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Virtudes y vértigos

Sobre el abordaje
antropológico de lo virtual,
sus estéticas y éticas.

Devanir da Silva Concha

Este es un documento que reflexiona sobre el rol de la antropología en el contexto del mundo
globalizado, específicamente sobre la situación con el mundo virtual y las implicancias en los
debates sobre la contemporaneidad. Es sobre la salida definitiva de la mirada tradicional de la
antropología sobre el mundo, en donde el nativo exótico tradicional (tal como principio siglo XX)
sin pensar sobre las reconfiguraciones de la alteridad y la virtualidad como nuevos espacios de
sociabilidad a principios del siglo XXI.
1. Introducción ¿Por qué debería la antropología, considerando el estereotipo del mismo, considerar
observar y colocar lo virtual como su objeto de estudio? Se podrá argumentar desde variados
puntos de vista para invalidar o considerar fuera de lugar la pregunta pero la pregunta formulada
ya está a base de un cierto avance en el tema. Ya con casi dos décadas entrado el siglo XXI sería
tiempo de considerar que el avance de Internet en la cultura es un tema a no ser ignorados y que
las comunidades tradicionales, objeto nostálgico de la antropología – dentro del marco de la visión
tradicionalista de la antropología-, el nativo tradicional ya no están y si están se han modificado
porque ya están en la ciudad, y además se ha trasladado a lo virtual. Básicamente, un ¾ de la
población chilena (año 2014 y 12 millones) son usuarios activos de internet1. Y tal como Marc Augé
plantea inicialmente que el metro es solo un lugar de tránsito y posteriormente debe retractarse
porque el fenómeno cultural observado se transforma. La misma premisa estamos planteando en
relación al modo que la antropología, especialmente en Chile, no le interesa ni plantea
problematizar lo virtual como parte del quehacer antropológico pero con la dimensión del Internet
en Chile debería sí relevante considerar lo virtual como un elemento clave de la investigación. Van
Dijk (2016) plantea que Internet constituye en una “caja de resonancia” de lo social y de lo
individual. Por lo cual hacer, investigación y trabajo de campo – e en última instancia incluso
intervención2 - en lo virtual es justamente sumergirse en las dinámicas que allí se despliegan. La
gran pregunta guía sería: ¿Cómo se entra, reside y sale de ese espacio socio-virtual?

2. Antecedentes La sociedad actual es, siguiendo a Umberto Eco, una “civilización de imágenes”, y
que “es un hecho real e indiscutible, y no se puede ya prescindir de él. En otras palabra, el mayor
riesgo de esta cuestión entraña el rechazo indiscriminado de los nuevos medios de comunicación,
rechazo que escindiría fatalmente a la sociedad en un restringido grupo de intelectuales que
desdeñan los nuevos canales de comunicación, y un vasto grupo de consumidores que
permanecen naturalmente en manos de una tecnocracia de los mass media, carente de escrúpulos
morales y culturales, atenta únicamente a organizar espectáculos para atraer multitudes”. (Página
393-394). Además, Marc Augé plantea que la contemporaneidad, se caracteriza por una
saturación de imágenes y por lo cual el autor denomina la actualidad como una sobre-
modernidad. Así podría pensarse que el bombardeo de las imágenes supuestamente genera una
congestión cognitiva a nivel individual y que el individuo queda anulado, en su agencia, por causa
de esta intencionalidad de un sistema configurado en contra del sujeto.

Lo comunicacional ha sido, junto con la cultura, uno de los conceptos o campos quizás más
mencionado en la literatura pero también tiene una diversidad de temas o abordajes. Por un lado,
la aproximación historiográfica que trata de entregar un panorama lineal sobre la evolución de
distintos medios de comunicación y las consecuencias en los contextos en que se desarrollaron3 y,
por otro, una aproximación simbólica sobre los aspectos abstractos y metatextual de la

