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“Esto hubiera podido ser lo más sencillo y aburrido que hubieran podido imaginar.
Pues si, solo necesita un trabajo sencillo que pague bien y que lo mantenga por
todo ese año en Japón. El problema radica en realidad en ese ‘sencillo’ trabajo
que tenía que conseguir.
Por que JaeJoong puede ser muy impulsivo a veces, por que muchas veces
también puede no darse cuenta de lo que dice. Y es por eso que le suceden las
cosas a él. Por que él solo quería un trabajo sencillo, que no exigiera mucho y que
lo mantuviera bien.
(…Por que aquí entre nosotros ya estaba debiendo dos meses de renta…)
Sin embargo, como no es bueno rezando, y eso de pedir deseos es muy cursi
para él. Los cielos no lo escucharon, y ahora… Ahora se encuentra atrapado por
seis meses en un trabajo que rebaja toda su hombría y masculinidad, encerrado
en un vestido y fingiendo ser amable…
Con otros tres chicos que parecen no verse afectados por tener que fingirse
chicas, y todo por que Jung Yunho repele a las mujeres de su vida, y como un
café es buen negocio… Pues a YunHo no se le ocurrió nada más que arrastrar a
sus empleados a ese retorcido trato, que si bien paga excelente, baja de niveles a
su ya casi extinta heterosexualidad.
CAPITULO 1: El hada malvada, que un día ignoró el final feliz del apuesto
príncipe.
Capitulo 9: Por un día voy a decir muchas mentiras: ‘¡Mi jefe es el mejor!’
Capitulo 22: Imaginé que me amabas, más allá del mismo amor.
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CAPITULO 1: El hada malvada, que un día ignoró el final feliz del apuesto
príncipe.
—Estoy nervioso.
YunHo soltó una pequeñísima risa y dejó que YooChun le siguiera arreglando el
cuello de la camisa, el pañuelo en su lugar, la rosa. Jung YunHo esa mañana de
noviembre era el novio ideal para cualquier muchacha que lo viera en ese instante.
YunHo abrazó con fuerza al menor y sonrió cuando este le devolvió el gesto a
razón por supuesto de que ChangMin rara vez daba muestras de cariño. —¿Cómo
así dejaron venir al bebé desde tan lejos hasta Corea?
La voz burlona de YooChun arrancó una sonrisa en los labios a Jung. ChangMin
sin embargo arrugó el entrecejo. –YooChun idiota, no es tan lejos. Vivo en Japón
no en Brasil para tu información. ¡Y no soy un bebé! Inmaduro, inconsciente.
YunHo rió y ChangMin solo elevó una ceja, esta vez ignorando a Park y
cruzándose de brazos. Dentro del pequeño cuarto de la parroquia los tres
muchachos solo sonrieron levemente. Por que claro, el despacho del sacerdote
era ocupado por la novia y sus damas.
—¿Hyung?
YunHo asintió, irremediablemente infantil y con una sonrisa que no podía ser
borrada de sus labios por nada del mundo. –Oye… Hyung no es por nada, pero
¿No está esto muy demorado? Es decir tú estas aquí, Seulgi también, ¿Por que
no dan comienzo a todo?
Jung se levantó de inmediato de su asiento. —¿Gi? ¿Qué pasa con ella? ¿Está
bien?
HeeChul mordió su labio inferior, los otros tres muchachos detrás de YunHo de
inmediato se pusieron en alerta, HeeChul parecía devastado y YunHo ya estaba lo
suficientemente preocupado como para poder reaccionar adecuadamente.
—Es mi plan. De verdad quiero hacerlo, y tengo la confianza de que todo me irá
bien.
—Que bueno que aún falta un año para que nos graduemos. Así te podré
aprovechar un poco más Jae, Jae.
SungMin abrazó con fuerza a JaeJoong y el muchacho de inmediato se removió
incómodo. –Sung no me abraces tanto, sabes que no me gusta.
JaeJoong seguía intentado soltarse hasta que finalmente optó por colocar la mano
sobre el rostro de su amigo y alejarlo con fuerza. –Odio que seas tan meloso
Sung.
SungMin rió a carcajada limpia ante las palabras de su amigo y notó curioso como
JaeJoong parecía haberse detenido al ver la gran catedral repleta por varias
figuras importantes de la ciudad.
—Casi… Jung YunHo, heredero y primogénito del hombre casi dueño de todo
Corea. Se casa con Bae Seulgi, tercera hija heredera de las joyerías más
importantes del mundo.
JaeJoong arrugó el entrecejo. —¿Cómo diablos sabes todo eso?
—Culpa de las niñas de la escuela, no dejaban de llorar por todos los rincones por
que su amor platónico se casaba.
JaeJoong movió un poco su boca y decidió que era hora de continuar caminando,
pero en cuanto observó el interior de la iglesia se sorprendió al ver a un hombre
elegantemente vestido correr hacía donde él se encontraba, pero el hombre aquel
pareció ignorar su presencia. Por que de inmediato se chocaron, botando a
JaeJoong al piso en el proceso.
—¡Idiota!
JaeJoong solo alcanzó a patear una llanta del auto antes de que arrancara y un
enojo creció al sentir que hubiera podido reaccionar más velozmente y no lo hizo.
—¿Estas bien?— Asintió ante el rostro preocupado de SungMin y decidió que lo
mejor era no almacenar coraje.
—¡YunHo!
—¿Y? Vámonos.
—Pero…
JaeJoong rodó lo ojos y decidió solamente continuar jalando a su amigo por el
cuello de la camisa para que avanzara. Ignorando por completo sus palabras de
que ‘Ese sería el chisme del año y ellos tenían la primicia de estar en primera fila’
YunHo soltó el billete y se bajó velozmente del auto, justo frente a la casa de
Seulgi que en estos momentos era arreglada por un montón de personas que en
su vida había visto. Se abrió paso entre todos y finalmente la vio.
Seulgi bajaba las escaleras con una maleta roja en la mano y a su lado, KimTae el
supuesto primo de la mejor amiga de Seulgi cargaba dos maletas más. YunHo
cerró sus puños con fuerza. Los decoradores, meseros y demás se detuvieron,
observando la imagen que en este momento se recreaba.
—Pero… Hasta ayer dijiste me amabas. ¡Hasta ayer todo estaba bien!— YunHo
alejó la mano de Seulgi que todavía sostenía su barbilla y endureció la mirada —
¡¡Ayer cenaste en mi casa, con MI familia, reíste y me tomaste de la mano!!
¡¡Dijiste que hoy sería el día más feliz de tu vida!!
Seulgi elevó el rostro e inhalo suficiente aire como parecer inmune ante la poca
calma que su antes prometido estaba demostrando. –Todo tiene un tiempo
YunHo. Y nuestro tiempo se ha acabado. Mi amor por ti se acabo y entre más
rápido lo asimiles, menos te va a doler.
YunHo se vio asombrado, esas palabras frías y crueles dichas por aquella boca de
labios adorablemente rosa que le estaban atravesando el alma, casi rasgando su
ya de por si deteriorada cordura.
—¿Mentiste entonces? Todo este tiempo… ¿Estuviste fingiendo?
—Yo te amé, YunHo. Mucho, fueron tres años de noviazgo después de todo. Pero
descubrí que merezco algo mejor, alguien más divertido, más audaz, con más
ganas de vivir la vida que tu.
—YunHo cálmate.
—¿Y que pasa con mis sentimientos?— YunHo agarró el brazo de la muchacha y
ella solamente se mostró nerviosa. —¿Qué pasa conmigo? ¿Con mi amor, con
mis planes? ¡¿Cómo pinto yo en tu vida Seulgi?! ¡¿Soy tan poca cosa en tu vida
que ni siquiera merezco un adiós?!
Seulgi mostró unas pocas lágrimas. Bajó el rostro y mordió su labio inferior. YunHo
la soltó de inmediato, asustado ante sus propias acciones. Vio sus manos ahora
temblorosas y retrocedió.
—No quiero una vida en la que mi único objetivo de vida sea tener que esperarte a
que llegues del trabajo. No sirvo para eso, no soy mujer para el matrimonio. NO
QUIERO ESO PARA MI. ¡NO TE QUIERO EN MI VIDA MÁS JUNG YUNHO!
—El imbécil ese me demostró otra forma de amar, me enseñó a ver la vida de otra
forma. Y yo estoy enamorad de él.
YunHo rió abiertamente en esta ocasión. —¿Y en cuanto tiempo te enseño todo
eso? ¿En cuanto tiempo te enamoraste? ¿Dos días?
—KimTae y yo nos estamos viendo desde hace dos meses, YunHo.
Esta vez no soportó más. Las lágrimas acudieron a sus ojos, nublándola casi por
completo, por suerte Seulgi había vuelto a darle la espalda y se alejaba con
maleta en mano hacía donde seguramente el castaño ese la esperaba.
—¿Qué se supones que haré yo… Con todo este amor?— Se dejó caer de
rodillas, viendo las lágrimas caer en la fría baldosa, sus puños cerrados y la
opresión en su pecho no lo dejaban respirar bien. —…Seulgi.
—Apenas termine los exámenes voy para Corea, Niisan no puede seguir así.
—YooChun ha venido a verlo todos los días, pero ni siquiera a él lo deja entrar.
JunSu miró asustado hacía el primer piso. –Ha sido mi tío. Está muy molesto
desde que todo esto sucedió. Te llamo luego. Esto no va a terminar bien.
—De acuerdo, cualquier cosa me llamas enseguida. Cuida mucho de él, JunSu.
…
—Eres una vergüenza para la familia, no solo has quedado en ridículo ante toda el
mundo al ser plantado por tu novia sino que ahora dejas entre ver tu falta de
carácter intentado causar… ¿Lastima?
Pensó entonces en que si estaba lloviendo quería decir que era por que había
dejado de nevar, por que habían pasado demasiados meses, por que ya se había
acabado el año y muy seguramente se le había ido medio año encerrado en su
habitación.
—No tienes derecho a llevar el apellido Jung, mucho menos a llevar la empresa
sobre tus hombros. Alguien que ni siquiera puede retener a su futura esposa a su
lado… ¿Cómo puedo esperar entonces que mantengas una empresa que tanto
nos ha costado sacar adelante?
—¿YunHo?
YooChun lo miró sorprendido, abrió un poco más la puerta y lo dejó pasar. YunHo
ya no quería llorar caminó lentamente hacía el interior del elegante piso y apretó
con fuerza sus frías manos. De repente YooChun lo abrazó y la calidez acudió a
él. Sus ojos se cerraron y sintió una vez más sus ojos arder.
—Me has decepcionado, no solo como padre, sino como hombre, como persona.
Te falta carácter YunHo. Y no voy a esperar a que seas lo que una vez espere de
ti. Lo mejor será que agarres tus cosas y te vayas, no eres digno de mi apellido.
—No te he visto llorar una sola vez YunHo, por favor. Confía en mí, déjame llorar
contigo solo una vez.— YunHo tomó entre sus manos uno de los brazos de
YooChun, uno de esos brazos que lo rodeaba y lo abrazaba por la espalda y
suspiró.
YunHo entonces perdió la fuerza en sus piernas y volvió a doblegarse una vez
más. Esta vez lloró escondiendo el rostro en el pecho de su mejor amigo.
Pensando en lo mucho que había amado y todavía amaba a Seulgi, en lo mucho
que habían dolido las palabras de su padre y en lo mucho que le iba a costar
olvidar todo ese amor que se había quedado sin usar en su corazón.
Pero sobre todo, iba a costar mucho, muchísimo olvidar ese tono tan seco y lleno
de decepción en que su padre se despidió de él.
…
Dicen que comenzar de nuevo cuesta mucho.
YunHo lo aprendió en los últimos días de sus veintitrés. Recordaba todavía las
palabras de HeeChul: ‘Llámame si entre YooChun y JunSu no te cuidan bien allá
en Japón, me tendrás pegado como lapa a ti en menos de lo que te imaginas’
Y eso lo había hecho sonreír. Aquella tarde de junio, casi noche. HeeChul podía
regodearse de haber podido arrancar la primera sonrisa de YunHo en mucho
tiempo, y sin necesidad de viajar a Japón. Media hora después YunHo se
embarcaba en un viaje de tiempo indefinido hacía Japón.
Y las cosas de ahí en adelante habían marchado muy bien. ¿Conocen Akihabara?
Pues bien, según YooChun el lugar ideal para renacer. YunHo no estaba muy
seguro del porque, él tenía en sus planes después de todo ir para Tokio pero
JunSu había apoyado a YooChun. Y él solamente se había dejado llevar.
—¿Un café?
YunHo dejó su ramen a medio comer y arrugó el entrecejo ante las palabras de
YooChun. –Si, serían buenos ingresos si lo piensas.
—A ver mi querido señor de los negocios, ¿Que podrías ofrecer tú, para que
nuestro café sea diferente?
…
—Muy alta.
—Muy rubia.
—Muy flaca.
ChangMin soltó la carpeta que tenía en las manos, molesto y con el entrecejo
arrugado, ahí justo sobre el escritorio de un aparentemente despreocupado
YunHo. –De acuerdo esas son todas las chicas que se han presentado a la
entrevista… ¡Y ninguna te ha gustado!
JunSu, sentado a un lado de su primo solamente jugó con un lápiz en sus manos.
—¿Y si mejor hacemos un café para chicas y somos nosotros cuatro los
meseros?— A YooChun parecieron brillarle los ojos, ChangMin en cambio solo
levantó los hombros en señal de que le daba absolutamente igual.
La apertura del café sería en unos días y no había personal. A esta altura
cualquier cosa servía. YunHo sin embargo se levantó algo molesto de su asiento,
mirando fijamente a JunSu quien pareció esconderse en su lugar.
—Acabo de decir que no quiero tener a ninguna mujer cerca. ¿Y lo único que se te
ocurre es que tenga mi cafetería repleta de ellas? Me niego, rotundamente.—
YunHo se cruzó de brazos y luego de unos segundos sonrió. —…Aunque eso de
que ustedes sean los meseros, no parece tan mala idea.
—¿A que te refieres? Somos chicos. A los chicos no nos gusta que nos atiendan
otros chicos, sino unas bellas chicas.
…
Y el tiempo había comenzado a transcurrir demasiado pronto.
La idea de YooChun no había sido tan mala, el café había resultado demasiado
prospero, hasta el punto de cada uno ya podía tener su propio apartamento. Y se
habían acomodado demasiado bien.
La idea de YunHo… Pues aunque les hubiera pateado el hígado en solo pensar
en la idea, y que admitirlo doliera en el orgullo, pues finalmente la idea Jung había
sido muy acertada. Por que su café era el más popular. El más visitado, el mejor
de todos.
—Verdad Siwon. Y aunque a HeeChul le encantaría ayudarnos por que esto para
él es como un extraño fetiche, Siwon tiene razón. No podemos sobre explotarlo.
—Y está bien, esta vez yo no abriré la boca, pueden contratar a la misma Seulgi
como mesera si les da la gana y yo no diré nada.— YooChun y ChangMin
chocaron sus manos con una sonrisa en el rostro, Siwon suspiró aliviado y
HeeChul dibujó un pequeño pucheros en sus labios, había pensado seriamente en
la idea de ayudar como mesero.
JunSu sin embargo sonrió y abrazó a su primo. Se sentía muy feliz de que luego
de todo este tiempo YunHo ya pudiera volver a mencionar Seulgi sin que le
afectara e incluso bromear con ello, y aunque todavía fuera un tema tabú y esa
extraña aversión de su primo por las mujeres no era normal…
Finalmente, iba avanzando, poco a poco, pero avanzaba que era lo importante.
…
—Escúchame bien JaeJoong, ya son dos meses que tienes atrasado con la renta
si se acaba el mes y no me has dado siquiera un adelanto ten por seguro que la
próxima vez que vengas tendré todas tus cosas afuera. ¡Así que consigue un
trabajo, YA!
—¡Pero fin de mes es en dos semanas! Así consiga trabajo ¿Quién me va a pagar
adelantado siendo nuevo?
—Ese es tu problema.
Lo primero que pasó por su cabeza fue que por un anuncio tan minimizado, de
seguro se trataba de un café muy modesto debido a que aparentemente no podían
pagar un anuncio mejor, pensó también que peor era nada. Así que con su último
esfuerzo se levantó y caminó hacia el lugar, aprovechando por supuesto que no
estaba muy lejos.
Y JaeJoong se permitió maldecir a su suerte una vez más. El lugar estaba cerrado
y ni siquiera una luz interna había. Pero confirmó la dirección dos veces más, por
que ese bello restaurante, amplio y aparentemente elegante, mucho no podía ver,
no podía ser el del anuncio.
—Mucho gusto soy Kim JaeJoong. Venía por lo del anuncio pero veo que estas
cerrando me preguntaba si…
Jung sonrió, de esa misma forma algo burlona que hubiera usado hace casi un
año atrás frente a sus amigos. Le sacó la gorra a JaeJoong y observó con cuidado
como esos cabellos rubios caían sobre sus hombros, no demasiado largo el
cabello por suerte. Lo analizó con cuidado y JaeJoong tuvo que admitir que eso
fue muy raro… E incomodo también.
—¿Es enserio?
—No te preocupes, solo procura llegar a las siete en punto con ropa cómoda.
—De acuerdo. No hay problema. Estaré puntual ¿Qué es lo que tengo que hacer?
—Los muchachos te indicarán eso. Oh, una cosa más. Hay una condición.
—¿Cuál?
—No podrás renunciar por los próximos seis meses. Si luego de eso, decides
quedarte, entonces tendrás un contrato anual. ¿Bien?
JaeJoong observó curioso a su ahora jefe y asintió. Eso era perfecto, una trabajo
seguro por seis meses y si hacía las cosas bien podía quedarse de largo. ¿Qué
podía haber de malo en eso? Solo un loco diría que no.
—De acuerdo, solo para estar seguro…— YunHo de pronto sacó su celular y lo
enfocó. –Dilo.
—¿El que?
—Oh…— JaeJoong miró el costoso celular frente a él, un poco incómodo ante las
excentricidades de su jefe pero igual intentó hacer un amago de sonrisa. –Yo, Kim
JaeJoong accedo a no renunciar por los próximos seis meses, trabajar muy bien y
llevarme bien con mis compañeros.
—Perfecto.
Camino hacía la parte trasera y abrió la puerta con cuidado, descubrió gustoso
que estaba abierta, dentro el lugar estaba iluminado. Y un muchacho de cabello
negro corto arreglaba las mesas y sillas mientras su jefe conversaba con un
muchacho de cabello castaño algo largo.
Sin embargo la única pregunta que pasó por su mente en ese momento fue:
¿Sería su jefe gay? Su cuerpo sufrió un fuerte escalofrío. Sinceramente esperaba
que no, por que si lo era, entonces la mirada de ayer… ¡En serio! Esperaba que
no.
—Yunnie… ¿Quién es él?
En ese momento Jung giro y JaeJoong asintió a modo de saludo. –Oh, Jae.
Bienvenido. Chul, él será nuestro nuevo mesero.
Las fotos se repartían en tres muchachas en particular, una de cabello negro algo
largo que usaba solo vestidos azules, otra de cabello algo castaño de vestido
verde y otra pelirroja con vestidos amarillos. Aunque los trajes variaban entre
diferentes motivos, en especial algunos haciendo alusión a algún Cosplay. Sus
colores parecían pertenecerles.
—Léelo y firma. Si tienes alguna pregunta no dudes en decírmela.
JaeJoong tomó la pequeña carpeta donde en letras grandes dejaban ver ‘Ai Maid
Café’ medio leyó por aquí y por allá y finalmente firmó, le regresó la carpeta a su
ahora oficialmente jefe y sonrió con un pequeño asentimiento de cabeza.
—¡Hyung!
YunHo sonrió. –Les dije eso hace dos días y ni anuncio habían publicado.
—Pero…
JaeJoong retrocedió asustado, abrió sus ojos en extremo hasta que terminó
tropezando con una silla y cayó sentado en el suelo, todavía observando a JunSu
creyendo que ese muchacho se debió haber golpeado muy duro la cabeza al
entrar.
—¿Eh?
Si, JaeJoong pudo haber gritado y alejado velozmente de cualquier contacto, sin
embargo su cerebro tardó en procesar. —¡¿EH?!— Y para cuando se pudo dar
cuenta todo le comenzó a dar vueltas y antes de que pudiera darse cuenta. Un
mareo repentino acudió a él y demasiado cerca de YunHo perdió el conocimiento.
El sonido hueco de JaeJoong al chocarse contra el suelo hiso que JunSu colocara
una muestra de dolor en sus facciones. –YunHo Hyung… Pudiste haberlo cogido
para que no se diera contra el suelo.
ChangMin bufó y estiró un poco el cuerpo. —Es toda una reina del drama, le
vendría bien el rosa.— YooChun asintió de inmediato.
JunSu arrugó el entrecejo. –Chunie deja de ser tan bipolar eso no es bueno. Hace
un rato estabas que te quejabas por que no era una chica.
Siwon se acercó tranquilamente, miró a los cuatro muchachos discutir algo acerca
del color indicado, miró al suelo. Un chico tirado inconsciente muy cerca de los
pies de YunHo. Regresó su mirada a YunHo recordando que HeeChul le había
pedido que le avisara acerca de que no había azúcar impalpable y se dirigió hacía
el mayor.
—YunHo ya no hay… ¡Un momento!— Siwon volvió a mirar al suelo y arrugó el
entrecejo logrando llamar la atención de los otros muchachos que aparentemente
dejaron de discutir. Siwon pasó una mano por su rostro y suspiró. —¿Me podrían
decir por que hay un chico tirado en el suelo?
—Lo va a demandar.
—¡Hey!—
YunHo miró resentidamente a sus amigos, quienes todos haciendo bulto frente a
él que se encontraba sentado cerca de los pies de JaeJoong quien permanecía
inconscientemente recostado en el sillón, parecían haberse olvidado de que los
estaba escuchando.
—Min tiene razón. Si ese muchacho no te demanda mínimo te deja en coma así
que…
—Niisan~ ¡Tengo hambre! Del coraje al ver el anuncio me vine sin desayunar…
YunHo de inmediato le arrebató el pastelillo al menor. –Me tiene sin cuidado. Vete.
—¡Cállate YooChun!
—Chunie, por favor… Se te olvida que ChangMin es todo menos normal.
Siwon rodó los ojos. —¿Qué es esa maldita manía suya de ignorar por completo a
un desconocido desmayado en el café?— HeeChul sonrió ante las palabras de
Choi y caminó junto a el muchacho de cabello rubio que parecía más bien,
dormido.
—Lo dudo.
Siwon destapó el frasco con alcohol y lo pasó cerca a las fosas nasales de
JaeJoong, lo primero que el rubio hizo fue arrugar el entrecejo, luego parpadeó
confundido y dos segundos después levantó una mano con fuerza. Siwon apenas
pudo retroceder y chocar con HeeChul.
—¿Dónde estoy?— Oh, si que pregunta tan profunda, pero Kim JaeJoong en ese
momento únicamente empezaba a percibir varios gritos e insultos algo lejanos. Su
cabeza dolía un poco y al llevar una mano a su frente descubrió una protuberancia
que lo asusto. —¡¿Que demonios es esto?!
Heechul tras Siwon únicamente se apoyó en los hombros de su amigo para poder
inclinarse un poco y asomar la cabeza. –Te salió luego de que le dieras de
frentazos al suelo.
Siwon codeó a HeeChul. –Lo lamento, YunHo no tiene buenos reflejos así que
supongo que para cuando estiró los brazos para agarrarte tú ya estabas en el
suelo.
Choi sonrió ligeramente y supo que esa era una gran mentira. Por que JunSu le
había contado, YunHo sencillamente lo había visto caer. Pero JaeJoong pareció
creerle, por que asintió y con dificultad se sentó.
Pero JaeJoong no compartía esa experiencia, así que para cuando levantó la
cabeza, lo único que pudo observar fue el brazo de ChangMin siendo estirada con
fuerza y la mochila… Pues la mochila ya estaba a cinco centímetros de su rostro.
Y eso dolió… ¡Joder, que dolió!
—¡¡Shim ChangMin!!
—¡No fue mi culpa, lo juro! Yo le quería pegar a YooChun.— ChangMin se giró
hacía YunHo quien se acercaba molesto al menor, junto sus manos en señal de
suplica y la risa de YooChun no ayudaba. YunHo únicamente tomó la maleta y se
la tiró sobre el pecho con fuerza.
—Pero…
—¿Estas bien?
YooChun se alejó un poco. –Está bien… Solo era una pregunta.— Prontamente y
para su suerte, gracias a ese grito, JaeJoong volvió a tener la atención de su jefe
sobre si.
—No la mujeres demonio, las mujeres en sí… ¡Ahj! ¿Saben que? Eso no es
importante ahora.— JaeJoong regresó su mirada a YunHo. —¿Me podrías
explicar que mala broma es todo esto?
—Eso dijo.
JaeJoong miró molesto a Siwon y HeeChul, quienes al parecer habían olvidado
que hablar en voz baja era posible y una gran opción, en especial cuando
hablaban de alguien más. Pero para su suerte YunHo ignoró la absurda confusión,
agarró una silla y se sentó, cruzando elegantemente sus piernas.
—Por que así sería más fácil de convencer y no habrían tantos inconvenientes si
algún cliente se quiere pasar de listo. Sabría como manejar la situación sin
escandalizarse.
La sonrisa que se dieron los dos muchachos hizo enojar a JaeJoong. ¡Volvían a
ignorarlo!
—¡Hey, sigo aquí!— JaeJoong agitó un poco su mano y YunHo regresó a mirarlo.
—Oh, si JaeJoong. Pues verás el trabajo es sencillo. Los lunes nos reunimos
temprano, es decir a la siete por que hacemos una pequeña reunión pero el resto
de días la hora de llegada es a las nueve. Atendemos de diez a…
—¡Basta!— JaeJoong volvió a respirar profundo. —¡NO voy a trabajar aquí! Solo
quiero irme y olvidar que los conocí.— Y JaeJoong estaba a punto de mostrar su
dramática salida cuando la voz de YunHo, suave y calmada lo detuvo.
YooChun se apoyó sobre los hombros de YunHo y ambos miraron con una sonrisa
al rubio quien apretó los puños con fuerza. –No pueden… No… Yo no sabía…
Yo…
—Si lo supieras no hubieras firmado sin leer. Es más te dije y cito textualmente:
‘Léelo y firma, si tienes alguna duda no…’
El jefe del Maid se levantó. Colocó una mano sobre el hombro del JaeJoong y
sonrió. –Resígnate, estás preso en este trabajo por seis meses. No te queda de
otra que cumplir y sonreír. O de otra forma te voy a demandar de tal manera de
que me deberás hasta el alma.
HeeChul en esta ocasión acercó sus labios al oído de Siwon. –No se supone que
deba sonreír mientras dice esas cosas tan atemorizantes. ¿Verdad, Siwie?
JaeJoong giró una vez más. En esta ocasión con el firme propósito de hacer su
digna salida. Abrió la puerta trasera y sin mirar atrás y tampoco hacía el suelo
salió. Cosa que hubiera salido bien, si Shim ChangMin no hubiera estado sentado
en los pequeños escalones de la puerta.
—Oh, es él nuevo…
El susurro del más joven de todo ese estrambótico grupo fue lo último que
JaeJoong escuchó antes de volver a perder el conocimiento, por que después de
todo, tropezarse con ChangMin y rodar directamente de cabeza hacía el suelo, no
era para menos.
JaeJoong volvió a abrir los ojos con dificultad, una mano en la cabeza. Y casi
podía asegurar que esa última voz que escuchó pidiendo calma era la de JunSu,
si no se equivocaba de nombre. Para cuando se sentó, una chica pelirroja se
había arrodillado frente a él y lo observaba preocupada.
—¿Estas bien?
—¡¡Waa!!
Más allá ChangMin parecía pelear con el largo cabello castaño semi ondulado y
por que este no se le metiera la boca, haciendo varias muecas con la boca. Y
Yoochun, pues él con una peluca negra parecía luchar con la hebilla de sus
zapatillas de tacón.
—Pero…
—Y a veces se porta muy regañón, pero eso es solo cuando llegas tarde o cuando
Min golpea a algún cliente.— ChangMin rodó los ojos ante las palabras de JunSu.
—Se lo merecen, a veces vienen unos pervertidos que solo eso merecen.
—No me da la gana.
—Bienvenidos.
JaeJoong solamente suspiró. –Ni siquiera me gustan las cosas dulces. ¿Te
imaginas el martirio que será para mis soportar ese olor todo el santo día?—
JaeJoong empezó a caminar con dificultad junto a Junsu de regreso a los
vestidores.
—Era diferente, era una sola cosa que soportar. Ahora son demasiadas.— Sintió
como JunSu lo sentaba sobre una de sillones y él se sentaba en una silla con un
pequeño cofre de metal sobre las piernas.
—Solo metete en la cabeza que eres un actor y estás en una gran obra de teatro.
—¿Eso funciona?
—En el Maid obviamente no podemos ser llamados por nuestros nombres. Está
de más resaltar que nadie aquí, a parte de Siwon, Chul y Hyung sabe que somos
chicos. Ante los ojos de los demás somos lindas chicas y punto. Y aquí entre
nosotros por boca de los propios clientes, supuestamente las más lindas de todo
Akihabara.
—YooChun se llama Yuna, ChangMin es Mina, y yo soy Junko. Por lo que me dijo
Hyung tu nombre será Jejuko. Los nombres tienen que rimar un poco o parecerse
a nuestros nombres para evitar confusiones, especialmente por mí. Soy muy malo
recordando algunas cosas. Al principio intentamos con nombres como ‘Jessica’
‘Pam’. No funcionó. Cierra los ojos, por favor.
En esta ocasión fueron sus parpados los atacados, sabrá Dios con que o que
color, JaeJoong a esta altura prefería no saber. Escuchó un poco de bulla en el
salón donde era el café y supuso que el lugar empezaba a llenarse y pronto entre
Yoo… Yuna y Mina no se alcanzarían.
—Independientemente del nombre, cada una lleva un color y una personalidad.
Yuna es junto al azul e igual que su carácter, como decirlo… La versión femenina
de YooChun, seductora, elegante, sofisticada e inalcanzable. Yo siempre pensé
que le quedaría mejor algo como el rojo, pero siempre dice que eso ya sería
demasiado gay.
JunSu dio un largo suspiro y al escuchar que el muchacho parecía buscar algo en
el cofre que tenía en las piernas, JaeJoong volvió a abrir los ojos. –Por favor no te
vayas a mover por que esto delinea tus ojos y pestañas y te puedo pinchar.
—Mina es el verde, rebelde e impulsiva. Pero muy educada hasta que quiebras su
poca paciencia. La verdad es que los colores no van mucho con las
personalidades pero es culpa de nosotros.
—Pues por que YunHo Hyung nos dio los colores pensando en una personalidad
en específico, pero al final nuestra personalidad se impuso así que ya un cambio a
estas alturas, como que no… Los clientes están acostumbrados y parece
gustarles vernos en esos colores.
JunSu volvió a buscar algo y JaeJoong podía apostar su colección de revistas
de… ¿Anatomía? Bueno como sea… El caso es que muy seguramente buscaba
un lápiz de labio, por suerte parecía ser un rosa algo bajo, por lo menos no muy
llamativo. JaeJoong se quiso golpear en cuanto se descubrió así mismo
analizando el color que JunSu pondría en sus labios.
JaeJoong quiso decirle que a lo mejor él no se daba cuenta de unas cosas que
sus amigos si, pero prefirió no hablar una vez más. –Y pues tú, serás la chica
perfecta.
—¿Eh?
—Yo no…
JunSu puso la peluca sobre su cabeza y lo hizo girar contra el gran espejo que
había. Justo en ese momento las palabras y aliento de JaeJoong murieron. ¡Dios
santo! Parecía una chica, una muy linda en verdad. Y si no fuera por que sería
ilegal, narcisista, gay y muy extraño. Seguramente esa chica en el espejo sería su
mujer ideal.
…
—La cuenta de la mesa diez. Son 3 yens de vuelto.
ChangMin le ofreció la carta cerrada, donde los billetes que su cliente le había
dado se encontraban y YunHo sonrió, mientras registraba todo en la caja y le
agradecía mentalmente por hacer el calculo innecesario en su cabeza, cuando la
computadora era capaz de hacerlo sin ningún problema.
YunHo le devolvió la carta con los tres yens y por supuesto lo que le quedaba de
propina a Min, que era muy aparte de todo. –Lo que pasa es que Mina es más
popular que el propio ChangMin, tal vez deberías hacerte gay, Min. Tendrías sexo
más a menudo. O mejor dicho dejarías de ser virgen.
—Si, estoy a punto de pasar de nivel. ¡Bien! Soy un dios del Rock.
Las luces parpadearon un poco, las ventanas fueron cubiertas por las persianas
cerradas y desde la puerta de la cocina HeeChul se asomó un poco. Después de
todo, era él quien hacía las coreografías que tanto encantaban. Y que después de
todo, era una de las principales atracciones del Ai Maid Café.
Siwon estuvo parado sobre la tarima con micrófono en mano, vestido con una
camisa blanca y un pantalón y chaleco negro. Ameno como siempre ante el
publico en su gran mayoría hombres jóvenes.
—Bien, son las doce en punto y como sabrán es Lunes, así que es momento de
ver a nuestras hermosas Junko, Yuna y Mina demostrar sus maravillosos dotes de
baile y voz que solo ellas pueden tener. Con ustedes Chocolate Love.
Las luces volvieron a parpadear, Siwon bajó del escenario entre aplausos y para
cuando las luces se volvieron a encender, las tres muchachas habían aparecido,
de espaldas al público, con el movimiento leve y sinuoso de las lentas notas en
bajo. Yuna fue la primera en girar.
Por que debía ser, según tenían entendido, una voz sensual, baja y casi
susurrante. Eso era más fácil que cuando les tocaba fingir una voz muy distinta a
la suya como cada vez que les tocaba hablar con sus clientes. El coro a voz de las
tres fue más difícil, por que sus voces no podían por ningún motivo sonar
masculinas.
Junko se deslizó con cuidado por el escenario, jugando con el rostro de uno de
sus clientes. Yuna desde su lugar solo observó, intentando que ese juego no se le
saliera de las manos a la pelirroja. Mina concentrada en cantar, ni siquiera se dio
por enterada.
Pero tenía que ser sincero, si no fuera por que sabía que aquellas tres ahí, eran
chicos. Entonces se hubiera quedado embelesado. Por que la sensualidad era
innata en ellos, y por que en verdad parecían chicas… Igual que él.
Recordar que llevaba un vestido rosa que le llegaba un par de dedos más debajo
de la rodilla, con unas zapatillas color plata y el cabello rubio lacio hasta la cintura
con una cinta rosa igual que su vestido. No ayudó, en serio. NO AYUDÓ.
—Ya me arrepentí.
Pronunció esas palabras el momento justo en que la música daba su tocada final,
y el local estallaba en aplausos. Por tanto YunHo ni siquiera lo escuchó. –Te ves
bien, apareces apenas te llame. ¿Ok?
YunHo encendió el micrófono y subió al escenario junto a las tres muchachas que
agradecían los aplausos. JaeJoong pensó que eso de ignorarlo, en su jefe parecía
que se le iba a ser una muy mala costumbre.
—¿Les gustó?— YunHo recibió la respuesta que esperaba, las persianas fueron
levantadas por Siwon y sonrió gustoso al notar que ahora el local parecía incluso
más lleno. A pesar de que nadie los estuviera atendiendo en este momento. –
Pues bien, Ai Maiden tiene hoy una gran sorpresa para ustedes, Junko ¿Por qué
no se los dices tú?
JaeJoong estaba justo tras la puerta, respiró profundo y pensó en huir, lograr que
un auto lo medio atropellara y luego dar lastima y fingir que había perdido la
memoria. Esa era una buena opción. ¿Cómo no se le hubiera ocurrido antes?
JaeJoong estaba tan emocionado con su nuevo plan, que daría resultado si por
que si, que apenas alcanzó a sentir las manos de HeeChul sobre su espalda
mientras lo lanzaba hacía el salón donde de inmediato llamó la atención de todos
y los aplausos lo recibieron.
—¿Será extranjera?
—Si~
El grito al unísono estremeció a JaeJoong. –Los tienes en el bolsillo. No lo
arruines.— Escuchar la voz de YooChun luego de haber escuchado la de Yuna,
fue perturbador. Tomó el micrófono que YunHo le ofrecía con la mirada
indicándole que no hiciera una estupidez y suspiró.
—Buenas tardes con todos. Mi nombre es Jejuko y de ahora en adelante seré una
mesera más para el Ai Maid Café. Espero que podamos llevarnos bien y…—
JaeJoong tragó saliva. –Cuiden de mi por favor.
Los aplausos llegaron, Junko le sonrió amistosamente y los otros tres parecieron
suspirar aliviados, suponía que Siwon y HeeChul desde la cocina también. Luego
YunHo había hablado diciendo que estaba un poco resfriada y por eso sonaba un
poco ronca.
JaeJoong lo sabía, tenía que practicar un poco más eso de lo voz y sabía también
que con eso había firmado su propia sentencia, y que con eso su masculinidad
había disminuido otro tanto por ciento más.
…
—Gracias por haber venido.
JaeJoong se vio forzado a sonreír, por suerte una última vez junto a Junko
mientras despedían a los últimos clientes del café. Estaba cansado, hastiado,
decepcionado de si mismo y por supuesto con las ganas de asesinar ya casi
disminuidas por suerte. Faltaba nada más que lo encerraran no solo por
incumplimiento de contrato sino también por asesino.
JunSu se sentó sobre una de las sillas y suspiró. YooChun se quitaba rápidamente
las zapatillas y ChangMin no dudó en sacarse la peluca mientras Siwon y YunHo
empezaban a cerrar todo. JaeJoong únicamente permaneció parado por un buen
rato analizando lo que había hecho el día de hoy.
ChangMin se levantó. –Que tu seas un gay sin remedio, no quiere decir que todos
también lo seamos.
—Bueno… Suspirar, suspirar, no. Pero esas palabras y esa mirada de ‘¿Me estará
engañando con una rubia despampanante que se parezca a JaeJoong?’ dejan
mucho a la imaginación.
ChangMin golpeó con uno de los zapatos a YooChun. –Tu mente vuela con
cualquier estupidez. Por que tienes el cerebro del porte de un maní, Park
YooChun. Además la única razón por la que extrañaría a ese sujeto sería por que
da buenas propinas.
ChangMin empezó a caminar hacia los vestidores y YooChun sonrió. –Pero por
algo será que recibes tan buena propina. ¿No?— ChangMin no giró, únicamente
levantó su brazo derecho y mientras cerraba su puño, levantó con cuidado su
dedo de en medio.
YooChun rió y JunSu bostezó, aparentemente muy cansado como para pedirles
que dejaran de pelear llamando rápidamente la atención de Park. —¿Muy
cansado, Su?
—Demasiado.
—Vamos, te llevo.
—Gracias, Chunie.
JaeJoong sacudió un poco la cabeza y pensó que de JunSu haber sido una chica,
esa hubiera sido la imagen perfecta para cualquier portada de manga Shoujo
extremadamente cursi y dulzón, que a las chicas masoquistas tanto les gustaba
leer. ¿Por qué masoquistas? Por que ese tipo de historias siempre las hacía llorar
más lagrimas de las necesarias.
Por suerte para cuando llegó, pensando en que pasaría horas duchándose para
tener que quitarse toda esa pintura de la cara, ChangMin apareció con el mejor
inventó en las manos que JaeJoong pudo haber visto en toda su vida. Los pañitos
desmaquillantes.
Fue sencillo y rápido, los pasos por su rostro y todo parecía irse con facilidad,
ahora lo único que le quedaba era darse una larga ducha, que se llevara todo ese
perfume y olor a dulce que se le habían impregnado en la piel. Lo bueno es que
siempre podía decir que ese olor era de una nueva novia.
JaeJoong desde este momento se prometía nunca tener una novia rubia.
Se cambió de ropa y cuando salió se dio cuenta de que ya todos estaban fuera
esperando por él. Eso lo sorprendió un poco. Todos conversaban animadamente y
esperaban por él. Seguía sorprendido por que cuando llegó le sonrieron y
JaeJoong solamente podía recordar lo mucho que se había quejado y gritado ese
día.
—Bien. Ha sido un excelente día. Todos han hecho un buen trabajo, espero que
descansen lo suficiente y lleguen con cuidado a sus casas. Los espero mañana a
las nueve en punto. Y cualquier cosa me están llamando, ChangMin por favor dale
mi número a JaeJoong.
—Adiós, Hyung.
—Cuídate, niisan.
—¿Y tu? ¿Piensas acampar fuera del café?— La voz de YunHo lo hizo levantar la
mirada. –Por que si ya te botaron por los meses que debes bien puedo dejarte
dormir dentro del café.
—Vamos, te llevo.
Eso no había sido ni una invitación, ni un gesto amable. Había sido una orden,
JaeJoong pensó sinceramente agarrar su poca dignidad y marcharse sin
obedecer, pero estaba tan cansado y ya había perdido mucho de su orgullo
gracias Jejuko, que únicamente optó por subirse al auto de su jefe.
—Pues Siwon y HeeChul siempre se van juntos, viven en el mismo edificio pero
en apartamentos diferentes así que no es necesario.
Alcanzaron la moto de Siwon unos metros más allá, Siwon agitó un poco su mano
y HeeChul apoyando la cabeza en la espalda de Choi únicamente permaneció con
los ojos cerrados, seguramente muy cansado como para moverse un poco, por lo
que solo sonrió.
—Bueno, en que estaba… Oh, si y pues como tienen la misma ruta, la casa de los
padres de ChangMin no queda tan lejos, y JunSu y YooChun viven a unas
cuadras de distancia. Así que todos los días a la salida toman un bus y como
podrás ver se divierten. Pero cuando están muy cansados los llevo yo.
YunHo sonrió. Y JaeJoong cerró la puerta del auto, se sintió extrañó al ser traído
por otro hombre hasta su hogar, pero sinceramente estaba tan cansado que ni
siquiera podía pensar adecuadamente.
…Y JaeJoong suspiró aliviado, de otra forma ese contacto hubiera sido muy
extraño.
YunHo comenzó a caminar de regreso al interior de su auto. –Date la oportunidad
de ser parte de nuestra familia y entonces te divertirás. Si te relajas un poco te
darás cuentas de que siempre hay una luz al final del túnel. Nos vemos mañana.
Mientras subía las escaleras, pensaba que esa mujer era muy retorcida, aunque
bueno la verdad en este caso era mucho peor que la imaginación de esa mujer. –
Maldita vieja loca.— Suspiró esperando que nunca se le saliera aquella frente a la
mujer, por lo menos no, mientras le debía y no tenía donde más ir.
—Todo esto me esta afectando demasiado.— Abrió la puerta y dejó las cosas en
el pequeño sillón. Cerró la puerta y empezó a desvestirse. –Lo que necesito es un
largo baño, y por supuesto restregarme bien la mejilla para dejar de pensar
estupideces.
El largo baño, se redujo a unos minutos, ya que finalmente el cansancio pudo más
y JaeJoong solo quiso apoyar la cabeza en la almohada y dormir profundamente,
su vida en Japón no había sido como lo esperaba un año atrás cuando le contaba
a SungMin acerca de sus planes de estudiar literatura.
—Un momento…
—¿Qué? Hyung, sabes que soy malo con las adivinanzas ¡¿Qué es?!
Parecía un niño al cual le traían su regalo de navidad, había casi volado hasta su
primo intentando ver lo que traía tras su cuerpo, pero YunHo con una sonrisa en el
rostro solo giraba o retrocedía.
—Pues es… ¡Día de cosplay!— YunHo levantó los trajes encerrados en aquel
cobertor negro y amplió su sonrisa. –Los clientes votaron y al parecer las quieren
ver un poco más aventureras por que el anime triunfador fue ‘Naruto’ Y los
disfraces corresponden a Tenten, Temari, Sakura e Ino.
YooChun sonrió ante la obvia pregunta de Jae. —¿No te das cuenta?— JaeJoong
negó con la cabeza y YooChun suspiró. –Tenten lleva pantalón.
Los ojos de JaeJoong se abrieron y con un zapato de menos corrió hacía donde
ChangMin empezaba a abrir los cobertores para buscar el debido traje. —¡Oye,
niño! Yo quiero ese traje, así que olvídalo.
—Oblígame.
YunHo los miraba como si se estuvieran peleando por un pedazo de pan, a
empujones, gritos y amenazas de por medio. Sin embargo no los detuvo. Era más
divertido así. Cruzó sus brazos y se dedicó a observar como ChangMin empezaba
a amenazar a JaeJoong con morderlo y el otro muchacho solo parecía querer
golpear al menor en cualquier momento.
JunSu se acercó a YooChun con una inusitada lentitud y cruzó sus brazos.
—No es mi culpa que ChangMin sea tan idiota y que JaeJoong nunca haya visto
ese anime.
JunSu sonrió. –Me preguntó… ¿Cuánto tardaran en caer en cuenta de que son
ninjas y por tanto todas llevan pantalón?
…
—Oh, Pero si te ves linda…
—Mmh… No.
JaeJoong rodó los ojos y bufó con exasperación mientras colocaba una odiosa
mueca en su rostro, finalmente a Jejuko le había tocado ser Sakura. ¿Qué tenía
de bueno eso? Que aparentemente llevaba una falda algo larga abierta por las
laterales, pero que llevaba un pantalón, y eso era lo importante.
Oh, si. Por que JaeJoong después de la mordida y mientras JunSu limpiaba la
herida con alcohol y YooChun le gritaba que se fuera a vacunar contra la rabia
solo por si acaso, pues luego del espectáculo y de que ChangMin no pareciera
arrepentido, YunHo pareció recordar decirles que todas llevarían pantalón durante
ese cosplay.
JaeJoong amaba a su jefe… (Nótese el sarcasmo)
—Si…
—En seguida.
YunHo facturo de inmediato el pedido y apenas lo tuvo impreso dejó una copia en
su tablero del número correspondiente a cada mesa, y la otra se la pasó a
HeeChul a través del pequeño mango mecánico que los unía.
YunHo miró a ChangMin, el muchacho únicamente había elevado una ceja y luego
les había dado la espalda como si aquello en realidad no le importara. YunHo
pensó que Jejuko tenía una muy buena coartada, JaeJoong después de todo no
sabía que ese era el cliente de Mina.
No sabía que Rain, siempre, todo el tiempo, sin excepción, pedía que solo ella lo
atendiera.
—Bienvenido.
Oh, ¿Por que el destino tenía que ser tan cruel con él?
—¿La que está junto a la ventana?— JaeJoong giró un poco para observar el
lugar correspondiente y sonrió. –Si, está desocupada, por aquí por favor.
No necesitaba pedir que Mina viniera, era ya casi una costumbre y la gente del
café parecía haberse acostumbrado también, por que recibiera quien lo recibiera,
siempre a los pocos minutos llegaba Mina, con su cara de inconformidad y fastidio.
Rain adoraba ese rostro, y de alguna manera extraña le parecía algo… ¿Dulce?
Que se enojara por que siempre la pidiera a ella como mesera.
—¿Va a ordenar?
Pero de pronto esta muchacha, que ahora que se fijaba bien, era nueva, lo miraba
expectante. Seguramente esperando por su orden. Rain estuvo a punto de pedirle
que solo era atendido por Mina, pero era nueva y de alguna manera no quería
herir los sentimientos de la muchacha. Las mujeres son muy delicadas con ese
tipo de preferencias, pensó Rain.
Rain hizo una pequeña y casi imperceptible mueca. –No estoy seguro.
—Creo que un café sin azúcar y un croissant estará bien por hoy.
—¿Eh? Oh, si. Enseguida traigo su orden.— Anotó lo reciente dicho por el hombre
y con una sonrisa en los labios y un pequeño asentimiento regresó hacía donde su
jefe y Mina se encontraban.
—Un café sin azúcar y un croissant.— Repitió el pedido y levantó la mirada al
notar que YunHo no hacía ningún movimiento, solo lo miraba. —¿No me
escuchaste?
—¿Cómo lo hiciste?— Yuna estuvo de la nada junto a él, pasando un brazo sobre
sus hombros.
Junko se les había juntado también, como si atender a los clientes de pronto no
fuera importante. Mina sin embargo parecía ser él único que lo ignoraba, por que
simplemente jugaba con su pequeña libreta y leía los pedidos que había anotado
en ese día.
Hubo un pequeño silencio que YooChun fue el encargado de romper, cuando una
carcajada emitió de su garganta, y la tuvo que acallar en seguida por ser muy
escandalosa. JunSu en cambio intentaba reír lo más bajito que podía.
—No sabía que hubieran clientes para cada uno.
—No los hay.— YunHo empezó a facturar la orden. –Pero él siempre pide a Mina,
nunca ha hecho una excepción… Hasta el día de hoy.
Siwon salió de la cocina con las tres charolas sobres sus brazos, las coloco con
habilidad sobre el mesón y sonrió gustoso con el trabajo. Sin embargo arrugó el
entrecejo cuando vio a los cinco reunidos y a los clientes solos.
—¿Rain?
—¡Mi cartera!
JaeJoong decidió dejarlo ir, tampoco era superman en busca de la paz mundial.
Tomó la cartera del suelo y la limpió un poco. La muchacha rubia corrió hacía él,
aparentemente muy agradecida y algo sonrojada.
—Muchas gracias, eres increíble. Yo nunca hubiera podido hacer algo así.
JaeJoong sonrió y le extendió la cartera. –No es nada no te preocupes.— La
muchacha lo miró extraño por unos segundos, pero luego sacudió un poco la
cabeza y volvió a sonreír.
Era muy linda, hermosa en realidad. De una belleza que no se ve todos los días.
Un prospecto de novia ideal para él. —¿Sucede algo?—
—Pero…— Eso era extraño, muy extraño. Una chica jamás había rechazado a
JaeJoong, por más bella que fuera. –Bueno yo…
—Lo siento.— La rubia hizo una pequeña reverencia, luciendo muy apenada. –
Muchas gracias por lo que hiciste, pero no puedo, es que no me gustan las
mujeres. Lo siento.
Uno de los muchachos, JunSu suponía ya universitarios, sonrió. –Pues mis padres
me acaban de regalar un auto. Si lo deseas puedo llevarte a conocer el mar y
otras cosas más que de seguro te van a encantar.
JunSu enarcó una ceja, esta bien, muchas de las indirectas que los clientes solían
decirle él no las captaba con facilidad, pero eso, por ningún lado había sido una
indirecta, por suerte antes de que pudiera negarse, Yuna apareció de la nada,
colocando bruscamente su libreta sobre la cabeza del muchacho.
—Pues Junko—chan es como una hermana para mi, además ella tiene novio. Se
llama YooChun y es un tipo muy rudo y celoso. Así que mejor déjala en paz.
—¿Eh?— JunSu que hasta el momento solo veía a YooChun, sorprendido ante
las palabras de su amigo, solo pudo observar a su cliente y luego a YooChun
quien solo le dio una directa mirada pidiéndole que siguiera la mentira. –Bueno…
Si…Si… Algo así.
—¿Algo así?
—Eso no te importa, Junko—chan no va a salir contigo a ningún lado, confórmate
con eso.
Y de la nada Yuna había agarrado por los hombros a un impávido JunSu que
solamente se dejó guiar hacía la caja donde YunHo seguramente volvía a estar
jugando Guitar Hero. —¿Por qué dices cosas tan vergonzosas como esas
Chunie?
La tranquila respuesta del muchacho hizo que JunSu arrugara el entrecejo. –Pero
es una mentira.
YooChun sonrió y JunSu prefirió no replicar, asustado con ese extraño repique en
su corazón que la mención de él y YooChun saliendo había provocado en su
interior. Aunque fuera todo una mentira.
…
—Idiotas… ¿Por qué habría de importarme que Rain prefiera ahora a Jejuko?—
ChangMin tan solo seguía murmurando enojado, tal y como lo venía haciendo
desde que Rain hubiera llegado al Maid Café, de una u otra manera el hombre
siempre lograba ponerlo de mal humor. –Por mi que haga lo que venga en gana,
es más mejor así, de esa forma me deja por fin en paz.
—Si, me equivoque. ¿Qué? ¿Acaso no puedo? Ahora resulta que todos debemos
ser igual de perfectos que tú.
ChangMin deseó patearse por idiota. Últimamente solo decía cosas en contra de
si mismo y eso no podía ser bueno, decidió desviar la mirada y morder su labio
inferior para no volver a hablar.
El claro sarcasmo con la que salieron las palabras de Rain mientras sacudía sus
cabellos con cuidado y se alejaba de regreso a la mesa le hizo preguntarse a
ChangMin si esa era la razón por la cual de un momento para otro Rain habría
preferido a Jejuko en vez de a él.
—Renuncio.
—Una chica acaba de rechazarme por que creyó que era lesbiana.
HeeChul rió un poco. –Bueno si hubiera aceptado tu coqueteo esa sería una
relación por demás extraña.
JaeJoong rodó los ojos y volvió a dirigirse a YunHo. –He dicho que renuncio. Me
largo.
—Si renuncias.
—Si, si… Ya sé, me demandas y me quitas hasta el alma. Ya me lo has dicho mil
veces.
—¿Entrenamiento?
—Si, practico futbol. ¿No te había dicho? Bueno, te dejo. Se me hace tarde.
—Si.
Mientras caminaba hacía la mesa correspondiente, la duda lo intrigó. ¿Qué harían
los otros muchachos fuera del Maid Café? Analizó lo suficiente como para darse
cuenta de que muy probablemente él era el único que no hacía nada más después
del Maid, y eso no era bueno, nada bueno.
JaeJoong por un momento miró a HeeChul, parecía muy cercano a YunHo, había
notado que lo miraba con un brillo especial en los ojos. Por un momento llegó a
pensar que habían sentimientos de por medio, pero luego lo descartó por absurdo.
Oh, bueno no tanto. Pero HeeChul no se veía como el tipo de chicos que pudieran
gustarle a su jefe, en el caso de que le gustaran los hombres. Y de todas formas
eso no descartaba que fuera un amor unilateral.
YooChun estaba justo tras él, con el cabello mojado debido a la ducha. El local
cerrado que por suerte nunca dejaba entre ver su gran secreto. JaeJoong
solamente se puso de pie, observando como a lo lejos ChangMin y YunHo
caminaban hacía ellos conversando desde los camerinos.
—Bueno señores, un buen día igual que hoy. YooChun van ustedes por JunSu,
¿O voy yo?
—Esta bien, Min, entiendo tu mal humor por haber perdido a tu amor de toda la
vida, alias cliente frecuente Rain, pero no te desquites conmigo.
El teléfono sonó y YunHo solo le hizo un gesto para que esperara un momento, se
acercó al mesón y levantó el auricular con una sonrisa en el rostro. —Maid Café
buenas noches. Ya no atendemos pero es gusto hablar con usted.
