La ome et
Ce ae Rese at me ae
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Reem cer ee meer
ee eu eta ee
‘mencién en literaturas hispanicas. Es profe-
Pte tte
Reo eee erat
Oe Mea ay
Tree ese ene Tee
Cee eee eae
Reem Marc aes
Be Aum es
‘mado en literatura infantil y desarrollo de la
Cee er gen ae oe
Se eee nay
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Sor eum aie nee ar el
Crete ena te ae Tar
Cee Mu cee eee ed
De ee eet ere ey
Se et Ae
Pe maine Cater aes
Deaton ua aT
de la vida real, cuentos con nifios de carne y
re eas cocoate
Dee ener eagerLaabuela virtual
E.. mafiana, la profesora les pidid a
los nifios que se sentaran en la alfombra de
Ja biblioteca, formando una rueda. Era la
hora de lenguaje, y el tema de conversacién
iba aser uno muy entretenido: las abuelas.
Cada nifio debia elegir una abuela y
hablar un rato acerca de ella. Si algunono
Ja tenia, podia contar lo que recordaba, 0
conversar de alguna otra sefiora mayor,
por ejemplo, una vecina o alguna amiga
dela familia. -
9Cedlia Beuchat
La clase se fue dando muy bien. Cada
uno de los nifios fue interviniendo, mientras
los demas escuchaban en silencio, hasta
que le tocé a Teo, quien partié diciendo:
-Yo tengo una abuela virtual.
Una gran carcajada se oyé enla sala. La
profesora pidié silencio y, con gran interés,
pregunté:
~A ver, Teo, zcdmo es eso de que tienes
una abvela virtual?
-Si, una abuela virtual. Para verla, tengo
que encender el computador de mi papa,
abrir un programa especial y esperar que
ella anuncie su visita con un timbre.
Algunos nifios disimularon la risa.
-Eso pasa casi todos los dias, cuando
ego del colegio -agregé Teo, sonriendo.
Los nifios comenzaron a hacer preguntas:
={Quéée?, zpor qué?
10Cecilia Beuchat
La profesora le hizo un gesto a Teo para
que siguiera contando.
—La hora depende de la estacién del afio
en que estemos. Por ejemplo, mi abuela estA
ahora en otofio, y yo, en cambio, en prima-
vera. A veces estoy almorzando y ella est
a punto de ir a acostarse. Aqui es de dia y
alla, de noche. Yo estoy viendo el sol, y ella
me habla de las estrellas y de la luna.
‘Unas miradas de extrafieza aparecieron
en los rostros de los nifios, pero Teo siguié
contando:
—Lo que ocurre es que mi abuela vive al
otro lado del mundo, a miles de kilémetros
de aqui.
{En algiin otro planeta? —quiso saber Raul,
al cual siempre le gustaba hacer preguntas.
—Noooo00 -respondié Teo-. Ella vive al
otro lado del océano, en otro continente.
La profesora intervino entonces:
~-Nifios, como seguramente algunos de
2
PE A Rt ROR EE ES RN EO aa
ustedes ya lo sospechan, el computador de
‘Teo debe tener una pequefia camara, que le
permite ver a su abuela y conversar con ella.
-Si-dijo Teo-. Pero el problema es que yo
no puedo tocarla. A mi me gustaria hacerle
carifio en su cara sonrosada. Me imagino
que la debe tener suavecita. Tampoco
puedo pasar mis manos por sus arrugas,
y menos tocarle el pelo blanco.
-2Y no Ja puedes ir a ver? -preguntd
entonces Rosa.
-Mi papa dice que los pasajes para ir
alla, donde vive, son muy caros. Pero igual
estamos ahorrando un poco. Tengo ya algiin
dinero en mi chanchito. Quizas algiin dia
podamos ir en avién y la visitemos.
—O ella podria venir a verte a ti-agregé
José.