1
Informe http://www.subtel.gob.cl/wp-
content/uploads/2015/04/Presentacion_Final_Sexta_Encuesta_vers_16102015.pdf
2
No pensado en sus términos clásicos o en el sentido relacional tradicional sino desde las condiciones de lo
virtual (intermediado, dispositivo físico en la relación humana)
3
Teorías de la comunicación de masa. M.L De Fleur y S.J Ball-Rokeach. 1993. Ed. Paidos. España Barcelona.
comunicación humana. Tercero, también existiría una aproximación materialista4 que se propone
a pensar las condiciones, el rol del “hardware” en la comunicación y su incidencia en el modo en
que nos comunicamos y las consecuencias de ello. Sin duda, estos tres enfoques son importantes y
aportan a la comprensión del fenómeno comunicacional que toma, más allá de la comunicación
pensada de modo tradicional, un rol cada vez más relevante, en la sociedad hiper-mediada.

Usualmente esta dimensión tienen representa la modernidad misma, a principios de siglo XX,
mientas que en la actualidad más bien refleja un espacio de la incertidumbre. La comunicación era
expresión de la modernidad, de la racionalidad y de rapidez. Mientras que en la actualidad el
desarrollo comunicacional más bien es reflejo, dado el volumen de medios, insumos y canales
comunicacionales, de la globalización de la subjetividad, lo cual ha restado la certeza que
anteriormente caracterizaba los medios. Ciertamente había hegemonía dado el tamaño de la
industria dedicada a las comunicaciones sin embargo aun así se produce una paradoja de que más
medios no aportan necesariamente más certidumbre sino más bien al revés, y eso constituye el
ethos epocal en que nos encontramos hoy5.

Lo comunicación es una dimensión de la relación interaccional, verbal o no verbal que transporta


un símbolo, que emitido con una intención y re-interpretado desde un lugar social diferente a la
intención del emisor. El lenguaje fue el medio primario, posteriormente vehiculizado en medios
como radio y televisión, y hoy – en tercera instancia – se encuentra puesto en marcha en un tercer
medio que lo reproduce un volumen y sentido distinto a los momentos históricos anteriores, y
queda por dimensionar cuán grande o significativo es ese cambio comunicacional en lo humano y
la cultura.

2.1. Lo virtual Uno de los primeros puntos e insumos relevantes es señalar que el paradigma
comunicacional está sufriendo un cambio sustancial. Tal como ocurrió con el ingreso y surgimiento
de la televisión, hoy ocurre la muerte de la televisión (unidireccional) dejando surgir Internet como
el medio de los medios (bidireccional) y de consumo por excelencia6. Y considerando además que
este medio es fundamentalmente interaccional a diferencia de la unidireccionalidad de la
televisión, entonces la importancia de colocar la atención en este hecho es poder comprender las
implicancias de la bidireccionalidad y su incidencia en la vida y subjetividad contemporánea.

Philipe Quéau plantea lo virtual como ese lugar de inmersión en la imagen (pág. 34-35) y
constituye en un nuevo cruce entre el cuerpo e imagen. Angel Cuadra7 nos plantea que el proceso
de virtualización de la sociabilidad, incluso en américa latina, es un elemento que hace en la
modernidad temprana y que tiene sus consecuencias en esta época, nuestra época, la

4
Tipo Marshall Mackluhan. Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano. Ed.
Paidos. Barcelona, España.
5
La postmodernidad se caracteriza por la caída del metarelato y la incredulidad de todo aspecto externo al
sujeto. El tema es que son sujetos que comunican, con intenciones y condicionamientos, elementos que
están en el tapete de la conversación social. No buscamos con el concepto Ethos epocal esencializar una
época sino describir una situación histórica.
6
No solo es el consumo simplista sino el consumo que implica prácticas sociales e interacciones, itinerarios e
itinerancias virtuales. https://es.statista.com/grafico/8735/el-gasto-en-publicidad-en-internet-superara-al-
de-tv-en-dos-anos/ recuperado 30-3-2017
7
De la ciudad letrada a la ciudad virtual. LOM, Santiago. 2003.
postmodernidad. Y su gran hipótesis es señalar y contraponer la tradición de la ciudad letrada,
planteada por Angel Rama, a la ciudad virtual, la dispone el desarme de la letra como estandarte
de una era en extinción y la imagen emerge como eje constituyente de la sociabilidad.

