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Anorexia nerviosa

La anorexia nerviosa es un trastorno de alimentación que afecta generalmente a


las mujeres. Los anoréxicos tienen un miedo intenso a engordar y perder el control
de su figura corporal. Una carencia de nutrición adecuada puede causar
problemas de salud física y mental, por lo tanto, la anorexia debe tratarse lo antes
posible.
A menudo, la anorexia nerviosa comienza entre los 15 y 25 años de edad, pero
puede desarrollarse en niños de apenas 10 años de edad. Aunque el 90% de
quienes padecen dicha enfermedad son mujeres; Ya que afecta de igual manera a
los hombres.
Otros síntomas son los dolores de estómago, estreñimiento, desmayos, mareos, la
piel seca o áspera, los problemas dentales causados por el ácido estomacal,
insomnio y fatigas. Esto puede traer consecuencias cómo trastornos de la
personalidad y el comportamiento. Con frecuencia las mujeres con dicha
enfermedad dejan de tener el periodo y en los adolescentes puede retrasar la
pubertad y causar problemas en el desarrollo físico.
Una persona anoréxica tiene un miedo intenso a engordar o tener una percepción
distorsionada de su propia figura corporal; Tener un peso corporal normal y sano
puede hacer que se sientan tensos y muy nerviosos. Y puden caer en depresión,
volverse introvertidos o impacientes, tener cambios de humor, perder el interés por
las actividades normales, hacer demasiado ejercicio o empezar a vomitar en
secreto o usar inhibidores del apetito o diuréticos.
El Diagnostico de una persona anoréxica es que normalmente pesa 15 % menos
del peso que le corresponde por su edad y estatura, dicho diagnostico supone una
evaluación tanto de los factores psicológicos como de los físicos. Puede conllevar
una evaluación de la actitud ante el peso, la alimentación, las dietas y la imagen
corporal. El diagnóstico de la anorexia nerviosa puede resultar difícil ya que la
mayoría de quienes tienen la enfermedad lo niegan y normalmente acuden al
tratamiento en manos de un familiar. Además, la gravedad de la anorexia cambia
de una persona a otra. Una persona anoréxica puede ir a médico de familia por
otros síntomas cómo la falta de periodo menstruales, dolor abdominal, hinchazón
o estreñimiento.
La anorexia es una enfermedad grave y compleja que normalmente requiere
atención médica especializada.
Generalmente, el tratamiento es hospitalario como pacientes externos. El obsesivo
es aumentar el peso corporal, restablecer el patrón de alimentación. Normalmente,
se ofrecerán tratamientos psicológicos como la psicoterapia cognitivo-conductual.
Algunos casos las personas anoréxicas pueden quedarse tan débil que debe ser
ingresada en el hospital. Si esto fuera el caso, el hospital se encarga de
administrar la ingesta de alimentos y líquidos.