-Eso ya es més dificil. Ella es mayor y,
segiin cuenta, le duelen los huesos y se
cansa facilmente.~iQué pena! ~suspird Jessica debe de ser
triste no poder estar con ella, darle besitos
y abrazarla bien fuertemente.
~Claro -sefialé Teo, en voz baja~, si yo
le doy besos o si abrazo a mi abuela, podria
romper la pantalla del computador, y ahi
si que me meterfa en problemas.
Luego agregé:
~Cuando yo era chico quise prestarle
mi autito preferido, jldstima que ella no
lo pudo tomar!
Todos los nifios rieron con ganas, ima-
ginando a Teo abrazado al computador.
~Pero mi abuela y yo inventamos una
manera de solucionar el problema de estar
tan lejos.
~@Siffiff?, ze6mo? ~gritaron varios.
~Es una forma que se nos ocurrié a los
dos. Usamos las palabras de una manera
especial...
ta abuela viral
~¢Palabras? ~pregunté la profesora, que
también estaba curiosa.
-Si... Porejemplo, cuando nos saludamos,
ella dice: -Hoooooola, Teo -y lo dice clari-
to y con mucho amor, y yo siento alegria.
Entonces le respondo: ~Hooooooo000la,
abuela -y lo digo con una voz Ilena de
cariifio, y ella se emociona,
»Ella abre los brazos y yo también, y
nos mandamos mucho amor.
»-Lindo... amoroso....-dice, y se sonrie.
»Luego me cuenta lo que ha hecho, y
yo hago lo mismo.
>-2Y cémoesté minietecito? Esté feliz?
zLe han pasado cosas buenas? -pregunta
siempre ella.
»A veces cantamos, o ella me cuenta
algun cuento.
»Cuando ya hemos conversado harto,
es el turno de mi mam y de mi papé. Alotro lado aparece también en la pantalla
el abuelo, que tiene una voz muy fuerte y
que se rie a cada rato.
»Nosotros, a este lado del océano, y ellos,
al otro lado, y todos conversamos.
»Luego me toca a mi otra vez. Mi abuela
virtual me pide entonces que le mande
unos besos satelitales. Y entonces nos
despedimos hartas veces.
»~Chaaaaaao, abuela le digo, mirandola
mente en la pantalla y tirandole besos.
Y ella hace lo mismo.
»~Teoooooo.... hasta mafiana...
»-Luego la camarita del computador
se desconecta y en la pantalla queda fija
Ja imagen de mi abuela».
~|Guaaaaa...! -gritaron los nifios.
La profesora pidié silencio.
Mi papa me lo explicé un dia —dijo
Joaquin, al que le gustaba averiguar cosas-.
Todo va por Internet.Coca Beuchat
Alotro dia, no habia respuesta ni tampo-
co aparecieron en la pantalla. Teo estaba
triste, echaba de menos la voz cantarina
de la abuela. Qué se podia hacer? Estaba
tan lejos. Entonces los papds decidieron
lamar por teléfono. Pero nadie contestd.
También lo hicieron ala mafiana siguiente,
Pero nuevamente sin éxito.
Pasé un diay el pap llam6a unos ami-
gos que vivian en la misma ciudad, para
que fueran a ver qué estaba sucediendo.
Pero ellos habian puesto una grabacién
anunciando que estaban de vacaciones.
Teo, con su cara llena de pena, miraba la
pantalla del computador, tratando de adi-
vinar qué les habria ocurrido a los abuelos.
Eneso tocaron el timbre. Su amigo José
iba a venir a hacer las tareas con él.
Entonces sucedié algo inesperado: una
voz cantarina se escuché en la puerta:
—Holaaaaa... ;dénde estd mi nieto que-
rido?
20Nadie podtia creerlo. Alli, de pie frente a
la puerta, estaba la abuela con su maleta.
Teo corrié donde ella y ambos se abra-
zaron en un gran abrazo, esta vez... real.
