ap, { Lat Hrcerattn, Bandera 30
fe =
. D. Alberto Mauret Caamatio.‘TRIS?
Perisdies Literario Tiuetrade
_ Sale 4 luz los domingos
DIRECTOR-FROPTENARTO:
Alfredo Rodriguez Rojas
DIRECTOR ARTISTICO
Duis B. Gutierrez
SUSCRIPCIONES
. 2.50
130
Por un atio..
Por seis meses
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A nuestros Agentes de Provincias
Les rogamos se sirvan cangelar sus ctlen-
tas antes del préximo ntimero, gin cuyo
cumplimiento cesard él envio de ejemplares.
PERMANENTE
Iris desde el 6,0 ntimero apareceré en su
ticyo formatode 20 paginas impresis en
magnifico papel yendiéndose al mismo precio
de 5 centavos.
NUESTROS Cee ee ee
AtsErTo Mavren Caamago
Es el poeta fayorito de nuestro mundo fe-
menino,
Sus versos tienen un tinte de novedad,
muy poco comtin entre la pléyade de: escri-
tores jévenes.
Su lira canta al Amor, y he abf por qué es
él preferido del bello sexo.
Actualmente coleeciona sus trabajos litera-
tios para publicarlos en un vohimen que no
dudamos sera. muy bien recibido por el pu-
blico ilustrado.
Tris al publicar su _retrato en Ja pagina de
honor, rinde culto al talento y saluda al poeta
y al amigo.
PENSAMIENTOS
Si de la conciencia al rostro
asomara el lodo inmundo,
de fijo no se hallaria
tun sdlo blanco én el mundo,
Mi coraz6n parti en dost
de las partes elegi
la mas grande para U,
Ja mas chica para Dios:
Te dicen tus pretendientes
gue eres hermosa y; divina:
nolo creas... Yo sé de alguien
que estudia en ti rostro gulmica...
Ceando miro disiparse
por leve soplo de viento
el humo azul que despide
mi cigaro centciento; "|
Piecco qué ast, como el hamo,
es la vida y sus placeres:
el aprecio de los hombres
y el amor de las mujeres.
Axsurto Maurer OsamAno
Valparaiso de 1901.
ee
PENUMBRAS
Oh! Hl Inyierno, Ya tenemos su saludo que
nos ha hecho en una sonrisa helada y signi-
ficativa. Nos trae sus cielos opacos y sus tar-
des de grises melancolfas, envueltas en los
sudarios de las brumas heladas, que provocan
al cerebro los suefios’ delirantes y enfermizos
del ajenjo y del. absintio; los crepisculos
de tintas mas apagadas que despiertan en ol
alma las nostalgias; los eternos horizontes
blanguecinos, y la luvia que golpea con su
eco liigubre y hastiante.
Las tardes de la -plazal... {Entre Ja luz in-
| candescente de los mecheros que brillan opa-
lcamente fundiéndose en las tiltimas tintas
guises de Ja tarde; las mujeres bonitas cou sus
rostros més palidos por el frlo, ostentan sus
capas de colores claros y las plumas blancas
y las picles, donde prendidas con encantadora,
eoqueterfa, los manojos de violetas dejan en
el aire ol desyanecido perfume de sus peque-
fifsimas corolas. Y alld en el acres conae, Jas35
ANO I
TRIS—Santiego de Chile, 2° semana de Mayo de 1901
Nim. 6
tices se mueyen con aleteos de frfo, Ins notas
vivaces y juguetonas de un vals, s¢ desbor-
jan locamente, deslizéndose con suavidad de
os tubos de las flautas, semejando carcajadas
sn los bronees, y hnyendo como, ligerisimas
mariposas que llenan el paseo de ritmicos
aloteos musicales.
En el cdilico boudoir, donde Ia luz do una
para de alabastro derrama su luz a traves
Jo [a pantalla deseda, evolvicndo la cotancia
somo en tin sopor dulce y misterioso, el espo-
je dice: to advierto, no saldré esta noche,
sstoy resfriado. Y nrrojé con indiferencia el
mo azulado de un panetola,
‘Ella, sumida en la penumbra rosada de la
pantalla, esconde la cabeza entre sus manos
como. disgustada, y luego dejando o! asionto
eri languides provocadora, ya adonde
080 y] Te da un beso en ta frente dicigu-
ay espera la
contestacion acaricidndole el cabello.