JaeJoong rodó los ojos, cualquiera que lo oyera diría que es una excelente
persona, pero eso por que no conocen lo estafador y explotador que puede ser. La
mirada y expresión de YunHo cambió de repente.
—¿Ma…má?
—No sé… Creo que era mamá, pero no sé… Solo colgó.
YunHo pasó una mano por su rostro y lució algo angustiado, o preocupado o
simplemente consternado. En realidad, JaeJoong no supo identificar ese gesto en
el rostro de su jefe. HeeChul únicamente acaricio uno de los brazos de Jung y
ambos comenzaron a hablar en susurros.
Miró a Siwon y el muchacho parecía mantener cierta prudente distancia entre esos
dos y JaeJoong nunca antes había sentido que sobraba en un lugar como en ese
momento. Decidió no anunciar su salida, por que simplemente YunHo y HeeChul
parecían muy ocupados en ellos mismos.
Miró una última vez hacía atrás y finalmente salió, fuera el frío era un poco fuerte
pero aún así, Kim solo ajustó el abrigo a su cuerpo y caminó hacía la parada de
autobús. ¿Qué había pasado ahí?
¿Resultado?
Siwon hubiera cerrado los ojos ante el dolor que debieron haber sufrido los cuatro
sobre el escenario, pero la risa contagiosa de YunHo fue más tentadora y no pudo
evitar una pequeña sonrisa en sus labios.
—¡JaeJoong!
HeeChul tenía el entrecejo arrugado, lo suficientemente molesto como para que
reír no fuera una opción. ChangMin fue el primero en levantarse, sobando un poco
su frente y mirando con profundo odio al causante de su caída.
—Jae…
—Pero si era sencillo, solo era derecha, cadera, brazos en horizontal dos veces y
luego hacía adelante.
JaeJoong pensó en serio que HeeChul y él tenían dos sentidos muy diferentes de
lo que sencillo significaba. Él no servía para bailar, menos para coreografías,
mucho peor la de una canción de mujeres despechadas. Maldita su suerte.
En el paso de estos días había aprendido muchas cosas de sus compañeros de
trabajo, por ejemplo de vez en cuando era bueno dejar a HeeChul hablar y hablar.
Cosa que hizo sin pensarlo demasiado, miró discretamente hacía donde su jefe se
encontraba.
La risa del mayor se había calmado un poco y conversaba tranquilo con Siwon.
JaeJoong todavía recuerda aquella llamada hace dos días de la que suponía era
la madre de Jung. YunHo había estado algo distante durante todo el día siguiente,
pero al día dos, YunHo había vuelto a ser el mismo insoportable de siempre.
Era cierto, la curiosidad lo había embargado y muchas cosas habían pasado por
su mente con respecto a demasiadas razones por las cuales, YunHo pudo haber
reaccionado de esa forma, pero era cierto también que a él no debía importarle.
Siwon había comentado algo, y YunHo con las piernas cruzadas, sentado
elegantemente y con su cuerpo un poco inclinado hacía el lado derecho, lugar
donde Choi se encontraba, únicamente rió algo disimulado. La conversa en si no
lo intrigaba, lo que le intrigaba era esa sonrisa de YunHo que parecía sacada de
una de foto de Polo Ralph Lauren donde todos esos modelos parecen de mentira
por los perfectos que pueden llegar a parecer.
Abrió sus ojos sorprendido. Especialmente asustado ante la comparación, por que
eso no debía ni siquiera haber asomado por su cabeza. Sacudió un poco la
cabeza y decidió regresar su mirada hacía HeeChul quien permanecía con los
brazos cruzados y mirándolo con un poco más de molestia.
—¿Ya me vas a prestar atención?
—¿Viendo a mi Yunnie?
“¿Mi?” JaeJoong volvió a darse un golpe mental por andar pensando estupideces
y razonó un poco mejor las palabras del mayor. —¡No estaba viendo a YunHo!
—¿Entonces a Siwon?
“¿Por qué no utiliza el ‘mi’ también con Siwon? ¡Demonios, JaeJoong deja de
pensar estupideces!” JaeJoong solo deseaba poder volver a sus días con un chico
normal y tranquilo, donde no conocía Japón y no pensaba estupideces.
HeeChul lo agarró por los hombros e hizo que observara a JunSu mientras le
explicaba un paso a ChangMin, luego de que el menor pareciera agarrarle el
sentido al paso, los tres se movieron al son de la música de una manera simétrica
y perfecta que pareciera que la vinieran practicando desde hace mucho.
JaeJoong envidió la perfecta sincronía que parecían tener.
—¡Jejuko—chan, Fighting!
…
—¿Y como va todo por Akihabara?
Y su voz había sonado tan impulsiva, que está más que seguro que de seguro eso
intrigó a su amigo hasta decir basta. —¿Por qué no? ¿Qué pasa Jae?
JaeJoong dibujó una sonrisa en sus labios y limpió con una servilleta la comisura
de sus labios. —¿Y como esta todo por Corea?
JaeJoong bebió un poco de jugo de naranja. –Que la pase bien no quiere decir
que sea el trabajo que hubiera deseado.
Kim rió un poco y continuó hablando con SungMin por largo rato, aquello era
bueno, muy bueno para su salud mental en realidad, por que entre su casera, el
jefe desvergonzado que tenía, y sus extraños compañeros de trabajo.
Pues SungMin era como su grito a la distancia de que aún podía tener una vida
normal.
Algún día JaeJoong agarraría el teléfono y llamaría a su madre. Eso de mandarle
correos pronto se volvería demasiado impersonal, pero la llamaría solo cuando la
imagen de Jejuko no viniera a su cabeza cada vez que hablara con ella.
Pero casualmente ese día, las clases habían terminado demasiado temprano, por
tanto a la una de la tarde Shim ChangMin ya se encontraba camino al Maid, se
detuvo en una pequeña tienda de ropa y se inclinó un poco para observar con
atención a través de la vitrina la hermosa bufanda negra con una pequeña estrella
plateada bordada al final de esta.
Sus ojos casi brillaron ante la sencillez pero al mismo tiempo hermosura de
aquella prenda, es cierto que estaban en plena época de frío, y que pronto en
menos de lo que esperaba esa bufanda sería muy necesaria.
Se irguió nuevamente e hizo unos cuantos cálculos mentales, sacó su billetera y
contempló el dinero dentro. Sonrió ligeramente e ingresó al local. –Disculpe,
señorita…
Una de las puertas de los vestidores se abrió y por ella salió Rain, arreglando la
chaqueta que acababa de ponerse y mirándola sobre su cuerpo, ni siquiera
fijándose en que él se encontraba relativamente frente a él.
Tosió brevemente fingiendo que nada había sucedido, y decidió aplicar la mejor de
todas las estrategias. Huir. Ajustó la mochila a su espalda, dio media vuelta y
empezó a salir del local sin el menor remordimiento.
—Joven… ¿No quería preguntarme algo?
Dentro del local, Rain únicamente vio al muchacho de instituto salir velozmente de
ahí. Sin siquiera dedicarle una mirada a la dependienta que solamente levantó los
hombros y siguió al teléfono con los pedidos correspondientes.
Rain observó la bella corbata azul con tonos platinados y sonrió mientras se
miraba en el espejo detrás suyo y la colocaba sobre su camisa a modo de prueba,
recordó la manera en que los ojos del menor parecían solo brillar mientras veía
alguna de las bufandas en la vitrina.
…
—Bienvenido~
Yuna sonrió ante la presencia de los tres muchachos que muy seguramente eran
de la misma edad de ChangMin, y su sonrisa se volvió más fingida cuando uno de
ellos le sonrió presuntuoso. Malditos mocosos hormonales.
Los guió hasta la mesa correspondiente, y tomo su orden, prefirió ignorar por su
propio bien y el de esos muchachos, los codazos que sus amigos le daban al de
sonrisa estúpida y caminó hacía donde YunHo parecía querer hundir la tecla ‘Z’ en
el teclado.
—¡Deja de jugar!
Dejó su libreta con fuerza sobre el mesón y el hombre pareció saltar en su asiento.
—¡Maldición, YooChun! Estaban a punto de darme un Bonus.
—Me tiene sin cuidado… Dos tartas de limón, un panque y tres Capuccino.
YunHo lo miró con odio mal disimulado y registró el pedido casi de inmediato. –
Está decidido, odio este trabajo.— Jejuko apareció, con el entrecejo arrugado y
una mueca en el rostro que hasta cierto punto parecía adorable.
—Esa es su manera de decir lo mucho que nos quiere.
—Oh, no lo sabía, pero claro será divertido que por fin hagamos cosas normales
como ir a ver un partido de fútbol.
—Si, si. Me encanta lo mucho que se aman, pero vayan a atender a los clientes.
JaeJoong empujó por la espalda a Yuna y Mina quienes a pesar de todo seguían
en su discusión. Él solamente se encargó de que estuvieran más a la vista de
todos y así todo sería mucho más fácil y se callarían. Cuando regresó, YunHo lo
miraba con una ceja levantada.
—¿Qué pasa?
—¡Iuk!— Jaejoong hizo una mueca de asco y sacudió su cabeza un poco. –Por
supuesto que no imbécil, es solo que sus peleas constantes cansan.
YunHo rió divertido ante la reacción de JaeJoong pero decidió continuar jugando
para conseguir sacar las cinco estrellas en una de las canciones más difíciles de
ese nivel. Concentrado como estaba, no se percato de una pequeña reacción en
JaeJoong.
Kim se lo había quedado observando, por un rato más allá de medio minuto, sin
expresión alguna en el rostro, como analizándolo o algo parecido. Pero de repente
había agitado la cabeza con fuerza y se había pegado a sí mismo con la libreta en
la cabeza antes de alejarse a atender a un cliente más.
YunHo ignoró aquello casi si pretenderlo, por que la amplia pantalla en ese
momento tapaba a JaeJoong. Y en el fondo, muy en el fondo. JaeJoong pensaba
que ese dichoso juego podía ser muy útil para él. Distraía a YunHo de cualquier
estupidez que él pudiera hacer.
Ese muchacho que días atrás hubiera estado molestando a JunSu con sus
constantes invitaciones a salir, había vuelto, había vuelto a acosar a Junko con
sus invitaciones, había vuelto a incomodarlo, había vuelto simplemente… Y eso
bastaba para que YooChun se molestara. Y mucho.
Oh, claro. JunSu era todo paz y mientras pudiera mediarlo intentaría por todos los
medios tratar de solucionar las cosas por las buenas. JunSu no era de andarse
peleando. Claro que no. Lastima que YooChun no compartiera esa visión de la
vida.
—Anda Junko—chan~
Pero no las encontraba. –Ya te he dicho que no. Tengo… Novio.— Y pronunciar
aquello fue más difícil de lo que hubiera esperado, en especial por que el supuesto
novio de Yuna era Park YooChun. Mordió su labio inferior, que asquerosa
situación para incómoda.
Si, el de JaeJoong era el mejor de todos. Lo mataba de risa cuando hacía eso, en
realidad lo mataba de risa cada vez que alguien intentaba invitar a salir a
cualquiera de sus amigos. Excepto cuando se trataba de él.
—Junko—chan…
Y la cosa empezaba a salirse de control, por que había girado dispuesto a alejarse
y el muchacho se había levantado sujetando su brazo y deteniendo su caminar.
De acuerdo, eso era todo. JunSu arrugó el entrecejo. Iba a golpearlo.
YooChun, como tal, había hecho acto de aparición. Junko hubiera abierto sus ojos
con sorpresa, YooChun no estaba disfrazado de Yuna, tenía su cabello negro
ligeramente largo, unos jeans y una camisa de algodón sencilla encima. Su
supuesto novio había hecho acto de aparición.
—Park YooChun, el novio de Junko. Así que por tu bien déjala en paz.
YooChun agarró el brazo del hombre, logrando que soltara el agarre que mantenía
sobre el brazo de Junko. JunSu se sentía muy desubicado y confundido. YooChun
en cambio se mostraba todo lo molesto que podía.
Pudo sentir la manera posesiva en la que YooChun lo agarraba por la cintura, lo
unía a su cuerpo y miraba con verdadero odio al muchacho que sonreía
pretencioso frente a ellos, como si en realidad no se dejara intimidar. Lo que más
asustó a JunSu fue el terrible calor que azotó a su rostro en cuanto su cuerpo
estuvo tan cercano al de Park.
—Pues linda novia tienes. Que anda provocando a cuanto cliente se le pasa por
enfrente.
—¡Oye, yo no…!
Junko y los demás dentro de la cafetería habían empezado a observar con horror
como YooChun empezaba a jalar al muchacho fuera de la cafetería, sacándolo por
la puerta de enfrente. YunHo había sido el primero en reaccionar y salir tras ellos.
—¡Agh!
—¡YooChunie, basta!
Junko sabía, no debía intervenir demasiado, por que supuestamente era una
chica, pero la desesperación que lo recorrió fue fuerte, tanto que no pudo nada
más que apretar sus puños con fuerza.
JaeJoong solo miraba la pelea sin entender que sucedía o por que sucedía, y el
resto de clientes solo dedicaba a observar como el novio de Junko la defendía en
contra de aquel que muy seguramente no volvería a pisar el café.
—Bien ¿Ya se calmaron? Dejen la estupidez que esto no es un club para que se
anden armando esta clase de espectáculos.
La voz de YunHo había resonado con fuerza en el lugar, poco a poco los clientes
se fueron alejando, regresando a sus mesas, Siwon fue el encargado de despedir
a ese cliente del café. Y YunHo una vez estuvo a solas con YooChun únicamente
lo soltó y miró con dureza.
—¡YooChun, responde!
—¡Si! De acuerdo. ¡Si, si, y mil veces, si! Tenía ganas de romperle la cara a ese
idiota desde hace días. ¿Contento?
—¿Todo bien?
—Si, es que un idiota que tengo por amigo hizo algo muy estúpido, te juro que fue
divertido. Amo cuando no piensan. Son como monos.— La risa fresca de Mina fue
agradable, Rain dedujo que estaba tan feliz como para mediar sus palabras y
mucho menos fijarse de con quien las compartía.
Mina amplió su sonrisa. –Créeme su mejor virtud es que con ellos es imposible
decir que la teoría de Darwin no es cierta, cuando no encienden el resto de sus
neuronas, son como monos.
Mina rió un poco más. Rain en esta ocasión llegó a la conclusión de que esa era la
extraña manera de Mina para decir que adoraba a sus amigos. —¿Acaso uno de
los muchachos que se batió a golpes con otro era uno de tus amigos?
—Si, MonoChun. Ese es su nombre. ¡Ah! Genial, ese es su nuevo gran apodo.
Cuando Mina se alejó hacía el mesón principal, Rain sonrió. O el buen humor de
Mina era sorprendente y de pronto había descubierto que no le gustaban las cosas
dulces, o simplemente se había molestado por su comentario de que andaba
apurado. En fin, no importaba, cuando menos hoy comería algo agradable a su
paladar.
Después de todo, las cosas dulces no iban con él. Pero por Mina, podía
soportarlas, el tiempo que fuera necesario.
…
Por suerte, la pelea de YooChun había ocurrido casi a la hora de cerrar.
Fue hasta los vestuarios con tranquilidad, ChangMin se había cambiado hace rato
y únicamente faltaban él y JunSu, cuando entró, YooChun estaba sentado en el
mueble con JunSu en frente curando las heridas en su rostro. JaeJoong pensó
que en realidad ellos dos eran muy cercanos.
JunSu se veía tan preocupado, y YooChun intentaba calmarlo con una sonrisa.
JunSu seguía disfrazado como Junko, por un momento pensó que de ser Junko
real, entonces YooChun y la pelirroja harían una excelente pareja, hoy mientras lo
había visto curar a YooChun había llegado a esa conclusión. Explotó una sonrisa
en su rostro, estaba pensando demasiadas incoherencias últimamente.
Se miró una última vez en el espejo y suspiró. Por fin volvía a ser JaeJoong y eso
era tan cómodo, que nada ni nadie podría igualar esa paz. Caminó con la ropa de
Jejuko en sus manos, dispuesto a dejarlo en la ropa sucia, abriendo la puerta sus
ojos se abrieron con sorpresa.
YooChun estaba demasiado cerca al rostro de Junko, es decir, JunSu.
—YooChun… No lo hagas.
JaeJoong tapó su boca, jamás en su vida había visto a dos chicos besarse. No en
vivo y en directo, bueno, YooChun besaba a Junko. ¡JunSu! ¡Que ese era JunSu!
¿Por qué lo olvidaba? Oh, si claro. JunSu seguía bajo la máscara de Junko. Tal
vez por eso YooChun lo besaba en estos instantes.
Eso era lo más estúpido que había pensado, por que YooChun sabía a la
perfección que ese que besaba en estos momentos y pegaba a su cuerpo no era
otro sino Kim JunSu, primo de su mejor amigo. JaeJoong decidió dar media vuelta
y dejar la ropa al otro día en el tacho.
Caminó con la mirada perdida por largo rato, en realidad no entendía lo que
sucedía. ¿Por qué YooChun besaba a JunSu? ¿Por qué JunSu parecía impávido?
Bueno, era obvio el beso lo había tomado por sorpresa, pero aún así si fuera él,
JaeJoong de inmediato lo hubiera golpeado.
Una sonrisa divertida se posó en sus facciones, si, ojalá y lo besara. Para poder
golpearlo como se lo merece desde que lo conoció.
“Pero… ¡¿Qué?!”
—¿Jae?
Y Jaejoong salió del café amenazando a YunHo con su puño y casi corriendo del
lugar, HeeChul dejó escapar una risa divertida susurrando un: ‘Creo que ya se
volvió loco’ mientras Siwon le daba un pequeño codazo compartiendo la misma
sonrisa.
Estaban en pleno siglo veintiuno, hoy en día hasta Ricky Martín era gay, bueno
ese era un secreto a voces donde la mitad del mundo susurro un ligero ‘Ya me lo
suponía’ cuando fue finalmente declarado por el artista. Pero bueno, el punto es
que el hombre seguía siendo uno de los más admirados y toda la cosa.
—¡Malditas maletas!
Sus ojos enfocaron de inmediato a una muchacha de cabello largo negro, tenía
puesta una bufanda y usaba un pequeño vestido que se ceñía a su figura. Antes
de acercarse, JaeJoong verificó su apariencia, y alegre de verse como él mismo
ayudó a la muchacha.
—¿Estas bien?
—Oh, muchas gracias.— Esos ojos lo dejaron plasmado por un segundo. Un bello
verde iluminaba a la muchacha y JaeJoong pudo únicamente sonreír. –Es que soy
una tonta, no debí traer tantas maletas. Mucho gusto soy Utada Ranko.
—Kim JaeJoong.— Estiró una de sus manos sosteniendo la maleta en su mano
derecha y la muchacha entrelazó sus manos con una sonrisa.
Ranko continuó sacando una maleta mediana y un bolso que colgó de uno de sus
hombros hasta que finalmente cerró la cajuela del auto y arregló un poco su
cabello. —¿En serio? Pues yo vengo a quedarme solo por un tiempo. Estudio en
Inglaterra.
—Oh, pues sí.— Ranko rió un poco divertida, aunque sinceramente, JaeJoong no
entendió el motivo de la risa, por lo que solo sonrió.
—Pues déjame decirte que has hecho la peor decisión. La casera es una vieja
gritona de lo peor.
—¡Kim JaeJoong!
—¡Eso me tiene sin cuidado! Quiero aunque sea la mitad de lo que me debes, o te
me vas en este preciso instante.
—¿Mamá?
Giró hacia la muchacha de bellos ojos quien era abrazada por la casera de su
edificio y lamento haber abierto la boca de más. Suspiró, su maldita suerte no
cambiaba pero para nada. Ranko pareció hablar en susurros un largo rato, y la
mujer parecía negarse. JaeJoong no entendía.
—Uff… Esta bien. Pero que conste que solo lo hago por ti, hija. No deberías ser
tan buena persona.— La mujer lo miró de pies a cabeza y plasmó una mueca de
desagrado en su rostro. –En especial con personas que no lo merecen.
Y la casera se había alejado, JaeJoong aprovechó que le daba la espalda para
realizar una mueca él también, Ranko rió bajito. Y él recordó que ella seguía ahí. –
Lo siento, no debí hablar así de tu mamá.
—Despreocúpate un poco, he hablado con ella para que te espere un poco más.
Y es que hablar de dulces emocionaba al más joven del grupo, sus ojos brillaban y
una gran sonrisa iluminaba sus facciones. La diferencia radicaba que cuando lo
hacia junto a Rain. Entonces esos ojos brillaban aún más y sus sonrisas eran aún
más grandes. YunHo lo había notado, muy a pesar de que ChangMin se llenara la
boca diciendo que no lo soportaba.
—¿Te refieres a la vez que Rain fue atendido por Jejuko—chan?— YooChun
asintió tranquilamente, sin dejar de vigilar que el tal Rain no se pasara de listo. –
En realidad creo que Rain no le pidió que llamara a Mina, mas por educación que
por cualquier otra cosa.
—¿Pero que?
YunHo arrugó el entrecejo, una cosa es que lo supusiera y otra muy diferente a
que fuera a convertirse en realidad.
—Pues no sé, hay algo raro ahí.
—Te apuesto diez yens a que está pensado en que Min todavía es muy joven.—
El susurro de HeeChul logró hacer sonreír a Park.
—¡Siwon, por fin un buen apoyo!— YunHo agarró por los hombros a Choi
haciendo que mirara hacía la mesa siete, el hombre únicamente sonrió.
—No es un niño Yunnie, tiene casi dieciocho y además son solo suposiciones.
HeeChul rodó los ojos y Siwon rió un poco, Jejuko llegó de repente con una gran
sonrisa en los labios, como si de pronto nada le afectara, e incluso le gustara su
trabajo. Todos se alejaron un poco, desde ayer, JaeJoong actuaba muy extraño.
—¿No es hermoso el mundo?
—¿Eh?
Pero cuando ambos cruzaron miradas y YooChun desvió la mirada al igual que
JunSu, supuso que al final no habían quedado en nada. YooChun se retiró
anunciando que atendería otro cliente y JunSu luego de unos segundos hizo lo
mismo.
Ahora que caía en cuenta, esos dos no se habían dirigido la palabra en todo lo
que iba del día. Tal vez no había mucho que conversar si es que JunSu no sentía
lo mismo. Mordió inconsciente la punta de su lápiz y suspiró.
No, claro que no, por eso es que las desaparecidas de su esposo la tenían harta,
entre su hija que acababa de llegar de Inglaterra, y el mocoso coreano que le
debía como tres meses de renta y que apenas y había conseguido trabajo. Kihara
sentía que había rebosado el vaso de su poca paciencia.
Primero había pensado en una amante, su esposo podía tenerla y eso jamás lo
permitiría. Había revisado su ropa con cuidado para que él no se diera cuenta, por
supuesto la ropa que iba dejando por ahí apenas llegaba, por que en la que
dejaba para lavar obviamente no había nada.
¡Demonios! Para eso que sentara en un parque a babosear por esas niñas, junto a
los otros viejos de sus amigos, así por lo menos le resultaba gratis. Maldito viejo
derrochador que tenía por esposo.
Miró el gran cartel de Ai Maid café, guardó el papel con la dirección en su bolso, y
lo ajustó a su cuerpo, el lugar estaba repleto, la gente entraba y salía y las
muchachas hermosas, pues si, eran lindas.
Fue directo a la caja, sus cejas se levantaron con sorpresa al notar al muchacho
verdaderamente apuesto que ahí había, de acuerdo, solo por él podría estar
viniendo a acompañar a su esposo. Él baboseaba por las meseras, ella lo haría
por el de la caja, le parecía un trato razonable.
—Buenos días, soy Jung YunHo dueño del Ai Maid Café ¿La puedo ayudar en
algo?
E incluso su voz sonaba a ángeles, Kihara pensó que de tener unos años menos,
sin duda hubiera dejado a su esposo sin pensarlo dos veces. Sacudió su cabeza,
‘Concéntrate Kihara, concéntrate’ se lo repitió mentalmente.
—Disculpe…— YunHo volvió a hablar y Kihara giró con una gran sonrisa en su
rostro, JaeJoong desde su lugar pudo observar aquella reacción y arrugó el
entrecejo. Jamás frente a él había actuado de esa forma, él también era tan
apuesto como YunHo. –Me decía de su marido.
—Oh, si…— ¿El marido de la casera? ¿El marido estaba ahí? Ahora que lo
pensaba JaeJoong jamás había visto o siquiera prestado demasiada atención al
marido de la casera, es más ni siquiera se sabía el nombre de la casera. ¡De todas
formas! ¿Por que diablos tenía que mirar de esa forma a YunHo? Era molesto…
—Lo que pasa es que yo… ¡¡Saito!!
Siwon se acercó de inmediato a la mujer, recién llegando al café agarró por las
manos a la castaña y sonrió levemente.
Su esposo emprendiendo la huida. Mientras salía corriendo del café volvió a avivar
su coraje. Se soltó con una sonrisa en los labios del muchacho musculoso y sonrió
una vez más al muchacho de lindos ojos.
—Lo siento, siento mucho todo este escándalo. Si no fuera una cafetería para
hombres volvería. Lo siento mucho… ¡¡Saito, deja que te alcance!!
Dejo un billete sobre la mesa que ocupaba su esposo, esperando que cubriera los
gastos y salió corriendo tras él, transformando su sonrisa de embobamiento total,
por una mueca de enojo en su máxima expresión, de esas que usa toda madre
cuando descubre que el hijo o hija se le ha escapado por la ventana.
Siwon habló con voz clara, ligeramente sonriente mientras el ambiente volvía a ser
el mismo. YunHo se acercó a JunSu solo para verificar que se encontrara bien y
JaeJoong desde su lugar, aún tras Mina seguía vociferando que las sonrisitas
estúpidas que su casera le había dedicado a Yunho habían sido como una patada
en el hígado.
Inconsciente de que Shim ChangMin tenía un muy buen oído para esas cosas.
Bebiendo té, los muchachos continuaron en el restaurante por un largo rato más,
lastimosamente JaeJoong había decidido mejor irse a descansar temprano.
HeeChul sirvió un poco de té a los demás y suspiró.
—Por supuesto que si— Siwon bebió un poco de su té y YooChun apoyó sus
palabras.
Todos miraron a YunHo, sabiendo que era su día y era él, el de la última palabra.
Jung sopló un poco del vapor que emitía su taza con te y cerró los ojos con una
gran tranquilidad en sus facciones.
Incluso tenía en sus manos ya las llaves, que día para empezar tan bien y terminar
tan horrendamente mal. Su casera casi lo deja sin aire y de paso ella y sus
miraditas de total devoción hacía su jefe, habían provocado que sintiera ganas de
vomitar.
—JaeJoong—kun.
—¡Oh! ¿En serio? Que bueno, a mi también me agrada verte Sempai.— La mujer
rió bajito, tapando un poco su boca, en un gesto que pretendía ser inocente. –Me
preguntaba si ya habías cenado, creo que hice demasiada comida y como aun no
he cenado tampoco y mis padres no están, estaba pensando que sería agradable
que almorzáramos juntos.
—Esta bien.— No, no estaba bien, Ranko tenía en esa sonrisa un claro gesto de
decepción. –Supongo que ha de ser cansado trabajar casi todo el día. ¿En otra
ocasión será, verdad?
Es decir, es muy bella y sus ojos le encantaban, pero de repente había perdido
todo el interés, estaba muy cansado y todavía recordando la manera en que a
YunHo parecía no molestarle que las mujeres lo vieran casi como un dios griego.
¡Tonterías!
YunHo no era tan apuesto, él lo era mucho más. Que bueno que no soportaba a
las mujeres, sabrá Dios por que, por que sino tendría la cafetería repleto de
muchachitas buscando a su jefe, y a su jefe presumiendo a cada momento su
nueva conquista. Un mal de sabor de boca fue lo único que sintió.
Genial… Ahora hasta incluso había perdido el poco apetito que tenía.
Mordió su labio inferior y entonces lo vio, Rain cruzaba la calle directo hacía local,
una sonrisa y estuvo dispuesto a caminar hacía la entrada, sin embargo se detuvo
cuando vio que Rain parecía buscar a alguien que no era él. Sosteniendo en su
mano una pequeña bolsa de una tienda a unas cuantas calles de de la cafetería.
—Recuerdas que Min, es todo lo maldito que nosotros no podemos llegar siquiera
a imaginar ¿Cierto?
YooChun sonrió. –Que bueno que aún lo recuerdes, entonces hoy. Por favor no lo
molestes, no le hables, es más. Ni siquiera respires demasiado fuerte cerca de él.
—¿Qué sucedió?
—Lo sabrá él solo, por que estaba de buen humor y de repente esta que se lleva
al demonio para enseñarle lo que es el verdadero infierno.
YunHo rió un poco y vio a Mina atender a un cliente con una forzada sonrisa en
los labios, incluso parecía que emanaba un aura extraña a su alrededor. Respiró
profundo, bien seguiría el consejo de YooChun. Procuraría dejar a su hijo—
adoptivo—no inscrito en paz.
—¿Con YunHo y los demás?— El muchacho asintió, ChangMin sobre todo era
maduro, sobre todos ellos. No culparía a JaeJoong por una estupidez que ni él
mismo terminaba de comprender. –Por supuesto.
ChangMin no entendió mucho esa última parte, pero de pronto JaeJoong abrió el
casillero, y sus pensamientos fueron bloqueados, JaeJoong tenía el dichoso
regalo sin abrir todavía en su casillero y ahora lo guardaba en su pequeño bolso.
Finalmente YooChun había ganado, alegando ser el mejor amigo y por supuesto
pisando el pie del menor, quien solamente lo golpeó en la cabeza apenas se
hubiera sentado en la parte trasera.
—Pues…
—La verdad es que hoy hace un tiempo atrás YunHo terminó con alguien muy
cancerígeno para su vida. Y celebramos esa fecha como lo mejor que le pudo
haber pasado, por que después hubiera sido mucho peor.
JaeJoong se preguntó si hablarían de una chica, si esa sería la razón por la que
YunHo pareciera tenerle aversión a las mujeres, sus ojos viajaron hacía su jefe
quien conducía con tranquilidad. No visualizaba a Jung YunHo como alguien que
sufriera, no cuando se mostraba tan feliz todo el tiempo, con tantas ganas de
molestar y divertirse, de proteger y querer a los demás.
—¿Cantar?
JunSu asintió emocionado. –Hyung y todos nosotros cantamos un himno que nos
recuerda que lo sucedió fue lo mejor. Y no cantamos tan mal, así que no pongas
esa cara. Como sabrás ahora uno puede desarrollar pistas de Karaoke y como
Min es bueno con esas cosas hizo una solo para nosotros.
—¿Y te duele?
Fue la primera vez que escuchó la voz de YunHo en mucho tiempo, JaeJoong no
pudo evitar sonreír, parecía ser el padre de todo ese disparatado grupo. –En fin,
las letras en azul son las de Chunie, las amarillas las mías, las verdes de
ChangMin, las purpura de Chul, las rojas de Siwon y las negras de YunHo Hyung.
—Puedes tomar mis líneas casi al final de la canción si gustas, Jae.— YooChun
se había girado un poco hacía él, mientras YunHo aún conducía.
—Pero…
—Además sería una excelente práctica para la presentación del próximo lunes.
Miró hacía el retrovisor y a diferencia de cuando JunSu lo había hecho sus ojos
jamás se encontraron con los de YunHo, dio un corto suspiro y asintió. –Supongo
que algo he de poder cantar.
JaeJoong pensó, que esa sería la primera vez que los oiría cantar como chicos
Ya era la quinta vez que cantaban, habían pedido un micrófono para cada uno, por
suerte y era de esos karaokes en los que podían pedir zonas exclusivas y por
suerte JaeJoong solo tenía como espectadores a todos sus amigos del Maid Café.
No estaba muy seguro de cuanto licor tenía en su cuerpo, pero no estaba tan
borracho como YunHo o Siwon y HeeChul. YooChun y JunSu en medio de su
incomodidad apenas y habían bebido y ChangMin, pues él solamente estaba
extraño.
Que pasó con esa persona que era antes parte de tu corazón ¿Te hizo llorar
acaso?
Pasé largas noches solo, intentando borrar tu recuerdo una y mil veces.
La canción era todo lo distinto que se hubiera podido imaginar, imaginó que sería
asquerosamente cursi o romántica y no era así, las tonadas daban incluso hasta
ganas de bailar, y el ritmo en un tono perdido de rap le encantaban. Casi estaba
seguro que era la primera vez que hacía algo realmente masculino desde que
entro a trabajar en el Maid.
Extrañamente todos cantaban bien, se adaptaban al ritmo o era simplemente que
tenían mucho tiempo cantándola, o sencillamente que estaban lo suficientemente
borrachos como para mediar lo que sonaba bien o no.
Oh, Girl, I cry, you were my all. You said ‘Good bye’
Ojalá que siempre seas feliz con él, así yo no podré cambiar jamás de
opinión.
Deberías ser siempre tan clara como el cielo. Como esa nuble blanca.
Espero que puedas enterrar nuestra promesa de estar juntos por siempre.
Deberías poder llegar a ser feliz, por que yo día a día me voy apagando.
Oh, Girl, I cry, you were my all. You said ‘Good bye’
Y lo mejor fue cuando cantaban a coro, como en un extraño apoyo en el que todos
pasando los brazos sobre los hombros de los demás parecían ser muy unidos. A
JaeJoong realmente le agradó ser parte de eso.
—¡¡Salud!!
HeeChul estiró un poco su cuerpo, una vez estuvieron fuera del local de Karaoke y
Siwon palmeó un poco sus propias mejillas. –Supongo que tendremos que tomar
taxi, Chul. No estoy en condiciones de conducir.
—No sé conducir.
JaeJoong entonces pareció recordar algo.
—¿Que?— JaeJoong rió divertido. —¿Por qué me lo daría a mi? Es para ti, o
Mina o lo que sea, el punto es que dijo que no te lo daba personalmente por que
sabía que se lo tirarías por la cabeza. Cosa que yo hubiera hecho si me lo hubiera
intentado dar a mí.
ChangMin tomó la bolsa con cuidado y sacó la hermosa bufanda negra con una
estrella plateada, la misma que había visto días atrás. La misma que tanto le había
encantando. Una sonrisa se posó en sus labios. Rain imbécil.
—¿Por eso es que estaba molesto? ¿Creía que Rain le había hecho un regalo a
Jae?
—…Supongo.
—Chunie…
Justo en la parte posterior del lugar, YooChun había hallado el modo de poder
separarse de los demás. Y volvía acorralar a JunSu contra la pared, JunSu lo
volvía a mirar con aquellos ojos preocupados. YooChun y el alcohol en su cuerpo
no eran buena compañía.
—Es que estamos haciendo las cosas mal, Chunie. Yo no te gusto. Solo estás
confundiendo lo mucho que me quieres con algo más, estas confundiendo nuestro
amor de hermanos, solo… Estás confundido.
—Sé lo que siento, sé que te quiero, y sé que nunca me quiero alejar de ti.
Una caricia en el rostro y YooChun volvió a unir sus labios, en esta ocasión los
labios de JunSu no sabían a fresas como la vez anterior, esta vez no estaban
inmóviles. Esta vez parecían corresponder un poco, apenas en sus movimientos.
Las manos de JunSu agarraron su camisa, atrajeron sus labios una vez más, y
aunque YooChun pudo visualizar una lágrima saliendo de uno de los ojos de
JunSu, cuando volvió a sentir sus labios unirse, esta vez por iniciativa propia del
mismo JunSu. No pudo evitar sentir que se perdía entre esos sentimientos.
Las manos buscaron la nuca del menor, tocaron su cabello y besaron sus labios,
esta vez era diferente, esta vez JunSu lo estaba besando, esta vez estaba
correspondiendo, esta vez JunSu estaba probablemente aceptando sus
sentimientos.
…
—Ya llegamos.
Jaejoong abrió los ojos, había empezado a quedarse dormido, sacudió un poco la
cabeza. Ese sueño había sido rehabilitador, se sentía incluso un poco más
consciente. HeeChul y Siwon habían ido a llevar a ChangMin puesto que YooChun
y JunSu nunca habían aparecido.
—Lo siento mucho, YunHo. Pero yo soy pobre, algún día te pagaré el taxi.
—¡Pero que…!
De pronto tenía a YunHo frente a él, puesto que había girado asustado, faltándole
altura para que sus rostros estuvieran lo suficientemente cerca, YunHo lo
superaba con un par de centímetros de alto.
Está bien, los hombres no solían abrazarse con mucha facilidad, o concurrencia
pero a veces lo podían necesitar y esta parecía ser una fecha especial para
YunHo, así que JaeJoong decidió comprender y darle un par de palmadas en la
espalda. YunHo solo quería un abrazo, solo eso.
—Tranquilo YunHo, todo esta bien ahora. Tienes una buena vida e increíbles
amigos, incluso si lo deseas, puedes contar conmigo.
—Gracias por todo, Jae. Gracias por traerme, gracias por las palabras. Gracias
por venir hoy con nosotros.— YunHo sonrió, JaeJoong suspiró.
—Gracias a ustedes por permitirme ser parte de su familia, tenías razón, son una
maravillosa familia y me siento orgulloso de estar en ella.
YunHo rió un poco. –Dices todo eso por que estoy borracho y probablemente
mañana no lo recuerde ¿Cierto?
—Precisamente.
—¿Eh?
Sus ojos abiertos captaron el momento con lentitud y sus labios semi abiertos
recibieron a los labios de YunHo con una extraña pasividad. No fue un beso,
JaeJoong no podía llamar a eso un beso, no quería ni siquiera pensar en aquello
como un beso, Aunque YunHo nunca movió los labios, sus labios se juntaron, por
algo más de cuatro segundos.
Y el rostro de JaeJoong permanecía del mismo modo en el que cuando YunHo
hubiera empezado a cerrar sus ojos. YunHo pareció no notar que eso había sido
demasiado para Jaejoong, por que Jung únicamente sonrió y sacudió los cabellos
del más bajo y luego de eso, se acostó en el sillón como si nada.
Kim tapó su boca con rapidez. Asustado con lo que acababa de suceder y cuando
su jefe pareció conciliar el sueño con la boca un poco abierta y luego en un
pequeño giro cayó al suelo, JaeJoong ni siquiera se molestó en traerle una
almohada. Caminó a su cuarto y cerró la puerta.
Y gritó, gritó con todas sus fuerzas, con toda la intención de que su jefe lo pudiera
escuchar. Aunque sabía muy bien que eso, no sucedería.
El aroma del café recién preparado llegaba hasta sus fosas nasales.
Una taza con café, chocolate o leche y a lo mucho algún pan, tostada, sándwich o
un poco de fruta, eso era suficiente para ella.
Ranko sonrió. –Nada madre, solo pensaba un poco en algo que vi ayer.
Kihara se sentó justo frente a ella, arreglando un poco sus lentes, Ranko lo pensó
muy bien antes de hablar, es decir no había visto nada extraño, pero aún así había
sentido una extraño presentimiento cuando vio a JaeJoong por llevar a su amigo
hacía su departamento, como si inconscientemente cuidara de él.
—No, algo que vi por la calle. No tiene la menor importancia.— Kihara pareció
creerle y únicamente bebió un poco de té. –Madre ¿Te puedo hacer una
pregunta?
—Por supuesto.
—¿El muchacho ese que me debe como tres meses de renta?— Kihara de
inmediato arrugó el entrecejo. –Pues que yo sepa no, no tiene mucho tiempo en
Japón, pero como ya comenzó a trabajar supongo que ha de comenzar a
relacionarse. ¿Por que?
—Bueno, estoy de vacaciones, así que tengo todo el tiempo del mundo para
escucharte.
—¡Demonios! ¿Por qué estoy hablando así? Parezco una chica. ¡Agh!— Sacudió
con fuerza sus cabellos y volvió a pasar la sábana sobre sus labios, con la
intención según él de limpiarlos. –Ese imbécil. ¿Cómo se ha atrevido? Mancillar
mis labios de esa forma…
Sus ojos se abrieron de sobremanera. —¡Que asco! Estoy hablando como una
chica. Debería golpearlo, hasta cansarme, para demostrarle que con Kim
JaeJoong nadie se mete. ¡Ah, maldito!— Volvió a sacudir sus cabellos rubios.
Logró volver a acostarse sobre su cama, esta vez con la sábana cubriendo por
completo su cuerpo, incluyendo su rostro y por supuesto soltando un suspiro
ahogado, en realidad no sabía que hacer primero, golpearlo o gritarle hasta el
cansancio.
…
YunHo incluso podía afirmar que escuchaba aún la canción de Big Bang en sus
oídos, se quejó un poco, en inentendibles palabras claro esta, pasó una mano por
su rostro y por sus cabellos. Miró de un lado a otro y descubrió que obviamente no
estaba en su departamento.
Tenía la boca seca, el cuello adolorido y cuando miró hacía abajo pudo notar que
había pasado la noche en el suelo, sin almohada o alguna manta, una sonrisa
surcó en sus labios. –Seguramente estoy en el departamento de JaeJoong,
ninguno de mis amigos sería tan desconsiderado como él.
Tocó la madera con cuidado, si JaeJoong decía odiarlo con el alma cuando estaba
en sus cinco sentidos no quería ni imaginar como era cuando lo levantaban de su
sueño de belleza. Sonrió ante sus pensamientos, lo molestaría con eso luego,
cuando no pudiera asesinarlo con tanta facilidad.
—¿Qué quieres?
<< Dices todo eso por que estoy borracho y probablemente mañana no lo
recuerde ¿Cierto? >>
Claro, eso era. El desgraciado ese no recordaba absolutamente nada. ¡No era
justo! ¿Por qué tenía que ser él, el único traumatizado con ese asqueroso beso?
JaeJoong apretó aún más el pomo de la puerta, recordárselo no era una opción,
reclamárselo mucho menos. Jung era tan descarado como para voltear la
situación a su favor y molestarlo hasta el cansancio.
—¿Entonces?
YunHo sonrió como un niño pequeño, agitó sus rubios cabellos e ingresó a la
habitación buscando con la mirada la puerta del baño, JaeJoong cerró la puerta de
su habitación con fuerza y volvió a sentarse en la cama, subiendo una pierna en el
proceso.
—Maldito YunHo… ¿De verdad no recuerdas nada? ¿O eres tan gay como para
andar besando a cualquiera cuando te da la gana?
Miró con verdadero odio hacía la puerta, como si ese último pensamiento hubiera
empeorado aún más si se podía su estado de humor. La puerta del baño se abrió
y un sonriente YunHo asomó la cabeza. Ya estaba sin camisa.
—Oye, Jae ¿Tienes…?— JaeJoong enarcó una ceja, sin cambiar esa mirada
intensa y YunHo pareció por primera vez inteligente por que sonrió bobamente. –
Nada… Déjalo así.— Y volvió a cerrar la puerta. JaeJoong adoraba el poder de
sus miradas ‘Ignórame o muere’
Suspiró y se dejó caer sobre su cama, con el antebrazo tapando sus ojos.
Siwon facturó con tranquilidad, con un audífono en una de sus orejas y con la
música mejorando su estado de ánimo, JunSu sonrió divertido mientras lo veía
mover su cabeza de vez en cuando.
—¿Tú, Yuna?
—De acuerdo.
JaeJoong lucía molesto, YunHo tenía cara de no haber pasado buena noche y con
toda la intención de poder dormir, no fue más de medio minuto en el que en
seguida Mina y HeeChul estuvieron en el mesón. Justo donde su jefe había hecho
su acto de aparición.
—Uhh~
El sonidito burlón dicho al unísono lo hizo darse cuenta de que era mejor mirar a
cualquier otra parte y era extraño que los clientes del café lo vieron como
JaeJoong mientras Yuna, Mina y Junko parecían no poder parar de reír.
—Siwon tengo una resaca horrenda. ¿Crees que de verdad se que hora es?
—Niisan, que mal ejemplo mira que llegar tarde. Son casi las tres de la tarde.
YunHo rodó los ojos y Yuna fue el primero en acercarse, apoyó su codo en el
hombro de JaeJoong y lo miró fijamente. –Ne, JaeJoong~ ¿Pasaron la noche en
tu departamento, cierto?
—Bueno…
—Si o no.
—Uhh~
YunHo comenzó a empujar con su hombro a Siwon quien luego de un rato decidió
retirarse para que Jung pudiera tomar asiento. Mientras masajeaba su sien. –
Abrimos el café a la hora de siempre, como ninguno de los dos daba señales de
vida.
Y de nuevo…
—Uhh~
JaeJoong se cruzó de brazos, y sonrió lo mejor en este momento era desviar la
atención de él, por ejemplo en… ¡ChangMin! –Bueno eso ya no importa. ¿Y que
tal ChangMin te gustó la bufanda?
—¿Bufanda?
Junko se apoyó en JaeJoong. —¿De que bufanda están hablando? ¿Y por que no
la tienes puesta, Min?— JaeJoong rió, listo, eso era todo, su plan ya había
funcionado.
El rostro de ChangMin logró azorarse lo suficiente como para lucir adorable, Siwon
y YunHo enarcaron una ceja. ChangMin pensó que esos dos eran como unos
padres celosos. Genial, habían niños que necesitaban padres, en cambio él los
tenía de más.
—Dejen de molestarlo.
—Miren nada más que monada…— Yuna caminaba con la bufanda puesta en su
cuello, tocándola con suavidad, Changmin arrugó el entrecejo. –La tenía
guardadita…
—¡Te voy a matar!
Yuna abrió los ojos, justo en ese momento Mina corría hacía él, muy molesto y no
estaba seguro de si era por que había rebuscado en sus pertenencias o por si se
había puesto la bufanda o por que lo estaba molestando. El punto era que Yuna
corrió de inmediato hacía la cocina. Por que Mina tenía en sus manos la charola y
empezaba a alzarla en su contra.
—Tú eres el jefe, YunHo.— Levantó un poco la cabeza y miró a Siwon quien tan
solo esperaba una confirmación.
—De acuerdo.
—Las personas pobres como yo solo podemos pensar en eso, por que nos hace
falta.
Miró un poco de ropa, que por supuesto no iba a comprar por que necesitaba el
dinero para sus deudas. Pero caminar siempre ayudaba, se detuvo en un
escaparate y miró un lindo juego de corbatas, se agachó durante un momento.
Sonrió, los precios estaban incluso en dólares, es decir si no entiendes es por que
no puedes pagarlo.
Se levantó una vez más y observó su reflejo en el vidrio. El pequeño gorro que
llevaba puesto cubría un poco sus rubios cabellos. Y la gorra que YunHo había
usado estaba en su bolso, se quito el gorro con cuidado y observó su cabello.
Tenia que mediar eso cuanto antes, cambiar el color de su cabello, por uno en el
cual no se viera tan poco masculino, tal vez dejarlo en su color original serviría,
agarró un mechón de su cabello y lo miró con un suspiro en sus labios.
Estaba decidido, volvería a cambiar su color de cabello.
Tenía en una de sus manos una bolsa llena de libros y en la otra llevaba un libro
abierto que venía leyendo con atención mientras caminaba a la parada de
autobús, justo ahí donde ellos se encontraban. Rain nunca lo vio, puesto que iba
concentrado en su lectura, ChangMin ni siquiera fue consciente de que nunca
despegó sus ojos de él.
—YooChunie no lo hagas.
La voz de sus amigos lo hizo girar un poco. —¿De que están hab…?
—No te preocupes. Supongo que es algo normal que jugando pasen estas cosas.
ChangMin pensó que Rain era demasiado paciente, le extendió el último libro y
sonrió apenado. Rain en cambio le regaló una calmada sonrisa. Mientras se
terminaba de levantar y guardaba en la bolsa incluso el libro que había estado
leyendo.
—Esa bufanda…
ChangMin se sintió nervioso, Rain miraba con atención la bufanda que él llevaba
puesta y por un momento se sintió descubierto, detrás de él, YooChun y JunSu
únicamente los miraban, ChangMin intentó hacer un amago de sonrisa.
Rain negó con la cabeza. –Nada, se parece mucho a una que yo compré para
alguien muy especial para mí, pero supongo que han de haber muchas en el
mercado.
YooChun entonces se acercó. –Debe haber sido un regalo para una persona a la
que aprecia mucho, tal vez alguien a quien ame.— JunSu le dio un codazo de
inmediato, ChangMin tan solo lo miró con odio. Rain sonrió un poco.
—Algo así…
Y Rain no podía dejar de avergonzarlo, por que Shim bajó la mirada, levemente
sonrojado y mordiendo su labio inferior. JunSu lo miraba como si lo comprendiera
y YooChun únicamente había levantado una ceja. Claro, justo ahora después de
haber hecho la estupidez se le ocurría comportarse como un celoso hermano
mayor.
ChangMin levantó la mirada, Rain tomaba la bolsa una vez más y estiraba su
brazo hacía la calle, llamando a un taxi y despidiéndose únicamente agitando su
mano. Hubiera querido despedirse, o algo por el estilo. Pero no podía, YooChun
estaba ahí.
Un suspiro salió de sus labios y se sentó a esperar el bus. YooChun no emitió
comentario alguno por que por suerte JunSu le había advertido que se mantuviera
callado. Ojalá él pudiera tener ese poder sobre Park y callarlo cuando quisiera.
YooChun corría de un lado a otro con dichosa bufanda de ChangMin mientras era
perseguido por el mismo, y Siwon sentado en una de las bancas horizontales
soportaba en sus piernas el peso de la cabeza de HeeChul quien permanecía
acostado en la misma banca.
—Buen día.
JaeJoong hizo su aparición con una extraña pasividad que sorprendió a todos, por
que el muchacho de pronto llegó, no miró a nadie y comenzó a guardar sus cosas
en el casillero. HeeChul lo observó con atención un mechón negro sobresalía de
aquel gorro que Kim llevaba puesto.
—¿Qué es eso?
—Esto es…
—…Diferente.
YunHo rió bajito. No podía ser, se suponía que si volvía a su color original se vería
masculino. ¿No?
JaeJoong miró a JunSu y negó de inmediato. —¡Por supuesto que no! Pensé que
el rubio me hacía ver delicado, por eso decidí dejarlo en su color original.
YunHo se acercó, todavía con una sonrisa en el rostro, parándose junto enfrente
de él y sosteniéndolo de la barbilla mientras movía un poco su cabeza de un lado
a otro, como si lo analizara con mucho cuidado.
—Pues lo que sucede es que tu piel es muy blanca, y tu cabello negro original es
muy oscuro, lo cual hace tu piel más blanca todavía y tus labios tienen cierto color
rojizo. Lo cual resalta aún más. El rubio en cambio opacaba un poco todo eso.
YunHo luego lo soltó y salió de los vestuarios bostezando como si nada hubiera
sucedido. –No demoren en cambiarse que se hace tarde. Y JaeJoong deja tus
dilemas existenciales para más tarde, que después de todo llevas peluca.
—Bienvenidos.
Yuna comentaba algo y Junko reía en voz baja. Ambos demasiado cerca del
rostro de la otra. Jaejoong movió un poco la cabeza o no se daban cuenta de que
la mayoría de los clientes los veían o simplemente estaban tan ensimismados que
habían decidido olvidar al resto del mundo.
JaeJoong recordó que en realidad eran dos chicos y sacudió con fuerza la cabeza.
Las palabras de Siwon hicieron girar a YunHo quien miró a los dos muchachos
mientras reían abiertamente, YunHo arrugó el entrecejo y formó un pequeño
puchero con sus labios.
—No entiendo.
Hacía frío y los abrigos empezaban a ser parte del atuendo, JaeJoong volvió a
colocarse su pequeño gorro. Los mechones negros sobresalían, pero ya poco le
importaba, tomó su bolso y salió cuanto antes.
—Demoraste demasiado.
—¿Te llevo?
—¿Eh?
—Que si te…
—Estoy muy cansado, lo suficiente como para poder pensar. Así que si, por favor
llévame a casa y muchas gracias por todo.
YunHo lo miró asustado mientras lo veía caminar hacía el auto, pero prefirió no
emitir comentario. Un JaeJoong amable daba más miedo que uno enojado.
—Tal vez si lo pintaras de castaño…— YunHo tocó sus cabellos con toda la
paciencia del mundo, como si viera un papel e intentara leer en él, Jaejoong
agradeció el hecho de que no se acercara demasiado. —…Y lo cortaras un poco,
al nivel de la oreja…
Pero de repente esa cercanía fue demasiado sofocante, por que YunHo hablaba
tan conciliadoramente y tocaba su cabello y lo miraba. JaeJoong entonces
reaccionó, alejó su mano de un manotón y arrugó el entrecejo.
—¡Sueña Chunie!
ChangMin abrió la boca incrédulo sin saber muy bien que decir mientras los
señalaba descaradamente, YunHo solamente reía ante la estupidez que acababan
de decir, Shim llevó una mano a su cabeza y negó con paciencia.
JaeJoong entró algo agitado al café, con las manos en sus rodillas y la respiración
agitada, no se habían empezado a vestir todavía, pero el café abriría en una
media hora y siempre era recomendable que nadie viera entrar a los chicos como
si nada, en especial si el café no estaba abierto y ellos no volvían a salir.
HeeChul hizo un pequeño puchero. –Por suerte va a llevar peluca y los clientes no
lo van a notar.
Y en realidad no le importaba por que como Jejuko nada de eso importaba, pero
en el resto de tiempo era JaeJoong. Y Kim JaeJoong se veía como realmente
quería, se veía realmente bien ahora.
—Gracias, Su.
Giró hacia YunHo, pero el mayor parecía muy concentrado en la computadora
como para notarlo, intentó que aquello no lo molestara, pero el malestar estuvo
ahí, por que en realidad le hubiera gustado aunque sea recibir un sarcástico. ‘Veo
que sigues mis consejos’
Y aún así YunHo nunca levantó la mirada, Siwon y HeeChul se dirigieron hacía la
cocina, el resto caminó hacía los vestuarios, diciéndole a JunSu que ahora la
tendría difícil con Jae y su nuevo peinado a la hora de ponerle la peluca, pero
JunSu solo alegaba que para él nada era imposible y era demasiado bueno en
todo.
Caminó hacia los vestuarios tarareando una canción, con un estupendo buen
ánimo ese día.
Kim se veía muy bien ahora y YunHo tenía que admitirlo, pero hacerle creer que lo
ignoraba era mucho más divertido. Las muecas que hacía JaeJoong y sus
constantes intervalos de cambio de humor, eran lo mejor en el menor.
Estiró un poco su cuerpo y decidió seguir jugando. Esperó que el buen humor de
Jaejoong durara todo el día, por que entonces así, si seria un buen día.
Todo este tiempo fui engañada por ti, así que ahora… Voy por ti.
Los muchos hombres en tu celular, son chicas con una letra cambiada.
El perfume desagradable que llega a mi nariz, trata de explicar ¿De quien es?
¿No pudiste corregir ese horrible hábito de encontrarte con otras a mis
espaldas?
