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LOS CARACTERES DEL CONTRATO DE CAJA DE SEGURIDAD

A. Consensual. El contrato de caja de seguridad se perfecciona con el


acuerdo de voluntades, es por lo tanto un contrato personal y no real ya que
no requiere del depósito de cosa alguna para perfeccionarlo. En este
sentido se ha dicho que la entrega de llaves, el pago del precio, la entrega
de tarjeta identificatoria y otros aspectos, son actos de ejecución del
contrato y no hacen a su formación de adhesión.

B. El convenio de caja de seguridad. Es un pacto con cláusulas


predispuestas por el banco, frente a las cuales el aceptante tiene solo la
alternativa de aceptar o no aceptar.

C. Bilateral. Existen obligaciones para ambas partes, pero la obligación por


esencia es la obligación de seguridad que obliga al banco y que constituye
la esencia del contrato a la que da el nombre.

D. La obligación de seguridad del locador es de resultado. Es importante


determinar que uno de los caracteres más importantes y definitorios del
contrato es que la obligación de seguridad del banco es una obligación de
resultado y no de medio, ello así el locador no puede eximirse de
responsabilidad demostrando que puso todos los medios a su alcance para
evitar el robo o la sustracción de la caja de seguridad.

E. Es no formal. El convenio de caja de seguridad es no formal, pero es de


práctica que se pacte en forma escrita.

F. Oneroso. El contrato de caja de seguridad es un servicio complementario


de la actividad bancaria y está asegurado por una remuneración moderada.
OBLIGACIONES DE LAS PARTES
Podemos bosquejar como obligaciones emergentes de este contrato para las
partes las siguientes:

Obligaciones del Banco:

 Poner la caja de seguridad a disposición del cliente entregándole la llave.


 Garantizar el libre acceso a la zona de las cajas.
 Custodiar el lugar y vigilarlo permanentemente.
 Garantizar la debida reserva.
 Cumplir las normas de seguridad bancaria.
 Conservar la indemnidad de la caja (obligación de resultado)

Obligaciones del cliente:

 Pagar el precio convenido.


 No introducir en la caja, sustancias nocivas o peligrosas o provenientes de
un ilícito.
 Identificarse y firmar el libro de visitas.
 Comunicar la pérdida de la llave.
 Devolver la llave una vez finalizado el contrato.

Para Zigman nos encontramos frente a una figura contractual que es una
combinación del contrato de alquiler y el de depósito, con un específico y principal
deber de vigilancia activa y de brindar seguridad como resultado por parte del
banco, dado que el usuario busca en la institución bancaria, la vigilancia y
seguridad que no posee en su empresa o en su casa, eligiendo una entidad
profesional en base a su seriedad e imagen, en quien deposita su confianza.

La razón que lleva al cliente a contratar es la custodia de los bienes que dejará a
resguardo en un compartimiento, el cofre, por cuyo uso exclusivo paga un precio,
o sea que el pago es la contraprestación del derecho de uso de la caja de
seguridad con el servicio de vigilancia activa a cargo del banco con el cual se
celebra la contratación.
El compromiso que asume el Banco con sus clientes, de custodiar las cajas de
seguridad exige de la entidad la adopción de medidas idóneas para cumplir su
prestación, medidas más rigurosas y distintas que las del depósito de dinero.

La finalidad esencial de este contrato reside en proveer seguridad a los valores


que se depositan en las cajas, mediante una estructura material, técnica y
organizativa que el banco pone a disposición de sus clientes y no es necesario
que este deba informar el contenido de la caja. El contenido de la caja no se
declara, es confidencial y secreto.

La publicidad escrita (folletos, avisos, promociones publicadas, etc.) informática y


televisiva integran el contrato de adhesión que unirá a las partes, al momento de
su interpretación judicial en caso de robos o hurtos, pues conforme a la Ley de
Defensa al Consumidor son parte del contrato suscripto.

Es obligación particular del banco la vigilancia y el deber de tomar todas las


medidas necesarias para asegurar la integridad del cofre y su contenido, siendo
ésta una obligación de resultado, o sea que no basta con probar que se intentó dar
seguridad y que se hizo todo lo posible, sino que el objeto del contrato es la
seguridad pudiendo solo eximirse por caso fortuito externo a la actividad o por el
hecho culposo o doloso de la víctima.

La diferencia entre robo y hurto está en la violencia física que caracteriza al


primero y que no se da en el caso de hurto.

La ley italiana y otras legislaciones extranjeras, establecen expresamente que el


banco se hace responsable de la eficacia del servicio y de la vigilancia de los
locales, así como de la integridad del compartimiento, salvo caso "fortuito". Esto
último, es por ejemplo, un terremoto, una guerra, un huracán, pero no el hecho del
hombre. Por el contrario, el robo o el hurto son justamente los riesgos que motivan
al cliente para contratar el servicio de caja de seguridad y constituyen el riesgo
propio del negocio del banco, quien lucra brindando este servicio a los usuarios
clientes. Estos hechos delictuosos no son considerados fuerza mayor o caso
fortuito por nuestros jueces y doctrina ni por la extranjera.
DERECHOS DE LAS PARTES

Derechos del banco prestatario del servicio de caja de seguridad:

 Quien brinda el servicio tiene derecho a cobrar el precio.


