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LA HISTORIA DE EL SALVADOR EN 5 PÁGINAS (por: Max Herrador)

Cuscatlán es un territorio emergente, lugar de volcanes recientes y cordilleras de mediana


altura, bosques tropicales y nebulosos, tierra fértil y valles con abundancia de agua, ubicado
en el corazón del istmo centroamericano entre Guatemala y Honduras; con 21 mil kilómetros
cuadrados en lo que se constituye hoy en día la República de El Salvador.

Antes de ser un país soberano nació como una provincia más de la otrora Federación de
Estados Centroamericanos recién independizados de la España monárquica entre los años
1821 al 1841, luego de muchos conflictos e intrigas entre las clases pudientes de aquella
época (liberales y conservadores). El Salvador se queda sólo en la gesta integracionista de
la región, conserva así el escudo e íconos propios de los ideales de la ilustración y
revolución francesa.

Durante los tres siglos que duró el periodo de la conquista y la colonia española antes de
la independencia entre los años 1500 y 1800 aproximadamente, fueron durante estos siglos
la ocupación española del territorio conocido como Cuscatlán, luego pasó a llamarse
provincia de San Salvador y mas tarde “del Salvador”. Bajo el dominio de la Capitanía
General de Santiago de los Caballeros, ubicada en lo que actualmente conocemos como
Antigua Guatemala y a su vez administrada por el virreinato de Nueva Granada, ubicado
en el actual México DF.

La Provincia de San Salvador era considerada por la riqueza de su suelo. Las capas
tectónicas ígneas producto de los volcanes recientes de la época pleistocena y holocena,
le dan la fertilidad mineral necesaria para el surgimiento de una flora y fauna rica en
variedades y abundancia.

De ahí fue que los colonizadores del viejo mundo vieron a este territorio como óptimo para
sus oportunidades y crear nuevas fortunas. El cultivo del “jiquilite” para la obtención del añil
fueron de los primeros productos agrícolas, ya que era la tinta de la época y una de las
materias primas de las recién inventada imprenta; esta producción le dio a El Salvador un
lugar en el concierto mundial, bajo una economía basada en las agro producciones, en el
caso salvadoreño fue el añil y también el cacao.

Con los españoles peninsulares e hidalgos como clase dominante venían otros pueblos y
castas indígenas del centro de México (tlaxcaltecas), como un séquito de etnias fieles a
ellos, quienes también se instalaron en el territorio para quedarse. Pero a lo largo de estos
tres siglos que duró la ocupación española la provincia fue alojamiento de múltiples
inmigrantes, entre los más importantes están los sefarditas o judío conversos, que
buscaban provincias prosperas alejadas de los centros eclesiales (virreinatos y capitanías
generales) para evitar la Santa Inquisición. Luego grandes migraciones árabes y palestinas
que arribaban desde Turquía, aun extendiéndose estas últimas por el siglo XVIII y XIX.

En esta época colonial en el puerto de Acajutla y otras zonas como Chalchuapa, San Alejo
y La Unión el mestizaje con afro-descendencias se dio a partir de esclavos que
desembarcaban, pero fue en menor grado que en los puertos de la costa Atlántica
centroamericana; sin embargo fue significativo, en El Salvador se oculta la afrocultura, pero
estudios recientes la valoran como latente en la vida nacional, estudios recientes afirman
que el genoma del salvadoreño común y corriente presenta en zonas especificas hasta un
25 % de rasgos genéticos africanos, lo cual desmitifica la creencia popular que en El
Salvador no hay afro-descendientes.

Documental "Pieza de Indias Africanos en El Salvador", producido por la Secretaría de la


Cultura de la Presidencia. 20 de septiembre de 2013.

Por último en este periodo colonial mencionamos que los españoles "tropicalizaron" su
propia versión del feudalismo como sistema político. Es así como ellos se dividieron el
“botín” de la conquista, el tesoro fueron las tierras fértiles, las cuales incluían a la gente que
en éstas vivían originariamente. Luego los conquistadores pasaron a ser “terratenientes” y
a las personas bajo su dominio se les conoció como“encomiendas” (no precisamente es un
estatus de esclavo pero si una relación de dominio y sometimiento), siendo los pueblos
indígenas sometidos.

Fue así como el latifundismo dejó su huella profunda, tanto, que llega hasta la actualidad.
Ahora en los albores del siglo XXI vemos el ocaso de un sistema caduco, su crisis social
nos lleva al borde de problemas civiles por no reconciliar en una forma humana las
injusticias cometidas a lo largo de 5 siglos de periodos de conquista, colonia y república.

La República

Desde que se gestaron las primeras emancipaciones de la independencia en 1811, estas


fueron alentadas por la clase criolla local, quienes se confabularon para dejar de ser parte
de la corona española, que por esa época estaba debilitada por la ocupación napoleónica
(francesa) en la península ibérica y otras derrotas en ultramar propinadas por el agresivo
imperio Inglés.
La independencia se firmó en 1821, junto con los demás Estados centroamericanos, y luego
se dio un periodo inestable entre las clases criollas, en donde se reacomodaron las castas
de las dos líneas políticas; liberales y conservadores.

La separación de los Estados centroamericanos fue eminente y a lo largo de las siguientes


dos décadas. El sistema republicano no cambió las relaciones de producción entre
explotados y explotadores, la economía sólo giró de ser agrícola netamente a ser agro
industrial. Dejaron de existir los encomenderos, pero los latifundios siempre eran latentes,
las comunidades originarias antes a cargo del señor feudal, pasaron a ser conocidos como
“colonos” en la época republicana. Se abolió la esclavitud y las personas podían ser libres
hasta donde su consumo y educación se los permitiera, lo cual era poco.

En este periodo surgen los valores de la "ilustración": la introducción a la democracia y el


surgimiento del estatus del ciudadano propuesto en la carta magna de la república generan
una ambigüedad entre libertades y exclusión; el Estado protege al ciudadano en plenos
derechos, pero para obtener el estatus de ciudadano había que cumplir ciertos requisitos
jurídicos que variaban según diferentes coyunturas, que iban desde tener un trabajo, ser un
hombre "respetable", o bien, saber leer y escribir. Durante todo el siglo XIX la mujer no
gozaba de igualdad en la república.

A finales del siglo XIX e inicios del XX se dan cambios tecnológicos y se marca el principio
de la carrera del capitalismo voraz y el liberalismo económico, los derechos laborales eran
nulos, no había cobertura médica ni jornada laboral definida.

La era industrial y la maquina a vapor se introdujeron también al país, así como en todo el
mundo, las líneas de ensamblaje y la época de las fábricas nació; zapatos, ropa de algodón,
y después del desplome del añil, se introdujo el café. Este último se convirtió en el siglo XX
como el principal producto de exportación.

Conflictos sociales

Los conflictos a lo largo de nuestra historia han sido recurrentes producto de las injusticias
sociales, muchas veces institucionalizada y culturizada. Las disputas y diferencias entre
liberales y conservadores no son objeto de análisis en este ensayo, ya que no se consideran
conflictos sociales, si no, disputas de intereses entre las clases dominantes.

La transformación de un sistema feudal a un sistema burgués no fue menos doloroso que


conflictivo. La clase pudiente siempre logra mantenerse aun cuando se transforman las
relaciones políticas del país; por lo tanto, el conflicto en casi todo el siglo XX dejó de ser
paulatinamente entre los países y pasó a ser entre clases sociales, surge así la guerra civil
a gran escala.

El ejército juega un papel decisorio en función de mantener el "estatus quo" de las


relaciones de producción, la economía depende de la protección del ejército. La era del
militarismo surgió ante los levantamientos populares cada vez más significativos.

Desde el primer alzamiento indígena de Anastasio Aquino en 1833 no se registraron


mayores conflictos populares, si no hasta 1932 en la insurrección dirigida por Feliciano Ama
y Farabundo Martí, en donde los pueblos netamente indígenas de Izalco, Juayua,
Nahuizalco y otros en la zona occidental del país se sublevaron ante las paupérrimas
condiciones humanas, producto de la desleal y desigual relación entre la burguesía y el
asalariado en las zonas urbanas, y en las zonas rurales entre patronos y colonos; para
estos años aun no existían protecciones laborales y se privaban los derechos básicos a la
vida y la dignidad (salud-educación-vivienda-alimentación).

Sólo en este conflicto de 1932 murieron masacrados más de 30 mil personas a manos del
ejército salvadoreño dirigido por el General Maximiliano Hernández Martínez,
vicepresidente que se hizo del poder absoluto después de propinar un golpe de Estado al
presidente civil electo Manuel Enrique Araujo.

Durante su dictadura que duró hasta 1944 se consolidó la casta militar como garante al
orden y como el mejor freno a la creciente corriente ideológica del socialismo y comunismo,
cuyos enunciados tuvieron un eco en las desprotegidas clases obreras y campesinas.

Los militares no provenían necesariamente de las clases pudientes del país, pero al igual
que en el feudalismo pertenecer al ejército era un salvoconducto para ascender en la
pirámide social, por lo tanto, mientras existiera la “amenaza” del comunismo la milicia tenía
su razón de ser, y fue por lo general esta institución nicho de oportunistas y busca fortunas.

A lo largo de la última mitad del siglo XX el conflicto civil se hizo cada vez más violento. El
mundo occidental fue adoptando medidas de desarrollo social; sistemas de bienestar,
abriendo espacios a la organización gremial y sindical, respeto a los derechos humanos y
civiles. Sin embargo, tanto en El Salvador como en Latinoamérica la fórmula para el
desarrollo fue la errada, ya que la represión se institucionalizó y se mantuvieron los viejos
valores sociales de asumir la pobreza como parte natural de las sociedades, en donde hay
vencedores y vencidos, ricos y pobres.

La revolución

En la medida que crecía la inconformidad en un sistema económico social excluyente, de


valores culturales injustos; las organizaciones civiles que exigían derechos eran reprimidas
en forma brutal a través del aparato del orden público por excelencia, el ejército. Fue así
que la lucha organizada pasó a ser netamente clandestina y el punto que significó la
inflexión y la intolerancia hacia el dialogo u otras formas de solución del conflicto fue el
asesinato del Arzobispo de San Salvador Oscar Arnulfo Romero.

El 24 de marzo de 1980 fue asesinado Monseñor Romero mientras oficiaba misa en la


capilla capitalina Divina Providencia, a unos metros de donde él vivía.

Romero fue escogido como Monseñor (jefe de la iglesia católica salvadoreña) por la misma
clase dominante para que continuara el rol tradicional de la iglesia, manteniendo el "orden
divino" de los valores culturales de “ricos y pobres”, forjados desde la conquista española
con complicidad del Vaticano.

La trampa social estaba hecha; sin embargo, hubo un giro en la historia y el mundo
cambiaba a pasos agigantados, pero los gobernantes de El Salvador estaban cómodos y
se resistían al desarrollo del concierto mundial. El asesinato de Romero significó que la
clase dominante no estaba dispuesta a cambiar y que si podían matar al Arzobispo de la
Iglesia Católica por criticarlos y desaprobar su forma caduca de gobernar, entonces podían
asesinar a cualquier persona que se les opusiera, por lo tanto el mensaje estaba claro, la
revolución armada era el único camino al cambio.
El asesinato del cura Romero fue un magnicidio porque con él se mató la esperanza y fe
del diálogo, se perdió la humanización del conflicto. Después de ser él un clérigo
complaciente y de apelar a una justicia divina, se convirtió, ante los atropellos sociales
innegables de esa época, en uno de los paladines de los pobres, haciéndose llamar "la voz
de los sin voz".

