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- Seor, trabajo en la empresa hace dos aos con bastante esmero y estoy a
gusto con mi puesto, pero siento que he sido dejado de lado. Mire, Fernando
ingres a un puesto igual al mo hace slo seis meses y ya ha sido promovido
a supervisor.
- Bien, qu averiguaste?
- Seor, tienen naranjas para la venta.
- Y cunto cuestan?
- Ah! No pregunt.
- Bien. Viste si tenan suficientes naranjas para todo el personal?
- Tampoco pregunt eso.
- Hay alguna fruta que pueda sustituir la naranja?
- No lo s, seor, pero creo que...
- Bueno, sintate un momento.
- Juan, qu me decas?
- Nada, seor... eso es todo. Con su permiso.
Hoy en da reclamamos empoderamiento. Es decir, que los jefes otorguen a
sus subalternos la posibilidad de tomar decisiones y responsabilidades por
ellas. Pero, estn los empleados asumiendo esta funcin de manera
proactiva y automotivada?
Si est "all abajo", sintindose poco valorado, y si los otros le lanzan la tierra
de la incomprensin, del egosmo o de la falta de apoyo, recuerde al caballo
de esta historia. No acepte la tierra que tiraron sobre usted, sacdala y suba
sobre ella. Cuanta ms tierra le lancen, ms podr subir.
El regalo furtivo
Un chico haba nacido con una enfermedad que no tena cura. A sus 17 aos,
poda morir en cualquier momento. Siempre haba permanecido en casa, al
cuidado de su madre, pero estaba harto y decidi salir solo por una vez.
Visit muchos almacenes y, al pasar por uno de msica, vio a una jovencita
primorosa de su misma edad. Fue amor a primera vista. Abri la puerta y
entr sin mirar nada que no fuera ella. Acercndose poco a poco, lleg al
mostrador donde se encontraba la chica, que lo mir y le dijo, con una
sonrisa:
l pens que era la sonrisa ms hermosa que haba visto en toda su vida.
Sinti deseos de besarla en ese instante. Tartamudeando, le dijo:
l asinti con la cabeza y ella fue a la oficina, para volver con el paquete
envuelto. Lo tom y se fue.
Desde entonces, todos los das visitaba la tienda y compraba un disco. La
muchacha siempre lo envolva, y l se lo llevaba y lo guardaba en su clset.
Era muy tmido para invitarla a salir y, aunque trataba, no poda. Su mam se
dio cuenta y le dio nimo, as que al da siguiente l se arm de coraje y se
dirigi a la tienda. Compr un disco y, como siempre, ella se fue a envolverlo.
l tom el paquete y, mientras la joven no lo miraba, dej su nmero de
telfono en el mostrador y sali corriendo.