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Los Dossiers de
NUTRICIÓN Y BIENESTAR
LOS NUEVOS TRATAMIENTOS NATURALES VALIDADOS POR LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
Dr Jean-Paul Curtay Nº 46 OCTUBRE 2017 SALUD NUTRICIÓN BIENESTAR
RESPIRAR MEJOR
las primeras consultas de nutriterapia
(curar mediante la alimentación) en Eu-
ropa y ha formado a más de 6.000 mé-
dicos en universidades de todo el mundo
(Bruselas, Lisboa, París, Viena…).
El Dr. Curtay es presidente del Green-
Soluciones para
hacer frente al asma
health, un movimiento internacional
que persigue promover la salud (especial-
mente a través de la alimentación y el me-
y a los efectos de la
dioambiente), miembro de la Academia
de Ciencias de Nueva York y forma parte
del equipo editorial de la revista Journal
of Nutritional and Environmental Medi-
cine, de la British Society for Ecological
Medicine (BSEM). Trabaja para difundir
contaminación
la terapia nutricional, para introducir la
educación sobre nutrición en las escuelas
y con agricultores y la industria alimenta-
ria para evolucionar hacia productos más
saludables.
Por Jean-Paul Curtay
También es autor y coautor de nume-
rosos libros sobre salud y nutrición (por Respirar es una función vital para todo el mundo, pero
ejemplo, La nueva guía de las vitaminas, respirar bien es un derecho fundamental del que no todo
prologada por el premio Nobel de Medi-
cina Jean Dausset, o la Guía familiar de el mundo puede disfrutar.
los alimentos que curan, entre otros).
Ha estudiado a fondo la alimentación y
El máximo responsable de ello es la contaminación del
el modo de vida que han hecho que los aire. Partículas en suspensión, productos de limpieza
ancianos de Okinawa gocen de la mayor
longevidad del mundo y las ha adaptado
del hogar, compuestos químicos, tabaco... Tanto en la
a nuestras costumbres occidentales. calle como en casa, en los lugares de trabajo o de ocio,
El Dr. Curtay es una auténtica “en- la degradación de la calidad del aire es un problema
ciclopedia viviente” sobre salud natural,
pero además una de sus mayores cuali- de salud pública que adquiere enormes proporciones.
dades es la pedagogía, el arte de transmitir Respirar aire de calidad es actualmente, más que nunca,
su saber de manera clara y práctica.
Lleva 35 años formando a otros profe-
un lujo, cuando debería ser algo básico al alcance de
sionales de la salud, introduciendo la todo el mundo.
educación nutricional en las escuelas y
promoviendo que los agricultores y la La primera señal de esta catástrofe sanitaria, que no deja lugar
industria agroalimentaria evolucionen
hacia productos que incorporen los
a dudas, es el aumento constante del número de personas
conceptos de bienestar y salud. asmáticas en los países industrializados. El asma se ha
Vive en el bosque de Fontainebleau y es convertido en algo común y en un fenómeno incapacitante,
padre de dos hijos a quienes ha trasladado
su amor hacia la naturaleza, el deporte, la con consecuencias a veces trágicas. La sensación de ahogo y
lectura, el arte, los conciertos, los viajes y de asfixia es mucho más que una sensación: es una realidad
la fotografía. De hecho, también es autor
de libros de otras áreas distintas a la salud, que puede poner en riesgo la vida.
como poesía, educación o música.
I. ¿QUÉ ES EL ASMA? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
III. SEIS CLAVES PARA PREVENIR EL ASMA Y CALMAR LA HIPERREACTIVIDAD DEL ASMÁTICO . . . . . . . . . . 14
El asma es una enfermedad incapacitante. Es lo menos que se puede decir cuando se tiene dificultad
para respirar. En los casos más extremos, el “ataque” de asma puede derivar rápidamente en “estado de
enfermedad asmática” y conducir a la hospitalización de urgencia.
Pero por suerte, la mayoría de sus manifestaciones son benignas, al ir desde una simple sibilancia (sonido
que hace el aire al pasar por las vías respiratorias congestionadas) hasta constricciones molestas, pasando
por toses espasmódicas, que no llegan a tener efectos tan incapacitantes.
Sin embargo, en el peor de los casos conducen al fallecimiento. España es el quinto país de la Unión
Europea en muertes por todas las enfermedades del aparato respiratorio (suponen el 17,1% del total de
los fallecimientos, frente al 13,4% de toda la UE).
El problema es muy grave, ya que el número de personas afectadas por asma crece de forma vertiginosa.
Los culpables son numerosos factores como la contaminación, el estrés, la vulnerabilidad a las infecciones
y los desequilibrios nutricionales. Como es habitual, le invito a que intente comprender lo que ocurre
cuando se sufre asma para saber mejor lo que debe hacer para prevenir esta enfermedad o enfrentarse
mejor a ella.
I. ¿QUÉ ES EL ASMA?
un neumotórax (ruptura de una de las dos hojas pleurales -visceral o parietal- lo que permite la entrada
de aire y cuya presión llega a superar a la del pulmón, colapsándolo) o una insuficiencia respiratoria.
