se rompe el mito, tranquilizador para todos hasta ese momento en mayor o menor medida, de que Alberto r es el desastre causante de las desgracias de la familia. Y se rompe precisa- mente por la inocencia del comentario del terapeuta. A pesar de ello, los padres intentan restaurar el mito, pero los hijos no se lo permiten, comu- nicdndoles de modo inequ{voco que sus narraciones respecto a Alberto es- > t4n definitivamente modificadas. Ello obliga a sus padres a cuestionar sus percepciones de ese hijo, depositario hasta ese momento de cuanto de con- flictivo habfa entre ellos, ya volver la mirada sobre sf mismos y sobre la pa- reja mientras las correspondientes narraciones se desmoronan. Es la crisis. de cuya resolucién Surgirdn nuevas narraciones y nuevos mitos: la parej* Puede hablar de sus contlictcy sigitamean rete SPORE! UF Oe" Escaner de documentos para moviles de www.stoik.mobi LAS NARRACIONES FAMILIARES 51 chico... Todos se sienten, mejor, mas libres, y la conducta de Alberto deja de ser patologia para convertirse en otra cosa, probablemente en rebel- dia de adolescente. A veces las cosas son as{ de sencillas, A veces. Amparo es una madre de familia de 44 afios que acude a terapia individual Porque est deprimida. No puede soportar las continuas peleas que, en casa, Protagonizan sus dos hijas, Blanca y Marfa, de 21 y 19 afios, ni la actitud de su marido que, en vez de apoyarla, se limita a retirarles la palabra a las chicas, acu- sdndola a ella de ser la pri incipal responsable. La situacién es, en verdad, alar- mante. Marfa se siente maltratada por su herm: ana, quien la provoca quiténdo- le ropa de la manera més selectiva ¢ inoportuna. Por su parte, la mayor acusa a Maria de ser frivola y humillarla con exhibiciones de belleza fisica. Las herma- nas han llegado a las manos varias veces, no se hablan y amenazan con dejar la casa sino marcha la otra. Amparo siente que la familia se descompone y que ella es un fracaso como madre. Pero en la historia de Amparo hay antecedentes de relaciones fraternales di- ficiles. Su hermana Antonia, tres aflos mayor que ella, es esquizofrénica y, aul que actualmente est4 bien, en el pasado sufrié graves crisis de agitacién que la han perturbado intensamente. Antonia deliraba que Amparo la queria envene. nar, que no hacfa otra cosa que perjudicarle, que le quitaba los novios y se pro- ponfaquitarlelaherencia, Amparo se cas6, muy enamorada, con un hombre de condicién social infe- ior, duro y hecho a sf mismo. Siente que ella ha llevado la peor parte en el ma- trimonio y que él se ha aprovechado de su amor, atin activo en la actualidad a pesar de los infinitos desaires recibidos, Las nifias han sido su consuelo, aunque en los tiltimos afios ha contemplado horrorizada cémo se reproducfa entre ellas un enfrentamiento similar al que ella vivié con su hermana. No se explica que haya podido ocurrir algo que ella siempre quiso evitar tratandolas con exquisita equidad. Su marido, por su parte, tampoco ha sido un mal padre, sobre todo cuando las chicas eran pequefias. Ahora ya no sabe a qué atenerse. En casa na. die habla. No existe familia. Amparo ha pasado la vida obsesionada por no reproducir en sus hijas el problema vivido con su hermana y, a tal efecto, ha sido una madre justa, es- pecialmente vigilante para evitar arbitrariedades. Pero el problema se ha colado por la retaguardia. Ella y su marido nunca han sido unos padres para sus hijas, sino un padre y una madre. No ha habido burdas triangula- ciones, pero una sutil fractura se ha producido entre unas hermanas para las que la pareja parental no es mas que un sumatorio de individuos cuan- do de ejercer la parentalidad se ha tratado. La parentalidad de Amparo, tor- turada por el cisma existente entre sus dos hijas, es un fiel reflejo de su cis- miatica pareja, No obstante, aunque en situaci6n de riesgo, Blanca y Maria no estan confundidas respecto del sincero interés que han provocado en sus padres, y esto las ha preservado hasta la actualidad de males mayores. No siempre es ése el caso. Marcial es un joven de 26 afios que trabaja como funcionario en la Adminis- tracién y vive con su madre Elena, de 54 afios de edad y viuda desde hace cua- tro. El cuarto miembro de la familia, la hermana de Marcial, Isabel, tiene 28 afios yacabpd6 PESAA BETA VAUION GHATUITA de STOIK Escaner de documentos para moviles de www.stoik.mobi 52 UNA CONSTRUCCION TEORICA i Jos primeros meses de vida y obeso desde la aq so! es aamtico deste los Pata a terapia familiar es su conducta ene” vagante y Violenta, Se muestra exigente ¥ bos sensi bd 2gresivo cuando se |e contradic tiene bruscos cambios de humor y de noche se pasea a grandes 2an_ tiene Proipeando y rompiendo muebles y, a veces, maltratando a gy Pen el tr bao Pombién se manifiesta caprichoso y raro, los compafteros madre. En el trabajo ambit ot go a un puesto vacio de responsabilidad. Gey le temen y los jefes lo han resent rafiamente ritualizados. S i realiza movimientos extr e 10s. Sus expre. tcula de forma rae er ineligenesyreflejar Un Fino sentido del humor, perg i ic habla de la familia de la madre y, por extensién, de los ortundos a fegion de donde sta procede, a los que atribuye todos sus males irreductible. 