You are on page 1of 18

Índice:

1. FICHA BIBLIOGRÁFICA …..................................................................

2. LOCALIZACIÓN: (Nota bio-bibliográfica)...........................................

3. ARGUMENTO.........................................................................................

4.-TEMA......................................................................................................

5. ESTRUCTURA........................................................................................

5. a/INTERNA..........................................................................................

5. b/ESTRUCTURA EXTERNA...............................................................

6. LOS PERSONAJES.................................................................................

7. TIEMPO/ UNIDAD DE TIEMPO...............................................................

a/ Tiempo interno …...............................................................................

b/ Tiempo externo....................................................................................

8. ESPACIO /UNIDAD DE LUGAR................................................................

9. ACCIÓN/ UNIDAD DE ACCIÓN Y SUS ELEMENTOS FUNCIONALES...

10. LENGUAJE..............................................................................................

11. CONCLUSIÓN Y OPINIÓN PERSONAL.................................................

12. BIBLIOGRAFÍA.......................................................................................

3
1. FICHA BIBLIOGRÁFICA

Título La Fundación

Autor Antonio Buero Vallejo

Género Teatro

Editorial Espasa

Edición Vigésimo séptima e impreso en mayo de 2012

ISBN 978-84-670-3333-5

Depósito Legal B.27.754-2011

Lugar de impresión Barcelona, España

Editado por Francisco Javier Díez de Revenga

2. LOCALIZACIÓN: (Nota bio-bibliográfica)


Antonio Buero Vallejo (Guadalajara 1916-Madrid 2000), nace en una familia de clase media.
Realizó los estudios de bachillerato en su ciudad natal y pronto manifestó una vocación por el
dibujo que sería alentada por su padre. Antonio se traslada a Madrid en 1934 con su familia, y
cursó estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Al estallar la Guerra Civil, y no
pudiendo alistarse como voluntario, por la negativa de sus padres, trabaja en el taller de
propaganda plástica de la F.U.E. hasta que, al ser movilizada su quinta, es destinado a un
batallón de infantería. Al final de la contienda es condenado a muerte por "adhesión a la
rebelión", pena que le fue conmutada ocho meses después. Tras pasar por diversas cárceles
sale en libertad condicional en 1946.

Vuelve a su antigua vocación pictórica, que quedará relegada a un segundo plano al obtener
el año 1949 el premio Lope de Vega con "Historia de una escalera", obra considerada como un
hito en nuestro teatro de la posguerra y que ya en su estreno tuvo un enorme éxito. Se puede
calificar como el drama de la frustración social visto a través de tres generaciones de la clase
media baja. En 1959 contrajo matrimonio con la actriz Victoria Rodríguez, con la que tendrá dos
hijos. Ese año recibe el primer premio de La Fundación Juan March en el apartado de teatro
por "Hoy es fiesta". A partir de 1963, año en el que se le autoriza a salir al extranjero, Buero
desempeña una actividad intelectual y literaria intensa, acudiendo a diversas ciudades
extranjeras para conferencias, charlas, debates…

Muchas de sus adaptaciones de Shakespeare, Ibsen y Bertol Brecht son de una perfección
notable. En 1966 realiza su primer viaje a Estados Unidos. Desde 1971 pertenece a la Real
Academia Española de la Lengua y en 1986 recibe el Premio Cervantes. En los años 1974 y
1977 recibe el Premio El Espectador y la Crítica. Rebelde a las clasificaciones, la obra
dramática de Buero Vallejo se integra en una serie de planos que aparecen superpuestos en
sus primeras obras (lo simbólico y lo realista, lo existencial y lo social) y que irán evolucionando
a lo largo de su trayectoria dramática. La obra dramática de Buero Vallejo es considerada como
la más relevante de la posguerra en España. A través de ella el autor intenta adquirir conciencia

4
de las realidades de tipo psicológico, social o metafísico en que se desarrolla la vida del
hombre actual.

Obra:

• Historia de una escalera (1949) • Primer Acto (1967)

• En la ardiente oscuridad (1950) • La doble historia del doctor


Valmy (1968)
• La señal que se espera (1952)
• El sueño de la razón (1970)
• La tejedora de sueños (1952)
• En La llegada de los dioses (1971)
• Casi un cuento de hadas (1953)
• La Fundación (1974)
• Madrugada (1953)
• La detonación (1977)
• Irene o el tesoro (1954)
• Jueces en la noche (1979)
• Hoy es fiesta (1955)
• Caimán (1981)
• Las cartas boca abajo (1957)
• Diálogo secreto (1984)
• Un soñador para un pueblo
(1958) • Lázaro en el laberinto (1986)

• Las Meninas (1960) • Música cercana (1989)

• El concierto de San Ovidio (1962) • Las trampas del azar (1994)

• Aventura en lo gris (1963) • Misión al pueblo desierto (1999)

• El tragaluz (1967

La Fundación es una de la obras de Antonio Buero Vallejo que más éxito de público y
crítica ha conseguido, tanto por su dramatismo en el argumento como por la novedad en las
técnicas dramáticas utilizadas.
Fue representada por primera vez en el año 1974, convirtiéndose en una de las más
admiradas y valoradas tanto por la crítica como por el público. En ella, Buero realiza una
reflexión crítica sobre el hombre contemporáneo y la sociedad en la que le ha tocado vivir,
ataca ese mundo y esa sociedad que anulan la personalidad individual del hombre y causan
alienación. Aunque Buero fue preso político tras la Guerra Civil y eso se note en todo el texto,
su intención es superar el ámbito de lo particular para reflexionar sobre lo universal: su
denuncia no se limita a la situación concreta tratada en la obra, sino que pretende cuestionar
aspectos esenciales de la condición y la vida humana.

3. ARGUMENTO.

5
La obra La Fundación transcurre en una habitación compartida por seis hombres, que
son: Tomás,Asel, Lino, Max, Tulio y un hombre sin nombre. Estos personajes se encuentran en
una institución llamada La Fundación. Esta habitación es descrita como un lugar agradable que
dispone de unas maravillosas vistas. En ella, los seis personajes llevan a cabo
distintos proyectos de investigación. Todo esto según Tomás, el protagonista.

A lo largo de la historia veremos que los seis personajes mantienen una oscura y tirante
relación, cuyo significado no descubriremos hasta bien avanzada la obra. Además, el lector
tiene la sensación de que Tomas es víctima de una conspiración por parte de sus compañeros,
los cuales disfrutan irritándole, negando la veracidad de sus palabras, hablando en clave o
cambiando objetos de la habitación por otros más toscos e incómodos.