Todos gritaban de alegria y se abrazaban
una y otra vez.
~2Y el abuelo? ~preguntaron de pronto,
sorprendidos.
~Bueno... se quedé en casa... -dijo ella,
encogiéndose de hombros, con la mirada
un poco triste.
Y entonces toda la familia corrié al
computador y se conectaron con él.
Y ese dia, Teo pudo comprobar, por
fin, que las mejillas de su abuela eran muy
suaves, que su voz era tan cantarina como
el agua y que, ademés, olia a perfume de
lavanda. Y lo mas importante fue que des-
cubrié que los besos virtuales no tienen
nada que ver con los besos de verdad.
Amigo seeretoos amigos se alegren. Y lo mas importante:
que haya sido hecho por ustedes mismos.
Todos estuvieron de acuerdo. Entonces, -
él tom6 el frasco donde estaban los pape-
litos con los nombres de los alumnos, y
cada nifio sacé uno.
Todos se miraban de reojo, pero anadie
se le habria ocurrido decir quién le habia
tocado. Al fin y al cabo era secreto y no se(Cediia Beuchat
eché en una fuente y en seguida vacié uno de
los tarros de leche condensada y las nueces
picadas. jNo, no pensaba perdonarla nunca!
Rapidamente, y con mucha energia,
hizo una masa compacta. Con las manos
mojadas fue formando bolitas del tamafio
de una nuez y las revolcé en el chocolate
en polvo. Luego las puso en una lata para
que se secaran. Qué amigo secreto, ni que
nada. No, definitivamente no le Ilevaria
ningun regalo.
Un delicioso olor invadié el lugar. Los
primeros dulces habian salido un tanto
deformes y aplastados, pero poco a poco,
se sorprendié al ver cémo iban quedando
suaves y redondos.
Después se puso a preparar los demas.
Vacié en una fuente el otro tarro de leche
condensada y vertié el coco rallado.
Todo se fue incorporando muy bien. Era
hermoso ver la mezcla de color blanco, yCecilia Beuchat
al probarla con la punta del dedo, vio lo
rica que estaba quedando. Los aromas se
iban combinando, y el movimiento de la
masa en las manos la hizo calmarse.
«En realidad, es bien tonto lo que sucedié»,
Pens6 por un momento, mientras pasaba
cada bolita por el coco rallado. «Roxana
es bien simpatica, pero es tan impulsiva,
A los dulces de color blanco los iba
situando en perfectas filas sobre una
bandeja. Y mientras los formaba, Antonia,
una vez més, le dio vueltas en su cabeza
alo que habia ocurrido. «Quizas deberia
haberla escuchado en vez de enojarme
tanto».
Las dos bandejas estaban listas sobre
Ja mesa. En una se veian las hileras con
los dulces de nuez, espolvoreados con
chocolate. En la otra, los blancos dulces
de coco rallado.
Y entonces, dio un grito. Con el calor,
32
‘Amigo secreto
el chocolate comenzaba a derretirse. Rapi-
damente tomé ambas bandejas y las llevé
al refrigerador. Alli deberian permanecer
durante unas horas.
Aldfa siguiente, Antonia se levanté muy
una bandeja de cartén que encontré en la
despensa, le puso una hermosa servilleta,
y abrid el refrigerador. Alli estaban, en
perfecto orden, los dulces preparados. Los
observé y se puso a pensar cuales lleva-
tia. Entonces vio que, si solo ponia de los
oscuros, no le iba a quedar bien. Asi que
los fue combinando cuidadosamente con
Jos de color blanco.
Envolvié todo en papel de regalo y lo
terminé con un gran mofio de cinta. Final-
mente, escribié una tarjeta, donde puso el
nombre de su amiga secreta.
La celebracién fue todo un éxito, y dicenque cuando Roxana recibié el obsequio y
descubrié que se lo traia Antonia, se rio
mucho. Y Antonia, cuando descubrié que
Roxana era, a su vez, su amiga secreta, se
acercd y la abrazé con carifio.