Siwon las había presentado, igual que cada lunes, con la diferencia de que en esta
ocasión, Jejuko participaría. Los trajes de tonos negros acompañados por
accesorios que no desestimaban sus propios colores eran el acompañante.
HeeChul junto a YunHo y Siwon, desde el mesón solo susurraba a ratos la
canción, vigilando con atención los pasos de JaeJoong, rogando internamente por
que el ahora castaño no se equivocara.
Soy mucho mejor ahora, pero será mejor que no olvides que algún día
tendrás que pagar.
Te atrapé diablo y me has hecho enojar, será mejor que corras, ¡Corre, ya!
Y la voz de JaeJoong lo había tomado por sorpresa, por que se acoplaba con la
de Yuna, Mina y Junko y por que aunque lo quisiera negar, se sentía orgulloso de
demostrar que podía con cualquier reto.
La mitad de este mundo son hombres, y esta bien por mí si tú no estás en él.
…
…
—No te preocupes, Su. Esa es la manera que tiene Jae de decir lo mucho que nos
quiere.
—YunHo odia el rubio, quizá por eso te aconsejó que cambiaras a castaño.
JunSu desde su lugar negó. –Lo dudo mucho. JaeJoong Hyung ya había
cambiado anteriormente de rubio a azabache.
En cuanto los tres muchachos hablaron al mismo tiempo, JaeJoong rodó los ojos,
ajustó como pudo la peluca y bufó con fuerza antes de salir del vestuario azotando
la puerta. ChangMin sonrió ligeramente y se apoyó mejor en su asiento, estirando
su mano derecha.
—¿Viste? Te lo dije. Toda una reina del drama, le quedaría bien el rosa.
JunSu rió y ChangMin únicamente contó los billetes con una sonrisa en la cara
antes de guardarlas en su maleta.
…
…
En sus pocos años vividos, Lee TaeMin había descubierto que gozaba de una
exquisita paciencia, y como todo lo exquisito en esta vida, debe ser valorado con
mucho cuidado. Por eso cuando su mejor amigo de casi toda la vida, hiso la
misma pregunta por quinta ocasión.
—Que si, MinHo. Lo he visto entrar muchas veces aquí. Mi casa queda cerca por
si no lo recuerdas.
—MinHo ya cállate, ya te odio por traerme hasta aquí. Así que no me obligues a
que te deje solo.
Jejuko se acercó con una libreta en las manos y una pequeña sonrisa.
—Buenas tardes. ¿Qué desean pedir?
Era la primera vez que veía a un muchacho actuar así, por lo menos dentro del
Maid.
—Oh, Claro.
Jejuko dejó de observar a TaeMin y por un momento pensó que era el adolescente
más normal que había visto hasta el día de hoy en el café. Asintió con tranquilidad,
moviendo su cabello rubio largo en el proceso.
—Disculpa…
Sin embargo el muchacho de cabello corto y negro que le había dicho la orden lo
detuvo, intentando hallar las palabras adecuadas al parecer.
Jejuko asintió y se alejó de los muchachos. Con la duda en la cabeza de por que
preguntarían por Rain, miró a los dos muchachos conversar y como nunca antes
JaeJoong no pudo encontrar una respuesta. Nunca había visto antes a esos
muchachos.
—Enseguida.
—Una pequeña torta de chocolate y manjar para cumpleaños. Así que avísale
Niisan hay que avisarle a todas que hay que cantar el cumpleaños.
—Por cierto… ¿Por qué parecías tan concentrado hace un momento?— JaeJoong
miró a YunHo y sonrió.
—Oh, nada. Es que los muchachos de la mesa dos preguntaron por Rain. Al
parecer lo están buscando.
ChangMin leía en ese momento la libreta en sus manos y por lo mismo decidió no
moverse demasiado. Únicamente enarcó una ceja. ¿Para que buscarían esos
mocosos a Rain?
—Bueno, Mina anda por Yuna y Junko, avísales lo del cumpleañero. Y diles que
vuelvan pronto al trabajo que hace un buen rato que se me perdieron de vista.
…
—Chunie~
—JunSu no es el lugar…
YooChun no era hombre al cual fuera muy difícil de convencer a la hora de romper
las reglas. Sin embargo, estaban trabajando, rodeados por sus amigos y eso lo
volvía todo muy difícil. Pero, JunSu agarrándolo por la camisa y cerrando la puerta
del baño tras él.
Luego, agarró a JunSu por el rostro y lo besó con todas las ganas que el menor
había despertado en él tan solo con una sonrisa. El cuerpo de JunSu fue a dar
contra el borde del lavabo y YooChun no perdió oportunidad de botar el jabón y
todo lo que estorbaba, solo para poder sentar a JunSu en ese preciso lugar.
Abrió con cuidado las piernas de JunSu, se colocó entre ellas y pudo continuar
besando los labios del muchacho. Esos labios que en ese momento sabían menta
por el dulce que Kim no hace mucho se había metido a la boca.
YooChun sonrió. –Nunca dije que no quería, dije que no era el lugar.
JunSu rió, y la risa del menor para YooChun fue como un embriagante llamado al
cual respondió de inmediato. Levantó la camisa que llevaba puesta. En realidad,
se la quito de inmediato. El cuerpo de JunSu pareció reaccionar ante el tacto de
sus manos y eso le encantó.
En el momento en que JunSu lo tomó por la barbilla, pidiéndole un beso. YooChun
no dudo en hacerlo, pero mientras lo besaba. YooChun también comenzaba a
deshacerse de su ropa. Por que comenzaba a sentir el calor. Y JunSu jugaba con
sus manos demasiado inadecuadamente.
—JunSu…— YooChun se separó un poco, miró al rostro del menor, con una
pequeña duda carcomiendo sus sentidos. —¿Cerraste la puerta?
—¿…La que?
—¿Qué sucede?
Y para terminar, JaeJoong llegó con una cara de absoluta resignación, ni siquiera
se asomó, pero si se apoyó en la pared junto a la puerta abierta, con la charola en
las manos. Y YunHo, él simplemente llegó al baño con un par de uvas en las
manos, entrecerró los ojos y comió otra uva.
Sinceramente, el silencio de YunHo daba más miedo que un torrente de gritos.
YooChun suspiró por milésima vez cuando otra uva dio en su frente.
La situación era sencilla. YunHo no había abierto la boca ni para decir ‘si’ o ‘no’ o
un simple ‘los odio, desgraciados traidores a nuestros lazos familiares y de
amigos’ YunHo se había callado, se había sentado frente a JunSu y YooChun en
una mesa y se había dedicado a mirar a JunSu y lanzarle uvas en la cabeza a
YooChun cada tanto.
—¡No! Yo solo los vi, no sabía que ya estaban juntos.— JaeJoong negó moviendo
ambas manos y YunHo solamente enarcó una ceja, regresando su mirada a los
dos acusados. –Sigue JunSu.
—Bueno, el caso es que pues… ¡Nada! ¿Que tanta explicación quieren? Chunie
me dijo que me quería, yo lo quiero. Y estamos intentándolo. Punto final.
Siwon miró a YunHo, la manera rebelde en que JunSu le había hablado a YunHo
era algo nuevo.
—Hecho. Pero yo le voy a que golpea a YooChun con la uva. JunSu es su primo
lo adora con la vida.
—Por que por tu mala influencia mi primito me habla de esa manera.— YunHo se
fingió con lagrimas, tapando su rostro. Y JunSu de inmediato corrió a abrazarlo.
—El punto es que están juntos. Todos los van a felicitar, apoyar y etc. Y a la final
todo este drama fue innecesario.
—Ok. Cabe recalcar que ambos son mis amigos. Así que si vuelven a estar en
plena agarradera por favor me avisan. Que no quiero que mis ojos vírgenes salgan
afectados. ¡¿Me oyen?!
JaeJoong bufó en cuanto vio a YooChun correr, y a YunHo agarrar una servilleta
de tela mientras corría atrás del más bajo. Quien solamente corría diciendo que
pasó sin que él mismo se diera cuenta. Pero que no iba a lastimar a Su.
Perfecto para JaeJoong. El mejor desde que piso Japón. Casi hasta tenía ganas
de llorar ante lo que veía. Era una cancha de futbol amplia, había mucha gente. Él
vestía una camisa sport, un jean y una gorra, y sus amigos. Todos sin excepción
vestían igual.
Sin embargo el primo de YunHo con una sonrisa en el rostro se levantó diciendo
que estaba bien, dejó que le colocaran un spray que le calmara el dolor y en
medio minuto estuvo de regreso en la banca.
No habían vestidos, no habían sonrisas. No había color rosa por ninguna parte.
—¿Gol? ¡¡Gol!!
YooChun comenzó con la marejada de gritos. JunSu giró hacía ellos levantando
su brazo, entusiasmado por el gol que acababa de meter y toda la barra se levantó
para saltar y corear una canción que JaeJoong desconocía pero que igual
intentaba cantar.
JaeJoong nunca esperó que JunSu fuera tan bueno jugando.
Hubo un movimiento del equipo contrario en el que todo el mundo estuvo muy
atento, pero finalmente uno de los compañeros de JunSu evitó el posible gol y
todos pudieron respirar aliviados. JaeJoong decidió volver a entablar conversación
con Siwon.
Siwon sonrió e hizo la pequeña barra del momento antes de volver a mirar a
JaeJoong.
—Pues como medio sabes, YunHo, YooChun y JunSu se vinieron acá para darle
nuevos aires a YunHo. ChangMin ya vivía acá con su familia.
—¿Min es japonés?
—¿ChangMin? Claro que no, sus padres se mudaron a Akihabara cuando él era
muy pequeño. Y pues luego de unos meses que ya estaban aquí. HeeChul decidió
que también quería venir con sus amigos, así que renunció a su trabajo y se vino
para Japón.
Hubo una ola humana y todos se levantaron siguiendo el ritmo. JaeJoong rió
contagiado por la emoción de todos los presentes.
—¿Y tú?
—¡JunSu! ¡JunSu!
Cantando, los siete muchachos ingresaron al departamento de YunHo, quien abrió
la puerta con una sonrisa en el rostro. Todos se acomodaron de inmediato como si
conocieran el lugar de memoria, pero JaeJoong se tomó su tiempo para
sorprenderse.
El departamento era muy grande y tal y como lo había esperado. Muy elegante
también.
—¿Cerveza?
—¿Necesitas ayuda?
JaeJoong enarcó una ceja mientras veía como YunHo le hacía para poder
mantener la puerta abierta y sacar dos grupos de cerveza. Negó con la cabeza y
sonrió, acercándose con cuidado y pasando bajo el brazo de Yunho para poder
sacar las latas con cerveza.
JaeJoong bebía su quinceava lata con cerveza. Con una expresión indescifrable
en su rostro.
¿Por que?
Por que de pronto su maravillosa tarde perfecta se había ido a la basura. Miró a su
derecha y YooChun parecía prácticamente querer dejar a JunSu fundido entre su
cuerpo y el mueble. No se habían parado de besar como desde hace una media
hora. Y eso ya lo estaba empezando a hartar.
—¿Y sabes que más? Rain es demasiado amable.— Oh, si. ChangMin con dos
latas y ya estaba más allá que acá. Hablando incoherencias y mencionando a
Rain cada cinco frases. –El otro día el idiota de YooChun me empujó contra él,
todas sus cosas cayeron al piso… ¡Y él ni se enojó!
—¡¡Ok!!
JaeJoong entonces tuvo ganas de llorar. Caminó hasta la cocina y suspiró. Abrió
la refrigeradora pero no había nada que comer, por lo menos nada que no
requiriera preparación. Puras frutas y cosas raras que él desconocía. ¡Demonios!
YunHo era demasiado sano.
—¡No creo que seas una chica, distas mucho de serlo! Y en todo casi jamás
insinué tal cosa, y si no quieres pues no importa…
—¡No!— JaeJoong carraspeó molesto y YunHo enarcó una ceja. –Quiero decir,
esta bien. Pero ¿Cómo supiste que me quería ir?
—No soy ciego, Jae. Por eso me fui a ver Dr. House a mi habitación hace como
cuarenta minutos.
—¡Eso es trampa!
—Agh, te odio…
—…Infantil.
—¡Agh! ¡Imbécil!
—…Algo así.
—Jae, espera…
—¿Lo siento?
—¡Imbécil!
Estaba decidido a entrar a su departamento sin mirar hacía atrás ni una sola vez,
pero apenas escuchó el motor del auto de YunHo encenderse, fue casi inevitable.
YunHo miraba hacía atrás retrocediendo. Y JaeJoong mordió su labio inferior.
—Si.
—…Todavía no.
—¿Eh?
Y sorprendido, ante sus propias acciones. Kim JaeJoong agarró por la camisa a su
jefe y lo atrajo a su cuerpo. Unió sus labios y en esta ocasión cerró los ojos.
Cuando sus bocas se encontraron JaeJoong perdió la noción del tiempo y sus
sentidos.
De la nada, Kim abrió los ojos. YunHo movía su brazo intentando despertarlo
quien sabe desde hace cuanto tiempo. JaeJoong analizó lo que sucedía. Miró de
un lado a otro y se descubrió en el parqueadero de su edificio, dentro del auto de
YunHo.
…Se había quedado patéticamente dormido. Todo había sido un maldito sueño.
—Oye… Pensé que tenía que llamar a la ambulancia. Creí que te me habías caído
en coma.— YunHo rió y JaeJoong se removió incomodo. —¿Qué era eso que
soñabas? ¿Tan bueno era que no querías ni despertar?
No es que estuviera acostumbrado, pero era algo así como que YunHo ya se
había acostumbrado a esos exabruptos por parte de JaeJoong. Así que cuando lo
vio bajarse del auto, con el entrecejo arrugado y azotando la puerta, prefirió callar.
—¡Nos vemos mañana en el trabajo!
—¡Muérete!
Kim rodó los ojos en cuanto escuchó la voz sarcástica de Jung y decidió subir las
escaleras sin mirar una sola vez hacía atrás. Y una vez estuvo frente a su puerta,
suspiró, giró una sola vez pero YunHo ya se había marchado.
Miró mejor hacía el parqueadero y observó una pequeña bolsa de papel del lado
que YunHo conducía. Bajó las escaleras rápidamente y abrió la bolsa. Una
pequeña nota encima, la cual ignoró y miró dentro. Su ropa estaba ahí, la ropa que
le había prestado a YunHo. Entonces decidió abrir la nota.
‘No me diste tiempo para poder devolverte la ropa como es debido, muchas
gracias por habérmela prestado.
Jaejoong creyó ver cosas inverosímiles en su vida, pero no tantas como esta.
Acababa de entrar al Maid, con su abrigo gris, con la capucha puesta y unos jean
algo desgatados. Es decir, estaba peor que malo. Se sacó la capucha para ver
mejor, ese día se había levantado tarde y por tanto había salido corriendo y
agarrando lo primero que encontró en el armario.
Pero el punto no era ese, el punto era que justo en ese momento. Una bella mujer
de cabello castaño largo casi hasta la mitad de la espalda abrazaba con fuerza a
Yunho, colocándose en cunclillas para poder guindarse de él como es debido.
Así que aquella mujer que abrazaba a Yunho tenía que ser un fantasma, vestía
una blusa negra sin mangas y flores plateadas, una falda jean corta y muchas
pulseras de plata. Un maquillaje perfecto. Era muy bella.
El estómago se le revolvió.
Cuando el rostro de su jefe estuvo a la vista. Una gran sonrisa iluminaba su rostro.
Y sus manos se posaban en la espalda de la mujer, rodeando su cintura. El tiempo
pasó lento para JaeJoong. Por que de repente se sintió engañado.
—…Es Boa.
—YunHo Hyung prefiere no tener contacto con las chicas. Eso es cierto, pero Boa
es su amiga desde la infancia. Son amigos desde el kínder más o menos. Así que
son algo así como hermanos de palabra. Así que de alguna manera Boa es
especial.
JaeJoong regresó su mirada hacía YunHo y Boa. Jung comentaba algo y la
muchacha reía educadamente ante sus palabras. YunHo tocaba su rostro con
delicadeza, la trataba con cuidado como si de una muñeca se tratara.
Rodó los ojos con molestia y decidió caminar hasta los vestuarios se hacía tarde y
no había tiempo que perder. Pasó de largo sin ni siquiera molestarse en saludar.
Ni siquiera cuando YunHo lo saludó y él no respondió.
—¿No hubiera sido mejor decirle que en realidad YunHo no ve a Boa como una
chica sino como un amigo más, por la confianza que se tienen?
YooChun miró asombrado a JunSu quien sacaba una legua como niño pequeño
que acaba de cometer una travesura y Park no pudo evitar robarle un rápido beso
en los labios.
Y como cada día, JaeJoong prefirió no responder y únicamente poner una cínica
sonrisa mientras dejaba la orden de pasteles en la mesa del grupo de
adolescentes que en ese momento eran sus clientes.
Su ánimo el día de hoy era un verdadero asco. Y en general las cosas no parecían
mejorar.
—Oh, ¿En serio y ya tienes pensado a cual irás? Por que nosotros estudiamos en
la Estatal de Seúl, tiene un buen campus y…
—Soy muy celoso. Además ¿Quién en su sano juicio compartiría a una mujer
como ella?
Boa rió divertida y el cliente que se había acercado también lo hizo. YunHo
registró un pedido de Yuna en ese momento y JaeJoong únicamente se irguió y
respiró profundo, dejando de lado la conversación a medias con sus clientes.
Entró a los vestuarios velozmente. Se apoyó en uno de los casilleros cerrando los
ojos y respirando profundo, por que se empezaba a dar cuenta que con cada
segundo que esa mujer pasaba en el café, él se molestaba más.
Y por que lo hacía sentir cosas que no debería sentir… Como los celos.
Caminó hasta la pequeña nevera que apenas llegaba hasta su cintura y sacó una
botella con agua. La bebió y pensó que se mantendría ahí por unos minutos en
tanto pudiera cuando menos fingir una sonrisa.
—Bienvenido.
Mina asintió con una particular sonrisa y Rain se sintió complacido con aquello.
—¿Qué me recomiendas?
Mina asintió y mordió su labio inferior. Pensó en decir algo más pero no podía.
Pensó también en imaginar que Rain no era Rain sino YooChun, para así poder
actuar más naturalmente, pero luego eliminó esos pensamientos cuando llegó a la
conclusión de que no quería terminar golpeando a Rain.
Y además tampoco, podía imaginar sintiéndose nervioso por la cara del estúpido
que tenía por amigos, alias MonoChun. Así que obvio sus pensamientos y suspiró,
regresando su mirada hacía Rain quien la miraba preocupado.
—¿Estás bien?
—Si… ¿Por?
Un asentimiento más y Mina por fin pudo girar intentando no girar una vez más
para observarlo. Y por supuesto mientras iba caminando su mirada se encontró
con la de Yuna, la azabache señalo sus propios ojos y luego lo señaló a él.
ChangMin decidió rodar los ojos e ignorarlo. A veces YooChun podía ser muy
estúpido. Es más de ahora en adelante solo eso haría. Ignorarlo. Aunque en
realidad a veces eso era muy difícil.
—¡Mina!
—Qué llegaste hace como dos minutos y no has hablado para nada.
—De acuerdo, por cierto busca a Jae hace rato que no lo veo.
ChangMin sonrió. –Curioso, niegas que te pueda gustar Boa, pero no niegas que
puedas estar celoso.— JaeJoong se removió incómodo. –Y si Boa no te atrae,
entonces eso quiere decir que de quien sientes celos es de ella. ¿No?
JaeJoong se levantó y ChangMin suspiró. –Ya vas con tu salida toda dramática.
—¿Sabes, JaeJoong? YunHo luego de lo que vivió con Seulgi únicamente había
expresado cariño por nosotros, sus amigos, casi familia. El resto del mundo para
él, simplemente no existía. Y un día apareces tú y ocupas un lugar en nuestra
familia, como si nada, como si ese lugar hubiera estado esperando por ti. No
robaste un lugar, tomaste uno que faltaba y complementaste a nuestra familia.
Mordió su labio inferior, por que las palabras de ChangMin estaban haciendo que
su corazón latiera apresurado y como si nada JaeJoong volvía a sonreír, su
estado de ánimo empezaba a mejorar un poco.
Está preocupado, muy preocupado. Por que le ha gustado escuchar todo eso. Le
ha gustado escuchar que es parte de la vida de YunHo. Le ha gustado escuchar
que es la primera persona ajena a sus amigos de años, es la primera persona que
YunHo ha aceptado en su vida una vez más.
…
—Dos MoccaFrapuccino y una torta de algas y otra de zanahoria.
Junko coloca el pedido sobre la mesa con una sonrisa en el rostro y sus clientes
parecen complacidos no solo con el pedido sino además con su brillante sonrisa.
Los muchachos hacen un par de chistes y Junko aunque no los entiende ríe un
poco.
—No, no tenemos ese tipo de relación. En serio. Solo somos amigas. Nada más.
El alboroto logró llamar la atención de Yuna, por que la azabache estuvo de
inmediato en aquella mesa, con una charola llena de pedidos en la mano. Se
detuvo un momento y sonrió.
—Muchachos, ya les dije que Junko—chan tiene novio y que se llama YooChun.
Los chicos de la mesa sonrieron y bebieron un poco. Al parecer todo había sido
una broma. Junko notó el pequeño contacto visual que sus ojos tuvieron con los
de Yuna y eso había arrancado una sonrisa.
—Oh, bueno. Es una lastima, por que Junko—chan es muy linda.— Y el mismo
rubio que había lanzado la pregunta de pronto se acercó a Yuna, y pasó un brazo
por sus hombros y sonrió. —¿Pero Yuna—chan si está libre, verdad?
YooChun pareció quedarse de piedra con esas palabras, primero por que lo
habían tomado por sorpresa, segundo por que se había sonrojado sin pretenderlo
y tercero por que intentando distraer el carmesí de sus mejillas había empezado a
sonreír nerviosamente.
—Moh~ No es justo. Las dos chicas más bonitas del Maid y no están libres.
Junko sonrió ante las palabras del rubio quien volvió a sentarse abatido.
—¿Y que hay de Mina y Jejuko?
—Mina me mira superiormente y dice que no le llego a los tobillos sin contar con
que ya me ha pegado con la bandeja en la cabeza. Además creo que le gusta su
cliente favorito y Jejuko creo que me asesina con la mirada, sin contar con que…
—¿Que?
—¡Oye!
Boa golpeó en el brazo a YunHo y él únicamente rió ante el débil golpe por parte
de la mujer a su lado. Notó cuando JaeJoong estuvo frente a él, pero ni siquiera lo
miró, el muchacho únicamente leía su libreta.
La rubia giró apenas un poco su cabeza. —¿A mi? Nada. Estoy perfectamente
bien.
—¿Segura?
Boa movió un poco su cabeza. —¿Hacerte compañía?— YunHo sonrió y Boa notó
algo que definitivamente le agradó en aquellos ojos.
—Pues… Si.
YunHo pareció darse cuenta en ese momento. Apenas sus labios hubieran
pronunciado ese ‘Si’ YunHo parecía haberse percatado que JaeJoong era un
factor muy importante al cual podía atribuirle muchas de sus sonrisas.
Boa sonrió ante el rostro de Yunho de un niño que acaba de descubrir como
resolver un problema muy difícil de matemáticas. Miró a la rubia Jejuko y un
hermoso sentimiento de esperanza creció en su interior. Colocó una mano en el
hombro de su mejor amigo y respiró profundo.
Ella… Podía convertirse en las nuevas alas de YunHo. Quizás ella podía ser la
encargada de sanar esas profundas heridas en el corazón de Jung. Tal vez Jejuko
era la indicada.
La hermosa decoración del Maid estuvo frente a sus ojos una vez más. Pero esta
vez era diferente, por que esta vez Rain estaba ahí. Sentado en una de las mesas,
bebiendo un poco de agua y leyendo un libro su sonrisa se amplió y arregló un
poco su camisa.
—Ahí está, vamos.
La voz de MinHo incluso sonó suave, su sonrisa maravillosa y TaeMin rodó los
ojos. MinHo estaba usando toda su dulzura en esos momentos, y sino fuera por
que MinHo era su mejor amigo y arruinaría el momento, hubiera llevado un dedo a
su boca en señal de aquella mueca tan conocida.
—¿MinHo? Vaya… No creí verte por aquí. ¿Cómo está todo en tu casa?
—Muy bien, padre me comentó que estabas dando clases en una Universidad.
—Primer lugar.
—Mucho gusto.
—Igualmente.
TaeMin se vio obligado a la común presentación en las que estrechaban sus
manos. La situación era sencilla, el hermano mayor de MinHo y Rain habían
estudiado juntos la Universidad, y MinHo profesaba una admiración muy grande
por Rain, admiración que en un momento extraño según Choi se había
transformado en amor.
—Claro.
Y claro, ahí estaba él de violinista. Sentado junto a MinHo quien entablaba una
conversación amena con Rain. Hubiera preferido decirle al mayor. ‘¿Sabes que?
Le gustas a MinHo. ¿Te gusta él? Pues entonces empiecen a salir juntos para que
a mi deje de joderme por que le da pavor estar a solas contigo por miedo de hacer
alguna estupidez’
Rodó los ojos por quinta ocasión. Quería irse y dejar de ver a su mejor amigo,
coquetear con quien probablemente sería un imposible.
TaeMin solo pidió un poco de café, pero MinHo además pidió un pastel de lima y
un té helado. Suponía que si Rain iba a pagar entonces no era correcto pedir
demasiado. TaeMin observó a la muchacha castaña alejarse.
TaeMin volvió a sentirse fuera de lugar y decidió armar un plan para huir de ahí.
En ese momento sostenía un vaso con limonada en sus manos, cuando por
supuesto casualmente giró hacía la caja, pero YunHo ya no estaba ahí.
Inconscientemente lo buscó con la mirada y lo encontró en la vereda del café.
Hablaba con Boa de algo que obviamente por la distancia no escuchaba, pero la
mujer sonrió. Y abrazó a YunHo, abrazándolo por el cuello y permaneciendo así
por un largo rato. El leve ‘crack’ que llego a sus oídos fue suficiente.
Abrió su mano de inmediato al notar que el vaso en sus manos se había
quebrado. Al parecer lo había sostenido con demasiado fuerza, el muchacho
castaño al que atendía se había levantado velozmente y sacudía sus pantalones.
Al parecer lo había mojado un poco.
Sonrió a modo de disculpa y miró una vez más a YunHo, dejaba embarcada a Boa
en un taxi y sonreía, su estómago se contrajo, pero decidió concentrarse en
pedirle disculpas una vez más al muchacho.
Pasó una de sus manos por su barbilla y sonrió. Tenía frente a sus ojos a una
lamentada Jejuko intentando recoger los vidrios del vaso recién roto y también a
un YunHo en la vereda del café agitando su mano en señal de despedida hacía un
taxi que ya se alejaba.
—Disculpa…— Llamó la atención del muchacho rubio y el giró con una sonrisa en
el rostro.
—¿Si?
—¿A que te referías hace un momento con las razones por las que Jejuko no te
aceptaría?
—Bueno es que… Pues todos creemos que la razón por la que Jejuko—chan
rechaza a todos los chicos que se le declaran es por que en realidad está
enamorada de su jefe, es decir de YunHo—san.
Jejuko abrió los ojos con sorpresa, inclusive su boca se abrió un poco también.
Y Junko decidió huir, a pesar de que su escusa había sido la peor, necesitaba huir
en ese momento y solo en eso se concentró.
—De acuerdo, entonces dos café, un capuccino con crema y tres tartas de
manzana.
—Andan diciendo que la razón por la que Jae rechaza a todos los chicos es por
que está perdidamente enamorada de YunHo.
—¡¿Que?!
—¿Y es verdad?
YooChun mordió un poco el lápiz en sus manos y miró a la rubia a unos metros de
distancia, una sonrisa surcó en sus labios, sabía la persona adecuada para
responderle esa pregunta.
…No como ese mocosito, que parecía querer dejar ciego a Rain con sus perfectos
y brillantes dientes vistos a través de su deslumbrante sonrisa. ChangMin retorció
la servilleta en sus manos y arrugó el entrecejo. ¡Maldito mocoso entrometido!
—Léelo.
Yuna dejó una servilleta sobre las demás y Mina miró curioso el papel. Lo abrió y
leyó la pequeña nota que YooChun había dejado mientras hablaba con YunHo
sobre una orden.
Abrió sus ojos con sorpresa, más de lo normal, y regresó su mirada a YooChun
quien asintió de inmediato, dobló el papel y decidió guardarlo en su bolsillo.
Levantó los hombros fingiendo que no sabía nada y Yuna suspiró decepcionado.
—No, tienes que decorarlo con cuidado y suavidad, por que sino la crema se
deshace.
—Todo el mundo cree que Jae está enamorado de YunHo y por eso rechaza a
todos los chicos del café que se le han declarado.
—Oh, así que era por eso.— YunHo miró a JaeJoong, y Kim lucía confundido con
sus palabras. —¿Por eso lucías tan molesta toda la mañana, Jejuko?
—Sucede que todo el café, incluyendo los clientes creen que estas completa y
perdidamente enamorada de mí y por eso la presencia de Boa te ha tenido de mal
humor todo el día. Por que estabas celosa.
Hubo un corto silencio, luego JaeJoong colocó la bandeja sobre el mesón, respiró
profundo… Y gritó.
—¡¡¿QUE?!!
—¿Por qué sigues creyendo en esa excesiva masculinidad que solo Jae cree
tener?
—No sé… A veces se lo ve tan seguro cuando habla, que en serio lo veo incapaz
de hacer sus escenas dramáticas.
ChangMin rodó los ojos en cuanto escuchó como JunSu regañaba a YooChun en
voz baja por seguirle el juego a él, por suerte los clientes parecían distraídos con
el prominente grito por parte de Jejuko.
…
JaeJoong refunfuñaba probablemente por quinceava vez desde que el café se
hubiera cerrado y ahora ya todos duchados y cambiados en sus ropas habituales
esperaban por que YunHo terminara de cerrar el local.
Pateó una pequeña piedra y maldijo a todos los clientes del Maid por andar con
rumores como esos. Tan faltos de verdad, tan faltos de pruebas… ¡Tan
exasperantes!
Desde su lugar JaeJoong pudo ver un auto amarillo convertible estacionarse frente
al Maid, obviamente todos se encontraban en el pequeño callejón de la salida
alterna, todos posaron sus ojos en aquel auto, y cuando JaeJoong reconoció a
Boa, arrugó el entrecejo.
—Oh, ya llegó.
—Bueno, me voy con Boa. Se cuidan mucho y por favor vayan con cuidado.— Y
YunHo parecía un niño pequeño con esa gran sonrisa, se alejó unos pasos pero
luego regresó entregándole unas llaves a YooChun.
—Iré en el auto con Boa, así que supongo que le puedo decir que me deje botado
cerca de mi casa, llévate mi auto. Con cuidado Park YooChun, por favor. Conduce
como la gente que llevaras a mi primo y a mi hermanito menor adoptado.
—No te preocupes, solo iré a cenar con Boa, además ella es como otro amigo
para mí, o una hermana mayor, como mejor lo quieras ver. Después de todo…
Jejuko—chan es la única chica para mí.
—¡¡Grandísimo imbécil!!
JaeJoong empujó la mano de YunHo muy lejos y por supuesto lo golpeó varias
veces en el brazo y en la espalda, obviamente sus golpes aumentaban en cuanto
empezaba a oír la risa de sus amigos ante la broma.
—¡¿Cómo que tuyo?! ¡Ni en tus sueños! ¿Me oyes? ¡Lárgate de una vez!
Un último empujón y YunHo se alejó con una sonrisa en los labios al notar el
pequeño rastro de una sonrisa en los labios de Kim.
—¡JaeJoong!— Lo suficientemente lejos. YunHo giró una vez más hacía donde
sus amigos se encontraban, miró a JaeJoong y llevó su mano derecha
directamente a sus labios por un largo rato y luego dirigió su mano hacía Kim en
un hermoso beso volado. —¡Te amo!
Todos rieron pero JaeJoong solo pudo sentir el latir apresurado de su corazón.
Claro está. YunHo lo decía por molestarlo, pero eso había dejado sin palabras, sin
aliento y casi sin alma a Jaejoong. Lo observó subirse al auto de un salto. Besar a
Boa en la mejilla y luego ver como el auto se alejaba con ambos sonriendo
abiertamente.
Por supuesto, antes de que el auto se perdiera de vista. YunHo lo miró una última
vez, pero Jaejoong giró la cara, como si estuviera molesto. Como si sus palabras
no le importaran, como si en realidad esas dos palabras no significaran nada más
que una broma para él.
—Bueno, vámonos.
ChangMin rodó los ojos ante la última advertencia por parte de Jaejoong y terminó
por subirse en la parte trasera del auto, por que obviamente JunSu iría de copiloto.
A veces se sentía absolutamente protegido, por parte de sus amigos pero aún
más por parte de YunHo y Jaejoong.
JaeJoong agitó su mano en cuanto vio la moto y el auto alejarse. YooChun había
puesto una música a todo volumen y ChangMin peleaba con el mayor por que
cambiara la canción y JunSu intentaba como podía calmar a ese par.
Negó con la cabeza y pensó entonces que los únicos que parecían capaces de
calmar a ese par eran YunHo y él. Suspiró lentamente y comenzó a caminar,
principalmente por que en realidad quería dejar de sentirse tan molesto—
temeroso—angustiado—confundido.
Capitulo 9: Por un día voy a decir muchas mentiras: ‘¡Mi jefe es el mejor!’
YunHo sonríe mientras la ve acomodar la servilleta sobre sus piernas, ella siempre
fue toda una dama de sociedad, exactamente lo que sus padres querían y
esperaban de ella. Y él siempre fue el caballero de brillante armadura, si él no
hubiera conocido a Seulgi en la Universidad muy probablemente su padre lo
hubiera comprometido con Boa.
Pensó que de haber pasado eso, entonces él no tendría todavía aquel dolor
interno que le producía pensar en la que estuvo a punto de convertirse en su
esposa. Por que él de verdad la amo, amo con todas sus fuerzas a Bae Seulgi.
El sonido algo molesto del cubierto al chocar con la cara loza de su plato
sorprendió a Boa, pero YunHo no podía evitar estar sorprendido. Por que era la
primera vez que se refería a su amor por Seulgi en tiempo pasado.
La voz suave de Boa y Jung intentó sonreír, tomando el cubierto una vez más
aprovechando el hecho de que no había caído quien sabe donde. Respiró
profundo y volvió a sonreír.
—…No lo sé.
El apodo de aquellos labios logra que YunHo sonría y vuelva a comer su delicioso
espagueti. Pero Boa de repente comienza a buscar algo en su cartera, Jung
indudablemente es un hombre curioso y la observa con atención.
—Para que vueles muy lejos del dolor y olvides.— Boa sonríe y YunHo vuelve a
tomar sus manos con una sonrisa de agradecimiento. –Saldré de viaje mañana.
Así que no podía dártelo en otro momento.
—No es nada.
Caballero como siempre, YunHo deposita su abrigo sobre los hombros de ella, con
la excusa de que hace un frío enorme afuera. Ella sonríe y el también, Boa
regresará a Corea pero él se quedará ahí, en Japón.
—Tranquilo YunHo, vine aquí sin problemas, regresaré sin problemas.— Boa abre
la puerta de su carro y sube con tranquilidad, pero YunHo permanece ahí sin
moverse. —¿No querías que te alcanzara hasta tu departamento?
Boa se baja y lo abraza con fuerza, por que no lo verá probablemente en mucho
tiempo, lo abraza con más fuerza y susurra, muy cerca de su oído.
—¿Quieres que le diga a tus padres que te encontré? ¿Qué estás bien?
YunHo la abraza con fuerza. –No es necesario, si ellos quieren verme. Vendrán a
buscarme.
Boa suspira y entiende. Le regala una última sonrisa y sube a su auto. YunHo
permanece en la vereda un rato más. Con las manos en los bolsillos de su
pantalón, viendo el auto de su amiga alejarse.
Observa el prendedor en sus manos y sonríe. Esas alas, le han recordado a Jae.
JaeJoong en esta ocasión se levantó un poco más temprano que el día anterior.
No pensó demasiado, decidió únicamente acostar sobre la cama y cerrar los ojos.
Por supuesto había despertado con un horrendo dolor de cuello y sudado. Así que
había tomado una larga y reparada ducha apenas se hubiera levantado.
Y eso había sido suficiente, pero gracias a ese largo baño ya iba cinco minutos
atrasado a su trabajo. Bostezó ligeramente y tapó su boca, en esta ocasión solo
caminaba con tranquilidad y cuando vio el auto de YunHo llegar y estacionarse
frente al café, casi inconscientemente sonrió.
Cuando YunHo bajó de ese auto, por unos segundos Kim JaeJoong olvidó como
era respirar, por que de repente, su jefe lucía increíblemente bien. Su pantalón
negro de tela, su camisa blanca de mangas largas y un pequeño chaleco gris. El
cabello recién lavado, el olor de su colonia.
Y se quedó estupefacto por un buen momento, mientras Jung salía del carro, lo
cerraba y le colocaba el respectivo seguro. JaeJoong sacudió la cabeza, y arrugó
el entrecejo en cuanto lo vio acercarse a él con una enorme sonrisa.
YunHo lo tomó por las mejillas, acercó su rostro y besó su frente. Emocionado,
feliz. YunHo destilaba un aura verdaderamente efusiva esa mañana. JaeJoong
reaccionó, alejándose varios pasos y dándole un pequeño golpe en el pecho.
—¡Dios! Deja de ser tan gay por una vez en tu vida, YunHo.
Limpió con su antebrazo el lugar donde los labios de YunHo hubieran estado, pero
aún así su corazón seguía latiendo apresurado, aún así su frente quemaba, como
si de repente no pudiera respirar.
JaeJoong decidió rodar los ojos y cruzarse de brazos. —¿Y se puede saber por
que llegas a estas horas? Se supone que eres el jefe, debes llegar antes que
todos nosotros para abrir el local.
JaeJoong decidió avanzar y YunHo detrás suyo tarareaba una canción. JaeJoong
estaba sorprendido, por que YunHo en realidad estaba de muy buen humor. Abrió
la puerta y tuvo frente a sus ojos un montón de serpentinas, globos y una enorme
torta de cumpleaños.
—¡Felicidades, Hyung!
Todos los muchachos que trabajan en el Maid aplaudieron con una sonrisa en el
rostro y de inmediato comenzaron a abrazar a YunHo, tan efusivamente, tan llenos
de cariño que JaeJoong no pudo sino sentirse avergonzado.
Siwon colocó una mano sobre su hombro, JaeJoong no tuvo que girar para saber
que se trataba de él, le da un pequeño empujón y él avanza un par de pasos hacía
YunHo, quien abrazaba a Junsu por sexta ocasión. JunSu se mueve un poco y de
pronto ya están frente a frente.
ChangMin no sirve para la tensión que se respira en el ambiente, por eso tose
levemente y JaeJoong y YunHo parecen salir de su letargo eterno y desvían sus
miradas el uno del otro. Hay una pequeña sonrisa compartida entre Siwon y
HeeChul, por que ellos se han dado cuenta de algo.
JaeJoong juega con sus manos nervioso, intenta sonreír, y termina por respirar
profundo.
Y el susurro de sus labios está seguro que solo YunHo lo ha escuchado. JaeJoong
ni siquiera sabe por que han salido esas palabras, pero YunHo lo aprieta un poco
más y aunque el abrazo parece querer quitarle el aire, aquello es confortante, por
que se siente seguro.
Luego de un rato Siwon anuncia que será mejor dejar la celebración y entrega de
los regalos para cuando cierren el café. JaeJoong se preocupa, por que no sabía
que era el cumpleaños de su jefe y no tiene un regalo que darle.
Excepto claro por todos los clientes que se han amontonado de vez en cuando
para felicitar al dueño del Maid, para estrechar su mano y desearle suerte con todo
lo que se proponga, Jejuko desde su lugar ha sonreído, por que hay mucha gente
que aprecia a YunHo.
—YunHo—san eres el mejor, casi te amo por abrir tremenda cafetería.
Felicitaciones.
YunHo estrecha la mano del muchacho y ríe ante las palabras. Las luces
parpadean, es lunes de presentación, mira hacía el pequeño escenario y Siwon
comienza a presentar a Junko, Jejuko, Mina y Yuna.
Y si había algo que le sorprendía todavía más, era el hecho de que Jejuko en esta
presentación parecía sonreír más, parecía incluso poder deslumbrar a cualquiera
con su voz y sonrisa, YunHo no sabía por que de pronto JaeJoong se esforzaba
tanto.
Y ChangMin era bueno con el rap, pero YooChun lo era también, el problema es
que requería de mucho esfuerzo en no sonar sus voces por error demasiado
graves, pero la pequeña intervención de ambos con aquel ritmo fue asombrosa.
Casualmente levantó la mirada, sus ojos y los de JaeJoong se cruzaron, una vez
más por varios segundos. Los aplausos inundaron el lugar, YunHo olvidó por
completo a Seulgi y cuando Jae le sonrió, YunHo decidió que este era uno de sus
mejores cumpleaños.
—Bueno, señores. Les pido un fuerte aplauso para YunHo, el dueño del Maid que
hoy está en su cumpleaños.
Los aplausos inundaron aún más el lugar. YunHo se levantó un poco e hizo una
pequeña reverencia a modo de gracia y todos sonrieron. JaeJoong observó a su
jefe y pensó que hoy se sentía especialmente feliz también.
…
Tenía exactos veinte minutos.
JaeJoong recorría las tiendas que podía, bazares o cualquier lugar donde pudiera
encontrarse con algo interesante, incluso entró a una carnicería, si lo hizo. Por
muy estúpido que sonara, lo hizo. Pero estaba ya, en su quinta fase de
desesperación.
<< Supongo que le vas a regalar algo muy especial a YunHo—san ¿Verdad
Jejuko—chan? Algo seguramente hecho a mano. Algo que le robe una gran
sonrisa a tu jefe. Ah~ Yunho—san es un hombre con suerte. >>
Y si, JaeJoong había tenido muchas ganas de golpearlo, pero en el fondo sabía
que tenía razón. YunHo merecía al menos una atención de su parte, cuando
menos en su cumpleaños. Después de todo YunHo es buen jefe y de una manera
extraña lo trata con amabilidad, casi un amigo. Y lo había dejado entrar a su
familia con facilidad.
Abrió un poco la puerta y lo vio. YunHo estaba sentado con una cara de
resignación que no le gustó, mientras HeeChul sentado junto a él lo tomaba del
rostro y lo hacía girar hacía él, mostrándole algo de preocupación en aquellas
pupilas negras.
Apretó el regalo en sus manos y decidió regresar por donde había entrado. Salió
al callejón y miró el tacho de basura, estiró el regalo, pero luego reconsideró, no
había caminado tanto y gastado el dinero que no tenía por gusto.
Pensara o no en la tonta novia mediocre que una vez dejó esa profunda herida en
Jung.
Y todo el ambiente romántico del YooSu fue roto gracias a Shim ChangMin quien
llegó con una mueca de desagrado en el rostro apenas escuchó a YooChun y
JunSu así de melosos. Por supuesto todos bajo sus disfraces continuaban
ayudando en el café.
—Mocoso, amargado.
YooChun lo miró con odio y ChangMin solamente sonrió triunfante. Pero JunSu
optó por suspirar desdichadamente al ver la hermosa burbuja de amor
desaparecer.
—Mina, tu cliente.
La voz de Siwon y ChangMin giró hacía las mesas donde Rain empezaba a
sentarse leyendo muy entretenido un libro entre sus manos, ChangMin arrugo el
entrecejo.
Y la voz llena de sarcasmo del menor del grupo sorprendió a todos. Por que
probablemente ChangMin no se dio cuenta pero habló lo suficientemente audible
como para que todos se dieran cuenta de lo amargo en su voz. YooChun arrugó el
entrecejo.
—¿Qué va a ordenar?
Y ChangMin se descubrió así mismo como un verdadero idiota, por que llega Rain
sin saber por que, pero le pide disculpas. Y ChangMin se siente idiotizado solo con
eso, tanto que no puede evitar sonreír y mejor no molestarse con el mayor.
—Una cita.
—Va a haber una obra de teatro muy buena este fin de semana, así que pensé
que te gustaría venir conmigo.
—¿…Soul?
Los ojos de ChangMin brillaron por un momento, esa obra de teatro no era
cualquiera y era demasiado difícil conseguir entradas, tomó una de las invitaciones
y la miró casi con veneración y con una hermosa sonrisa en los labios.
Pero su sonrisa se borró en cuanto recordó que Rain a quien estaba invitando era
a Mina y no a él. Se removió incómodo en su lugar y sonrió con dificultad,
depositando una vez más la entrada sobre la mesa.
—Pero…
—Será mejor…— ChangMin midió muy bien el poder de sus palabras, pero aún
así no dudo en decir lo que dijo. —…Que no regreses más por acá, por que no me
interesa tener una relación contigo.
Le dio la espalda y no miró hacía atrás. Decidió no verlo más y continuar
caminando directo hacía el callejón fuera del Maid, ahí donde Rain no pudiera ver
que le empezaba a faltar la respiración, que apoyarse en la pared fue lo único que
pudo hacer para no caer.
Que morder su labio fue lo único que encontró para no llorar. Por que ChangMin
acababa de hacer un descubrimiento que le había destrozado el corazón. Estaba
enamorado de Rain, pero a Rain quien le gustaba era Mina, y él jamás podría
corresponder esos sentimientos.
A ChangMin le faltaba aún la Universidad por vivir, le faltaba experiencia, y aún así
no podía evitar sentirse patético y con una ganas terribles de llorar, por la simple y
sencilla razón de que Rain no lo quería a él.
Si hubiera tenido tiempo hubiera ahorrado un poco más. Y habría gastado más
tiempo buscando algo realmente bueno para YunHo.
Kim decidió exhalar levemente y estirar la pequeña caja hacía Jung, quien le
sonrió agradecidamente.
—¡Lo siento! De veras intente comprarte algo bueno, pero no sabia que hoy era tu
cumpleaños y no tuve tiempo suficiente, así que no pude encontrar nada que
valiera la pena.— JaeJoong se dio cuenta de sus palabras y tosió levemente
desviando la mirada. —Y bueno, tampoco es que me importes tanto como para
esforzarme demasiado pero en realidad quería que…
—Está bien, te esforzaste y solo eso. Hace a este regalo increíble.
JaeJoong sonrió, respiró un poco más aliviado por que YunHo lo miraba como si
quisiera decirle algo más, y de pronto JaeJoong descubrió que había olvidado por
que había estado a punto de botar el regalo.
—Además me gusta mucho beber café, me hacía falta una buena taza.
Pero todo había resultado bien. Y YunHo hoy, se sentía demasiado feliz.
—Yo creo que si JunSu le dice a YooChun que permanezca en un balde con agua
por diez minutos él lo hace.
YunHo terminó de cerrar y sonrió. Llevaba en sus manos una gran caja con cosas
que de inmediato entre Siwon y YooChun dejaron dentro del auto. Miró el
semblante algo decaído de Shim y que por supuesto no había escuchado ningún
comentario sarcástico de su parte. Recordó que tenía que hablar algo con él.
—Madura, Monochun.
Poco a poco frente a los ojos de un callado JaeJoong todos se fueron alejando,
cada uno por una ruta diferente, JaeJoong extrañó no poder ir una vez más junto a
YunHo hasta su casa, pero supuso que esa charla era importante.
Todos se despidieron, con una sonrisa en los labios, con palabras agradables.
Y JaeJoong se preguntó si estaría mal querer a YunHo un poco más de lo que
quería a los demás. No es que de repente lo considerara su mejor amigo, pero hoy
en el veintiseisavo cumpleaños de Jung, había descubierto que ese abrazo, que
esa mirada, que esas palabras del día hoy.
Y pensó, pensó mucho. Y llegó a la conclusión de que no, no estaba mal, querer a
YunHo un poco más. Solo un poquito más. YunHo tan solo ocupaba un lugar un
poquito más grande en su corazón y nada más.
Y al final de todos sus ires y venires, al final de sus errores y desaciertos. Bae
Seulgi siente que siempre, desde siempre, ella le ha pertenecido única y
exclusivamente al amor de toda su vida, a Jung YunHo. De quien no debió
alejarse nunca.
Y un casual frío se hacía presente. A pesar de las ventanas del auto cerradas, del
poco nivel del aire acondicionado, ChangMin bastaba con ver a través del vidrio y
sabía que apenas saliera un fuerte frío lo abrazaría.
Y con una sola frase, YunHo pasmó por completo todo su sarcasmo e ironía.
ChangMin se sintió desprovisto de cualquier tipo de seguridad o máscara. Bajó la
mirada y un estrujón en su estómago le recordó lo vivido nada más hace unas
horas.
—¿Cómo lo supiste?
Y si, Shim había mantenido secretamente esa esperanza, de que nadie se diera
cuenta y él pudiera continuar con su vida, obviando el hecho de que esa tarde se
había sentido terriblemente débil. Pues, siempre era más fácil fingir que
absolutamente nada estaba pasando.
—No es eso, Niisan. Es solo que… No sabía como decírtelo, además no es tan
importante. Es como cualquier otro sujeto que me haya invitado a salir.— Intentó,
de verdad que intentó plasmar una sonrisa en sus labios. Pero fue casi imposible.
—Pero yo no le gusto.
—Por si no lo notaste, quien le gusta es Mina, a quien invitó a salir es ella, no a mi,
Shim ChangMin. A mi ni siquiera me conoce.
YunHo pareció terminar de comprender todo lo que pasaba por la cabeza del
menor, dio un corto suspiro y posó una de sus manos sobre el hombro del menor
quien decidió mirar aquellos ojos llenos de madurez.
—A él le gusta la esencia de ti, quien eres, como eres, lo que muestras en tus
sonrisas, tus palabras. ¿Tú crees que eso cambia por que te veas como un chico?
—Ok, esa no era una manera de decirlo, es más te hubieras ahorrado el ‘Ven para
acá’— ChangMin sonrió ante la mueca del mayor. –Pero tienes un punto. Sin
embargo Rain no creo que… Bueno en realidad no se que aconsejarte.
—¡Se supone que eres como un hermano mayor! ¡TIENES que saber que
aconsejarme!
—¡Oye! ¿Me has visto con un libro o manual en las manos? ¿Cómo voy yo a
saber como va a reaccionar ese tipo? Además por mi mejor que no tengan nada,
estás muy joven para esas cosas.
—¡Estoy a punto de graduarme! ¡Tengo dieciocho años, puedo hacer lo que se me
de la gana! ¿Cuándo quieres que salga con alguien, a los cuarenta?
—¡Preferiblemente!
Y para este momento ambos tenían sus rostros muy cerca, ambos gritándose y
mirándose con rabia. Finalmente y ante la bizarra situación, ChangMin fue el
primero en soltar una sonrisa, que YunHo compartió y que luego de unos
segundos se convirtió en risa.
YunHo alborotó los cabellos del menor y sonrió, para luego poder cruzarse de
brazos con tranquilidad.
—Si, entendí que te da lo mismo salir con una chica o con un chico.
—Exactamente.
—JaeJoong podría ser una buena opción no crees.
Shim había comenzado a jugar con el espejo dentro del auto y YunHo elevó una
ceja, sin terminar de entender a lo que se refería.
—Bueno, aún tienes cierta aversión con las chicas, y JaeJoong es lo más cercano
que tenemos a un prospecto para ti.
Y ChangMin notó ese delicado y casi insospechable tonó de decepción que los
ojos de YunHo demostraron por un breve segundo, antes de volver a mostrar
aquellos relucientes dientes, a través de una bella sonrisa.
—De todas formas, lo que te digo es algo confirmado, cuando descubrí al YooSu
en sus cochinadas que cabe decir casi me dejan ciego. Pues todos estábamos tan
en shock. Que Jae fue él único que pudo poner calma a la situación y por
supuesto ante eso ambos se complementaron y tú y él se comportaron como los
padres que son.
—Por que no sé, a lo mejor es la mejor manera para que intentes comenzar de
cero con Rain. Que se yo, buscar encontrarse y presentarte como ChangMin. Ser
tú y hacer que se olvide del Maid y que algún día existió Mina.
—Te quiero mucho, Min. Y sabes que cuentas con nosotros para lo que sea.
—Yo también los quiero mucho a todos. Pero ni se te ocurra decirle eso a
YooChun.— ChangMin miró amenazante al mayor y él rió. –Nunca los
abandonaría, son mi otra familia, ya veré yo como soluciono mis cosas.
YunHo sonrió una última vez y finalmente con una pequeña sonrisa en sus labios
y agitando su mano derecha, Shim terminó por bajar del auto, despidiéndose de él
y haciéndolo sentir un poco mejor a YunHo. Haciéndolo sentir que había hecho un
buen trabajo al hablar con él.
—Bienvenidos~
Realizó una pequeña reverencia a modo de saludo y cuando los pudo identificar
bien, su sonrisa tembló un poco en sus labios. Eran aquellos muchachos que hace
un par de días, le habían causado un terrible humor a Min. Y precisamente fue el
menor en lo primero en que JunSu pensó en ese momento.
Junko estuvo muy tentado a decirles que no, pero no podía, por que simplemente
eran unos clientes más y sencillamente no sería lo correcto. Intentó sonreír un
poco más creíblemente y pudo notar que le menor de los dos se dio cuenta de su
esfuerzo.
Si, Jung JiHoon, es decir Rain había llegado, estaba ahí, a unos pasos de
distancia, con una sonrisa en los labios por haberlos encontrados, aparentemente
por una ‘casualidad’ del destino en la entrada del Maid.
—¡Rain! Que bueno verte, ¿Qué te parece si hoy invito yo?
Junko, quien obviamente prefería no ver esas sonrisas que compartían Rain y
MinHo, desvió su mirada hacía el muchacho que acompañaba a MinHo, el
muchacho rodaba los ojos y se cruzaba de brazos con una mueca de
exasperación en el rostro.
—¿Eh? Pero tú no tienes hermanas.— Y Junko tapó su boca al notar que MinHo
no había captado la indirecta de TaeMin por querer huir de ahí.
JunSu decidió guardar silencio mientras los guiaba hasta una de las mesas,
ambos platicaban trivialmente y en el camino, sinceramente JunSu se pregunto.
¿Por qué las cosas no podían ser tan sencillas como lo suyo con YooChun?
Por supuesto en los primeros segundos el cuerpo de Mina se tensó, buscó con la
mirada a YunHo y él solamente asintió intentándole transmitir un poco de fuerza,
de hablar las cosas por su nombre y ser sincero.
Sin embargo cuando giró y lo vio conversando con el mocoso ese, todo se fue al
diablo.
Mina arrugó el entrecejo y volvió a girarse para mirar a YunHo y apoyarse un poco
en el mesón. YooChun iba a hablar, pero de inmediato las señas que YunHo le
envío le dejaron muy en claro que fuera cuidadoso con sus palabras.
