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La superficie del Plan alcanza a 47.307 km2, de los cuales 16.493 km2 (34,9%)
corresponden a zonas intervenidas, con menos de la tercera parte con usos agrícolas y
pecuarios, y la diferencia con bosques intervenidos. De esta superficie, 44% comprende
suelos de aptitud buena a moderada para la explotación agropecuaria, 49% suelos de
aptitud limitada y 7% suelos de uso agropecuario restringido o de protección.
En las zonas no ocupadas, que alcanzan a 30.814 km2, se han diseñado acciones para
fortalecer y dinamizar la actuación dentro de las áreas naturales protegidas,
complementándolas con el establecimiento de zonas de amortiguamiento que permitan la
protección y transición de las zonas agropecuarias a las de reserva. Se está proponiendo
la creación de dos áreas protegidas binacionales: Cayambe-Coca/San Miguel y
Cuyabeno/La Paya, con una extensión de reserva de 16.600 km2 y de 4.500 km2de zona
de amortiguamiento (aunque no toda esta extensión se encuentra en la zona del PSP,
principalmente en el PN La Paya).
Para los territorios indígenas, que comparten zonas ocupadas y bosques con una
extensión aproximada de 5.260 km2, se ha dado especial atención al respeto de sus
derechos de autodeterminación y autogestión, proporcionándoles instrumentos para
proteger sus tierras y bosques, mejorando a la vez su capacidad de adaptación a las
nuevas condiciones existentes en la región. Se quiere atender en forma directa a la cuarta
parte de esta población.
Las acciones del Plan, de acuerdo con los proyectos, tienen áreas de influencia
regionales, zonales y locales, con un impacto, en términos generales, positivo, muy
importante, tanto por los temas que se atiende como por el contenido de los mismos. Se
pueden destacar los grandes impactos positivos que recibirán la tierra, agua, flora, fauna,
áreas de interés humano y de recreación, los servicios culturales y las funciones de
conservación de los ecosistemas, ratificando la orientación del Plan hacia un
mejoramiento en la gestión ambiental en la región. Sin embargo, también se deben
señalar algunos puntos que requieren de mayor cuidado en la etapa de ejecución.
El Proyecto de Insumos Agropecuarios puede presentar impactos negativos de
significativos a importantes, principalmente en sus componentes de utilización de
minerales (fertilizantes fosfatados y cal agrícola), especialmente en los suelos y cursos de
agua de sus áreas de influencia. En el diseño se hacen recomendaciones importantes
sobre la forma de realizar la explotación, para que se minimicen los impactos negativos,
cuyo cumplimiento debe ser vigilado estrechamente en la explotación de las canteras. De
todas maneras, se debe señalar que los posibles impactos son de tipo local y en áreas
bastante reducidas, que tienen la contrapartida de las grandes extensiones que se
beneficiarán de la aplicación de los correctivos y fertilizantes elaborados.
Por otro lado, al ejecutar en mayor escala las técnicas mejorados, se corre el riesgo de
que no se registren los mismos resultados que al nivel de investigación. En este caso se
ha considerado el monitoreo y evaluación permanente de los resultados para realizar
sobre la marcha, en conjunto con el proyecto de Investigación Ambiental, las
adecuaciones y modificaciones que se requiera, manteniendo en su mejor nivel los
resultados para los campesinos.
Finalmente, si bien el Programa de Medio Ambiente y sus proyectos son los que mayores
efectos positivos pueden tener en el medio ambiente regional, también son los que
requieren de una mayor modificación de las políticas y prioridades nacionales anteriores,
para poder alcanzar los resultados previstos.
Dentro de los estudios de base para el Plan, se realizó la evaluación de las principales
amenazas naturales que se encuentran afectando a la región, permitiendo que sean
consideradas en la etapa de diseño de los proyectos. Dentro de lo posible se procuró
evitar las áreas que presentan mayores riesgos para las propuestas nuevas. En los casos
que se debió prestar atención en las zonas actualmente ocupadas, se incorporó en el
diseño de los proyectos las medidas de mitigación requeridas.
En las demás zonas de actuación de los proyectos productivos, las amenazas son de
menor magnitud o de tipo puntual, que se pueden controlar con modificaciones de diseño
o ubicación de los proyectos que, como ya se indicó, consideran las variaciones
socioeconómicas y de ubicación en relación a las unidades ambientales.
El impacto del Plan se analizará en función de la atención que se brinde a los grupos más
vulnerables, así como a los diferentes niveles de la sociedad, en función del cumplimiento
de las políticas sociales y de su impacto en los indicadores del desarrollo regional.
En términos generales se puede decir que las acciones para apoyar la capacitación y
organización comunitaria dentro de los grupos más vulnerables de la región, con el
propósito de mejorar su capacidad de autogestión, son las que mayor impacto y mayor
duración tendrán dentro de la situación social regional. El diseño del proceso, que permite
que las propias comunidades analicen su situación, identifiquen las posibles soluciones y
realicen los necesarios esfuerzos para instrumentar su ejecución, permitirá tener, en
primer lugar, una capacitación directamente relacionada a las necesidades del desarrollo
comunitario y, en segundo lugar, una apropiación del conocimiento e internalización de los
procesos, que permitirá que los efectos deseados sean más perdurables, sin que se
pierdan una vez que se concluyan las acciones del Plan y su efecto catalizador directo en
la región.
Una vez que la sociedad regional y sus organizaciones de base tomen conciencia de su
capacidad para resolver sus problemas y generar sus propias alternativas sociales y
productivas, la dinámica del desarrollo sufrirá un cambio sustancial, con mayor capacidad
para hacer respetar sus derechos y mayor captación interna de los beneficios que
generan las actividades productivas en la zona. Estas acciones tendrán mayor sustento al
apoyarse en el proceso de descentralización y de consolidación de los organismos de
desarrollo, protección ambiental e investigación a nivel regional.
Los sectores con los que mayor posibilidad de conflicto existe son cultivos ilegales,
desarrollo petrolero, colonización agropecuaria, explotación forestal, caza, pesca y
desarrollo vial. Respecto a los cultivos ilegales, las acciones de organización,
capacitación, protección de territorios y aprovechamiento racional de los recursos
naturales están en clara oposición a los métodos de producción utilizados para esos
cultivos, que requieren de aislamiento, poca interferencia con sus mecanismos de
comercialización y control de las comunidades, y desconocimiemto de alternativas de
producción rentables. La organización, capacitación y concientización de las comunidades
será el mejor método para minimizar los conflictos que se puedan presentar.
La explotación petrolera se ha realizado a nivel regional como un enclave y con poca
coordinación con otros sectores productivos, principalmente por la desigualdad de los
poderes de negociación. Al fortalecer a los sectores rurales, organizar a los campesinos y
apoyar el proceso de descentralización administrativa, las acciones del Plan posibilitarán
que otros sectores productivos y poblacionales participen en el proceso de toma de
decisiones conjuntamente con el sector petrolero. Se debe considerar desde las primeras
etapas de ejecución los necesarios mecanismos de concertación a nivel de entidades
estatales y privadas, para que el diálogo y la coordinación interinstitucional sea la norma
de procedimiento, sin tener que llegar al enfrentamiento.
Con respecto a la caza y la pesca, los métodos que han venido utilizando los pobladores
de la región son destructivos e ineficientes, muchas veces motivados por la necesidad de
sobrevivencia y alimentación familiar. A través de los proyectos productivos y de
piscicultura se ofrecerá formas más económicas de abastecerse de proteína animal, que
servirán para reducir la necesidad de caza y pesca. Igualmente, a través de los
programas de educación y capacitación se brindará a nivel regional la información
necesaria para apoyar en los procesos de protección de la biodiversidad regional.
Finalmente, con el ordenamiento pesquero y el reforzamiento de las acciones de
protección en los bosques remanentes y parques también se incidirá en el control de la
caza y pesca furtiva, con fines comerciales o deportivos no autorizados.
Para reflejar el impacto económico y financiero de las acciones del Plan en la región se
utilizarán indicadores como la variación en las curvas de producción, los conflictos con los
sectores económicos activos, los índices de rentabilidad financiera, el análisis de
sensibilidad y los cambios previstos en los indicadores económicos y productivos.
En los modelos actuales de producción a nivel predial, se utiliza en general una secuencia
deforestación-agricultura-pastos-barbecho, manteniendo las superficies agrícolas
relativamente constantes, incrementando los pastos y áreas improductivas, y con una
constante reducción de los bosques prediales. Aunque existen variaciones, especialmente
cuando se han introducido cultivos permanentes, este modelo conduce a un deterioro
progresivo de la productividad familiar, con ingresos constantes o decrecientes utilizando
cada vez mayor superficie en explotación.
A nivel regional el Plan atenderá directamente, en los primeros seis años, a cerca de 12%
de las unidades productivas de colonos y 25% de los indígenas, esperándose un
importante efecto multiplicador regional, tanto por los proyectos de asistencia técnica y
capacitación productiva, como por el Programa de Capacitación y Organización
Comunitaria. Entonces, los efectos esperados a nivel predial también se reflejarán a nivel
regional, aunque en menor proporción. Se notará una reducción en las tasas generales de
deforestación, con incrementos significativos en la producción y productividad de las
áreas dedicadas a la agricultura, pastos y bosques, así como en relación con las áreas
deforestadas totales.
