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Konoha Hiden

PRÓLOGO
Algo más que las invitaciones de una boda
Kakashi Hatake, el sexto Hokage tenía un gran problema.

-Bueno pues… ¿Qué debería hacer ahora?

Sus silenciosos murmuros flotaban alrededor del cuarto vacío, siendo estos eventualmente
tragados por el silencio.

Como siempre, Kakashi se encontraba en la oficina del Hokage, lidiando con una montaña de
papeleo.

La multitud de documentos que yacían frente a Kakashi habían alcanzado tal altitud que
bloqueaban su visión. Y no solo se trataba de una pila de papeles, si no de varios de ellos, de
altura similar que se encontraban de izquierda a derecha.

Como el líder de la aldea y el Hokage, era su deber leer cada uno de esos documentos.

Pero como sea, ese no era el problema de Kakashi. O al menos, no el más importante. El asunto
del papeleo podría ser resuelto fácilmente leyendo cada uno de ellos y estampando uno que otro
cuando sea necesario. Trabajos de ese estilo son fáciles una vez que estas enteramente
concentrado en ellos, papeleo como ese naturalmente puede ser algo divertido, Kakashi por
ejemplo se la pasaba retándose a sí mismo:

‘Si no termino rápidamente, la gente no podrá ni si quiera ver mi rostro al entrar a la oficina’

Entreteniéndose a sí mismo con pensamientos absurdos mientras trabajaba.

Sin embargo, el problema de Kakashi no era algo que pudiera ser manejado tan fácilmente.

Sus ojos se centraron en las “Listas de misiones” que se encontraban propagados alrededor del
escritorio. Sus manos comenzaron a moverse, o para ser más claros, las yemas de sus dedos.

En el silencio que yacía en la vacía oficina, Kakashi comenzó a tocar la superficie del escritorio
con sus dedos, soltando pequeños sonidos, con cierto ritmo que le permitía ordenar sus
pensamientos dispersos. Tal como lo especifica el nombre: “Las listas de misiones” se tratan de
un documento que contiene los detalles de cada una de las misiones para los Shinobi de la
Hoja. El tipo de misión, la duración, cada posible detalle se encontraba escrito ahí.

Kakashi observaba la lista de misiones más cuidadoso que nunca debido a cierto incidente.

Sus ojos miraron lentamente al borde del escritorio, donde un sobre había sido colocado de
forma segura de forma que este no se perdiera entre el papeleo. Dentro de ese sobre se
encontraba la invitación a la ceremonia de matrimonio de “Naruto y Hinata”. Kakashi ya había
llenado el RSVP (Petición para que la persona o personas invitadas respondan) afirmando su
presencia y añadiendo un mensaje de felicitación. Normalmente, eso sería lo necesario para
cualquier otra boda, pero Kakashi tenía un trabajo más que realizar.
La tarea más que nada, se trataba de arreglar la lista de misiones para asegurarse que todos los
cercanos a Naruto y Hinata pudieran atender a la ceremonia sin alguna misión metiéndose en el
camino. Era un dolor de cabeza debido a que los compañeros de ambos eran todos Shinobis
activos dentro del Mundo Ninja, lo mejor de lo mejor, siempre enfrentándose a distintas
misiones ya sea de día o de noche. Y por supuesto, misiones como esa incluyen posibles
inconvenientes.

Un clima arruinado, heridas, problemas en el camino; las circunstancias varían pero el tiempo
usual para el regreso de un Ninja a la aldea eran mínimo tres días o incluso una semana.
Kakashi tenía que reorganizar los horarios de tal grupo de ninjas teniendo en mente que alguna
de estas misiones tendría que ser retrasadas, en fin… se trataba de un trabajo complicado. Sin
mencionar que de igual forma quería evitar que los invitados llegaran a la ceremonia justo
después de una laboriosa misión.

Kakashi sintió una especie de sensación paternal, arreglando los horarios de todos para que
tuvieran al menos un día libre antes de la boda, sin embargo, tal tarea era increíblemente
complicada.

Los ojos de Kakashi regresaron a la lista de misiones.

- Si le doy esa misión a esta persona, podría causar que esta persona no pueda ir a esta otra,
pero de igual forma, esta misión no sirve para esta persona.

Kakashi se encontraba en un dilema. Y aun peor, estaba el factor de que en el mundo de adultos
y papeleo, había cierta cosa insoportable de nombre “apariencias” que había que considerar.

¿Cómo considerarían los demás que un grupo de Ninjas talentosos de la nada tuvieran días
libres mientras que otros no? No luce justo.

Kakashi tenía que pensar muy a profundo cada una de las decisiones que tomaba, tenía que
manejarlo todo de forma eficiente tal como un Hokage, asegurándose de que todo fuera de
maravilla. Y tenía que hacerlo todo y, de alguna forma, lograr que todos pudieran asistir a la
boda con una sonrisa en sus rostros.

Kakashi cerró sus ojos y se recargo en su silla, pensando profundamente. Realmente jamás se
caracterizó por tener ideas brillantes. Arreglar los horarios de todos sería oficialmente un gran
problema. Si tan solo pudiera simplemente convertir la boda de Naruto y Hinata en una misión
para evitar cualquier inconveniente…

¡Entonces Kakashi recordó que si podía! Es el Hokage después de todo. De esa forma podría
ajustar las cosas de mejor manera… Pero nah… Sería bastante problemático y un abuso de
autoridad… ¿O no?

Kakashi cruzó sus brazos, pensativo… No sería abuso de autoridad de ninguna forma.

Después de todo él tendría que ocuparse de un trabajo demasiado complicado…

Kakashi siempre fue un ninja que pasó más parte de su vida en los campos de batalla que en la
política…
-Es el único recurso. Un poco de trampa no hará mal…

Kakashi soltó una carcajada y continuó perdido dentro de sus propios pensamientos.

CAPÍTULO 1
Regalos de boda, ¡acelerador a fondo!
Si le preguntaras a la gente acerca de los pueblos ocultos de ninja (habría un gran
número de ciudadanos), el tipo de ciudadanos que no tenían ningún amor por los
shinobis o sus hogares, imagina esos pueblos escondidos como pequeñas ciudades
rodeadas por montañas por todos lados.

Seguramente esos ciudadanos dirían que esos pueblos están aislados del mundo
exterior, completamente aislados por los demás. Como una especia de “isla flotante en
el mar”, que tiene poca tecnología y están subdesarrollados. Definitivamente, ellos
dirían, que una aldea oculta es un lugar en donde gente normal son idiotas que quieren
visitar, y encima de eso, un lugar que sólo podías encontrar con gran dificultad. Una
“Aldea ninja oculta” absolutamente tendría que ser ese tipo de lugar.

Eso era lo que mucha gente piensa.

Sin embargo, la realidad era muy diferente.

Konoha tenía un monumento muy conocido en su entrada, la “Puerta AUN”. Si


cualquier persona normal entrara en Konoha por primera vez, estaría atónita: un
gigante y extenso pueblo populoso lleno de mucha actividad.
El pueblo fue constantemente mantenido en desarrollo y que era de ninguna manera
limitado a sólo zonas residenciales para los aldeanos. Había escuelas, hospitales, varios
centros comerciales, e incluso zonas recreativas. Había todo lo que una persona
necesita para vivir su vida al máximo.

Absolutamente todos los establecimientos posibles podrían encontrarse en el centro


del pueblo. Por el mero tamaño de Konoha, estaba al punto de que si se llamara
‘ciudad-estado “, esto no sería muy lejano. La gente podría vivir toda su vida dentro y
nunca dar un paso fuera de las fronteras de Konoha, y nunca carecer de cualquier tipo
de confort. Esta misma metrópoli se encuentra en las profundidades de un bosque.

Eso era lo que el pueblo de Konoha realmente era: una ciudad enorme que de repente
se materializó dentro de un bosque.

No había una solo shinobi que sintiera insatisfecho dentro del pueblo.

Konoha había sido originalmente una comunidad unida de varios ninjas y sus clanes,
pero cuando un grupo de personas vivía en algún lugar, naturalmente, harían
establecimientos para que se les proporcionara comida y, por supuesto después de eso,
vendrían más y más tiendas que satisficieran las demandas de las personas. Siguiendo
esa lógica, era natural que otro grupo de personas habría entrado en la ecuación:
comerciantes con un ojo en un pueblo lleno de potenciales clientes. Y así sucedió, un
grupo de vendedores, que no eran shinobi, querían tomar a los shinobis como clientes,
esto hizo que terminarían por mudarse a vivir cerca de los asentamientos shinobi. De
la misma manera que los shinobi tenían clanes y familias, los vendedores y los
trabajadores no sólo vienen a la aldea por sí mismos tampoco. También trajeron a sus
clanes y familias con ellos.

Había un montón de gente normal que se trasladaron a la aldea junto con sus familias
por el bien del comercio, así los shinobis que originalmente se encontraban ahí y
tomaron otras profesiones. También hubo quienes pensaron en sí mismos, ‘yo no
vengo de un clan de ninjas, pero quiero enviar a mi hijo a la Academia Ninja’ y se
trasladaron a la aldea con esa intención.

Hogares de shinobis, comercios, artesanos… muchas, muchas personas diferentes de


diferentes orígenes y profesiones, todos vinieron a vivir juntos en la aldea.

Y como la luna se desvaneció, y los meses y los años pasaron, fue con esa gente que el
asentamiento se convirtió en la gran metrópolis que era hoy.

Y ese gran pueblo, incluso ahora, todavía sigue creciendo y avanzando.

El tamaño de Konoha se engrandeció por esos tremendos esfuerzos. Yendo a esa


tremenda velocidad y distancia podría terminar rompiendo sus huesos.

Y, sin embargo, desde hace un tiempo, alguien había estado corriendo vueltas y vueltas
por el pueblo de Konoha.

Ese alguien era Rock Lee.

El amanecer aún no había salido y él ya estaba tambaleándose mientras corría por el


pueblo, con una cara que parecía que podría morir en cualquier momento.

¿Por qué exactamente estaba corriendo a esa hora de la madrugada, cuando todos los
aldeanos y shinobis sin misiones estaban profundamente dormidos?

No se trataba de un entrenamiento secreto en particular De hecho, Lee no corría por el


mero hecho de que le apeteciera. Si él quisiera, entonces podría irse a su casa a dormir,
pero había ciertas circunstancias que no podía hacerlo.

Todo había comenzado alrededor de la tarde un día antes…

En ese día, el Sexto Hokage, Hatake Kakashi, proclamó cierta misión especial a
aquellos que vivían dentro de Konoha. Se trataba de una misión ultra secreta de la cual
Uzumaki Naruto y su prometida Hyūga Hinata absolutamente no podían enterarse.

Kakashi les dijo:

-Todos los que asistan a la próxima boda de Naruto y Hinata, deben traer regalos de
boda.

Una misión ridícula, ¿no? Era algo que todo el mundo probablemente habría
terminado haciendo de todos modos.
Se podría suponer con razón, que entre los invitados a la boda había gente que ya los
habría comprado, o al menos estaban preparándose para hacerlo.

Sin embargo, la mayoría de los amigos de Naruto y Hinata eran tan jóvenes como ellos.
La mayoría de ellos ya jamás habían asistido a una boda antes, o asistían a la boda de
un amigo cercano por primera vez. Era probable que la mayoría de los invitados a la
boda no tenían ninguna experiencia sobre el tema, por lo que Kakashi les había dado
esta misión.

Después de todo, mientras que él se viera tranquilo y en calma en la superficie, Kakashi


era un hombre con sentido del humor. Esta “misión de alto secreto” era algo que se
ajusta justamente a su estilo.

Dicho esto, había alguien entre los invitados a la boda que había tomado la “misión de
alto secreto” demasiado literal. Alguien que había recibido la proclamación de la
misión con mucha más pasión que nadie. Ese alguien era, por supuesto, el
autoproclamado “La Bella Bestia Verde de Konoha”: Rock Lee.

-¡Pagaré la amistad de Naruto-kun me ha dado, poniendo todo mi cuerpo y mente en


encontrar el mejor regalo de boda!

Lee había declarado a Kakashi, para luego echar a correr a la distancia.

Lee era alguien que creía firmemente que se puede llegar a una gran cantidad de ideas
durante el entrenamiento. Su personalidad no era la de alguien que se le ocurre al estar
sentado, quieto y sin hacer nada.

‘Mover mi cuerpo me ayudará a pensar mejor’

Era lo que él había pensado.

Sin embargo…

Había corrido y corrido innumerables veces, pero no había sido capaz de pensar en
alguna idea.

Bueno, para ser más exactos, se había pensado en una cosa.

En algún lugar alrededor de su segunda recorrida por el pueblo, la palabra


“mancuerna” había aparecido en la mente de Lee, pero eso era ridículo. Incluso Lee
sabía que nadie iba a llevar nunca pesas como un regalo de felicitación para una boda,
por lo tanto, su única idea había sido rechazada de inmediato. Y a pesar de que había
seguido corriendo y corriendo desde entonces, Lee no había pensado en alguna otra
idea, y mucho menos una buena.

Tenía que ser un regalo que nadie más podría aportar, algo que hablara de su propio
carácter, como…un regalo que expresara su corazón…un regalo que se recibiría con
mucho gusto, el mejor regalo que jamás…

Pero no importa lo mucho que pensara y pensara, la respuesta correcta simplemente


no vendría.
-¡Los lazos entre Naruto y yo deben ser mejor que esto…! - Lee había murmurado a sí
mismo mientras corría.

Llegó a un propósito: ¡Hasta que pensara en un regalo, no iba a dejar de correr!

Su corazón se fijó en la meta. La “regla personal de Lee” estaba en movimiento.

Eso la “regla personal de Lee” había sido traído a la existencia en aras de mejorar su
mente y cuerpo a través de la formación. La regla era la siguiente: una vez que Lee
decidiera que iba a hacer algo, entonces, aunque parecía que el mundo iba a
desmoronarse y desaparecer mañana, él seguiría hasta el final. Era un principio que
estaba incluido a su inmensa devoción.

Hasta que se le ocurra un buen regalo, además de pesas, Lee correría sin cesar si tenía
que hacerlo.

Por cierto, Lee no contaba sólo correr alrededor de la frontera del pueblo como "una
carrera”. De la misma manera que uno va y viene alrededor de una habitación cuando
están limpiando sus pisos, por mencionar un ejemplo, es fácil imaginar la escena, ¿no
es así? Para Lee, “una carrera” por el pueblo significaba que atraviesa todo el pueblo,
todos los rincones y el camino que el pueblo tenía. Era una forma muy simple de mente
de contar.

Por supuesto, eso significaba que el camino de Lee también incluía saltar sobre las
cercas, saltando de árbol en árbol, y corriendo por los techos de las casas apretadas
unas contra otras. No era nada fuera de lo normal para un ninja tomar este tipo de
caminos inusuales a través de la Aldea Oculta, de hecho, era muy común, tanto que los
ciudadanos normales ya no se daban cuenta. Así, no habría ninguna queja para Lee por
correr sobre los tejados, a lo mucho sólo se recibiría alguna queja por la mañana escrita
así: “Un hombre con cejas gruesas estaba gritando ‘KUUAAA’ mientras corría por
nuestro techo en la madrugada, fue realmente muy ruidoso”.

Y así, bajo la atenta mirada de los rostros de la Hokage anteriores, todos tallados en la
montaña con vistas a Konoha, Lee saltó y corrió y trepó por todo el pueblo.

Así se mantuvo toda la noche sin que una sola nueva idea pasara por su mente y así es
como Lee se encontró sudando a l amanecer de un nuevo día sin pegar el ojo.

En este tiempo, la luz de la salida del sol ahora estaba llegando a tocar los rostros de
piedra tallada en el monumento Hokage que estaban en el centro de la ciudad de
Konoha.

-Ochocientas…sesenta…cuatro…

La respiración de Lee estaba saliendo como silbidos roncos y bocanadas de aire


mientras jadeaba el número.

Su carrera lo había deteriorado hasta delirar, al punto que cualquiera podría caminar
más rápido que él. Por fin había llegado a su límite. Las piernas de Lee se doblaron
bajo de él y cayó hacia adelante derrumbándose. Ni siquiera tuvo fuerzas para suavizar
el golpe cuando cayó directamente hacia el piso con un golpe repentino.
Lee yacía inmóvil en el suelo boca abajo en la tierra y se preguntó en qué punto había
ido todo mal.

En primer lugar, tenía la idea de que su mente se aclararía si movía su cuerpo. ¿Y si


hubiera estado equivocado acerca de eso? No, no era posible. No estaba mal. Lee
rechazó rápidamente ese pensamiento. Acaso, ¿fue cuando corrió con las palmas de las
manos en medio de su carrera con los pies? Pensaba que lo ayudaría pensar de
diferente manera si hacía ese tipo de ejercicio, ¿pero había sido esta una mala idea?
No, a veces necesitas hacer cosas audaces para producir nuevas ideas, sin mencionar
que haciendo la carrera con las palmas de las manos alrededor de la Aldea era parte de
su entrenamiento normal. Eso no podía haber salido mal tampoco. ¿Pudo haber sido
su no común método de correr hacia atrás? No, es un perfecto modo de ejercitarse.

No había hecho absolutamente nada mal en su entrenamiento.

Pero entonces, en ese caso, ¿por qué había sido incapaz de pensar en nada…?

Lee miró aturdido al suelo que estaba delante de él. Su cuerpo había comenzado a
arder hace un momento, pero hasta ahora había comenzado a sentir el frío de la
mañana. El sudor cubría su cuerpo volviéndose extremadamente frío y comenzó a
temblar. El ejercicio había movido cada músculo de su cuerpo hasta el punto de la
precaución y ya no tenía suficientemente fuerzas para levantarse.

‘Aunque es un querido amigo, a pesar de que le dije que pondría mi corazón en


conseguir el regalo de bodas, no he sido capaz de tener una buena idea, ¿por qué soy
tan incompetente…?’

Lee cerró los ojos fuertemente, enfadado consigo mismo por ser una decepción. Sin
embargo, no podía dejar que las cosas terminaran diciendo que era incompetente e
inútil. Había decidido encontrar un regalo digno, incluso si tenía que poner su vida en
juego, por lo que no podría parar y abandonar aquí.

Fatigado y exhausto, Lee dejó que sus ojos se abrieran de golpe otra vez y las llamas de
la determinación quemaban dentro de ellos una vez más. Sin embargo, una vez que
abrió los ojos, Lee se dio cuenta de algo: alguien estaba de pie frente a él.

¿Cuándo había sucedido?

Hubo un par de piernas que tapaban la visión de Lee, estás tenían un uniforme de
aspecto familiar. Lee se sorprendió de que no se había dado cuenta de la persona hasta
ese momento. Parecía estarlo observando.

-Neji… - Lee murmuró en voz baja.

Tal vez era una ilusión o tal vez que era un fantasma, pero allí estaba: su amigo
fallecido, Hyūga Neji.

- Correr sin descanso hasta que colapses. -Dijo Neji, mirándolo con su mirada calma
habitual. - Sigues siendo el mismo de siempre, Lee.

Lee no tenía palabras.


Había cientos y cientos de cosas que Lee quería decirle Neji la próxima vez que se
encontrara, pero con Neji frente a él se encontró miserablemente incapaz de emitir
cualquier sonido. Pero incluso, si Lee no decía nada, Neji lo entendía todo.

Por alguna razón u otra, esa era la idea que entró en la mente de Lee cuando miraba los
ojos del siempre omnisciente Neji.

Neji se agachó junto a Lee.

-Hay algo que realmente tengo que decirte…- Dijo Neji poniendo una mano sobre el
hombro de Lee.

La mano de Neji se sentía cálida y alentadora. Lee de repente pensó que era probable
que Neji hubiera aparecido porque estaba preocupado por la cantidad de trabajo al que
Lee se había estado empujando a sí mismo.

-Neji… yo…

-Lo sé. No hay necesidad de decirlo. - Neji sonrió, su pelo largo se balanceó
ligeramente. - Lee, recuerda que esto también. Más que estamina, fuerza física… Y los
Hyūga…

Neji hizo una pausa. No estaba claro si había terminado con lo que estaba diciendo o
no. Su figura quedó envuelta en la niebla de la mañana, y desapareció.

-… ¿Eh?

El viento soplaba con rapidez, haciendo crujir los árboles cercanos y alejando de la
niebla de la mañana.

-E- Espera… ¿Neji…? ¿¡Neji!?

Lee miró a la izquierda y la derecha buscándolo desesperadamente, pero lo único que


encontró Lee, fue el silencio de la mañana.

- ¿Qué? ¿¡No ibas a darme algún consejo para un regalo de bodas!? ¿¡Porque apareciste
si quiera!?¿¡Neji!? ¡Neji!

Lee se levantó mientras gritaba por su amigo. Era de día, bastante temprano pero lo
suficientemente tarde como para que la mayoría de los aldeanos ya se encontraban
despiertos. No había nada a su alrededor, parecía que se había quedado dormido a
mitad del camino, fue algo bueno que no se desmayara en el muro de la aldea…

- Así que fue un sueño…

Lee murmuro, con su boca completamente seca, se sentó y bajó su cabeza.

La muerte de Neji había ocurrido hace bastante tiempo pero, incluso ahora, Lee
ocasionalmente lo veía en sus sueños, normalmente durante siestas entre misiones
complicadas o en momentos de dificultad en los que se sentía preocupado por algo.
Pero sólo ocasionalmente, la mayor parte del tiempo… pero sin importar sus anhelos,
Neji simplemente no aparecería.

Los sueños de Lee usualmente se trataban sobre cosas que habían ocurrido.
Entrenamiento, una lucha contra un enemigo o la planeación de una estrategia, ambos
luchando contra cualquier dificultad. Lee siempre despertaba terminando con alguna
oración como: ‘¡Hagamos un ataque frontal más dinámico!’ o ‘Iré al frente, así que
observa por los alrededores’ y siempre pensando de la misma manera: ¿Cómo hubiera
reaccionado Neji ante mis propuestas?

De la nada una voz irrumpió el momento, esta se originaba por detrás de Lee.

-¡Vaya juventud la que tienes el día de hoy, Lee!

Lee volteó hacia atrás, para ver a un hombre sentado en silla de ruedas que, con una
enorme sonrisa en su rostro, con dientes blancos como la nieve, levantaba el pulgar en
signo de aprobación… ¡Se trataba del Gran Maito Gai!

- ¡Gai Sensei!

Lee se encontraba sin palabras al ver a su maestro, quien aún en silla de ruedas había
encontrado una forma de llegar al techo del edificio donde Lee se encontraba.

Durante La Cuarta Guerra Mundial Ninja, Gai puso su vida en peligro durante su
batalla contra Madara Uchiha, abriendo las ocho puertas de vida. Su vida había sido
salvada por Naruto, sin embargo su pierna derecha terminó destrozada. Desde aquel
día, Gai comenzó a vivir su vida reasignado a estar sentado en una silla de ruedas. Cosa
que para nada cambio su actitud positiva, anteponiendo el poder de la juventud ante
todo e inspirando a Lee como siempre lo hizo.

De la nada, Gai saltó hacia el suelo con su silla de ruedas desde aquel techo. De alguna
forma había encontrado la manera de aterrizar con estilo.

Lee le dijo a su sensei, preocupado:

-¡Sensei, eso fue demasiado peligroso!, ¿por qué haría algo como eso?

-¡Ja! Debe haber una gran cantidad de gente en el mundo que considera imposible
volar en una silla de ruedas! Así que he decidido probarles que están mal. - Tal tarea
sería imposible de realizar para alguien que careciera del control espectacular de Gai,
sobretodo con su cuerpo y estado físico. – Todos en la aldea, Kakashi, Ebisu y Enma
me siguen tratando como un ninja normal. Eso me hace feliz, incluso me retiré un
largo tiempo atrás, así que he decidido seguir probando lo imposible para hacer
posible.

Afirmo Gai con su típica pose cool.

-¡Ese es el poder de mi juventud después de todo!

Las palabras de Gai, como siempre, conmovieron el corazón de Lee. Cada vez que Lee
se encontraba sufriendo, cada vez que su corazón se encontraba al punto de romperse
en pedazos, las palabras de Gai lo salvaban, una y otra vez. Incluso ahora, el coraje en
el corazón de Lee creció al escuchar lo que su sensei tenía que decir. Él quería
convertirse en un hombre magnifico como Gai algún día. Un hombre que encontraría a
un alma perdida y confusa como la suya… Ese siempre ha sido su sueño.

- Por cierto, Gai Sensei… ¿qué hace usted aquí?

- ¡Entrenamiento matutino por supuesto! Pensé que sería una maravillosa idea viajar
por cada rincón de la aldea. ¿Qué te parece Lee? ¿Te unes?

-Muchas gracias pero… justo acabo de hacer lo mismo…

-Impresionante. Pero aun así… Aquello que te molesta no ha sido aún arreglado,
¿cierto?

El rostro de Lee se llenó de sorpresa.

-¿C-Cómo lo sabe?

-Bah, sólo tomo una mirada para darme cuenta que pasaste toda la noche entrenando
preocupado por algo.¿Cuántos años de mi hermosa juventud crees que he pasado
contigo? Porque crees que dije: ’¡Vaya juventud la que tienes el día de hoy Lee!’

Fue después de aquella afirmación de Gai, que Lee se dio cuenta de lo terrible que se
veía. Estaba cubierto en lodo, se había tropezado un par de veces debido a su fatiga,
cayendo y rodando en el suelo…

-Parece que estás preocupado por el asunto de los regalos, ¿no es así?

Lee se sorprendió aún más después de eso.

-¡Gai Sensei! ¿¡Puedes leer mi mente!?

- Nah… Ando en las mismas…

Aparentemente Gai se encontraba en el mismo dilema, todo estaría bien mientras el


regalo de bodas no fuera algo simple y ordinario. La cosa es que tampoco tenía que ser
exageradamente extraño… ¿No había acaso un regalo de boda que pudiera combinar
los sentimientos que quería entregar? ¿Algo que irradiara sentimientos de victoria,
amistad y trabajo duro? Lee y Gai se encontraban pensando en la respuesta…¿Qué
clase de regalo podría personificar la pasión de la juventud? ¿Había realmente tal
regalo en este mundo? Bueno… Si algo representaba la juventud eran aquellas
ingeniosas vestimentas verdes que ambos portaban. Cuando piensas en “ardiente
juventud”, lo primero que viene a tu mente son lágrimas y sudor,¿no? ¿Podrían acaso
las lágrimas y el sudor ser transformadas en un regalo, de alguna manera?…

-¿Qué clase de Curry es el mejor? ¿El nivelado o el extra picante?

-Mmm… Definitivamente creo que el Curry Pilaf es mejor.


-Espera Lee, parece que nos desviamos un poco del tema. Regresemos a la raíz de
nuestra conversación…

-¿Raíz?

-El problema es el regalo de bodas ¿no?

De alguna forma la conversación se tornó filosófica.

-Ok, considerémoslo de esta manera. ¿Cuál es el objeto que definitivamente llevarías a


una boda?

Lee se concentró mientras pensaba seriamente aquella pregunta, ¿algo necesario para
una boda… ¿quées una boda? Una ceremonia donde dos personas que se aman se
convierten en marido y mujer. En ese caso, lo esencial sería…

-¿Amor? - Dijo Lee, mirando a su maestro un poco apenado por el tema de


conversación.

-Bastante poético pero, ¿la respuesta no sería el marido y la novia?

-Sin ninguno de ellos no había ceremonia… ¡Ya lo tengo! ¡Necesitamos pensarlo desde
la perspectiva de ambos y darles regalos que les gustarían!

Los dos hombres se miraron el uno al otro, con aquellas cejas pobladas y el cabello con
peinado de coco.

-¡Exacto! ¡Entonces pensaré en un regalo apropiado para el novio y tú para la novia!

-¡Entendido, Gai Sensei!

-Okay, si fuera la esposa… Entonces, me vestiría con el traje tradicional de bodas y


asistiría a la ceremonia, y después de eso… Haber… Boda… Noche de bodas,
nacimiento de bebes, trabajo de casa, enfermería… - Palabras e imágenes pasaban por
la mente de Lee en orden sucesivo. - Viajar con bebé en mis manos, mantener un ojo
en el bebé mientras mantengo el cuarto limpio, manteniendo el bebé en mi espalda
mientras abro las 7 puertas… Wow… ¡Tener un bebe es cosa seria! Pero veamos, para
criar a un bebe necesitas, indudablemente, tanto fuerza física como económica…

En ese momento Lee imagino a Hinata, acariciando a un niño mientras Naruto los
observaba con amor a ambos, entonces Lee se dio cuenta que todo este tiempo había
estado pensando en qué regalo darle a Naruto y jamás pensó en los sentimientos de
Hinata… El mejor regalo para alguien que eventualmente se convertiría en mamá…

‘Lee, recuerda esto, más que estamina, fuerza física…’ - Las palabras de Neji llegaron a
su cabeza…

- ¡Finalmente lo entiendo, Neji! ¿Estabas preocupado por ella no es así…? … ¡Ya sé lo


que es! - Lee pacíficamente afirmó. - Para proteger tu hogar y tu familia, fuerza física es
necesaria, en el mejor nivel posible.
Gai asintió la cabeza.

- Justo ahora, pensaba en todo el trabajo que lleva arreglar las cosas en la casa.
Comprar frutas y verduras, el control de plagas. Uno debe desarrollar sus brazos con
enorme fuerza y músculos para tales tareas. En ese caso… Parece que ambos llegamos
a la misma respuesta… Los regalos que debemos entregar definitivamente son…

Gai observo a Lee con felicidad…

-¡Pesas!

Lee se emocionó al escuchar a su maestro.

-¡Wow, igual yo! ¡Desde el comienzo, desde mi segunda vuelta en la aldea pensé en lo
mismo! -Lagrimas corrían por el rostro de Lee - ¡Gai sensei! ¡Gai Sensei!

Lee corrió a abrazar a su maestro. Sus pensamientos siempre habían estado en lo


correcto. Su sensei había aprobado su idea y su felicidad era pura y simple.

Gai se encontraba llorando también, mientras las lágrimas recorrían por sus mejillas,
él abrazo con fuerza a su alumno.

-¡Lee, tú consigues la pesa para la mano derecha y yo para la izquierda!

Grito Gai hacía el cielo. Hacía tiempo que no compartían tal momento de alegría,
juntos. Poco después de tal revelación ambos inmediatamente consiguieron las pesas,
el vendedor estaba sorprendido por haber vendido dos pesas tan temprano en la
mañana.

- Por favor, mira esto Neji, los regalos que conseguí… Estas pesas.

Gai sonrió ante la mirada de determinación de Lee.

-Con esto, nuestras preparaciones para la boda han finalizado.

-¡Sí! ¡Estas pesas definitivamente serán el mejor regalo de bodas!

-¡Claro! ¿Qué dices si te reto a una carrera mientras las sostenemos?, ¡aquí vamos!

El minuto en que las palabras salieron de la boca de Gai, él comenzó a mover las
ruedas de su silla con tal velocidad que dejó una gran nube de polvo en el rostro de Lee.
El joven Ninja observaba como la silueta de su sensei desaparecía en la distancia…

-¡Espere Gai Sensei!

El día de hoy. La aldea estaba repleta de un clima bastante juvenil…

Hablando de ello. Poco después Kakashi recibió gran cantidad de quejas de la gente:

“¡Temprano en la mañana, dos hombres raritos estaban llorando detrás de mi casa!


¡Pero que ruidosos!”
CAPÍTULO 2
Su vida diaria
Los sonidos que salían de cada uno de sus ataques eran placenteros para los selectivos
oídos de Tenten. Ella se encontraba en su usual campo de entrenamiento, con sus
marcas usuales, y su usual método de entrenamiento… Sus sentimientos por otro
lado… Estaban lejos de lo “usual”.

- Regalos de boda… ¿eh?…

Murmuro Tenten mientras lanzaba un kunai.

Sus oídos escucharon aquel bello sonido del arma llegando a su objetivo, justo en la
marca que había preparado, sin duda una maravillosa puntería, pero completamente
inútil para algo tan simple como preparar un pastel. Tenten normalmente se dirigía a
entrenar antes de desayunar, algunos días se caracterizaban por la ausencia de
misiones y prefería continuar con su entrenamiento. Ella se dirigiría al campo de
entrenamiento temprano en la mañana y practicaría con sus armas hasta que su
cuerpo se calentara lo suficiente para ir a comer el desayuno. Casualmente, en
ocasiones terminaba comiendo el desayuno en el campo de entrenamiento.

Su patrón habitual era comprar unos bollos de carne al vapor de una tienda cercana,
acompañados con una deliciosa taza de té verde.

-¿Quéé debería hacer?

Se murmuraba a sí misma, lanzando de nuevo otra kunai.

De su mano, un puñado de shurikens fueron lanzadas hacia el mismo objetivo


formando un perfecto círculo alrededor del kunai que había caído justo en el centro.
Tal como hace unos momentos, esto era una muestra de lo que Tenten podría hacer
incluso con los ojos cerrados. Este nivel de habilidad era realmente algo común en
cualquier ninja de cualquier sitio, de hecho, es algo normal que un estudiante aprenda
a dominar estas habilidades apenas entrando a la Academia Ninja, o incluso que sus
respectivos familiares lehayan enseñado esta habilidad antes de ingresar a la academia.

Para simplificar un poco las cosas, Tenten se encontraba practicando una de las
habilidades más simples de un ninja.

Si alguien le preguntara porque continuaba practicando tales habilidades, ella


respondería que lo hace bajo la influencia de su maestro, Gai, y sus palabras.

‘¡Cualquier persona que se descuide en lo más básico no vera el amanecer!’

Aquellas palabras las dijo Gai el primer día de su entrenamiento. Sus palabras hicieron
una gran impresión en la joven kunoichi. Lee, quien se encontraba parado a lado de
ella, se tomó tan en serio aquellas palabras que comenzó a llorar, cosa que irrumpió el
clima de lo que pudo haber sido un gran momento digno de recordar. Pero incluso, con
aquel detalle un poco fuera de lugar, Tenten continuó llevando las enseñanzas de su
sensei en su corazón y practicaba continuamente todo tipo de habilidades, incluyendo
lo más básico.
Para empezar, Tenten nunca ha sido una ninja con experiencia en una gran cantidad
de técnicas.

En los días de su juventud, ella solía tener talento en Jutsus espacio-tiempo, su control
de chakra era peor que el de las otras niñas. Desde pequeña, se dio cuenta que no sería
del tipo de ninjas que podría efectuar jutsus gigantes. Sin embargo, el hecho de que se
diera cuenta desde joven no significó su rendición, ella siempre luchó para convertirse
en una gran e impresionante kunoichi. Jamás fue un tipo de chica insegura, en el caso
de Tenten, fue una gran ventaja haberse dado cuenta para lo que servía y para lo que
no, desdemuy joven. Debido a que tan pronto como Tenten entendió sus límites, ella
comenzó a cuestionarse a sí misma sobre sus auténticas habilidades. Una vez que
encontró la respuesta, ella rápidamente creó su propio camino y lo persiguió con todo
su corazón: ‘Armas Ninja’.

Utilizar armas como shurikens o kunais era lo básico de cualquier ninja, pero no había
nadie especializado en armamento… al menos nadie como Tenten.

Sin temor a cometer un error, se podría decir que Tenten es la kunoichi con mejor
control y habilidad en estas armas que cualquier otra persona. Ella no sólo se entrenó
en lo básico, de igual forma aprendió a usar las armas que los shinobi raramente
usaban, armas que una persona no podría ni siquiera ver, armas de distintos tipos y
variedades… en fin.

Tenten se encaminó en una ruta que nadie había elegido.

Pero al fin y al cabo, la razón principal de aquella forma de pensar era debido a su
maestro Maito Gai y sus compañeros de equipo: Rock Lee y Neji Hyūga. Los 3
influenciaron bastante en ella.

Gai era fácilmente reconocido como “El mejor usuario de taijutsu en la aldea”. Lee lo
admiraba con gran devoción, y puso todo su esfuerzo en convertirse en un gran ninja,
tal como él. Y Neji era reconocido como“El genio de la palma celestial”,habilidad que
había sido heredada de su clan: Los Hyūga.

Tenten pasó su adolescencia entrenando con ellos, ocasionalmente ganó una


considerable experiencia entaijutsu, bajo la tutela del gran Gai. Sin embargo, Lee y Neji
ganaban experiencia en aquel rubro mucho más rápidamente, a lo cual, Tenten se dio
cuenta que jamás podría llegar a su nivel de fuerza física.

El equipo Gai tenía el más alto nivel de Taijutsu en toda la aldea, y debido a su
entrenamiento, Tenten llegó al punto de ser superior en taijutsu que cualquier persona
de la aldea, exceptuando a sus compañeros claro.

En medio del entrenamiento, parte de Tenten no podía evitar compararse con Gai, Neji
o Lee.

‘Soy la más inútil dentro de este equipo.’ - Ella se solía repetir.

Aquel era el pensamiento que perseguía a Tenten durante cada segundo de su


entrenamiento. Sin embargo, ese pensamiento era lo que la había impulsado a seguir
con su camino particular. Gai y el resto podrían romper una roca solo con los puños…
Tenten en cambio sería capaz de hacer explotar una roca con una simple arma. De esa
forma ella podría estar igualada con Lee y Neji para así caminar junto a ellos durante el
camino de la “juventud”.

Con el tiempo, Tenten pulió sus habilidades con las técnicas espacio tiempo y aprendió
a invocar un sin fin de armas utilizando pergaminos. Para ese tiempo, parcialmente
debido a sus días aprendiendo a usar todas las variedades de armas, Tenten había sido
capturada por el encanto de las armas ninja. En ocasiones, no podía dejar de
maravillarse debido a la belleza de su simplicidad.

Durante los días de la academia, había varias compañeras de clase quienes decían que
los kunai eran planas y simples… vaya que no entendían nada. Es debido a que es tan
plana y simple que es una arma tan encantadora. Tenten encontraba la belleza
inclusive en la espada más desafilada. Ni el Ninjutsu, ni el Taijutsu ni el Genjutsu
serían rivales contra la belleza de un arma.

Por supuesto, aunque ocasionalmente Tenten comparte sus pensamientos sobre las
armas, no significa que se la pasa educando a la gente acerca de ellos. Expresaba lo que
pensaba con acciones, no palabras. El filo de su kunai, rebanando perfectamente un
objetivo era mucho mejor argumento que cualquier explicación. Tenten debía
asegurarse de que su puntería era la mejor para comprobarlo, por lo cual ella no se
saltó ni un día de práctica.

Todos los días, ella silenciosamente afilaba sus armas, las preparaba para la práctica y
las usaba contra sus objetivos.

Lee y Neji. Tenten observaba su trabajo duro, ellos siempre fueron la razón de todo el
esfuerzo que ellaempeñaba en su entrenamiento. Sin importar que tan fuertes se
convertirían, ellos jamás olvidarían el entrenamiento más básico… he ahí el porqué.
Incluso aunque estas eran habilidades que cualquiera podría hacer, Tenten lo
practicaría un centenar de veces. Su cuerpo, sus brazos, incluso sus dedos, ella
practicaría y practicaría agotando cada parte de su ser.

Ya en combate, no habría ninguna marca para apuntar un objetivo. El enemigo no se


daría el lujo de detenerse para que ella pudiera apuntar, si alguno de los dos se queda
quieto, es el fin. Pero Tenten practicaba lanzando kunais hacia objetivos inmóviles, una
y otra y otra vez, repitiendo tantas veces que al momento de encontrarse con objetivos
móviles, ella pudiera sentir que se mueven lentamente. Sin importar que tanto se
mueva su enemigo, una vez que ella lanza un arma, esta se dirige hacia el como si
tuviera una marca que la llamara.