Por no hablar de los pacientes que son víctimas de los efectos secundarios de las corticoterapias
prolongadas que les imponen, a falta de conocer otros recursos de mayor eficacia.
Todas estas manifestaciones son producidas por un estrechamiento de los bronquios ligado a una
inflamación, una hiperreacción del sistema inmunitario, cuyos mecanismos voy a explicar más adelante.
Pero ¿una hiperreactividad a qué? A alérgenos, en este caso alérgenos que llegan por el aire al árbol
bronquial, que es el sistema que dirige el oxígeno a los pulmones. Estos alérgenos reciben el nombre
de neumoalérgenos, y se trata de proteínas cuya forma espacial desencadena una reacción. Para luchar
frente a la acción de los alérgenos el organismo dispone de un sistema especial de proteínas de estructura
bien definida que reciben el nombre de antígenos. Si se produce un desequilibrio en la reacción alérgeno
antígeno es cuando sucede una crisis asmática. Ahora bien, cuando unas proteínas tienen una configuración
determinada capaz de ser reconocida por los glóbulos blancos y los anticuerpos y provocar una reacción,
entonces se trata de antígenos.
Los antígenos son necesarios, ya que gracias a ellos el sistema de defensa contra las infecciones y el cáncer
detecta los invasores, es decir, los virus, las bacterias y las células cancerosas, y los neutraliza mediante
glóbulos blancos y anticuerpos.
• Los alérgenos presentes durante todo el año, como los ácaros del polvo de casa, los de los pelos
de animales, los mohos domésticos, las cucarachas, etc.
|La herencia
No todo el mundo sobrerreacciona forzosamente al entrar en contacto con alérgenos: hay que haber
nacido con esa sensibilidad, a la que se denomina terreno atópico.
En mi caso mi madre era asmática. Cuando era adolescente, vi cómo tenía una crisis por la noche,
sentada en la cama, al enterarse de que mi hermano de 14 años había comprado un billete de avión
y había intentado migrar a los Estados Unidos mientras se encontraba de estancia lingüística en
Inglaterra.
Por supuesto, el estrés tuvo mucho que ver en ello, estaba claro, pero mi madre había heredado de sus
padres un terreno atópico y sabía, por ejemplo, que era alérgica a los pelos de gato.
Y al acariciar al gatito pelirrojo que mi padre había comprado para la casa de campo, yo mismo descubrí
que me provocaba enrojecimiento en la piel y sibilancia respiratoria.
¿Por qué las personas atópicas son alérgicas? Se debe a que en su sangre circulan unos anticuerpos
particulares, los IgE. Hay que saber que cuando nos defendemos contra virus o bacterias, los glóbulos
blancos producen en primer lugar IgM, que desaparecen, y luego IgG, que hacen posible una inmunidad
duradera.
Estos IgE son los mediadores de esta hipersensibilidad, ya que son capaces de ligarse a los alérgenos; en
general, dos IgE atrapan el alérgeno a modo de sándwich para formar lo que se denomina un complejo
inmunitario. A continuación los complejos inmunitarios se fijan sobre unos glóbulos blancos específicos,
los mastocitos.
Cuando estos mastocitos son estimulados por los complejos inmunitarios, se produce una entrada masiva
de calcio a través de sus membranas que provoca la secreción de un potente agente inflamatorio, la
histamina.
La dilatación de los vasos sanguíneos favorece la migración de glóbulos blancos, entre ellos los mastocitos,
pero también otros glóbulos blancos implicados en el asma: los eosinófilos. Los eosinófilos se acumulan
en los tejidos, en este caso en los bronquios, donde a causa de ello se amplifica la reacción.
Por otro lado, la histamina tiene un efecto constrictor en los bronquios, es decir, reduce su diámetro.
Cuando el problema crece, puede provocar una intolerancia a la histamina (también denominada HIT).
Este fenómeno afecta a las personas que son portadoras de genes que reducen la actividad de la enzima
DAO (diamino oxidasa), la enzima que degrada la histamina en el tubo digestivo. Se calcula que el
problema afecta a entre el 1 y el 2% de la población y, de éstos, a un 80% de mujeres.
Sepa que el alcohol aumenta las reacciones, así como ciertos medicamentos inhibidores de las amino-
oxidasas, encargadas precisamente de degradar la histamina. Se trata sobre todo de antibióticos (ácido
clavulánico y doxiciclina), isoniacida, metoclopramida, verapamil o prometazina.
Además del protocolo general, el tratamiento consiste en evitar los alimentos ricos en histamina:
• Vinagre.
• Quesos curados (camembert, cheddar, emmental, gouda, parmesano, roquefort…).
• Salchichón, jamón y todos los embutidos envasados.
• Carnes de caza curadas.
• Pescados congelados, secos, ahumados o marinados, huevas de pescado, conservas de pescado…
• Atún, bonito, sardina, salmón, anchoa, caballa, crustáceos frescos…
• Carne de vacuno, hígado de cerdo, clara de huevo…
• Bebidas alcohólicas fermentadas o destiladas (cerveza, vino, licor de avellanas, levadura de
cerveza…).