La mayor parte de las acciones del Plan se orientan a la conservación y uso racional de
los recursos de la región. Desafortunadamente no siempre se puede asignar un valor
financiero a los beneficios que esas actividades generan. La protección de los cauces de
los ríos, la disminución de la erosión, la protección del bosque nativo, las especies
endémicas y la biodiversidad que alberga, la educación e investigación ambientales, el
mejoramiento de las condiciones de salud y salubridad, la consolidación de las
organizaciones campesinas, etc., son beneficios claros en la ejecución del Plan, pero a
los cuales no se los puede valorar en los términos usuales.
La rentabilidad financiera del Plan se ha calculado en 4,6%, con mayor sensibilidad a las
variaciones en los ingresos que en las inversiones y los costos operativos. Si los ingresos
reales del Plan solamente fueran 15% mayores, por cuantificación de los beneficios
ambientales no valorados, la rentabilidad del Plan subiría a 13,1%.
La actuación integral del Plan permite que sus acciones se apoyen y refuercen entre sí,
consiguiendo un mayor efecto que si se ejecutaran por separado. Al atacar
simultáneamente los principales problemas ambientales, sociales y económicos,
aprovechando a la vez las potencialidades identificadas, se permite dar a la propuesta la
solidez y viabilidad que requiere.
Los organismos no gubernamentales en los dos países están reclamando una pronta
atención al problema ambiental de la Amazonía, mientras que los pobladores de la misma
reclaman atención a sus necesidades sentidas, con mayores asignaciones de recursos
para resolverlas. El Plan es una forma de instrumentar soluciones viables, de canalizar
recursos hacia los sectores prioritarios y de atender en mejor forma las demandas de los
sectores más necesitados de la región.
Como se ha podido apreciar en las secciones anteriores, el impacto del Plan en el
desarrollo sostenible de la región será sustancial, con importantes efectos positivos en
términos ambientales, sociales y económicos. Asimismo se ha procurado minimizar los
conflictos entre conservación y desarrollo y entre los diferentes actores sociales y
económicos de la región, incrementando las posibilidades de ejecución de las acciones
propuestas.
Boscán, Marjorie
Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, URBE, Venezuela
boscan20@gmail.com
Terán, Ana
Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, URBE, Venezuela
anateresateran@hotmail.com
RESUMEN
El siguiente ensayo presenta una recopilación de varias vertientes relacionadas con el medio
ambiente, siendo este un tema de gran relevancia debido al compromiso que se tiene como seres
humanos de no seguir contaminándolo, pues, de él depende nuestra supervivencia. El objetivo es
describir como las personas o los individuos dentro de la sociedad no toman conciencia y no
cuidan y preservan el medio ambiente. Los autores más relevantes son Meier, G y Stiglitz, Soto y
Cárdenas, entre otros. Por otro lado, el presente artículo se enfoca a través de un análisis
metodológico descriptivo-documental debido a que se realizan consideraciones relacionadas con el
medio ambiente. Cabe destacar que como nación se debe buscar el desarrollo, pero debe ser un
desarrollo que sea capaz de no comprometer la capacidad y la satisfacción de necesidades de las
futuras generaciones. Por lo tanto, a continuación se esbozarán temas sobre la integración que
debe prevalecer entre el medio ambiente y hombre para que se tomen decisiones acertadas en
materia ambiental y de una forma ética se alcance el desarrollo económico, que es la finalidad de
toda estructura económica, llámese país, nación, empresas industrias u otras. Entonces, se debe
educar y concienciar sobre la importancia que reviste la preservación y mantenimiento del entorno
que nos rodea, establecer las prioridades ambientales a través del trabajo mancomunado,
coordinado y participativo de todos los sectores de la sociedad, con diversidad de acción
conllevará a un desarrollo ambientalmente sustentable como legado a la generación del futuro y
finalmente el despertar de una conciencia ambientalista colectiva atacaría los problemas del medio
ambiente y en este sentido la formación ambiental en el contexto económico.
ABSTRACT
The following essay presents a compilation of various aspects related to the environment, this being
a very important issue because of the commitment we have as human beings not to continue
polluting, because our survival depends on it. The aim is to describe how people or individuals
within society are not aware and do not care and preserve the environment. The most important
authors are Meier and Stiglitz, Soto and Cárdenas, among others. On the other hand this article
focuses through a descriptive-documentary methodological analysis because considerations related
to the environment are made. It should be noted that as a nation must seek development, but
should be a development that is capable of not compromising the ability and the satisfaction of
needs of future generations. So then issues of integration that should prevail between the
environment and man to make sound decisions on environmental issues takes place and ethically
economic development, which is the aim of all economic structure is reached outlining, call country,
nation, companies or other industries. Then it should educate and raise awareness of the
importance of preservation and maintenance of the environment around us, establish environmental
priorities, through joint efforts, coordinated and participatory of all sectors of society with diversity of
action will lead to a development environmentally sustainable as a legacy to the future generation
and finally the awakening of a collective environmental awareness attack environmental problems
and in this sense environmental training in the economic context.
INTRODUCCIÓN
La crisis ambiental que actualmente se ha venido manifestando a nivel global tiene su origen en el
movimiento de la vida misma. La naturaleza ha sido considerada en todos los tiempos como la
proveedora inagotable de recursos naturales y la receptora invulnerable de desechos y emisiones.
Ese concepto equivocado es el motivo principal por el cual la problemática ecológica no había
formado parte de la discusión económica y estaba marginada dentro del área de la política
ambiental.
En el curso de los últimos años, a través de la búsqueda del mejoramiento integral humano, los
países del mundo se han reunido y han arribado a acuerdos sobre las maneras de encarar muchos
de estos asuntos y mientras cada uno de estos acuerdos es un componente indispensable de la
creciente agenda del desarrollo sostenible, ha sido nuestra tendencia tratarlos en gran medida de
forma aislada.
MEDIO AMBIENTE
Desde todos los tiempos, el medio ambiente entendido según Herrera Campos (2009) es el
conjunto de circunstancias físicas, culturales, económicas y sociales que rodean a las personas
ofreciéndoles un amplio abanico de posibilidades para desarrollar su vida.
Por otro lado, Publicaciones Vértice S. L. (2010) define al ambiente como todo lo que implica ser
capaz de identificar aquellos elementos del entorno con los que se interactúa, y en los que el ser
humano puede ejercer un impacto positivo o negativo.
En ese sentido, cabe destacar que el hombre por formar parte del ambiente se ha dedicado a dar
respuesta a todas las preguntas que la naturaleza, es decir, su entorno le presenta para
transformarlo y mejorarlo, usando para ello el desarrollo de su conducta innovadora que le han
permitido construir ambientes o ecosistemas artificiales que a la vez han provocado el aumento o
crecimiento poblacional, produciendo con ello efectos ambientales tales como: segregación,
hacinamiento, incapacidad de los servicios de vivienda, problemas de salud pública, destrucción de
la capa de ozono, contaminación del agua y el aire, entre otros.
El despertar de una conciencia ambientalista colectiva atacaría los problemas del medio ambiente
y en este sentido la formación ambiental en el contexto económico debe tomar cada vez mayor
importancia, tratándose de colectivos que deben desarrollar como cultura organizacional la
pertinencia y necesidad de preservar el ambiente, mediante esta acción se logrará: Incidir en la
conciencia nacional sobre la problemática ambiental y sus posibilidades de solución, por ello como
un paliativo se han elaborado una serie de normativas que buscan frenar la problemática existente.
NORMATIVA LEGAL
En Venezuela, el inicio primordial del derecho ambiental estaba dedicada en forma habitual, en la
Constitución Nacional del año 1961, y hoy en día, en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela establecida (Asamblea Nacional Constituyente, 1999) se amplificó en una parte los
Derechos Ambientales, reglamentando el compromiso del Estado de preservar el ambiente y la
necesidad de ampliar una estrategia de Ordenación del Territorio.
En ese sentido, se destaca la importancia que tiene el ambiente sobre el desarrollo armónico de un
país para alcanzar mejores niveles de vida, convirtiéndose entonces como parte de los derechos
humanos. Los Derechos Humanos son inherentes a la persona y se proclaman sagrados,
inalienables, imprescriptibles, fuera del alcance de cualquier poder político. La Declaración
Universal de Derechos Humanos es su resolución 217 A (III) adoptada por unanimidad el 10
diciembre de 1948 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El
objetivo de esta declaración, compuesta por 30 artículos, es promover y potenciar el respeto por
los Derechos Humanos y las libertades fundamentales.