La mera presencia de Internet no garantiza la posibilidad de inmersión en lo virtual, porque lo


virtual emerge, en estricto rigor, cuando se alcanza cierta capacidad de transmisión de datos que
soporta una capacidad audiovisual determinada. Al inicio de la red (WWW) no era factible la
sociabilidad virtual tal como la conocermos hoy. Hoy es un hecho y la experiencia la comparten
muchas más personas. Inicialmente era un privilegio destinado a pocos, y mientras pasaba el
tiempo ese privilegio se fue repartiendo – democratizando, en otras palabras - y también
mejorando en su modalidad. Y en la medida que la capacidad mejoraba (transmisión de datos)
Internet hizo que comenzáramos levantar temáticas sobre los aspectos positivos y negativos del
mismo, comenzamos a establecer normas sociales y nombrar una realidad cada vez más presente
en las vidas de las personas. Y, por tanto, comenzamos a configurar un ámbito socio-virtual y
comenzar a comprender la heterogénesis y la complejidad del mismo.

Un primer aspecto positivo que cabe destacar como positivo es aquel que se refiere a la
conectividad y, con aquello, la posibilidad de relacionar y asociar(se) con personas que
anteriormente no estaba relacionada ni estaban al tanto – en la cotidianidad – de la existencia
mutua. Lo virtual no opera como como algo fuera o sin criterio humano sino es movilizado por
sujetos pensantes que produce contenido, inserto en la cotidianidad, que se comparte y comienza
una existencia en el mundo virtual. Somos, al fin al cabo, seres humanos que manejamos y usamos
lo virtual como herramienta (para ciertos fines – justificado o no-) por lo cual, necesariamente, es
un producto humano y un proceso cultural en sí.

Segundo, lo virtual, como aspecto negativo, también abre la puerta a aspectos de engaño, mentira
y fraude. Es cierto, sin embargo, lo negativo queremos verlo también como un aspecto potencial
experimental, y posible campo de observación – tal como fue la ciudad en su momento - de lo
humano que nos abre una posibilidad interesante para comprender lo humano pero no por eso
menos compleja. De hecho, muchos advierten – desde una postura apocalíptica planteada por
Umberto Eco – sobre el carácter destructivo de Internet o lo virtual a medida que se puede
reconfigurar (mentir) la historia, maltrato y asesinar vidas (socialmente) enteras por medio de lo
virtual. Pero visto desde un punto de vista histórico eso no sería nada novedoso. No estoy
tratando de excusar algún aspecto sino destacar que el medio no es el enemigo, ni la meta sino
nos interesa quién que manipula la red: el humano.

Como aspecto positivo, y desde el campo de las ciencias políticas, es que se ha destacado Internet
como un nuevo modo de hacer ciudadanía y denunciar atropellos a los derechos de primer,
segundo y tercera generación. De hecho, se constituyen comunidades y grupalidades virtuales a
partir de ciertos hitos. Grandes organizaciones basan su trabajo entorno lo virtual dado la
significación de su marca. Amnistía International, Greenpece y ONU son algunas de ellas, e incluso
personas han llegado al poder mediante una puesta en escena de su imagen personal en Internet:
Barak Obama, primer hombre afro presidente de EE.UU.
3. Abordaje antropológico de lo virtual ¿Qué sería lo que constituye lo antropológico en el abordaje
de lo virtual? Pensemos que lo antropológico ha sido aquello asociado al trabajo de campo en
comunidades apartadas, marginadas en la ciudad, o subalternas socialmente en la sociedad post-
industrial. Y desde esos mismos ejemplos podemos relevar aspectos que plantean un abordaje
antropológico de lo virtual que no solo tiene que ver con lo antropológico tradicional sino
comenzar a constituirlo como un quehacer que también aborde lo virtual en tanto un aporte a la
lectura de la cultura8. En esto hay cierto conservadurismo epistemológico en la medida que
cualquier pregunta que abre debate sobre el carácter de la indagación antropológica se sitúa
desde lo ya conocido o mera negación que no se atreve o permite comenzar y/o proponer una
nueva indagación. Esto tiene que ver con un cambio generacional y un rehacer de la disciplina que
se asocia, invariablemente, con un quehacer práctico y no con, en definitiva, una vuelta al
escritorio.

