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AUTOS, LUCERO, EPISODIOS » ole Caudet Todo caudetano conoce los Episodios que se repre- sentan anualmente los dias 7, 8 y 9 de septiembre en la plaza de la Iglesia, y cuyo contenido es la invasion 4rabe, reconquista cristiana y expulsién de los moros, con la posterior aparicién de las imagenes de la Virgen de Gracia y San Blas; y son muchos los que lo saben de memoria y los que les hari dado vida como actores. Fueron escritos en 1854 y desde 1905 se han editado sin nombre de autor. En 1867 fueron reformados por Juan Bautista Vespa. Proceden del poema Los sarra- cenos, que se representaba el dia 7, y de la version de os Autos que se representaba los dias 8 y 9, segin Ra- fael Molina Diaz. La versién actual contiene las refor- mas introducidas a principios de siglo por Manuel Marti Herrero y Manuel Bafién Muftoz. En el dfa primero intervienen don Gonzalo de La- ra (gobernador), Mireno (bandolero), Fray Ruperto (abad), Fray Clemente (lego), Tarif y Aliatar (moros), Junto con don Arturo, don Enrique y Mala-Cara. ‘Abenzoar y Celauro son los protagonistas moros del dfa segundo, frente a don Artal y don Gimén, que forman el bando cristiano junto a don Enrique (pri- sionero). El dia tercero, el pastor Juan Lépez, junto a sus compafieros Toribio y Montano, y el Religioso, cen- tran el tema dela Aparicién, mientras don Beltran, don Leopoldo y don Félix protagonizan la expulsi6n de Al- manzor y sus moros. «El Lucero de Caudete» es el antecedente literario de los Episodios Caudetanos. No hay noticias de su re- presentacién en Caudete, salvo en 1957, en que fue es- cenificado por nuestros hermanos de Paracuellos de la Vega, donde hasta 1962 se ha venido representando con arreglo al manuscrito de Lorenzo José Evangelio (rea- lizado entre 1758 y 1762), y al que cambia el titulo por el de «Autos de Nuestra Sefiora de Gracia», haciéndo- lo coincidir con el titulo de la obra primitiva, «El Lucero» consta de dos autos divididos cada uno en tres jornadas. El enterramiento de las imagenes y su aparicién posterior forman el nticleo de cada auto, ademés de la invasién arabe, reconquista cristiana y expulsién de los moros. Se desconoce quién sea su autor, y se conservan cinco manuscritos; el més anti- ‘guo es del primer tercio del siglo XVIII. Del auto primero deriva el dia primero de los Epi- sodios. Aqu{ intervienen don Gonzalo de Lara (gober- nador) y su hermano Mireno, que acauailla a los ban- doleros (Orfindo, Feliciano, Gloridiano y Aurelio), el lego Fray Clemente, los monjes Fray Leopoldo (abad), Fray Rudolfo y Fray Federico, as{ como los moros Ta. rife, Aliatar, Lidoro y Soliman. Completan el reparto los capitanes cristianos Julio y Teodoro, el pastor Le- iano, un correo, un angel, un clérigo peregrino, una vision y la Virgen Nuestra Sefiora. Los dias segundo y tercero de los Episodios proce- den del auto segundo de «El Lucero». Sus intérpretes son: Los moros Abenzoar, Celauro y Zulema (gracio- 50), los cristianos don Artal, don Gimén (privado), don Rodrigo y el Rey Don Jaime I el Conquistador, los pas- tores Juan Lopez, Pedro Lépez. (padre del anterior), Toribio, Montano y Hergasto, un cura, un hombre, dos fantasmas, un dngel y la Virgen de Nuestra Sefiora, «Los Autos de la Historia de Nuestra Seiiora de Gracia» 0 «Comedia poéticw», constituyen la primera Tepresentacién sobre el tema; son de finales del siglo XVLprincipios del XVII, y consta que ya en 1617 se representaban en el interior de la iglesia de Santa Ca- talina, después del canto solemne de Visperas. Se com- ponen de dos partes, que se representaban los dias 5 6 de agosto desde 1617, y a partir de 1625 se trasla- daron a los dias 8 y 9 de septiembre. Su autor es el mé- ico don Juan Bautista de Almazén, segiin consta en la partida de bautismo de su hija, que tiene lugar en 1617, y es posible que se redactaran por el afio 1588, segiin el Padre Elfas Baton Torres. El texto primitivo no se conserva como tal. Se sabe que el niicleo del primer dia era «cémo fueron ente- fradas las imAgenes de Nuestra Sefiora de Gracia y San Blas», y la segunda parte, «cémo fueron halladas y de- senterradas las dichas imagenes». No obstante, es:probable que el autor anénimo de «Bl Lucero de Caudete» se limitara a «ampliar» la «Co- media postica y respetara el texto primitivo, al que afiadirfa, intercalandola, nuevas escenas. Las diferen- Gias de estilo entre diversos pasajes de «El Lucero», mé- trica, léxico, fonética, referencias histéricas, temas li terarios, etc., permiten distinguir lo propio del texto primitivo de lo aftadido un siglo y medio después, asi ‘como diferencias de redaccién entre el primero y el se- jgundo auto. El Padre Simén Serrano Montoliu nos dice ‘que «cualquier poeta mediano las dintingue fécilmen- te por la alta y baja calidad de sus versos». ‘Con todo, quedan muchas dudas por aclarar: 4Cémo es posible que se conserven cinco copias ma- nuscritas de una obra que no se representaba («EI Lu- cero»), no hay ningin ejemplar de la «Comedia poé- fica», de la que consta que ya se representaba dentro de la iglesia en 1617, que en 1791 pas6 a representarse cen la plaza (escenario), para la que en 1814 se constru- yO el castillo y que asf siguid hasta 1854 6 1867? dPor qué ia Mayordomia entrega a Lorenzo José Evangelio, notario de Paracuellos, en 1758, el texto de «EI Lucero» y no el de la «Comedia poética», que era el que se representaba (y durante 33 afios mdi) dentro de la iglesia? No se sustituiria en 1791, al salir de la iglesia a la calle (o més tarde), el texto de la «Comedia poética» por una «acotacién» de «El Lucero», que petmitiera su representacién? éQué es lo que realmente hizo el citado Rafael Mo- lina Diaz, cuyo texto se desconoce? 2Es posible memorizar més de 7.200 versos y re- resentarlos en dos dias, durante menos de tres horas cada dia, antes de que Hlegara la noche, y empezando una vez acabadas las visperas? ‘Tenemos puesto nuestro empefio en el rescate del texto primitivo de la «Comedia postica» a partir del estudio de los manuscritos de «EI Lucero de Caude- fe», en colaboracién con don Francisco Doménech Mira. Por lo pronto, esperamos que para cuando se pu- bliquen estas lineas, haya aparecido la primera edicion de «EI Lucero de Caudete» al cuidado del sefior Do- ménech. Lo mismo hemos de decir de la nueva edicion de los «Episodios caudetanos», revisada por don Mi- guel Requena Marco. Por iitimo, hemos realizado una acotacién esoénica de «El Luceron, segiin el manuscrito de Paracuellos, con destino a su representacién por el ‘grupo que dirige don Francisco Grande Carrién. Y to- do ello dentro de la celebracién del IV Centenario de Ja «Comedia poéticay, cuya comisién preside don Juan Diaz Bafién. A todos ellos, mi agradecimiento como caudetano. JOSE CREMADES BANON

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