Y si a algo había que temerle en esta vida, YooChun sabía muy bien que era al
demonio interno de Shim ChangMin.
JaeJoong quien se había mantenido al margen de todo había optado por ser claro
desde el principio, sin embargo ChangMin solo optó por dar la media vuelta y
encerrarse en los vestuarios, YooChun suspiró y tomó la charola contra su pecho.
—Ya lo hice, ayer. Pero hasta hace un momento creí que todo estaba bien.
—Ese es un gran error, creer que están bien las cosas, debiste asegurarte.
Y YunHo de pronto se sintió muy confuso, por que eso había sonado a un regaño,
y mientras lo veía a JaeJoong alejarse, seguramente para poder hablar con
ChangMin. YunHo no pudo evitar recordar las palabras de Shim comparándolos
como una pareja.
HeeChul escuchó el sonido del teléfono. Tenía una charola en las manos, por lo
que pensando que Siwon no se encontraba cerca, decidió regresar al interior de la
cocina y contestar la llamada, pero cuando vio a Siwon levantar el auricular,
sonrió.
—Maid Café lo saluda. ¿Qué desea?— Y su sonrisa se amplió aún más mientras
veía a Siwon contestar de aquella manera. –Mmh… No Choi Siwon no se
encuentra en este momento, pero puedo tomar su mensaje.
Y eso ya era muy extraño. Tanto que HeeChul decidió soltar la puerta
delicadamente, arrugar el entrecejo y quedarse a escuchar.
—¿De que banco?… Oh, claro para el puesto de gerente dice ¿Verdad?
Y los ojos de HeeChul se abrieron con sorpresa, Siwon siempre tuvo puestos
importantes en Corea, y no era para menos que a alguien como Choi Siwon de tan
buena familia, y con tan excelente educación e inteligencia incluso lo llamaran
para ofrecerle trabajo.
Siwon pareció soltar un suspiro mientras volvía a colocar el auricular del teléfono
en su lugar. HeeChul apretó la bandeja en sus manos, Siwon giró y sus ojos se
abrieron en sorpresa. Kim sintió su sangre hervir, todo este tiempo, Siwon les
había estado mintiendo.
—¡¿Acaso somos un juego para ti?!— Y los gritos habían comenzado, HeeChul lo
miraba como nunca antes. —¡¿Por qué no has estado mintiendo?! Siempre decías
que no encontrabas un buen trabajo, todo este tiempo fingías… ¡¿Por qué?!
—¡Respóndeme!
JaeJoong en este caso Jejuko, pasaba uno de sus brazos por los hombros de
Mina, con un par de consejos no muy bien estructurados por que en realidad no
estaba acostumbrado a estas situaciones, pero lo apoyaba y eso era lo
importante.
—Verás como te sientes mejor cuando comas unos cuantos pasteles de Chul.
—…¿Por que? ¿Por qué dejarías todo solo por estar a mi lado?
JaeJoong reprochó una vez más su maldita suerte. ¿Por qué siempre tenía que
estar presenciando este tipo de escenitas? ¿Acaso era una mala y rara señal del
destino o sabrá Dios que?
YunHo llegó, igual que Junsu y YooChun, mirándolos con confusión, Siwon y
HeeChul por supuesto se separaron de inmediato. YunHo abrazó a Changmin
quien se quejaba apenado mientras JaeJoong solo suspira resignado.
—Vamos, ChangMin. Te prometo que hago lo que sea pero ya vuelve a ser tu
mismo.
JunSu apenas pudo sostenerse en pie en cuanto sintió a YooChun corriendo hacía
él y abrazándolo con posesividad mientras le hacía muecas a ChangMin y el
menor solo rodaba los ojos. JunSu optó por suspirar y acariciar el cabello de Park.
—¿No que harías lo que sea? ¡Que asco de amigo que eres Park YooChun!
—Chul, te conozco. Por favor vete en la moto yo me iré con ellos. Se que quieres
pensar y en la moto estarás a solas. Ellos te llenaran de preguntas.
—Ten cuidado.
—¿Nos vamos?
JaeJoong parecía igual de desubicado que YunHo pero ante las palabras de su
jefe, JaeJoong optó por asentir, y como si fuera una costumbre de años, subió al
auto. Conversando de nada y todo a la vez.
…
—¿Seguro que no sabes nada?
Y con el poco orgullo que le quedaba, Kim se levantó con la quijada en alto y
limpiando un poco su ropa, por que el no estaba nervioso, solo se había
tropezado, así es, por que nadie es perfecto y él solo se había tropezado. El no
estaba nervioso, claro que no.
—Adiós, Yunho.
JaeJoong cerró la puerta del auto y YunHo amplió su sonrisa mientras empezaba
a retroceder con su auto para poder salir, agitó su mano en señal de despedida y
cuando vio a JaeJoong levantar la mano inconscientemente y luego bajarla como
si se regañara así mismo por hacer aquello, YunHo no pudo evitar reír.
El auto de YunHo ya se alejaba, JaeJoong respiró hondo. Y decidió que cada día
actuaba más y más extraño. Se dispuso a subir las escaleras cuando la voz de
Ranko llamó su atención, ahora que lo recordaba no veía a la muchacha desde
hace un buen tiempo.
—¡Jae—kun!
…
De acuerdo, no era lo más inteligente que había hecho.
Así que por ese extraño motivo ahora se encontraba en la casa de su casera,
obviamente a solas con Ranko. Con el olor de un delicioso Ramen en el ambiente,
no era algo demasiado elaborado, pero por lo menos era algo.
JaeJoong inspeccionó el lugar, las fotos de Ranko cuando era una niña eran
probablemente demasiadas, pero la muchacha era preciosa así que suponía que
se le perdonaba el exceso de egocentrismo. Logró sentarse en un sillón y suspiró.
Por alguna razón deseaba volver en el tiempo y haberle dicho que hoy también
estaba cansado como para aceptar una cena. Pero ya estaba ahí, y a menos que
YunHo lo llamara diciéndole que estaba metido en problemas no podría salir de
ahí.
¡¿Y por que demonios el primero que se le pasaba por la cabeza tenía que ser
YunHo?!
Llevó una mano hacía su frente y suspiró. En serio, mejor se hubiera negado.
Únicamente quería una ducha y dormir.
—La cena estará lista en unos minutos.— Las manos de Ranko estuvieron sobre
sus hombros, proporcionándole un cómodo masaje. —¿Por qué no hacemos algo
divertido mientras esperamos?— Y el momento de relax se esfumó, JaeJoong
abrió los ojos, captando la indirecta.
—Ranko… Yo no sé si…
Y entre tanto trabajo, problemas y locuras, había olvidado por completo, que el
sexo es también una necesidad básica del ser humano.
“JaeJoong, sabes que no quieres estar con ella. Que deseas volver a besarme,
pero a mi, solo a mi. ¿Cuánto tiempo más planeas estar en negación?”
La volvió a alejar, esta vez pasó una mano por su rostro, sintiendo la frustración de
esa maldita voz. Maldito YunHo. ¿Qué diablos hacía en momentos como esos en
su cabeza? –JaeJoong me estoy sintiendo frustrada.
JaeJoong la alejó una última vez, y la muchacha de pronto ya no se veía tan sexy,
su aroma ya no lo embriagaba, sin contar con el hecho de que su rostro enojado
en este momento no era lo más sensual que digamos.
—JaeJoong…
Una vez más esa voz sensual lo detuvo y cuando giró, Ranko se encontraba
parada junto a la mesa desabrochando por completo su blusa, y Ranko es
hermosa, atractiva y por demás sensual. JaeJoong no lo podía negar, por eso se
acercó a la muchacha y ella sonrió satisfecha.
—¿Tienes idea de cuantos hombres me desean tan solo con verme caminar?—
JaeJoong respiró profundo, buscando marcharse, pero Ranko lo retuvo del brazo,
buscando que la mirara. —¿Eres gay acaso?
—Ranko… Hija…
—Señora… Escúcheme por favor, le juro que no… ¡Al menos escuche a su hija!
—¡¡No tengo nada que escuchar!! ¡LÁRGATE CUANTO ANTES! ¡Te juro que me
estoy resistiendo de llamar a la policía! ¡Demonios, y yo que creí que no te
gustaban las mujeres!
JaeJoong intentaba como podía guardar las cosas dentro de su maleta, y corría
con la suerte de no tener demasiadas, pero aún así el hecho de que Ranko
forcejeara un poco con su madre para que la señora no le saltara al cuello y lo
degollara pues no era algo muy cómodo que digamos.
Y por un segundo tuvo que darle la razón a Ranko, guardó sus pertenencias en
tres maletas. Y sacó unos cuantos billetes que pagarían lo que hasta ahora le
debía a la mujer, pero por la rabia que parecía destilar hacía él, JaeJoong prefirió
dárselos a Ranko.
—Ahí están los meses que le debía. Y sabe que me voy feliz, por que no tengo
que volverles a ver la cara a ninguna de las dos. ¡Par de locas!
Y si, como se imaginaran JaeJoong salió corriendo como pudo con sus tres
maletas en peso.
Cabe decir que ésta no había sido la noche de las ideas inteligentes precisamente.
Ahí estaba él, sentado en una de las bancas del parque, con tres maletas por sus
piernas, suspirando cada dos segundos. Cerca de las nueve de la noche y sin
saber para donde agarrar. ¿Por qué le pasaban estas cosas a él?
Abrió su celular y recordó las palabras de YunHo ‘Llámame si es que tienes algún
problema, ya sabes todos somos como una gran familia’ Eso había dicho, y
JaeJoong había optado por tomarle la palabra, marcó el número de YunHo pero
apenas dieron dos tonadas cortó la llamada asustado.
No, no estaba listo para verle la cara a su jefe, no después de haber alucinado con
él justo antes de tener sexo con Ranko. Oh, Dios ahora que lo pensaba eso no era
bueno y ya no tenía como seguir negándolo, no podía, por que no tenía
justificación alguna.
—¿Me atrae?— Colocó los codos sobre sus rodillas, tapó la mitad de su rostro con
ambas manos y se dedicó a mirar el césped de aquel parque. —¿Lo quiero?— Su
corazón ahora latía apresurado. —¿Me enamoré?
Una opresión en el pecho y JaeJoong sentía que al menos debía admitirlo frente a
sí mismo, y es que ya lo venía sospechando, no solo lo quería un poco más que a
los demás.
Y probablemente YunHo no lo sabía. Por que para variar YunHo seguía ignorando
al resto del mundo cuando de Bae Seulgi se trataba. Tragó fuerte y cuando el
celular comenzó a sonar sus manos nerviosas sostuvieron el celular que
centellaban el nombre de ‘Jung YunHo’
Dudó, si quiera por cinco minutos. Por que YunHo volvió a llamar un par de veces
más.
Seúl, Corea.
Seulgi comenzó a guardar un par de bufandas dentro de sus cajones mientras con
el auricular bluetooth se daba el lujo de poder movilizarse con facilidad. Sin
embargo el silencio por parte de la empleada de la residencia Jung le dio un mal
presentimiento.
Y Seulgi no era ninguna tonta sabía de sobremanera que si daba su nombre muy
probablemente YunHo no querría contestarle, una vez más la mujer volvió a callar
y luego de unos segundos soltó un breve suspiro.
—Lo siento mucho señorita, pero el joven YunHo ya no vive en esta casa, se
marchó hace un par de años, y desde entonces no hemos sabido de él. Lo único
que puedo decirle es que ni siquiera se encuentra en el país.
Y Seulgi perdió la fuerza en sus piernas, se sentó sobre la cómoda cama y sus
labios temblaron por un segundo.
—¿Esta segura?
—Si, señorita.
Akihabara, Japón.
Choi Siwon por fin pudo poner pie en su edificio. Subió por el ascensor apoyando
la cabeza en una de las paredes del ascensor y cerró los ojos, se sentía
particularmente agotado y cansado, pero principalmente hastiado de todo.
Quería ver a HeeChul, quería recibir una respuesta de su parte. Por que sabía que
no había imaginado en ningún momento cuando sentía esa mirada de parte de
Kim hacía él, sabía que lo suyo era como una relación sin formalismos.
Por que ambos se gustaban, ambos lo sabían, pero ninguno se atrevía a decirlo.
Las puertas se abrieron y Siwon logró sacar las llaves. Miró puerta del
departamento de HeeChul y suspiró, pensó que sería buena idea avisarle de su
llegada, pero luego pensó que estaría dormido y no estaría bien incomodarlo. Así
que volvió a caminar e ingreso a su departamento, dispuesto a dormir
profundamente.
Diez segundos después, contados por reloj, de que la puerta de Siwon se abriera
y luego cerrara, HeeChul abrió la suya y suspiró, mirando la puerta del
departamento de su amigo. y alegrándose de poder haberlo visto llegar bien.
Contempló la puerta unos segundos más y luego del tiempo necesario, volvió a
entrar a su departamento, solamente necesitaba saber que Siwon había llegado
bien, para poder dormir.
—¡Pero no estoy mintiendo! Ranko resultó una lanzada, pero ella y yo jamás
tuvimos algo… Yo… Yo no…
“¡Agh! Genial JaeJoong, solo te falta decirle que no tienes nada con ella, por que
te diste cuenta que estás enamorado de él. Eso sería cavar tu propia tumba.”
—¿Tú, que?
JaeJoong sintió sus cabellos siendo alborotados una vez más, y observó como
YunHo lavaba su vaso y lo guardaba, mientras se empezaba a alejar por el pasillo,
masajeando un poco su cuello. Debía estar muy cansado en realidad.
Dio un corto suspiro, y aunque sintiera que fuera un error estar ahí. Sentía que de
algún modo era el lugar indicado.
Era todo en lo que podía pensar, y la verdad ya estaba harto. Incluso se sentía
hasta con ganas de quedarse dormido para poder dejar de pensar en él, en su
asco de situación y en el mocoso ese que ya tenía nombre y era MinHo, y que de
tan mal humor lo ponía cuando lo veía junto a Rain.
—…Idiota Rain.
La luz de la noche, y el frío. YooChun debió suponerlo, por que de pronto sintió
como una delgada sábana cubría su cuerpo y el de Park, entrelazó su mano con la
de YooChun y él únicamente emitió un gemido en respuesta de que aún estaba
medio despierto.
Besó la mejilla de JunSu y suspiró. Por que en este preciso momento no había
nada mejor que esto, nada mejor que estar abrazado a JunSu, en una noche fría
de lluvia, con su suave voz pronunciando su nombre.
Por que YooChun lo amaba tanto, y JunSu lo amaba tanto también. Que cada
cierto tiempo, era como si un aura invisible los envolviera y solo ahí ambos
pudieran vivir. Por que si habría que describir al amor, YooChun y JunSu
indudablemente hubieran descrito ese preciso momento.
Sacudía sus cabellos con una pequeña toalla, y ya más cómodamente vestido con
un pantalón y camisa de algodón, finalmente JaeJoong salió del baño. Usando
unas pantuflas de oso que había encontrado en el baño, y no sabía por que pero
estaba casi seguro que eso era un regalo de JunSu o mínimo de HeeChul.
Esta vez si fue conscientemente, era riesgoso pero no le importó, abrió la puerta
por suerte sin seguro y entró con pasos suaves, procurando no hacer demasiado
ruido, dentro de la habitación de su jefe, no había balcones pero si un gran
ventanal y la luz de la noche en ese momento iluminaba el rostro de un adormilado
YunHo.
Se colocó en cunclillas justo frente al rostro de Jung, ya que dormía de lado, los
brazos sobre sus rodillas, y su quijada sobre sus brazos. JaeJoong no está muy
seguro de cuanto tiempo pasó contemplándolo, pero finalmente tuvo que
aceptarlo, por lo menos ante si mismo.
—…No tengo la menor idea de cómo pasó, jefe. Pero… Creo que…— Y se sentí
nervioso, estúpidamente nervioso, por que seguramente YunHo ni siquiera lo
escuchaba, JaeJoong respiró profundo y aparentemente volvió a agarrar valor. —
…Creo que me enamoré de ti, YunHo.
Y eso había sido todo, sentía un peso menos. Y una sonrisa surcó en sus labios.
—Lo siento, YunHo. Será solo una vez, una única vez.— Alejó unos mechones del
rostro de Jung y sonrió al notar su perfil y su rostro tan apacible. –Además me lo
debes, tú ya me robaste un beso antes, ahora es mi turno.
No lo había notado antes, pero los labios de YunHo aunque finos eran suaves, y la
calidez de YunHo lo había empezado a envolver por que la pausada respiración
de YunHo lo hizo suspirar y finalmente decidió alejarse. Curioso, era el hecho de
que las dos veces en que se habían besado YunHo había estado inconsciente.
Intentando olvidar que no supo pensar como por aproximadamente dos minutos y
tratando de evitar ese sentimiento que prácticamente le gritaba que no se
arrepentía.
La puerta siendo cerrada con tanta fuerza logró que YunHo se sentara de
inmediato y que por ende abriera los ojos con algo de dificultad, restregó un poco
sus ojos y miró de un lado a otro, pero su habitación estaba vacía.
—¿Jae?
Supuso que la puerta que escuchó cerrarse había sido la de JaeJoong y como
parecía no haber nada fuera de lo común, YunHo decidió volver a acostarse,
acurrucarse en su cama y volver a dormir. Esperando volver a soñar con lo que
fuera que hubiera estado soñando, pero que lo había hecho sentir tan bien.
Una sonrisa pequeña se posó en sus labios, por que de pronto el frío desapareció
y lo único que deseo fue ir a saludarlo y poder abrazarlo, pero casi al mismo
tiempo sacudió la cabeza intentando alejar esos pensamientos.
Miró una vez más hacia la calle por donde aparecería su bus, no lo vio cerca, así
que decidió que de algún modo podría acercarse, con la excusa que fuera, no
importaba, él solo quería platicar con él, pararse frente a él, que lo viera a él, a
Shim ChangMin.
Respiró profundo y apretó sus puños, por que en serio estaba molesto, como si
fuera de una mala broma, sentía que lo único que podía alcanzar a escuchar era
la risa algo vaga de ambos, lo único que podía ver era sus sonrisas y los ojos de
MinHo casi brillando por estar junto a Rain.
El bus se estacionó justo frente a él, las personas empezaron a subir y ChangMin
decidió respirar hondamente y continuar. Subió al bus con cuidado y se sentó lo
más lejos posible de una ventana que le ofreciera una vista clara de esos dos.
Por que Changmin comprendía que se sentía furioso, pero más que eso, estaba
ligeramente dolido.
…
Kim intentó sonreír y se sentó adecuadamente para poder mirar a Jung a los ojos.
La dudad que mostraron los ojos de YunHo, cautivó la atención de HeeChul, por
que pareció dejar en pausa su juego de Guitar Hero, para poder prestarle total
atención, por que al parecer había escuchado algo que no le gustó.
—Me llamó temprano en la mañana para reportarse enfermo. Pensé que lo
sabías.
Y aquello fue un horroroso balde de agua fría, HeeChul no está muy seguro de
que fue lo expresó con sus gestos o miradas, y la verdad tampoco le importó
mucho, se levantó de su asiento y fue por sus cosas en la cocina.
—Chul… Dime que no estás haciendo lo que creo que estás haciendo.
—Lo siento, Yunnie. Me tengo que ir, Siwon no sabe como cuidar a una persona
con una simple gripe imagínate que tenga algo peor, o mucho peor que eso. ¿Te
imaginas como es cuidándose a si mismo el solo?
—¡Además! Hay muchos clientes y no has cocinado suficientes postres para todo
el día todavía. No te vayas. ¡Chul!
Una sonrisa se plasmó en sus labios apenas lo vio a HeeChul subirse al taxi sin
siquiera preguntar cuanto le cobrarían y supuso que hoy sería un buen día para
Siwon.
Subirse al taxi sin preguntar cuanto le iban a cobrar había sido estúpido pero ya no
había tiempo para recriminárselo, y mucho menos para laméntalo y peor aún para
ponerse a pelear con el taxista.
Así que HeeChul había pagado casi el doble de lo que le cobraban normalmente
hasta su departamento en taxi y había subido por el ascensor, buscando entre su
llavero las llaves del departamento de Siwon, sabía que las tenía por ahí.
Bromeó y Siwon giró sorprendido al verlo, pero de la misma forma, Choi intentó
sonreír, aunque una toz, que de inmediato Siwon tapó con un pañuelo, fue lo que
HeeChul recibió a modo de bienvenida.
La voz rasposa de Siwon, o más bien congestionada por parte de Choi lograron
que HeeChul sonriera mientras revisaba lo que el muchacho había estado
cocinando.
—Me gusta.
Volvió a sonreír, dejó caer las verduras en la pequeña olla y lavó sus manos.
Sabiendo que desde siempre demasiadas palabras entre ellos sobraban, decidió
recoger mejor su cabello y empezó a buscar un poco de fideo en la alacena.
Y Siwon pareció sentarse en una de las sillas de la cocina mientras cerraba mejor
a su cuerpo la manta sobre su cuerpo. HeeChul lo observó por un rato y luego
continuó, por que Siwon podía ser muy inteligente y exitoso.
Por que si dependía de Siwon, Choi se quedaría en cama esperando que por
milagro de las aspirinas se le quitara cualquiera que fuera su padecimiento. Dio un
corto suspiró y pensó. ¿Qué haría Siwon sin él?
Para cuando volvió a mirarlo, Choi se había recostado sobre la mesa y parecía
haber conciliado el sueño, HeeChul lo observó sin moverse por unos segundos y
luego sonrió. Tenía que terminar esa sopa, para que luego el menor se recostara a
dormir en su cama.
—¿Eh? Si.
YunHo enarcó una ceja y levantó la mirada hacía donde estaba JaeJoong, justo
frente a él, el muchacho sonrió nervioso y luego carraspeó, desviando la mirada.
YunHo lo venía pensando desde que había amanecido.
En realidad JaeJoong era muy extraño, pero desde hoy estaba actuando aun más
extraño, si es que eso era posible, regresó su mirada a la computadora y le pasó
la orden a ChangMin que junto a YooChun intentaban arreglárselas en la cocina.
Oh, si. Por que apenas había escuchado los gritos YunHo se había levantado, se
había duchado y JaeJoong seguía corriendo de aquí para allá gritando que
llegaría tarde, por eso todavía sin vestirse YunHo había decidido salir a calmarlo.
—¡Si, la primera taza! ¡¿Pero tengo que recordarte los tres platos que ya vas
quebrando?!
YunHo negó con la cabeza al oír los gritos. En definitiva Siwon y HeeChul hacían
demasiada falta. Miró a Jejuko atender a un cliente con una sonrisa en el rostro y
no pudo evitar despegar sus ojos de aquella sonrisa.
—¡Idiota!
—¡Imbécil!
Si, sus amigos igual de cariñosos que siempre. Luego de ‘eso’ y que JaeJoong
terminara gritándole que se cambiara en su habitación, había venido la escenita
del desayuno. YunHo pensó que se irían sin desayunar, pero para su sorpresa en
el comedor había todo un desayuno cuidadosamente preparado.
Detrás de él. JaeJoong arreglaba un poco su ropa. Así que YunHo había supuesto
que JaeJoong se había demorado, precisamente por preparar el desayuno. Así
que entonces hizo un comentario muy estúpido.
‘No debiste molestarte con el desayuno Jae, usualmente no desayuno y de todas
formas se te ha hecho tarde, no tienes que recompensar el hecho de que estés
ahora viviendo conmigo. Además soy alérgico al kiwi’
Y si, se había pasado de idiota, pero jamás pensó que ese comentario molestaría
tanto a JaeJoong por lo menos no hasta el punto de arrugar el entrecejo, mirarlo
con odio y por supuesto que se marchara indignado gritándole:
‘¿Eres imbécil o que? No lo hago para agradecerte que me dejes quedar. ¡Lo hago
simplemente para ti! Es decir… ¡¿Ves lo que me haces decir?! ¡Y has lo que te de
la gana, no comas, muérete! Pero no demores por que tenemos que llegar al café’
Sencillamente… No lo entendía.
YunHo asintió y digito la orden dicha por JaeJoong. Decidió que si JaeJoong no le
hablaba y por alguna razón extraña del universo parecía estar molesto con él,
pues entonces YunHo le daría su espacio hasta que se le pasara el enojo y
decidiera volver a hablarle.
Por eso encendió el Guitar Hero, para poder distraerse mientras tanto, oh y por
supuesto por que hace mucho que no se distraía con el juego y estaba a punto de
concretar nueve notas de la más difíciles seguidas, hasta que sintió una fija mirada
sobre si.
Levantó la mirada y JaeJoong desvió la suya. Otra vez aquello, de acuerdo él no
era muy listo para muchas cosas, pero en definitiva JaeJoong actuaba extraño,
muy extraño y eso lo comenzaba a desestabilizar.
—Estaba pensando…
—Si, ¿Acaso no es obvio?— JaeJoong rodó los ojos y respiró profundo. –El
YooMin no funciona en la cocina, y pues Su y yo no podemos con todos los
clientes.
YunHo jugó un poco moviendo sus labios y mirando al techo, y pues sí JaeJoong
tenía razón.
—¿Hacer que?
—¿¡Qué!?
Y si señoras y señores. JaeJoong le gritó, tan fuerte que todo el café posó su
atención sobre los dos. Incluso YooChun y ChangMin que habían estado en la
cocina. ¿Y que fue lo que hizo Jae? Pues huir, lo miró con molestia y simplemente
decidió caminar en pose de indignación total hacía los vestidores.
Así que como podrán también imaginar, a YunHo le tocó poner su mejor sonrisa y
disculparse educadamente por la escenita que acababan de presencia. El
momento de alguna manera fue oportuno, aprovechó para anunciar que cerrarían
temprano y lo más traumante o ¿divertido? Ya no está muy seguro de eso, paso
después.
Pues no, esos tres habían añadido además que él contaba con una gran ventaja.
Por que Jejuko únicamente tenía ojos para él. Y que según ellos él también la
miraba de una manera especial, cosa que para empezar se supone los chicos no
notan.
A menos claro, que la persona en cuestión, es decir él, sea demasiado obvia.
YunHo asintió agradeciendo y luego pensó que esos tres estaban muy mal. Por
que él no miraba de una manera diferente a JaeJoong, él miraba a JaeJoong igual
que miraba al resto de sus amigos.
…¿Verdad?
—Y nuestra última orden son dos café sin azúcar.— YooChun permanecía
apoyado en el mesón leyendo la pequeña factura que YunHo les había dado. El
cuerpo de ChangMin de inmediato se tensó. —¿Quién diablos puede tomar café
sin azúcar?
—…Rain.
El nombre del hombre salió de sus labios de improviso, YooChun enarcó una ceja
y ChangMin prefirió ignorarlo, por el bien de ambos. Caminó con tranquilidad hacía
la puerta de la cocina y pudo verlo sentado en su mesa de siempre, mirando hacía
delante de su asiento con una sonrisa en el rostro.
El cuerpo de Junko le impedía ver a la otra persona, pero cuando se alejó pudo
notar a MinHo, el muchacho de pronto agachó la cabeza y pareció tomar suficiente
aire como para llenar sus pulmones, se levantó del asiento y estiró su mano hacía
Rain.
Las manos de YooChun sobre sus hombros y ChangMin ni siquiera lo pensó, los
siguió a la misma velocidad, ignorando las palabras de YunHo que le preguntaban
a donde iban y cuando abrió la puerta trasera del Maid, su cuerpo entero se tensó.
—Bueno… Yo…
Y en ese preciso momento, ChangMin tuvo que eliminar sus instintos asesinos.
Aunque claro, un pequeño dolor se instaló en su pecho. Pero la rabia, en
definitiva, en ese momento fue mayor. Por que MinHo había agarrado por las
mejillas a Rain y se había acercado.
¡Y Rain no hacía nada! Por que parecía haberse quedado paralizado, abriendo los
ojos con sorpresa, no lo empujaba, no lo golpeaba. No nada, pero ChangMin no
era así, no era tan maduro. ChangMin recordó que tenía dieciocho, y tenía todo el
derecho de comportarse como todo un adolescente estúpido e impulsivo.
Y como tal se comportó.
—¡¿Eres idiota o que te pasa?!— Apretó sus puños con fuerza, Rain miraba el
suelo sosteniendo con su mano derecha el lugar donde ChangMin vestido de Mina
le había golpeado. —¡Dijiste que querías invitarme a salir! ¡Que yo te gustaba!
—Por favor, MinHo. Te prometo que hablaremos luego, ahora por favor déjanos
solos.
—Pero…
La seriedad de Rain bastó, MinHo agarró la mochila del suelo y asintió, alejándose
con un paso algo lento, y para cuando Rain regresó a mirar a Mina, ella tenía la
mirada en el suelo, apretando los puños. Y entonces Mina empezó a gritar.
Decidió poner las manos en el pecho de Rain para alejarlo, pero él solamente lo
agarró por los brazos. Pegándolos a la pared, haciendo presión con sus manos,
ChangMin se sintió desprevenido.
Todo pasó tan lento, lo suficiente como para que pudiera detener lo que estaba a
punto de suceder, pero el problema era que no quería, no quería alejarlo, y
cuando los labios de Rain hicieron contacto con los suyos, ChangMin solo soltó un
pequeño suspiro y cerró los ojos.
Por que a pesar del frío, a pesar de que no tenía la experiencia de YooChun, o la
sensualidad de JunSu, ChangMin no pudo evitar pensar que ese momento era su
momento y que Rain besándolo de aquella manera era lo mejor que le había
pasado.
Con la respiración agitada, Rain se alejó, apenas un poco, por que ChangMin aún
sentía su respiración cerca, Rain soltó sus manos y ChangMin las dejó caer, miró
a los ojos al mayor y se adelantó un paso, solo para poder tomarlo por el rostro y
volverlo a besar.
—No… Espera…— Y sin embargo, fue el mismo quien volvió a marcar distancia,
se alejó de Rain y miró hacía el suelo. Recordando que en ese momento era Mina.
–Yo… Tu no… En realidad tú no quieres besarme.
…
—¿Deberíamos seguir esperándolo?
—¡ChangMin! ¿Dónde estás? YunHo nos dejó para que cerráramos el Maid.
Pero con un leve movimiento JunSu le indicó a Park, que guardara silencio un rato
más, que lo dejara a ChangMin desahogarse primero, que lo dejara llorar en paz.
YooChun emitió un pequeño suspiró y abrazó un poco más a Shim.
…
…
Siwon sudaba un poco, pero aún así la fiebre bajaba muy lentamente, así que
mientras la medicación hacía efecto, HeeChul había optado por colocar
compresas con agua fría sobre la frente del menor.
Hace un buen rato que Choi había conciliado el sueño, suspiró brevemente y lo
observó por un momento descansar, no habían hablado mucho en todo el día, en
especial por que Siwon se la había pasado dormido y lo suficientemente enfermo
como para mantener una charla decente.
Se apoyó un poco contra la cama y sentado sobre aquella silla, HeeChul decidió
usar sus propios brazos como almohada y cerrar los ojos unos segundos, se
sentía cansado y además, la noche había llegado demasiado pronto.
Seúl, Corea.
Así que cuando escuchó a su esposa hablar de esa manera, fue casi inevitable,
levantó la mirada del periódico que leía en ese momento, la observó mirar hacía la
puerta principal y entonces decidió levantarse y dejar los lentes sobre la pequeña
mesita.
—Antes que nada quisiera pedirles una gran disculpa por lo sucedido con YunHo
hace unos años, yo era todavía muy joven e insensata… Pero la verdad es que en
realidad en todo este tiempo he descubierto que lo amo y que él es…
Y es que JiHan como madre, mujer e incluso amiga no podía entender, justificar y
mucho menos disculpar algo como lo que Seulgi le había hecho a su hijo. Por que
se sencillamente alguien que descubre que ama a otra persona no puede hacer
tanto daño.
Por lo tanto, todo lo que decía esa muchacha en este momento eran palabras
vacías para ella, por que en realidad JiHan veía en aquellos ojos un deje de
hipocresía que la hacía dudar totalmente.
Ella no amaba a YunHo, ella venía seguramente de una relación muy mala a
comprobar que en realidad todavía había una persona que valiera la pena, que la
pudiera amar y perdonar. Ella venía a recuperar su orgullo, demostrándose a sí
misma que podía reconquistarlo tan solo con tronar los dedos.
Entonces JiHan prestó atención, cuando vio los ojos de su esposo brillar de
emoción. ¡Oh, diablos! Ella conocía esa mirada, WookDae en ese momento solo
pensaba en que Seulgi volviendo arrepentida era la mejor manera de recuperar el
honor perdido de la familia.
—¿No lo ves JiHan?— El hombre incluso parecía tramar algo. –Si esa muchacha
regresa tan arrepentida y enamorada de nuestro hijo eso demuestra que es lo
suficientemente hombre como para lograr retenerla a pesar de la distancia y el
tiempo, eso demuestra…
—¡Eso solo demuestra que el tipo con el que se largo no fue lo suficientemente
hombre como para satisfacerla y por eso regreso por nuestro hijo! ¡Y que además
es una zorra!
—¡JiHan! Por favor controla ese vocabulario.
—Jihan…
—JiHan nada. ¡Por favor, WookDae! Piensa por una vez, un poco más en tu hijo
que en la reputación de la familia.
Y con esas palabras, totalmente molesta e indignada, JiHan comenzó a subir las
escaleras, perdiendo totalmente el apetito.
Akihabara, Japón.
YunHo había decidido obviar la razón por la cual JaeJoong estaba enojado con él,
en realidad había preferido ignorar el hecho de que en la mañana JaeJoong
parecía enojado con él, y por tanto su opción había sido entablar una charla
casual.
Ambos sentados en el sillón de su cómoda sala, viendo televisión. YunHo
cambiaba de canal y JaeJoong en ese momento solo dio un profundo bostezo.
—No hay nada que ver a esta hora, YunHo. Deja de cambiar de canales.
—Nada…— JaeJoong subió las piernas al sillón y se abrazó a ellas con una
mirada anhelante, viendo a la familia que cenaba en la pantalla del plasma. –
Aunque me gustaría ver a mi familia, pero supongo que este año no se podrá.
¿Qué hacen ustedes?
—¿Aquí?
YunHo se levantó del sillón y caminó hacía la mesa en la entrada, sacando algo
de su leva y aparentemente escribiendo algo, JaeJoong no despegó sus ojos de
él, luego decidió mirar de nuevo la televisión por que no era bueno ser tan obvio.
—He estado pensando en que has hecho un buen trabajo durante todo este
tiempo.— YunHo volvió a sentarse a su lado con un cheque en las manos. –Así
que tómalo como un Bonus para que puedas visitar a tu familia.
JaeJoong observó el cheque ahora en sus manos, con una cantidad considerable
como para ir y regresar en avión y además poder comprar un buen par de regalos,
de pronto sintió frío en el pecho. Y se negó.
—¡Que no!
—¡Que si!
—¡No lo quiero!— Finalmente, JaeJoong optó por levantarse y dejarle el cheque
en las manos a Jung. —¡Dios! ¡Me estresas! ¿Por qué tienes que ser tan
considerado todo el tiempo?
Pero ese no era el punto, el punto era que YunHo no lo terminaba de entender a
JaeJoong quiere hacer algo lindo por él, y Kim simplemente decide que no, que no
quiere y se marcha de su lado dispuesto a encerrarse en su habitación.
Así que se podía decir que decididamente ambos de alguna manera tenían la
culpa por cada ocasión en la que se peleaban, pero en definitiva esta vez había
sido totalmente culpa de YunHo.
Así que mientras suspiraba una vez más. JaeJoong solo pensaba en que el
departamento de YunHo no tenía ni un solo arreglo navideño. Así que tal vez sería
bueno ocupar ese cheque en decoraciones de las festividades.
Y con una sonrisa en su rostro, llegó a la conclusión de que las buenas ideas por
fin regresaban a su cabeza. Y que probablemente, mejores tiempos se acercaban.
..::..::..::..
Sucedió hace poco más de un año y medio.
A JiHoon le encanta, le fascina leer, podría decirse que es casi un vicio para sus
sentidos, para su alma y su propia paz interior. Un buen libro nunca está demás,
no importa la trama, no importan los personajes, Rain no tiene una sección
favorita, a él solamente le gusta poder leer algo de calidad.
Sus ojos brillan de emoción, cual niño pequeño cuando ve un libro con las páginas
prácticamente nuevas, con el olor a ‘nuevo’ como se diría, en fin, para Rain leer es
algo que no solo le trae alegrías, sino también lo llena de paz.
Estaba leyendo, en una de las mesas de la librería, con tranquilidad y calma sin
que nada ni nadie interrumpiera ese momento, pero una voz que hablaba
demasiado alto logró desconcentrarlo.
Rain asintió ante las disculpas del menor, quien iba con unos cuantos libros en las
manos, demasiados en general. Tomó su propio libro y decidió continuar. Pero vio
un pequeño carnet en el suelo y decidió que tenía que ser una broma.
—¿Pagara en efectivo?
—¡Diablos! Señorita estoy uniformado ¿No me ve? Soy estudiante, mis amigos
están más pobres que yo por eso vine a comprar los libros y son muy importantes.
Prometo que mañana mismo le traigo un certificado pero…
—¿Eres Shim ChangMin?— El cabello algo largo del muchacho se levantó con
avidez ante el movimiento rápido que hizo para mirarlo. A Rain indudablemente le
gustó como esos ojos lo miraron en ese entonces.
—Si… ¿Y tu eres?
—¿Cómo va a cancelar?
Sacó el dinero de su bolsillo y con la funda de papel en sus manos, que recitaba el
nombre de la librería, Rain salió del lugar, respiró profundo y pensó que en
realidad no volvería a ver más al muchacho, pero cuando estuvo a punto de
dirigirse al estacionamiento.
Sus ojos se fijaron en que el muchacho seguía ahí, solo que observaba una tienda
de postres y dulces que casualmente estaban frente a la librería, el muchacho
giró, le sonrió y se acercó. ChangMin destilaba armonía en esos momentos.
—Hola, solo quería agradecerte una vez más por lo del carnet, fuiste muy
amable.— ChangMin hizo una pequeña reverencia, con la funda de papel llena de
libros en sus manos.
—Oh, es que un gran amigo mío piensa poner un café. Así que es como para
instruirse.
—Pero esto es Akihabara el alma mater de los Café en diferentes estilos y por
supuesto de los Otaku, los café son muy populares.
Pero ¿Acaso no son en esta vida las cosas más sencillas, las más hermosas?
Justo frente a un lugar cerrado y con cartel de ‘Se vende’ sus pasos se detuvieron,
un elegante carro se estacionó y cuatro chicos bajaron de ahí, analizando el lugar
escrutiñadora mente.
Uno de ellos había hablado, pero el que le interesaba era ese muchacho de
cabello castaño ligeramente largo que no veía desde hace dos meses y que
analizaba el lugar como si buscara darle algún punto en contra.
Una sonrisa surcó en sus labios cuando lo escuchó hablar al final, uno de los
muchachos pasó uno de sus brazos por los hombros de ChangMin y revolvió ese
cabello con fuerza. Así que lo del café iba en serio. Rain sonrió aún más,
definitivamente visitaría ese café.
Fueron exactamente las tres de la tarde ese día, el café que había visto, hoy
resplandecía de belleza y gente, varias personas de un lado a otro, en su gran
mayoría chicos. Entró con paso cuidadoso habían tres meseras moviéndose de un
lado a otro.
Dos muchachos en la caja y uno que salía de la cocina de vez en cuando. Rain no
vio a ChangMin por ninguna parte ese día.
E intentó plasmar una sonrisa, intentó fingir que no pasaba nada, que no lo
reconocía, por que en realidad ChangMin no estaba dando señales de haberlo
reconocido y decidió averiguar lo que sucedía.
—De acuerdo.
..::..::..::..
Y la única vez que los trajes de las chicas del Maid perdían su característico color
era en Navidad. Habían sus típicos colores, variando entre el rojo, el verde y un
poco de azul por ahí. Los pequeños gorros navideños tapando un poco de sus
cabellos.
Sonaba dulcemente ‘Baby, it’s Cold Outside’ con ese mismo ritmo dulce y tan
repleto de ganas de sonreír con tan solo escucharla, las conversaciones eran
bajas, Junko y Yuna platicaban cerca a la caja, Junko arreglaba el cuello de la
blusa de Yuna.
Mina atendía a uno de los clientes y Jejuko para variar, peleaba con YunHo, y si,
esa no era la imagen más pacífica en este momento. Pero el sonido envolvente de
la canción opacaba cualquier mal gesto de la rubia.
Siwon volvió a entrar a la cocina, con un par de charolas vacías en las manos,
HeeChul tarareaba un poco la canción de ese momento, se movía de un lado a
otro, colocaba el azúcar impalpable en el postre y continuaba cantando. Siwon
indudablemente sonrió.
—En parte.
—¿Estas seguro de que ya te sientes bien? Podrías haberte tomado un día más.
—Si, me consta. Un día sin mi y casi te me mueres. Voy a pensar que es verdad
eso de que en realidad no puedes estar lejos de mí.
Una sonrisa y Siwon pareció recordar que lo que le había dicho a HeeChul hace
unos días no había sido un sueño. Él en realidad había dicho todo aquello,
HeeChul lo sabía, y por un momento Siwon se sintió tan avergonzado.
—HeeChul… Creo que por el bien de nuestra amistad, lo mejor sería que
olvidaras todo lo que te dije.— Choi limpió con su otro pulgar la zona blanca en
aquella nariz, y los ojos de HeeChul en ese momento se abrieron con sorpresa. —
¿Todo bien ahora?
—No…— Se alejó un poco, logrando que el toque de Siwon entonces fuera nulo. –
No está bien, no quiero olvidar lo que me dijiste. Tal vez…— HeeChul respiró
profundo y miró los ojos de su mejor amigo.
–Tal vez quiero ver que pasa contigo diciéndome que me quieres y conmigo
intentando decir que ayer mientras te veía dormir, solo podía pensar que era
imbécil por no haberme dado cuenta antes que quizá también me gustes mucho.
Fue como una señal para Siwon, sonrió ligeramente. Y tomó el rostro de Kim con
cuidado, HeeChul le sonrió y entonces todo estuvo un poco más claro. Se acercó
un poco, la distancia a pesar de estar sentados era corta.
Por que cuando HeeChul cerró los ojos y sus labios tocaron los de él. Siwon pudo
sentir que entonces las cosas estaban bien, por que si, HeeChul era su mejor
amigo. Pero poder abrazarlo así, poder besarlo así. Recompensaba todos los
años que llevaba callando sus sentimientos.
—Wow… Eso fue…— HeeChul rió un poco y Siwon lo imitó, acariciando un poco
el rostro de HeeChul todavía. –Debiste haberme dicho lo que sentías mucho
antes. Ya sabes que yo soy muy torpe con estas cosas.
Siwon decidió abrazarlo, por que HeeChul despertaba en él esa ternura que solo
él podía.
—Yo más. Te extrañé, mucho Siwie… Fueron unas horas, pero en serio te
extrañé.
Siwon se volvió a alejar para poder besarlo, pero antes de que sus labios volvieran
a juntarse la puerta de la cocina se abrió. Esa era después de todo, la desventaja
de trabajar en un lugar tan pequeño y publico.
—Mmh… Ya me lo suponía.
YunHo dio una mordida a la bizcotela en sus manos y apoyó un brazo sobre los
hombros de Jejuko, aprovechando que era ligeramente más alto que la rubia a su
lado, alias JaeJoong, quien inmediatamente lo alejó.
Siwon y HeeChul bajaron del mesón con una pequeña sonrisa y Siwon decidió
abrazar por la espalda al mayor, apoyando la quijada sobre los hombros de Kim.
—YunHo se da cuenta de todo lo que pasa a su alrededor, pero es incapaz de
darse cuenta de lo que pasa frente a sus ojos.
—¿Ves? A eso es a lo que me refiero, un rato está bien y al rato actúas como si
me odiaras.
YunHo rodó los ojos. —¿Podrías al menos soltar mi mano? Es… Raro viniendo de
ti, que odias que te toque un cabello.
JaeJoong se detuvo y soltó la mano de YunHo como si de pronto quemara, miró
su mano y luego volvió a enderezarse, sacudió su cabello castaño y decidió
continuar caminando, como si nada hubiera pasado.
—Jae… ¿Podrías decirme al menos por que no te esperaste a que fuera fin de
semana?
—Por que estoy harto de que todo el mundo se escape cuando le da la gana.
Ahora nos toca a nosotros, además tú eres el jefe.
El punto, es que tuvo que admitir que JaeJoong se veía mejor vestido como ahora,
con un jean y una camisa con corte en ‘v’ y aquella chaqueta negra sobre su
cuerpo. La bufanda café y JaeJoong definitivamente se veía mejor como él mismo
que como Jejuko.
Se podía decir que incluso brillaba cuando era él mismo, y YunHo se sentía feliz
cuando JaeJoong era feliz. Una extraña empatía que había descubierto hace un
tiempo le pasaba, últimamente solo con JaeJoong.
—Digamos que mi familia es algo grande, así que estoy acostumbrado a salir de
compras navideñas.
Y era la primera vez que veía a JaeJoong tan emocionado con algo, sus ojos
brillaban de emoción mientras se movía de un lado a otro, comparando entre una
cosa y otra por cual era la mejor. YunHo sonrió ante aquella imagen.
YunHo señaló a uno que estaba en uno de los pisos más altos de una de las
estanterías. JaeJoong miró de inmediato hacía el lugar que Jung señalaba y
sonrió.
Por un momento Jung quiso reír ante esas palabras, por que el era un poco más
alto que Jae, así que debidamente podría alcanzarlo sin siquiera estirarse, pero
definitivamente a JaeJoong le costaría un poco más.
Su teléfono sonó y decidió contestar, era Siwon y podía ser importante.
—Claro que si, solo llamaba para ver como iba la cita.
—¿Cita?
—Y si, ambos se fugaron del trabajo cual enamorados, para poder pasar la tarde
juntos. ¿No?
—Tranquilo, Chul. Solo estoy haciendo caer en cuenta a YunHo de que está en
una cita y no se ha dado cuenta. Ya sabes… Con lo lento que es.
Y entonces volvió hacerse la misma pregunta. ¿Acaso todo el mundo pensaba que
habían salido en una cita? La pelea del SiChul continuó y YunHo decidió mirar a
JaeJoong, y cuando lo vio estirarse para poder alcanzar el ángel, cortó la llamada.
—¡Jae, cuidado!
La estantería tambaleó un poco y unas cajas que habían sobre el piso superior
empezaron a caer, YunHo apenas alcanzó a mover a JaeJoong lo suficiente como
para que una de las cajas no cayera sobre su cabeza y en vez de eso golpeara en
su propia espalda.
—Auch…
Se quejó débilmente, esa caja había estado pesada, cerró los ojos con fuerza, y
tampoco soltó a JaeJoong en ningún momento, prácticamente abrazándolo contra
su cuerpo. Ambos demasiado cerca él uno del otro, pero YunHo en ese momento
pareció no darse cuenta.
—¿Están bien?
—Si, no se preocupe.
—Lamento los inconvenientes, ya había pedido que movieran esas cajas de lugar.
YunHo como siempre fue demasiado comprensivo, JaeJoong no despegó los ojos
del rostro de Jung, todavía sorprendido por lo rápido que YunHo había actuado,
todavía sintiendo estragos de su cercanía con Jung.
—¿Estás bien?
Su susurro fue delicado hasta cierto punto, para que solo YunHo lo escuchara
mientras los empleados recogían, YunHo lo soltó y asintió, con una pequeña
sonrisa en el rostro.
—…Gracias.
—Iba a ser mi culpa, no debiste intentar tomarlo si se te dificultaba tanto.
Colocó las manos sobre las mejillas de YunHo y se estiró un poco hacía él,
besando sus labios, apenas en un contacto en el que al cerrar sus ojos, el mundo
entero dejó de moverse, por que de repente todo su cuerpo pareció despertar.
—¿Y eso?
—En agradecimiento.
Fue la única excusa que se le ocurrió, se alejó un paso y luego respiró profundo,
empezando a caminar hacía la salida del local, intentando no mirar a YunHo y
procurando que en el camino su corazón volviera al ritmo normal.
YunHo lo había tomado por el brazo. JaeJoong tenía dos opciones, seguir
caminando hasta perder a YunHo de vista o intentar seguir y dejar aquello hasta
allí. JaeJoong decidió sonreír, aun tenía que regalarle una verdadera navidad a su
jefe.
Había visto a Rain entrar al Maid, y como un vil cobarde lo primero en que había
pensado había sido en huir. Y pues… Decididamente así lo hizo, estaba en los
vestuarios, en una de las habitaciones donde estaba todo el maquillaje y por
supuesto la crema esa con la que se quitaba todo lo que llevaba sobre el rostro.
—Aquí es…
Es había sido la voz de JunSu, de ese amigo traidor, traidor por que cuando la
puerta se abrió, Rain apareció junto a él, y ChangMin impulsivamente se pegó a la
pared tras de él. Por que no quería verlo, todavía no.
Rain dio un paso dentro del lugar, JunSu le envió una pequeña mirada de alivio y
luego de eso cerró la puerta. ChangMin intentó respirar profundo. Y se sentó en el
pequeño sillón que había cerca. Rain lo imitó, pero sentándose en una de las sillas
frente a los espejos.
El silencio se apoderó del lugar, ChangMin deseó poder haber tenido tiempo de al
menor cambiarse su máscara de Mina. Poder estar frente a él como era debido,
pero cuando se levantó, Rain pareció tomar valor para empezar a hablar.
—Te voy a contar la historia de un tipo que un buen día cualquiera se encontró
con un chico muy particular.— ChangMin se sentó una vez más, mirando a Rain a
la cara. –Este chico fue muy amable con él, y él se enamoró de su sonrisa, de sus
ojos, de la forma en que le hablaba.
Rain había comenzado a jugar con un pequeño lápiz que había sobre la mesa
donde estaban un montón de accesorios.
—El tipo este no podía dejar de pensar en el chico que había conocido, lo buscó,
por mucho tiempo, luego dejó de buscarlo, por que su vida se complicó un poco.
Pero un buen día lo volvió a ver. El chico había crecido un poco más, el tipo
también había cambiado un poco. Pero el chico ya no lo recordaba, en cambio el
tipo ese, se había acordado del chico todos los días.
—Si, es muy triste. Pero el tipo no se rindió, lo había encontrado y aunque ahora
el chico se ocupaba en otras cosas un poco extrañas. Él no se alejó, lo continuó
visitando, lo continuó tratando. Continuó esperando a que algún día el chico se
acordara de él.
—¿Y lo recordó?
—No creo que cruel sea la palabra.— Rain sonrió. –Más bien diría que es muy
despistado con el resto del mundo.
—Tu y yo… ¿Nosotros?— ChangMin llevó una manos hacía su propio cuerpo,
todavía un poco incrédulo. —¿Nos conocíamos?
—…Lo siento.
Fue dicho en un tono muy bajo, fueron sus labios moviéndose solos, por que en
general a Shim Changmin no le gusta disculparse, pero en realidad había
agachado un poco la cabeza y jugado con sus manos. Por que se sentía
verdaderamente estúpido.
—En realidad no me gustan las cosas dulces.— ChangMin sonrió ante eso y
mordió un poco su labio inferior.
—Lo sospechaba.
—¿Cuál es el otro?
—¿Mmh?
Rain lo había mirado directamente a los ojos cuando había pronunciado aquello.
ChangMin se preguntó seriamente como le hacía para ser tan maduro como para
decirle que simplemente le gustaba.
Rain se levantó de su lugar, con unos paños en las manos, se arrodillo frente a él
y comenzó a limpiar su rostro, borrando todo rastro de maquillaje que pudiera
quedar, ChangMin por esos cortos segundos no se movió.
Luego fue la peluca, y cuando finalmente Shim ChangMin estuvo frente a los ojos
de Rain, el hombre sonrió. ChangMin no pudo evitar hacer lo mismo, por que tener
a Rain cerca, sonriéndole así. Le hacía pensar que todo estaba bien.
Por que cuando sintió los brazos de ChangMin sobre sus hombros, Rain pudo
afirmar que tenía un final feliz para su historia, por que el chico finalmente había
aceptado al tipo, con el que un día se chocó en una biblioteca, tanto tiempo atrás.
Y decidió hacerlo así respiró profundo y caminó por el pequeño pasillo lejos de los
clientes de regreso al café, pero cuando unas manos rodearon su cintura y el
aroma de esa colonia llegó a su nariz, se detuvo y sonrió.
—¿Qué pasó?
—No lo sé, están hablando. Espero que todo salga bien. No quiero volver a ver a
Min así de nuevo.
JunSu estuvo a punto de reír, pero solo sonrió y giró para poder ver a YooChun
quien miraba hacía la puerta con algo de desconfianza, tomó el rostro del mayor e
hizo que lo mirara.
—Óyeme bien Park YooChun, nuestro ChangMin ya no es un niño y sabe cuidarse
solito. Además de que seguramente te mata si los llegas a interrumpir. Además yo
no quiero que Yuna—chan muera antes de que su novio JunSu le pida
matrimonio.
YooChun sonrió y como un niño pequeño, cerró los ojos y estiró un poco sus
labios. Prontamente, los labios de JunSu estuvieron sobre los suyos. Y aquello fue
agradable y hasta cierta parte divertido.
—Solo te digo que si vuelvo a ver a Min así, por culpa de ese sujeto entonces
nada me va a detener de que lo muela a golpes.
—¡YooChunie!
—Lo siento, Su. Pero es en serio, si ese tipo lastima a Min, entre YunHo y yo le
destruiremos hasta el nombre y lo sabes.
—No te preocupes, YooChunie. Que yo los acompañare si eso sucede.
YooChun asintió y apoyó la quijada en el hombro de JunSu, cerró los ojos por un
momento y continuó, caminando junto a él de regreso al Maid. Deseaba y
esperaba que el camino se hiciera lo más largo posible.
…Por que estar con JunSu así, era lo mejor del día.
Esa es la conclusión a la que JaeJoong había llegado, por que él nunca se había
enamorado. Pero cuando el torbellino YunHo llegó a su vida, todo este proceso
era un descubrimiento continuó, y mientras colocaba un adorno más sobre el
árbol. No pudo evitar suspirar.
Imaginaba que no sería como conquistar a una chica pero en definitiva tenía que
haber alguna forma, la cual todavía no pensaba y mucho menos aplicaba, pero
que en algún momento aplicaría… Cuando la encontrara.
Todavía recordaba cuando entre sus planes estaba conseguir una linda novia.
De seguro a SungMin le daría un infarto cuando se lo contara, por que si, aún no
se lo ha contado y ha hablado con SungMin como tres veces en esta semana.
Pero todavía no haya el valor, por que después de todo, siente que una parte de él
ha cambiado.
