Con la banda presidencial recién puesta, Laura Chinchilla Miranda llamó ayer a quienes fueron rivales

políticos, a los gremios sociales y a todos los ciudadanos a cooperar con el nuevo Gobierno.

Su invitación fue la constante en el discurso de 25 minutos que la Presidenta de la República comenzó a

las 11:53 a m. con un jubiloso “¡Buenos Días, Costa Rica!”

Se trató de una alocución modesta, sin citas ni complicaciones retóricas, muy distanciada de la
grandilocuencia de su antecesor en el poder, Óscar Arias, quien hace cuatro años llamó a “tomar
decisiones sin pretender el espejismo de la unanimidad”.

“Me presento con la humildad de quien sabe que no podrá tener éxito en su tarea si no es capaz de
convocar a ella a todas y todos los ciudadanos de buena fe”, dijo la mandataria.

La exhortación de Chinchilla tras asumir el mandato caló en el público, sobre todo entre los que
compartieron los espacios de la tarima principal en el gran escenario de La Sabana: diputados,
excandidatos presidenciales y jerarcas de otros poderes.

Los asistentes de la llanura respondieron con aplausos. Los que ocuparon sillas de privilegio, por su parte,
admitieron su esperanza de que el gobierno que se inicia sea más abierto.

Así lo manifestaron, por ejemplo, el excandidato libertario, Otto Guevara , y los jefes de fracción del
Partido Acción Ciudadana (PAC), Juan Carlos Mendoza, y del Frente Amplio, José María Villalta,
respectivamente.

Entre el grupo de invitados especiales también figuraban los mandatarios centroamericanos, a quienes
Chinchilla tocó la puerta semanas antes de tomar el poder para anunciarles que se sumará a la lucha
contra los males comunes en la región, como el narcotráfico y la inseguridad ciudadana.

Ahí estaban Daniel Ortega, mandatario nicaragüense; Mauricio Funes, de El Salvador; Porfirio Lobo, de
Honduras , y el guatemalteco, Álvaro Colom.

Retribución. A cambio de esta cooperación, la primera mujer en presidir el Gobierno ofreció apertura.

“En esta casa que nos abriga nadie debe pretender tener el monopolio de la verdad. Constituye, más bien,
un imperativo ético escuchar, poner oído atento y deliberar. Esta premisa orientará la acción de mi
Gobierno. Guiado por ella, abriré las puertas a todas y todos los costarricenses”, afirmó.

Para ella, sien embargo, el diálogo y la labor compartida no deben constituirse en una mera cortesía.

Por el contrario, Chinchilla insistió en que se trata de una responsabilidad que asumió en nombre de todos
los habitantes cuando levantó la mano derecha para el juramento constitucional.

“La democracia sin responsabilidad ahoga la libertad. El disentimiento enriquecedor de la democracia, sin
la contrapartida de la responsabilidad, desemboca en el caos y la ingobernabilidad”, agregó Chinchilla,
presidenta número 15 desde la fundación de la Segunda República, en 1949.

Desafíos propios. En un solo párrafo del discurso la gobernante reconoció al expresidente Óscar Arias
sus “imborrables servicios a la patria”. Luego, se dedicó a citar los desafíos de su propia gestión.
Habló de trabajar en equipo por una Costa Rica más segura y con mayor presencial policial. Este
fue uno de los ejes de su campaña cuando prometió incremetar los efectivos de la Fuerza Pública y
Policía de Tránsito en un 50% de aquí al 2014.

Ayer alentó a tomar medidas en busca de un país más “educado, preparado, sano, con mejores
viviendas y opciones de cuido para niños y adultos mayores”.

Asimismo, a construir una Costa Rica “comprometida” con las micro, pequeñas y medianas
empresas, y con empleos más productivos y mejor remunerados.

Laura Chinchilla no podía excluir de su primer discurso otro eje del plan de gobierno: la lucha por un
país “más verde y más limpio”, que respete los recursos naturales.

Esa meta dio origen al consejo sectorial de sostenibilidad ambiental, uno de los cuatro que constituirá la
próxima semana.

Para dar los primeros pasos hacia el cumplimiento de estos objetivos, la Presidenta firmó en su primer
consejo de gobierno cuatro decretos. Dos de estos vinculados con seguridad ciudadana y los otros en los
ámbitos social y ambiental.

El discurso de Laura Chinchilla cerró el acto protocolario del traspaso de poderes y, aunque a veces la
traicionaron las cuerdas vocales y las emociones, ella salió airosa en su primera prueba tras recibir banda
presidencial.