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TEMA 11.

LA CONSTRUCCIÓN Y
CONSOLIDACIÓN DEL
ESTADO LIBERAL

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1. Manifiesto de Abrantes, 1 de octubre de 1833
“No ambiciono el trono; estoy lejos de codiciar bienes caducos; pero la religión, la observancia
y cumplimiento de la ley fundamental de sucesión y la singular obligación de defender los
derechos imprescriptibles de mis hijos y todos los amados consanguíneos, me esfuerzan a
sostener y defender la corona de España del violento despojo que de ella me ha causado una
sanción tan ilegal como destructora de la ley que legítimamente y sin alteración debe ser
perpetuada. Desde el fatal instante en que murió mi caro hermano (que santa gloria haya),
creíse habrían dictado en mi defensa las providencias oportunas para mi reconocimiento; y si
hasta aquel momento habría sido traidor el que lo hubiese intentado, ahora será el que no jure
mis banderas, a los cuales, especialmente a los generales, gobernadores y demás autoridades
civiles y militares, haré los debidos cargos, cuando la misericordia de Dios, si así conviene, me
lleve al seno de mi amada patria, y a la cabeza de los que me sean fieles. Encargo
encarecidamente la unión, la paz y la perfecta caridad. No padezca yo el sentimiento de que
los católicos españoles que me aman, maten, injurien, roben ni cometan el más mínimo
exceso. El orden es el primer efecto de la justicia; el premio al bueno y sus sacrificios, y el
castigo al malo y sus inicuos secuaces es para Dios y para la ley, y de esta suerte cumplen lo
que repetidas veces he ordenado.
Abrantes, 1 de octubre de 1833. Carlos María Isidro de Borbón”.

2. Mapa de la Primera Guerra Carlista (1833-1840)

3. Convenio de Vergara,1839.
Artículo 1.°. El capitán general, don Baldomero Espartero, recomendará con interés al Gobierno
el cumplimiento de su oferta de comprometerse formalmente a proponer a las Cortes la
concesión o modificación de los fueros.
Articulo 2.° Serán reconocidos los empleos, grados y condecoraciones de los generales, jefes,
oficiales y demás individuos dependientes del ejército del Teniente general don Rafael Maroto,
quien presentará las relaciones con expresión de las armas a que pertenecen, quedando en

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libertad de continuar sirviendo, defendiendo la Constitución de 1837, el trono de Isabel II y la
regencia de su augusta madre, o bien de retirarse a sus casas los que no quieran seguir con las
armas en la mano.
Artículo 3.° Los que adopten el primer caso (…) tendrán colocación en los cuerpos del
ejército(…).
Artículo 4.° Los que prefieran retirarse a sus casas, siendo generales o brigadieres obtendrán su
cuartel para donde lo pidan, con el sueldo que por el reglamento les corresponda (…)
Cuartel General de Vergara a 31 de agosto de 1839.”

4. Grabado del Abrazo de Vergara, 1839.

5. Estatuto Real, 1834


“Art. 2. Las Cortes generales se compondrán de dos estamentos: el de Próceres del Reino, y el
de Procuradores del Reino.
Art. 3. El Estamento de próceres del Reino se compondrá:
1. De muy reverendos arzobispos y reverendos obispos.
2. De grandes de España.
3. De títulos de Castilla.
4. De un número indeterminado de españoles [...] que sean o hayan sido secretarios del
Despacho, embajadores [...], generales de mar o de tierra [...].
5. De los propietarios territoriales o dueños de fábricas, manufacturas o
establecimientos 6 mercantiles que reúnan a su mérito personal [...] el poseer una renta
anual de sesenta mil reales [...].
Art. 7. El Rey elige y nombra los demás Próceres del Reino, cuya dignidad es vitalicia.
Art. 13. El Estamento de procuradores del Reino se compondrá de las personas que se nombren
con arreglo a la ley de elecciones.
Art. 14. Para ser Procurador del Reino se requiere: [...]
3. Estar en posesión de una renta propia anual de doce mil reales.
Art. 24. Al Rey toca exclusivamente convocar, suspender y disolver las Cortes [...].
Art. 31. Las Cortes no podrán deliberar sobre ningún asunto que no se haya sometido
expresamente a su examen en virtud de un Decreto Real.
Art. 33. Para la formación de las leyes se requiere la aprobación de uno y otro Estamento y la
sanción del rey.
En Aranjuez, a 10 de abril de 1834.”

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6. Grabado: Motín o Sargentada de La Granja, 1836.

7. Decreto desamortizador de Mendizábal, 1836.


“Atendiendo a la necesidad y conveniencia de disminuir la deuda pública consolidada, y de
entregar al interés individual la masa de bienes raíces, que han venido a ser propiedad de la
Nación, a fin de que la agricultura y el comercio saquen de ellos las ventajas que no podrían
conseguirse por entero en su actual estado (...) conformándome con lo propuesto por el Consejo
de Ministros, en nombre de mi excelsa hija la reina doña Isabel II, he venido en decretar lo
siguiente:
Artículo 1. Quedan declarados en venta desde ahora todos los bienes raíces de cualquier clase
que hubiesen pertenecido a las comunidades y corporaciones religiosas extinguidas y los demás
que hayan sido adjudicados a la Nación por cualquier título o motivo (...)
Artículo 2. Se exceptúan de esta medida general los edificios que el gobierno destine para el
servicio público o para conservar los monumentos de las artes, o para honrar la memoria de
hazañas nacionales. El mismo gobierno publicará la lista de los edificios que con este objeto
deben quedar excluidos de la venta pública.
Art. 3. Se formará un reglamento sobre el modo de proceder a la venta de esos bienes,
manteniendo en cuanto fuese conveniente y adaptable a las circunstancias actuales el que
decretaron las Cortes en 3 de septiembre de 1820, y añadiendo las reglas oportunas para la
ejecución de las medidas siguientes […]”
Gaceta de Madrid, 21 de febrero de 1836.