Durante la década de 1980 a 1990 el conflicto se arraigó a una guerra civil abierta con
bandos definidos; el Frente Militar para la Liberación Nacional, FMLN, intenta tomar el poder
y el ejército defiende a la tradicional clase dominante, durante este periodo murieron más
de 70 mil personas.

Al final la guerra llega a su fin con la histórica firma de los acuerdos de paz en 1992, entre
el FMLN y la oligarquía salvadoreña con un predominio en las últimas décadas de corte
liberal, representada por el naciente partido Alianza Republicana Nacionalista, ARENA.

Después del conflicto el nuevo esquema político o las nuevas reglas del juego no incluían
las emancipaciones sociales, tampoco el cambio de la estructura institucional del país, los
valores de una sociedad excluyente fueron mantenidos. Prueba de esto es que los acuerdos
de paz incluían un foro de concertación económico social entre la gran empresa privada y
las clases trabajadoras, dicho foro nunca se realizó y nunca se intentó hacerlo aun en la
actualidad.

Los acuerdos de paz sólo llevaron las luchas sociales de la clandestinidad a la política
electoral a través de la transformación del FMLN, de una estructura militar a un partido
político, y su incorporación a la vida civil. El problema de la pobreza y la exclusión no se
solucionó, muchos de los líderes y caudillos de la revolución pasaron a ser nuevos ricos y
pudientes, surge así nuevos liderazgos que usan los íconos del socialismo mientras
reproducen en sus relaciones las mismas doctrinas de la explotación, conservando para sí
mismo el excedente del producto, apropiándose de la plusvalía y acomodándose fácilmente
en el sistema de la oferta y la demanda, que ellos mismos criticaron tanto.

Las antiguas enseñanzas de la ilustración retoman vigencia, incluso en el pensamiento de


la izquierda salvadoreña, surgen nuevos próceres “iluminados", estadistas masones.
Muchos analistas consideran que el pueblo es una olla de presión que explotará inevitable
en nuevos conflictos sociales.

La diáspora

Mientras los escenarios de guerra eran encarnizados muchos salvadoreños huyeron del
conflicto y también de las difíciles condiciones de la calidad de vida. El refugio para la
mayoría fue Estados Unidos, país al cual irónicamente se culpa por mantener su relación
de dominio sobre El Salvador. Canadá, México, Italia, Suecia y Australia, fueron otros
destinos del éxodo de miles de salvadoreños.

Se generalizaron tres formas de migración:

1- En forma legal: A través de la solicitud formal de residencia y naturalización ciudadana


en otros países.

2- Refugiados políticos: al existir un conflicto civil abierto, muchos países como


Estados Unidos, Canadá, Australia y Suecia, abrieron sus fronteras y de forma humanitaria
albergaron en forma permanente a los salvadoreños en éxodo masivo.

3- En forma ilegal: miles de salvadoreños viajan actualmente en ruta peregrina y peligrosa


al margen de la ley (sin acreditaciones migratorias) hacia Estados Unidos, en un viaje
incierto donde el destino generalmente es la costa pacifica del país de norte.

Salvadoreños asesinados en Tamaulipas

En la actualidad una tercera parte de los salvadoreños viven afuera del territorio nacional,
este fenómeno ha cambiado la cultura y la economía; las familias están generalmente
fragmentadas y los valores que se transmiten de generación a generación se ven alterados,
a veces para bien y muchas otras para mal, debido a la transculturización y perdida de
identidad cultural.

El país recibe muchas divisas gracias al fenómeno económico de las remesas, que son los
flujos de efectivo que se inyectan provenientes del exterior, esto genera un poder de
consumo ilusorio, con pocos niveles de inversión a mediano y largo plazo.

Sin embargo, El Salvador no solo se retroalimenta económicamente de las remesas, sino


también de lo humano, recibe en calidad deportados a miles de compatriotas que cometen
ilícitos, en especial del Estado de California, al no querer el gobierno americano hacerse
cargo de ellos son deportados y El Salvador los absorbe; y claro, como parte de la exclusión
social normal del país, no se cuenta con planes de inserción social o readaptación
migratoria.

Actualmente todas las semanas arriban entre dos o tres aviones de Estados Unidos con
más de 100 salvadoreños deportados, a quienes se les recibe con dos pupusas y una soda,
algunos no pueden hablar muy bien español y no tienen familia que los reciba.

Grupo de deportados son recibidos por las autoridades salvadoreñas


en el aeropuerto internacional de Comalapa. Enero, 2013.
Las Pandillas (Maras)

Las marabuntas son un tipo de hormigas de las selvas tropicales que hacen de su fuerza la
unidad implacable, hormigas con disciplina guerrera que avanzan como el ejército
legionario romano; aniquilando y depredando todo lo que encuentran a su paso. Una sola
o un pequeño grupo de ellas son inofensivas pero todas juntas son asesinas y sólo dejan
los huesos de sus víctimas.

El fenómeno de “las maras” se describe como: son los jóvenes que toman la decisión de
pertenecer a una pandilla, que es una estructura de carácter delictivo funcionando al
margen de la ley como camino a su superación personal. A lo largo de estas últimas dos
décadas de post guerra civil el problema social se ha desbordado a tal grado que amenaza
de nuevo el mismo orden político, social, económico.

Las estructuras pandilleriles se dedican a extorsionar, al narcotráfico y otras actividades


como el sicariato y asaltos.

En los años 2012 y 2013 se inició una mesa de diálogo con las pandillas, a este
acontecimiento se denominó en forma mediática “la tregua”, pero a ciencia cierta no fue
ningún cese de sus actividades, es más bien un intento a la humanización de sus acciones,
lo que obviamente significó la reducción de la cantidad de homicidios y muertes que dejan
en sus operaciones delictivas.

San Salvador, marzo de 2013.

Un integrante de padillas lee comunicado en el marco de "la tregua" en el edificio del


ayuntamiento de Sonsonate, una de las ciudades más violentas del país, en dicho acto
reconocen que quieren cambiar pero son claros en afirmar que para eso necesitan la ayuda
de la sociedad en general. Al fondo está de izq. a der. Adam Blackwell secretario de
seguridad multidimensional de la OEA, Fabio Colindres obispo castrense y David Mungía
Payés ministro de seguridad.
Cinco años después

Al fracasar el proceso denominado "tregua" El Salvador sufre un fenómeno de


violencia generalizada sin precedente, llegando a ser en el año 2015 el país que registra
los más altos niveles de criminalidad del mundo (sin tener un conflicto armado, guerra). Las
pandillas evolucionaron y dejaron de ser grupos juveniles con identidad propia (tatuajes,
jergas, grafitis), para convertirse en estructuras clasificadas como "crimen organizado", con
niveles de inteligencia, logística y plena penetración a las instituciones del Estado y
sociedad civil.

A finales del año 2017 el clima electoral predomina la agenda para el 2018 e inicios del
2019, por que habrán elecciones legislativas y municipales, y a menos de un año de las
primeras se harán las quinquenales presidenciales, en donde en ambas destaca la
arraigada crisis moral y ética de la clase política, como nunca en la historia se hubiese
tenido, lo cual abre el escenario por primera vez a un verdadero "outsider". El fenómeno
mediático y político llamado "Nayib Bukele" irrumpe en la palestra y los ejemplos de EEUU
(Trump), Guatemala (Morales) y Argentina (Macri) parecen ejercer su influencia en el país
y la región.

Conclusiones

La historia la tenemos frente a nosotros, más aun, las consecuencias de nuestros errores
sociales los sufrimos en carne propia.

Al no considerar cambiar los valores sociales hacia la dignidad humana como máximo
principio económico político, nos enfrentamos irremediables a repetir una y otra vez más el
circulo de violencia en el que hemos caído.

El desarrollo es eso, cambiar paradigmas y enterrar los juicios caducos que nos han llevado
a las hecatombes sociales que hemos vivido a lo largo de nuestra historia; pobreza,
masacres, exclusión, guerras y violencia generalizada. Los que se aferran a sus antiguos
himnos de guerra tienen mucho que reflexionar, ¿Qué queremos para el futuro? ¿Qué
herencia dejamos a las nuevas generaciones?

DERECHA REVOLUCIONARIA

El sueño de cualquier activista salvadoreño de corte liberal es hoy en día subirse a una
tarima en la plaza pública y llamar a la contra-revolución, dar un discurso encendido y
convocar a la insurrección, que la prensa internacional cubriera el acontecimiento y marchar
en una manifestación de protesta de por lo menos de quince cuadras, llegar al palacio
legislativo y acampar por más de diez días en el parqueo de los diputados hasta deponer
el estatus quo de la izquierda salvadoreña.

Al menos en El Salvador estamos lejos de esa situación, no porque la política de izquierda


sea inmaculada y sean sus interlocutores los niños cantores de Viena; no, no puede haber
una “primavera guanaca” por las razones que a continuación detallamos.
Primer punto neurálgico es que el partido ARENA, la oposición, u otras fuerzas de la
sociedad no tienen la base social para hacer una protesta de tal magnitud. La organización
de masas es un hábito que no cultivaron a lo largo de los años los partidos de derecha, es
decir, la acción de reivindicar los derechos civiles es parte de una cultura democrática y es
una conducta colectiva.

Mientras la derecha ostentaba el poder formal durante todo el siglo XX y la primera década
de este siglo, toda forma organizativa que señalara los abusos de los gobiernos en turno
eran prejuiciados como un resentimiento social, protestar por algo era indigno de un buen
patriota, pues la institucionalidad de la república sí funcionaba.

El resultado fue que la juventud, y los hijos de sus hijos, con una base potencial ideológica
liberal no tienen el hábito de salir a la calle a mostrar su inconformidad. Para ellos esos son
actos de “revoltosos”, “facinerosos”, anti democráticos, es más… no saben cómo hacerlo,
ni cómo conducirse en los eventos si acaso asisten.

Publicado el 6 sept. 2015. El pasado 5 de septiembre, la iniciativa de derecha conocida


como Movimiento 300 convocó a una marcha exigiendo la creación de la versión
salvadoreña de la Comisión Internacional contra la Impunidad que se ha puesto en marcha
en Guatemala, la cual a señalado a Otto Perez Molina como responsable de actos de
corrupción.

Para darles un ejemplo concreto, la juventud derechista a nivel general no sabe ni puede
interpretar el significado de una organización estudiantil, creen que la rigurosidad de lo
establecido no permite cuestionar la verticalidad de sus autoridades educativas, lo que el
decanato manda es un dogma incuestionable y el bachiller no tiene por qué inmiscuirse en
su proceso de formación profesional.

Actualmente están pagando con creces tantos años, décadas, y porque no decirlo siglos,
de represión implacable a tanto ciudadano que por el simple hecho de levantar la voz para
procurar mejorar la salud pública, educación universal, o bien, el sencillo deseo de exigir el
cumplimiento de los primeros artículos de la Constitución de la República; quien lo hacía
era reprimido brutalmente, terminando muerto, desaparecido o encerrado en alguna
mazmorra clandestina. Después de los acuerdos de paz cuando ya no podían hacer eso,
el inconforme era conducido a la espiral del silencio y desaprobado por el prejuicio
mediático.

