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EL DIEZMO

El Diezmo era un porcentaje, generalmente el diez por


ciento, que se pagaba al rey sobre el valor de las
mercaderías que se traficaban y llegaban a los puertos, o
entraban y pasaban de un reino a otro. También era una
parte de sus beneficios que pagaban los fieles a la
Iglesia.

Tenemos la obligación ética, humana y moral de socorrer


a quienes podamos, compartiendo una parte de nuestras
dádivas, de los bienes que nos da la vida, bien en forma
de prestación económica o de una parte de nuestro
tiempo, nuestras habilidades o un poco de sacrificio.
Justicia humana y divina.
Dar y recibir.
Seamos unos buenos administradores de la riqueza
personal, y sepamos entregar una parte de lo que
tenemos a los que no tienen. Y vuelvo a insistir: no me
refiero a dinero, más bien pienso en compañía, ayuda
moral, prestar un hombro, escuchar, compartirnos…
cualquier servicio social, humano o de amistad.

Todo lo que pidáis se os dará… averigüemos o adivinemos


lo que necesitan los demás, y démoselo.

DESDE UN PUNTO DE VISTA MÁS ESPIRITUAL


El diezmo es una ley espiritual tan efectiva como lo
son las leyes naturales.

Francisco de Sales
EL DIEZMO

Dios es el Creador de todo lo que hay. Él lo posee


todo. Nosotros somos simplemente
"administradores" de sus bienes. El propósito del
diezmo es que porque Él desea que nosotros
compartamos un diez por ciento del ciento por ciento
que Él nos da.
Cristo claramente estableció la razón del diezmo y
de nuestras ofrendas a Dios: "Porque donde esté
tu tesoro, allí también estará tu corazón". Mateo
6:21.

RESUMIENDO
Es de ley y de justicia, de compañerismo y fraternidad,
compartir una parte de las cosas con las que hemos
sido beneficiados, bien por nuestro esfuerzo o gracias a
los dones con que Dios nos ha obsequiado. Otras
personas no pueden gozar de lo que nosotros gozamos.
Y no me refiero a dar exclusivamente dinero, ya que
eso puede ser una forma de pretender acallar la
conciencia: me refiero también a compartir nuestros
dones, nuestras habilidades, nuestros conocimientos y
experiencias, nuestro tiempo, nuestro amor…

Francisco de Sales

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