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NIETO DÍAZ MARINA BELÉN.

TRIM 17 O. TOXICOLOGÍA. TAREA.


1. ¿Qué son los Glucósidos cianógenos?
Los glucósidos cianogénicos son el producto del metabolismo secundario en la síntesis de compuestos propios de las
plantas que se componen de una aglicona tipo α-hidroxinitrilo y de un azúcar, principalmente D-glucosa. Los glucósidos
cianogénicos son un grupo conocido y se presentan en las especies del género Prunus, es decir, almendros, damascos,
durazneros, nectarinos, cerezos, entre otros. La característica de producir ácido cianhídrico por la hidrólisis de los
compuestos cianogénicos de algunos vegetales, depende tanto de la biosíntesis de los glucósidos cianogénicos como de la
existencia (o ausencia) de sus enzimas de degradación. [1]
Los glucósidos cianogénicos pueden contener un monosacárido o un disacárido y un hidroxinitrilo aromático. Esto último
es el caso de la amigdalina. Tal como ocurre en otras síntesis de compuestos como los glucosinolatos, inicialmente se
forma una aldoxima a partir de un aminoácido que, a continuación, es transformada en un nitrilo, seguido de un
hidroxinitrilo. Finalmente, se obtiene el glucósido cianogénico mediante diferentes etapas, muchas de ellas aún
desconocidas. [1]
La generación de ácido cianhídrico a partir de los compuestos cianogénicos es un proceso de dos etapas que implica una
deglicosilación y una división de la molécula (regulada por β-glucosidasa y α-hidroxinitrilasa). Teniendo en cuenta que la
compartimentalización a nivel de los tejidos de los glucósidos cianogénicos y sus enzimas impide la hidrólisis a gran
escala en el tejido vegetal intacto, los cultivares del genero Prunus tienen la capacidad de acumular amigdalina, cianógeno
que está relacionado con el amargor y producción de ácido cianhídrico. [1]
El compuesto inicialmente puede ser prunasina o amigdalina, pero una vez el tejido que contiene éste es degradado,
empieza la acción de enzimas propias como es las β-glucosidasas con la liberación de glucosa, benzaldehído y ácido
cianhídrico. [1]
En la biosíntesis de los glucósidos cianógenos una aldoxima se forma inicialmente, que luego se transforma en un
glucósido cianogénico mediante la vía de reacción que se muestra en la figura 16.3. Las semillas se muelen y humedecen
para desintoxicarlas. Esto inicia la degradación de glucósidos con formación de HCN que, después de la incubación, se
expulsa por calentamiento.[2]

La biosíntesis de los glucósidos cianogénicos ha sido ampliamente estudiada, observándose que derivan de aminoácidos,
los precursores de los glucósidos de importancia en alimentos son los siguientes: L-tirosina precursor de durrina; L-
fenilalanina de prunasina; L-valina de linamarina y L-isoleucina precursor de lotaustralina. En la Figura 3.1.1 se muestra
la ruta de biosíntesis de los glucósidos cianogéncios, de la cual un compuesto clave es la formación de la correspondiente
aldoxima, ya que dependiendo de la fisiología de la planta, a partir de este metabolito se puede derivar hacia la formación
de un diferente β-glucósido. (La figura 3.1.2 nos presenta algunos glucósidos cianogénicos monosacáridos más comunes)
[3]

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2. Metabolito secundario resultante del proceso de biotransformación de los glucósidos cianógenos.


El glucósido no es tóxico por sí mismo, pero sí el CN - generado por la hidrólisis enzimática, el cual actúa a nivel de
citocromo oxidasa; es decir que es un potente inhibidor de la cadena respiratoria. La Figura 3.1.4 demuestra que durante la
biotransformación se llegan a tener niveles altos de tiocianato, ya que el cianuro reacciona con productos de la
degradación de la cisteína. El cianuro y el tiocianato (que puede causar problemas de bocio), finalmente son eliminados en
la orina como ciano-metahemoglobina. [3]