El practicar una habilidad básica que todos pueden hacer, cada día, sin descansar, esa
dedicación era algo que ninguno podría lograr. El mundo debía ser posible de verlo… Y
eventualmente, su dedicado entrenamiento rindió frutos. Sus habilidades llegaron al
punto de que cualquier persona reconocería a Tenten como ‘La mejor usuaria de
armamento ninja’, cosa que la hacía sentirse muy orgullosa.

Pero el día de hoy, su devoción y pensamientos a las armas ninja le causaban ciertos
problemas…

-¡Argh! ¡No puedo pensar en nada!


Varios sonidos de impacto acompañaron la voz fastidiada de Tenten, mientras una
variedad de shurikensllegaban a sus objetivos. Los sonidos causaban un eco alrededor
del vació campo de entrenamiento. Se encontraba rodeada de varios objetivos
marcados ya impactados con cada una de sus armas.

Cuando Tenten escucho por primera vez acerca de su misión sobre el regalo de bodas,
ella inmediatamente pensó: ‘Okay, les daré una kunaiespecial diseñada por mí.’ Había
tomado esa decisión y se sentía orgullosa de ella, todo debía haber terminado ahí…

Pero… esa noche…

Tenten se había acostado en su cama, mirando con indiferencia hacia el techo vacío,
encontrándose al borde de la suspensión, un solo pensamiento irrumpió en su mente:

‘Además de un kunai, ¿me pregunto que otro regalo será bueno?’

Tenten cayó en shock al no pensar en nada. Paso toda la noche, pensando y pensando
sin encontrar jamás una respuesta.

Soltando un bostezo, Tenten movió sus objetivos y recogió sus armas. Había varios
postes en los alrededores del campo, algunos del tamaño de una persona normal. Los
demás los usaban para entrenar con Taijutsu, golpes, patadas, Tenten en cambio,
utilizaba los postes para montar los objetivos que había llevado. Cada una de sus armas
impactaba perfectamente, sus pensamientos no se encontraban enfocados en kunais o
cualquier otra cosa, sino en un regalo. Pensándolo mejor, ella consideró que no era la
mejor opción….

Un arma ninja es un regalo que Tenten recibiría alegremente, naturalmente cualquiera


esperaría que su regalo hacia la pareja sería un arma ninja… ¿pero no sería eso algo
predecible y ordinario? Desde la última noche, por alguna razón u otra, pensamientos
como esos circulaban por su cabeza. ¿Había algo que le molestara?… La verdad es que
ella ya sabía la respuesta:

-¿Una boda? … Huh… Bueno… Es algo lindo.

Tenten exhalo, dirigiéndose a uno de los postes. Sus manos silenciosamente jugaban
con un kunai que había recogido…. Esta era la cuestión, Hinata y Naruto se iban a
casar, era una ocasión feliz. Tenten siempre se la pasaba pensando en shurikens,
kunais o guillotinas voladoras, pero jamás tuvo un novio… Ella siempre vivió una vida
sin pensamientos románticos ni feminidad, escuchar acerca de una boda cercana hizo
que un pensamiento aterrador flotara por su cabeza:

-¿Fue lo correcto vivir de esta forma?

Desde el amanecer hasta el anochecer, siempre era: armamento ninja, armamento


ninja, armamento ninja.¿Era algo normal para una joven como ella? Hasta ahora, lo
más cercano al amor que jamás había sentido, era por una guillotina voladora. Solo
bastaba escuchar el nombre de un arma para que a ella le gustara y se decidiera por
comprarla.
Tenten coleccionaba sus armas para quizás, en un futuro abrir una tienda de armas,
pero de alguna forma a veces se encontraba comprando un kunai sin darse cuenta
como había llegado a la tienda. Tenten tenía grandes sentimientos por los kunai, ella
siempre coleccionó armas raras y comunes, pero al final del día, las kunais eran su
elección. Pero eso estaba bien, ¿no? Uno nunca puede tener demasiados kunai….

Para empezar, ella no llevaría los kunai con grabados en ellas, ¡son un trabajo de arte!
Así que las dejaba en casa, debido a ello, eventualmente Tenten se encontraba
comprando aún más kunais, si se acababan ella estaría en problemas.

‘Y de una vez que estoy comprando kunais normales, ¿no sería genial comprar igual
estilos artísticos de una vez?’

De esa forma, Tenten termino cubriendo inconscientemente su muro de una colección


extensa de kunais. Ella estaba completamente orgullosa de ella, pero… ¿en serio era lo
mejor ser así? Quizás no era una buena idea…

Si regalaba un kunai casero como un regalo, todo el mundo diría:

- ¿Un kunai? ¿De nuevo?

- Bueno, estamos hablando de Tenten.

- Tenten siempre con sus Kunai…

Las imágenes de todos aparecieron dentro de la mente de Tenten. Cosa que la molesto.

- ¡No soy sólo una especie de chica kunai! También tengo una guillotina voladora,
¿saben? Ustedes están mal, no soy lo que ustedes piensan.

Pensaba mientras afilaba un kunai, enojada.

Si pudiera encontrar un regalo de boda que fuera elegante y adecuado, entonces las
cosas cambiarían:

- Oh, entonces no eres sólo kunais y kunais.

- ¡Wow, tal como esperaba Tenten!

- ¿Sabes? ¡Tenten es una persona con un gran sentido de la belleza estética!

Aquellas reacciones estarían mejor. ¿Pero qué clase de regalo podría obtener tales
reacciones?

La boda se acercaba y tendría que ir eventualmente a todos lados para encontrar un


regalo decente. Desde tiendas a las que siempre asiste, como a lugares que se vean
lindos. Pensó que debería echar un vistazo por el área comercial de la aldea.

- Ughh… Pero mis ingresos están muertos…

La guillotina voladora había sido cara, pero era única en su clase. No pudo no haberla
comprado… “¡No dudes, comprarlo!”, era la regla de Tenten en presencia de un arma
que llamara su atención.

- Bueno, resumamos las cosas…

Tenten cerró sus ojos e intento a pensar todos los detalles en su mente. Hablando en
serio, lo primero sería el presupuesto. Tenía que manejar mejor sus financias si quería
comprar un regalo. Luego, debido a que quería evitar lo del kunai casero, tenía que
pensar en lo contrario a ello para así encontrar un perfecto regalo. De esa forma,
Tenten pensó en algo bueno.

- Algo que pueda conseguir con mi presupuesto limitado. Algo que represente los
sentimientos de una joven mujer, algo que no mate gente… ¡Eso es! … ¡No tengo idea!

No era nada bueno, su cabeza era un rollo. Ni si quiera entendía lo que estaba
intentando decir. El kunaique inconscientemente comenzó a afilar, brillaba a un nivel
exagerado. Ni si quiera prestaba atención a lo que hacía. El pensamiento de admitir
que era una mujer sin ninguna clase de méritos, además de armamento ninja hizo que
Tenten se sintiera horrible. Si no hacía algo, ella tendría que… No, debe haber algo,
algo más que no había pensado…

Y justo en ese momento.

- ¡Tenten! ¡Tenten!

Ella escucho la voz de alguien gritando su nombre desde la distancia. La voz se


acercaba cada vez más y más. Ella sabía quién era incluso sin haberlo visto. La única
persona que correría por los alrededores gritando con tal voz tan temprano en la
mañana: Lee.

- ¡Tenten! ¿¡Ya te decidiste por el regalo de bodas!?

- ¿Lee? - Grito Tenten. - ¿Qué diablos haces aquí?

Lee se encontraba curiosamente, vestido de mujer. Como un ama de casa, de hecho.


Lucía como una señora yendo a casa luego de un arduo día de compras. Maquillado
con una inmensa cantidad de polvo, su cara lucía estúpidamente pálida. ¿Y qué era ese
lápiz labial rojo en su boca? ¡Sus cejas lucían incluso más grandes! Nah… Estaban
igual. Además de esto, Lee llevaba una pesa en una de sus manos. Estaba
completamente fuera de su comprensión…

-Lee… ¿¡Qué es esto!? ¿¡Y por qué diablos estás todo amanerado!?

- ¡Yo para la esposa y Gai-sensei para el esposo! Mis ropas se mancharon luego de
tanto correr así que pensé que debería escuchar a Gai-sensei y meterme en la mente de
la novia. Así que me vestí de esta manera con su aprobación, ¡después de ello estoy
completamente seguro que las pesas fueron la mejor opción!

- Me acabas de dar una explicación pero te lo prometo, no entendí nada de lo que


dijiste. - Respondió Tenten con su clásica sinceridad. -¿Por qué el vestido? ¿Por qué las
pesas? ¡Esto no puede ponerse más raro!
Lee levanto las pesas y felizmente declaró:

- ¡Gai Sensei y yo hemos decidido regalar las pesas como regalo de boda! Tenten, ¿qué
les vas a dar tú?

En ese instante la mente de Tenten se aclaró. Ella no lo entendía pero al mismo tiempo
sí lo hacía. Ella no comprendía por qué había terminado así, pero entendía por qué Gai
y el querían regalarles unas pesas. En ese momento todas las cosas por las cuales se
preocupaba parecían insignificantes, su cabeza se sintió limpia, como si una neblina
hubiera desaparecido.

- Vine a asegurarme que tu idea no sea igual que la mía.

- No te preocupes, nada que ver.

- ¡Perfecto! ¡Estoy feliz! ¡Bueno, continuare con mi entrenamiento, nos vemos!

- ¡Espera! ¿¡Vestido así!?

Tenten no pudo contener sus risas, cuando se trataba de Lee o Gai era completamente
imposible. Ella observaba como Lee corría hacia la salida del campo de entrenamiento
con la misma energía con la cual llego. Tenten se estiro mientras se apegaba a su
decisión…

- Un kunai casero, será.

Tenten ya no tenía ninguna duda, estaba completamente segura. ¿Por qué diablos se
preocupaba para empezar? Comparado con las pesas, su regalo era excelente. Tenten
se sentía simplemente feliz con ella misma.

-Bien, volvamos al entrenamiento.

Los sonidos de impacto de sus armas eran placenteros para los oídos de la joven
kunoichi. El entrenamiento usual, en el campo usual, con su usual método de
entrenamiento….

Los sentimientos usuales…

Era un día normal en la vida de Tenten.


CAPÍTULO 3
Carne y vapor
Las llamas brillaban parpadeando y balanceándose lado a lado.

‘¿Me pregunto por qué a la gente siempre les resulta tan tranquilizador ver el fuego?’

Ese pensamiento curioso de repente entró cabeza de Shikamaru Nara.

Probablemente era algo que había comenzado hace generaciones, cuando la gente
todavía estaban esperando que la civilización naciera. En aquellos días, el fuego había
sido siempre el compañero constante de personas. El fuego había iluminado su
entorno y celebraba la oscuridad de la noche en la bahía, protegía a las personas del
frío y los invasores extranjeros, también se utilizaba como señal para encontrar la
ubicación de compañeros y el camino de vuelta a casa.

Años y años de esas actividades habían pasado en los genes de la gente, y seguramente
habían pasado a Shikamaru. Por eso, sentado delante de las llamas calientes, sintió una
sensación calmante. Esa sensación se transmitió a Konoha con su voluntad de fuego.
De padres a hijos, de hijo a nieto, de maestro a alumno, de amigo a amigo. Estos
sentimientos estaban atados el uno con el otro. Conectados.

Tal vez esa voluntad de fuego había comenzado como una pequeña llama que
cualquiera pudo poner fácilmente ahí, pero no había desaparecido, incluso ahora,
todavía estaba siendo transmitida de persona a persona y aún quemaba, brillante en
todo su esplendor. Fueron esas conexiones de generaciones que hicieron el fuego tan
relajante. No importa cuánto tiempo hubiera pasado, cada célula en el cuerpo de
Shikamaru estaba marcado con la memoria de aquellos que habían llegado antes que él
y habían encontrado en el fuego un gran consuelo.

La gente utiliza el fuego para cocinar alimentos y sentarse alrededor de el, mirando a
las llamas mientras comían. Antes de darse cuenta de lo que había pasado, se habían
reunido alrededor del fuego, grupos de seres queridos. En aquel entonces y ahora, era
un gran espectáculo que nunca cambiaría, de hecho, en este momento, Shikamaru
estaba sentado delante del fuego y comiendo con su mejor amigo, Chōji Akimichi.

Platica, risas, el sonido de vajilla tintineando y por encima de todo, el sonido de la


carne siendo cocinada.

Yakiniku Q.

Era el lugar habitual para Shikamaru y el su antiguo equipo.

Cuando se trataba de restaurantes de barbacoa, así como éste, la gente suele esperar
por un lugar para poder comer en un lugar como este el cual se llenaba sólo de noche,
mientras que de día no era un lugar muy concurrido. Yakiniku Q era una excepción,
siempre estaba lleno de gente durante el mediodía y la noche, su carne era barata y
encima de alta calidad, por esto era que el restaurante era muy popular. Eso no
significada que en ese momento, a la hora del almuerzo, Yakiniku Q no era diferente a
lo que era un campo de batalla.
Los pedidos se hacían a gritos desde los asientos y constaban de cerveza, té azul o
utensilios de todo tipo siendo satisfechos los pedidos por los trabajadores apresurados
que iban de mesa en mesa. Ellos corrían alrededor de la tienda, dando vueltas por
todas las mesas apurados. El lugar, sin lugar a dudas, estaba agitado.

Shikamaru estaba observando el estado frenético de los trabajadores por el rabillo del
ojo mientras ponía una sola pieza de carne sobre la parrilla.

El color rojo de la carne casi parecía brillar, la grasa resplandecía como el color de una
perla, esa era la prueba de que la carne era fresa. La boca se le hacía agua por el
delicioso olor que flotaba por todo el restaurante.

Shikamaru y Chouji habían decidido almorzar ahí, en el lugar de siempre.

La decisión en sí había ocurrido hace un rato.

Shikamaru se había dirigido a hacer algunas compras y tropezó con Chōji en medio de
la calle y comenzaron a platicar. Entonces Chōji dijo:

‘Se trata de la hora del almuerzo de todos modos, así que ¿qué hay de comer un poco
de carne juntos?’

Y ahí era donde se encontraban, en el lugar habitual de reunión de su antiguo equipo,


en el restaurante Yakiniku Q.

Shikamaru había entrado en la tienda con la intención de quedarse sólo un momento,


como habitualmente se haría cuando se entra a una tienda de té, pero Chōji siempre
hacía lo mismo

‘Un poco de carne’- ¡Cómo si fuera cierto! Chōji nunca se sentaba sin la intensión de
comer todo lo que pudiera.

El pedazo de carne a la parrilla de Shikamaru, comenzaba a ponerse agradable y


jugosa. Extendió la mano, y con sus palillos, le dio la vuelta. La parte inferior del
pedazo de carne se había cocido estupendamente. Si la carne se quedaba mucho
tiempo en la parrilla se pondría dura, así que había que mantener una cuidadosa
vigilancia para asegurarse de que no se pasara el tiempo de cocimiento.

Most people liked to let their meat cook for a period of time decided by instinct alone,
but a recent research study had concluded that those people usually ended up cooking
their meat for too long.

A la mayoría de la gente le gusta cocer su carne por un periodo de tiempo indefinido,


eso lo dicta el instinto, pero un estudio reciente llegó a la conclusión de que, por lo
general ese tipo de personas terminan cociendo su carne por mucho tiempo… o al
menos eso era lo que le había dicho Chōji a Shikamaru mientras hablaban.

Chōji, en medio de una plática donde criticaba a las personas que dejaban mucho
tiempo su carne en la parrilla, comió un pedazo que no parecía ni de lejos cocido. Él
tenía una tendencia a comer carne cuando todavía estaba un poco cruda. Shikamaru
pensaba que era mejor dejar la carne en la parrilla un poco más de tiempo.
La carne de Shikamaru parecía que estaba a punto de estar comestible y acercó sus
palillos para tomarla pero fue arrebatada ante sus propios ojos.

Chōji. Él había agarrado la pieza de carne y se la metió a la boca con un gran sonido de
satisfacción.

-Esa era… mi carne…

-¿Eh? Oh, lo siento Shikamaru. Vi que estaba lista para comerse e, incluso antes de
darme cuenta, mis manos…

Chōji se disculpaba con sus ojos cuando se dio cuenta que había hecho mal.

-Ah, bueno, está bien. Después de todo, todavía hay un montón de carne para comer.

Y diciendo esto, Shikamaru puso otro trozo de carne en la parrilla. Se volvió hacia
Chōji con una amplia sonrisa y dijo:

-Después de todo, mejor comerlo que tenerlo quemado hasta las cenizas, ¿verdad?

Chōji le devolvió la sonrisa a su amigo y volvió su atención a masticar el pedazo de


carne que traía en la boca añadiendo un poco de arroz a su bocado.

-Esta carne es muy buena. – Murmuraba mientras masticaba.

Shikamaru miró a Chōji preguntándose si se había dado cuenta a tiempo de ese


despreciable comentario.

-Cocinar con una parrilla de carbón con motor es muy duro para los aficionados. –
Continuó Chōji. – Así que, cuando se trata de cocinar y comer mucha carne al mismo
tiempo, las parrillas de gas son mejores. Realmente eligieron un gran método para
cocinar bien y en su punto la carne.

Sí, Chōji estaba felizmente ignorante. El comentario hacía sido acerca del método de
cocción de la carne, el cual era bueno.

Mientras hablaba, Chōji seguía agarrando arroz con sus palillos.

-¡Oh, hombre! A este paso el recipiente se vaciará en cualquier momento.

Shikamaru se las ingenió para llamar a un trabajador del restaurante y pedir otra
porción de arroz.

La manera en la cual Chōji comía sin arrepentimientos era agradable de ver. Verlo
comer de esa manera, de alguna forma hizo que Shikamaru se sintiera lleno, a pesar de
que él no había probado bocado alguno y que incluso su propia carne hubiera sido
robada frente a sus narices. Fue por esto que Shikamaru se aseguró que Chōji comiera
bien. Al final, él empujó la segunda pieza de carne que había puesto anteriormente en
la parrilla hacia Chōji.

Chōji manejó los palillos con una habilidad aterradora y la carne desapareció en un
abrir y cerrar de ojos, también las filas de carne apenas puestas en la parrilla
desaparecieron en el interior de la boca de Chōji. Él parecía increíblemente feliz
después de comer tanta carne, además de eso, de alguna manera, había comenzado a
parecer majestuoso mientras comía.

Carne, arroz, carne, arroz, carne, arroz, carne, carne, carne… Chōji siguió comiendo sin
parar, y como Shikamaru observaba el espectáculo, concluyó que su nueva impresión
de que Chōji comiera majestuosamente era a causa de la barba que había dejado
crecer.

Últimamente la apariencia de Chōji había cambiado un poco.

Lo primero que llamaba la atención de la gente, era su barba de chivo, la cual no estaba
muy larga, pero mantenía corta y bien aseada. Eso no era todo, su cabello lo había
cortado un poco más chico y así dejaba ver limpiamente su espalda. Su aspecto en
general era limpio, ordenado y sereno.

No había duda de ello. Fue la barba de chivo. Cuando complementas el cabello y sus los
cambios en su persona, Chōji parecía un adulto respetado, incluso Shikamaru que lo
había conocido por años tenía esa impresión. Por eso es que había una nueva manera
en la que Chōji comía tan majestuosamente.

-Tal vez debería de dejarme crecer la barba también… - Shikamaru murmuraba


mientras se apoyaba en el respaldo de la silla.

-¿Eh? ¿Por qué dices eso? - Chōji momentáneamente levantó la vista de su plato el cual
comía frenéticamente.

Por mucho que Chōji parecía absorto en su comida, siempre escuchaba con atención a
Shikamaru cuando éste hablaba. Shikamaru reconoció ese hecho y continuó:

-A diferencia de ti, me veo y no he cambiado en lo absoluto desde que era niño, ¿no es
cierto? – Dijo Shikamaru mientras tocaba su cola de caballo en la parte superior de su
cabeza.

Siempre había mantenido así su cabello desde que era niño. El cabello recogido y atado
sobre su cabeza, una simple cola de caballo común y corriente. No era que él hubiera
decidido mantener su cabello largo recogido de esa manera ni nada por el estilo, era
sólo que para alguien inherentemente vago como Shikamaru, era la forma más fácil de
lidiar con su cabello.

Si hubiera tenido que decidir un estilo por toda su vida, entonces probablemente
habría decidido mantener su cabello y ropa tan simple como sea posible. No era como
que estaba decidido a lugar para mantener las cosas fáciles hasta el amargo final ni
nada por el estilo, así que realmente no podría decir el por qué determinó que las cosas
sean fáciles. Era tan sencillo como que se vestía y peinaba de esa manera porque no le
importaba.

Shikamaru no entendía a las personas que ridículamente pasaban horas cambiando el


modo en el que lucían, él pensaba que el mejor tipo de ropa era la que podías usar en
cualquier lugar, el tipo de ropa que podías usar cómodamente para ver las nubes o
tomar una siesta. Cuando era un niño, Shikamaru pensaba: ‘Si pudiera, me gustaría
pasar todos los días sentado frente al fuego viendo las llamas’.

Un chico así, era claramente diferente a aquellos que se preocupaban sobre lo que el
mundo o la sociedad dijera de ellos, así que no era de sorprender el por qué a él no le
interesaba mucho cómo lucía su cabello o ropa. Pero al ver a su mejor amigo de
repente pareciendo un adulto majestuoso, le dio algo en qué pensar.

Shikamaru se había hecho chūnin a muy temprana edad y con eso, conseguido una
gran cantidad de trabajos que tenían que ver con la administración de la aldea. Por
ejemplo, él había sido supervisor y examinador en los exámenes chūnin, tenía que
asistir a una gran cantidad de reuniones sobre el tema entre aldeas, en otras palabras,
había estado rodeado de personas mayores que él. Desde que tenía deberes como esos,
Shikamaru a menudo se encontraba pensando ‘haz que te vean como un adulto’ o,
‘compórtate como un adulto’ o, ‘tienes que tener una actitud firme, así como un adulto
debería de tenerla’.
Shikamaru ya poseía todas las características que podrían guardar relación con
“comportarse como un adulto”, pero en este momento, de repente se le había ocurrido
compararse con uno y concluyó que no había cambiado nada en apariencia desde que
era joven, en comparación con el maduro Chōji que tenía delante de él y eso había
provocado su inesperado comentario de dejarse crecer una barba de chivo.

-La gente siempre me dice que no he cambiado en lo absoluto cuando me ven… -


Shikamaru gruñó en tono molesto, sin dejar de comer.

Chōji levantó e inclinó la cabeza con señal de confusión.

-Pero cuando lo dicen probablemente significa a tu cabello, ¿no? – Chōji hizo una
pausa mirando su plato vacío. -¡Ah, abuela, una orden más, por favor!

Después de llamar a su orden a la vieja señora, se limpió la boca y volvió a mirar a


Shikamaru.

-Si me preguntas, has cambiado mucho desde los viejos tiempos

-¿En serio? - Preguntó Shikamaru. - ¿Me veo como un adulto?

-Sí. Tal vez sea porque has ido a muchas reuniones importantes de la Unión Shinobi.
En comparación con la edad que tengas, tu rostro ha cambiado. Creo que te ves mucho
más estable y capaz ahora. Yo soy el que te lo está diciendo, así que no puedo estar
equivocado.

Chōji le había dado un gran sello de aprobación.

-Ah, ahora que lo mencionas, un montón de gente me dice que me parezco a mi padre.

Tal vez él mismo Shikamaru no lo había notado porque veía su cara en el espejo todos
los días, pero aun así, no podía dejar de pensar en que si tuviera una barba de chivo le
daría un aspecto más digno…
Shikamaru puso una mano en la barbilla actualmente afeitada limpia y se puso a
pensar en el asunto. Mientras lo hacía, la orden que Chōji había ordenado apareció.
Era un enorme plato lleno de carne, pero no era para los dos, sino sólo para Chōji.
Normalmente este hecho sorprendería la gente, pero no a los dos trabajadores y los
consumidores regulares que iban al restaurante, ellos ya estaban acostumbrados a los
hábitos alimenticios de Chōji, así que nadie estaba sorprendido.

‘Cuando venimos a este lugar por primera vez, ordenamos este gran plato, ¿no es
cierto?’

Los pensamientos de Shikamaru se remontaron al tiempo en donde se acababa de


convertir en genin. Su equipo había venido a celebrar cuando su primera misión había
acabado bien y a salvo y, después de eso, lo tomaron como costumbre después de cada
misión venir a este mismo restaurante a celebrar. Los cuatro comían en la misma mesa
y Shikamaru se sentó en ese mismo asiento.

Ino le gritaba a Chōji.

-¿¡Hey!? ¡Chōji, te comiste mi carne!

-Cállate… - Shikamaru se quejó del fuerte ruido que estaba haciendo.

Pero fue un error, Ino inmediatamente se volvió para mirarlo.

-¿Qué quieres decir con cállate? ¡Es mi carne! ¿Estás diciendo que vas a cocinar mi
carne?

Ahora él se había convertido en un objetivo y era peligrosísimo.

-¿Qué es eso? –Shikamaru se quejó en voz baja poniendo la carne en la parrilla. -¿Por
qué soy yo el que tiene que cocinar todo de nuevo? Uf, qué problemático…

‘¿Por qué eran las mujeres, en general, de esa manera tan insistente?’ -Shikamaru
pensó en cómo el asunto de la carne se volvió tan ruidoso. ¿Pero qué cosa había
pensado su viejo en decir ‘Voy a casarme con ella? Shikamaru no podía entenderlo.

-Así debería de ser suficiente, ¿no?

La carne estaba casi hecha. Ante el comentario de Shikamaru, Ino acercó sus palillos
con un aire satisfecho a su alrededor.

Pero la carne desapareció de repente.

No fue un fenómeno sobrenatural. Fue Chōji. Ino arrojó sus palillos y comenzó a gritar.

-¿¡Fue a propósito, no es así!? - Ella gritó -¡Lo estás haciendo a propósito!

-Eh… yo sólo vi la carne así que… - Chōji tartamudeó.

-¡No creas que te vas a salir de esta haciendo comentarios vagos!


Ino agarró Chōji por el cuello, todavía gritando. Desconcertado Chōji todavía no había
soltado su plato o sus palillos. Shikamaru se quejó de que iba a terminar de asar la
carne de nuevo y comenzó a poner más carne en la parrilla.

Fue el escenario habitual para su equipo. Y luego…

Había una persona feliz que vigilaba los vigilaba.

Asuma.

Shikamaru volvió al presente y miró el lugar en el que Asuma una vez ocupaba.

Shikamaru, Chōji, Ino, y Asuma. Los cuatro de ellos solía venir a este restaurante
después de cada misión, y la multitud alrededor de esta mesa.

En el pasado, Shikamaru había pensado siempre seguirá así.

Había sido absurdo imaginar a todos en un bucle constante en su juventud, pero de


alguna manera el yo pasado de Shikamaru todavía pensaba de esa manera. No había
sido capaz de imaginar lo que sería cuando creciera.

Pero, el tiempo había pasado a pesar de todo.

Ino se había vuelto más femenina. El apetito de Chōji no había cambiado, pero se había
dejado crecer la barba. Incluso, antes de que se diera cuenta, Shikamaru había
cambiad. Y Asuma… ya no iba a estar aquí.

Los cuatro de ellos no podrían estar juntos de nuevo.

El restaurante, el asiento, todo estaba profundamente teñido con los recuerdos de esos
momentos felices que Shikamaru no podía volver a tener y eso era porque él no quería
olvidar los recuerdos que le traía el restaurante, incluso en ese momento.

Cuando Shikamaru estaba rodeado por la fragancia familiar de cocinar la carne, podía
caer en la alucinación, donde un olor a tabaco estaba colgando alrededor del lugar.

Asuma había sido un adulto.

Su barba siempre olía a tabaco por todos sus innumerables cigarrillos. No importa cuál
fuera la situación, siempre había estado en calma. En calma y tranquilo.

Asuma había ido a muchos viajes cuando era joven, así que tenía un montón de
conocimientos y su habilidad como un ninja era aún mayor. Era como un padre, y él
era como un hermano mayor. Asuma siempre los llevaba a ese restaurante a comer
carne.

Ahora que lo pensaba, él siempre había palidecido ante el voraz apetito de Chōji y
frenéticamente hurgaba en su cartera para asegurarse de que tenía suficiente dinero
para pagar la cuenta
Ahora, Shikamaru y el resto pagaba por sus comidas de sus propias carteras, con el
dinero que habían ganado por sí mismos.

Shikamaru se preguntó si él habría sido capaz de convertirse un poco en el adulto que


era Asuma.

Shikamaru tomó el menú en la mano, pasando las páginas calculando cuánto sería la
factura que tendrían que pagar Chōji y él. Iba a ser demasiado cara, si partían a la
mitad la cuenta entonces podrían pagarla entre los dos.

-¡Oh, hombre!, debo comer un poco más mientras pueda…

Shikamaru observó la velocidad en la que Chōji comía y tomaba los trozos de carne por
sí solo.

-…Chomp, chomp, chomp… ¡Abuela, otra orden! – Chōji gritó con la boca llena de
carne de vaca.

Chouji finalmente dejó de comer, por el momento, al menos. Parecía satisfecho y tragó
una taza de té azul de una sola vez. Cuando estuvo seguro de que Chōji había empezado
a respirar de nuevo, Shikamaru habló.

-Por lo tanto, de lo que hablábamos antes, ¿qué vas a hacer?

-¿Eh? ¿Tomar postre?

‘Nunca, ni una sola vez hablamos de postre, Chōji.’

-… Sobre Naruto y Hinata, los regalos de boda.

-Oh, sí, eso.

Shikamaru suspiró. ¿Chōji lo había olvidado?

En primer lugar, Shikamaru había salido a la calle con la intención de comprar un


regalo de boda. Había chocado con Chōji por casualidad y luego habían hablado sobre
lo que deberían de regalarles. Shikamaru estaba todavía indeciso sobre lo que iba a dar
como regalo, después de todo, tenía que pensar en algo que tanto a Naruto y Hinata los
hiciera felices, y su mente estaba en blanco.

Shikamaru no era sólo inexperto con regalos de boda, él era un extraño para la práctica
de dar regalos en general. Para el caso, sería mejor para él hablar con alguien que no
descuidaba ese tipo frivolidades, y mientras estaba en ello, sería mejor escuchar la
opinión de una mujer por lo que Shikamaru había ido a visitar a Ino.

Flores Yamanaka. Ese fue el nombre de la tienda familiar de Ino.

Cuando Shikamaru fue a hablar con ella sobre el asunto, Ino había inmediatamente
comenzado a jactarse que ya había decidido su regalo. Como era de esperarse por parte
de Ino, estaba muy bien informada sobre las últimas tendencias y modas.
‘Como era de esperarse de un compañero de mi equipo’ Pensó Shikamaru y se sintió
aliviado.

-Si ese es el caso, entonces no habrá ningún problema si compro algo de la misma
tienda en la que comprarás el tuyo. –Él le dijo a Ino. -¿Puedes decirme dónde está?

-¿Eh? No se puede copiar la tienda. Olvídalo.

Y así, a pesar de que eran compañeros que se habían enfrentado batallas mortales,
Shikamaru fue abandonado inmediatamente.

Pero después de eso…

-Me doy por vencido…

Shikamaru había murmurado mientras vagaba su vista alrededor de la calle


observando las tiendas del pueblo. Había chocado con Chōji en una de las
intersecciones, y se encontró dónde estaba ahora, en Yakiniku Q.

Pero al parecer, Chōji había olvidado la historia completa en su manía por la carne de
res, incluso ahora, que estaba comiendo un helado. ¿En qué momento Chōji había
ordenado helado? Shikamaru ni siquiera trató de averiguarlo. Había algunas cosas
acerca de Chōji que estaban más allá de la comprensión.

Honestamente, cuando se trataba el tema de la búsqueda de un regalo de bodas, la


opinión de Chōji podría no ser tan fiable como Ino. Mientras Shikamaru estaba
preocupado por el regalo de boda, Chōji estaba muy a gusto.

-En realidad, lo tengo más o menos decidido…

La respuesta de Chōji fue tan inesperada que Shikamaru se sobresaltó en su asiento.

-¿¡De verdad ya lo has decidido!? ¿Qué les comprarás?

-Sí. - Dijo Chouji deslizando una fina pieza rectangular de papel. -Estoy pensando
darles esto.

Chouji deslizó el papel sobre la mesa y Shikamaru lo recogió para que no se mojara.

-Esto es…

Shikamaru no podía creer lo que veía. Era un boleto de cortesía para una comida en
uno de los restaurantes más caros de Konoha, Ryotei.

-Los adultos jóvenes como nosotros no suelen ir a lugares como este. - Dijo Chouji con
una sonrisa. -Pero ya que es un regalo de bodas, funciona.

Era exactamente como decía Chōji. Este restaurante era muy formal y muy caro, por lo
que muchos adultos jóvenes no solían ir allí. Sin embargo, un boleto de cortesía para
una comida allí, como regalo de boda, era cosa de oro puro.
Era una oportunidad para que la pareja vaya a un lugar al que no iban a menudos, era
un regalo de boda reflexivo que iban a disfrutar ambos. No podría haber otro tipo de
regalo así en la boda.

Pero si bien había sido un increíble regalo de bodas, ¿cómo podría Chōji tan fácilmente
dejarles una comida de clase alta a ellos?

-Chōji, ¿eres realmente el mismo chico que conozco…? De verdad te has convertido en
una persona mucho más madura de lo que me habría dado cuenta.

Shikamaru estaba mirando a su vez en el elegante boleto en sus manos y luego a la cara
de Chōji quien felizmente comía su helado. Estaba estupefacto.

Chōji siguió comiendo su helado sin ser consciente de la mirada fija de su amigo y, muy
pronto, había comenzado con su segundo tazón.

-Además, llegó con tan buen tiempo. -Dijo Chōji mientras lamía. -Esa comida es para
tres…

Al principio, Shikamaru no entendía el significado de lo que Chōji había dicho. Pasó un


momento, y la comprensión amaneció. El sudor apareció en la frente de Shikamaru.

-No podrías referirte a… -Shikamaru mansamente preguntó, sintiéndose


conmocionado por una razón completamente diferente. -¿No vas a… comer… con ellos,
verdad?

Chōji levantó la vista de su helado con una gran carcajada.

-De ninguna manera. Incluso si soy yo, no me metería en una comida con unos recién
casados.

-De…De hecho, claro. Eso sería…

-Le pediré al comensal una mesa para mí solo

-… ¿En serio?

Sin pensarlo, Shikamaru miró hacia el techo, el ventilador de techo giraba alrededor
sin parada, como siempre, el cual giraba alrededor sin hacer el menor ruido. Chōji
continuaba comiendo en silencio, pero con demasiada determinación, su helado.

La hora del almuerzo ya había pasado, y los clientes del restaurante se iban yendo uno
por uno. La paz había vuelto de nuevo para Yakiniku Q. Ahora el ruido del ventilador
sonaba débilmente en la ahora tranquila tienda y Shikamaru continuó preocupándose
por él.

Una cortesía para una comida de alta clase.

Ese era el regalo que Chōji había pensado. Definitivamente el regalo no tenía ningún
lado malo.

Pero…
Si bien no podría haber tenido su lado malo, ¿por qué era para tres personas? Ese
restaurante, Ryotei, debería haber pensado en parejas que quisieran ir y estar solas,
amantes que no quisieran ser interrumpidos. ¿Acaso el restaurante Ryotei no tenía el
menor sentido de lo que es la privacidad? Si se trataba de un boleto para tres personas,
¡claro que Chōji terminaría yendo…!

Shikamaru criticaba internamente las políticas del restaurante al que nunca había
estado, con una mirada amarga en el rostro.

Su mente imaginó a Naruto y Hinata consiguiendo ropa para la elegante ocasión para
ir a comer al restaurante Ryotei de clase alta y, entonces en el asiento que estuviera
detrás de ellos, se encontraría Chōji solicitando una segunda porción de comida
mientras observaba con atención a la pareja… ¿saldría bien aquello?…

No, en este momento, Chōji estaba bien como estaba. En cierto modo, fue un regalo
muy Chōji. En estos momentos, el problema más grande era el mismo Shikamaru, que
todavía no había pensado en nada. Tenía que dedicar su proceso de pensamiento en
llegar a algo.

Shikamaru se enderezó en su asiento, y silenciosamente cerró los ojos.

Siempre que Shikamaru estaba pensando profundamente en algo, por ejemplo, su


próximo paso en su juego favorito de Shōgi, o una estrategia complicada en medio de
una misión, él tenía la costumbre de sentarse en cierto modo para pensar. Trató
deliberadamente en no tomar esa posición pero ocurrió de forma natural. Era la
posición en la que se acomodaba mejor.

Nadie hubiera esperado jamás que Shikamaru acabara recurriendo a su posición para
pensar en medio de Yakiniku Q. Él mismo ni siquiera había esperado que las cosas
llegaran a eso.

Shikamaru reunió sus pensamientos dentro de su cabeza. Algo que sería adecuado
como regalo de bodas… varias posibilidades y opciones flotaban en su mente.

En primer lugar, sería mejor si el regalo era algo práctico y útil como aparatos de
cocina o utensilios de cocina. Un buen regalo sería algo que la pareja aún no poseía.

Las vajillas eran populares últimamente, ¿no? Cuencos a juego para una pareja eran
una posible buena opción; relojes tal vez, o un marco de fotos para las fotos de la boda,
también. Esos regalos parecían muy bien adaptarse a la norma social; presentes que
podrían servir como recuerdos felices de su boda. Pero también tenían que tener
interés para ambos.

De cualquier manera, no podía comprar un regalo que otra persona ya había


comprado. Después de todo, Ino había armado un alboroto sobre eso, incluso sobre
conseguir algo de la misma tienda, así que conseguir el mismo presente de otra
persona era lógicamente malo, si no malo, peor.

La boda iba a realizarse muy pronto, así que ¿tal vez conseguir un gran ramo de flores
funcionaría como regalo? A su manera, era una cosa muy de regalo de boda.
También había la opción de conseguirles comida. Ingredientes de lujo, como pasteles o
té, ¿los dos estarían felices de recibirlos, no? Pero parecía que iba a terminar copiando
el regalo de la comida de clase alta que iba a darles Chōji.

Pero no, la verdad es que estaría bien si él terminara dándoles un certificado de regalo
de algún tipo como el que Chōji iba a darles, ¿no? Podía ganar un certificado de regalo
de una tienda departamental, él sólo tendría que comprar suficientes cosas que le
gustaran y sería muy fácil elegirlas… pero entonces, ¿cómo iba a darse el lujo de
comprar lo suficiente para ganar un certificado de regalo?… era el dinero… dinero.

Shikamaru lentamente abrió los ojos. Chōji todavía estaba comiendo helado.

¿Qué hacer…?

Al final, una palabra había llegado a flotar pragmáticamente en la parte delantera de su


mente: el dinero.

Era un buen ángulo para enfocarse. En vez de conseguirle a la pareja algo que no
pudieran utilizar, o algo que era similar a un regalo de alguien más, era mucho mejor
darles dinero para gastar en cualquier cosa que quisieran.

Pero entonces, estaba la idea de cómo se vería si todos los demás les dieran a Naruto y
Hinata regalos, y luego Shikamaru acabara yendo con ellos diciendo “Aquí tienen” y
extendiendo la mano con un sobre de dinero.

‘Desde que soy yo, entonces probablemente pensarían que yo pensaba que comprar un
regalo era demasiado molesto, y recurrí a dar dinero por pereza, ¿no…?’

Estaba preocupado por esa posibilidad.

En realidad, era probable que a nadie se le ocurriría semejante cosa. Pero


honestamente, dar dinero era una opción muy fatigosa. Se sentía como que no tenía
ninguna sinceridad.

‘Hubiera sido buena idea dárselo a alguien que apenas conocía, pero a ellos… no estaría
bien, ¿verdad?’