Manuell Castells9 sería, en palabras de Umberto Eco, un integrista ya que plantea que no solo la
sociabilidad sino Internet como una herramienta del contrapoder y optimista respecto al rol de
Internet en la vida de las personas. “La virtualidad es donde hoy donde está la sociabilidad”. Otras
posturas plantearían que está fuera de internet y que allá se da solo una relación ficticia y burda
de lo que es la relación social “real” cara-a-cara. Pero ¿entonces cómo nos explicamos entonces el
hecho de que usamos la metáfora de la máscara y el concepto del rol (quizás por lo mismo ya
bastante obsoleto en el debate de teoría social) para apuntar y comprender como los sujetos se
sitúan en lo social y cultural? La cara social que usamos en las relaciones en presencia de otros son
igualmente intermediada por una etiqueta social “en el mismo sentido” que los nicks o alterego de
los navegantes en Internet.

Lo antropológico tiene un sesgo y no incluye, por lo menos de manera general, lo virtual como una
posibilidad epistemológica ni metodológica. Este último aspecto es el cual que resulta más
complejo de abordar y justificar a ojos de los demás cientistas sociales. La relación cara a cara ha
sido el aspecto metodológico irrenunciable a la tarea etnográfica y de la reflexión antropológica.
Sin embargo, el contexto histórico en el cual estamos inserto (liquefacción y tecnologizado) nos
posibilita preguntar sobre la posibilidad de que el trabajo de terreno (donde se da la relación cara
a cara) vaya al espacio virtual. Anteriormente, la etnografía se fue de las comunidades
geolocalizadas y la disciplina tuvo que seguir al nativo a la ciudad, pero hoy ese mismo proceso es
desde la ciudad (o en su defecto desde lo físico) a lo virtual. Un tránsito que pocas veces ha sido
considerado como relevante o suficientemente importante para ser incluido en la reflexión
antropológica porque además pone en la mesa una mirada hacia sí mismo: El estudioso se vuelve
estudiado.

8
http://www.qualitative-research.net/index.php/fqs/article/view/275/606 ¿Nuevos medios o nuevas
formas de indagación?: Una propuesta metodológica para la investigación social on-line a través del foro de
discusión. Rubén Arriazu Muñoz
9
https://www.clarin.com/ideas/manuel-castells-sociabilidad-real-hoy-internet_0_SJ0QH5rswme.html
La localidad geo-referenciada y la práctica investigativa anclada excluyentemente en un espacio
físico no es tal, ya se amplío a incluir lo virtual10. Lo metodológico es también un campo que está
en plena interrogación en la actualidad, y por tanto afecta también el modo que pensamos y
reflexionamos sobre lo virtual y cómo abordamos este elemento. La reflexividad, a partir de la
experiencia de primera mano en terreno, ha sido un aspecto central en la antropología,
específicamente en la etnografía. Entonces, ¿Qué va ser de esta instancia en la propuesta de una
experiencia basada en lo virtual, detrás de una pantalla cautivadora?
“El terreno” y el “encuentro con el Otro” son o serían ejes claves en esa antropología que se ven
interpeladas y que suscita miedo de perdida por parte del tradicionalismo epistemológico. Si lo
tecnológico y lo virtual es un producto de un proceso histórico del capitalismo tardío y una puerta
de entrada para entender la sociedad del siglo XXI entonces ¿Qué de esa sociedad no nos interesa
mirar? El aumento del uso de la tecnología y el espacio virtual por parte de las personas y la
reconfiguración de la sociabilidad resulta ser un aspecto que merece, en alguna medida, una
mirada para comprender, en parte, lo que está allí sucediendo.