El clima de tensión es obvio y da la sensación de que en cualquier momento, alguno de los


compañeros de Tomás pudiese perder los nervios. Cada vez es más evidente que algo raro
sucede: hay un hombre enfermo (el hombre sin nombre) al que no le dan nada de comer desde
hace días; extraños cambios de los objetos de la habitación; un mal olor constante
que Tomás atribuye a las cañerías del cuarto de baño; la costumbre del encargado de La
Fundación de cerrarles la puerta con llave todas las tardes, etc.

La Parte I termina cuando el encargado descubre que el hombre enfermo lleva muerto seis
días. Tomás dice no entender nada de lo que sucede ya que afirma haber escuchado la voz del
enfermo un poco antes de la llegada del encargado, además culpa a sus compañeros de la
muerte del hombre por no haberle dado nada de comer.

En la Parte II, se va desvelando poco a poco el enigma: los seis hombres son presos
políticos condenados a la pena de muerte. Tomás, que estuvo a punto de suicidarse por haber
delatado a sus compañeros en un momento de debilidad, se ocultó detrás de una realidad
ficticia para no ser consciente de lo que estaba pasando. Para ello convirtió mentalmente la
celda en una lujosa habitación, imaginó encuentros furtivos con su novia Berta, etc. Pero,
paulatinamente, a medida que Tomás se va dando cuenta de la verdad, la habitación se va
transformando en lo que es, una celda: desaparecen objetos como los libros, el teléfono, el
frigorífico, el ventanal, descubre que el baño está en una esquina de la habitación, etc. El lector
comienza a comprender los recelos y las palabras en clave de los otros protagonistas, quienes
desconfiaban de Tomás y no querían revelarle de golpe su locura.

A pesar de esto, sus compañeros no terminan de confiar en Tomás, más aún cuando el
descubrimiento del muerto debería haber provocado el traslado de todos a las celdas de
castigo y esto no sucede. La falta de consecuencias por parte de los carceleros hace
sospechar represalias mayores. De hecho, todo formaba parte de un plan de fuga de sus
prisiones, que sólo podía llevarse acabo si los trasladaban a las celdas de castigo desde las
que escaparían a través de un túnel.

Cada vez es más obvio que hay un confidente entre ellos y las sospechas aumentan
cuando trasladan a Tulio para ejecutarlo. Todos piensan en Tomás quien todavía se debate con
su locura. Sin embargo, cuando ésta desaparece del todo, 'Tomás, Asel y Lino logran reunir
varias pruebas que apuntan a Max como delator, hecho que al final termina confirmándose. A
pesar de que Tomás y Asel también habían traicionado a sus compañeros por culpa de las
torturas y los castigos físicos, no comprenden que Max los haya descubierto sólo por unas
pocas mejoras en el trato carcelario. Afortunadamente, éste solo conocía la existencia de un
plan de fuga pero no lo detalles.

Cuando el carcelero vuelve a buscar a Asel para interrogarle, como sabe que no aguantará el
interrogatorio, decide suicidarse. Aprovechando el momento de caos, Lino asesina a
Max lanzándolo al vacío. Tomás finge que vuelve a estar loco para salvar su vida y poder
terminar el plan de escape. La obra termina cuando los dos prisioneros son llevados a un
destino que se desconoce: ¿ejecución o celdas de castigo?

4.-TEMA.

6
El drama es una dura reflexión sobre la condición humana. Se proyecta sobre los
espectadores para implicarlos a todos y convertirlos en personajes: todos somos prisioneros.

La metáfora escénica que equipara la prisión a un agradable centro de estudios trasciende la


circunstancia concreta de la obra y se amplía a dimensiones que incumben en general a la vida
del hombre contemporáneo.

Por lo tanto, uno de los temas fundamentales de la obra es el de la libertad en contraposición


al poder de la opresión. Esta oposición es uno de sus ejes fundamentales. La necesidad de
luchar por la libertad, a pesar de que esta sea algo ilusorio, justifica en última instancia la
existencia humana. Buero utiliza el encarcelamiento político como símbolo de todas las
cadenas que impiden al hombre su realización completa, extrapolando así el tema desde el
ámbito socio-político al existencial. El autor critica aquellas formas de esclavitud que se
camuflan bajo falsas apariencias de libertad a través del autoengaño. En este sentido, esta
“Fundación” que da título a la tragedia representa, entre otras cosas, todas aquellas ataduras
de las que apenas somos conscientes y que, no obstante están ahí, alienándonos.

Sobre la anécdota concreta de estos cinco condenados se levanta una reflexión que afecta a
la condición humana: el preso puede hallar el modo de fugarse y alcanzar la libertad, pero una
vez fuera se dará cuenta de que todo es prisión: “Cuando has estado en la cárcel acabas por
comprender que, vayas donde vayas, estás en la cárcel”. Asel, que es quien lleva el peso de
este tema en la obra, reconoce que acaso la libertad y la vida toda sean “una inmensa ilusión”,
pero el único modo de saberlo consiste en rechazar la inacción: “no lograremos la verdad que
esconde dándole la espalda, sino hundiéndonos en ella”. La vida humana es prisión; hay una
limitación que define y caracteriza al ser humano, cuyos barrotes pueden ser tan invisibles
como los de la cárcel en que están encerrados Tomás y sus compañeros, pero que no por ello
resultan menos consistentes. La vida sólo puede ser digna si se acepta lúcidamente esa
condición. El hombre puede dudar de la condición real o ilusoria de todo lo que le rodea; la
necesidad de cuestionarse siempre y no dar nada por irremediablemente perdido ha aparecido
en otras obras de Buero: la crítica es una necesidad constante. Aquí se afirma que esta
actividad reflexiva debe completarse dialécticamente con la necesidad de acción: “Duda cuanto
quieras, pero no dejes de actuar”. Al salir de una cárcel, de una Fundación, podrá pasarse a
otra sólo un poco mayor, pero el cambio puede ser aceptable: “No podemos despreciar las
pequeñas libertades engañosas que anhelamos aunque nos conduzcan a otra prisión.” Se
defiende un futuro, quizás no idílico, pero tampoco desesperado. Es preciso luchar y vencer las
sucesivas Fundaciones: “¡Entonces hay que salir a la otra cárcel! ¡Y cuando estés en ella, salir
a otra, y de ésta, a otra! La verdad te espera en todas, no en la inacción”. La libertad absoluta
no existe y siempre habrá una prisión, una limitación. La “verdad” está en la búsqueda de ese
paisaje soñado, símbolo del futuro definitivamente apacible, que sólo podrá ser conseguido
algún día si antes el hombre se sumerge en el túnel. “Preferiré el túnel al paisaje”, afirmará
Tomás una vez curado, pero lo hace para que éste último pueda ser posible.

