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Bitacora de Viaje:

ES

De lo

a lo
pacial
agrado
Un tratado de lo espacial, la poesía de la Escenografìa,
el encanto de la luz y la esencia de nuestra ancestralidad

2 Bitacora de Viaje: de lo espacial a lo sagrado 3

 Contenido “... Seré todo los que quiera: lo que sé es
que mi país es el continente de la América
y he nacido bajo la línea del Ecuador”
Manuela Saenz
Bogota, 30 de Junio de 1830
4 Bitacora de Viaje: de lo espacial a lo sagrado
A ntes de comenzar el viaje por este
sendero de experiencias, me gustaría com-
partir con ustedes el cómo la magia esta en
cada momento de nuestra vida, en cada lugar
que transitamos, colo cuando abrimos nuestros
ojos para darnos cuenta de ese hecho es cuan-
do transformamos cada momento de nuestra vida.
En ese transitar, en esa aventura que es nues-
tra vida, siempre llegan caminantes que se convier-
ten en maestros que nos acompañan cierta parte del
trayecto, esta es la historia de uno de los míos, el cual
me comprometí en convertirlo en una caricatura... pero
qué es una caricatura sino tiene su propia historia...
Alguna vez posteó: “Cumplí los 11 años y no
me llegó la carta para entrar a estudiar a Howard,
cumplí los 19 y no me buscaron para entrenarme
como Jedi...si llego a los 60 sin ser Taíta realmente
me sentiré frustrado”. Si bien no llegó a los 60, si
llego a ganarse el grandielocuente título de “Vaca
Sagrada“ instituido por el mismo, pero mejor que
eso se gano el apodo de “Maestro Shaman“, no
porque lo buscara, sino por la magia que emanaba...
Lo que leerán a continuación es el diario de
viaje de un Shamán de ciudad, de un creador de
Macro y micro-cosmos, de aquel que tenía el poder
mágico de hacer realidad el sueño de los que sueñan
en llevar un mensaje, un mensaje que expresan con
sus cuerpos, con sus
movimientos, su voz, su
palabra y sus historias
contadas en estos pequeños mundos que nacián
de manos de este “Shamán de Ciudad”... una
bítacora donde el Espacio, lo Sagrado y nuestra
Ancestralidad son el cómo podemos crear estos
mundos, mundos efímeros que logran la catarsis
de esos universos infinitos que representan cada
espectador que los disfruta... Es el estudio de esa
escena y su construcción a través de este viaje.
Un viaje, una búsqueda personal de nues-
tro shamán...Shamán de vida, artesano de sueños
aquí empieza esta aventura, una aventura que ya
sabría como terminaría, vivencias para cambiar
de plano, experiencias para comenzar un nue-
vo camino en una dimensión diferente...
Citando a Kilemmic, cuando habla de
Merlín: “Demasiado mago para ser hombre.
Demasiado hombre para ser solo un mago“
podemos decir que nuestro Shamán es:
“Demasiado Shamán
para ser hombre,
demasiado SER
para actuar sólo como un
Shamán”
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Así comenzó todo...
Se escuchó el ruido de manera estruendosa. En el pequeño apartamento cualquier pequeño sonido podría retumbar
en las paredes, los libros iban cayendo uno a uno sobre la mesa de vidrio en la cual reposaba el computador. El peso iba ar-
rastrando los diversos cables creando un pequeño caos.
El animal negro causante de tal hecatombe, trataba de huir del desastre,
dando elegantes saltos por los aires. Uno a uno seguían cayendo los libros, cual
coreografía bien ensayada, cualquiera diría que era digna de apreciarse en cámara
lenta. Hasta que cae el último libro, los accesorios del computador
se quedan a medio caer, solo unos centímetros los separa del piso, peligrosa-
mente sostenidos solo del débil cable que le permite su conexión con el gran
aparato.
El pequeño felino observa su obra a lo lejos, desde su majestuosa pose,
que nada tiene que envidiar a los grabados de Bastet, montado en-