Por que ahora se preocupa tanto por todos esos que ahora forman parte de su
familia en el Maid, por que ahora no puede evitar pensar que es feliz ahí, junto a
YunHo en aquel departamento. Y por que probablemente SungMin se burlaría por
lo ridículamente cursi que acababa de sonar.
—Cuestión de perspectivas.
YunHo se fingió ofendido mientras bebía un poco del chocolate en sus manos y
JaeJoong sonrió, soplando un poco el humo que salía por la taza y bebiendo el
dulce sabor que pronto calentó su cuerpo.
—Si, y lo más probable es que no me quieran dejar solo y querrán pasar a parte
del fin de año también la navidad conmigo.— YunHo bebió un poco más y luego
volvió a hablar. –No me gusta sentir que se preocupan tanto por mi, o que los
acaparo. Y la verdad no quiero hacer mal tercio entre tanta pareja que se ha
armado.
JaeJoong sonrió, y YunHo dio un largo suspiro, esta vez mirando al techo.
—Y yo ya te dije que te irás con tu familia, mueres por ir con ellos, lo sé. Lo vi en
tus ojos hoy cuando salimos de compras. Los extrañas.
—Si, pero…
—Que no.
—Que si.
JaeJoong bufó con algo de molestia y finalmente giró, para poder ver a los ojos a
Jung.
Y la verdad es que eso no solo había sorprendido a YunHo sino también al mismo
JaeJoong, pero aún así, no debilitó sus expresiones y miró decididamente a su
jefe, quien bebió un poco más de chocolate y suspiró.
—Imbécil.
JaeJoong lo miró por un momento y supo que YunHo bromeaba, así que sonrió y
por primera vez no lo golpeó o le gritó, al contrario se acomodó mejor en el mueble
y continuó viendo su hermoso árbol de navidad, el hermoso árbol de navidad de
ambos.
Por alguna razón JaeJoong no se movió, quizá por que si lo hacía entonces el
contacto de sus manos se eliminaría. Pero eso no era lo importante, lo importante
era que JaeJoong tenía una gran sonrisa en su rostro y mientras bebía un poco de
chocolate caliente.
En sus dieciocho años. JAMÁS había vivido algo tan potencialmente traumante,
en especial por que le faltaba mucho por vivir, pero en pocas palabras ChangMin
en ese momento solo veía a su disque padre adoptivo ‘YunHo’ y al chico que le
gustaba dígase ‘Rain’ ambos frente a frente de una manera que le revolvía el
estómago.
JunSu codeó a HeeChul por lo que acababa de decir, pero aún así JunSu se
permitió sonreír por el comentario fuera de lugar. Siwon arrimado en JaeJoong
miraba a los dos mayores estrechando sus manos, aparentemente acababan de
presentarse.
—¿Qué es esto?
La sonrisa en el rostro de YooChun, pero aún así con la incomodidad, los nervios
y las ganas de golpear a YunHo por ser tan sobreprotector. Justo en ese momento
el cerebro de Shim no funcionó como debía y por primera vez sin cuestionar,
aceptó algo que YooChun le ofrecía.
—…Está… Amargo.
JaeJoong giró de inmediato en cuanto un olor conocido llegó hasta sus fosas
nasales, Siwon tenía su codo apoyado sobre el hombro de él, pero aún así no
dudo en acercarse a ChangMin y quitarle de las manos la botella que tenía.
—Está nervioso.
—¡Hyung! Yo quiero…
—Ya quédate quieto, ChangMin. No debes beber. Y tú, YooChun guarda esto.
—Disimula.
YooChun rodó los ojos y se dedicó a observar hacía el interior del café. La
situación era sencilla, faltaban un par de días para navidad. Y YunHo había
decidido cerrar el café, había tomado el celular de ChangMin, gracias a la ayuda
de YooChun por supuesto y habían citado ese día a Rain a solas.
Decir que Rain se había vuelto un ídolo en el café era poco, antes de la llegada de
Jejuko, Mina era la más arisca con los clientes, por supuesto aún más con Rain.
Pero cuando de repente Mina sonreía demasiado con su llegada, los rumores
comenzaron a esparcirse.
Y por supuesto también contaba el hecho de que cada vez que Rain llegaba, Mina
se sentaba un rato a conversar. Y que al despedirse, Rain siempre lograba darle
un beso en la frente o en la mejilla. Sin contar con que a veces cuando Rain no iba
al café, casualmente Mina tampoco llegaba a trabajar.
Así que de algún modo era oficial, Rain había conquistado a una de las chicas del
Maid, nadie sabía como, pero había sucedido y se había convertido en un ídolo. Y
oficialmente también, YunHo había mirado seriamente un día a Rain y al día
siguiente el Maid no había abierto.
Rain los miró y todos se quedaron estáticos, y como pudieron giraron, fingiendo
que no les estaban prestando atención. Aunque sinceramente fueron
exageradamente obvios. Sin contar con el hecho de que en ese momento no
habían disfraces, es decir únicamente habían chicos tras ese mesón.
—Alguien debería ir y meterse en la conversación.
—O en otras palabras ofrecerles algo de beber o lo que sea. Para que escuche un
poco de la conversación y nos diga.
—¡Exacto!
ChangMin jaló de sus mejillas y se apoyó sobre él, JaeJoong le quitó la botella
casi vacía de las manos y rodó los ojos ante la sonrisa torpe de ChangMin.
—¡Es tú responsabilidad!
—Pero…
—¿Donde?
—JaeJoong por favor, todos sabemos perfectamente que eres él único al que
YunHo no botará desconsideradamente por chismoso. ¡Así que ve!
—Pero yo no…
HeeChul lo comenzó a empujar para que se les acercara, pero antes decidió ver
una última vez a ChangMin. Quien le hablaba a YooChun muy cerca del oído,
mientras JunSu tapaba su boca para evitar reír demasiado fuerte.
—¿Qué, Min?
—¿Sabes que canción me encanta?— HeeChul giró para poder ver a ChangMin
mientras sentados en el suelo, hablaba con JunSu mientras ChangMin casi
ahorcaba a YooChun. —¡Like a G6! Amo esa canción, es lo máximo.
De repente los tres muchacho en la mesa se levantaron, esta vez con una sonrisa
en el rostro.
Rain educadamente los saludó a cada uno, pero notó especialmente que
ChangMin se mantenía tras YooChun, y ni siquiera lo miraba quiso suponer que
era por que se sentía avergonzado por la cita que YunHo le había pedido.
—Ha sido un gusto conocerlos, espero que podamos reunirnos en otra ocasión.—
Rain miró su reloj y suspiró. –Lo lamento me tengo que ir, tengo que dictar clases
en la Universidad en menos de media hora y ya se me hace tarde.
Rain intentó buscar con la mirada, la mirada de ChangMin. Pero el menor en ese
momento parecía muy entretenido con… ¿Una mosca? Rain se mostró
visiblemente confundido y YooChun empezó a sonreír nervioso. YunHo arrugó el
entrecejo.
—Fue un gusto haberte conocido, no olvides lo que te dije.— YunHo, como líder
de la situación le ofreció una vez más su mano a Rain y sonrió. –Espero que no
llegues tarde por nuestra culpa. Solo queríamos conocer a la persona especial de
nuestro Min.
Rain continuó observando la extraña actitud de ChangMin pero aún así camino
hacía él y YooChun retrocedió, agarrando a ChangMin por las caderas, YooChun
intentó mirar a Rain y fingir que nada pasaba. Mientras intentaba ocultarlo con su
cuerpo.
—¡Hey!— Changmin pareció tropezar con sus pies por el movimiento de YooChun
pero afortunadamente no cayó. Sin embargo, si levantó la mirada y observó al
mayor. —¡Rain!— Y con una fuerza asombrosa empujó a YooChun y se lanzó
contra Rain para abrazarlo.
—¡Perfectamente!
ChangMin asintió con una sonrisa tierna, como de un niño de cinco años.
Rain sonrió y besó la frente del menor mientras ChangMin agitaba su mano en
señal de despedida. —¡Rain! Puedes llamarme lo que tú quieras, el tiempo que
quieras, cuando quieras. ¡Te amo!
JaeJoong llevó una mano a su propia frente en cuanto ChangMin hubiera gritado
aquello, paso la mano por todo su rostro, pena ajena era lo que sentía. Cabe decir
que Rain incluso tropezó un poco y miró nervioso al interior del café antes de
asentir una última vez y terminar de marcharse.
—¡YooChun!
ChangMin señalaba la puerta por la que Rain acababa de salir y en un paso que
dio, pues sencillamente cayó al suelo. Hubo unos segundos de silencio, luego de
los cual, HeeChul giró hacia YunHo como si nada y habló.
—Nada demasiado importante, solo quería conocerlo un poco mejor. Saber que
clase de tipo era y por supuesto amenazarlo de muerte por si se atrevía a hacerle
daño a ChangMin.
YooChun hizo un amago de sonrisa, y JunSu por fin pudo reír abiertamente.
Seúl, Corea.
Seulgi tocó lentamente una de las teclas del piano, dentro de aquel estudio donde
tantas veces YunHo se sentó a cantarle cualquier canción, donde ella se apoyaba
un poco en el instrumento musical y observa su perfil concentrado.
Observaba su rostro e inevitablemente sonreía, por que YunHo era tan apuesto,
tan carismático, tan lindo. Por que YunHo la hacía olvidarse por un momento de
todas las banalidades a las que estaba acostumbrada y se perdía en él.
Algunas personas todavía quieren llenar este mundo, de tontas canciones de amor
Y esa canción resonaba en su canción, todavía como si apenas hubiera sido ayer,
cuando su voz suave sonaba lentamente, con una sonrisa bailando en esos labios.
Y por un momento Seulgi se volvió a preguntar.
Pero solo se que cuando estoy enamorado, nada de lo que haga me parece tonto.
Luego vino su recuerdo, de que aquel con el cual se escapó fue su huída de esa
rutina, de aquellos días en los que tener a YunHo tan seguro a su brazo se le hizo
aburrido, en que llamarlo, verlo se le hizo tan tedioso.
Y aún no estaba muy segura de si podía mantener una relación seria. Aún no
estaba segura de querer vivir con alguien hasta la eternidad. Por que
esencialmente Bae Seulgi no creía en la eternidad.
Amaba su soltería, amaba las atenciones que YunHo le prestaba. Y no sabía por
cual decidirse.
Una vez alguien le dijo que cuando se nos hace difícil elegir entre dos, es por que
en realidad, no necesitamos ni queremos suficiente ninguno de los dos. ¿Le
estaría pasando eso con Jung?
Akihabara, Japón.
—Uh~
YunHo incluso rió bajito ante el rostro de indignación que puso JaeJoong cuando
escucho ese ‘Uh~’ por parte de todos sus amigos.
—Bueno, como sea. Se nos va el avión, así que es mejor que nos vayamos.
JaeJoong agarró su única maleta y la puso sobre su espalda, ajustó el gorro sobre
su cabeza y respiró profundo. YunHo abrazó a cada uno de sus amigos una vez
más y JaeJoong contempló el reloj por enésima vez.
—Si, YunHo. Apresúrate que JaeJoong muere por presentarte ante sus padres.
Y esta vez fue YooChun quien se ganó la mirada asesina por parte de Kim. Todos
rieron efusivamente y en esta ocasión YunHo si le dio un pequeño manotón a su
mejor amigo, quien estalló en carcajadas.
—¡Bueno!— ChangMin estiró un poco su cuerpo, mientras veían a YunHo y
JaeJoong alejarse por el pasillo. –Ya que mi Niisan no va a pasar la navidad aquí,
puedo aprovechar mi tiempo en otras cosas.
YooChun sonrió.
—Ah~ Ya te veo, con que desde el principio querías montarte la escapada con
Rain. ¿No?
—Paga Min.
Y la sorpresa de esa mañana fue JunSu, quien se había acercado al menor del
grupo estirando su mano derecha. –Esta bien, lo vale. Su cara fue el mejor regalo
del día.— ChangMin gustoso depositó un par de billetes sobre la mano de Kim.
—¡JunSu!
La apuesta había sido sencilla. Era obvio que YooChun se paralizaría con un
ChangMin aceptando descaradamente que pensaba escaparse en Navidad con
Rain. Así que refunfuñando, YooChun caminó junto a JunSu y los demás fuera del
aeropuerto.
Y YunHo parecía no querer seguir la conversación ahí, por que había comenzado
a caminar hacía la derecha, seguramente donde sus asientos se encontraban, vio
el largo pasillo que empezarían a recorrer y sin pensarlo sostuvo el brazo de
YunHo.
—¿Jae? ¿Qué sucede?
—La verdad es que no me gusta subirme en los aviones, y para hacerlo siempre
debo tener cierto grado de alcohol en la sangre.— YunHo sonrió y se giró por
completo hacía él, sintiendo aún la cálida mano de JaeJoong sobre su brazo. –No
entiendo como me pude olvidar de eso y de paso yo no…
Si, queridos lectores, tan simple como eso. Acercó sus labios a los de JaeJoong y
lo besó como si fuera tan solo una costumbre, como si aquel contacto
simplemente fuera una palmadita en la espalda.
JaeJoong escuchó la puerta del avión empezar a cerrarse y entonces cerró los
ojos y tomó por el rostro a YunHo, por que sabía que en cualquier momento
aparecería la azafata pidiéndoles que se sentaran.
Cuando la voz del piloto anunciando que despegarían en unos minutos llegó a sus
oídos, YunHo se alejó, con una pequeña sonrisa en el rostro. Que logró que
JaeJoong por un momento se estancara en sus emociones, y que por su puesto
no supiera exactamente que hacer o sentir.
—Muérdago.— YunHo señaló hacía arriba, justo encima de ellos. JaeJoong de
pronto recordó que era navidad y entonces comenzó a recuperar el aliento. –
Además así espero que se te pasen los nervios y tengas otras cosas en que
pensar.
—…Idiota.
Aprovechó que su lugar era junto a la ventana y golpeó con su bolso a Jung quien
solamente se quejó un poco y amplió su sonrisa, las azafatas comenzaron a llenar
los pasillos vigilando que todos estuvieran bien y JaeJoong solo suspiró.
Miró la pista y vio su reflejo en la ventana, miró sus propios labios algo rojos por el
reciente contacto y sonrió. El reflejo de YunHo también se colaba un poco entre el
vidrio. Vio su perfil mientras parecía leer un libro y amplió un poco más su sonrisa.
—Oh, si claro.
Asintió ante las palabras de la joven rubia e hizo lo que le pidió, miró a YunHo de
reojo y notó que el ya tenía el cinturón puesto. Un suspiro más y pensó que
últimamente sus besos se estaban haciendo muy seguidos.
—Y bueno, pensé que sería bueno que si era nuestra primera navidad juntos.
Hacer la cena navideña sería casi una obligación.
JunSu lo miró por un momento, pero luego rodó los ojos, buscando otra vez la
mano del menor y entrelazando sus dedos en el proceso.
—¿Pizza?
JunSu rió y asintió al notar que YooChun había leído sus pensamientos. Se aceró
un poco a él y casi de inmediato sintió los labios de YooChun sobre su cabello.
Susurrando un corto ‘Me encanta la navidad’
JunSu se arrimó un poco más a él, cerró los ojos y por unos segundos dejó que
YooChun fuera sus ojos y lo guiara.
Frotó un poco sus manos y con un pequeño bostezo en los labios se dio cuenta de
que estaba en la hora correcta pero aún así, sentía que hace mucho que no veía a
su amigo y lo extrañaba un montón. La silueta de JaeJoong a lo lejos y SungMin
por fin se permitió sonreír.
—¡Jae!
Agitó su brazo para que el muchacho lo divisara y amplió aún más su sonrisa
cuando ya lo vio relativamente cerca, corrió a abrazarlo y agitó sus cabellos.
—¡Te extrañe!
—¿En serio? ¡Dios, se acaba el mundo! ¡Kim JaeJoong ha aceptado que extraña
o que siente algo por alguien!
JaeJoong rodó los ojos y carraspeó un poco cuando vio a YunHo con una gran
sonrisa en el rostro, SungMin pareció notarlo y asintió un poco a modo de saludo.
—Mucho gusto.
—Igualmente.
—Huele delicioso~
Siwon abrazó por la espalda a HeeChul quien terminaba de cortar unas cuantas
verduras sobre la tabla de la cocina, y mientras lo depositaba en un pequeño
tazón, Siwon no se separaba del mayor, depositando cortos besos sobre su
hombro de vez en cuando.
El sonido del microondas y Siwon prácticamente corrió para poder sacar el canguil
caliente recién hecho, el olor a mantequilla derretida inundó por un momento la
cocina y HeeChul sonrió ante esa inusitada felicidad en Choi.
HeeChul caminó hasta la pequeña sala y se lanzó sobre uno de los sillones,
subiendo su pierna y encendiendo el televisor. Siwon ni siquiera demoró en
sentarse a su lado con el tazón sobre su estómago y colocando un brazo sobre los
hombros de Kim.
—…Cambiando de canal.
Cuando YunHo bajó del auto SungMin, JaeJoong dio un largo suspiró, ajusto el
bolso sobre su espalda y observó su casa no demasiado grande pero si lo
suficiente para la gente que habitaba y por supuesto la hermosa decoración
llamaba mucho la atención.
—¿Verdad que si? Yo siempre le he dicho a Jae que tiene toda la suerte del
mundo por vivir entre tantas mujeres, así no tiene que hacer mucho que hacer y
de paso siempre tiene linda su casa.
JaeJoong forzó una sonrisa en sus labios. Recordó la aversión de YunHo por las
chicas. Y levantó un poco su pulgar. Pero antes de que pudieran dirigirse la
palabra una vez más, SungMin tocó el timbre.
—Bienvenidos~
Por un preciso instante YunHo se sintió como ingresando a su propio Maid, solo
que con demasiadas chicas. Sus ojos se agrandaron y JaeJoong pasó una mano
por su rostro, ligeramente avergonzado por esa bienvenida.
La mayor de todas esas bellas mujeres empezaba a bajar las escaleras con un
andar elegante y una hermosa sonrisa en los labios. YunHo decidió contarlas en
total eran nueve. ¡Nueve! Miró a JaeJoong una vez más.
La que bajaba las escaleras, cual Reina de Inglaterra seguramente era su mamá.
Sonrió y decidió pensar positivo. Como que por ejemplo, seguramente esta noche
si o si pedía la aversión por las chicas, esa aversión que tan celosamente había
mantenido por tanto tiempo.
—¡Mamá!
No estuvo muy seguro de cómo había continuado esa pelea entre madre e hijo,
pero la hermosa mujer de cabello castaño se acercó y extendió su mano hacía él,
por lo asociando actitudes YunHo decidió tomar su mano y besar el dorso de su
mano.
—¿Dijo Joongie?
YunHo rió un poco y JaeJoong rompió el contacto que había entre ellos,
colocándose en el centro y alejando un poco a YunHo.
A pesar de que Jung le hubiera hablado muy cerca del oído, JaeJoong lo golpeó
más duro de lo normal en el brazo y aunque YunHo se quejó, Kim solo rodó los
ojos. Sin notar que tenía su brazo entrelazado al de YunHo.
—Como sea, compórtense y que quede claro que no se le pueden acercar con
segundas intenciones.
JaeJoong juntó sus cejas confundido, y cuando vio a SungMin señalar hacía su
brazo, JaeJoong siguió el camino de esa mirada, y cuando vio su brazo rodeando
el de YunHo, se alejó de inmediato mirando hacía otro lado y rascando su nuca.
SungMin asintió y jaló a JaeJoong del buzo hacía el pequeño patio de la casa,
mientras claro Kim prácticamente se deshacía viendo hacía donde YunHo y sus
hermanas se dirigían.
…
Teah sonrió consternada mientras veía a su hijo colocarse el abrigo y luego esa
bufanda que parecía encantarle tanto, por que últimamente era la única que
usaba. ChangMin sonrió una vez más y besó la frente de la mujer.
—No te preocupes, no es tan tarde. Además solo voy a visitar a un amigo que va a
pasar solo la navidad. Prometo regresar temprano, dile a padre que no se vaya a
preocupar de más.
Pero Changmin sabía que no era el momento aún para decirles que iría a pasar lo
que quedaba de la noche buena con Rain, y aún menos cuando Rain tenía ahora
un nuevo significado en su vida. Lo mejor sería que tomaran las cosas al tiempo.
Caminó una cuadra y justo cuando giró encontró a Rain apoyado en un auto
negro.
—No… Claro, solo quiere decir que eres un gran deportista que prefiere caminar
que conducir.
ChangMin sonrió ante aquello pero aún así, no dudo en juntar sus labios con los
del mayor. Luego analizó su situación y pensó que estaba viviendo una historia
demasiado cliché que si mal no recordaba había visto en una serie hace poco y
sobre la cual había jurado nunca, jamás vivir una situación así.
Pero ahí estaba él, siendo castigado por sus propias palabras, besando a Rain,
quien tenía varios años más que él, escapándose de su casa, omitiendo verdades
que sus padres suponían y subiéndose al carro de Rain con destino a su
departamento.
—¿Cenaste?
—Más o menos.
Rain hizo algo que no había hecho antes y entrelazó sus manos, el corazón de
ChangMin por unos segundos se agitó y ChangMin sonrió para disimular aquello.
—¿Cocinas?
—De seguro eres de los que dice que no es bueno para algo, y al final termina
siendo perfecto en todo.
—Sinceramente… Si.
Rain abrió la puerta del auto y ChangMin rodó los ojos, se sentó y respiró
profundo. No estaba seguro de lo que estaba haciendo, es decir si, quería estar
con Rain. Pero al mismo tiempo temía.
Por que era la primera vez que salía con alguien y seguramente Rain contaba con
la experiencia que él carecía. Estaba nervioso y era un asco sentirse así.
SungMin le ofreció una lata con cerveza y JaeJoong notó que estaba demasiado
callado.
Aún así, JaeJoong abrió la lata y bebió un poco mientras miraba hacía el pequeño
árbol que había en el patio de su casa. Se sentó en el pequeño escalón que lo
separaba del césped, pero SungMin prefirió permanecer parado.
—¿Te gusta, verdad?
¿Por qué a SungMin se le hacía tan fácil ver lo que a él le tomo meses?
—Nunca había visto tus ojos mirar a alguien de la manera en que ves a YunHo.
—SungMin…
—Por mi no hay problema, Jae. Si tú eres feliz yo soy feliz también. Somos
amigos, y serlo implica que te comprendo y te apoyo, infinitamente.
—¿No te molesta?
—Cada vez que hablábamos por teléfono, lo mencionabas, ya sea para quejarte
de él o contarme cualquier cosa. Siempre hablabas de él, de lo mucho que te
fastidiaba o de la manera en que habías aprendido a admirarlo.
SungMin le dio un sorba a su cerveza y JaeJoong suspiró.
—¿Qué sucede?
—Es que todo suena muy bonito, pero eso no implica que… Bueno ya sabes…
—¿Primera fase?
JaeJoong mordió su labio inferior y giró hacia el interior de su casa donde sus
hermanas rodeaban a YunHo enseñándole un montón de fotos que por la sonrisa
de Jung probablemente eran suyas de cuando era pequeño.
—Tranquilo, Jae…— SungMin se apoyó un poco sobre su hombro y miró hacía el
mismo lugar, con una sonrisa en sus labios. –Él te mira de la misma forma.
YooChun jugó con los platos en sus manos y los colocó graciosamente sobre la
mesa frente al televisor. JunSu sonrió en cuanto lo vio susurrar una canción de
navidad mientras YooChun lo miraba y bailaba colocando todos los utensilios
sobre la pequeña mesa.
Hubo un corto momento en el que Park se acercó, lo suficiente como para poder
robarle un corto beso de los labios y luego volver a lo suyo, JunSu amplió su
sonrisa y tarareo levemente la canción.
YooChun asintió y le extendió una pequeña servilleta a Kim, quien no podía borrar
esa sonrisa de su rostro. El leve ambiente caliente por la calefacción y el aroma de
la pizza inundaban el lugar mientras afuera empezaba a nevar una vez más.
—No sé lo que quiero pedir en realidad. Quisiera pedir que el mundo se volviera
un poco mejor, y que comprendamos que todos los días pueden ser navidad, que
no es necesaria una fecha para ser mejores personas, no necesitamos una fecha
para ayudar, pero al mismo tiempo quiero pedir estar así, contigo por siempre.
¿Es… Egoísta?
—Tú pide por un mundo mejor, y esta navidad yo pediré por los dos.
YooChun le quitó la copa de las manos a JunSu y junto con la suya, las colocó
sobre la pequeña mesa, tomó el rostro de JunSu con algo de suavidad y comenzó
a besarlo, con la misma lentitud de saber que no hay nada más allá fuera que
ambos.
—Feliz navidad.
HeeChul levantó un poco la gran bandeja que tenía en sus manos y Siwon hizo lo
mismo con unos pequeños recipientes que sostenía también.
JunSu rió un poco, pero aún así ayudó a Siwon con las pequeñas bandejas que
llevaban y entraron al departamento con una pequeña sonrisa en el rostro.
—Si huele delicioso quiere decir que Siwon no metió mano ahí.
YooChun estaba a punto de robar un pedazo del Pavo que le habían traído pero el
golpe en la cabeza lo hizo detenerse, Siwon le sonrió irónicamente y se cruzo de
brazos.
—Nos vamos.
—¿Tan pronto?
HeeChul les brindó un leve abrazo a ambos y lo mismo Siwon. Cuando ambos
volvieron a cruzar el umbral de la puerta, YooChun entrelazó su mano con la de
JunSu mientras cerraba la puerta.
Rain dejó las llaves sobre la mesita de entrada y ChangMin asintió con una
sonrisa en los labios, caminó hacía el gran librero que había y sus ojos brillaron al
notar un montón de libros que le hubiera gustado comprar.
Luego recorrió el gran ventanal que había y observó iluminada Akihabara de esa
noche, a pesar de la nieve, tras ese vidrio la ciudad se veía realmente bien, como
un gran paisaje. ChangMin respiró hondo y cuando vio la imagen del mayor
acercarse por el reflejo, entonces giró.
Cuando Rain escondió la copa tras su cuerpo, hasta esperar una respuesta,
ChangMin rodó los ojos y se la quitó de las manos. Oliendo el delicioso contenido
y caminando hacia los sillones negros que había en la pequeña sala.
—¿Y eso?
—Estoy nervioso.
Dos segundos después ChangMin se dio cuenta de que no debió haber dicho eso,
por eso cuando miró a Rain con algo parecido a la consternación, el mayor rió
abiertamente frente a Shim quien solo quería hundir la cabeza en cualquier lugar
donde Rain no lo pudiera ver.
ChangMin entonces sintió su pulso acelerado, por que estaba en navidad, con el
olor de una cena deliciosa en el ambiente, a solas con Rain en su departamento,
nevando y con una vista perfecta desde donde se encontraba, con un poco de
vino en sus labios.
Rain acercó sus rostros, ChangMin por un momento cerró los ojos y pegó la
barbilla a su pecho, como si en realidad no supiera que hacer, el problema era que
en realidad en ese momento pensaba demasiado.
—¿Me amas?
La voz baja y susurrante de Rain llegó a sus oídos de una manera casi
embriagante y envolvente. Cuando Shim abrió los ojos Rain estaba tan cerca a su
rostro que por apenas un centímetro y sus labios se rozaban.
ChangMin mordió su labio inferior y lo miró a los ojos, por que ahora que lo notaba
él se encontraba semi apoyado en el brazo del mueble y Rain con un brazo en el
respalda, se encontraba casi sobre él.
No pudo verlo en ese momento, pero cuando pronunció aquellas dos letras,
aunque fuera con una voz algo débil, la sonrisa de Rain en ese momento fue
totalmente dulce, como si hubiera esperado por esa respuesta demasiado tiempo.
Entonces, si. Estuvo casi recostado sobre el sillón con el sabor a vino entre sus
labios y con Rain demasiado cercano a su cuerpo, jugando con el cabello del
mayor, y sintiendo una mano de Rain en su cuello y la otra en su espalda.
—¿Qué sucede?
—Estas nervioso.
—Min… Yo no te traje aquí para que estuviéramos juntos, menos aún si tú sientes
que todo esta yendo demasiado pronto o algo así. Yo quise que vineras por que
quería que pasáramos la navidad juntos. Yo jamás, óyeme bien, jamás te obligaría
a algo que no quisieras.
Oh, santa suerte que nunca estaba de su lado. Rain lo abrazó y ChangMin suspiró
entre sus brazos. Se suponía que debería tener experiencia, es decir tiene
dieciocho en plena etapa hormonal, debería tener experiencia. Por un momento
pensó que YooChun tenía razón cuando le decía que era un mocoso.
—¿Todo bien?
—Si, no te preocupes.
Rain le dio un corto beso y se levantó, estirando una vez más su mano hacía él,
ChangMin entrelazó sus manos y Rain lo comenzó a guiar hacía la cocina.
—…Eh… Si.
—No se por que de pronto me has dejado de hablar, pero es época de paz, amor
y de perdonar a los estúpidos de tus amigos.
MinHo bajó el regalo y cuando los ojos de TaeMin se cruzaron con los de su mejor
amigo, fue casi inevitable no sonreír al ver la cara de niño arrepentido por alguna
travesura que Choi llevaba en ese momento.
Cuando MinHo estuvo a punto de dar un paso hacía él, TaeMin optó por
enderezarse y mirar fijamente a los ojos del mayor.
—Solo responde.
—…Pues si.
—Adiós.
Ni siquiera lo dudó, cerró la puerta frente a los ojos sorprendidos de MinHo y por
unos segundos se apoyó en la puerta, cerrando los ojos y pidiéndole a su corazón
que por favor dejara de latir tan rápido cada vez que lo veía.
Abrió la puerta una vez más, con un gesto resignado en el rostro, algo, que
probablemente Choi no notó. Le regaló una pequeña sonrisa a su mejor amigo y
MinHo se lanzó a sus brazos con una radiante sonrisa antes de abrazarlo.
—¡MinHo!
Escuchó la voz de su madre desde la sala y por supuesto su amigo giró con una
sonrisa hacía donde el resto de la familia Lee se encontraba, tomó el regalo entre
sus manos y únicamente lo vio acercarse a sus padres a saludar como cada año
en navidad.
—Señores ¿Pueden creer que su hijo casi me deja afuera con este clima que hay?
—En serio que Tae se pasa de malo con alguien tan lindo como tú.
—¿Y? Supongo que este año también te nos llevas a Tae para fin de año.
—Por supuesto señor, no hay mejor celebraron para fin de año que en Infinity, la
pasaremos muy bien y le prometo que Tae regresa sano y salvo.
Así que mientras MinHo sociabilizaba con sus padres, TaeMin optó por mejor abrir
su regalo y sacar la pequeña cadena que recitaba ‘Best friends’ y aunque era
verdaderamente llamativa, no le importó, aunque por un momento llegó a
fastidiarle el hecho de que a pesar de sus años de amistad, MinHo no se diera
cuenta.
Dejó el paquete del regalo sobre las escaleras y se colocó la cadena con cuidado,
con un suspiro y una pequeña sonrisa en los labios, cerró la puerta y mientras
caminaba de regreso a la sala pudo escuchar la risa fresca de MinHo.
—¡Lindísimo, YunHo! Tienes que haberlo visto, es más creo que hay fotos.
—¡Ok, basta!
JaeJoong se levantó del sillón y miró a todas sus hermanas y madre con odio mal
disimulado, SungMin ya se había marchado a pasar la navidad con su familia hace
rato y por tanto eran todos contra él, incluyendo a YunHo por supuesto.
Hubo un denso silencio en el que solo YunHo tuvo el valor para no soportar más la
risa, tapar su boca y empezar a reír bajamente pero cuando JaeJoong rodó los
ojos la risa de todos los presentes fue audible y JaeJoong bufó con fuerza
volviendo a sentarse.
—Aww~
Traer a YunHo no había sido tan buena idea. Es decir, prácticamente lo ignoraba
por estar concentrado en sus hermanas y su madre. Y eso eso hasta cierto puno
era desesperante/tenebroso.
—Ni se les ocurra salir, su estado social con YunHo terminó aquí.
Y a pesar de que vio la sonrisa cómplice de su madre y sus hermanas prefirió no
decir nada mientras ellas se levantaban y alegaban que no importaba, después de
todo ya empezaba a ser tarde y necesitaban su sueño de belleza.
Luego de esas palabras, YunHo por fin termino con la llamada y guardó el celular
en su bolsillo, Jaejoong le extendió uno de los jarros y la expresión de YunHo
cambió por la de una persona llena de satisfacción en ese momento.
—La verdad es que tu familia está tan loca como tú, pero… Son una familia, que
se quiere, no importa que. Supongo que extrañaba eso, sentirme así, parte de
algo o de alguien. No quiero decir con esto que con los muchachos no me sienta
igual, pero…
JaeJoong sonrió y bebió un poco del chocolate que tenía, YunHo se sentó en el
pequeño escalón que había, perdiendo la mirada entre el pequeño césped y las
pocas rosas que habían agrupadas en unas esquina del lugar. JaeJoong hizo lo
mismo, manteniendo una corta distancia entre ambos.
Por eso, aunque le costó reunir un poco de valor, esperando que YunHo no dijera
algo, en medio de ese agradable silencio. JaeJoong optó por apoyar lentamente
su cabeza sobre el hombro derecho de YunHo.
Desde el balcón en el departamento de YooChun con una pequeña copa con vino
en la mano, así de simple JunSu observaba la hermosa imagen frente a sus ojos.
Pudo escuchar los pasos de YooChun y ni siquiera se inmutó cuando sintió sus
brazos rodeándolo por completo.
La quijada del mayor estuvo encima de su hombro, sus rostros juntos y JunSu
cerró los ojos para poder guardar en sus recuerdos aquel maravilloso momento.
Por eso, cuando el sonido de las campanadas llegó hasta él, HeeChul se tomó la
molestia de levantar un poco la cabeza y sonreír. El aire de la noche, más la poca
nieve que caía, mientras se deslizaban por las calles de Akihabara lograron que
HeeChul emitiera un pequeño suspiro.
El cabeza de la familia Lee fue el que hizo explotar las pequeñas serpentinas,
todos aplaudieron con una sonrisa en el rostro, MinHo rió cuando vio a la mamá
de TaeMin sonrojarse cuando su esposo le robó un beso.
Y se colgó del cuello del menor, con una sonrisa en el rostro y desestabilizando la
etérea imagen que por un momento TaeMin había estado proyectando, TaeMin
murmuró algo que no escuchó bien, pero supuso que eran sus felicidades
también.
—Feliz navidad…
ChangMin suspiró y decidió hacer lo que desde un principio había querido hacer,
tomó sus platos y los movió exactamente al asiento junto a Rain, volvió a colocar
las servilleta sobre sus piernas y sonrió abiertamente ante a Rain.
En medio de esa cercanía Rain se acercó besó sus labios una vez más y
ChangMin cerró los ojos, sintiendo entre besos como a medias le pronunciaba un
‘Te amo’ y alegrándose por no dejar de sentir extremadamente bien con cada
segundo que pasaba a su lado.
…
YunHo dejó el pequeño jarrón a un lado, una vez hubiera terminado.
Con ese razonamiento pensó en que no habría nada de malo en confesarle lo que
sentía, que sería fácil y no le costaría nada, en este momento lo sentía demasiado
fácil, pero tal vez era fácil por que YunHo no lo estaba mirando a los ojos.
—Cuando iba a casarme creí que la amaba más que a mi mismo, todo era tan…
Perfecto. Nos llevábamos de una manera tan única, nunca me había llevado de
esa manera con alguien, tan confidencialmente, tan bien. Dios… La amaba de
verdad.
—Después intenté alejar las relaciones por completo de mi, en un principio pensé
que estaría bien quedarme solo para siempre, luego de un tiempo me dije a mi
mismo que no, que era mejor darme un poco más de tiempo y entonces tal vez lo
intentaría. Y de repente un día me levanto con la firme idea de que ese momento
llegó.
JaeJoong agachó un poco la cabeza y respiró profundo, por que esa conversación
estaba tomando un rumbo desconocido, y de pronto toda esa fuerza con la que
había contado desde el comienzo ya no estaba presente.
—Yo…
Pero ya no quería dar más vueltas entre sus sentimientos y los que YunHo podía
sentir, por que JaeJoong a pesar de todo lo que puede llegar a ser, siempre a sido
en extremo confiado y sincero, por que él puede expresar lo que siente y no
temerle a sus palabras.
—YunHo tu me gustas, no, es mas que eso, te quiero, mas allá de lo que mi
cerebro puede procesar, de lo que tu estúpido cerebro pueda entender y de lo que
a mi gustaría aceptar, pero es así, y si me preguntas no quiero cambiar. Es así,
me gustas, te quiero y posiblemente…
Y parece que toda su valentía tuvo un corto tiempo de vida, por que de pronto las
palabras murieron en su garganta y le costó incluso respirar profundo, agachó un
poco la cabeza y mientras veía su mano apoyada en el pequeño escalón en el que
se encontraban sentados, vio también como la mano de YunHo se deslizaba hacía
la suya con lentitud. Hasta posarla justo encima de la suya.
—Te amo, Jaejoong.— Para ese momento, ya no hablaba, levantó la mirada y vio
el rostro sonriente de YunHo. —¿Por qué siempre te tienes que adelantarte a mis
palabras?— Una de las manos de YunHo estuvo sobre su mejilla y él se tuvo que
quedar mudo. –Estaba a punto de decírtelo.
Ocurrió tan lentamente como la primera vez, YunHo fue el que se acercó, el que
unió sus labios y JaeJoong en esta ocasión cerró los ojos, complementándose
ambos en un solo beso, el primero beso entre ambos que realmente contaba.
Pero JaeJoong se alejo un rato, mordiendo su labio inferior y con las manos sobre
el pecho de YunHo.
—¿Es en serio?
—Pero…
Y con una sonrisa divertida en los labios, YunHo se volvió acercar, esta vez
poniendo una mano en su cuello y acercándolo para que pudieran estar
verdaderamente cerca, los suspiros de JaeJoong lograban inundar el alma de
YunHo en ese momento y cuando el aire fue necesario y se alejaron, YunHo le dio
un corto beso sobre los labios antes de alejarse verdad.
JaeJoong en ese momento le dio un pequeño golpe, en el pecho y arrugó el
entrecejo y YunHo no comprendió.
YunHo rió ante esas palabras y el puchero que JaeJoong hizo en ese momento.
Fue inevitable no tener esa necesidad de tenerlo entre sus brazos y abrazarlo con
fuerza, así que mientras tenía a JaeJoong abrazado, bajo el nivel de su voz y
susurro muy lenta y sensualmente.
Sabía lo difícil que se le haría a Kim pronunciar esas palabras, por eso lo alejó un
poco y besó sus labios una vez más. Aún demasiado nerviosos como para
comprender lo que acababa de suceder, prefirieron continuar abrazados un rato
más.
YunHo besó el cabello de JaeJoong y luego se apoyó ligeramente a él, sintió la
mano de JaeJoong buscando la suya, sintió como entrelazaba sus dedos con
suavidad y se quedaba así por un largo rato.
—¡Minnie!
ChangMin gritó con fuerza, un poco rojo, pero en realidad aquel tono en su rostro
era más por el grito que por cualquier otra cosa, JunSu rió bajito y YooChun sonrió
ampliamente.
—…¿Qué hacen?
La voz de Siwon mientras sacudía sus cabellos con el casco de la moto en las
manos, sorprendió a los tres, quienes giraron hacía ellos, mientras HeeChul
permanecía aún sentado en la moto.
HeeChul esta vez rió, aún más cuando vio la mueca que Siwon puso al escuchar
la respuesta improvisada de YooChun y el grito por parte de ChangMin.
—Y esto solo me hace pensar que no debí haber preguntado.
—Para que veas, mal que bien, ellos de alguna manera nos enseñan algo muy
importante…— HeeChul abrazó por la espalda a Siwon y sonrió. –Nunca
preguntes nada.
—¿JunSu puedes sacar tus manos infectadas del virus MonoChun y dejarme ver?
Es incomodo sentirme como un ciego.
La voz burlona de YooChun hizo que ChangMin arrugara el entrecejo, por lo que
apenas JunSu estuvo con los pies en el suelo. ChangMin no dudó en perseguirlo
para poder golpearlo, y ante la distancia. ChangMin únicamente se quitó uno de
sus zapatos y se lo lanzó al mayor sin reparo.
YooChun sobaba un poco su cabeza mientras sus amigos reían con fuerza,
ChangMin únicamente caminó lo más dignamente que podía faltándole un zapato
hasta que llegó a la puerta y se colocó el zapato sentado en una de las pequeñas
escaleras.
—Tienes unas manos extrañas.
—Pero es la verdad.
ChangMin sonrió en cuanto escuchó las voces de YunHo y JaeJoong dentro del
café. Abrió la puerta con sus amigos detrás suyo y cuando notó a los dos tras el
mesón sentados demasiado cerca, con YunHo sosteniendo las manos de
JaeJoong, mirando con atención sus manos juntas.
—No me refiero a eso JaeJoong, me refería a que no son nada especial… Pero
aún así me gusta sentir tu mano tomando la mía. Se siente bien, como si me
dieras la fuerza que me falta.
Contrario a los que todos esperaban, dícese de un golpe en cualquier parte del
cuerpo del pobre YunHo, JaeJoong únicamente sonrió y miró al igual que YunHo
lo bien que se veían sus manos unidas. Reforzando la unión en ellas.
—Entonces no.
—Oh, ya llegaron.
Y todos por supuesto que notaron que YunHo no lo decía con mucho entusiasmo,
pero no hasta el punto de sonar desagradable.
—Ah, que lindo YunHo. Me encanta saber que mi mejor amigo no me extraño ni
un poquito.
JaeJoong negó levemente, y sin darse cuenta ambos soltaron sus manos
discretamente. YunHo se levantó para abrazar a Park y saludarlo como es debido.
ChangMin sin embargo se colocó frente a un sonriente JaeJoong, se cruzó de
brazos y lo miró fijamente.
—¿Qué cosa?
—Es muy bonita, es rubia, ojos azules. Creo que es extranjera o algo así, dijo que
se había enamorado de ti a primera vista y como no estas saliendo con nadie creí
conveniente que ya te comenzaras a dar una oportunidad con alguien más y…
—Bueno… JaeJoong quería decírselos según él con un poco más de calma. Pero
viendo que obviamente ya cambió de opinión. Si, es verdad.
JunSu deslumbró a todos con una gran sonrisa, agarrado por el brazo a su primo.
—¿Cuándo? ¿Cuando?
YunHo sonrió y miró a JaeJoong.
—Durante la navidad.
—Oh~
JaeJoong rodó los ojos y YooChun miró a los dos por un largo momento, por que
a pesar de la distancia que había, YunHo miraba a JaeJoong con cara de niño
viendo una pista de automóviles de veinte metros y JaeJoong parecía adolescente
con un chocolate en la boca después de una larga dieta.
—Pues yo no me lo creo así de fácil. Después de todo estamos cerca del día de
los inocentes. Quiero pruebas.— Entrecerró los ojos y sonrió. –Bésense.
Al parecer YunHo no tuvo ningún problema, por que caminó con tranquilidad hacía
JaeJoong lo agarró por el rostro y besó sus labios con total tranquilidad, JaeJoong
solo alcanzó a tomar la camisa de YunHo en sus manos, cerrar los ojos y dejar
que un pequeño suspiro se le escapara.
La impresión los tomó por sorpresa, pero cuando se alejaron y vieron esa mirada
de idolatrarían en YunHo, esa que hace muchos años no mostraba, cuando vieron
esa sonrisa de felicidad, supieron que era real.
Por que JaeJoong sonreía de una manera diferente y veía a Yunho como si no
pudiera despegar sus ojos de él. Era real.
Al parecer por una apuesta de en cuanto tiempo pasaría, por que al parecer
ninguno había optado por tan poco tiempo en realidad.
—Bienvenidos~
Desde esa perspectiva, YunHo observó con tranquilidad como Junko recibía a
unos clientes, Mina anotaba una orden en su pequeña libreta y finalmente como
Jejuko servía unas cuantas tazas con café en la mesa tres.
…Y aun más ser consciente que él de alguna manera formaba parte de esa
felicidad.
—No quiero sonar aguafiestas pero… ¿Estas seguro de lo que sientes por
JaeJoong?— YooChun en ese momento se paró frente a él, dejando la charola
sobre el mesón y mirándolo con algo de seriedad.
—En realidad lo sabes, no me fue fácil superar lo de Seulgi, por que de verdad, la
amaba, probablemente nunca pueda medir lo que sentía por ella en verdad. Pero
supongo que el tiempo, la distancia y la decepción… Me hizo ver que en realidad
me había enamorado de la imagen que quería ver en ella.
—Cuando pensé en eso, sentí ganas de llorar. Por que no se si podría vivir sin él
en este momento, por que mi vida sería un caos, por que no importaría como…
Terminaría sintiéndome atraído por JaeJoong y probablemente dañaría a mi
familia.
—Exactamente. Amo a JaeJoong por como es, por que sé y ustedes lo saben
también, JaeJoong es como se muestra, no esconde su verdadera personalidad,
con JaeJoong lo que ves es lo que tienes. Estoy enamorado de JaeJoong, de él y
su extraña personalidad, de sus manías y sus cambios de humor. Estoy
enamorado de todo en él. Por que es demasiado real y eso solo me hace amarlo
más.
YooChun amplió su sonrisa. Y tomó una de las manos de YunHo con fuerza.
—Me alegro por ti, YunHo. Ya iba siendo hora que volviera a escucharte diciendo
eso.
Una sonrisa compartida y por fin la paz parecía volver a sus vidas una vez más.
—Por supuesto.
Siwon tomó el pequeño recipiente y lo levantó todo lo que pudo, mientras HeeChul
lo observaba extrañado. Siwon se estaba aprovechando de su altura, por que
difícilmente HeeChul podría alcanzarlo.
—¿Qué haces?
—Tómalo si puedes.
HeeChul sonrió ampliamente, se acercó al más alto y lo besó lentamente, hasta el
punto que descuidadamente Siwon comenzó a bajar el brazo, por lo que HeeChul
aprovechó para quitarle el azúcar de las manos.
Volvió a girar para terminar su postre. Y Siwon con un pequeño puchero en los
labios, lo abrazó por la espalda, apoyando la quijada en el hombro del mayor.
—Tramposo.
…
—Pensaba, que si pasaste la navidad en mi casa. ¿Podría pasar el año nuevo
contigo?
Changmin levantó la mirada y miró a Rain quien bebía un poco de café con
tranquilidad. La sonrisa tembló en sus labios por un momento y suspiró. ChangMin
era muchas cosas, pero entre ellas, era demasiado sincero. Así que no le veía
nada de malo en hablarle a YunHo con la verdad en sus manos.
—¿Qué sucede?
—Mis padres me dijeron desde hace mucho que antes de salir con alguien debería
más que sea graduarme del instituto ya sabes… Para concentrarme en los
estudios y eso. El caso, es que ellos son exageradamente tradicionales y…
—Oh…
Rain pareció entenderlo. ChangMin agachó la cabeza y suspiró. No tenían ni un
mes y él ya empezaba con las dificultades. Pensó en que Rain no estaba para
esas cosas y tal vez se arrepentiría.
Estaba ahí, con él, con un muchacho que ni siquiera se graduaba, aguantándole
todos los problemas e inconvenientes que podían arrastrar. Sin contar con el
padre adoptivo que tenía y sus maniáticos hermanos postizos. Dígase
trabajadores del Maid.
—No creo que sea conveniente que simplemente ignoremos el hecho de que…
—¿Por qué no vienes a pasar el año nuevo con los muchachos y yo?
—¿Cómo así?
—Bueno es que, el año nuevo yo la paso con los muchachos. Así que de alguna
manera ellos son también como una familia. Así que sería genial si vinieras.
—Me encantaría.
—¡Por cierto! Me había olvidado, como pudiste darte cuenta, mi padre adoptivo es
YunHo.— Rain asintió. —¿Pues que crees? Ya tengo madre adoptiva. Pero no se
lo digas por que me mata si se entera que le digo así.
Rain parecía divertido con la situación y aún más con el entusiasmo repentino en
el menos.
Rain bebió un poco de café y cuando desvió la mirada hacia la entrada del café y
vio a MinHo y TaeMin entrar, ChangMin pareció ponerse un poco tenso. Por lo que
Rain tomó una de sus manos y le sonrió.
—Voy hablar con él. Despreocúpate.
—Pero…
—Te amo.
TaeMin y MinHo tomaron las cartas para poder elegir con tranquilidad mientras
Junko esperaba su respuesta con tranquilidad, sin embargo Rain apareció de la
nada y le sonrió levemente a modo de saludo, JunSu solo asintió.
—¿Todo bien?
—Por que he notado la manera en que lo miras. ¿Estas seguro de que intentar
olvidarlo es la mejor idea?
—No soy tan masoquista como para vivir enamorado de una persona que no me
puede corresponder.
—El ser humano por si solo es egoísta. Sin excepción alguna. Muchas veces nos
enamoramos del amor y no de la persona, he ahí de algo muy real, y es que solo
te puedes enamorar una vez.
—El amor es complejo. Es algo que al igual que los milagros los científicos no
pueden entender.
—No te preocupes.
Y lo último que JunSu vio, fue TaeMin alejarse con paso tranquilo. Mientras se
perdía entre el mar de gente que había fuera del café. Su mirada se deslizó
levemente hacía Rain y MinHo. El menor parecía triste y Rain hablaba
suavemente, tomando de vez en cuando sus manos.
Cerró la revista y miró por la ventana la pista de aterrizaje que se mostraba frente
a sus ojos, había esperado suficientes horas para escuchar esas palabras y poder
decir que ya estaba definitivamente cerca de YunHo.
Una aceleración en su corazón y ahora si, estaba segura que nada ni nadie le
impediría recuperar lo que por derecho era suyo. Por que lo sabía muy bien,
pasara el tiempo que pasara. El amor tan fuerte con el que YunHo la amó por
tantos años.
…
—Dos capuccinos y dos tortas de jamón y queso.
—Ne, JaeJoong~
—¿Si?
—Te quiero.
Esas palabras parecieron tomar por sorpresa a Kim, por que se sonrojo de manera
imprevista y sonrió nerviosamente al sentirse demasiado bien escuchando aquello.
Giró para poder marcharse una vez más, pero su pie pareció perder un poco de
fuerza y se tropezó dejando caer la charola, por suerte vacía. YunHo desde atrás
solo sonrió mientras lo veía levantarse como si nada hubiera pasado.
Cabe decir que ChangMin en ese momento se acercaba hacía YunHo, vio a
JaeJoong arreglarse un poco luego de la caída y miró extraño al mayor mientras
parecía atender a un cliente.
—¿Qué le pasó?
ChangMin rodó los ojos ante las palabras de YunHo y luego se apoyó en el mesón
con una gran sonrisa en sus labios, YunHo reconoció esa sonrisa, esa sonrisa
manipuladora de Shim ChangMin.
Ambos rieron ante sus sarcasmos, y finalmente ChangMin aligeró un poco el peso
de su voz y sonrió esta vez levemente.
—Supongo que no hay problema. Pero que quede bajo tu propia responsabilidad
que YooChun va a estar al alcance de Rain toda la noche.
—Tú eso déjamelo a mi, que yo le calmo su sarcasmo a punta de golpes.
ChangMin elevó su puño besando los dedos de su mano y YunHo no pudo evitar
sonreír.
JunSu abrió los ojos cuando notó que YooChun ni siquiera se molestó en
contestarle y además de todo ni siquiera lo miraba.
JunSu lo abrazó con fuerza, a pesar de que mojaba un poco la ropa de YooChun
con su cuerpo todavía húmedo por la ducha.
—¿Por que?
—Te sentaste a hablar con ese muchachito amigo del chico que ChangMin odia
por que le quiere quitar a Rain. Tu nunca haces eso con ningún cliente.
—En primera MinHo no le quiere quitar a Rain, solo está enamorado de él, pero ya
hoy se enteró que Rain y Min están saliendo. Así que supongo que no se va
interponer. Segundo ese muchachito se llama TaeMin y necesitaba hablar con
alguien.
Esta vez JunSu rodó los ojos y golpeó el brazo de YooChun antes de besarlo. Por
que de algún modo se había asustado por un segundo con su estúpida broma. Y
ahora besando los labios de YooChun, se sentía aliviado una vez más.
…
—Siwon y yo nos vamos primero. Vamos a ver una película.
—¿Nos vamos?
Siwon estiró su mano hacia HeeChul y él no dudo en entrelazar sus manos con
una sonrisa en sus labios también.
—Hasta mañana.
—Igual cuídense.
El teléfono del café sonó y JaeJoong giró hacía el pequeño aparato que estaba a
unos pasos de él, se levantó con tranquilidad y levantó el auricular.
—Buenas noches, sé que es un poco tarde pero estoy buscando a alguien. ¿Se
encuentra Jung YunHo?
La voz suave de aquella mujer lo tomó por sorpresa, tenía una voz
verdaderamente bella. Pero al mismo tiempo un vacío dentro de su estómago se
instaló. Y le hizo temer por que se tratara de un mal presentimiento.
—Bae Seulgi.
YunHo había colocado una mano sobre su hombro con una sonrisa en sus labios,
que a JaeJoong se le dificultó imitar.
YunHo ahora pasó un brazo sobre sus hombros y ambos empezaron a caminar
hacía la salida, JaeJoong todavía pensando en el nombre de Bae Seulgi
golpeando en las paredes de su mente, pero cuando YunHo suspiró, JaeJoong lo
miró.
Aparentemente a YunHo le bastó con esa sonrisa, por que lo besó y sonrió. Como
si nada estuviera pasando en realidad.
Jung rió un poco ante su propio descuido y continuó caminando con JaeJoong a
su lado y el alma renovada.
Cuando escuchó el sonido hueco del agua siendo golpeada por pequeñas piedras,
TaeMin se detuvo. El viento de esa noche movió un poco sus cabellos, pero aún
así alcanzó a divisar a lo lejos a un tranquilo MinHo sentado frente al lago,
lanzando unas cuantas piedras de vez en cuando.
Decidió caminar hacia él, por que supuso que de algún modo lo necesitaba, más
por instinto que por cualquier cosa, llegó hasta él y se sentó, mirando hacía el
mismo lugar vacío que MinHo miraba.
—¿Depress?
Sonrió un poco y esta vez desvió su mirada hacía el rostro del mayor. Por que
cuando MinHo estaba lo suficientemente deprimido le gustaba hablar en inglés.
Una curiosa costumbre por la cual a TaeMin le tocó aprender mucho ingles.
En ese momento pensó, que inconscientemente hacia muchas cosas por MinHo.
—¿Do you wanna talk about this?
Pasaron varios minutes antes de que MinHo volviera a hablar, TaeMin incluso ya
se estaba planteando la posibilidad de comerse un par de dangos mientras
esperaba, pero cuando MinHo suspiró, él levantó la mirada una vez más.
