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¿Como escribir algo sobre Hamlet?

(quise poner una imagen de Hamlet, pero "casualmente" ninguna lo muestra riendose
a carcajadas)

La inmensidad de Hamlet nos intimida a la hora de buscar una arista desde donde
abordarlo. Como dice Harold Bloom, personaje de infinitas reverberaciones excede a
la propia obra.

Es obvio que uno tendria que comenzar por la relación con el espectro, ya que es la
respuesta del príncipe a su pedido lo que motoriza toda la obra. Pero uno se termina
preguntando como es que Hamlet con esa inteligencia feroz, queda comprometido con
un señor tan sombrío y con tan poca habilidad para tratar a las mujeres (su mujer a la
sazón). Cuando Hamlet habla con su madre y le pregunta ¿como pudiste? ¿como
puedes? Uno ya se imagina por que opto por Claudio, pero bueno, el neurótico tiene la
fantasía que si hace lo que “corresponde” las cosas deben marchar, y el pobre
espectro que no lo puede aceptar lo conmina a que ponga las cosas en orden, y pobre
Hamlet, por amor al padre, lo acepta : “El tiempo se salio de su cauce. ¡Cruel conflicto,
venir yo a este mundo para corregirlo!” Cuantos hijos se harán esta pregunta. ¿no?

La Reina, ahhh la Reina, que tema. La palabra “cuestión” (question) se usa 17 veces
en el texto, y es muy doloroso, ver que cuando Hamlet plantea una cuestión es o a los
cielos, al vacío, en sus soliloquios, o bien a su madre, Gertrudis, pero en este caso
esperando una respuesta, pobre Hamlet. Mejor no seguir por esa senda, merece, tal
vez, un tratamiento “serio”. Otra vez será.

La pobre Ofelia, el amor ofrecido, la promesa de futuro. Como hubiese sido un


Hamlet padre, esposo.... No no, sin duda esa no es la “madera” del príncipe, Uno no
puede mas que desconfiar cuando le canta a Ofelia el tango de Mariano Mores: si yo
tuviera el corazón, el corazón que diiii, me abrazaría a tu ilusionnnn... no no,
definitivamente no, la pobre muchacha en cuestión tenia una base melancólica seria,
mala pareja, ni se me ocurre.

Me atrae la fatal lucidez del príncipe. como dijo Nietszche, Hamlet no es el hombre
que piensa demasiado, es el hombre que piensa demasiado bien.
La cuestión del barajeo (shuffle) el destino, el azar, la voluntad, etc. que lindo hubiese
sido pensar en un Hamlet escritor, filosofo, se podía haber salvado. En la tremenda
obra de teatro que escribe dentro de la obra, (otra Question dirigida a la madre, “¿que
le parece la obra señora?”) le hace decir a su padre, a un padre mejor que el pobre
espectro: “Nuestra voluntad y destino tan contrarios corren que nuestros dispositivos
son destronados, las ideas son nuestras, pero ajenos sus fines”. Si se hubiese
escuchado...
Y de repente me sucedió algo gracioso, ridículo, trágico una de esas cosas que
solo pueden responderse con una carcajada estruendosa. Y ví todo con
claridad.

Hamlet triunfa a lo largo de toda la obra, sobre el espectro, sobre Gertrudis,


sobre Claudio, sobre la promesa del amor de mujer.

El desenlace de la obra, no es consecuencia del desenvolvimiento de una personalidad


sombría y melancólica, la intención vengadora de un asesino cruel y frío que se hace
pasar por loco. Es el fracaso del artista frente al mundo. La prepotencia del poder que
responde con otra lógica, ese viejo mundo de reyes guerreros y asesinos, arcaico,
moribundo. Hamlet no es de su época, es claro, viene a fundar la nuestra, es
el Cristo del humor, pero diferencia del otro Cristo se rehúsa a morir sacrificado y se
lleva a unos cuantos con el. Hamlet es un revolucionario.

Esta claro que las cosas se desarrollan dentro de lo que Hamlet espera en los primeros
cuatro actos, sin embargo, Claudio acorralado, lo manda matar. El tiempo se acaba, y
como dice Nietzsche si hay una venganza en Hamlet es la de la voluntad frente
al tiempo. Esta inminencia de la muerte, instancia concreta, real, cercana, lleva a
Hamlet a una transformación increíble, es difícil reconocer al tremendo ironista, al
bufón desaforado de los otros cuatro actos en el quinto. No es casual que Shakespeare
inicie la escena en el cementerio, confrontando a Hamlet con la calavera de Yorick,
amado bufón, verdadero padre del Hamlet brillante, el que le dono el humor como
arma, como insignia, como emblema: el verdadero soliloquio sobre la muerte es este,
no el del acto 3. Confrontado por la proximidad de la muerte, sin la posibilidad de
desplegar su verdadera venganza, la del humor revolucionario, Hamlet actúa.

Alas Yorick! Que compañero hubieses sido para Hamlet a lo largo de la obra. Que
fantástico imaginar la presencia de un bufón en la corte, tal vez un noble, si
pudiéramos unir a Hamlet con Sir Falstaff, el otro personaje de Shakespeare donde la
lucidez total se despliega... pero a diferencia de Hamlet, Falstaff, veterano de mil
batallas, un poco mas guerrero y menos filosofo que el príncipe conoce el juego del
mundo y lo acepta. Que pareja, que potencia revolucionaria.

Así que me decidí, después de vencer la tentación de hundirme en las profundidades


psicoanalíticas y filosóficas de los grandes temas Hamletianos me incline por el
humor, el humor feroz del príncipe de los ironistas, el espíritu mas libre que un mundo
trágico puede contener.

Harold Bloom dice que en Hamlet, Shakespeare realiza la invención de lo humano.


Oscar Wilde dijo que el mundo se ha vuelto triste a causa de Hamlet. Yo creo que no
es así. Creo que Shakespeare quedo atrapado por la tragedia del mundo que tan bien
vio, pero su hijo varón llamado Hamnet falleció a los 11 años y tal vez perdió la
capacidad de vencer a lo tragico del mundo con humor. Y si el mundo es triste no
es por Hamlet, es porque nosotros no tomamos sus blasones e intentamos
triunfar donde el fracaso.

Alas Yorick! Armemos el ejercito de bufones que Hamlet necesita para liberar a
Dinamarca de su podredumbre.

Enzo Messina Achaval

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