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8. Mapa con el valor de los bienes expropiados en la Desamortización de
Mendizábal, 1836.

9. Constitución de 1837.
“Doña Isabel II, por la gracia de Dios y la Constitución de la Monarquía Española, Reina de las
Españas, y en su Real nombre, y durante su menor edad, la Reina Viuda su Madre Doña María
Cristina de Borbón, (…) sabed: Que las Cortes generales han decretado y sancionado, y Nos de
conformidad aceptado, lo siguiente:
Siendo la voluntad de la Nación revisar, en uso de su soberanía, la Constitución política
promulgada en Cádiz el 19 de Marzo de 1812, las Cortes generales, congregadas a este fin,
decretan y sancionan la siguiente CONSTITUCIÓN DE LA MONARQUÍA ESPAÑOLA: (…)
Art. 2º. Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa
censura, …
Art. 4º. Unos mismos Códigos regirán en toda la Monarquía, y en ellos no se establecerá más que
un solo fuero para todos los españoles…
Art. 9º. Ningún español puede ser procesado ni sentenciado sino por el juez o tribunal
competente….
Art. 11. La Nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la religión católica que profesan
los españoles.
Art. 12. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Art. 13. Las Cortes se componen de dos Cuerpos Colegisladores, iguales en facultades: el
Senado y el Congreso de Diputados.
Art. 15. Los Senadores son nombrados por el Rey a propuesta, en lista triple, de los electores que

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en cada provincia nombran los Diputados a Cortes.
Art. 22. Los Diputados se elegirán por el método directo, y podrán ser reelegidos indefinidamente.
Art. 45. La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey, y su autoridad se extiende a
todo cuanto conduce a la conservación del orden público en lo interior y a la seguridad del Estado
con lo exterior, conforme a la Constitución y a las leyes.
Art. 46. El Rey sanciona y promulga las leyes.
Art. 63. A los Tribunales y Juzgados pertenece exclusivamente la potestad de aplicar las leyes en
los juicios civiles y criminales, sin que puedan ejercer otras funciones que las de juzgar y hacer
que se ejecute lo juzgado.
Palacio de la Cortes en Madrid a 8 de Junio del año de 1837. D. José María Calatrava,
Presidente del Consejo de Ministros.”

10. Proclama de Espartero como regente del reino, 1841.


“ESPAÑOLES: Vivíais hace pocos días en las dulzuras de una paz conquistada con vuestra
sangre y vuestra valentía; gozabais todos los beneficios de una constitución, cuyo triunfo
asegurasteis del modo más firme; bajo los auspicios de un Gobierno celoso, observante de las
leyes, veíais cerrarse poco a poco las llagas abiertas por una guerra destructora, renacer la
industria, fomentarse la agricultura, las artes y el comercio; abrirse, en fin, mil fuentes de
prosperidad, recompensa debida a tan nobles sacrificios. [...] A las armas, españoles: resuene,
pues que así lo quieren, en toda la Península el grito de la guerra. Ármese y apróntese la Milicia
Nacional, y mantenga la tranquilidad y el orden público, mientras no sea necesario llamarla al
campo del honor, y unida con el valiente ejército dispute las palmas del combate. Oíd ahora más
que nunca la voz de vuestros 8 jefes, de vuestros magistrados. Vivid más que nunca sumisos a
las leyes, seguros de que ha llegado la hora de vuestra regeneración completa, de ocupar entre
los pueblos libres, entre las Potencias civilizadas de la Europa el puesto que os asignan vuestro
poder, vuestro valor y vuestra gloria”.
Proclama del general Espartero, 18 de octubre de 1841.”

11. Caricatura: Espartero cobra de los ingleses por sus medidas


librecambistas (El Republicano, 1842)

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12. Constitución de 1845
"Doña Isabel II, por la gracia de Dios y de la Constitución de la Monarquía española... hemos
venido, en unión y de acuerdo con las Cortes actualmente reunidas, en decretar y sancionar la
siguiente Constitución...
CONSTITUCIÓN DE LA MONARQUÍA ESPAÑOLA
Art. 2. Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa censura,
con sujeción a las leyes. [...]
Art. 11. La Religión de la Nación española es la Católica, Apostólica, Romana. El Estado se
obliga a mantener el culto y sus ministros.
Art. 12. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Art. 13. Las Cortes se componen de dos Cuerpos Colegisladores, iguales en facultades: el
Senado y el Congreso de los Diputados.
Art. 14. El número de senadores es ilimitado: su nombramiento pertenece al Rey. [...]
Art. 15. Sólo podrán ser nombrados senadores los españoles que, además de tener treinta años
cumplidos, pertenezcan a las clases siguientes: [...] Ministros, Consejeros, Arzobispos, Obispos,
Grandes de España, Capitanes generales del Ejército[...] Deberán además disfrutar de 30.000
reales de renta[...]
Art. 22. Para ser Diputado se requiere ser español, del estado seglar, haber cumplido veinticinco
años, disfrutar la renta procedente de bienes raíces, o pagar por contribuciones directas la
cantidad que la ley electoral exija...
Art. 43. La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey, [...]
Art. 66. A los Tribunales y Juzgados pertenece exclusivamente la potestad de aplicar las leyes
en los juicios civiles y criminales; [...]
Art. 71. La justicia se administra en nombre del Rey.”