* Estamos ante una nueva muestra teatral del viejo tema literario del “engaño a los ojos”, la
oposición entre apariencia y realidad. De la confortable institución en que el público se ha
instalado al principio de la mano de Tomás se camina paso a paso hasta el desvelamiento total
de la celda de que, no obstante, nunca se ha salido. Es un tema habitual en el teatro de Buero:
la crisis del concepto de lo real. Ya no se puede creer ni en lo que en escena aparece como
más tangible y corpóreo, pues acaso no sea todo ello sino una ilusión óptica, un “holograma”.

7
* El tema de la locura está muy presente en muchas de las obras de Buero Vallejo con diversas
posibilidades interpretativas. Por una parte, los personajes que la sufren le permiten mostrar de
una manera especial la realidad; por otra, esta enfermedad adquiere significado simbólico
como trasunto de las insuficiencias y debilidades humanas; y, por último, la locura es una forma
de evasión mediante la cual el loco vive en su propio mundo ajeno a todo lo que le rodea. Todo
esto lo corrobora el personaje de Tomás, que convierte su locura en válvula de escape a la
terrible situación que vive. La progresiva recuperación de la lucidez supone una evolución
moral: al desmontar el mundo irreal de su locura, Tomás por fin asume su responsabilidad en el
mundo. Se trata de un caso muy claro de alienación que finaliza con el triunfo de la lucidez, lo
que valdría como definición del sentido global de su dramaturgia. La Fundación aclara que la
locura podría ser también un refugio, un nuevo modo de escapar, pues eso es lo que significa
para Tomás. De aquí se deduce que el loco debe dejar de serlo, porque también la locura es
culpable. Esa locura que hace ver lo que no es ha de ser superada, porque el hombre debe
encararse con los aspectos más duros de su situación real, por amargos que sean.

Soñar plantea una perspectiva ambivalente. Puede ser una actividad positiva, pero también
un desahogo estéril y engañoso. Cuando Tomás aún no está definitivamente curado, Tulio
atraviesa por un momento de ilusionado optimismo, en el que reivindica el derecho a “soñar”:
“¡Déjanos soñar un poco, Asel!”. En el fondo todos se han vuelto de repente un poco locos, se
han dejado inclinar hacia la actitud evasiva de Tomás y la dura realidad va a imponer al
momento su ley. Sobre los presos pende como horizonte la condena a muerte. La entrada de
los carceleros que se dirigen precisamente a Tulio con las palabras fatídicas: “Salga con todo lo
que tenga”, permite que el preso comprenda lo ilusorio de su actitud anterior y por eso las
últimas palabras que dirige a Tomás tratan de volverlo definitivamente a la realidad: “Despierta
de tus sueños. Es un error soñar.”

* Como en todas las obras de Buero, es fundamental el tema del descubrimiento de la verdad
como único camino para la redención, para la verdadera vida. La Fundación es, en el fondo, un
lento proceso de asunción de la verdad por todos los personajes y los espectadores. A medida
que Tomás asume su situación, nosotros vamos viviendo el mismo proceso, de manera que
nos vemos obligados a adherirnos a la responsabilidad ética del personaje más allá de la obra:
luchar por un futuro mejor, sin opresión, sin explotación, sin falsas “Fundaciones”. El final
abierto proyecta una esperanza y un compromiso: el verdadero final depende de nosotros
mismos.

* Debemos destacar también el tema de la culpa. Los culpables se dividen en dos categorías
diferentes, según su culpa sea justificable o no. La de Max no lo es, ya que traiciona a los
suyos para obtener mejoras personales, pagando por ello con su muerte. Asel y Tomás, sin
embargo, han sido culpables a causa de la tortura a la que fueron sometidos, situación que les
libera de responsabilidad al no ser dueños de sus actos. Hay que mencionar también la
presencia de la culpabilidad o responsabilidad colectiva de la sociedad como cómplice activo o
pasivo de la represión institucionalizada.

* La amistad, cooperación y solidaridad también aparecen como muestra de la humanidad que


evita que el hombre se transforme en un monstruo en condiciones extremas.

* Y no podemos olvidar que la obra es un evidente alegato contra la violencia, la crueldad, la


tortura y la represión. Buero condena así expresamente el uso de la violencia como recurso del
poder frente a la razón y la voluntad, aunque sin abandonar la lucha contra lo establecido que
causa la alienación, es decir, que no es posible evitar la violencia, pero sí se debe evitar la
violencia gratuita. Con respecto a la tortura, tiene mucha importancia en su papel justificador de

8
las traiciones que se plantean: la de Tomás se perdona por ser causada por la tortura; la de
Max no, por ser a cambio de obtener privilegios personales

5. ESTRUCTURA

5. a/INTERNA
• Nudo: en él se describe como Tomás va recuperando la cordura, como sus compañeros lo
van aceptando poco a poco y como se llevan a Tulio para matarlo. Se corresponde con la
segunda subparte de la parte primera y la primera subparte de la parte segunda de la obra.

• Desenlace: en él se describe la muerte de Asel y Max y el traslado de Lino y Tomás (Final


abierto: en la obra no se especifica adonde van ni que pasa con ellos). Se corresponde con la
segunda subparte de la parte segunda de la obra.

Es llamativa su arranque in media res, y su desarrollo que termina en un final que plantea una
situación similar a la inicial, a manera de una estructura circular.

5. b/ESTRUCTURA EXTERNA
El texto está dividido en dos partes que el autor denomina “Parte I” y “Parte II”. A su vez, en
cada uno de estos apartados se pueden diferenciar dos subpartes.

En el caso de la Parte I, la primera subparte arranca con el escenario ficticio que Tomás ha
inventado. En ella se nos presenta a los protagonistas del drama. En la segunda subparte,
Tomás empieza a recuperar la cordura sobre todo cuando se llevan al hombre que él creía
enfermo y que, en realidad, está muerto.

Los dos subpartes de la Parte II también recogen contenidos claramente diferenciados: en la


primera, Tomás recupera totalmente la cordura y se da cuenta de que nada es como él creía.
Culmina este momento con la marcha de Tulio, al que se llevan para ejecutar. En la última
subparte sucede el desenlace de la obra: el descubrimiento de la traición de Max y su
asesinato, el suicidio de Asel y el traslado de Tomás y Lino.

