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Estrategias Para Trabajar Con Niños Autistas – Estrategias Educativas Para Niños

Autistas

Lo prometido es lo prometido, aquí os explico con detalle las cinco estrategias más
efectivas:

1) Horarios Visuales
Las investigaciones muestran claramente el éxito de la aplicación de horarios visuales con
los niños. Estos programas permiten que las rutinas diarias sean predecibles, con
expectativas claras, el miedo a lo desconocido causa ansiedad. Los niños con autismo o con
otras necesidades especiales tienen dificultades para comunicar sus sentimientos de
ansiedad. Con frecuencia, esta ansiedad provoca una conducta negativa o inapropiada. Los
cuidadores deben tener en cuenta que toda conducta negativa en un niño autista es un modo
de comunicación, de expresar sus sentimientos.
Establecer y seguir un horario visual reduce las situaciones inesperadas y ayuda a los niños
a adaptarse a los cambios, los horarios han de ser predecibles. Consejo: Los horarios
visuales (con imágenes) son mucho más efectivos. También es muy efectivo realizar un
programa y evaluar sus progresos con dicho programa. Además, deben permanecer en el
mismo lugar durante todo el programa. Hay varios recursos y programas de software que os
ayudarán a crear programas y gráficos.
Los niños deben aprender a leer e interpretar la programación visual. Los horarios visuales
son eficaces en la escuela y en casa.
2) Consideraciones del entorno
La estimulación visual y auditiva en el aula y el hogar debe tomarse en cuenta, y el aula
debe estar organizada y ser predecible. Las tijeras deben encontrarse siempre en la misma
ubicación. Los objetos personales del niño deben encontrarse siempre en el mismo lugar, de
modo que, por ejemplo, una mochila debe encontrarse siempre en el mismo gancho, y el
juguete o libro favorito debe encontrarse siempre en el mismo lugar en el estante de libros.
La estimulación auditiva también ha de tenerse en cuenta, las consideraciones del entorno
pueden variar de un niño a otro, sin embargo, todos los estímulos visuales y auditivos
deben ser examinados. Piensa de éste modo: ¿Un cuarto azul es más relajante que una
habitación de amarillo?
3) Estructura Visual
El entorno debe encontrarse visualmente organizado para ayudar a los niños a identificar y
comprender lo que se espera de ellos. De acuerdo con el programa visual, las carpetas han
de estar “codificadas” con colores (cada sección con un color). Ejemplos:
· Un lugar designado en la mesa.
· Un horario visual de rutina antes de acostarse.
· Organizar cajones de colores.
· Contenedores específicos para cada juguete.
· Un programa diario para los días laborables y fines de semana.
4) Alternativas a la comunicación verbal
Algunos niños pueden tener deficiencias significativas en la comunicación expresiva. La
tecnología actual puede ser muy apropiada para ayudar a corregir dichas deficiencias. El
Sistema de Comunicación por Intercambio de Imágenes (PECS) ha sido muy eficaz. Este es
un sistema desarrollado en 1985 que permite a los niños iniciar la conversación, no es caro
y no requiere un equipo complejo.
Otras opciones incluyen dispositivos de comunicación de salida de voz. Algunos
dispositivos son bastante grandes y más duraderos y resistentes para los niños que no
entienden cómo manejar algo con cuidado. Otros dispositivos son tan pequeños que pueden
ser conectados a un cinturón para facilitar su uso.
5) La instrucción directa de las habilidades sociales
Muchos niños con necesidades especiales se beneficiarán de la instrucción directa de
habilidades sociales. La mayoría no aprenden las habilidades de interacción social,
simplemente observan. Las habilidades sociales deben enseñarse en la misma forma de
instrucción directa que cualquier otra área de contenido académico. La investigación ha
demostrado que éstas técnicas resultan altamente eficaces.
Los guiones sociales son scripts cortos que los niños aprenden y practican. Por ejemplo,
todo el mundo utiliza scripts sociales muy similares al saludar a un colega en la mañana. A
algunos niños se les debe enseñar estos scripts tan comunes para nosotros pero que tan
difíciles les resultan a ellos.