 Establecer los horarios y condiciones de ingreso a la caja.
 Constatar la identidad de quien pretenda el ingreso a la caja.
 Tener una llave de la caja de seguridad.
 Ante la finalización del contrato sin renovación o falta de pago del precio, es
de práctica que el banco se reserve el derecho de cobrarse del contenido
de la caja, previo ser éste inventariado por un escribano.
 Si sobran valores estos se colocan en depósito y al cabo de un tiempo se
subastan.
 Resolver el contrato por incumplimiento.
 Preferencia para el pago del canon frente a los otros acreedores.

Derechos del usuario del servicio de caja de seguridad.

 Ingresar a la caja.
 Derecho al cobro de una indemnización en el caso de pérdida o sustracción
de los valores depositados en la caja de seguridad.
 Derecho a ser mantenido en el mismo compartimento una vez finalizado el
contrato.
 Derecho a que se le comunique en caso de no renovación a la finalización
de la contratación, antes de que la caja sea abierta.

SITUACIONES COTIDIANAS

Contrato de caja de seguridad es por el cual el banco pone a disposición del


cliente una caja de seguridad (instalada dentro de un tesoro a prueba de robos,
destrucción o incendio) para que deposite ahí aquello por cuya conservación está
particularmente interesado. Es una operación poco costosa y asegura el secreto
de las fortunas. Dos rasgos fundamentales caracterizan esta institución: el cliente
tiene acceso a su cofre (lo que lo diferencia del depósito) y el cliente espera del
banco una guarda especial (lo que significa una diferencia con la locación).

Se lo considera un contrato compuesto por una locación de cosas y


una locación de obra, calificada por una prestación de custodia. La tranquilidad y
la seguridad son características de la guarda del depósito, y no del uso y goce de
la locación de cosas.

La ignorancia del contenido no quita al depósito los requisitos típicos: la tradición y


la responsabilidad del depositario. Como en todo contrato de depósito, el banco,
empresa depositaria, es responsable por los perjuicios que se produzcan
(salvo caso fortuito o fuerza mayor). Cabe señalar, al respecto, que el banco
ignora el contenido del cofre y el cliente tiene la carga de la prueba, a veces difícil,
de los valores existentes en la caja de seguridad.

"Puesto que el incumplimiento del deber de custodia asumido por el banco en un


contrato de caja de seguridad genera un supuesto de responsabilidad objetiva, es
irrelevante a los fines exoneratorios, la ausencia de culpa de la entidad, ya que no
es ésta la conducta que califica el reproche, sino la falta de obtención del resultado
previsto; por tanto, el banco sólo podrá liberarse demostrando la intervención
de caso fortuito o fuerza mayor para excluir su responsabilidad"

"Para liberarse de la responsabilidad objetiva que genera el incumplimiento del


deber de custodia asumido en un contrato de caja de seguridad, el banco deberá
demostrar, no sólo el hecho del robo, sino que éste no ha podido ser evitado a
pesar de haberse observado, con toda diligencia, las medidas
de seguridad requeridas para una óptima prestación del servicio comprometido".

"En los supuestos como en el de autos hurto en una caja de seguridad no es


necesario una prueba rigurosa e inequívoca sobre la veracidad del contenido de la
caja, ya que la misma sería virtualmente impracticable".
"El contrato de servicio de caja de seguridad impone al banco prestador del
servicio un deber de "defensa" contra toda intromisión del exterior y que el
incumplimiento de tal obligación genera responsabilidad contractual".

"En un contrato de caja de seguridad el banco se compromete a una obligación de


resultado, que consiste en la conservación del statu quo de la caja al ser cedida al
cliente; en consecuencia, el incumplimiento de ese deber de custodia es fuente de
responsabilidad objetiva, en tanto el banco se obliga a tener un resguardo efectivo
y no a hacer lo posible para obtenerlo".

"No se le puede exigir al demandante una prueba rigurosa e inequívoca sobre la


veracidad del contenido de las cajas de seguridad, se le impondría una carga cuyo
cumplimiento sería virtualmente impracticable, dado que los depósitos en dichos
compartimientos se realizan en condiciones de absoluta privacidad. En razón de
ello la prueba de presunciones adquiere un valor fundamental que, junto con la
prueba directa que pueda reunirse, debe ser valorada con base en los criterios de
credibilidad y razonabilidad del reclamo, procurando formar convicción mediante
una disminución del margen de duda antes que exigir una acabada y completa
comprobación que resultaría inalcanzable".

Se recomienda, para evitar tener que recurrir a indicios y presunciones que las
entidades bancarias intentarán desacreditar en un proceso judicial hacer
confeccionar un acta notarial en la que se haga constar una descripción del
contenido del cofre, para tener así una prueba preconstituida, en caso de un robo.

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