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La Parroquia
noción jurídica
Índice Pág
1. Introducción 2
2. Referencia etimológica
al vocablo parroquia 2
3. Origen Histórico de la Parroquia 3
4. Doctrina canónica acerca
de la noción de Parroquia 4
5. Conclusión 8
6. Bibliografía 9
2

1. Introducción
Este trabajo no pretende agotar todo el estudio sobre la parroquia, que sería no sólo una tarea
inagotable en su total extensión, sino altamente atrevida. Por esto, tan sólo, será un estudio
remitido a la noción de parroquia y, ésta, estudiada a partir de la doctrina canónica que brota
desde el código actual promulgado en 1983.

Será tarea de otros encuentros con este apasionante tema la profundización posterior sobre
materias relacionadas y emanadas de esta institución.

Para esto, primero se verá una breve referencia etimológica acudiendo al estudio de
diccionarios y textos afines, para pasar a una reflexión histórica atendiendo más profundamente
al tema de la formación y de la evolución de la parroquia como institución.

Por último se verá más profundamente el tema de la doctrina canónica principalmente


haciendo una exégesis desde los cánones directamente relacionados con la noción de parroquia.

Por sobre todo, podemos entender la parroquia como una estructura al servicio de la
salvación de los hombres y como centro de comunión con la Iglesia universal.

2. Referencia etimológica del vocablo parroquia


Es un femenino que designa tres realidades. Designa la Iglesia donde se administran los
sacramentos y el alimento espiritual a los fieles de una feligresía. Es el conjunto de fieles
gobernados por un sacerdote que tiene la cura espiritual de almas. El territorio que ocupan los
fieles que componen una parroquia.

Etimológicamente, Parroquia, viene del griego π α ρ ο ι κ ι α (vecindad) de


π α ρ α (cerca de, a lado de) y ο ι κ ο ς (casa). Dos posibilidades: 1. Indica el lugar de
reposo de uno que no es ciudadano cuando se encuentra en un lugar extranjero. En un sentido
figurativo significa la vida terrestre de los cristianos, que viven como extranjeros, en el sentido de
peregrinación1. 2. Designa congregación de extranjeros. ‘Ο Π α ο ι κ ο ς (Nominativo)
significa propiamente extranjero, incluso extraño, en el sentido en que vive en casa ajena2; en el
sentido figurativo el cristiano es extranjero ya que su verdadera casa está en el cielo.
Πα ρ ο ι κ ε ω (verbo) significa ocupar un lugar como extranjero; en una segunda acepción
es vivir en calidad de extranjero.

El vocablo pasa al latín como una transliteración: parrochia y paroecia. Sidonio, obispo de
Clermont (484) la utiliza indistintamente para designar diócesis al igual que San Agustín de
Hipona (354 – 430). Diócesis (δ ι ο ι κ η σ ι σ ) designaba administración y se usaba en un
contexto civil; tal vez, por esta razón, prefirieron transliterar el vocablo paroikia al latín para
designar diócesis, y tardíamente atestiguado por Eusebio de Cesarea, citando a Ireneo de Lyon, 3
se utiliza el vocablo más o menos en sentido actual; Eusebio lo utilizaría en el sentido de
comunidad, como iglesia peregrina.

1
Cfr. 1 Pe 1, 17.
2
Cfr. Lc 24, 18.
3
Cfr. Historia Eclesiástica 4, 23.
3

3. Origen histórico de la parroquia


3.1.Antecedentes bíblicos

Siempre la Iglesia necesitó una organización interna y externa. Esto lo vemos atestiguado
en la elección de los Doce como una comunidad jerárquica estable4. Ellos son los testigos
privilegiados de la revelación, y como tal, tienen la autoridad jerárquica dada por el mismo Jesús,
teniendo como cabeza a Pedro5. En la primera época de la Iglesia, los cristianos viven reunidos en
torno a su obispo, teniendo las celebraciones en casa de algunos miembros de la comunidad. En
cada centro cristiano a fines del siglo I encontramos a todas las comunidades con un obispo que
se hacía ayudar por su clero los fieles y los catecúmenos.

