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ALIMENTACIÓN EN VARONES
TESINA
1. Justificación………………………………………………....................................3
2. Marco Teórico………………………………………………................................6
2.1. Anorexia Nerviosa……………………………………………….......................6
2.2. Bulimia Nerviosa……………………………………………….........................8
2.3. Trastornos de Alimentación no especificados…………………………………10
2.4. Evaluación………………………………………………..................................11
2.5. Factores de Riesgo………………………………………………......................14
2.6. Prevención………………………………………………..................................18
2.7. Trastornos de Alimentación y Obesidad……………………………………….19
2.8. Tratamientos a elección para los Trastornos de Alimentación………………...20
2.9. Principales Trastornos Asociados a los TCA………………………………….22
2.10. Trastornos de Alimentación en Varones……………………………………..24
2.10.1. Epidemiología……………………………………………….......................24
2.10.2. Factores de Riesgo………………………………………………................25
2.10.3. Aspectos Clínicos……………………………………………….................28
2.10.4. Aspectos Psicológicos………………………………………………...........28
2.10.5. Motivación a Adelgazar………………………………………………........29
2.10.6. Factores Sociales………………………………………………...................30
2.10.7. Factores Familiares………………………………………………................30
2.10.8. Pautas Alimentarias………………………………………………...............31
2.10.9. Distorsión de la imagen corporal…………………………………..…….…31
2.10.10. Sexualidad………………………………………………...........................32
2.10.11. Comparación Hombres y Mujeres con TCA………………………………32
2.10.12. Obstáculos en el Tratamiento……………………………………………...34
2.10.13. TCA y Suicidio………………………………………………....................34
3. Marco Empírico……………………………………………….............................35
3.1. Caso 1: Reportaje que muestra una historia Clínica de TCA…………………..35
3.2. Caso 2: Testimonio de un paciente. 19 años…………………………….…..…38
4. Conclusiones………………………………………………...................................41
5. Referencias Bibliográficas………………………………………………..............42
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1. JUSTIFICACIÓN
Aunque los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son más comunes entre las
chicas que los chicos, un número significativo de hombres adolescentes desarrolla
serios TCA, y muchos más están enganchados en comportamientos perjudiciales para
controlar el peso. La presión social por estar guapos y cuidar el físico se ha
incrementado en el último tiempo y los hombres están preocupándose cada vez más
por su imagen corporal.
Los medios de comunicación propagan una imagen masculina cada vez más cuidada,
arreglada y delgada. Se sabe que los espectadores adolescentes por estar en una etapa
especialmente conflictiva debido a diversos cambios psicológicos y corporales son más
vulnerables a influencias externas como por ejemplo las series televisivas, anuncios
comerciales, ídolos como grupos musicales y, el medio cibernético que hoy en día les
permite compartir opiniones de todo tipo. Dichas influencias muestran tipos de modelos
a seguir que pueden hasta llegar a cierta perfección y engañar a nuestros adolescentes
quienes van a desear llegar hasta ahí de distintas maneras. Una de estas maneras podría
ser controlar su estado físico a través de la comida. Por este motivo se hacen necesarios
diversos estudios en el tema, ya que en cada época se agregan factores que hacen
cambiar la forma en que se presentan estos trastornos. Hay estudios que afirman que en
los últimos años se han incrementado los TCA en varones, sin embargo no llegan a ser
concluyentes. Se sabe que de 10 casos de TCA, 9 son femeninos es por esto que la
mayoría de estudios en este tema corresponden a población de mujeres.
Asimismo, si se recogen datos culturales podemos llegar a concluir que en distintos
países se puede hablar de TCA y de un aumento progresivo de jóvenes con este
trastorno. Distintos estudios indican que el ideal de belleza occidental, el cual se ha
identificado como un factor de riesgo de sufrir un trastorno del comportamiento
alimentario, se estaría globalizando. Esto significaría que en culturas donde
tradicionalmente se valoraba como bello un cuerpo con más formas y con
características propias de la etnia a la cual representa, se estaría substituyendo por el
ideal de belleza de delgadez. Este ideal de belleza occidental se aleja mucho del ideal de
países orientales y para parecerse a él, las personas tendrían que modificar mucho su
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2. MARCO TEORICO
Las alteraciones en la conducta alimentaria consisten en una serie de preocupaciones
por la comida, el peso y la imagen corporal relacionadas con comportamientos
autodestructivos como dejar de comer, hacerlo en exceso y conductas compensatorias
que son acompañadas de sentimientos de culpa, vergüenza, depresión y más. Hay una
constelación de síntomas que describen los TCA y muchos factores que explican su
desarrollo, así al momento de entenderlos hacen falta relacionar diversos factores como
características personales, aspectos familiares, sociales, culturales y aspectos de la
personalidad.