Ahora pregunto, sin el afán de querer dañar alguna susceptibilidad, en qué escenario real
pudiéramos vislumbrar (siquiera) a unos 10 mil estudiantes de la Universidad Matías
Delgado marchar desde su campus en clara protesta por los excesos de los gobiernos de
izquierda; o bien, viéramos desplegarse a una sociedad civil harta de tanta corrupción
haciendo una concentración multitudinaria de días y semanas de duración, donde las
madres de familia dejen a sus hijos por un mejor futuro, donde los hombres les expliquen a
sus mujeres que tienen que arriesgarse para heredarles a sus hijos un futuro más justo.

Las actividades de protesta que la derecha promueve han resultado ser un fracaso, no
agitan a las masas, no porque no tengan razón de ser, ni por que el actual gobierno sea la
perfección divina. No, no tienen eco porque la organización y la protesta es un hábito que
no tienen, es un valor cívico del cual carecen, es un derecho civil que los ciudadanos
tenemos y que no ejercen porque no lo terminan de entender.
Pronunciarnos libremente a lo que no nos parece es hacer valer la democracia ciudadana
nada mas, algo que es distante del concepto implantado a lo largo de nuestra historia, que
es concebir a la organización civil-gremial como exclusiva del socialismo y el comunismo.

Primavera centroamericana

Ji, ji, ji…. Este es un humilde blog no un artículo de esos sesudos analíticos, así que me
permito uno que otro término onomatopéyico, y la risa… siempre la he considerado parte
de la expresividad comunicativa.

En Túnez en el año de 2010 un vendedor de frutas se inmoló frente al ayuntamiento de Sidi


Bouzid una pequeña ciudad en el centro de este país del norte de África, ese acto despertó
la indignación del pueblo, teniendo en cuenta que al joven vendedor y estudiante a la vez,
le habían incautado la mercadería que vendía, bajo un complejo y corrupto sistema
burocrático.

Finalmente la señalada autocracia ejercida por el Estado dirigido por Zine El Abidine Ben
Ali fue la que terminó derrumbándose, él había ostentado el poder desde 1987 y su sistema
de gobierno de represión y mordaza colapsó por las constantes y generalizadas formas de
abuso civil, y además, el régimen no pudo hacer frente a las nuevas tecnologías, teléfonos
inteligentes y redes sociales.

Luego sucedió la historia que todos conocemos: en Egipto se reprodujeron hechos similares
y posteriormente en Libia también, la caída y muerte del líder incuestionable Muamar el
Gadafi dejó boca abierta a la opinión pública mundial.

No me gustaría ponerme a defender a uno u otro, el objeto del análisis no es discernir


ideologías, si no, es ver lo vulnerable que podría ser un país, lo frágil que se convierte un
Estado al abusar por décadas del poder que se le otorga, un gobierno podría llegar a ser
nada más que un techo de cristal para los intereses externos, intereses de terceros, cuartos
y quintos; en otras palabras, al albedrío de organismos de inteligencia de otros país, por
eso es importante el análisis internacional de nuestra realidad.

Un Estado o gobierno siempre está relacionado en el concierto global y regional. Los


intereses de las súper potencias y de los países emergentes son cambiantes, e incluso,
coyunturales. Cuando un Estado ejerce la gobernabilidad por medio de la opresión, y la
sociedad está harta de ese modo de hacer política, donde no hay esperanza de mejorar las
condiciones de vida; entonces, bueno… pasará lo que sucedió en Guatemala, Túnez,
Egipto o Libia.

Un escenario de estos podría ser muy bien montado en el caso salvadoreño: los medios
comunicativos están disponibles, hay canales alternativos de toda índole y las redes
sociales se robustecen en una curva ascendente día a día; sin embargo, no veo a Estados
Unidos interesado en deponer al gobierno de izquierda del Profesor Sánchez Cerén, no se
dibuja ese escenario para el caso salvadoreño, al menos en la administración de Barak
Obama. Pero esto podría cambiar a mediano plazo, y de igual forma la posición de
Venezuela también podría variar en los próximos dos y tres años. La geopolítica como antes
hemos visto puede ser voluble y El Salvador podría ser víctima una vez más de estas
mareas, por lo tanto hay que estar pendiente del ajedrez político, pues si algo hemos
aprendido los salvadoreños a lo largo de la historia es que: “todo es posible”.
Finalmente hay algo que la CIA debe de sortear para deponer al gobierno del FMLN por
esa vía, si acaso lo quisieran hacer: al menos en San Salvador la juventud de oposición no
tiene hábito de protesta civil, apenas duran una tarde, y si llueve no van, no digamos si se
excede la protesta varios días; (ji,ji,ji) así como dice un buen amigo: saque el lector su
conclusión.

Mi reflexión es sencilla: mientras sigamos viéndonos como enemigos viscerales entre


hermanos, entre compatriotas, usando las lentejuelas del bueno y del malo, estaremos
dando palos de ciego, alejándonos cada vez más de la ruta del

BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LOS INDÍGENAS EN EL SALVADOR SEGUNDA


PARTE INVESTIGADORA: ELSA RAMOS. SAN SALVADOR, EL SALVADOR, C.A.

Introducción

En la primera parte de éste trabajo se realizó un resumen general de tipo bibliográfico,


acerca de los hitos más importantes acontecidos en el devenir histórico de la población
indígena en El Salvador a partir de la llegada de los españoles a territorio nacional hasta el
período de la independencia, es decir, hasta el año de 1821.

En esta segunda parte se tratará de abordar en líneas generales, el desarrollo de la


población indígena en el período post independencia hasta el surgimiento de grupos y
organizaciones que se consideran a sí mismas como indígenas.

El trabajo se divide en grandes etapas temporales, que en algunos casos corresponden a


los ya reconocidos períodos históricos generales por los que a atravesado la historia
nacional, en otros casos se hace en función de la propia dinámica de los grupos o sectores
indígenas en el país, así la primera etapa que se desarrollará corresponde a los años de
1821 a 1840; la segunda etapa será de 1841 hasta 1932 y la tercera etapa que abarcará
desde 1933 a finales del siglo XX.

Es necesario aclarar, que la presente, es una investigación de tipo bibliográfica, en donde


únicamente se trato de tomar en cuenta aquellos aspectos históricos que atañen y han
influido en el proceso de desarrollo de los pueblos indígenas de El Salvador.

No fue posible realizar una investigación que incluyera trabajo de campo directo con las
comunidades indígenas, pues no se contaba con un presupuesto disponible para ello,
aparte de que fue el año de los dos terremotos En éste escrito no se han realizado tampoco
consideraciones de tipo metodológico y teórico, pues las apreciaciones de dicha índole ya
se incluyeron en la primera parte.

La situación de los indígenas en los primeros años de la pos independencia (1821 a 1839).
Al igual que otros países latinoamericanos se podría considerar que la historia de El
Salvador es muy parecida en el sentido de que los llamados próceres de la Independencia
no querían realmente una verdadera independencia de España, sino solamente que se les
ampliarán sus privilegios.

Es por ello, que al recibir la independencia casi de forma automática en el caso específico
de El Salvador, estos personajes no tenían en su haber ningún proyecto de Estado
preparado, por lo que es lógico que los países se sumieran en una vorágine de anarquía.
En el caso de Centro América y de El Salvador, desde el punto de vista político, esta
anarquía se vio manifestada en dos ámbitos: por un lado, la cruenta lucha armada que se
libró entre los países centroamericano por el proyecto unionista, los que estaban en contra
y los que estaba a favor y; por el otro lado, las luchas por el poder al interior de cada uno
de los países.

Es precisamente a esta etapa, que Agustín Cueva en su libro “El desarrollo del capitalismo
en América Latina”, ha llamado la etapa de anarquía y caudillismo en América Latina. Parte
de la desorganización y falta de previsión de los primeros gobernantes salvadoreños se
refleja así mismo, en el hecho de que no contaban con un cuerpo jurídico propio, ya
elaborado de antemano, en prevención de ganar la independencia, y que les ayudara en
los primeros tiempos, a la administración de justicia y la aplicación de leyes en la recién
nacida patria, así Arias Gómez comenta lo siguiente: “Durante el período de tiempo a que
hemos aludido (1821-1900), no pocas instituciones jurídicas de la colonia siguieron vigentes
de hecho algunas hasta fueron retomadas y retocadas para adaptarlas a la nueva
legalidad.”

El país tampoco contaba con un ejército nacional profesional, los ejércitos para las luchas
internas y a nivel centroamericano se improvisaban a partir de levas 1 Arias Gómez, Jorge.

EL SALVADOR: FUERZA DE TRABAJO CAUTIVA (1821 1900).

Ponencia presentada en el V Congreso Centroamericano de Historia.

www.ues.edu.sv/congreso/ 2 forzadas entre los ladinos y la participación masiva de los


indígenas y quizá hasta de forma voluntaria. Como bien lo ilustra Patricia Alvarenga (1996),
cuando dice que, ...”desde la independencia de España hasta la década de 1870, los
aborígenes habían tenido una activa participación en las luchas de la élite.

En el campo de batalla, ellos intentaban ganarse un espacio que les permitiera incorporarse
al naciente Estado en una mejor posición con respecto a la que desde el período colonial,
2 ... “Contar con la alianza de los pueblos indígenas significaba, para las fracciones en
pugna, contar con un contingente humano que podía convertirse en ejército sin requerir de
un complejo proceso de organización.

Indudablemente, la estructura de la comunidad indígena era mucho más apropiada que la


de las ladinas para improvisar cuerpos bélicos en cuestión de días. La jerarquía militar
indígena era, en gran medida, una derivación de la sólida organización jerárquica existente
al interior de las diversas comunidades. Es decir, tales relaciones de poder se utilizaban
como modelo para convertir, en poco tiempo, a una masa de simples labriegos en un
conjunto organizado de guerreros”.

3 El hecho que los pueblos indígenas del país, le hayan servido como carne de cañón a los
diferentes gobiernos de turno, no quiere decir que su situación socio – económica y política
haya mejorado, con respecto a los ladinos y en el contexto general de la sociedad, siguieron
ocupando el lugar más bajo de la escala social, es mas, cada vez que ocurrió alguna
revuelta, fueron reprimidos brutalmente.

Lo que si lograron conservar, fue su modo de vida sin ser mayormente afectados por los
cambios que estaban ocurriendo día a día en esta etapa histórica, es decir, lograron
preservar sus formas de gobierno interno con su respectiva jerarquía; así como sus tierras
comunales, las tierras que le pertenecía a sus cofradías y el derecho a vivir en sus
respectivas comunidades. Prosiguiendo con el hecho de que el país vivía una anarquía en
el sistema estatal, los gobiernos de la primera etapa pos independencia, no contaban con
un sistema organizado para la tributación de la población en general.

Se da por un hecho que 2 Alvarenga, P. Cultura y ética de la violencia. El Salvador 1880 –


1932. San José, EDUCA, 1996. pp. 38 – 39. 3 Alvarenga, op. cit., pp. 39 3 los pueblos
indígenas, debieron seguir pagando la misma cantidad de tributos que acostumbraban
durante el último período colonial. Sin embargo, las constantes guerras (cuarenta batallas
entre 1824 y 1842, de acuerdo a los citado por Arias Gómez: 2000), en las en que se
involucró el país, obligó a que los gobiernos de turno de acuerdo a las necesidades bélicas
principalmente, aumentaran constantemente los impuestos a la población, y como es
costumbre, a quienes más se les incrementaban y más les costaba absorberlos, era la
población indígena y los ladinos pobres.