De esta forma, que en ese contenido progresivo de los derechos humanos surge el derecho al
ambiente en el programación jurídica interna, sin que coexista precisamente una indicación
expresa y formal en el derecho positivo, en comprensión de la forma de derecho innato al individuo
tal y como se subscribió en la Declaración de Estocolmo en 1971, en la cual se constituyó como
primer punto 1: "El hombre tiene derecho fundamental a la libertad, a la igualdad y al disfrute de
condiciones de vida adecuadas en un medio de calidad tal que le permita llevar una vida digna y
gozar de bienestar..."
Por otro lado, está la Ley Orgánica del Ambiente (Asamblea Nacional, 2006) la cual se necesita
que se ponga en práctica y se le dé seguimiento y monitoreo de los preceptos constitucionales, la
cual se desprende la misma y que atiende el tema relacionado con el medio ambiente, es decir, se
deben fortalecer la operatividad de las leyes existentes que velan por el cuidado y la atención del
medio ambiente.
Entre los artículos de esta Ley Orgánica del Ambiente (Asamblea Nacional, 2006) están los
siguientes:
Artículo 77. El Estado, a través de la Autoridad Nacional Ambiental, ejercerá el control ambiental
sobre las actividades y sus efectos capaces de degradar el ambiente, sin menoscabo de las
competencias de los estados, municipios, pueblos y comunidades indígenas, en aquellas materias
ambientales expresamente asignadas por la Constitución y las leyes, garantizando así la gestión
del ambiente y el desarrollo sustentable. Este artículo está relacionado con el control ambiental.
1. Las que directa o indirectamente contaminen o deterioren la atmósfera, agua, fondos marinos,
suelo y subsuelo o incidan desfavorablemente sobre las comunidades biológicas, vegetales y
animales.
2. Las que aceleren los procesos erosivos y/o incentiven la generación de movimientos morfo-
dinámicos, tales como derrumbes, movimientos de tierra, cárcavas, entre otros.
3. Las que produzcan alteraciones nocivas del flujo natural de las aguas.
5. Las que alteren las dinámicas físicas, químicas y biológicas de los cuerpos de agua
12. Las que produzcan radiaciones fonizantes, energía térmica, energía lumínica o campos
electromagnéticos.
17. Las que alteren las tramas tróficas, flujos de materia y energía de las comunidades animales y
vegetales.
19. Las que alteren y generen cambios negativos en los ecosistemas de especial importancia.
20. Cualesquiera otras que puedan dañar el ambiente o incidir negativamente sobre las
comunidades biológicas, la salud humana y el bienestar colectivo.
Este último artículo de este capítulo VII de Control Ambiental, se relaciona con las actividades
capaces de degradar al ambiente y por tanto es fundamental para la consideración de este marco
legal que describe los alcances de la parte ambiental, que forma parte de ese análisis global.
La Constitución del 1999 no forma sino registra el derecho humano al ambiente dentro del Estado
Democrático y Social de Derecho y de Justicia, asumiendo los valores de respaldo social e
identidad de circunstancias, como un fin de acción del Estado; para ello se pronostica la toma de
medidas, entre otros disposiciones, de tipo económico, educación ambiental, infraestructura, de
dirección y transmisión de tecnología que accedan restituir las condiciones que degraden al
ambiente que están en el país.
En síntesis, los derechos ambientales se comparan con los derechos humanos esenciales como el
derecho a la vida, a la educación, a la salud, entre otros. De este modo por vez primera en la
historia constitucional del país, se constituye un Capítulo "De los Derechos Ambientales", en el cual
se encuentran los principios primordiales para la formulación y ejecución de la nueva política
ambiental del país; estos principios se localizan contenidos de forma expresa en los artículos 127,
128 y 129, adicionándose con la parte del articulado de la Carta Magna.
Artículo 128: El Estado desarrollará una política de ordenación del territorio atendiendo a las
realidades ecológicas, geográficas, poblacionales, sociales, culturales, económicas, políticas, de
acuerdo con las premisas del desarrollo sustentable, que incluya la información, consulta y
participación ciudadana.
Artículo 129: Todas las actividades susceptibles de generar daños a los ecosistemas deben ser
previamente acompañadas de estudios de impacto ambiental y sociocultural. El Estado impedirá la
entrada al país de desechos tóxicos y peligrosos, así como la fabricación y uso de armas
nucleares, químicas y biológicas.
DESARROLLO ECONÓMICO
Antes de hablar del desarrollo económico es preciso definir en primer lugar a la Economía, la cual
según Acedo (2003) es la ciencia social que tiene por objeto estudiar la forma como los seres
humanos utilizan los recursos para la satisfacción de sus necesidades, debido a la difícil situación
entre las necesidades ilimitadas frente a los recursos limitados, ella es sinónimo de bienestar y en
la medida que alcance el objetivo como lo es el mejorar la calidad de vida de la sociedad se podría
estar hablando de Desarrollo Económico.
Es evidente que el aumento económico es un requisito necesario pero no adecuado, para el
progreso, y que los indicadores convenidos de incremento del PIB revelan restricciones
indicadoras para estimar el desarrollo debido a que no contempla el uso que se hace del aumento
fructífero reconocido, igualmente la asignación del ingreso, como tampoco las políticas sociales
responsables de afrontar la pobreza y el atraso. De este modo el desarrollo económico para el
autor antes señalado es una transformación compleja que contiene no solo elementos de carácter
cuantitativo sino también amplias innovaciones de carácter cualitativo.
El desarrollo tiene que ser doble: en la conciencia y en las formas de distribución, ya que es crecer
en una forma que permita el desarrollo auto sostenido de la economía. Un desarrollo sostenido y
justo sería aquel cuyo objetivo básico consistiera en utilizar los recursos naturales para la
satisfacción de las necesidades del hombre, asegurando al mismo tiempo la mejora de la calidad
de vida de las generaciones actuales y futuras. Por otra parte, el desarrollo económico según
(Adelmán 2000, citado por Meier y Stiglitz, 2001) debe combinar cinco elementos:
Estos elementos deben combinarse de tal forma que se logre alcanzar de manera armónica la
calidad de vida de la sociedad sin continuar deteriorando el ya deteriorado ambiente, como se
aprecia la preservación del medio ambiente es un factor importante e indispensable para alcanzar
el desarrollo económico y sostenido, este requiere que el progreso no alcance solo a una minoría y
la pobreza, desnutrición, analfabetismo, corrupción, entre otras, deben ser eliminadas para un
adecuado desarrollo sostenible.
DESARROLLO SOSTENIBLE
El desarrollo sostenible según Rodríguez (1983) se enfoca en mejorar la calidad de vida de todos
los ciudadanos de la Tierra, sin aumentar el uso de recursos naturales más allá de la capacidad del
ambiente de proporcionarlos indefinidamente. Requiere una comprensión que la inacción tiene
consecuencias y que se deben encontrar formas innovadoras de cambiar estructuras
institucionales e influenciar conductas individuales. Se trata de tomar acción, de cambiar políticas y
prácticas en todos los niveles, desde el ámbito individual hasta el internacional
Dentro de los esfuerzos por lograr una calidad de vida, los principios del desarrollo sostenible
parten de la percepción del mundo como "una sola tierra" con un "futuro común" para la
humanidad; orientan una nueva geopolítica fundada en "pensar globalmente y actuar localmente";
establecen el "principio precautorio" para conservar la vida ante la falta de certezas del
conocimiento científico y el exceso de imperativos tecnológicos y económicos; promueven la
responsabilidad colectiva, la equidad social, la justicia ambiental y la calidad de vida de las
generaciones presentes y futuras.
No obstante, estos criterios del "desarrollo sostenible" no se han convertido en una ética como una
entidad de reglas de conducta que reoriente los asuntos económicos y políticos hacia una nueva
coherencia social y hacia modos sustentables de producción y de vida.
En ese sentido, las políticas del desarrollo sostenible buscan armonizar el proceso económico con
la conservación de la naturaleza, favoreciendo un balance entre la satisfacción de necesidades
actuales y las de las generaciones futuras. Sin embargo, pretende realizar sus objetivos
revitalizando el viejo mito desarrollista, promoviendo la invención de un crecimiento económico
sostenible sobre la naturaleza limitada del planeta.
Luego se hace preciso una participación ciudadana donde la facultad de la sociedad civil para
intervenir sobre los efectos, opciones, disposiciones y proposiciones de problemas, además de las
intenciones políticas y sociales, y en el cual la contribución equivalente y cierta de todos los
individuos en las dificultades que nos aquejan siga siendo la perspectiva para avanzar.
ÉTICA
Según Guedez (2001) “la ética procede de las convicciones y de las decisiones ante los dilemas
asociados a lo no previsto, es decir, a todo lo que no viene desde fuera, sino desde dentro de
nuestras conciencias”. De igual manera, este mismo autor la define como la actividad de examinar
los estándares morales de uno mismo o los estándares morales de la sociedad, y de preguntarse
cómo se aplican estos a nuestra vida y si son razonables o irrazonables, esto es, si se hallan
sustentados por buenas o por malas razones.