Género

Aunque la obra se anuncia como “fábula en dos partes”, sus críticos y estudiosos siempre la
han considerado una tragedia, pues los conflictos que plantea afectan al destino de los seres
humanos. Y efectivamente, La Fundación está muy próxima a la definición clásica de tragedia
en cuanto a la presentación de conflictos que mueven a la compasión y el espanto, haciendo
que el espectador reflexione sobre el destino humano, y que termina con un final funesto. Sin
embargo, una peculiaridad del concepto de tragedia que utiliza Buero es el de la “tragedia
esperanzada”, pues no cabe duda que la obra, pese a presentar conflictos de carácter trágico,
se abre a la esperanza e invita al espectador a actuar, en un futuro incierto, contra los
enemigos que provocan esa situación trágica. Buero la considera una tragedia, pero no a la
manera clásica, sino como denuncia de comportamientos éticos o socio-políticos censurables.
El enfrentamiento realidad-ficción y la búsqueda de la autenticidad marcan esta nueva
cosmovisión trágica.

6. LOS PERSONAJES

Además de la presencia incidental de un carcelero en la escena, los personajes principales


de La Fundación son los siguientes:

9
Tomás
A Tomás se le describe como un "mozo de unos veinticinco años, de alegre semblante". Es
el protagonista de la obra. Padece una enfermedad mental que le hace alterar la realidad hasta
tal punto que piensa que vive en una habitación llena de lujos y no en una cárcel. Su locura es
debida a que, en un momento de debilidad, traicionó a sus compañeros después de haber sido
sometido a tortura. Para no asumir esto, se ocultó detrás de una mentira. Sin embargo, poco a
poco se irá dando cuenta de la verdad. Una vez sanado, Tomás pasará de la pasividad y el
autoengaño al compromiso y la denuncia. Al final de la obra, Tomás habrá aceptado su lugar en
el mundo y asumido la obligación de luchar por huir de la cárcel y liberar a todos sus
compañeros. Tomás se identifica con el lector, que de ser solamente un testigo de los hechos
pasa a involucrarse en un mundo que requiere su intervención.

Hombre
Es un hombre sin nombre. Es el compañero enfermo con el que habla Tomás hasta que se da
cuenta, cuando se lo llevan los carceleros, de que está muerto desde hace ya seis días. Es el
primer elemento que favorece la curación de Tomás. Su papel en la obra es el de víctima del
sistema represivo.

Asel
En la obra se describe a Asel así: "es el mayor de todos: de unos cincuenta años, tal vez
más. Cabello gris, expresión reflexiva". Es el líder del grupo y amigo de Tomás. Fue quien le
salvó la vida cuando intentó suicidarse. Como el protagonista, delató a sus compañeros cuando
lo estaban torturando. A pesar de todo esto, sospechó durante un tiempo que Tomás les había
traicionado. Al final de la obra, cuando lo llevan a interrogarle, se suicida. Su firmeza y
tolerancia con las debilidades humanas, su actitud conciliadora y su moral le dotan de una
entidad humana ejemplar.

Tulio
A Tulio describe como "magro, cuarentón, de rostro afilado y serio". Desde el principio, no
está de acuerdo con fingir delante de Tomás y por ello se enfrenta con Asel y Max. Tiene
un carácter seco y variable. Poco a poco el lector irá comprendiendo el porqué de su amargura
(su novia está fuera, el fracaso de su proyecto de investigación sobre los hologramas, etc.) y
gran sensibilidad (es fotógrafo y amante de la pintura). Antes de que Tomás' asumiese su
situación, se lo llevan para ejecutarlo justo en el momento en que fantaseaba con un futuro
mejor.

Max
En la obra La Fundación se describe a Max como un hombre "de unos treinta y cinco años de
agradable fisonomía". Tiene un carácter tranquilo y bromista. Defiende a Tomás al principio,
pero cuando todos sospechan que Tomás es el delator empieza atacarle. Al final sabremos que
fue Max quien traicionó a sus compañeros por un poco de comida y algunas comodidades. En
el desenlace de la obra Lino lo asesina tirándolo al vacío.

10
Lino
En la obra se describa a Lino como un hombre "muy vigoroso y de aire taciturno, aparenta
unos treinta años". Parece ser una persona brusca y con poco tacto. Pero su actitud callada y
pasiva se va transformando en una implicación activa cuando informa al resto sobre la traición
de Max y decide asesinarlo. Tomás no lo aprueba por ser algo cruel e innecesario. Al final de la
obra reconoce su error y apunta hacia un carácter renovador.

Además hay personajes que no se ven, como por ejemplo los compañeros de las celdas
cercanas.
7. TIEMPO/ UNIDAD DE TIEMPO

a/ Tiempo interno

No existen indicaciones precisas, pero es de desarrollo lineal, no existen saltos cronológicos


y el drama se desarrolla en pocos días. El primer cuadro tiene lugar una mañana poco antes de
comer y termina cuando sirven el rancho; por las alusiones que se hacen, se deduce que el que
para Tomás es un enfermo lleva varios días muerto, pues el olor que su cuerpo despide es ya
insoportable y su ración se la han repartido varias veces. El cuadro segundo transcurre esa
misma tarde, pues Tomás sigue encargado de la limpieza; falta cuatro horas para la cena y al
final los guardianes descubren al muerto, que falleció seis días antes. El cuadro tercero
(primero de la parte segunda) se desarrolla tres días después; cuando los presos acaban de
cenar y la noche está cayendo. El día anterior Tomás ha ido a locutorios, para ver a su novia.
En el último cuadro han pasado muy pocas fechas, como parece deducirse del hecho de que
Asel siga preocupado al principio por la mencionada visita que tuvo o parece haber tenido
Tomás. Toda la obra comprende un lapso de cuatro días, o muy pocos más.

En cuanto al tratamiento del tiempo dramático destaca el hecho de que la acción comienza
“in medias res”. Cuando la obra comienza los personajes se hallan en una situación
determinada a consecuencia de unas acciones previas que los espectadores desconocemos
absolutamente, pero que iremos conociendo por sus comentarios a lo largo de la
representación.

b/ Tiempo externo

La obra fue escrita en los primeros años setenta, al final de la Dictadura de Franco. Sin
embargo, los hechos no hacen ninguna alusión concreta a dicha Dictadura.

Aunque hay un trasfondo biográfico evidente reconocido por el propio autor, la obra no
sucede en un tiempo concreto. Al igual que ocurre con el espacio, Buero pretende con esta no
concreción espacio-temporal manifestar la vigencia de la enseñanza ética y social contenida en
la obra en todo tiempo y en todo lugar.

8. ESPACIO /UNIDAD DE LUGAR

Buero quiere que la acción trascurra en un lugar indeterminado que puede ser cualquier lugar
y donde se haya sufrido, se sufra o se pueda sufrir persecución política por motivos de ideas.
Varía en su configuración por su transformación paulatina, pero en realidad es siempre la
misma y existe unidad de lugar. Interesa por su valor de espacio simbólico. Representa un
“país desconocido”, pero cualquiera en que se dan o se han dado circunstancias similares a las
que se describen (por ejemplo, la propia España). En la configuración de este espacio el autor
va a utilizar como principal recurso el efecto de inmersión.