• Espinacas, tomate, guisantes, col, chucrut…
• Mermeladas, helados y sorbetes, así como otros productos que contengan cítricos.
• Fruta fresca, zumos de cítricos, plátanos y fresas.
• Frutos secos como nueces, avellanas y cacahuetes.
• Chocolate (a menos que sea negro y con más del 74 % de cacao, en cuyo caso es rico en polifenoles
que suelen neutralizar los efectos de la histamina).
P ara evitar los sulfitos puede identificar en las etiquetas los aditivos siguientes:
Pero en algunas personas, por desgracia, ocurre justamente lo contrario y el ácido salicílico demuestra
ser un potente factor causante de intolerancias. No sólo puede provocar rinitis y asma, sino también una
poliposis de los senos, identificada en 1922 por Widal y denominada desde entonces síndrome de Widal.
Durante mucho tiempo se creyó que se trataba de una patología debido al hecho probable de que la
aspirina fuese un alérgeno. Pero en 1975 se descubrió que era una anomalía del metabolismo del ácido
araquidónico, el precursor de las prostaglandinas, que son proalérgicas y proinflamatorias.
Ahora bien, genéticamente o por otras causas, algunas personas tienen de entrada una actividad
lipooxigenasa elevada. Si las moléculas emparentadas con la aspirina bloquean las COX, hay un flujo
mucho mayor de ácido araquidónico que se dirige a la vía de los leucotrienos. Por otra parte, al exceso de
leucotrienos se culpa también actualmente del asma intolerante a la aspirina.
Por ello, la prescripción de los AINEs (antiinflamatorios no esteroideos) que tienen la misma acción
inhibidora de las COX está contraindicada, al igual que la aspirina, en el asma intolerante a la
aspirina.
¿Qué pueden hacer entonces los afectados? No tomar ni aspirina ni AINEs, está claro. Pero evitar los
productos que contienen ácido acetilsalicílico es imposible, ya que éste se encuentra en numerosos
medicamentos. Durante una época se propuso desensibilizar a la aspirina en los servicios de alergología.
Pero, evidentemente, ésa no es la respuesta adecuada contra los mecanismos fisiopatológicos que ahora
se conocen.
Están los corticoides, que, como en todas estas patologías, siguen siendo un recurso, pero deberían
limitarse a dosis y a periodos lo más cortos posible debido a sus efectos secundarios (hipertensión,
diabetes, úlcera gástrica, osteoporosis, etc.).
Debe darse preferencia a los tratamientos de fondo multidimensionales, en concreto con polifenoles.
Éstos son fundamentales en todas las patologías alérgicas e inflamatorias, pero más aún en el caso del
asma intolerante a la aspirina.
Los polifenoles, antioxidantes y alimentos ricos en omega 3 impiden la oxidación del ácido araquidónico
y favorecen las prostaglandinas de serie 3, que tienen efectos contrarios a las prostaglandinas de serie 2:
son antialérgicos y antiinflamatorios.
E l ácido araquidónico es un ácido graso que se encuentra casi exclusivamente en las carnes.
Ahora bien, acabamos de ver que los derivados del ácido araquidónico son muy inflamatorios,
especialmente las prostaglandinas de serie 2. Además, las carnes contienen hierro y otros principios
activos muy inflamatorios.
En definitiva, favorecen una flora digestiva patógena, que hace que aumente la sensibilidad a los
alérgenos alimentarios y, tal como hemos visto, éstos pueden amplificar, cuando no desencadenar,
crisis de asma.
Por lo tanto, no le va a sorprender que, cuando abordemos las medidas prácticas que hay que
adoptar, le proponga reducir el consumo de carne y aumentar el de alimentos ricos en omega 3,
polifenoles y antioxidantes, con predominio del componente vegetal.
Las glándulas suprarrenales –llamadas así porque están situadas en lo más alto de ambos riñones– emiten
esa misma noradrenalina, pero esta vez destinada al conjunto de los órganos, para que puedan reaccionar.
Bajo el impulso de la noradrenalina, los músculos se tensan, el corazón se acelera, el hígado libera glucosa,
los tejidos adiposos liberan ácidos grasos y, en las personas que no son asmáticas, los bronquios se dilatan
para aumentar los aportes de oxígeno.
Las calorías producidas pueden ser quemadas por el oxígeno y la energía resultante circula más rápidamente
gracias a la aceleración del pulso hasta los músculos, que permiten a la persona amenazada huir, luchar o
tomar la medida más conveniente.
Si los bronquios se dilatan por efecto del estrés, no hay ningún problema, pero por desgracia, entre las
respuestas al estrés, se producen también las siguientes:
• Un aumento de la inflamación, en concreto a través del hierro que entra masivamente en las
células (un mecanismo que expuso el investigador japonés Yagi).
• La liberación de otros neuromediadores por las terminaciones nerviosas de los bronquios: la
bradiquinina y la sustancia P.