Cou recta Gel le 1ecbesta san ios
do, abusas de tu arma irresistible—tus labios,
=y atrayéndola hasta juntar su bigote con
lo8 labios palpitantes de ella, le repite quedo,
muy quedo: Hires muy cruel... muy eruel
naz que pongan él coche...
Jack.
VOLVIBRON....
(De Bécquer)
"Volvieron otra vez con suis aromas
as flores el ambiente 4 embalsamar;”
“pero aquellas que oyeron tus promesas,
‘tus promesas de amor... no volveran!
Volvieron otra ver las bellas noches
de la grata estacién primaveral;
pero aquellas de luna que me vieron
“410 lado, felizl... no volverin!
Volvieron las coquetas mariposas
en el pensil amenod retozar;
pero esas que tus besos escucharon
“tas besos de pasion... no volverin!
Las aves otra vez con sus gorjeos
volvieron la mafiana 4 saltdar,
pero esas que al pasar nos contemplaba
dichosos! sonreir... no volverin!
Y yolvieron en tu alma las celestes
ilusiones de amor 4 despertar;
pero esas—¢las recuerdas?—tan hermosas
ya nunca volyerin! %
Luis Mazrixez Rusro
‘| t90r
¢
LA PIEL DE TIGRE
—Eh qué deseas convertirte?—me dijo la
peduiefia hada blanca que saltaba de gofa en
gota sobre las hojas empapadas de rocio.
Me uedé pensativo largo instante. Al fin le
respond{;—En la mas hermosa piel de un ti-
gre muerto.
Sacé él hada su magica yarilla, me dié un
golpe en el hombro y al punto quedé conyer-
|tido en la listada piel de un tigre que fué fa-
moso en vida por sus barbaras fechorfas. A
otro golpe de la varilla me- encontré en una
salita pequefia, en el dormitorio encantado
de una virgencita mny loca y muy linda. Me
arrojaron al pié del diminuto catre de caoba
y desde allf alcanzaba 4 percibir perfectamen-
te el esyuisito. perfume que se eseapaba del
lecho virginal.
Gon mis grandes ojos de tigro, que seuii-
ocultos en la peluda cabeza semejaban lu-
ciémagas endiabladas, yo miraba el cuartito
do la virgen y me sentia feliz...
Guando llégé la noche, Ia virgencita loca y
linda empezd a desnudarse con un descnido
candido.
‘Artojé lejos sus zapatitos de seda; y su cor-
sé diminuto, y sus medias negras y su blanca
enagua, fueron a caer sobre lis anchas fauces
de un sillon oetogenatio...
Cuando ya la yirgencita hundia sus piés en
mis pelos sedefios, cuando ya sdlo estaba cu-
bierla por su camisa de batista con cintillas y
mirifiaques azules, joh! enténces yo no pude
resistir, yo temblé, y espantado de yerme jun-
to de aquella ideal ‘hermosura, cerré los ojos,
Jos grandes ojos que parecian luciérnagas en-
demoniadas,
alyez lw virgencita sintié que yo temblaba,
porque asustada, de subito me mir, y al ver-
me con los.ojos cerrados, did un grito y se
arrojé al verde cordon de la campanilla,—jJestis!... No me digas esas cosas que me
hacen ruborizarme.Hi
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2238
ANO 1
TRIS.— Santiago de Chile, 2." semana de Mayo de 1904
Nim. §
‘Vino la camarera. 7
—Llévate esa piel que est endiablada, dijo
latvirgencita,
Fui sacado de Ja pequefia salita perfumadu
donde dormia en un catre de caoba la nifia
bonita, y nunca mas pude contemplar aque-
lla esouitura griega, oculta bajo la camisa de
batista con cintillas y mirifiaques azules.
x Tenacro Pérez K
COLOQULO?
Es tiempo que ya sepas que en mi pecho
te adora ingénaa y amorosa el alma;
es tiempo que me dés el si que anhela
esta pasion que el corazbn me abrasa...
¥ la pobre mujer, la sordo-mnda,
con sus dedos las letras figuraba;
y al fijarse el galan en oste dato
ealé el chapeo. ., fudse. .. y no ubo nadal»
Luis A. Hurrapo L.