Encontramos en el Nuevo Testamento dos estructuras jerárquicas relatadas en los Hechos


de los apóstoles, y las cartas de Juan y Pablo. Son dos estructuras que provienen de diferentes
tradiciones. Juan y Pablo fundaron comunidades por el Asia menor y Grecia, y en ellas se puede
ver una estructura eclesial determinada6: las de Pablo eran comunidades acéfalas, es decir, no
tenían obispos residentes, sino que estaban gobernadas por un colegio de presbíteros – obispos;
uno de ellos hacía de moderador y presidente de la Liturgia7. También existen las comunidades
fundadas por Juan que tienen una estructura monárquica con un obispo residente8.

Estas comunidades y los obispos y presbíteros que en ella ejercían el cargo de dirección,
no eran arbitrariamente impuestas sino elegido por los mismos apóstoles por medio de la
imposición de manos para su misión; en ella le conferían la autoridad y ministerio9.

Esta estructura jerárquica la encontramos al final del siglo I como ya vigente, representada
por los sucesores inmediatos a los apóstoles

3.2. En los primeros siglos

Ya hemos dado alguna referencia a los primeros siglos y a su constitución jerárquica. A


mediada de la expansión del cristianismo, se fueron fortificando las comunidades y se extendió su
número de fieles, se alargaron las distancias y los obispos y presbíteros tuvieron necesidad de
atender y visitar estas comunidades fuera del contexto urbano. Este era un desafío que requirió de
una asimilación y estructuración nuevas. Surgieron los corespícopos, una institución semejante al
obispo auxiliar actual; ellos visitaban las comunidades rurales. Este sistema entró en crisis, y
surgieron los presbíteros visitadores. Eran sacerdotes vinculados a un presbiterio urbano
mandados por el obispo a visitar las comunidades pero volvía una vez terminada esta misión. Hay
que pensar que se está en el contexto histórico de las persecuciones del siglo III, donde no se
puede contar con una estructura tan estable.

Posteriormente vendrá el suceso que influirá definitivamente en la formación de la


parroquia: la paz de Constantino; con ella las conversiones masivas se suceden y el número de
fieles aumenta considerablemente, lo que hace que se tenga un nuevo concepto de misión y de
evangelización. Estas conversiones hacen necesaria una atención más permanente a las
comunidades alejadas o rurales. Claramente los sacerdotes visitadores no pueden cumplir con los
requerimientos y los fieles necesitan una atención más estable. Así los sacerdotes, comienzan a
residir en algunas comunidades y a tener una cierta autonomía pastoral y espiritual, pero sujetos a
los obispos en los bienes temporales. Poco a poco también se estableció autonomía en este
campo. Todo esto va preparando el instituto parroquial a lo largo del siglo IV.
4
Cfr. Mc 3, 13 y par.
5
Cfr. 1 Cor 12, 28ss; 14ss; 15, 5; Mt 16, 18ss; Jn 21, 15ss.
6
Para profundizar el tema se puede ver en F. PARDO, Curso de eclesiología fundamental, Seminario Pontificio
mayor de Santiago, 1994, 51 – 55.
7
Es el caso de todas las comunidades fundadas por Pablo. Cfr. Hch 20, 17; Tt 1, 5; 1 Tim 4, 14; 5, 17; St 5, 14.
8
Cfr. Hch 21, 18ss: aquí se está hablando de la comunidad de Jerusalén donde residía Santiago de Jerusalén; también
es el caso de la comunidad de Roma, y de todas las comunidades fundadas por Juan.
9
Cfr. Hch 14, 23.
4

En oriente comienzan las comunidades parroquiales ya hacia el siglo III, atestiguado por
diversos Padres de la Iglesia como Dionisio de Alejandría, Atanasio, Justino, aunque aún no se le
denomina parroquia.