Las complicaciones de esta enfermedad es que a las personas anoréxicas les


puede resultar más difícil quedarse embarazadas y que sea más probable que
tengan bebés prematuros o de poco peso.
En las personas que presentan anorexia antes o durante la pubertad se pueden
producir retrasos en los cambios físicos o un crecimiento atrofiado.
Los anoréxicos tienen mayor riesgo de contraer osteoporosis (huesos
quebradizos) más adelante en la vida; También puede hacer que los músculos
incluyendo el miocardio pierdan fuerza, lo que conduce a un mayor riesgo de
cardiopatías
La anorexia se puede diagnosticar no sólo al ver a una persona con un bajo
peso corporal, esta enfermedad presenta ciertas características muy propias de
dicho trastorno:
Rechazo a mantener el peso normal de acuerdo a la edad y a la altura del
individuo, adopción de distintas dietas, distorsión de la imagen del cuerpo, en las
mujeres existe la ausencia de tres ciclos menstruales consecutivos, preocupación
por las calorías de los alimentos, se presentan dolores abdominales, vómitos,
preocupación por cómo son elaboradas las comidas (con qué ingredientes),
restricción de alimentos, hiperactividad entre otras cosas.
Los médicos asienten que el perfil de una persona que padece anorexia es
idéntico al de aquellas personas que padecen bulimia aunque ambos trastornos
sean diferentes. El comportamiento de un paciente con bulimia o anorexia se basa
en ser muy inmaduro y dependientes del núcleo familiar, con un gran miedo a la
maduración sexual y a asumir responsabilidades.
Existen diversas complicaciones en el caso de la anorexia si ésta no es tratada a
tiempo y de una forma adecuada, aquí las nombramos: los vómitos provocan
engrosamiento glandular, caries, desgaste de la raíz dental, pérdida de piezas
dentales, desgarramiento del esófago, inflamación de la garganta haciendo que se
dificulte cada vez más tragar, espasmos estomacales, problemas digestivos,
anemia, problemas gastrointestinales, etc.
También están las complicaciones que se manifiestan cuando se produce un
abuso de diuréticos: descenso del nivel de potasio, disminución de los reflejos,
manifestación de sed, daño hepático, y arritmia cardiaca, entre otras afecciones.
Los anoréxicos pueden ser reconocidos fácilmente por distintos síntomas
emocionales: no tener la habilidad para hacer frente a situaciones emocionales o
expresarse, hay una disminución de las relaciones sociales (se produce un
aislamiento), cambios drásticos de humor, compulsión y vergüenza debido a sus
malos hábitos alimenticios. Esta hipersensibilidad en el área emocional está
acompañada por ese deseo de poder manejar sentimientos y reacciones que son
afectadas por ese condicionamiento social de verse bien, lo que indica para un
anoréxico perder peso, tener como objetivo únicamente la delgadez, carácter
hostil e irritable, la persona tiende a tener actitudes depresivas, actividad física
intensa, miedo intenso a ganar peso.

TRATAMIENTO DE LA ANOREXIA NERVIOSA


Hay diversos tratamientos para la cura de la anorexia, las alternativas
son: psicoterapia, terapia comportamental, terapia medicamentosa, familiar, etc.
Los objetivos de estos tratamientos es regularizar la alimentación en el individuo y
tratar que el entorno familiar solucione sus disfunciones ya que el papel de la
familia es fundamental para la recuperación. Se recomienda en el caso de los
padres del afectado que traten de hacer encontrar a su hijo los valores perdidos,
fomentar su iniciativa, independencia y autoestima. Ayudarlo a manejar su
ansiedad, si se manifiestan actitudes sospechosas no hay que encubrirlas sino
pedir ayuda profesional rápidamente, no imponer comida: que el tema de la
alimentación no se convierta en una discusión.

