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4 cosas que se manifiestan cuando diezmas y

ofrendas
Para algunos, es difícil compartir el tema de los principios de
diezmar y ofrendar. Pero este tema es muy necesario para el
desarrollo espiritual, emocional y financiero del creyente.
Debemos diezmar y ofrendar sabiendo por qué lo hacemos, y las
cosas que debemos esperar que ocurran en nuestras vidas.

Diezmar y ofrendar son actos de adoración a Dios, en los que ocurren grandes cosas. Al cumplir con

estos principios, revelas tu corazón, y te pones en posición para recibir las bendiciones correspondientes

a tu obediencia en estas áreas.

Todo el universo opera basado en ciclos. Las mujeres tienen su ciclo mensual, la lluvia pasa por un ciclo;

Dios creó el mundo basado en ciclos para asegurar su continuidad. Cuando uno de esos ciclos se

desequilibra, se crean grandes conflictos.

Cuando diezmas y ofrendas entras en el ciclo de libertad financiera que Dios intencionó para ti. Diezmas

de lo que recibes de parte de Dios. Pero si recibes, y no diezmas, te sales de ese ciclo.

La razón principal de diezmar y ofrendar no es darle dinero a los ministerios para que continúen

funcionando; ese es el resultado. Cuando pensamos que esta es la razón principal, perdemos de vista lo

que Dios quiere hacer en la vida de la persona que está diezmando. Si crees que la razón de ser de tus

diezmos y ofrendas es que el ministerio continúe, al realizarse la continuidad del ministerio, se acabarían

los beneficios de estos principios en tu vida.

La razón principal de que tú diezmes y ofrendes es que participes activamente del ciclo de bendiciones

divinas que Dios ha establecido para la vida de un creyente. Y cuando adoptas esta consciencia, tu vida
cambia.

Hay cuatro cosas en tu interior que son manifestadas cuando aprendes a diezmar y
ofrendar.

En primer lugar, el diezmo es una muestra de agradecimiento a Dios. Es un acto voluntario provocado

por el agradecimiento de victorias pasadas. La primera vez que vemos el diezmo en la palabra es en

Génesis capítulo 14. Nadie obliga a Abraham a diezmar. Y su vida es cambiada por el principio del

diezmo.

Cuando diezmas reconoces que has sido bendecido, más allá de lo que mereces, y que Dios es el autor

de tu bendición.
En segundo lugar, el acto de diezmar es un acto de fe. Cuando Abraham diezmó demuestra

implícitamente que tiene la certeza de que Dios le va a bendecir en el futuro. La persona que retiene el

diezmo es porque piensa que es lo único que tiene, que es lo único que Dios le va a dar.

Mucha gente dice confiar en Dios para un futuro grande, pero no son capaces de confiarle el diez

porciento de tus pasadas victorias.

En tercer lugar, cuando diezmas demuestras que tienes plena confianza en las promesas de Dios. La

segunda ocasión en que se menciona el diezmo en la biblia fue cuando Jacob hizo voto a Dios de separar

el diezmo de todo lo que Dios le entregara. Jacob está reaccionando, no a pasadas victorias, sino a la

promesa de Dios de futuras victorias.

En cuarto lugar, el diezmar es un acto de aceptación de la gracia divina. Jacob estaba perdido, huyendo,

sin dinero, corriendo, y ese día Dios se le apareció, y le dijo que lo bendeciría, que lo prosperaría. Y, a

pesar de su condición, Jacob decidió que su reacción sería diezmar, porque reconocía que era lo menos

que podía hacer ya que, dada su condición, no merecía nada de lo que Dios haría por él.

Tu acto de diezmar dice que aceptas lo que Dios está haciendo por ti, aunque no lo merezcas.

Quizás no tienes hoy para diezmar, no tienes ingreso, pero tienes una promesa de
Dios a la que puedes reaccionar, y hacer voto a Dios – como Jacob – de que
separarás la décima parte de todo lo que él ha de entregarte.

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