Ahora bien, la bradiquinina y la sustancia P son capaces, sin que haya siquiera algún alérgeno o IgE, de hacer
que se libere histamina. Ésa es la razón de que se pueda sufrir una rinitis alérgica estacional al polen –que
hace estornudar, obstruye las vías respiratorias y provoca goteo nasal– y se tengan exactamente los mismos
síntomas por una simple corriente de aire que por una contaminación que afecte a las fosas nasales.
Un estrés es todo cambio percibido como relativamente desestabilizante. Se conoce bien el estrés
psicológico, pero existe también el estrés tóxico como el causado por la contaminación atmosférica,
simples variaciones drásticas de temperatura o incluso una hiperventilación ligada al esfuerzo.
Todo ello puede excitar los mastocitos, liberar histamina en los bronquios y contraer éstos a pesar de los
efectos vasodilatadores de la noradrenalina. La mayoría de los medicamentos en espray utilizados contra
el asma imitan los efectos de la noradrenalina, por eso se les llama simpaticomiméticos.
El asmático corre el riesgo en mayor medida de sufrir estos casos de estrés cuando ya tiene un bronquio
inflamado, infiltrado por glóbulos blancos de varios tipos, entre ellos los eosinófilos.
Los eosinófilos liberan enzimas (proteasas), que provocan una corrosión de la mucosa bronquial y vuelven
a la persona asmática hipersensible a todo: polvo, partículas de contaminación atmosférica, productos
químicos de todo tipo (perfumes, olores de pintura, cloro…) y, como vamos a ver también, bacterias.
1. El tabaco
La mucosa bronquial de los asmáticos, como hemos visto, está en carne viva a causa de la infiltración por
los glóbulos blancos y la corrosión ejercida por las proteasas que segregan, pero también, por supuesto,
debido a los contaminantes del aire.
Una calada de cigarrillo, anormalmente caliente, supone ya de por sí un estrés térmico. Además, cada calada
contiene aproximadamente mil billones de radicales libres. Su potencia corrosiva de radiaciones ionizantes
es comparable a un accidente nuclear. Los radicales libres actúan, de hecho, como los rayos gamma, que
arrancan electrones a los átomos, hecho que los convierte en el motor principal del envejecimiento y de
todas las enfermedades degenerativas.
Pero eso no es todo. En el humo del tabaco hay 4.700 sustancias tóxicas reseñadas, entre ellas polonio
radiactivo y metales pesados como el cadmio, ¡gases parecidos a los empleados por los nazis en las cámaras
de gas! Esto ha llevado a los investigadores a hablar del “holocausto dorado” (expresión tomada de la obra
titulada Golden Holocaust – La conspiration des industriels [Holocausto dorado], del Prof. Robert Proctor),
que ha convertido a los fabricantes de cigarrillos en multimillonarios al precio de 6 millones de muertos
al año. Por no hablar de los enfermos, a menudo graves (casos de cáncer de pulmón y también de vejiga,
de páncreas, de mama…) que son aún más numerosos.
Lo primero que prescribe un alergólogo a los padres de niños asmáticos es que no deben fumar en su
presencia, ni en casa ni en el coche. Pero eso, por desgracia, no es suficiente, ya que cuando se fuma en el
balcón, se sigue llevando una gran cantidad de partículas tóxicas en la piel, el pelo y la ropa.
En algunos países está prohibido por ley que los padres fumen dentro de un coche si están acompañados
por menores de 18 años. También debería prohibirse a las mujeres embarazadas fumar, dado que se sabe
que numerosos derivados tóxicos llegan hasta el feto, lo que puede tener graves consecuencias, como
retraso de crecimiento, especialmente cerebral, así como un riesgo incrementado de padecer asma o
leucemia tras el nacimiento.
Los agentes oxidantes presentes en el aire pueden aniquilar la acción de las antiproteasas, es decir, las
proteínas que controlan las proteasas segregadas por los famosos glóbulos blancos eosinófilos, esos que se
infiltran en la mucosa bronquial de los asmáticos y provocan corrosión de las mucosas.
El ozono aumenta la reactividad bronquial y la inflamación en las vías aéreas. El ozono y el óxido nítrico
deprimen las funciones inmunitarias locales –lo que favorece las bronquitis– y producen estrés oxidativo.
Éste alimenta la inflamación y conduce a largo plazo a la fibrosis del enfisema.
En cuanto al hidrógeno sulfúrico, altera el funcionamiento del tapiz mucociliar encargado de rechazar
partículas y gérmenes, lo que contribuye a su vez a amplificar los efectos inflamatorios y constrictores de
estos últimos en los bronquios.
Un estudio realizado en Filadelfia entre 1973 y 1980 mostró que la mortalidad global aumentaba
de media un 8% los días de fuerte contaminación, un 13% en lo referido a los fallecimientos por
neumonía y un 25% los fallecimientos por broncopatía obstructiva (que incluyen las crisis de asma
grave). También era mayor la cifra de fallecimientos debidos a las patologías cardiovasculares y los
accidentes cerebrovasculares.
Los asmáticos son especialmente sensibles a los agentes irritantes de la atmósfera (en especial los ácidos).
El tabaco y la exposición a la contaminación exterior durante el embarazo aumentan el riesgo de alergia
respiratoria en los niños.