No es extraño, que como consecuencia, del incremento constante de los impuestos, del
servicio militar prolongado, los castigos físicos y el régimen de trabajo forzado a que se veía
sometida la población pobre, los levantamientos armados de los indígenas fueran muy
frecuentes. A modo de ejemplo se pueden mencionar los siguientes levantamientos: en el
departamento de Ahuachapán se sucedieron dos, el primero en el año de 1824 y el segundo
en 1842; en Tejutla ocurren otros dos levantamientos, en 1832 y en 1833; en Izalco en el
mes de noviembre de 1832; en Sonsonate en 1833 el levantamiento más grande ocurre en
los pueblos de los Nonualcos, el primero en octubre de 1832 y el otro en el años de 1833,
encabezados por Anastasio Aquino.

4 En conclusión, durante éste primer período independiente, los gobiernos que se


sucedieron en el país, no tuvieron una política definida con respecto a los diferentes tipos
de población existentes, estaban demasiado ocupados en las luchas por la unificación de
Centro América en lo externo, así como en las luchas intestinas por el poder entre las
diferentes tendencias del grupo de élite que dominaba a la sociedad salvadoreña de ese
entonces.

Se deduce que la política hacia los pueblos indígenas era de tipo ambivalente, porque si
los necesitaban para sus ejércitos ya sea para las luchas unionistas, luchas por el poder o
para reprimir los levantamientos de otros pueblos indígenas alzados, se les hacían
pequeñas concesiones ya fueran estas de tipo político o económico, se les 4 Datos tomados
de: Browning, David.

El Salvador, la tierra y el hombre. San Salvador, Dirección de Publicaciones e Impresos,


1998y de Castellanos, Juan Mario.

El Salvador 1930 – 1960. antecedentes Históricos de la guerra civil. San Salvador,


DPI/CONCULTURA, 2001. (Biblioteca popular, v. 56) 4 calificaba de aguerridos, valientes,
audaces, patriotas. Pero cuando se alzaban, se les reprimía de forma brutal y se les
acusaba de feroces, ignorantes, salvajes, violadores y todo tipo de insultos, como ocurrió
con los pueblos nonualcos.

5 La era republicana y la introducción del café (1840 a 1932). Después de las intensas
luchas al interior del país y de las cruentas batallas para lograr la unión de Centroamérica
sucedidas en el primer período post independencia, la siguiente etapa histórica (1840 a
1932) , va a tener como puntos destacados desde el punto de vista político, el
establecimiento por fin un gobierno republicano propio, a través de la Constitución aprobada
en el año de 1841; la tenaz lucha que se va a librar entre los gobiernos de tendencia liberal
y los de tendencia conservadora y, la realización de una reforma agraria a través de un
cuerpo de leyes que le dio legalidad a una nueva forma de tenencia de la tierra, así como
a otro conjunto de leyes que permitía proveer de mano de obra a esa nueva estructura
económica agraria; todos esos cambios políticos, permitieron establecer un régimen
económico mas avanzado, mas progresista, en comparación con lo que se había venido
practicando a la fecha.

Desde el punto de vista económico, se buscará la diversificación de la agricultura del país,


con el objetivo fundamental de que la economía nacional no dependiera de forma absoluta,
de un solo producto de exportación, cuestión que a la larga, no se consigue a pesar de
haber intentado la cría de gusanos de seda , agave, restablecer el cultivo de cacao, explotar
de forma amplia los balsamares; lo único que se hizo fue cambiar un producto de
exportación por otro, en éste caso el añil fue sustituido por el cultivo del café, que obligo a
cambiar la estructura de tenencia de la tierra.

Desde el punto de vista social, se recompone la clase apoderada a través de alianzas


matrimoniales, políticas entre los viejos detentadores de la tierra y los nuevos tanto
nacionales como extranjeros, o sea la formación de la oligarquía cafetalera; los estratos
sociales populares, se depauperizan, dando lugar al surgimiento de un campesinado con
muy poca tierra, lo que los obliga a trabajar en las plantaciones de café para poder
sobrevivir. Cabe destacar que en El Salvador aún después de derrotado por completo el
proyecto unionista, ese ideal no fue abandonado por completo y de ahí que en la segunda
mitad del siglo XIX aún se dieran algunas batallas.

6 El nuevo período histórico se caracterizó principalmente por la lucha que se desarrolló


entre los partidarios del pensamiento conservador y los del ideario liberal, que en final de
cuentas era la lucha por continuar con un régimen basado en los principios económicos e
ideológicos heredados de la colonia y, el otro, por el establecimiento de un régimen político
y económico que estuviera acorde con los tiempos de El Salvador, o sea, con el desarrollo
de un capitalismo agrario.

Esta es la época en donde los sectores pudientes y los gobernantes se ven obligados a
buscar un nuevo producto de exportación que sustituya el añil, que ya éste, estaba cayendo
en desuso por los adelantos registrados en la industria química. Los gobernantes de la
época ya fueran liberales o conservadores no buscaron implementar un modelo que
desarrollara la economía industrial, simplemente se ajustaron al modelo agroexportador que
ya se venía desarrollando desde la colonia (en los primeros tiempos se desarrollo una
economía basada en la exportación del cacao y éste cedió su lugar al añil), ni siquiera se
preocuparon porque fuera una agricultura altamente desarrollada.

Se sabe que el café ya se conocía en El Salvador para principios del siglo XIX (Browning:
1978), pero no se sabe exactamente quien lo introdujo, además se utilizaba sólo para el
consumo propio. De esa manera, los intentos para cultivar el café en el país de forma
sistemática y con fines comerciales, se inician prácticamente desde los primeros años de
la segunda mitad del siglo XIX, primero de forma esporádica, sólo en algunas propiedades
y en algunos departamentos de la república, lo cual no afectaba la estructura de la
propiedad de la tierra, pero al decaer por completo la exportación del añil, se debió
incrementar la siembra del café, lo anterior planteo la necesidad real de cambiar la
estructura de la propiedad de la tierra, para poder sembrar a gran escala el producto ya
mencionado. El proceso de cambio de la estructura de la propiedad de la tierra, no se puede
ver como un proceso que se realizó de la noche a la mañana, al principio fue paulatino y no
ha quedado seguramente registrado todo en documentos oficiales.

Durante uno de los gobiernos de Francisco Dueñas, específicamente en el año de 1863,


restableció los castigos corporal aplicados durante la época colonial, entre ellos el tormento
del garrote.

Precisamente durante los gobiernos de Francisco 7 Dueñas 1852-1854, 1856, 1863-1865


y 1865-1871, se cometieron muchos desmanes en contra de los pequeños propietarios de
tierras, porque se emitieron una serie de edictos, mediante los cuales se ordenaba que los
propietarios debían registrar sus propiedades y además de ello cercarlas, si ello no se
realizaba en el plazo establecido, las tierras pasaban a manos de quien sabe quien, de ahí
surge la anécdota, que el mismo presidente Francisco Dueñas, agoto las reservas de
alambre de púa en el país y cercó todo lo que pudo, por eso le pusieron como sobrenombre
“Chico Cerca” (o sea, el diminutivo de Francisco y el apellido por el gran robo de tierras que
realizo al cercarlas y ponerlas a su nombre); es de suponer entonces, que muchos
funcionarios y familias pudientes enteradas, también se aprovecharon de esa “oportunidad”.

Esa apropiación ilícita de tierras pudo ser posible gracias a que, a los edictos no se les dio
a conocer con suficiente amplitud y tiempo, recuérdese además que los cabildos se
contentaron en la mayoría de los casos en pegar en las paredes los edictos, pero la mayoría
de la población pobre (indígenas y campesinos ladinos pobres), no sabía leer.

Con la llegada al poder de Rafael Zaldívar (liberal – positivista), es que se dan los pasos
legales necesarios para cambiar la estructura legal de la propiedad de la tierra en el país,
de acuerdo a los datos proporcionados por D. Browning en su libro “El Salvador, la tierra y
el hombre” (1978), el primer intento se realizó en el pueblo de Mejicanos, en donde la
Alcaldía libro una ordenanza, mediante la cual, se fijaba que todas aquellas personas que
se dedicaran a producir café, bálsamo, cacao, agave, vides o gomas, por lo menos en un
cuarto de las propiedades sembradas , al cabo de tres años la tierra se les concedería en
propiedad, esta medida después del Censo de tierras ejidales realizado en 1879, se hizo
ley del país en los años siguientes con las leyes que mas adelante se enumeran.

Como bien apunta Browning, los pueblos indígenas no estaban interesados en la siembra
de café (que produce hasta después de cinco años de plantado), porque no estaba acorde
con toda su cultura ancestral en la agricultura, que rompía todos los esquemas por ellos
manejados, de una agricultura apegada a un ciclo anual, en donde la llegada de las lluvias
le aseguraba su alimentación. Lo demás ya se sabe que ocurrió, el, que no sembraba café
sus tierras las perdía.

8 Entre 1879 y 1881 se aprobó una serie de leyes cuyo primer fin fue la ..... legislación de
la naturaleza del uso de la tierra en los ejidos y tierras comunales de todo el país y entonces,
cuando se comprendió la magnitud del problema, se originó la abolición de todos los
sistemas de tenencia de la tierra común. En los años siguientes se intentó cambiar y regular
la naturaleza de la vida y de los asentamientos rurales.

Aunque ante todo el gobierno estuvo interesado en las tierras comunes de las tierras altas
centrales del país, con el tiempo, se puso en vigor la legislación a nivel nacional, y eso
afectó el estado legal de las tierras comunes y de las formas de vida rural de toda la
República”. 5 A continuación se enlistan las leyes y medidas, que dieron lugar a la reforma
agraria En el Salvador, hacia finales del siglo XIX: • En el año de 1879 se realiza un Censo
sobre Tierras Ejidales. • 26 de febrero de 1881 se promulgó la Ley de Extinción de
Comunidades. • 17 de marzo de 1881 se decreta la Ley sobre jornaleros y la creación de
Jueces de agricultura. • 2 de marzo de 1882, se acuerda la Ley de Extinción de Ejidos.

• En el años de 1884 se crea el Registro de Propiedad Raíz e Hipoteca. • 1897 se decreta


la Ley de Titulación de Terrenos Rústicos. • En el año de 1900, la Ley sobre Títulos de
Predios Urbanos. • En el Diario Oficial del 12 de marzo de 1889, se publica el Decreto
Legislativo mediante el cual se crea la policía rural y montada.

Esta última fue creada ante la enorme actividad social de protesta que se estaba dando en
la zona occidental del país, específicamente en los departamentos de Santa ana,
Ahuachapán y Sosonate, en donde los indígenas y campesinos pobres que había sido
despojados de sus propiedades protestaban llevando a cabo quema de cafetales, conatos
de revueltas. 5 Browning, David. El Salvador, la tierra y el hombre. San Salvador, Dirección
de Publicaciones e Impresos, 1998. pp. 302.

