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ARQUEOLOGIA, HISTORIA Y BIBLIA De la torre de Babel al templo de Jerusalén Juan Luis Montero Fenoll6s (coord.) Coleccién Solaster 2008 ARQUEOLOGIA DE LA MUERTE: EL ORIGEN DE LAS IDEAS BiBLICAS DE INFIERNO Y DE RESURRECCION Francisco Caramelo 1. La genealogia de las ideas funerarias Las ideas biblicas de infiemo y de resurreccién se fundan en el largo y profundo sincretismo cultural y religioso del Oriente Préximo antiguo, que desemboca en el Nuevo Testamento, donde se cruzan matrices de diferentes ci nes y, entre ellas, las orientales, la egipcia y la helenistica. La Biblia refleia las discrepancias y el sentido de la maduracién teolbgica de estos conceptos y de las imagenes que les estén asociadas, De hecho, sélo de forma tardia, y principalmente en el contexto del cristianismo primitivo, es cuando las ideas de infierno y de resurreccién conquistan su amplitud teolbgica y moral, y adquieren la expresividad simbélica que las caracteriza en el Nuevo Testamento. Infierno, juicio de los difuntos y resurreccién son ideas que, tal como las conocemos en el Nuevo Testamento, o estin ausentes en el contexto del canon velerotestamentario o sdlo se insintan, El Antiguo Testamento refleja un tiempo de transicién, una vez que, por un lado, es depositario de antiguas tradiciones semitas y orientales (herencias de un pensamiento preclésico), y por otzo, en algunos de los textos mas tardios del canon, es testigo ya de una influencia helenistica innovadora esbozando el sentido del cambio y de un pensamiento teold adquiere las nuevas tonalidades que caracterizan el. judaiamo consolidado y el cristianismo emergente. Para que comprendamos estas ideas en el Nuevo Tes debemos conocer su “prehistoria”, es decir, el suelo en el qu 87 s. Su “genealogia” es compleja y vamos a seguir uno de & aquél que se basa en la matriz cul semita y en su idiosincrasia, Indagamos en los ecos mas remotos de es percepciones, que tienen resonancia en algunos de los textos literar de Mesopotamia. No se observa, sin embargo, un discurso ensayistico, sobre el juicio fica, Io que no excluye su racional racionalidad y su aunque construidos sobre imagenes, sob metéforas y reflejando un pensamiento alegérico, constituye discurso sobre lo real. Todo mito se funda en un lenguaje mitopoi logia funeraria sobre el doi fas a la muerte, cuya pervivencia se observard en el Anti 2. El hombre y su finitud idagacién del destino y de la fi fe por la comp: inmediatamente afirmados en td del hombre pasa pol6gicos, tante de su creacién, en las diversas narraciones antropogénicas. El Enuma elig, el poema babilénico de la i, narracién apologética de Babilonia y de su dios nacional, Marduk, describe no sélo la creaciin de los dioses y del 1 hombre. Podemos leer en el texto de la sexta poema épico que aquél fue creado con la final erandolos de los trabajos ar 88 jodavia no dotado de una humanidad plena y sélo esbozada, es un hombre incompleto, creado por Ea, padre de Marduk, con la sangre y con los huesos de Kingu, que fue vencido por el dios babilénico. Parece observarse en este pasaje la idea de una sub- humanidad 0 la consciencia antropolégica de un estadio anterior a aquél en que el hombre surge ya en su forma completa. Dos ideas 1) la materia prima con la que el importantes emergen en este contex hombre fue creado presenta, inmediatamente, una connotacién negativa, en la medida en que tiene su origen en un dios malético; 2) la finalidad con que el hombre ha sido creado es la de servir a los dioses, asumiendo asi sus tareas y permitiéndoles el ocio. Estas dos ideas definen la naturaleza humana en la concepcién mesopotdmica. El hombre es un ser limitado, incomplet ala grandeza divina, y su destino inexorable es el de servir a los dioses, en su condicién de ser inferior. Vemos esta idea en otra narracién ‘mesopotmica, el Atra-hasis, texto que fija una tradicién muy semejante ‘a la que podemos leer en el Enuma eli3. Enkit