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 HUMBERTO CAMPODÓNICO

 CRISTAL DE MIRA
¿Muletas para volar?

25 Oct 2017 | 6:00 h

Humberto Campodónico
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La renovación de las exoneraciones tributarias a las líneas aéreas (que expiraron el 2015)
por el Congreso ha puesto el tema en la agenda. No olvidemos que la recaudación está
en sus niveles más bajos (17.8% del PBI en el 2017 comparado con el 22.4% de hace dos
años) y por delante tenemos la necesaria inversión pública para la reactivación económica
y la reconstrucción “con cambios”. ¿Conviene erosionar la recaudación?
Dice la Ley 29264 del 2010 –que ahora se prorroga– que los aviones comerciales -y sus
repuestos- que entren bajo internamiento temporal no pagarán arancel ni IGV y su tasa
de depreciación será el 20% anual: en 5 años su valor será cero (0) y se podrán
nacionalizar sin costo alguno.
Dice la Sunat en su Oficio 280-2017 (9 de junio) al congresista Horacio Zevallos que del
2010 al 2015 “el importe total de tributos con suspensión de pago al amparo de la Ley
29624 asciende a US$ 1,767.5 millones”. El monto, resaltado por Marisa Glave, equivale
a US$ 294 millones anuales (0.15% del PBI).
Los beneficiarios fueron LAN Perú con US$ 1,341 millones (el 76%) y TransAmerican-
Avianca con US$ 255 millones (el 14.4%). Siguen Helicópteros del Sur, Servicios Aéreos
de los Andes, LC Busre y EcoCopter con US$37, 19, 17 y 12.7 millones (el 4.8%). A las
60 restantes les corresponde el 5.1%.
Sigamos. Primero, el arancel que pagan los aviones y los repuestos, según el Arancel de
Aduanas 2017 (partidas 88.02 y 88.03) es cero por ciento. No olvidemos que Perú es
campeón en América Latina y, en el mundo, ocupa el Nº 7, con un arancel promedio de
2.7% (1).
Segundo, el no pago del IGV es beneficio para la empresa y pérdida para el Estado.
Tercero, la depreciación del 20% anual es considerada una pérdida contable, lo que
disminuye el Impuesto a la Renta. Cuarto, las principales empresas beneficiadas son
extranjeras, aunque su capital accionario diga que son peruanas. Dicho esto, la Ley 29264
no hace distinciones.
El Oficio de Sunat no desagrega los “tributos con suspensión de pago” y solo da la cifra
de US$ 1,767 millones. Es indispensable que lo haga por transparencia. Un informe del
2015 de la Sunat sobre la misma Ley dice que entre el 2010 y 2014 se dejaron de percibir
U$ 1,115 millones.
El proyecto tuvo un informe desfavorable del MEF porque “genera un precedente
negativo a favor de sectores que buscan tratamientos que distorsionan la aplicación
general de los regímenes aduaneros y su tratamiento tributario”. Agrega que se generan
costos para el Estado “más aún si se considera que pueden incentivar la creación de
modalidades de evasión con el fin de favorecerse de su aplicación”. Ajá.
Desde nuestro punto de vista, los incentivos y exoneraciones tributarias son un
instrumento que los Estados utilizan para promover ciertas actividades e industrias (2).
Así, el proyecto Camisea (año 2000) tuvo la recuperación anticipada del IGV,
fraccionamiento de aranceles en 7 años y depreciación acelerada. Se trataba de una
industria naciente, clave para el país. Los productos agrícolas perecibles también están
exonerados del IGV (este es el rubro más grande).
Pero hay otros “incentivos y exoneraciones” que son, por un lado, técnicamente
injustificados y, por otro, producto de los “lobbies” para beneficiar a determinadas
empresas. Tenemos, por ejemplo, la exoneración del IGV a los juegos de azar y los
casinos. También la exoneración del IGV a los seguros de vida contratados por
particulares.
Se calcula que en el 2018 los “gastos tributarios” (jerga fiscal) ascenderán a S/ 11,854
millones, el 1.57% del PBI. Pero la cifra puede ser mayor ya que, por ejemplo, las
exoneraciones de las aerolíneas no figuran en la relación que anualmente publica la Sunat
y el MMM del MEF.
La ministra Cooper dice que estos deben reducirse, aunque aún no ha dicho cómo ni
cuándo. Veremos. Lo que sí es inadmisible es que se prorrogue una norma que favorece
la concentración del mercado en dos empresas que controlan el 80% del tráfico aéreo.
Ah, y el “texto sustitutorio” de última hora a la ley para que solo se beneficien las
pequeñas y medianas empresas no arregla para nada el asunto, porque las grandes verán
la manera de “bypassearlo”.
Se viene una segunda votación de esta ley en los próximos días. Esperamos una reflexión
de fondo en el Congreso, pues no hay razones para darle muletas a los oligopolios del
mercado aéreo. Y también una intervención activa de la ministra Cooper, la Sunat, los
congresistas, los colegios profesionales y la sociedad civil.
(1) http://larepublica.pe/politica/1020899-peru-campeon-de-los-aranceles-bajos
(2) http://larepublica.pe/politica/1091244-exoneraciones-tributarias-en-debate

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