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Técnicas psicológicas para niños con déficit de atención e hiperactividad

Métodos y técnicas de intervención psicológica en el


TDAH
La intervención psicológica en el Trastorno por déficit de atención e Hiperactividad
(TDAH) es una terapia para ayudar a los niños y adolescentes a desarrollar su capacidad
de autocontrol, a manejar la sintomatología nuclear del trastorno, a gestionar y controlar la
frustración, a mejorar y entrenar la socialización, usando procedimientos conductuales, de
autocontrol, autoinstrucciones, pensamientos reflexivos, modificación de conductas
disruptivas, relajación, etc.
La intervención psicológica en los niños y adolescentes TDAH debe incluir dominios en los
que el afectado manifiesta algún problema como cognitivo, emocional, comportamental:

ABORDAJE PSICOEDUCACIONAL:

La Psicoeducación consiste en un abordaje que enseña al afectado y su familia en qué


consiste el trastorno de TDAH, qué características tiene y qué se puede hacer para
mejorarlo.

Aspectos que trabaja:

 Explicación del TDAH al afectado


 Posibles problemas o riesgos asociados al trastorno
 Las diferentes vías de intervención y tratamiento que existen
 Aceptación activa del diagnóstico por parte del afectado
 Acuerdos de compromiso y cumplimiento terapéutico

TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL:

El enfoque terapéutico cognitivo-conductal ha demostrado ser la herramienta más eficaz de


que disponemos para reducir los comportamientos perturbadores de los/as niños/as con
Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y aumentar los
comportamientos autocontrolados (Soutullo y Díez, 2007.) Para su aplicación, es
imprescindible la implicación de las personas responsables de la educación del niño/a, pues
son ellos/as quienes aplican las pautas en casa. Aspectos que trabaja:

 Desarrollo y orientación personal


 Resolución de conflictos
 Entrenamiento en auto-instrucciones
 Organización y planificación de la conducta en función de objetivos y metas
 Autorregulación emocional
 Entrenamiento en habilidades y estrategias internas

TERAPIA DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTA:

La terapia de modificación de conducta, se basa en los condicionamientos operantes, el uso


de reforzadores y castigos y favorece la extinción de conductas disruptivas y la
implantación y aparición de conductas positivas. Aspectos que trabaja:

 Normas y limites
 Entrenamientos en hábitos positivos
 Modificación de conductas disruptivas y problemas de conducta
 Entrenamiento en conductas positivas

ENTRENAMIENTO EN HABILIDADES SOCIALES:


El área social es una de las áreas donde mayores dificultades tienen los niños y
adolescentes con TDAH. La adquisición de pautas, estrategias y habilidades para
relacionarse de manera adecuada mediante un proceso de entrenamiento favorecerá la
interacción social de los afectados con TDAH con sus iguales y evitará problemas de
rechazo social, asilamiento y baja autoestima. Aspectos que trabaja:

 Autoestima, comunicación emocional


 Entrenamiento asertivo
 Reglas de sociabilización
 Entrenamiento en conductas prosociales
 Habilidades de competencia social

TÉCNICAS DE RELAJACIÓN Y CONTROL DEL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD:

Las técnicas de relajación y trabajo corporal ayudan a controlar y canalizar el exceso de


actividad, los estados de agitación, nerviosismo y ansiedad y favorecen las emociones
positivas y mejoran la comunicación y el ambiente familiar.

También favorecer la práctica de actividades físicas o culturales, o de tipo social, ayudan a


mejorar la autoestima de estos niños y a desarrollar y potenciar otras capacidades y
habilidades que presentan. Aspectos que trabaja:

 Relajación y respiración
 Expresión corporal
 Realización de actividades externas como actividades deportivas, hobbies,
actividades socio-culturales
 Psicomotricidad

El lenguaje interno o las autoinstrucciones son las que facilitan esta interiorización de las
reglas e instrucciones, ya que fomentan el pensamiento organizado y reflexivo. Los
procedimientos autoinstruccionales y las técnicas de resolución de problemas tienen como
objetivo que el sujeto interiorice pautas de actuación generalizables a distintas situaciones
con el fin de alcanzar los objetivos propuestos.