cima del respaldar del sofá, que él siente como suyo. El hombre que
esta detrás de la barra de la cocina, pone su atención al lugar de
procedencia del desastre, se lleva las manos a su cabeza, mientras
hace movimientos con su boca, si dijo algo no se escucho, por lo
ensordecedor del pequeño caos. Quien lo diría, que un felino tan
pequeño podría hacer tal desorden, con actitud de príncipe ve al
hombre acercarse a los restos de su hazaña e ignorándolo comienza
a acicalarse.
Hasta cuando Filippo, ya es hora que entiendas que por allí no se pasa!
Exclama el hombre resignándose a cumplir su tarea. Mientras hacia la faena
mecánicamente, ya que su mente estaba en un proyecto que se encontraba
diseñando, el cual quería terminar rápidamente, los pensamientos no
6 Bitacora de Viaje: de lo espacial a lo sagrado
Cuando comienza a recoger los libros uno llama su atención, ni siquiera recordaba haberlo abierto una vez que llego a la casa, fue una
de esas compras compulsivas anuales que siempre hace en marco del Festival Internacional del Libro… El teatro como espacio… buen título
– se dice- tal vez fue por ello que lo compré… comienza a hojear el tomo en sus manos, se olvida de todo lo anterior que estaba haciendo
y sentado en el piso recostado de una de las paredes queda embobado con lo escrito por Felisa Blas de Gómez -la autora del libro-. “…
el espacio escénico como una estructura simbólica: un objeto poético que crea redes de significado que permiten al espectador hacer una
lectura matizada del texto, en los caos que este existe…” ¡definitivamente eso es lo que es, eso es lo que hago! Pequeños mundos que se
crean para que el espectador los disfrute y los digiera desde sus experiencias, desde ese universo infinito que somos cada uno de nosotros.
Por un momento su mente viajo al pasado y recordó a su maestro Héctor Del Campo, cuando citaba al actor Francés Luis Jouvet: “El
director debe conocer el espacio escénico, pero el escenógrafo debe conocerlo como conoce su propia piel”… o cuando decía: “el tiempo
en el teatro es irreal, mientras que el espacio escénico es real, tangible… Así como el autor crea sus criaturas teatrales, el escenógrafo debe
crear el mundo que le corresponde a ellas”.
Si –cavilaban sus pensamientos- somos los magos creadores de ambientes, como pequeños dioses que tienen en sus manos los climas dramáticos, mientras hechizamos
a través de la proyección física, visual y artística que proyecta el escenario… pero hasta que punto es importante hacérselo saber a aquellos que piensan que es solo
decoración… bah! No vale la pena! No aprecian el valor del trabajo en colectivo… ni siquiera respetan lo sagrado del espacio escénico, porque he de ser yo quien los
saque de su error! – exclamo frustrado en voz alta.
Filippo que seguía embelesado en su baño matutino, se volteo y lo miro con extrañeza, dio un gran bostezo, estiro con flojera sus patas delanteras y al cabo de unos
segundos decidió caminar sinuosamente hasta el hombre echándose a dormir entre sus piernas, donde tenia apoyado el libro. El hombre con cuidado, tratando de no
molestar al felino, porque a pesar de lo desastroso y holgazán que podía ser, no podía negar que tenía su corazón totalmente cautivado. En plena maniobra cae un
marca libros al piso, dejando a la luz el capitulo 1 del libro. Al tomar el marca libros dice simplemente “No importa si lo haces bien, no importa si lo haces mal, lo importante
es darse cuenta”.
La frase lo llevo a la reflexión, no interesaba lo que sucedía o como la gente veía su trabajo, lo hiciera bien o lo hiciera mal, lo que a él solo debía importarle era el darse
cuenta de lo que hacía, como se divertía con ello, pero sobre todo, cuanta pasión y amor le ponía al proceso.
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