RESUMEN DE LA COMUNICACIÓN: Allueva, P. (2003). La Planificación en la Resolución de Problemas. XI Congreso de Psicología de la Infancia y la Adolescencia INFAD. Fuerteventura: 19 al 22 de noviembre.
“La planificación es un conjunto de actividades mentales complejas que anticipan y
regulan la conducta”. Para realizar una planificación hay que actuar sobre tres niveles distintos: sobre la realidad del problema, partiendo de un esquema imaginado y actuando de mediador entre el esquema y la conducta a realizar para solucionar el problema. Siendo la planificación, una actividad que se realiza siempre antes de solucionar un problema, se ha dedicado muy poco tiempo a los factores que mueven a una persona a realizarla. La planificación no es una decisión que puede venir determinada por diferencias individuales o culturales. Siempre que se determina una cierta actuación, antes ha habido una planificación, aunque sea a un nivel muy bajo. Por tanto, la planificación no es algo opcional. Lo opcional será el proceso que se siga para realizar dicha planificación. Mayor, Suengas y González (1995, p. 47) hablando del pensamiento autorregulado dicen: “Muchas de las características que definen el pensamiento apuntan a que éste es intrínsecamente reflexivo y autocontrolado: la insistencia en que el sujeto participa activamente, la existencia de un circuito de larga duración, al estar dirigido a una meta, objetivo o solución, la elaboración de hipótesis y planes, la contrastación, etc.”.
Esa elaboración de hipótesis y planes la realizamos cuando intentamos resolver un
problema. Por un lado pensamos en la posible solución al problema -hipótesis- y por otro en el plan a seguir para la consecución del mismo. Otro punto de discusión sobre la planificación hace referencia a los procesos implicados en la misma. Es un sistema cognitivo en el que interviene la memoria, ya que hacemos uso de toda nuestra experiencia y conocimientos en general, la atención, el razonamiento y los procesos de comprensión. W
La planificación requiere del planteamiento de unos objetivos. Las personas
actuamos por la persecución de unos objetivos, ésta actuación viene determinada por una planificación previa, lo que quiere decir que para planificar habremos planteado unos objetivos con anterioridad. Es posible, que no todas las personas utilicen los mismos criterios en el planteamiento de objetivos, ya que éstos pueden venir determinados por diferencias individuales y/o culturales. A la hora de planear, es fundamental, que la persona realice un curso de acción para alcanzar los objetivos que le llevarán a la consecución de la meta. Esto es básico en la planificación. Que la persona se involucre, en mayor o menor medida, dependerá de su personalidad, creencias y habilidades cognitivas que posea. Para los teóricos del desarrollo cognitivo “el desarrollo de la planificación es un incremento creciente en la habilidad para planear antes de actuar”. La resolución del problema pasa por dos fases, la de planificación y la de control. Los procesos de planificación operan en un espacio bidimensional de tiempo y abstracción. No obstante, las personas planifican, en gran medida, dependiendo de las circunstancias. Esto supone que toman decisiones provisionales que pueden conducir a decisiones subsiguientes dentro de la planificación. Algunas de las decisiones tomadas serán coherentes, pero lógicamente, otras lo serán menos. Por tanto, por un lado se está produciendo un refinamiento sucesivo del plan y, por otro, éste dependerá de las circunstancias. La condición base de la planificación será la direccionalidad del objetivo y la actividad consciente de un agente. Otros dos aspectos fundamentales son la relación del objeto y los valores y valencias. Si no preservamos el ambiente natural del sujeto, sus pautas de comportamiento variaran y, por tanto, sus estrategias de planificación también.