Shikamaru todavía estaba muy preocupado. Del mismo modo, Chōji seguía comiendo
sin ponerle fin.

-Ya has comido mucho. - Shikamaru notó de repente las innumerables copas de helado
apiladas frente a Chōji. -¿No sientes frío en absoluto?

-Se siente agradable y fresco después de comer todo esa barbacoa caliente. Además,
soy el tipo de persona que viajaría por el País de la nieve y todavía ir y comprar helados
para comer. Mi apetito no pierde al frío. - Chōji sonrió a su amigo, y cuando terminó su
último cuenco, finalmente parecía contento. – Gracias por la comida.

Espera. Espera un minuto. Ahora. Hace un momento, algo había despertado dentro de
la cabeza de Shikamaru.
-Chōji, ¿qué es lo que acabas de decir?

-¿Eh? Bueno, dije gochisousama…

-No. Después de eso. Acerca de viajar al País de la nieve.

-Ah, sí. Dije que todavía me gustaría comer helados, incluso si estaba de viaje en el País
de nieve. Pero sabes que estaba dando sólo un ejemplo, ¿verdad?

-Eso es todo. -Shikamaru parecía encantado mientras señalaba a Chōji. - Viajar. Un


viaje. Eso es bueno, ¿no? ¡Un viaje de luna de miel…!

Shikamaru y Chōji dejaron Yakiniku Q sin ningún próximo destino particular en


mente. Estaban caminando sin rumbo. No importaba si tenía o no tenía un objetivo en
mente. Shikamaru era finalmente libre de sus preocupaciones sobre el regalo que
debería de conseguir.

-Entiendo, vas a darles a Naruto y Hinata un viaje de luna de miel como regalo, ¿no?

-Sí, Chōji. Gracias a ti, finalmente tengo una buena idea.

Ahora, todo lo que Shikamaru tenía que hacer era seleccionar el destino. Luego, ir y
asegurarme que todo sea de buena calidad.

Ah. Iba a tener que pedir la opinión de nuevo de una mujer, ¿no?

¿Dónde iba a ser capaz de encontrar Ino? De acuerdo con lo que había dicho cuando él
la visitó antes de pensar en un regalo, ella probablemente estaría yendo a comprar su
regalo de bodas…

Mientras él y Chōji caminaban, Shikamaru miraba los escaparates.

-¿Está buscando a alguien, Shikamaru? Puedo ayudar.

-Sí, tengo que escuchar la opinión de una mujer. Ino lo haría si estuviera cerca.

Dicho esto, Konoha era una ciudad enorme.

El hecho de que Shikamaru y Chōji habían logrado reunirse mientras caminaban sin el
mismo destino, había sido una gran coincidencia. Si ahora se las arreglaban para
toparse con Ino, entonces sería una coincidencia en la parte superior de las
coincidencias para el súper combo del Equipo 10, el Ino-Shika-Chou se reunirían en un
mismo lugar sin tener pensado hacerlo.

Las posibilidades de que chocar entre sí sin ningún tipo de comunicación con
anterioridad era, obviamente, más o menos de cero a ninguno. Incluso si tal reunión
casual de amigos había ocurrido en una obra de teatro o una película de ficción, el
público lo habría criticado severamente, a tal grado de calificarlo como una serie de
coincidencias imposibles.

Mientras Shikamaru pensaba, Chōji dejó escapar un murmullo.


-Oh, mira quién está aquí.

-Me estás tomando el pelo ¿¡no es así!? - La voz de Shikamaru se elevó a volumen
histérico, para su sorpresa.

La realidad era de hecho una cosa increíble. Coincidencias sorprendentes que parecían
salir de novelas, como si se topara con sus compañeros de equipo, así, casual. Sí, claro.
Pasaba todo el tiempo.

Sin embargo, la visión que recibió a Shikamaru después de que dejó escapar el grito de
sorpresa fue una coincidencia que le iba a aturdir aún más.

La línea de visión de Shikamaru le hizo mirar a la parte posterior de la cabeza de una


mujer. Su pelo no llegaba hasta las rodillas al igual que su compañera de equipo. El
pelo de esta mujer era un poco corto, y amarrado en dos coletas. Ella era una persona
completamente diferente, y verla hizo que los ojos de Shikamaru miraran con
despecho.

La mujer delante de ellos era un jōnin aliado de Konoha, para ser más exactos, de
Sunakagure… Temari.

Muchas personas estaban siempre yendo y viniendo de Konoha, no sólo shinobis de


otros pueblos como Temari. Había shinobis que venían a recibir misiones, shinobis
regresando de las misiones, clientes que daban las misiones, y una gran variedad de
personas más. Había un flujo continuo de visitantes que iban y venían.

Por supuesto, eso no significaba que cualquiera podía entrar. Los que están en las
puertas de la aldea siempre mantenían un ojo en las personas en busca de sospechosos
u objetos peligrosos, inspección y cuestionamiento de los visitantes.

Temari, por ejemplo, era un ninja de otra aldea que llevaba un gran abanico de guerra
en su espalda. Era su arma favorita por elección, un enorme abanico de guerra que
creaba una ráfaga devastadora de viento con un movimiento de muñeca. Pero tan
peligrosa como lo era su arma, Temari era un ninja de un pueblo aliado, y había años
de confianza y cooperación entre ella y Konoha, por lo que se le dio de forma natural
un permiso para traer a su abanico de guerra dentro de los límites de la ciudad.
También había pasado fácilmente a la entrevista para obtener un pase de visitante y se
había emitido una hace mucho tiempo.

Temari se dio la vuelta al escuchar el grito sorprendido de Shikamaru, y se dio cuenta


de los dos amigos. Sus ojos se encontraron con los de Shikamaru.

-¿Qué, entonces eras tú el que gritó? ¿Qué estás haciendo?

Shikamaru había dejado escapar un grito histérico porque había sido sorprendido por
la coincidencia de supuestamente haber encontrado a Ino. Ahora, él hizo todo lo
posible para responder a la pregunta de Temari en un tono sereno, a pesar de que el
interior de su corazón se sentía inquieto.

-O…oh sí. Estábamos comiendo el almuerzo y luego… bueno, no importa, ¿qué estás…?
-Voy por ahí dando mis saludos antes de las reuniones de examen de chūnin.

-¿Exámenes chūnin? Todavía tenemos mucho camino por recorrer hasta que
empiecen, ¿no?

-Bueno, se podría decir que este año vamos a tener reuniones sobre las reuniones. -
Temari hizo una sonrisa irónica. Tenía un montón de deberes problemáticos para
llevar a cabo.

Temari era la hija del Yondaime Kazekage, y hermana mayor del actual Godaime
Kazekage. Ella era una persona fuerte y capaz que ayudaba a su hermano menor con
sus actividades florecientes en la diplomacia con otros pueblos. Al igual que hoy, ella
casualmente iba y venía de Konoha para participar en reuniones de planificación para
los exámenes chūnin.

Shikamaru se acercó un poco hacia Chōji para que Temari no lo escuchara y le susurró
al oído.

-¡Oye, Chōji! ¿Por qué vas y dices ‘mira quién está aquí’? Pensé que era Ino, así que
terminé por…

-Pero dijiste que querías la opinión de una mujer, por lo que sí es Ino o Temari… no
hace ninguna diferencia, ¿verdad…?

-E-eso es técnicamente cierto, pero… - Shikamaru miró a Temari.

Temari era la mejor usuaria de viento en Sunagakure. No, ella era probablemente la
mejor usuaria de viento en todo el mundo de ninja, o si no, la segunda. Ella se destacó
por sus logros en la diplomacia y la crianza de shinobis en zonas no combatientes, pero
su personalidad era militante. Era audaz y atrevida en el corazón, y en general
adecuada para el campo de batalla con su actitud beligerante.

Era probablemente porque su personalidad era así que era buena en la política, pero
¿sería realmente bueno pedir Temari, una mujer que despertaba vendaval tras
vendaval después de acabar con los enemigos en el campo de batalla, su opinión sobre
la luna de miel de Naruto y Hinata? Su personalidad era completamente diferente a la
de Hinata.

Temari era de carácter fuerte y constantemente cuidaba de los demás, y esas dos
cualidades eran las mismas que tenía la madre de Shikamaru. No era probable que ella
pensaría en algo que a alguien tan mansa como a Hinata le gustaría.

En ese sentido, la personalidad de Ino era también diferente a la de Hinata, pero Ino y
él habían sido compañeros de clase de los novios desde la infancia, por lo que consultar
con ella parecía más fácil. Ino probablemente le daría mucho gusto opinar acerca del
regalo de luna de miel para Naruto y Hinata. Ella era del tipo de señalar todas las
últimas tendencias y todo. Pero la reacción de Temari al ser preguntada y consultarla
era algo Shikamaru no podía imaginar.
‘-¿Qué, una luna de miel? - Dijo Temari desdeñosamente, sus ojos perdieron la calidez
que tenía hace un momento. -¿Estás seguro de que me pedirás algo tan trivial?’ - Esa
era la única reacción que venía a la mente de Shikamaru.

-¿Qué están haciendo los dos tan escondidos? - Temari tenía una mirada dudosa en su
cara. – Se ven sospechosos.

Rápidamente tenía que reparar de alguna manera la situación pero…

-Shikamaru quiere preguntarte algo.

…Pero Chōji actuó primero.

-Bueno… tú… - Shikamaru se puso nervioso ante la mirada de Temari.

Él no podría decir algo como 'no sería razonable de mi parte si yo te preguntara acerca
de la planificación de una luna de miel, ¿verdad?’. No había más remedio que ser
franco al respecto.

-Bueno, eso es, quiero decir… - Siguió la tartamudez.

Por alguna razón, la situación se había tornado tensa. Shikamaru se sentía


extrañamente avergonzado. Ni siquiera podía mirar a los ojos Temari. Por último, le
espetó:

-… He estado pensando en ello. Para una luna de miel, ¿dónde crees que sea bueno?

-¿¡Eh?! - Temari dejó escapar un sonido increíblemente aturdido.

-¿¡Qué!? - Sorprendido sí mismo ante su reacción, Shikamaru no podía mirarla a la


cara.

-¿¡Tú…Es… Lu…luna de miel…!?

Temari no lo miraba.

Véase, que había estado en lo cierto después de todo, pidiéndole el favor había sido
ofensivo y grosero. Por supuesto Temari estaría preocupada si él le pidiera ayuda en
escoger el regalo de bodas de Naruto y Hinata. Incluso Shikamaru había estado
teniendo problemas con eso, y él había sido compañeros de los dos en clase…

‘Ughh, Chouji, no deberías haberte entrometido’

Shikamaru miró al hombre con varios comentarios a regañadientes en la punta de su


lengua. Chōji fingió no darse cuenta y desvió la mirada para mirar en un escaparate.

Mirando desagradablemente hacia su amigo, Shikamaru trató de cambiar la situación.

El resultado final fue que el daño ya estaba hecho, así que puede ser que él pueda oír la
opinión de Temari.
-Lo siento. - Shikamaru se disculpó. - Sé que es inesperado, pero quiero escuchar lo
que piensas.

-¿Po… Por qué me preguntas eso a mí? - Temari parecía increíblemente desconcertada
y aturdida. Era perfectamente comprensible.

-Bueno, supongo que porque pensé que preguntarte sería lo mejor…

Bueno, no podía decir ‘a quien sea, con tal de que sea mujer’ cuando ella de verdad
estaba considerando la respuesta. Sería increíblemente grosero, hasta Shikamaru sabía
eso. .

-Pre…preguntándome sería lo mejor… - Ella repitió.

Por alguna razón, Temari estaba mirando hacia abajo y con inquietud. Shikamaru
estaba convencido de que era porque estaba preocupada por la pregunta. Esto no era
bueno, a este ritmo, no habría ningún progreso. Sería mejor si él opinaba primero.

-Creo que sería bueno relajarse en una posada de aguas termales, pero ¿qué te parece?
¿No suena demasiado pasado de moda?

-Yo… me parece bien…

-Muy bien, muy bien. Me alegro. Una posada de aguas termales con buena comida es la
mejor, ¿eh?

Temari había aprobado su idea. Shikamaru podía sentir toda su preocupación irse de
su cuerpo. Había estado preocupando durante toda la mañana, y ahora por fin daba
una sonrisa de alivio. Sería un buen regalo de bodas para Naruto y Hinata.

Temari, por otro lado, parecía que su compostura había sido perturbada.

-¿No me digas que todavía tienes algunos negocios que ver…? – Preguntó.

Eso era lo más probable. Temari había venido aquí por negocios, después de todo.
Probablemente estaba molesta porque se había mantenido ocupada con su pregunta.

-Ah, no, he terminado por hoy… Estaba a punto de volver a casa.

No hubo más que silencio.

Ella no tenía ningún deber que hacer, pero estaba inquieta. Shikamaru, inclinó la
cabeza, confundido ante su respuesta. Temari estaba actuando demasiado raro hoy,
¿cuál podría ser la causa?

-Sería mejor si puedes ver algunas posadas más tarde, ¿no?

Chōji sugirió, y Shikamaru sacó a sí mismo de esos pensamientos para concentrarse de


nuevo en el problema de regalo.

-Eso es correcto. - Shikamaru asintió. - Sería mejor ir y echar un buen vistazo a la


brevedad posible.
-Todavía es muy temprano, por lo que si voy hoy funcionaría, ¿verdad?

-Sí. Probablemente sería mejor hacer eso.

-Entonces. - Dijo Chōji. - Voy a ir a comer algunas castañas dulces, por lo que los dos
deberían de ir a checar.

-¿¡Eh?! - Shikamaru y Temari exclamaron al mismo tiempo.

Nervioso, Shikamaru miró a su amigo.

- ¡Chō…Chōji…! ¿¡Qué quiere decir que no vas a venir con…!?

-Mmm, Shikamaru lo siento. Tengo que comer el postre después de las comidas.

-¡Acabas de comer!

-Sí, pero tengo una habitación extra.

-¡Te estoy diciendo que acabas de comer el postre!

Mientras seguían intercambiando replicas, Shikamaru miró a Temari. Probablemente


estaba enojado con el comportamiento egoísta y repentino de Chōji, porque su rostro
estaba convirtiendo lentamente a un color rojo brillante.

‘Oye, oye, oye, este no es momento para bromas. Chōji cambia de opinión. A las
mujeres no las debes hacer enojar, pero siempre termina convirtiéndose en una
situación demasiado problemática. ¡Lo aprendí desde que era niño!’

Shikamaru estaba tratando desesperadamente de comunicar estas súplicas con los


ojos, pero Chōji no cambiaría de opinión.

-Estás checando cosas para la luna de miel, por lo que sería mejor si van ustedes dos
solos.

Chōji dijo tal cosa con una amplia sonrisa.

Era demasiado razonable para Shikamaru argumentar en su contra. Cualquiera estaría


de acuerdo en que tendría más sentido para un hombre y una mujer ir a ver a una
posada, en lugar de dos hombres. De esa manera, tienes el punto de vista de la novia y
el punto de vista del novio.

Pero, en este momento, con la manera en la que Temari reaccionaba, Shikamaru no lo


entendía. Su cara roja brillante debía de ser de rabia, yendo a solas con ella sería…

Shikamaru sintió que se le iba el color a su cara.

-Pues bien, los veré más tarde. – Dijo Chōji quien estaba empezando a caminar. – Me
voy.

-Ah… - Para cuando Shikamaru emitió un sonido, ya era demasiado tarde.


Chōji simplemente miró por encima del hombro a su amigo, hizo un gesto con la mano,
y luego desapareció entre la multitud.

Shikamaru se encontraba completamente y absolutamente pasmado.

‘¿Por qué Chōji…? ¿Por qué tanto quieres comer castañas dulces…? A pesar de que
habías comido demasiado helado, ¿por qué…? ¿Acaso tu estomago no tiene fin…?’

Esos eran los pensamientos que fluían a través de su adormecida y aturdida mente.

A pesar de que las calles de Konoha siempre bullían de actividad, el lugar donde
Shikamaru y Temari estaban parecía extrañamente inactivo. Era casi como si tuvieran
una barrera a su alrededor. Ambos fueron envueltos en un silencio denso e incómodo.

Shikamaru estaba demasiado asustada para mirar Temari a los ojos.

-Uh… - Su boca se movió a su pesar de todo. - ¿Cómo debo…? ¿Qué quieres hacer…?

Esas fueron las palabras que salieron de su boca.

‘Soy un idiota.’

Pero, en ese momento…

Shikamaru sintió un tirón brusco en la manga.

-… Podemos ir. - Temari dijo en voz baja, sin mirarlo.

¿Cómo es que la atmósfera se había vuelto así?

En un corto tiempo, Shikamaru y Temari habían hecho su camino a donde estaba la


ciudad termal de Konoha, en su camino no habían hablado mucho.

Shikamaru había tratado de abrir una pequeña charla para ver cómo reaccionaría ella,
pero las respuestas de Temari habían sido breves y cortantes, y la atmósfera
inquietante entre ellos había seguido.

‘¿Por qué hay una tensión tan desconcertante…?’

Shikamaru desvió la mirada para mirar hacia delante y así no cruzar miradas con
Temari, sintiendo el sudor su frente, trató de analizarlo objetiva y calmadamente la
situación.

Para empezar, no era raro para él y Temari estar juntos y solos, más bien era muy
común. En el pasado, la había guiado por la aldea, habían ido a reuniones de trabajo en
conjunto e, incluso había ido más allá de su comportamiento habitual y le había pedido
una cita. Bueno, él había dicho cita, pero al final de cuentas habían hecho las mismas
cosas de siempre, hablando de cosas sin importancia hasta que, de alguna manera,
comenzaron a hablar sobre trabajo sin notarlo, pero aun así, en ese momento, la
situación entre ellos no había ido tan tensa como ahora.

Por el contrario, todo ese día no había estado nada mal.


A pesar de todo eso, ¿por qué se habían tensado las cosas tanto ese día? ¿Por qué la
atmósfera se sentía tan tensa? ¿Por qué Temari no había hablado con él?

Shikamaru sacudido desesperadamente su cerebro en busca de respuestas.

La causa más probable era que en el fondo, Temari sintió harta de ser arrastrada a una
cuestión tan problemática. La había impulsado a cambiar sus planes por el resto del
día, y después de decir que no tenía ninguno, no había habido ninguna manera para
que ella se negara cortésmente a venir, así que ahora ella estaba irritada por la molestia
que tenía que pasar. Por eso las cosas eran diferentes ahora. Por eso ella no hablaba
mucho.

Pero, si uno mira en la raíz del problema, esto fue culpa de Chōji. Chōji y sus
repentinos deseos inexplicables de su estómago de castañas. Y por otra parte, fue culpa
de la sugerencia entrometida de Chōji diciendo “sería mejor para ustedes si van solos”
para luego desaparecer. Si él no hubiera hecho eso, en momento él y Shikamaru, o
simplemente Shikamaru solo, habría estado haciendo la reservación en la ciudad
termal.

‘Nunca pensé que iba a terminar viniendo aquí con Temari… Fue un giro inesperado de
acontecimientos que nunca hubiera podido imaginar que pasara en la mañana. Nunca
había pensado que comería Yakiniku Q con Chōji, y luego encontrarme con Temari, y
luego terminar en esta situación. No podría haber sido como decir “los shinobi deben
mirar debajo de lo bajo”, pero esto no era algo que cualquiera podría haber visto venir.
Santo cielo, el mundo estaba más allá de la predicción.’

Mientras Shikamaru cavilaba, Temari él y cruzaron un puente de madera. Había un río


corriendo debajo de el con una ligera capa de vapor que se levantaba. Era un río que
venía desde la fuente termal. Había un olor un poco empalagoso en el agua, un poco
similar al de los huevos, era como un sulfuro de hidrógeno que se mezclaba con el agua
termal.

La fuente del río era el cinturón volcánico que estaba ubicado por arriba de Konoha.
Una buena cantidad de aguas termales estaban presentes en esta área, tanto que en los
viejos tiempos, las aguas termales se habían conocido como un área de curación para el
shinobi herido. Ahora se trataba de un lugar turístico para atraer a la gente desde y
fuera del pueblo.

Estaban pasando un montón de esos turistas que viajaban.

La mayoría de los turistas iban generalmente vestidos con yukatas, con sandalias geta
de madera o de cuero con suela y la ropa tenía el nombre de la posada o instituto en
donde se alojaban. Ese parece ser el código de vestimenta general de la ciudad. Era
bueno visitar las aguas terminales o simplemente caminar por ahí.

Salud y entretenimiento. La ciudad se había desarrollado, obviamente, por la


combinación de esas dos cosas, y muchas otras cosas aparte de pensiones podría ser
encontradas ahí. Restaurantes, centros de juegos, tiendas de recuerdos, y varias otras
tiendas se alineaban alrededor. Otro aspecto agradable de esta ciudad sería
simplemente caminar y visitar todos ellos.
Shikamaru y Temari habían pasado por una gran cantidad de este tipo de tiendas. La
mayoría de las tiendas tenían cestas de mimbre donde había albóndigas de carne que
habían sido elaboradas con el vapor de agua de los manantiales de agua caliente
ordenadamente en filas, se veían bien y bonitas. Las tiendas de recuerdos tenían
postales y figurillas de madera destinadas a los turistas, además de los bienes shinobi.
Aquí y allá, se podían ver bolsas y botellas que también se rellenaban con depósitos
minerales termales. Las aguas termales eran una fuente verdaderamente valiosa de
ingresos para la ciudad.

Shikamaru estaba buscando una posada de entre todos los establecimientos. El sol ya
se estaba poniendo en el oeste, y en poco tiempo, la noche habría caído.

Las linternas delante de las tiendas y los edificios comenzaron a encenderse, una por
una. Sus luces eran las únicas iluminaciones en la ciudad después de que la oscuridad
hubiera caído, y la luz de todas esas linternas iluminadas en medio de la oscuridad y
volutas de vapor que envolvía la ciudad, era una vista bastante impresionante.

-Parece increíble… - Murmuró Temari.

-Sí… - Shikamaru asintió en silencio. Luego, se volvió hacia ella. - … Hey, ya que nos
tomamos la molestia de venir aquí, ¿qué tal si pasamos por las tiendas de por aquí?

Temari por fin había hablado de propia voluntad cuando había comentado sobre el
paisaje, parecía como si la vista hubiera disminuido la tensión. Shikamaru quería
tomar ventaja de eso y deshacerse de la tensión por completo, ya que se habían tomado
la molestia de ir hasta allí, no iban a castigarse sin pasar por una tienda o dos.

-Tienes razón. - Dijo Temari, mirando a su alrededor. - Entonces… ¿qué hay de esa
tienda?

La tienda que estaba señalando era pequeña, con un letrero que decía “prácticas de
tiro” en la parte delantera. Parecía el tipo de lugar que tenía tres kunai de madera para
que pudieras tirar y golpear varios premios en los estantes, y si podías golpear un
premio entonces lo podrías tener.

-¿Segura que estás bien con eso? – Él preguntó.

-Sí. Quería probar ese tipo de cosas una sola vez.

‘Realmente no lo entiendo, pero parece que su espíritu está volviendo a la


normalidad…’

Los ojos de Temari brillaban mientras se agachaba bajo el signo de madera que había
delante de la tienda. Shikamaru se sintió aliviado al verla y la siguió.

El interior de la tienda estaba sorprendentemente lleno de gente.

Pasando el ojo sobre los otros clientes, que probablemente todos eran parejas, había
una gran cantidad de hombres y mujeres jóvenes. Por alguna razón, Shikamaru podía
recuperar su compostura habitual.
Temari ya había recogido un kunai de madera y tirado. Apenas rozó el costado del
premio dirigido, deslizándose en la oscuridad detrás de ella. Cogió otro, y lanzó una vez
más. Esta vez, el kunai de madera no llegó a su objetivo, ni siquiera se acercó.

-¿Hm? - Temari inclinó la cabeza con perplejidad.

-Oye, oye ¿qué pasa? – Él preguntó. - Es raro que pierdas un objetivo.

Olvídense de los juegos de tiro, tanto Shikamaru y Temari manejaban habitual y


diariamente kunais en sus cotidianas vidas, y además, esos eran reales. Era imposible
que ella perdiera dos veces.

-No, lo que pasa es que son demasiado livianas para lanzar bien. - Dijo Temari,
entregándole el kunai de madera. -Ah, son demasiado ligeros. Es muchísimo más
diferente a los habituales. Sería difícil de tirarlos.

Shikamaru entendió lo que ella decía en el segundo en el que sintió el peso ligero del
kunai de madera en su mano.

-Pero, si ese es el problema. - Dijo Shikamaru agarrando el kunai de madera. -


Entonces, debes encontrar el centro de gravedad y ajustarlo, ¡deberías de ser capaz de
lanzarlo, justo así!

Arrojó el kunai de madera y tiró el kunai con mucho más fuerza de lo que lo haría con
un kunai habitual.

Y falló por completo.

-¿Hm?

Ahora Shikamaru inclinó la cabeza con perplejidad.

Después de que la práctica de tiro había terminado, los dos estaban de vuelta a la
búsqueda de la posada.

Temari llevaba un pequeño daruma, y otra figurilla de gato igualmente pequeño. Eran
los dos únicos premios que Shikamaru había logrado ganar después de varios intentos
más del juego paga-y-te vas. Pero pensar que después de todos sus intentos, sólo estos
dos pequeños premios fueron ganados. Shikamaru no podía dejar de sentir que la
rentabilidad de la tienda estaba en cuestión.

Pero, Shikamaru era todavía un profesional. Lanzar el kunai de madera una y otra vez
lo había ayudado a conseguir el uso por el peso. Incluso con toda la práctica, esos kunai
de madera eran increíblemente difíciles de lanzar. No se podía esperar, posiblemente,
que para practicar lo suficiente para golpear un gran premio debías tener que pagar
una gran suma de dinero. Shikamaru se había dado cuenta del engaño muy
rápidamente. No, de hecho, se podría gastar mucho dinero en la práctica, lo que
quisieras, y sería probablemente aún imposible para golpear los grandes premios.
Shikamaru sintió pena por todas las parejas en la tienda que había visto, dejando
escapar sonidos como “¡Kyaa!” y “Aww", cuando apuntaban a premios que nunca iban
a ser capaces de ganar.

Si sólo hubieran estado un poco más pesado… bueno, para resumir, los kunai de
madera estaban tan lejos de lo que era un kunai real que era casi imposible
derribar cualquier cosa con ellos.

Si hubiera sido posible, a Shikamaru le hubiera gustado lanzar un kunai real.

Al tendero.

Pero de cualquier manera, ya que no se le permitía usar un kunai real, había pensado
que sería mejor para golpear lo podía en lugar de mantener un objetivo imposible e ir
con las manos vacías.

‘Lo que pudo’

Un pequeño daruma y una estatuilla de gato. Habían sido los premios más pequeños
de la tienda. Su pérdida no era ningún gran golpe a las acciones de la comerciante. El
tendero tenía realmente una estrategia brillante.

-Lo siento… – Shikamaru le dijo a Temari. –No pudo conseguir nada más que…

Hablando de eso, hubiera sido muy malo si hubiera podido lanzar un kunai verdadero
a los objetivos, hubieran quedado despedazados.

-Je, son del tamaño perfecto para llevar de vuelta a casa. - Temari respondió con una
sonrisa.

Ella no estaba siendo sarcástica, eran sus sentimientos honestos. De vez en cuando,
Temari sonreía inocentemente y esa era una de esas ocasiones.

-Son grandes recuerdos para mis hermanos. – Dijo ella.

‘Ahora que lo pienso, ella tiene razón. El número de premios fue justo. Pero, eso traía
la pregunta… entre Gaara y Kankurō, ¿a quién le daría el daruma y a quién la estatuilla
de gato?’ No estaba seguro, pero de cualquier manera, sería algo para sonreír cuando
pasara.

Temari siempre pensaba en sus hermanos.

Temari estaba tarareando algo en voz baja mientras miraba a los premios en sus
manos. Parecía que estaba de buen humor.

-Bien, entonces… deberíamos conseguir una posada, ¿no? -Dijo Shikamaru. -Oh, ¿qué
hay de aquí?

Shikamaru había llegado a un punto muerto, mirando hacia arriba en una posada
cercana. Era magníficamente estructurada, con un sentimiento muy histórico. Las
linternas de papel que brillaban intensamente débilmente a los lados de las puertas se
sentían como si estuvieran dando una agradable bienvenida a los invitados. Parecía
que también tenía un grande y bonito estanque.

Desde el exterior, todo se veía bien, pero el foco principal de su visita era las aguas
termales y las comidas. Sería un problema si todo parecía decente, pero en realidad era
mala calidad.

-Sí, la mejor manera es entrar y echar un vistazo. - Shikamaru asintió. Sólo una
evaluación general rápida sería suficiente.

Se dio la vuelta para ir hacia la posada, pero en ese preciso momento, los pasos de
Temari se detuvieron.

-¿Qué pasa? - Él la miró sobre su hombro para ver cómo estaba.

- Ah bien, después de todo… cómo decir esto… - Temari estaba mirando hacia abajo y
con inquietud.

¿Otra vez? Justo cuando había pensado que la Temari habitual había regresado. ¿Qué
carajos estaba pasando?

-Así que es sólo…al final…no estoy aún…No estoy preparada mentalmente… -


Murmuró, sin mirarlo y jugueteando con el daruma y la estatuilla gato en sus manos.

‘¿Preparada mentalmente? ¿Para qué? ¿Quizá se sentía incómoda frente a un lugar con
aspecto tan elegante?’

Si un lugar de clase alta tenía tales precios, los cuales eran demasiados altos para él,
entonces por supuesto Shikamaru iba a darse por vencido. Se podría pensar que era
una pena, pero lo haría. Pero no lo sabría si no entraba y comprobaba el lugar. Ya sea
que su decisión sería la de reservar el lugar o pasar a otro, él todavía tenía que mirar las
habitaciones y aguas termales. No tenía manera de mirar alrededor. Iba a ser un
problema si se rendimos justo en frente de las puertas del lugar.

-Temari, por el momento, qué tal si sólo entramos y entonces puedes pensar sobre el
asunto, ¿está bien?

-Yo…será demasiado tarde para pensar una vez que entremos. Podría dejarme llevar
por el ambiente, así que…

-¿¡Qué intentas decir?!

Él absolutamente no podía entender lo que estaba diciendo Temari. Shikamaru estaba


al límite de su ingenio.

¿Qué carajos estaba pasando? ¿La atmósfera? ¿Se refería a la atmósfera antigua de la
posada? ¿Dejarse llevar? ¿Irnos? ¿Estaba hablando de la laguna? No entendía nada.

Sin embargo, sólo había una cosa que era un hecho:

Definitivamente hay algo mal con Temari el día de hoy.


Shikamaru miró detenidamente la cara de Temari y la miró una vez más. Temari
apresuradamente apartó la mirada de la mirada de Shikamaru. Mientras lo hacía, su
rostro se volvía a poner de color rojo brillante.

-Tú… - Shikamaru dijo lentamente. - No me digas que…

Puso su mano en la frente de Temari. Ella dejó escapar un sonido de sorpresa, todo su
cuerpo se sacudió. Probablemente fue porque su mano estaba fría.

-Estás ardiendo, ¿verdad? – Él le preguntó.

La frente de Temari se sentía un poco caliente. Pero no se veía como una fiebre. Por
otro lado, su cara se había vuelto color rojo brillante, toda, hasta sus oídos.

-Yo…tengo que volver a casa, así que… - Ella dijo con una rigidez torpe y se alejaba
para luego dirigirse de nuevo y volverse a ir.

Ella estaba actuando claramente y completamente diferente de lo habitual. Pasaba a la


Temari normal a una Temari frágil, tal vez tenía que ver con que no tuviera fiebre sino
que había algo mal en su salud. Sin duda no había otra explicación.

-Oye, oye, hazme un favor y espera un segundo. Ya está oscuro y tu condición física es
mala, esa es una razón de peso por la cual debes de descansar aquí sólo por esta noche.
Está bien, voy a poner rápidamente un futón para ti.

Shikamaru lo había dicho porque en realidad estaba preocupado por ella, pero parecía
como si hubiera dicho algo que no debía porque Temari comenzó a correr lejos con
todas sus ganas.

Shikamaru la miró atónito al verla correr de esa manera tan rápida.

Bueno, al menos su salud parecía estar bien después de todo. Pero, un momento, ¡teníá
que ponerse al día con ella!

Shikamaru comenzó a correr, también.

Finalmente había sido capaz de llegar hasta ella, si no volvieran atrás justo a las
puertas de la posada, entonces nada había tenido sentido. Era absolutamente necesario
que Temari le diera algún consejo sobre cómo podía hacer el mejor viaje de luna de
miel.

Después de todo, no era sólo para Naruto, era también para Hinata y sólo el punto de
vista de un hombre no sería suficiente, tenía que tener el punto de vista de una mujer.
Podía escuchar la opinión de la parte femenina del spa, de las yukatas, del servicio
dado por las mujeres, todo ese tipo de cosas que no podía juzgar un hombre por su
cuenta.

Shikamaru puso su plena concentración en perseguir la espalda de Temari. Alargó la


mano para coger su mano.

‘Esto no va a funcionar si estoy solo, ¡esto no va a funcionar por mí mismo…!’


La mano de Shikamaru alcanzó la mano de ella. Se las había arreglado para atrapar a
Temari por el brazo.

Apretó su agarre y Shikamaru gritó:

-Por favor, ¡sólo tiene que esperar! ¡Te necesito!

Temari había sido forzada a parar, y ahora lo miraba por encima de su hombro. Por
alguna razón, sus ojos lucían un poco húmedos.

Los dos estaban jadeando, totalmente sin aliento. La tenue iluminación de las
lámparas cercanas iluminaba sus rostros un poco, la sombra de Shikamaru caía sobre
Temari.

Tal vez ella se había calmado, porque su rostro ya no se mostraba rojo. A la luz emitida
por las lámparas, su rostro parecía de alguna manera más madura de lo habitual.

Shikamaru inconscientemente terminó mirando a la cara de Temari.

Estaba envuelto en una sensación extraña. Como estar en medio de un sueño.

-¿Está realmente bien… si soy yo…? - Temari preguntó en voz baja.

Esas palabras sacaron Shikamaru bruscamente de nuevo de todos sus sentidos, y su


ingenio se compuso de nuevo. Él asintió con firmeza.

-¡Sí, no se hará si no es contigo! - Él lo dijo en serio. - ¡Después de todo, no puedo


entrar en la parte femenina del spa!

-… ¿Ja? -Por un breve momento, la mandíbula de Temari se bajó. -¿Uhm…? ¿De qué
estás hablando…?

Shikamaru estaba desconcertado por la mirada que le estaba dando, como si de pronto
empezara a sospechar de él. Fue una reacción extraña a su respuesta. Pero por ahora,
lo mejor era verificar lo que ambos estaban pensando.

-No importa cómo se mire, no voy a ser capaz de ir al lado de las mujeres de las aguas
termales, ¿verdad?

-¡Obviamente! - Ella sonaba un poco indignada. - ¿Por qué de repente…?

Ella era muy consciente de la situación, bien. Como era de esperar de Temari.

En ese caso, sólo tuvo que explicar cuidadosamente el resto…

-Yo no puedo entrar en el lado de las mujeres, ya que soy un hombre. Así que necesito
que vayas al lado de las mujeres, ya que tú sí puedes entrar. Como has dicho, es obvio.
Al salir del lado de las mujeres, necesito que me digas el estado que se encuentra, justo
con unas pocas palabras. Eso es todo lo que necesito, ¿está bien? Es una cosa muy
simple de hacer, ¿no?
-¿De qué estás hablando… exactamente…? - Preguntó Temari, con una voz muy
tranquila.

Ella no estaba mirando como si sospechara de él. Ahora simplemente sus ojos estaban
confundidos.

¿De qué exactamente? Él había explicado de manera muy sencilla y claramente, pero
ella todavía no lo entendía. Shikamaru no sabía cómo solucionar este problema.

¿Por qué carajos Temari no lo entendía? Apenas hace un rato, ella había asegurado que
él no podía entrar del lado femenino de las aguas termales

-Para empezar. - Dijo Temari. - ¿De qué exactamente estamos hablando?

¿Esa era la raíz del problema? Y pensar que todo lo que había estado diciendo no lo
había escuchado ella en absoluto…

-¿Qué quieres decir con qué? - Preguntó Shikamaru. - Estamos hablando de la


selección de una posada para una luna de miel para una boda, ¿no?

-Exactamente, ¿boda de quién?

- De Naruto y Hinata, obviamente. ¿Eh? ¿No te dije hace un rato? Que extraño…

Parecía que habían tenido algún tipo de malentendido. Todo el tiempo, Temari había
estado pensando en alguna boda distinta a la de Naruto y Hinata. Shikamaru
finalmente se dio cuenta de ese hecho en este momento.

Temari era superior en excelencia a otras personas. Ella oiría el comienzo de una
explicación, y deduciría de inmediato el resto. Él no tendría que decirlo en voz alta
para que ella se diera cuenta de que habían tenido un malentendido, así que ella lo
cacharía tan rápido como él lo hizo.

‘Así que eso es lo que era’ Pensó Shikamaru, finalmente entendiendo. Había habido un
malentendido.

Temari parecía haberlo entendido también.

-Hmm, así que eso es lo que todo era…. - Dijo Temari. Ella estaba sonriendo en calma y
en paz.

-No, pero espera, entonces… ¡Ah! - Shikamaru inadvertidamente dejó escapar una
exclamación.

Era posible que la incomprensión de Temari hubiera sido….

-No, ¿verdad? – Él le preguntó. - Hey… no era eso…

Cuando él preguntó, Temari tomó en silencio el abanico de guerra de su espalda,


sosteniéndolo en la mano.
-H…Hey… ¿qué pasa? - Él preguntó. -¿Por qué estás de repente tomando eso…?
¿¡Qu…qué pasa con tu chakra…!?

Temari le sonrió cariñosamente.

Shikamaru fue cautivado por la vista y descubrió que en su cara se formaba una
sonrisa.

Sonriendo el uno al otro como estaban, se veían como la viva imagen de una íntima
pareja de amantes.

Esa noche en Konoha…

Un repentino vendaval fuera de temporada recorrió las aguas termales de Konoha, y


duró toda la noche. Los residentes y turistas pasaron toda la noche en vela, demasiado
asustados para ir a dormir….

CAPÍTULO 4
Un tazón lleno de alma
Estos días, naruto era increíblemente popular.

¿Cuándo ocurrió? En un abrir y cerrar de ojos, Naruto se había elevado al número uno
en la lista popular de coberturas. Desde niños hasta adultos, personas de todos los
tipos y edades amaban naruto. Más naruto sería servido en los platos, y luego antes de
que te dieras cuenta qué pasaba, se habían terminado sus platos para luego irse.
Incluso las madres locales habían comenzado a decir que, si los niños lo comieran,
crecerían fuertes, saludables y enérgicos.

Ahh, naruto. El desaliñado aspecto de pastel de pescado, con el fondo blanco y un


remolino rosa en el centro. Pero, si no estuvieras aquí, la gente se sentiría muy sola.

Teuchi, el dueño del Ichiraku Ramen, se encontraba cortando más pasteles de pescado
naruto.

El ramen se hacía mediante la adición de fideos hervidos a varias sopas, y luego a


continuación, con habilidad, se añadía artísticamente varios ingredientes en la parte
superior. El toque final, un poquito de naruto al tazón.

A medida que la popularidad del naruto creció, también lo hizo la facturación de


Ichiraku. Estos días Teuchi se ponía continuamente mesas extra fuera del lugar, pero
incluso se llenaban inmediatamente.

Ciertamente no había sido así en los viejos tiempos.

