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El modo imaginario

Nos permite pensar 2 cuestiones:


1) Cómo se constituye la subjetividad [más precisamente el yo].
2) Cómo nos posicionamos como analistas para que un análisis no quede instalado en
una posición dual [a-a´] de empatía, identificación, comprensión. (Esto es, nos
permite cuestionar la concepción de la cura de los posfreudianos.

En su retorno a Freud Lacan introduce sus tres registros: lo imaginario, lo simbólico y lo


real. Si bien la estructura psíquica (y esto lo dirá más adelante) será ese particular
anudamiento entre imaginario, simbólico y real, en distintos momentos de su enseñanza
da preeminencia, enfatiza, un registro más que los otros. Sus primeros aportes parecen
estar más centrados en lo imaginario.
Siendo así, decide situar el comienzo de su enseñanza en 1953 con el discurso de Roma,
que formalizó en su escrito “Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis”.
Escrito que coincide con el dictado de su primer Seminario, donde enfatiza su retorno a
Freud, a partir de su énfasis en la función de la palabra. Por lo tanto dará preeminencia en
esta época, a lo Simbólico como crítica a los posfreudianos quienes, a su entender, se
habían perdido en los callejones sin salida de lo imaginario [ver Esquema Lambda].
Centraban éstos la experiencia analítica en la relación de yo a yo, donde propiciaban la
identificación del yo supuestamente más débil del analizante, al yo más fuerte del analista,
perdiéndose así de lo más significativo de la obra freudiana en su relación a la palabra.
Los primeros aportes de Lacan, previos al comienzo formal de su enseñanza en 1953,
parecieron centrarse, sin embargo, en lo imaginario. Escribe “El estadio del espejo…” en
1936 en un Congreso Psicoanalítico Internacional de Marienbad, Alemania. Si bien este
trabajo original no lo publicó, 13 años después en 1949 lo reescribe con motivo de un
nuevo Congreso Internacional de Psicoanálisis en Zúrich, el cual tituló “El estadio del
espejo como formador de la función del yo tal como se nos revela en la experiencia
psicoanalítica”. Texto que aparece en Escritos 1.
En 1946 el desarrollo del Estadío del Espejo vuelve a aparecer en “Acerca de la causalidad
psíquica” [del cual leeremos el punto 3 llamado “Los efectos psíquicos del modo
imaginario”]. Texto que Lacan pronuncia en una jornada de psiquiatría en Bonneval
(Francia) en 1946 sobre la “psicogénesis” de la neurosis y la psicosis, es decir en una
jornada acerca de la causalidad psíquica, sobre la génesis, la causa de la psiquis humana.
Critica allí la teoría del órgano dinamismo del psiquiatra Henry Ey quien atribuía una
causalidad orgánica a la psiquis humana.
Lacan va a postular que la causalidad psíquica no es orgánica, ni la síntesis de las
funciones, si no que se constituye partir la imago, las identificaciones imaginarias, y para
ello desarrolla su teoría del estadio del espejo. O sea, lo que causa la psiquis es la IMAGO:
esto es una imagen, pero constituida por cierta determinación simbólica. [Lacan retomará
esta incidencia de lo simbólico sobre lo imaginario en Sem I y II, especialmente con el
Esquema L, el Otro que legaliza, autoriza, etc].

Freud postula en “Introducción del narcisismo” (1914) que el Yo no es un dato biológico,


no viene dado, no va de suyo, sino que se construye en el desarrollo libidinal. “Es un
supuesto necesario que no esté presente desde el comienzo en el individuo una unidad
comparable al yo; el yo tiene que ser desarrollado. Ahora bien las pulsiones autoeróticas
son iníciales, primordiales; por lo tanto, algo tiene que agregarse al autoerotismo, una
nueva acción psíquica (un nuevo acto psíquico), para que el narcisismo se constituya”
(Introducción del narcisismo pág. 74)

Freud va a sostener la hipótesis del narcisismo como estadio normal del sujeto (no como
una patología, no desde el lado de la perversión) sino el narcisismo como hipótesis, como
conjetura, como operación constitutiva y necesaria para el desarrollo del yo. [serie de las
fases que van del autoerotismo, pasando por el narcisismo, a la elección de objeto].
Pensará al narcisismo como un momento lógico de colocación libidinal sobre un objeto
que se constituye en ese mismo movimiento. Un objeto que se crea con su investidura
libidinal; ese objeto que se constituye es el yo, el cuerpo.
Es decir, que Freud piensa la constitución del yo, del narcisismo y del cuerpo en una misma
operación lógica. Ubica que al autoerotismo primario (donde reina la satisfacción parcial y
autoerótica de las zonas erógenas, donde no hay síntesis de las pulsiones, ni puede
suponer un yo, ni un cuerpo constituido) es necesario que se le agregue UN NUEVO ACTO
PSIQUICO para que el narcisismo y entonces el yo y el cuerpo se constituyan. Lacan
retoma este punto en EL ESTADIO DEL ESPEJO, donde sugiere que ese nuevo acto
psíquico va a ser la IDENTIFICACION, la alienación en una imagen.
El yo, como construcción imaginaria, se constituye a partir de la imagen especular que le
brinda el otro semejante. (Esquema lambda a-a’)
La identificación imaginaria supone ya la operación de lo simbólico, la introducción del
ser viviente en el mundo del lenguaje. La identificación imaginaria está ofertada desde lo
simbólico.