Antonia abrié el regalo, y no pudo dejar
de sorprenderse: adentro habia una caja
lena de ricas galletas con forma de corazén
y cubiertas de... chocolate.
Campeonato de
ortografianueva? ~pregunté Ricardo, muy interesado.
-Nadie sabe ~asegur6 Antonia, enco-
giéndose de hombros-. Mi mamA dijo que
era nueva; no ha trabajado nunca en este
colegio.
~Hagdémosle una broma -propuso
entonces Matias-. Yo ando con mi lagartija
de pléstico y la araia peluda.
~cEstas loco? {Quieres que te echen del
colegio? -lo reté Claudia, con seriedad.
~2Por qué son tan fomes? -sefialé Matias.
Pongémosle la arafia en
éTe imaginas cémo va a chillar?
Los nifios soltaron la carcajada.
Los demés, que también esperaban ala
nueva profesora, se acercaron al grupo y
quisieron saber de qué se reian. Roberto,
después de escuchar, dijo:
~Tengo una idea mejor. Colguemos del
techo la arafia peluda, y la dejamos caer enmientras borraba la pizarra, los nifios, con
gestos y miradas, comentaron que la broma
estaba saliendo muy bien.
Allevantar la mirada, la profesora descu-
brié al curso inquieto. A Lucia le bajaron
unas ganas locas de reirse, y se apretaba la
nariz para no soltar la carcajada. Claudia,
muy seria, sentia que las mejillas se le
ponfan cada vez més rojas. Ricardo daba
vuelta la cabeza cada tanto rato, y miraba,
amenazante, a sus compafieros.
La sefiorita Pilar abrié entonces una
carpeta de cuero, que habia dejado sobre
la mesa, y sacé un papel.
-Ximena me conté que ustedes tienen
organizado para hoy un campeonato de
ortografia con todos los cuartos afios. Acabo
de hablar con las otras profesoras, y nos
reuniremos en el gimnasio dentro de diez
minutos. Aqui estén los nombres de los
4”siti i a ia ita aals ad
pafio rojo. Ellos, mientras tanto, miraban
el pizarrén, donde iban a tener que escribir
las palabras que dictarfa el jurado.
Y asi fue. A los pocos minutos se encon-
traron arriba del escenario. Primero le tocd
a Antonia, pero como escribié la palabra
‘desilusién’ con ‘c’, fue eliminada. LuegoCecilia Beuchat
Los concursantes finalistas recibieron
una hoja de papel, y uno de los miembros
del jurado comenzé a dictar:
~Confusién’.
Si, en realidad todo estaba muy confuso
en la cabeza de Miguel. Muy nervioso,
logré escribir la palabra.
~Probabilidad’,
Si, no existia ninguna probabilidad de
ganar. Se sentia muy ridiculo alld arriba.
~Torpeza’,
Si. Todo habia sido una gran torpeza...
El jurado dicté siete palabras més, y
luego se dispuso a corregir. Las barras
resonaban en el saldn de actos. La sefiorita
Valeria seguia sin entender nada, y como
no se podia mover de su asiento, decidié
esperar.
Luego de unos minutos, eljurado entregd
Jos resultados.
Miguel habia quedado en tercer lugar.
Un estrepitoso griterio exploté. Los
compaiieros no podian creerlo, y por
supuesto, la sefiorita Valeria, tampoco.
Pero el mas sorprendido era Miguel.
Entre preocupacién y alegria, se quedé en
el escenario junto a los otros dos finalistas.
Los aplausos y los gritos de las barras
resonaban en sus oidos, y de pronto pensé
que era agradable estar ahi arriba por un
momento, y deseé que su mamé lo viera.
La voz del animador anuncié el momento
final. Solo tres palabras, y se sabrian los
resultados.