BIBLIOGRAFÍA

Orjales, I. y Polaino-Lorente, A. (2001), Programas de Intervención Cognitivo-conductual


para
niños con Déficit de Atención con Hiperactividad. CEPE.

Polaino, A.; Avila, C.; Cabanyes, J.; García Villamisar, D.; Orjales, I. y Moreno, C .
(1997).

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Ejercicios y juegos caseros para niños hiperactivos

Juegos para mejorar la concentración de niños con


TDAH
3607compartidos

Los profesores nos comentan que siempre se encuentran con conductas que rompen la
rutina de la clase en determinados niños: hacen ruidos constantemente, permanecen
sentados con mucha dificultad y no se concentran en las tareas. Muchos han sido
categorizados como alumnos “traviesos e inquietos”.

Hoy podemos afirmar que algunos de ellos han sido diagnosticados de TDAH o
hiperactividad. Te ofrecemos una serie de ejercicios y juegos caseros para niños
hiperactivos que te pueden ser de mucha utilidad.

Ejercicios para trabajar la atención de los niños


Estos chicos son impulsivos, les cuesta focalizar lo esencial de cada situación, se
despistan con estímulos irrelevantes o secundarios, son inquietos, cambian de una tarea a
otra en pocos minutos sin finalizarla, les cuesta guardar el turno, hablan demasiado, se
distraen y pierden el material de trabajo.

Los padres muchas veces nos preguntamos cómo podemos contribuir en casa a entrenar y
potenciar la atención de nuestros hijos intentando que disminuyan su impulsividad al
tiempo que jugamos con ellos. Este es el objetivo del artículo que quiero compartir con
vosotros; describir juegos y ejercicios útiles para los profesores y para los progenitores, de
tal manera que todos podamos disfrutar de una forma lúdica y divertida;

- Completar rompecabezas de letras y de figuras geométricas de dificultad creciente


- Completar secuencias de trazados
- Realizar ejercicios de punteado (relleno, perfilado, calcado, dibujo...). Los niños podrán
mejorar la atención asimismo, con los clásicos dibujos de "une los puntos".
- Localizar e identificar errores en dibujos sencillos. Incluso, identificar errores
(analogías y diferencias) entre diferentes figuras.
- Localizar dibujos repetidos entre una serie o conjunto dado. También les ayuda realizar
series secuenciales de símbolos geométricos o de dibujos.
- Un buen juego para potenciar la atención en niños hiperactios es resolver laberintos,
sopas de letras y cricigramas e ir añadiéndoles dificultad
- Identificar por reconocimiento visual palabras enmascaradas.
- Seleccionar los sinónimos y antónimos relacionados con una palabra entre una lista dada.
- Seleccionar las palabras adecuadas para completar una frase entre una lista dada.
- Realizar juegos de barquitos de coloreado: este juego consiste en partir el dibujo en zonas
de coloreado. A cada zona se le asigna un color. Después al niño se le dan las referencias:
colorea de rojo b-c-d y colorea de verde: a-e-i
- Los niños han de construir palabras lógicas eligiendo letras entre un conjunto dado.
Por ejemplo: (a, o, p, m, s, c, a, t). Pueden hacerlo eligiendo las letras libremente, dándoles
un número concreto de letras o que empiecen o terminen por una letra o sílaba.
- Dado un conjunto de letras o conjunto de palabras tachar o rodear las que sean iguales a
un modelo dado. También puede realizarse tachando las palabras o letras diferentes.

Juegos para practicar la memoria auditiva y visual


- Juego del eco: el guía dice una palabra y los demás deben hacer el eco de la misma las
veces que se acuerde previamente.