provee a Nintu’ la sustancia que ésta necesita para moldear y hacer al hombre. De una mezcla de barro con sangre y «i la diosa engendré al hombre dioses y a servirlos. La masa a partir de la cual Nintu moldea ‘compuesta por tres elementost: carne y sangre del dios y barro. Pero es eva criatura esta +n sumerio, hombre es LU, El término luli() tal vee sgnifique este concepto de ser incompleto y primordial STamberty Milla, 199. Se trata de Ea, el dios que protagoniza la escena de la ereacién del hombre en S Mencionada en la misma narracién con otros nombres (Belet-ili y Mami), pero refiriéndose siempre ala diosa asociada a los nacimientos. En la Epopeya de Gilgames (primera tablila), podemos observar tna variante en cel modus faciendi de la ereacién humana. Los dioses piden a Aruru, Ia diosa con in para la creacién de la humanidad, que engendre alguien capaz. de detener a GilgameS. La diosa se mojé las manos en la agua, cogi6 el barro y lo 6 a la arena. Después de eso, moldes a Enkidu. No hay ninguna referencia a tun elemento divino en la constitucién estructural del hombre recién creado, La 89. la carne el elemento esencial que animaré al ser recién creado, especie de fermento y de signo de su matriz original. En uno de pasajes de esta narracién (I, 228-230), podemos observar que la carn dios sactificado es el origen del espectro (efemm 1 elemento constituye la esencia del hombre y que, después de su abandona el cuerpo, sepultado de acuerdo con los ritos, y ocupa lugar en el yundo. Parece cédigo genético esa esencia malévola que est irremediablem: inscrita en su naturaleza intrinseca. Y articulada con esa premisa, te en el caracter efimero de su existenci acentuarse la idea de que el hombre conserva e1 Epopeya de Gilgames podemos leer que muerte como destino para el hombre, guardaron para es una contradiccién estructural entre el “ser” humano y el “ser” divi La muerte define la calidad de “ser” humano, organizai inexorablemente el. destino del individuo, repetido desde el pri hombre, porque esa es su natu que expresa la gramética de su existencia, escrita por los dioses j6n, y a la que él no pu escapar’, Los dioses estén envueltos en el “hacer” y en el “st {la vida’. Y esta inscrita indeleblemente en su const civilizacién. Era una humanidad primor: le todavia no lo es, y que tiene una correspondenc ya mencionado. Se pueden consultar las traducciones de Sanmartin, 2005, de mbres son mortales y los dioses inmortales y las excepciones a esa regia in para la confirmar. Es el caso de Ut-napistim, una especie de Nov 1 que, sobreviviendo al se hace inmortal. Gilgame3 busca hombre. Son ellos quienes lo crean, como alfareros?, dando forma a un modelo, a una idea preconcebida™, Pero participan igualmente del “ser” y de la naturaleza de la nueva criatura engendrada. Participan de la sustancia de la que esté hecho el hombre, ayudando asi a definir su integrante-de 1a sustancia que esté en el origen de la creacién del hombre, representa la consciencia de la predeterminacién “moral” de la humanidad, propensa a errar, a descuidar y a insubordinarse. La sangre y la carne 0 los huesos del dios insurrecto condicionardn asi para siempre la idiosinerasia del hombre, predispuesto a fallar, como sefial de su ignorancia y de su rebeldia. El barro, el otro elemento material, expresa la calidad de lo que es duradero pero no es eterno, Efectivamente, el barro era la materia prima usada en la construccién de las casas, de los templos y de los palacios. Simulténeamente frégil y resistente, transitorio y duradero, el barro traducia bien la esencia de Ja naturaleza humana y, sobre todo, su materialidad, es decir, su naturaleza corpérea. En suma, la finitud, la fragilidad y la limitada naturaleza fisica y = moral” del hombre definian su carécter y su existencia en vida,’ predeterminada en el instante de su creacién. Para comprender las: concepciones de la muerte en Mesopotamia y la mitologia funeraria que, le esti asociada es necesario entender