3.3. En la Edad Media

Así surge la parroquia y se estabiliza ya hacia final del siglo IV, donde tendrá una estructura
legítima: fieles, Clero, patrimonio y obispos. Durante todo el medioevo, la parroquia como
institución sufrió una gran expansión y desarrollo. Gran parte se debe a la expansión de la Iglesia
como institución espiritual y terrenal y el contexto del régimen feudal. Así los párrocos se
transformaron en señores con bienes y vasallos, con hegemonía en lo temporal y en lo espiritual,
con única visión la cura de las almas; todo se utilizaba para la evangelización y apostolado, todo
era un medio para la salvación propia y de los fieles.

Con todo, se cayó en algunos excesos, y hubo quienes vieron en la institución del párroco
y de la parroquia un medio para adquirir mayor riqueza y bienestar. Esto llevó a una gran crisis
que resolvió la renovación tridentina.

3.4. Trento y la parroquia hasta nuestros días

Hacia los primeros tiempos de la edad moderna se puede ver un nuevo decaimiento de la
institución parroquial. Había muchas razones para esto. El cisma de Oriente, la falta de
credibilidad en el papado, la corrupción interna en la Iglesia y en la jerarquía. Por otro lado,
acumulación de beneficios, falta de residencia, abandono de la cura de almas por parte de los
párrocos.

Este concilio adopta como una misión la restauración de la Parroquia. Legisla por primera vez
acerca de las parroquias en su sesión XXIV Capítulo 13. Determina los límites de la parroquia,
así como del párroco. No hay multiplicación innecesaria de parroquias sino de acuerdo a las
necesidades de los fieles. Se eliminan los abusos de acumulación excesiva de bienes y se
establece la residencia y el oficio pastoral del párroco: predicar la palabra, conocer a sus ovejas y
asistir en la cura de almas.

Es así como se determina la institución parroquial que permanece hasta nuestros días. El principal
cambio determinado por el CIC actual es que se ha pasado de ver la parroquia como una unidad
jurídica estructural a una visión teológica – pastoral de la parroquia centrado en la misión del
párroco como pastor de una iglesia particular.

4. Doctrina canónica acerca de la noción de Parroquia


4.1. textos canónicos

515  1. La parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable


en la Iglesia particular, cuyo cuidado pastoral, bajo la autoridad del Obispo diocesano, se encomienda
a un párroco, como su pastor propio.

 2. Erigir, suprimir o modificar las parroquias corresponde exclusivamente al Obispo


diocesano, pero no las erija, suprima o modifique notablemente sin haber oído al consejo presbiteral.

 3. La parroquia legítimamente erigida goza de personería jurídica en virtud del


mismo derecho.

516  1. A no ser que el derecho establezca otra cosa, a la parroquia se equipara la


cuasiparroquia, que es una determinada comunidad de fieles dentro de la Iglesia particular,
encomendada como a pastor propio a un sacerdote, y que, por circunstancias peculiares, no ha sido
aún erigida como parroquia.
5

 2. Cuando algunas comunidades no puedan ser erigidas como parroquias o


cuasiparroquias, el Obispo diocesano proveerá de otra manera a su cuidado pastoral.

518 Como regla general, la parroquia será territorial, es decir, comprenderá a todos los fieles
de un determinado territorio; sin embargo, donde ello convenga, se constituirán parroquias personales
en razón del rito, de la lengua, de la nacionalidad de los fieles de un territorio e, incluso, por otra
razón determinada.

Primeramente, como concepto general, puede verse un cambio radical con respecto al
código anterior y a la noción de Parroquia que éste establece. Toda la Diócesis o cualquier otra
Iglesia particular se divide en partes distintas o parroquias, pero lo que para el código anterior era
un beneficio, el código actual lo presenta como comunidad de fieles. Esto presenta no sólo un
cambio de perspectiva, más aún es una modificación profunda a la antigua división parroquial.