Por otro lado, Soto y Cárdenas (2007) señalan que la ética puede ser entendida como la búsqueda
de una comprensión racional de los principios de la conducta humana, la misma es legítima porque
es natural, porque es el camino por donde el hombre se realiza como ser racional y solidario. La
ética adquiere importancia por tres motivos:
• En la situación actual puede resolver el problema de injusticia mundial y local que ha generado el
desarrollo.
• Para combatir la pobreza y lograr un desarrollo sostenible, se necesita más que instituciones y
normas jurídicas internacionales y nacionales, además es necesario que las personas sean
responsables de su propio comportamiento y de su relación con la comunidad, es necesaria una
conciencia ética.
En este sentido, es válido que un ser humano -desde su dimensión ética- asuma como el objetivo
fundamental de su vida la búsqueda consciente y perseverante de la propia realización, en una
interacción verdaderamente humanizante con los demás y el ambiente.
ANÁLISIS CONTRADICTORIOS
Por otro lado, hasta ahora han sido muchas las políticas curativas que se han aplicado debido a la
cantidad de normativas que en materia ambiental se ha escrito, pero no se han aplicado normas de
prevención y esto ha conllevado a la degradación del medio ambiente, sin tomar en consideración
que todo proceso productivo o comercial debe sustentarse en promover la conservación y/o
rehabilitación del mismo.
En tal sentido, la gestión ambiental del país debe enfocarse primeramente en la educación e
información de las políticas de ordenación del territorio, la regulación y control de las actividades
susceptibles de degradar el ambiente y la regulación y control del aprovechamiento de los recursos
para el logro de un desarrollo equilibrado. Considerando toda la panorámica planteada, se observa
que existen muchas contradicciones y fuerzas para no darle una solución adecuada al tema del
ambiente, es decir, en primer lugar siempre se antepone el aspecto económico ante el ético y son
muchos los ejemplos, entre ellos se tiene:
• La no firma del Protocolo de Kioto (1998) por parte de Estados Unidos, siendo este uno de los
países con mayor contaminación atmosférica con la excusa de que los clorofluorocarbonos (CFC,
compuestos de flúor), que se emplean en refrigeración, aire acondicionado, disolventes de
limpieza, entre otros.
• La lluvia ácida producida por el uso de combustibles fósiles, como también a la emisión de
dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno por las centrales térmicas y por los escapes de los
vehículos a motor.
• Desechos que se vierten a ríos, mares y lagos que dañan el ecosistema del mismo y aun así se
continúa con esa tarea y los organismos competentes no hacen nada o se hacen sordos o ciegos a
la problemática.
• Cuando se utilizan de manera indiscriminada los fertilizantes sin un estudio previo, que cuando
llueve todo esto es arrastrado y llega a los acuíferos causando males terribles al ambiente.
• Accidentes nucleares, que liberan enormes cantidades de radiación, como ocurrió en Chernóbil,
Ucrania, en 1986 y el más reciente ocurrido en Japón 2011 luego del tsunami.
• La explotación acelerada de los recursos minerales de la tierra, que aun cuando preexisten
reglas, las mismas no se suponen y esto hace que el menoscabo al ambiente sea veloz, haciendo
descender la excelencia del mismo.
• El desgaste del suelo se está precipitando en todos los continentes y está disminuyendo unos
2000 millones de hectáreas de tierra de siembra y de pastoreo, lo que constituye un serio peligro
para el suministro global.
A pesar de disponer de numerosas leyes ambientales que rigen a nivel nacional, estatal y
municipal, no ha habido una verdadera política ambiental que contribuya a la creación de una
infraestructura y superestructura institucional que sea capaz de gestionar eficazmente los procesos
ambientales, y poder recuperar nuestros ecosistemas naturales y conservar los limitados recursos
naturales a fin de garantizar su disponibilidad a las generaciones venideras.
CONSIDERACIONES FINALES
Como consecuencia de las constantes amenazas que el ser humano ha llevado a cabo en contra
de la naturaleza, los recursos renovables y no renovables se han deteriorado a tal grado que es
urgente tomar medidas para reducir esta situación. Por lo anterior, es necesario educar y
concienciar sobre la importancia que reviste la preservación y mantenimiento del entorno que nos
rodea. La ecología, economía y ética son ejes de una de las discusiones más cruciales y
desafiantes para el presente y futuro de los seres humanos y el planeta.
El despertar de una conciencia ambientalista colectiva, atacaría los problemas del medio ambiente
y en este sentido la formación ambiental en el contexto económico debe tomar cada vez mayor
importancia, tratándose de colectivos que deben desarrollar como cultura organizacional la
pertinencia y necesidad de preservar el ambiente, mediante esta acción se logrará incidir en la
conciencia mundial sobre la problemática ambiental y sus posibilidades de solución.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela (2006). Ley Orgánica del Ambiente.
Gaceta Oficial número 583312E. Fecha del 22 de diciembre del 2006. Venezuela.
Herrera C., Ramón y Cazorla, María (2009). Agricultura Transgénica y medio ambiente.
Perspectiva Legal. España. Editorial Reus.
Organización de las Naciones Unidas (1998). Protocolo de Kioto de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Documente en línea. Disponible
en: https://unfccc.int/resource/docs/convkp/kpspan.pdf. Consulta: 20/12/2012.
Publicaciones Vértice, S.L. (2010). Gestión Medioambiental. Conceptos Básicos. España. Editorial
Vértice.
Soto E. y Cárdenas, J. (2007). Ética en las organizaciones. México. McGraw-Hill interamericana.
I. APROXIMACIONES CONCEPTUALES
AMBIENTE Y DESARROLLO
Existe un grupo de problemas que son comunes a los diversos países del
mundo, a saber: emisiones de gases de invernadero, destrucción de la
capa de ozono, deforestación tropical, contaminación de los océanos,
alteración de las condiciones urbanas de vida y pérdida de la
biodiversidad. Se pueden especificar también, entre otros, la protección
de la calidad del agua y el aire, protección de los suelos, tratamiento y
disposición de la basura o desperdicios, control del ruido (varios
adquieren, dimensiones internacionales). Estos diversos fenómenos
ambientales son influenciados por las actividades comerciales
internacionales, lo que ha llevado tanto a la adopción de políticas
ambientales que interfieren el libre flujo de mercancías y servicios, como a
la discusión acerca de la adecuación de las políticas comerciales a los fines
de protección de la ecología. Se han adoptado posiciones según las cuales
el libre comercio de por sí tendería a generar efectos dañinos sobre la
naturaleza, al acelerar la explotación de recursos naturales a ritmos
contrarios al principio de sustentabilidad. Esta posibilidad se agravaría si
tales recursos están valorados a precios inferiores a los costos reales, lo
que exigiría la corrección de dichos desequilibrios en forma directa o a
través de la política tributaria, la asignación o clasificación de derechos de
propiedad o programas de manejo de recursos.
Veinte y tres años después de Eco 92, y casi tres después de la Río+20, la
agenda internacional sigue manteniendo problemas económicos
ambientales similares y/o aumentados, pero no un escenario donde se le
hubiese dado solución a numerosos que se han venido repitiendo. En esta
última conferencia se tuvo como puntos de interés dos puntos
principales: economía verde y estructura institucional para el desarrollo
sostenible y la erradicación de la pobreza. Sin embargo, han surgido
críticas que sostienen que la economía verde peca de un exceso de
positivismo cientificista, ya que confía en resolver los problemas
generados por el cambio climático aplicando la ciencia por encima del
debate político. Según esta perspectiva están implicadas tecnologías
cuyos riesgos son imprevisibles, como la nanotecnología, la biología
sintética y la geoingeniería, áreas donde Estados y empresas han
invertido miles de millones de dólares (Célio Bermann. Economía verde:
¿una vía para otro mundo posible? Debates científicos e intereses
políticos en torno de Río+20 Rev. Nueva Sociedad N° 239, 2012). También
debe señalarse que muchos países en desarrollo no presentan
posibilidades de acceso a estas tecnologías.
BONOS VERDES
Dos entidades del Grupo del Banco Mundial –el Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento (BIRF) y la Corporación Financiera
Internacional (IFC)– han sido esenciales para el desarrollo del mercado
mundial de BV, desde la primera oferta del Banco Mundial en 2008 hasta
las dos emisiones de referencia de IFC por US$1.000 millones en 2013. Los
ingresos provenientes de estos bonos se han utilizado para inversiones
que ayuden a enfrentar el cambio climático.
Visto en inicios de 2014 debe señalarse que desde 2008, el Banco Mundial
había movilizado más de US$4.500 millones mediante 60 transacciones de
BV en 17 monedas, en tanto que IFC había emitido US$3.400 millones en
BV, incluidas dos emisiones por US$1.000 millones en 2013 señaladas. Los
ingresos de los BV del Banco Mundial e IFC son destinados a cuentas
separadas que se crean para apoyar el financiamiento de proyectos que
cumplen con criterios específicos de selección.
