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DianaPornoterrorista
Nuestro sexo es discreto, limpio, bonito, inapreciable, y sobre todo, emocional, interior. Se
nos ha contado que nosotras por naturaleza lo sentimos todo hacia adentro, no tenemos
derecho a explotar de ninguna manera. Una mujer que grita o muestra emociones intensas
es una histérica; una mujer que eyacula, es una guarra enferma con defectos congénitos –
relación teología.
¿Dónde queda el sustento de que hombres y mujeres existen si nosotras también tenemos
próstata y podemos eyacular con ella? Contribuye a deshacer el binarismo de género: Si
tenemos próstata1, si eyaculamos, si tenemos glande y una estructura interior muy similar
al pene (el clítoris), entonces las diferencias entre esos hipotéticos géneros, marcados por
un solo cromosoma, esas categorías que se basan en la mera observación externa de
nuestros cuerpos al nacer, son un argumento tan ridículo que cae por su propio peso.
«Las clasificaciones bipolares, como frío y caliente, oscuro y claro, bueno y malo, reflejan un
proceso de pensamiento dualista que es parte de nuestra herencia de los filósofos
presocráticos. Este marco intelectual sostiene que mujer y hombre son opuestos (Freeman,
1949). El lenguaje refuerza esta dicotomía. Sin embargo, los descubrimientos actuales en
respuesta coital establecen más similitudes que diferencias»3. Y más adelante en el artículo
remarcan la calidad de homólogos al referir los cuerpos de los supuestos varones y las
supuestas hembras en materia de anatomía urogenital y presentan una tabla que
claramente muestra que lo único que varía en las clasificaciones es el nombre.
Igual que hicieron en su día los colonizadores, nuestros cuerpos son ese territorio que la
ciencia se ha encargado de manipular y «conquistar» a su antojo. Por eso son la «autoridad
1 También decido usar la palabra «próstata» como estrategia de reapropiación de lo que nos fue
robado, como forma de romper la cadena de mentiras y silenciamiento.
2 Thibodeau, G. A.; Patton, K. T.: Estructura y función del cuerpo humano , Editorial Elsevier, Madrid,
Sobre el punto G: Gräfenberg, E. Hay una excusa bien estúpida para no llamar eyaculación
al líquido que expulsan nuestras próstatas: no contiene espermatozoides... Bien, el que
segrega la de los hombres tampoco contiene espermatozoides, estos no son generados en la
próstata sino en los testículos y el líquido eyaculado simplemente los transporta, no los crea.
La próstata – geolocalización corporal: meteros los dedos en el coño cuando estéis excitadas
(algunas, dependiendo del tamaño de vuestra próstata no necesitaréis ni eso) y presionar
con estos hacia el hueso púbico. Notaréis que hay una parte que es más densa y que al
contraer los músculos de la vagina no se contrae (porque no es un músculo). También que
si la movéis hacia los lados es como escurridiza. Tiene un conducto bífido que la comunica
con el exterior y cuyas salidas están situadas aproximadamente a las cuatro y las ocho a los
lados del meato urinario si visualizamos este como el centro de un reloj de manecillas pero
esto puede variar porque su posición puede ser muy versátil
Eyaculación: el líquido emitido por nuestras próstatas tiene mucho en común con el
emitido por las próstatas de los hombres en su composición y que los coños que no
experimentan eyaculaciones visibles durante el orgasmo o la excitación sexual, en realidad
están eyaculando hacia adentro, de modo que ese líquido va a parar a la vejiga y es orinado
inmediatamente después del orgasmo o la estimulación.
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