- Juego del mensajero: el guía dice a otro jugador una frase relacionada con alguna
actividad a realizar y éste debe repetirla posteriormente a todo el grupo para que la lleven a
cabo.

- Juego de las cadenas de palabras: el guía inicia la cadena diciendo una palabra (p. ej.
“Juanito”), el siguiente jugador debe decir la misma palabra más otra que añada significado
a la primera (p. ej. “está”)... pierde el jugador que no es capaz de añadir otra palabra más.

- Juego del “veo-veo”. Juego del cazador de palabras. Cada jugador tiene una serie de
palabras en una cartulina que pertenece a una categoría (plantas, flores, animales, nombres
propios, nombres comunes...); el guía dice una palabra y dos jugadores al mismo tiempo
tienen que buscar quién posee la palabra mencionada, gana el que primero la encuentre.

Ejercicios para practicar la coordinación visomotriz


- Buscar el detalle: En este ejercicio mostraremos al niño diferentes dibujos de objetos,
fotografías e imágenes en un periodo breve de tiempo. Después le preguntaremos qué
detalles recuerda y le pediremos que nos dibuje la imagen cuidando la disposición, el color
y el tamaño, cuantos más detalles recuerde más elogios nuestros recibirá. Puede realizarse
también con personajes.

- A clasificar: Consiste en clasificar objetos distintos según un criterio dado o una


característica común. Podremos ampliarlo aumentando el número de características
comunes y utilizando materiales cotidianos.

- El laberinto: Este juegoplanteado para los más pequeños puede ser muy divertido.
Podemos realizarlo con lana o cuerdas que vayan enredándose por las diferentes
habitaciones de la casa hasta llegar a la meta: “Una bolsita de chuches”, p. ej. una bolsa de
dulces. Cuidado con los despistes porque cada uno restará una chuche de la bolsita.

Ejercicios para practicar la relajación y el control de la


impulsividad
- El globo. Nos servirá para practicar la respiración diafragmática. Inspiramos muy
despacio permitiendo que el aire entre por nuestros pulmones y llegue al abdomen. Este
último se va hinchando como si fuera un globo y después permitiendo que se escape el aire
y desinflándose poquito a poco hasta quedar vacío.

- La tortuga en su caparazón. Este ejercicio nos permitirá practicar la relajación muscular


progresiva. Nos tumbamos boca abajo y nos convertimos en una tortuga que decide
replegarse en su caparazón escondiendo su cabeza y sus patas. Ahora los músculos del
cuello, brazos y piernas están en tensión. Pronto vienen los rayos del sol a despertarnos,
ahora vamos asomando muy despacito la cabeza y estirando las extremidades hasta que
queden relajadas. Podemos completarlo con “la historia de la Gran Tortuga Sabia” (basada
en “la tortuga de M.R. Schneider y A. Robin”).

- Una carrera muy lenta. El ganador será el último que llegue a la meta realizando
movimientos muy lentos y controlando la impulsividad.

- Mi propio animador. Basado en la técnica de las autoinstrucciones, se trata de ir


comentando en voz alta lo que se está haciendo, lanzando mensajes positivos tanto si va
saliendo todo bien como si se producen dificultades.

Ana Roa
Pedagoga y profesora de Educación Infantil

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Técnicas y estrategias para ayudar al niño hiperactivo

“¿Cómo le convenzo para que se siente a hacer los deberes? ¿Qué le digo para que
no se levante mientras come? ¿Hay alguna manera de ayudarle a mejorar sus
trabajos? ¿Qué hago para que me escuche?… ” Si tienes un hijo con
hiperactividad seguro que éstas y muchas otras preguntas han pasado mil veces
por tu cabeza. Las respuestas te las dan una serie de estrategias que te
explicamos a continuación.