3. La contaminación doméstica
Al contrario de lo que se pensaba, la contaminación dentro de los lugares de trabajo y las viviendas es
aún más importante que en el exterior, incluso en el medio rural. Es algo que descubrí con estupefacción
durante unas prácticas en el Environmental Health Center de Dallas, creado por el Dr. William Rea
(principal figura de las investigaciones sobre los efectos de la contaminación de todo tipo en la salud.
Es también el fundador del primer hospital del mundo dedicado exclusivamente al tratamiento de las
enfermedades ambientales).
Aparte del humo de los cigarrillos, que es una de las principales fuentes de exposición en todo el mundo
a partículas radiactivas, numerosas fuentes emiten contaminantes bajo nuestras mismas narices: en casa,
en el coche y en los medios de transporte colectivo o también en la oficina.
arda; muchos expertos consideran que los retardadores de llama, que son alteradores endocrinos,
son más perjudiciales que útiles).
Cuanto más nuevas son las casas o los muebles, más intensa es esta liberación de sustancias.
• Los juguetes contienen numerosos alteradores endocrinos, que acaban en el pelo de los niños.
• El formaldehído liberado en las casas y en los coches nuevos provoca conjuntivitis, urticarias,
contribuye a agravar el asma y es un factor de cáncer de nasofaringe. Tras una exposición a
largo plazo, se considera responsable incluso de nefropatías (término que engloba todos los
daños, enfermedades o patologías que puede sufrir el riñón). El problema es el mismo con los
derivados bencénicos presentes en los desodorantes y los aromas químicos utilizados por el
neuromarketing (consiste en inducir comportamientos de compra en los clientes al someterlos
a estímulos, en este caso olfativos), es decir, en los vestíbulos de hoteles, tiendas, centros
comerciales….
• La rinorrea y la sinusitis crónica aparecen también con mucha frecuencia y aumentan los riesgos
de asma. Los materiales de los medios de transporte emiten componentes orgánicos volátiles en
su espacio interior, de manera especialmente intensa cuando son nuevos. Y también emiten otros
contaminantes al funcionar (benceno, óxido de carbono, etc.).
Pero ciertos contaminantes nos afectan de manera aún más íntima cuando se liberan, como el cloroformo
del agua al ducharnos, las lacas, los tintes, los barnices, los productos cosméticos, los perfumes que se
aplican en el pelo, en las uñas y en la piel, los tejidos sintéticos de la ropa o las prendas recién salidas del
tinte, el depósito de combustible del coche al repostar, etc.
Los adolescentes que se ponen fijador en el pelo sufren un descenso de espermatozoides a causa de los
alteradores endocrinos que hay en ellos. Imagínese qué ocurrirá con los peluqueros, que se pasan todo el
día en contacto con estos productos...
Los niños que viven en las proximidades de estaciones de servicio padecen más leucemias debido a la
inhalación de bencenos.
El formol se libera en el exterior con la combustión del diésel y, en el interior, a partir del tabaco, los
materiales aislantes, las moquetas, los tejidos sintéticos, el cuero, los contrachapados (debido a que se
usa en las colas para madera), los barnices, los productos usados en las peluquerías... es un irritante de
los ojos y las mucosas respiratorias. Puede deprimir la inmunidad, junto con otros muchos productos
químicos y pesticidas. Tiene un efecto antivitamina B1 y efectos neurotóxicos, hepato y nefrotóxicos en
diversas dosis.
Otros muchos contaminantes tóxicos (tolueno, estireno, ftalatos, plomo, cadmio, mercurio...) se
encuentran en la atmósfera exterior e interior y pueden tener efectos nefastos en la salud, incluso en
dosis bajas. Se concentran en el polvo. De ese modo, cada vez que respiramos estamos expuestos a gases,
compuestos volátiles, hidrocarburos, pesticidas, metales pesados...
Pero disponemos de herramientas naturales para neutralizarlos: el líquido bronquial contiene sustancias
desintoxicantes como la vitamina C y el glutatión. ¿Cuál es el problema? Que cada vez que neutralizan
un contaminante, se destruyen.
Con el nivel de contaminación actual, que existe tanto en las ciudades como en el campo, en las carreteras,
los centros de trabajo e incluso en los colegios, las guarderías y los hospitales, nuestras reservas de defensores
se agotan con rapidez.
Cuando se le hace una aspiración de líquido bronquial a un asmático y se analiza, el nivel de vitamina
C y de glutatión que se encuentra es prácticamente nulo. Por eso, los asmáticos, con sus bronquios
desprovistos de defensores, erosionados e inflamados, son forzosamente hipervulnerables a cualquier
agresión.
Otros síntomas del síndrome del edificio Productos que hay que eliminar, según
enfermo descritos por la OMS son sensación esta asociación de consumidores, ya
de sequedad de las mucosas, ronquera, que “lejos de sanear la casa, multiplican
aumento de la frecuencia de las infecciones la contaminación interior”, al acumular
respiratorias superiores, eritemas, prurito y sustancias alérgenas, irritantes e
náuseas. Un estudio llevado a cabo sobre 356 incluso tóxicas. Así, “la mayoría
interiores relacionó estos trastornos en un de los 46 productos citados contiene
19% con fuentes de contaminación internas compuestos orgánicos volátiles (COV),
como la fotocopiadora, un 11% con fuentes de en concreto el limoneno, irritante y
contaminación externas y un 4% con los tejidos alergizante”, precisaba 60 Millions de
del mobiliario y los materiales de construcción. Consommateurs.