Lacan describe en el estadio del espejo el comportamiento que tiene la cría humana entre
los 6 meses y los 18 meses de edad frente al espejo. [“El estadio del espejo…” pág. 87….]
….la transformación producida en el sujeto cuando asume una imagen”. [pag 175 de
Acerca…] A diferencia de lo que sucede en el mundo animal, el infans humano reconoce
su imagen en el espejo, reconocimiento que es señalado por una mímica jubilosa, en una
actitud trinfante,….el cachorro humano queda cautivado por la forma humana que
reconoce en el espejo.

Abrevará en diversas fuentes para pensar el modo imaginario y el estadio del espejo. [Ver
teórico de la Dra. Diana Rabinovich del 22/06/95,].
-. Texto Freudiano del narcisismo y el concepto de IMAGO.
-. Desarrollos de Melanie Klein
-. Desarrollos de la psicología (teoría de la Gestalt).
-. Del surrealismo (toma a Salvador Dalí y aborda las características del conocimiento
paranoico)
-. De la etología toma la experiencia de Harrison quien describe la pregnacia de lo visual
en el mundo animal (Las palomas hembras alejadas de sus congéneres, no ovulan). Lacan
lo tomará para acentuar la pregnancia de lo imaginario en los humanos (PERO SIEMPRE
SOSTENIDO DESDE LO SIMBÓLICO). Lo cual explica las conductas gregarias.
-. De las experiencias de Henri Wallon, psicólogo francés (1879-19629) en su libro “Los
orígenes del carácter en el niño” describe el “Test del espejo”. Se trata de un experimento
que permite diferenciar el comportamiento del infante humano del de un chimpancé. Si
bien este cuenta con una inteligencia instrumental mayor a la de un niño de seis meses, no
tiene la misma fascinación frente al espejo, ni la asume jubilosamente como su propia
imagen; mientras que el chimpancé comprende rápidamente que la imagen es ilusoria y
pierde interés para él. [Lacan va a rescatar esta fascinación y jubilo del humano frente a su
propia imagen, esta captación por la imago, este valor libidinal que tiene para el ser
hablante]. Una diferencia importante con Wallón, es que para el el reconocimiento de la
propia imagen no será una adquisición más del yo, es un momento constitutivo del yo.

-. de la embriología humana, toma los desarrollos de Ludwig Bolk sobre la


prematuración. Bolk sostenía que aquellas especies con mayor longevidad, mayor
superioridad encefálica, tienen cachorros con infancias menos aptos para sobrevivir por su
propia cuenta, mayor es la duración de su crianza.
[Lacan articula esta prematuración con el desamparo del lactante del que hablaba Freud
en el Proyecto, el desvalimiento infantil, es decir ese periodo que Freud marca en el
humano de prolongada dependencia al Otro.]

-. toma a su vez cuestiones de la neurología/anatomía para explicar el retraso en la


coordinación motriz y equilibradora que experimenta un niño (pues el proceso de
mielinización no ha terminado de desarrollarse), y a diferencia de ello en relación la
percepción visual es precoz. Esto es, en lo visual es precoz con respecto a otras funciones
(muy tempranamente el bebe puede reconocer el rostro humano y luego la figura
humana).
Este desfasaje entre el atraso en el dominio motriz y la maduración precoz de la
percepción visual hace que esta última adquiera su valor de anticipación funcional. Esto
le permitirá reconocerse en el espejo antes de haber alcanzado el control de sus
movimientos corporales. Se identifica imaginariamente con esa Gestalt, con la imagen de
unidad corporal que ve en el espejo (o en el otro semejante). El cachorro humano, nacido
prematuro, desvalido, sin dominio ni coordinación de su propio cuerpo (el cuerpo termina
de formarse afuera, ocurre en los primeros mese de vida), queda fascinado ante su propia
imagen, imagen de completud, de unidad.
La síntesis de esta imagen genera una sensación de contraste con la falta de coordinación
del cuerpo, que es experimentado RETROACTIVAMENTE como cuerpo fragmentado. Solo
hay fragmentación desde la idea de unidad. Se trata de la temporalidad logica del ste:
anticipación- retroacción, entonces 1ero lógicamente se da la anticipacion funcional y
luego logicamente podemos leer retroactivamente la fragmentacion corporal).
La “completud” aparente de la imagen a un nuevo dominio ilusorio del cuerpo.
Se produce así lo que Lacan llama una “anticipación funcional”: la imagen de unidad
corporal funciona como ortopedia de ese organismo discordante, descoordinado,
inacabado, fragmentando, propio de la fase del autoerotismo freudiano, donde
encontramos la satisfacción de las pulsiones parciales en un cuerpo fragmentado en zonas
erógenas. Entonces se experimenta a través de esa identificación con la imagen como
unificado.
-. Observaciones empíricas de la psicóloga alemana Charlotte Buhler y de otros
psiquiatras en lo que denominaron como Transitivismo infantil: El niño que pega dice
haber sido pegado, el que ve caer llora. El niño se nombra primero en tercera persona. Los
celos . La simpatía por otro igual a mí. Para Lacan, el transitivismo ilustra la conjunción del
yo y el otro, inherente a la identificación imaginaria.