13. Isabel II jurando la Constitución. J. Castelaro.

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14. Manifiesto de Manzanares, 6 de julio de 1854
“Españoles: La entusiasta acogida que va encontrando en los pueblos el Ejército liberal; el
esfuerzo de los soldados que le componen, tan heroicamente mostrado en los campos de
Vicálvaro; el aplauso con que en todas partes ha sido recibida la noticia de nuestro patriótico
alzamiento, aseguran desde ahora el triunfo de la libertad y de las leyes que hemos jurado
defender. Dentro de pocos días, la mayor parte de las provincias habrá sacudido el yugo de los
tiranos; el Ejército entero habrá venido a ponerse bajo nuestras banderas, que son las leales; la
nación disfrutará los beneficios del régimen representativo, por el cual ha derramado hasta ahora
tanta sangre inútil y ha soportado tan costosos sacrificios. Día es, pues, de decir lo que estamos
resueltos a hacer en el de la victoria. Nosotros queremos la conservación del trono, pero sin
camarilla que lo deshonre; queremos la práctica rigurosa de las leyes fundamentales,
mejorándolas, sobre todo la electoral y la de imprenta; queremos la rebaja de los impuestos,
fundada en una estricta economía; queremos que se respeten en los empleos militares y civiles la
antigüedad y los merecimientos; queremos arrancar los pueblos a la centralización que los
devora, dándoles la independencia local necesaria para que conserven y aumenten sus intereses
propios, y como garantía de todo esto queremos y plantearemos, bajo sólidas bases, la Milicia
Nacional. Tales son nuestros intentos, que expresamos francamente, sin imponerlos por eso a la
nación. Las Juntas de gobierno que deben irse constituyendo en las provincias libres; las Cortes
generales que luego se reúnan; la misma nación, en fin, fijará las bases definitivas de la
regeneración liberal a que aspiramos. Nosotros tenemos consagradas a la voluntad nacional
nuestras espadas, y no las envainaremos hasta que ella esté cumplida. Cuartel general de
Manzanares, a 6 de julio de 1854. El general en jefe del Ejército constitucional, Leopoldo
O'Donnell, conde de Lucena.”

15. Episodio de la revolución de 1854 en la Puerta del Sol. Eugenio Lucas


Velázquez.

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16. Desamortización de Madoz, 1855
“1. Se declaran en estado de venta, con arreglo a las prescripciones de la presente ley, [...] todos
los predios rústicos y urbanos [...] pertenecientes: al Estado, al clero, a las órdenes militares [...],
a los propios y comunes de los pueblos, a la beneficencia [...], y cualesquiera otros
pertenecientes a manos muertas [...].
3. Se procederá a la enajenación de todos y cada uno de los bienes mandados vender por esta
ley, sacando a pública licitación las fincas o sus suertes [...].
6. Los compradores de las fincas o suertes quedan obligados al pago en metálico de la suma en
que se les adjudiquen [...].
Título III. Inversión de los fondos procedentes de la venta de los bienes
[...]
12. Los fondos que se recauden a consecuencia de las ventas realizadas [...], se destinan a los
siguientes objetos, a saber:
1. A que el gobierno cubra, por medio de una operación de crédito, el déficit del presupuesto del
Estado, si lo hubiere en el año corriente.
2. El 50 por 100 de lo restante, y en años sucesivos del total de los ingresos, a la amortización de
la Deuda Pública [...].
3. El 50 por 100 restante a obras públicas de interés y utilidad general [...].
Aranjuez, a 1 de mayo de 1855. Yo, la Reina. El Ministro de Hacienda, Pascual Madoz”

17. Mapa con el valor de los bienes expropiados en la desamortización de


Madoz, 1855.

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18. Mapa de la evolución de la construcción del ferrocarril durante el
reinado de Isabel II.

19. Pacto de Ostende, 4 de noviembre de 1866.


“1º Que el objeto y bandera de la revolución en España es la caída de los Borbones.
2º Que siendo para los demócratas un principio esencial de su dogma político el sufragio
universal, y admitiendo los progresistas el derecho moderno constituyente del plebiscito, la base
para la inteligencia de los dos partidos fuera que por un plebiscito o por unas Cortes
constituyentes elegidas por sufragio universal, se decidiría la forma de gobierno que se había de
establecer en España (…), en la inteligencia de que, hasta que así se decidiera, había de ser
absoluta la libertad de imprenta, y sin ninguna limitación el derecho de reunión, para que la
opinión nacional pudiese ilustrarse y organizarse convenientemente (…).
3º Que se reconocía como jefe y director militar del movimiento al general Prim, que podría
emplear en lo que juzgare conveniente, a los presentes y sus amigos.
Manifiesto de don Carlos María de la Torre sobre lo que se acordó en el Pacto de Ostende en
1866.”