11
Los llamados efectos de inmersión son un recurso teatral que busca que el público sea
participante, aunque no lo desee, de los problemas y de la situación anímica de alguno de los
protagonistas.

En el caso que nos ocupa, la inmersión se concreta en la asunción del punto de vista de
Tomás. Cinco personajes varones son reunidos por el autor en un espacio escénico que se va
transformando a nuestro alrededor a medida que progresa la acción. Los espectadores vemos
el escenario tal y como lo percibe Tomás en su imaginación. Al principio de la obra se nos
presenta un lugar imaginado por Tomás, lo que él llama la fundación (un lugar donde terminar
los proyectos de trabajo y al que solo se accede mediante una beca), en una confortable
habitación con vistas a un hermoso paisaje, aunque más tarde recupera la cordura y se percata
de que la fundación era una visión y que realmente se encuentra en una celda de condenados
a muerte de la cárcel, en la que se encuentran los personajes de los que trata la historia.
También se mencionan las celdas de castigo y otros lugares de la cárcel que no llegan a ser
descritos. Finalmente Buero Vallejo a través de las acotaciones nos vuelve a introducir en el
espacio inicial de la obra (el imaginado por Tomás). Por todo lo dicho anteriormente podría
entenderse que hay un espacio cíclico/ circular en el que se suceden los lugares imaginarios y
los reales (el espacio real solo se presenta en la 2ª mitad de la 2ª parte de la obra), pero en
realidad existe unidad de lugar. Esa transformación es el resultado de la transformación
anímica de Tomás. La escenografía irá variando a medida que su percepción del mundo
evolucione de la ficción a la realidad y, con ello, los espectadores participaremos de su propia
mutación psíquica.

Desde la incomprensión a la actitud de los otros cuatro personajes compañeros en la


“fundación”, evolucionamos, parejos a la recuperación de la cordura de Tomás, a la terrible
certeza de la realidad de la cárcel. Este prefirió, para seguir viviendo sin destruirse, negar la
verdad sustituyéndola por una mentira, creando un mundo nuevo sin cadáveres, sin dolor, sin
torturas, sin cárceles y sin persecuciones, aunque, bien es cierto, todo ello a costa de la
verdad. Ese mundo a lo largo de la obra se va desmoronando hasta que no queda nada de él.
Cuando el espacio escénico queda vacío al final, la celda se transforma de nuevo en la
hermosa habitación de una Fundación, lista para coger a nuevos inquilinos. La “fábula” se
muerde la cola y vuelve a empezar.

Lo más interesante del espacio, por tanto, es cómo va cambiando poco a poco ante el
espectador y el propio protagonista y cómo, por tanto, tanto el uno como el otro sufren un
“engaño”, pues están viendo al principio un espacio que no es real, sino producto de una mente
enajenada. A partir de ahí podríamos diferenciar los elementos “reales” de la escenografía de lo
imaginarios, pero los primeros son muy pocos y sólo los vemos cuando desaparecen los otros
(la vajilla, los libros de arte, el teléfono…). Estamos, pues, ante dos escenarios superpuestos,
el segundo de los cuales aflora cuando desaparece el primero; el espectador es engañado,
aunque desde el principio nos damos cuenta de que algo raro hay en ese espacio, que
teóricamente es una “fundación”, espacio donde hay elementos que desentonan.

El vestuario también participa de este proceso, pues va cambiando según lo hace la mente
de Tomás, siendo lo más llamativo sus cambio de color, o el cambio total de estilo en el caso de
los camareros/carceleros.

Para finalizar hay que destacar la importancia de la iluminación en la configuración del


espacio. Además de la progresiva desaparición de los objetos del escenario (ventanal,
frigorífico, botellas de alcohol, vasos, tabaco…), en el proceso de transformación del espacio la
iluminación juega un papel fundamental. La obra se inicia con una luz clara que va
oscureciéndose progresivamente hasta llegar al final a la tenebrosa oscuridad de la cárcel. La

12
lámpara que solo Tomás ve en la celda de la cárcel toma valor simbólico, pues en un momento
determinado de la obra no se enciende (esto se puede entender como un pequeño paso hacia
la recuperación de su cordura). También es simbólico el hecho de que uno de los últimos días
en los que se desarrolla la obra las luces de la cárcel no se apagasen.

Después de eso serían “trasladados” poco a poco todos los protagonistas de la obra: primero
Tulio, después Asel y por último Lino y Tomás.

De igual manera la música de Rossini que abre y cierra la obra adquiere gran carga
simbólica, al ser una música grata y suave que crea el ambiente necesario para la ensoñación.
Incluso este final cíclico invita a los espectadores a la reflexión de si hemos salido realmente de
La Fundación o si todo ha sido un sueño.

En cuanto al uso de símbolos, debemos señalar que como todo el teatro de Buero, La
Fundación, sin ser una obra simbólica recurre al símbolo como recurso estético y significativo
fundamental. Sin salirse del ámbito de lo real, los objetos, espacios y personajes tienen un
significado superior al de la mera realidad que reflejan. Estos son algunos de los elementos
simbólicos más importantes:

• La Fundación representa la realidad falseada, deformada y embellecida por la mente enferma


de Tomás para evadirse de la verdad. Desde el punto de vista individual son los sueños, las
convicciones acomodaticias a las que nos agarramos para rehuir y evadirnos de nuestras
responsabilidades. Desde el punto de vista colectivo representa las falsas seguridades con las
que la sociedad moderna nos aleja de las partes más negativas de su sistema. Su decoración
(el teléfono, los libros de la estantería, la televisión…) se asocia a las conquistas de nuestro
modo de vida ligado al bienestar que contrasta cruelmente con la situación de los excluidos de
ese mismo modo de vida como son los marginados o los oprimidos.

A medida que transcurre el drama descubrimos que la fundación es una cárcel. Se sugiere de
forma pesimista que la vida, en el fondo, es una prisión. Ante esta situación, la actitud de huida
hacia un mundo mejor es la única alternativa ética que se nos presenta.

• El ventanal destaca como un enorme elemento escenográfico, a través del cual se ve un


paisaje maravilloso y, obviamente, tiene que ver con la locura del protagonista, relacionándose
con los sueños y el tema de si son o no necesarios para las personas. Asel insiste en que es el
único elemento de la fundación que existe en realidad. El ventanal simboliza el futuro, ese
porvenir mejor que puede alcanzarse a través de la lucha y la insumisión contra las distintas
formas de dictadura (individual, social, política) que nos aplastan. Esa creencia esperanzadora
en el progreso moral humano consigue que el destino trágico de los personajes de esta obra
adquiera un sentido liberador. Cuando desaparece, nos muestra la cruda realidad, pero en su
reaparición final alude a la necesidad de soñar para soportar la vida y también a la idea de que
el mundo todo es una cárcel y, al final no hay diferencias entre el mundo de dentro y el de
fuera. El ventanal es una utopía inalcanzable, pero cuya búsqueda es necesaria para seguir
viviendo.