la creacién del hombre como panier enneennen aaa la humenidad. En suma, los dioses no morian por cansas naturales, como la, ‘yejez ola enfermedad, pero podian ser asesinados, sobre todo cuanclo su muerte constituia un factor de ruptura con el pasado, generando la posibilidad de. avanzar para una nueva era 0 de crear un nuevo orden, * Como en el relato que podemos leer en Gén 2, 7 ‘© En la Epopeya de Giga, Arua moldea la criatura de acuerdo con la imagen jue Anu coneibid. La sangre y la came 0 los huesos. e Z ‘hombres los dioses eran poderosos y estaban dotados dé subjetivamente muy lejos de la humanidad y de log hacia menos su: ‘es0r, per susceptible ala falta, y por tanto estaba condenado a transgredir y a fallar a proyecto, en que, desde el primer instante, se esbozan sus limites y se Pero, no debenos ina con su existencia. De vida no implicaba el término de su existencia, una ver que, después de la muerte, el espectro del difunto continuaba existiendo en el més all 3. “La tierra de donde no se regresa” La muerte es, por tanto, destino inexorable ¢ irreversible conviccién se muestra de forma muy clara en esta expresién co se define el inframundo: “la tierra de donde no se regresa”. mesopotmicos concebjan la existencia de un lugar subterréneo, al cu es, y al que estaban destinados todos I, la cane y los huesos del dif regresa, ocupando asi su lugar natural, apaciguado por el cumplim de los ritos funerarios y por el culto de su memoria, llevados a cabo p sus familiares. Esa solidaridad familiar, materializada en el respeto p el difunto y por la memoria de sus ancestros, conservaba su espectro el més alld. Pero, la falta de respeto por esos preceptos rituales 0 olvido levaban a que el espectro del difunto errara por este mund provocando el desasosiego de los vivos. La muerte no constituia, p tanto, el fin de la existencia humana, sino tan s6lo el término de la vida, tal como ésta era vivida en el mundo terrenal. Con Ja muerte, se iniciaba un viaje que levaba al dif atravesar las estepas y los desiertos, lugares inhéspitos por d vagaban los demonios, y lubur, ese rio que era la tl Una de las descripciones mis teresantes y completas sobre ese recorrido, que conducia al reino de 5 muertos, gobernado por Ereskigal, nos informa sobre la catébasis de ; su hermana¥, Esta decide bajar al inframundo, actitud inesperada, nframundo, a veces también mencionads 1r a los infiernos, es conocida en dos vi 2 tuna vez que los dioses tenian sus dreas de jurisdiccién, lo que limitaba sus movimientos, Llega al Kurnugi, una de las designaciones de ov inframundo, pero su camino es interrumpido por una puerta, Gata y otras sefialaban y representaban la incomunicabilidad de los dos mundo superior, no podria ni deberia bajar a este mundo que le estaba vedado, de la misma manera que era inaccesible a todos los vivos. Irreverente's, [star desafia el orden natural de las cosas y pretende franquear Jos limites del inframundo. Decide destruir la primera puerta si el guardién no la abre. Amenaza ademés con liberar a los difuntos, que asf serdn superiores en niimero a los vivos y arrojar el ‘mundo al caos. Con la anuencia de Ereskigal, impotente para impedirlo, el guardian de la puerta permite el paso a Istar, aunque es obligada a cumplir ciertos procedimientos. La diosa pudo pasar la primera puerta y todas las siguientes, siete en el total, pero tuvo que desnudarse paulatinamente y despojarse de todos sus magnificos aderezos. Entra finalmente en el Kurnugi pero completamente desnuda. El pasaje contiene un significado filosdfico profundo. El difunto llega a su destino, después de la catibasis, tras su tiltimo viaje, y despojado de todos los bienes materiales. El escenario soturno que él encuentra corresponde a Jo que Istar do ver después de franquear la séptima puerta, Dominan las que cubre la puerta y el cerrojo. Los muertos se alimentan de ese polvo y comen el barro como si fuera pan. Estén vestidos con plumas, como los péjaros. Es una existencia que seria la yn nihilista de Ja muerte, el acadio, en que la protagonista es Istar,y la otra en sumerio, més antigua, siendo Inanna quien interpreta el papel principal. En la religién mesopotdmica, se observa la identificacién sinerética entre estas dos diosas. Podemos seguir la versién acadia en Dalley, 1991: 155-162. 