Ante todo la parroquia es una estructura organizativa pública de la Iglesia particular. En el


c 515 p 1 aparece una nueva noción de parroquia con respecto al código de 1917. El código
anterior sin dar una definición esencial de parroquia, la tomaba como cada una de las distintas
partes territoriales de la diócesis con iglesia, pueblo y pastor propios para la necesaria cura de
almas10. La noción actual deja traslucir íntegramente la doctrina eclesiológica del Concilio
Vaticano II, en donde se dejan ver los conceptos de grupo de fieles, vida litúrgica y pastoral en
conjunto, de pueblo congregado, etc., donde su centro está en la celebración de la Eucaristía11.

4.2. Exégesis

4.2.1. Canon 51512

Párrafo 1

a. Certa communitas chritifidelium. Este concepto toma en cuenta una dimensión personal
de parroquia que es esencial y básica para entender lo que quiere expresar el canon. No se
trata de una institución o estructura simplemente, sino que fundamentalmente está
constituida por personas que son fieles cristianos, es decir, que han recibido el Bautismo,
por lo tanto miembros del cuerpo de Cristo. Para redactar este canon habían dos
posibilidades; se podía elegir entre comunidad de fieles cristianos y porción de pueblo de
Dios. La segunda frase remite a la diócesis, y la segunda expresa mejor la realidad
parroquial; por esta razón prevaleció la primera. Con todo, es una comunidad bastante
delimitada; en efecto, los fieles están muy bien establecidos, sólo son miembros de la
parroquia los fieles13 que pertenecen a ella, prevaleciendo el criterio territorial, es decir,
cada parroquia tiene un territorio determinado14. Pero los catecúmenos pueden ser
considerados como miembros de la comunidad parroquial, pero no plenamente, sino sólo
como admitidos al Sacramento del Bautismo15.

b. Cuius cura pastoralis, sub auctoritate Episcopi dioecesani, committitur. Esta frase es el
elemento esencial de la noción de Parroquia; es la cura pastoral o la cura de almas (cura
animarum) a la que está destinada la acción principal del párroco y por ende de la parroquia.
Se trata de la esencia misma del oficio parroquial y pastoral. Por tanto la diócesis se divide en
parroquias precisamente para poder atender más diligentemente la cura de almas. Lo
específico de esta acción es velar por la salvación de las almas de los fieles, para esto se debe
10
Cfr. *CIC
c. 216 p 1 y 2
11
Cfr. SC 42. Para profundizar se pueden ver otros documentos conciliares: LG 26, CD 30, AA 10, que expresan la
unidad de la Iglesia, la cura de almas y la diversidad en la universalidad de la Iglesia.
12
En la exégesis de este canon se tomará los textos directos en latín para expresar con más precisión la doctrina
conciliar. En la primera parte ya han sido traducidos.
13
Cfr. CIC 204 p 1.
14
Cfr. CIC 518.
15
Cfr. CIC 206.
6

procurar la administración de los sacramentos y la predicación de la Palabra de Dios 16. Esta


cura de almas que la ejerce el párroco la hace bajo la autoridad del obispo diocesano; por esta
razón hay una descentralización de la cura de almas en la persona del párroco quien en
nombre del Obispo ejerce esta función; así, entendemos, la parroquia como una estructura
pastoral más que de gobierno.

c. Parocho, qua proprio eiusdem pastori. El párroco es el elemento personal esencial de la


parroquia, de aquella comunidad de fieles. Es un sacerdote que ha sido nombrado para ejercer
el oficio parroquial. Es necesario que sea un ministro ordenado en el Sacramento del orden
para que garantice la presencia sacramental de Jesucristo. Hace las veces de Cristo cabeza y
en persona de Cristo celebra la Eucaristía, así la comunidad parroquial se transforma sobre
todo en una comunidad eucarística. El párroco representa al obispo diocesano, es decir, es el
vínculo jerárquico con la Iglesia particular.

