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Pedro Abelardo
1.- Si los géneros y las especies subsisten; o están solo en la mente. (Si existen
verdaderamente, o consisten sólo en que se piensa en ellas. )
1.517 – Cuarta cuestión: si los géneros y especies, mientras lo son, deben tener como sujeto
inferior a sí en virtud de la denominación alguna cosa.
1519 – Distingamos aquí nosotros de una manera general las propiedades de los universales,
contrastándolas con las de los singulares, y tratemos de ver si esas propiedades competen sólo
a los nombres o también a las cosas.
1520 –
Aristóteles define al universal como lo que tiene la aptitud para ser predicado de muchos.
1521 –
Boecio: Es de suma utilidad tener en cuenta que el género es una cierta semejanza de muchas
especies, que muestra la conveniencia sustancial de todas ellas.
La palabra “nombre” se predica de muchos nombres, y viene a ser como la especie conteniendo
bajo sí a esos individuos.
No es especie en sentido propio. ¿Qué otros sentidos existen, propio y no propio? Ya que el
vocablo es accidental y no substancial; pero es universal, pues le conviene la definición de
universal.
Los vocablos son universales – a los cuales se le adscribe el ser solamente términos de las
proposiciones.
1522.- Hay que investigar cómo puede convenir a las cosas la definición de universal. Porque
ninguna cosa ni colección de cosas parece que se pueda predicar de muchos
distributivamente, como exige la manera de ser del universal.
En cosas que difieren entre sí por sus formas, ponen una sustancia esencialmente la misma,
que es la esencia material de los singulares en que se halla, y es en sí misma una, y resulta
diversa sólo por las formas inferiores.
Porfirio:
2. Los individuos se llaman así porque cada uno de ellos consta de propiedades cuya
colección se encuentra en otro.
1524 -