20. Dibujo: La Noche de San Daniel en la Puerta del Sol, 1865.

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21. Manifiesto de España con honra, 19 de septiembre de 1868.
“Españoles: La ciudad de Cádiz, puesta en armas con toda su provincia, con la armada anclada
en el puerto... declara solemnemente que niega su obediencia al gobierno que reside en Madrid,
segura de que es leal interprete de todos los ciudadanos que no hayan perdido el sentimiento de
la dignidad, y resuelta a no deponer las armas hasta que la Nación recobre su soberanía,
manifieste su voluntad y se cumpla. Hollada la ley fundamental, corrompido el sufragio por la
amenaza y el soborno, muerto el municipio, pasto de la administración y la hacienda de la
inmoralidad, tiranizada la enseñanza, muda la prensa... Queremos una legalidad común, por
todos creada; queremos vivir la vida de la honra y la libertad. Queremos que un gobierno
provisional, que represente todas las fuerzas vivas del país, asegure el orden, en tanto que el
sufragio universal echa los cimientos de nuestra regeneración social y política. Contamos con el
concurso de todos los liberales, con el apoyo de las clases acomodadas, que no querrán que el
fruto de sus sudores siga enriqueciendo la interminable serie de favoritos; con los amantes del
orden, con los ardientes partidarios de las libertades individuales, con el apoyo de los ministros
de altar, con el pueblo todo y con aprobación, en fin, de la Europa entera... Españoles: acudid
todos a las armas, único medio de economizar la efusión de sangre. Sed, como siempre,
valientes y generosos. La única esperanza de nuestros enemigos consiste ya en los excesos a
que desean vernos entregados... ¡Viva España con honra!
Cádiz, 19 de septiembre de 1868. Duque de la Torre, Juan Prim, Domingo Dulce, Francisco
Serrano, Ramón Nouvillas, Rafael Primo de Rivera, Antonio Caballero de Rodas, Juan Topete.”

22. Mapa: Desarrollo de la Revolución de 1868.

23. Constitución de 1869.


“La Nación Española y en su nombre las Cortes Constituyentes elegidas por sufragio universal,
deseando afianzar la justicia, la libertad y la seguridad y proveer el bien de cuantos vivan en
España, decretan y sancionan (...)
Art. 2º. Ningún español ni extranjero podrá ser detenido ni preso sino por causa de delito.
Art. 3º. Todo detenido será puesto en libertad o entregado a la autoridad judicial dentro de las
veinticuatro horas siguientes al acto de su detención (...)

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Art 4º. Ningún español podrá ser preso sino en virtud de mandamiento de juez competente (...)
Art. 21. La Nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la religión católica. El ejercicio
público o privado de cualquiera otro culto queda garantizado a todos los extranjeros residentes en
España, sin más limitaciones que las reglas universales de la moral y del derecho. Si algunos
españoles profesaren otra religión que la católica, es aplicable a los mismos todo lo dispuesto en
el párrafo anterior.
Art. 26. A ningún español que esté en el pleno goce de sus derechos civiles podrá impedirse salir
libremente del territorio, ni trasladar su residencia y haberes a país extranjero, salvo las
obligaciones de contribuir al servicio militar o al mantenimiento de las cargas públicas.
Art. 32. La soberanía reside esencialmente en la nación, de la cual emanan todos los poderes.
Art. 33. La forma de Gobierno de la Nación española es la Monarquía.
Art. 34. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes.(..)
Art. 35. El poder ejecutivo reside en el Rey, que lo ejerce por medio de sus ministros.
Art. 36. Los Tribunales ejercen el poder judicial.”

24. Caricatura “Se colocan reyes”, publicada en la revista satírica “La


Flaca”, 10 de julio de 1869.

25. Abdicación de Amadeo I, 11 de febrero de 1873.


“Al Congreso: Grande fue la honra que merecí de la Nación española eligiéndome para ocupar el
trono, honra tanto por mi más apreciada, cuanto que se me ofrecía rodeada de las dificultades y
peligros que lleva consigo la empresa de gobernar un país tan hondamente perturbado. [...].
Conozco que me engañó mi buen deseo. Dos años largos ha que ciño la corona de España y la
España vive en constante lucha, viendo cada día más lejana la era de paz y de ventura que tan
ardientemente anhelo. Si fuesen extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de
estos soldados tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los que
con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la nación, son
españoles, todos invocan el dulce nombre de la Patria, todos pelean y se agitan por su bien; y
entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos,
entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible atinar cuál es la
verdadera y más imposible todavía hallar el remedio para tamaños males. Lo he buscado

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ávidamente dentro de la ley, y no lo he hallado. Fuera de la ley no ha de buscarlo quien ha
prometido observarla. Nadie achacará a flaqueza de ánimo mi resolución. No habría peligro que
me moviera a desceñirme la corona si creyera que la llevaba en mis sienes para bien de los
españoles; ni causó mella en mi ánimo el que corrió la vida de mi augusta esposa, que en este
solemne momento manifiesta como yo el que en su día se indulte a los autores de aquel
atentado. Pero tengo hoy la firmísima convicción de que serían estériles mis esfuerzos e
irrealizables mis propósitos. Estas son, Señores Diputados, las razones que me mueven a
devolver a la Nación, y en su nombre a vosotros, la Corona que me ofreció el voto nacional
haciendo de ella renuncia por mí, por mis hijos y sucesores. Estad seguros de que al
desprenderme de la Corona no me desprendo del amor a esta España, tan noble como
desgraciada, y de que no llevo otro pesar que el de no haberme sido posible procurarle todo el
bien que mi leal corazón para ella apetecía.
Amadeo de Saboya. Palacio de Madrid, 11 de febrero de 1873.”