—Rain me dijo que me quería mucho, pero que no era de la misma forma en que
yo lo quería, que estaba con alguien más y que lo menos que quería era dañarme.
Que era un buen chico, pero que amaba a esa otra persona.
—Si… También lo creo. Así que supongo que es hora de olvidarlo ¿Verdad?
—Supones bien.
Compartieron una leve sonrisa y MinHo volvió a lanzar una piedrita sobre el agua.
Un silencio largo y TaeMin suspiró.
—Agh, TaeMin deja de ser tan estúpido por un momento y solo abrázame… Te
necesito.
Por un momento, solo por un momento TaeMin deseó que MinHo en realidad lo
necesitara, como él lo necesita a él, pero a consciencia sabía que no iba a ser lo
mismo, que no iba a llenarse de falsas esperanzas sabiendo a la perfección que
en este momento…
…El sabor del nombre de Rain en los labios de MinHo aún estaba fresco.
Cuando MinHo apoyó la cabeza sobre su hombro, TaeMin cerró los ojos y volvió a
suspirar, por que tenerlo así de cerca si era difícil, ser su apoyo dolía, pero aún así
no quería alejarse de él.
Por un momento más, apreció ese pequeño momento que le pertenecía solo a los
dos. Solo a TaeMin y MinHo.
Capitulo 16: Un nuevo día está por comenzar.
No es que estuviera celoso, por supuesto que no, pero ella le había robado
muchas miradas de YunHo, había tenido las manos de YunHo sobre ella,
JaeJoong podía incluso asegurar que más veces que las que YunHo había
posado sus manos sobre él.
Y cuando se ponía frente a YunHo de alguna manera u otra, ella lograba que la
atención de YunHo se posara en segundos sobre ella, como si no pudiera dejar de
verla. Y si, la odiaba, odiaba a esa computadora que le robaba su tiempo con
YunHo.
Por que seamos honestos, YunHo es un asco con las computadoras. Y JaeJoong
casi podía asegurar que ni siquiera terminaba de comprender el término descargar
puesto que seguramente este juego se lo dio ChangMin, así que los problemas de
JaeJoong terminarían presionando simplemente ‘Delete’
—¿Qué haces?
La voz despreocupada de YunHo y JaeJoong lo único que hizo fue girar sobre su
asiento con una gran sonrisa en el rostro.
—…Nada.
Las letras aún estaban claras y una sonrisa se posó en sus labios cuando
identificó la taza, una calidez en su pecho y casi hasta obvio el hecho de que
YunHo estaba haciendo el rídiculo mientras veneraba a su estúpido juego.
Se acercó con tranquilidad, tomó por el rostro a Jung. Y lo besó, YunHo al
principio pareció sorprendido. Pero tampoco demoró en tomarlo por la camisa y
acercarlo un poco más a él, a YunHo le gustaba jugar con su cabello y a JaeJoong
no le molestaba aquello.
—¿Esto es una extraña forma para manipularme o hacer que me descuide para
que puedas borrar mi juego? Por que está funcionando.
—Eres un idiota.
A pesar de aquellas palabras, ninguno de los dos hizo algún énfasis por moverse.
Estaban en el café en ese momento, dándole un último vistazo en ese año al lugar
por el cual y donde se conocieron, el Maid vacío, tal y cual aquella noche en la que
un muchacho rubio llegó desesperado a pedir trabajo.
JaeJoong se guardó para sí, el pequeño pensamiento de “Por supuesto que no”
pero al parecer YunHo lo notó, puesto que lo hizo girar una vez más.
—Por culpa de Seulgi lo perdí todo, de alguna manera me dolió. No digo que tú
me fueras a hacer daño, pero yo no tendría problema en darlo todo por ti.
¿Contesta eso tu pregunta?
JaeJoong asintió y YunHo besó su frente antes de darle un último sorbo a su taza
con café y marcharse a la cocina seguramente para dejarla limpia, Jaejoong lo
observó alejarse y suspiró.
Pensó entonces que él tampoco era justo con YunHo por que ni siquiera había
tenido el valor para contarle de la llamada de Seulgi, pero ella no volvió a llamar y
entonces todo pareció volver a su ritmo.
—¿Nos vamos?
—¿Quienes?
YooChun giró sorprendido, con la caja en las manos y algo sudado mientras
ayudaba a mover un par de cosas dentro del departamento. Desde la puerta de
entrada, YunHo y JaeJoong, los únicos que faltaban por fin hacían su acto de
aparición.
—¡Pues ustedes! Hasta que llegan ¿No? Además ya para que, aquí entre Siwon,
el mocoso este y yo nos hemos encargado de mover todo.
—¿Y JunSu?
—¡Me uno a la cocina! No creo soportar escuchar esas peleas por más de media
hora.
—Listo, ni que fuera una fiesta, pero ¿Qué más hay que hacer?
—Limpiar el techo.
YooChun le lanzo un trapo a las manos y YunHo enarcó una ceja.
—¿El techo?
—Hecho.
—Muy bien… ¿Quién vota por que YunHo vaya ayudar a la cocina?
—¡Yo!
Cuando Siwon y YooChun levantaron las manos YunHo los observó indignado.
—Limpiando el polvo hiciste caer tres cosas y ¿Así quieres que te pongamos a
cargar algo?
—¡Injusticia!
JaeJoong miró el reloj en su muñeca, esperando por que el menor del grupo
saliera de una buena vez por todas, sentado junto a YunHo en uno de los sillones,
sintió como YunHo le sacudió el cabello con una sonrisa en el rostro.
—Dejen que él llegue, y Min va a tener otras cosas en las que preocuparse.
JunSu sonrió cuando YooChun lo miró sorprendido por sus palabras y terminó
riendo cuando Park se levanto de su lugar, JunSu lo agarró por la camisa
volviéndolo a sentar y sonrió.
—Era broma.
Finalmente la puerta de la última habitación se abrió y ChangMin salió, vestido con
una camisa negra con algunos botones abiertos y un pantalón beige, abrochando
los botones en la muñeca izquierda.
Y cuando el timbre sonó, ChangMin miró con suficiencia a YooChun, ese era Rain
sin lugar a duda. YooChun entrecerró los ojos, se levantó, arregló el cuello de su
camisa y finalmente sonrió.
—Bienvenido.
—Vamos a dejar las cosas claras Rain, yo no soy YunHo que le das una
habitación para que se encierre con Jae y se olvida de que te esta vigilando, pero
esta noche tendré mis ojos en ti para ver si vales la pena para este mocoso por
que soy una persona que se concentra en lo que hace.
La risa por parte de todos, y la sonrisa en los labios de Rain, intrigó a YooChun
quien en seguida buscó con la mirada al menor, Changmin se acercó con paso
lento y le dio un pequeño golpe en el brazo.
YooChun hizo una pequeña mueca de molestia y todos rieron con ganas una vez
más. Originalmente no era algo bueno ver a alguien que consideras como un
hermano menor besar a alguien, así que no fuer diferente para YooChun.
ChangMin se acercó a Rain y lo besó con una naturalidad casi asombrosa, y
cuando las manos de Rain se posaron en las espalda del menor las alarmas de
YooChun se encendieron, aunque bueno, él ponía sus manos en otras partes más
‘entretenidas’ cuando besaba a JunSu.
—Bueno, bueno… Cambiando de tema, estaba pensando en que ¿No creen que
Rain está como muy grande para el menor de todos nosotros?
—¡Igual!
JaeJoong suspiró, vio el rostro del pobre de Rain que se encontraba en medio del
griterío de ese par y decidió intervenir.
YooChun entrecerró los ojos, señalo sus ojos y luego señalo a Rain
cuidadosamente antes de volver a sentarse junto a JunSu en uno de los muebles.
ChangMin pareció un poco más relajado y Rain volvió a parecer recordar como se
respiraba.
Sus padres habían salido a festejar el año nuevo donde unos familiares, así que él
estaba a la espera de sus amigos, se colocó la chaqueta encima y suspiró, entre
las muchas cosas que habían sucedido durante ese año, estaba la gran transición
por la que MinHo estaba pasando al por fin empezar a olvidarse de Rain.
Una sonrisa estuvo en sus labios, y aunque no estuvo muy seguro de si era
correcto sonreír o no, no podía evitar sentir esos pequeños gramos de esperanzas
al saber que Rain ya no formaba parte de una probable historia entre él y MinHo.
—¡¡TaeMin!!
Los gritos de sus amigos y TaeMin negó levemente ante aquello, tomó las llaves y
el celular y salió de la casa velozmente, dejando todo cerrado y observando como
JoongHyun al volante intentaba calmar a Onew y Key que parecían pelear por
algo.
Ubicó a MinHo alentando la pelea entre esos dos y sonrió. Aprovechó que el
puesto del copiloto estaba vacío y se sentó junto a JoongHyun quien le sonrió
apenas lo vio sonreír.
—¿Listo?
—Por supuesto.
Los minutos empezaron a pasar, pero la puerta nunca fue abierta, es más nunca
siquiera escuchó algún tipo de ruido fuera, miró extrañada el lugar y no había
nadie que le pudiera dar información alguna, pero por suerte el ascensor se volvió
a abrir y una mujer elegante le sonrió.
—Oh, ya veo.
Algo que le fue extraño, fue lo de aquel compañero, YunHo nunca había sido muy
gustoso de compartir su espacio personal de esa manera, y dudaba que tuviera un
compañero de departamento por problemas con la renta o algo así…
¿Quién podría ser ese muchacho?
—Propongo un brindis por Siwon, quien nos prestó su departamento para hacer la
reunión de este año a riesgo de que entre ChangMin y YooChun lo hagan pedazo
con sus peleas estúpidas.
—¿Y bien Rain que fue lo que le viste? Su estilo inevitable por ser sarcástico,
cruel y despiadado, o la manera en la que abusa de sus amigos golpeándolos
cada vez que le da la gana?
ChangMin entrecerró los ojos y levantó el muslo de pavo que tenía en la mano.
—¡Tu que vuelves abrir la boca y yo que te noqueó con este pedazo de pollo!
—¡ChangMin!
YooChun asintió con una sonrisa en los labios. Pero luego de analizar sus
palabras, regresó a mirarlo afiladoramente.
—¿Cómo que hasta tú?
Las risas en ese momento fueron hasta contagiosas, lastima que ChangMin se
hubiera perdido ese maravilloso momento de venganza por parte de Rain.
—¿Qué sucede?
—¿Eh?
MinHo miró a Key con algo de sorpresa, no era de asombrarse que el muchacho
supiera varias cosas de todos ellos, pero al punto de saberlo de inmediato lo
intrigó.
—Oye MinHo… Tengo una duda, ¿Ustedes ya están saliendo?
—¿Nosotros? ¿Quien?
Por la manera en la que MinHo abrió los ojos con sorpresa, Key pudo deducir que
MinHo no tenía ni idea y eso era hasta frustrante.
—No me digas que no te has dado cuenta, por favor, en serio no me digas eso.
…
Era cerca de la media noche cuando los fuegos artificiales comenzaron a salir de
todas partes. El como ocho personas entraron en el balcón del departamento de
Siwon era un misterio, pero ahí estaban, abrazados a su respectiva parejas y
mirando hacía le enorme cielo de esa noche.
JunSu permanecía sentado en el lado izquierdo del barandal del balcón con sus
piernas sueltas y YooChun abrazándolo por la espalda. Susurrando de vez en
cuando lo mucho que lo quería, y que solo por ese momento dejaría en paz al
RainMin. JunSu a ratos levantaba su brazo y jugaba con el cabello de YooChun,
por que Junsu amaba el cabello de YooChun.
Siwon había actuado un poco más inteligentemente había ido por dos pequeños
bancos y se encontraban arrimados contra la pared, tomado de la mano de
HeeChul bebiendo un poco de cerveza de vez en cuando, sintiendo el corazón
agitársele cada vez que HeeChul lo miraba y le sonreía.
Pero en el centro del balcón, apoyando sus codos ahí, se encontraban ChangMin
y Rain, con latas con cerveza en las manos y mirando el cielo de vez en cuando.
Hubo un momento en el que Rain llevó uno de los mechones de ChangMin tras su
oreja y le sonrió.
ChangMin se doblegó con ello, movió sus labios pronunciando un ‘gracias’ y luego
apoyó la cabeza sobre el hombro del mayor quien ante eso, posó su brazo por los
hombros del menor y respiró profundo, ante los primeros minutos del nuevo año.
Dejó los zapatos donde pudo y se empezó a quitar las joyas lanzándolas a la
cama con un poco de frustración, esta era la época perfecta para un reencuentro
maravilloso con YunHo, pero al parecer no sería como lo había planeado.
Le tocaría buscarlo mañana o en unos días, si es que no se le ocurría a YunHo
irse de viaje o algo por el estilo. Se sentó en el pequeño sillón que había en su
habitación y observó la oscura noche a través del ventanal.
Con sus pies elevados sobre el brazo del mueble, Seulgi suspiró. Que asco de
manera para despedir el año, cuando hace un año se la había pasado en una
discoteca bailando y bailando toda la noche en Alemania.
…Simplemente injusto.
—Jae… Discúlpame.
Acarició su rostro, sus ojos, su perfil y sus labios, con sus manos recorriendo cada
lugar en aquel rostro, lo hizo lentamente y con mucho cuidado, hasta que
finalmente sonrió.
—Yo entiendo tu situación, YunHo. No fuerces las cosas para mí. Todo estará
bien algún día, te lo prometo… Y en cuanto a tu mamá, estoy seguro de que es
muy bella. Seguramente tienes sus labios. ¿Verdad?
—Gracias, Jae.
—No te preocupes.
—¡Eres un idiota!
—¿Sabes algo? Una vez alguien me dijo que no es fin de año, si alguien no baila.
YunHo lo hizo dar una pequeña vuelta hasta que sus cuerpos quedaron
sumamente juntos, con una mano en su espalda e invitando a JaeJoong a que
imitara el movimiento de su cuerpo. JaeJoong rió divertido ante aquello.
Por que de alguna manera se sentía cómodo con JaeJoong entre sus brazos,
bailando ambos dentro de la soledad de aquella habitación, por que a YunHo le
había gustado desde siempre esa canción, por que la había querido bailar por
primera vez con Seulgi en su boda.
Pero gracias a JaeJoong había aprendido que no hay que esperar un momento
especial, los momentos podían ser especiales todo el tiempo y bailar con
JaeJoong en este preciso momento era su momento especial.
Cuando bailamos juntos, tienes el poder de hacerme desear quedarme solo junto
a ti.
Otros bailarines podrán estar en la pista, pero mis ojos solo pueden verte a ti.
La voz de JaeJoong había sonado algo lejana, debido a que para ese momento,
Kim tenía su rostro casi pegado a su pecho, con mucha lentitud moviéndose junto
a él, YunHo sonrió y suspiró.
—¿Importa acaso? Déjate llevar Jae, baila conmigo y olvida lo que el mundo
pueda pensar. Si me da la gana puedo bailar contigo, por que eres tú, por que te
quiero solo a ti y solo contigo me place bailar.
Y fue como si sus palabras fueran mágicas, por que de repente JaeJoong levantó
la mirada, le sonrió y besó sus labios fugazmente, antes de volver a jalar de su
brazo y hacer que el girara en esta ocasión.
Entre palabras de te quiero y esperanzas decidieron recibir a este nuevo año que
acababa de empezar.
Por que JaeJoong sentía, que YunHo le daba las fuerzas para hacer, lo que antes
él creía no podía. Y junto a él, besarlo, bailar y pensar en el futuro no parecía tan
difícil. JaeJoong era feliz en este mundo, que YunHo había creado para él.
Hazme sentir que no hay nada más, solo tú sabes como hacerlo.
Pero justo en ese momento, ver un grupo de nueve mujeres, entrando y saliendo
de los diferente Café como si estuvieran buscando a alguien, era algo que
definitivamente llamaba la atención de cualquiera.
Pero lo que especialmente hacía todo muy extraño, es que estas mujeres
hablaban un poquito, quizá demasiado fuerte, y por supuesto eran muy bellas,
todas ellas encabezadas por una mujer de unos cuarenta y tantos que con un
bolso de mano les indicaba a las demás hacía que lugar ir.
Los tacos de sus zapatos resonaban entre las calles, y es que no era un grupo
pequeño, y las personas indudablemente se abrían al verlas pasar, por que
sencillamente pensaban que todas esas mujeres se habían escapado de algún
lugar por buscar a alguien más.
—Estoy cansado…
YunHo desde la caja únicamente alejó la mirada del Guitar Hero y decidió
prestarle atención al muchacho quien parecía ligeramente detraído ante la
presencia de tan poco gente ese día en el café.
Yuna llegó, con la bandeja en sus manos y jugando con el lápiz en sus manos.
—Dicen que hay un grupo de mujeres afuera que está alborotando toda la plaza,
buscando a un tipo. Aunque nadie termina de entender lo que sucede. ¿Qué creen
que esté pasando?
—Tal vez están buscando a su novio compartido, ya sabes uno de esos infieles
que colecciona mujeres. Seguramente lo buscan para darle su merecido.
—Abusado el sujeto.
Una hermosa castaña apareció por la puerta del Maid, señalando al hombre que
se encontraba tras la caja y de inmediato dio su gritó de alerta.
YunHo solamente vio a JaeJoong quien se encontraba agachado por sus piernas
pidiéndole que guardara silencio. YunHo tragó duro en ese momento e intentó
hacer un amago de sonrisa cuando vio a la madre y sus ocho hijas ingresar al
Maid.
…
—Wow, este departamento es increíble.
—¿Y entonces que haces en el Maid, Jae por que yo solo vi puras chicas?
—Oh~
ChangMin bebió un poco de soda ante la mentira tan poco creíble, y lo fácil que
fue para la familia de JaeJoong creerle, suponía que JaeJoong era alguien
demasiado confiable para su familia.
—¿Pa…Papá?
En ese preciso momento, para YooChun fue casi imposible no levantar la mirada y
observar como JunSu se removía incomodo en su lugar hasta que finalmente se
levantó, con la mirada un poco nerviosa y sus ojos movimientos algo torpes.
—¿En serio? Pues no lo parece. Pero eso es algo que no voy a discutir en este
momento. Te espero en ‘Sake’ en veinte minutos, yo ya estoy conduciendo para
allá.
—¿Todo bien?
Y YooChun parecía incluso feliz con la noticia, dejó el vaso sobre la mesa y tomó
a JunSu de la mano con una sonrisa incluso más amplia, pero para sorpresa de
YooChun, Kim se soltó discretamente del agarre y negó levemente.
—Pero…
JunSu caminó entre la gente que había en el departamento directo hacía YunHo,
habló con él por unos segundos y finalmente su primo pareció entender, YooChun
solo lo vio terminar por irse, como si nada, sin una sola mirada más hacía él o
siquiera una sonrisa que le indicara que todo estaba bien.
—Pero las caras de JaeJoong valían la pena, creo que estuvo pálido todo el
tiempo.
Siwon era demasiado inteligente y prospero como para permanecer tan solo en el
café por estar a su lado, ahora salían estaban intentando una relación y
prácticamente vivían juntos. HeeChul pensó que era justo para Siwon ampliar sus
capacidades en un trabajo que no lo limitara.
—¿Pasa algo?
—¿Estas seguro?
—Que trabajes en otra parte, no va a cambiar lo que tenemos. Te conozco y cada
vez que hacías un deber de la Universidad sobre Administración eso te encantaba,
trabajar en lo que te agrada solo te va a hacer más feliz y eso es lo que quiero
para ti. No quiero que seas feliz solo junto a mi o por mí, quiero que todo en tu
entorno te haga feliz.
—No digo que marcharte del café no nos vaya a afectar, pero nos las
arreglaremos. Y siempre podrás ayudarnos con las cuentas y esas cosas. Pero
esto es importante para ti, siempre te han gustado los retos y un empleo como el
que te están ofreciendo en el banco será perfecto. Además, de esa forma me
extrañaras un poquito más.
Siwon explayó una pequeña sonrisa en sus labios, tomó a HeeChul por el rostro y
se acercó a él para poder darle un corto beso, con la sonrisa todavía bailando en
su rostro.
JaeJoong dejó la pequeña charola con los vasos vacíos en el mesón y por un
segundo sintió que continuaba trabajando en el Maid, entre tanta gente que había
dentro del departamento irrumpiendo en un lugar que hasta hace poco le
pertenecía solo a YunHo y a él.
Cerró los ojos por un segundo y se apoyó en el borde del mismo, las manos de
YunHo se pasearon por su cintura lentamente hasta completar el abrazo e
inevitablemente una sonrisa se le escapó ante aquello.
—Pero…
YunHo logró hacerlo girar, para que ambos quedaran frente a frente, YunHo llevó
uno de los mechones del cabello de JaeJoong tras su oreja y luego le sonrió
ampliamente.
—Deja de preocuparte JaeJoong, aunque estos malos amigos que tenemos nos
hayan dejado botados discretamente con tanta gente aquí, por ti seria capaz de
recibir a la mismísima Reina de Inglaterra, con todo y protocolos de por medio.
JaeJoong esbozó una sonrisa y YunHo se acercó para poder besarlo con algo de
suavidad, él cerró los ojos y recibió a YunHo y sus labios sin ningún problema, los
brazos de YunHo se ciñeron un poco más a su cuerpo y en ese momento
JaeJoong pareció recordar que no estaba solos.
Por que si, ellos estaban lejos de la vista de su mamá y sus hermanas, pero en
cualquier momento cualquiera de ellas podría entrar a la cocina, y ellos todavía no
habían hablado de su relación.
—YunHo, espera…
Agarró a YunHo por la cintura haciéndolo girar con un poco de sorpresa en sus
facciones, y finalmente lo besó, para YunHo no fue difícil comenzar a
corresponderle, y con las manos un poco húmedas por el agua, abrazó al menor
con fuerza.
Un pequeño gemido salió de los labios de JaeJoong, y de pronto YunHo notó que
estaban demasiado juntos en ese momento y que los besos se le podían salir de
las manos, pero antes de que pudiera decir algo, una tercera voz los paralizó por
completo.
—¡Mamá!
JaeJoong pasó una mano por su rostro y YunHo sonrió entre contrariado divertido
mientras secaba un poco sus manos. Las mujeres peleaban por algo del dinero
apostado y demasiado pronto, Leah, la madre de JaeJoong estuvo frente a él
pidiéndole hablar seriamente a solas.
…
—¿Debo preguntar por que bajaron corriendo del departamento de YunHo?
Rain tenía una sonrisa en el rostro mientras miraba la calle, conduciendo con
cuidado por las amplias calles niponas. ChangMin a su lado solo sonrió
brevemente mientras se ponía el cinturón de seguridad.
—La familia numerosa de JaeJoong está de visita y era más divertido verlo a
YunHo enfrentarse solo a eso. Así que ya mañana veremos los resultados de esa
locura. ¿Verdad YooChun?
—Mmh… Si.
YooChun se encontraba en la parte trasera del auto, mirando distraído las calles
en ese momento, tanto Rain como ChangMin miraron extrañados a Park,
especialmente por la falta de entusiasmo en sus palabras.
—¿Qué le sucede?
Por que en otra situación, YooChun no habría parado de molestarlos, pero justo
ahora mientras ChangMin lo tomaba de la mano, todo estaba armoniosamente
tranquilo, y se sentía bien así.
—Muchas gracias.
—Se graduó, y es una lástima que su hermano no haya estado ahí para compartir
con él, por estar jugando a ser libre en otro país lejos de su familia.
Incluso sintió que su apetito desaparecía junto a esas parcas palabras que en ese
momento se perdían entre el sonido elegante de las cuatro cuerdas que sonaban
en el lugar, su padre tomó uno de los rollos de Sushi y comió, JunSu sin embargo
prefirió beber un poco de agua.
—Yo hablé con él, y me dijo que no había problema de todas formas vendría a
visitarme en unos días, pero que antes pasaría por Corea para verlos a ustedes.
Ya sabes que eso de estudiar en el extranjero siempre lo tuvo muy ocupado y los
extraña.
—¿Y que esperabas que te dijera JunHo? No le quedó más que aceptar que su
hermano se negara a verlo incluso en el día de su graduación.
TaeDoh golpeó la mesa con su mano, mirando fijamente a su hijo menor. Quien se
encogió un poco ante aquella expresión en su rostro.
—JunHo es el único al que parece importarle un poco lo que pase con las
empresas de esta familia, es como si a ti no te importara en lo más mínimo que
nuestras empresas por las que tanto hemos luchado por sacar adelante perduren.
—JunHo ama lo que está estudiando, yo amo lo que hago, no puedes exigirme
que…
—Tienes razón, yo no puedo exigirte absolutamente nada. Por que es obvio que
para ti es más importante lo que TU piensas, lo que TU sientes, lo que TU crees
correcto.
—Me cansé JunSu. Me cansé de esperar a que reaccionaras. Pienso que ya has
jugado lo suficiente y ya va siendo hora de que te comportes como lo que eres,
todo un adulto y empieces a tomar responsabilidades. Ya es hora de que vuelvas
a Corea y asumas tu lugar en las empresas.
—¿Y que vas a hacer cuando la edad se te acabe? Ya deja de ser tan estúpido,
JunSu.
La voz de su padre fue baja, siseante y amenazante, apoyándose levemente y
acercándose a él de una manera que logró intimidarlo.
—¿Por qué está mal? ¿Por qué está mal querer dedicarme a lo que me gusta?—
JunSu mordió su labio inferior y apretó sus puños con fuerza. –Lo descubrí
¿Sabes? Descubrí que lo que me apasiona en realidad no es tanto jugar, sino más
bien enseñar, ver en los niños a los que entrenó los fines de semana esa
expresión de algarabía y felicidad. Eso es lo que me gusta.
Y eso fue lo último que su padre dejó en su corta visita por Japón, por que luego
de eso TaeDoh abandonó el restaurante. JunSu se quedó ahí un tiempo más,
paralizado por aquellas palabras y con la comida prácticamente sin probar sobre la
mesa.
Las palabras taladraron su cabeza con demasiada fuerza, hasta que finalmente la
poca fuerza que le quedaba lo terminó por abandonar, y tapándose el rostro con
ambas manos JunSu lloró, lloró amargamente por el dolor y el vacío en su pecho
que esa tarde, las palabras de su padre le habían provocado.
—Lo sé, y no te voy a mentir, me agrada la idea de tener que trabajar como
Gerente en un banco.
—Dime algo YunHo. Si Jae te pidiera que retomaras tu trabajo en las empresas de
tu familia. ¿Lo harías?
El hombre agachó un poco la cabeza, con una sonrisa triste en los labios.
—Lo mío es diferente. Por que a mí, mi familia no me quiere ver más.
Cuando el rostro de YunHo se iluminó con una sonrisa, Siwon se sintió un poco
más aliviado con eso.
—Se fueron hoy temprano en la mañana.
YunHo supo bien que Siwon no entendió muy bien esas últimas palabras, pero
cuando JaeJoong lo miró, lo único que hizo fue guiñarle un ojo y JaeJoong solo le
sonrió negando levemente mientras atendía otro cliente.
—Hoy no puedo, YooChun y JunSu no han venido a trabajar. Y nos toca a Jae y a
mi cubrir como podemos su ausencia.
—Oh, ya veo.
Rain bebió un poco del café y Changmin se dedicó a atender a otro cliente con
una pequeña sonrisa en el rostro. Por un momento no pudo quitar sus ojos del
menor, por que verlo esforzarse tanto era algo agradable.
Notó la verdadera preocupación en Shim y al verlo de esa forma, sin contar con el
cansancio en sus facciones Rain optó por tomarlo de la mano y sonreír.
—¿En serio?
—Por supuesto.
ChangMin le regaló una maravillosa sonrisa y Rain se sintió complacido con
aquello.
Y una vez más, no volvió a recibir respuesta alguna. Tenía frente a la puerta de
JunSu, desde las ocho de la noche del día anterior cuando lo escuchó llegar y
encerrarse en su departamento, la ventaja de ser vecinos y prácticamente vivir
juntos.
—JunSu… Por favor, abre la puerta. Nosotros tenemos una relación por si se te
olvida, y para mi lo nuestro es algo más que una excusa para besarnos todo el
tiempo, para mi también significa que podemos estar juntos en los buenos, malos
y peores tiempos. JunSu… Por favor…
JunSu solo se abrazó a sus piernas con fuerzas una vez más.
Hundió el rostro entre sus brazos y dejó un par de lágrimas salir, por escuchar a
YooChun solo empeoraba su débil estado de ánimo en ese momento, por que
quería y necesitaba pensar en soledad, pero al mismo tiempo necesitaba abrazar
a YooChun.
Por que las palabras de Key aún rondaban en su cabeza, pero aún le parecían
demasiado inverosímiles como para creerlas, por que si fuera así, TaeMin estaría
entonces muy lastimado antes su estupidez, por antes él no hacía otra cosa sino
hablar de Rain.
…Pero TaeMin siempre se había mostrado bien, como si nada.
Quería creer que era por que en realidad, Key se equivocaba, pero en el fondo
sabía que para TaeMin él era especial, luego quiso alegar aquello a que eran
mejores amigos, y entonces su mente se volvía un lío otra vez.
Por que no podía ser cierto, TaeMin no parecía enamorado de él, nunca se lo
había demostrado o siquiera insinuado algo parecido. MinHo suspiró, por que
odiaba sentirse así de confundido, pero viéndole el lado positivo a la situación,
cuando menos ya no pensaba tanto en Rain como antes.
Seúl, Corea.
WookDae abrió las puertas de su habitación velozmente y al confirmar lo que una
de las empleadas le había comentado, arrugó el entrecejo. Su esposa se
encontraba empacando unas cuantas pertenencias, y ellos no tenían un viaje
previsto en mucho tiempo.
—Voy a hacer algo que debí hacer hace mucho tiempo, apoyar a nuestro hijo y
evitar que Seulgi le siga haciendo daño.
Con las fuerzas que había aprendido a acumular, tomó las dos maletas de ruedas
sobre su cama, y sin pedir ayuda, demostrándose así misma y por supuesto aún
más a WookDae que ella podía valerse sola. Tranquilamente y con paso ligero.
…
—¿Cómo puedes ser tan molesto Jung YunHo?
JaeJoong sonrió ante aquello y cuando YunHo finalizó de cerrar el café esa noche,
estiró un poco su mano y esperó por que YunHo entrelazara sus manos y
caminara junto a él con los demás que se encontraban caminando hacía la salida
también.
JaeJoong rió ante aquello y YunHo solo continuó caminando, exigiéndole que le
dijera esas palabras de una vez por todas. Pero JaeJoong encontraba más
divertido negárselas por un tiempo más.
—Lo sé.
HeeChul sonrió ampliamente y Siwon besó su frente con cariño, caminaban al
mismo paso, cuando notó que HeeChul se detuvo de pronto, mirando a un punto
fijo, justo sobre aquella sombra que se encontraba apoyada en el auto de YunHo.
Siwon incluso retrocedió.
JaeJoong no la había visto jamás, pero no necesitaba haberla visto para saber de
quien se trataba, por que su belleza rebasaba lo que JaeJoong había esperado,
por que sus ojos en YunHo parecían acoplarse a él.
Soltó la mano de YunHo con cuidado, con la esperanza que de algún modo
YunHo dejara de verla, pero en ese momento, en ese preciso momento YunHo
parecía hipnotizado una vez más. Por su primer amor, Bae Seulgi.
Capitulo 18: Una herida en el corazón, jamás se olvida, jamás se borra. Solo
cicatriza.
Se levantó del suelo, arregló como pudo su ropa y pasó una mano por su cabello.
Respiró profundo y decidió que a veces la paciencia tenía un límite y él parecía
haber alcanzado a la suya.
—¡Junsu te lo advierto! No recuerdo el número de los bomberos, así que por tanto
va a ser peor y voy a terminar llamando al único número que recuerdo, ¡El 911!
Por que JunSu ni siquiera lo miraba, por que mantenía sus ojos en el suelo y
sostenía el pomo de la puerta con demasiada fuerza. Apenas vestido con una
camisa de algodón y un pantalón de dormir, JunSu lucía tan desprotegido que
YooChun sintió su corazón hundirse por un breve momento.
Fue sutil y calmado, cerró los labios y besó aquellos labios de JunSu con cuidado,
con cuidado de no ser rechazado y de que JunSu entendiera de que a más de
transmitirle fuerza, quería mostrarle lo mucho que lo había necesitado.
Darse cuenta de ello, para YooChun no fue difícil, por eso lo apretó más contra su
cuerpo y cuando sintió un suspiro entre sus labios, uno que se perdió y formó un
ambiente cálido. YooChun entonces decidió separarse un poco y acariciar el rostro
del menor.
JunSu incluso abrazó con más fuerza a YooChun, quien no entendió sus palabras,
pero al parecer decidió no moverse por el bien de ambos. Por que mientras JunSu
lo abrazaba, YooChun perdía la noción del vacío en su interior, que su ausencia le
había provocado.
…
…
Por que la intuición le decía a gritos, que la presencia de esa mujer no podía traer
algo bueno, y por que de repente YunHo parecía estancado entre el paso frente a
él y el presente a su lado.
Rain tomó su mano levemente, mirándolo con duda, preguntándole que debían
hacer, por que de repente el silencio se había alargado y ChangMin sabía que en
ese lugar no debían estar. Miró entonces a HeeChul y él asintió, confirmando su
idea. Aunque no hubieran palabras de por medio entre ambos.
Fue inconscientemente, miró a YunHo una vez más. Contempló su perfil serio
mientras veía a la hermosa mujer acercarse, mientras esos cabellos se movían un
poco debido al viento y mientras JaeJoong pensaba que seguramente Seulgi se
encontraba más hermosa que la última vez que YunHo la vio.
Por que su pecho en un momento inadecuado se llenó de un frío atroz que incluso
le provocó un leve escalofrío. Por que no era justo. ¡No era justo! Él había pasado
con YunHo por demasiadas cosas, por demasiada aceptación de parte de ambos.
—YunHo…
El hecho de que tuviera que llamarlo para que YunHo volviera a posar sus ojos en
ella, logró en JaeJoong una inusitada confianza, por que YunHo en esta ocasión
apretó su mano con más fuerza. Y JaeJoong se sintió como la fuerza que a Jung
parecía faltarle en este momento.
Pues JaeJoong en ese momento pensó que se encontraba en una, pero no como
el protagonista. Sino como el estúpido amigo que termina enamorándose de
alguien a quien ya no le pertenece su propio corazón por que se lo ha entregado a
alguien más.
Por que sería tan fácil que Yunho la perdonara, sería tan fácil que su historia
sobrepasara la distancia y el tiempo. Sería tan fácil que JaeJoong saliera
sobrando entre ellos. Entonces JaeJoong se enderezó y apretó la mano de YunHo
un poco más.
—No entiendo la razón por la que tú y yo debamos hablar. Creo que la última vez
que nos vimos dijiste todo lo que tenías que decir. Expresaste lo que pensabas y
querías. ¿O es que acaso estás dispuesta a escuchar mi parte de la conversación,
quieres escuchar mis reclamos, resentimiento y dolor?
Seulgi bajó la mirada por un momento, luego sin embargo la volvió a levantar.
Dispuesta a enfrentar a aquellos ojos de YunHo que la miraban tan fijamente que
parecían incluso atravesarla, por que en el fondo ella sabía que YunHo ya no era
el mismo.
—Odiarte sería seguir sintiendo algo por ti. Y créeme, Seulgi, ya no siento
absolutamente nada por ti.
—Pues el tono de tu voz te traiciona, YunHo. Por que es obvio que aún estás
dolido. Y he venido hasta aquí, te he buscado y he recorrido medio mundo solo
para…— Seulgi respiró profundo y miró a YunHo directamente a los ojos,
acercándose un poco más él. –He venido para pedirte disculpas, para decirte que
eres maravilloso y no merecías lo que te hice.
—No necesito que tú me digas que soy o no soy. Tus palabras ya no tienen valor
alguno. Tengo mejores personas a mi alrededor, personas cuyas palabras si
tienen efecto en mi. Personas verdaderamente maravillosas.
JaeJoong no pudo evitarlo, una pequeña sonrisa cubrió sus labios y tuvo que
respirar discretamente, por que de pronto esta conversación le estaba robando la
respiración. Pero él seguía junto a YunHo, y YunHo seguía tomándolo de la mano.
—Hablemos, por favor… Solo eso te pido, déjame resarcir el daño que te
provoqué, déjame que…
—No necesito que intentes arreglar nada. Alguien más ya se encargó de curar las
heridas que dejaste en mí. Seulgi no quiero sonar cruel, por que no soy como tu.
¿Pero te has dado cuenta que seguí sin ti, que quizá estoy mejor sin ti, que estoy
bien sin ti?
Y esas palabras fueron como un leve aliciente que provocaron que la mirada de
JaeJoong se elevara una vez más hacía YunHo, de que respirar una vez más se
volviera algo normal. Por que justo en ese momento se sintió incluso más
enamorado que nunca.
Seulgi lo miró, tan brevemente que incluso hasta fue soberbia. Pero JaeJoong no
se molestó, por que probablemente no faltaba mucho para que la verdad le cayera
en la cara a la mujer. Y JaeJoong no abriría la boca, por que esta conversación les
pertenecía a ellos. Y él únicamente era el apoyo incondicional de YunHo.
—¿Podemos hablar?
El mutismo por parte de YunHo lo incomodó un poco, pero cuando YunHo lo miró
por un momento y luego de eso suspiró. JaeJoong supuso lo que pasaría a
continuación. YunHo soltó su mano y le sonrió levemente.
…Por que confiaba en YunHo, y quería que las cosas continuaran siendo así.
—En realidad, Seulgi. Alguien que se marcha sin mirar atrás, no solo esta
reclamando su derecho a la libertad sino que conlleva el deber de saber que ha
perdido más de lo que ha ganado y que un día aquella situación le pasara factura.
Los ‘Yo merezco’ ‘Yo puedo’ o ‘Yo quiero’ ya no puedes usarlos más. Los perdiste
todos cuando decidiste marcharte sin pensar en todo y todos a los que dejabas
atrás.
Seulgi pareció paralizarse con sus palabras. Por que las facciones en su rostro
perdieron vitalidad y YunHo apenas le regaló una pequeña sonrisa de alivio.
JaeJoong optó por no decir algo más. Giró una vez más caminando hacía el auto y
respiró profundo.
Por que JaeJoong sabía, lo mucho que YunHo lo amaba. Por que sus ojos cuando
lo miraban se lo decían, y por que en este momento. Respirar profundo fue su
único aliciente para saber que a veces si puede confiar ciegamente en alguien. Y
él solamente quería no equivocarse.
…
Berlín, Alemania.
JooHee movió un poco el arroz que había dentro de la olla arrocera y sonrió
complacida cuando notó que toda el almuerzo de esa mañana estaba ya casi
preparado, dejó las cosas sobre el mesón y suspiró levemente apoyándose en el
mismo con un su mirada perdida en la pared de la cocina.
—Mira… Mira…
La pequeña niña de tres años que llegó corriendo, con sus pasitos sonando
graciosamente logró que la mujer se distrajera de sus pensamientos y bajara la
mirada con una sonrisa en el rostro. Miráh llevaba en sus manos una pequeña
hoja de papel.
Entonces ella decidió colocarse en cunclillas solo para poder ver mejor.
—Es un dibujo, esta eres tú, esta es Seulgi, este es KimTae y este tu esposo.
La niña regresó a la sala corriendo y JooHee miró el dibujo con algo de nostalgia y
tristeza en los ojos. Por que el tiempo se le acortaba a Seulgi y ella seguía sin
aparecer.
—Eres una inconsciente Gi, ni siquiera has llamado para saber como está.
Suspiró una vez más, pero en esta ocasión decidió dejar el dibujado en la puerta
de la nevera sostenida por un imán. Contempló el dibujo por un tiempo más y
sonrió. Por que la pobre de Miráh merecía su familia feliz.
—¿Amor?
—¡Esposo de JooHee!
Akihabara, Japón.
—…Solo pienso que Onew podría tener razón en eso de que unirse a un equipo
podría ayudarme a mejorar mis créditos para la Universidad. Además que sería
divertido perder el tiempo un rato en algo así, aunque Key dijo que no
necesariamente tenían que ser deportes. Cualquier tipo de crédito cuenta.
MinHo asintió algo contrariado ante la constante charla que TaeMin había
empezado, no por que le molestara o algo parecido, simplemente que en ese
momento MinHo solo podía pensar en las palabras de Key resonando aún con
fuerza en su cabeza.
—¿MinHo?
—¡MinHo!
—Todo el día has estado extraño, no se lo que te sucede y como tampoco quieres
hablar yo…
…
YooChun besó los cabellos de JunSu.
Lo amaba demasiado y se sentía incluso hasta inútil por no poder ayudarlo, pero
por el momento se conformaba con saber que había podido calmar un poco su
dolor logrando que conciliara un poco el sueño.
Continuó perdido entre el cabello suave del menor, entre sus manos enredándose
con cada hebra y entre la respiración tranquila y suave de JunSu. YooChun
empezó a sentir el cansancio también, sabiendo que pronto, en cualquier
momento, se quedaría dormido también.
…
JaeJoong bebió un poco más de agua, sentado en la mesa de la cocina y con las
luces encendidas no podía, aunque intentaba distraerse en cualquier cosa. Miró la
hora en su reloj y la media hora prometida por YunHo había pasado ya hace más
de veinte minutos.
Pero optó por solo unos segundos más. Y cuando finalmente escuchó la puerta
del departamento abrirse, fue casi hasta inevitable. Se levanto de su asiento y
caminó hacía el lugar donde YunHo colgaba el abrigo y dejaba las llaves.
Sostenía el vaso casi vacío en sus manos, casi inconsciente de que lo hacía.
Cuando YunHo lo miró y le sonrió. JaeJoong no se movió, solo trago duró y
esperó por que YunHo dijera o hiciera algo primero.
—Hola…
Lo tomó por el rostro y besó sus labios con lentitud. JaeJoong se sintió complacido
con aquello. Sonrió un poco y YunHo volvió a arreglar ese mechón de su cabello.
JaeJoong amaba que hiciera eso, y suponía que Yunho lo sabía.
—Ya todo está arreglado, Jae. Hablé con ella y…
Sin embargo JaeJoong dejó el vaso a un lado y se dedicó a besarlo, con sus
brazos alrededor de su cuello e intentando que YunHo comprendiera lo mucho
que le había costado pasar por toda esa etapa en la que se había enamorado de
él. Por que entendiera lo mucho que lo amaba.
—No me importa YunHo. No me importa lo que haya pasado con ella, por que ella
es tu pasado y yo ahora soy tu presente. Y eso, es lo único que importa.
Y por que entre besos, abrazos y caricias, esa noche JaeJoong amó a YunHo. Y
YunHo lo amó a él. Entonces, no importaba nada más.
…
Rain dio vuelta en una de las esquinas de la cuadra del vecindario de ChangMin y
cuando se encontraba a una cuadra sonrió ampliamente cuando lo divisó parado
en la vereda de su calle, aparentemente esperando por él.
—Hey niño, buen día. Ando buscando a una persona que al besarme me haga
olvidarme del resto del mundo. ¿Conoces a alguien así?
Shim sonrió ante la amenaza del mayor, y cuando Rain bajó del auto con las
llaves en sus manos, apoyándose un poco en su propio auto respiró hondo.
—¿Y la escuela?
—De acuerdo.
…
—Ya está.
HeeChul sonrió satisfecho en cuanto notó que había logrado hacer bien el nudo en
la corbata de Siwon. Lo miró atentamente y respiró profundo, cuando lo vio tan
elegantemente vestido para su entrevista de trabajo.
—¿Cómo me veo?
—Demasiado bien.
—¿Seguro?
Siwon rió un poco y besó a HeeChul en los labios mientras tomaba sus
pertenencias sobre el mesón. La luz del sol llegó hasta su rostro desde una de las
ventanas y supuso que sería un buen día.
Se dio ánimos mentalmente y miró a HeeChul quien permanecía aún con su ropa
de dormir, y cruzado de brazos lo miraba nostálgicamente.
—¿Estas seguro de que quieres que haga esto?
—Quiero hacerlo.
Siwon asintió y cuando giró, HeeChul aprovechó para darle una nalgada, a lo cual
Siwon sonrió levemente antes de marcharse y cerrar la puerta. Dejando a
HeeChul en un absoluto silencio que lo hizo suspirar y que lo llevó a sentarse en el
mueble de la sala y encender el televisor.
—Te voy a extrañar demasiado, Siwie. Por que estoy seguro de que conseguirás
ese trabajo.
…
JaeJoong estuvo a punto de abrir los ojos esa mañana simple y sencillamente por
que los rayos del sol dieron directamente en su rostro. Abrazó un poco más el
torso desnudo de YunHo y decidió que quería quedarse así un rato más.
Y cuando esa voz algo suave y calmada llego a sus oídos, acompañado por un
beso en la frente. Con una sonrisa en los labios a JaeJoong no le quedó más que
abrir los ojos y levantar un poco la cabeza solo para que YunHo lo pudiera besar
una vez más, esta vez en los labios.
—¿Dormiste bien?
—Si… ¿Y tú?
—También.
—Gracias, YunHo.
—¿Por qué?
—¿Por que?
Seulgi apretó la taza con café en sus manos y arrugó el entrecejo, recordando las
palabras de YunHo la noche anterior y sintiendo una vez más. Que de haber
sabido antes lo que ese chico significaba para YunHo, entonces no habría perdido
la oportunidad de cachetearlo.
Por entrometido, por estar donde no debía. ¡Por adueñarse de algo que no le
pertenecía!
Solo déjame en paz, Seulgi. Por tu propio bien, por el mío, y por si de verdad estás
tan arrepentida como dices estar. Solo, déjame continuar rehaciendo mi vida de la
forma en que he decido y no intervengas más.
Por que ese muchacho menor que ella y YunHo no dañaría, algo que ella estaba
segura aún vivía, muy dentro de YunHo aunque él mismo se negara a admitirlo.
Observó los pedazos rotos de la taza y bufó con molestia.
No se daría por vencida, por supuesto que no. Por que ella era bella, inteligente y
astuta. Y ese muchacho no le robaría lo que por derecho le pertenecía. Por que
ella podía contra él y cualquiera que se interpusiera entre ella y su camino.
Por que lo había notado en los ojos del tal JaeJoong, su regreso lo había alterado,
lo había puesto nervioso. Y si era así, es por que JaeJoong notaba que ella era
una digna enemiga. Y Bae Seulgi no perdería ante él.
JaeJoong… Es lo más importante en mi vida ahora, y siempre.
Bajó de la cama y comprobó que eran las ocho de la mañana, revisó el celular y
había un mensaje de YunHo avisando que no habría Maid, así que descartó la
idea de JunSu hubiera ido a trabajar.
—¿JunSu?
Recorrió el departamento del menor con algo de un tranquilidad disimulada,
habitación por habitación, sin siquiera encontrar alguna nota que le dijera por que
había salido, o cuando menos cuando regresaría.
Las canchas ese día estaban repletas de estudiantes y jugadores que practicaban
un poco, observó la hoja en sus manos y recordó el fresco momento hace unos
minutos cuando el muchacho se hubiera inclinado hacía él, con aquella tan
simples palabras.
—¿Entrenados sucede algo?
—¿Entrenador?
El muchacho negó levemente y él tan solo le extendió el papel firmado por JunSu,
su asistente lo leyó, aún sin creer en aquellas palabras, de aquel muchacho que
tanto le apasionaba el fútbol.
Para cuando el entrenador intentó buscar con la mirada una vez más a JunSu, él
ya no estaba.
MinHo había sido directo, no había tenido el más mínimo tacto y en realidad la
situación no lo había tomado tan por sorpresa por que simplemente era MinHo, su
estúpido mejor amigo. Lo que lo había paralizado, era el tener que dar una
respuesta ahí mismo.
Frente a un nervioso MinHo que lo miraba esperando una respuesta negativa. Por
que TaeMin lo había podido notar casi de inmediato, en sus ojos, en el tono de su
voz. Secretamente, MinHo deseaba que no fuera verdad, deseaba a su mejor
amigo como antes.
Si, es verdad. Estoy… Enamorado de ti, pero desde hace unas semanas decidí
olvidarme de ti y estos sentimientos. Desde hace una semana antepuse nuestra
amistad a mis sentimientos, así que no tienes por que preocuparte. Las cosas no
cambiaran entre nosotros.
Luego le había sonreído, y un dolor en su pecho era la señal, para que decidiera
también que era hora de apresurar la llegada a su casa, por eso también miró su
reloj y fingió que era tarde, tomó su celular y agitando sus manos se marchó.
Tomó la almohada bajó su cabeza y la llevó sobre su rostro, para que de ese
modo por lo menos cuando su respiración se volvió inconstante, no fuera tan
evidente. Finalmente y aunque por suerte no derramó lagrima alguna, TaeMin
logró levantarse.
Apretó la almohada y pasó las manos por su rostro y decidió, que de debía ir a
clases, por que de no hacerlo MinHo notaría que lo sucedido la noche anterior le
había afectado. Y por que el era fuerte, por que el podía continuar, y por que un
amor no correspondido no lo estancaría.
Por que no sería el primero y tampoco el último. Por que era Lee TaeMin y podía
seguir siendo el mismo. Aunque la herido en su pecho demorara en sanar, sus
amigos le robarían sonrisas que de a poco, volverían a confortar y citarizarían
aquel dolor.
…
Cuando YooChun empezó a escuchar la puerta siendo abierta, giró de inmediato y
caminó hacía el lugar. JunSu se encontraba sacándose los zapatos con una
expresión tranquila en su rostro e inevitablemente YooChun sonrió.
Lo abrazó con fuerza y besó sus labios, con la misma gran sonrisa en sus labios
que al parecer JunSu no pudo corresponder, y que logró aminorar el entusiasmo
en Park.
Por que JunSu únicamente se removió un poco y giró para poder mirarlo
directamente a los ojos.
Siwon cerró la puerta tras suyo, respiró hondo y una gran sonrisa salió en sus
labios antes de apretar con fuerza el puño de su mano y elevarlo un poco. El
entusiasmo recorrió su cuerpo y él no pudo evitar sentirse mejor.
Sacó el celular de su bolsillo y marcó el número que de menoría se sabía.
—¿Si?
La fresca risa de HeeChul logró que la sonrisa de Siwon se ampliara un poco más
mientras caminaba de regreso a su moto estacionada un poco lejos.
—Llamé en la mañana, me contestó JaeJoong y dijo que todo estaba bien pero
que hoy tendríamos el día libre. Supongo que están subsanando los
acontecimientos post huracán Bae Seulgi.
—¿Si?
Y luego de eso HeeChul cortó la llamada, Siwon miró su celular por un segundo
más y luego lo guardó en el bolsillo de su pantalón. Sonriendo alegre, por que al
parecer todo etsaba colocándose adecuadamente para ambos.
JaeJoong rió ante el comentario sarcástico por parte de YunHo y luego de que se
calmara, llevó un poco de sandía a su boca, sentado junto a YunHo en el
comedor, lo único que habían optado por preparar era fruta picada y un poco de
jugo de naranja que JaeJoong había decidido preparar.
Observó las facciones de YunHo mientras parecía calmado moviendo las frutas de
lugar dentro de su plato para poder darle alguna distorsionada forma y sonrió. Por
que la paz de ese momento era inigualable y JaeJoong se sentía demasiado bien.
Andaban ambos tan solo con el pantalón de su pijama, probablemente por que
ese día no hacía mucho frío y les permitía esa libertad. JaeJoong dejó el tenedor
en su boca, inconsciente de que llevaba algunos segundos sin dejar de mirar al
mayor.
—¿El que?
En esta ocasión mientras bebía un poco del jugo de naranja, JaeJoong logró
atorarse ante el comentario por lo que Yunho palmeó su espalda sonriente. El
castaño solamente pasó una mano por su rostro y miró a YunHo molesto.
Y tampoco era como si no se sintiera feliz y tranquilo junto a él. Por que lo amaba.
Todos sabían que era así. Pero ver a Seulgi, simplemente lo había
desestabilizado, por que no la había visto en años, por que estaba
asombrosamente hermosa y por que alguna vez la amó demasiado.
Por que a sí mismo no se va a mentir y si, el corazón latió acelerado cuando la vio.
Pero tuvo a JaeJoong a su lado y todo pronto se calmó. Todo pronto volvió a su
lugar y YunHo supo que lo amaba más que nunca.
¿Todavía la amas?
…No lo sé
…
—Muchas gracias.
Jihan se bajó del auto, y observó con atención el hermoso café frente a sus ojos
que lamentablemente se encontraba cerrado. Le pagó al taxista por el recorrido, y
acomodó un poco mejor el bolso en sus manos.
Tenía poca información de lo que había sucedido con su hijo luego de que su
esposo lo echara de la casa pero de la poca información que había alcanzado a
recaudar, era que se había marchado del país junto a su primo y varios de sus
amigos.
Y por un golpe de suerte, había llegado hasta ella la noticia del negocio que había
montado con todos ellos. Lo vio superficialmente, y desde esa perspectiva parecía
un lugar cálido y agradable.
…
Los alumnos se encontraban corriendo de un lugar a otro, entre risas, bromas,
chicas maquillándose, chicos peleándose o jugando con cualquier cosa entre las
manos. Choi MinHo únicamente miraba su celular, dudando entre llamar o no a
TaeMin.
Terminaba de hablar, cuando unos pasos apresurados y una puerta siendo abierta
con fuerza llamó la atención de todo el salón. TaeMin con el cabello alborotado, la
respiración agitada y semi agachado con el uniforme algo desarreglado apareció.
—¡Llegué!
Casi todo el salón lo siguió en la broma y comenzó a aplaudir, mientras TaeMin se
dedicaba a realizar pequeñas venias a modo de broma. Cuando finalmente se
acercó MinHo bajó la mirada incómodo.
El recién mencionado hizo un pequeño puchero con sus labios, pero prontamente
pasó uno de sus brazos por los hombros del menor mientras sus amigos reían y
MinHo al parecer continuaba callado.
Choi supo cuando lo mencionaron, que tenía que integrarse al grupo como si nada
en realidad sucediera, pero se suponía que en realidad nada sucedía, por eso
sonrió y miró a sus amigos y la gran sonrisa por parte de TaeMin lo tomó por
sorpresa.
MinHo sonrió soltando un pequeño suspiro de sus labios y de la nada sus amigos
comenzaron una conversación sobre el partido de baseball de ayer, TaeMin se
acopló con tanta felicidad que parecía no pensar en nada más que en sus amigos.
TaeMin lo había dicho, se estaba olvidando de él, así que era cuestión de tiempo
para que TaeMin simplemente lo dejara de querer… Y su amistad volviera a ser
como antes. Tiempo, y esa incomodidad en su interior desaparecería.
…Y lo sabe.