Los síntomas que caracterizan el “Transtorno de Déficit de Atención con


Hiperactividad” (TDAH) son la impulsividad, la hiperactividad y la baja
atención. Pero, sin duda, lo que ayuda a detectarlo es observar si un niño
manifiesta con frecuencia las siguientes conductas:

o Su comportamiento es infantil para su edad, excesivamente inquieto y


dependiente; más propio de un niño de menor edad.
o Le cuesta concentrarse, no mantiene la atención cuando es necesario.
o Es desorganizado y suele hacer los trabajos con una baja calidad.
o Frecuentemente deja los trabajos sin terminar o interrumpe los juegos.
o Está continuamente levantándose cuando debería estar sentado, por
ejemplo, en la clase o a la hora de comer.
o Es muy impulsivo, hace las cosas sin meditarlas previamente.
o Mueve mucho las manos y los pies.
o Suele interrumpir a los demás cuando están hablando o realizando
alguna actividad.
o Siempre está corriendo y saltando, como si tuviera un motor en marcha.
o Le cuesta relacionarse con otros niños debido a que siempre está
cambiando de juego, no respeta los turnos y no sigue las reglas del grupo.
o A menudo pierde cosas o las olvida.
o Es desobediente y su comportamiento provoca las quejas de sus
profesores.

Si tu hijo cumple algunos de los puntos expuestos aquí, quizás sea recomendable
acudir a un profesional para diagnosticar o descartar el trastorno de hiperactividad.

Técnicas y estrategias para ayudar al niño hiperactivo

La forma de tratar el “Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad” es


modificar o compensar lo más posible aquellas conductas típicas que repercuten
negativamente en la vida diaria del niño y de su familia. El objetivo principal es
reducir su impulsividad e inquietud motriz y aumentar su atención, que son
la fuente de sus principales problemas. Las corrientes psicopedagógicas
conductista y cognitivista ofrecen diversas estrategias para tratar la hiperactividad.
La corriente conductista centra su atención en cómo el ambiente en el que se
mueve el niño (la familia, los profesores, etc.) interactúa con él para, manejando
esta interacción, modificar las formas de comportamiento. La corriente cognitivista
actúa directamente sobre el niño enseñándole a ejercer su propio control a través
del entrenamiento en estrategias.

Corriente conductista: cambiar una conducta inadecuada a través del ambiente

Para modificar determinadas actitudes, como la agresividad o la desobediencia,


se emplean técnicas de cambio conductual que se apoyan en la psicología
conductista. La base de todas ellas es la idea de que todo comportamiento es una
forma aprendida de responder a determinadas circunstancias. Cuando lo que
obtenemos al responder de determinada manera es bueno, agradable o sirve a
nuestros propósitos, esa respuesta se instaura en nosotros, es decir, la
aprendemos y siempre que nos vemos en circunstancias similares respondemos
igual. Por el contrario, si con nuestra actuación no logramos lo esperado,
desechamos la respuesta como “no válida” y dejamos de emplearla.

Esto supone que tu actitud es fundamental a la hora de manejar la de tu hijo,


ya que es la que le proporciona la información de si sus respuestas son
adecuadas y sirven a sus propósitos o, por el contrario, debe sustituirlas por
otras. Los padres pueden, sin darse cuenta, fomentar las respuestas
inapropiadas. Un ejemplo muy claro es cuando se cede a un capricho, que se ha
negado en un principio, para contener una rabieta. La conclusión del niño en esta
ocasión es clara (y muy lógica): “enfadándome, gritando y tirando las cosas
consigo lo que yo quiero”. Resultado: cada vez recurrirá con más frecuencia a las
pataletas.