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La degradación del glucósido cianogénico es iniciada por la β-glucosidasa (figura 16.4) que en las células se separa de su
sustrato. Una vez que la estructura celular se rompe por trituración de la semilla, la enzima y el sustrato se unen y
comienza la reacción. [2]
La especificidad de sustrato de β-glucosidasa está gobernada por un resto aglicón. Por lo tanto, las enzimas presentes en
"emulsión", una mezcla de glucosidasa de almendras amargas, hidrolizan no solo la amigdalina sino también otros
glucósidos cianogénicos que se derivan de la fenilalanina o la tirosina, pero no la linamarina. Como se muestra en la
figura 16.4, la hidrólisis de β-glucosidasa produce un hidroxinitrilo inestable que se degrada lentamente en el
correspondiente compuesto de carbonilo y HCN. Sin embargo, la mayoría de las semillas de leguminosas contienen una
hidroxinitrilo liasa que acelera esta reacción. [2]

3. ¿En qué consiste la inyección letal?


Se inyecta a los presos una dosis masiva de tres compuestos químicos: tiopental sódico (también conocido con el nombre
comercial de Pentotal), para inducir una anestesia general; bromuro de pancuronio, que causa la parálisis de los músculos,
incluido el diafragma; y cloruro de potasio, que produce un paro cardiaco. [4]
La profesión médica ha expresado preocupación por el hecho de que, de aplicarse una cantidad insuficiente de tiopental
sódico (por ejemplo, debido a una dosis incorrecta de tiopental, a una inserción defectuosa de la vía o a la precipitación de
las sustancias), la anestesia puede no ser tan profunda como se pretende o el efecto anestésico puede desaparecer antes de
que se paralice el corazón del condenado, lo cual lo expondría a sufrir un dolor intenso cuando el cloruro de potasio
penetra en las venas y produce el paro cardiaco. Debido a la parálisis muscular causada por el bromuro de pancuronio, a la
persona ejecutada le resultaría imposible informar de la situación a quienes la rodean. [4]

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En el caso Morales vs Hickman, visto en California en febrero de 2006, el juez Jeremy Fogel rechazó condicionalmente el
argumento de Michael Angelos Morales de que no debía ser ejecutado mediante inyección letal ya que ello violaría sus
derechos en virtud de la Enmienda VIII a no sufrir penas crueles y desusadas. [4]
Sin embargo, el juez Fogel impuso algunas condiciones al estado de California si decidía seguir adelante con la ejecución.
Así, el estado debía certificar por escrito que, bien sólo utilizaría tiopental sódico u otro barbitúrico o combinación de
barbitúricos en la ejecución, bien aceptaría la verificación independiente “por parte de una persona o personas cualificadas
[…] de que el demandante se encuentra realmente inconsciente antes de proceder a la inyección del bromuro de
pancuronio o del cloruro de potasio”. [4]
En un principio, dos anestesiólogos aceptaron colaborar en la ejecución mediante la mezcla de los tres compuestos
químicos, pero decidieron retirarse del procedimiento cuando el juez resolvió que posiblemente tendrían que estar
presentes en la cámara de ejecución e intervenir si surgía algún problema. Tras el “plante” de los anestesiólogos, las
autoridades pidieron autorización al tribunal para aplicar la segunda alternativa: una inyección única de tiopental de sodio.
[4]
El juez Fogel falló que podían continuar con la ejecución empleando exclusivamente tiopental de sodio, mas “sólo si el
tiopental de sodio es inyectado en la cámara de ejecución directamente en la cánula intravenosa [tubo flexible] por una
persona o personas habilitadas por el estado de California para inyectar medicamentos por vía intravenosa. La dosis a
utilizar deberá ser al menos cinco gramos de tiopental de sodio seguido de 20 centímetros cúbicos de solución salina […]
Las personas pueden vestir ropas adecuadas para proteger su anonimato”. [4]
4. Reacción de Guinard
Reactivo de Guignard
Colocar 2.5 g de ácido pícrico en un matraz Erlenmeyer de 250 mL y disolver con 200 mL de agua destilada. Enseguida
agregar 12.5 g de carbonato de sodio (Na 2CO3) y agitar cuidadosamente para disolverlo. Llevar la solución a un volumen
de 500 mL con agua destilada.[5]