d. Stabiliter constituta in Eclesia particulari. Es necesario que sea, la parroquia, constituida


de modo estable por el obispo diocesano como lo expresará claramente el párrafo 2. Es el acto
por el cual se informa y configura la comunidad parroquial. No es simplemente una
asociación de fieles o una comunidad tan sólo, sino que como se integra en la iglesia
particular debe ser estable y no sólo de hecho. Esto se entiende más que en un sentido
teológico, en un sentido jurídico, es decir, son aquellas porciones del pueblo de Dios en la
Iglesia particular. Aunque goza de cierta autonomía, está reforzada por el instrumento
canónico de la personalidad jurídica de una estructura orgánica más amplia que en este caso
es la diócesis. Por lo tanto no pueden existir parroquias independientes de la autoridad
diocesana.

Párrafo 2

Este párrafo establece la autoridad exclusiva del obispo diocesano para la erección de la
parroquia, y además para la supresión e innovación en el mismo campo. Para realizar este acto
jurídico se debe formalizar mediante un decreto escrito publicado en el boletín oficial de la
diócesis. Este decreto deberá contener: los motivos de la erección, criterios de determinación de
la comunidad de fieles (límites territoriales), la sede de la iglesia parroquial, la competencia del
párroco, los medios con que contará para ejercer el oficio y cómo se hará frente a los gastos del
culto, y la fecha en que entrará en vigor. Para esto, el obispo debe oír el sentir del consejo
presbiteral17, también para los efectos que innoven en una parroquia (nuevos límites, un sustituto
parroquial, nueva iglesia parroquial, etc.); este deber de oír el consejo presbiteral, sólo es una
medida prudencial, sin embargo la omisión de este acto dejaría nula la erección18.

Párrafo 3

Este párrafo establece la personalidad jurídica de la parroquia legítimamente erigida. La


parroquia goza de personalidad jurídica ipso iure, es decir, por derecho propio y no por la
concesión de obispo. El sujeto de esta personalidad es la misma parroquia no la simple
comunidad de fieles ni el párroco que es sólo el representante legal19. Por tanto a la parroquia se
le atribuyen los derechos y obligaciones correspondientes a su propia índole, es decir, aquellos
específicos de su finalidad pastoral y de los bienes patrimoniales que posee; ante el derecho civil
es conveniente que la parroquia disponga de personalidad jurídica civil para los efectos civiles de
acuerdo a la legislación vigente de cada país.

16
Cfr. CIC 519, 528 – 30.
17
Cfr. CIC 495 – 501.
18
Cfr. CIC 127, p 2, 2º.
19
Cfr. CIC 532.
7

4.2.2. Canon 516

Párrafo 1

Todo debe estar al servicio de la salvación de las almas, incluso el derecho canónico, por
lo tanto se debe favorecer Liturgia erección de estructuras para este fin. La salvación debe estar al
alcance de todo los grupos de fieles, independiente de su forma de vida por esta razón el nuevo
código favorece la creación de nuevas estructuras pastorales que estén al servicio de este fin.

Este canon confirma que el modo habitual para la división de la diócesis es la parroquia,
pero que además se pueden dividir de otra manera.

Este párrafo contiene una nueva noción jurídica – canónica, es la que se llama
cuasiparroquia, que también es una determinada comunidad de fieles dentro de la Iglesia
particular, y se encomienda para su cura pastoral un sacerdote como pastor propio, pero no se
denomina párroco; se podría hablar de cuasipárroco. Se erige igual que la parroquia, pero por
circunstancias particulares no ha podido ser erigida como parroquia; la diferencia fundamental es
que no goza de estabilidad propia sino que es una estructura transitoria, que en lo posible será
erigida parroquia. Estas circunstancias peculiares, entonces, también serán transitorias.

Con todo, esta estructura se equipara a la parroquia, es decir, se le aplican todas las
normas sobre la parroquia y el párroco ano ser que el derecho universal y/o particular establezca
otra cosa.