Hasta 2013 El sitio del Índice para una Vida Mejor tuvo más de 1.8
millones de visitas desde 184 países y se consultaron más de 3.7 millones
de páginas. También se intercambiaron más de 45.200 Índices para una
Vida Mejor. El resultado básico es que los usuarios se han identificado
con los 11 temas utilizados para medir el bienestar: la vivienda, los
ingresos, el empleo, la comunidad, la educación, el ambiente, el
compromiso cívico, la salud, la satisfacción ante la vida, la seguridad y el
balance vida-trabajo. En promedio, los usuarios han incluido
sistemáticamente todos los temas para crear sus índices y calificaciones.
La satisfacción ante la vida, la salud y la educación son, tal cual se señaló,
los tres temas mejor puntuados por los usuarios de todo el mundo. Estos
tres temas se mantuvieron como los sobresalientes, tanto para el visitante
de los países nórdicos como para el de América Latina, lo que indica que
las preferencias de bienestar no son propias de una región (Índice para
una Vida Mejor. Enfoque en los países de habla hispana de la OCDE
Chile, España, Estados Unidos y México. OECD Better life. Initiative.
2013).
ECOSOCIALISMO VS ECOCAPITALISMO
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
SACUDÓN
Por otra parte según el Artículo N° 1 del Decreto 1.293 de 03 octubre 2014
publicado en Gaceta N° 40.511, "…se modifica la denominación del
Ministerio del Poder Popular para Vivienda, Hábitat y Ecosocialismo, por
la de MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA ECOSOCIALISMO,
HÁBITAT Y VIVIENDA". Y dado el Artículo N° 3, se crean los Despachos
de Viceministros y Viceministras del Ministerio del Poder Popular para
Ecosocialismo, Hábitat y Vivienda, que a continuación se mencionan:
1. El Despacho del Viceministro o de la Viceministra de Ecosocialismo
Ambiental.
Política:
Programas:
Política:
Programas:
Política:
Política:
Programas:
CONSTITUCIÓN
En el Artículo 128 por otra parte se destaca que "El Estado desarrollará
una política de ordenación del territorio atendiendo a las realidades
ecológicas, geográficas, poblacionales, sociales, culturales, económicas,
políticas, de acuerdo con las premisas del desarrollo sustentable, que
incluya la información, consulta y participación ciudadana". De esta
forma, la protección del ambiente compete principalmente al Estado, pero
también a la sociedad y a las empresas –a través de la responsabilidad
medioambiental-, y aquel exige su cumplimiento.
Debe señalarse que Venezuela ocupa el cuarto lugar entre los países más
afectados por contaminación del aire en América Latina. La región tiene a
México, como el país más contaminado, con una contaminación en el aire
de 79 microgramos por metro cúbico (ug/m3), según datos del Banco
Interamericano de Desarrollo (la cifra considerada normal es 10
microgramos por metro cúbico, y se considera cualquiera superior como
aire contaminado). Le siguen Chile (64 ug/m3), Perú (63 ug/m3),
Venezuela (47 ug/m3), Guatemala (45 ug/m3), Colombia (43 ug/m3),
Brasil (41 ug/m3), Ecuador (38 ug/m3), Costa Rica (31 ug/m3) y Argentina
(30 ug/m3) (ver http://www.economiahoy.mx/ 25/09/2014).
Por último, señalamos soluciones que para lo que hemos ubicado como el
primer problema, derivan de la óptica de las instituciones públicas. Para
ellos nos beneficiamos del hecho de que para la realización de este trabajo
tuvimos contacto con instancias superiores del Ministerio del Poder
Popular de Transporte Terrestre y Obras Públicas buscando ordenar
precisiones atinentes a las políticas y alternativas que el escenario
nacional de la administración bolivariana le presenta al país, en cuanto a
los retos y adaptabilidad atinentes al cambio climático en el campo
específico del tránsito terrestre que se mantiene en base al consumo de
energía fósil –y de manera fundamental gasolina- considerablemente
barata según los parámetros del mercado internacional. Adicionalmente
debe entenderse que el escenario del transporte nacional ha estado
asociado al uso categórico del auto privado y que implica grosso modo
un 80% de desplazamiento en transporte privado y 20% en público. E
igualmente debe resaltarse como una característica de la flota de
transporte público terrestre el carácter viejo de las unidades que de
manera frecuente superan los 15 años.
VI. BIBLIOGRAFÍA.
Bermann, Célio. Economía verde: ¿una vía para otro mundo posible?
Debates científicos e intereses políticos en torno de Río+20 Rev. Nueva
Sociedad N° 239, 2012
Ortiz Ramírez, Eduardo. Reacciones fáciles ante la baja en los precios del
petróleo. 29 octubre
2014. http://www.economiainternacionalpostgradoucv.com.ve/publicacio
nes.html
VIDEOS
En los tiempos modernos donde la globalización gana los titulares de los medios de comunicación,
parece mostrarnos una aparente falta de interés hacia la conservación del medio ambiente, pero en
realidad no es así, una verdadera integración económica debe ir a la par de la implementación de
medidas regulatorias que no coarten la actividad económica y que contribuyan a un desarrollo
sustentable, además de una gestión ambiental en donde se vea implicada la ciudadanía, no como
grupo de presión, sino como personas partícipes al tomar decisiones con consecuencias ambientales.
Es precisamente en este esquema general donde la economía ambiental surge para buscar o por lo
menos plantear vías favorables que conlleven a la optimización en la explotación de recursos
naturales, cuyas reservas son escasas pero con usos diversos por los cuales hay que optar.
La economía ambiental abarca el estudio de los problemas ambientales empleando la visión y las
herramientas de la economía. Actualmente, existe un concepto erróneo de Economía, ya que lo
primero que se piensa es que su campo de estudio es en su totalidad sobre decisiones de negocios
y cómo obtener rendimientos en el modo de producción capitalista. Pero la Economía se enfoca
sobre las decisiones que realizan actores económicos sobre el uso de recursos escasos.
Para iniciar el estudio sobre economía ambiental, primero definámosla en el espacio económico:
ECONOMÍA
o MICROECONOMÍA
Estudio de la empresa y del consumidor
ECONOMÍA DEL BIENESTAR
ECONOMÍA AMBIENTAL
Optimización en la explotación de recursos, medios de gestión
ambiental e instrumentos para lograr el desarrollo sustentable.
A partir de la tercera división del trabajo en la comunidad primitiva, se logra iniciar una evaluación
del impacto del hombre sobre su medio ambiente, desde la perspectiva de un desarrollo económico
cuya finalidad es la de buscar calidad de vida y satisfacer necesidades. Pero para alcanzar estos
objetivos el ser humano causa la destrucción de su ambiente; pero sólo en los tiempos modernos se
ha iniciado un rescate oportuno en la salvaguarda de los recursos naturales.
Pero una primera idea que se debería autocuestionar es ¿por qué causar el deterioro del medio
ambiente?, para responder se puede hacer alusión a diversas causas, la más común, sería por una
falta de respeto implícita en la cultura de la sociedad, la carencia de ética, o el simple posicionamiento
de “no hacer nada”. El cuidado de los recursos naturales no requiere de una actitud pasiva, sino de
un trabajo activo e inmediato, por medios que realmente propongan soluciones y no agraven la
condición actual.
Las empresas deben implementar medidas estratégicas que evalúen los efectos sociales,
tecnológico – culturales, económicos y ecológicos, que permitan crear una cultura ambiental, y
olvidarse de ganancias que se obtengan a expensas del medio ambiente. Así como los grandes
corporativos establecen un costo social, deberían comenzar a considerar un costo ambiental, en
donde las actividades sean en pro del medio ambiente e inclusive complementarias.
Por otro lado, no sólo las empresas son fuente de contaminación, los consumidores individuales
contribuyen a esta problemática de una manera potencial, un ciudadano no cuenta con un registro
contable que le permita conocer la utilidad o pérdida que le ocasiona contaminar, pero sí conoce las
consecuencias de hacerlo.
Cualquier estructura económica producirá un impacto ambiental destructivo si los incentivos no están
encaminados a evitarlo. El incentivo es una ganancia adicional que influye sobre el comportamiento
de las personas, por ejemplo una persona que esta acostumbrada a tirar desechos de aluminio a la
calle, de pronto se da cuenta que le resulta más rentable juntarla y venderla para su reciclaje. Otros
aspectos que influyen en el comportamiento de las personas son los factores psicológicos como la
autoestima o la satisfacción de haber realizado una acción positiva.
Pero un incentivo económico tiene implicaciones más sobresalientes, ya que éstos representan
problemas microeconómicos y macroeconómicos. En el primer caso tiene que ver con el
comportamiento de los individuos o microempresas, firmas contaminadoras y firmas reguladoras de
impacto ambiental. En el caso macroeconómico se refiere a las reformas estructurales reflejadas en
un desarrollo del país visto como un todo. Estos dos aspectos resultan de vital importancia para
poder emitir políticas ambientales coherentes con la coyuntura económica.
Dentro de la problemática ambiental, surge uno de las mayores controversias, ¿quién debe pagar
los costos por incrementar la calidad ambiental?. En un principio se pensaría el que tira la basura,
debe recogerla; esto funcionaría si sólo hubiera dos personas en el mundo, pero la población se
incrementa día a día, por lo que hay que buscar soluciones que abarquen a esta latente demanda.
