Shakespeare, Hamnet, que murié a Ia edad de 11 anos en
1596, cuatro o cinco afos antes de la versién definttiva de
La tragedia de Hamlet, principe de Dincmarca, en la que el
padre de Hamnet Shakespeare hacia el papel del Espectro
del padre de Hamlet.
Cuando asistimos a una representacién de Hamlet 0
leemos la obra a solas, no tardamos mucho en descubrir
‘que cl principe trasciende a su obra, La uascendencia es
luna nocién diffe para la mayoria de nosotros, en particular
‘cuando se refiere a un contexto enteranrente secular, como
un drama de Shakespeare, Algo en Hanllet y a su alrededor
‘nos impresiona como pidiendo (y dando) prueba de alguna
esfera mis alld del alcance de nuestros sentidos. Los deseos
de Hamlet, sus ideales o aspiraciones, son absurdamente
discordantes con la agria atmésfera de Elsinore, “Barajar"
Usbuffie'l, para Hamlet, es un verbo que habla de arrancar
“este moral lo” ("this mortal coil, donde coil significa ‘rui-
do’ o ‘tumulto’. EI ‘barajeo', para Claudio, se refiere a hacer
mortalmente tampas: “Con un poco de barajeo”, le dice a
Laertes, puedes cambiar las espadas y destruir a Hamlet,
"No hay ningin barajeo" alli, dice Claudio con aftoranza
de unt cielo en el que ninguno de los dos cree 0 descree.
Claudio, el barajador, dificilmente puece ser el “poderoso
contrario", como Hamlet lo llama; el desdichado usurpador
¢s superado sin esperanza por su sobrino. Si Shakespeare:
(Como estoy convencido) estaba revisando su propio Ur
Hamlet, de una década antes, mas 0 menos, podria ser que
haya dejado a su Claudio anterior virwalmente intacto, a la
vex que su Hamlet sufria una metamosfosis irreconocible
En la villanta de Claudio no hay nada del genio de Yago,
Edmundo y Macbeth.
El Diablo de Shakespeare, Yago, padke del Satin de Mil-
ton, es el autor de la farsa trigica Las celes de Otelo, y su ase-
sinato de su esposa Desdémona. Esta obra, en nada parccida
al Otelo de Shakespeare, esti incrustada s6lo en parte en la
tragedia de Shakespeare, porque Yago ro la termina. Fras-
trado por el rechazo de Emilia de su Ultimo acto, la asesina ¥
después rechaza toda interpretaci6n: "De ahora en adelante
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no diré nunca una sola palabra” (‘Prom this time forth Inever
will speak word", Hamlet, dramaturgo mis metafisico aén
que Yago, eseribe su propio acto V, y nunca estamos seguros
del todo de si es Shakespeare 0 es Hamlet quien compone
mas de la obra de Shakespeare y Hamlet. Quienquiera que
haya sido el Dios de Shakespeare, Hamlet aparece como un
autor de farsas, y no de una comedia en el sentido cristiano,
Dios, en la Biblia hebrea, particularmente en Job, compone
de la mejor manera en forma de preguntas retGricas. Hamlet
ces muy dado a las preguntas retOricas, pero a diferencia de
las de Dios, las de Hamlet no siempre buscan contestarse. El
Dios hebreo, por lo menos en el texto yahwista, es ante todo
un ironista, Hamlet, que es clertamente un ironista, no im
plora a ua Dios irénico, pero Shakespeare no le deja otro.
Harry Levin, cavilando sobre esto, describe con justicia
Hamlet como na obra obsesionada con la palabra “cues-
tin" (usada diecisiete veces), y con el cuestionamiento de
“la creencia en fantasmas y en el cédigo de la venganza’. El
principal aspecto en que Shakespeare se aparta del Hamlet
de la leyenda o de la historia es la alteracidn, bastante suti,
del fundamento de la accién del principe. En el cronista da
res Saxo Grammaticus y en el cueniy frainés de Delleforest,
el principe Amleth esti desde el principio en peligro ante su
‘criminal tio, y finge asturamente la idiotez y la locura para
preservar su vida, Tal vez en el UirHlamlet Shakespeare ha-
bia seguido este paradigma, pero poco queda de él en nues-
to Hamlet, Claudio esti demasiado contento de tener como
heredero a st sobrino; podrido como esti el Estado de Di-
‘namarca, Claudio tiene todo lo que siempre quiso, a Gertrud,
y el trono, Si Hamlet hubiera permanecido pasivo después
de la visita del Espectro, entonces Polonio, Ofelia, Laertes,
Rosencratz, Guildenstern, Claudio, Gertrud y Hamlet mismo
no hubieran muerto de muerte violenta. Todo en la obra de-
pende de la respuesta de Hamlet al Espectro, respuesta que
es altamente dialéctica, como todo en Hamlet. La cuestisn
de Hamlet tendrd que ser slempre el propio Hamlet, porque
Shakespeare lo cre6 para ser una conciencia tan ambivalent
y dividida como puede soportarla un drama coherente,
483El primer Hamlet de Shakespeare debe haber sido mar-
loviano y serfa (como sugeri antes) un extralimitado, un
contramaquiavelo autocomplacido, y un ret6rico cuyas me-
‘iforas persuadian a otros a actuar. El Hamlet maduro es
‘mucho mas complejo, escandalosamente complejo. Con una
astueia fascinada Cy fascinante), Shakespeare no sigui6 a su
fuente llamando Horwendil al padre de Hamlet, sino que dio
al padre y al hijo el mismo nombre, el nombre que llevaba el
propio (y Gnico) hijo de Shakespeare. Pe:er Alexander, con
su acostumbrada agudeza, observa en su Hamlet, padre ¢
‘bi (1955) que el Espectro es un guerrero que casa bien con
Ja saga islandesa, mientras que el principe es un intelectual
Universitario representativo de una nueva era. Dos Hamlets
se confrontan, sin nada en comin pricicamente salvo el
‘nombre. El Espectro espera que Hamlet sea una versién de
41 mismo, del mismo modo que el joven Fortinbras es una
reimpresion del viejo Fortinbris. Irénicamente, los dos Ham.
lets se encuentran como si el Edda se encontrara con Mon-
taigne: La Edad Antigua se enfrenta al Alto Renacimiento,
on consecuencias tan extrafas como podamos esperar.
El Espectro, como vemos, no es Horwendil, sino que
tiene més raractersticas del Amleth de la aaga danesa. sudo,
‘marcial, pero tan astuto en la tentativa de manipulacién de
su erudito hijo como lo era para vencer et. duelo a sus ene-
‘migos. El principe Hamlet, ingenio renacentista y escéptico,
Jector de Montaigne y aficionado londinerse al teatro, som.
pe Ja vez con el Hamlet de Belleforest y el Hamlet del dra
‘ma original de Shakespeare: Shakespeare, haciendo el papel
del Espectro en 1601, se dirige a lo que tal vez esperaba que
hubiera sido su propio hijo Hamnet al borde de la madusez.
EL Espectro habla de su pasién marital por Gertrud, y nos da-
‘mos cuenta con un estremecimiento de que esto remite, 20
al padre Horwendil, sino a Amleth, que en ia vieja historia es