18 [tar parece, en diversas narraciones alusivas, una personalidad caracterizada por la irreverencia, por la pasién, e incluso por un cierto egocentrismo. Su psicologia esta marcada por aspectos de una cierta irracionalidad que define ‘muchas de sus actitudes poco ponderadas. 93, mundo acoge a los difuntos, que Hevan alli una existencia esta ca, infecunda, y lejos de los placeres de la vida". El reino de Ereskigal con: vivos, siendo, sin embargo, una dimen: mn de la existencia hi vida es contraria a la muerte: las emociones a lo que es somb: las tiniel el pan al barro y Ja cerveza al agua cenagosa. El escena era, sin duda, tétrico, pero formaba parte de la existencia del hom! dado que ése era su destino irremediable. Absolutamente nada, 5 algo excepcional”, podria alterar este orden, pues su trasgresi amenazaba el equilibrio del mundo. La aventura osada e impensal Bitar perturbé ese orden natural de las cosas, lanzando el mundo de e sobre las razones fe cuestiona, asi, si tendra lorar por la muerte de los jévenes que abandonaron a sus novias 0 la Jas mujeres arrancadas de los brazos de sus amantes 0 la de los que parten antes de tiempo. Esté claro que la pregunta es ret6rica destinada a subrayar su sorpresa ante el arrojo de su hermana, a alterar el equi del mundo, con consecuencias ciertamer diosa Ereskigal, « supondria cambiar el mundo y su orden, No estamos ante una ldgica del bien contra el mal, pei delante del concepto de que | jones contratias pero intrinsecas @ la existencia humana. Erekigal representan esas dos facetas del mundo: una, la vida y i y la otra, la muerte. Las consecuenc maxima de Horacio ~ carpe dint. jue se liberé de las leyes de la muerte al sobrevi 4 Los machos dejaron de fecundar a las hembras, y el hombre dejé de Interesarse por la mujer. En suma, se interrumpié la procreacién y el mundo entré en un estado de suspensién, sumido en el caos, provocando incluso el desasosiego de los dioses. Dejemos el desenlace de la historia para un poco més tarde. Lo que esta narracién demuestra es que el inframundo ocupaba su legitimo lugar en la organizacién del cosmos, pero ese orden se asentaba en dominios descontinuos e independientes. La entrada de un elemento exterior a ese dominio desequilibraba el orden del mundo e instauraba el caos. El inframundo era el dominio de EreSkigal, que reinaba sobre él, teniendo a su lado a Nergal, su consorte, dios asociado a la guerra y ala peste, dos de las principales causas de muerte en Mesopotamia, Los textos se refieren al inframundo usando una profusién de expresiones. La narracién del Descenso de I8tar al inframundo alude, como ya a Kurnugi y la de donde no se regresa” (erset la tari), pero también a la “casa de Irkalla” (Subat ‘irkalla). Otras designaciones pueden ser verificadas en otros textos". Entre ellas, podemos destacar kur, palabra sumeria que significa tierra 0 montafia”, y ersetu(m), que se traduce por tierra. Los dos términos manifiestan alguna ambivalencia, en la medida en que se refieren al concepto de tierra, pero también a la {dea de inframundo, Otro término recurrente es aralla(m). Sin embargo, estos son sélo algunos de los términos usados para aludir al {nframundo®, En general, estas designaciones pretenden reflejar un dominio vasto y remoto, de donde no es posible regresar. Esta es la idea més idad del viaje y del consecuente destino. En el sscenso de Istar al inframundo, observamos esta idea en “Kumugi, la tierra de donde no se “ Horowite, 1998: 268-295. "El inframundo es, en ocasiones, asociado a una montafia distante, Para una idea mas completa de todo este Iéxico, debe consultarse a Horowitz, 1998: 268-295, La