• El retrete descubierto representa la dignidad humana pisoteada.

• Los hologramas suponen una reflexión sobre la naturaleza de la realidad. Como en el mito
platónico de la caverna nos hace pensar hasta qué punto lo que perciben nuestros sentidos es
real o pura ilusión.

• El teléfono representa la comunicación, que es finalmente impedida por la represión.

13
• Los libros son claramente símbolos de cultura, y su entidad imaginaria indica su inexistencia
en la España de la época.

9. ACCIÓN/ UNIDAD DE ACCIÓN Y SUS ELEMENTOS FUNCIONALES

No incluye peripecias, pues es un drama de situación, de situación límite. Durante la primera


parte y casi todo el primer cuadro de la segunda el centro de atención está constituido por el
progresivo desmoronamiento del mundo inventado por Tomás y su sustitución por el real. Hay
varios momentos de tensión entre los presos, provocados por la mayor o menor habilidad de
cada uno en su adaptación a la fantasía del alucinado, pero los instantes más dramáticos son
el descubrimiento del cadáver por los carceleros y, sobre todo, la salida de Tulio hacia la
ejecución.

Hay otra acción que permanece escondida durante mucho tiempo y que sólo aflora por medio
de alusiones o indiscreciones. Ya en el segundo cuadro Tulio apunta que hay un “plan”
concebido por Asel, que no se revela hasta el último cuadro. Se trata de la fuga del presidio a
través de un túnel que se podría cavar a partir de algunas de las celdas de castigo situadas en
los sótanos. El proyecto consiste en conseguir el traslado a ellas, para lo cual es preciso
cometer alguna falta en el reglamento. La oportunidad se les brinda por el fallecimiento por
inanición de uno de los compañeros; ocultando su muerte, conseguían a la vez repartirse su
ración de alimentos y dar pie a las autoridades carcelarias para imponerles el castigo que
desean.

Como el ansiado traslado no se produce, contra toda lógica, Asel comienza a intranquilizarse
y a sospechar que su plan haya sido descubierto por la intervención de un confidente. Aunque
inicialmente se pregunta si éste será Tomás, luego descubrirá su inocencia: el soplón es Max.
Este segundo motivo de la acción no puede surgir a la luz desde el principio por su mismo
carácter de proyecto secreto. En sus circunstancias, los mismos presos se ven obligados a
desconfiar unos de otros: “Lo peor de nuestra situación es que ni siquiera podemos hablar
claro”.

Por tanto, hay dos razones para que el drama mantenga sus intrigas en secreto durante gran
parte de la obra. A Tomás, y al espectador, no se le puede hablar claro, pues su trastorno ha de
ceder paulatinamente. Además, el plan de evasión debe permanecer encubierto para ser
efectivo.

El centro de atención de la obra se desdobla en la segunda parte. El interés por la vuelta del
loco a la lucidez no desaparece, pero a ella se suma la triple atención por el enigmático
proyecto, por la inexplicable falta de sanción ante la simulación del cadáver y por el
descubrimiento del espía que existe ante los compañeros. Los instantes de mayor acción
externa e intensidad dramática se producen en el último cuadro: la llamada que Max recibe
para ir a locutorios permite a los tres presos restantes hablar con mayor claridad; tras exponer
cada uno sus particulares sospechas, descubren su condición de espía. A su vuelta, los
acontecimientos se suceden. Lino interroga violentamente a Max, éste golpea la puerta en
demanda de ayuda, Asel es llamado para un “interrogatorio”. Ante el temor de descubrir el
proyecto de fuga en la tortura, Asel se mata, arrojándose desde la galería en un descuido de
los guardianes, mientras toda la prisión golpea las puertas y grita al unísono “¡Asesinos!”. Lino
tira a su vez a Max desde la barandilla en medio del estruendo y sin ser visto. Tomás finge
entonces ante los carceleros que sigue dominado por su antigua locura y muy poco después
tanto él como Lino, los dos únicos que han quedado en la celda, son invitados a salir “con todo
lo que tenga”.

14
Por tanto, el último cuadro es el de mayor tensión dramática, algo habitual en teatro.

10. LENGUAJE

Buero utiliza en esta obra un estilo cuidado y refinado con ciertas dosis de ironía. Aunque los
personajes no son todos de igual cultura o condición, ponen atención al uso de la lengua que
pocas veces registra expresiones coloquiales. De hecho el léxico es en la mayor parte de la
obra culto: los personajes hablan siempre de una manera correcta a pesar de encontrarse a
veces en situaciones al borde de la locura debido al miedo; no aparecen ni jergas ni tacos ni
ningún otro signo de un lenguaje vulgar o coloquial. El autor da muestra de su retoricismo con
el preciso uso de epítetos, símiles, antítesis, personificaciones o metáforas. Los diálogos se
caracterizan por el uso de oraciones cortas, breves y a menudo inacabadas, con frecuentes
elipsis.

Pero, sin ninguna duda, lo más característico del estilo de Buero, no sólo en esta obra sino en
toda su producción, es la extensión y precisión de las acotaciones. En ellas, las minuciosas
descripciones del escenario y de los personajes (físico, gestos, actitudes, movimientos…)
aparecen con rica adjetivación, detalladas enumeraciones y léxico preciso que nos permiten
imaginar las escenas con gran realismo.

Las principales características del lenguaje de La Fundación son, por tanto:

• Naturalidad: lenguaje similar al de la calle, pero sin llegar a utilizar un tono coloquial. A Antonio
Buero Vallejo le interesa que el lenguaje sea captado fácilmente por el espectador, de ahí que
no utilice ideas rebuscadas o conceptos oscuros, ni las frases muestren complicaciones
sintácticas. Pretende, además, reflejar la imagen real de una época a través del lenguaje de los
personajes, a cuya situación socio-cultural responde su forma de expresarse. No hay grandes
diferencias en el habla de unos y otros, ya que todos pertenecen, prácticamente, a la misma
clase social, existen, no obstante, algunas peculiaridades del habla que se deben a la
personalidad de cada protagonista • Sobriedad y economía expresivas: la escenografía
complementa de modo imprescindible a la palabra. Existe equilibrio entre los diálogos y el
montaje escenográfico.