El DSM-IV describe una lista de síntomas que ayudan al profesional a diagnosticar un
TCA dando con detalle las conductas que definen cada tipo:
Las primeras descripciones de la AN datan del siglo XVII, cuando Morton estableció
que el origen de este trastorno, a diferencia de otros estados de malnutrición, era una
perturbación del sistema nervioso acompañada de tristeza y preocupaciones. En el siglo
XIX se describe como cuadro psicopatológico individual similar al observado en la
actualidad, aunque se pensaba que era una enfermedad del ánimo. La AN es un TCA
que se manifiesta como un deseo irrefrenable de estar delgado, acompañado de la
práctica voluntaria de procedimientos para conseguirlo: dieta restrictiva estricta y
conductas purgativas (vómitos autoinducidos, abuso de laxantes, uso de diuréticos, etc.).
A pesar de la pérdida de peso progresiva las personas afectadas presentan un intenso
temor a llegar a ser obesas. Presentan una distorsión de la imagen corporal, con
preocupación extrema por la dieta, figura y peso, y persisten en conductas de evitación
hacia la comida con acciones compensatorias para contrarrestar lo que ingieren
(hiperactividad física desmesurada, conductas de purga, etc.). No suelen tener
conciencia de enfermedad ni del riesgo que corren por su conducta. Su atención está
centrada en la pérdida ponderal, lo que les causa estados nutricionales carenciales que
pueden comportar riesgos vitales. Generalmente, hay rasgos de personalidad previos
con
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Presentación Clínica
Restricción de la ingesta de alimentos y/o su eliminación mediante purgaciones y
ejercicio excesivo. Decisión de la paciente con el objetivo de mantener su peso por
debajo de lo normal.
Pérdida de peso que conduce a la desnutrición. El grado de desnutrición se mide a
través de dos parámetros: el mantenimiento de un peso por debajo del 85% del peso
esperado para su edad y su altura (DSM-IV). Un índice de masa corporal o IMC inferior
a 17.5 (CIE-10).
Alteración en el ciclo menstrual, con amenorrea. Ausencia continuada de menstruación.
La amenorrea se considera primaria o secundaria en función de que nunca haya
aparecido o se haya perdido después de su aparición.
Alteraciones de la imagen corporal (IC). Pueden producirse o bien al inicio del trastorno
o en su desarrollo. La paciente muestra una gran insatisfacción hacia su propio cuerpo y
presenta una percepción alterada del mismo.
Negación y control del hambre. Etimológicamente, la anorexia significa “pérdida de
apetito” pero las pacientes que padecen una anorexia nerviosa no tienen una pérdida
objetiva del apetito, sino mucha hambre, aunque se lo nieguen a sí mismas y a los
demás. Lo que sucede es que encuentran satisfacción en ayunar y es por eso que se
vuelven adictas a esto.
Hiperactividad. Ejercicio excesivo y/o actividad extrema. El trastorno cursa con una
actividad física exagerada y extenuante. La hiperactividad se encuentra en un porcentaje
muy alto en pacientes anoréxicas (75%) y es la característica más destacadas en
pacientes varones.
Obsesiones y control. La delgadez y la pérdida de peso que consiguen los pacientes son
biológicamente inestables. El cuerpo luchará para conseguir el aporte nutricional que
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necesita. Los pensamientos sobre la comida llegan a ocupar todo el espacio psíquico de
la paciente hasta convertirse en un trastorno obsesivo grave.
Miedo a la madurez. Cuando los pacientes consiguen mantener de forma estable la
restricción alimentaria que se han impuesto no sólo pierden peso sino que detienen su
crecimiento. El cuerpo adquiere un funcionamiento y una apariencia infantil. Durante
mucho tiempo el trastorno recibió el nombre de síndrome de Peter Pan como expresión
del deseo de no crecer.