26. Caricatura: Amadeo de Saboya, “Ahí queda eso”, en “La Carcajada”,


1873.

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27. Amadeo I de Saboya ante el cadáver del general Prim.

28. Proclamación de la República, 1 de octubre de 1873


“La República vino por donde menos esperábamos. De la noche a la mañana, Amadeo de
Saboya, que en dos años no había logrado hacerse simpático al país ni dominar el creciente
oleaje de los partidos, resuelve abdicar por sí y por sus hijos la corona de España.
Vacío el trono, mal preparadas aún las cosas para la restauración de los Borbones, sin más
príncipes a los que volver los ojos, los hombres políticos sin distinción de bandos ven casi todos
como una necesidad la proclamación de la República. Resueltos a establecerla, se hallaban ya
los que la habían previsto y tal vez acelerado el suceso. […]
Al abrirse la sesión del Congreso la tarde del 10 de febrero de 1873, las resistencias están ya
vencidas; las que aún subsisten ceden al primer ímpetu de radicales y republicanos. Se declara el
Congreso en sesión permanente, y a la tarde del 11, leída la abdicación del rey, se refunden en
una sola asamblea las dos Cámaras y casi sin debate aceptan la República.
¿Qué República era la proclamada? Ni la federal ni la unitaria. Había mediado acuerdo entre los
antiguos y modernos republicanos y habían convenido en dejar a unas Cortes Constituyentes la
definición y la organización de la nueva forma de Gobierno. La federación de abajo arriba era
desde entonces imposible: no cabía sino la que determinasen, en el caso de adoptarla, las
futuras Cortes.
Pi y Margall: El reinado de Amadeo de Saboya y la República de 1873”.

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29. Caricatura del Sexenio democrático: “Desde Alcolea a Sagunto pasando
por varios puntos”.

30. Manifiesto de Sandhurst, 1 de diciembre de 1874


“He recibido de España un gran número de felicitaciones con motivo de mi cumpleaños. Cuantos
me han escrito muestran igual convicción de que sólo el restablecimiento de la Monarquía
Constitucional puede poner término a la incertidumbre que experimenta España. Dícenme que
antes de mucho estarán conmigo todos los de buena fe sean cuales fueren sus antecedentes
políticos, comprendiendo que no pueden tener exclusiones ni de un monarca nuevo y
desapasionado, ni de un régimen que represente la unión y la paz... Por virtud de la espontánea y
solemne abdicación de mi augusta madre, tan generosa como infortunada, soy único
representante yo del derecho monárquico en España... Por todo esto, sin duda, lo único que
inspira ya confianza en España es una Monarquía hereditaria y representativa. En el entretanto,
no sólo está hoy por tierra todo lo que en 1868 existía... Si de hecho se halla abolida la
Constitución de 1845, hállase de hecho abolida la que en 1869 se formó sobre la base inexistente
de la Monarquía... No hay que esperar que decida yo nada de plano y arbitrariamente... Llegado
el caso, fácil será que se entiendan un príncipe leal y un pueblo libre... Sea la que quiera mi
propia suerte, ni dejaré de ser buen español, ni, como todos mis antepasados, buen católico, ni,
como hombre del siglo, verdaderamente liberal.”
Alfonso de Borbón, Sandhurst, 1 de diciembre de 1874.

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31. Caricatura: Pronunciamiento del general Arsenio Martínez Campos en
Sagunto, publicada en la revista satírica “La Madeja”, 5 de febrero de 1875.

32. Constitución de 1876.


“Art. 11. La religión Católica, Apostólica, Romana, es la del Estado. La Nación se obliga a
mantener el culto y sus ministros. Nadie será molestado en territorio español por sus opiniones
religiosas, ni por el ejercicio de su respectivo culto, salvo el respeto debido a la moral cristiana.
No se permitirán, sin embargo, otras ceremonias ni manifestaciones públicas que las de la
religión del Estado.
Art. 13. Todo español tiene derecho: De emitir libremente sus ideas y opiniones, ya de palabra, ya
por escrito, valiéndose de la imprenta o de otro procedimiento semejante, sin sujeción a la
censura previa. De reunirse pacíficamente. De asociarse para los fines de la vida humana. De
dirigir peticiones individual o colectivamente al Rey, a las Cortes y a las autoridades. El derecho
de petición no podrá ejercerse por ninguna clase de fuerza armada.
Art. 18. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Art. 19. Las Cortes se componen de dos Cuerpos Colegisladores, iguales en facultades: el
Senado y el Congreso de los Diputados.
Art. 20. El Senado se compone:
1°.- De senadores por derecho propio.
2°.- De senadores vitalicios nombrados por la Corona.
3°.- De senadores elegidos por las corporaciones del Estado y mayores contribuyentes en la
forma que determine la ley [...].
Art. 27. El Congreso de los Diputados se compondrá de los que nombren las juntas electorales,
en la forma que determine la ley. Se nombrará un diputado, a lo menos, por cada cincuenta mil
almas de población.
Art. 28. Los Diputados se elegirán y podrán ser reelegidos indefinidamente por el método que
determine la ley.
Art. 50. La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey, y su autoridad se extiende a
todo cuanto conduce a la conservación del orden público en el interior y a la seguridad del Estado
en la exterior, conforme a la Constitución y a las leyes.
Art. 51. El Rey sanciona y promulga las leyes.
Art. 75. Unos mismos Códigos regirán en toda la Monarquía, sin perjuicio de las variaciones que

