Professional Documents
Culture Documents
Peter Burke
Título del original en inglés:
The Art of Conversation
Publicado por Polity Press
© 1993 Peter Burke
Traducción: Alberto L. Bixio
Revisión técnica: Margarita N. Mizraji
Ilustración de cubierta: Edgardo Carosia
inglesa “Fui afraid that [Me temo que]” (que a los extranjeros
aún les parece desconcertante o bien divertida). También se
reiteraba la tradicional teoría de la “acomodación”. “En la
conversación es cortesía acomodarnos a los interlocutores”.
“Adapta tu conversación a la de las personas con las que estás
departiendo”. El egotismo, la jactancia y “el autoelogio” conti
nuaron siendo condenados. “Sobre todas las cosas y en todas las
ocasiones, evita hablar de ti mismo”.88 También se condenaba
el tono imperioso o “positivo”. “Mostrar excesiva seguridad y ser
perentorio... no conviene a los hombres en la conversación.”89
Interrumpir el discurso de otros y romper así la conversa
ción se condenaban de la manera tradicional, pues “monopoli
zar el discurso es una de las mayores presunciones imaginables
e imponerse rudamente a los circunstantes es la mayor
indecencia en la conversación”. Después de todo, “la conversa
ción es una especie de banca en la que todos aquellos que
intervienen en ella deben tener su respectiva participación”.90
“Es falta impertinente e irrazonable en la conversación que un
hombre acapare todo el discurso”. “Guárdate de hablar más de
lo que te corresponde”. “No interrumpas el discurso de otro”.
“Un hombre bien educado... no hablará más de lo que le
corresponde según su participación”.91 Chesterfield también
condenaba la práctica de aferrar a un oyente por el vestido para
que no pudiera evadirse, una práctica que luego llegó a conocer
se como “importunar”.92
A los lectores también se les aconsejaba que evitaran
hablar en lenguas extranjeras y se abstuvieran de emplear
“silogismos”, “expresiones de teatro o palabras francesas”, así
como voces de germanía o expresiones soeces propias de los
mozos de cuadra. Por otro lado se recomendaba abstenerse de
emplear términos universitarios y de derecho y se aconsejaba
elegir temas que “estuvieran a la altura de la capacidad de todos
los circunstantes”.93 “No pretendas nunca parecer más sabio o
más ilustrado que el resto de los circunstantes”.94 La frase talk
shop [hablar de negocios fuera de tiempo] no se registró en
inglés hasta 1814, pero la idea subyacente es mucho más
antigua.
La esfera en la que la teoría inglesa sobre la conversación
difería más agudamente de sus equivalentes italiano y francés
era la esfera de las ceremonias y el cumplido. A comienzos del
siglo xvii, James Cleland ya había recomendado a los nobles que
hablaran “de corazón”, en otras palabras, lisa y llanamente.
Locke advertía contra la adulación y “el exceso de ceremo
nias”.95
Sin embargo fue en el siglo , precisamente cuando
x v iii