5. La catástrofe de Bophal India 3 de diciembre de 1984. [6]


El isocianato de metilo (MIC) es un líquido incoloro de muy bajo punto de ebullición (39°C). Tiene un olor muy
penetrante y es un compuesto con alta reactividad química. Sus usos incluyen la fabricación de resinas poliuretánicas
y de pesticidas (carbamatos). A continuación tenemos un resumen de sus propiedades físico-químicas [6]:

 peso molecular: 57.1g/mol

 punto de ebullición: 39 °C

 peso específico: 0.96

 densidad del vapor: 2.0 (aire = 1, a 39 °C)

 solubilidad en agua: 6.7 g/100 g , a 20 °C (reacciona lentamente)

 velocidad de evaporación: 26.8 (acetato de n-butilo = 1)

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Reactividad:

 Las temperaturas elevadas facilitan la descomposición por polimerización, reventando los contenedores.

 Incompatibilidades: reacciona con agua, más rápido en presencia de ácidos, aminas o álcalis. El contacto con
hierro, cobre, estaño o sus sales y con otros compuestos puede desencadenar una polimerización violenta. Son
seguros el acero inoxidable, níquel o vidrio/cerámica.

 La combustión de MIC puede generar gases tóxicos como HCN, óxidos de nitrógeno y monóxido de carbono.

 MIC ataca ciertos plásticos, elastómeros y pinturas. Las resinas fluoradas son resistentes.
Inflamabilidad:

 flash point: menor a -18 °C

 temperatura de auto ignición: 535 °C

 límites de inflamabilidad en aire: 5.3 % a 26 % (v/v).

 extinguidores: CO2, espuma, polvo seco.