Exaltación y sensación de “fuerza”. Cuando empieza a perder peso, se siente triunfante,
ha conseguido el gran logro de su vida, ha cubierto todos los objetivos de una sola vez:
la delgadez y el control de la comida. Por primera vez, la sensación de incapacidad
desaparece y aflora un sentimiento de autoestima.
Irritabilidad y fluctuaciones bruscas del estado de ánimo. La alegría comentada es
inconciente y pronto se verá amenazada por la posibilidad de perder el control y comer
más de lo propuesto. La familia la verá exultante en un momento determinado y
gritando y llorando al momento siguiente. Las cosas más nimias, e imperceptibles para
cualquiera, serán catástrofes irreparables.
Desequilibrio en el estilo de vida. La paciente no sólo desea conseguir ser más delgada,
sino también la mejor en el terreno académico y profesional. No importa que la vida se
reduzca a estudiar en el cuarto. No importa que el descanso y la diversión no existan. La
cuestión es “mantener el tipo”. conseguirán notas brillantes y expedientes soberbios.
Perfeccionismo. Los pacientes con anorexia nerviosa tienen tendencias perfeccionistas y
sus metas son muy difíciles de conseguir. A pesar de que objetivamente sus resultados
son excelentes, como nunca suelen ser totalmente perfectos, mantienen dentro de sí una
sensación de fracaso permanente.
Presentación Clínica
Presentación Clínica
Historia de dietas
Numero de dietas efectuadas por el paciente
Volumen calórico promedio aproximado
Composición de la dieta en cuanto a macronutrientes
Nº de episodios bulímicos
Períodos de ayuno
Aspecto que deberá someterse a intervención sobre todo en el caso de las anoréxicas,
donde la ingestión de alimentos trascurre a un ritmo muy lento y se acompaña de
conductas anómalas como:
Repartir la comida por el plato
Trocearla
Quitarle la grasa
Masticarla y escupirla
Dejar pasar largos intervalos de tiempo observando la comida sin ingerirla
Frecuencia
Alimentos que ingieren
Volumen calórico
Antecedentes
Deprivación alimentaria por haberse saltado una comida
Severa restricción alimentaria
Situaciones estresantes puntuales
Experiencias negativas relacionadas con la Imagen Corporal
Estrategias de control de peso (vómito, laxantes, diuréticos…)
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Evaluar las cogniciones distorsionadas sobre la ingesta:
Ejercicio Físico:
Tipo de ejercicio físico
Duración de cada sesión
En la anorexia:
Estudiar paseando
Dormir sentada o de rodillas
Hacer tareas domésticas
Levantarse muy temprano
INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
ENTREVISTAS
En relación a la alimentación:
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• Percepción errónea de estar con sobrepeso aun estando por debajo de lo que se
considera normopeso.
En relación al comportamiento:
• Al inicio del trastorno puede darse un aumento aparente de las horas de estudio
pero a medida que avanza la enfermedad se ve afectada la concentración y el
rendimiento académico.
Como otros trastornos mentales, los TCA poseen una etiología múltiple y poco
conocida. En su etiopatogenia, según los estudios, se encuentran involucrados diversos
factores biológico-genéticos, de vulnerabilidad, características psicológicas, aspectos
socioculturales, y estresores. El peso específico de cada uno de ellos todavía no está
bien determinado.
Hasta el momento se han descrito diferentes factores de riesgo para estos trastornos. Los
diseños de algunos de los estudios descritos son transversales y no permiten establecer
relaciones causales sino de asociación.
Factores biológicos
Factores socioculturales
Los estudios identifican los siguientes factores socioculturales como de riesgo para los
TCA: modelos familiares sobreprotectores, rígidos y exigentes, conflictivos, y poco
cohesionados, familias desestructuradas (padres divorciados), antecedentes familiares
de trastornos afectivos y sintomatología obsesivo-compulsiva, de TCA (especialmente
en las madres), dieta y/o conducta alimentaria atípica en la familia (preocupación por el
peso por parte de los padres), obesidad (especialmente en madres), alcoholismo
(especialmente en padres), hábitos alimentarios poco regulares durante la infancia,
profesiones y/o actividades durante la infancia-adolescencia que valoran excesivamente
la delgadez y/o el peso.