Ichiraku Ramen había abierto una tienda en Konoha hace muchos años. En aquel
entonces, un buen número de personas había agradecido un ramen barato y rápido,
pero el volumen de negocios apenas había sido suficiente para que Teuchi
permaneciera fuera de la zona roja. Él había pensado que tendría que mantenerse
así, malviviendo hasta el final.
Y entonces…

En aquel entonces, naruto había sido siempre el que gustaba menos. La unión de los
ingredientes populares que se situaba en un letrero afuera de la tienda, siempre había
estado en la parte inferior. En realidad, nadie le importaba si estaba allí o no.

La razón de por qué a nadie le importaba, era porque había otros ingredientes.

Brotes de bambú cocidos a fuego lento, amados por la textura que tenían cuando la
gente los masticaba.

Chuletas de cerdo asado, cuidadosamente preparado y muy recomendable.

Huevos a medio hervir, ahogándose en su propio sabor encantador.

Las algas, y su increíble oleada de popularidad como punto culminante óptima en el


ramen.

Todos y cada uno de ellos eran fuertes competidores y ocupaban el mismo lugar en la
lista.

Las algas en particular siempre habían sido un rival difícil. Mientras naruto siempre
estaba atrapado en la parte inferior, las algas se cernían constantemente en la parte
superior del ranking. Se podría decir que las algas siempre habían sido el mayor
obstáculo para que naruto nunca pudiera pasar a ser popular.

La razón era probablemente porque las algas tenían clientes fieles.

Los shinobi parecían tener una cierta inclinación hacia las algas. Las algas no se
destacaban y nunca se mostraban. Se aferraban a los lados de la taza, o flotaban en
grupos dentro de la sopa. Eran como una sombra.

En comparación con el naruto inútilmente exuberante, con su brillante espiral de color


rosa en contraste con el color blanco, que nunca dejaba de destacar, las algas tienen un
ambiente completamente diferente al respecto.

Sería exagerado decir que los shinobi tenían sentimientos de compañerismo por las
algas en sus ramen, pero era cierto que sentían una especie de familiaridad hacia ellas.
Las algas tenían tanta popularidad que probablemente nunca habían sido rechazadas
por cualquier cliente.

Pensar que naruto al fin había superado a las algas, no sólo algas sino también a los
brotes de bambú y las chuletas de cerdo y a los huevos también. Los había superado y
ahora estaba en la parte superior de la tabla de coberturas populares.

Teuchi miró el naruto con orgullo y se sentía emocional. Pensó en cómo los tiempos
cambiarían y seguiría siendo el ingrediente más popular.

Cuando pensabas en ello, naruto estaba hecho de pescado picado después de todo, y
contenía varios nutrientes necesarios para el shinobi. Y luego, más importante aún, el
patrón del remolino de color rosa parecía bastante similar a la marca de Konoha
tallada en el protector frontal de los ninjas de la aldea. Incluso se podría decir que los
bordes dentados de naruto parecían similares a los shuriken.

El naruto no había sido popular hasta ahora, pero los tiempos habían cambiado, y en el
presente, naruto era misteriosamente y profundamente apreciado por los shinobis.
Resultaba curioso el tipo de destino entre los shinobis y naruto. Se podría decir que
naruto era un alimento que parecía como si casi hubiera sido hecho específicamente
para que los shinobis comieran.

Pero en cuanto a la pregunta de por qué naruto estaba siendo repentinamente tan
querido por muchos shinobis, bueno, eso fue todo gracias a otro naruto. Su cliente,
Naruto.

La popularidad del naruto hoy fue todo gracias a Naruto.

Ahora bien, a partir de ahora, nos centraremos en la historia de ese cliente Naruto, en
lugar de la cobertura del ramen.

Uzumaki Naruto… él había estado frecuentando la tienda de Teuchi desde que era un
niño, un habitual entre los clientes habituales.

Teuchi había sido invitado a la ceremonia de su boda. Aunque Naruto le había dicho
que se iba a casar, Teuchi no había imaginado que sería incluso invitado a la boda.
Tenía que pensar en un buen regalo de bodas.

Pensar que el niño ahora se va a casar…

El acoplamiento con la increíble subida de naruto hasta la cima de la lista de los


ingredientes populares, Teuchi tenía muchas cosas por las cuales sentirse emocional.

Realmente lo hizo muy consciente de cómo el tiempo fluye y pasa.

Los recuerdos de Teuchi lo llevaron de nuevo a la primera vez que Naruto había
llegado a su tienda…

-Heyo, muchacho. ¿Quieres venir y comer algo?

Teuchi lo había llamado con una sonrisa en su rostro, pero el niño se sacudió con un
sobresalto, todo su cuerpo temblaba.

Apenas había pasado la hora de comer, por lo que la tienda estaba vacía. Teuchi se
había dado cuenta de que el niño constantemente lanzaba miradas a hurtadillas hacia
Ichiraku mientras vagaba sin rumbo por las calles.

No había visto al niño hoy. El niño había estado vagando mucho por el restaurante los
últimos días, y Teuchi se había acostumbrado a verlo. El niño siempre caminaba
vacilante hacia la tienda, se ponía de pie y caminaba de ida y vuelta sin llegar a entrar.
Tarde o temprano, Teuchi se había encontrado a sí mismo sintiendo curiosidad por el
niño que se paseaba siempre por su campo de visión.

Eso era porque, cada vez que Teuchi lo veía, el niño estaba solo.

El día de hoy no fue la excepción, el niño iba encorvando con los hombros
protegiéndose del frío, a escondidas daba miradas rápidas hacia el interior de la tienda
cada pocos minutos. No había otros clientes de todos modos para hacer lidiar de todos
modos, y así Teuchi instintivamente lo llamó.

El niño se acercó a él lentamente, temblando de nervios, pero Teuchi deslizó un tazón


de ramen hacia el chico, y su pequeña cara asustada al instante se iluminó.

‘¿Qué estaría haciendo solo y a esta hora un niño?’

‘¿Qué estaría haciendo su familia? ¿Sus padres, dónde estarían?’

Esos pensamientos pasaron por la mente de Teuchi, pero no le preguntó al niño nada.
Él sólo lo miraba mientras comía. Parecía que estaba disfrutando del tazón.

Muy pronto, el niño había levantado el gran cuenco a los labios con sus pequeñas
manos, lo inclinó hacia atrás a fin de sorber toda la sopa que podía y no dejar una sola
gota atrás. El tazón era muy grande a comparación con él y su rostro desapareció por
completo.

Cuando el niño bajó el tazón se veía feliz y contento.

Sus ojos se encontraron con los de Teuchi y el chico sonrió tan ampliamente que sus
dientes se mostraban.

Teuchi se encontró sonriendo de nuevo.

-Se come muy bien. – Dijo. -Está bien, muchacho. He decidido que la comida irá por
cuenta de la casa el día de hoy.

Cuando Teuchi dijo esto, la sonrisa del niño se volvió aún más brillante. Dijo gracias, y
se presentó.

El nombre del chico era Uzumaki Naruto. Teuchi había pensado que era un nombre
muy bonito el cal compartía destino con el ramen.

Así fue como él conoció a Naruto.

Después de ese día, Naruto solía aparecerse a comer y comer en la tienda de Teuchi.
Teuchi había escuchado de sus otros clientes que Naruto no tenía ningún familiar.
También escuchó sobre el trato desagradable que Naruto recibía de la mayoría de los
habitantes del pueblo.

Así que eso era sus constantes vueltas y caminatas nerviosas frente de la tienda.

Uno de otros clientes habituales de Teuchi le dijo:


-¿Por qué dejas que ese chico entre en la tienda? Todas las otras tiendas lo rechazan.
Sus ventas van a sufrir. Va a perder dinero, te lo estoy diciendo ahora.

Las palabras en sí no parecían ser malas, el hombre era sincero y estaba preocupado
por la tienda de Teuchi.

Pero aun así, de alguna manera, Teuchi perdió los estribos y soltó palabras furiosas.

-¡Oh, es verdad que no sé nada sobre el mundo de los ninjas! - Le dijo al cliente. –
Comprendo que debe haber muchas circunstancias alrededor de la situación de
Naruto. Pero, ¿por qué en el mundo rechazaría a alguien al que le gusta el ramen, la
cual llega hasta el final de mi tienda con la esperanza de llenar su estómago?

Para ese niño sin padres o hermanos, era muy posible que la tienda de Teuchi era el
único lugar donde podía comer una comida caliente hecha sólo para él.

Es posible que podría haber sido presumido por pensar de esa manera, tal vez
poniendo más importancia a la existencia de su tienda en lugar de a Naruto.

Teuchi podría no haber sabido nada sobre el mundo de los ninjas, pero el mundo del
ramen era uno que entendía perfectamente. Cuando se trataba de ramen, el cuenco
delante de la persona lo era todo.

Teuchi se concentraba totalmente y devotamente en cada tazón de ramen que


preparaba en silencio y sin compromiso. Puso su orgullo como un artesano y daba todo
de sí para que cada tazón de ramen.

Así que un niño que encontraba un tazón de ramen tan delicioso, que cuando lo comía
parecía ridículamente feliz, ¿cómo podría Teuchi alejarlo? No era posible. Cualquier
tienda de ramen que se apreciara diría lo mismo.

-Se supone que tienes que sentarte y comer el plato de ramen en frente de usted. –
Teuchi le espetó al cliente. - Las circunstancias de la persona sentada a su lado no
deberían importarle. La persona sentada a su lado era simplemente alguien que viene a
comer ramen como todos los demás. Así de simple, ¿así que cuál era exactamente el
problema? Si quizá algún cliente miraba con nerviosismo a otro cliente, entonces era el
ramen. Probablemente lo había preparado mal. Pero si cocinas un buen ramen y lo
pones delante del cliente, entonces no sería capaz de pensar en nadie más sino en el
tazón y su contenido. Los clientes acabarían por paralizarse por el rico tazón y comerlo
felizmente sin preocuparse por quien está a su alrededor. Y si hay alguien a quien no le
guste nuestra tienda debido a eso, entonces estaría contento que no regresaran más.

Teuchi dijo ante lo que el cliente vociferaba.

-Lo siento, Teuchi. – El cliente dijo. - Yo… yo no quise decir eso…

-Entiendo. Usted lo ha dicho porque estaba preocupado por el estado de mi tienda,


¿verdad? - Teuchi le dirigió una sonrisa amistosa. – Venga de nuevo, ¿de acuerdo?
A partir de entonces, los clientes regulares continuaron visitando la tienda de Teuchi, y
Naruto se convirtió en parte de ese grupo también. Llegaba casi todos los días para
comer.

Hasta que, en un momento dado, las cosas cambiaron.

Un día, Naruto dejó de venir a Ichiraku Ramen.

Teuchi se dijo que era una extraña serie de incidentes que tenían que ver con una
situación complicada. Es por eso que Naruto no podía venir.

Naruto, que vendría a comer el almuerzo al mediodía y, a continuación, volvería otra


vez a cenar por la noche.

Naruto, que iba a comprar grandes cantidades de ramen para mantenerse lleno, pero
todavía aparece por la tienda en las primeras horas de la mañana.

Ese era el tipo de persona que Naruto era, y, sin embargo, un día, de repente dejó de
venir.

Alguien que siempre llegaba de repente cuando se ausentaba. Alguien que no debería
faltar en ninguna parte no aparecía por ningún lado. ¿Era bueno llamarlo una extraña
serie de incidentes?

Teuchi sentía increíblemente incómodo en esos días tras la ausencia de Naruto.

Ahora que lo pensaba, él había pasado por ese mismo patrón varias veces.

La razón era que mientras servía a muchos aldeanos comunes, también tenía una gran
cantidad de clientes eran shinobis.

‘”Quería comer su ramen sólo una vez antes de que salga de misión.” Sus clientes
shinobi dirían ese tipo de cosas.’

Teuchi pensaba fervientemente para sí mismo mientras cocinaba sus ramen:


‘Realmente espero que vuelvas y comas mi ramen nuevo.’

No era porque quería vender más ramen. Era porque quería que regresaran a salvo.

‘Si pudieras volver seguro, comerías mi ramen, y me mostrarías la cara sonriente de


nuevo. Eso me traería mucha más felicidad que cualquier artesano pudiera pedir. Ni
siquiera te cobraría.’

Por supuesto, que era un poco idealista para pasar por alto el hecho de que si él no
cobraba por la segunda comida entonces tendría dificultades para pagar las facturas de
los ingredientes de dicha comida.

Pero al final del día, Teuchi había pasado por muchos años en su tienda donde los
clientes shinobi de repente dejaban de venir. No la frecuentaban casi todos los días
como lo hacía Naruto, pero aún llegaban con frecuencia a lo largo de cada año.
‘“Tengo una misión después esto. Cuando termine mi misión, me gustaría volver y
comer sus ramen de nuevo.” - Me decían con una sonrisa y salían.’

Pero ellos se iban y a no volvían.

Teuchi esperaba durante meses. Esperaba durante años. Pero jamás aparecían de
nuevo.

Teuchi no entendía nada sobre el mundo de los ninjas, pero él sabía que la muerte
perseguía a cada uno de ellos.

Era gracias a los ninja, que se ponían en riesgo siempre, que la aldea estaba protegida y
los aldeanos podían vivir en paz.

Por eso…

Cada noche, Teuchi preparaba los ingredientes para el día siguiente y conforme lo
hacía, los rostros de los clientes desaparecidos volvían a su mente.

‘Fuiste cuidadoso, ¿verdad?’

‘Se hartó de mi ramen, ¿verdad?’

‘Encontró otra tienda mejor, ¿verdad?’

‘¿Verdad?’

‘Ese era el caso.’ Teuchi se decía a sí mismo tratando de animarse. ‘Eso fue
definitivamente lo que pasó. ¡En ese caso será mejor que haga el mejor ramen como
jamás lo he hecho!’

Él pasaba sus noches preparando los ingredientes con pensamientos de esperanza


ferviente.

Así fue como Teuchi continuó haciendo ramen, día tras día.

Varios meses después de Naruto apareció, Teuchi escuchó que el shinobi estaba fuera
de la aldea y que había estado fuera de viaje por un entrenamiento prolongado.

Teuchi sintió una oleada de alivio desde el fondo de su corazón.

Era cierto que la última vez que Naruto se había parado por la tienda, él había
mencionado que iría a un viaje largo. Teuchi había asumido que era para algún tipo de
misión, pero él no podría haber imaginado que Naruto estaría fuera durante tanto
tiempo.

‘Los shinobi tienen técnicas de entrenamiento muy duras.’

Cuando Naruto regresó de su viaje de entrenamiento a lo largo dos años, había crecido
y se había vuelto más alto, parecía un hombre adulto. Hubiera sido divertido cómo
Teuchi hubiera notado esos cambios drásticos si él lo hubiera visto todos los días como
lo hacía antes.

Teuchi no habló de muchas cosas. Él acaba de poner un plato de ramen en frente de


Naruto para que comiera.

Era un tazón lleno de alma.

Naruto podría haber crecido, pero la sonrisa brillante que dio a Teuchi después de
comer su ramen no había cambiado en absoluto.

Por alguna razón, este hecho hizo a Teuchi tan feliz que le devolvió una sonrisa aún
más amplia.

La bravuconería y la incapacidad característica de Naruto a renunciar a ayudar a salvar


el pueblo varias veces, muy pronto sería llamado héroe por todos.

Un par de años más tarde, y el niño que había estado tan aislado ahora era amado y
reconocido por todos.

El nombre ‘Uzumaki Naruto’ pasó a través de la boca de una gran cantidad de


personas. Y cada vez que alguien repetía su historia, las personas se encontrarían
sintiendo una especie de afecto hacia el relleno naruto. Decenas de clientes de Teuchi
pedían órdenes adicionales de naruto y, finalmente, había tantos pedidos que casi se
convirtió en una moda.

Vergonzosamente, había bastante gente caminando por enfrente y llamando a


'Ichiraku Ramen’ como ‘Ramen del Héroe’ en su lugar. Teuchi se sentía incómodo
cuando la gente iba a comer ramen y murmurando '¡Si como esto, no voy a fallar en mi
misión!’, o ‘Por favor, hazme regresar a sano y salvo’, pero tampoco él podía decirles
cruelmente que pararan.

Todo el shinobi y kunoichi que frecuentaban su tienda y decían cosas como que ellos
eran los protectores del pueblo, eran los que salían y eran perseguidos por la muerte en
crueles misiones casi todos los días. Era la naturaleza humana encontrar amuletos de
suerte con los cuales aferrarse para ser protegidos.

Y después, estaba el hecho innegable de que el propio Teuchi siempre había estado
orando, en cierto modo, cada vez que cocinaba para shinobi a punto de salir en
misiones. Sus pensamientos constantes de 'por favor regrese a comer de nuevo’ no eran
realmente mejores que los deseos que murmuraban a sus tazones antes de salir para
sus misiones.

‘Si yo como este ramen me haré más fuerte’, o ‘Si como este ramen me convertiré en un
héroe’… no eran circunstancias felices que seguían a ese tipo de deseos.

Incluso los pensamientos y las oraciones de una persona podrían ayudar a cambiar las
cosas. Teuchi lo había aprendido muy bien en el pasado.
Sí, ese incidente había sido en una noche fría, fría en el medio del invierno. Esa noche
fue cuando Teuchi decidió abrir su primera tienda, la noche en que había
experimentado su último int…

Ah, el caldo en la olla había empezado a hervir. El vapor se había levantado junto con
el sonido burbujeante, y a Teuchi le trajo recuerdos.

-Vaya, me quedé atrapado en el pasado por un momento. - Teuchi murmuró.

Por Dios, se estaba haciendo viejo.

Él rápidamente se puso a hacer el ramen. Los fideos hervidos se volvieron suaves al


ponerlos en la sopa. Añadió cuidadosamente los ingredientes, organizándolos de una
manera agradable y entonces, el relleno definitivo, naruto.

Teuchi se había separado de su tren de pensamientos por el bien de concentrarse sola y


únicamente en hacer el tazón de ramen que le había sido ordenado.

¿En qué había estado pensando…?

Se había olvidado por completo. Teuchi generalmente se olvidaba de cosas estos


últimos días y no se acordaba de ellas de inmediato, pero no le importaba.

Era suficiente para vivir cada día un plato de ramen a la vez.

¿Qué otra cosa desearía el dueño de una tienda de ramen? Eso era suficiente y era
porque Teuchi amaba tanto el ramen que, después de todo, había decidido entrar en el
mundo de ramen.

Además, si hubiera estado pensando en algo muy importante, lo recordaría


inmediatamente.

‘Ah, es cierto, había estado pensando en un regalo de bodas.’

Su cerebro subía aferrarse a cosas importantes después de todo.

Tanto Naruto (la persona) y naruto (el relleno) lo habían ayudado mucho. Él quería
mostrar su gratitud a cambio, pero por desgracia las cosas que podía hacer eran
limitadas. Lo que Teuchi podía es lo que él siempre había hecho: hacer ramen.

‘Pero claro, eso no era algo malo.’ Pensó Teuchi.

La relación entre Teuchi y Naruto era la de un comerciante y su cliente más regular.


Cuando se trataba de lo que Teuchi sabía de Naruto… bueno, él sabía que el chico
amaba ramen de Teuchi con pura pasión profunda.

Al final del día, a pesar de conocerse desde hace años, Teuchi y Naruto habían
impedido mutuamente hablar de cualquier otra cosa, ya que ambos se dedicaron por
completo a concentrarse en el ramen en el mostrador entre ellos.
Teuchi era así y Naruto era así, ya era claro que el único regalo que podía dar era
ramen, ¿verdad?

Teuchi se acercó a una pila de notas que tenía cerca, y escribió tres palabras en él:

“Ramen Pass gratuito.”

Era un vale que le permitiría a Naruto comer todos los ramen que le gustaban de
Ichiraku gratis. Seguramente, él estaría encantado con este regalo.

No, espera un momento.

Teuchi garabateó algunas palabras más.

‘Ramen Pass gratuito – Válido por un año.”

‘Aquí vamos’. - Teuchi asintió con total satisfacción.

Los regalos de boda estaban muy bien, pero el dinero no significaba que creciera en los
árboles. Teuchi temía que su tienda acabaría desapareciendo de la cepa de fideos sin
pagar si era demasiado generoso.

De cualquier manera, Naruto estaría encantado con este regalo, ya que él podía comer
todos los ramen que amaba. Amaba mucho el ramen, por lo que probablemente
vendría todos los días.

Todos los días. Desde la mañana hasta la noche.

Él traería junto a su esposa y diría: “¡Está bien, voy a comer ramen hasta que cada
célula de mi cuerpo esté hecho de ramen!”

Y entonces él comería.

Y comería, y comería y comería y comería y comería… y la tienda de Teuchi se


derrumbaría.

Dentro de la mente de Teuchi, podía ver a su hija Ayame absolutamente rígida por la
sorpresa, mirando su tienda derrumbada. Ayame, que trabajaba tan alegremente y con
energía para atraer clientes a su tienda, estaría mirando con tristeza sus restos
destrozados. Teuchi no sabría qué decirle a ella, y se quedaría inmóvil en estado de
shock.

-Un año… es mucho tiempo… - Susurraría Ayame, mientras una gran lágrima caería
por su mejilla.

Era una pesadilla. ¿Cómo había sucedido esto? ¿Por qué se había derrumbado la
tienda? Sólo habían estado haciendo ramen…

-Gah… - Teuchi frenéticamente sacudió la cabeza para librarse de las imágenes


aterradoras.
‘Cálmate. Cálmate, Teuchi. Ten la cabeza fría. De hecho, un año es demasiado
tiempo…’

“Ramen Pass gratuito - válido por un año medio año.”

Medio año… No, no, no lo haría tampoco.

La pluma en la mano de Teuchi chirriaba contra el papel, mientras la apretaba con los
dedos.

“Ramen Pass gratuito - Válido por un año de medio año de un mes.”

Teuchi dejó de lado su pluma, asintiendo.

Eso haría. Espera, no, él todavía sentía un poco de miedo…

“Ramen Pass gratuito - Válido por un año de medio año de un mes de una semana.”

La respiración de Teuchi se había vuelto un poco trabajosa. ¿Cuándo había sucedido?

Él estaba imaginando la reacción de Naruto…

“¿¡Una semana entera!? ¡Muy bien, entonces será mejor que coma diez tazones de
ramen todos los días!

¡Eso no era bueno!

Teuchi puso el bloc de notas lejos de él. ¿Cómo podía pensar en la solución? Los vales
solamente traerían miseria y destrucción. Sería causar estragos en él y su hija.

-Ohh… oh no… - Teuchi estaba llorando ante las horribles imágenes de su imaginación
que cobrarían vida.

Gracias a su bono descuidadamente escrito, Ayame estaría fuera en las frías y oscuras
calles. ¡Ella encontraría algún hombre de mierda y se casaría con él!

“Ayame, ¿cómo pudiste hacerme esto a mí? ¡Casarte con el hijo de un fabricante de
fideos de trigo sarraceno! No tienes derecho a llamarme “padre”. Vete. ¡Vete de mi
vista o voy a volcar ramen sobre sus cabezas!”

-¡No!… Ohh no, ¡no!… - Teuchi gimió, sosteniendo su cabeza entre las manos.

Un pase libre era imposible. Si lo hacía, él no sería capaz de hacer del ramen, un medio
de vida.

Entonces, ¿qué debería hacer? Tenía que poner un límite de tiempo o número de límite
de tazones, de lo contrario sería un desastre. Incluso si le decía a Naruto “Sólo come
tanto como el sentido común permite”, el sentido común de Teuchi y el sentido común
de Naruto no eran la misma cosa.

Dicho esto, cualquier regalo que pudiera dar, no era como el ramen. Era una situación
imposible.
-Buenas tardes. - Teuchi le dijo a un nuevo cliente que acababa de llegar.

-Una gran porción de ramen, por favor. - Dijo el cliente. - Ah, y naruto extra.

Naruto realmente había sido muy popular últimamente. Solía apenas venderse, pero
hoy en día Teuchi estaba abasteciendo antes de tiempo para asegurarse de que nunca
se acabara.

Teuchi cambió sus sentimientos angustiados por su profesionalismo y comenzó a


preparar el ramen. Como siempre, se dedicó por entero a la tarea, y agregó el naruto al
último. Puso en el naruto extra también, organizándolos agradable y cuidadosamente.

Parecía que el lugar de naruto en la parte superior de la lista popular de coberturas, era
seguro durante un buen rato.

-¡Aquí tienes, orden servida! - Teuchi deslizó el ramen hacia su cliente, y volvió a
preocuparse.

Acercó el bloc de notas y abrió una nueva página en blanco. El cliente estaba felizmente
mascando en el naruto de su ramen. Estaba bien aunque pidió más raciones de
guarnición. Teuchi tenía toda una montaña llena de ellos ya cortados y listos.

Teuchi miró a la montaña de cortes de naruto que había dispuesto sobre una bandeja
en su área de trabajo.

Una nueva página del bloc de notas en blanco, al igual que la mayoría de naruto,
blanco. Pero naruto no era sólo blanco. También tenía ese patrón en espiral de
hidromasaje encantador.

‘Esos naruto eran cosas buenas.’ Teuchi pensó.

La mente de Teuchi estaba en blanco y el bloc de notas que tenía en su mano estaba en
blanco, pero el naruto no lo era, porque tenía esa hermosa espiral, fascinante. Durante
un tiempo, Teuchi siguió mirando en silencio a la montaña de naruto.

Y luego…

Una porción libre de naruto

Incluso antes de que se diera cuenta de lo que estaba haciendo, Teuchi había escrito
esa línea en el bloc de notas. Dejó la pluma. Luego, con la misma rapidez, cogió una
copia de seguridad.

Una porción libre de naruto

Esto no lo haría tampoco. Era un regalo demasiado pequeño, se estaba preocupado


demasiado. Teuchi seguía tratando de pensar en una opción de regalo que no dejaría
que sus peores temores cobran vida.

Fue gracias a Naruto (la persona) y a naruto (el relleno) que se había vuelto tan
popular, por lo que Teuchi no podía comportarse de esa manera.
Pero, tan importante como un regalo de bodas, si actúa demasiado imprudente, a
continuación, su imaginación se burlaba de él con imágenes de Ayame en las calles
frías, casándose con un hijo de puta irresponsable.

Lo que necesitaba era algo con perfecto equilibrio. Tenía que ser algo que llevara un
profundo amor de ramen, pero también sería algo que no pondría a la tienda en peligro
de quiebra, una especie de espléndido regalo que combinara ambos factores.

Los pensamientos de Teuchi comenzaron a bombardearlo de nuevo.

Es gracias a Naruto (la persona) y a naruto (el relleno) que era tan popular su tienda.
Así que en ese caso…

Teuchi encontró su resolución, y escribió una nueva frase en su cuaderno de notas.

Mientras lo hacía, pensaba en cómo Naruto lo miró cuando comía su ramen. Mirar al
chico que siempre lo visitaba, ser tan feliz que ni siquiera podía hablar.

Esa sonrisa de Naruto era injusta. Era solapada. Cualquier propietario de una tienda
de ramen se convertiría en puré cuando lo viera.

Cada vez que pensaba en esa mirada, Teuchi no podía dejar de pensar:

‘Yo siempre quiero ver esta cara.’

-Está bien. - Teuchi asintió satisfecho. Por fin había encontrado el perfecto de regalo de
bodas.

CAPÍTULO 5
La relación entre estas dos
Con sólo un vistazo, Haruno Sakura sabía que este regalo era el elegido. Esto es todo,
pensó:

‘¡No hay mejor regalo de bodas que esto!’

Ella había estado mirando regalos en el interior de su tienda de moda favorito cuando
sus ojos se posaron en una maravilla: un marco de fotos único e irrepetible.

El color, la forma, incluso los pequeños detalles tallados en el diseño, todo sobre él
encajaba perfectamente en los gustos de Sakura. Casi la hizo sentir como si el
portarretratos había llegado a existir simplemente para ser comprado por ella.

Sakura era el tipo de persona que absolutamente tenía que comprar artículos únicos e
irrepetibles. Había decidido que no iba comprar un regalo que no compararía para ella
misma.

‘Si no te gusta el regalo que te compras, realmente no se podía estar seguro de dárselo a
los demás, ¿verdad?’
‘Ah, si pudiera, me gustaría decorar mi cuarto con esto.’ No podía dejar de pensar. ‘Si
yo tuviera algo bonito como esto en mi habitación, me gustaría llegar y verlo en mi casa
todos los días al volver…’

Pero, sinceramente, la mayor razón por la que a Sakura le había gustado el marco de
fotos había sido porque era único e irrepetible. No había otros duplicados. Era el único
en el mundo, algo que nadie más tendría.

Es un regalo de botas, después de todo. Sería desastroso si alguien más comprara lo


mismo que ella. Pero mientras comprara el portarretratos único e irrepetible, no
tendría que preocuparse de que nadie más comprara el mismo regalo. Incluso si
alguien más le regalaría a la pareja un portarretratos, no sería el mismo diseño que
éste, y su regalo seguiría siendo superior en su singularidad.

En ese sentido, por lo que ella sabía, nadie más estaba pensando en comprar un marco
de fotos para la pareja.

El Capitán Yamato, por ejemplo, tenía la afición de la lectura de libros sobre el diseño
arquitectónico y la construcción.

‘Muebles para que coincidan con su nuevo hogar…’ Yamato había murmurado con su
habitual expresión en blanco en su rostro. ‘O, no, tal vez es el nuevo hogar en sí el que
debo de…’

Luego estaba Sai, que tenía un talento para el arte. Él había sido inusualmente
entusiasta, hablando de cómo pasaba sus noches pintando un cuadro como regalo de
bodas.

Ella en realidad se había encontrado con Sai esta mañana. Ella lo había visto de pie,
inmóvil, en medio de la calle, mirando entumecido y con horror estupefacto, al
pergamino blanco en sus manos. Su inspiración había desaparecido por completo.

-Sakura… - Sai había dicho aturdido. - El pájaro voló lejos… por el cielo…

¿Cómo en el mundo su chakra había terminado por entrar en la tinta? Sai había sido
un poco demasiado entusiasta, si le preguntaras a Sakura.

De todos modos, al final del día todo el mundo estaba reuniendo regalos que reflejaban
sus propios pasatiempos y habilidades. Así que Sakura decidió comprar un recuerdo
elegante como regalo, algo que se adapte a su naturaleza femenina. Y así, sus ojos
habían venido a descansar en el marco de fotos antes mencionado.

Un marco de fotos era perfecto. Era un regalo que sin duda iba a convertirse en un
momento preciado, algo que no podría dejarse sin utilizar. Además de eso, ni siquiera
tendría que tomar una decisión sobre la parte más importante del marco de fotos: la
foto que se muestra en el interior. Esa elección se deja a los destinatarios.

Sakura imaginó el marco de fotos de pie con orgullo en una esquina de la habitación de
Naruto y Hinata. Podrían enmarcar su foto de la boda, o tal vez, algún día, una foto de
su hijo recién nacido. De cualquier manera, sería precioso.
Las memorias felices se podrían preservar en el portarretratos y tendría recuerdos
futuros de su feliz vida. La pareja estaría sonriendo en su foto, y sonreirían cada vez
que vieran la fotografía.

Por alguna razón, sólo de pensarlo hizo que Sakura se sintiera feliz también. Sus
mejillas se curvearon con una sonrisa.

Esto es sin duda el elegido. Sería el mejor regalo de bodas.

Sakura estiró la mano para tomar el portarretratos y luego… Vio una mano que se
deslizaba y tomaba un lado del portarretratos.

Sakura bruscamente trató de quitarle el portarretratos de la mano de la otra persona


con un gran tirón. Sin embargo, la otra persona había tratado de hacer lo mismo en ese
mismo momento.

El marco de fotos tembló entre las manos, sin moverse hacia ninguna dirección, pero
aplicándole la misma fuerza.

Los ojos de Sakura siguieron la mano del intruso y miró la cara de su dueño.

Sus ojos se encontraron Yamanaka Ino.

-¡Ino, suéltalo! - Sakura chilló y jaló con todas sus fuerzas.

-¡Tú suéltalo, Sakura…! - Ino estaba tirando con todas sus fuerzas también.

Sakura e Ino eran muy buenas amigas. Desde que eran niñas, habían sido amigas, y
por igual, habían sido rivales.

Justo el otro día, habían sido puestas en una misión como equipo. Había sido una tarea
muy repentina, pero habían trabajado a la perfección, con una cooperación impecable.
Prácticamente respiraban en sincronía.

Pero pensar que habían llegado a la misma tienda, al mismo tiempo, y se decidieron
por el mismo artículo en el mismo instante… era como si el destino les hubiera jugado
una broma muy cruel. No les hubiera salido mejor si lo hubieran planeado.

Tal vez de verdad respiraban en sincronía.

Si hubieran sido un hombre y una mujer, bien podría haber caído en las garras del
amor. Quizás diminutos corazones hubieran aparecido de la nada y girarían a su
alrededor.

Por desgracia, lo único que entre Sakura e Ino había aparecido en este momento eran
llamas y chispas que significaban una guerra inminente.

Sólo había que tomar un vistazo a la cara de Sakura para darse cuenta de que sus
intenciones eran las mismas que los suyas. Las mujeres podrían bien darse cuenta de
ese tipo de cosas. Ino se había dado cuenta también.

-¡Las dos nos queremos comprar esto como un regalo de bodas…!


Cada mujer entendió la intención de la otra inmediatamente, y fue cuando comenzó
una lucha feroz.

-¡Yo-lo-encontré-primero…! - Dijo Ino con los dientes apretados.

-¡Yo-fui-más-rápida, gracias! - Sakura respondió, poniendo toda la fuerza que tenía en


tirar del objeto.

Siempre que ella e Ino eran así, no podía evitar sentir la feroz competencia de su
amistad de la infancia volver a la vida.

El marco de fotos comenzó a temblar entre ellas por culpa de la presión y la fuerza
igualmente feroz que se ejercía sobre cada lado.

‘¡Lo agarré con mi mano derecha!’ Sakura se dijo a sí misma y se carcajeo con alegría.

Las posibilidades de la victoria dependían de la posición que tenían. Sakura había


agarrado el marco con la mano derecha, e Ino lo había agarrado con su izquierda.

‘¡No hay forma de que el agarre frágil de la mano izquierda de Ino pueda resistirse el
poder abrumador de mi mano derecha!’

-¡Shannaro! – Sakura gritó y puso toda su fuerza en la mano derecha. El marco de


fotos se deslizó fuera del agarre de Ino con un movimiento suave.

-¡Ahh! ¿¡Qu-qué estás haciendo!? ¡Devuélvemelo! - Ino ferozmente protestó.

Pero Sakura era una mujer adulta. Hizo caso omiso de las quejas estridente de Ino con
un aire de compostura madura.

Hablar de ellas siendo rivales era algo del pasado. Ahora, Sakura había sobrepasado a
Ino en todo. Sakura tomó el marco de fotos en sus manos y sintió el resplandor de la
victoria que se hinchaba en su pecho.

-¡Eres tan bruta! - Dijo Ino. - ¡Una idiota con fuerza bruta!

-¿¡A quién llamas idiota!? - Sakura estaba indignada, apretando inconscientemente


con sus manos el portarretratos.

Sakura trató de recuperar la compostura y actuar como una madura mujer adulta con
la cabeza fría.

-J-jaja. Ino, tú sabes que yo soy el mejor médico ninja en todo el pueblo, ¿no? El jutsu
médico de alto grado que uso requiere un control de chakra muy preciso. Para
llamarme idiota sería un poco… es porque yo sobresalgo tanto en el control de chakra
que puedo llevar a cabo una resistencia superior a los demás. Mi fuerza demuestra lo
terriblemente buena que soy como médico ninja. Pero bueno, Ino, supongo que incluso
si utilizas tu jutsu Shintenshin y entraras en mi cuerpo, nunca serías capaz de tener mi
control de chakra, ¿eh?
-Ugh… - Ino dio un paso hacia atrás, haciendo un sonido enojado con su garganta.
‘Gané.’ Sakura pensó. ‘Así es Ino, lo mejor es que te retires ahora.’

Sakura le dio la espalda a Ino para dirigirse a la caja registradora, y en ese momento…

-Oh, por cierto, Sakura, estás segura que no estás pensando en dar ese portarretratos a
Naruto y Hinata como regalo de bodas, ahora, ¿verdad? - Ino gritó con un tono
terriblemente sarcástico. – Claro que no, ¿verdad? No podrías pensar en darles un
regalo tan insignificante.

-¿¡Qu-!? - Sakura se detuvo en seco, volviendo a mirar a Ino sin pensar.

Pero, en el momento en que vio la sonrisa maliciosa en el rostro de Ino, Sakura vio a
través de ella por completo.

-¡Ah, qué ingenua, Ino!

Sakura estaba familiarizado con las tácticas habituales de Ino. Ella estaba degradando
el portarretratos de manera que Sakura decidiera no comprarlo. Ino había visto que no
podía ganar a la fuerza bruta de Sakura, por lo que ahora ella estaba tratando de ganar
con palabras.

Sin embargo, esa medida no iba a funcionar.

-¿Qué estás diciendo? - Sakura respondió. - ¡Estabas desesperada en comprar esto


hace apenas un minuto!

-Eugh…es…eso es…

‘Débil. Realmente débil, Ino. Así eres siempre, si alguien señala la falla más pequeña de
lo que has dicho, te pones nerviosa enseguida.’

-Tienes un gran sentido de la moda horrible, mira que tratar de comprar


desesperadamente algo que pensabas que era insignificante. - Dijo Sakura, dando el
golpe final.

Ino había conseguido miserablemente ser atrapada en algo que fue de su creación.

-¡Yo-yo no dije particularmente que iba a comprarlo…! - Ino protestó.

-¿Entonces por qué estabas aferrando tan desesperadamente?

-Es-Eso es… basura, sí, basura. ¡Pensé que era algo que alguien había tirado y quería
llevarlo a la basura!

-¡Ay que ver tu excusa! Por favor, ¿¡cómo va a ser basura y estaba en un estante en el
medio de una tienda?!

Sakura de repente se dio cuenta que un empleado de la tienda se interponía entre ellas.

-Uhm, honorables clientas. - El empleado habló cortésmente. - Lo siento mucho, pero


están molestando a los otros clientes…
Ack, de alguna manera había levantado su voz sin darse cuenta. Sakura rápidamente se
volvió a pedir disculpas al empleado

-Yo-yo lo siento… - Sakura golpeó suavemente con su codo a Ino. - Vamos, Ino,
también discúlpate. Gracias a ti, hemos sido una molestia…

-¿Disculparme? Es tu culpa levantar un alboroto a gritos, ¿no?! – Ino empujó a Sakura


hacía atrás. - ¡Cuidado con lo que dices!

Sakura e Ino miraron a los demás, y en el instante siguiente, ambas se habían


abalanzado la una con la otra. Sus manos agarraron y tiraron a la una de la otra del
cabello y la ropa por igual mientras luchaban.

-¡En primer lugar, las cosas salieron así porque te entrometiste!

-¡Te digo que lo encontré primero!

-¡Distinguidas clientas! - El empleado entró en pánico y trató de interponerse entre


ellas. - ¡Por favor, paren, honorables clientas!

-¡Cállate! - Ambas le gritaron al empleado con expresiones feroces, con expresiones


faciales como demonios.

Un silencio sepulcral cayó sobre la tienda. Se sentía como si el tiempo se hubiera


detenido.

El empleado que había intentado interferir entre ellas había dejado caer su mandíbula.

Pero en el instante siguiente, sus facciones se endurecieron.

En el momento en que Ino y Sakura se dieron cuenta de lo ocurrido, se disculparon con


voces tenues, pero ya era tarde.

Ambas fueron lanzadas fuera de la tienda.

Pero… sólo porque fueran expulsadas, no significa que su discusión se hubiera


detenido.

-¡Mira lo que hiciste! ¡No puedo creer que nos echaran de la tienda!

-¡Mira lo que hiciste! ¡Por fin había encontrado un buen regalo de boda!