Como es de esperar, también es una sustancia con gran reactividad en medios biológicos; aún en muy pequeñas cantidades
resulta agresivo para la mucosa ocular. Si es inhalado, reaccionará intensamente con los fluidos que recubren los
conductos aéreos pulmonares. Los gases producidos por la reacción son pesados, expulsando así al oxígeno y produciendo
ahogo y eventualmente la muerte. [6]
La toxicidad de MIC en humanos puede resumirse en dos tipos generales: a) la absorción accidental de dosis masivas, que
resulta en toxicidad aguda; b) la exposición prolongada a bajas concentraciones del vapor en el aire, conduciendo a
toxicidad crónica o sensibilización de las personas expuestas. [6]
Su extrema peligrosidad se debe esencialmente a su alta volatilidad y reactividad, baja solubilidad y gran capacidad de
penetración. MIC es un electrófilo potente y reacciona prácticamente con cualquier biomolécula en el organismo tales
como proteínas, ácidos nucleicos, etc., inactivándolos en su función biológica. [6]
Es una sustancia extremadamente irritante para las membranas mucosas y tiene una toxicidad aguda altísima
(DL50=2ppm en aire en el humano por inhalación). Los síntomas que acompañan la exposición a MIC son tos, irritación
del tracto respiratorio superior, salivación abundante, lagrimeo y dificultad para mantener los ojos abiertos (actúa como
lacrimógeno). A mayores concentraciones, aparecen dificultades parar respirar, con presión sobre el pecho y dolor al
inhalar. La exposición a cantidades muy grandes puede llevar al edema pulmonar. También tiene un efecto irritante sobre
la piel húmeda y puede causar lesiones en la córnea del ojo. Los isocianatos son sustancias que producen sensibilización,
o sea que la gente puede tornarse excesivamente sensible a ellos. La exposición repetida conduce a síntomas similares a
los del asma. [6]
Los sistemas de seguridad en la planta de Bhopal no funcionaron cuando se los necesitó y muchas de las precauciones
fueron ignoradas por negligencia. Las principales fallas en los sistemas de seguridad se resumen a continuación [6]:
1) El sistema de refrigeración (de 30 toneladas de capacidad), diseñado para mantener la temperatura del tanque con MIC
a 0°C no estaba en funcionamiento, aún cuando las disposiciones de seguridad estipulaban que si debía estarlo.
2) El scrubber (depurador) diseñado para neutralizar las fugas de MIC no contenía suficiente soda cáustica para el gas que
finalmente escapó. El sistema fue diseñado para neutralizar 88kg/hr, pero en la situación real el escape fue del orden de
los 20.000 kg/hr.
3) La torre de quemado de gases tampoco estaba operativa. Los tubos conectores habían sido desmantelados por tareas de
mantenimiento.
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4) Uno de los tanques de almacenamiento (el 619) se mantenía vacío para recibir MIC de los otros tanques, en el caso de
una pérdida. Ante el pánico desatado, no se implementó rápidamente un programa de emergencia que posibilitara el
trasvase de MIC a ese tanque.
5) Las sirenas no fueron activadas hasta la 1:00, a pesar que el accidente comenzó a las 23:30. Nadie en la fábrica reportó
el accidente a la policía.
6. La sustancia que usaban en la cámara de gas en la 2° guerra mundial.
CIANURO DE HIDROGENO: (HCN) Este compuesto, de alta toxicidad ha sido relegado a un segundo plano por los
Neurotóxicos, aunque no por ello se ha dejado de utilizar. No hay datos del uso del Cianuro en el combate, pero hay
evidencias de su uso en la guerra contra los kurdos por parte de Iraq en la década de los 80. Igualmente este fue el
elemento usado en las cámaras de gas Nazis aunque con otro nombre; ZIKLON B o Acido Prúsico. [7]
En condiciones normales, al igual que los Neurotóxicos, es un líquido incoloro que hierve a 26ºC, y tiene su punto de
fusión a –14ºC. El cianuro presenta un olor característico descrito como “almendras amargas” El medio de transmisión
más frecuente es mediante la inhalación, aunque también se pude ser intoxicado por contacto con la piel. [7]
Presenta rápida absorción por cualquier vía, se concentra en los glóbulos rojos, tiene una unión a proteínas de 60% y un
volumen de distribución de 0.5 L/kg, y es metabolizado en el hígado por la enzima rodanasa (sulfurtransferasa) a un
metabolito inactivo conocido como tiocianato que presenta excreción renal. El tiempo de vida media para la conversión de
cianuro a tiocianato de una dosis no letal en humanos es de 20 a 60 minutos. El cianuro de hidrógeno también puede
convertirse en un compuesto no tóxico mediante su combinación con hidroxicobalamina (vitamina B12a), produciendo
cianocobalamina (vitamina B12). [8]
Su mecanismo de acción se basa en la inhibición de las enzimas que contienen metales. La interacción con la citocromo
oxidasa es la más estudiada y de mayor importancia toxicológica, ya que es esencial para la fosforilación oxidativa y la
producción de energía por la vía aerobia. La inhibición de esta enzima produce disfunción mitocondrial, alterando la
cadena de transporte de electrones y la producción de energía (ATP), aumentando la producción de ácido láctico por la
activación secundaria de la vía anaeróbica. La ingestión de 200 mg de cianuro de sodio o potasio o la exposición al
cianuro de hidrógeno gaseoso (HCN) aun a bajas concentraciones (150-200 ppm) pueden ser fatales. [8]
Inicialmente la intoxicación se manifiesta por síntomas que reflejan hipoxia tisular, incluyendo náuseas, vómito, cefalea,
taquipnea, ansiedad, agitación, confusión, letargo, convulsiones, coloración rojo cereza de la piel y del fondo de ojo (por
aumento de la saturación de hemoglobina en sangre venosa), y coma con midriasis hasta llegar a paro cardio-respiratorio.
En el sistema cardiovascular puede haber inicialmente hipertensión y taquicardia que posteriormente evolucionan a
bradicardia e hipotensión, edema pulmonar cardiogénico y arritmias. En el sistema respiratorio inicialmente hay presencia
de disnea, taquipnea que posteriormente evoluciona a depresión respiratoria. En caso de sobrevida el paciente puede
presentar secuelas neurológicas manifestadas por bradiquinesia, parkinsonismo, disartria y compromiso
neurocomportamental.[8]
No se conoce un antídoto específico para esta intoxicación. Si se ha recibido una alta cantidad, la muerte es segura
mientras que si no se ha producido una intoxicación tan fuerte, el único medio para la recuperación es el mecanismo de
desintoxicación del propio organismo. La hemoglobina, presente en la sangre, (Fe +2) puede ser oxidada hasta Fe+3. Este
ion provoca la creación de la metahemoglobina, que es el compuesto que neutraliza el grupo Cianuro en la sangre.
Posteriormente esta sustancia se secreta mediante la orina. Otro medio de desintoxicación es el que se está investigando
actualmente que está basado en la para-aminopropiofenona. El tratamiento convencional se describe a continuación. [7, 8]