El jurado dicté:
~Precioso’.
~Extranjero’.
~Breve’.
A Miguel se le nublaron las letras. 3S,
¢, 22 gJ? 2G? cB, v? Miré por unos segun-dos al piiblico, que en silencio esperaba
expectante que ellos terminaran de escri-
bir, Fue entonces cuando se acordé de su
profesora, la sefiorita Ximena, que siempre
lo animaba. Miguel escribié las palabras.
El jurado corrigié répidamente.
Los resultados fueron entregados al
profesor de educacién fisica, que hacia de
maestro de ceremonia.
~Tercer lugar... -Lo habia obtenido el
alumno de un curso paralelo.
~Y ahora un empate... Esnecesario decidir
entre el primer y segundo lugar.
Los dos nifios pasaron adelante.
El jurado procedis a dictar:
~'Inexplicable’.
Si, inexplicable era el hecho de que
Miguel estuviese alli.
Eljurado dicté otras dos palabras, corrigié
y entregé los resultados.
El segundo lugar lo habia obtenido un
alumno de otro curso.
Luego, se anuncié el primer lugar... Un.
aplauso atronador rompié el silencio.
Miguel se rionervioso. Por un momento, él
era el nifio mds importante del campeonato.
Y entonces pasé algo terrible. El inspector
se acercé al jurado y le entregé un papel.
Miguel adiviné lo que iba a suceder en los
préximos minutos. Tomé el micréfono y
sefialé sin pensarlo dos veces:
-Yo no soy el que debe estar aqui...
Se hizo un silencio sepulcral.
Uno delos profesores del jurado pregunté:
~Qué quieres decir con eso?
Fue una broma... me hice pasar por
Rodrigo, que est4 ausente...
—Efectivamente —intervino el inspector-.
Su madre acaba de llamar por teléfono.
Los profesores comprobaron en la lista.
8~Yo... solo queria demostrar que... que...
Miguel, con los pufios cerrados y bafiado
en sudor, no pudo seguir.
~Pido perdén... yo sé que estuvo mal
lo que hice...
Yentonces bajé del escenario muy triste
y con la cabeza gacha.
Los profesores del jurado se miraban
desconcertados.
El director intervino y pidié que se
suspendiera el campeonato.
Atras, en la ultima fila, también Ricardo
habia decidido confesar la verdad. Todos
estaban muy preocupados por lo que habia
sucedido.
Arrepentidos de su accién, los nifios del
curso mandaron una carta cuando volvié
la sefiorita Ximena.
Rodrigo, perdén, Miguel, tuvo una larga
entrevista con el director. Fue suspendido de
clases por dos dias, pero no lo expulsaron.
Dicen que a partir de ese dia, Miguel
ha mejorado mucho su ortografia, aunque
el premio se lo sacé Rodrigo, cuando a la
semana siguiente se repitié el campeonato.Un regalo del
Viejo PascueroSusndo salia del colegio, a Joaquin
le gustaba acompafiar a su mamé, quien
vendia cuchuflis en el cruce de las calles
que daban al gran supermercado.
A veces tomaba un par de paquetes, y
cuando daban la luz roja, se deslizaba entre
los autos y los ofrecia.
A la mami esto no le gustaba mucho,
pero igual se ponia contenta, porque a su
hijo le compreba mucha gente.
— Joaquin, vende todo lo que puedas, asi
6Cecilia Beuchat
tendremos dinero para Navidad —decia la
mama, contenta-. Y seguia gritando con
voz cantarina:
—Cuchutflis, a los ricos cuchufis...
Pero Joaquin sabia que ese dinero no
iba a ser para Navidad. Seria para pagar
el arriendo de Ja casa donde vivian, las
cuentas, y ahora, ese mes, la matricula
del colegio.
Los dulces eran muy ricos, los preparaban
ellos mismos en la noche. Joaquin ayudaba
a rellenarlos con manjar blanco, y otras
veces, los untaba en chocolate fundido.