Sakura e Ino estaban discutiendo y sus voces se alzan en medio de la calle, sin
importarles las miradas curiosas que veían el alboroto.

-¿Encontrado? - Ino se burló. - ¡Oh, esa es una buena manera de ponerlo cuando lo
arrebataste de las manos de alguien con tu fuerza bruta! ¡En primer lugar Sakura,
nunca puedes comprometerte a nada! ¡No tienes un corazón o voluntad de
compromiso, sólo tu fuerza bruta y nada más! ¡En realidad no hay cómo ayudarte!

-¡¿Disculpa?! ¡Tener corazón no tiene nada que ver con esto! ¡Hazme un favor y dejar
de decir cosas al azar sólo porque te superé en todo!
-¡¿Disculpa?! ¿Qué quieres decir con que me superaste en todo? ¡Cuando se trata de
ser más femenina, definitivamente soy yo quien te supera!

-¿Femenina? - Sakura se burló. - ¿Dónde? ¡Sólo eres vulgar y exagerada!

-¡Ah, qué mal perdedora! - Ino graznó. - ¡Cuando se trata de miradas, sentido de la
moda, centros de flores, y cocinar, soy mejor que tú en todas y cada una de esas cosas!
Ah, pero cuando se trata de tener fuerza inhumana, eso es, sin duda, tu victoria.

-¡Ino, cerda…!

Una vena palpitaba en la frente de Sakura. Pero, ella no había perdido aún.

-¿Ah, sí? Yo puedo cocinar muy bien, ¿sabes? Y cuando se trata de cosas como el
aspecto o sentido de la moda, son cosas estúpidas por las cuales sólo te preocupas tú.
Ya sabes, es porque ese tipo de cosas son lo único en lo que piensas y no eres buena. -
Sakura dio un exagerado suspiro dramático, sacudiendo la cabeza en imitación de
decepción. - El hecho de que la gente nunca va mirarte y ver como una mujer
inteligente como lo hacen conmigo, eso no significa que debas arremeter contra mí.

Ino no retrocedió.

-Ahh, en realidad Sakura, ahora que lo pienso, sólo tenía un pensamiento en la cabeza
hoy. Alguien que tiene una cabeza grande cuando su único punto favorable es la fuerza
bruta, es el tipo de mujer que nunca conseguirá que le propongan matrimonio,
¿verdad? Eso es tan lamentable…

-¿Qué nunca le propongan matrimonio? ¡Eso es lo que yo debería de estarte diciendo!

-¿Eh? Oh, lo siento, Sakura. Yo no he dicho eso de ti, en particular, pero creo golpeó
accidentalmente en tu punto débil, ¿eh? Te pido disculpas si herí tus sentimientos…

-Tú…

Tal vez Ino había tocado un asunto tan increíblemente sensible, ya que su argumento
era originalmente sobre los regalos de boda, pero había ido demasiado lejos. Fue un
golpe bajo.

-Pero bueno. - Ino continuó. - Supongo que es un poco obvio que sólo tu buena cabeza
y la fuerza bruta no son suficientes para garantizar que serás una novia algún día.

‘¿Qué eres, una maestra del sarcasmo?’ - Sakura pensó, pero respondió sin
acobardarse.

-¡Yo sigo diciendo que puedo cocinar! ¡Y mi cocina es, seguramente, mejor que la tuya,
Ino!

-¿Perdón? Sakura, no creerás en serio que alguien como tú me puede ganar en la


cocina, ¿verdad?

-Obviamente lo creo. ¡Estoy segura de que no podría perder ante ti!


-Bien entonces. ¡Vamos a ver quién es realmente la mejor!

Ino y Sakura se miraron la uno a la otra.

De alguna manera, el resultado de su orgullo y terquedad se había convertido en un


concurso de cocina.

Regalos de boda, el portarretratos, todo lo demás se había tirado por la ventana y


olvidado por completo. Realmente, tampoco se preocupaban por cómo las cosas
habían llegado a ese punto.

Lo único que alimentaba a las mujeres, era hacer todo lo posible por limpiar esa
sonrisa de suficiencia de la cara de su rival.

Sakura e Ino.

El enfrentamiento de cocción, que pondría los orgullos de las dos mujeres en línea, ya
había comenzado.

El plato estrella de los enfrentamientos: píldoras de soldado.

Las píldoras de soldado eran pequeñas masas transportables de alimentos en conserva


que a los shinobi les gustaba usar.

Los alimentos con altos balances de nutrientes se amasaban y deshidratadaban en


bolas redondas, las cuales eran muy bien conocidas y ampliamente utilizadas en todas
partes del mundo shinobi como una ración militar estándar.

Sin embargo, el mundo de las píldoras de soldado era inesperadamente profundo.

No sería una exageración decir que no había un número de diferentes tipos de píldora
de soldado, los sabores eran igual al número de personas que las hacían. Esto era
debido a que los ingredientes utilizados en las píldoras de soldado, así como su
tamaño, variaban de fabricante a fabricante.

Por ejemplo, hubo quienes hacían píldoras de soldado utilizando ingredientes


enumerados en una receta secreta que había sido dictada en su clan por generaciones.
Y también estaban los que las hacían tan grandes que eran del tamaño de una bola de
arroz. Y luego estaban los que hacían píldoras de soldado para el consumo animal, no
los seres humanos.

Las píldoras de soldado eran un tipo de alimento cuyo contenido cambiaba por mucho,
muchos factores. La receta tradicional de la familia, las preferencias, el estado físico,
tácticas, la longitud de la misión, las condiciones meteorológicas… todos estos factores
implicaban la realización de una sola píldora soldado.

Por eso Ino y Sakura habían decidido que la píldora de soldado sería el plato para su
concurso de cocina.
Era rápida de hacer, y fácil de comer. La amplia gama del recetario también permitiría,
tanto Sakura e Ino, mostrar sus diferentes personalidades y habilidades, y de forma
rápida y fácil a determinar qué era superior.

Sakura había comprado sus ingredientes, ido a casa, e inmediatamente llegado a


trabajar en la creación de su píldora de soldado.

Había que verter todos sus ingredientes en tazones, y poner toda su concentración en
la maceración con un mortero de madera. En primer lugar, había semillas de sésamo,
almendras y nueces. Todos los ingredientes que se utilizan comúnmente en Konoha.

-¡Sólo espera y verás! - Ella murmuró mientras molía los ingredientes para que
quedaran hechos polvo. - ¡Te voy a mostrar que cuando se trata de cocinar, mi
capacidad es definitivamente más alta!

Todos los ingredientes utilizados en las píldoras soldado generalmente se preparaban


de la misma manera: moliéndolos hasta convertirlos en polvo.

Sakura añadió más ingredientes, miel y dulce de roca y continuó su trabajo. Mientras
molía los ingredientes juntos, sus pensamientos regresaron a sus días de la Academia.

Las clases Kunoichi de la Academia, incluían la enseñanza de la joven kunoichi, como


el arreglo floral y la ceremonia del té. Había que aprender una amplia gama de
información sobre la cultura y el comportamiento. Las clases existían para que la
kunoichi pudiera infiltrarse en territorio enemigo sin ser detectada fácilmente, por lo
que su comportamiento y el conocimiento era no traicionar su naturaleza interna. No
se podría crecer para ser una kunoichi exitosa si no sabías como actuar como una
mujer normal.

Y, entre esas muchas clases para las Kunoichi, había, por supuesto, cocina.

Ino había brillado dentro de la clase de cocina, siempre llevando a cabo sus recetas a la
letra.

Sakura, por otra parte, no podía seguir las recetas tan fácilmente.

En aquel entonces, Sakura había mirado con aspiración y anhelo a Ino, que había sido
siempre popular.

Pero ahora, las cosas son diferentes.

Como kunoichi, y como mujer, Sakura había crecido y mejorado sus habilidades. Ella
era el tipo de persona que solía admirar desde atrás, pero se convirtió en alguien a
quien enfrentaban de frente, hombro con hombro. Y ahora, Sakura había dado un paso
tras otro para avanzar más de lo que Ino había hecho.

-¡Ino… en la cocina, y en cualquier otra cosa que venga, prepárate para mirar bien mi
espalda! - Sakura dijo una furia llena de espíritu de lucha mientras molía con la mano
en el mortero de madera.
Ino le había dicho que ella nunca iba a convertirse en novia, bueno Sakura estaba
dispuesta a tomarlo a la ligera. Ella absolutamente no podía permitirse el lujo de
perder en esta batalla. En primer lugar, Ino se estaba dejando llevar en el la dicha de
llevarse bien con Sai últimamente. Sakura no iba a perder contra esa dicha
inconstante.

‘¡Vas a obtener un buen sabor de la ira de la mujer que florece! - Sakura pensó
sombríamente.

Cocinar podría haber sido un poco diferente a la cuestión real que había provocado su
ira, pero de cualquier manera era una victoria, y Sakura había preparado un plan que
garantizara esa victoria.

-Fufufu… eso es todo. - Sakura dejó que una sonrisa maliciosa se arrastrara hasta su
rostro, sosteniendo el ingrediente clave para su éxito.

El ingrediente en cuestión era el pudín.

Sakura se había asociado con Ino desde la infancia. Ella sabía todo sobre el gran amor
de Ino por el pudín. De hecho, ella lo sabía todo sobre los gustos y disgustos de Ino.

Para un shinobi, la información lo era todo. No era arrogante para Sakura pensar que
había ganado cuando ella tenía un perfecto conocimiento sobre los gustos de Ino.

Rebosante de exceso de confianza, Sakura lanzó el pudín en su pasta de píldora de


soldado. Cacareando, ella mezcló una sonrisa alegre.

-¡Con esto mi victoria está garantizada!

Todo lo que quedaba después era moldear la pasta en una bola de tamaño adecuado y
deshidratarlo.

En poco tiempo, el dulce especial de la píldora de soldado sabor a pudín quedaba


completo.

Tiempo más tarde, cerca de la tienda de abarrotes de la cual habían sido expulsadas…

Ino ya estaba de pie en una de las calles principales de Konoha, en el lugar que habían
acordado para cumplir el reto.

Los ojos de Sakura se reunieron Ino, e Ino dejó escapar una amplia sonrisa.

-Así que apareciste después de todo, Sakura. – Dijo Ino. - Y yo que ya estaba
empezando a pensar que te diste cuenta de que eras no es rival para mí y habías
escapado.

‘¡Apuesto cualquier cosa que ella deliberadamente se presentó temprano sólo para
poder decirme eso…!’ - Sakura pensó para sus adentros, chasqueando la lengua.
La razón de su pensamiento, era porque Sakura había llegado exactamente a la hora en
la que prometieron llegar. Ella había decidido nunca llegar tarde como lo hacía
Kakashi-sensei.

¡Qué cosa más inútil para hacer!…

Pero, Sakura no iba a ser provocada por pequeños trucos como este. La victoria de esta
competencia estaba en la palma de sus manos. Ino podía jactarse mientras pudiera.

-La victoria viene a los que se toman su tiempo. - Sakura dijo mientras se enfrentaba
Ino. Su compostura era magnífica, y ella estaba totalmente segura de su victoria
inminente.

-Bien entonces, nuestra competencia ha comenzado. - Dijo serenamente Ino. - Por lo


tanto, para asegurarse de que la competencia es justa, le daremos nuestras píldoras de
soldado a un tercero que va a juzgar cuál es la más deliciosa.

-¡¿Eh?! - Sakura se quedó boquiabierta. -¡¿No la vas a comer?!

En un instante, la victoria que Sakura tenía en las manos, se había convertido en polvo
y escombros.

-Obviamente, no. - Los ojos de Ino estaban muy abiertos por la sorpresa ante la
reacción de Sakura. - Incluso si las dos nos comiéramos la píldora de la otra, hay una
alta probabilidad de que ninguna de nosotras estaría dispuesta a entregar la victoria.
Es por eso que necesitamos una tercera parte objetiva que sería el juez.

El razonamiento de Ino era sólido. Sakura había tenido un punto ciego. Pensar que Ino
no comería la píldora de soldado… Haber comprado pudín había sido inútil. El ir y
tomarse la molestia de hacer una píldora de soldado con el sabor favorito de Ino ahora
era completa y absolutamente inútil.

-A juzgar por tu reacción, Sakura… no me digas que… - Ino miraba fijamente a Sakura,
tenía un surco entre las cejas. - …No pusiste veneno en la píldora de soldado, ¿verdad?“

-¡Como si alguna vez hubiera hecho algo así!

Era simplemente demasiado. ¿Cómo podía dudar de ella Ino, su mejor amiga?

-Me pregunto… - Dijo Ino. - Bueno, de todos modos, está bien. Así que de todos modos,
creo que deberíamos tener a Chōji como juez.

-¡Es-Espera un minuto! ¡Chōji es tu compañero de equipo!

-Es Chōji, así que cuando se trata de comida, él nunca miente, ¿sabes? Él no va a
alterar los hechos para que gane. Así que cuando se trata de este tipo de cosas, Chōji
sería el juez más confiable, ¿no?

Bueno, cuando ella lo puso de esa manera, nadie estaría en desacuerdo. Sakura se
encontró analizando el razonamiento de Ino.
-Bien entonces, voy a ir y traer Chōji. Lo vi por aquí hace un rato. - Ino dijo y
desapareció.

Muy pronto, Sakura podía oír su regreso, muy probablemente con Chōji a cuestas
desde que escuchaba como escupía constantemente cosas como "¡Sólo ven y date
prisa!” o “Esta es una oportunidad de comer un poco de buena cocina casera, ¿sabes?”
Entre otras cosas.

Sonaba como si Chōji estuviera poniendo un poco de resistencia a la posición de ser


juez.

Efectivamente, Chōji entró lentamente en el campo de visión de Sakura, su forma de


gigante siendo arrastrado hacia adelante por una Ino insistente. Su cara se veía muy
sombría. Ino fue sin duda la que lo obligó a participar.

-Espera, Ino. - Él estaba protestando. - Vine aquí a comer helado.

-Está bien, está bien. Siempre dices que tienes un espacio separado en tu estómago
para el postre, ¿no? ”

-Sí. Es por eso que digo que ya me he comido el postre… ¡Oh, Sakura! - Los ojos de
Chōji aterrizaron en la otra chica, y de inmediato comenzó a pedir ayuda. - Ino no me
entiende muy bien. Ella quiere hacerme como un tipo de conejillo de indias para una
píldora e soldado. Sálvame, por favor.

-Así que, Ino. - Dijo Sakura. - ¿Qué pastilla qué le damos primero?

Sakura había esperado que Chōji dijera algo como: “Oh, mierda, ¡también estás metida
en esto! - Pero en cambio, se volvió manso.

-Oh, bueno, supongo que tendré un espacio en mi estómago separado también para las
píldoras de soldado… - Chōji lo dijo con un sonido confiable.

Sakura se tranquilizó. Ino estaba en lo cierto. Chōji sin duda sería un juez justo e
imparcial para las dos.

Además, incluso si Ino no comiera la píldora de soldado, no cambiaría el hecho de que


el pudín haría que tuviera un sabor dulce y delicioso. Ella todavía sería capaz de ganar.
Sakura apretó los puños con fuerza.

-Bien, entonces, Chōji, ¿puedes comer dos píldoras y decirnos cuál es más deliciosa?

Ino entregó Chōji la píldora que había hecho y Sakura también lo hizo.

Chōji miró las píldoras de soldado que sostenía con ambas manos, con los ojos
parpadeantes que iban de una a otra. Levantó la píldora de soldado de Sakura y se la
llevó a la boca primero, le dio un mordisco. Él era el juez, por lo que en lugar de
comerla toda, sólo probó la mitad de ella.

-Es… Esto es… - Los ojos de Chōji habían crecido anchos, como platos de cena.
Sakura esperaba su reacción y…

-¡Delicioso! ¡Esto es realmente delicioso! ¡Es increíblemente dulce, y ahuyentó toda mi


fatiga por completo!

Chōji estaba tan encantado que, inmediatamente, se tiró la otra mitad no consumida
de la píldora de soldado en la boca. No se detuvo allí, incluso arrancó de las manos de
Sakura las píldoras de soldado adicionales que ella había hecho, y las engulló deprisa.

-¡Muy bien! - Sakura chilló, levantando su puño en el aire.

‘¡Mira bien, Ino! ¡Estas son mis capacidades reales!’

La reacción positiva de Chōji había sido obviamente inesperada. Ino estaba mirándolo
con una mirada horrible en la cara, y Sakura pudo oír los molares de la mujer
rechinando.

-¿Qué te parece? - Sakura le preguntó. - ¿Tal vez debería simplemente aceptar mi


victoria ahora?

- Chō-Chōji. - Ino estaba nerviosa. -Vamos, date prisa y comer la mía.

Las mejillas de Chōji aún estaban repletas con las píldoras de soldado de Sakura, pero
aparecieron rápidamente la píldora de soldado de Ino. Se abalanzó hacia la píldora y
no la comió a medias, sino completa.

Metió tres, cuatro más de píldoras adicionales de Ino adentro de su boca. Tal vez era
para que pudiera probar correctamente, ya que algunas de las píldoras de soldado de
Sakura estaban todavía en su boca.

-¡Sí… sí… sí…! - Los ojos de Chōji estaban tan abiertos como platos, y él asentía
fervientemente. -¡Increíble! ¡Estas cosas también son muy dulces y deliciosas!

Chōji pasó por su garganta las píldoras de soldado que tenía en sus mejillas con un
enorme trago. Una sonrisa increíblemente satisfecha derivó en su rostro.

Ino había conseguido muy trabajo y estaba emocionada, ella lo apresuró para obtener
respuesta.

-Así que, ¿cuál es? ¿Cuál es más deliciosa? Vamos.

-Hmm… Las dos son muy dulces y deliciosas, así que es muy difícil decir cuál es la
mejor. - Chōji murmuró. Él inclinó la cabeza hacia un lado con perplejidad, cruzándose
de brazos mientras masticaba.

Una tras otra, él ponía más piezas de píldoras de soldado de Ino y de Sakura en la boca,
masticaba cuidadosamente y las juzgaba.

-Sí, creo que las dos son grandiosas. Son a la vez dulces y deliciosas. Sí, realmente
deliciosas. Delic-geugh. - Las piernas de Chōji desplomaron por debajo de él, y se
derrumbó. La sangre le corría por debajo de su nariz.
-¡Oh no!

-Es-espera- ¡¿qué te pasa?!

Chōji estaba completamente inerte en el suelo, con los ojos muy abiertos. Una sola
píldora de soldado se derramó de su mano inerte en el suelo, y al ver que se trataba de
una de Ino, Sakura dejó escapar un grito.

-¡Veneno! - Gritó. - ¡Ino, tú! ¡Pusiste veneno en tus píldoras, ¿verdad?!

-¡Como si alguna vez hubiera hecho eso! ¡¿Qué clase de persona crees que soy?!

-¡De-de cualquier manera, tenemos que darle ayuda médica! ¡Chōji, vuelve en ti!

La boca de Chōji se abrió ante el sonido de la voz de Sakura.

-Aún tengo que hacer… muchas… grandes camaradas… - Él murmuró incoherencias,


la sangre se le escapaba por la nariz.

-¡¿Qué te está sucediendo?! ¡¿Tu vida está pasándote por los ojos?!

-¡Noooooooooo, Chōji no mueras! - Ino gritó. - ¡Sakura, rápido, haz algo!

Ino estaba llorando, pero Sakura ni siquiera entendía cómo Chōji había conseguido
estar de esa manera. Examinó a Chōji y parecía estar en perfecto estado de salud. La
única causa posible de su estado era sin lugar a dudas las píldoras de soldado que había
comido.

-No… No me digas… - Sakura tragó. -¿Un veneno…desconocido…?

Sakura estaba mirando fijamente a Ino con una mirada espeluznante en su rostro.

-¡¿Por qué sospechas de mí?! - Ino gritó.

-Se puso así después de comer tu píldora de soldado…

-¡Es posible que el efecto de tus pastillas fuera el que lo tumbara!

-¡Pero yo no le puse veneno!

-He hecho… tantos… compañeros… – Chōji murmuró delirantemente.

-¡Esto es malo! ¡La vida de Chōji parpadea ante sus ojos otra vez!

-¡No tenemos tiempo para discutir sobre esto…! - Dijo Sakura para sí misma, y reunió
toda su determinación.

Alargó la mano para tomar una de las píldoras de soldado de Ino.

-¡¿Qué vas a hacer?!


-¡Tengo que averiguar que tiene esto, y esta es la mejor manera de hacerlo! - Dijo
Sakura, y con cuidado sacó la píldora de soldado más cercana y la presionó contra su
lengua. - Si hay algún veneno en esto, entonces mi lengua probablemente se
adormezca…

En lugar de comerla enseguida, era mejor probarla y comprobar primero.

-¡Te digo que no he puesto ningún veneno! ¡Uf, en serio! - Ino extendió una píldora de
soldado también, excepto que la píldora era Sakura. Ella lamió la píldora también. - ¡Es
posible que la tuya sea la que está rara!

Sakura probó cuidadosamente la píldora de soldado, manteniéndola contra su lengua.


El sudor frío estalló contra su frente, pero mantuvo la píldora en su lugar.

Durante un tiempo se mantuvieron en silencio.

Sakura rompió cuidadosamente la píldora soldado en su mano en pedazos diminutos.


Al verla hacer eso, Ino tímidamente hizo lo mismo. Ambos se pusieron muy pequeños
trozos de la píldora soldado en sus lenguas, rodando a su alrededor.

-… Es deliciosa.

-… Sí.

Ambas arrojaron los restos de las píldoras de soldado en sus bocas, incapaces de
contenerse.

-¿Qué es este… este sabor? ¡Es increíblemente delicioso! - Sakura no podía ni siquiera
tratar de ocultar su sorpresa mientras masticaba.

-La tuya también, ¡me encanta este sabor! - Ino tampoco pudo ocultar su sorpresa.

No había veneno en absoluto. Más bien, la píldora de soldado de Ino era del sabor
favorito de Sakura: la bola blanca del anmitsu[i]. En otras palabras, era dulce, de la
misma manera que Sakura lo era.
‘Entonces, ¿por qué diablos…?’

En el mismo momento en el que Sakura estaba pensando, Chōji repentinamente se


había puesto de pie.

-Chōji, ¡¿estás bien?!

-Ahh, eso me sorprendió. - Dijo Chōji, limpiándose la sangre que había derramado por
la nariz. - Mi nivel de azúcar en la sangre de repente se levantó… Huh, y pensar que
incluso tengo una hemorragia nasal.

Así que eso es lo que había sido: azúcar en la sangre. Ahora que Chōji lo decía, Sakura
lo comprendió también.

Era cierto que ambas píldoras de soldado eran increíblemente dulces, y eso sólo era el
dulce que tenía una píldora de soldado. Chōji había comido grandes cantidades de
ambas, y no era de extrañar que el azúcar que entró repentinamente en su sistema lo
hubiera afectado gravemente. Y él había mencionado comer helado antes de esto. No
importaba el gran comensal que Chōji era, había conseguido mucho más azúcar de lo
que necesitaba, y todo esto, a su vez, estaba destinado a que le afectara.

-Ahhhhh, estoy tan contenta, así que eso es lo que era… - Ino dejó escapar un gran
suspiro de alivio. Sakura la miró, la mujer parecía como si todo el peso del mundo se le
hubiera quitado de los hombros.

-Sí, eso es todo lo que era. Pero ya sabes, después de comer esas píldoras de soldado,
realmente me siento como si hubiera comido pudín real y bola blanca anmitsu. Hmm,
después de esto, ¿tal vez deba ir a comer algunas castañas?

Sakura e Ino miraron Chōji, estupefactas.

- Chōji, ¡¿sabes que vas a matar a ti mismo como eso?!

-Está bien. – Respondió Chōji. - Las cosas que acabo de comer ya han sido digeridas
por ahora.

-Eso es algo que normalmente no sería posible… – Aturdida, Ino miró Chōji. - Chōji,
eres realmente increíble…

-Pero bueno, Ino. - Sakura se volvió a pedir a la mujer. - ¿Por qué te tomaste la
molestia de hacer la píldora de soldado con mi sabor favorito?

Ino era la que había dicho que debería de haber una tercera persona imparcial con
gusto por las píldoras de soldado para que la competencia fuera justa, ¿así que por qué
lo haría? Sakura tenía curiosidad acerca de la respuesta.

Ino tenía una mirada incómoda en su rostro.

-No hay ninguna razón en particular… Sólo pensé que tal vez sería bueno si te diera
algunas para que las comieras en algún momento, tal vez…

‘Pff, como si fuera cierto.’

Ino había pensado exactamente lo mismo que Sakura, y hacer la píldora de soldado con
el mismo sabor que la comida favorita de su oponente.

Así, al final del día, el conflicto que se había iniciado por culpa del portarretratos, había
terminado con la misma estrategia a la hora de cocinar.

Pensando en la coincidencia absurda, Sakura no pudo evitar comenzar a reír.

-Ahahahaha, ¿qué hay con eso? Al final, incluso tuviste exactamente la misma
estrategia que yo.

Ino quedó atrapada en la risa de Sakura, y comenzó a reírse también.

-Fufu, bueno, hemos estado juntas durante mucho tiempo después de todo. ¿Cuántos
años hemos pasado juntas? Creo que todo lo que piensas.
-Las dos lo pensamos. - Añadió Sakura.

Las dos estaban una frente a la otra, riendo tan fuerte que se agarraban las costillas.
Con el tiempo, Sakura se calmó, y se limpió los dedos en sus pantalones.

-Está bien, entonces, como alguien que piensa de la misma manera que yo, ¿puedo
decir algo?

-¿Qué?

-¿No crees que si buscamos juntas un regalo de bodas, seríamos capaces de encontrar
algo mucho mejor que un portarretratos?

-Naturalmente. ¡Si combinamos mi sentido de la moda con el tuyo, nadie podría tener
una oportunidad! - Ino dijo con un guiño y una sonrisa.

-¡Muy bien! - Sakura lanzó un puño lleno de energía al aire. - ¡Entonces vamos y
encontremos el mejor regalo de bodas!

Ino sonrió. -Honestamente, Sakura… te has convertido realmente en alguien a quien


tener en cuenta. - Ella estaba mirando a Sakura con una mirada nostálgica, y de
repente su rostro se puso serio. - Solías ser una llorona en el pasado… La gente siempre
te llamaban “la chica frentona” o “la revolución de la frente”, y comenzabas a llorar
inmediatamente, siempre…

-¡Espera, Ino! - Sakura exclamó. - ¡¿Qué quieres decir con “la revolución de la frente”?!
¡No inventes apodos de los cuales jamás ha dicho ninguna persona! Ahora que lo
pienso, acabas de inventar ese apodo, ¡¿verdad?!

Ino le sacó la lengua a ella.

-¿Qué? ¡Tú! ¡Vuelve aquí ahora mismo!

-¡Jajajaja, aprende a tomar una broma como es!

Las voces de ambas se mezclaron con el caos que había en Konoha, pero sonaban
inequívocamente felices.

Sakura e Ino.

Las dos siempre serían rivales, y siempre serían las mejores amigas.
CAPÍTULO 6
El legendario maestro
En cuanto a lo que pasó con su declaración, vamos a dejar que Iruka lo encuentre.

‘Estoy contento de haber elegido este trabajo.’

Hasta que no se haya podido tener ese pensamiento de orgullo que surge a través de tu
pecho, entonces tu vida no era realmente feliz. Esto se debía a que un trabajo era algo
que elegías para vivir a través de tu propio bien, así como el bien de los demás.

O al menos, esa era la forma en que Umino Iruka pensaba.

Y, ahora mismo, Iruka era extremadamente feliz. Su pecho se llenaba de orgullo


cuando pensaba en ello.

El detonante de este repentino estallido de alegría era simplemente esto: que había
mirado las tres sílabas en la parte superior de la lista de coberturas más populares de
Ichizoku Ramen: Na-ru-to.

Simplemente mirando hacía Iruka pensabas inmediatamente en Naruto y Hinata y su


próxima boda, y antes de darse cuenta, estaba abrumado por la emoción.

No era porque él era fácilmente conmovido hasta las lágrimas por culpa de su vejez.
Era porque la emoción abrumadora de Iruka era probablemente algo muy cercano al
amor y afecto que sienten los padres.

Entonces un algo había sucedido para hacerle sentir aún más abrumado.

El otro día día, Iruka había estado en la sala de profesores de la Academia como de
costumbre, leyendo de algunos documentos. Naruto había venido a verlo con una
mirada muy respetuosa en su rostro. Le dijo que tenía algo que preguntarle a Iruka,
algo sobre la boda.

Iruka ya le había dejado claro a Naruto que sin duda iba a asistir a la boda, así que no
tenía la menor idea de lo que le quería preguntar.

Iruka le preguntó qué quería hablar, y Naruto repentinamente espetó:

-Me gustaría que asistieras a la boda como mi papá.

En el momento en el que Iruka lo escuchó, una sonrisa gigante se extendió en su


rostro. Él respondió de inmediato: -¡Déjamelo a mí!

Iruka incluso pensó que Naruto le había jugado una broma: ‘¡Viniste con una mirada
tan intensa, que pensé que ibas a tratar de pedirme que te invitara ramen de nuevo!’

La figura de Naruto desapareció de su vista, Iruka se encontraba rebosante y lloró


públicamente.

En todos sus años de ser un maestro, nada lo había hecho sentir infinitamente feliz.
‘El camino que elegí no estaba equivocado’.

Iruka pensó mientras lloraba, con sus lágrimas desbordando aparentemente sin fin.

Y ahora, incluso cuando estaba viendo la palabra 'Naruto’ escrita en Ichiraku Ramen,
Iruka sintió que sus ojos empezaban a arder de nuevo. Incluso se encontró a sí mismo
pidiendo otra orden de naruto.

Eso era porque Naruto era el alumno amado y especial de Iruka.

Por supuesto, Iruka no era el tipo de maestro que le daba un tratamiento especial a un
alumno por encima de los demás. Él nunca jugó a tener alumnos favoritos. Pero si lo
hiciera, Naruto no era sólo su alumno más querido, incluso toda la gente sabía que
Naruto era alguien realmente especial para él.

Aunque, no siempre había sido así.

Cuando Iruka se había convertido en el primer profesor de la clase de Naruto, había


tenido sentimientos encontrados.

Siempre que Iruka miraba la cara de Naruto, los rostros de sus padres muertos nunca
dejaban de venir a su mente también.

Iruka era un excelente shinobi. Sus padres habían sido excelentes, y eso era, en parte
por qué cuando Iruka era todavía joven, sus padres habían salido al campo de batalla y
nunca regresaron.

Cuando el pueblo estaba siendo atacado por el Kyūbi, los padres de Iruka se habían
dirigido a la primera línea para proteger a Iruka, y todos los demás por la amenaza.
Habían luchado sin descanso hasta que dieron sus últimos alientos. Y desde entonces,
Iruka había vivido por el resto de su adolescencia sin nadie que lo protegiera y sin
nadie que lo reconociera. Cada vez que regresaba a su casa completamente sola y con
nadie más en el interior, él pensaba en sus padres.

Pasaron los años, y se convirtió en el maestro Iruka. ¿Y quién aparecería frente a él


como estudiante sino Naruto?

Iruka sabía que el Kyūbi, el demonio de Nueve Colas, fue sellado dentro de Naruto, y
también era perfectamente consciente de que Naruto no había hecho nada malo, y no
tenía nada que ser culpado.

A pesar de que él lo entendía… a pesar de que muchos años habían pasado y que
debería haber sido capaz de aceptarlo… su cabeza lo entendía, pero su corazón estaba
descompuesto.

Su padre había sido un hombre silencioso y severo. Su madre había sido una mujer
serena y fiable que había orientado a su familia. Sus padres habían sido jōnin que
inspiraron profundamente la confianza de muchas personas.
Siempre que Iruka quedaba de verse con sus amigos, nunca dejaba de hablar de sus
padres con un profundo brillo de orgullo. Quería crecer rápidamente y convertirse en
un buen shinobi también para poder apoyarlos.

Pero a continuación,, en el abrir y cerrar de ojos, el Kyūbi apareció en la aldea, con un


aullido cuajado de sangre que sonaba como que podría perforar los mismísimos cielos.

Su madre había soportado lesiones para tratar de protegerlo. Su padre tenía cada
pulgada de él cubierta de sangre, pero él todavía trataba de luchar.

Sus padres eran ya figuras desgastadas y cansadas, las cuales comenzaron a


desmayarse y perder el color en sus pieles… y luego Iruka despertaba con un
sobresalto, de vuelta a la oscuridad de su habitación.

Era una pesadilla que veía de vez en cuando desde que era joven.

Pero después de que Naruto se hizo su discípulo, Iruka comenzó a ver esa misma
pesadilla cada noche.

Las pesadillas lo habían completamente agotado emocionalmente, e Iruka se encontró


evitando inconscientemente a Naruto.

Naruto constantemente lanzaba bromas, y eso hizo que sus otros compañeros de clase
le disgusta.

Pero tus compañeros de clase se suponía que eran tus camaradas.

Pero Iruka no podía hacer nada. Todo lo que él podía hacer era mirar.

Su confianza como maestro se derrumbó.

Él era completamente inútil.

Hasta que un día, Iruka se dio cuenta de un hecho cierto:

‘Naruto es como yo. El dolor de vivir y que nadie te alabe y reconozca día a día.
Conozco ese dolor mejor que nadie, así que, ¿por qué me doy cuenta de eso hasta
ahora?’

Después de esa comprensión, Iruka nunca se encontró a sí mismo evitando a Naruto de


nuevo. Pronto, sus pesadillas desaparecieron también.

‘Pero ¿y si…? ¿Qué hubiera pasado si yo no hubiera comprendido eso?’

Incluso ahora, la idea de vez en cuando molestaba a Iruka. Si no lo hubiera


comprendido, entonces era muy posible que Iruka se pudiera haber convertido en
alguien que pensaba en nadie más que en sí mismo, que creía que él era el único que
vivía una circunstancia lamentable. Él se podría haber convertido en la peor de las
escorias, un hijo de puta idiota que no se daba cuenta del dolor de nadie más, más que
el de sí mismo.

Iruka creía que era gracias a Naruto que había escapado ese destino.
Su reunión con Naruto había cambiado su vida.

No sería una exageración decir que Naruto fue la razón Iruka por la que había decidido
trabajar como profesor durante el tiempo que le tocara vivir. Así de importante era la
existencia de Naruto para Iruka.

En ese momento, tal vez era porque se encontraba pensando en los viejos tiempos,
pero la cara de un hombre brilló brevemente en la mente de Iruka.

El nombre del hombre: Mizuki. Había sido un hombre que tenía buenas calificaciones,
y había sido bendecido con un talento para el ninjutsu.

Mizuki era alguien a quien Iruka había conocido desde la infancia. Se habían aplicado
para el examen de enseñanza juntos, trabajaron como maestros juntos y se ayudaron
mutuamente. Mizuki había sido siempre sonriente y de voz suave, a diferencia de Iruka
y su tendencia por regañar, por lo que siempre había sido un maestro muy popular
entre los estudiantes.

Pero, Mizuki tenía otra cara, diferente de la cara sonriente que mostraba a sus
estudiantes.

Él había estado lleno de profundos celos, un hombre que no podía creer en sí mismo.

‘Nadie capta realmente el verdadero yo de nadie. El verdadero yo es, por mucho, más
increíble. No soy todo lo que parezco ser. No soy más que un diminuto humano que es
empujado arrojado hacia un rincón. Todo el mundo en el pueblo me está
subestimando.’

Mizuki sólo escupía estas palabras cuando estaba con Iruka.

En pocas palabras, Mizuki fue otra persona que estaba preocupada porque no tenía a
nadie quien lo reconociera.

Esa fue la razón por Mizuki se convirtió en alguien que perseguía con saña las cosas,
solamente preocuparse por los resultados inmediatos y nada más. Cuando las cosas no
iban bien, culpaba a los demás. Creció celoso y resentido, y no cortó los malos
sentimientos que lo conducían por mal camino.

Al final, Mizuki había tomado el camino equivocado como ninja.

‘Mizuki’ Iruka pensó. ‘Cuando se trata de ser un maestro, no hay tal cosa como los
resultados inmediatos. Cualquier resultado de su enseñanza se verá en cinco o diez
años pero, en algunos casos, puede necesitar aún más tiempo, esto es porque depende
de cómo a los niños se les enseña y se crían, serán la clase de adultos al crecer. Los
resultados a partir de la enseñanza, es lo que se verá reflejado viven cuando crezcan.
Pero, si nisiquiera puedes ver eso,por supuesto que no lo ibas a entender nunca.’

Ahora, Naruto era tan famoso que no había ni una sola persona en el pueblo que no
supiera su nombre. Todo el mundo lo reconoce.
Naruto, el niño que había sido intimidado y de cuál se reían, el niño que había vivido
sus días aislado de todos los demás. Naruto.

‘¿Sería Mizuki haber sido capaz de predecir el futuro de Naruto? No, él no lo habría
hecho.’

Alguien que había no había pasado sus años como profesor nunca sería capaz de ver lo
que Iruka estaba viendo ahora, el futuro de un estudiante se desarrolla ante sus ojos.
Este sentimiento, esas emociones, nadie más podría entenderlos.

‘Yo había querido que sintieras una emoción así… Mizuki.’

Por el momento Iruka dejó Ichiraku, ya estaba oscuro afuera y se apresuró en su


camino a casa, sintiendo el viento de la noche golpeando su espalda.

El regalo de bodas que él había comprado para Naruto y Hinata estaba dentro del
bolsillo delantero de su chaleco. Era agradable sentir el peso de algo tan importante en
su pecho.

Pensó que él realmente era un hombre feliz. No era sólo Naruto, que todavía sentía
afecto hacia Iruka después de graduarse, sino muchos de sus otros estudiantes
también. No había un sentimiento más feliz en el mundo que esa sensación.

Naruto frecuentaría especialmente a ver a Iruka, preguntando si podrían ir a comer


ramen juntos. Pero, en el futuro, Hinata probablemente sería la que hiciera las
comidas para él en su casa, así que si Naruto todavía saldría a comer con tanta
frecuencia, ella probablemente se enojaría con él.

Pensando en eso, Iruka no podía dejar de reír. Su buen humor continuó en su viaje a
casa.

Iruka entró en su casa oscura y solitaria, y encendió las luces.

Había un único cepillo de dientes colocado en un vaso al lado de su fregadero. Él pensó


que podría tener que reemplazarlo pronto.

Una taza de té medio llena estaba olvidada en su mesa de café.

Iruka se dio cuenta de que se había olvidado de recoger su ropa del tendedero en de
donde él la había colgado fuera para secarse y fue para recogerla. Su ropa interior, en
particular, estaba helada por haber estado a la intemperie en la fría noche.

Hubo un débil sonido de gotas de agua cayendo del grifo del fregadero de la cocina.

Era una noche tranquila.

Iruka dejó escapar un suspiro, mirando hacia el techo.

‘Puede ser que sea hora de que me ponga serio y también me busque una pareja…’

Por alguna razón, el pensamiento que entró en su mente se sintió particularmente


fuerte hoy.
Iruka hizo un pequeño puño, y murmuró para sí:

-¡Muy bien, vamos a no perder a Naruto…!

Fue una declaración muy suave.

CAPÍTULO 7
La misión final, el inicio.
La misión final, ha comenzando

Lee y Tenten habían estado hablando en los campos de entrenamiento.

Shikamaru y Chōji se habían encontrado por casualidad.

Sakura e Ino se habían enfrentado entre sí en su tienda favorita.

Sai se había derrumbado en el acto mientras miraba hacia el cielo.

Iruka había estado tarareando mientras colgaba su ropa a secar.

E Ichiraku había estado ocupado con el trabajo como de costumbre.

Ni una sola persona había notado el pequeño insecto que volaba cerca de ellos.

Era sólo un insecto. Volaba sin descanso alrededor de la aldea de Konoha.