• La importancia del diálogo como herramienta de conocimiento de personalidades conflictivas


o contrapuestas.

• Enfrentamientos a través de la palabra, sobre todo en la parte segunda de la obra.

• Reiteradas oposiciones semánticas en torno a los conceptos dentro/fuera y


realidad/alucinación; en el mismo sentido de lo que ocurría, sin ir más lejos, en El concierto de
San Ovidio con los conceptos de luz/oscuridad.

Los recursos estilísticos utilizados en la construcción de la obra serán:

• Perspectivismo: el público ve lo que ve Tomás. Primero una fundación y a medida que va


reconociendo una cárcel se le va mostrando al público a través de cambios en la decoración.

• Autobiografismo: el autor estuvo condenado a muerte tras la guerra. En la obra hay bastantes
elementos autobiográficos, dado que Buero militó durante un tiempo al acabar la Guerra Civil
en el Partido Comunista, estuvo encarcelado desde 1939 a 1946, e incluso fue condenado a
muerte; ayudó al poeta Miguel Hernández a un intento de fuga de la prisión del Conde de
Toreno y su padre, militar había sido asesinado durante la guerra civil en Madrid, en concreto
en Paracuellos del Jarama, acusado por los republicanos de pertenecer a la “quinta columna".

15
• Contrastes: entre Tomás y la conducta de los otros cuatro personajes; entre la belleza de la
habitación con vistas a un hermoso paisaje y la sordidez de la cárcel; entre apariencia y
realidad; entre verdad y mentira; entre el poder de la imaginación y la imposición de la razón;
entre la locura y la lucidez…

• Paralelismos: la obertura de Guillermo Tell de Rossini, que suena al comienzo y final de la


obra (contribuye a la estructura circular señalada) y las referencias a la pintura y su relación
con la naturaleza.

Técnicas y recursos dramáticos


El efecto de inmersión.- El término “efecto de inmersión” fue acuñado en contraste evidente
con los efectos de distanciación. Un efecto de inmersión ocurre cuando al espectador se le
obliga a compartir, no con todos los personajes de una pieza sino (normalmente) con uno solo,
una percepción sensorial singular, y experimenta por tanto una sensación más fuerte de
simpatía o identificación con el mismo. Lo distintivo de su aparición en el teatro de Buero es la
consistencia, aunque también la versatilidad, la inventiva y la originalidad, a menudo muy
llamativa, conque los explota. El mismo los ha descrito como un recuso teatral consistente que
el público tenga que ser participante, aunque él no lo desee, de los problemas y de la situación
anímica de algunos de los protagonistas, no sólo a la manera tradicional, sino de un modo que,
si es psíquico por un lado, es por el otro lado también físico.

La inmersión en la mente del protagonista es la única manera de presentar el proceso de


vuelta a la normalidad de Tomás. Cada transformación del espacio escénico revela que un
nuevo fragmento del mundo real ha logrado ocupar su sitio en el cerebro del personaje, puede
decirse que es desde ahí desde donde transcurre la obra. Todo este proceso de subjetivización
sitúa al autor en la línea de los grandes dramaturgos contemporáneos (por ejemplo, Arthur
Miller) que buscan la superación de la objetividad.

El público ve, pues, lo que ve el personaje, que impone un “punto de vista” subjetivo de
primera persona a todo el universo escénico. Así Tomás transforma los petates en cómodos
sillones, las paredes en librerías o en un ventanal sobre el campo. Pero esto el espectador no
lo sabe, porque también lo ignora Tomás. La obra se constituye como un continuado proceso
de acercamiento desde la locura a la realidad, vivido por ambos. La acción de la obra se centra
principalmente en la conquista de la verdad a partir de la enajenación: en comprender que
estamos en la cárcel.

Esta “inmersión” en la mente del protagonista es el único modo de poder presentar


directamente la sucesiva vuelta a la normalidad de Tomás: cada transformación del espacio
escénico revela que un nuevo fragmento de la realidad ha logrado ocupar su sitio en el cerebro
del personaje (aunque también existen algunas deformaciones en la audición de Tomás, que,
por ejemplo, escucha “ingeniero” cuando un compañero le dice ser “tornero”, las variaciones
afectan primordialmente a la vista, a la configuración del mundo y las cosas).

El diálogo.- Constituye un vehículo de indagación y conocimiento de personalidades


conflictivas o contrapuestas. En la obra existe un “coro de voces” que representa a una
colectividad que está en el fondo y que se hace presente en escena cuando, según dice la
acotación, grita al unísono: “Asesinos”, después de haber muerto Asel y Max. Representa el
testimonio de una represión generalizada.

Las acotaciones.- Son bastante extensas, precisas y detalladas, para permitirnos imaginar
espacios, escenas, tiempos y actitudes, pero en La Fundación, además de ir suministrando

16
poco a poco datos sobre la psicología de los personajes, son imprescindibles para expresar los
efectos de inmersión y las mutaciones que se van produciendo en objetos y escenarios

La mímica.- Es muy importante en la obra para resaltar algunos detalles como la locura de
Tomás (cuando hablaba por un teléfono imaginario; cuando encendía una lámpara que nadie
más veía; cuando hablaba con el Hombre muerto o con su novia imaginaria; cuando Tulio
coloca los vasos imaginarios; …).

11. CONCLUSIÓN Y OPINIÓN PERSONAL

Comentario de La Fundación

La obra La Fundación de Antonio Buero Vallejo pertenece al género literario Teatro. En


concreto es un drama.

La obra está dividida en dos partes. Comienza in media res, es decir, en mitad de la historia.
El lector va conociendo el pasado a través de referencias de los protagonistas. En conjunto, el
drama tiene una estructura circular.

La Fundación no se encuadra en una época o un lugar determinado. La intención de Buero


Vallejo es hacernos comprender que esta situación se puede dar en cualquier momento de la
historia. Es algo, que nunca dejará de suceder, incluso ahora. Los momentos del día están
medidos de dos formas diferentes: a través de la ventana sabemos si es de día o de noche,
aunque eso es inventado por Tomás. El momento del día real está marcado por la hora de
comer, de dormir, etc.

El tema principal de la obra' es la libertad en contraposición al poder de la opresión. El autor


utiliza el encarcelamiento político como símbolo de todo aquello que impide a las persona ser
completamente libres. Critica la esclavitud encubierta bajo falsas apariencias de libertad a
través del autoengaño. El ejemplo más claro es La Fundación, que representa, entre otras
cosas, las ataduras de las que no somos conscientes pero que están ahí, alienándonos.

