You are on page 1of 39
, Lgl Ms at - DSU Weel) ee Vel(oD aoc Tel (Ue g Lee Pe) bs La verdadera Cre IN L > all 7 1° edicién en espafiol: 2013 Spanisch © Gabriele-Verlag Das Wort GmbH Max-Braun-Str. 2, 97828 Marktheidenfeld, Alemania www .gabriele-verlag.de www.editorialgabriele.com Titulo del original en aleman: »Lerne beten« Traducci6n autorizada por la editorial Gabriele-Verlag Das Wort. En todas las cuestiones relativas al sentido, la edici6n original en aleman tiene validez ultima. Todos los derechos reservados. N° de pedido: B174es ISBN 978-84-825 1-088-0 (edicion impresa en espaiiol) ISBN 978-3-89201-620-5 (epub en espafiol) ISBN 978-3-89201-621-2 (mobi en espaiiol) A modo de prologo En una serie de seminarios, Gabriele, la profeta y enviada de Dios en nuestro tiempo, impartid ensefianzas provenientes de la Sabiduria divina, dando muchas indicaciones y ejercicios concretos y practicos que pueden ser aplicados en la vida diaria, y en los que se encuentra la oportunidad para alcanzar un crecimiento espiritual paulatino. En este libro se exponen las explicaciones de Gabriele, que formaron la base del seminario «Aprende a rezar. En la verdadera oracién experimentas a Dios. La verdadera oraci6n hace feliz». Los seres humanos rezan. Los seres humanos piden. Los seres humanos tienen esperanza. Muchas personas preguntan por Dios, gDénde esta Dios? ¢Me escucha Dios? :Me entiende Dios? ;Me ama El? éExiste en realidad un Dios? Si Dios existe, gpor qué no se hace notar? ;Por qué no me responde? Preguntas y mas preguntas. Hagamonos conscientes: El Cristo de Dios, y por tanto también el Espiritu de nuestro Padre eterno, esta mds cerca de nosotros que nuestros brazos y piernas. Si El esta en verdad tan cerca de nosotros — gpor qué no Le escuchamos? Quien plantea estas preguntas, tiene que preguntarse a si mismo: ¢Se dirige él a Dios o se ha apartado de Dios a causa de sus asuntos personales, de sus aspectos egoistas? éPor qué muchos se lamentan de que rezan a Dios, pero apenas si reciben de El una respuesta? —y de ser este el caso, no saben si la respuesta ha venido del gran Espiritu de la vida. La pregunta del «por qué» la planteamos la mayoria de las veces a nuestros semejantes o a un tedlogo. ;Pueden nuestros semejantes 0 los tedlogos darnos respuesta, si ellos mismos no estan en condiciones de percibir a Dios en su interior? El «por qué» que se plantea a muchas personas conduce siempre a otros enigmas, pues mas de uno al que se le pregunta se encoge de hombros y dice: «Yo no sé por qué no escuchamos a Dios», Y el tedlogo nos responderd en el sentido de: «No deberiamos ser altaneros. La pregunta de por qué no percibimos a Dios pertenece al ambito de la teologia. Esos son precisamente los secretos de Dios». jPor qué, por qué, por qué! La respuesta a nuestro «por qué» es muy sencilla. En lugar de acudir a Dios, huimos de El. Jestis nos enseiié: «Pedid y se os dard; buscad y encontraréis; Ilamad y se os abrird». ¢Hacia donde deberiamos dirigir nuestras peticiones? ¢D6nde deberiamos buscar y donde llamar? Nunca donde otras personas, tampoco donde un tedlogo, pues también él es solo un ser humano. Tan pronto como cada uno en particular se haga consciente de que él mismo es el templo de Dios y de que Dios vive en él, sabra a donde puede dirigirse. Debemos aprender a dirigirnos hacia el interior, para encontrar a Dios en nosotros. En la oracién, pronunciada en el propio interior, experimentamos a Dios. Pero es preciso aprender a rezar de verdad, pues rezar de forma adecuada, rezar en uno mismo, es un didlogo con Dios. Muchas personas parlotean sus oraciones, pero sus pensamientos estén en otro lugar, es decir, no en la oraci6n. Esas son oraciones que estan dirigidas al exterior. Jestis dijo: «Pedid y se os dard (...)». No obstante, muchas personas se dirigen a Dios mendigando diferentes cosas, y la mayoria de las veces se trata de asuntos personales. Se quiere que Dios cumpla nuestros deseos humanos, los que a menudo se contraponen a la sanacidn de nuestra alma. Solo cuando la persona encuentra el camino a la correcta oracidn, que incita a la accién, determina