Las personas alérgicas suelen tener las defensas antiinfecciosas debilitadas por varios mecanismos, entre
ellos la inflamación y el agotamiento de los antioxidantes, de la vitamina C y del glutatión, de los que le
he hablado antes.
¿Qué sucede cuando bacterias indeseables pretenden instalarse? Esta acción atrae a glóbulos blancos, que
intentarán destruirlas segregando derivados oxidantes corrosivos: ácido hipocloroso (el principio activo
de la lejía), agua oxigenada y todo lo que se conoce como radicales libres, con el resultado de que los
bronquios se inflaman todavía más.
Nada como un altercado con microbios o, peor, una bronquitis, para avivar una crisis de asma.
El resultado es que entre la contaminación atmosférica que está en todas partes de forma más o menos
intensa, el polvo, los cambios de temperatura, los microbios y el estrés, y cada irritación potenciando a
otra, el asmático sufre constantes agresiones en sus bronquios que no dejan de reactivarse.
No es difícil evitar a los gatos cuando se es alérgico a los pelos de gato. Sin embargo, es mucho más
complicado en el caso de los ácaros, que anidan en la ropa de cama, las alfombras, las moquetas, las
cortinas, el polvo… Por ello se recomienda elegir parqués o baldosas para los suelos, persianas en vez de
cortinas para las ventanas, evitar al máximo los tejidos en el mobiliario y pasar regularmente la aspiradora.
Mejor aún: elija aparatos de limpieza al vapor para controlar las concentraciones de polvo.
El problema se complica cuando hay que evitar los pólenes. Hay que elegir entonces un lugar mejor
donde vivir. Para ello existen que le ayudarán. Pero habría que presionar también a los ayuntamientos
para que dejen de plantar en sus términos municipales especies productoras de pólenes que suelen causar
alergia, como el abedul o el ciprés.
Los estudios indican, por otra parte, que los niños criados en granjas sufren mucho menos asma, patologías
alérgicas de todo tipo e intolerancias alimentarias. Esto se debe a que están en contacto con una variedad
de bacterias mucho mayor que los niños de las ciudades. Su sistema inmunitario, al enfrentarse a una
gran variedad de antígenos, se vuelve más tolerante. Se sabe también que la flora intestinal de estos niños
es mucho más rica que la de los niños urbanos. Por ello, un buen consejo para los padres sería tener en
casa animales de compañía y llevar con frecuencia a sus hijos al campo.
Por otra parte, es mejor no obsesionarse con la higiene: una asepsia excesiva hace que las personas sean
más propensas a sufrir hiperreactividad.
De hecho, yo había heredado las condiciones atópicas de mi madre y descubrí que, igual que ella, era
alérgico a los pelos de gato, y también al polvo doméstico. Cuando daba mis primeros pasos en la casa de
campo a la que nos llevaban nuestros padres a pasar los fines de semana no dejaba de estornudar y se me
taponaban la nariz y los senos paranasales; por lo que me pasaba el tiempo sonándome.
Tras haber leído la publicación de Favennec en la biblioteca, me dirigí a la health food store más próxima
y me compré un complemento de magnesio. Al cabo de una semana, fui a visitar a una pareja de
poetas que tenía un gato. Al acariciarlo, pude comprobar que mi reacción seguía existiendo, pero muy
disminuida: sólo un ligero enrojecimiento y un pequeño prurito, así que continué tomando el magnesio.
Al volver a verles unas semanas más tarde, la reacción había desaparecido casi por completo, por lo que
pensé entonces que se había arreglado para siempre y dejé de tomar el magnesio.
Pero unas semanas más tarde, me volví a encontrar por azar ante un gato, lo acaricié y entonces la reacción
volvió tan fuerte como antes. Comprendí entonces que debía seguir tomando magnesio. Estaba totalmente
convencido de ello, ya que había constatado además que con el magnesio me encontraba mucho menos
tenso, me sentía con una energía tranquila desconocida en mí, salvo en periodos de vacaciones.
Esta experiencia básica me incitó a seguir mi formación en el campo de la nutrición y la salud, y quedarme
siete años en Estados Unidos para sintetizar toda la información en este ámbito.
Luego me hice miembro de la Sociedad para el Desarrollo de la Investigación sobre el Magnesio (SDRM
por sus siglas en francés), fundada por el endocrinólogo Jean Durlach, lo que me permitió profundizar
mis conocimientos sobre los múltiples mecanismos por los que el magnesio nos puede proteger.
Sin embargo, hay otros principios activos que demuestran tener también efectos antihistamínicos.
Es el caso de la vitamina C, que por eso tiene también motivos para figurar en un protocolo antiasma.