Recuerda aún cuando lo vio por primera vez. Andaba por el campus de la
Universidad junto a YooChun y HeeChul. Conversando, riendo. Ella se enamoró
de su sonrisa, de su andar elegante, de lo caballeroso que era.
Creyó entonces que le tocaría conquistarlo, y que sería difícil por que siempre
estaba rodeado por chicas, pero luego descubrió que ese tipo de atención aunque
le gustaba a veces lo sofocaba.
Seulgi entendió que tenía que acercarse discretamente, pero eso no sucedió. Por
que un día simplemente bajaba del auto y YunHo llegó hasta ella, diciéndole que
ese era su lugar de estacionamiento, pero él nunca terminó de hablar.
Y ella fue tan feliz desde ese momento, por que Jung YunHo se enamoró de ella a
primera vista, por que no necesito de mucho para que él la amara con locura. Por
que él hacía lo que fuera por ella, y por que ella del brazo de él, se sentía
orgullosa.
JaeJoong rió un poco, intentando fingir que en realidad veía televisión mientras
YunHo lo abrazaba con fuerza y repartía besos en su cuello, hablando susurrante
demasiado cerca del oído.
Rió una vez más cuando YunHo mordió un poco su oreja. Y le agradó tener a
YunHo de esa manera, ambos sentados en el mueble, con toda la tranquilidad que
el día de ayer casi había desaparecido.
YunHo en un primer momento tomó su madre por el rostro para poder analizar las
facciones que el tiempo había dejado y luego de eso, la abrazó con mucha más
fuerza todavía. JaeJoong se sintió tan nervioso de repente.
…
JaeJoong dejó la taza con té sobre la mesa entre los sillones y JiHan le sonrió
amable. Dudó de donde debía sentarse, pero inmediatamente Yunho lo tomó de la
mano e hizo que se sentara junto a él.
En ese momento, cuando YunHo lo miró y colocó sus manos entrelazadas sobre
su mano libre, JaeJoong se permitió sonreír, pero cuando JiHan se acercó a él
para besar una de sus mejillas y mirarlo con verdadero calor de madre, entonces
se sorprendió.
—¡Oigan!
JaeJoong y JiHan rieron ante el rostro repleto de indignación por parte YunHo y
JaeJoong prontamente se sintió un poco menos tenso.
Arrugó el entrecejo y caminó hasta su puerta sin importarle si JunSu salía o no, y
una vez estuvo dentro bufó con fuerza, colocando las manos sobre le mesón
dentro de su pequeña licorera.
Por que lo había supuesto desde el momento en que JunSu había esquivado su
sonrisa de esa manera cruel. Por que JunSu había tomado una decisión y parecía
no incluirlo en sus planes. Por que sus frías palabras le habían traspasado el
alma. Llevándose consigo las buenas intenciones y sus sonrisas.
Apretó con fuerza los puños de su mano, miró el reflejo de su imagen en el espejo
de la licorera y mordió su labio inferior. Por que estaba seguro de que era el padre
de JunSu quien lo estaba presionando.
Seúl, Corea.
Desde los quince cuando decidió que quería irse a estudiar al extranjero y su
padre lo había apoyado, JunSu había decidido quedarse. Y a partir de ahí su
familia había empezado a sospechar que ambos tomarían caminos diferentes.
A JunHo le encantaban los números, los cálculos. JunSu prefería el arte y los
deportes. Y aunque eran muy unidos. Sus estudios en Inglaterra los habían
distanciado un poco, pero no lo suficiente como para que no se hablaran cada
cierto tiempo.
En cuanto la marea de gente estuvo frente a sus ojos, JunHo sonrió. Entre los
carteles y la gente sonriente esperando ver a sus familiares, JunHo caminó con su
mochila de ruedas por el pequeño pasillo hasta que vio a su madre junto al chofer.
—¡JunHo, hijo!
La bella DonSang se lanzó a sus brazos y él la abrazó con fuerza, cerrando los
ojos y respirando profundo por ese encuentro. Soltando la maleta casi sin
pretenderlo, cosa que el chofer se encargó de levantar.
—Hijo, no habías venido desde hace dos años. ¿Cómo está todo por allá?
—Si, lo siento mucho. Estuve algo ocupado, pero… ¿Y mi padre, donde está, por
que no vino?
La noticia lo tomó por desprevenido, había hablado con él hace una semana, y le
había asegurado que se daría un paso por Japón para verlo. Lo que no entendía
era la razón por la que su padre lo iría a buscar.
¿Por qué? Si se suponía que JunSu era muy feliz por allá.
Akihabara, Japón.
Luego del pequeño desayuno, el paseo. Habían optado por una película en el
departamento de Rain, y eso no había sonado tan mal. Así que por obviedad
ChangMin había aceptado, abrazado a Rain observaba la película.
ChangMin sonrió un poco y Rain se acercó lo suficiente como para poder darle un
beso. Rain sonrió ampliamente, pero ChangMin apenas pudo, con dificultad
explayar una pequeña sonrisa en sus labios.
—¿Sucede algo?
—Eso solo que… La presencia de Seulgi no me gusta, me da un mal
presentimiento.
Rain suavizó sus expresiones y lo abrazó con un poco más de fuerza a lo que
ChangMin únicamente soltó un corto suspiro. Observando la pantalla una vez
más.
—Eso espero…
JaeJoong había llegado a esa conclusión cuando luego de varios minutos, ella y él
habían congeniado tan bien. Y aunque Seulgi estuvo entre sus conversaciones,
cuando YunHo habló tan seguro de sus sentimientos por él y de su encuentro con
ella.
Cuando JiHan sonrió entre orgullosa y aliviada. JaeJoong se sintió aliviado una
vez más.
Sin embargo el tema de conversación había entrado a uno más personal, uno que
involucraba al padre de YunHo y demasiados asuntos de familia en los que
JaeJoong sentía aún no debía participar.
Por ello, con una sonrisa en el rostro y lo más amablemente que pudo se ofreció a
ir a comprar el almuerzo mientras ellos conversaban. Para que pudieran sentirse
un poco más cómodos.
Así que salió, con una ropa cómoda y una pequeña chaqueta, bajando las
escaleras del edificio, con una sonrisa en los labios dispuesto a comprar un poco
de sushi. Por que seguramente eso le encantaría a JiHan.
Sin embargo, para cuando salió del edificio y sus ojos se fijaron en un convertible
amarillo estacionado a un par de metros de él, su expresión cambió por completo,
por que Seulgi bajaba de ese auto, y mientras se sacaba las gafas, le sonreía tan
falsamente que logró que su piel se erizara.
—Oh, JaeJoong ¿Verdad? Debe ser que el destino está de mi parte. Quería
hablar contigo a solas, y pedírtelo en frente de YunHo, hubiera sido algo muy
incómodo. ¿Qué dices?
—Por supuesto.
—De acuerdo, pero solo serán unos minutos. No tengo mucho tiempo.
—No te preocupes, será el tiempo necesario.
Por que era hasta irrisorio que una simple taza con te costara tanto.
Pero suponía que de algún modo era la forma que tenía Seulgi para sacarle en
cara muchas cosas que él ya no entendía y que pretendía ignorar. Y sabía
también que desde el principio había sido una mala idea dejarla que ella escogiera
el lugar para estar. Por que aquella cafetería demasiado elegante, rodeado de
tantas personas finas era frustrante.
Algo que con todo el dinero del mundo, Seulgi no podría tener.
Rió, con un sentimiento profundo que vino desde su pecho hasta la garganta.
—Es aún más, poco educado dejar plantado en el altar a la persona que
supuestamente amas.
—Por que cuando estábamos juntos, YunHo siempre me habló de lo mucho que le
gustaría tener hijos, en realidad su mayor ilusión era una niña. Bueno, muchas
hijas, adora a las niñas, le ilusionaba tener que llevarla a la escuela, comprarle
cosas, espantarle a los novios, en fin… ¿Quieres que continúe?
—¿Estoy siendo demasiado cruel? Pues, yo solamente le diría ser realista, esto es
como una crónica a una muerta anunciada. Lo suyo no va ni para atrás ni para
adelante. Es solamente sexo descontrolado, si es que realmente logras
satisfacerlo como para…
Fue un impulso.
Un dulce sabor a venganza que movió la mano a JaeJoong hacía su vaso con
agua fría que permanecía en la mesa sin ser bebido y que viajó directo hacía la
descarada y maquillada cara de Bae Seulgi.
—¡Pero… ¿Qué?!
Ella se levantó, movida por el golpe frío que azotó su rostro y dignidad. JaeJoong
solo respiró profundo, apretando sus puños e intentando controlar el instinto
asesino que lo recorría y que le decía a gritos que la cacheteara, que la golpearan
como sus padres seguramente no lo habían hecho, tan solo para componer un
poco su actitud.
Pero JaeJoong no lo haría, por que no era igual que ella, por que se había
rebajado lo suficiente, por que la educación y la clase no se la llevaba quien más
dinero tenía, sino quien sabía de ella, y por que finalmente era mujer y merecía
respeto.
—Eres una persona detestable, no se como YunHo pudo amarte tanto, pero que
bueno que ya no es así. Por que lamentaría que te amara, por que no lo mereces.
Por que estas vacía por dentro e inclusive soy incapaz de odiarte, en realidad lo
que siento por ti… Es pena.
Seulgi quitó un poco de las gotas que habían caído sobre su ropa y miró ceñuda al
muchacho. Queriendo gritar y golpearlo, por atrevido, por infame… ¡Por
subestimarla!
En ese momento, Kim sonrió. Como nunca antes, buscando en su billetera un par
de billetes.
—Eso es lo que tú quieres creer. Pero en el fondo sabes que no es así, no quería
hacer esto, pero voy a ser sincero contigo por que es hora de que alguien te
ponga en tu lugar y comprendas que no siempre vas a tener lo que quieres, peor
aún si estamos hablando de los sentimientos de las personas.
JaeJoong dejó un par de billetes en la mesa, un poco agachado mirando fijamente
a la mujer que parecía atenta a sus palabras, solo que completamente
desarreglada, con su cabello mojado y su rostro algo desmaquillado.
—YunHo está conmigo y no hay nada, absolutamente nada que puedas hacer
para cambiarlo. Por que lo amo, y así te joda la existencia, así llores y patalees, él
me ama también. Oh, y nuestro sexo es maravilloso.
JiHan acarició las manos de su hijo con suavidad y un suspiro en sus labios. Con
las lágrimas a punto de salir de sus ojos.
—¿Mamá?
—Lo siento mucho, YunHo. Siento no haber sido la madre que necesitabas.
—¿Estas segura?
—Si, es una decisión tomada y quería comunicártela antes que a nadie, no es solo
por ti, es por que ya hay muchas cosas que serán muy difíciles de remediar.
YunHo prefirió no objetar, por que habían muchas cosas mal logradas entre su
padre y él, y su madre había tomado una decisión, entonces él no haría nada por
intervenir, por que su madre era lo suficientemente adulta y madura como para
tomar sus correctas decisiones.
YunHo volvió a sentirse completo una vez más, por que estaba con su madre, por
que tenía su apoyo. Por que para él, ella era muy importante y estar ahora junto a
ella, era ahora un poco más reconfortante en su complicada vida.
…
Seúl, Corea.
—¿Por qué me estás hablando de esa forma? ¿Por qué crees que puedes venir y
levantar la voz como si de repente estuvieras perdiendo el respeto por mí?
El azote de la puerta fue lo único que se escuchó en la residencia Kim, puesto que
JunHo había abandonado el estudio, a un paso demasiado pronto.
…
Akihabara, Japón.
Y esa mañana de inicios de febrero lo había encontrado. Por que el nuevo gerente
del banco era presentado en esos momentos, con su amable sonrisa y su buen
cuerpo vestido por aquel traje formal negro que encantó a más de una en el lugar.
—Bueno espero que trabajemos juntos, y hagamos todo lo posible para que nos
acoplemos con facilidad. Muchas gracias con todos.
Hizo una pequeña reverencia, de manera educada y elegante que logró arrancar
aplausos de la gran mayoría de las féminas del lugar. Choi Siwon es su nombre, y
para Tarah fue imposible no despegar sus ojos de él.
…
…
Junko se movía de un lugar a otro con las ordenes y su sonrisa de cada día,
robando muchas miradas y rechazando un par de citas en el proceso que lograron
que desde su lugar mientras servía un orden, Yuna suspirara.
Por que de una manera u otra, ver a Junko sonreír de esa manera era algo que le
incomodaba, aún más cuando la noche anterior lo había mirado con tanta frialdad
que había calado tan dentro de él, que solo había querido ahogarse en alcohol.
Era peligroso, pero era algo particular que le gustaba hacer para des estresarse
un poco de vez en cuando. Miró hacía las personas y alumnos que caminaban de
un lugar a otro durante la hora del descanso.
JoongHyun apareció, pasando un brazo sobre los hombros del menor y al parecer
diciendo una convincente excusa frente a las muchachas que soltaron unos gritos
muy sonoros mientras tapaban sus rostros y los veían marcharse. Por supuesto el
sonrojo de TaeMin ayudó demasiado a ese escándalo.
Ambos se marcharon y MinHo suspiró, por que sentía que de un modo a otro ya
no era tan cercanos como antes, y eso era decepcionante. Por que le hubiera
gustado ser él quien ayudara a Lee.
Pero la castaña de vestido elegante que ese momento caminaba por el café, con
paso seguro y una cartera bajo el brazo era sencillamente deslumbrante, y cada
cliente del Maid ese día no pudo evitar que sus ojos la siguieran con cada paso
que daba hasta dirigirse a la caja.
YunHo habló bajamente, pero aún así no disminuyó el ligero tinte de molestia y
fastidio en su voz al verla ahí una vez más, Seulgi únicamente se quito las gafas y
sonrió con una tranquilidad plasmante.
—Por cierto… ¿Dónde están los chicos de la otra vez, donde está JaeJoong?
—Eso no es de tu incumbencia.
Seulgi sonrió, de acuerdo con no abordar más el tema. Se apoyó un poco sobre el
mesón ignorando la mirada molesta de HeeChul a un lado de YunHo. Y sonrió,
con la mejor de sus sonrisas en aquellos labios.
YunHo bufó en un gesto que sorprendió a Seulgi, por que nunca antes había
hecho algo así ante ella, pero aún así prefirió fingir que no le afectó. Lo vio
acercarse hacía una de las meseras, agarrarla por el brazo y jalarla hacía una de
las puertas, con el rubio cabello de ella moviéndose en el trayecto.
—YunHo… Tranquilo. ¿Qué sucede?
—Iré con Seulgi a terminar una conversación que ella cree que tenemos
pendiente.
—No estoy seguro de lo que me quiere decir, pero ella me asegura que será la
última vez que conversemos por que al parecer le faltó algo por decirme.
YunHo lo notó desde que JaeJoong asintió, se veía incómodo y extraño. Por lo
mismo deseó abrazarlo y suspirar acariciando un poco sus cabellos.
La manera suave en la que JaeJoong se alejó, con una sonrisa en los labios fue
suficiente para saber que JaeJoong en realidad quería darle punto final a la
situación. Le dio un corto beso a JaeJoong en la frente y se marchó.
…
—Entonces… ¿Cómo te ha ido? ¿Te has sentido cómodo en tu primer día de
trabajo?
Ella sonrió levemente y Siwon dejó los papeles un momento tan solo para beber
un poco del café que la mujer seguramente tomó de la oficina central donde
estaba el café y resto de cualquier comida sencilla que pudieran necesitar los
empleados.
Siwon pensó, que ese café no era ni de cerca como el que HeeChul preparaba.
—Pronto será el almuerzo y estaba pensando que podríamos salir almorzar juntos.
¡Ya sabes! Para presentarte a los demás… Compañeros… Y eso.
Tarah rascó un poco su nuca, y rió nerviosamente ante lo evidente que se había
mostrado en ese preciso momento, pero Siwon únicamente le sonrió amablemente
y negó con un poco de pesar.
—En realidad muchas gracias, pero preferiría quedarme y analizar los estados, las
cuentas, los clientes. Ponerme al día con todo, para poder empezar desde la
semana próxima si es posible con las nuevas propuestas.
Ella en ese momento pensó que no era bueno que se esforzara tanto, pero al ser
tan joven y emprendedor, ella no pudo evitar suspirar y pensar que definitivamente
era el hombre ideal.
—¡Oh, por Dios, no! Lo que menos quiero es proyectar lastima o ser lo
suficientemente patético como para ir a hacer mal tercio.
—Yo no soy como tú, Monochun. No nos estorbarías. Al contrario te serviría para
distraerte un poco. Pero solo te voy a pedir un favor, no te portes como un
verdadero imbécil con Rain, por lo menos finge un poco.
YooChun entrecerró los ojos, golpeando en las costillas al menor, cosa que
provocó la límpida carcajada de ChangMin.
—Esta bien, voy con ustedes. Pero si me siento incomodo yo solo me largo y
luego no tengan la desfachatez de preguntar el por que.
…
JaeJoong miró la manera tímida en que JunSu jugaba con sus manos mientras no
despegaba sus ojos de ellas, como si de repente observarlas fuera algo inevitable.
YooChun y ChangMin estaban cerrando todo. Así que en tanto, ellos habían
decidido esperar dentro del café.
—Si dejas que en esta ocasión ellos tomen una decisión por ti, lo seguirán
haciendo de ahora en adelante.
Justo en ese momento JaeJoong decidió que era tiempo de una sonrisa más
tranquila y pasiva, una que pudiera calmar a JunSu y lo concentrara en tomar una
decisión adecuada sobre sus propios problemas.
Palmeó las manos entrelazadas y amplió solo un poco más su sonrisa, JunSu
incluso asintió un poco más aliviado.
—Ya está todo listo. Salgan para poder terminar de cerrar todo.
La voz de ChangMin les dio la alerta, ambos se levantaron y JaeJoong tomó su
pequeño bolso antes de soltar un pequeño suspiro esperando que YunHo llegara
pronto, sin muchos ánimos de copiarle la idea a HeeChul y llegar temprano para
poder cocinar algo.
—Entonces me encontré con Seulgri, quien me contó que hace un tiempo había
encontrado a Boa y al parecer me había visto pero…
YunHo suspiró levemente y dejó a un lado la taza que tenía en sus manos,
mirando a los ojos a Seulgi y esperando que la mujer entendiera cada una de sus
palabras.
—Gi… ¿Has perdido la razón? ¿Por qué te comportas como si nada hubiera
ocurrido entre nosotros? Te amé, y si, tu regreso me desestabilizó un poco pero
nosotros NO salimos, NO somos amigos. Así que por favor deja de comportarte de
esta forma y ocasionarme problemas con una persona que de verdad me importa.
Tan solo… Vete de mi vida como ya lo hiciste una vez, sin mirar atrás.
—En realidad creí que tenias algo importante que decirme, pero en cuanto
comenzaste a hablar de trivialidades supe que lo único que querías era molestar e
incomodar a JaeJoong.
Seulgi agachó la cabeza y YunHo entonces se levantó. Acomodándose un poco la
ropa.
—Esto no es sano, tanto para mí, como para ti. Por favor ya es hora de que
madures y toma este último consejo de mi parte y ya no me busques más.
Los pasos de Yunho resonaron en sus oídos, aplacando por completo el sonido
embelesante del violín dentro del restaurante, que por un momento le hicieron
pensar, que podría tratarse de una velada romántica perfecta.
No estaba molesto, ni decepcionado, más bien sentía que de algún modo había
hecho bien cuando acepto la invitación de Seulgi y finalmente la velada terminó
con él siendo sincero y desertándola de su vida por completo.
—¡YunHo!
Seulgi se acercaba una vez más, con su cabello moviéndose en el viento y su
costosa cartera moviéndose también pero de una manera graciosa mientras ella
avanzaba hasta él, casi corriendo.
De repente Seulgi lo tomó por el rostro, sus manos suaves estuvieron puestas
sobre sus mejillas, y el perfume embriagante y dulzón de ella lo envolvió por
completo, de una manera que él no esperaba que sucediera.
Por que Seulgi acercó sus labios sabor a fresas a los suyos, unió sus labios de
una manera que paralizó los movimientos de Jung y lo hizo perderse por unos
segundos en sus más profundos recuerdos y anhelos.
—¡Esto no es bueno!
—Son un par de alcohólicos. Yo tenía entre mis planes una cena, alguna película
y ya.
—¿Y con ese plan de cita romántica querías que no me sintiera incomodo entre
ustedes?
—Min no puede beber, tiene que regresar como el buen niño que es,
completamente bien. Por que los papás no lo dejan beber, a más de que es ilegal
siendo todavía menor de edad, y yo sería una mala influencia para él.
Rain habló tranquilamente bebiendo un poco más. Y YooChun en esta ocasión fue
el que sirvió para ambos.
—¿Niño bueno? ¿Por dónde?— Un golpe por parte de Shim, y él solo rió un poco.
–¡Auch! Min compórtate, además te he visto beber un montón de veces.
—Es por que tu me emborrachas, y de todas formas cuando lo hago es por que
me quedo a dormir en algún lado, y hoy solo pedí permiso para llegar un poco
tarde.
—Oh, Nuestro ChangMin es todavía un niño que pide permiso. Tan cute~
—Ah~ Es agradable beber con alguien que no se embriaga con dos vasos.
Rain levantó el vaso de acuerdo con las palabras de Park y él en respuesta chocó
sus vasos, antes de que ambos bebieran de golpe su contenido.
Al menos aliviado de ver a YooChun un poco más relajado. Y eso hacía que haber
sacrificado su cita con Rain valiera la pena.
…
—¡Bienvenido!
—¿Orgulloso de mi?
—Orgulloso y extrañándote.
HeeChul dejó la botella en la mesa y se lanzó a sus brazos con una amplia sonrisa
que hizo que Siwon soltara el pequeño maletín y diera un par de vueltas con
HeeChul en sus brazos, complacido con la sorpresa preparada.
—Te extrañé.
—Mmh… Yo igual.
…
TaeMin comprendió muchas cosas ese día cuando se lanzó sobre su cama.
Su relación con MinHo iba de mal en peor, y sentía que si no hacía algo pronto,
todo se iba a ir para el mismísimo infierno, y perder su amistad era algo que no
toleraría. Por que más allá del amor, MinHo era su amigo.
Comprendió que no había llorado ni una vez por sus sentimientos, y a veces llorar
era tan necesario…
Tapó con sus manos el rostro que en este momento soltaba un par de lágrimas
que habían optado por salir rebeldes a pesar de su fuerza, un gemido se escuchó
en el silencio de su habitación. Y TaeMin comprendió que el verdadero olvido
había comenzado.
Por que esta noche lloraría, todo lo que él deseaba, todo lo que dolía.
Y ya mañana entonces olvidarse de MinHo sería un poco más fácil. Por que
volverían a ser los amigos de antes y él terminaría olvidándose de ese amor tarde
o temprano, era su más firme decisión en ese preciso instante.
JaeJoong lavó la pequeña taza en la que había bebido un poco de té, con el
teléfono entre su hombro y su cabeza, escuchando atentamente una a una las
palabras de la mamá de YunHo.
—No te molesto más, Jae. Dile a YunHo que llamé y que nos vemos mañana.
Cuídate un montón fue un gusto volver a hablar contigo.
Cortó la llamada con una pequeña sonrisa en los labios, y suspiró un poco antes
de ori la puerta abrirse una vez más. Fue en ese momento en el que asomó un
poco la cabeza y observó a YunHo entrar.
—Hola.
—Hola.
YunHo besó su frente y JaeJoong aprovechó el momento para pasar sus brazos
alrededor de él y abrazarlo un poco.
—¿Todo bien?
—¿Qué sucedió?
—¿Eso es todo?
Los labios de Seulgi y el sentimiento que lo recorrió en esa fría noche volvió a
azotar el cuerpo de YunHo, apretó un poco más el abrazo de JaeJoong y sus
palabras salieron en leve susurro que arranco una sonrisa en JaeJoong y lo llenó
de calma.
La mano de Junsu se alzó entre la gente, y casi de inmediato lo tuvo frente a él,
por alguna razón cuando lo abrazó, cerró los brazos en el cuerpo del menor con
fuerza, como si sintiera que aquello era necesario.
Junsu suspiró, encerrado en aquel abrazo, subió las manos con cuidado y por un
momento cerró los ojos con fuerza. Con la suficiente como para que ninguna
lágrima se escapara.
—Junsu…
—Yo… He tomado una decisión. Esta misma tarde me regreso para Corea, y
quería comunicártelo para que tú le avisaras a los demás, no estoy listo para
despedirme.
A pesar de que las palabras de Junsu fueron varias, Yunho se perdió en las
primeras, en aquellas que anunciaban la partida de su primo, con una sorpresa
que bloqueó sus pensamientos de repente.
Yunho bajó la mirada, con la duda marcada en el rostro, pero luego de unos
segundos cuando analizó mejor la situación, arrugó el entrecejo y miró fijamente a
Junsu, quien lo miraba cual niño asustado.
—¡Junsu!
La voz de Yunho se alzó con fuerza, imponiéndose sobre la del menor y Junsu
incluso retrocedió un pequeño paso.
—No te lo voy a permitir, no voy a dejar que cometas tremendo error cuando…
—Pero…
De la nada, Junsu se mostró serio, aplacando totalmente las palabras del mayor, y
con una seguridad absoluta en los ojos. Una que logró que de los labios de Yunho
saliera un pequeño suspiro.
—¿Y Yoochun? Él te ama. ¿Y que hay del fútbol? Tú amas eso, es tu vida.
—¡¿Y mi familia, que?! Amo a Junho y sabes a la perfección que desde que se fue
a estudiar al extranjero casi ni he podido verlo tan seguido. Amo a mi madre, no
quiero perderlos… No quiero.
La voz de Junsu flaqueó, tan ligeramente que apenas fue perceptible, por tan poco
tiempo que incluso pareció un producto de su imaginación. Después, Junsu
respiró profundo. Tomando valor y mirando a Yunho directamente a los ojos.
—En realidad no hay nada que puedan hacer por mí, es mejor que me vaya.
Y así, con la misma convicción que le habló, Junsu se empezó a alejar, girando
sobre sus pasos y perdiéndose una vez más entre a gente. Había un punto
distante donde Yunho podía aún intervenir en sus decisiones.
Pero a más de todo. Sabía a la perfección que estaba pisando la línea del límite y
que aunque verlo alejarse, no era algo que le hubiera gustado contemplar. Era
algo necesario, por que Junsu tenía una lección que aprender.
—¿Yunho?
Yunho sintió un hueco en el estómago. Tal vez era la culpa. Y volvió a decidir
entonces, que era definitivo, tenía que hablar con él.
JiHan se dedicó a abrazar con fuerza a Yunho y luego a Jaejoong, con una
inusitada rapidez y una gran efusividad que opaco un poco el repentino malestar
que Yunho sentía en su interior.
—No se preocupe, yo intentaré que siga con vida hasta que vuelva a visitarnos.
Agitó una última vez su mano, y colocándose las gafas. Empezó a caminar por el
espacio restringido a pasajeros, entregó sus papeles y arregló un poco mejor su
bufanda. Sus ojos inexplicablemente se deslizaron hacía una muchacha castaña
que recién llegaba.
Atareada entre un pequeño bolso, una cartera y una niña. La mujer hacía
maravillas buscando su celular que sonaba. Le recordó a cuando a Yunho era
pequeño y era increíblemente inquieto.
La pequeña niña empezó a correr hacía la salida. Con su vestido rosa moviéndose
en el camino, JiHan sonrió se agachó un poco y tomó a la niña por la mano, la
castaña se acercó de inmediato, agradeciéndole con un pequeño asentimiento y
una sonrisa en los labios.
JiHan sintió que había hecho su buena obra del día, luego se concentró en subir a
su avión.
Había un algo que le encantaba de ese hombre, quizá era lo caballeroso que era,
lo agradable que era estar a su lado, su sonrisa, o su arrebatado atractivo. Eran
tantas cosas que Tarah no se decidía solo por una.
—Bien, puedes llevarle estos papeles al Gerente Financiero.
—En una hora termino, pero por el momento con esto es suficiente.
—No debería decir esto, por que Junsu no quería despedidas. Pero no puedo
dejar que se vaya como si nada. Yoochun tú mas que nadie debes saberlo, Junsu
planea irse esta misma tarde del país.
Pero casi inmediatamente corrió a los vestuarios, lavando su cara como podía, tan
solo con agua, incluso pasando sus manos con fuerza, cambiándose de ropa, y
sacándose la peluca como si su vida dependiera de ello.
Todo demasiado rápido como para que alguien pudiera darse cuenta de algo, los
clientes dentro ni siquiera tuvieron tiempo de relacionar algo, por que todo sucedió
extremadamente rápido.
Yoochun salió corriendo del Maid, ante la mirada preocupada de sus amigos.
—Hyung… ¿Qué está sucediendo?
La voz de Changmin fue como pocas veces, algo baja e impulsada por la tristeza.
Con un matiz tan inexplorado que sorprendió al mismo Yunho quien solo suspiró,
agachando un poco la cabeza.
—Junsu se va del país, por que su padre amenazó con alejarlo de la familia para
siempre. Y él cree que esta haciendo lo correcto.
Yunho asintió, por que sabía que era verdad, probablemente nadie tendría ganas
de absolutamente nada después de esto.
Minho no podía evitar notarlo, por que de la nada, Taemin había vuelto a ser el
mismo chico chispeante de siempre, con sus chistes, sus sonrisas, sus risas.
Extrañamente más apegado a JoongHyun que nunca antes.
Observarlo a pesar de la distancia de sus asientos en ese momento era algo como
inevitable, y al mismo tiempo analizaba la posibilidad de que haberle aclarado que
solo podían ser amigos. Era lo correcto.
Pero es que de la misma forma era desconcertante que Taemin cumpliera con su
palabra con tanta facilidad, volviendo a ser el mismo de siempre. Sin ningún
problema, dándole a Minho el margen de pensar en que se podía haber
equivocado.
Soltó un corto suspiró y decidió que solo por hoy iría a almorzar algo lejos de
Taemin.
Necesitaba pensar un poco más.
—No me da la gana. Estoy harto de que todo se venga abajo. Todo estaba tan
bien, antes y de un momento a otro todo se fue al carajo. ¡Aparece Seulgi, nuestro
grupo se deforma, tú sufres, Yoochun sufre, Junsu sufre. Yunho se confunde!
¡Agh, estoy harto de todo!
De algún modo Jaejoong entendía, que lo que más necesitaba Changmin era ese
apoyo incondicional en el mayor.
Pero Junsu nunca abrió, se arrimó en la puerta, sintiendo que los pulmones
incluso le fallaban un poco, por que en realidad estaba exhausto, volvió a golpear,
intempestiva y agresivamente… Pero Junsu seguía sin dar señas de vida.
—¿Joven Park?
—Oh, el señor Kim acaba de irse. Hace como una media hora.
Eran aproximadamente las cuatro de la tarde cuando Ai Maid Café cerró sus
puertas.
Por que Jaejoong lo soltó, apoyándose un poco en el capot del auto y cruzándose
de brazos.
Fue una inspiración larga, el aire entró en sus pulmones y finalmente miró a los
ojos a Jaejoong, tomando una vez sus manos, acercándose a él, para que supiera
que ahora no le mentía.
—Jaejoong, lo siento mucho. La noche que cené con Seulgi si paso algo más.
—…Ella me besó.
Fue como inconstante silencio que los rodeó, Jaejoong apretó un poco más el
agarre de sus manos y mordió su labio inferior.
—Hace unos días Seulgi fue al departamento. Diciendo que quería hablar
conmigo, y me habló de tus sueños de lo que querías, de que querías muchas
hijas o algo así. Ya te imaginarás lo horrendo que fue eso. Pero antes de que
pueda decirte algo, dime solo una cosa… Por que esto que tenemos ahora ha sido
muy difícil para mí…
—¿Difícil?
—Hasta que te conocí yo jamás me había sentido así. Estar contigo para mí es tan
natural, me siento tan bien, que no me importa nada más.
—Y a veces olvido que nuestra relación ante los ojos de los demás puede ser muy
complicada. Por que hay mucha gente estúpida allá afuera que va a hacer y decir
cosas crueles. Por que tú querías otras cosas antes de conocerme, por que yo era
distinto antes de conocerte.
El agarre de sus manos se hizo fuerte, Yunho olvidó el mundo allá afuera del que
Jaejoong hablaba. Por que justo en ese momento pasó como aquella noche de
navidad, el resto del mundo se ocultó y él solo pudo ver, sentir, oír y amar a
Jaejoong.
—Yo solo quiero estar contigo. Jaejoong, no me importa nada más. Cuando
éramos niños todos queríamos ser astronautas, policías y un montón de cosas
que con el paso de los años olvidamos. Por que crecemos como personas, por
que aprendemos a amar, a valorar. Aprendemos de prioridades. Y tú Jaejoong
eres mi mayor prioridad.
Yunho elevó sus manos unidas y las besó, luego tomó el rostro de Jaejoong
besando aquella frente descubierta, sintiendo la mirada del menor sobre si, y sus
ojos se encontraron por unos segundos lejanos a la incomodidad.
—Tú también eres muy importante para mi, Yunho. De otra forma no estaría aquí
contigo.
—…No quería hacerte pasar un mal momento. Si, por eso mismo yo tampoco te
conté lo que ella me dijo.
Yunho sonrió, asombrado de ese pensamiento compartido y con una sonrisa más
amplia en el rostro volvió a tomar la mano de Jaejoong, haciéndolo entrar al auto
con rapidez.
—¿Qué sucede?
—Quiero que acabemos con todo esto, vamos a hablar con Seulgi.
Cerrando los ojos cuando Siwon se dedicó a acariciar su cabello, con un pequeño
suspiro en los labios y rodeado por aquel perfume de Siwon que tanto le
encantaba. La respiración en su interior se calmó. Siwon lo miró desde su lugar.
—Ya verás como todo mejora para todos Chul, solo hay que tener un poco de fe.
Y aunque a Heechul le hubiera gustado contestar un poco a eso, prefirió guardar
silencio. Y acurrucarse un poco más en él. Incluso pudo adivinar una sonrisa en
sus labios y lejano a todo, solo se vio capaz de enredar unos dedos a los de
Siwon.
—¡Mami!
La pequeña niña abrazó sus piernas con fuerza, Seulgi ni siquiera la había visto
pero cuando la observó, una sonrisa fue inevitable. Y con un ágil gesto la levantó
en sus brazos y la abrazó con cuidado.
—Hola pequeña… ¿Cómo has estado? ¿Me has extrañado?
La niña se aferró a su cuello con una gran sonrisa y Seulgi miró a su amiga, quien
levantó un poco los hombros con una sonrisa en el rostro. La visita la había
tomado por sorpresa. Seulgi no las esperaba.
Junsu le llevaba una media hora de ventaja, más lo que él demoraría en llegar.
Era sencillamente inútil. No lo alcanzaría. Apretó el vaso en sus manos con fuerza,
con tanta que por un momento temió que se rompiera.
Cerró los ojos, sus parpados retenían las lágrimas, que de a una fueron
escapándose una vez más, la garganta por alguna razón le dolía, y con su única
mano libre Yoochun tapó su rostro. Las lágrimas salieron rebeldes de sus ojos.
Cuando Rain abrió la puerta y observó a Changmin con una bolsa del Maid en las
manos, fue inevitable sonreír. El olor a capuccino llegó hasta su nariz y fue
reconfortante. Sin embargo, el rostro de Changmin, que el menor intentaba ocultar
con una expresión de tranquilidad no lo convenció.
Lo mas loable en ese momento para Rain fue acercarse a él, besarlo suavemente
y sentir lentamente que se relajaba y que le mostraba como se sentía en realidad,
cuando se alejó un poco, finalmente Changmin suspiró.
Y lo abrazó.
Fue con tanta fuerza, que de algún modo Rain sintió que esa llamada inesperada
y esa voz apagada no habían sido solo un mal presentimiento. Changmin no se
sentía bien.
Yunho miró a Jaejoong, él lucía un poco incomodo, pero aún así respiró profundo
y le sonrió. Entonces golpeó la puerta de la habitación de aquella mujer que algún
día fue su primer amor, su prometida.
La espera fue algo larga. No estuvo seguro de por que, en recepción le habían
dicho que se encontraba en la habitación. Volvió a golpear un poco más fuerte y
desde adentro se pudo escuchar como presionaban un pequeño botón.
La puerta se abrió y a primera vista ninguno de los dos pudo ver algo.
—¿Quién eres?
Una pequeña voz, los hizo bajar la mirada. Una dulce sonrisa y un hermoso
cabello negro fue lo que observaron. La niña vestida con aquel traje rosa movió un
poco la cabeza y luego de unos segundos señaló a Yunho con ímpetu. Ninguno de
los dos entendía algo.
—Oh~ ¡Eres el que mami tiene en esa foto!
La niña corrió y se abrazó a las piernas de Yunho, haciendo que ambos abrieran
los ojos con sorpresa y el silencio empezara a sentirse incomodo.
Seulgi apareció de la nada, acompañada por una mujer de cabello castaño. Yunho
observó algo que nunca antes había visto en Seulgi. Ella lo miró con sorpresa, con
una verdadera, con algo de temor mezclado con nerviosismo. Sin contar con que
la piel en su rostro había perdido color.
Capitulo 22: Imaginé que me amabas, más allá del mismo amor.
Entonces descubrió que no era una película, era una serie norteamericana. Oh,
maldita distracción la suya. Pero tampoco le importo mucho por que casualmente
ya se había visto aquel episodio, entonces decidió observar a Rain solo un poco
más.
Rain nunca dejó de ver la pantalla del televisor, solo sonrió un poco y Changmin
entrecerró los ojos, en una mezcla de molestia y vergüenza. Decidiendo mejor
mirar al televisor.
Rain amplió su sonrisa. Changmin escuchó como el mayor dejaba la taza sobre la
mesita junto a la cama, pero lo que no pudo prevenir fue que Rain le quitara su te
y luego lo agarra de los brazos para poder recostarlo en la cama.
De acuerdo, eso había sobrepasado todos los niveles sugerentes que su propia
mente podía aguantar. Levantó un poco la cabeza. Rozando los labios de Rain y
dejando que el beso los uniera solo un poco más.
El movimiento de sus bocas profundizó. Robándole el aliento a Changmin,
dejando que Rain todavía sostuviera sus brazos. Esperando que los latidos de su
corazón no fueran audibles en algún momento.
La inexperiencia en ese gran paso que estaba a punto de dar resonó en el interior
de su conciencia, pero Changmin se dejó arrastrar por él, por sus besos, por las
emociones que desbordaban en él. Por que lo él sentía por Rain y lo que Rain
sentía por él.
Por que si no había un mañana para los dos en ese momento mucho no
importaba. Por que justo en este instante ambos se amaban. Y era ese
sentimiento lo que perduraba. Rain fue soltando sus manos y para cuando pudo
percatarse sus manos lo habían impulsado una vez más, esta vez para que
volviera a sentarse.
—Créeme, sino fuera así, hubiera detenido tus manos hace mucho rato.
Cerró los ojos cuando los labios de Rain viajaron de sus boca a su cuello, mordió
su labio inferior en un gesto por demás sensual cuando esa lengua recorrió
despacio su pecho y se detuvo un momento en su estómago.
Tarah se arrimó un poco mejor en el pilar del pasillo y observó con atención al
nueve gerente. Su expresión seria mientras contrataba un negocio importante
dentro de la oficina.
Ella rió un poco, sentándose frente al escritorio del hombre y vacilando una vez
más en sus palabras.
Tarah sonrió un poco nerviosa. –Oh, vamos no seas aburrido. Esta noche en tu
departamento a las nueve en punto. ¿Bien?
—…Supongo.
…
Dentro de la habitación de Seulgi el ambiente se había puesto tenso.
Tres años que era el tiempo exacto antes de que Seulgi se marchara.
La niña asintió, comentando los lindos que eran los amigos de su mamá, dando
saltitos hasta que la mujer cerró la puerta de la habitación. Lejos de ellos, donde
esa conversación no llegara a oídos de la niña.
Yunho no quería ni tenía tiempo para tener cuidado, miró a Seulgi severamente,
con su voz determinante. Y el miedo aún palpable en su interior.
—…¿Quién es el padre?
Y esta vez su voz vacilo, algo nerviosa y temerosa de escuchar esa respuesta.
Jaejoong solo pudo mirar a Seulgi, esperando también. Pero ella solo tapó su
rostro, con las manos. Apoyando los codos en sus rodillas, perdida en su propio
nerviosismo.
Fue horrible, fue un instinto. Yunho se pegó al respaldar de su asiento, con las
palabras de Seulgi lastimándolo profundamente con sus ojos abiertos de para en
par, soltando la mano de Jaejoong descuidadamente.
—¡Pero…!
Seulgi se levantó. Yunho solo perdió su mirada por unos segundos. Confundido de
hacía donde debía mirar. Con el corazón saltándole violentamente y con Jaejoong
mirándolo tan preocupado que Yunho solo pudo angustiarse más.
—¡Pero… Yunho!
El grito de la mujer fue lo único que alcanzó a escuchar antes de empezar a salir
de ahí, bajó las escaleras. Sin mirar hacía atrás, con cada paso quedaba
apretando más fuerte la mano de Jaejoong, quien se limitó a dejarse llevar.
Yunho empezó por cerrar los ojos con fuerza, con el alma implorando por un poco
de calma. Por desear nunca haberse enterado de nada, por su propio dolor interno
diciéndole a gritos que esto, no era justo.
Fue su voz, la voz de Jaejoong quien lo hizo detenerse de a poco. Justo en medio
de una de esas calles algo vacías por la lluvia de esa tarde. La fuerza en sus
piernas le falló y entonces calló de rodillas.
Con el llanto apoderándose de él, con su pecho siendo apretado por alguna mano
que solo le estrujaba el corazón y le provocaba un dolor indescriptible hasta su
garganta. Dejando que sus lágrimas se perdieran con las gotas de lluvia que
resbalaban por su rostro.
Jaejoong se paralizó por completo, por que Yunho estaba ahí, desmoronándose
ante sus ojos, por que nunca lo había visto en ese estado. Y por que el dolor de
Yunho llegó hasta él, y ni siquiera se pudo dar cuenta del par de lágrimas que
también salieron de sus ojos.
—Yo quería un hijo, si… Pero no así… No ahora… ¿Por qué no puedo dejar de
sentirme tan mal?
Yunho desahogó en medio de sus palabras la impotencia que sentía, tapando con
una mano su rostro. Con su cuerpo temblando ante el frío y los espasmo
constantes de su llanto. Y Jaejoong entonces se arrodilló.
Por eso únicamente pasó un brazo por encima de los hombros de Jung y apoyó la
cabeza en él. Bajó la lluvia brindándole un poco de calor, aunque él se sintiera
igual de devastado y asustado del futuro.
Yunho esa tarde lo abrazó, con toda la fuerza que pudo reunir, y lloró toda la rabia
contenida en su interior. Con la misma frase que rebasaba su entendimiento y
golpeaba con agresividad su fuero interno. “¡No es justo!”, gritaba internamente y
la razón no hacía más que compadecerse de él.
…
—¿Está seguro?
Yoochun levantó la mirada, afiló sus ojos sobre la presencia de aquel hombre que
solamente se encogió un poco y asintió.
Le gustaba cerrar los ojos y soñar con esa realidad. Que entre más alcohol
consumía le parecía cada vez menos inverosímil le parecía, pero cuando abría los
ojos y la oscuridad de ese bar lo absorbía más real se sentía.
Podría llorar en este momento, gritar a los cuatro vientos lo mucho que odiaba a
Kim Junsu, por ser un maldito egoísta, por no despedirse, por no pensar en él.
Podía hacerlo, pero en el fondo sabía que cada palabra sería una vil mentira.
Cuando la nueva botella llegó frente a él, le costó abrirla, por que sus movimientos
ya eran torpes, y cuando luego de unos minutos no pudo conseguir que esta se
abriera, Yoochun sostuvo la botella con fuerza y cerró los ojos, sollozando
levemente el nombre de ‘Junsu’
Yoochun volvió a mirar con fuerza a ese muchacho y él solo suspiró. Abriendo la
botella y depositando un poco del licor en el vaso junto a él, luego de eso Yoochun
volvió a quedarse solo, con aquella botella y el vaso como compañía.
Celebrando sus propias palabras, Yoochun levantó el vaso y bebió, el primer trago
de esa nueva botella de whisky que era la tercera de esa corta tarde.
…
Rain escuchó los golpes agresivos a su puerta y levantó un poco la cabeza.
Observó a Changmin, aún dormía a su lado. Miró el reloj descubriendo que eran
casi las seis de la tarde. Se colocó rápidamente una camisa, aprovechando el
hecho de que se había acostado a dormir ya con un pantalón.
Arregló como pudo su cabello y abrió la puerta. Observando como ese hombre un
poco mayor lo empujaba con fuerza, ingresando con molestia a du departamento.
Rain arrugó el entrecejo confundido.
Rain incluso sintió su corazón aplastarse con fuerza. Ese hombre… ¿Era el padre
de Changmin?
—¡¿Pa…Papá?!
Retrocedió por instinto, un paso, luego dos. Hasta que su espalda chocó contra la
pared y la furia reflejada en los ojos de su padre le anticipó lo que sucedería a
continuación. Por que se abalanzó contra él, golpeando con rudeza su cabeza,
haciéndolo encogerse.
—¡¿Cómo te has atrevido?! ¡Eres un mal hijo! ¡¡Mira que decirnos que vas a ir a
estudiar!! Sabrá Dios cuantas veces te habrás escapado con este sujeto. ¡Mira la
hora que es, tienes a tu madre preocupada!
Changmin sabía que no podía escudarse bajo la excusa de que se había quedado
dormido. Por eso prefirió callar, hasta que la mano de Rain detuvo los golpes de
su padre e inconscientemente se escudó tras la espalda de él.
—Por favor, Señor le prometo que le explicaremos todo, pero calmase primero.
—¡Si no fuera por la amiga de tu mamá que te vio entrar a este departamento
seguiríamos preocupados por ti!
No sabía hasta que punto esto se podía salir de control. Por eso Changmin decidió
respirar profundo y colocarse a un lado de Rain, decidiendo enfrentar a su padre.
Rain tomó la mano de Changmin y asintió. Shim solo volvió a respirar profundo
apretando un poco la mano de él.
—¡Usted no se entrometa!
Y el golpe llegó, Changmin solo vio a su padre abofetear con una fuerza
descomunal que por suerte jamás había sentido, pero que lo hizo saber que esto
estaba sobrepasando los límites.
—Eres aún un estudiante. Ni siquiera te has graduado, ¿Cuántos años tiene este
sujeto? ¡¡Se está aprovechando de ti, de tu inexperiencia!!
Sintió como su padre lo agarraba por el brazo, jalándolo hacia la salida del
departamento sin importarle que se encontrara a medio vestir. Changmin se
encontró debatiendo entre el profundo respeto a sus padres y defender lo suyo
con Rain.
Pensó en lo tradicionalistas que podían llegar a ser sus padres, lo mucho que los
amaba, pero también pensó en Junsu. Y en que él no quería cometer el mismo
error que su Hyung. Él quería quedarse con Rain.
—Por favor Changmin ve con tus padres. Deja que se calmen un poco, y cuando
lo hagan entonces hablaremos, no es justo que tu madre siga preocupada. Te
prometo que esto se va a solucionar.
Antes de abandonar Rain recibió la mirada molesta del padre de Changmin, pero
la a anhelante del menor antes de salir del departamento. Una vez solo una vez
más Rain suspiró, tenía que hallar la forma de solucionar esto civilizadamente.
…
JooHee se había marchado hace unos minutos.
Las palabras torpes y el pequeño puchero que la niña puso la enterneció, la tomó
entre sus brazos y la abrazó con fuerza, depositando un corto beso en la mejilla de
la menor.
Miráh la abrazó con fuerza y cuando el timbre dentro del departamento sonó.
Seulgi caminó con paso lento hacía la puerta extrañada de quien podía ser, puesto
que su amiga ya se había ido directo hacía el aeropuerto.
Cuando los ojos claros de KangTae la saludaron, tuvo que respirar profundo.
—¡¡Papi!!
Miráh saltó de sus brazos a los de él, con una gran sonrisa en los labios y el
entusiasmo sumamente palpable. Seulgi rascó un poco su nuca. No veía a
KangTae desde que habían empezado sus trámites de divorcio y él se había
marchado de casa.
Onew sentado a su lado derecho aplaudió con una sonrisa en la cara y Minho solo
suspiró, no tenía precisamente humor como para emocionarse por un partido el
día de hoy y menos durante el juego habitual en el que todos se reunían.
Minho rodó los ojos, con una pequeña mueca en el rostro a la cual Key respondió
con una sonrisa. Miró a un Taemin sumamente sonriente, conversando con
JoongHyun durante el breve receso en el partido.
Eso no le gustó.
—¿El que?
—Es hasta evidente ante cualquiera. Dicen que esos dos están saliendo, pero aún
es en secreto o algo así, por que no lo han hecho publico ni nada.
Minho entrecerró los ojos, una vez con esa mueca, pero esta vez con un poco de
fastidio ante la ironía de su amigo. Regresó su mirada a aquellos dos muchachos,
JoongHyun tenía una mano en el hombro de Taemin, moviéndose un poco, riendo,
con una extraña confianza y cercanía que antes no tenían.
No le gustaba, y no se podía hacer a la idea de que ese rumor pudiera ser verdad.
…
Decidió por tanto agarrarse un poco, y como podía de la pared. No está seguro de
cuanto dinero le soltó al taxista pero en este momento poco le importa. Abrió y
cerró los ojos con algo de dificultad solo para intentar mejorar su visión.
—¡Sabía que no te irías, mi Su! Lo sabía… Yo sabía que me amabas tanto como
yo a ti.
Buscó sus labios y lo besó. Con todo el amor que él merecía y con sus emociones
a flor de piel, lo abrazó un poco más, escondiendo el rostro en el rostro del
muchacho que se encontraba bajo su cuerpo.
Suspiró tranquilamente decidiendo que tenía que buscar como fuera las llaves de
Yoochun, dejarlo en su cama, e intentar solucionar las cosas. No en vano había
viajado hasta Corea, aunque aparentemente algo tarde, por que su hermano ya se
había ido.
Era la hora de hacer lo correcto, así que mientras KangTae dormía, Seulgi decidió
salir.
Unos cortos minutos de paz que en ese instante le fueron algo inverosímil. Por
que entre el silencio, sus cuerpos, la respiración acompasada de Yunho. Jaejoong
comprendió que lo ideal sería quedarse así junto a él.
Un poco calmado, un poco sensato. Jaejoong pensó que era tal vez una señal del
destino. Que tal vez su tiempo había terminado. Se recostó sobre la cama y
abrazó con fuerza la almohada con un suspiro saliendo de su boca.
Lo había entendido.
Había intentado hablar con sus padres, lo había entendido. Pero su padre solo
gritaba, su madre solo lo abrazaba y no aportaba en nada. Changmin cansado de
los gritos solo subió a su habitación y se encerró en ella.
¡Demonios! No era un niño. Era mucho más maduro que todos sus compañeros,
incluso que sus amigos del Maid, que obviamente eran mayores que él. Entre toda
la sarta de estupidez que había escuchado, la peor era que Rain pudiera ser de lo
peor.
…Ellos no comprendían.
Odió sumamente que lo trataran como un niño. Estaba a punto de terminar el
instituto, de comenzar la universidad. No era posible, que a estas alturas de su
vida y le tocara pasar por una situación así.
Y él caminaba una vez más hacía su casa con Taemin, en la costumbre habitual
luego de aquellos días cuando todos se reunían para jugar un poco de baloncesto
en la tarde/noche. Miró a su amigo y su gran sonrisa.
Aún podía recordar y contar con los dedos los días atrás en que Taemin le hubiera
confesado que era verdad que tenía sentimiento hacia él. Taemin siempre había
sido sincero, su amistad siempre había sido así.
Minho se detuvo. Y Taemin movió un poco su cabeza, aún con esa sonrisa en los
labios.
—¿Lo sabías?
La verdad, en ese momento fue como el viento frío de la noche que golpeaba
contra su cuerpo. Sencillamente… No podía ser real.
—Aburrido~
—De acuerdo, pero todavía no entiendo como deje que se auto invitara.
El timbre de la puerta sonó y Heechul limpió sus manos con la toalla de cocina.
Siwon fue le encargado de abrir la puerta. La sonrisa de Tarah con una botella con
vino en la mano fue lo primero que Siwon vio apenas abrió la puerta.
—Bienvenida.
—Muchas gracias.
—Oh, Tarah te presento a Kim Heechul, estamos saliendo desde hace algún
tiempo. Aunque nos conocemos desde siempre. Ella es Tarah mi compañera de
trabajo en el banco.
—Igualmente.
…
Yunho se levantó lentamente.
Restregó un poco sus ojos y vio su pantalón y camisa de algodón, recordando que
luego de su desgaste emocional, Jaejoong y él habían regresado, con una rápida
ducha y luego él se había recostado a dormir.
Ya había anochecido. Se levantó sin ubicar a Jaejoong por ninguna parte. Fue
directo hasta su habitación y lo observó dormido boca abajo, abrazado a la
almohada, cerró la puerta con cuidado, y decidió que era hora de afrontar las
cosas.
No había tenido el valor para escuchar las palabras de Seulgi, pero era el
momento de afrontar la situación como fuera. Tomó las llaves sobre el mesón y no
le importó la ropa que llevaba puesta.
Durante el trayecto dentro del ascensor. Yunho analizó las razones múltiples por el
que plasmar alguna emoción en su rostro le parecía tan difícil. Por suerte ya no
llovía, y apenas salió del edificio, en cuanto divisó el auto de Seulgi sus pasos se
detuvieron.
Yunho le ofreció el café caliente a Seulgi y ella lo tomó con cuidado. Ambos dentro
del auto de la mujer, guardaron silencio un rato. Alejados del edificio de Yunho,
finalmente Seulgi suspiró.
Yunho bebió un poco de café. Sabiendo que esas palabra algún día tendrían que
llegar.
—Luego esa simple atracción se convirtió en amor y yo no sabía como dejarte, por
que te quería. Y estaba siendo muy egoísta, por eso me marché con KangTae el
día de la boda. Miráh no es tu hija, es de él. No tengo dudas de ello.
Los ojos de Yunho se cerraron, una paz y una calma que no lo esperaba cubrió su
cuerpo, apretando con fuerza el recipiente con café.
—El hecho de que todo entre nosotros se acabara fue demasiado para mi, por eso
intenté buscarte, por que has sido él único después de KangTae que me ha
amado de verdad. Sé que fui una estúpida, pero creo que es hora de que ya
empiece a madurar. Siento haber intentado interponerme entre tu y Jaejoong. Lo
siento mucho, Yunho.
—Solo quería… No sentirme así. Perder a la persona por la que dejaste todo…
Duele tanto. Tú te fuiste de Corea y no lo sabes, pero por lo que te hice mis
padres me rechazaron como hija, me sentía sola, desamparada… El amor se me
iba de las manos y no sabía como afrontar todo esto sola… Le tenía miedo a la
soledad.
