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FACULTAD DE DERECHO
TRABAJO INDIVIDUAL
Título:
Alumno:
Código:
20140753
Curso:
Profesor:
2017-1
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“A ese saber vivir, o arte de vivir si
prefieres, es a lo que llaman ética”.
Fernando Savater
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Índice
0. Introducción 4
3. Conclusiones 15
4. Bibliografía 17
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Introducción
La presente investigación inicia con una cita del escritor y filósofo Fernando Savater y
resume en dos líneas lo que significa la ética para el ser humano. Con esta premisa en
consideración, el profesor Alberto Simons, en Ética y ejercicio de la ciudadanía, se
refiere a la ética como una reflexión crítica de la moral.
La palabra ética, señala, proviene del griego ethos y, siguiendo el sentido que le
otorga Aristóteles, significa manera de ser, modo de vivir. “Una segunda naturaleza
adquirida” que el hombre moldea durante el transcurso de su existencia. La moral, por
otro lado, viene del latín moralis y significa costumbre, este es el término que los
romanos usaron para aplicar sus normas y regir sus acciones (2017: 13 – 14).
Savater, nuevamente vuelve a resumir muy bien –en Ética para Amador– la idea
esbozada por el profesor Simons:
Por eso es que es tan importante la ética, “el ser humano no puede resolver su vida
sin la ética […] si no tuviéramos ningún principio ético, simplemente volveríamos a la
ley de la selva, entendida como ausencia de toda ley o norma” (Simons 2017: 15).
Y estas leyes éticas se encuentran en todo aspecto de la vida del ser humano y esto
incluye al ámbito profesional. En el Derecho, las normas éticas se encuentran, por
ejemplo, en el Código de Ética del Colegio de Abogados de Lima (en adelante, CAL).
Este Código establece que la relación entre cliente y abogado debe basarse en la
confianza recíproca. Pero, ¿qué ocurre cuando esta relación de confianza es
traicionada?
El presente trabajo se propone analizar las distintas opciones que puede tomar el
abogado cuando descubre que su cliente le ha mentido. Como se puede entender, la
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opción del abogado variará en función a la gravedad de la mentira y a las
circunstancias del caso.
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Capítulo 1
Entre ambos personajes, cliente y abogado, se forma una relación profesional jurídica
que debe basarse, de acuerdo al artículo 13 del Código de Ética del CAL, en la
confianza recíproca. Abogado y cliente deben confiar en el otro recíprocamente, solo
así se podrá cumplir el encargo adecuadamente.
Como señala Alberto Paredes, la RAC se entabla por el simple hecho de que el cliente
toma contacto con su futuro abogado, sin necesidad de que el abogado acepte. Claro
está que el abogado es completamente libre de rechazar el encargo, pero ello no lo
exime de la formación de una RAC. En virtud de esta relación el abogado adquiere
obligaciones que variarán en número e intensidad, dependiendo de si el abogado
acepta o no el encargo, es decir de si se trata de un cliente o un cliente potencial
(Paredes 2008).
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como el deber de secreto, de diligencia, de competencia, de veracidad, de información
y de lealtad (Boza y Chocano 2008: 42 – 43).
Por eso es que el abogado Vicente Serna señala que la RAC, por más que se observe
como una obligación de medios y arrendamiento de servicios, no puede existir si no
hay confianza recíproca:
Si bien entonces, la confianza es el presupuesto básico para tener una RAC, ¿qué es
confianza?
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Subcapítulo 1.2.: La mentira como traición a la confianza en la RAC
La palabra mentira viene del latín mendacio que significa falta a la verdad con
intención de engañar. En ese sentido, la RAE define a la mentira como aquella
expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente.
El psicólogo Mauricio Ortega señala que son dos los elementos que distinguen a la
mentira de otro comportamiento: la intención y la consciencia. “Una persona ‘tiene la
intención’ porque busca ciertos resultados y ‘es consciente’ pues sabe que está
realizando dicho acto” (2010: 82).
“[…] quien anuncia como verdadero algo que es falso, mas creyendo que es verdad, es
alguien equivocado o precipitado, pero no se le puede llamar mentiroso [porque] al
hablar no tuvo ninguna segunda intención y no [pretendió] engañar, ya que se engaña
solo a sí mismo. La culpa del mentiroso, en cambio, consiste en la intención de
engañar al manifestar sus pensamientos”.
Sobre la consciencia del engaño, Ortega señala que con ello se refiere a que el acto
del agente que miente solo será considerado mentira si es que lo realiza con el pleno
uso de sus sentidos y facultades, es decir, el agente sabe que está mintiendo porque
conoce/entiende lo que está haciendo (2010: 84).
Entonces, para que el comportamiento del cliente califique como una mentira se
necesita cumplir estos dos requisitos. En primer lugar, el cliente debe realizar
voluntariamente el acto de mentir y, en segundo lugar, durante la realización del acto,
el cliente debe estar plenamente consciente del mismo.