Mediante un mecanismo completamente diferente y no del todo explicado, la vitamina C acelera el
catabolismo, es decir, la destrucción de la histamina.
Los estudios son muy claros al respecto: incluso en el caso de un choque anafiláctico –el cuadro más
grave que puede darse–, cuanta más vitamina C contienen la sangre y los tejidos, menor es su cantidad
de histamina.
En definitiva, como ya hemos visto, los antihistamínicos más potentes son los polifenoles, que tienen
una fuerte acción antiinflamatoria y son capaces también de inhibir la cascada araquidónica, la COX y
la lipooxigenasa.
Así pues, los polifenoles actúan sobre todas las vías de la alergia. Estudios recientes han demostrado que
tienen también propiedades antimicrobianas, en especial sobre los virus. Son todo beneficios para el
asmático, cuyas crisis suelen reavivarse por agresiones infecciosas.
Entre las herramientas principales de la inmunonutrición que permiten reforzar las defensas contra los
virus y las bacterias, encontramos las siguientes:
• Los polifenoles (de los que acabamos de recordar sus propiedades antivíricas).
• La vitamina D, necesaria para la maduración de los glóbulos blancos y la producción de proteínas
antibacterianas (se trata de un auténtico efecto antibiótico).
• Las vitaminas B y C.
• El zinc, del que generalmente tienen aún más carencia los asmáticos que el resto de las personas.
• El selenio.
• La N-acetilcisteína, precursora del glutatión, sin el cual los glóbulos blancos no funcionan.
• La glutamina, el carburante preferido de los glóbulos blancos.
A este apasionante tema dediqué mi libro L’immuno-nutrition – Manuel familial de résistance aux infections
(La inmunonutrición – Manual familiar de resistencia a las infecciones).
Un estudio coreano demostró que, al contrario de lo que ocurre al caminar por la ciudad, hacerlo por el
bosque mejora las funciones respiratorias (y hace que descienda la tensión arterial).
Las mujeres y las adolescentes fuman más que antes, y los chicos lo hacen cada vez más jóvenes. El retrato
robot del fumador ha evolucionado, y en la actualidad es cada vez más joven y femenino.
Pienso que la industria del tabaco es una industria amoral o, digámoslo bien claro, criminal, que sigue
promoviéndose por todos los medios posibles, incluyendo la corrupción de científicos, las campañas de
desinformación y la mentira.
Es necesario saber que actualmente numerosos estudios demuestran que el tabaco podría utilizarse, en
lugar de para matar e incapacitar gravemente a centenares de millones de personas, con el fin de producir,
por el contrario, moléculas esenciales para la salud. Por ejemplo, según los trabajos del investigador israelí
Oleg Shoseyov, las plantas de tabaco pueden producir colágeno de tipo I, un material ideal para todo
tipo de implantes que salvaría centenares de miles de vidas cada año. Además, una reconversión así sería
económicamente muy rentable, ya que estos implantes valen mucho más que los cigarrillos.
Los ciudadanos y las ONGs deben exigir –y esto trasciende con mucho el problema de los cigarrillos–
que la economía no sólo sea compatible con la salud y el bienestar de los seres humanos, los animales y el
medio ambiente, sino que contribuya a ello activamente. Así se dinamizaría mucho más que dedicándose
a enfermar a los consumidores y su entorno.
Ya va siendo hora de que todos nos dediquemos a ese empeño con toda la energía necesaria. El último
informe de la OMS indica que 1,7 millones de niños mueren todos los años debido a la degradación
del medio ambiente. Por lo tanto, ya seamos asmáticos o no, es importante reducir la exposición a la
contaminación, lo que, evidentemente, es más importante aún si se tienen hijos asmáticos.
Para ello se requiere el abandono progresivo pero definitivo del diésel, así como la inversión en filtros para
los tubos de escape y chimeneas de fábricas y casas que sean mucho más eficientes. Debería ser el objetivo
prioritario de la investigación tanto pública como industrial.
De manera general, sería preferible –si se tiene la posibilidad– vivir fuera de las ciudades… pero también
lejos de los campos rociados con pesticidas. Cada vez más profesiones pueden ejercerse desde casa; de
ese modo se puede reducir el tiempo que se pasa en las carreteras, congestionadas y muy contaminadas.
Entre los aportes alimentarios que favorecen la desintoxicación, podemos enumerar los siguientes:
• Vitamina C: hace que se eliminen por vía urinaria numerosos contaminantes y aumenta la
resistencia a los vapores de benceno, al etanol, a los nitratos, al humo de los cigarrillos, a varios
pesticidas… La vitamina C actúa en sinergia con los demás antioxidantes, en particular la vitamina
E, los carotenoides, el selenio y los polifenoles.
• Cisteína: es el aminoácido más importante para la síntesis del glutatión, que, tal como hemos
visto, es un desintoxicante. Es también el precursor de la taurina, utilizada por la bilis en la
eliminación de las toxinas.
• Magnesio: es esencial en la lucha contra los contaminantes, ya que previene la penetración de los
metales pesados en el interior de las células, como el plomo y el cadmio, así como los excesos de
hierro. Contribuye asimismo a la reducción del estrés oxidativo.