9 Muchos autores coinciden en apuntar que en el período comprendido entre 1870 a 1900,
como consecuencia del proceso de reforma agraria en el país se produjeron una serie de
levantamientos populares en donde participaron no solamente los pueblos indígenas, sino
también los ladinos pobres, la zona en que se dieron estos levantamientos se produjeron
en la zona occidental del país, específicamente en Sonsonate, Ahuachapan y Santa Ana,
entre ellas se pueden mencionar la que se dio el 12 de agosto de 1872 en Izalco, la de
octubre de 1884 en Nahuizalco, se tienen las fechas de otros levantamientos pero no se
dice exactamente en donde fueron, 16 de marzo de 1875, en 1879, 2 de enero de 1885 y
el 14 de noviembre de 1898.

Otro punto importante en relación a los pueblos indígenas es que durante los gobiernos de
Rafael Zaldívar, es que los primeros no sólo perdieron gran parte de sus tierras comunales,
sino también su capacidad de negociación frente al gobierno (Alvarenga: 1996), cuando el
gobierno de éste presidente realiza las gestiones necesarias para crear un ejército nacional
mas profesional, por lo que las cuotas de hombres, proporcionados por los diferentes
pueblos indígenas dejaron de ser necesarios, en la formación de contingentes militares;
tomando en cuenta que ya para esta época, el país había dejado atrás las luchas de tipo
militar por y para defender la unión centroamericana. En pocas palabras con los gobiernos
de Rafael Zaldívar, el rumbo del país queda definido como una república cafetalera, los
gobiernos que le sucedieron prácticamente cosecharon los frutos de todas sus reformas y
legislación.

Las condiciones de vida de los sectores populares desmejoraron considerablemente, lo que


en final de cuentas, pero ya en el siglo XX, dieron lugar a la revuelta de 1932. Causas de la
Insurrección de 1932. El tema de la insurrección de 1932 ha sido y es uno de los temas que
mas ha llamado la atención de investigadores y artistas tanto nacionales como extranjeros
y por ello hay gran diversidad de trabajos con diferentes enfoques y alcances, sin embargo,
dada la complejidad y las circunstancias especiales con respecto a los estudios históricos
en el país (la historia del país aún no esta escrita), el tema del 10 32, no esta concluido ni
mucho menos, falta aún mucho camino que recorrer.

En el presente apartado no se pretende llenar ningún vacío, sino simplemente realizar un


punteo basado en parte de la bibliografía existente acerca del tema. Causas internas: • La
profunda inequidad económica entre los diferentes estratos sociales. • El sistema de control
social rayano ya en terrorismo de Estado con respecto a los sectores populares. • La
formación de un combativo movimiento sindical. • La difusión del ideario del laborismo. • La
difusión de las ideas de Alberto Masferrer a través de su Diario Patria, especialmente las
ideas del “minimum vital”.

• La relativa apertura política de los dos últimos gobiernos de la Dinastía Meléndez-


Quiñónez. • El aumento súbito de la pobreza a causa de la caída internacional de los precios
del café. Causas Externas: • La lucha antiimperialista del General Sandino en las Segovias
• La influencia de la Revolución Mexicana • La influencia de la Revolución Rusa y la
Internacional Comunista • El crack de la bolsa en 1929 y la subsiguiente crisis económica
a nivel mundial Las causas que dieron origen a la sublevación de 1932 como ya lo
analizaron varios autores son diversas y de diferente magnitud.

A nuestro juicio la causa más importante entre ellas en la de origen estructural. Las
condiciones trabajo de semi esclavismo a que eran sometidos los trabajadores en las
haciendas cafetales, los castigos corporales humillantes que debían sufrir, los sistemas de
pago totalmente injustos y su cambio eran demandas hondamente sentidas por los
jornaleros.

La propaganda realizada por los recién nacidos grupos sindicales y los comunistas, 11 las
promesas incumplidas del presidente en turno (Arturo Araujo), además de la profunda crisis
económica por la que atravesaba el país a consecuencia de la crisis económica del mundo
capitalista, llevaron a esas masas desesperadas a sublevarse. En dicha sublevación, los
actores principales fueron los pueblos indígenas de la zona occidental del país, aunque no
el único sector que participó. “El movimiento revolucionario contó con la presencia de
nuestros pueblos indígenas, al incorporarse a la lucha, el cacique de Izalco, José Feliciano
Ama.

El paternalismo predominaba en Izalco y después de las autoridades locales, el cacique era


el personaje más respetado de toda la comarca. Por eso, era importante la participación de
Ama en la lucha, lograda después que éste decidió afiliarse al Partido Comunista. El cacique
era hombre rico, propietario de buenas tierras, laborioso y muy inteligente. Participó de la
sangrienta toma de Izalco, junto con dos mil hermanos indígenas armados. Fue apresado
cuando las tropas del gobierno reconquistaron la ciudad, juzgado por una multitud ladina
que pedía venganza y golpeado hasta matarlo. Luego ahorcaron su cadáver.

6 De acuerdo a diversa fuentes se desarrollaron enfrentamientos armados en varias


ciudades y pueblos del país, como Tacuba, Juayua, Ataco, Sonsonate, Santa Ana,
Ahuachapan, Izalco, Cuishnahuat, Santo Domingo, Nahuizalco. 7 El desenlace es
ampliamente conocido. A continuación el perfil de uno de los más connotados actores de la
sublevación: PERFIL DE JOSÉ FELICIANO AMA 8 . José Feliciano Ama, fue uno de los
cuatro líderes indígenas que perecieron de forma violenta durante los eventos de 1932, que
conmocionaron especialmente la zona Occidental de El Salvador. Datos Generales: Lugar
y fecha de nacimiento: Izalco, año de 1885. 6 CCNIS, CONCULTURA Y OPS/OMS EL
SALVADOR. Pueblos Indígenas, Salud y Condiciones de vida en El Salvador. El Salvador,
ECONOPRINT, S.A. de C.V., 1999. pp. 22.

7 Dalton, Roque. Los sucesos de 1932 8 La mayoría de los datos ofrecidos en el presente
perfil, fueron obtenidos a partir de una entrevista que se le realizó a Don Juan Ama (sobrino
de Feliciano Ama), el día 27 de diciembre del 2001, en el Cantón Cruz Grande (Izalco,
Sonsonate). La entrevista se realizó en el marco de preparación y estreno del film “AMA –
La Memoria del tiempo”, del director y productor Daniel Flores y Ascencio. 12 Lugar y fecha
de fallecimiento: entre miércoles 27 o jueves 28 de 1932, o sea, murió a la edad de 58 años.
Escolaridad: Ninguna, pero ya de adulto aprendió a leer y a escribir, sabía muy bien redactar
una carta o cualquier comunicación. Tenía nociones generales de matemáticas. Idioma:
hablaba más en nahuat que en castilla, aunque éste último lo dominaba bien. Rasgos
Físicos: Estatura: media entre 1.70 y 1.75 mts. Color de piel: moreno oscuro.

Color de ojos: café oscuro. Color de pelo: Negro, liso, lo usaba bastante recortado.
Complexión física: era mas bien delgado, un cuerpo común. Aspecto físico: Usaba el pelo
corto, llevaba bigote y la barba bien recortada, según testimonio de don Juan Ama su
sobrino, el bigote y la barba le creció hasta que tenía como treinta años de edad. Su forma
de vestir era la que se acostumbraba en la época, o sea, cotón, caites y sombrero de palma.
No usaba ningún tipo de adorno personal.

Carácter personal: Don Juan dice que José Feliciano (su tío) era una persona muy sencilla,
no como lo quieren pintar ahora, como un gran personaje. El era una persona de voz suave
y de hablar suave pero claro, no hablaba mucho en castilla sino en lengua. "Era un señor
muy respetativo con todo el personal, no tenía ningún enemigo, no ofendía a nadie de
ninguna manera". Datos generales de vida: José Feliciano Ama antes de casarse "era
pobrecito, el trabajaba con la cuma, era jornalero pues, hasta que se casó ahí se fue
levantando" ... ..."él tenía lo que el suegro le dejó".

Patricio Shupan (suegro de José Feliciano Ama), "era un antigua, era principal del pueblo -
era cacique, era mayordomo de la Cofradía del Corpus Christi. Cabe señalar que durante
la dinastía de los Meléndez - Quiñónez, ésta organizó el Partido Nacional Democrático y a
la llamada "Liga Roja", organizaciones mediante 13 las cuales se pretendía aglutinar a los
diferentes sectores de la sociedad; la política con respecto a los grupos indígenas era de
acercarlos para que votarán por el partido oficial, así de acuerdo a diferentes testimonios,
el cacique Patricio Shupan visitaba al presidente anualmente en casa presidencial, hasta
que en la última visita que realizó, cuando fue invitado a un almuerzo, sucedió algo extraño,
Shupan salió sintiéndose mal , a tal punto que cuando llegó a la estación del tranvía en
Izalco, ya estaba en estado de agonía; dice la tradición popular que Shupan fue envenenado
durante el almuerzo que sostuvo con el presidente.

José Feliciano Ama, se casó con una de las hijas de Patricio Shupan y según parece muy
pronto se hizo del cariño y la total confianza de éste, de tal manera que lo acompañaba a
todas partes incluso, a las visitas que Shupan realizaba a casa presidencial y le fue
presentado oficialmente al presidente. Por otro lado, se dice que Feliciano Ama se
encargaba de recibir a los mandaderos de la Cofradía de los diferentes cantones y llevar la
recolección de las ofrendas que se hacían para celebrar las fiestas del Corpus. De tal forma,
a la muerte de Patricio Shupan, quien queda como representante ante el gobierno y ante la
Cofradía fue José Feliciano Ama.

La influencia de Shupan se extendía a los siguientes lugares: en principio el pueblo de


Izalco como la cabecera, los cantones de Tunalmiles, Higueras, La Quebrada y Tescal. Esta
influencia también fue trasladada a José Feliciano Ama, a la muerte de Patricio Shupan.
Los detalles particulares de cómo José Feliciano Ama, se involucró en el levantamiento de
enero de 1932, se desconocen, hay diferentes versiones, pero hace falta realizar un estudio
histórico profundo para conocer los detalles que nos den luz acerca de esa circunstancia
histórica.
Lo que si se sabe, es que fue perseguido durante varios días, que sus perseguidores se
ayudaron de perros para capturarlo, y que una vez ocurrido esto fue llevado al pueblo de
Izalco, en donde se le ahorcó sin tomarle declaraciones, ni realizarle un juicio justo y
determinar cuan responsable o "culpable" era en el levantamiento indígena-campesino. 14
De la desaparición obligada al resurgimiento indígena (1933 hasta finales del siglo XX).
Después de la Insurrección de 1932, aplastada ésta ferozmente por el General Maximiliano
Hernández Martínez, tuvo efectos devastadores sobre la población indígena que sobrevivió
a la masacre realizada por éste.

No se esta hablando sólo de los más de treinta mil indígenas que se supone perecieron en
ella, sino a los efectos a que se dieron como resultado de la persecución a la que fueron
sometidos. Muchos se vieron obligados a huir del país rumbo a Guatemala y la gran mayoría
hacia Honduras, o sea, físicamente se desplazaron y con ello su número real disminuyó
(recuérdese que no emigraban sólo los hombres que eran los mas perseguidos, sino que
junto a ellos emigraba toda su familia, o sea, estamos hablando de grupos familiares
ampliados, en donde iban incluidos esposa, hijos, hermanos y padres del cabeza de familia
que huía).