TRATAMIENTO.
1. Realizar el ABCD (Air way - vía aérea, Breathe - ventilación, Circulation – control circulatorio, Déficit neurológico),
con administración de oxígeno al 100%. [8]
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2. Colocar una perla de nitrito de amilo (ampollas de 1 mL) dentro del dedo de un guante de látex, cubrir la nariz y boca
con el orificio del guante a manera de mascarilla, romper la perla sin soltarla (para evitar la aspiración de la perla), y
permitir que el paciente inhale el contenido del guante durante aproximadamente 30 segundos. Este medicamento produce
una metahemoglobinemia del 5%, mientras que el nitrito de sodio al 3% produce un 20 a 30%. La dosis de nitrito de sodio
(frasco de 50 mL) es de 300 mg por vía intravenosa (10 mL) infundido en 5 minutos (en niños: 0.15 a 0.33 mL/kg). Si el
paciente está en paro respiratorio, intubarlo, y preparar un guante como puente entre el ambú y el tubo, así: colocar una
perla en el dedo medio del guante, anudar el orificio de éste, cortar los extremos distales de los dedos 1 (se conecta al
ambú) y 5 del guante (se conecta al tubo orotraqueal) y se insufla durante 30 segundos con el ambú a fin de que el
contenido gaseoso de la perla sea inhalado. Todas estas medidas buscan producir metahemoglobina para desplazar al
cianuro de la citocromo oxidasa, pero pueden estar asociadas con cefalea, empeoramiento de la hipotensión y disminución
de la capacidad de transporte de oxígeno. Estas complicaciones pueden agravar el cuadro en pacientes intoxicados
simultáneamente con monóxido de carbono, por lo cual no se recomiendan en pacientes provenientes de incendios. [8]
3. Iniciar tiosulfato de sodio (hiposulfito de sodio) al 25% (frasco por 50 mL): administrar 12.5 g intravenosos a razón de
5 mL/min (en niños la dosis es 400 mg/kg, es decir 1.6 mL/kg).
4. Si el paciente llega en la primera hora de la intoxicación por vía oral, realizar lavado gástrico exhaustivo con solución
salina y descartar el contenido rápidamente por el riesgo de intoxicación inhalatoria del personal de salud. Si se realizó
lavado gástrico, suministrar carbón activado y, consecuentemente, catárticos. [8]
5. Si hay inestabilidad hemodinámica, iniciar soporte inotrópico con dopamina o norepinefrina.[8]
6. En caso de acidosis metabólica grave se debe iniciar infusión con bicarbonato de sodio. [8]
7. El antídoto más prometedor es la hidroxicobalamina (5 g para adultos y 70 mg/kg en niños).[8]
Aparte del potencial tóxico del Cianuro de Hidrogeno, también tiene aplicaciones industriales, como en la metalurgia
mediante la creación de otros Cianuros, como el NaCN que se usa para endurecer el acero; incluyendo el procesamiento
industrial del oro, laboratorios químicos, manufactura de plásticos (acrilonitrilo y propionitrilo), pinturas, pegamentos,
solventes, esmaltes y removedores de uñas, papel de alta resistencia, herbicidas, plaguicidas y fertilizantes (cianamida de
hidrógeno). El medicamento vasodilatador nitropusiato libera cianuro cuando se expone a la luz o a través del
metabolismo. Otra fuente importante son los incendios, debido a que la combustión de lana, seda, poliuretano o vinilo
puede liberar cianuro e inducir toxicidad fatal por vía inhalatoria. [7, 8]
7. El impulso de la célula post sináptica sobre la célula pre sináptica.
Las sinapsis químicas poseen una característica importante que las convierte en un elemento muy conveniente para
transmitir la mayor parte de las señales en el sistema nerviosos. Siempre conducen las señales en un solo sentido: es decir,
desde la neurona que segrega la sustancia transmisora, denominada neurona presináptica, hasta la neurona sobre la que
actúa el transmisor, llamada neurona postsináptica. Este es el principio de la conducción unidireccional de las sinapsis
químicas y se aleja bastante de la conducción a través de las sinapsis eléctricas, que muchas veces transmiten señales en
ambos sentidos. [9]