Causas
Su causa es desconocida, pero los factores sociales parecen importantes. Aunque
hay muchos factores socioculturales que pueden desencadenar la anorexia, es
probable que una parte de la población tenga una mayor predisposición física a
sufrir este trastorno, independientemente de la presión que pueda ejercer el
entorno. Por ello existen de factores generales que se asocian a un factor
desencadenante o cierta vulnerabilidad biológica, que es lo que precipita el
desarrollo de la enfermedad.
 La propia obesidad del enfermo.
 Obesidad materna.
 Muerte o enfermedad de un ser querido.
 Separación de los padres.
 Alejamiento del hogar.
 Fracasos escolares.
 Accidentes.
 Sucesos traumáticos.
Diagnósticos
La anorexia nerviosa se diagnostica, generalmente, basándose en una intensa
pérdida de peso y los síntomas psicológicos característicos. La anoréxica típica es
una adolescente que ha perdido al menos un 15 por ciento de su peso corporal,
teme la obesidad, ha dejado de menstruar, niega estar enferma y parece sana.
Otros datos
Cerca del 95 por ciento de las personas que sufren este trastorno son mujeres.
Generalmente comienza en la adolescencia, a veces antes y menos
frecuentemente en la etapa adulta. La anorexia nerviosa afecta primordialmente a
las personas de clase socioeconómica media y alta. En la sociedad occidental el
número de personas con este trastorno parece aumentar. La anorexia nerviosa
puede ser leve y transitoria o grave y duradera. Se han comunicado tasas letales
tan altas como del 10 al 20 por ciento. Sin embargo, como los casos leves pueden
no ser diagnosticados, nadie sabe exactamente cuántas personas tienen anorexia
nerviosa o qué porcentaje muere de ella.
La edad de inicio de la anorexia se sitúa en la primera adolescencia, en torno a los
12 años, si bien la población más afectada se encuentra entre los 14 y 18. Es más
frecuente en las clases sociales media y media-alta. En un 95 por ciento de los
casos la anorexia afecta a mujeres jóvenes, aunque en los últimos años se ha
producido un aumento en hombres, en mujeres adultas y en niños. Existen
colectivos más propensos a sufrir estos trastornos, es el caso de las gimnastas,
las bailarinas o las modelos. En la anorexia nerviosa se pueden distinguir dos
subtipos:
 Subtipo restrictivo: la reducción de peso se consigue mediante dietas o
ejercicio físico intenso y el enfermo no recurre a sobreingestas, atracones o
purgas.
 Subtipo bulímico: El enfermo recurre a las purgas aunque haya ingerido una
pequeña cantidad de alimento.
Factores de riesgo:
¿Quienes la padecen? El 95% de los pacientes son mujeres y el 5% hombres. De
este 5% la mayoría son homosexuales. La anorexia se padece generalmente al
principio de la adolescencia, es decir, entre los 14 y 20 años. La personalidad de
las pacientes es obsesiva, dependiente y obediente.
Ambiente familiar: por lo general las personas que tienden a padecer anorexia
viven en un ambiente estricto, su familia es rígida y poco tolerante.
Ambiente socioeconómico: principalmente en el medio socioeconómico alto,
aunque en los últimos años ha empezado a afectar a personas de medios
socioeconómicos medio y bajo.
Factores culturales y ambientales: la imagen idealizada del cuerpo de la mujer ha
cambiado radicalmente en los últimos años. Ahora se exige que sea mas delgado
y como las adolescentes tienen la característica de la imitación buscan conseguir
esta imagen a toda costa y bajo cualquier riesgo. Como dato interesante, la
mayoría de las modelos son anoréxicas o bulímicas.

Caso grave de anorexia.


Elizabeth Peña lleva más de un año peleando por salvar a su pequeña Valentina,
quien con tan sólo 15 años vive hace cuatro con estos desórdenes alimenticios
graves. Elizabeth perdió su trabajo y ha hecho crisis familiar, ha tenido que
seguirla y husmear hasta en la menstruación de su hija para ver si efectivamente
se está alimentando y no ha caído de nuevo. La ha visto cortarse los brazos para
aliviar la angustia. Pero aparentemente hoy ha encontrado una salida.
Elizabeth Peña es la madre de Valentina, una chica de 15 años quien sufre de
anorexia y bulimia desde hace cuatro años. Ella sólo lo descubrió hace uno, ya
que había achacado los repentinos cambios de humor y el constante mutismo a su
incipiente adolescencia. Sin embargo, una baja de peso evidente la puso alerta y
descubrió con tristeza que su hija había caído en estos peligrosos desórdenes
alimenticios. Ha sido largo el tránsito entre médicos, psiquiatras, psicólogos,
terapeutas y chamanes. Una fauna diversa que muchas veces sólo sirvió para
gastar dinero. “Esto no es como el cáncer, por ejemplo, donde sabes qué va a
pasar tras la quimioterapia…ahí conoces los procesos. Lo peor de esta
enfermedad es que nadie te dice nada… no hay recetas”, comenta con tristeza
Elizabeth.
Perdió su trabajo y no ha escatimado esfuerzos para acompañar a su hija en esta
dura enfermedad, teniendo que escuchar predicciones que hasta hoy la hacen
temblar con respecto a este tipo de problemas. “Una vez una doctora me dijo que
en un cuarto de los casos las niñas morían, otro cuarto jamás se recuperaban y el
tercer cuarto vivía para siempre con la enfermedad en control…mi esperanza de
ver feliz a mi hija se reducía, según esos cálculos, a sólo un caso de cuatro”. Hoy
Vale está un poco mejor y Elizabeth se anima a contar su historia para que otras
madres no pasen por lo mismo.

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