El grupo de población que no tuvo la oportunidad de emigrar al exterior, se vio obligado a


permanecer en el país pero bajo condiciones de dura persecución no sólo a si libertad
individual, sino también cuidándose de ocultar su ser indígena, lo que trajo como resultado
que ya no se hablara la lengua materna (el nahuat) de forma abierta y libre, sus
celebraciones y ritos ancestrales de la misma forma debieron de ser restringidos, solo se
practicaban en el seno familiar, lo mismo que ocurría con la lengua que solo se hablaba al
interior de las casas pero no públicamente; de la misma manera y de forma paulatina y
especialmente entre los jóvenes se abandono el uso de la vestimenta tradicional.

En general, la población indígena se vio obligada por las circunstancias a ocultar su


identidad evidente y de ahí se desprende como ya lo han acotado varios autores, la
invisibilización de la población indígena en El Salvador, mas no la desaparición absoluta y
total de ellos, como entes generadores de cultura, como lo han querido dejar entrever
algunas funcionarios del gobierno central en diferentes períodos del siglo XX.

En resumen, se puede afirmar que a partir de la masacre de 1932 los pueblos indígenas de
El Salvador acusaron los siguientes rasgos: 15 • Su disminución numérica, especialmente
en la zona occidental del país a consecuencia de la ya mencionada matanza del 32 y, como
producto de la migración de gran cantidad de población indígena hacia Guatemala y
especialmente hacia el vecino país de Honduras. • La casi desaparición de la lengua
nahuat, a consecuencia de la persecución política, a todas aquellas personas que se les
escuchara hablándola. • La caída en desuso del tradicional cotón por parte de la población
masculina indígena y la casi desaparición de los trajes tradicionales usados por las mujeres,
las cuales los usan solo en ocasiones muy especiales.

• Los indígenas que se quedan en el país como estrategia 8inconsciente suponemos) de


sobrevivencia se subsumen entre la población campesina. • A partir del desuso de la lengua
y de los trajes tradicionales, se difunde la creencia de que la población indígena de El
Salvador no existe.

• El desarrollo de una política cultural cuasi oficial por parte de los diferentes gobiernos en
turno totalmente homogenizadora desde el punto de vista cultural, ya que nunca se
impartieron clases en nahuat para los nahuahablantes, ha sido política hasta la fecha en la
escuela denigrar todo lo indígena como un pasado inculto y degradante. Por todo lo
anteriormente mencionado, la población indígena pasa casi desapercibida durante gran
parte del recién pasado siglo XX. Sin embargo, ya casi para finales del siglo pasado se
observó un resurgimiento de la población indígena en el país, pero esta vez no simplemente
como personas, individuos o grupo de población, resurgen como organizaciones con
nombre y apellido y cuyos objetivos fundamentales son la defensa de su cultura, su
identidad y sus derechos políticos y sociales.

A continuación se enumeran las diferentes causas que se considera han tenido importancia
para el resurgimiento de los indígenas y el surgimiento de organizaciones indígenas: 16
Causas de tipo externo: • La aprobación el 5 de junio de 1957, por la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) en la ciudad de Ginebra del Convenio N° 107, relativo a la
protección e integración de las poblaciones indígenas y de otras poblaciones tribales y
semitribales en los países independientes, dicho convenio entro en vigor al siguiente año el
2 de junio de 1959.

El anterior Convenio fue ratificado por la Asamblea Legislativa de El Salvador el 18 de


noviembre de 1958. • La aprobación durante la 76° Conferencia Internacional del Trabajo
(OIT, Ginebra, 27 de junio de 1989), del Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales.
• La celebración de la Cumbre de la Tierra en la ciudad de Río de Janeiro (Brasil) durante
el mes de junio de 1992. • La preparación y celebración del V Centenario del
“descubrimiento” de América, auspiciado especialmente por España y Portugal, así como
por la mayoría de los gobiernos de los países latinoamericanos. • La llegada en la década
de los ochenta de un sinnúmero de Organismos No Gubernamentales (ONG’s) extranjeras
a El Salvador.

• El trabajo de ayuda humanitaria desarrollado por varias agencias internacionales y de la


ONU. • La proclamación por la Asamblea General de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), mediante l resolución 48/163 del 21 de diciembre de 1993 del “Decenio
Internacional de las Poblaciones indígenas del Mundo”. • La proclamación por la ONU de la
celebración del “Día Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo”, todos los 9 de
agosto de cada año.

• La influencia de la sabiduría maya y la formación de sacerdotes mayas en Guatemala,


provenientes de El Salvador.17 Causas de tipo interno: • La guerra civil en el país y con ello
la respectiva politización y toma de conciencia de amplios sectores de la población y entre
ellos la población indígena. • La existencia de organizaciones gremiales como lo sindicatos,
las uniones campesinas, organizaciones de tipo estudiantil (de secundaria y universitaria),
etc. • La influencia de las Comunidades Eclesiales de Base de El Salvador (CEBES). • La
formación de numerosos líderes populares • La influencia de la Iglesia católica progresista
(Teología de la Liberación).

• La creación de un sinnúmero de ONG´s en El Salvador. • La preparación y celebración del


V Centenario de la llegada de los españoles al continente americano. • La formación de
sacerdotisas y sacerdotes mayas y el despliegue de sus conocimientos entre la población.
El orden en que se han colocado las causas del resurgimiento de los indígenas y sus
organizaciones, no es por su importancia, tanto las causas internas como externas tienen
su propio peso. Como ya se mencionó en párrafos anteriores, a partir de los años treintas
del siglo pasado la población indígena fue sometida a un régimen de persecución y de
terror, aunque no sería justo afirmar que sólo lo fueron ellos, sino que también toda la
población de El Salvador. Si se analiza la política de represión interna instaurada por el
gobierno de Maximiliano Hernández Martínez, bien se podría afirmar que en el país a partir
de su gobierno, se estableció una política anticomunista mucho antes de que se iniciara a
nivel mundial la era de la Guerra Fría, la cual lastimosamente y a pesar de la firma de los
Acuerdos de Paz aún se sigue practicando en las diferentes esferas del aparato estatal.

18 Las cinco décadas de regímenes militares y las duras condiciones de represión, que a
la larga no permitieron ninguna salida democrática a las aspiraciones político – sociales y
de mejoras en las condiciones de vida de la población desembocaron en una cruenta guerra
civil que duro más de una década.

A lo que se mencionó en el párrafo anterior hay que añadirle el hecho que desde finales de
la década de los sesenta y especialmente en la siguiente década se desarrollo una
efervescente actividad política de concientización de algunos partidos políticos de
oposición; grupos políticos en la clandestinidad existentes en el país y que posteriormente
se transformaron en grupos armados, los cuales por los métodos de propaganda utilizados
por ellos, tuvieron una mayor incidencia en el trabajo de concientización y de formación de
lideres de todo tipo, ya que penetraron en todos los estratos sociales y entre ellos por
supuesto los de origen indígena.

Esta situación se desarrolló de forma evidente por ejemplo entre los Cacaoperas, lo que
queda plasmado en el trabajo “Las perspectivas de la globalización: Las identidades
indígenas de Izalco y Cacaopera”: «En la década de 1980, un importante sector de la
población indígena se integró al movimiento revolucionario que se extendió a nivel nacional.
En el caso de Cacaopera, el conflicto político-militar tuvo como escenario principal las
comunidades indias y como protagonista principal, que engrosó las filas revolucionarias, a
la población indígena, aunque también participaron algunos ladinos de la zona.

Pero fueron los indígenas “los que iniciaron el movimiento, comenta una ladina de El Rodeo,
eran los que estaban mas decididos, incluso a incorporarse a cualquier estructura, incluso
la mayoría que andaban armados eran indígenas”».

9 En la actualidad una de las organizaciones indígenas más consolidadas es precisamente


la que hoy se llama “Comunidad Indígena de Cacaopera (KAKAWIRA), ubicada en el
departamento de Morazán. Desde el punto de vista interno, tampoco puede dejarse de lado
el enorme impacto e influencia que tuvieron en el país, la difusión entre la población mas
desprotegida de la doctrina de la teología de la liberación, en cuanto a tener una 9
Rodríguez Herrera, América y Lara Martínez, Carlos Benjamín.

Las perspectivas de la globalización: Las identidades indígenas de Izalco y Cacaopera.


www.ues.edu.sv/congreso/ pp13-14 19 visión diferente de la doctrina religiosa católica, ella
ayudó a que un enorme sector de la población entre ellos por supuesto los de raigambre
indígena tomarán conciencia de la necesidad de luchar por derechos de todo tipo y que los
gobiernos de turno no habían accedido a concedérselos.

La iglesia católica progresista creo a lo largo y ancho del país las llamadas Comunidades
Eclesiales de Base de El Salvador (CEBES), en donde no sólo se estudiaba y analizaba la
Biblia, desde esta nueva perspectiva, sino que también se analizaba y discutía la situación
socio-económica y política del país. De ahí que muchas personas con aptitudes de
liderazgo, pronto saltaban a las organizaciones sociales o a las organizaciones político
militares existentes en el país. Cabe aclarar, que consideramos, que no era objetivo de las
CEBES formar cuadros para las organizaciones sociales y político militares, pero las
circunstancias por las que atravesaba el país en esa época, era fácil que los líderes de las
CEBES fueran reclutados por otras organizaciones. Aunado a lo anterior, dado que el
gobierno estaba “ocupado” en la guerra civil dejó de atender muchas necesidades sociales
prioritarias de la población civil, y como resultado surgen un sinnúmero de Organismos No
Gubernamentales (ONG’s) en el país, que eran apoyados y financiados por otros ONG’s
internacionales que bien podían tener sucursales dentro del país, o en países vecinos dada
la situación de peligro a nivel interno. Al término de la guerra civil se habla que en el país
existían aproximadamente dos mil ONG’s.

Otro elemento que no se puede dejar de mencionar por la importancia que tiene es la
formación precisamente en ese período y en esa situación de las primeras organizaciones
indígenas en el país, a modo de ejemplo se puede mencionar la fundación la Asociación
Nacional de Indígenas Salvadoreños (ANIS), según ...”el máximo dirigente de ANIS, Adrián
Esquino Lisco, la organización indígena en El Salvador siempre ha existido, es más, antes
de la llegada de los españoles el nivel de organización, afirma este dirigente indígena, era
superior al actual. Sin embargo, Esquino Lisco ubica el surgimiento de ANIS en 1975, no
obstante que la personería jurídica se adquiere en 1984.

Esta fue la primera organización indígena 20 en el Salvador, que tiene sus bases en la zona
occidental del país, en los departamentos de Sonsonate y Ahuachapán, es decir en la zona
nahuat.” 10 Otra de las organizaciones que surge en plena guerra civil específicamente en
el año de 1983, es el Instituto para el Resurgimiento Indígena Salvadoreño (RAIS), aunque
por todo el ambiente de la guerra y de la post guerra, sólo obtuvo su personería jurídica
hasta el año de 1996.

El Instituto RAIS se ha destacado desde sus inicios por realizar una labor no sólo de rescate
de las costumbres y tradiciones de las comunidades en donde trabaja sino que también ha
sido su preocupación mejorar la calidad de las condiciones de vida de éstas. Se puede
mencionar que bajo su dirección y en obediencia a una profecía, en el año de 1981 organizó
el “Primer Encuentro In Lakech” (“Tú eres mi otro yo”), con el objetivo de “romper el silencia
en que habían sumido a los pueblos indígenas desde la llegada de los españoles y también
para informar que los indígenas junto con sus costumbres y tradiciones están presentes en
el país.