Factores psicológicos
Se han asociado con los TCA los siguientes factores psicológicos: trastornos afectivos,
trastornos de la personalidad, trastornos obsesivo-compulsivos, trastornos de control de
impulsos, realizar dieta anómala y restrictiva y preocupación por el cuerpo, historia
personal de dificultades alimentarias, excesiva rigidez, perfeccionismo, retraimiento
social y baja autoestima.
Sobre los acontecimientos vitales potencialmente estresantes asociados con los TCA,
mencionar los siguientes: abusos sexuales y/o físicos en la infancia, críticas respecto al
físico y antecedentes de crisis vital.
Según una revisión sobre los factores de riesgo de los TCA, algunos de los factores
anteriormente mencionados han mostrado resultados consistentes para predecir los TCA
tanto en estudios longitudinales como en estudios transversales: género, etnia (excepto
asiáticos), problemas de alimentación y trastornos gastrointestinales en edades
tempranas de la infancia, abuso sexual y otras experiencias adversas, baja autoestima,
morbilidad psiquiátrica general, peso elevado e insatisfacción corporal y realización de
dietas. 16
De los diferentes modelos explicativos de la AN, el de Garner (1993) propone que es el
resultado de la interacción de tres tipos de factores: predisponentes, precipitantes y
perpetuantes. Los primeros confieren susceptibilidad a la AN. Algunos de éstos vienen
determinados por la carga genética, como el sexo femenino. Otros factores
predisponentes son individuales, familiares y culturales. Los precipitantes, como por
ejemplo la insatisfacción con el peso corporal y la silueta, interaccionan de tal forma
con los predisponentes que condicionan a la persona lo suficiente para decidir que debe
perder peso y restringir la ingesta alimentaria. Una vez iniciada la AN, progresando la
pérdida de peso empiezan las complicaciones derivadas de la malnutrición. Las
consecuencias multidimensionales del trastorno (físicas, psicológicas y sociales) son a
la vez factores perpetuantes del trastorno y potenciadores de los factores predisponentes
y precipitantes.
La literatura actual sugiere que los TCA se encuentran parcialmente determinados
tanto por factores socioculturales, como por factores biológico-genéticos (éstos últimos
explicarían entre el 60%-70%. Sin embargo, una parte de la varianza no queda
explicada
ni por unos ni por otros, de ahí que cada vez más estudios analicen la relevancia que
tienen los factores ambientales no compartidos, los cuales explicarían por qué hermanos
gemelos, que han crecido en un ambiente familiar similar, pueden diferenciarse respecto
a su conducta alimentaria, siendo patológica en unos casos mientras que en otros no.
Entre ellos, estarían incluidos: el trato diferencial que pueda darse a los hermanos por
parte de los padres, la personalidad y el temperamento de los sujetos, el estilo relacional
de los sujetos, las situaciones estresantes vividas y las características diferenciales
específicas. La evidencia científica publicada muestra que factores ambientales no
compartidos poseen una mayor relevancia que factores compartidos. Y en este sentido,
del 24% al 42% de la varianza en AN y del 17% al 46% de la varianza en BN,
quedarían explicadas por la influencia de factores ambientales no compartidos.
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2.6 PREVENCIÓN
Realimentación Nutricional
Es el tratamiento mejor establecido. En casos de infrapeso lo primordial es lograr que la
persona se alimente correctamente y recupere nutrición. El principal objetivo es
restablecer el peso normalizando los patrones alimentarios, también se pretende corregir
las secuelas biológicas y psicológicas de la malnutrición.
Tratamiento psicológico
Después de que la ganancia de peso se haya iniciado se procede a buscar el tratamiento
psicológico más adecuado para la persona. No existe un tratamiento psicológico que se
haya mostrado eficaz en las diversas investigaciones. Sin embargo las terapias
cognitiva-conductual, interpersonal y cognitiva han demostrado ser posiblemente
eficaces en algunos de estos estudios.
Tratamiento familiar
Hay distintos tipos de intervenciones. Existen grupos multifamiliares en los que se
trabaja con las familias al completo (madre, padre, hermanos, afectados), es un trabajo
que se realiza más desde las unidades de trastornos de la conducta alimentaria dentro de
los hospitales.
Por otro lado hay grupos de autoayuda, los más comunes en las asociaciones. Y
finalmente los grupos de apoyo, que se abren hueco en los últimos años.
Los grupos de autoayuda están coordinados por un familiar de afectada/o, o por alguien
que ya ha superado el trastorno. Los grupos de apoyo son coordinados por un
profesional, tienen un programa específico de 10-12 sesiones.