Pero la problemática no esta basada en la textualidad del cuestionamiento, sino en lo que no esta
escrito, en primer lugar se debería apostar a prevenir en vez de solucionar, a ganar en vez de pagar.
Las empresas pueden considerar pasar el costo al precio del producto, o en la baja de salarios de
sus empelados, o en traspasarlo a las utilidades de los accionistas, pero no se resolvería nada, se
pagaría permanentemente lo que no se deja de destruir. Una planeación estratégica que incluya el
cumplimiento a las leyes ambientales, a implementación de medidas correctoras, auditorías
ambientales permanentes y a una evaluación de impacto ambiental adecuada, serían costos iniciales
de una inversión cuyas utilidades no se verían mermadas.
Pero que sucede si el planteamiento es aún más complicado, y ponemos en visión las externalidades,
definidos como costos o beneficios de una transacción económica que recaen sobre gente que no
participa en la transacción, que son el resultado de la falta de derechos de propiedad. Es en 1960
cuando Ronald Coase , plantea lo que se conoce como elTeorema de Coase, es la proposición de
que si los derechos de propiedad existen y si los costos de las transacciones son bajos, las
transacciones privadas son eficientes. Esto aplica si los agentes que interviene son reducidos, pero
que sucede en la realidad, no es posible que todo los ciudadanos de un país se pongan a negociar
lo mejor sobre el Océano Pacífico.
Y es precisamente aquí donde el Estado puede intervenir mediante diversos mecanismos que
permitan regularizar un comportamiento sobre algo que carece de derechos de propiedad, uno es
los cargos por emisiones, permisos negociables (por medio de análisis de costo-beneficio) y los
impuestos.
GESTIÓN AMBIENTAL
Un aspecto adicional que debe estar contemplado dentro de la Gestión Ambiental, es la educación
ambiental, si se cuenta con una concientización desde la edad temprana, se podrá prevenir muchos
de los graves problemas ambientales que nos aquejan hoy en día.
Todas estas medidas e instrumentos tienen como único objetivo el Desarrollo sustentable, que se
refiere al uso adecuado de los recursos que permita la satisfacción de necesidades básicas
presentes de los habitantes, pero sin comprometer los recursos de generaciones futuras.
En este nuevo orden global es la planificación socio-económica de los recursos disponibles, la opción
para resolver los problemas que avanzan por las necesidades sociales (desigualdad para alcanzar
una calidad de vida por sobre los niveles de pobreza). Pues los problemas ambientales no están
acotados a las fronteras de cada país y por esto, es crucial en la determinación del desarrollo o el
atraso de una nación.
Actualmente son diversos organismos internacionales los que preocupados por buscar un
crecimiento económico con “calidad”, han estipulado dentro de sus reglamentos la creación de
comisiones u organizaciones especiales en el campo ambiental, algunos de estos organismos son
el GATT, la UNCTAD, el PNUMA y la OCDE.
La OMC próximo a realizar su reunión ministerial a partir del 10 al 14 de septiembre del 2003 en la
Ciudad de Cancún, Quintana Roo, México. Estableció en 1995 un Comité de Comercio y Medio
Ambiente, cuyo mandato figura en la Decisión de Ministerial de Marrakech. Pero es importante
recalcar, que si bien lo que se busca es un desarrollo sustentable, éste no puede surgir con la
finalidad de coartar las relaciones intersectoriales económicas, porque carecería de objetividad.
Cómo es el caso de transferencia de tecnología poco contaminante de países desarrollados a
subdesarrollados dependientes y atrasados.
El NAFTA es el primer tratado que incluyen un apartado amplio al tema del medio ambiente. Creando
el Acuerdo Paralelo de Cooperación Ambiental (NAAEC).
• Los países deben aplicar el acuerdo de manera compatible con la protección del medio ambiente
e impulsar el desarrollo sustentable.
• El reconocimiento de los convenios ambientales internacionales en el contexto de los acuerdos
comerciales.
• Ningún país puede reducir su nivel de protección ambiental con el fin de atraer inversiones.
• Un compromiso de los países de aplicar su legislación ambiental, y se contempla la posibilidad de
imponer multas en caso de que una de las partes falle persistentemente.
• Actitud flexible hacia la armonización de estándares.
• Cooperación ambiental en técnicas y estrategias para prevenir la contaminación, métodos para
cumplir y ejecutar las leyes, eco-etiquetado, auditorías ambientales, etc.
• Los países se comprometen a recurrir a mecanismos de solución establecidos en el Tratado para
controversias relativas a acuerdos ambientales y de conservación.
• Un alto grado de involucramiento de expertos externos en la solución de conflictos.
El tema del medio ambiente no tiene un formalidad en el MERCOSUR debido a que posee un
carácter comercial ; sin embargo, se han creado estancias como la Reunión Especializada de Medio
Ambiente (REMA) para incorporar el tema ambiental a las mesas de discusión.
La Unión Europea posee una legislación ambiental interna del bloque muy avanzada. Además, los
consumidores están altamente sensibilizados frente a la protección de la naturaleza y prefieren
consumir productos amistosos con el medio ambiente. Es por ello que surgen terminologías como el
método contingente para explicar la correlación de la demanda agregada con la calidad ambiental.
En APEC aparecen tratados en los temas asociados al medio ambiente que se relacionan con los
recursos naturales de que dispone la región, con un mayor interés los recursos marinos propios de
las economías miembros.
Es por este ámbito general que es necesario tomar en consideración la preservación y la mitigación
de impactos ambientales, teniendo una responsabilidad conjunta los diversos actores económicos
para buscar alcanzar ese desarrollo sustentable.
El medio ambiente debe ser un tema de discusión y de acuerdos encaminados a una gestión
ambiental acorde a la realidad económica, y no como una excusa para buscar implementar
proteccionismos y actos comerciales contrarios a la cooperación internacional.
Debemos tener en consideración que es una tarea de todos y no de algunos la planeación y ejecución
de programas ambientales, es por ello que la sociedad debe interesarse y participar en esta toma de
decisiones que al final los involucran como consumidores.
Una política ambiental debe ser discutida a la brevedad posible en un foro internacional y continuar
con los planes expuestos en la cumbre de Johannesburgo en Sudáfrica, sólo de esta manera los
países desarrollados y subdesarrollados verán una convergencia en el tema ambiental.
La reflexión y el cambio en las conductas de la sociedad, por medio de una educación ambiental
adecuada se vuelve necesaria e imprescindible para alcanzar los objetivos de una gestión ambiental.
Contenidos:
Economía y ambiente
Ambiente y conceptos asociados para la Gestión Ambiental
Evaluación del Impacto Ambiental
Marco legal e institucional de la evaluación del impacto ambiental
Intervención sobre el medio ambiente
Concepto y atributos del impacto ambiental
El ambiente y la previsibilidad de los cambios
El proyecto y sus efectos ambientales
Impactos y factores ambientales
Metodología general para la EIA
Economía y ambiente
Dado que prácticamente cualquier actividad económica puede tener algún costo ambiental, es
necesario hacer la diferencia entre el concepto de ambiente y de medio ambiente. Al hablar de
ambiente se hace referencia al todo, es decir el medio físico que permite la existencia de la vida
incluida la vida misma y todas sus relaciones económicas, políticas, sociales, culturales, etc. Pero
al hablar de medio ambiente generalmente se refiere a algo externo, y por tanto parcial y
fragmentario.
En vista de que evaluar no es solo describir, sino que implica realizar una valoración y validación,
entonces se puede concluir que existe una serie de implicaciones éticas al tratar de evaluar el
impacto ambiental. En otras palabras, los actos económicos no son neutrales éticamente. Este
problema ético-económico-ambiental se resume en una sola pregunta:
El mundo es finito y de él deben proveerse los recursos para satisfacer las necesidades y
deseos humanos y no humanos.
La economía se centra en cómo emplear distintos medios para lograr el sustento humano.
Aunque generalmente se dice que la economía tratar de determinar el uso adecuado de los
recursos para alcanzar fines ya dados, y en consecuencia sólo se ocupa de validar esos
medios y no los fines. Sin embargo, dada la finitud de los recursos disponibles es
necesario validar los fines también.
Desde cierta perspectiva las necesidades humanas no son ilimitadas, sino más bien los
deseos son ilimitados.
La división tradicional entre recursos renovables y no renovables ha ido perdiendo validez,
pues se ha observado como el aire, la tierra y el agua (tradicionalmente considerados
como recursos renovables) podrían ser de muy difícil renovación en muchos casos.
Al buscar satisfacer sus necesidades presentes el ser humano modifica el ambiente, con lo cual
podría comprometer las posibilidades de las generaciones futuras de poder satisfacer sus
necesidades. Esto se da principalmente cuando se provocan daños irreversibles a los recursos
disponibles actualmente, o bien cuando se reduce la disponibilidad futura de los mismos.