Ahora en el veranono fabricaban muchos,
Porque con el calor, se podfan derretir muy
pronto. La mama vendia, entonces, fruta
que le traia una amiga del campo.
-Ricos duraznos, damasquitos para el
calor... ~asi gritaba la mama con entu-
siasmo.
Lo que més le gustaba a Joaquin era queCedia Beuchat
ella le diera permiso para ir un ratito al su-
permercado, Le agradaba entrar alli cuan-
do se acercaba la Navidad y se entretenia
observando a la gente apurada haciendo
Jas compras, los carros llenos de regalos y
Jos autos que salian en fila, uno tras otro.
Pero lo que mas le encantaba era mirar
al Viejo Pascuero sentado en el trono de
terciopelo, mientras conversaba con los
nitios. Le habria gustado acercarse y peclirle
una bicicleta, pero no se atrevia.
Joaquin permanecia en un rincén del
pasilloy desde alli miraba cémo el anciano,
vestido entero de rojo, con su barba blanca,
sonreia y se dejaba retratar.
Una mafiana, cuando atinno habia mucho
publico en el local, Joaquin se acereé un
poco més, y en eso lo vio el Viejo Pascuero.
—Hola le dijo-. ;Quieres venir a conversar
conmigo? zTienes algiin deseo para esta
Navidad?
Un regalo del Viejo Pascuero
El corazén de Joaquin comenzé a latir
muy fuerte. Entonces bajé la vista y neg
con fuerza.
~Qué extraiio! Todos los nifios tienen
algiin deseo... Acércate... Mira, aqui tengo
en mis bolsillos unos caramelos. ;Quieres
que te convide algunos?
Joaquin se sonrojé y le dio las gracias
en voz baja. Lo miré a los ojos, y entonces,
descubrié algo que lo dejé aténito.
~Don Miguel... -susurré el nifio muy
sorprendido.
~Shttttttt.... -dijo el anciano-. No vayas
a decirle a nadie...
~Entonces, gusted no es el Viejo Pascuero?
Elanciano muy nervioso, se levanté del
trono y tomando a Joaquin de la mano, lo
Ievé a un lado.
~En realidad soy... uno de sus ayudan-
tes...Luego dijo con voz grave:
-El verdadero Viejo Pascuero tiene tanto
trabajo, que necesita ayuda.... Somos muchos
Jos que lo auxiliamos en estos dias.... Pero,
Por favor, no se lo cuentes a nadie...
Joaquin se despidié rdpidamente y
salié corriendo a la calle. Conocia a don
Miguel. Vivia en la otra esquina, al frente
del supermercado, y mas de alguna vez le
habia comprado un paquete de cuchuflis
asu mama.
Pasaron los dias y legs el dia veinticuatro.
Esa mafiana, la mamé habia traido mucha
fruta para vender, y gritaba con voz clara:
~Duraznos, damasquitos para el calor...
Nisperos, ricos nisperos, cerezas, ricas
cerezas, frutillas, frutillitas...
Los autos pasaban veloces, pero muchos
compraban cuando el seméforo estaba en
luz toja.
Como alas nueve de la noche, lamama
se senté en un pisito que tenia en la vereda,
junto a unos arbustos, y conté el dinero.
Joaquin estaba muy contento. Habian
reunido una buena suma. Entonces ella
dijo que era hora de irse a casa y celebrar.
Pasarian rapidamente por el almacén de la
sefiora Rosa, en la poblacién, y comprarian
alguna cosita. No seria una gran cena, pero
podrian disfrutarla juntos.
Fue entonces cuando Joaquin vio a los
tres muchachos que se lanzaron sobre la
mamié, y que en cuestién de segundos, se
apoderaron del dinero. Cuando pudieron
reaccionar, ya era muy tarde. Los ladrones
habian huido corriendo a toda velocidad.