Estas distintas intervenciones grupales forman parte del tratamiento en trastornos
alimentarios, dirigido a la familia. Y ayudan a que los padres puedan recibir
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información, estrategias y apoyo emocional para manejar mejor la enfermedad mientras
dure.
En definitiva, es muy recomendable para los familiares de personas afectadas de
trastornos alimentarios que acudan a estos grupos. De esta forma el tratamiento será
más integral.
Tratamiento farmacológico
En estos trastornos se suele utilizar distintos fármacos como ansiolíticos, antidepresivos,
antipsicóticos, estimulantes del apetito, antagonistas opiáceos, anticonvulsivos,
psicoestimulantes.
Los antidepresivos sobre los que se ha identificado evidencia en los TCA son los
siguientes, según el grupo al que pertenecen:
– Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS): fluoxetina, citalopram,
fluvoxamina.
– Otros antidepresivos: sibutramina y trazodona.
– Antidepresivos triciclícos: amitriptilina, clomipramina e imipramina.
Trastornos de ansiedad
La ansiedad está tan presente en los TCA que es difícil discernir si forma parte de la
clínica específica de estos trastornos o si es una patología comórbida. En los TCA se
presentan cuadros fóbicos específicos (fobia a ciertos alimentos, fobia social, etc.) y
otros como la claustrofobia o las fobias simples no relacionadas. Lo mismo podemos
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decir de las crisis de pánico o crisis de angustia. En algunos casos se vinculan a los
TCA y en otros casos son genuinamente comórbidos. Los estudios marcan prevalencias
de ansiedad muy variadas que pueden oscilar entre el 10% y el 40%, dependiendo de los
instrumentos de medida y los criterios de inclusión.
Trastornos de personalidad
Alrededor del 30% de casos de TCA presentan trastornos de la personalidad. Las
personas que cumplen criterios de BN presentan asociado un trastorno de la
personalidad, especialmente el límite y el histriónico, con una alta prevalencia.
Diabetes Mellitus
La DM está presente en la génesis y evolución de los TCA y también en el tratamiento,
que deberá ser ajustado a esta condición física. Los estudios muestran cifras de
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prevalencia muy variables. Entre el 0,5% y el 7% de los casos de AN y BN presentan
una DM tipo 2. Este porcentaje llega hasta el 20% en los TCANE. Hasta el 9% de los
diabéticos obesos presentan un TCA.
La DM tipo 1 es un factor de riesgo de padecer un TCA (tres veces más riesgo de BN y
dos veces más de TCANE subclínico que la población sin DM tipo 1). La DM tipo 2 es
un factor de riesgo de padecer conductas de ingesta incorrectas. Cuando coexisten la
DM tipo 1 y el TCA se ha encontrado un aumento de las complicaciones físicas como la
retinopatía.
Obesidad
La obesidad como factor de riesgo está vinculada a la AN y a la BN. También es un
estado habitual a medio-largo plazo del TCA y, en este caso, la obesidad tiene una
participación directa con el diagnóstico y tratamiento. Hasta el 6% de los niños obesos
presentan TCA.
2.10 TRASTORNOS DE ALIMENTACIÓN EN VARONES
2.10.1 Epidemiología
2.10.2.Factores de riesgo.
En este apartado se pretende identificar entre un conjunto de variables, las más propias
de los TCA en varones. Son importantes de identificar ya que eliminando o reduciendo
las posibilidades de exposición a estos factores de riesgo, disminuiríamos la
probabilidad de padecer estas enfermedades.
A continuación presentamos dichos factores, implicados en la aparición de los
trastornos de la conducta alimentaria:
Obesidad premórbida
La mayoría de varones con trastornos de la conducta alimentaria han sido obesos
premórbidos. Es uno de los grupos con mayor vulnerabilidad a padecer trastornos de la
alimentación y supone un factor diferenciador respecto a las mujeres, las cuales no
tienen necesariamente que presentar sobrepeso para dejar de comer o alterar su
comportamiento alimenticio. Estos varones obesos que pierden peso y se obsesionan
con volver a recuperarlo, serían una población de riesgo a la que seguir de cerca.