Además no existe garantía de que el avance científico sea capaz de neutralizar esos efectos en el
futuro. Conviene señalar los siguientes aspectos:
El ser humano es parte del ambiente y sus acciones no son neutrales, y tienen un impacto
tanto sobre las condiciones actuales de vida como sobre las futuras.
Sin duda el ser humano es un sujeto moral. El resto de los seres vivos son considerados
por algunos también como sujetos morales, mientras que otros difieren en este sentido.
Una posición aceptada puede ser el considerar la búsqueda de sustento y la satisfacción
de deseos razonables por parte del ser humano, sin importar las consecuencias sobre el
ambiente (que deberían ser las mínimas posibles) como una conducta éticamente válida.
Aunque es cierto que se ha dado un elevado desarrollo científico y tecnológico en los
siglos recientes, éste ha tenido un elevado costo ambiental y el beneficio de ese progreso
está restringido a una porción relativamente pequeña de la humanidad.
La actitud de las generaciones presentes hacia el ambiente con respecto a las
generaciones futuras puede ser analizada desde tres contextos posibles:
o Certeza: Cuando se conocen los efectos que generará cierta acción.
o Riesgo: El efecto sobre la naturaleza y las generaciones futuras se conoce solo en
términos de probabilidades.
o Incertidumbre: Se desconocen los efectos futuros de las decisiones presentes.
En cualquiera de los tres casos existe un debate ético sobre el privilegiar o no los derechos de las
generaciones futuras.
La evaluación del impacto ambiental requiere de alguna manera anticipar las consecuencias de
una acción y poder así buscar las alternativas que minimicen los efectos sobre el ambiente. Para
esto es necesaria una clara comprensión de distintos procesos tecnológicos, económicos y
sociales. En otras palabras la evaluación del impacto ambiental consiste en un método de estudio y
un proceso para identificar, predecir, interpretar y comunicar información relacionada con las
consecuencias de una acción sobre medio ambiente (ecosistemas y relaciones sociales).
Es necesario superar la visión de corto plazo que ha prevalecido por mucho tiempo y que ha
dejado de lado el impacto a largo plazo sobre el medio social y ecológico. Tampoco se debe
adoptar la posición totalmente opuesta de un conservacionismo que olvida las relaciones que el
deterioro ambiental tiene con la producción. Es imperativo diseñar un modelo de crecimiento de la
producción que garantice el costo de reposición de los recursos naturales, que privilegie los
sectores que satisfacen necesidades esenciales, que promueva tecnologías compatibles con los
objetivos del desarrollo sustentable, que impulse una industrialización con oportunidades a nivel
internacional, un uso racional de la energía y que incremente y emplee el potencial de los
ecosistemas naturales.
Uno de los principales problemas que se presentan al tratar de plantear estos objetivos en forma
operativa es el problema de la medición, pues tanto los indicadores económicos, como los sociales
y los ambientales no son comparables entre sí. Esto da como resultado que haya que plantear la
cuestión del desarrollo sostenible en tres planos diferentes: económico, social y físico. A su vez
este planteamiento da como resultado un proceso de transacciones entre actores sociales,
teniendo presente que el avance en una de las tres áreas tendrá costos en las otras.
Sistemas complejos. Las problemáticas ambientales funcionan como un sistema complejo, o sea
una totalidad organizada que se caracteriza por la confluencia de procesos de diversas índoles:
físicos, biológicos, productivos, tecnológicos, sociales y económicos, todos interrelacionados entre
sí. Todos estos elementos son muy heterogéneos y mutuamente dependientes, dando en
consecuencia la imposibilidad de analizar el sistema por la simple agregación de estudios
sectoriales sobre cada uno de sus componentes. Así una alteración en cualquiera de los elementos
del sistema afectará sus relaciones con todos los demás.
Los problemas ambientales son un síntoma, pueden aparecer lejos de su origen, lo cual implica
que las escalas de los problemas y sus soluciones puedan ser diferentes. Así es importante en las
evaluaciones de impacto ambiental la participación de todos los actores involucrados en alguna
manera en el asunto. Sin embargo la mayoría de las veces no se lleva a cabo una verdadera
participación social, sino que son los expertos quienes interpretan los intereses de esos mismos
actores. Poco a poco los procesos de evaluación ambiental han ido convirtiéndose en instrumentos
más participativos.
Es relevante el papel de los distintos actores en cada uno de estos escenarios: la comunidad, las
organizaciones y el gestor operando y actuando. La sustentabilidad de cualquier proyecto está
condicionada por las alianzas de poder, participación y las redes de acción social que se den a lo
largo de todo el proceso.
Una evaluación del impacto ambiental puede ser concebida como una comparación entre la
situación del ambiente dada una determinada intervención con la situación que se esperaría que se
dé sin esa intervención. La intervención puede ser de distintos tipos: urbana o rural, industrial o
agrícola, de gran, media o pequeña escala, etc.
Esta visión de la evaluación del impacto ambiental ha evolucionado a lo largo de las últimas
décadas, periodo en el que se han incorporado importantes conceptos: un enfoque
multidimensional, interdisciplinario y sistémico, una visión dinámica, el paradigma de la
incertidumbre, el desarrollo sustentable, la participación social, aspectos estratégicos, entre otros.
Algunas de las principales áreas de conocimiento que realizan un importante aporte en cuanto al
análisis de los problemas ambientales son:
• El estado actual. Se debe encontrar las causas que han llevado al paisaje actual y sobre el cual
se desea llevar a cabo algún determinado proyecto.
• Perspectivas futuras. Se buscar determinar las tendencias que pueden darse a futuro ya dado el
proyecto, esto a fin de minimizar su impacto ambiental adverso.
Tecnologías y escalas de diseño. Un aspecto esencial a considerar son los relacionados con el
diseño y la producción de distintos bienes y servicios, y su relación con el ambiente, tanto por su
uso de recursos naturales como por los desechos generados. La relación sociedad-naturaleza en
cuanto al uso de la tecnología y al diseño industrial puede ser vista desde distintas perspectivas
según su escala:
La concepción jurídica de la evaluación del impacto ambiental no se empieza a dar sino hasta los
años sesenta y setenta. Aparece primero en los Estados Unidos en la Nacional Enviroment Policy
Act, para luego ser adoptada por muchas otras naciones. En América Latina originalmente
consistía en un requisito para obtener créditos de organismos internacionales en la realización de
obras grandes. Más adelante se legisla en este sentido, siendo México el primer país
latinoamericana en avanzar en este campo.
• Criterios no discrecionales: En este caso existe una determinación legal previa, que puede
consistir en que las leyes indican las actividades que serán sometidas a la evaluación de impacto
ambiental (categorización por clasificación), o bien es necesaria una valoración inicial
(categorización por evaluación).
• Criterios discrecionales: Se somete a una valoración inicial sin que se cuente con criterios legales
previos para realizarla.
• Criterios temporales de sometimiento al procedimiento: No se realiza la evaluación por
determinado tiempo o viceversa.
Finalmente se emite el certificado de aptitud ambiental, que requiere ser renovado periódicamente
y además generalmente existen una serie de mecanismos de control y monitoreo posterior.
Se tiene entonces toda una interrelación, interacción y superposición de tres ámbitos distintos:
A través del tiempo se ha logrado desarrollar distintas alternativas tecnológicas, las cuales generan
efectos distintos en lo económico, social y ambiental. Así se tienen diferentes criterios para la
selección de alternativas tecnológicas (económicos, sociales, ambientales). Todas estas acciones
humanas no son neutrales, tienen algún efecto sobre el medio ambiente, de modo que es
necesario evaluar las consecuencias para el sistema natural y social de estas acciones
tecnológicas. Esto conlleva a hablar del desarrollo sostenible que pretende llevar a la práctica los
siguientes objetivos:
Así toda acción humana debe ser analizada teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
• La actividad humana debe adecuar sus acciones sobre los ecosistemas para minimizar los
efectos sobre sus fuerzas internas, buscando más bien su autorregulación y control.
• Para comprender la sinergia que los ecosistemas representan se debe comprender, al desplazar
el estado estacionario de un ecosistema, que sus relaciones internas y retroalimentación son
básicos para ese proceso sinérgico.
• El diseño y ejecución de un proyecto de desarrollo debe tomar en cuenta las características de
los ecosistemas que afecta, a fin de garantizar su permanencia.
• Los ecosistemas se encuentran estrechamente vinculados unos con otros y con todo el sistema
natural, de modo que las alteraciones en uno de ellos producirán un efecto de red, afectando así a
los demás.
• Los efectos de las actividades humanas sobre un ecosistema podrían ser detectadas mucho
tiempo después de haber ocurrido.
El Banco Mundial señala tres categorías de problemas ambientales que relacionan las causas con
la dimensión territorial:
Tal como se ha dicho, una acción humana repercute sobre otros componentes del sistema
ambiental, y por tanto se requiere:
Los dos primeros significan el respeto por las tasas de renovación de los recursos renovables y la
intensidad del uso de los recursos no renovables, y la capacidad de asimilación del ambiente. Esto
a su vez lleva a hablar de una coherencia de carácter ecológico, paisajístico, territorial, social e
institucional.