Yunho le quitó el recipiente con café, y ella tapó su rostro con ambas manos,
empezando a llorar desconsolada.
—…Y también tenía miedo de comenzar con alguien más, de que no me amará de
verdad, que me hiciera daño, yo ya no estoy sola. Tengo una hija, y tu eres el
mejor hombre que he conocido, nunca me lastimarías.
—Pero ahora… Estoy sola, él no se desentenderá de nosotras, pero aún así estoy
sola… Y no sé como afrontar esto. Tengo mucho miedo. Miráh no pasará
necesidades, KangTae la ama con su vida, pero tengo miedo de hacer algo mal.
Estoy sola con una gran responsabilidad y no sé como afrontarla.
Entonces de algún modo empezó a comprenderla. Seulgi tan solo estaba muy
asustada, pero aun así había decidido hacer lo correcto. Seulgi había empezado
su cambio en este momento, diciendo la verdad, afrontando las consecuencias,
todo por si sola.
Seulgi secó un poco sus lágrimas. Asintió levemente y sonrió, apenas un poco
pero lo hizo, el peso sobre su espalda disminuyó. La verdad, había revitalizado un
poco su alma.
Se sentó de inmediato, con una mano sobre el pecho, ante un inevitable pesadilla
que no recordaba pero que había dejado una marca de la emoción que le había
producido inconscientemente.
Se levantó por un vaso con agua. Y encontró una pequeña nota sobre el mesón.
“Solucionaré todo.
Pero eso era lo que ambos necesitaban, por que entre todas las cosas que
estaban sucediendo necesitaban distancia y tiempo. Jaejoong regresó a su
habitación y empezó a empacar.
Ai Maid Café.
—¿Podrías al menos dejar la tontería y pensar en mi, en que puedo estar tomando
la decisión correcta?
—¡¿No te has graduado y ya crees que puedes tener la verdad en tus manos?!
—¡No se trata de eso! ¡Es estúpido que a esta edad pretendas negarme que salga
con alguien, ya cumplí los dieciocho por si lo has olvidado!
Fue cuando Changmin empezó a subir las escaleras velozmente cuando su madre
realmente se preocupó, corrió tras su hijo. Viéndolo sacar unas maleras que al
parecer ya estaban preparadas con anterioridad.
Seúl, Corea.
—Muy bien, ha superado por completo su historia con Seulgi, es muy feliz ahora.
—Oh, eso suena tan bien. Iré a visitarlo en unas semanas. No he visto a Junsu
hace mucho. Y lo poco que sabía de él, era por algún correo que me enviaba.
—En verdad no tuve mucho tiempo de visitar a los muchachos pero sé por Yunho
y Jaejoong que están bien.
—¿Jaejoong?
—Oh, si él es…
La sonrisa de Junsu era extraña, un poco débil en verdad. Pero Donsang, feliz
como se encontraba de ver a su hijo, al parecer no le tomó mucha importancia al
estar tan contenta por verlo.
Cuando Junsu la abrazó, Jihan tuvo que admitir que de cerca esa sonrisa era
todavía más débil y su voz sonaba incluso decaída. Su rostro lucía cansado.
Junsu respiró profundo, tomando sus maletas una vez más.
—Son muchos problemas entre ambos que ya son casi irremediables mientras él
no cambie su actitud.
—No cometas el mismo error que yo. No dejes que Taedoh influya en la vida de
Junsu. Apóyalo, no lo dejes solo como lo hice con Yunho años atrás.
Akihabara, Japón.
—¡Junsu! Dios te amo… Gracias por quedarte como un idiota como yo, pero te
prometo que… Un momento, ¿por qué estás más alto?
—Si vuelves a besarme, te por seguro que te daño esa linda cara que tanto adora
mi hermano.
—¡Junho!
Junho jugó con el pan en sus manos, Yoochun solo miraba el negro café en su
taza. Todavía sin siquiera poner las manos sobre la mesa. Mirando fijamente a la
mesa, tomando su decisión definitiva.
—Él no es ningún niño, sabe que puede contar conmigo para lo que sea. Y él solo
se marchó sin mirar atrás.
—Somos su familia.
—¡Nosotros también!
Junho miró el rostro dolido de Yoochun, sus ojos debilitados. Finalmente Yoochun
solo desvió la mirada, mordiendo su labio inferior y aparentemente decidiendo no
hablar más del tema.
—Voy a quedarme unos días en Japón, luego iré a Corea para hablar con Junsu…
—Junho.— Yoochun interrumpió al menor con tranquilidad. –Puedes quedarte
aquí los días que estés en Japón, pero cuando veas Junsu habla con él sobre lo
que quieras, solo no me metas en esa conversación, no me uses como un recurso
para hacerlo regresar.
Yoochun se decidió por empezar a desayunar, tomando la taza con café en sus
manos. Junho solo respiró profundo. Sintiendo las cosas salirse de lugar de a
poco. Yoochun podía amara demasiado a Junsu.
Cuando abrió los ojos recordó a Jaejoong. Se levantó del sillón preocupado por
que Kim aún no hubiera llegado, recorrió con velocidad el departamento. Cuando
llegó luego de hablar con Seulgi, Jaejoong ya no estaba.
Hubo un silencio, uno cortante y cruel que Yunho solo afrontó pasando una mano
por su cabello, desesperado por solo escuchar la bulla que la gente al otro lado
proporcionaba, pero sin que alguien le respondiera concretamente.
—Yunho, ¿no lo entiendes? Esto es más que Seulgi o la pequeña. Antes las cosas
para mi eran muy diferentes. Antes de conocerte ni siquiera me plantee la idea de
vivir junto a alguien como tú. Las cosas han ido sucediendo demasiado pronto.
Todo esto me está sobrepasando.
Jung podía identificar por la bulla al otro lado de la línea que muy probablemente
Jaejoong se encontraba en un aeropuerto, termina o estación. Se apoyó contra la
pared. Escuchando atentamente las palabras de él.
—Lo sé, pero sabes a lo que me refiero. Luchar contra el mundo entero de tu
mano es una decisión que debo pensarla bien, por que luego no quiero que hayan
arrepentimientos. No quiero salir lastimado por que yo lo sé, Yunho. Nunca volveré
a amar a nadie como te amo a ti.
—No voy a desaparecer Yunho, regresaré. Solo dame este tiempo para pensar,
déjame extrañarte un poco más. Prometo que regresaré aún si cuando me vuelvas
a ver ya no me ames como hoy.
Una sonrisa surcó por sus labios ante aquellas palabras y la pequeña herida que
se abría en su interior. En el fondo lo entendía, pero eso no aminoraba la presión.
Escuchó un suspiro, un silencio que le demostró que para Jaejoong era difícil
también. Cuando Jaejoong volvió a hablar su voz sonaba un poco débil.
—Solo quiero recordar mi vida como era antes de conocerte. Quiero saber que
estoy haciendo lo correcto. Por que te amo de verdad, y cuando vuelva a tu lado,
enfrentaré lo que sea. A tu lado mi vida es completamente diferente a la que
alguna vez imaginé. Han ocurrido muchas cosas, muy rápido. Solo necesito
acostumbrarme a que mi vida ya no será como antes.
—Suenas como si estuviera arruinando tu futuro.
En el momento en que volvió a haber un corto silencio Yunho suspiró, con una
expresión serena en su rostro en esta ocasión.
—Solo no te olvides de mí, Jung Yunho. Te lo advierto, por que sino te lanzo a la
cabeza lo primero que encuentre para que me recuerdes.
Yunho rió, mordiendo un poco su labio inferior. Comprendía que últimamente todo
era demasiado para ambos, comprendía que Jaejoong necesitaba analizar lo que
amar en estas condiciones significaba. Entonces lo dejaría ir. Para mantener
distancias, para que lo extrañara. Para pensar en lo que su mundo sin él
significaba.
—Yunho…
—¿Si?
—…Te amo.
Yunho sonrió levemente, mirando el teléfono en sus manos, con las últimas
palabras de Jaejoong en su mente, con su despedid grabada en la memoria.
Optando por darle un tiempo para pensar, en lo complicado que era su amor.
Comprendió en las palabras del menos que en realidad eso era lo único que él
necesitaba. Rain decidió entonces solamente abrazarlo, con toda la fuerza que
podía. Para que Changmin supiera que no se estaba equivocando al escogerlo.
…
…
Seúl, Corea.
Junsu bebió un poco de te, con el periódico en las manos dentro de aquella
enorme cocina. Cuando escucho unos suaves pasos entrar, giró levemente. Su
madre lucía seria, y Junsu solo pudo verla sentarse frente a él, mientras tomaba
sus manos.
—Y dime entonces, ¿en realidad quieres hacer eso? Por que nunca te gusto nada
que tuviera que ver con las empresas. ¿Tú en realidad piensas dejarlo todo, por
hacer algo que no te gusta? ¿De verdad quieres estar aquí?
Lo de Junho logró tomarlo por sorpresa, miró sus manos siendo entrelazadas por
la de su madre y volvió a suspirar.
—¿Y por que tú crees que yo dejaría de ver a mi hijo solo por lo que tu padre
diga?— Junsu levantó la mirada, un poco sorprendido también. –Para mi lo más
importante es que seas feliz Junsu. Deja de fingir que perteneces aquí, ¿acaso no
extrañas a Yoochun?
Akihabara, Japón.
Este sería su penúltimo año en la secundaria, el año siguiente empezaría con los
exámenes para la Universidad. Sexto año sin duda era el año que mas presiones
acarreaba, pero aún así sus pensamientos no estaban ocupados en ello.
Taemin desde siempre fue su mejor amigo. Cuando Taemin le confesó que se
había enamorado de él, fue extraño, y cuando le dijo que se propondría regresar
esos sentimientos a una amistad, jamás pensó que pasaría tan pronto.
Minho de apoco logró olvidar sus sentimientos por Rain. ¿Por qué le era tan difícil
creer que Taemin lo había echo por él? Rodeado de sus amigos, en medio del
salón. Con Taemin enfrente, siendo abrazado por Joonghyun. Minho solo lograba
sentirse incómodo.
—Entonces, ¿qué les parece la playa? Será grandioso, las vacaciones están cerca
y será la mejor manera de recibir al sexto año que se aproxima.
—Mis padres tienen una casa en la playa. Es de dos pisos, yo creo que
acomodándonos entramos todos con facilidad.
—¡Eso es estupendo!
Minho encontraba estúpido haberse dado cuenta tan tarde, que probablemente si
lo intentaba, su hubiera podido enamorar de Taemin.
Yoochun no sentía que lo incomodaba, más bien sentía que le hacía bien su
compañía, por que entre todas las cosas por las que estaba pasando. Y la visita
de Yunho en la que le contaba todo lo sucedido en los últimos días, sin contar con
las buenas nuevas de Changmin, pues Junho era como un aliciente para no
sentirse tan desgraciadamente solo.
Es más empezaría a reconsiderar la idea de pedirle a Yunho que se viniera a vivir
también con él y afrontar su soledad juntos. Los únicos que parecían estar
estables y sin problemas eran Siwon y Heechul.
La voz molesta de Junho por un momento le recordó a Junsu, acomodó las fundas
del supermercado en sus manos y sonrió.
—Pues ojalá…
Junho acomodó también las fundas en sus manos y continuó caminando hacía el
departamento. Pero en cuanto divisaron a Junsu sentado sobre sus maletas en la
puerta de Yoochun, los pasos de ambos se detuvieron.
—¿Junsu? ¡Junsu!
Cuando finalmente Yoochun habló, Junsu levantó la mirada con una pequeña
sonrisa en los labios y acercándose pausadamente hacía él. Viéndolo sacar las
llaves de su bolsillo.
—Yoochun yo…
Y sin alguna sonrisa de por medio, o algún abrazo. Yoochun solo siguió
caminando hacía su puerta, abriéndola con lentitud e ingresando a su
departamento sin mirar atrás. Junsu solo se quedó en lugar, sintiendo la
indiferencia de Yoochun lastimarlo profundamente.
…
Un año y medio después el Ai Maid Café había cambiado casi completamente.
Externamente era un cambio solo en personal y diseño. Pero los dueños y socios
del lugar sabían que en realidad muchas cosas habían cambiado. Las hermosas
chicas que ahora atendían el lugar deslumbraban a los clientes y al parecer
habían restaurado el orden en el lugar luego de que Junko, Jejuko, Yuna y Mina
desaparecieran.
Yunho había optado por haber superado muchas cosas con la aparición de Seulgi,
y por supuesto con el tiempo que Jaejoong le había otorgado. Había comprendió
entre muchas otras cosas que Seulgi solo se encontraba un poco asustada.
Incluso las pequeñas visitas de Mirah, la hija de Seulgi le otorgaba a Yunho unos
momentos de distracción luego de un agotador día de trabajo.
—Pues él esta trabajando y le va muy bien, además visita a Mirah casi a diario.
—Enseguida.
Con las manos entrelazadas, el menor únicamente observaba el sobre manila que
se encontraba encima del pequeño mesón en la cocina. Estrujó sus manos un
poco más y finalmente accedió a acercarle el sobre a Rain.
Changmin miró a Rain tomar el sobre y empezar abrirlo. Mordió su labio inferior,
esperando los largos segundos que acompañaron a ese momento mientras Rain
parecía leer incluso más lento de lo normal solo para desesperarlo.
—Tranquilo, Min.— Rain sonrió divertido y tomó las manos de Shim con fuerza. –
Felicidades pequeño. Te aceptaron, trabajaras en el despacho de uno de los
mejores abogados de la escuela de leyes.
—¡No lo puedo creer! No cualquiera entra a trabajar para ellos. Así sea como
principiante, sé que voy a dar lo mejor de mi.
Changmin sonrió victorioso, tomando de la mano a Rain para que caminaran hacía
la sala de estar frente al televisor. Comentándole sus planes e ideas. Hablándole
de lo genial que era estar al fin en la Universidad.
—Oh, por cierto… Como así no he visto a tu siamés perdido en estos días.
—Exactamente.
—Ok, bien…— Taemin de pronto se mostró nervioso, pero con la misma sonrisa
en sus labios. —Quería que fuera una sorpresa, pero… Joonghyun fue a retirar los
resultados de nuestros exámenes allá.
Taemin extendió un poco sus manos, esperando por que Minho se entusiasmará
también, pero a cambio, Choi únicamente arrugó el entrecejo.
—¿A Kioto? Espera, ¿me estás queriendo decir que tú y Joonghyun se van a ir a
estudiar la Universidad a Kioto?
—Pero Minho…
El celular de Taemin comenzó a sonar, para este momento la mirada en el menor
era un poco preocupada, pero aún así en cuanto vio el nombre de Joonghyun
decidió contestar.
—Si, Joonghyun dime… ¿Eh? ¿En serio?… ¿Los dos fuimos aceptados? ¡Eso es
perfecto! ¡Claro que estoy contento!
Cuando Junho abrió la puerta del departamento, Junsu permanecía en sillón con
un jarro con chocolate en las manos aparentemente divertido viendo un programa
en la televisión. Sonrió un poco y caminó hasta poder sentarse junto a él.
—¿Trajiste la comida?
—Lo sé, no debiste esperar a que saliera del trabajo. Te hubieras preparado algo.
Junho observó como su hermano empezaba a separar los palillos para empezar a
comer abriendo una de las pequeñas cajas de cartón. Junsu sonreía, parecía
entusiasmado con poder cenar de una vez por todas.
Pero en el fondo Junho sabía que este año y medio transcurrido había sido muy
difícil para él. Por que Junsu había tenido que empezar desde cero, dedicarse por
completo al fútbol una vez más no había sido fácil.
—¡Lo había olvidado! Disculpa por no decírtelo antes; El entrenador dice que ya
soy titular. Oficialmente comienzo como entrenador de los niños la próxima
semana.
La sonrisa en el rostro de Junsu fue majestuosa. En verdad se sentía
entusiasmado y Junho no pudo evitar sentirse igual.
—¿Por qué te notó más entusiasmado con ser entrenador de los niños que en
jugar?
—Amo entrenar a los pequeños, solo un poco más de lo que amo jugar. No dejaré
de jugar, pero ambas cosas me encantan.
Junho llevó un poco de comida a su boca, y Junsu pareció distraerse una vez más
con la serie. Suspiró levemente y miró hacia la pantalla del televisor, si algo no
había cambiado, era la actitud reacia de Yoochun hacía Junsu.
Por un momento pensó que sería algo de unas semanas, cuando mucho un par de
meses, pero Yoochun parecía muy concentrado en su último semestre en la
Universidad. Había empezado ya a trabajar como compositor y empezaba a tener
el reconocimiento debido. Estudiar música había sido lo adecuado par él.
—¿El que?
Los ojos de Junsu viajaron del televisor hasta su comida. Con una leve melancolía
mientras movía los palillos entre la comida.
—Yoochun no te odia, es solo que se sintió muy lastimado. Tal vez como Jaejoong
necesita tiempo, ¿no crees?
Había sido un día particularmente agotador. Se lanzó sobre la cama boca arriba,
con los brazos estirados, y un suspiro en los labios. El pequeño silencio que se
esparció en la habitación fue gratificante.
Cerró los ojos un instante; Tenía que bañarse, comer algo rápido, medio ver un
poco las noticias y luego acostarse a dormir. Se encontraba lo suficientemente
cansado como para empezar a pensar que apenas alcanzaría a bañarse y
entonces se quedaría dormido.
Seguramente Jaejoong lo regañaría por no comer a la hora correcta.
Abrió los ojos entonces, mirando el techo de la habitación. Con una pequeña
sonrisa en los labios, trayendo a su presente aquellos recuerdos de la primera vez
que lo vio. Cerraba el maid un poco tarde y de la nada apareció aquel muchacho
en esos días rubio.
Mucho gusto soy Kim JaeJoong. Venía por lo del anuncio pero veo que estas
cerrando me preguntaba si…
Con la gorra en la cabeza, y una pequeña sonrisa en los labios. Desde ese
momento, Yunho se sorprendió al ver su rostro y expresiones. La manera en la
que parecía destilar esperanza y desde entonces le maravillo la idea de que
molestarlo sería divertido por su extraño carácter.
Volvió a suspirar, decidiéndose por levantarse de una vez por todas y comenzar
con su pequeña rutina. Pensando en que sería bueno que ese tiempo de espera
se acabara una vez por todas.
Kioto, Japón.
Jaejoong tipio velozmente las palabras en la laptop, verificando muy de vez
cuando alguna cosa en uno de los muchos libros que había sobre la mesa. Con el
tiempo justo para poder enviar su tarea.
—Jaejoong ya duérmete.
—Ya Joong, ya terminó. Deja de ser tan fastidioso. Este deber es muy importante,
el profesor dijo que sería la mitad de la nota.
Jaejoong sonrió ante las palabras de su amigo, soltando un poco de aire de sus
pulmones. Complacido con por fin haber tipiado sus últimas palabras. Guardando
el documento una última vez y abriendo su correo para poder enviar la tarea.
—Lo único bueno de esta desvelada es que al menos me voy acostumbrado para
los finales de este semestre.
—Alégrate Joong, ¿no dijiste que estas vacaciones te ibas con tu novia de
vacaciones?
—Si y eso será genial. ¿En serio te regresas a Akihabara al finalizar el semestre?
—Eres un pervertido.
Cerró los ojos brevemente, con su amigo quejándose aún por infravalorar lo
sentimientos hacia novia. Por un momento Jaejoong miró hacía la ventana y el
cielo oscuro de ese día. Contando los días para regresar.
Y antes de poder darse cuenta, había conciliado el sueño una vez más.
Fin Capitulo Veintitrés.
Seúl Corea.
Jihan miró los papeles en sus manos, y con un suspiro instalado en los labios dio
por terminado la lectura de aquel papel. Repasando cada letra que indicaba el
eminente fin de lo que alguna vez su matrimonio.
Había sido un divorcio tranquilo. Su esposo lo había perdido todo, a su hijo unos
años atrás y ahora ella. Sus decisiones erróneas sobre la sociedad y el que dirán
lo habían arrastrado a ello.
Jihan no podía hacer nada por él, no podía seguir junto a él, mientras no cambiara
su forma de pensar. Pensó en que extrañaba mucho a su hijo, recordó a Jaejoong
esperando por que el muchacho volviera junto a Yunho algún día.
“Dile a nuestro hijo que espero que algún día me pueda perdonar.
Sean felices, intentaré volverme una mejor persona. Digna de ustedes, digna de
sus recuerdos. Alguien digno de pertenecer a sus vidas irremediablemente.
Busca a la felicidad que por tantos años huyó de ti, mi amada Jihan.”
Decidió que por el momento lo mejor sería concentrarse en hacer algo por sí
misma. El tiempo diría y daría muestras del cambio de Kangsae, sería este su
momento. Y trataría de emprenderse una nueva meta.
Algo, como lo dijo su hijo. En lo que concentrarse, le deparara un mejor futuro.
Akihabara, Japón.
Con una expresión serena, las chicas, con bellas sonrisas en el rostro se movían
con eficacia, siendo amables. Los clientes se veían complacidos y tranquilos. El
ambiente del local justo en ese momento era el mejor.
Y un suspiro se le escapo de los labios. Seulgi lo codeó de pronto, con una libreta
en las manos y sus ojos llenos de curiosidad.
—¿Qué te sucede?
—Solo… Pienso.
—¿Estás bien?
—Por supuesto, eso es decisión de ellos. Además hace mucho que no veo a
papá.
—Yunho… Hoy no podré estar en tu reunión por tu cumpleaños, Kangtae quiere
que salgamos a cenar los tres. Al parecer tiene algo muy importante que decirnos.
Yunho le sonrió amablemente. Pero pudo ver por la manera en que Seulgi se
movía un poco, que al parecer intentaba decirle algo más.
Cuando Seulgi dibujó una sonrisa en sus labios, así de sincera y llena de emoción.
Yunho comprendió que aunque mucho tiempo había pasado. Al fin, todo volvía a
estar en su ritmo normal.
Junsu…
Y recordar lo mucho que lo había amado, que lo ama. Y lo mucho que lo lastimó.
Era un tiempo exagerado, él mismo lo sabía pero cabía todavía en sus
pensamientos la manera en que Junsu lo había hecho a un lado.
Verlo a los ojos marcaba dentro de él, lo mucho que le costaba dar un paso hacía
atrás y creer que todo sencillamente podía correr un curso normal. Lo extrañaba, y
sabía que por mucho que lo intentara no podía seguir así.
Con un último aliento fue por su maleta, dispuesto a darse una ducha y luego
poder ir un rato a la Universidad. Cuando el teléfono sonó, Yoochun tuvo que
escuchar el sonido incesante durante varios segundos hasta que logró encontrarlo
dentro de la maleta.
Hubo una pequeña risita por parte de Changmin, una que nunca antes había
escuchado. Y entonces Yoochun se detuvo, arrugando un poco el entrecejo.
—¡IDIOTA!
Con ese último grito por parte del menor, Yoochun cerró la llamada. Con una
sonrisa bailando en los labios, gracias a lo estupendo que era fastidiar a
Changmin y que por supuesto seguramente Rain a su lado debió haberse
quedado sordo ante el estruendoso grito por parte de Shim.
Dirigiéndose a las duchas, Yoochun miró por encima de la pequeña malla que
daba justamente a la cancha de fútbol donde Junsu entrenaba igual que cada
mañana con los niños a su cargo.
Sonrió un poco más calmado, subiendo el pequeño escalón que había, apoyando
los brazos en la parte superior de aquella malla, mirando a Junsu dar un par de
indicaciones mientras los niños le contestaban con un efusivo ‘Si’
Él era la razón principal por la que los últimos meses llevaba practicando tenis, por
que aunque sus sentidos le indicaban que marcara su distancia. Él continuaba ahí,
mirando en aquella prudente distancia, las sonrisas y el entusiasmo de Kim.
Retomó su camino a las duchas y suspiró. Mirando el amplio cielo azul de esa
mañana, sabiendo que lo vería esa noche. Y que entonces, algo tenía que
suceder, por que el tiempo empezaba a consumirlo.
Kioto, Japón.
Acababa de aprobar todas las materias, y ya tenía todos los papeles necesarios
para poder regresar a Akihabara, miró la hora en su reloj y decidió que tenía salir
corriendo cuanto antes para su departamento y luego para el aeropuerto.
Aunque en ocasiones ella sonara más emocionada que él con la idea de regresar
al Maid.
…
Akihabara, Japón.
La partida de Taemin en unos días pesaba sobre su espalda, como una culpa, de
la cual necesitaba deshacerse. Por que sus propios sentimientos se lo pedían a
gritos y por que no quería dar un paso atrás otra vez.
Taemin sonrió divertido en tanto se sentaba frente a él, Minho solo pudo tratar de
sonreírle de la misma forma, por más inútil que le resultara. Por más que intentara
que de alguna forma su nerviosismo no se notara.
—Joonghyun no irá a Kioto, su padre tiene unos negocios importantes que atender
en Estados Unidos, y le ofreció a él y a toda su familia que se mudarán allá,
Joonghyun también se irá con ellos.
Había algo en ese tono en la voz de Taemin, había estado saliendo tanto tiempo
con Joonghyun, casi un año. Y a Minho le resultaba tan difícil de creer que Taemin
le contara esa noticia con tanta soltura que no pudo evitar sentirse extraño.
—¿Por qué lo dices como si no te importara?
—O tal vez lo dices, ¿por qué no parezco tan afectado?— Minho inmediatamente
asintió. –Joonghyun y yo terminamos hace un par de meses, una semana después
de terminar el instituto. Cuando fuimos a dar los exámenes a Kioto, ya no
estábamos saliendo.
Aquel que había decidido seguir adelante mientras él se había quedado estancado
en su realidad.
—No te vayas.
Sus palabras habían salido solas, ni siquiera lo miraba cuando las pronuncio y por
el silencio de Taemin, pudo sospechar que lo había entendido perfectamente.
—¿Por qué razón?
Cuando Taemin suspiró, con un prolongado silencio de por medio. Minho empezó
a sospechar que las cosas no andaban bien. Que sus palabras habían sonado
probablemente muy egoístas, y que se estaba equivocando.
—Taemin…
—Minho, lo siento.
Y la respiración había dejado de llegar a sus pulmones, Taemin jugaba con sus
manos, moviéndolas nerviosamente, con una sonrisa incómoda en los labios.
Evitando que sus ojos se encontraran.
—Este viaje a Kioto es muy importante para mí, luché mucho por obtener ese
pase a la Universidad. Ha pasado casi un año desde que te confesara lo que
sentía… Y sinceramente, no estoy seguro de sentir lo mismo.
Minho estaba seguro de que recibiría una respuesta como esa, lo sabía. Solo
quería intentar, solo quería que Taemin lo supiera antes de irse. Sus manos
tomaron las de su mejor amigo con cuidado, con una sonrisa sencilla marcada en
el rostro.
—Yo te entiendo, Taemin. Ve a Kioto, yo solo estoy siendo egoísta. Lo siento.
Sentía la mirada de Taemin encima de él. Pero al igual que hace un momento lo
hubiera hecho Taemin, él no se atrevió a mirarlo a los ojos, acariciando las manos
del menor con suavidad. Entretenido como si eso fuera realmente relevante para
él.
Minho apretó sus manos fuertemente, por que esta sería la última vez, quizá en
mucho tiempo en que lo hiciera. Por que lo amaba, lo amaba lo suficiente como
para dejar que se marchara lejos, y sus sentimientos permanecerían guardados de
la misma forma que Taemin lo hubiera hecho tanto tiempo atrás, anteponiendo su
amistad a él mismo.
…
Esa noche, el maid estaba prácticamente disfrazado.
No habían rastros del café que solía ser durante las mañanas y todos dentro del
local, con vasos de licor en la mano, con la música a un volumen considerable,
charlaban se divertían, abrazaban al cumpleañero.
Era sabido por todos que un año atrás, el cumpleaños de Yunho había sido
celebrado únicamente por los amigos de Yunho y nada más. Lo que el resto no
comprendía era que justo el día de hoy faltaba una persona de ese grupo de un
año atrás. Y la felicidad que sus amigos intentaban impregnar en Yunho, no era
suficiente para él.
—¡Yunho!
—Felicidades, Yunho.
Seulgi y Kangtae estuvieron frente a él, ambos tomados de la mano, con una
pequeña sonrisa al ver como su hija parecía muy feliz en los brazos de Yunho,
cuando Seulgi le extendió su regalo con tranquilidad, Yunho sonrió de la misma
forma.
—Gracias, ya vuelvo.
Mirah pasó a los brazos de su padre, y Yunho caminó caminó hasta la cocina para
poder dejar el regalo dentro, cuando entró. Heechul estaba sentado en el mesón
de la cocina, con Siwon entre sus piernas, literalmente devorándose el uno al otro.
Yunho carraspeó un poco y miró fijamente a los dos muchachos que en ese
instante, giraron hacía él, con los ojos muy abiertos y sonrieron nerviosamente
antes de separarse con cuidado.
—Increíble, con lo que me encanta descubrir que mis amigos prefieren andar
metiéndose mano que pasar tiempo conmigo en mi cumpleaños.
Sacudió los cabellos de Heechul quien hizo un pequeño puchero, pero decidió que
abandonar la cocina por el momento sería lo más adecuado, fue cuando
empezaba a volver al lugar repleto de gente cuando alguien más llegó,
abrazándolo con fuerza por la espalda.
—¡Niisan!
No escuchaba a Changmin hablarle así desde hace tanto tiempo, que incluso la
muestra de cariño efusiva logró tomarlo por sorpresa. Cuando giró, Changmin
tenía una gran sonrisa en los labios y lo abrazó con un poco más de fuerza.
—¿Por qué tan efusivo, Min? Dudo que sea solo por mi cumpleaños.
—Así parece.
Volvió a abrazar al menor, con fuerza en esta ocasión. Por que era consciente de
los días que Rain había pasado afuera de la casa de los padres de Changmin
pidiéndoles por que lo dejaran hablar y explicarles, por que no hicieran las cosas
más difíciles para su hijo.
Días que Changmin desconocía.
Pequeños sacrificios que Rain había hecho solo para que Changmin volviera a
sonreír así. Entonces abrazó con fuerza a Rain, palmeándolo un par de veces en
la espalda, por que haber llegado hasta los padres de Changmin había
representado un gran trabajo.
—¿Ya han llegado Yoochun y Junsu? Rain y yo tenemos un plan para que se
reconcilien de una buena vez por todas.
—Tú lo que quieres es vengarte por lo que te hicieron cuando nos dejaron
encerrados en el vestuario.
La muchacha rubia que acompañaba a Junho lo felicitó también con una sonrisa y
una expresión amable en el rostro. Junho la tomó de la mano y respiró profundo
antes de presentarla.
Rain codeó a Changmin y él solo se quejó un poco, pero el mensaje de Rain fue
claro, ‘no lo fastidies’ entendiéndolo de inmediato Changmin rió, agarrándolo por el
brazo. Yunho admiraba la conexión de esos dos, tan fuerte como para
comunicarse sin palabras.
Y el grito de Changmin logró escucharse con fuerza, logrando que Yunho riera a
carcajadas, completamente divertido con la cara de indignación con la que el
menor regresó junto a Rain.
Yoochun había tomado las llaves de su casa, vestido semi formal y con el regalo
para Yunho en las manos, le dio un último vistazo al departamento y se dispuso a
salir, fue unos pasos antes de que llegara hasta la puerta cuando esta sonó
levemente.
Los ojos de Yoochun se posaron brevemente en ella, antes de abrirla y antes de
que respirara profundo; Al abrirla, Junsu estaba ahí, frente a él, con una expresión
vacilante y vestido con una ropa más formal que la suya.
Recordó las ideas que volaron por su mente esa mañana, las ganas de querer
arreglar las cosas con él, pero estaba el hecho del tiempo que se había
atravesado entre ambos, del miedo que existía al tener que afrontar aquello.
—Solo un momento.
Junsu lo miró, con tanta fuerza como para que el estómago de Yoochun sufriera
un pequeño retorcijón.
Su grito resonó con fuerza en el pasillo. Logrando que Junsu se detuviera, pero
justo cuando Junsu terminaba de girar hacía él, Yoochun ya había caminado lo
suficiente como para agarrarlo por el cuello y unir sus labios a los de él.
Con su otra mano sosteniendo la camisa de Junsu, apretándola con fuerza, con la
misma con la que cerraba los ojos y se aferraba al cuerpo de Junsu. A ese beso
que había marcado distancias en ellos hace tanto.
Y Yoochun solo pudo abrazarlo con fuerza, cerrar los ojos una vez más y respirar
hondamente, rodeado por la calidez que le brindaba el cuerpo de Junsu, por lo
fácil que sus brazos se acomodaban al cuerpo del menor, por lo increíblemente
fácil que era abrazarlo y sentirse cómodo junto a él.
Hubo varias palabras que a Junsu le hubiera gustado pronunciar, hubo incluso un
‘Te amo’ tanteando en sus labios que no fue capaz de exteriorizar por miedo a que
su voz temblara y terminara estúpidamente abrazado y llorando a Yoochun.
Por eso se pegó al cuerpo de Yoochun, por eso apretó con fuerza la camisa de
Yoochun, para que su fuerza se reflejara en aquel agarre de sus manos, aquel
impulso de sus pensamientos que gritaba que no volvería a separarse de él.
El ‘Te extrañé’ quedó vagando entre los dos, en un mudo silencio que moría en
medio de su abrazo. Yoochun sintió hoy más que nunca, que no necesitaba
demasiadas palabras con Junsu. Y que si estaba cometiendo un vil error ya no le
importaba.
Por que volvía a poner su corazón en las manos de Junsu, por que el día que
Junsu le devolvió su corazón antes de marcharse a Corea, Yoochun supo que no
era así, por que ese corazón ya no le pertenecía, así Junsu se lo devolviera,
siempre sería de Junsu.
Su proprio reflejo era apenas visible y las pocas personas que caminaban por ahí,
no daban la vida necesaria a aquel lugar, pero en la noche, a esa hora siempre
era así. Casualmente miró su reloj y sonrió.
Hace un año, y un poco más. Justo a esta hora llegó un muchacho rubio a
interrumpir en su vida, con los ojos llenos de vida, pidiéndole que le diera la
oportunidad de trabajar para él.
¡Era Jaejoong!
Su Jaejoong.
Heechul sobó su brazo derecho, que Yunho había golpeado al pasar corriendo
junto a él, Rin entonces levantó la mirada.
—Oh, es por eso.
Con un ligero movimiento de cabeza, Rain señaló hacía adelante. Logrando que
todos los presentes dentro de la fiesta miraran hacia el mismo lugar que Yunho
había estado observando, logrando que apenas pudieran verlos, por que la música
les impedía escucharlos.
Cuando Yunho estuvo finalmente frente a Jaejoong sus pasos fueron lentos.
Mirándolo con atención, por el año y medio que había pasado sin verlo.
Jaejoong solo sonreía, mordiendo a ratos su labio inferior, cuando Jaejoong dio un
paso leve hacía él, Yunho sintió su corazón latir desbocadamente en su pecho.
Fue un largo rato hasta que finalmente uno de los dos pudo decir algo, y como
siempre, fue Jaejoong el primero en empezar.
—Yunho lo siento, pensaba llegar más temprano pero no pude, entonces pensé
que podía venir al local, decorarlo para ti y darte la sorpresa mañana. Pero no
sabía… Que tenías una fiesta y yo de verdad que…
Jaejoong solo sintió como Yunho lo jalaba de la bufanda, con fuerza. Sintiendo
otra vez es calor confortante de las manos de Yunho sobre su cuerpo, y los labios
de él sobre los suyos.
En medio de aquella oscura calle a esas horas de la noche, con la música a todo
volumen dentro del local, Jaejoong entonces dispuso de sus manos sobre las
mejillas de Yunho, aferrándose a ese beso, al sentimiento de regocijo que lo
abrazó por completo cuando sintió que las cosas entre los dos no habían
cambiado.
Cuando se separaron el leve vaho entre sus bocas fue reconfortante, Yunho pegó
su frente a la suya y sonrió. Jaejoong apenas pudo cerrar los ojos y omitir que
hace un momento Yunho no lo había dejado terminar de hablar.
Luego de eso Jaejoong golpeó con fuerza la cabeza de Yunho, haciendo que él
riera fuertemente y lo abrazara a pesar de que Jaejoong se removiera un poco en
su abrazo y fingiera estar molesto.
—¡Oh, cierto!
—Gracias, Jae.
Yunho comprendió las palabras de Kim cuando empezó a abrir la caja, y en esta
ocasión apareció ante sus ojos un jarrón para beber café, igual al que Jaejoong le
hubiera regalado el año pasado, solo que esta vez, la inscripción señalaba un
colorido ‘Feliz Cumpleaños’
—¡Lo siento! Volvió a pasar, no pude comprarte un regalo decente, pero es que
estaba tan entusiasmado con lo de regresar Akihabara, que olvidé por completo
comprarte un dichoso regalo y… Fue… Lo primero que encontré en el
aeropuerto…
Yunho rió, con las manos en su estómago, como si hubiera guardado todas esas
risas desde el momento en que Jaejoong se marchó, pero por el sonrojo en el
rostro de Jaejoong, al parecer eso solo lo hacía sentir avergonzado.
—¿Feliz cumpleaños?
Yunho arrugó el entrecejo, borrando la sonrisa en su rostro y esta vez fue el turno
de Jaejoong para reír, pero pronto volvió a tomar a Jung por el rostro, con sus
labios casi rozándose.
Para ese instante, Jaejoong se había alejado de inmediato, con su mirada afilada
y puesta en los labios de Yunho que formaban una sonrisa burlona.
—Dijiste que luego del ‘te amo’ nada más debe importar, ¿no?
—…Idiota.
Jaejoong besó los labios de Yunho, con una sonrisas en los labios, no había
escuchado ese nombre en tanto tiempo, que era incluso hasta aceptable que
Yunho se lo dijera en este instante, luego de aquel ‘te amo’
Yunho lo había tomado de la mano, cual niño pequeño entusiasmado por que
conocieran de una vez por todas su primera persona más importante. Jaejoong se
dejó guiar por la mano de Yunho, sorprendido al igual que él, al notar que ya todos
los esperaban expectantes de su entrada.
Jaejoong lo sabía muy bien, la mano de Yunho junto a la suya, era como un
tatuaje imprescindible en su piel.
…
Permanecimos estancados en este horizonte limitado por la tierra
—Sé que no eres un niño en toda la extensión de lo que eso significa. Pero no
bebas.
—Eso es un dato muy interesante. ¿Y qué no más hace nuestro pequeño Min con
esa boquita?
—¿Ustedes… Dos?
—¿En serio? ¿Qué te dio una pista? ¿Qué llegáramos exageradamente tarde o
que no nos tratáramos con tanta frialdad?
—No seas imbécil, Yoochun. ¿Qué te cuesta decir, ‘si estamos otra vez juntos
para joderle la vida al resto pero esta vez en dúo’?
Junsu rodó los ojos, empezando a escuchar como Yoochun peleaba con
Changmin a viva voz frente al resto de los invitados. Rain se colocó a su lado y
levantó un poco la botella.
Chocó su coctel con la botella de Rain y sonrió agradecido, ambos mirando como
Yoochun golpeaba la frente de Changmin con el dedo índice, y Changmin parecía
dispuesto a golpearlo en cualquier instante.
—¡Junsu!— Heechul estuvo detrás de él, abrazándolo con fuerza y con un leve
olor a licor en los labios. —¿Es cierto? ¿De verdad Chun y tú llegaron juntos? ¿Ya
volvieron? ¿Vuelven a ser la pareja más cursi del grupo?
La parolata de Heechul lo tomó por sorpresa, pero con una gran sonrisa le
devolvió el abrazo al mayor.
Siwon miró de un lado a otro, dándose cuenta recién que sus palabras eran cien
por ciento ciertas y el cumpleañero que debía ser el más visto, no aparecía desde
hace un buen rato.
La voz de Siwon en ese momento pasó desapercibida para todos, por qué justo en
ese instante Junho miraba como Junsu le arreglaba la camisa a Yoochun,
pidiéndole a que dejara de pelear con Changmin o la reconciliación no completaría
todos los pasos.
—Oh, ya volvieron.
La afirmación de Junho logró que Heechul levantara su botella con un pequeño
gritito de alegría que todos acompañaron con un par de aplausos pequeños que
provocó que Junsu sonriera y Yoochun se olvidara de su pelea con Changmin,
quien seguía refunfuñando por no que no lo dejaron golpear a su amigo.
—Ni tú sin mí
—Por cierto, ¿dónde está Yunho? Se supone que el cumpleañero, quiero felicitarlo
y que me felicite por regresar con Su.
—¡Al fin! Llevó como dos horas diciéndoles que Yunho y Jaejoong ya no están.
Siwon movió sus manos exageradamente para hacerse notar y todos giraron
espontáneamente hacía el muchacho que exhalaba con fuerza frente a ellos.
—Oh, como hace un par de horas. Vino directo desde el aeropuerto al parecer o
algo así por que…
Sentía las manos de Yunho por casi todo su cuerpo, sus labios devorando su boca
y las respiraciones de ambos contrariadas por el contacto constante de sus
cuerpos, Jaejoong apenas fue consciente de cerrar la puerta del departamento
cuando Yunho se encargó de empezar a levantarle la camisa.
Hacía frío… El viento helado que entraba por las ventanas le erizo la piel y una
pequeña sonrisa se le escapó cuando las manos calientes de Yunho se posaron
en su estómago, provocándole un pequeño salto.
—¿Qué te de risa?
Sentía los labios de Yunho moverse sobre los suyos mientras le hablaba, él
también tenía una sonrisa en los labios. Jaejoong sintió contra su espalda el pilar
dentro del departamento. Yunho lo abrigaba del frío con su cuerpo y su piel tocaba
la ropa de Yunho, entonces recordó que sus manos también deseaban tocar
aquella piel.
Se metió entre sus piernas, con una confianza conocida, con el cuerpo de
Jaejoong levantándose un poco, con las manos de él agarrando su cabello, sus
labios jugando todavía con los suyos, como si de pronto para ambos respirar no
fuera necesario.
Jaejoong apenas pudo sonreír un poco antes de que los labios de Yunho buscaran
su cuello otra vez, lamiendo y mordiendo de vez en cuando, estaba dispuesto a
decir algo más cuando escucho el repentino ruido de su cinturón, estaba siendo
abierto por las manos de Yunho y eso lo excitó en niveles insospechados.
Tan solo con ese simple sonido.
—Agh… Yunho…
Las manos de Yunho ya no estaban tan calientes, tal vez por el frío, pero cuando
esas manos estuvieron en su ingle, su cuerpo entero se alzó como si fuera un
pequeño sobresalto, algo presionando en aquella zona con fuerza.
Esa mano se cerraba con fuerza sobre el miembro de Jaejoong, subía y bajaba
casi frenéticamente y las caderas de Jaejoong se levantaban casi por voluntad
propia, los gemidos de su boca eran ya completamente sonoros. Yunho solo
sonreía a ratos.
El pecho desnudo de Jaejoong estuvo contra el suyo en un instante, esas manos
apretaron con fuerza sus hombros y sintió la frente de Jaejoong sobre su cabeza,
con el aire que exhalaba resbalando por su rostro.
Con una sacudida que hizo que el cuerpo entero de Jaejoong se irguiera y el de
Yunho sufriera las consecuencias al momento de escucharlo, sentirlo y que su
mente burbujeara en lo sexualmente atractivo que se veía Jaejoong en esos
instantes.
A pesar de que no podía hablar como le gustaría. Jaejoong besó suavemente los
labios de Yunho y él le correspondió al mismo tiempo. Con un pequeño salto
Jaejoong bajó de la pequeña mesa y tomó con fuerza la mano de Jung.
Sus cabellos algo largos rozaron el rostro de Yunho y él le regalo una gran
sonrisa.
Minho suspiró y miró por la ventana de su habitación la oscura noche frente a él,
las pocas estrellas que había. Se distrajo con el lápiz en sus manos, embelesado
con aquella noche, señal clara de que aún no podía conciliar el sueño.
Su habitación estaba ya algo vacía. Las maletas armadas, su vida empacada en
dos maletas, lo único que había sobre su pequeño escritorio ahora vacío era la
foto de él y de Taemin. Abrazados en aquel campamento, unos años atrás.
Y eso, por que pensaba llevar la foto en su pequeño bolso de mano. Justo al otro
lado los pasajes de avión. Se preguntó una vez más si estaba haciendo lo
correcto, pero esta vez no hubieron dudas en su mente. Es lo que tenía que hacer.
Lanzándose sobre su cama, una última vez. Mañana sus padres lo irían a
despedir al aeropuerto. A partir de mañana Minho estudiaría fuera de Akihabara, y
apenas había alcanzado a enviarle un mail a Rain para despedirse.
Recordó varias cosas esa noche antes de poder conciliar el sueño. La nostalgia,
tal vez. Amigos, compañeros, experiencias, fiestas, citas, amores no
correspondidos. Todo lo que Akihabara le había regalado y a partir de mañana
serían solo recuerdos. Que vería solo de vez en cuando.
Pero Minho estaba haciendo lo correcto, estaba más que seguro de eso.
No se iba a equivocar otra vez.
Entonces toma mi mano con fuerza, por que juntos llegaremos a ser felices.
—Esto no es divertido.
La cabeza de Yunho apareció, molesto y rojo por la vergüenza, tapándose con las
cortinas de la cocina como si estuviera desnudo en aquel instante. Fue inevitable,
Changmin soltó una carcajada sonora cuando vio al mayor en ese estado.
—¡Que conste que todo fue idea de Changmin!
—¡¿Alguien me puede explicar por qué demonios yo también tengo que hacer
esto?! ¡Chul nunca se disfrazo!— Siwon apareció tras Rain, apoyándose un poco
sobre sus hombros y mostrando su rostro indignado. –Un momento, ¿dónde está
Heechul?
—Lo que pasa mi querido, Siwie. Es que si solo Rain y Yunho se vestían no sería
divertido. Por eso los incluimos a Junho y a ti.
La voz entusiasta de Jaejoong logró que Yunho bajara la cabeza, todavía más
avergonzado. Sintiendo de repente como la mano de Jaejoong se posaba en sus
glúteos en una descarda nalgada.
La voz de Yoohee besando a Junho, logró que todos rieran una vez más. Pero fue
Heechul el que causó que todos rieran mucho más fuerte. Por que se había
lanzado contra el cuerpo de Siwon, rodeando con sus piernas la cintura del mayor.
El beso llegó y Siwon terminó por suspirar ante el abrazo extraño de Heechul.
—¡Ya vuelvo! Creo que las fotos de Mina, Junko, Yoona y Jejuko todavía están en
los vestuarios!
—¡Heechul no!
Pero Heechul ya había salido corriendo, con Junsu y Yoochun detrás de él. Siwon
solo suspiró, era muy difícil correr con esos zapatos. Y finalmente los cuatros
muchachos solo agradecían el hecho de que todo eso solo duraría unos minutos
de vergüenza y nada más.
He oído que nos espera en el cielo, donde nadie más puede llegar
Quiso decirle que se iba a quedar, que se iba a dar una pequeña oportunidad en
Akihabara, en su amor a medio camino, pero tenía que ser realista. Y él ya no
pertenecía a aquel lugar, debía marcharse, por que era algo que había deseado
incluso desde antes de conocer a Minho, y debía hacerle caso a sus sueños por
una vez.
Se colocó los audífonos y echó la cabeza hacía atrás, con los ojos cerrados.
Seguro de que dormiría por las pocas horas de viaje. Sintió a su compañero
sentarse a su lado, fue solo curiosidad, pero abrió los ojos.
—Es hora, de que yo de un paso hacía a ti esta vez, ¿no? Me voy a estudiar
contigo a Kioto.
—Tú me haces soñar en grande, no quiero esperar. No quiero retrasar una vez
más esto. Quiero estar junto a ti, y compartir tus sueños con los míos. A mi no
importa el lugar, a mi solo me importa estar junto a ti.
—Piensas ir.
Siwon suspiró un poco, y Heechul sonrió, llevando una mano hacía el rostro de
Choi. Ambos tranquilamente ante el apacible silencio de la cocina, esperando por
que el agua de la cantina terminara por hervir.
—¿Qué?
Heechul giró de inmediato, con los ojos muy abiertos. Y con el rostro serio de
Siwon muy cerca del suyo.
—¿Qué?
Las palabras de Heechul salieron más por inercia, con sus ojos más abiertos si era
posible y la sonrisa de Siwon en sus pupilas.
—Shh… Que tiene que ser un secreto por un tiempo. No quiero que los
muchachos hagan un escándalo de esto.
—Muy en serio.
Heechul esta vez sonrió ampliamente, con las manos alrededor del cuello de
Siwon, logrando que retrocedieran varios pasos ante su impulsivo beso, con el
agua de la cantina anunciando que ya había hervido.
En ese momento, importándole poco a ambos.
Junsu ingresó a la habitación con una pequeña caja blanca en las manos,
seguramente repleta de sushi, Yoochun leía en ese instante, cubierto apenas por
las sábanas en su cama. Aprovechando el hecho de que Junho se había
marchado con Yoohee al cine.
—Leí por ahí, que a mi querido Yoochun lo habían contratado para encargarse de
la musicalización de una película muy importante.
Yoochun dejó el libro a un lado, viendo como Junsu con una sonrisa traviesa se
sentaba sobre él, depositando un corto beso en sus labios, para luego tomar con
los palillos un roll de sushi y llevarlo a su boca.
Park había entendido el juego de inmediato, se acercó a la boca de Junsu y
mordió la mitad de aquel roll en la boca de Kim y comió el delicioso almuerzo que
Junsu había escogido esa tarde.
La insinuante voz de Yoochun hizo que Junsu riera un poco, antes de recostarse
un poco más sobre su cuerpo y besar sus labios con toda la paciencia del mundo,
con la misma de saber que nadie los interrumpiría y de que ese momento les
pertenecía solo a ambos.
Junsu iba a decir algo más, pero hábilmente. Yoochun lo tomó por el cuello,
acercándolo a su boca una vez más. En un beso, profundo y hambriento.
La ruta continua, hacía ese mundo que se conecta más allá del arcoíris
—¿Cómo estás tan tranquilo? Tú deberías estar más nervioso que yo.
—¡No son tus padres los que me preocupan! ¡Son los míos!
Rain abrazó con fuerza a Changmin, y él pareció relajarse un poco más en sus
brazos.
Changmin rió, besando los labios de Rain pero soltando un pequeño gritito en
cuanto escuchó el timbre de la puerta y volviendo a sentirse nervioso.
—Tranquilo, Min.
Shim solo sintió la mano de Rain, tomando la suya con fuerza. Decidió respirar
profundo y confiar en él, caminar hasta la puerta y compartir ese almuerzo en paz.
Justo como lo habían planeado desde hace un buen tiempo.
Pero mientras tome tu mano así de fuerte, no me importa cuanto más tenga
que esperar
Jaejoong jugó un poco con el agua en la tina.
—Seulgi llamó ayer, dijo que ya estaba en Corea instalada con Kangsae y Mirah.
Sus palabras sonaron suaves y pronto sintió un corto beso sobre los hombros.
Yunho había vuelto a abrazarlo suavemente contra su cuerpo y Jaejoong se había
dejado caer suavemente contra su cuerpo.
—Si… Tenía una idea en mente, pero luego pensé que era muy cliché. Además
no quiero que nadie más se entere de la historia de un chico lindo que se enamoró
de un idiota con complejos de imbécil.
—¡Oye!
—¡Es la verdad!
Jaejoong rió ante la cara de indignación que Yunho le regaló, aprovechó que
estaba un poco girado hacía él y besó sus labios un poco.
—Por cierto mamá y mis hermanas mueren por verte ahora que les conté que ya
regresé a Akihabara.
—Hablando de madres, la mía también quiere verte. Aunque ahora anda un poco
ocupada con papá.
—Pues papá está cambiando al parecer, e intenta reconquistar a mamá o algo así
me entere.
—¿Qué, en serio?
Jaejoong giró casi por completo en esta ocasión. Pasando sus brazos por el cuello
de Yunho y jugando un poco con sus cabellos.
—Yo también me siento muy orgulloso de mí, te tengo junto a mí, ¿no?
Jaejoong estaba a punto de rodar los ojos, hasta que lo escuchó terminar de
hablar y lo único que pudo hacer entonces, fue besarlo. Una y otra vez. Por que
sus besos transmitían mejor que las palabras lo que sentían.
El maid estaba repleto de sus habituales socios. Cerrado solo para ellos, juntando
varias mesas para poder conversar todos juntos, como antes. Yunho sostenía la
mano de Jaejoong y Heechul se removía incómodo desde su asiento.
Por lo que Siwon decidió beber un poco de agua antes de tomar la mano de
Heechul con fuerza y levantar la voz.
—Si, claro.
—Muchas gracias.
Siwon se levantó, jalando a Heechul en el proceso, que no terminaba de entender
lo que sucedía. Pero Siwon volvió a girar.
Todos abrieron sus ojos con sorpresa, y Siwon optó por lo más sencillo en ese
instante, agarrar a Heechul y empezar a huir a la cocina. Cuando escuchó las
sillas moverse, supo que los demás estarían ahí, seguramente ya siguiéndolos.
—¿Qué maldita forma es esa de comunicarle una noticia tan importante a tus
amigos?
—¡Deténganse ahí!
Todos miraron velozmente a Junsu y Rain, pero fue Rain el primero en acercarse
y abrir las puertas de la cocina con fuerza. Yoochun y Changmin estaban ahí,
intentando preparar un poco de café. Changmin quejándose de que Yoochun
estaba haciéndolo todo mal.
—¿Qué sucede?
—Nada…
Junsu respiró aliviado y con una risa tonta se acercó a Yoochun, sintiéndose tonto
por haber desconfiado tan inapropiadamente.
—Oh, por… Díganme que en verdad no estaban pensando lo que creo que
estaban pensando.— Changmin arrugó un poco la nariz, mirando a Rain quien
solo elevó un poco los hombros. —¡Diablos! ¿Cómo creen eso? Yo si tengo buen
gusto.
Abrazó a Rain con fuerza y sonrió orgulloso, notando la mirada de reproche que
Yoochun le enviaba. Cuando Yoochun y Changmin empezaron a discutir. Yunho
optó por abandonar la cocina de la mano de Jaejoong. Sentándose una vez más
en una de las mesas.
De alguna manera u otra, ambos disfrutaban de esa disfuncional familia que
habían creado.
—¡Ni lo sueñes!
Yunho rió suavemente y Jaejoong solo hizo un pequeño puchero. Yunho volvió a
envolver entre sus brazos a Jaejoong. Escuchando la pelea de Yoochun y
Changmin. Viendo como Junsu y Rain se habían puesto a platicar esperando que
la pelea terminara.
—Me encantaría.