Muchos de ellos inician sus desórdenes alimentarios buscando una mejor definición
muscular y evitando esa insatisfacción que les produce alguna parte de su cuerpo. Este
factor se encuentra muy relacionado con el hecho de haber recibido algunas burlas o
sentimientos de rechazo por su sobrepeso; especialmente en ellos existe una sensibilidad
manifiesta ante la crítica, el rechazo y el menosprecio por su aspecto, relacionado, a su
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Deportes Exigentes.
Varones jóvenes dedicados a deportes en los que existe una focalización hacia la
imagen y peso corporal. Son juzgados por su apariencia física y competitividad. Lucha
libre, natación, danza, remo, gimnasia, atletismo, buceo, construcción corporal, etc.,
representan deportes que incrementan el riesgo de desarrollar trastornos de la conducta
alimentaria donde se pide una talla y proporción corporal por debajo del escrutinio para
desempeñar un determinado ejercicio físico.
Algunos de estos varones creen que competir con un peso por debajo de lo normal o
reducir su masa corporal les llevará a incrementar sus oportunidades de ganar. Sin
embargo, los efectos de los trastornos de la alimentación debilitan el físico de estos
deportistas y les conducen a disminuir el rendimiento.
La presión que sufren estos varones les lleva a comprometerse con comportamientos
alimenticios desadaptativos y peligrosos para su salud física, tales como: ejercicio
excesivo, restricción de calorías y líquidos, uso de diuréticos y laxantes, vómitos
autoinducidos y hambre.
Identidad sexual
2.10.5.Motivación a adelgazar
Lo más frecuente es que los varones estén preocupados para evitar las burlas o las
críticas acerca de su aspecto físico y traten de conseguir un cuerpo masculino ideal más
que la delgadez. La mayoría suelen haber sufrido una etapa de sobrepeso anterior, en la
cual se han reído de ellos. Muestran por lo tanto, menos deseo de perder peso y su
insatisfacción es más con la parte de arriba del cuerpo, mientras que en la mayor parte
de las chicas en la parte inferior del cuerpo.
La pérdida de peso en los varones está más relacionada con el deseo de mejorar su
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actividad deportiva, o bien evitar engordar o quedarse fofo cuando esta cesa o
disminuye por las lesiones. La preocupación por modelar el cuerpo puede llevarles de
forma compulsiva al gimnasio y a vigorizar los músculos con actividad física. La
obsesión consume su vida de forma progresiva, vida que dedicará a fabricar un cuerpo
más fuerte o musculoso con el mismo ahínco con el que las anoréxicas dedican la suya a
fabricar un cuerpo cada vez más delgado y frágil.
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2.10.8.Pautas alimentarias
En el trastorno anoréxico presentan una mayor tendencia al ayuno, enormes dificultades
para comer con otras personas y engaños continuos acerca de la comida que
supuestamente han ingerido, en este sentido, comportamientos bastantes parecidos a las
mujeres. En el trastorno bulímico, los episodios recurrentes de ingestión excesiva de
comida están más relacionados con el malestar físico y la insatisfacción corporal. Para
eliminar la comida del atracón utilizan más frecuentemente los laxantes o cualquier otro
tipo de purgantes, ayunos y ejercicio excesivo que los vómitos. Igualmente habitual es
que el chico esconda comida y coma solo y secretamente en lugares donde no lo vean,
el coche y en el baño, lugares donde suelen encontrarse grandes cantidades de
envoltorios de productos alimenticios.
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De acuerdo con el modelo sociocultural, la insatisfacción corporal ocurre si un
individuo interioriza el cuerpo ideal, el determinado culturalmente y por comparación
social concluye que su cuerpo discrepa de ese ideal. Así, la insatisfacción corporal está
íntimamente relacionada con opiniones subjetivas sobre el peso y esta perspectiva
subjetiva es más predictiva de conductas dietéticas que el peso real.
Actualmente se podría estimar que el ideal de hombre está teniendo un cambio o por lo
menos se está ampliando desde un tipo de hombre musculoso a uno extremadamente
delgado, dejando estos dos tipos como ideales. De ser así se explicaría el aumento de
trastornos de la alimentación en hombres, debido a la interiorización de un ideal de
belleza similar al de las mujeres. Se afirma que un tercio de el total de hombres en una
investigación, desean tener un cuerpo más delgado o fino, mientras que otro tercio desea
un cuerpo más voluminoso y musculado.