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por particulares circunstancias determinen la leyes. En ellos no se establecerá más que un solo
fuero para todos los españoles en los juicios civiles y criminales. (...)”.
Madrid, 30 de junio de 1876.

33. Discurso de Cánovas del Castillo, 1890.


“Yo creo que el sufragio universal si es sincero, si da un verdadero voto en la gobernación del
país a la muchedumbre, no solo indocta, que eso sería casi lo menos, sino a la muchedumbre
miserable y mendiga, ha de ser el triunfo del comunismo y la ruina del principio de propiedad […].
Escójase, pues, entre la permanente falsificación del sufragio universal o su supresión si no se
quiere tener que elegir entre la existencia y la desaparición de la propiedad […]. Cuando las
minorías inteligentes, que serán siempre las minorías propietarias, encuentren que es imposible
mantener en la igualdad de derechos con ellos a la muchedumbre; cuando vea que la
muchedumbre se prevalece de los derechos políticos que se han dado […] buscarán dondequiera
la dictadura y la encontrarán.”
Antonio Cánovas del Castillo: Discurso, Congreso de los Diputados, 1890.

34. Memoria de mi administración en la provincia de Málaga como


gobernador de ella, A. Guerola.
“Llego al fin a la enojosa tarea de reseñar mis trabajos en las elecciones, que es lo más
desagradable de las tareas de un gobernador. Se exige de él que sea honrado, leal y justo, y que
gane, sin embargo, las elecciones. Al que las pierde se le califica de inepto y le cuesta el destino.
Al que para ganarlas comete violencias o imprudencias, se le tilda de bárbaro; si las violencias
son justiciables, los vencidos le encausan, le difaman en los periódicos y le suscitan toda clase de
disgustos. ¡Triste conflicto!
Yo seguí siempre el sistema de favorecer la candidatura del gobierno, pero con prudencia, con
decoro y sin faltar a la justicia, a la ley y a la honradez.”
A. Guerola: Memoria de mi administración en la provincia de Málaga como gobernador (1857-
1863).

35. Discurso del diputado Merelles, 1881.


“En el distrito de Leiro lucha otro candidato liberal […]. Allí se cambia de local en los momentos
de empezar la lección y para entrar en el colegio hay que subir por una escalera de mano. Al
primer elector que sube se le rompe la cabeza con un palo: se reclama el auxilio del juez
municipal y de la Guardia Civil y, negado éste, y precedidos de un notario que da fe de tan
brutales hechos, los electores se retiran. La Diputación dice que esto no afecta a la elección y
que el verdadero diputado es el ministerial”.

36. España tal como es, 1886.


“Para hacer las listas de electores se ponen en ellas algunos nombres verdaderos perdidos entre
una multitud de imaginarios y, sobre todo, de difuntos. La representación de estos últimos se da
siempre a agentes disfrazados de paisano para ir a votar. El autor de estas líneas ha visto
repetidas veces que su padre, fallecido ya hace algunos años, iba a depositar su voto en la urna
bajo la figura de un barrendero de la ciudad o de un sabueso de policía, vestido con un traje
prestado. Los individuos que componen las mesas de los colegios electorales presencian muy a
menudo semejantes transmigraciones de las almas de sus propios padres.”
V. Almirall: España tal como es, 1886.

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37. Caricatura satírica: Cánovas enseña a leer a Sagasta.

38. Caricatura de Sagasta en la revista “La Flaca”.

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39. Manifiesto fundacional del PSOE, 20 de julio de 1879.
“Considerando que esta sociedad es injusta, porque divide a sus miembros en dos clases
desiguales y antagónicas: una, la burguesía, que, poseyendo los instrumentos de trabajo, es la
clase dominante; otra, el proletariado, que, no poseyendo más que su fuerza vital, es la clase
dominada. Que la sujeción económica del proletariado es la causa primera de la esclavitud en
todas sus formas: la miseria social, el envilecimiento intelectual y la dependencia política. Que los
privilegios de la burguesía están garantizados por el Poder Político, del cual se vale para dominar
al proletariado. Considerando que la necesidad, la razón y la justicia, exigen que la desigualdad y
el antagonismo entre una y otra clase desaparezcan, reformando o destruyendo el estado social
que tiene sumidos en la más espantosa miseria a los que emplean toda su vida en producir la
riqueza que poseen los que muy poco o nada son útiles a la sociedad; (...) El Partido Socialista
tiene por aspiración: Primero.-La posesión del poder político por la clase trabajadora Segundo.-La
transformación de la propiedad individual o corporativa de los instrumentos de trabajo( la tierra,
las minas, los transportes, las fábricas, etc.) en propiedad común de la sociedad entera. (...) En
suma el ideal del Partido Socialista es la completa emancipación de la clase trabajadora. Es
decir, la abolición de todas las clases sociales y su conversión en una sola de trabajadores libres
e iguales, honrados e inteligentes (...)”
Manifiesto fundacional del Partido Socialista Obrero Español (20 de julio de 1879)