Era un insecto muy pequeño, tan pequeño que nadie prestaba atención, e incluso si
alguien llegó a ser consciente de ello, pronto perderían de vista por el claro y brillante
día soleado. Era difícil seguir viendo un pequeño insecto que volaba sin descanso
vueltas y vueltas.

Sin embargo…

De repente el insecto dejó de moverse, o más bien, para ser más exactos, se había
tomado un descanso para descansar sus alas.

Cuando un insecto detiene su movimiento en cualquier lugar, se vuelve mucho más


fácil de ver.

Aburame Shino miró fijamente a través de sus gafas de sol al insecto alado que había
dejado encima de su dedo.

-…Has trabajado duro. - Él dijo agradeciéndole al insecto en voz baja.

Mientras lo hacía, el insecto camino de la punta del dedo y recorrió la palma de su


mano, y luego con mucha calma desapareció naturalmente en la manga de Shino.

Un insecto acababa de entrar en su ropa, pero Shino no se encontraba nervioso, más


bien tenía una mirada muy tranquila en su rostro.
Eso era muy natural.

La razón era que Shino era un ninja que había nacido en el clan Aburame, la cual tenía
una línea de usuarios de insectos. La gente de su clan permitían a los insectos llamados
Kikaichū residan dentro de sus cuerpos y luego le ordenaban a esos insectos lo que
quisieran, en cambio les permitían a los insectos que se alimentaran del chakra de sus
cuerpos. Es así como su contrato continuaba.

Es así como el mismo insecto que había entrado en la manga de Shino hace un
momento, era simplemente otra Kikaichū que Shino manipulaba.

Era muy natural que Shino hubiera mantenido la calma, porque todo lo que había
sucedido era que el insecto había regresado a su hogar.

En su contrato, los insectos se utilizaban principalmente en el campo durante las


misiones, pero tenían una amplia variedad de usos. Además de atacar y defender,
captaban al enemigo que estaban cazando, y esto lo hacían, por ejemplo, persiguiendo
y o buscando a las presas. Eran utilizados en casi todos los escenarios imaginables. Un
gran número de insectos, incluso podría tomar la forma de un ser humano y utilizar su
propio jutsu, de esta manera, el clan Aburame vivía al lado de un gran número de
insectos, desde el día en el que nacían se familiarizaban con la naturaleza de esos
insectos, y perfeccionaban el jutsu que utilizaban cuando luchaban junto a ellos. Los
Aburame eran un clan oculto.

Y, este día Shino había estado utilizando una de las técnicas ocultas de su clan para
espiar las actividades de sus camaradas. En cuanto a por qué hizo una cosa así, la razón
reside en el hombre que estaba de pie junto a Shino.

-Así que, ¿cómo te fue? - Inuzuka Kiba le preguntó mientras jugaba con su perro ninja,
Akamaru.

-Como era de esperar, parece que todo el mundo está trabajando para obtener los
regalos de boda… - Shino respondió desde donde estaba, una parte elevada de tierra
que le permitía una vista ininterrumpida del pueblo.

-Es lo que pensé. - Dijo Kiba. - Así que, ¿alguien ha decidido ya lo que van a conseguir?

-La mayoría de ellos aún no lo han hecho. Parece como si fueran a reunirse para
consultarse entre sí.

Kiba dejó escapar un grito en la respuesta de Shino.

-¡Yahoo! ¡Justo lo que quería!

Mientras Kiba hablaba, acariciaba la barba que crecía en su rostro. Últimamente, Kiba
parecía muy encariñado a ella y la tocaba cada vez que podía. Se podría decir que se
había convertido en un hábito.

-Es nuestra oportunidad para actuar mientras que todo el mundo está preocupado. Es,
finalmente, mi tiempo de brillar.
-Más exactamente, “nuestro tiempo”. - Shino corrigió.

Kiba soltó una carcajada. – ¡Ya se eso!, ¿verdad Akamaru? - Dijo Kiba, palmeando al
ninken cuya longitud era más larga que la altura propia de Kiba.

Kiba había nacido en el clan Inuzuka que era un clan de usuarios de perros ninjas, por
lo que para él, Akamaru era un compañero más con el que había estado comiendo y
durmiendo desde su infancia. Era lo mismo para Akamaru, e incluso ahora, cuando él
ya pasaba los 10 años de edad, Akamaru todavía continua para acompañar a Kiba en
las misiones de todos los días.

Akamaru inmediatamente ladró dos veces como una respuesta a la pregunta de Kiba.

-Sí, eso es correcto. - Dijo Kiba. - Vamos a encontrar un regalo que nadie más ha dado,
uno que viene sólo de Equipo Ocho.

‘Equipo Ocho, ¿eh?…’

Shino pensó mientras miraba a Kiba y Akamaru jugaban juntos.

Sus pensamientos iban de nuevo al primer día en que había sido puesto en el mismo
equipo que Kiba.

El silencio de Shino, los actos de amor de Kiba y Akamaru, y a Hinata retirada y


reflexiva.

Esas tres personas y un animal habían sido los miembros del Equipo Ocho.

Eran camaradas que se habían entrenado juntos, apoyados entre sí, y siempre estado
juntos.

Sin embargo, mientras que la maduración de Hinata había sido movida, la de Kiba
había sido bulliciosa, imprudente y era muy propenso a agarrar el liderazgo de sí
mismo. Cuando Shino había sido puesto en el mismo equipo que Kiba, había
encontrado a su opuesto en carácter y manera de pensar y eso resultó extremadamente
tedioso. Había pasado todos los días suspirando para sí mismo y lamentando lo que le
deparaba el futuro a lado de él.

-No creo que vayamos a ser capaces de llevarnos bien contigo. La razón es que
nosotros…

Incluso ahora, Shino podía recordar claramente lo que su yo pasado le había dicho a
Kiba. En ese sentido, sus palabras fueron cortadas porque en ese momento Kiba había
gritado: -¿Qué demonios te pasa? ¡Eres muy sombrío!

Kiba realmente había sido grosero desde los viejos tiempos, siempre hablando en voz
alta como un idiota.


-Kiba… ¿te acuerdas de lo que dije la primera vez que nos pusieron en el mismo
equipo? - Shino de repente hizo esa pregunta sin ninguna razón real. La impulsividad
era el departamento de Kiba.

Pero era más que probable que Kiba lo recordara.

-¿La primera vez…? - Preguntó Kiba. - Ah, sí, cuando estábamos comiendo el almuerzo
en los campos de entrenamiento.

Kiba se mantuvo acariciando a Akamaru mientras pensaba y miraba hacia el cielo.

-Cierto, fue… ‘Sólo mi lonchera tiene insectos en ella’ o algo así.

-Nunca he dicho una cosa así. - Dijo Shino.

¿Qué demonios? Olvidemos que lo recordaba, Kiba incluso había fabricado una
memoria falsa sin sentido en su lugar.

Shino fijó su mirada en Kiba, sintiendo la sensación de ansiedad que tenía por aquel
entonces y aún permanecía en su interior.

-¿Qu-qué? ¿Eso no fue lo que dijiste? - Kiba miró nervioso la mirada de Shino por un
momento antes de recuperarse. - Bueno, olvídate de los pequeños detalles. Los regalos
de boda son más importantes, ¿verdad?

Kiba sonrió ampliamente por lo que sus caninos se mostraron. Shino pensó que la
capacidad de Kiba para cambiar rápidamente los estados de ánimo no era buena, sino
una mala cualidad que tenía.

Pero en ese momento:

-Sabes, Shino. - El tono de voz de Kiba había cambiado. Un viento sopló con fuerza
entre los dos. Kiba continuó hablando con una mirada seria en su rostro. – Estoy feliz
que Kakashi-sensei haya llamado a esto una misión. Incluso puedo decir que Kakashi-
sensei y todos los demás sólo le digan “misión” por normbrarlo de alguna manera. Él
tiene un sentido de juicio muy excéntrico. Pero, para mí, realmente creo en esto como
una misión. Estoy pensando que esta va a ser la última misión para nosotros los
miembros del Equipo Ocho…

Shino ni siquiera dejó escapar un sonido para mostrarse de acuerdo, siguió con calma y
en silencio escuchando.

-Es como si se nos hubiera dado esta última misión, como la última misión. - Continuó
Kiba. - Como si, tal vez Kakashi-sensei pudiera haber arreglado especialmente esto
para ese propósito… O, tal vez podría ser simplemente que estoy pensando demasiado
las cosas…

Kiba dejó de hablar y miró a otro lado, riendo como si estuviera avergonzado.

-No, no estás pensando demasiado las cosas… - Dijo Shino.


Shino entendía tanto los sentimientos de Kiba que le dolía y eso era porque él había
sentido también lo mismo.

Hinata estaba actualmente ocupada preparándose para la boda. Kiba y Shino, ambos
salían en misiones mucho como chūnin que conducen sus propios equipos. Los cuatro
de ellos no habían sido capaces de salir en ninguna otra misión como el Equipo Ocho
últimamente. Y, lo más probable, es que después de esto…

-Esta es la última misión del Equipo de Ocho última misión para Hinata, ¿eh?…

Nadie más podría estar involucrado. Esto era algo que sólo las personas que habían
estado en sus equipos desde que eran jóvenes, que habían pasado por toda la felicidad
y la tristeza con ellos, lo entenderían.

Kiba y Shino y Akamaru lo hacían… Era definitivamente algo que nadie sino el Equipo
Ocho podía hacer.

Por eso Shino había enviado a su Kikaichū volar e investigar los estados de sus otros
compañeros. Así Shino y Kiba podrían dar el más magnífico regalo que nadie daría, así
ellos podrían hacer a Hinata feliz.

-Entonces, ¿qué vamos a hacer…? - Preguntó Shino.

Kiba se quedó en silencio. Estaba mirando a nada en particular, sin decir una sola
palabra.

El silencio continuó entre los dos. Akamaru se movía inquieto alrededor, dejando
escapar un gemido cuando miró a Kiba.

Shino no podía tolerar el silencio poco natural proveniente de Kiba.

-¿Es posible que no hayas pensado en algo?

Kiba asintió en silencio.

Él había dicho todo eso, pero al final él no tenía nada más que su entusiasmo para
demostrarlo. Como se esperaba, Kiba era simplemente Kiba. Ese lado de él no había
cambiado desde los viejos tiempos.

-Por ahora, tenemos que pensar sólo en cosas que a Hinata le gustan. No puede ser
más allá de las cosas que le gustan. La razón es que si le damos algo que, por ejemplo,
no sabríamos que ella no le gustara en su tan esperado día de boda, el ambiente se
volvería malo.

Ellos habían ido a misiones con Hinata durante muchos años. Era suficiente para decir
que eran compañeros que habían comido de la misma olla. No había duda de que
sabían lo que Hinata le gustara, mejor que nadie.

-Las cosas que a Hinata le gustan, bueno, está el zenzai[i]… - Dijo Kiba.
Shino pensaba sobre esto. Era cierto que Hinata definitivamente amaba esa sopa hecha
de Azuki con frijoles rojos. Cada vez que estaban tomando un descanso en el
entrenamiento o en una misión y se detenian por una tienda de té, los ojos de Hinata
brillaban si veía algún zenzai.

-Y luego está… sí, las flores prensadas. - Dijo Kiba. – A ella realmente le gusta hacer
flores prensadas. Hombre, ella tiene pasatiempos muy sencillos.

‘Zenzai y flores prensadas… ninguno de los dos lo harían para un regalo de boda. Ahora
que lo pienso, ¿había alguien en el mundo que le daría sopa como regalo de bodas?’

Shino sacudido su cerebro.

-Ah, espera, es cierto. A Naruto, siempre le encanta comer ramen, ¿no? - Dijo de
repente Kiba.

-Sí. - Dijo Shino. – El ramen es algo que come a menudo, ¿no es así?

-Y, sabes. - Kiba dijo. - Esto es algo realmente sorprendente que no todo el mundo lo
sabe, pero a Naruto realmente le gusta el oshiruko.

-Oh, ¿es así? Ahora que lo mencionas, lo he visto beber esa sopa de una lata.

-¿Verdad? Hay algo aún más sorprendente que eso. Naruto tiene la afición de regar las
plantas. Y tampoco no se trata sólo de riego. - Kiba tenía una mirada alegre en su
rostro mientras bajaba la voz y murmuraba. – A Naruto, le gusta hablar con las
plantas, mientras que él las riega. Por supuesto, esto es sólo cuando es el único en la
habitación. Akamaru y yo simplemente y casualmente pasábamos por el frente de su
casa cuando lo escuchamos, hablando con una mientras la regaba. Él tiene un lado
estrafalario, mira que hablarle a las plantas. ¿Verdad, Akamaru?

Akamaru dejó escapar una ladrido vigoroso en forma de respuesta. Shino no


comprendía la mayor parte de lo que dijo Akamaru, pero sabía que esta respuesta
significaba “¡Exactamente!”.

-Eso es definitivamente inusual. - Dijo Shino. - Hablando con los insectos es normal,
pero eso no es así con las plantas. Él sólo podría haberse estado sintiendo muy
aburrido, pero también está la otra posibilidad… Bueno, sólo para estar seguros, sería
mejor ir y ver la situación nosotros mismos… - Se cruzó de brazos y asintió.

‘Naruto tenía una parte muy extraña. Ahora que lo pienso, en el pasado Naruto había
incluso jugado al póquer con su propio Kage Bunshin. Bueno, eso era lo que sucedía
cuando no podías ir a jugar con él.’ Pensó Shino.
-Pero ya sabes. - Kiba dijo. - Cuando nos replanteamos todo, es bastante increíble.

-… ¿Qué cosa?

-Ya sabes, las cosas que les gustan. Cómo el zenzai y el oshiruko, y luego prensando
flores para su conservación, y regar las plantas para cuidar de ellas, cosas por el estilo.
No importa cómo se mire, las cosas que les gustan y sus aficiones son bastante
similares, ¿no es así?

-Ya veo, tienes razón en eso. Pero Kiba…


-¿Mm? ¿Qué?

-El tema más importante es el regalo de boda…

-Ah, sí. ¿Qué debemos hacer…?

El silencio los cubrió por segunda vez. Kiba se sentó, acariciando distraídamente a
Akamaru. Shino se quedó inmóvil, como de costumbre, con la mirada fija en el suelo.

-Entonces vamos… preguntémosle a alguien…

Esta vez fue Kiba el que había sido incapaz de soportar el silencio.

-Todo el mundo estaba pidiendo ayuda a todos los demás, ¿no? - Kiba dijo. - Vamos a
hacer eso también… ¿sí?

‘¿En dónde estaba el Kiba, quien con tanto entusiasmo, hablaba sobre la última misión
del Equipo de Ocho?’

Eso es lo que Shino pensó mientras miraba hacia abajo a la línea de hormigas
marchando más allá de sus pies.

Pensó, pero él no lo dijo, porque Kiba ahora le había dado una idea mucho mejor.

-Supongo que también no tenemos otra opción más que ir a consultarlo con alguien…

-¡Muy bien! Así que, ¿a quién iremos a preguntar? ¿A tu padre? Lo digo por si acaso,
pero mi mamá y hermana no lo harán, ¿ya sabes? Son del tipo completamente
diferente en comparación con Hinata. - Dijo Kiba, poniéndose de pie.

‘Por Dios, está tan impaciente.’

-Hay alguien que es muy adecuado para la última misión del Equipo Ocho. - Dijo
Shino. - Si me preguntas quién, entonces esa persona es…

-¡Ya entiendo, eso es lo que quieres decir! ¡Muy bien, vamos Akamaru!

Kiba había comprendido al instante lo que Shino quería decir antes de que pudiera
terminar de hablar. Rápidamente comenzó a correr con Akamaru y sus figuras
lentamente empezaron a parecer pequeñas con la distancia.

‘Él no tiene la más mínima brizna de calma…’

Shino pensó, y empezó a caminar después de Kiba.

Por el momento Shino finalmente llegó a su ubicación prevista, Kiba y Akamaru ya


habían llegado a casa.

Akamaru se quedó tendido en la alfombra, y Kiba se había hundido cómodamente en


una silla.
Shino entró con calma.

-Ah bueno, llegas tarde. - Dijo Kiba con una taza de té en la mano.

Kiba se sentó demasiado cómodo, como si estuviera sentado en su propia casa. En


realidad, las palabras ‘dominio de sí mismo’ probablemente eran completamente
ajenas al cerebro de Kiba.

-Eres demasiado relajado, Kiba. - Dijo Shino, y en silencio también se sentó.

Mientras lo hacía, una niña llegó corriendo desde otra habitación, arrojándose encima
de Akamaru.

-¡Akakiba! ¡Akakiba![ii] - Ella dijo, tirando de las orejas de Akamaru.


Akamaru levantó su cuello, mirándola un poco molesto, pero luego volvió a acostarse y
dejar que la niña continuara con lo que le estaban haciendo.

-Sigo diciéndote que yo soy Kiba y él es Akamaru. – Dijo Kiba con un grave en su voz.
Parecía que habían repetido esa conversación muchas veces.

La niña dejó escapar un chillido de placer, disfrutando y riendo.

-¡Akakiba y Kibamaru!

-Los estás mezclando ahora, mezclando los dos juntos, ¿eh?… Por favor perdóname,
Mirai…

El nombre de la niña era Sarutobi Mirai. Ella era la hija del fallecido Sarutobi Asuma.

-¿Por qué estás así…? ¿Es porque la piel de Akamaru es blanca? ¿Es eso por lo que
estás confundida…? - Kiba murmuró, echando un vistazo serio pensativo hacia Mirai,
que había aplastado la cara cariñosamente contra la de Akamaru.

Era cierto que Akamaru era completamente diferente a su nombre, él era blanco de
pelaje. Kiba le había dado el nombre de “Akamaru” porque después de comer la píldora
soldado especial que inventó Kiba, Akamaru se convertía en rojo como la sangre en
batalla.

Pero, Shino pensó que era poco probable que el color de la piel que Akamaru tenía no
tuviera ninguna conexión con eso.

La razón por la que lo pensaba era porque Kiba y Akamaru con frecuencia llegaron a
jugar con Mirai durante sus paseos.

Si ella no los hubiera visto a menudo, entonces sería normal para Mirai que no
recuerde sus nombres, pero eso no se aplicaba a ellos. Y, sin embargo, Mirai seguía
mezclado sus nombres.

Era más probable porque Kiba y Akamaru estaban tan cerca y tan a menudo juntos que
ella hiciera esa combinación. En realidad, Shino esperaba sinceramente que fuera el
caso.
-Parece que ella todavía no recuerda la diferencia a pesar de que juegas con ella mucho.
- Shino no tenía la intensión de decir las palabras que le salieron de la boca, pero ya lo
había hecho.

Kiba abatido bajó la cabeza. - No me molesta. - Murmuró. - Los niños pequeños hacen
eso muchas veces.

-¡Es el tío insectito! - Dijo de pronto Mirai señalando a Shino.

Shino sintió que una sensación dolorosa se apoderaba de él, y Kiba, que había estado
colgando abatido la cabeza hasta hace sólo un segundo, de repente dejó escapar un
fuerte grito, en pleno auge de risa.

-Yo… yo soy el hermano mayor insectito… - Dijo Shino, incapaz de ocultar su temblor. -
La razón es que soy todavía demasiado jóv…

-Me enteré de lo que estaba sucediendo por Kiba. - Una voz detrás de él dijo.

Shino giró la cabeza para ver a una mujer con el pelo negro lustroso. La madre de
Mirai, Sarutobi Kurenai había entrado con té y algo de comida.

Ella había pasado por el embarazo y el parto, y ahora dedicaba a las tareas domésticas
y el cuidado de su hija, pero para Kiba, Shino y Hinata, ella siempre sería la profesora
que había estado a cargo del Equipo Ocho.

Shino y Kiba, ambos habían pensado que si querían pedirle a alguien que le aconseje
sobre la última misión del Equipo Ocho, entonces sería ella. Fue por eso que habían
ido ahí. Pero…

-Un regalo para Hinata, ¿eh…? - Dijo Kurenai, dejando la bandeja, que estaba casi
llena de aperitivos, sobre la mesa y se sentó. - Pero en lugar de mí, ¿no crees que
hubiera sido mejor pedírselo a Hanabi?

-No, bueno, quiero decir, sí, pero… - Kiba murmuró, su mano se detuvo a la mitad
mientras trataba de alcanzar su aperitivo favorito, carne seca.

Hanabi era la hermana pequeña de Hinata. En comparación con la sencillez y nada


moderna Hinata, Hanabi era una mujer mucho más joven y moderna, muy
extravagante en sus gustos.

-Pensamos que podría ser mejor… no involucrar a miembros de su familia… - Kiba


torpemente intentó hablar en una forma educada a la que no estaba acostumbrado.

Últimamente, Kiba había estado tratando de hablarle educadamente a Kurenai. Era


muy probable que el hecho era que se había dado cuenta que no podía hablarle a su
antiguo maestra como si fueran los mejores amigos después de que la edad adecuada
para hacerlo ya había pasado.

-Y-y luego, por supuesto, bueno… no estamos tan… íntimamente familiarizados con
ella… - Kiba tartamudeó.
Si bien habían ido a la casa Hyūga un par de veces para reunirse con Hinata y tal, ni
Kiba ni Shino se había reunido con Hanabi fuera de ese lugar. Se sentiría incómodo ir
de repente y le pidieran que consultara con ellos acerca de los regalos de boda.
Además, como dijo Kiba, si participaban miembros de su familia, entonces cabía la
posibilidad de que la charla de regalos de boda llegara a oídos de Hinata.

-Hmm, tienes razón… - Kurenai se cruzó de brazos mientras pensaba.

Mientras tanto, Kiba finalmente puso sus manos en la carne seca, masticando
furiosamente mientras murmuraba: - La sensación al masticar es realmente
importante… la sensación… - Como si fuera un hechizo mágico.

Había otra razón para Kiba al estar tan molesto cuando se mencionó el tema de
Hanabi. Shino sabía un poco sobre ella. El incidente había ocurrido en el día en que les
habían dicho que, por increíble que pareciera, la luna posiblemente caería.

Los recuerdos de esos días en donde los meteoritos llovían sobre la Tierra, y realmente
se sentía como si fueran los últimos días de su existencia, estaban todavía frescos en la
mente de Shino. La mayor parte de la aldea había sido reparada por ahora, pero si se
diera un paso fuera de la aldea, se verían las cicatrices y restos de los meteoritos que
aún permanecían ahí. No importaba cuántos meses o años hubieran pasado, todavía
no serían capaces de restaurar a la perfección todos los árboles que había sido cortados
por los meteoros, o los cráteres de meteoritos que habían dejado.

Shinobi se había reunido para proteger la aldea de los meteoros que llovían sobre ellos
y en medio de esto, se había formado un equipo para rescatar a Hanabi, quien había
sido secuestrada por el cerebro detrás de esa ocurrencia.

Era un equipo formado para encontrar la guarida de la mente maestra, así como de
rescate Hanabi.

Una misión como esa era la especialidad de Kiba, él era un usuario de perro ninja y
contaba con su agudo sentido del olfato. Él había estado lleno de confianza, diciendo
que era probable que él estaría a cargo debido a su conexión con Hinata través Equipo
Ocho.

Pero, el nombre de Kiba no había estado en la lista de los seleccionados para la misión.

Kiba se había deprimido bastante al saberlo.

-¿Por qué no estuve ahí…? Si hubiera sido yo, hubiera podido encontrar a Hanabi de
inmediato… definitivamente hubiera podido ayudar… Tenía muchas ganas de
encontrar el escondite de ese rarito y patear su culo con mi nuevo jutsu… quería ayudar
a detener a que cayera la luna…

Incluso ahora, Shino podía recordar claramente infinitas quejas de Kiba sobre el tema.
-Se acabó, se acabó… - Kiba había murmurado perdido en la desesperanza, y Shino le
recordaba diciendo: - Bueno, el mundo podría acabar pronto…

¿Por qué recordaba eso? Probablemente porque Kiba lo había ignorado.

Pero, Shino pensó que Kakashi-sensei había elegido al equipo adecuado para la ocasión
adecuada.

Kakashi-sensei era el Rokudaime Hokage, y tuvo que tomar su decisión pensando en


salvar la vida de todos, así que en vez de poner a Kiba en el equipo que fue enviado a
rescatar a Hanabi, lo puso en el equipo para salvar vidas en el pueblo. La misión de
Kiba había sido encontrar y salvar a las personas que fueron enterradas bajo los
escombros de los edificios que habían colapsado después de que los meteoros
golpearan la tierra rápidamente.

Fue una importante misión que sólo fue posible precisamente por Kiba y Akamaru y
sus agudos sentidos del olfato.

Shino también había sido enviado como parte del equipo de salvamento junto con
Kiba. Fue a causa de sus insectos que fueron capaces de caer en las pequeñas grietas en
los escombros en donde la gente y los perros no podían pasar. Shino y Kiba corrían
alrededor de la aldea, mientras viajaban en la espalda de Akamaru, habían logrado
salvar muchas personas que no habían logrado escapar antes de que los meteoritos se
estrellaran.

Y, además, Kiba no se había ido a refugiar, en vez de eso, estuvo fuera ayudando a la
gente que todavía creía en un mañana por venir, en el pueblo shinobi, el propietario
del restaurante de ramen Ichiraku, Teuchi, había estado preparando los ingredientes
para el día de mañana. He incluso se jactó de que si algún meteorito caería sobre la
tienda, él lo destrozaría con su nuevo jutsu. Había puesto una cantidad impresionante
de esfuerzo en sus actividades.

El único golpe de mala suerte de Kiba era que el único que veía sus grandes esfuerzos
era Shino, quien se encontraba constantemente a su lado. Shino no había contado
nunca a nadie sobre lo que pasó ese día, porque para él las buenas acciones como esas
no eran del tipo que se debe mostrar al mundo.

Shino estaba observando atentamente a Kiba quien lloraba y se sacudía mientras


desgarraba su carne.

Shino pensó que era probable que el amargo recuerdo de Kiba de no ser elegido para el
Equipo de Rescate de Hanabi había resurgido cuando escuchó su nombre.

Sin embargo, Shino lo sabía.

Sabía que cuando fomentó ese empuje, Kiba era un hombre confiable. Sabía que Kiba
había ido corriendo por el pueblo con Akamaru y salvó la vida de muchas personas.
Sabía incluso que Kiba había protegido la tienda Ichiraku mientras él estaba ahí.
Sólo Shino sabía esas cosas.

¿No era eso bueno? Aunque Shino realmente no había sido capaz de oír el nombre del
nuevo jutsu de Kiba cuando él lo utilizó, ya que el sonido del meteorito al ser destruido
había sido demasiado fuerte, pero aun así, estaba bien dejar las cosas de esa manera,
¿no?

-Ah, en vez de té, me hubiera gustado ser capaz de beber Shōchū[iii]… - Kurenai
murmuró, con algunos bocadillos dentro de su boca.
Kurenai había sido famoso por amar el alcohol desde los viejos tiempos. Además de
eso, amaba las cosas fuertes, y bebía mucho de ellos. Ella era un bebedora de gran
peso.

Era imposible que Shino imaginara el beber como un hobby desde que él no bebía ni
una gota de acohol.

El alcohol no era bueno. Ponía a sus insectos intoxicados. Shino evitaba cualquier cosa
que siquiera tuviera un olor fuerte. Se tratara de algo que comiera o bebiera, o incluso
la medicina, si el olor era fuerte o los ingredientes eran ferozmente efectivos,
probablemente eso influenciara a los insectos en su interior. Para los usuarios de
insectos, era una situación de vida o muerte. Esa era la razón por la que a Shino le
gustaba comer cosas que eran suaves para los seres humanos y los insectos, cosas como
las ensaladas.

-Ah, en realidad, hablando de alcohol, ¿alguno de los dos conoce acerca de esta
historia? - Kurenai dijo, y apartó los ojos de Mirai y Akamaru para mirar a Shino y
Kiba, - Antes, el clan Senju del bosque, utilizaba el vino de miel como regalo de bodas.

-¿Senju? Creo que he oído hablar del nombre de ese clan en la clase de historia… - Kiba
inclinó la cabeza con perplejidad, tirando de su barba de chivo.

Shino sacudió la cabeza con exasperación.

-El Primer y Segundo Hokage. - Dijo Shino.

-¡Ah, sí! No, por supuesto que lo sabía, ¿sabes? - Dijo Kiba.

Kurenai sonrió mientras los observaba.

-Observándolos hablar de esa manera, me recuerda mucho a los viejos tiempos. –


Dijo.

Al ver la cara sonriente de Kurenai hizo a Shino pensar también en los viejos tiempos.

Honestamente, Kurenai había sido una maestra realmente implacable.

Fuerte de mente… era una palabra grosera de usar, pero ella era un usuario de genjutsu
extremadamente sensible.

Ella había tenido una afición a usar a menudo genjutsus vertiginosos durante sus
entrenamientos, y de tan sólo recordarlo a Shino le había dado nauseas, así era de
severa como maestra. Por supuesto, esa había sido la manera que tenía Kurenai por
demostrar su amor, y eso definitivamente había fortalecido a los miembros del Equipo
Ocho, pero de todos modos no podía dejar de pensar en que tan incrédulo sería para
alguien así saber que maduraría de una manera impresionante después de convertirse
en madre.

-Mírate, descaradamente meditando agarrando tu barba de chivo. En los viejos días tu


cara solía ser resbaladiza y suave. - Dijo Kurenai, sonriendo mientras le pellizcaba las
mejillas de Kiba con ambas manos.

-¡Ow, pada pod favod con edo Kudenai-dendei…!

Kurenai parecía que estaba teniendo un montón de diversión.

Tal vez ella no había madurado en absoluto.

-Así que, sensei, ¿la historia sobre el vino de miel del clan Senju?

Cómo ayudar a un amigo en necesidad… no era la motivación de Shino. Él sólo quería


escuchar el resto de la historia.

“-Ah, sí. El clan Senju del bosque, como su nombre lo indica, viven en el bosque. - Dijo
Kurenai, soltando las mejillas de Kiba. - Hay osos en los bosques, ¿verdad? Y saben
cómo derriban los osos las colmenas para tratar de llegar a la miel, ¿no? La gente dice
que los orígenes del vino de miel se encontraban en esas colmenas derribadas que
pasaban a tener el agua de lluvia mezclada con la miel. Fue descubierto por el clan
Senju que vivió en el bosque en la antigüedad. Para ellos, era una bebida maravillosa,
algo que tenía la nutrición de la miel y los hacía tener energía. Así que, naturalmente,
después de eso, la elaboración del vino de miel se convirtió poco a poco en parte de su
cultura.

-¿Por qué se da como regalo de bodas?

-Bueno, primero era porque la receta para el vino de miel no era perfecta, así que era
raro tenerlo. Pero lo más importante, era debido al alto valor nutricional. La teoría era
que la miel era abundante, por lo que los bebedores compartirían su fertilidad. De
cualquier manera, todo se reduce al hecho de que el alcohol siempre se ha utilizado
para celebrar ocasiones felices desde tiempos inmemorables.

-Pero, Naruto no bebe alcohol, ¿sabes?

-Naruto prefiere tomar una sopa ramen y oshiruko.

Kurenai suspiró profundamente cuando Kiba y Shino dijo esas cosas. -Los hábitos
alimenticios de ese niño son tan parciales.

Shino y Kiba se estremecieron al mismo tiempo cuando se acordaron de ir a la casa de


Naruto en el pasado y buscaron en la cocina, vacía de cualquier cosa, menos de ramen.
Últimamente Naruto se había estado jactando de que había empezado a comer
verduras también, pero incluso eso era sólo porque de vez en cuando compraba un par
de tomates cherry.
-¿No debería estar muerto ahora? - Dijo Kiba, que era un buen comentario
considerándose que Kiba no comía nada más que carne. No se podía dejar de pensar
que Hinata tendría que hacer algo al respecto.

-Pero bien, en cualquier caso, el vino de miel se puede utilizar como una medicina, y se
utiliza en la cocina también. Si se trata de Hinata, entonces estoy segura de que ella
sería capaz de encontrar un buen uso de ello. Además, ella probablemente no lo
utilizaría de inmediato. ¿No es una idea maravillosa y romántica abrir un frasco de
vino de miel un día y pensar de nuevo en el día de su boda?

-Ya veo, pensando así, un regalo de bodas que se menciona en la historia y las leyendas
es una muy buena idea. - Dijo Kiba. - Y encima de eso, es algo que se usa por el clan del
fundador de Konoha. Es, definitivamente, un regalo apropiado para que les dé, ya
saben, como futuro Hokage.

Kiba estaba asintiendo con los ojos cerrados ahora. Probablemente estaba imaginando
su yo futuro Hokage.

Shino, por otro lado, pensaba en silencio. Algo le molestaba un poco.

El vino de miel era una idea que habían conseguido a partir de la amante del alcohol
Kurenai-sensei. Shino y Kiba no habían pensado en eso por ellos mismos. Pero, por
muy desinteresado que Shino estaba por el alcohol, él tenía una comprensión básica de
la variedad de alcohol que se vende en las tiendas y bares de Konoha.

-¡Hey Shino, vamos a prisa y salgamos a comprarlo!

Kiba estaba de muy buen humor, pero Shino no recordaba haber visto vino de miel de
todo el pueblo.

-¿Se vende una cosa así? - Murmuró Shino. – Estoy escuchando sobre el por primera
vez en mi vida…

Kurenai fácilmente respondió: - No se vende.

-¿Eh? - Kiba dejó escapar una voz que sonó idiota ante el comentario de Kurenai.

-Si se vendía, me he la comprado ya. Esa cosa es muy raro encontrar en nuestro
pueblo.

-Uhm… ¡¿Ent-entonces qué hacemos?!

-Ese legendario vino de miel es algo que sólo me dieron a probar una vez, hace muchos
años. Eso es todo lo que puedo decir.

-Oh no…

El rostro de Kiba parecía como si el fin del mundo se acercara. De hecho, Shino pensó
que parecía peor de lo que lo tenía cuando la luna se había estado cayendo. Kiba
realmente tenía un sinfín de expresiones faciales, Shino pensó mientras miraba
estoicamente.
-El vino de miel que me bebí me fue dado por un comerciante ambulante. Es realmente
delicioso, así que le pregunté de dónde venía. Yo estaba pensando en ir y comprarlo
también. Y, ¿qué crees que dijo como respuesta? - Kurenai hizo una pausa, con la cara
vuelta sombría. - Me dijo que lo compró en el Soraku.

-¡¿Te refieres a esos tipos del mercado negro…?!

Soraku… un grupo de renegados inalcanzables por ningún país o pueblo. La gente


decía que el pueblo en sí parecía un lugar perfectamente normal que nadie le echaba
un ojo, pero en realidad era la ciudad natal de un clan de mercado negro. Era un lugar
de donde nadie escuchaba buenos comentarios, de esas que tiene en sus manos armas
difíciles de encontrar que habían sido prohibidas en todas partes.

-Para ser más precisos, el comerciante dijo que había conseguido el vino de miel de un
apicultor que vivía en Soraku.

-¿Así que incluso tienen apicultores?

-Bueno, los vendedores del mercado negro que se asentaron allí no viven solo de las
armas y el dinero, ya sabes, por lo que debe ser una comunidad de origen que abastece
las necesidades de la vida cotidiana.

Dado que el comerciante que había vendido el vino de miel lo había conseguido desde
Soraku y luego visitó Konoha, eso significaba que tenía que haber alguna manera de
comunicarse con la comunidad dentro Soraku.

-Yo no fui capaz de encontrar nada, pero ustedes son el Equipo Ocho, especializado en
la caza de la gente, ¿no? - Dijo Kurenai con una sonrisa pícara en su rostro. Ella parecía
bastante seria con su comentario.

-Sólo déjanoslo a nosotros. - Dijo Kiba. - Mientras yo y Shino y Akamaru estamos en


esto, ¡va a ser como comer un pedazo de pastel!

Kiba se puso de pie al final de su declaración, y Akamaru, que había estado dejando a
Mirai hacerlo como ella quería, se puso de pie sin recibir ninguna petición para ir
junto a Kiba.

Mirai observaba a Akamaru dejarla, y dijo con una voz que mostraba cómo ella estaba
reacia a decir adiós:

-¿Shinomaru se va?

-¡Siempre te he dicho que él es Akamaru! Y ahora que lo pienso, realmente has


combinado todos nuestros nombres juntos todo este tiempo, ¿verdad?!

Shino se había estado observando el intercambio de palabras como de costumbre,


cuando Kurenai se impulsó y se volvió hacia él.

-Hey, Shino… - Dijo Kurenai con una voz muy tranquila para que nadie más oyera. -
Kiba no tiene muy buen juicio. Entiendes lo que quiero decir, ¿no?
Shino asintió en silencio, mirando a los ojos de Kurenai.

-¡Mientras estás en ello, compra un poco para mí también…!

Ese fue el mensaje Kurenai quería impartir.

-No habrá ningún problema. - Dijo Shino, yéndose también.

De rama en rama. Volaban a través de la espesa vegetación de árboles.

Shino, Kiba y Akamaru, se dirigían fuera del pueblo como un solo equipo para comprar
el regalo de boda de Hinata. Muy pronto, ellos ya habían puesto la distancia de una
montaña entre ellos y Konoha.

Kiba llevaba una chaqueta sobre el chaleco de Konoha ligeramente mejorado. Era una
chaqueta crudamente diseñada, con piel en su interior. Shino llevaba su largo abrigo
favorito sobre su propio chaleco, y se había levantado la capucha en la cabeza.

Este era su atuendo habitual para las misiones.

En otras palabras, eran prendas que perfectamente adaptadas para el Equipo Ocho en
su última misión.

Los chalecos de Konoha mejorados ya no tenían las dobles bolsas de pergaminos que
solían tener en ambos lados del pecho, lo que favorecía la facilidad de movimiento
sobre cualquier otra cosa.

Lo sorprendente era que eran más ligeros que los viejos chalecos, pero eran más
duraderos. Tal cosa hubiera sido impensable durante los viejos tiempos. Fue una
asombrosa señal de progreso en la tecnología. Realmente te hacía sentir consciente de
que el tiempo pasaba. El pueblo y la gente y cosas así, todas estaban cambiando una
por una.

Pensando que habían llegado a una edad en la que podía sentir que los tiempos
estaban cambiando hicieron que Shino se sintiera un poco triste. Y luego pensó en la
próxima generación de Konoha, y le hizo pensar en Mirai, lo que también hizo pensar
en lo que Mirai le había dicho.

-¿Me… me veo realmente viejo…? - Shino habló sin pensar.

Kiba lo miró por encima del hombro de él en el aire. Akamaru había ido delante de
ellos, así que eran sólo los dos saltando a través de los árboles. En cierto modo, casi
parecía que estaban volando en el aire. Eligieron este método de transporte más que el
que se ejecuta por el suelo porque era más rápido. Con cada salto, su entorno se volvía
borroso y se quedaba rápidamente detrás. Durante un tiempo, se habían movido en
silencio, hasta que Kiba se dio cuenta de lo que Shino había dicho.

-Oi, oi, no te molestes por ese tipo de cosas. - Él le dio una amplia sonrisa. –Tío
insectito.
-No me molesta. Cállate, Idiotamaru.

-¡Es Kibamaru! ¡No, no es Kibamaru tampoco!

Ese fue el tema de su conversación mientras volaban sobre los árboles. El olor de la
tierra y la vegetación era fuerte, y los insectos se movían por todas partes. Era un buen
día con tiempo despejado. Fue sorprendente e increíble, mucho mejor de lo que había
esperado pasando los fuertes vientos de la noche anterior. Hermosas mariposas
bailaban alrededor de la paz de la mañana.

Después de un rato de silencio, Shino abrió la boca de nuevo.

-No soy lo suficientemente mayor como para ser llamado tío todavía, pero si me llaman
así, entonces también deberías ser llamado así, Kiba, porque tenemos la misma edad…

-¡Realmente te molesta eso!