Valparaiso, 1900
REFLECCLONES
Hay seres en este mundo de crueles dolo
res destinados desde lacuna al suplicio. Arras-
tran unos con valor y entereza la pesada ca-
dena de infortunios que les legé el hado fatal
en la hora infausfa desu venida 4 la vida,
otros, valientes ante la desgracia, sufren y
luchan heréicamente por asir el bordon de la
suerte; hay quienes afiaden cada dia, cada ho-
ta, una flor envenenada 4 Ja guirnalda de sus
desdichas, y viven... ¢Cbmo? |Misteriol.
La vida es un combate interminable y sin
cuariel para muchos; tna eterna carcajada para
otros. Ya es un encanto divino que arroba el
alma en el mds sublime de los éxtasis, un
maestro poderoso que posée, tinicamente él,
Tn clave de un lenguaje delicioso, mudo y
desconocido; 6 un demonio que nos arroja en
el infierno de Ja duda, de los atroces’ tormen-
tos de laausencia absoluta del ser amadol
Es quizes la angustia sutil, la sensacién
Golorosa que roe sin fin €l alma; 6 Insatisfac
cién dulce, carifiosa que enjendra Ja caridad,
la nobleza de sentimientos, la compasiva ter-
nura de un ser impresionablel.
Gozimos con muchos; loramos solosl...
Ley fatal del mundo que todo lo encamina
4 su egoismol Si no tuvidramos f, si no cre-
yéramos en una recompesa étérna, ;Dios san-
tol, la vida gerfa un suplicio, la muerte una
tormento de muerte... Pero né... Ia fé es mas
poderosa que el*hiorro y jes tan bueno Horarl.,
El moribundo que presiente que Ia vida le
abandona, Hora y sufre, porque en esa hora
suiprema conoce que sus obras meritorias son.
pocas y desea vivir para afiadir siquiera una
modesta flor su pequetio ramillete de virtu-
des,
Es bueno y saludable lorar mucho, Cada
ligrima es un desabogo del corazén, un vacio
pura una nueya desdicha, S6lo debemos ayer-
gonmarnos cuando lloramos por. un_capricho.
‘Aun la falta misma perd’na las lagrimas, por-
que enténces vienen 4 ser la prueba elocuente
del arropentimiento. ;
Sufrir, lorar, perdonar mucho, amar, he ahi
la vida, ee
Si queréis vivir bien, aprended 4 sufrir
biel...
Awa M. Garcia FP.
Chillén, 27 de Abril de 1901.
PARA A...
Una blanca mariposa
enlanieve se pos ~
yal frio intenso y tenaz.
el insecto perecid;
Hace tiempo que mi afecto .
es ciervo de tu albedrio:
cuando se pose en tu pecho
morirf tambien de frio...
ALENEE
Valparaiso, Abril de 1901.
LA LAGRIMA. .
ara J. J.Silya Campos)
Oculto entre el boseaje negro y los tupidos
caflayerales que juntan sus esbeltos y. finos
tallos, entre Ins opacidades de una noche de
inyierno; el baridido de corazén de chacal y
dicha; cada pesar un infierno, cada légrima un ~“39
NO 1 IRIS.
antiago de Chile, 2.* semana de Mayo de 1904
Nim. 5
puflalada certera acecha, Pasea su vista por el
camino plomizo; sus ojos acostumbrados 4 yer
entre las sombras, escudrifian lo lejos, an—)~
siosos, anhelantes de descubrir alguna victima,
De stibito su cuerpo se contrae, se alarga
“enseguida, se tiende, Su piel se pone recta, su
‘frente estrecha se arrnga en una contraceién
- ripida; la nariz se infla, los labios se plegin
eon movimiento nervioso i la cabeza ancha y
“redonda se pega 4 la tierra, como la de un
tigre que espera la ocasién propicia para lan-
arse. Luego con st. mano callosa y como
électrizada toca el cabo.del pufial y pasa con’
“suavidad sus dedos por el filo, como quien
acaricia la pielsedosa de una mujer. Bs exi-
gente para esa acerada hoja, Quiere .que
siempre le sirva con correcctidn. Se la des-
prende de su cintura, y enseguida con su
diestra apreta el cabo conyulsiyamente.