esta su vida terrenal. Oraciones de accién son oraciones basadas en una fe firme, que nos hacen sentirnos felices. ¢Cémo encontramos el camino a la oracién que incita a la accién? A la verdadera oracién de accién llegamos solo cuando cuestionamos nuestras oraciones de peticion y de agradecimiento, cuando examinamos si somos como aquello por lo que pedimos. Solo cuando nuestra oracién es una oraci6n ferviente, cuando hemos aprendido a rezar en el centro de la fuerza del Cristo de Dios y vivimos nuestras oraciones, sentimos que de repente nos sostiene una fuerza que siempre esta presente. Si entonces cumplimos nuestras oraciones en la vida diaria, llenando con ello nuestra vida y cumpliendo por tanto la voluntad de Dios, nos acercamos al centro del amor que esta en nosotros. Nos dirigimos a Dios. E] ir caminando paulatinamente hacia el eterno Espiritu del amor, pronto nos hace sentir que Dios, nuestro Padre en Cristo, nuestro Redentor, se nos acerca dando mas pasos hacia nosotros. Oraciones de accién, que cumplimos en la vida diaria, se convierten poco a poco en oraciones de experiencia. Vivimos, sentimos y experimentamos como la cercania de Dios se nos hace paso a paso més consciente. Hacemos en nuestra vida diaria la experiencia de que el amor de Dios nos asiste, nos ayuda; y en nuestras sensaciones experimentamos Su presencia. Nos volvemos mas pacificos. Alcanzamos seguridad y confianza en Dios. ‘Vamos cada vez mas con Dios a nuestro trabajo, trabajamos mas y mas con Su fuerza y Le experimentamos en nuestro quehacer diario. De pronto entendemos p. ej. a nuestros compaiieros de trabajo y podemos ayudarles, sin querer sobresalir. En muchas situaciones nos damos cuenta y reconocemos que Dios existe. Dios nos da respuesta a través de muchos caminos, que por de pronto nos son desconocidos. Aprendamos por tanto primero a liberarnos de nosotros, de nuestros esquemas de pensamiento que trepan como ramas en torno a la pasion, al odio, a la envidia, a los deseos, ala codicia y mucho mas. Este ramaje traspasa nuestros sentimientos y nuestros pensamientos. Nuestras palabras estan por lo tanto también marcadas por aquello que pensamos, sentimos y queremos. De ello resulta la intranquilidad en el sistema nervioso, que se traspasa a toda la persona, la que entonces gira una y otra vez en torno a aquello que se mueve en su cabeza. Esto es, como se mencion6 al comienzo, el apartarse de Dios. A partir de este «ser asi», planteamos las muchas preguntas: « ¢Dénde esta Dios?». «:Por qué El no me oye?». «¢O tal vez si me entiende?». «éQuizas no me ama?». «¢O tal vez si que me ama?». Quien se enreda en su propio ramaje, va de camino a la desdicha que él mismo se ha creado. Un refran dice: «jCada cual es el forjador de su propio destino!». Si ampliamos esta afirmacion, podria decirse que cada uno es el forjador de su propia desdicha, y al fin y al cabo el causante de todo lo que le sucede. La mayoria de las personas que mencionan una y otra vez que rezan tanto, estan ocupadas consigo mismas, se encuentran por tanto girando en torno a sus asuntos personales, de modo que apenas se dan cuenta de cémo le va al projimo. Comencemos por nosotros mismos con la pregunta: gpuedo comprender en mi, en mi fuero interno, aquello por lo que rezo? Y: ¢soy yo la persona que en la vida diaria hace aquello por lo que reza? Seamos conscientes de que: sin tener comprensi6n por lo ajeno y compartirlo, sin sentir dentro de aquello por lo que rezamos, no alcanzamos a Dios. Para acercarnos a Dios en la oraci6n, debemos volvernos silenciosos poco a poco. Silenciosos nos volvemos solo cuando, con la fuerza de Cristo, nos vencemos a nosotros mismos, apartando lo que esta entre Dios y nosotros. Si con el Espiritu de Cristo estamos dispuestos a trabajar nuestros aspectos humanos, nos volveremos mas tranquilos. Nuestra oracidn se convertira entonces en una oracién de contemplacién, esto significa que contemplamos todas nuestras peticiones de oracién preguntandonos: ¢Me comporto en la vida diaria de acuerdo con mis oraciones? aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.

You might also like