-Sí, me molesta. Kiba… ¿acaso me veo así de viejo?

Kiba le sonrió a Shino abiertamente al escucharlo hablar de sus sentimientos.

-Bueno, bueno, mírate. En comparación a cuando éramos niños, te has vuelto mucho
más honesto.

La mueca sabelotodo de Kiba le crispaba los nervios a Shino.

Shino deliberadamente miró hacia otro lado cuando dijo: - Te estoy preguntando esto
porque nos conocemos desde hace mucho tiempo. Por lo tanto, me veo realmente tan
vie…

-¡Estás hablando realmente en serio acerca de esto! ¡Preguntaste ya dos veces! Está
bien, lo entiendo ya. ¡Estás bien! ¡Te ves justamente acorde para tu edad! - Kiba se
pasó una mano por el pelo, y fortaleció su voz. - ¡Tú eres más alto que yo, y siempre
estás tranquilo y llevas esas gafas de sol todo el tiempo, así que por supuesto nos
vemos maduros! ¡Ahora que lo pienso, para un niño de esa edad todos nos vemos
viejos!

-¿En serio? ¿Entonces me veo bien…?

-Eres tan persistente… Mira, ni siquiera tienes que usar gafas de sol ya.
Tienes bastante buena pinta. Ni siquiera un poco, sin duda eres más guapo que la
estúpida cara de Naruto, ¡así que no te preocupes! - Kiba dijo sin rodeos, a
continuación, con confianza señaló con el pulgar a sí mismo: - Bueno, por supuesto,
cuando se trata de buenas apariencias, llegas un segundo después de mí y Akamaru.

‘Después de Akamaru… Realmente no entiendo eso, es extraño…’

Shino miró obsesionado la cola de Akamaru que estaba a cierta distancia frente a él.
CAPÍTULO 8
La misión final, conclusión.
-Ahora… es finalmente el momento para empezar.

-¡Es la última misión del Equipo ocho! ¡Vamos chicos! - Kiba alzó su voz alta como si
estuviera gritando un grito de batalla.

Después de un largo viaje, Shino, Kiba y Akamaru habían llegado finalmente a la


entrada de Soraku.

Pasaron bajo una elegante puerta japonesa, sostenida por gruesos pilares escarlata y
entraron en la ciudad.

En el momento siguiente, cada uno de los integrantes tragó saliva ante lo que vieron
extendido delante de ellos. Incluso Kiba, que había sido increíblemente ruidoso hasta
hace un momento, parecía manso de repente. El lugar iba más allá de lo que habían
imaginado.

Innumerables edificios estaban apretados muy juntos, las paredes se habían roto a
pedazos y estaban desmenuzadas, los carteles de las tiendas estaban inclinados y con la
pintura descolorida, y numerosas tiendas con ventanas de vidrio rotos, alineados como
si estuvieran tratando de competir entre sí. Por supuesto, no había nadie en el interior
de la ciudad. Las ruinas deshabitadas y abandonadas habían quedado así durante un
tiempo muy largo. El centro de la ciudad tenía una gran cantidad de edificios altos
alrededor de ella, era un signo de que un número considerable de personas había
vivido ahí.

Ni Kiba ni Shino sabían cómo era que Soraku se hallaba en ese estado o, a dónde sus
antiguos residentes habían ido. Pero antes de que se dieran cuenta de lo que estaban
haciendo, ellos habían imaginado las últimas escenas de la bulliciosa actividad que ya
no estaba en esos momentos.

Padres y niños habían habitado esa ciudad. Hermanos. Amigos. Amantes.

No había duda de que había antes había felicidad en el lugar, muy parecida a la que
había en Konoha.

Todo el barrio estaba tranquilo. No había ni un solo sonido. Pero, de vez en cuando, se
podía oír el sonido del viento. Era muy probable que el sonido venía de las corrientes
de viento que soplaba a través de las ventanas rotas en el interior de los edificios.

Se sentía como si el viento que soplara tan vanamente en la quietud tranquila que
podría parecer que era el sonido hecho por los gritos del pueblo abandonado.

“Las vicisitudes de la vida.” - Esa frase vino a la mente de Shino.

Pero entonces, ¿era realmente aceptable para resumir algo como esto con esa simple
frase? Dudó, porque la vista parecía demasiado triste por esas palabras.

-Es un lugar desolado. - Shino murmuró. - ¿Alguien realmente vivirá aquí…?


La nariz de Kiba se crispó. -No hay ningún error… - Dijo. - Definitivamente, hay
algunas personas aquí, de alguna manera.

Kiba entró en un edificio que se situaba en la parte delantera, y dijo: - Por aquí.

Shino y Akamaru le siguieron.

El interior del edificio era tan confuso como el exterior. Los dos hombres y el animal,
siguieron su camino con cuidado por un largo y oscuro pasillo, el cual se hizo más y
más complicado conforme avanzaban, era como un laberinto. Tubos de algún tipo se
aferraban a las paredes, aunque era difícil decir si llevaban agua o gas.

A juzgar por la apariencia, parecía que el edificio originalmente no había sido


estructurado de esta manera, sino que se habían hecho varias adiciones a lo largo de
los años y esto había dado lugar a este tipo de forman extrañas.

“Es muy probable que sea una medida contra intrusos…” - Shino pensó, mirando las
paredes de diferentes colores.

-Aquí apesta a moho. - Comentó Kiba de delante de él. - Este lugar seguro es
deprimente.

En ese momento…

-Bueno -miau- lo siento mucho, es deprimente.

Un gato había surgido a partir de uno de los conductos de ventilación de aire rotos.

-¿¡Qué demo…?! - Kiba se alteró por la repentina aparición del gato. Esto era porque
no había sido capaz de sentirlo con su nariz.

Akamaru se puso en guardia, dejando escapar un gruñido. En un instante, Shino


también estaba alerta.

-Esas bandas protectoras… miau, ¿son ninjas de Konoha?

El gato estaba hablando. No se veía como que hubiera otros gatos alrededor. Tenía casi
todo el pelaje gris, con la piel blanca en la punta de su nariz y boca y sus ojos tenían
una mirada chispeante.

-Uno apesta a perro. Otro apesta a insecto. El otro es un perro. – Después de verlos
uno por uno, el gato murmuró el lenguaje abusivo. – En serio, miau, son un montón de
buenos para nadas.

Pero a Kiba no le importaba en absoluto. Estaba mirando el gato y ducharse con


palabras de elogio.

-Ésta es una sorpresa. - Kiba dijo. - Completamente sin olor ¡Este gato es un gran
problema…!

-Los Gatos Ninja eliminamos completamente nuestro olor mientras nos aseamos,
miau. Somos diferentes de gatos normales.
-Uno de esos gatos ninjas de los que habla la gente, ¿eh…?

Shino fijó sus ojos en el gato situado delante de él.

Se veía como cualquier otro gato que encontraría en cualquier otro lugar. Sus
movimientos eran los mismos de un gato común y corriente. La diferencia era el
kimono que llevaba y las palabras humanas que salían de su boca.

Soraku tenía otra cara, como un paraíso para los gatos. Muchos gatos habían ido a vivir
al pueblo abandonado. La mayoría de ellos eran gatos normales que no podía hablar el
lenguaje humano, pero entre ellos había estos gatos ninjas milagrosos que habían
aprendido a hablar como humanos y usar ninjutsu.

Estos gatos ninjas habían servido al clan del mercado negro en ese lugar por
generaciones. Llamarlos una autoridad sustancial en esta ciudad no sería exagerando.
Los Gatos Ninja cooperaron con los gatos normales para que, ya sea de día o de noche,
mantuvieran un ojo vigilante sobre el municipio, y esto incluía tratar con los intrusos.

Parecía que los tubos que se aferraban a las paredes y los techos eran en realidad una
vía secreta para los gatos. Todo el edificio era probablemente, toda la ciudad en sí.
Probablemente habían fabricado toda la zona para que los intrusos no fueran capaces
de ir a cualquier lugar sin que los gatos no lo supieran antes.

Era gracias a los gatos ninjas que esta zona se mantenía segura.

Sin embargo, Shino y los demás solamente habían ido desesperadamente a buscar el
vino de miel. Sería terrible hubiera un mal entendido si los gatos pensaban que habían
ido a ese lugar con malas intenciones, así que Shino comenzó a hablar lo más suave
que pudo:

-No somos gente sospechosa. - Dijo Shino. - Estamos buscando a alguien. Estamos en
busca de la información.

-¡Un hombre que lleva gafas de sol, un abrigo largo y una capucha que cubre sus ojos…!
Eres ciertamente sospechoso, miau.

-Bueno, tienes razón… - Por alguna razón, Kiba acordó con el gato.

Shino se sintió un poco irritado por eso, y alzó la voz.

-No se puede llamar a las personas sospechosas simplemente porque llevan una
capucha y gafas de sol. La razón es que no soy una persona que es sospechosa. Y,
además, las personas que deben realmente ser sospechosas son del tipo que tratan de
ocultar su naturaleza sospechosa para no despertar sospechas en todo y…

-Cálmate, Shino. - Dijo Kiba. - No ayudas si le levantas la voz al gato.

-Realmente no puedo soportar lo mucho que apestas a perro, miau. Me dan ganas de
vomitar-

-¡¿Discúlpame?! ¡Hey, gato bastardo que estás sentado por allá!


-Cálmate, Kiba. Mantén la calma. Siga mi ejemplo.

-Sería mejor si se van rápidamente, miau. Si no lo hacen, se les arrancará miembro por
miembro del cuerpo.

Ante las provocaciones del gato ninja, Kiba finalmente explotó.

-Heeh, eso está bien para mí. Podemos obtener nuestra información de la misma
manera, podemos atarte, ¿no? - Kiba miró al gato con ojos penetrantes. Él hizo crujir
los nudillos, rodó su cuello para desentumecerlo y ligeramente aflojó su cuerpo. Y
luego…

-¡Vamos, Akamaru! - Kiba saltó desde el piso, y se precipitó hacia delante seguido por
Akamaru, casi al mismo tiempo.

-Eres un humano tonto, miau. - El gato miró hacia el techo, sin verse en absoluto
especialmente preocupado. Movió sus piernas hacia atrás una a una para estirarse y
también rodó su cuello para desentumecerlo.

-¡Gyan! - Akamaru dejó escapar un grito agudo, y se desplomó junto a Kiba.

-¡¿Qué pasa, Akamaru?! ¡Espe…! ¡¿Esto es…?! - Kiba de repente se derrumbó junto a
Akamaru retorciéndose también. - Ah espera…ha…gah-hya- kaa- ku…

Akamaru y Kiba rodaron por el suelo, dejando escapar ruidos extraños. Parecían
haberse perdido por completo a sí mismos, estaban tirando de su cabello y golpeando
sus ropas.

La piel de Shino percibió a los diminutos atacantes que había saltado fuera el cuerpo
del gato ninja.

-Oh, así que son pulgas… - Dijo. - Tú enviaste las pulgas como un ataque. Como era de
esperar de alguien que lleva el nombre de un gato ninja. Esto es muy raro. Supongo
que este jutsu se podría llamar: Ninpō, Pulga Shuriken…
-N-no solo c-calma y a-analízalo - Gritó Kiba. - ¡Rápidamente ha-haz algo Shino!

No se podía evitar que uno sintiera una increíble picazón cuando había sido objeto de
un gran número de pulgas. Los gritos agraviados de Kiba y las quejas de dolor de
Akamaru resonaban por el pasillo.

Con el fin de ayudarles, Shino se arrodilló sobre una rodilla e hizo las señales para un
sello mano.

-¡Mushi Yose! (¡Técnica de reunión de insectos!) - Gritó Shino, y puso su mano en el


suelo. Mientras lo hacía, surgió un patrón de chakra azul con forma de tela de araña y
se extendió fuera de sus dedos como un ventilador.
En cuanto lo hizo, las pulgas que habían cubierto a Kiba y Akamaru saltaron hacia las
redes de chakra azules y se reunieron en el interior de Shino. La técnica de los
insectos Mushi Yose (Técnica de reunión de insectos),funcionaba como su nombre lo
sugiere, atrayendo a los insectos cerca del usuario y reunirse en un solo lugar. Era una
técnica fundamental para el clan Aburame y cada uno de sus miembros podía hacer.
En ese sentido, este había sido originalmente una técnica utilizada para la recolección
de insectos para la investigación de la ecología.

-E-estamos salados… - Kiba debió haber sentido un montón de dolor. Él estaba


tratando de igualar su respiración desordenada mientras se levantaba.

Akamaru parecía que todavía se sentía disgustado por la terrible experiencia,


moviendo todo su cuerpo como lo haría cuando se mojaba.

-Pensar que ni siquiera pudieron ganar contra las pulgas. Hay un límite a lo patético se
puede ser, ustedes perros callejeros, miau.

-¡Gato de mierda, mira que vernos hacia abajo como si fuéramos poca cosa…! - Kiba se
abalanzó hacia el gato que había estado observándolos con calma.

-¡Te tengo!

Kiba finalmente había podido apoderarse del gato firmemente con sus manos. Sin
embargo, en el segundo en que lo había tocado, el cuerpo del gato se deshizo en
pedazos de piedra.

-¡¿Qué?!

¿Piedras? No, eso no era lo que eran. Eran trozos crujientes de comida para gato. El
gato sin duda había estado allí hace un momento. ¿Cuándo era que se había cambiado
en una falsificación hecha de comida de gato…?

-Ya veo, así que es un Bunshin de alimento de gato…- Murmuró Shino.


-¡¿Es realmente el momento de estarlo alabando?! - Kiba espetó.

-Es realmente hora de que se pongan en marcha, miau. - El gato habló desde una
habitación interior del pasaje, sus ojos brillaban en la oscuridad. - Incluso un gato
solamente pone la misma mejilla tres veces. A partir de ahora, será el momento de
sacar las garras, miau.

“Era así como los gatos ninja corrían a los intrusos para la protección de la población y
el clan del mercado negro. Sin embargo, si se trataba de un comerciante ellos no lo
correrían de ninguna manera.” Eso es lo que pensó Shino.

Sin embargo, él no sabía qué hacer para que los gatos dejaran de defenderse ante ellos.

-¡Uf, joder con esto! - Kiba aulló con irritación. - ¡No podemos atrapar al gato, no
podemos obtener información del gato, no hay nada que podamos hacer!

-Si quieres información, entonces tendrás que intercambiarla por matatabi[i]. Pero eso
es imposible, ya que muchos no tienen nada de matatabi. ¿Ya lo entiendes? Realmente
apestas a perro, así que realmente queremos que se den prisa y se vayan.
Así que era eso. El matatabi podría ser cambiado por un pase para entrar. Ni siquiera
lo habían pensado mucho. Su oponente eran gatos, después de todo.
-Esto es malo, Kiba… - Dijo Shino. - A este paso, no vamos a hacer ningún proceso. La
razón es que no trajimos ni siquiera un poco de matatabi…

Shino se inclinó más cerca de Kiba, susurrando para que el gato ninja no pudiera oír. –
Dadas las circunstancias, voy a utilizar mis insectos y a…

-Espera, Shino. Déjame esto a mí.

Kiba sacó una píldora soldado de la bolsa de su cinturón, y lo arrojó hacia el gato ninja.
- Muy bien, gato. Te voy a dar esto. Vamos a hacer un intercambio. Eso por la
información de localización del apicultor.

-¿Me quieres ver la cara de tonto? No importa cómo se mire, esto no es matatabi, miau.
El matatabi es… - El gato se fue apagando, parando sus maldiciones sobre la píldora
soldado. Comenzó a lamer la píldora soldado, su lengua rosada intermitente dentro y
fuera. - ¿Qué? ¿Qué es esto? ¿Tiene esto dentro un poco de matatabi?

El gato se hundió lentamente y se tumbó en el suelo. Era el comportamiento de


descanso típico que muestran los gatos después de que lamieron matatabi.

-Entonces, ¿cómo estuvo? - Kiba sonrió ampliamente. - Podemos hablar de negocios


ahora, ¿verdad?

-¿Qué es eso, Kiba? - Preguntó Shino. - ¿La píldora de soldado tienen matatabi?

-No, la píldora de soldado tiene inukekka[ii] en su interior. Es algo similar al matatabi.


Las píldoras de soldado especiales, hechas por el Clan Inuzuka, eran generalmente
dirigidas a los perros. Nunca había pensado que una de esas píldoras de soldado podría
tener cosas que les gustaran a los gatos también. Como era de esperar, Kiba era un
hombre confiable.

-Gnnn. – El gato sonaba enfadado, incluso más por el estupor inducido por la píldora
de soldado. – Y pensar que me he tendido en el piso y todo por ti, maldito perro
apestoso. Mi orgullo no puede perdonar esto, miau.

El gato dijo esto, se tragó la píldora de soldado de una sola mordida y se echó a correr.

-Qu- ¡Hey! ¡No vas a robarme! ¡Maldito gato de mierda!

El gato se echó a correr como una liebre… o ¿debería decir que como un gato? De
cualquier manera, Kiba había corrido detrás del gato a toda velocidad.

-¡Sólo espera! – Los gritos enfurecidos de Kiba hicieron eco por los pasillos.

Shino y Akamaru miraron la espalda de Kiba mientras perseguía al gato ninja, y


comenzaron a correr también. A medida que perseguían al ágil gato ninja, ellos corrían
y pasaban por innumerables giros y vueltas, los corredores se curveaban a la izquierda
y derecha, como un laberinto.
Shino acababa de pasar otra curva cuando vio a Kiba por delante de él. Él se había
congelado en su lugar, completamente inmóvil. Shino llegó asustado y paró en seco
para no chocar contra el cuerpo de Kiba.

-¿Qué pasó, Kiba?… ¿Perdiste el rastro?

Kiba no volvió la cabeza, ni siquiera incluso ante la pregunta de Shino.

Shino miró a su alrededor y vio que había una mujer de pie delante de Kiba. El gato
ninja de antes se encontraba en sus brazos.

Era una mujer joven muy hermosa, de pelo castaño y encantadores ojos muy abiertos.
Su edad parecía estar alrededor de la misma a la de ellos.

Kiba y la mujer habían cruzado miradas, estaban mirándose casi como si ya se


hubieran conocido de antes.

Entonces la mujer se dio cuenta de la presencia de Shino, y, mirándolo de arriba abajo,


empezó a encogerse.

-Espera, yo definitivamente no soy una persona sospechosa… - Shino habló antes de


que le pudieran haber dicho algo, adelantándose a alguna suposición. - Soy el
compañero de Kiba, aquí presente.

Cuando dijo eso, los rasgos faciales de la mujer relajaron.

-Oh, así que eso es lo que eras. De repente entraste y te detuviste de repente y me
sorprendí por ese hecho. - Ella dijo y sonrió.

-¡Déjame ir, miau! - El gato estaba luchando por salir de los brazos de la mujer, pero
no pudo liberarse.

Viendo eso, Shino le preguntó: - ¿No será que eres… la propietaria de este gato?

La mujer miró sorprendida y ella contestó.

-Sí. Uhm, ¿no nuestro gato hizo algo…? Oí una voz muy fuerte.

-Estamos buscando a alguien. - Shino dijo. - Le dimos una píldora soldado como forma
de pago, pero el gato la tomó sin decir nada.

-Ahh ya veo. Tsk, siempre les digo que hagan negocio correctamente.

-Lo siento, pero no voy a hacer negocios con alguien que huele a perro, miau. - El gato
dijo entre dientes mientras luchaba.

-¿Apesta de perro?… ¿Esta persona? - La mujer se volvió para mirar a Kiba.

Shino volvió a examinar el estado de su amigo también. Por alguna razón, Kiba había
estado de pie, rígido como una estatua con la boca abierta por un tiempo.
-Uhm, lo siento mucho. Nuestro gato ha sido increíblemente grosero… - La mujer dijo.
- Ah, mi nombre es Tamaki. Somos dueños de la tienda de armas. Y este pequeño es
Momo. Él siempre me protege.

Así que la mujer se llamaba Tamaki.

-Así que se llama Momo. - Dijo de pronto Kiba. – Vaya, vaya, qué casualidad. Nuestro
perro se llama Akamaru, jajaja.

Kiba estaba diciendo cosas que no tenían sentido.

Pero, ¿que en el mundo era lo que había sido una coincidencia? Shino estaba
preocupado en no saber qué parte de su conversación era lo que había sido una
coincidencia.

Incluso Akamaru tenía una mirada absolutamente aturdida en su rostro. Y por


supuesto que esa mirada tenía razón de ser, su propietario estaba actuando como una
persona completamente diferente delante de sus ojos.

-Así que, ¿eres un usuario de perro ninja? - Preguntó Tamaki, con los ojos brillantes. -
Eso es increíble.

Fue entonces cuando Kiba comenzó a actuar muy extraño. Él estaba inquieto. Miraba
de izquierda a derecha. Pasaba la mano por su cabello. Se jalaba la barba.

-No, bueno, eh, no soy gran cosa… - Dijo Kiba. - Ah ya sabes, ¿ves?, increíble es una
cosa diferente, ¿no? Es como que estoy en un nivel en el que podía ser considerado un
candidato para ser próximo Hokage, cosas así.

-¡¿Qué está haciendo una persona tan increíble en un lugar como este?! - Tamaki
estaba asombrada.

Akamaru agachó la cabeza y dejó escapar un gemido dramático.

Shino no dijo nada. Hace tan sólo unos momentos, Kiba había estado furioso gritando
“¡Gato de mierda!” Shino se preguntó en qué parte del mundo era en la que Kiba había
desaparecido.

-Ah, ya veo. - Tamaki dijo. – Están buscando al apicultor.

-Sí, para el regalo de bodas de un amigo. - Dijo Kiba. - Estábamos pensando en dar
vino de miel.

-Ah, esa es una muy buena elección.

Shino miró Kiba y Tamaki mientras hablaban. De alguna manera, Kiba había logrado
finalmente llegar al punto. Kiba y Tamaki mantenían la conversación por sí mismos.

Shino acariciaba en silencio la cabeza de Akamaru, que tampoco estaba participando


en la conversación.
Akamaru había mirado como si hubiera sido molestado por algo, pero cuando Shino le
acarició el pelo parecía hacerlo sentir mejor y miraba a Shino con ojos arrugados.
Shino nunca habría imaginado que, a pesar de ser un usuario de insectos, acabaría
pasando tanto tiempo con un perro y aprendería a leer su corazón.

-Entonces, los guiaré.

-Ah, ¿sabes dónde está? Estaríamos muy agradecidos.

Parecía que la conversación de Kiba y Tamaki había terminado. Ella iba a guiarlos.

-Es fácil perderse en esta ciudad. - Dijo Tamaki con una sonrisa irónica mientras ella y
Kiba caminaban al lado del otro por delante. Shino y Akamaru silencio siguieron.

Caminaron a través de una ruta muy compleja. Shino pensó que iban a salir a la calle,
pero se fueron hacia dentro del edificio de nuevo. Entonces pensó que iban a salir de
nuevo hacia fuera, pero esta vez se dirigieron por un callejón que tenía edificios de
aspectos similares.

-Entonces, este apicultor. - Kiba le preguntó. - ¿Qué clase de hombre es él?

-Hmm. - Dijo Tamaki. - Bueno, yo nunca he visto su rostro, así que…

-¿Qué quieres decir…?

-Nunca lo he conocido, pero sé dónde está.

-¿Qué hay con eso?

Shino siguió caminando mientras observaba la atmósfera armoniosa entre Kiba y


Tamaki que caminaba un poco por delante.

Estaba muy agradecido por la guía. Si no hubieran pedido a un residente que les
mostrase la forma de ir a través de estas calles complejas de la ciudad, incluso con la
nariz de Kiba y los insectos de Shino, se las hubieran visto duras en encontrar a su
objetivo. Y desde hace un tiempo, todo lo que habían encontrado eran gatos, pero ni un
solo ser humano.

Se encontraban en la parte superior de los muros derruidos, en las grietas de los


escombros, dentro de las tiendas con ventanas rotas. Podía sentir los ojos de los gatos
en cada posible escondite.

Cuando se miraba a los gatos, ya sea que estuvieran acostados o lamiendo sus patas,
con toda seguridad se podía decir que ellos no perdían ningún movimiento de los
humanos y el perro.

Mientras observaba los alrededores, Shino tuvo una sensación repentina.

Este pueblo abandonado, los gatos que vivían allí tomando el sol… se sentía casi como
si de repente un día todos los seres humanos habían desaparecido de la faz de la Tierra.
Aquí, la gente eran los forasteros.

Si no fuera por Tamaki y el gato ninja Momo, probablemente ya estarían rodeados.

Hablando de Momo, el gato estaba caminando junto a Tamaki con una mirada amarga
en su cara. Parecía que no estaba contento con la forma tan alegre en la que hablaban
Tamaki y Kiba.

Kiba estaba haciendo movimientos grandes y exagerados con las manos y los brazos
mientras hablaba, y la risa de Tamaki se transmitía. Shino estaba callado, como era su
costumbre. Akamaru iba esquivando las miradas inquebrantables de los gatos
mientras caminaba.

De esta manera, los tres llegaron eventualmente a las afueras de la ciudad.

Al llegar a ese punto, el número de edificios derruidos en fila a un lado del otro había
disminuido de manera constante, hasta que llegó el punto en el que ya no quedaba ni
una sola casa por los alrededores. En lugar de eso, lo que vieron bueno, en vez de eso,
había una espesa niebla que había descendido. Su campo de visión se deterioraba.

Esto no era un asunto trivial, Shino pensó para sí mismo, y se concentró en observar
cuidadosamente su entorno.

Delante de él, Kiba y Tamaki continuaban su conversación trivial. A pesar de que


pronto estarían llegando a su destino, había algo diferente en el estado de ánimo de
Shino y el estado de ánimo de los dos delante de él.

Tamaki continuaba caminando sin ser molestada por la niebla.

-¿Eh? Ahora que lo pienso, ¿no nos hemos visto antes en Konoha? Hace poco me mudé
allí. Aunque todavía vengo a menudo a visitar a mi familia. Pero sí, eso es todo, antes
de esto, mi abuela estaba completamente desnuda con un grupo de gatos, ah, ya
llegamos.

Tamaki paró de repente.

Mientras se preguntaba qué en el mundo había hecho la abuela de Tamaki, Shino se


detuvo también.

Se podía ver vagamente un bosque de bambú más delante de la niebla.

-Este bosque de bambú… debe ser el lugar correcto. - Dijo Tamaki.

Esas fueron algunas palabras ambiguas de alguien que les dijo que los guiaría.

-¿Qué quieres decir con debe ser? - Preguntó Kiba.

-Bueno, en pocas palabras, nadie jamás lo conoció.

-Entonces, ¿cómo es que sabes dónde vive?


-Por favor, eche un vistazo a esto. - Tamaki indicó un par de monumentos de piedra
que se levantaron por delante de la arboleda de bambú.

Al ver la cuerda podrida que se envolvía alrededor de los monumentos de piedra, Shino
murmuró: - “El Guardián de las deidades del viajero”.

-Eso es correcto. - Dijo Tamaki. - La gente viene aquí y coloca cerca de la estatua una
ofrenda, cosas como verduras y similares. Cuando regresan al día siguiente, la ofrenda
se ha ido, y un pequeño contenedor de miel o vino de miel estará en su lugar. Y así,
llamamos a la persona que deja la miel, sea quien sea esa persona, el “apicultor”.

-¿Por qué nadie ha tratado de ir a verlo…? - Preguntó Kiba, mirando muy sorprendido.
- Normalmente, ¿no sientes curiosidad en saber quién es en realidad ese tipo?

Bueno, esto sería lo que pensarías “normalmente”.

Pero, esto era Soraku.

La posibilidad de que quien vivía ahí y anduviera por ahí en posición vertical, era de un
200% por ciento. Mientras que la persona hiciera su negocio correctamente bajo la
vigilancia de los gatos a nadie le importaba si era un viajero o un fugitivo.

-Como se puede ver en el letrero, “El Guardián de las deidades del viajero”, estos son
terrenos sagrados. Pero las personas que viven en Soraku no se molestan en mirar a su
alrededor. No tenemos ningún negocio aquí después de todo. - Tamaki dijo con una
sonrisa.

El hecho de que el apicultor estaba viviendo en terrenos sagrados no parecía ser algo
molesto.

Como era de esperar, la gente de Soraku tiene una forma única de pensar, era un poco
diferente a las de los demás.

-Pero tenemos negocios qué hacer por aquí, ¿ya sabes?… - Kiba dijo. - No podemos
simplemente sentarnos aquí, ofuscados por quién sabe cuántos días a la espera de
nuestra oferta para intercambiarlo con vino de miel.

-De cualquier manera, ustedes idiotas no serían capaces de encontrarlo, miau. Incluso
los gatos se pierden en ese bosque de bambú, miau. - Momo dio una risa sádica.

Había pensado que el gato finalmente había decidido decir algo que valiera la pena
pero, en lugar de eso, sólo salieron palabras ariscas de su boca.

Pero Kiba no fue perturbado.

-Somos shinobi. No nos perderemos. - Él dirigió las palabras a Momo, y luego caminó
hacia los bosques de bambú envueltos en la niebla.


Después de separarse de Tamaki y Momo, el equipo había comenzado a caminar a
través del bosque de bambú de niebla.

Shino giró la cabeza y miró hacia atrás. El resto de la ciudad ya estaba fuera de la visión
que la niebla le permitía. Entonces, eso es lo que quería decir Momo acerca de
perderse. Si este era el estado de la niebla, no era de extrañar que Tamaki y Momo y las
otras personas de Soraku nunca hubieran ido ahí.

De cualquier manera, ya que estaban buscando a alguien cuyo rostro era desconocido,
sería una tarea imposible de lograr si no tuvieras shinobi con altos sentidos de
percepción como Kiba y Shino. Este no era un lugar los shinobi como Tamaki.

Pero, dicho esto, era posible que este lugar tampoco era para shinobi.

La estatua del Guardián de las deidades del viajero se colocaba como un marcador para
separar el mundo en el que los humanos vivían en el mundo normal y el mundo en el
que los dioses vivían. En otras palabras, ahora estaban caminando en territorio que no
pertenecía a los seres humanos, sino a los dioses.

Ya no había podían ver por la niebla, Shino sentía como si se hubiese vuelto aún más
gruesa.

-Está bien… esto debería ser un buen lugar para la primera. - Dijo Kiba, y lanzó un
kunai en un palo de bambú cerca de ellos.

Lo estaba haciendo para colocar un marcador cerca de la entrada del bosque de


bambú. Lo haría de nuevo después de que avanzaran un poco más. Habían repetido la
acción por algún tiempo mientras continuaban el viaje. De esta manera, serían capaces
de encontrar la manera de salir cuando se fueran sin perderse demasiado.

-Primero lo encontraremos con mi nariz, luego cuando lo hagamos, podrás llamar a tus
bichos y… ¡achú! - Kiba estornudó repentinamente. Él aspiró, y luego dijo: -Eh, tal vez
esa chica está hablando acerca de mí…

-… ¿Te has enamorado de ella? - Shino le preguntó sin rodeos.

-¡¿Eh?! ¡No, idiota! ¡No hay absolutamente nada de eso!

Kiba estaba increíblemente nervioso. Él estaba gritando sus negativas usando una voz
mucho más fuerte de lo habitual.

-¿Acaso estaba… interrumpiendo su romanticismo…?

-¡Te digo que estás equivocado!

-Hinata se va a casar pronto… Kiba, si te casas voy a terminar completamente solo. Si


te casas, déjame a Akamaru. La razón es que él es el único que me entiende sin
palabras…

-¿Disculpa? ¡No tengo ni idea de lo que estás diciendo! ¡¿Qué quieres decir con que
estarás completamente solo?!
Como Kiba estaba ladrando nervioso, Akamaru miró a su dueño y ladró también.

-¡Guau!

-¡¿Qué demo…Akamaru?! ¡¿Por qué estás diciendo también esas cosas?! ¡Y deja mi
barba fuera de esto!

A pesar de que Akamaru solamente había dado un ladrido, parecía que había
transportado una larga cadena de palabras. Kiba estaba despotricando aún más, su
rostro se tornó carmesí hasta sus oídos.

“¿Es que su rostro se volvió rojo por la ira o la vergüenza?” - Shino pensó en silencio.
“Lo más probable es que sea por ambos”.

Kiba dio de repente un grito exasperado. -¡Argh, ya es suficiente! ¡Vamos a seguir


adelante sin entrar en conversaciones estúpidas como esta!

Él dio la espalda a los dos, y caminó pisando fuerte por delante de ellos.

-En serio… el fuerte olor de bambú hace que encontrar cosas sea aún más difícil, ¡ugh!

Parecía que estaba mucho más irritado ahora de lo que había estado hasta hace un
momento.

Pero Shino se alegró de verlo, porque Kiba era mucho más fácil de entender cuando se
ponía así. Por supuesto, mientras que él podría haber estado satisfecho por el
momento, eso era sólo por “ahora”.

Cuando él había conocido primero a Kiba, había habido muchos momentos en los que
había conseguido estar irritado por su personalidad, él era todo lo contrario a lo que
era Shino.

Durante el tiempo en la Academia, Shino dejaba que sus insectos caminaran sobre la
parte superior de su escritorio, mientras que Kiba corría por los pasillos y áreas de
juego con otros compañeros, gritando en voz alta. En clase, Shino estaba en silencio y
escuchaba al maestro, mientras que Kiba se dormía o dormido o hacía demasiado
ruido.

Para resumir, Kiba era el segundo de Naruto cuando se trataba de olvidar… olvidemos
que era el segundo, después de todo, el chico en cuestión nunca había sido el tipo que
nunca había estado en primer lugar… Kiba estaba al nivel de Naruto cuando se trataba
de causar alboroto. Había sido un niño problema completo.

En aquel entonces, Shino había querido ser asignado a un equipo con nadie más que él.

Pero ahora, Shino continuaba misiones con ese mismo niño problema.

¡¿Cuando era que Kiba se había mostrado completamente al natural?!

La vida era realmente imposible de entender.

Por alguna razón, Shino seguía pensando en los viejos tiempos mientras caminaba.
Su campo de visión aún se veía obstaculizada por la niebla. El paisaje nunca parecía
cambiar, siempre era el mismo. Racimos de bambú con una espesa niebla que colgaba
entre ellos. Shino pensó que lo que le rodeaba en esos momentos parecía una pintura.

-Espera un minuto. Esto es extraño… - Kiba murmuró repentinamente en voz baja. -


Este no es el olor de bambú… ¿Qué es esto, éste débil y dulce aroma…?

Kiba miró a su alrededor y crispó su nariz.

Por supuesto, Shino no tenía el olfato que tenía Kiba. Ese era un olor muy débil.

Sin embargo, Shino se dio cuenta de inmediato de que algo extraño se encontraba
frente a sus ojos.

-Kiba… Mira esto…

Por delante de donde Shino estaba señalando, había un poste de bambú… con un kunai
que salía de la rama.

Era el kunai que Kiba había tirado como un marcador en las afueras de la ciudad desde
donde habían entrado.

Mucho tiempo había pasado desde que habían colocado ese marcador, y había
continuado caminando hacia delante solamente. No deberían estar viendo el
marcador.

-¿Es un genjutsu…?

Mientras se sentía incómodo, Shino cambió el flujo de chakra dentro de su cuerpo, por
lo que los insectos dentro de él dejaran de sentirse incómodos. Había desplazado su
chakra en aras de romper el genjutsu.

Sin embargo, nada había cambiado.

Pero era cierto, el kunai que debería estar a una larga distancia detrás de ellos, estaba
en frente de ellos.

-Mierda, no podemos salir… ¿Qué es esto? - Kiba bajó la voz, y entornó los ojos
fuertemente alrededor de ellos. - ¿Es una Técnica para confundir mentes?
-Se siente similar a la Técnica ilusoria del demonio doble falso, pero… tampoco es una
de esas…
Eran un par que habían sido criados bajo el cuidado de Kurenai, un usuario de
genjutsu líder en Konoha. Para ser honestos, estaban seguros de que sus
conocimientos en genjutsu eran más altos que la de otros ninjas. Por supuesto, eso
incluía también cómo salir de ellos.

Pero, nunca habían oído hablar de un genjutsu como este. Para empezar, si era un
genjutsu, entonces para ese instante ya hubiera sido cancelado. ¿Acaso quería decir
que era algo diferente que pero similar a un genjutsu y por lo tanto sería?… ¿qué era lo
que sería?
-No tenemos otra opción, ¿eh? - Dijo Kiba. - Por ahora, ¿qué tal si continuamos
Akamaru y yo utilizando el Gatsūga (Técnica de colmillo giratorio)?
Kiba había encontrado una solución muy simple. En lugar de seguir un curso conjunto
evitando el bambú, harían caso omiso de eso y cortarían a través de una línea recta.

Shino asintió en silencio.

-Muy bien, ¡entonces vamos, Akamaru! - Kiba miró a su alrededor. -… ¿Akamaru?

Kiba comenzó inquieto a girar la cabeza de izquierda a derecha. Shino buscó también
por los alrededores, forzando la vista para ver más allá de la niebla que los rodeaba.

Pero no importaba lo mucho que buscaran, a pesar de que Akamaru estaba a su lado
hasta hace un momento, había desaparecido sin hacer ningún sonido y tampoco
dejando algún rastro.

-Esto no puede estar bien… ¡Akamaru! ¡Hey, Akamaru! ¡¿Q-qué es esto?! ¡El olor de
Akamaru se ha ido!

Kiba perdió completamente la cabeza. Saltó a través de la niebla, todavía gritando.

-¡¿Dónde estás, Akamaru?! ¡Contéstame Akamaru!

-¡Espera, Kiba! ¡Cálmate!

Shino corrió tras un histérico Kiba. Mientras él corría y llamaba a Akamaru, la niebla
se volvía más densa alrededor de su figura. Él debería haber estado muy cerca, pero
Shino no podía decidirlo gracias a la niebla.

Shino corrió y corrió, pero no pudo alcanzar a Kiba. Y de pronto, Kiba desapareció de
su vista también.

-Shino… este olor es muy fuerte. - La voz de Kiba flotó hacia él desde en medio de la
niebla. –Debes saber también de lo que se trata. Ese olor dulce… es el olor de la
miel…¡debe de serlo!

En ese momento, todos los rastros de Kiba desaparecieron por completo.

-¡Kiba…!

En ese momento, un número incontable de Kikaichū (Insecto Parásito


Destructor), aparecieron alrededor Shino.
Él subió los dos brazos, un sinnúmero Kikaichū salieron del interior de su cuerpo
hacia todas las direcciones. Algunos se fueron arriba hacia el cielo, otros inundaron sus
alrededores, y sus Kikaichū parecían casi tan gruesos como la niebla.
Pero con todos los Kikaichū que habían sido puestos en libertad no se comportaban de
la manera que Shino había esperado.
Inmediatamente volvieron a él, informando que no pudieron encontrar nada.

-No puede ser…


Lo intentó por segunda vez, y una tercera, pero no importaba cuántas veces los
liberara, el resultado era siempre el mismo.

El Kikaichū pasó por las grietas entre el bambú que crecían a su alrededor, pero
siempre volvían de vuelta sin encontrar nada.
Viendo a sus insectos volar sin hacer nada, Shino sintió un sudor frío.

Su Kikaichū respondía a base de chakra. Ellos no podían encontrar ningún rastro de


Kiba, siendo que él había estado en ese lugar hasta hace unos momentos. Ni siquiera
podía verlo por la niebla espesa.
“Esto es imposible…”

Shino frenéticamente trató de pensar. Recordó las últimas cosas que Kiba había dicho.
Había hablado de un olor dulce cada vez más fuerte, y dijo que era el olor de la miel.
Había dicho que Shino debía ser capaz de saber acerca del olor, lo que significaba que
había sido muy fuerte.