La mamé y Joaquin se miraronen silen-
cio. Luego, lentamente, y casi sin hablar,
guardaron sus cosas y se dirigieron al
paradero para tomar el bus.
Pero cuando iban pasando por las puertas
Bdel supermercado, Joaquin se detuvo. Por
la salida principal venfa en ese momento
el Viejo Pascuero.
~La verdad es que si tengo un deseo
para esta Navidad —le dijo entonces con
voz decidida.
El anciano que ya iba a atravesar la calle,
se dio vuelta y lo reconocié.
~¢Qué tal? —dijo con voz fuerte-. Ya me
parecia que era muy raro que no desearas
nada.
Luego se agaché para escuchar mejor.
Joaquin susurré unas cuantas frases en la
oreja del viejo.
Este, sobresaltado, exclamé:
~jEs el colmo! ;El acabose!
El Viejo Pascuero se presenté ante la
mami y le dijo muy amablemente:
~Sefiora, ahora que sé cual es el deseo
de Joaquin, iré a buscar el regalo,
Ella, al principio no queria, pero luego
acepté al escuchar a su hijo que decia:
—Mami, el Viejo Pascuero sabe lo que
hace...
Un rato después, salié el anciano con
una bolsa. Dentro venfan algunas cosas
para preparar una comida sencilla, pero
rica, y también algunas golosinas.
~Gracias, don Miguel... dijo Joaquin
contento-. Perdén, Viejito, muchas gracias...
La mami los miré sorprendida.
En eso divisaron el bus que ya venia y
como la gente se apresuraba a tomarlo, se
despidieron.
Don Miguel se quedé observandolos
mientras se subian,
—Ay, Viejito Pascuero, espero haber he-
cho mi labor como tu ayudante... -suspiré,
mirando hacia arriba, y sonriendo, atraves6
Ja calle en direccién a su casa.
oTCeciia BeucHAT
Cecilia Beuchat nacié en Santiago en
1947. Cuando nifia le costé aprender a
leer y escribir, pero para un cumpleafios,
su papa le regalé la coleccién de libros
de la editorial Rapa Nui, y a partir de ese
momento no dejé de leer nunca mas. Su
libro favorito fue La Porota, de Hernén
del Solar.
Desde que entré al colegio, supo inmedia-
tamente que cuando grande seria profesora.
Yasi fue. Estudis pedagogia en castellano en
la Universidad Catélica de Chile. Estudid,
ademas, educacién especial, y es magister en
letras con mencién en literaturas hispanicas,
Es profesora titular de la universidad
7donde estudié. Alli trabajé por mas de
cuarenta afios, haciendo docencia e in-
vestigando. También ha sido profesora de
otras universidades del pais, y profesora
visitante de la Universidad de Wisconsin,
en Estados Unidos.
Actualmente se dedica a proyectos lectores
y desarrolla numerosos cursos de perfec-
cionamiento alo largo del pais. También es
directora del diplomado en literatura infantil
y desarrollo de la lectura, de la Universidad
Alberto Hurtado.
Ha escrito numerosos libros para nifios,
entre los que se pueden mencionar Cuentos
con algo de mermelada, Cuentos con olor a
fruta, Un perro confundido, Delia Degti y su
sombrero, Genio de alcachofa y Roses, piedritas
Y mariposas, entre otros.
Asimismo ha publicado libros para
profesores : Narracién oral y nifios : una
alegria para siempre, Poesfa, mucha poesia
en la educacién bisica, y otros,
8
Cecilia Beuchat
Ha preparado numerosas antologias,
entre las que se destaca la coleccién Atra-
palecturas, Su ultimo libro, Palabras, regalo
palabras, muestra su gran amor por el idioma.
Es casada, tiene dos hijos, Pablo y Clau-
dia, y ahora, un nieto de tres afios: Theo.
Cecilia es su abuela virtual.