2a a nnn Su pues compan fu an mater condicién de causantes de sus desgracias, en un extrafio contubernio que deja a la madre a salvo de responsabilidades explicitas. Sin embargo, Marcial también se irrita con su madre, a la que, finalmente, agrede mas que a nadie. Hay una historia sobrecogedora que ilustra a la perfeccién el estado de Ja narrativa de Marcial. Cuando evoca su bautizo, que recuerda por las fotos que conservaban en casa y que él destruy6, se enciende de ira ¢ insulta a sus padres, a su familia y al mundo, acusdndolos en los siguientes términos: «Todos refais mientras yo lloraba. Me despertasteis para hacerme sufrir mojandome y poniéndome sal en la boca. No os importaba que yo me retorciera. Vosotros disfrutabais con vues- tros ritos estipidos y crueles. {Hipécritas! jHacer eso con un nifio pequefiol». La relaci6n entre los padres se truncé en la misma noche de bodas, cuando la madre no pudo contener el despecho por la poca habilidad sexual de su mari. do y éste se sintié profundamente ofendido por la protesta de aquélla. Quedé asi seliado un desencuentro hecho de distancia y frialdad por parte de él, desaffo hi- riente por parte de ella y manifiesto desprecio por parte de ambos. La hija mayor logré despertar el interés del padre, que sinti6 en la relacién con ella un calor que su esposa y él se negaban mutuamente. La madre toleré que la nifia creciera como favorita del padre sin retirarle ella misma su afecto y apoyo. Pero con Marcial las cosas habian de ser diferentes. De entrada, la madre recibié su llegada con poco entusiasmo: el segundo fru- to de una relacién frustrante y, encima, var6n, El nifio se crié con dificultades, poniéndola a prueba noche tras noche de insomnio y aburrimiento. Un asma precoz lo dejaba con frecuencia al borde de la asfixia, y ella se consumfa viendo como «aquel pequefio monstruos (sic) le absorbfa las fuerzas sin concederle tre- gua. Interpretando erréneamente tanta dedicaci6n, el padre sentia al nifio como propiedad exclusiva de su mujer y se desentendia manifiestamente de él. De esta forma, Marcial crecfa en terreno de nadie, induciendo en sus padres sentimien- tos de fastidio. En verano, la madre se lo llevaba a su region de origen, donde el clima seco supuestamente debfa favorecer su asma, pero, una vez entre los su yos, abandonaba al nino en manos mercenarias para descansar feliz, entregada # la relacion de tfos y primos. De regreso a casa, el padre seguta interpretando Sus ausencias como prueba inequivoca de la colonizacién del nifio por la madre y su familia. No tenfa nada que dar a ese traidorzuelo Marcial es un verdadero coleccionista de sintomas: asma, obesidad y psicosis. Su fisico, tan imponente como descuidado, sugiere el de alguien con muy poco aprecio por sf mismo. Pero, ces posible apreciarse y cuidar- se con una narracién filial como la descrita? Sus ira y violencia Procesado por la version GRATUR Ase STOR” Escaner de documentos para moviles de www.stoik.mobi LAS NARRACIONES FAMILIARES. 53 van dirigidos contra un mundo que lo ha reducido a tan penoso estado, que al no protegerlo le ha impedido autoprotegerse; y contra unos padres que, enzarzados en una historia maligna de orgullo y rencor, no supieron co- municarle aprecio y valoracién. La tupida trima de narraciones en las que la familia de origen, la pare- ja y la familia de procreacién se articulan con otros multiples espacios re- lacionales, también significativos aunque generalmente menos trascenden- tes, constituye el armazén de la actividad relacional del individuo y. por tanto, de su vida psiquica. Admitiendo combinaciones muy diversas de identidad y narrativa, en ella caben goce y sufrimiento, capacidad de cam- biar pero también funcionamiento redundante. Es l6gico, por tanto, que también sirva de base a los mas diversos sintomas psicopatolégicos, habi- da cuenta de que éstos participan plenamente de las leyes que regulan la in- teracci6n humana. Procesado por la version GRATUITA de STOIK Escaner de documentos para moviles de www.stoik.mobi

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