Esto no solo está pensando en torno al objeto/sujeto de estudio sino para las mismas ciencias
sociales. Teniendo en cuenta el campo de las ciencias sociales y la doxa social como un objeto de
estudio, no debemos desestimar las sin fin de cantidad de seminarios, cursos y post-títulos online
con que contamos los cientístas sociales para seguir formándonos, y por lo cual también
limitaciones (de estudio y formación del modo tradicional) para estudiar y acceder a formación
continua. Este acceso a la formación virtual está incidiendo en cómo l@s cientístas sociales, y por
tanto está formando – valga la redundancia – la configuración11 del conocimiento, piensan y
práctica la disciplina no tan solo explícita sino implícitamente.

Por otro lado, Ardévol y Gomez12 sacan a luz el tema de que el mismo investigador/a de campo se
pone a disposición de ser observado por los sujetos navegantes. Esto resulta particularmente
interesante en la medida que traspasa la frontera de la antropología tradicional (academicista) que
invisibiliza el rol del investigador como parte del mundo de su indagación. Se podrá argumentar
que la antropología interpretativa sí lo hace o que la autoridad del antropólogo está - hace rato ya
– en entredicho. Sin embargo, esa argumentación – que podría ser cierta – no debe ocultar el
hecho de que el cientificismo sigue en plena vigencia como exigencia (endógena y exógena) de la
disciplina. Es cierto que uno (en tanto investigador/a) no será parte del mundo investigado en
términos de la antropología academicista pero justamente estamos aquí planteando elementos
que ya están presentes en una antropología que ha cambiado su práctica pero no ha llegado a
reconocer tal cambio. Por tanto, el cambio, en términos investigativos, ya está en camino hace
bastante rato ya.

10
Eisenda Ardévol y Edgar Gómez Cruz. Lo visual como objeto de estudio antropológico en la era digital
http://investigacionsocial.sociales.uba.ar/files/2013/09/ram_ardevol_gomez_rev.pdf Año 2009
11
Se refiere tanto a la formación misma, como divulgación, financiamiento (o no), creación y aplicación de
tal formación pero también sobre los criterios sobre lo cual funcionan los ámbitos antes mencionados. Esto
se refiere entonces a incluir a los tomadores de decisiones respecto al campo del conocimiento, o sea no
solamente nos referimos a los “científicos” sino también los administradores de lo científico.
12
http://investigacionsocial.sociales.uba.ar/files/2013/09/ram_ardevol_gomez_rev.pdf
“La investigación se disgrega a partir de ahora en nuevas direcciones, se
construyen nuevos tipos de instrumentos, se relaciona de forma nueva la
'evidencia' con las teorías, hasta que surge una ideología que es bastante rica
para proporcionar argumentos independientes para cualquier zona particular de
ella y bastante ágil para encontrar tales argumentos siempre que parezcan
necesarios”. (Feyerabend, Capitulo 1)

En tiempos de la tecnología ciertamente la investigación y la labor académica deben comenzar a


mirar los instrumentos que quizás hasta estemos usando pero no estamos pensando como ese uso
condiciona o aporta a la producción de conocimiento. ¿Es lo que encontramos, vía este medio
tecnológico (medio no humano – vivo - pero producido por lo humano), algo nuevo de lo humano?
Ciertamente una de las nuevas direcciones que ha emergido de las investigaciones es, creo,
justamente lo virtual.

4. Las estéticasUno de los aspectos centrales de la apuesta de mirar el ciberespacio es la vuelta al


escritorio, específicamente la pantalla no ha estado en ese escritorio tradicional de la
antropología. ¿Qué de aporte novedoso podría haber en esta vuelta a un escritorio distinto?
Ciertamente, se torna escritorio pero ya no se vuelve a “ese” escritorio sino uno que tiene nuevos
insumos. Y ante ese nuevo escritorio ocurre dos procesos, en paralelo: nos volvemos nativos de la
sociedad informacional saturada de imágenes, y a la vez nos sumergimos en esas imágenes en la
esperanza de encontrar elementos propios de esa sociedad de la cual somos parte con el peligro
latente de que nos podemos perder en esa sumersión en la mismidad.