2.10.10. Sexualidad
Esto va a depender de la edad de los pacientes y del tipo de trastorno alimentario que
padezcan. En pacientes jóvenes que desarrollen un trastorno anoréxico, las dificultades
tienen que ver con la sensación de que la sexualidad se les impone sin que ellos tengan
medios de controlarla. En pacientes adultos, los problemas están ligados a conflictos
matrimoniales. En el trastorno bulímico es donde más se dan problemas de identidad
sexual, aunque la mayoría de estos pacientes son heterosexuales y su pauta alimentaria
excesiva responde más bien a dificultades de expresión de su modo emocional y
afectivo.
Otros estudios encuentran una mayor proporción de homosexuales entre los varones
con TCA como se mencionaba anteriormente. También hay estudios que han
encontrado una presencia mayor de TCA entre homosexuales que tienen asumida su
identidad, sobre todo si lo hacen con rol femenino. Estos estudios concluyen que los
homosexuales estarán más insatisfechos con su figura y peso que los heterosexuales,
más preocupados por el esquema corporal y el aspecto y eso aumentaría su
vulnerabilidad.
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3. MARCO EMPÍRICO
Yo tuve anorexia. Todo comenzó cuando a los 13 años, con unos amigos
comparábamos el físico de cada uno y yo no me sentía conforme con la barriga que
tenía. Además cuando me llevaban a control médico me pesaban y medían y me
encontraban con sobrepeso, siempre. Comencé por entonces a bajar de peso. Deje de
picar a deshora como lo acostumbraba. Disminuí toda porción de pan en el día siendo
un pan y medio diario (medio en la mañana y uno en la tarde). Evitaba comer todo tipo
de golosinas y productos grasosos (comencé a comer pan solo). También comencé hacer
más ejercicios de lo acostumbrado porque encontré que estaba muy gordo (sobre todo
en la noche: corría, jugaba, bailaba, saltaba, etc. todo lo que podría cansarme).Poco
cambios veía en mi cuerpo y comencé a tomar más agua. Me acostumbre a tomar más
agua de lo necesario porque descubrí que el agua hacia adelgazar. Ya a los 14 años no
tenía sobrepeso estaba en normal bajo. Ya estaba más delgado. Tenía si una cierta
preocupación. Creía que si comía algo dulce o graso podría hacerme engordar por eso
seguía con mi estricta dieta. Siempre que cualquier persona me ofrecía algo de comida
o golosina lo rechazaba con un: no gracias. Tenía miedo de esa barriga que tenia de
niño.
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En mi casa comenzaron mamá y papá a preocuparse por el colesterol y el azúcar y yo
también entré en el mismo rollo y encontré que debía resistir y no comer ningún tipo de
golosina para evitar esas enfermedades. Seguí así por un par de años y ya estaba
pesando 45 kilos midiendo 1.70. No crecía tanto y en exceso como otros compañeros.
Ya no era tan sociable sino más tímido. Me sentía más niño y mi único refugio era el
evitar comer. A veces me enfadaba conmigo mismo por lo tan poco que estaba
comiendo y no me entendía por lo tan irritable que estaba. Muchas veces me despertaba
en las noches a ir a orinar al baño por el exceso de agua que tomaba. Esto hacia que me
irritara en el día el dormir poco. Dejé amistades y juegos por la excesiva preocupación
en mi cuerpo. Comportamientos negativos y agresivos. Entre los 15 y 16 años mi mamá
en todos los desayuno como acostrumbraba me preparaba el pan con algo (queso,
jamón, mermelada, etc.) y yo a escondidas le sacaba ese “algo” lo enrollaba en papel y
los guardaba en una caja de mi pieza para evitar sospechas o lo tiraba directamente a la
basura sin que se diera cuenta. Esto no estaba bien pero a veces me enrabiaba mi madre
que me alimentara con cosas nutritivas en almuerzo y como respuesta le hacia esto. Pero
un día me descubrió la caja en mi pieza donde escondía los restos de agregado al pan.
Esto hizo estallar la situación para mí porque ya no tendría donde esconder la comida.