RAIS con el auspicio de otras organizaciones internacionales ha realizado dos estudios


acerca de los “saberes” en cuanto a la medicina tradicional; un diagnóstico del nivel
educativo formal de los pueblos indígenas en El Salvador; en una época creó una escuela
de enseñanza del nahuat en Cuishnahuat; ha contribuido en la formación de guías
espirituales de otras organizaciones indígenas; se han realizado en diferentes
radioemisoras nacionales programas de difusión del conocimiento y espiritualidad de los
pueblos indígenas.

El Instituto RAIS ha promocionado la difusión y rescate de la identidad de los pueblos


indígenas de El Salvador en diferentes eventos como encuentros, conferencias, congresos
a nivel nacional e internacional, entre ellos se puede mencionar la Cumbre Continental de
las Américas (Matrogrosso, Brasil, 1998); Cumbre de la Mujer (Beijing, 1985); la Reunión
de Líderes Espirituales del Consejo de la Tierra (Bariloche, Argentina; Cumbre sobre
Biodiversidad (Montreal, Canadá, 2000), etc. 10 Lara Martínez, Carlos Benjamín.

La población indígena de Santo Domingo de Guzmán. Cambio y continuidad sociocultural.


www.utec.edu.sv/utec2006/investigacion/santo_domingo.PDF 21 Otra organización
indígena de larga data es, la Asociación Democrática de Trabajadores Agropecuarios
Indígenas Salvadoreños (ADTAIS), que surge ante la necesidad de tener una
representación de la gente indígena. Esta organización surge un 26 de diciembre de 1986
y desde entonces ha desarrollado una amplia labor de ayuda y cooperación en diversa
comunidades ubicadas en varios departamentos del país. Juan Portillo su principal
dirigente, fue el que inició la propuesta de crear un organismo indígena aglutinador de todas
las organizaciones indígenas existentes en el país.

Esta iniciativa tuvo muchos tropiezos, no por falta de voluntad de las organizaciones
indígenas, sino porque, entre otras no contaban con un local propio en donde reunirse, les
hacían falta los recursos monetarios suficientes para trasladarse a los diferentes lugares de
reunión, el desanimo cundía, de tal forma que solamente de todas las organizaciones que
asistían (alrededor de catorce), solamente ocho figuran en el acta de constitución de este
organismo aglutinador, que se le dio el nombre de Consejo Coordinador Nacional Indígena
Salvadoreño (CCNIS).

Las organizaciones fundadoras del CCNIS se enumeran a continuación, aunque muchas


de ellas ya no forman parte de éste: • Asociación Democrática de Trabajadores
Agropecuarios Indígenas Salvadoreños (ADTAIS). • Movimiento Autóctono Indígena
Salvadoreño (MAIS). • Asociación de Mujeres Indígenas de El Salvador (ADMIS) •
Asociación de Desarrollo Comunal Indígena Nauta (ADESCOIN). • Asociación Nacional
Indígena de El Salvador (ASNAIS) • Consejo Nacional Indio Salvadoreño (CONAIS) •
Comunidad de Desarrollo Comunitario Lenca (CODECA) • CONAI De acuerdo a datos
ofrecidos por el CCNIS, éste organismo para el año de 1999 involucra 8 organizaciones
que abarcan la mayoría del territorio indígena en El“... Salvador. Venimos laborando desde
1992, fecha en la cual las organizaciones ya 22 existentes establecenos (sic) concenso (sic)
de unificar esfuerzos de trabajo en pro de objetivos comunes de desarrollo y concertración
(sic).

Concertación que permite realizar esfuerzos conjuntos con organizaciones hermanas


indígenas del país y en diversas áreas de trabajo, unidos por la búsqueda de un mejor futuro
para nuestros pueblos”.

11 En el mismo documento se enumeran las siguientes prioridades del CCNIS: 12 1.


Fortalecer la capacidad institucional y de identidad cultural del CCNIS, sus organizaciones
y comunidades. 2. Fortalecer la capacidad de incidencia sociopolítica del consejo Nacional
y sus miembros. 3. Impulsar un desarrollo socioeconómico sostenible para que nuestros
pueblos indígenas de CUZCATAN, (El Salvador) y sus comunidades. A continuación se
enumeran las organizaciones indígenas que se tiene conocimiento existían al año 2001: •
Movimiento Autóctono indígena Salvadoreño (MAIS), la mayoría de sus miembros viven en
Quezaltepeque. • Asociación Nacional Indígena Tierra Sagrada (ANITISA). • Instituto para
el Rescate Ancestral Indígena Salvadoreño (RAIS). • Consejo Nacional Indio Salvadoreño
(CONAIS). • Asociación Nacional Indígena Salvadoreña (ASNAIS). • Asociación de
Desarrollo Comunal Indígena Nahua (ADESCOIN). Santo Domingo de Guzmán. 11 CCNIS,
CONCULTURA Y OPS/OMS EL SALVADOR. Pueblos Indígenas, Salud y Condiciones de
vida en El Salvador.

El Salvador, ECONOPRINT, S.A de C.V., 1999. 23 • Asociación Democrática de


Trabajadores Agropecuarios Indígenas Salvadoreños (ADTAIS). • Artistas de Revivificación
de la Cultura Original (ARCO). • Movimiento Indígena Nonualco (MIN). • Asociación
Comunal Lenca de Guatajiagua (ACOLGUA). • Asociación Coordinadora de Comunidades
Indígenas de El Salvador (ACCIES), Fidel Flores. • Asociación Nacional de Indígenas
Salvadoreños (ANIS). • Comunidad Indígena de Cacaopera (KAKAWIRA), Departamento
de Morazán, Miguel Ángel Amaya Amaya. • Asociación de Desarrollo Comunal del Medio
ambiente Indígena (ADESCOMAI). • Asociación Indígena Nahuat de la Comunidad de la
Comunidad de Santo Domingo de Guzmán (ANIN). • Asociación para la Recuperación de
la Cultura Autóctona de El Salvador (ARCAS).

• La Alcaldía del Común de Izalco. 12 Idem. 24 • Consejo Coordinador Nacional Indígena


Salvadoreño (CCNIS). Es un ente que como su mismo nombre lo indica reúne a la mayor
parte de las organizaciones indígenas existentes en El Salvador. Necesidades, fortalezas y
oportunidades del Movimiento Indígena en El Salvador.

El tópico que a continuación se desarrolla es de suma delicadeza, pues se pueden herir


muchas susceptibilidades, no es intención de la autora en ningún momento hacerlo, es todo
lo contrario. Resulta que cuando las personas y organizaciones están involucradas en su
quehacer cotidiano se pierde un poco la perspectiva, precisamente porque son tantas las
actividades y preocupaciones que ello no permite tener una visión objetiva acerca de lo que
se esta realizando.

En ese caso, una visión desde fuera puede ayudar a encaminar mejor el rumbo, toda vez
que se tome las cosas sin apasionamientos y tratando de darle la justa medida. El primer
gran logro de las organizaciones indígenas es su surgimiento en sí mismo y su permanencia
en el tiempo, logrando con ello tener presencia tanto a nivel nacional como internacional,
estar luchando por transformarse (aunque a paso bastante lento) en interlocutores directos
de sus propios intereses; están logrando en alguna medida independizarse de las instancias
gubernamentales, quienes en la mayoría de las ocasiones llevan agua a su molino y no al
de los indígenas.

La sobrevivencia de las organizaciones indígenas a pesar de todas las dificultades, ha


traído como consecuencia que sus líderes adquieran una amplia y rica experiencia, pero a
pesar de éste fogueo en la mayoría de ellos aún se deja sentir una gran inseguridad
personal, una muy baja autoestima, por lo que se hace necesario y de forma urgente que
ellos mismos al interior de sus comunidades organicen cursos de liderazgo, de autoestima,
de empoderamiento.

Debería ser tarea urgente del Consejo Coordinador Nacional de los Indígenas
Salvadoreños (CCNIS), de la Jefatura de Asuntos Indígenas 25 de la Dirección Nacional de
Espacios de Desarrollo Cultural del Consejo Nacional para la Cultura y el Arte
(CONCULTURA), incluir como prioridad en sus programas de desarrollo esa temática. Toda
la problemática por la que atraviesan las organizaciones indígenas para desarrollar sus
actividades con normalidad esta inmersa en un círculo vicioso bastante difícil de superar
pero no por ello imposible.

El problema económico: prácticamente todas las comunidades indígenas están ubicadas al


interior del país, la mayoría de sus integrantes se dedican a las labores agrícolas de
subsistencia o los empleos que desempeñan están muy mal remunerados, razón por la cual
se les dificulta desarrollar con fluidez sus actividades organizacionales, como asistir a las
reuniones de trabajo de sus organizaciones en su propia comunidad ó a reuniones ya sean
estas del CCNIS (ubicado en San Salvador), con los Organismos Internacionales que los
apoyan, a encuentros, congresos y eventos de tipo cultural que se puedan organizar en
San Salvador u otras localidades, la lógica es simple, sí no se trabaja no se come. De ello
se desprende, que en cierta medida su participación deba ser subsidiada, aún no han
encontrado los mecanismos, mediante los cuales ellos puedan tener un sistema de
autofinanciamiento, la realización de actividades que les permitan la autosostenibilidad;
cuestiones que a la larga significarían una mayor independencia, menos compromisos con
las instituciones que los ayudan y por lo tanto mayor libertad en sus decisiones.

El Concejo Coordinador Nacional de los Indígenas Salvadoreños, que agrupa a la mayor


parte de las organizaciones indígenas existentes, a la fecha no cuenta con un sede que sea
de su propiedad, lo que le evitaría el problema de estar pagando un alquiler mensualmente,
dada esa situación todavía es un sueño que pudiera tener locales en todos aquellos
departamentos en donde hay mayor presencia de organizaciones o población indígenas.
Siempre dentro del plano económico, les es muy difícil sostener el pago de los servicios
básicos (agua, luz y teléfono).

Otro de los problemas sustanciales del CCNIS, es que a pesar de que tiene ya casi una de
década de existir y que la mayoría 26 de sus organizaciones afiliadas ya cuentan con su
personería jurídica, ellos aún no la han obtenido (año 2001), cuestión que dificulta en gran
medida sus actividades de cabildeo y de incidencia en el plano político propiamente dicho,
como por ejemplo para iniciar el esfuerzo para que el gobierno central apruebe el Convenio
169 relativo a los pueblos indígenas y tribales y su posterior ratificación en la Asamblea
Legislativa , así como para la obtención de fondos a nombre propio que le facilitarían su
quehacer en pro de la población indígena.

Si bien es cierto que el CCNIS, tiene como objetivos principales la lucha por la defensa de
los derechos de los pueblos indígenas, de la identidad, del mejoramiento de las condiciones
de vida de las poblaciones indígenas, en la práctica es muy poco lo que se hace, muchas
oportunidades se pierden porque las gestiones, la elaboración de proyectos no se realizan
de forma adecuada o de acuerdo a los lineamientos de los organismos oferentes, o se
efectúan de forma tardía.

Muy poco se hace por el fortalecimiento y rescate de la identidad, más bien su actividad se
esta centrando mas en la búsqueda de proyectos que en alguna medida mejoren las
condiciones de vida de las comunidades, cuestión que es muy importante por supuesto,
pero el fortalecimiento y rescate de la identidad tienen igual importancia que lo económico.
Uno de los aspectos bastante positivos dentro del quehacer del CCNIS, es su participación
en instituciones como el Fondo Indígena de las Naciones Unidas, en el Consejo Indígena
de Centro América (CICA), el Proyecto del Corredor Biológico Mesoamericano, su trabajo
con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), etc.