Un primer elemento es la estética: saturación imágenes - en tiempo real - cautivadora los


navegantes somos blancos en una eterna batalla por la atención y los clics desde nuestros
ordenadores portátiles y/o cualquier otro dispositivo de conexión a Internet. Y lo que nos podría
llevar las imágenes, al sumergirse en ellas, es comenzar a preguntarse por la materialidad de las
imágenes y su soporte off-line. Más que con la inmediatez condenar o alabar ciertos hechos vía
virtual es importante concretar a Internet como un campo de investigación y que funcione como
medio alternativo o complementario para entender la humanidad.

Entonces, no es solamente un lugar para buscar información sino un lugar en donde la navegación
de cada uno de nosotros está siendo monitoreada, pero no vigilada en el sentido que plantea la
“teoría de conspiración” que plantea todo escenario como apocalíptico sino de manera abierta
pero el tema es que los navegantes de Internet no conocen el internet que conozco. El segundo
elemento de la estética es audiovisual e instantáneo. El acceso al material disponible en Internet
en sí mismo es un dato abrumador. La creación e ingreso de material en Internet por los
internautas es impresionante. Algunos hablan de una cantidad no menos relevante

La estética de internet se desarrolla cada vez más, dado la capacidad de transmisión de datos,
hacia una estética no estática, o sea movible. Los gifs, cortos o banners son formatos “de lo que se
mueve”. Incluso, youtube es el sitio del video (consumo personalizado) por excelencia de lo “no
estático”. Esta estética de lo instantáneo y en lo que se mueve, configurándose en una dimensión
de lo hipnótico que no necesariamente está siendo pensado como algo negativo. Ambos
elementos (instantaneidad y movimiento) son elementos que cautivan al ojo observador.

La estética también consiste en los aspectos visuales de los interfaces y softwares (minimalismo)
de navegación de internet. Ahí está planteado desde el paradigma de la simplicidad y cierta
complacencia del usuario. Está construido en función de sujetos que no son expertos ni llegarán a
tener la expertica de un programador/a. Las pestañas de acceso y menús de acceso simplificado.
Facebook desde su lugar del Olimpo ha permeado que cierto formato se replique en todas las
plataformas dado que los usuarios/as comienzan a replicar las mismas formas de interacción.

Ahora, está la posibilidad de que la estética de los museo, con sus respectivas obras, también
estén presentes vía pantalla en la casa del navegante, por lo cual la instantaneidad de la red. Se
pueden navegar los pasillos del museo y revisar las obras virtuales del Museo de Louvre y además
recorrer la calle de cualquier ciudad del mundo, antes de recorrerlo físicamente. Entonces, el
carácter de realismo de la estética online es impresionante. La ventana de Internet es una ventana
a otro espacio. Tal como las pinturas constituían en el modo de traslado en el espacio y tiempo
hoy internet cumple esa función con un realismo sustancialmente distinto al realismo de Millet,
Daumier y tantos otros13.

5. La ética. Este aspecto pasa desapercibido por la subjetividad humana, la cual puede ser peligroso o
es también, paradojalmente, como uno de los aspectos fundamentales a considerar por el/la
observador/a. La red social e internet es un espacio abierto y en el cual no existe ninguna o poca
ética establecida a priori. Dado que las fronteras de la ética están borrosas y que no hay valides
preestablecida entonces podemos ver que ese espacio virtual es un espacio por construirse, y
¿desde dónde se construye ese nuevo espacio socio-virtual? La pregunta que emerge, en la
dimensión de lo subjetivo, y versa sobre el impulso de entrar, estar y salirse de Internet. El ingreso
y la estadía extendida, alejándose del vínculo social cara a cara constituyen hoy en una
interrogante real hoy.