Señalemos entonces tres cuestiones fundamentales que se desprenden de la elaboración


lacaniana del estadio del espejo:

1. de lo que se trata para el niño es de la asunción de una imagen ajena como propia,
produciéndose así una ilusión de completud y de síntesis;

2. a pesar de ser una ilusión, cumple una función fundamental, la de dominio corporal
que se anticipa al dominio real del cuerpo, funcionando entonces como ortopedia del yo;

3. la alienación erótica y agresiva a esa imagen, constitutiva del cuerpo, del yo como
imagen corporal, marca a partir de allí la relación imaginaria del yo con sus semejantes,
con el otro con minúscula, y con la realidad. DRAMA.

Este modo de constitución del yo, a partir de una identificación con el otro, trae
aparejado distintos fenómenos:

 Desconocimiento: Lacan dirá que la imagen sobre la que sostiene la identificación


le es dada como una “exterioridad donde sin duda esa toma es mas constituyente
que constituida”. Esta forma sitúa la instancia del yo en una línea de ficción que se
caracteriza por su función de desconocimiento, desconocer que está conformado
a partir de la identificación con una forma ajena e ideal. La forma del yo es la forma
ortopédica ideal, la imago salvadora que será asumida por el yo como propia y que
determina ahí en adelante el carácter alienado de su estructuración. El yo narcisista
se funda en un dominio que en realidad no tiene. El yo cumple así una función de
dominio y al mismo tiempo de desconocimiento. (Desconoce las determinaciones
imaginarias y simbolicas a partir de las cuales se consituye). Lacan llama a este
autoconocimiento ilusorio propio de la estructura del yo: "Conocimiento
paranoico" ya que tiene la misma estructura que la paranoia (en el sentido que
ambos implican un delirio de conocimiento y dominio absoluto). Distingue así
conocimiento de saber. El conocimiento queda así del lado de lo imaginario y del yo
y es un obstáculo que obstruye el acceso del sujeto al saber simbólico. El saber
queda así del lado del sujeto, del inconsciente y de lo simbólico.

 Agresividad: La teoría del estadio del espejo es indisociable de la teoría de la


agresividad. La agresividad es definida por Lacan como intrínseca a la relación
especular, a la relación a-a’ y a la rivalidad que le es inmanente. (Entonces a
diferencia de algunos autores posfreudianos [como Melanie Klein] la agresividad
para Lacan no es la traducción de la pulsión de muerte si no que está
estrechamente ligada a la relación imaginaria, especular y a la constitución del yo
(moi). La alienación en una imagen con la que siempre voy a estar a distancia será
la base de la tensión agresiva (el otro está siempre a punto de retomar su lugar de
dominio en relación a él). Así, la ambivalencia amor-odio destacada por Freud será
situada por Lacan en el eje imaginario, fundamentada en la relación narcisista del
yo con el otro: cuestión a la cual Lacan aludirá mediante el neologismo
“odioamoramiento”. “Amo implantado en él por encima del conjunto de sus
tendencias, de sus comportamientos, de sus instintos, de sus pulsiones”.

Mientras que la relación imaginaria es fundamentalmente una relación de rivalidad, Lacan


encuentra en la función de la palabra y la intervención del Otro, la paz, la ley, la
distribución simbólica de lugares, introduciendo un orden pacificador.

El estadio del espejo representa, para Lacan, un aspecto fundamental de la estructura de


la subjetividad. Mientras que en estos escritos de los años 30/40s Lacan parece
transmitirlo como una etapa que puede ubicarse en un momento especifico del desarrollo
del niño (entre los 6 y 18 meses de vida). Ya desde principios de la década del 50 Lacan no
lo considera simplemente un momento de la vida del infante, sino como una cuestión
estructural. Paradigma de la relación dual. Con el a´ ; con la imagen. En el seminario 4 dice:
“El estadio del espejo está lejos de ser un mero fenómeno que se produce en el desarrollo
del niño. Ilustra la naturaleza conflictiva de la relación dual.”
En el seminario 1: “…no es simplemente un momento del desarrollo. Cumple también una
función ejemplar porque nos revela algunas de las relaciones del sujeto con su imagen en
tanto Urbild (modelo, arquetipo, prototipo) del yo”.

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