La mentira supone una traición a esa confianza recíproca como base para una buena
RAC a la que nos referíamos en el acápite anterior.
Como bien escribe H. H. A. Cooper, “el cliente no tiene derecho a ser mentiroso […] El
orden jurídico le exige al cliente la verdad“ (1968: 56). El cliente no solo no puede
mentir en un tribunal, sino tampoco debería mentirle a su abogado porque así va a
frustrar la ejecución del encargo, el abogado no puede preparar una buena defensa si
no conoce todos los hechos del caso. Por eso es importante que los clientes no
mientan a sus abogados y no traicionen la confianza recíproca de la RAC.
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Sub-subcapítulo 1.2.1.: Tipos de mentira
El psicólogo Rafael Benítez Moreno señala que existen dos tipos básicos de mentira:
la que se realiza mediante la ocultación de información verdadera y la que se realiza
mediante la creación de una historia falsa.
Respecto al primer tipo, las mentiras de ocultación, el profesor Benítez señala que
estas buscan retener información que lleva a una falsa interpretación del destinatario.
“Según la psicología de la mentira, el mentiroso engaña suprimiendo la verdad a
través de silencios, descripciones vagas o muy generales, evasión de preguntas,
emoción fingida, ira o indignación” (2013).
También se considera como mentira de ocultación revelar una verdad parcial sin
elementos clave, o admitir la verdad de forma exagerada o errónea, o utilizar términos,
frases, expresiones y giros que desvirtúen o atenúen el hecho que se quiere ocultar.
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Capítulo 2
Por eso, con la mentira, el cliente frustra la ejecución del encargo, el abogado no
puede preparar una buena defensa si no conoce todos los hechos del caso. En este
escenario, nuestro Código de Ética del CAL plantea alternativas.
Cuando el abogado acepta el encargo del cliente adquiere una obligación de medios:
se compromete a defender los intereses de su cliente. Esta obligación no puede ser
disuelta unilateralmente por la mera voluntad del abogado.
Sin embargo, el Código de Ética del CAL, establece supuestos de renuncia facultativa
y obligatoria en los que el abogado culmina su RAC con su cliente. Así, el artículo 22
en su literal c, señala que el abogado puede renunciar al patrocinio (se trata de un
supuesto de renuncia facultativa) cuando “medie engaño u ocultamiento del cliente
sobre hechos o información relevante para el patrocinio”. Debe hacerse notar que el
Código señala que la mentira debe ser relevante para poder renunciar. La relevancia
de la mentira dependerá del caso concreto que se esté tratando por lo que deberá ser
analizada casuísticamente.
Entonces, una de los posibles medidas a tomar por el abogado que descubre la
mentira de su cliente es renunciar al patrocinio. Claro está que se debe respetar el
artículo 23 del Código de Ética del CAL que establece las condiciones para ejercer la
renuncia. Según el artículo, para que el abogado renuncie al patrocinio debe cuidar
que su renuncia no perjudique sustancialmente el interés de su cliente. Para ello, debe
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comunicar al cliente la intención de renunciar con una debida antelación y debe
facilitar la intervención de otro abogado entregando la documentación vinculada con el
patrocinio, así como el dinero adelantado por honorarios que correspondan a servicios
no prestados y gastos no incurridos.
Por otro lado, el abogado que descubre la mentira de su cliente podría también no
renunciar al patrocinio y seguir con el mismo, perdonando la mentira. Esta opción es
viable porque la alternativa de renuncia, comentada en párrafos anteriores, está
regulada por el Código como un supuesto de renuncia facultativa y no obligatoria.
De hecho, el Código de Ética del CAL, señala, en su artículo 31, que el secreto
profesional garantiza la confianza en la RAC y si el abogado revela información
confidencial, estará obligado a reparar los daños.
En ese sentido, en el artículo 37, el Código señala que el abogado está obligado a
“revelar a la autoridad competente la información protegida por secreto profesional que
sea necesaria, para evitar que el cliente cause un daño grave a la integridad física,
psicológica o a la vida de una persona”.
Pero ¿cuándo hay un riesgo grave que exige al abogado revelar la información? Al
respecto, la profesora Dana Harrington destaca lo difícil que puede ser para un
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abogado predecir cuando hay un riesgo grave para la vida e integridad de terceros que
exige revelar el secreto y señala que el análisis debe ser casuístico.
Dana Harrington destaca la complejidad de esta decisión en el caso del abogado que
defiende a una mujer víctima de violencia familiar que decide regresar voluntariamente
al hogar conyugal. De acuerdo con Harrington, la posibilidad de un ataque mortal
contra la víctima podría estar presente, lo que demanda balancear en el caso concreto
la autonomía del cliente frente a la obligación moral de proteger la vida e integridad de
una persona (Boza y Chocano 2008: 109).