Un aspecto que es puesta en escena en la relación social del espacio virtual es la dimensión de
ético (correcto) deviene en un campo abierto a una (re)definición. Existe hoy una variedad de
ejemplos sobre lo ético en Internet. La ética se re actualiza mediante variadas temáticas que van
emergiendo. La estafa por vía internet es una de ellas. Su relación con lo legal y, por tanto, con la
definición de lo correcto y establecimiento de nuevas normas sociales o no. La ética en el trabajo
de campo virtual, ¿debo no señalar quién soy? ¿Me creerán? La noción de agente encubierto, tal
como planteado en la etnografía, ¿sigue siendo un tema más o menos importante, vigente o
relevante? En el proceso de la constitución de lo ético es un privilegio presenciar, especialmente
en un contexto tan dinámico como Internet, la construcción de nuevos parámetros o la re-
institucionalización de viejos parámetros éticos.

Uno de los tema centrales de este debate es la censura: cuando, cómo y (a) quién (se) lo aplica.
Justamente por su carácter abierto este tema resulta abiertamente debatido porque, al fin al
cabo, el límite debe estar fijado en alguna parte. Queda por definir donde se dibujará ese límite. La

13
https://es.wikipedia.org/wiki/Pintura_del_Realismo
posverdad (creación de noticias falsas y pasarlas como verdaderas) y la poscensura14 son
elementos relevantes al pensar la ética en lo virtual, espacio abierto a definición de los sujetos que
están en ella. La red social Facebook ha puesto en debate el tema tanto por su involucramiento
con las ventas de datos de usuarios como por el tema de los filtros que aplica a las imágenes que
postean los usuarios. (van Djik, 2016)

Las preguntas sobre quiénes son los que están, la legitimidad de las preguntas y sobre las
identidad “real” de los sujetos incluidos en la indagación es justamente algo que se encuentra en
tensión y por construirse. Anteponer la exclusión a la pregunta sobre cómo otorgarle legitimidad a
un espacio emergente y tan líquido como la virtualidad no constituye sino en un sesgo disciplinario
anclado en la “vieja escuela”. Abrir las preguntas ante este nuevo contexto es lo que guía este
texto y la labor propuesta, que ya – de cierta manera – se está dado.

Epilogo. Uno de los elementos que podemos apreciar en el mundo de la virtualidad es un mareo
de la sobrexposición de información – en términos de temporalidad – e imágenes. Y también la
actualización de la oralidad (y visualidad) como modo de trasmisión de información. La viralización
esconde la idea de que podemos hablar de manera instantánea. “El rumor” también es otro
nombre para la viralización ese fenómeno tan “tradicional” (oralidad) en plena sociedad
hipertecnologizada. El aspecto audiovisual de lo virtual (Skype, youtube, streaming, etc.) retoma
significado al tornar – por lo menos momentáneamente - lo virtual a lo tribal. La oralidad y lo
inestable, tiene que ver con lo efímero que es la palabra hablada pero a la vez su velocidad no
permite pensar. Lo virtual desprecia la escritura y la letra, que implica más estabilidad, certeza y
estructura mientras que lo virtual se le abre una posibilidad.

Angel Cuadra nos plantea que la “ciudad (metáfora de la ciudad que usa en su libro) letrada” de
Angel Rama se ha transformado o ha sido opacada por la ciudad virtual en donde otros
parámetros comenzaron a regir, los ritmos y temporalidades son otras y que la vinculación social
sufre un cambio en su intermediación con el Otro. Ahora la relación no es cara-a-cara sino está
interferida por un dispositivo material como el computador. El espacio de la virtualidad supone
una novedad más allá de lo conocido, sin embargo, gran parte de las novedades tiene que ver
como más bien se disfraza algo viejo y hace parecer como nuevo. Internet sigue esto, como
cualquier fenómeno cultural, y logra generar sensaciones apocalípticas y intregrativas en relación
a su funcionamiento. El medio, el cual el mismo humano ha creado, no tiene vida propia sino hace
aparecer como si el accionar de los sujetos navegantes fuera suya (del espacio virtual), y los
muestra al mundo naturalizándolos. Internet magnifica y muestra, vivazmente como nunca antes,
la humanidad en sus sombras más indeseables. Este sexto continente (lo virtual) más que algo
“allá arriba” muestra – en su complejidad – algo más del “aquí adentro”.

14
http://www.elmundo.es/papel/historias/2017/04/30/5901ea48268e3e2c078b45c3.html

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