La educación formal y los indígenas: Como grupo minoritario que es, la mayoría de las
comunidades con presencia indígena se encuentran ubicadas en zonas rurales de difícil
acceso, por lo que si llegan a tener escuelas, estas imparten hasta la primaria, si es que
tiene suerte.

Para estudiar la secundaria y el bachillerato, las niñas y niños deben viajar grandes
distancias o trasladarse a vivir fuera de sus comunidades en el período escolar. Otras
comunidades al no contar con escuelas en sus cantones o caseríos deben viajar grandes
distancias, con malos caminos, cuestión que hace difícil el rendimiento de los 27 alumnos,
pues su raciones alimenticias son bastante magras, los vence el cansancio; hay mucho
ausentismo en la época de siembra y de cosecha, la mayoría de infantes colabora en las
labores domésticas. Ante las dificultades y falta de incentivos un gran porcentaje de niñas
especialmente, niños y jóvenes abandonan las aulas. Como resultado de lo antes
mencionado, la mayoría de los miembros de las comunidades y por ende sus líderes tienen
una escasa formación académica, hecho que dificulta que ellos puedan desempeñar de
una mejor manera sus labores de liderazgo, tanto dentro de la comunidad como fuera de
ella. Hace falta capacitar a todos los líderes indígenas, en computación en lo que se refiere
a procesadores de texto, el uso del correo electrónico al menos, para que puedan por sí
mismos elaborar su correspondencia, sus proyectos, sus discursos programas de
desarrollo, etc., que no dependan de personas extrañas , que en la mayoría de los casos
no saben y no entienden la forma de ser y de pensar de la población indígena, también para
que no haya retraso en la entrega de sus documentos a los agentes y organismos que los
puedan ayudar.

Por el momento se realizan diferentes esfuerzos de forma mancomunada entre las


organizaciones indígenas, diversas ONG’s y organismos internacionales para tratar de
nivelar los conocimientos en las comunidades, organizando cursos y talleres sobre diversas
temáticas como por ejemplo agricultura orgánica, preparación de medicina tradicional,
nutrición, etc.; pero aunque el esfuerzo es muy bueno, son apenas unas gotas en el
desierto, pues las necesidades de las comunidades rebasan las posibilidades de ayuda de
las ONG’s y de los programas de ayuda de los organismos internacionales; cabe añadir
que el gobierno central no tiene ningún programa específico destinado al desarrollo y
fomento de las comunidades indígenas.

Otro aspecto importante de señalar es que existen dos Convenios internacionales


aprobados y ratificados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) relativos a los
pueblos indígenas, estos son el Convenio 107, relativo a la protección e integración de las
poblaciones indígenas y de otras poblaciones tribales y semitribales en los países
independientes, aprobado en 28 el año de 1957 y que entró en vigor hasta el año de 1959;
el otro, es el Convenio 169 relativo a los Pueblos Indígenas y Tribales, que fue aprobado
en la 76ª Conferencia Internacional del Trabajo, celebrada en la ciudad de Ginebra el 27 de
junio de 1989, dicho convenio entró en vigor el 6 de septiembre de 1991. Al entrar en
vigencia el anterior convenio, automáticamente el Convenio 157 dejó de estar abierto a la
ratificación por los Estados miembros, sólo será vigente para aquellos Estados que no han
ratificado el nuevo convenio.

En lo que se refiere al gobierno de El Salvador, solamente aprobó el Convenio 157, que fue
ratificado por la Asamblea Legislativa el 18 de noviembre de 1958. Desafortunadamente, el
Convenio 169 no ha sido aprobado a la fecha por ningún gobierno en turno. Respecto a
estos dos convenios, por lo menos a la fecha de realización de la presente investigación,
se detectó que la mayoría de los miembros de las comunidades desconocían por completo
de su existencia, los líderes indígenas si saben que existen estos dos convenios pero no
los conocen a profundidad, lo que indica que esta es una de las tareas a resolver
prontamente por el movimiento indígena, para poder realizar acciones de incidencia que
permitan sea aprobado y ratificado el convenio 169.

Otro punto de vital importancia para el movimiento indígena salvadoreño, es concienciar a


la población indígena y a la población salvadoreña en general, acerca de la necesidad de
reformar la Constitución Política del país, para que se reconozca de forma constitucional
que el país tiene una composición multiétnica, pluricultural y multilingüe. La situación de la
mujer, de l@s jóvenes y las niñas y niños indígenas: Sí los indígenas de por sí, son un
grupo minoritario y discriminado, las mujeres, l@s jóvenes y l@s niñ@s indígenas lo son
aún más, por la situación de patriarcalismo y machismo que prevalece de forma general en
la sociedad salvadoreña y que, por lo tanto, los pueblos indígenas han sido permeados por
esos rasgos culturales en gran medida, aunque si se revisa el patriarcalismo y machismo
en principio son ajenos a la cultura y forma de ser de los indígenas. Si se observa la
composición de las organizaciones indígenas, se vera claro 29 que la participación de las
mujeres, como miembras activas de ellas es muy baja, prácticamente no se cuenta con
líderezas indígenas de larga trayectoria y reconocidas a nivel nacional e internacional.

En cuanto a l@ jóvenes, l@s niñ@s, muy poco se esta haciendo para transmitirles el
conocimiento ancestral, procurar que participen en las celebraciones tradicionales,
interesarlos en el pasado; como interpretarlo en el presente para que sea de su provecho
tanto espiritual como material. Hace falta preparar a los relevos de los actuales dirigentes,
se preocupan por la preparación académica nada más, eso es muy bueno, pero a través
de la formación académica oficial se les transmiten valores totalmente ajenos a las
tradiciones, costumbres y a los intereses de la comunidad indígena, que a la larga los
inclinan a buscar el “progreso” pero fuera de la comunidad, miran hacia fuera y no hacia
adentro.

No se olvide que desafortunadamente y desde el siglo pasado, en la escuela oficial se nos


enseña a todos los salvadoreños que lo indígena es “bayunco”, atrasado, que no sirve para
nada, que es objeto de risa, como si fuera parte de un pasado vergonzante y el cual
debemos de olvidar; lo anterior en la mente y en los sentimientos de l@s jóvenes y l@s
niñ@s es terrible por sus efectos en su autoestima, que lo menos a que los conduce es a
negar su ser indígena.

Se debe pues reforzar lo más que se pueda los valores de la cultura indígena. Historia,
cultura e identidad indígena: Uno de los problemas fundamentales de la población indígena
y de la población salvadoreña en general, es que tenemos un desconocimiento casi
absoluto de nuestra historia.

Se ha perdido la práctica ancestral de la historia oral, el Ministerio de Educación,


supuestamente principal responsable de los programas de estudio en la escuela, no se ha
preocupado a la fecha de instaurar una asignatura especial, que se ocupe única y
exclusivamente de la enseñanza de la historia nacional. Es necesario también, que se le
dedique un espacio sólo a la historia de los pueblos indígenas a través del tiempo, pues
como ya se señaló en la primera parte de éste trabajo, la historia que se ha escrito hasta el
momento se dedica ha estudiar casi de forma exclusiva a los grandes personajes y héroes
de la historia oficial.

En la misma línea, hace falta que las instituciones que se 30 dedican a la investigación
social, asignen dentro de sus programas de investigación, por lo menos una investigación
dedicada a los indígenas, especialmente en el rescate de la tradición oral, nuestros abuelos
de mayor edad se nos están yendo, y todos sus conocimientos se van con ellos.

31 CONCLUSIONES.

• Es tiempo de romper con el mito, de que en El Salvador no existen los indígenas, sí los
hay y están representados por una gran cantidad de organizaciones propias. • Las
organizaciones indígenas ya han adquirido una gran experiencia organizativa, la cual es
necesario fortalecer aún más. • Las organizaciones indígenas afrontan varios problemas,
pero si siguen una estrategia de trabajo adecuada los pueden resolver a corto plazo. • Ya
que el gobierno no realiza los esfuerzos necesarios para el rescate y fortalecimiento de la
identidad y cultura de los pueblos indígenas, deberán ser ellos mismos los que tomen la
iniciativa. • Urge que los pueblos indígenas cabildeen y realicen acciones de incidencia en
el campo político para que se logre la aprobación y ratificación del Convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo. • Existe la necesidad de incluir una reforma a la
Constitución Política de El Salvador, de tal forma que se reconozca que el pueblo
salvadoreño es un pueblo multiétnico, pluricultural y multilingüe. 32 BIBLIOGRAFÍA • Acuña
Ortega, Victor Hugo (edit.). Historia General de Centroamérica. Madrid, Comunidad
Europea, Quinto Centenario, FLACSO, 1993. T. IV. • Alvarenga, Patricia. Cultura y ética de
la violencia. El Salvador 1880 – 1932. San José, Editorial Universitaria Centroamericana –
EDUCA, 1996. • Anderson, Thomas R. El Salvador 1932. Costa Rica, EDUCA, 1982. • Arias
Gómez, Jorge. El Salvador: fuerza de trabajo cautiva (1821 – 1900). Ponencia presentada
en el V Congreso Centroamericano de Historia, realizado en el mes de julio del 2000, en la
ciudad de San Salvador, el Salvador. www.ues.edu.sv/congreso/ • Browning, David. El
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Impresos/CONCULTURA, 1998. • Castellanos, Juan Mario. El Salvador 1930 – 1960.
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(Biblioteca popular, v. 56) • Cueva, Agustín. El desarrollo del capitalismo en América Latina.
Ensayo de interpretación histórico. México, Editorial Siglo XXI, 1977. • Enciclopedia de El
Salvador. España, Océano Grupo Editorial, S.A., 2000. • Lara Martínez, Carlos Benjamín.

La población indígena de Santo Domingo de Guzmán. Cambio y continuidad sociocultural.


www.utec.edu.sv/utec2006/investigacion/santo_domingo.PDF33 • López Vallecillos, Italo.

El periodismo en el Salvador. Bosquejo históricodocumental, precedido de apuntes sobre


la prensa colonial hispanoamericana. San Salvador, UCA Editores, 1987. • Portillo,
Geraldina. Revisión de algunas opiniones en la Historia Agraria de El Salvador. Ponencia
presentada en el V Congreso Centroamericano de Historia, realizado en el mes de julio del
2000, en la ciudad de San Salvador. www.ues.edu.sv/congreso/ • Rodríguez Herrera,
América y Lara Martínez, Carlos Benjamín. Las perspectivas de la globalización: Las
identidades indígenas de Izalco y Cacaopera. www.ues.edu.sv/congreso/ • Thorp,
Rosemary (comp.). América Latina en los años treinta. El papel de la periferia en la crisis
mundial. México, FCE, 1988. 34 INDICE
Introducción....................................................................................................... ....... i La
situación de los indígenas en los primeros años de la pos independencia (1821 a 1839).
................................................................................................................ .............1 La era
republicana y la introducción del café (1840 a 1932). .................................. 5 De la
desaparición obligada al resurgimiento indígena (1933 hasta finales del siglo
XX)..................................................................................................................... 14
CONCLUSIONES.................................................................................................. 31
BIBLIOGRAFÍA

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