Bibliografía.
1. Arrázola Guillermo, Grané Nuria, Martin L. Ma., Dicenta Federico. Determinación de los compuestos
cianogénicos amigdalina y prunasina en semillas de almendras (Prunus dulcis L.) mediante cromatografía
líquida de alta resolución. Revista Colombiana de Química, vol.43, núm. 3, Bogotá, Colombia, noviembre
2014, [23-30pp] disponible en: http://www.redalyc.org/artículo.oa?id=309042140004
7
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2. H-D. Belitz, W. Grosch, P. Shierberle. Food Chemistry. Springer 2009.Chapter 16. Legumes. German
Research Centre for food Chemistry. [746-761pp.] Disponible en:
https://www.researchgate.net/publication/226958759
3. Valle Vega Pedro, Florentino Lucas Bernardo. Toxicología de Alimentos. Instituto Nacional de Salud
Pública. Centro Nacional de Salud Ambiental. México, D.F. 2000. (ISBN 92 75 37004 4). [66-70pp].
Disponible en: http://www.bvsde.paho.org/eswww/fulltext/toxicolo/toxico/toxico.pdf
4. Amnistía Internacional. Ejecución por inyección letal. Un cuarto de siglo de muertes por envenenamiento a
manos del Estado. Octubre 2007. Índice AI: ACT 50/007/2007. Londres, Reino Unido. Secretariado
Internacional. Traducción de Editorial Amnistía Internacional (EDAI) España. Disponible en:
http://web.amnesty.org/library/Index/ESLACT500072007
5. Jiménez Arellano Adelina, Cruz Mayte Lourdes, Medina Reyes Liz Jannet, Pérez Muñoz Carlos, Cedillo
Camarillo Laura, et. al. Manual de Laboratorio de Toxicología. UNAM. Facultad de Química.
Departamento de Farmacia. C. U. México, D. F., 2001. [26-30pp] Disponible en:
http://depa.fquim.unam.mx/Toxicologia/manual%20de%20toxi.pdf
6. Castro D. Gerardo. Bhopal, un alerta al uso de sustancias químicas peligrosas en escala industrial. Centro
de Investigaciones Toxicológicas. CEITOX (CITEFA-CONICET) Buenos Aires, Argentina. Disponible en:
http://www.bvsde.paho.org/bvstox/e/fulltext/bhopal/bhopal.pdf
7. Rodríguez Javier. La química como Armamento. Fundamentos de química. 1° Física 01. [12-13pp].
Disponible en: http://www.ehu.eus/zorrilla/juanma/ARMAS/Armamento.pdf
8. Guía para el manejo del paciente intoxicado. 4°ed. 2009. Editores: Peña Lina M., Parra Sergio, Rodríguez
Carlos A., Zuluaga Andrés F. Departamento de Farmacología y Toxicología Clínica. Facultad de Medicina.
Universidad de Antioquia. (ISBN-13: 978-958-44-4481-3) Impreso en Medellín Colombia. Disponible en:
http://www.urgentools.es/Archivos/GuiaToxicologiaActualizadas2009.pdf
9. Hall John. Tratado de Fisiología Médica. 12° ed. 2011. España. Elsevier. [547pp.]

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