• Selenio: puede favorecer directamente la eliminación urinaria de metales pesados como el mercurio
y desempeña la función de coenzima para la glutatión peroxidasa, una enzima antioxidante capaz
de reducir los lípidos oxidados.
• Zinc: puede también oponerse a la acción de metales pesados como el cadmio. Un déficit de zinc
puede agravar reacciones a contaminantes como el tricloroetileno. Por otra parte, contribuye a las
defensas antioxidantes y protege el glutatión.
Aparte de todo eso, dado que estamos expuestos todos los días, a través del agua, el aire y los alimentos,
a más de 100.000 contaminantes de todo tipo, es sensato añadir antioxidantes y polifenoles, y hacer
curas de desintoxicación. Tenga en cuenta que los antioxidantes actúan en familia; no deben tomarse
solos, salvo en ciertos casos la vitamina C.
ATENCIÓN: El análisis de referencia que debe realizarse para evaluar la frecuencia de los tratamientos
y el seguimiento de la eficacia de las medidas tomadas es el de 8-OHdG (8-hidroxidesoxiguanosina), un
catabolito urinario de los ácidos nucleicos dañados. Es deseable tomar a largo plazo junto con el magnesio
liposoluble, un complejo generalista sin hierro, ni cobre, ni manganeso, que contenga zinc, y vitaminas
B (en particular, B9 y 12), complejos de polifenoles y de antioxidantes.
coliflor, col de Bruselas, brócoli, berro…) y en carotenoides (melón, sandía, mango, albaricoque,
ciruela, zanahoria, tomate, espinaca, acelga, lechuga…) preferentemente de cultivo ecológico.
• Consumir todos los días una verdura (rica en magnesio).
• Consumir cereales integrales o semiintegrales (copos de arroz, de avena y de trigo sarraceno) y
oleaginosas (almendras, nueces, avellanas, anacardos, nueces de Brasil, nueces pecanas…), ricos
en magnesio y vitaminas B y E.
• Beber 1,5 litros de agua mineral y evitar el agua del grifo.
• Tomar dos cucharadas soperas al día de un aceite capaz de restaurar las membranas celulares cuyos
ácidos grasos omega 3 hayan sido dañados. Para ello mezcle 2/3 aceite de camelina o de lino con
1/3 de aceite de oliva extra virgen o de colza ecológica en botella de vidrio.
• No comprar ningún producto graso envasado en plástico (aceites, margarinas, salsas, platos
preparados, incluidas conservas de pescado) y menos aún recalentarlos en el microondas envueltos
en plástico, ya que así se liberan alteradores endocrinos.
Conclusión
L a lucha contra el asma es también una lucha contra la degradación de nuestro entorno cotidiano.
Nos afecta a todos, y con más razón a los asmáticos, cuya mejoría en el día a día pasa forzosamente
por comprender y poner en práctica medidas beneficiosas, que tienen que ver tanto con la nutriterapia
como con los hábitos cotidianos. ¡Pero no se acaba ahí!
La mejora de la calidad del aire, ya sea exterior o doméstico, es la condición sine qua non para frenar
la progresión de los casos de asma en el mundo. Es un paso que comienza en la esfera individual pero
que debe también, más que nunca, extenderse a la esfera pública.
Glosario
Ácido araquidónico
Ácido graso omega 6 procedente de las carnes que, una vez oxidado, produce agentes inflamatorios y
desencadenantes de alergias muy potentes: las prostaglandinas de serie 2 y los leucotrienos.
Bradiquinina/sustancia P
Dos neurotransmisores que segregan las terminaciones nerviosas y que pueden provocar la secreción
de histamina por parte de los mastocitos tras determinados estímulos (corriente de aire, frío, polvo,
contaminantes…).
Ciclooxigenasa (COX)
Enzima encargada de convertir el ácido araquidónico oxidado en prostaglandinas de serie 2. Es inhibida
por la aspirina y los AINEs (antiinflamatorios no esteroideos).
Eosinófilos
Otros glóbulos blancos implicados en las alergias que segregan proteasas que agravan el proceso bronquial.
Histamina
Uno de los principales mediadores de la alergia. Es vasodilatador, provoca enrojecimiento y prurito.
Leucotrienos
Factores muy potentes del choque anafiláctico, también implicados en patologías como la psoriasis y la
endometriosis.
Lipooxigenasa
Enzima encargada de convertir el ácido araquidónico oxidado en leucotrienos.
Mastocitos
Glóbulos blancos que segregan histamina en las alergias.
Prostaglandinas
Agentes muy potentes o bien de serie 2 (proalérgicos y proinflamatorios), de serie 1 (derivados del ácido
gamma linolénico que se encuentran en el aceite de onagra) o de serie 3 (derivados de los omega 3). Las
prostaglandinas de las series 1 y 3 tienen efectos antialérgicos y antiinflamatorios.
Proteasas/antiproteasas
Las proteasas son enzimas que digieren las proteínas y que, en el asma, irritan los bronquios. Las
antiproteasas tienen como función inhibir la acción de las proteasas.
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