40. Congreso obrero de Barcelona, 1870.


“Hemos dicho que somos internacionales; que deseamos la abolición de la propiedad individual;
que deseamos que los instrumentos del trabajo pertenezcan a las sociedades obreras y que
deseamos la abolición del derecho de herencia; no debemos ser de ningún partido político, y si
no, a vosotros todos delegados pregunto: ¿sabéis que algún partido político haya dicho que
aceptaba las ideas de la Internacional? Pues si no aceptan nuestras ideas, ¿con qué derecho
pretenden que vayamos a ayudarlos? Y si ellos aceptan la emancipación social de los
trabajadores, ¿por qué no vienen con nosotros?, ¿por qué no son internacionales? […]
Si nosotros declaramos la abolición completa de todos los Estados ¿creéis que un internacional
pueda convertirse en un instrumento autoritario? No, sino que debe abolir el Estado y si no puede
abolirlo, no puede ni debe ir a las Cortes. Nosotros que anhelamos la destrucción completa de
todos los gobiernos autoritarios y el triunfo de la libre federación de las libres asociaciones
obreras, […] debemos procurar por todos los medios posibles hacer política obrera […] y estad
seguros que una vez nosotros nos hayamos reunido bajo la bandera del Trabajo no es necesario
ocupar ningún puesto en el municipio, ni en la diputación provincial, ni en la diputación a Cortes,
porque una vez en mayoría, la revolución social vendrá y entonces haremos política para
establecer o realizar la liquidación social.”

41. Jura de la Constitución por la reina regente María Cristina, 1897.


Francisco Jover y Joaquín Sorolla.

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42. Oligarquía y caciquismo, 1889.
“En España las elecciones no son más que una farsa. Lo mismo si el sufragio es universal que
restringido, nunca hay más que un solo y único elector: el ministro de la Gobernación. Éste con
sus gobernadores de provincia y el innumerable ejército de empleados de todas clases [...]
prepara, ejecuta y consuma las elecciones, de cualquier especie que sean, desde el fondo de su
despacho, situado en el centro de Madrid. Para hacer las listas de electores se ponen en ellas
algunos nombres verdaderos perdidos entre una multitud de imaginarios, y sobre todo de
difuntos. La representación de estos últimos se da siempre a agentes disfrazados de paisano
para ir a votar. El autor de estas líneas ha visto repetidas veces que su padre, fallecido ya
algunos años, iba a depositar su voto en la urna bajo la figura de un barrendero, o de un policía.
Los individuos que componen las mesas de los colegios electorales presencian muy a menudo
semejantes transmigraciones de las almas de sus propios padres. Este sistema de elecciones por
medio de la resurrección de los muertos y los agentes de policía vestidos de paisano no es, sin
embargo, lo peor de los medios empleados para falsear el sufragio por nuestros pretendidos
defensores del parlamentarismo y del sistema representativo. Apresurémonos a decir que
ordinariamente no se detienen en esas apariencias de humano respeto, y que lo que hacen es
pura y sencillamente aumentar el número de votos hasta tener asegurada la elección del
candidato adicto.”
V. Almirall: España tal como es, 1889.

43. Oligarquía y caciquismo, 1901.


“No es, no es nuestra forma de gobierno un régimen parlamentario, viciado por corruptelas y
abusos, según es uso entender, sino, al contrario, un régimen oligárquico, servido, que no
moderado, por instituciones aparentemente parlamentarias. O, dicho de otro modo, no es el
régimen parlamentario la regla, y excepción de ella los vicios y las corruptelas denunciadas en la
prensa y en el Parlamento mismo durante sesenta años; al revés, eso que llamamos
desviaciones y corruptelas constituyen el régimen, son la misma regla. […]
Nos enseña, en primer lugar, que el problema de la libertad, que el problema de la reforma
política no es el problema ordinario de un régimen ya existente, falseado en la práctica, pero
susceptible de sanearse con depurativos igualmente ordinarios, sino que es un hecho, y
positivamente, todo un problema constitucional de cambio de forma de gobierno; que se trata
nada menos que de una revisión del movimiento revolucionario de 1868, y, más aún, de la
revolución misma de todo el siglo XIX […]
Nos enseña, en segundo lugar, que mientras esa revolución no se haga, que mientras
soportemos la actual forma de gobierno, será inútil que tomemos las leyes en serio […].
[…] Los elementos componentes de nuestro régimen oligárquico son tres: 1º Los oligarcas (los
llamados primates) prohombres o notables de cada bando, que forman su “plana mayor”
residentes ordinariamente en el centro. 2º Los caciques, de primero, segundo o ulterior grado,
diseminados por el territorio. 3º El gobernador civil, que les sirve de órgano de comunicación y de
instrumento. A esto se reduce fundamentalmente todo el artificio […].
Oligarcas y caciques constituyen lo que solemos denominar clase directora o gobernante,
distribuida o encasillada en “partidos”.
En las elecciones no es el pueblo, sino las clases conservadoras y gobernantes, quienes
falsifican el sufragio y corrompen el sistema, abusando de su posición, de su riqueza, de los
resortes de la autoridad y del poder que, para dirigir desde él a las masas […]”.