Otro tema que trata Buero Vallejo es la locura o la enajenación debida a trastornos
psicológicos. Es un tema muy recurrente en toda su obra. Estos personajes se caracterizan
porque su locura les permite conocer la realidad de una forma diferente; están encerrados en
su propio mundo, aislados; y suele ser una forma de evasión.

El caso de Tomás coincide de cierta manera con todas estas afirmaciones, ya que su mundo
ficticio es una forma de escapar de la realidad que le atormenta. Sin embargo, su locura, no le
impide hacer apreciaciones muy certeras acerca de sus compañeros de celda, así como
comprender de una forma inconsciente su situación, lo que se refleja en sus conversaciones
imaginarias con Berta. La recuperación de la cordura en Tomás supone una evolución moral: al
ser consciente de su debilidad y deshacerse de sus falsas percepciones, el personaje
de Tomás asume su papel en el mundo.

La culpa es otro tema presente en La Fundación. Los culpables se dividen en dos categorías
diferentes, según su culpa sea justificable o no. La de Max no lo es pues traiciona a sus

17
compañeros de forma espontánea para obtener mejoras personales y paga su culpa con
la muerte. Sin embargo, Asel y Tomás son culpables porque su debilidad humana les pudo ante
la tortura.

La obra La Fundación recurre al símbolo como recurso estético. Los objetos, espacios y
personajes tienen más de un significado: todo es lo que parece y algo más. Algunos de los
símbolos más importantes de La Fundación son:

La Fundación: es la falsa realidad donde vive Tomás para olvidarse de sus verdaderos
problemas. La Fundación representa los sueños y las convicciones acomodaticias a las que
nos aferramos para escaparnos de las responsabilidades. Su decoración (la estantería llena de
libros, el ventanal, el teléfono, la televisión, etc.) puede asociarse a las conquistas de nuestra
forma de vida moderna: la cultura, la comunicación, el bienestar, etc. tan imprescindible como
vacías si nos olvidamos de los que se quedan fuera de esto: los oprimidos, los excluidos, etc.
De cierta manera, se trata del pan y circo, es decir, de las falsas seguridades que nos ofrece la
sociedad para tapar las partes más oscuras del sistema.

A medida que el protagonista se va dando cuenta de la realidad, La Fundación se va


convirtiendo en una cárcel. Así, Antonio Buero Vallejo nos da a entender de una forma
pesimista que la vida es una prisión, y por lo tanto, nuestro mundo y La Fundación son lo
mismo. Ante este descubrimiento, la actitud de huida hacia un mundo mejor resulta la única
posibilidad ética que tenemos.

El ventanal: según Asel es el único elemento que existe de verdad. El ventanal simboliza el
futuro, un mundo feliz y mejor que se puede conseguir por medio de la lucha y la insumisión
hacia las distintas formas de dictadura que nos coartan nuestras libertades.

Berta: es una representación de los deseos de Tomás, y al mismo tiempo, su inconsciente.


Además, el ratón al que cuida, también llamado Tomás, desaparecerá cuando el protagonista
asuma la realidad y acepte sus fuerzas y flaquezas. La muerte del ratón, por lo tanto, puede ser
entendida como una liberación, ya que Tomás, a partir de ese momento, se convierte por fin en
un ser humano íntegro.

Otros elementos son: el retrete descubierto, que representa la dignidad humana pisoteada;
los hologramas, con los que se sigue la reflexión sobre la naturaleza de la realidad, el hombre
muerto, etc., pero los tres anteriores pueden considerarse los ejes centrales de la
representación.

En cuanto a la técnica, debemos hablar del efecto de inmersión. Este recurso consiste en
conseguir que el público se identifique con determinados personajes, es decir, Buero
Vallejo pretende que el público sea partícipe, aunque no quiera, de los problemas y de la
situación anímica de algunos de los protagonistas de una forma tanto psíquica como física.

En el caso de La Fundación, la inmersión se plasma en la asunción del punto de vista de

18
Tomás: cinco hombres están reunidos en un espacio escénico que va cambiando a medida que
progresa la acción. Al principio, pensamos que nos encontramos en una habitación llena de
lujos con vistas a un precioso paisaje, y al final, esa habitación no es más que una celda.
Además, los cinco científicos que formaban parte de un moderno centro de investigación, son
en realidad cinco condenados a muerte.

El escenario irá cambiando paulatinamente a medida que la percepción del mundo de Tomás
va evolucionando de la ficción a la realidad y con ello, las conversaciones y el comportamiento
del resto de los personajes que no encajaban en la habitación imaginada por Tomás.

De esta forma, el espectador experimenta el horrible proceso que supone el paso de vivir en
una mentira pero hermosa, a una realidad terrible pero real. Tomás decidió negar la realidad
sustituyéndola por una mentira para poder seguir viviendo sin destruirse. Creó un mundo nuevo
lleno de felicidad y belleza, sin dolor, sin torturas, sin cárceles, sin cadáveres. Ese mundo,
que Tomás y nosotros creímos cierto, se va desmoronando poco a poco hasta que desaparece
y se convierte en una realidad llena de miedo y muerte, pero que ofrece la posibilidad de la
libertad y el heroísmo. Por lo tanto, será el descubrimiento de la verdad el único camino para la
libertad.

El final abierto de la tragedia, ofrece a los espectadores una esperanza y a la vez un


compromiso: el espectador será quien decida el final de la historia.

Cuando el escenario se queda vacío, la celda se transforma de nuevo en una bella habitación
de La Fundación, lista para recibir a sus nuevos inquilinos. La fábula vuelve a empezar.

Opinión personal
En mi modo de pensar, esta obra de teatro me ha sorprendido gratamente debido a los giros
inesperados, a la toma de conciencia de lo real y lo no real, …

Aunque al principio me parecía aburrida, después he ido cogiendo cada vez más interés en
ella mientras la leía porque todo lo que se dijo en la Parte I era falso, simples alucinaciones de
Tomás. Es algo increíble que al empezar a leer una obra del género que sea te esperes un final
distinto al que hay en el libro, que nada de lo que habías intuido o pensado no solo no ocurre,
sino que, la historia va por otro camino, esto solo demuestra la buena calidad del poeta y del
incansable esfuerzo que hizo hasta su muerte, trabajando y promoviendo la cultura.

12. BIBLIOGRAFÍA

• http://books.google.es/books?
id=lFX2ymL6_IwC&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false

• BUERO VALLEJO, Antonio La Fundación, Editorial Espasa, 2012, edición 27.

• www.edu.xunta.es

• http://es.scribd.com/doc/32315778/ANTONIO-BUERO-VALLEJO-la-fundacion-analisis

19
• http://www.wikiteka.com/apuntes/buero-vallejo/

• http://books.google.es/books?
id=lFX2ymL6_IwC&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false

20

You might also like