~ Alla, donde el camino se pierde, alumbrado
por el resplandor dudoso de la luna oculta
‘entre grupos de nubes oscuras, se ven dos
‘manchas hegras, indecisis, que se yan ha-
Giendo distintas poco & poco.
"La noche esté alumbrada por una téoue
claridad, con esa luz opaca que arroja la lu-
na oculta, como la de una limpara 4 través
de una pantalla. De entre los contornos ca-
“prichosos de lag nieves seven surgir de vex
~ en cuando Jos débiles temblores lintinosos de
‘algunos grnpos de estrellas que semejan par-
adeos de diamantes entre girones de gasa.
a noche esté quieta y el aire parece impreg-
mado con perfumes dé flores silyestres.
El paso de los caballos que se acercan so
oye con claridad. Son dos personas. Talyéa
dos enamorados.
El bandido se prepara. Sus ojos, como dos
pedazos'de brasas, se mueyen inquietos, mi-
diendo la distancia y estudiando el sitio para
dar el golpe certero, Su pecho se dilata,
dorso adquiere flexibilidades de culebra y
movimientos de fiera. Su cuello corto y pletd-
" rico se agranda, las manos se crispan y apre-
“tan el cabo del pufal, y en un moyimiento
ripido de su cuerpo como tigre que encoge
“Jas patas traseras para saltar, abre las ramas
y va d atacar......
Mas, su cuerpo tiembla, el pufial cae de su
mano, y por primera. yer después de tantos
afios de erfmen siente palpitar su corazén,
que crefa muerto, de un modo extrafio. Ha
ido el eco de un beso. Y aquel eco dulcisimo,
ya inedio olvidado.en sii dormido sentimien-
6, Jo despierta con temblores y emociones que
ya no sentia el alma enyuelta entre los vape-
res calientes dela sangre de tantos crimenes} ;
jUn beso! :
Y el bandido parece ver, 4 través de las
sombras de su cerebro, alli muy lejos, en’ la
verdura del campo, tua casita blanca, con
alelies y margaritas rosadas; entre el bosque
saturado de perfumes agrestes y poblado de
arrullos y blandos aleteos de tértolas y palo-
mas, y més alla los prados de estneraldas y
las mieses rubias, y el arroyo de aguas claras
que corria al pié de aquella colina, sollozando
entre los pedrazcos, murmurando sobre las
arenas doradas. Abi, bajo aquellas lilas y ca-
nelos y las flores blancas de las magnolias,
ah{, donde la brisa parecia traer suspiros olo-
rosos de Ia selva, él, con el candor de la nifien
hubfa dado el primer beso, a la muchachita de
brazos desnudos y ojos azules como las pasio-
narias qu» cubridn los tapiales da su huerto,..
Y¥ despnés?... fn ese momento miré el pufial
que reflejé un melancélico rayo de lana.
—Ah! Despuésl... se dijo, contemplando
con tristeza 1a averada hoja. Y al mirar el
camino y ver 4 aquellos dos amantes que ya
se perdian; recordé nuevamente. los dias de
su infancia en la casita blanea donde nacid,
adornada de alelies y margaritas, cubierta de
pasionarias azules, su amor inocente de aquel
entonces la dulzara del primer beso... y de-
jando caer la eabeza sobre el pecho, se secé
‘una ldgrima con su mano callosa y criminal,
N. Yisuz Srrva.
Mayo de 1901.
“BL MOSQUITOn
Desde algtin tiempo 4 esta parte se venia
haciendo notoria Ia falta de un periddico sati-
rieo que, sin ser érgano de ningun purtido,
obedeciera 4 méviles completamente inde-
pendientes; hoy tenemos lo que faltaba en la
Prensa. Ex Mosquito, periddico satfrieo inde-
pendiente de los dias mértes y viérnes, Ancho
campo le presta la proxima contienda electoral
para ensayar sus més fuertes picadwras en los
politicas de ambos bandos.
18 puiblico ha sabido corresponder digna-
ments los esfuerzos de sus redactores, agotan-
do una 4 una las tres ediciones que hasta hoy
han ciroulado,
Ins saluda al colega felicitando 4 sus re-
dactores por la magnifica idea que han reali-
zado.
14801 IMPRENTA ¥ LITOGRAFIA (ESMERALDA, SANTIAGO BANDERA S04No obres mal, que esperes bien.