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PsicoPopFest 2015

Cuerpos Parlantes
Sábado 12 de diciembre de 2015, Guadalajara, México

Conversatorio
Condiciones de la vida mental en el Infierno
Psicología crítica y salud mental

Coordinado por Raúl Santana

con: Rubén Flores y Antar Martínez

Argumento:

El estado mental en el infierno

Para empezar, me referiré a dos consideraciones sobre lo que se entendería


por infierno dentro el conversatorio:

1. Como un espacio
2. Como un estado de cosas para alguien

El infierno como espacio; manteniendo la idea de que el infierno es un lugar de


castigo, suplicios y degradación en varias culturas, se presenta como un recurso no
metafórico, descriptivo de las condiciones de vida materiales que muchos habitamos.
La característica mundana de este espacio es la hostilidad como paisaje, el enemigo
como acompañante y la falta de respuesta a cualquiera de las plegarias.

En este tipo de espacio infernal, los otros condenados ponen su granito de


arena al desierto y cuando se portan bien solamente: hacen ruido, empujan,
atropellan, se estacionan, arrebatan, rompen, escupen, merecen, ocupan, hacen uso,
hacen su trabajo, porque no les queda de otra en el cumplimiento de la tarea infernal.
Las plegarias de cualquier desdichado serán tomadas como dulce melodía, como
confirmación de los poderes del infierno, lubricante de la máquina idiota. El infierno es
un ecosistema apestoso que tiene la capacidad de adquirir sofisticación, una muestra
de ello es que tiene sus propios mecanismos de regodeo en los periódicos de nota
roja y los informes de gobierno. Como espacio, el infierno que habitamos es un riesgo
para el alma y un peligro para el cuerpo. Cuando se habla de peligros, no se trata de
puntos de vista, lo son en todo su sentido material.

El infierno como espacio es la ciudad, el municipio o pueblo que usted guste


pensar; donde la abundancia no es, a pesar de los recursos, donde la respiración,
comunicación, descanso, caminata o movimiento se regulan por lo que se estrechan.
Desde hace al menos 20 años en México, muchas localidades han devenido
claramente infiernos.

El infierno como un estado de cosas para alguien, es en el destino de muchas


personas, el estilo de vida usual. Quiere decir que el infierno es muy difícil de eludir,
casi ninguno se salva, las mayorías son parte de su maquinaria y alimento. Alguien
puede vivir un infierno o su vida puede convertirse en un infierno en México muy
fácilmente: ser normal y bien portado es un infierno, porque cumplir con obligaciones
y esperar que la vida sea justa, o alegre parece cada vez menos posible. Resistir al
paisaje del infierno es un infierno mental. Todos los caminos llevan fácilmente y de
bajadita a una modalidad de infierno en quien tiene que convivir, trasladarse, trabajar,
estudiar, subsistir, ser. El estado de cosas para muchos es, desde hace al menos 20
años en México cada vez más, un infierno, una anormalidad normal como la llamó
Martín-Baró (1986) . Es importante pensar que un tipo de sujeto está surgiendo dentro
de este paisaje, un sujeto de tendría que ser pensado desde las ciencias humanas
como algo nuevo y difícil de caracterizar o controlar con los esquemas simplistas
anteriores.

¿Cuáles son las explicaciones de este infierno que es la ciudad, el país? No me


apegaré a las explicaciones sino a las sensaciones, por un lado existe la sensación
de que esto ha sido transgeneracional y por otro, que ha sido advertido y no se ha
cambiado nada de lo que iba formando un infierno. Quizá se apega a esta lógica
(simplificando) un infierno budista de repetición, necedad y hundimiento, el estado
actual es un resultado muy refinado y enredado de degradaciones anteriores. ¿Dónde
queda la psicología respecto a todo esto?

La psicología crítica y la salud mental

En este conversatorio propondré que la práctica de la psicología convencional


convive muy bien con el sostén de la vida en el infierno. La mirada de la psicología
psicologicista, individualista, que reduce a condiciones psicológicas los factores de
riesgo que luego omite en sus informes, (para presentar a los sujetos como sanos o
deficientes) puede ser un excelente enredo en la madeja del infierno. La salud mental
resulta un campo de estudio muy movedizo una vez que se considera la vida en el
infierno; la promoción, cuidados y mantenimiento de la salud psíquica toda una
contradicción en muchos casos. Vemos cómo es en gran medida una extensión del
infierno: el consultorio psicológico, el gabinete psicopedagógico, la oficina de
reclutamiento, tanto en sus procedimientos como en sus fines.

Cuando en el mejor de los casos las prácticas de la psicología descubren,


evidencian y señalan los factores de peligro como eso, lo hacen sin consecuencias
prácticas, quedando en el nivel de los informes al interior de la disciplina,
disciplinadamente. Por lo que estamos seguros de que la psicología cuando no sirve
en contra del infierno sirve como un elemento de continuidad del infierno, como
administración psíquica de las angustias y como simple cobro de consultas para
confesar el dolor.

Creo que hemos llegado a un punto en donde no se puede esconder el paisaje


del infierno dentro de la cabeza de las personas, donde no se puede reducir la
psicología a lo psicológico, y los psicólogos que resultan funcionales para este estado
social de cosas, han caído en una retórica y prácticas tan burdas y simples de
reconocer que no se distinguen de la peste del infierno.

Este conversatorio se enmarca en la psicología crítica desde un estilo o forma


de hacer con una reflexión sobre las prácticas, de los supuestos, la puesta en duda
de los conceptos, y la confrontación desde adentro. La psicología crítica surge como
una reacción a las contradicciones más evidentes que, como práctica profesional y
como modalidad cultural la psicología ha generado para los seres humanos. Por lo
que organizamos las siguientes ideas para provocar la conversación con estas
temáticas de la vida mental en el infierno y la psicología. Creemos, con Parker (1999)
que la teoría que necesitamos debe estar enraizada en la experiencia de aquellos que
han sufrido la psicología y debe estar ligada a la acción de cambiarla.

Referencias

Martín-Varó, I. (1986) Entre e individuo y la sociedad, en: Acción e ideología.Psicología social desde
Centro América, San Salvador: Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Parker, I. (1999) Critical psychology: critical links, Radical Psychology, Summer 1999, vol 1, N.1,
(Publicado originalmente en Annual Review of Critical Psychology) Recuperado de: http://
www.radicalpsychology.org/vol1-1/Parker.html

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