Las técnicas de cambio de conducta lo que hacen es controlar las


consecuencias de las acciones convirtiéndolas en agradables, a través del
“refuerzo positivo”, o desagradables mediante el “castigo”. Aquellas
conductas del niño a las que siga un “refuerzo positivo” serán aprendidas como
útiles y se repetirán; aquellas otras a las que acompañe una consecuencia
negativa terminarán desapareciendo. Los refuerzos pueden ser muy variados. Al
principio, cuando una actitud está muy instaurada, se recurre a recompensas de
tipo material (un juguete, una chuchería, etc.).
Posteriormente se van restringiendo este tipo de refuerzos para que el niño no
haga las cosas por el premio sino porque realmente ha adquirido nuevas
actitudes con las que se siente más satisfecho. Para ello, desde el principio (junto
con las recompensas materiales) y a lo largo del tiempo (cuando ya se han
eliminado aquellas) el niño debe recibir refuerzos sociales como abrazos,
alabanzas o cualquier otra manifestación de afecto por lo bien que ha actuado.
Por otra parte las consecuencias negativas, siempre relacionadas con las
conductas que deseamos eliminar, serán cosas como quedarse sin ver la tele o
recoger el cuarto, pero jamás castigos físicos. Además, toda consecuencia
negativa debe ir acompañado del refuerzo de la conducta alternativa.

¿Cómo puedes aplicar todo esto?

Una forma es hacer un trato con tu hijo. Piensa en alguna cosa que quieras
cambiar de él, por ejemplo, que no se levante de la mesa mientras come. Ya
tienes establecido el objetivo general. Ahora, en función de la problemática, piensa
cuándo y cómo vas a reforzar el cambio de comportamiento: si tu hijo no aguanta
más de tres minutos seguidos en la mesa, empieza por reforzar que consiga estar
sentado al menos cinco minutos. Según le vaya resultando más sencillo cumplir el
objetivo ve aumentando el tiempo hasta que, finalmente, reciba el premio sólo si
permanece toda la comida sin levantarse.
El siguiente paso es acordar el premio o refuerzo. En este caso lo más
apropiado es un sistema de puntos o fichas canjeables. Elabora con tu hijo
una lista de cosas que le gustaría hacer o conseguir y pon a cada cosa un valor en
función de sus características: un caramelo 2 puntos, media hora más con el
ordenador 8 puntos, ir al cine 14 puntos, comprar un juguete determinado 20
puntos, etc. Ya sólo queda ponerlo en práctica: cada vez que tu hijo cumpla el
objetivo marcado refuérzale con un punto y cuando desee canjearlos dale la
recompensa que le corresponda según acordasteis.

Corriente cognitivista: enseñar a hacer las cosas mejor

Según la corriente cognitivista, la forma más adecuada de ayudar a un niño


hiperactivo a resolver sus problemas correctamente es entrenarle en los
pasos que debe seguir, es decir, darle estrategias para que sepa cómo
actuar.

Por ejemplo, mantener la atención es una habilidad casi automática en la mayoría


de las personas, pero para un niño hiperactivo es todo un triunfo. Para facilitarle
esta tarea debemos enseñarle cómo se presta atención facilitándole una serie de
instrucciones que resuman eso que hacemos las personas cuando prestamos
atención (centrarnos en lo importante, ignorar los estímulos irrelevantes, etc.). En
este caso estaríamos hablando de estrategias atencionales.

Dicho así parece muy abstracto, sin embargo lo puedes aplicar de forma particular
a cada una de las tareas con las que tu hijo tenga dificultades. Una manera de
hacerlo efectivo es el “modelo de autoinstrucciones” que debéis practicar cada
día tantos días como sea necesario hasta que tu hijo sea capaz de realizar el
quinto paso de forma natural:

1. Modelado: haz tú la tarea mientras vas diciendo en voz alta los pasos que
sigues, mediante instrucciones claras y concisas.
2. Guía externa manifiesta: ahora es él quien realiza la misma tarea mientras
le ayudas repitiendo junto con él los pasos.
3. Autoguía manifiesta: el niño repite solo las instrucciones, en voz alta,
mientras hace la tarea.
4. Autoguía manifiesta atenuada: en vez de hablar en voz alta debe
cuchichear las instrucciones.
5. Autoinstrucciones encubiertas: finalmente el niño realiza la tarea en
silencio mientras se guía por las instrucciones a través del pensamiento.

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