Los clientes les mienten a sus abogados todo el tiempo, algunas veces por vergüenza,
otras por miedo a que el abogado incumpla el deber de secreto u otras razones. Lo
cierto es que, lamentablemente, la mentira es parte de muchas de las RAC. Como ya
se ha explicado, esta traición a la confianza no permitirá una correcta ejecución del
encargo que tendrá como principal perjudicado al cliente mentiroso.
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En el presente acápite, se expondrán dos casos en los que se ejemplificarán las
opciones del abogado que descubre la mentira del cliente.
El primer caso ha sido tomado del octavo capítulo de la séptima temporada de la serie
norteamericana The Good Wife. En este, la abogada Diane Lockhart –protagonizada
por Christine Baranski– acepta el patrocinio de un grupo pro-vida que intentaba
difundir videos donde se mostraba a una representante de una clínica de salud
femenina que conversaba, durante un almuerzo de negocios, sobre la posibilidad de
vender tejidos de fetos abortados.
Diane acepta el patrocinio como favor a un antiguo cliente integrante del grupo, a
pesar de que mantiene una posición personal pro-abortista. Al respecto, debe
señalarse que un actuar ético exigiría que Diane no acepte un caso que le exija
contradecir sus convicciones.
Durante la ejecución del encargo, Diane descubre que su cliente le ha mentido. Este le
había hecho creer que el caso se trataba de uno de tipo aislado y, en virtud de esta
condición, Diane había aceptado el encargo ya que ella mantenía una posición pro-
aborto. Sin embargo, durante el transcurso del caso, Diane descubre que el caso no
se trata de uno de tipo aislado, sino que el fallo podría convertirse en un precedente.
Frente a este descubrimiento, Diane renuncia al patrocinio.
En este caso, la renuncia de Diane es válida según nuestro Código de Ética porque la
mentira que descubre es relevante. De hecho, se trataba de una condición esencial
para que Diane acepte el patrocinio.
Además, en el caso Diane solo debe renunciar y apartarse del patrocinio sin
necesidad de realizar una denuncia ya que no estaba en riesgo la vida e integridad de
terceros.
El segundo caso, por otro lado, ha sido tomado de la película The Lincoln Lawyer
(2011). En este se nos muestra al abogado penalista y poco ético Michael Haller –
protagonizado por Matthew McConaughey– que defiende culpables y consigue su
absolución (yendo directamente en contra del artículo 18 del Código) y que busca
cobrar de más a sus clientes (yendo en contra del deber de veracidad, lealtad y
cuidado de bienes del cliente).
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en la tentativa de homicidio), sino que además su cliente había cometido antes el
delito de homicidio (cuya víctima era también una prostituta con similares
características físicas a la prostituta víctima de la tentativa de homicidio) y un antiguo
cliente de Michael había terminado como responsable del mismo.
Si bien Michael consigue que se retome un caso antiguo para que su cliente sea
culpable de homicidio, ello no quita que no haya logrado que su cliente sea absuelto
de la tentativa de homicidio cuando él sabía que era culpable. En ese sentido, el
actuar del abogado no es ético porque en vez de buscar la pena justa, buscó la
absolución.
A partir de estos dos casos, se ha tratado de ejemplificar las opciones que tiene el
abogado cuando descubre la mentira de su cliente. Como se ha visto, la decisión que
el abogado tome dependerá de la gravedad de la mentira.
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Conclusiones
La mentira, para que sea calificada como tal, tiene que ser intencionada (voluntaria) y
realizada conscientemente. Puede ser de dos tipos: mentira de ocultación cuando se
retiene información y mentira de falsificación cuando se presenta una historia errónea.
Cualquiera de estos dos tipos de mentira supone una traición a la confianza recíproca
de la RAC. Frente a este contexto, el abogado tiene dos opciones: puede renunciar al
patrocinio –como permite el artículo 22 literal c, respetando las condiciones de
renuncia que exige el artículo 23– o puede continuar con el mismo.
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De igual manera, ¿es adecuado proteger los intereses de un cliente que ha traicionado
la confianza de su abogado? Cierto es que la decisión de continuar o renunciar al
patrocinio depende del abogado y dicha decisión a priori no es éticamente ni correcta
ni incorrecta, porque el abogado podría continuar el patrocinio y buscar solo que se
respete el debido proceso y se imponga una pena justa. Por eso el análisis ético es
casuístico.
Pero es claro que, si se decide continuar con el patrocinio, recuperar la confianza será
difícil y requerirá de un compromiso especial del cliente. Como bien escribió el
psicoterapeuta Augusto Cury, "la confianza es un edificio difícil de construir, fácil de
demoler y muy difícil de reconstruir."
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Bibliografía
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<https://revistasocialesyjuridicas.files.wordpress.com/2013/04/09-tl-
01.pdf>
SIMONS, Alberto
2017 Ética y ejercicio de la ciudadanía. Primera edición. Lima: Fondo Editorial
de la Pontifica Universidad Católica del Perú.
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