Pero, no importa lo mucho que Shino agudizara sus sentidos, no podía oler siquiera el
olor débil de dulce miel.

Sin embargo, mientras agudizaba sus sentidos y se concentraba, sus esfuerzos dieron
fruto de otra manera. Rodeado por el zumbido de sus insectos, Shino se dio cuenta de
un zumbido diferente en el fondo.

De repente levantó la vista y vio a varias figuras que volaban por la niebla. Ellos eran
enormes en comparación con su Kikaichū.
Negro y color amarillo.

Avispones. Y ellos estaban volando hacia él en línea recta, con Shino como objetivo.

De inmediato usó sus insectos para defenderse y acribillar a las avispas. Su enjambre
de Kikaichū asumió la forma de espada negra y voló libremente por el aire.
Cuando lo hicieron, los cuerpos de los avispones de repente empezaron a fundirse en
un líquido viscoso extraño, y el líquido comenzó a envolver los ataques de los Kikaichū.
-¡¿Qué es esto?! ¡Esta técnica…!

A medida que el líquido envolvía a sus Kikaichū, grandes gotas de líquido espeso
cayeron alrededor Shino también.
-¿Miel…?

Era un dulce olor que se mezclaba con la niebla, al igual que Kiba había dicho. Por
primera vez desde que habían entrado, Shino finalmente pudo olerlo. De hecho, el olor
iba creciendo constantemente más fuerte.

Los avispones atacaron a Shino una vez más. Usó sus insectos para defenderse de
nuevo.

“El bambú está en todo el camino…”

Si él tenía un poco de tiempo, podía derribar el bambú en segundos.


Las avispas atacaron con habilidad, volaban dentro y fuera del bambú y lo usaban
como escudo al mismo tiempo.

Fue en el momento en el que Shino les prestó más atención que sucedió.

Justo cerca de los pies de Shino, la miel que había caído al suelo comenzó a tomar la
forma de avispones.

“¡Lo he hecho…!” - Shino pensó mientras las avispas se reformaban y volaban


directamente hacia él desde abajo.

El aguijón de la avispa apuñaló sin piedad la parte posterior del cuello de Shino.

Su cuerpo se balanceaba terriblemente.

Esa no era una picadura de avispa normal. El veneno de la avispa había sido
especialmente preparado para ser lo suficientemente fuerte para tumbar a dos shinobi
a la vez.

La manipulación que tenían las avispas sobre él, y sus picaduras tóxicas especializadas,
todos esos puntos apuntaban a un usuario de insectos muy hábil. Un usuario de
avispones, avispas y abejas. Los habitantes de Soraku habían llamado a esa persona “el
apicultor”.

Así fue como Shino se convenció de que conocía la verdadera identidad del enemigo
que no podían ver, y su cuerpo se desplomó en el acto.

Después de pasar algún tiempo, el apicultor apareció de entre la niebla sin hacer ruido.

Paso a paso, poco a poco se acercó a Shino.

Era una muy extraña visión.

No se le podía ver la cara, porque estaba cubierto por una máscara de Anbu con la
forma de una abeja. Y no era sólo que su cara no se podía ver. Cada parte del apicultor
estaba cubierto de un enjambre de abejas de miel.

No, más bien, sería más fácil que lo imaginaras si se dice que todo el cuerpo del
apicultor estaba hecho de abejas de miel.

Este era el apicultor de Soraku, cuyo rostro nadie había visto.

Poco a poco se adelantó.

-Del Clan Aburame de Konoha… - Murmuró mientras veía a Shino que había caído. La
voz sonaba tranquila. Sonaba como un muchacho joven, pero al mismo tiempo como
un frágil y nervioso joven. Era una voz misteriosa y andrógina.

-Exactamente. - Shino respondió desde detrás del apicultor.


El Shino que se había derrumbado en el suelo se rompió y dispersó. Había sido
un Kage Bunshin hecho por miles de insectos.
-Y pensar que me has engañado… - Dijo el apicultor. – Tu tipo es muy raro…

El apicultor no tenía ninguna emoción en particular en su voz mientras miraba a su


alrededor.

Los insectos que habían pretendiendo ser Shino, se unieron al resto de


sus Kikaichū, pero en ningún momento sus insectos tocaron al apicultor.
Las abejas de miel del joven apicultor zumbaban y se empujaban en agitación,
sintiendo que su dueño estaba en peligro.

-Pero, ¿por qué…? - El apicultor se preguntó. - El veneno…

El apicultor estaba hablando acerca de cómo las avispas debieron haber picado a Shino
con su veneno y él debería estar ahora lleno de el ahora.

La verdad era que Shino de hecho sí había sido picado. Se dejó picarse, porque sabía
que su oponente nunca saldría a la luz si no lo hacía.

Y es por eso Shino voluntariamente se dejó picar por el aguijón venenoso. Él tenía la
suficiente confianza y fe en sí mismo para hacerlo.

-Fui envenenado. - Confirmó Shino. - Pero no fue un problema. La razón es que, esa
cantidad de veneno no me va a matar.

Gracias a los insectos dentro de su cuerpo, los venenos de un cierto nivel podrían ser
neutralizados.

Shino, en particular, había estudiado a los pequeños insectos venenosos Rinkaichuu,


utilizados por su compañero de clan ya fallecido, Aburame Torune y, luego creó sus
propios insectos para resistir el veneno gracias a esa investigación.
Por eso era posible que Shino neutralizara el fuerte veneno en cuestión de momentos.
Se podría decir que era algo que había heredado de Torune, que había sido criado junto
a él cuando era joven, y sido como un hermano para él.

-Bueno, fui realmente vencido… Perdí. - Dijo el apicultor, dándose cuenta de que no
podía tomar represalias. Ellos no lucharon. – Estás detrás de mi vida, supongo. Bueno,
estoy contento de ser asesinado por un usuario de insectos con tal habilidad…

-No, estoy aquí por… el vino de miel… - Shino habló en medio del tenso silencio. - Me
gustaría… cerca de dos botellas…

Tal vez era porque Kiba no estaba cerca, pero el silencio de repente se sintió demasiado
pesado.

-¿Quieres venir a mi casa…? - Preguntó el apicultor, girando su cabeza enmascarada.


Resultó que el apicultor era originalmente un ninja de Iwagakure, que se había
establecido a vivir ahí en paz mientras temiendo, al mismo tiempo, que sus
perseguidores lo encontraran.

En resumen, Shino había sido confundido con uno de los perseguidores del apicultor, y
por eso el apicultor le había atacado.

-Kiba y Akamaru… - Dijo Shino. - Un ser humano amante de los perros y su perro
adorado, estaban aquí conmigo, pero, ¿qué pasó con ellos…?

-No te preocupes, que están a salvo. Sólo están deambulando en la niebla. - Respondió
el apicultor. Estaban hablando mientras se dirigían hacia la casa del apicultor.

-Hace un momento, ¿por qué me atacaste…?

-Porque si no golpeas primero contra un usuario de insectos, estarás en problemas más


adelante.

-Ya veo…

Continuaron conversando en voz baja. Shino pensó que estaban teniendo una animada
conversación.

Shino había conocido al clan de usuarios de insectos de Iwagakure. Había sido un clan
de usuarios principalmente de abejas, y ahora estaba destruido. El apicultor era
descendiente de ese clan.

-Aquí está…

El apicultor se detuvo, y Shino podía ver una pequeña casa que aparecía en la espesa
niebla por delante de ellos. Era una simple casa con techo de paja. El jardín era muy
probable que fuera el área de cultivo para las abejas. Había una cesta de bambú junto a
él.

La casa de paja discretamente estaba dentro de la espesura de bambú envuelta por la


niebla.

El ambiente se sentía como uno de esos refugios de ninjas que había oído hablar por
historias. En realidad, era un ninja fugitivo, de hecho, condenado a vivir en secreto
aquí, por lo que el refugio del ninja era exactamente lo que era, un refugio.

Mientras Shino había viendo la casa, el apicultor trajo el vino de miel. Al pasar junto a
Shino, el hermoso resplandeciente líquido ambarino se balanceaba suavemente dentro
de su contenedor.

-Gracias ¿Cuánto…?

-Yo no necesito dinero. - El apicultor respondió con calma. - No sería de ninguna


utilidad para mí, incluso si lo tuviera, así que…
Parecía que siempre habían estado viviendo en ese lugar solo. Parecían estar llevando
un estilo de vida que era completamente autosuficiente, sin necesidad de dinero.

Shino dejó escapar otro corto - Ya veo… - y puso el vino de miel en el saco que el
apicultor le dio. - Lo que me recuerda, estaría muy agradecido si me puedes enseñar el
camino de salida. La niebla es muy espesa…

-No hay.

El apicultor sin vacilar dio ese tipo de respuesta.

-¿Qué quieres decir?

-No hay un camino de regreso… eso es lo que quiero decir. - El apicultor se sentó
encima de una roca cercana, mirando fijamente a Shino con los ojos detrás de su
máscara. - Este bosque de bambú es un poco como una barrera Kekkei. Una vez que
entras, nunca se puede salir. Te mantienes perdido en la niebla por la eternidad. Ese es
el tipo de jutsu que es…

-¿No se puede deshacer el jutsu? - Preguntó Shino.

-Lo siento, pero no se puede deshacer. Es un jutsu que hice yo mismo. - El apicultor no
sonaba muy apenado al respecto. Su voz era tan impasible como siempre lo había sido.
Se podría decir que estaba en calma, pero era más como que su voz era completamente
plana. -Por ejemplo, incluso si me matan, el jutsu no se desharía… - Continuó el
apicultor, mirando hacia el cielo. - Esta niebla se hizo originalmente con ingredientes
únicos que causan que los humanos se confundan y pierdan sus caminos. Usé un poco
de la esencia de esa niebla para crear el jutsu…

Shino miró de nuevo hacia la niebla brumosa. Y pensar que había ese tipo de
ingrediente dentro de ella… ¿Era realmente posible? Bueno, él no podía decir que era
imposible.

No podía sentir la hostilidad del apicultor, ni de las abejas de miel que les pululaban.

No se veía como que el apicultor estaba mintiendo.

Y Shino recordó la misteriosa historia que había oído de su padre, Shibi.

Kumogakure era al parecer dueño de una cascada misteriosa. Era enorme, había dicho
su padre, cayendo fuertemente y emitiendo enormes olas de agua. Aparentemente, si te
enfrentas a las cataratas, tu ser interior, tu verdadero yo, se reflejaría.

En el momento había sido difícil de creer, pero en realidad existía ese lugar en el
mundo. En ese caso, no era demasiado extraño si una niebla hacía que los seres
humanos perdieran su camino. No era un genjutsu, pero la niebla había sido la culpa
de todo.

Shino se dirigió hacia las afueras de la casa del apicultor.

Una niebla que nunca se acababa. Un sin fin de bambú, bambú, bambú…
El paisaje inmutable continuaba sin fin.

Como experimento, Shino caminó en línea recta, con los insectos que volaban a su
alrededor. Pronto se encontró de nuevo en la casa del apicultor, una vez más.

Lo intentó de nuevo, caminando con más cuidado, sólo para volver a ver al apicultor
todavía sentado tranquilamente en su roca.

“Gracias a la composición de la niebla, incluso mis insectos se pierden, ¿es eso cierto?”

Sus insectos no podían ayudarle. No había salida. No pudo encontrar a Kiba y


Akamaru. Se encontraba en una situación muy pesada.

Pero Shino aún se mantenía investigando su entorno.

-Me perdí en el camino de mi vida y me encontré aquí… - Dijo el apicultor, - Pero, eso
no quiere decir que esto es una mala forma de vivir. Más bien, hubiera querido vivir
así. Aquí, no hay más que el presente. No hay pasado ni futuro. Justo ahora. Estoy
viviendo en el presente. ¿No crees que eso es más que suficiente…? - Las palabras del
apicultor eran tranquilas y lentas, así que él continuó compartiendo sus pensamientos.
- Siempre he estado corriendo. Peleando, estando en el camino de un ninja. Desde el
principio, nunca pensé que la vida shinobi estaba acorde conmigo. Pero nací y crecí en
un clan de los usuarios de insectos. No tenía ninguna otra opción que vivir como un
ninja… Es por eso que tiré todo por la borda, y escapé a este lugar. Si no tengo otro
camino para vivir sino el de un ninja, entonces todo lo que tengo que hacer es seguir
perdido y nunca bajar…

Las palabras del apicultor fluyeron lentamente y desaparecieron en la niebla de color


blanco puro.

Shino en silencio escuchó todo.

-Todas las personas se pierden. - El apicultor dijo. - No sólo yo. Ya se trate de shinobi o
comerciantes, hombre o mujer, todo el mundo. Y eso te incluye a ti. Estás perdido
también. Es por eso que estás vagando confundido a través de la niebla de esta manera.
- Señaló.

-¿Estás diciendo que estoy… perdí…?

¿Cuándo es que la boca de Shino se había tornado tan seca? Shino tragó, y contuvo la
respiración.

Y, por alguna razón, los recuerdos de Hinata y Kurenai se levantaron en su mente.

Recordó el tiempo que había pasado entrenando con Hinata.

Recordó los días de las misiones que había hecho bajo la supervisión de Kurenai.

Por fin había hecho un amigo en Hinata. Kurenai le había entendido a pesar de que
estaba callado.
Pero…

Hinata se iba a casar pronto. Incluso ahora, ella estaba ocupada preparándose para la
ceremonia de boda.

Kurenai estaba ocupada criando a su hija. Ahora, ella estaba detrás de la línea.

Las dos ya habían empezado a dibujar sus propios caminos. Y Shino observó en
silencio sus dos espaldas.

EL Equipo ocho nunca sería capaz de volver a ser lo que era. Nunca.

Shino trató de mantener la calma, pero su respiración se estaba poniendo dura y


trabajosa. La niebla le estaba llenando los pulmones.

“¿Es esto lo que quería decir con que estoy perdido…?”

Hinata y Kurenai, y todo el mundo, se dirigían hacia sus propios caminos, pero Shino
era el único que quedaba detrás, justo donde comenzó. Esa era la sensación de que
había caído.

Él no se dirigía hacia cualquier lugar, y él no se estaba asentando en cualquier lugar.


Sentía que era como la niebla vacilante, siendo siempre lo único que quedaba atrás.

¿Eran esos sentimientos un engaño creado por una niebla…? No, eso no era todo.

Siempre había sido así, siempre se sintió así.

Después de que llegaron a ese lugar, y antes también. La sensación de que siempre se
había mantenido perdido…

Y, el pensamiento se le había ocurrido, quizá estaba escondido en algún pequeño


rincón de su corazón. Ni siquiera se había dado cuenta de que él mismo lo había
pensado alguna vez…

Quería volver a esos días.

Quería volver, sólo una vez más, de vuelta a los días en los integrantes del Equipo ocho
estaban pegados todo el día.

-Ni siquiera te habías dado cuenta… de que te has sentido perdido, ¿es cierto?… - Dijo
el apicultor, mirando a Shino.

Shino estaba de pie inmóvil en su lugar. No podía dar un solo paso adelante. No
importaba lo mucho que tratara de seguir adelante, él no sería capaz de llegar a la
salida de todos modos, así que ¿para qué molestarse? Ni siquiera podía ver nada
delante de él de todos modos, gracias a la niebla.

-No tienes por qué seguir adelante. - Dijo el apicultor. – Puedes simplemente dejar
todo y vivir aquí, y estarás bien…

La niebla junto con las palabras amables del apicultor, atravesaron a Shino.
“Eso podría ser lo mejor.” Shino pensó.

Si no podía avanzar, y si nada lo esperaba aunque moviera hacia delante, entonces se


quedaría aquí y vivir sus días sin cambiar nada. Eso podría muy bien convertirse en su
felicidad.

El apicultor le tendió una mano. Las abejas que rodeaban su brazo se apartaron para
revelar una mano de color blanco lechoso.

-Si quieres. - El apicultor dijo. - Entonces podrías quedarte aquí conmigo.

Shino miró la mano que le ofrecía.

Y entonces, de repente…

“¡Esta es la última misión del Equipo ocho! ¡Vamos, chicos!”

De repente se acordó de las palabras de Kiba. Ese grito de batalla resonó en la mente
de Shino.

“Así es, esta es… ¡la última misión del Equipo ocho!”

En ese instante, se sentía como si la oscuridad alrededor de su campo de visión


desaparecía por completo. Su mente aturdida se volvía nítida y clara.

Por alguna razón u otra, la niebla alrededor de su entorno había retrocedido.

-No puedo parar en un lugar como este. Tengo prisa y tengo que volver a la aldea. ¡La
razón es que tengo, absolutamente tengo, que asistir a la ceremonia de la boda de una
preciada amiga…!

Por debajo de sus gafas de sol, los ojos de Shino estaban resueltos mientras miraba
firmemente por delante.

Ese momento, de repente se dio cuenta de que una caña de bambú cerca de él tenía un
kunai incrustado en él.

Era sin lugar a dudas el kunai que Kiba había arrojado a un palo de bambú cerca de la
ciudad. No se había dado cuenta de ello en absoluto hasta ahora. Y el hecho de que ahí
había sido significaba que…

Shino giró la cabeza, y, efectivamente, podía ver la entrada del Bosque de Bambú
delante de él. Sus ojos podrían ver la Deidad Guardián del Viajero. Era sin duda el
lugar por el que Shino y el resto habían entrado.

-La entrada… no, la salida está ahí… – Le dijo al apicultor mientras señalaba.

-¿…? Yo no veo nada… no hay nada más que la niebla… - El apicultor inclinó su cabeza
hacia un lado.

El tono de su voz sonaba como si realmente no pudiera ver la salida.


Y Shino finalmente entendió la situación. Era una cosa bastante simple.

La niebla hacia que los seres humanos perdieran su camino. El jutsu utiliza la niebla.
La gente perdía los caminos de sus vidas gracias a la niebla. En este caso, no había
ningún presente o futuro. Es por eso que no había más que un eterno "presente” dentro
de la niebla. Eso es lo que era.

Pero ese sólo era el caso de que la persona estuviera huyendo de su pasado y hubiera
tirado por la borda su futuro.

Al igual que el apicultor había dicho, no importaba lo mucho que alguien hubiera
entrenado como ninja, no importaba cuántos años hubiera vivido, cualquier persona
que vivía la vida tenía momentos en que se sintieran perdidos. Pero para los que no se
daban por vencidos y seguían moviéndose hacia adelante y creían en su futuro, esta
niebla no tenía ningún poder en absoluto.

Si tienes firmeza de manera constante, construida con esperanza y fe en ti mismo


dentro de tu corazón, mientras caminas hacia delante entonces, incluso si quedas
atrapado dentro de una espesa niebla, finalmente encontrarás la salida.

Shino dio una sonrisa irónica. No podía dejar de pensar que de alguna manera, la
niebla era muy similar a la vida.

-Ya veo… Así que viste el camino hacia la Deidad Guardián del Viajero… - El apicultor
puso tiesa su cabeza y en silencio murmuró: - Es mejor que te vayas rápidamente y
continúes, antes de perder el camino de nuevo…

Como de costumbre, el tono del apicultor era parejo y sin emoción.

Pero, algo de ello parecía solitario mientras estaba sentado en esa gran roca. O tal vez
Shino pensaba demasiado las cosas.

No, eso no era todo.

La niebla que los envolvía, los matorrales de bambú interminables, la pequeña casa sin
gente, las abejas de miel que rodeaban al apicultor, la máscara de Anbu que ocultaba
su rostro, cada una de esas cosas era como otra barrera para el apicultor. Shino lo
entendía muy bien.

La razón por la que Shino lo entendía era porque él también se escondía bajo su largo
abrigo y capucha.

“Este es un escudo para protegerme. No físicamente, pero emocionalmente.”

Shino entendía ese tipo de sentimientos que tanto dolían.

Es por eso que él vaciló sobre si debía pasar por encima de los límites de barrera de
una persona.

“La gente se perdía más, incluso por cosas como esta. Pero…”
Si él dejaba al apicultor atrás en esta espesa niebla, no sería un ninja. El apicultor era
un compañero shinobi que también había nacido en un clan usuario de insectos. Si
Shino se contenía pensando que él estaba sobrepasando sus límites y entrometerse en
los asuntos de alguien más, y justo le daba la espalda y se iba, entonces sabría que sin
duda se arrepentiría en algún momento.

“En momentos como este, en lugar de lamentar lo que uno no intenta, era mejor
probar suerte y hacerlo. La razón es que…”

-Dijiste que estabas viviendo en el presente. - Shino dijo. - Pero yo no puedo evitar
preguntarme si eso no es una mala elección.

“… La razón es que es lo que haría Naruto.”

-¿Puede una persona vivir realmente en el presente cuando está huyendo de todo? -
Preguntó Shino. - Alguien que constantemente es arrastrado por su pasado e incapaz
de ver su futuro, ¿está realmente viviendo en el presente? Hoy será un día en el pasado,
y alguien que vive eternamente en ese presente nunca será capaz de ver su futuro, ¿no
es cierto? Al menos, eso es lo que pienso…

Shino se cambió el saco de lugar en la espalda llena de vino de miel que el apicultor le
había dado. Hasta ahora, nunca se había resentido a sí mismo por ser malo en
palabras.

Cuando se había perdido en la niebla, realmente había pensado que estaría viviendo
días sin hacer nada y así, días tras día.

-Eres realmente una joya… - El apicultor finalmente habló después de que escuchara la
conferencia de Shino. - Realmente inesperado. Pensé que eras un hombre muy
tranquilo, pero resulta que si bien es posible que no se muestre en tus palabras o tus
expresiones faciales, pero eres muy apasionado en el interior… Siento que acabo de ser
leído por un profesor de edad avanzada.

El apicultor estaba hablando con calma. Su tono era como el de siempre, y gracias a su
máscara, Shino no podía ver la expresión de su cara.

Sin embargo, se sentía como si el apicultor estaba definitivamente dando una sonrisa
irónica.

-Un profesor, ¿eh? Nunca había pensado en eso, pero mi compañero es un niño
problema después de todo… - Shino respondió, los rostros de su compañero le vino a la
mente. - Muchos de mis compañeros de clase eran niños problema. Un quejica
constante, un gran glotón, un joven bromista… El que se comportaba siempre
correctamente era yo. Pero aun así, cada uno de esos compañeros de clase se ha
convertido en espléndidos adultos. Vivían con entusiasmo en el presente sin huir, y es
por eso que pudieron llegar a este futuro… - Shino se detuvo, e hizo un gesto hacia el
saco de vino de miel que llevaba. - Gracias por esto. Me voy ahora.

-¿Qué harás con ese niño amante de los perros…? - Preguntó el apicultor a sus
espaldas. - ¿Qué pasa si, a diferencia de ti, él no puede encontrar la salida…?
Shino ni siquiera tenía que pensar en la respuesta a esa pregunta.

-Ese es más honesto de lo que yo soy. - Shino dijo. - Él no va a perder su camino.

Lleno de convicción, Shino giró hacia la salida y comenzó a caminar.

Cuando Shino salió de la niebla, el ancho cielo azul lo saludó. Puso sus manos en los
bolsillos de su abrigo, y esperó delante de la Deidad Guardián del Viajero.

Una línea de hormigas estaban marchando cerca de su pie, y él las miraba para pasar el
tiempo.

Después de un rato, oyó una voz de en medio de la espesura del bambú.

-¡Yahoo! ¡Finalmente encontramos la salida, Akamaru!

La voz fue seguida inmediatamente por ladrido muy familiar.

Kiba saltó de la arboleda de bambú, cubierto de barro.

-Llegas tarde… - Shino gritó cuando un Kiba cubierto de lodo saltó. - Kiba.

-Qu… - Kiba saltó hacia atrás, sorprendido cuando vio a Shino repentinamente de pie
junto a él. - ¡Sé que eres tú por el olor, pero podrías dar al menos alguna advertencia
antes aparecerte por aquí!

Kiba sacó una toalla de mano para limpiar el barro en la cara, quejándose acerca de
cómo la aparición abrupta de Shino casi le había dado un ataque al corazón.

-Parece que tuviste algunas dificultades… - Observó Shino.

-¡Para nada! ¡Todo estuvo bien!

Kiba era alguien a quien le gustaba actuar difícil. Era fácil de entender.

Debió haberse perdido también, a su manera. Al igual que Shino, Kiba había
probablemente enfrentado sus preocupaciones y ansiedades para el futuro también en
el bosque genjutsu de bambú. Pero, aun así, Kiba había regresado.

“¿Qué cosa en el mundo había estado preocupando a Kiba? ¿Hacia qué clase de futuro
iba…?”

Shino sintió un poco de curiosidad, por lo que quería estimularlo en busca de


respuestas.

-¿Vas a confesártele a esa mujer…?

El rostro de Kiba se había vuelto escarlata ante la pregunta repentina.


-¿Qu-? ¡¿Qué es esto?! ¡¿Por qué es que incluso tú me estás molestando sobre
Tamaki?!

-Hm… - Incluso yo. - ¿Eh?…

Kiba realmente era increíblemente fácil de comprender. Ese era uno de sus puntos
buenos.

-¡Escucha, estás totalmente equivocado! Sabes, Shino, realmente no lo entiendo… Es


probablemente porque no eres muy popular. Escucha, un hombre no puede ser
demasiado codicioso.

Kiba estaba tratando de ser lo más sereno posible, pero su rostro seguía estando rojo.

-Entonces, ¿qué debe hacer un hombre…?

-Bueno… el primer paso es obviamente… uhh… ya sabes… esa cosa. - Kiba estaba
nervioso, con sudor frío goteándole por la frente. –Uhm. ¡Sí, cartas! El intercambio de
cartas parece ser el mejor lugar para empezar, ¿no?

-¿Eso parece?…

-¡No, definitivamente lo es! ¡Los chicos populares comienzan esas cosas mediante el
intercambio de cartas! ¿Verdad Akamaru?

Kiba debió haber estado muy nervioso, apelando la ayuda de Akamaru. Akamaru
desvió la mirada.

-De todos modos, lo más importante, es que tengo que ir y encontrar el vino de miel. -
Kiba cambió de tema. - ¡Pronto será la puesta de sol!

-Yo ya he recibido algunas botellas. - Shino dijo. - Así que vamos a ir a casa…

-Estás bromeando, ¡¿verdad?! ¡Ni siquiera he hecho nada!

Shino dio una atónita mirada a Kiba antes de iniciar el camino de vuelta. Akamaru
miró a Kiba, que se había puesto rígido en un congelado estado de shock, dio un
ladrido, y rápidamente siguió a Shino.

-¡Es- espera un minuto! - Kiba prosiguió lleno de quejas. - Santo cielo, primero Naruto,
ahora tú, ¡¿por qué es que ustedes siempre obtienen las partes buenas?! Hice un
montón de trabajo en el interior de esa niebla también, ¿sabes?

Parecía que el único que sabía lo que Kiba había atravesado en la niebla era Akamaru.
Akamaru mismo parecía estar manteniendo los labios sellados, por lo que
probablemente no iba a ir a hablar de ello.

Shino estaba pensando acerca de ellos a medida que caminaba, cuando…

-¡Hey, Shino, mira eso! - Gritó Kiba.


Se preguntó acerca de por qué estaba gritando, Shino giró la cabeza para mirar hacia
atrás y…

La niebla que rodeaba el bosque de bambú se había levantado.

En plena vista, el bosque de bambú no era tan amplio en absoluto. Sólo de tamaño
normal, como cualquier otro bosquecillo de bambú.

-Mierda, ¿qué es esto? ¿Por qué ahora se está dispersando?… Estaba tan perdido ahí…

Al parecer, Kiba se había olvidado de cómo había parado en el interior del bosque de
bambú, quejándose abiertamente ahora. Así que él había estado perdido a su manera.

Pero, Kiba no sabía el verdadero significado de esa niebla.

El hecho de que la niebla se había disipado significaba completamente que…

-Ya veo… así trabajaste en cosas… - Shino murmuró para sí mismo.

En ese momento, Kiba miró a la cara de Shino. Lo que vio hizo que sus ojos se abrieran
como platos.

-Shino… esto es raro… casi nunca sonríes así…

-¿Hm? ¿De qué estás hablando, Kiba?

-¿Eh? - Kiba comenzó a parpadear. - ¿Estaba viendo cosas…? Eso es extraño…

Shino le dio la espalda y siguió caminando. - Tenemos que darnos prisa. La razón es
que Kurenai-sensei nos está esperando.

El ambiente se sentía refrescante. El cielo estaba despejado, y la niebla se había ido.

Kiba se apresuró a ponerse al día con Shino y, a continuación, entrecerró los ojos
mientras miraba hacia el sol para decir cuánto tiempo había pasado sobre la posición
de este en el cielo.

-Gah, realmente quería encontrar un regalo de boda antes de que alguien más lo
hiciera. - Murmuró. -En serio. Terminamos entreteniéndonos por tantas horas… ¡Pero
bueno, nuestro regalo de boda es sin duda el mejor! Obviamente. Tú, yo y Akamaru
hemos logrado este regalo al trabajar juntos, después de todo.

Después de un tiempo, los viejos edificios de la ciudad abandonada comenzaron a


entrar en sus vistas de nuevo. No había tantos gatos en el área ahora.

Como era de esperar, los gatos habían aparecido para mantener un ojo sobre ellos.
Probablemente habían decidido que Shino y el resto no eran una amenaza y se habían
retirado.

Eso, o que los habían visto caminando con Tamaki y Momo, y decidieron que
aprobaban su presencia.
De alguna manera, se sentía como que la ciudad abandonada sí les había dado su sello
de aprobación.

Al entrar en un callejón buscando el camino de regreso, Shino sacó un insecto.

Por si acaso, le había dicho a este insecto que memorizara el complicado viaje de
regreso.

Kiba vio el insecto y comprendió de inmediato, dejando escapar un silbido.

-Eres muy sensible. - Él dijo. - Gracias.

-Si lo seguimos, nos dirigiremos pronto a la salida.

Siguieron al insecto mientras volaba por los caminos sin vacilar una vez.

-Y con esto. - Murmuró Shino. – La última misión del Equipo ocho… ¡está completa!

Por alguna razón, él había querido decir esas palabras. No quería oírlas de otra
persona. Quería oír que salieran de su propia boca.

Por supuesto, si lo hacía, el líder autoproclamado del Equipo ocho -alias Kiba- no iba a
dejarlo pasar.

-¡¿Por qué eres el que está diciendo eso?! ¡Sabes que la misión no está terminada hasta
que estemos de nuevo en la aldea!

-Por supuesto. - Shino asintió obedientemente, sin dejar de pensar en lo que había
estado considerando anteriormente. - Vamos a ir de nuevo a la aldea, y nos
aseguraremos de ver el comienzo del futuro de Naruto y Hinata con nuestros propios
ojos.

-¿Hm? ¿Qué es esto? Hoy te has convertido en un verdadero poeta.

-¿Lo he hecho?

Siguieron hablando mientras caminaban.

Shino recordó el día en que había sido puesto por primera vez en el mismo equipo que
Kiba.

“No creo que vaya a ser capaz de llevarme bien contigo. La razón es que nosot…”

Kiba no le había permitido terminar la frase.

En aquel entonces, había estado lleno con nada más que ansiedad sobre el futuro. Cada
día, se había sentido deprimido por ello.

Pero, mira cómo sucedieron las cosas.

En este momento, Shino tenía un compañero en quien confiaba más que nadie
caminando a su lado.
Él tenía un mejor amigo que escuchaba lo que tenía que decir.

Si era capaz de decirle a su yo del pasado acerca de cómo las cosas resultarían, ¿qué
tipo de una expresión tendría su yo más joven? Probablemente pensaría que el futuro
no era tan malo después de todo.

Pero, había una cosa que Shino tenía clara:

“El presente no es tan malo.”

Aun cuando caminaba por un camino diferente hacia el futuro, los recuerdos de esos
tiempos no desaparecerían.

Y cuando se trataba de lo que había más allá de sus recuerdos, cuando se trataba de un
futuro que tenía por delante, Shino tenía nada que temer.

La razón era…

Shino repente recordó algo y volvió a pedírselo a Kiba.

-Dicho esto, Kiba… dijiste que estabas siendo considerado como candidato, ¿pero
cuándo exactamente será tu ceremonia para ser Hokage?

-¡Ca-cállate! ¡Voy a trabajar duro para que eso pase!

La razón era: esos lazos.

Sus lazos con sus compañeros eran de por vida.

CAPÍTULO 9
El clima perfecto para una boda.
El tiempo era muy claro hoy.

Bajo la atenta mirada de los Hokage anteriores tallados en la montaña, muchas


personas se reunieron en el centro de la aldea.

Todo el mundo usaba trajes formales, la ropa era un poco más adulta que de
costumbre.

Kakashi corrió frenéticamente alrededor mientras se hacía cargo de todos los factores
posibles y preparar el lugar comprobando las medidas de seguridad. Después de todo,
las personas asistentes incluían al Kazekage, Gaara, así como a los demás Kage de los
otros pueblos, a Killer Bee de Kumogakure y demás personas.

Yamato también se movía frenético, actuando bajo la supervisión de Kakashi, que


estaba repartiendo instrucciones al obtener el asesoramiento de la Hokage anterior,
Tsunade.
Kakashi había pedido a Yamato algunos favores. Pero de alguna manera, antes de que
Yamato pudo darse cuenta de lo que estaba pasando, había terminado cargado con
muchas tareas tediosas.

Kakashi había dicho “Voy a confiártelo” con una sonrisa, esto era para que Yamato no
tuviera sentimientos hostiles hacia él.

Más bien, Yamato, cuya expresión facial era generalmente inmutable, junto con su
carácter suave, tenía un buen ánimo en exceso, y hacía todas sus tareas con una sonrisa
contenida. Tenía esa mirada en su cara porque, para Yamato, Kakashi era un Senpai al
que respetaba en el fondo de su corazón.

Lee y Gai se presentaron con pesas de remolque, y pusieron a todos en shock.

“Ellos estaban entrenando en un día como ese…” Todo el mundo pensaba medio
escandalizado. Nadie sabía aún que no llevado esas pesas especialmente para entrenar.

Tenten estaba actuando como si fuera la guardiana de aquellos dos hombres de sangre
caliente, regañándolos sobre cómo comportarse mientras hacían esto o aquello. Ella
estaba murmurando quejas como si estuviera encargada de cuidarlos, pero en el fondo
de su corazón, se estaba divirtiendo.

Shikamaru estaba hablando con Temari de algo. Parecía ser una complicada discusión
sobre el trabajo, pero ambas caras estaban brillantes y alegres, y de vez en cuando, sus
risas se mezclaban en el aire. Estaban sonriendo natural y espontáneamente, y verlos
de pie uno al lado del otro no se sentía fuera de lugar en absoluto. Eran una pareja bien
hecha.

Mientras los observaba, Chōji sonrió también.

Mientras que él estaba pensando en que no quería perturbar el estado de ánimo


agradable que los dos tenían, él también estaba preocupado por algo más dentro de su
cabeza. Chōji estaba buscando una solución para resolver su dilema: ¿cómo iba a
manejar comerse todos y cada uno de los muchos platos dispuestos en el lugar?

Pensó que iba a necesitar un plan secreto, algo así como lo que Shikamaru hacía, pero
no importa lo mucho que pensaba y pensaba, no había estrategias sorprendentes que
se le ocurrieran. Chōji se instaló en la idea de que empezaría desde un lado del
banquete y recorrería todo el camino hasta la otra punta. Después de llegar a esta
conclusión, sonrío.

Hablando de buenos estados de ánimo, Ino y Sai también estaban igual. Ellos habían
entrado en la sede tomados de la mano. Incluso mientras todo el mundo alrededor de
ellos bromeaba diciendo “¡Las cosas se están calentando!”, los dos parecían
dichosamente feliz.

Cerca de ellos, Kiba había estado constantemente haciéndole preguntas Kurenai por un
tiempo.

Kiba había irrumpido en el escenario triunfal sosteniendo el vino de miel, haciendo


alarde de cómo “Habían traído algo para Naruto que había sido parte de la historia del
clan Senju”. Pero, parecía que el conocimiento real de la historia de Kiba era vago, y
ahora él estaba molestando a Kurenai con preguntas constantes sobre ella.

Parecía que Kurenai había decidido finalmente darle una lección de historia
improvisada. Kiba escuchó con atención mientras hablaba, escribiendo cosas en un
bloc de notas, probablemente para que pudiera utilizar la información adecuadamente
después.

Cerca de allí, Mirai estaba bien vestida y montada en la parte superior de Akamaru,
jugando.

Shino estaba viendo, preguntándose si todavía contaba como caballito de juego,


cuando en realidad estaba montada un perro.

Entonces, mientras miraba a Akamaru y a Kiba, Shino se preguntaba cuándo sería el


momento más adecuado para darles el vino de miel a Naruto y Hinata. Era su carta de
triunfo, así que quizás se debía guardar para el final. O, tal vez debería de dárselos
primero.

Era algo para preocuparse. La razón era…

Shino se mantuvo en un silencio preocupante mientras pensaba.

Uno por uno, el lugar se estaba llenando lentamente con rostros cada vez más
amistosas y familiares.

El dueño de Ichiraku Ramen, Teuchi, llegó, así como su hija Ayame, quien era una
atracción para los clientes que entraban a comer ramen.

Iruka ya estaba siendo abrumado por la emoción del momento en cuanto entró.

El tiempo era muy claro hoy.

Sakura levantó la mirada hacia el cielo, sola.

Mientras lo hacía, pensaba en un cierto alguien que estaba bajo el mismo cielo,
continuando sus viajes, incluso ahora. Sólo con pensarlo hacía que sus sentimientos se
volvieran brillantes y claros, justo como el cielo encima de ella.

Tenía a alguien a quien enviarle sus sentimientos.

Justo eso era suficiente para hacerla sentir feliz.

Era un hermoso día, como si los cielos mismos estuvieran dando su bendición.

Y por supuesto…
.

Los pensamientos de Hyūga Hinata de nuevo habían ido a un lugar más allá del cielo.

-Neji nii-san…

Mirando por la ventana de la sala de espera, ella podía ver el cielo azul libre de
cualquier nube.

-Me voy a casar.

Ella susurró esas palabras dentro de su corazón, y se volvió para mirar al hombre joven
de pie junto a ella.

En cuanto a la intensa expresión de su rostro, su corazón empezó con un ruido sordo, a


su pesar. A pesar de que siempre había estado mirándolo, tan sólo estar cerca de él así
como lo estaban ahora, hacía que el pulso se le acelerara, justo como el día en el que lo
conoció.

Los ojos inquebrantables de Naruto estaban buscando en el Monumento Hokage, los


rostros de los Hokage anteriores tallados en roca.

O más bien, para ser más exactos, estaba mirando la cara tallada de Namikaze Minato.
Su papá.

Tan sólo ver la manera en cómo él miraba hacia ese lugar, hacía sentir el corazón de
Hinata estallar de emoción.

“Ahh.” Pensó. “En este momento, en este segundo…”

De pie junto a la persona que amaba la hacía sentirse insoportablemente feliz. Ella
estaba tan feliz, que ni siquiera podía expresarlo con palabras.

“Este momento es dicha.” Hinata pensó, simple y honestamente.

Mientras lo hacía, tal vez él se dio cuenta que era lo que ella estaba mirando, porque
sus ojos volvieron a encontrarse con los suyos.

La cara de Hinata se puso roja. Ella terminó por juguetear un poco.

Él también le dirigió una sonrisa avergonzada. La mirada seria en su rostro se convirtió


en la de un niño inocente. Adoraba cada una de sus expresiones faciales.

Su padre Hiashi y su hermana pequeña Hanabi, entraron a la sala de espera.

Era casi la hora.

Hinata tomó el brazo de Naruto, y se mantuvo con fuerza.


.

Uzumaki Naruto y Hinata Hyūga.

Su ceremonia de boda había comenzado.

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