Pero no solo eso. Tendría que llevarme sus gritos, lamentos y preocupaciones, y esto
tendría que solucionarse mejor con la ayuda de un profesional
Ahora tengo 18 años y tengo un peso normal. Me costó mucho asimilar que podía
comer arto y lo que se me plazca pensando que iba engordar. Estaba en crecimiento y
necesitaba alimentos. Años atrás con la ayuda de la psicóloga y nutricionista me
establecieron que comiera en forma equilibrada. Me costó además el solo hecho de
subir un kilo. Pero el apoyo de mi familia y estos profesionales hicieron que esto fuera
posible. Mis actividades ahora las vivo con normalidad y más placer. En estos
momentos no me preocupa tener un físico musculoso solo mantener lo normal y
equilibrado porque de todas maneras sigo estando flaco comiendo lo que quiera. Pienso
también en lo entupido que fui al desperdiciar el tiempo pudiendo comer más a los 15
años. Todo este tiempo y lo que he vivido me ha servido para madurar un poco más.
Ahora quiero hacer borrón y cuenta nueva mejor no preocuparme por el peso, solo
cuando lo amerite la salud. Gracias a Dios ahora gozo de una estupenda salud.
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Comentarios acerca de los casos
Se pueden observar una serie de factores similares en ambos casos, como por ejemplo el
sobrepeso que los dos varones presentan antes de desarrollar el TCA parece ser un
factor precipitante que juega un rol importante en el comienzo de las preocupaciones
por el físico. A partir de esta historia de marginación social nacen las cogniciones a
favor de realizar alguna estrategia para cambiar su vida en este sentido. En el caso uno
dejar de comer directamente y hacer ejercicio excesivamente funcionan como formas de
establecer un patrón de comportamiento que lleve a la delgadez. En el caso dos también
se puede ver la elección del elevado ejercicio físico como la mejor forma para lograr el
objetivo de estar esbelto. Esto podría tanto ser una coincidencia como también factores
en común que nos revelen ciertas constantes en la forma de presentarse en un hombre el
TCA.
Otras similitudes entre estos dos casos que se pueden especular podrían ser los
conflictos familiares y el valor que estos le dan a la “buena alimentación”, cosa que los
lleva a ambos a esconder este rechazo a la comida y a desarrollar nuevamente
estrategias para pasar desapercibidos en su enfermedad. Incluso el papel que vienen a
tener las familias les sirve para corroborar lo importante que puede ser bajar de peso o
controlarse sobre la comida.
En fin, se pueden observar en ambos casos bastantes puntos en común que en futuras
investigaciones se podrán comparar con la forma en que se presentan en las mujeres.
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4. CONCLUSIONES
Tras esta revisión bibliográfica podemos sacar algunas conclusiones, la principal podría
ser que la mayoría de los factores psicológicos subyacentes que conducen a un trastorno
de la alimentación son los mismos tanto para hombres como mujeres. La baja
autoestima, una necesidad de ser aceptados, depresión, ansiedad u otras enfermedades
psicológicas existentes, y una incapacidad para hacer frente a las emociones y
problemas personales. Todos los peligros físicos y complicaciones asociadas con ser el
que sufre de un trastorno alimentario son las mismas. Un gran número de las causas son
las mismas o muy similares (problemas familiares, problemas de relación, al alcohol ya
los padres adictivas, el abuso, la presión social).
Si queremos encontrar diferencias de género serían posibles hipótesis que habría que
comprobar con mayor número de investigaciones científicas. El hecho de que la
mayoría de personas que padecen este trastorno son mujeres, es una condicionante para
que se encuentren pocas investigaciones en el otro sexo. Al buscar información se hace
difícil encontrar sobre este tema en específico, sin embargo se puede encontrar una
amplia gama de estudios acerca de los TCA en mujeres.
También se puede reflexionar acerca de la prevención primaria a la que se podría aspirar
con mayor información acerca de estos temas. Siempre se concluye que existe una
necesidad de una mayor orientación nutricional en los jóvenes que muestre formas
adecuadas de comer y combinar los alimentos para obtener un balance óptimo. En el
caso de los varones con TCA, la restricción parece el camino que inicia el deseo de
cambiar su figura o peso corporal. No obstante, debemos recordar que no todos desean
bajar de peso corporal, algunos desean aumentar su masa muscular. En este caso una
mayor información acerca de la alimentación correcta podría prevenir equivocaciones
futuras. Se hace indispensable la investigación con varones que empiezan a mostrar
signos y/o síntomas de TCA, porque nos hablan de cómo comienzan estas alteraciones,
ya que una vez instaurado el trastorno la alimentación es ya patológica.
41
5. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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Antropologic. Generalitat de Catalunya.
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