En el decreto de erección deben constar las causas peculiares por las cuales no se erige
parroquia sino cuasiparroquia y aquellas limitaciones de la estabilidad del sacerdote.

Párrafo 2

Este párrafo, está en el mismo sentido del anterior para aquellos fieles que no pueden
formar parte de una parroquia e incluso de una cuasiparroquia. Son los casos de aquellas
comunidades que de ordinario no pueden ser constituidas como parroquias pero que sí requieren
de un cura pastoral ordinaria; por ejemplo aquellas un grupo de comunidades de una o varias
parroquias que debido a la distancia no pueden ser atendidas habitualmente. El texto deja abierto
al obispo el criterio de asistencia para estas comunidades.

4.2.3. Canon 518

Este canon habla principalmente de la parroquia como entidad territorial y de entidad


personal. El Bautismo produce la integración al cuerpo de Cristo, pero la comunión se realiza
cuando los bautizados se unen a Cristo por medio de una estructura visible, por la profesión de fe,
la celebración de los sacramentos y la autoridad eclesiástica 20. Esto principalmente se concreta
por la pertenencia a la parroquia. En virtud de la salus animarum, es necesario que todos los
fieles tengan un vínculo jurídico estable, un vínculo de régimen eclesiástico estable. Por esta
razón, todos los fieles pertenecen a una parroquia en un determinado límite territorial, es decir,
que tengan su domicilio o cuasidomicilio en el territorio de la parroquia.

Pero, además, este canon contempla las parroquias personales. Son las parroquias erigidas en
el contexto de agrupación de fieles por razón de rito, lengua o nacionalidad21. En el decreto de
erección también irá establecido el criterio de competencia de la parroquia y del párroco.

20
Cfr. CIC 205.
21
En el caso de Santiago la Parroquia Italiana.
8

5. Conclusión
La Parroquia como institución es una realidad que ha aparecido en la Iglesia como realidad
necesaria, es decir, debido a la necesidad de atender a las diferentes exigencia de la predicación
evangélica y a la cura de almas.

Está contemplada por el código primeramente como una realidad personal y no estructural
tan sólo. Es decir, a ella pertenecen personas y es regida por una persona. Esto da un sentido
totalmente nuevo con respecto al código anterior y que conlleva y deja traslucir toda aquella
eclesiología expuesta brillantemente por el Concilio ecuménico Vaticano II.

Es además una realidad dinámica; está sujeta a los cambios y evoluciones que han
aparecido a lo largo de su historia.

Es una realidad que está regulada por el derecho y su fin último es el fin de la Iglesia: la
salvación de las almas.

Por estas razones la Iglesia ha innovado en la forma de atención y se ha abierto a las


necesidades de los hombres de su tiempo para facilitar la atención pastoral de la mejor manera
posible atendiendo al mandato del Señor: Vayan por todo el mundo y proclamen la buena noticia
a toda creatura22.

Por último se puede ver la Parroquia como signo de comunión eclesial, es decir, como
aquella estructura visible que permite la vinculación personal y particular con la Iglesia universal.
En ella se reciben la cura de almas que está constituida por una triple dimensión: profesión de fe,
recepción de los Sacramentos y por el ejercicio de la autoridad eclesiástica. Se puede ver en esta
dimensión de comunión, la concreción de aquella expresión interna de la realidad del Bautismo,
donde somos parte del cuerpo de Cristo y nos unimos física y espiritualmente.

22
Mc 16, 15.
9

6. Bibliografía

_______, Diccionario Enciclopédico Hispano – Americano, Tomo XVI, 1912.

_______, La parroquia: esa vieja novedad, Euroamérica, Madrid 1958.

_______, Diccionario general etimológico de la lengua española, Madrid 1889. Tomo IV.

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MANZANARES, J, MOSTAZA, A, SANTOS, J.L, Nuevo derecho parroquial, BAC, Madrid


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