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44. Caricatura satírica: “Pardillo razonable”.

45. Las Bases de Manresa, 1892


“Base 1ª. Sus atribuciones. Estarán a cargo del poder central: las relaciones internacionales, el
ejército, las relaciones económicas de España con los demás países, la fijación de los aranceles,
la construcción de carreteras, ferrocarriles, canales y puertos que sean de interés general, la
resolución de los conflictos interregionales, la formación del presupuesto anual de gastos que se
distribuirá entre las regiones en proporción a su riqueza...
Base 3ª. La lengua catalana será la única que con carácter oficial podrá usarse en Cataluña y en
las relaciones de esta región con el Poder Central
Base 4º. Únicamente los catalanes, ya lo sean por nacimiento o bien por naturalización podrán
desempeñar cargos públicos en Cataluña...
Base 6ª. Cataluña será soberana de su gobierno interior y por tanto dictará libremente sus leyes
orgánicas, tendrá a su cargo la legislación civil, penal, mercantil, administrativa y procesal, el
establecimiento y la recaudación de impuestos; la acuñación de moneda, y tendrá todas las
atribuciones inherentes a la soberanía que no correspondan al gobierno central según la base 1ª
Base 7ª. El poder legislativo regional residirá en las Cortes catalanas... Las Cortes se formarán
por sufragio entre los cabezas de familia...
Base 8ª El poder judicial se organizará restableciendo la antigua Audiencia de Cataluña...”
Enric Prat de la Riba. Manresa, 27 de marzo de 1892.

46. Dibujo de la sala de sesiones de la casa de la ciudad de Manresa, Jaume


Pahissa.

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47. Errores catalanistas, 1894.
“La política catalana consiste en atraer a sí a los demás españoles; la vizcaína en rechazar de sí
a los españoles como extranjeros. […] Los catalanes quisieran que no sólo ellos, sino también
todos los demás españoles establecidos en su región hablasen catalán; para nosotros sería la
ruina el que los maketos residentes en nuestro territorio hablasen euskera. ¿Por qué? Porque la
pureza de la raza es, como la lengua, uno de los fundamentos del lema bizkaino, y mientras la
lengua, siempre que haya una buena gramática y un buen diccionario, puede restaurarse aunque
nadie la hable, la raza, en cambio, no puede resucitarse una vez perdida.”
Sabino Arana: Errores catalanistas, 1894.

48. Ultimátum de EE.UU. a España, 1898.


“Considerando que el aborrecible estado de cosas que ha existido en Cuba durante los tres
últimos años, en isla tan próxima a nuestro territorio, ha herido el sentido moral del pueblo de los
Estado Unidos, ha sido un desdora para la civilización cristiana y ha llegado a su periodo crítico
con la destrucción de un barco de guerra norteamericano y con la muerte de 266 de entre sus
oficiales y tripulantes, cuando el buque visitaba amistosamente el puerto de la Habana; el Senado
y la Cámara de Representantes, reunidos en Congreso, acuerdan:
1º.- Que el pueblo de Cuba es y debe ser libre e independiente.
2º.- Que es deber de los Estados Unidos exigir que el gobierno español renuncie inmediatamente
a su autoridad y gobierno en la isla de Cuba y retire sus fuerzas de las tierras y mares de la isla.
3º.- Que se autoriza al Presidente de los Estados Unidos, y se le encarga y ordena, que utilice
todas las fuerzas militares de los Estados Unidos para llevar a efecto estos acuerdos.
4º.- Que los Estados Unidos, por la presente, niegan que tengan ningún deseo ni intención de
ejercer jurisdicción ni soberanía, ni intervenir en el gobierno de Cuba, si no es para su
pacificación, y afirman su propósito de dejar el dominio y gobierno de la isla al pueblo de esta,
una vez realizada dicha pacificación.”
Ultimátum del congreso de los EE.UU. a España. 20 de abril de 1898

49. Fotografía de los restos del “Maine”, 15 de febrero de 1898.

50. Tratado de París, 1898


“Art. 1º. España renuncia a todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba. En atención a
que dicha isla, cuando sea evacuada por España, va a ser ocupada por los Estados Unidos,
éstos, mientras dure su ocupación, tomarán sobre si y cumplirán 1as obligaciones que, por el
hecho de ocuparla, les impuso el derecho internacional [...].
Art. 2º. España cede a los Estados Unidos la isla de Puerto Rico y las demás que están ahora
bajo su soberanía en las Indias Occidentales, y la isla de Guam en el archipiélago de las
Marianas o Ladrones.
Art. 3º. España cede a los Estados Unidos el archipiélago conocido por las islas Filipinas [...]. Los

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Estados Unidos pagarán a España la suma de veinte millones de dólares (20.000.000) dentro de
tres meses después del canje de ratificación del presente Tratado.
Art. 5º. Los Estados Unidos, al ser firmado el presente tratado, transportarán a España, a su
costa, a los soldados españoles que hicieron prisioneros de guerra las fuerzas americanas al ser
capturada Manila.”

51. John Hay, Secretario de Estado estadounidense, firmando la ratificación


del tratado en representación de EE.UU.

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