tercera tablilla de la Epopeya de Gilgamet (versiOn babil6nica estindar) lambién presenta esta formulacién ("la tierra de donde no se regresa”) 95 camino que sélo tiene un sentido”. Esta afirmacién recurrente en el cio del texto pretende acentuar el caracter excepcional de la aventura lo se le podia ocurrir a la orgullosa e impetuosa instante, desde su crea ,, por fin, en un regreso al origer a la tierra, al barro. En la Epopeya de Gilgames2, podemos leer que el héroe, hablando con Siduri, Hora la muerte de su amigo Enkidu y lamenta que él se haya, de nuevo, convertido en barro. En el texto det Descenso de I3tar al inframundo, los difuntos se alimentan, como ya observamos, del barro como si fuera pan, Como si concluyera un ciclo, el hombre, creado a partir del barro, una forma transitoria engendrada por los dioses, retorna al barro. El segundo texto que merece nuestra atencién es la Visién del inframundo de un principe asirio®. En el templo, el principe invoca a ‘Allatu, otro nombre para Ereskigal. La diosa se le aparece en un suefio, dejando al principe muy perturbado. En un segundo suefio, otra noche, Kummé tiene una visién terrorifica del més alld. Ve a Namtar%, el del inframundo, agarrando el cabello de un hombre con una mano y pufial con la otra. Namtartu, su mujer, presenta una imagen te otras criaturas sobrenaturales, de aspecto hibrido, desfilan en el sueh del joven principe, inspiréndole temor. Eran quince, en total. Este escenario dantesco define el més all como un lugar terrible, que inspira miedo y angustia, transmitiéndonos una concepcién algo distinta de la que pudimos observar en el texto del Descenso de [star al inframundo. Siel primer texto acentia sobre todo el cardcter tacitumno y tétrico del otro 2 Décima tablilla de la versidn babilénica esténdar. 2 Es un texto del periodo neoasirio, escrito en un lenguaje tipicamente ba Es posible que el nombre referido en el texto, Kuma, corresponda a ‘Asurbanipal, el principe heredero 2 NAM.TAR, en sumerio, corresponde al acadic otro lado, era igualmente el visir de Ereskigal y, en specie de demonio que levaba consigo la muerte. En cualquiera de los casos, centre el destino y la muerte. 96 os contextos, una mundo, como antitesis de la vida, éste evidencia el terror, prota: gonizado por demonios impios. El dios Nergal destaca sobre los otros, sentado en su trono, posicién mayestatica. El inframundo, aqui llamado de ar envuelto en un silencio profundo. Kummé, con su presencia, aparece invadido por el miedo y aterrado por la voz estruendosa de Nergal, que se prepara para aniquilarlo, Pero Kum, su consejero, intercede por el principe, pidiendo al sefior del inframundo que le permita vivir. Este texto nos revela algo nuevo. Después de la intercesién de Tum, Nergal reconsidera y percona a Kumma, mostréndole, enseguida, él ejemplo del pastor honrado* que cumplié los deseos de ASSur y que asi se encuentra en paz en el arallii(m). Sea quién sea, este pastor, metéfora que frecuentemente alude al propio rey, emerge como un personaje piadoso y sabio que, por eso, alcanz6 un lugar respetable en el mis all, en contraste con el destino de aquellos que se enfrentan a la ira de Nergal. Kumma experimenta, con su suefio, una visién profél Jo que podra pasar en el futuro si no leva una vida recta. Y es ésta, verdaderamente, la novedad de este texto, Nergal se comporta, aparentemente, como un juez que juzga a los difuntos* que legan al otro mundo, realizando una especie de evaluacién moral de sus actos y de su vida. Al “pastor honrado” se le permite vivir porque es piadoso y sabio, y representa con ello a todos los justos de este mundo. Kumma deberd entender el discurso de Nergal como un serio aviso, 0, en palabras del dios, como “una espina en tu coraz Parece, asi, insinuarse una nocién moral asociada al destino del hombre después de la muerte. Esa inclinacién moral, s6lo esbozada, genera una expectativa sobre la suerte del difunto en el més alld y condiciona la vida del individuo en este mundo. Kumma, después de vivir esta experiencia pedagégica, concluye: “Que yo pueda siempre a de ® Li igstone sugiore que se puede tratar de una referencia a Senaquerib ingstone, 1989: xxviii y 74) Sin embargo, més adelante, propone la hipstesis de Asathadon. Asi mismo, cuando éste es citado como el padre de Kumma eso sugiere la posibilidad de que el protagonista de nuestra historia sea el rey Assurbanipal (Livingstone, 1989: 76). % West, 1997: 537. 7 conducir mis actos tal como Nergal ordené". Eso significaba, que el hombre que fuera justo y piadoso en vida podria mientras el impi de los todavia muy incipiente Regresemos, de nuevo, al episodio del Descenso de I inframundo. La diosa cambiara el orden natural del mundo al reino de Ere8kigal, franqueando, asi, sus puertas. Sin embargo, después de entrar la divinidad quedara cautiva de su hermana, dando lugar al caos en el mundo de los vivos y la ausencia corresponde, en verdad, a su propia muerte. Lo confirm: reaccién de Papsukkal, el visir de los grandes dioses, que se presenta delante de Ea, llorando copiosamente, vestido con traje de luto y con el descuidado. Ea descubre una forma de liberar a I8tar; para para ocupar su lugar, engafiando a Eredkigal. Tiene, por un significado el hecho de que sea us eunuco, figura estéril, el que sustituya a Itar, la diosa del amor, de fertilidad y, en suma, de la propia vida. Engafiada, Ereskigal acaba por permitir la liberacién de su hermana, determinando que la rocien con agua de la vida. Y es después de esta aspersion que [tar inicia | andbasis, es decir, su ascensién. La muerte y resurreccién de [star constituye un mito e incluso un topos literario con algunos paralelismos con el mito griego de Perséfone. Los dos textos analizados, Descenso de [star al inframundo y Visién iframundo de un principe asirio, esbozan asi algunas de las ideas que ucturarén el concepto de la muerte en el cristianismo, Esas ideas, como el infierno, el juicio de los difuntos y la resurreccién, hicieron un largo camino hasta fijar las formas que reconocemos en el Nuevo ‘Testamento. Entre el Antiguo y el Nuevo Testamento no se observa una consonancia en relacién con estas concepciones. Si el infierno cabel crea un eunuco y lo envi la representacién compleja del juicio de los muertos ante el tribunal Osiris. 98 veterotestamentario (Job 10, 21-22), sheol en hebreo, se aproxima mucho a la vision del 4 el texto del Descenno de las ideas de condenacién, de expiacién y de sufrimiento eterno de lon pecadores. Asi, en Ap 14, 10, al igual que en Ap 19, 20, el inflerno corresponde a un lugar donde el impio sufre, atormentado por el fuego Y por el azufre’, Sin embargo, no es sélo en el libro del Apocalipsla donde observamos esta mitologia, también en Mt 5, 22 y en Me 9, 43, por ejemplo, podemos verificar varias referencias a ese lugar donde el fuego no se extingue. Esta mitologia funeraria que reconocemos en el Nuevo Testamento es el resultado de una encrucijada de ideas que fueron fermentando y que se fueron sedimentando a lo largo de los tltimos siglos antes de la era cr influencia mds reciente, pero otras mas enraizadas y remotas, de semita, han conducido a un sincretismo religioso que derivé en algo nuevo. La religién mesopotémice”, y en particular su mitologi funeraria, aunque distantes, reflejan un parentesco préximo y, queremos comprender el origen de estas ideas sobre la muerte en el ctistianismo, no podemos dejar de establecer su genealogia y de reconocer su linaje mas antiguo. * Caramelo, 2008: 310. ® Sobre la religién mesopotémica, en general, se puede consultar Bottéro, 1998, 99 Bibliografia Bottéro, J. (1991): “La Mesopotam Shbib, Sh. eds, Siri), Madrid, 303-317 Dalley, 8. (1991): Myths from Mesopota and others, Oxford. George, A. (2000): Harmondsworth tz, W. (1998), Mesopo pert, W. y Millard, A. (1999): Ai Flood, Winona Lake ngstone, A. (1989): Court Poetry and Literary Mi L

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