Concepto y atributos del impacto ambiental
La evaluación del impacto ambiental es una herramienta de gestión preventiva de las políticas
públicas lo cual implica la capacidad de establecer exigencias y responsabilidades relacionadas
con el ambiente tanto con respecto al mismo Estado y sus instituciones como con relación a los
distintos actores privados.
Al hablar de evaluación del impacto ambiental se tienen en cuenta los siguientes aspectos:
En este mismo sentido cabe resaltar que cualquier actividad humana debe ser analizada tomando
en cuenta los siguientes aspectos:
Los impactos ambientales pueden ser clasificados de diversas maneras. Las más importantes son:
Una de las etapas del diagnóstico consiste en establecer el área de influencia del proyecto:
• Area de influencia directa: Corresponde a un área delimitada por un radio cercano al proyecto,
sus actividades y la demanda primaria hacia el medio natural.
• Area de incidencia indirecta: Depende de diversos factores según el tipo de proyecto, el origen de
los insumos del proyecto, el destino de sus efluentes, emisiones, residuos, etc.
Inventario ambiental. El inventario ambiental debe realizar una descripción y una valoración del
ambiente en factores referentes a la población humana, fauna, flora, suelo, agua, aire, clima,
paisaje, ecosistemas, etc., antes de la operación del proyecto, detallando con precisión los posibles
factores afectados, entre otros datos relevantes. El inventario puede estar constituido por dos
partes:
• Fase descriptiva: En esta fase sólo se informa sobre los diferentes factores ambientales.
• Fase valorativa: Considera el valor de conservación de los factores ambientales estudiados en la
fase descriptiva y sus funciones tanto hacia adentro como hacia fuera del área de estudio.
El análisis está fuertemente ligado con la escala del proyecto, pues a menor escala se requerirá un
mayor detalle en el análisis de los factores implicados.
Precisiones en torno a los factores ambientales. Para poder trabajar con toda la información
necesaria es útil ordenar los distintos factores según su origen:
Aire
Clima
Medio abiótico
Geomorfología - suelo
Subsistema Físico Natural Agua
Vegetación
Medio biótico
Fauna
Medio perceptual Paisaje
Aspectos demográficos
Aspectos sociales
Subsistema socioeconómico
Aspectos económicos
Subsistema de núcleos e Infraestructura, servicios, equipamiento,
infraestructura estructura urbana
Valoración de factores ambientales. Luego de confeccionado el inventario es necesario conocer
su grado de conservación. Así los factores pueden clasificarse en:
La mayor parte de los proyectos, en su concepción original, no están diseñados teniendo en cuenta
los factores ambientales, lo cual significa que la realización de una evaluación del impacto
ambiental, preferiblemente antes de la realización del proyecto, permite su replanteamiento para
considerar este tipo de variables. En este sentido es necesario establecer con detalle la capacidad
de acogida de un territorio para que pueda ser desarrollado un proyecto en él. Con este fin es
necesario realizar un inventario del medio físico, biológico, social y económico del territorio, y de
esa manera determinar sus potencialidades y limitaciones.
Etapas del proyecto. Se puede hablar de tres etapas básicas de un proyecto, ya que es
importante determinar en cuál de ellas se da un mayor impacto:
Etapa Descripción
En ciertos proyectos el mayor impacto se da en esta fase, por
Construcción
ejemplo en la construcción de una carretera.
Este es el caso de un proyecto en el que el mayor impacto se da
Operación
durante su operación.
En esta otra situación el mayor efecto se da cuando el proyecto es
Abandono
abandonado, como lo es el caso de una central nuclear.
Tipología de proyectos y EIA. En forma general podrían distinguirse las siguientes clases de
proyectos y su respectiva evaluación del impacto ambiental:
Tipo de
Tipo de EIA
impacto
Consiste básicamente en una lista de revisión para
Informe de
ponderar cuantitativamente el impacto previsible del
Bajo Impacto
proyecto. Se aplica en aquellos casos en los que se
Ambiental
espera un bajo impacto.
Evaluación
En este tipo de EIA se identifica, caracteriza y valora
simplificada de
Medio en forma cualitativa el impacto ambiental, a través del
Impacto
empleo de escalas de puntuación. Se aplica en casos
ambiental
en los que se considera que habrá un impacto
ambiental medio.
Incluye los pasos descritos en los dos tipos anteriores
Evaluación
y además el proceso de identificación, cuantificación,
detallada del
Alto valoración, corrección de medidas y participación
impacto
pública. Se aplicaría en aquellos casos en los que se
ambiental
esperaría que el impacto de proyecto sea alto.
En general se espera que la evaluación del impacto ambiental sea capaz de:
1. Identificar los impactos ambientales negativos más importantes dentro del conjunto total de
posibles efectos que podría generar un proyecto
2. Comparar las distintas alternativas de proyecto dentro de la totalidad posible.
3. Señalar una serie de medidas de prevención y control que podrían ser implementadas
4. Proyectar los costos y beneficios económicos de llevar a cabo cada alternativa técnica y
ambientalmente factible, y sus consecuencias sobre el ambiente.
Las distintas actividades humanas se relacionan de distintos modos con los recursos naturales, ya
que éstos, sea en forma directa o indirecta, proveen:
• Materias primas.
• Energía.
• Sitios para disposición de residuos.
A continuación se mencionan algunos de los principales factores del sistema natural que se ven
afectados por las actividades antrópicas.
Sinergias positivas y negativas de los impactos. Al hablar de sinergia se refiere a que el efecto
final es mayor que la suma de los efectos generados por las acciones individualmente. Esto es
aplicable tanto para los efectos adversos sobre el ambiente como para aquellas acciones que
pretenden mitigar o compensar el deterioro. Se puede hablar entonces de sinergias positivas y
negativas.
Uno de los principales problemas de algunas metodologías es identificar este tipo de sinergias,
tanto positivas como negativas.
Existen diversas metodologías, y no hay una que sea universal. La decisión sobre la metodología
óptima es compleja, sin embargo deben tomarse a la hora de decidir los tres siguientes aspectos:
Se mencionarán ahora las principales metodologías de evaluación del impacto ambiental, las
cuales pueden ser agrupadas en dos grandes categorías: métodos de identificación de impactos y
métodos de evaluación de impactos.
Utilidad relativa
Selección
Métodos Descripción Descripción de Resumen y
Identificación
del medio actuación comunicación
de impactos
afectado de la del estudio
propuesta
Lista de
factores
ambientales
que podrían
Checklist o
ser afectados.
listas de Media Alta/baja Medio/alta Media
Pueden ser
chequeo
simples,
descriptivas,
escalonadas o
cuestionarios.
Establecen
relaciones
Diagramas
causales entre Alta
de flujo
los
componentes.
Identifican
Matrices factores
causa- potencialmente
Alta Baja Media/baja Alta/baja
efecto impactables
simples dadas ciertas
acciones.
Consiste en la
Cartografía superposición
ambiental de mapas
temáticos.
Métodos de evaluación de impactos:
Utilidad relativa
Métodos Descripción Identifi- Interpre- Predi- Comuni-
Detectar
Evaluar Réplica de
luces
cación tación cción cación riesgos resultados
rojas
Consiste en una
matriz que relaciona
las acciones de un
Matriz de
proyecto con los Alta Media Baja Baja Media/alta Media Baja
Leopold
elementos del medio
que pueden ser
afectados.
Establece una lista de
indicadores de
impacto relacionados
Sistema de con ecología,
Alta Alta Alta Baja/Media Media Nula Alta
Batelle contaminación
ambiental, aspectos
estéticos y aspectos
de interés humano.
Medio Ambiente
01.12.2014
9 minutos de lectura
Surge un nuevo problema dogmático que nada tiene que ver con la fe, pero si con
las actividades económicas de producción y de consumo que al mismo tiempo
inciden e impactan al medio ambiente.
En donde la omisión de una norma puede poner en riesgo todo un sistema natural
derivado de una actividad económica en donde no se puede responsabilizar de
manera directa a una persona o grupo de personas ya que dichas impactos
ambientales también se derivan de la ausencia de la norma. Es por eso la
importancia en la aplicación, desarrollo, e implementación de un dogmatismo
ambientalista que permita recobrar la confianza al considerar el marco legal y
normativo como verdadero y de aplicación estricta.
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Introducción
Impacto ambiental
Como podemos ver los antecedentes en nuestro país del tema de Evaluación de Impacto
Ambiental se puede decir que lleva aproximadamente cuarenta años de vigencia en
donde en su momento la Secretaria de Salubridad y Asistencia, se inclinaba por el
cuidado de la salud derivado de los cambios provocados al ambiente, en la era de los
ochentas el enfoque de la Ley Federal de Protección al Ambiente es de corte urbanista,
de los noventa a la fecha se enfoca hacia la cuestión ambiental, siendo más integral y
sustentado en la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, resaltando
la importancia del manejo de los recursos naturales mediante la plataforma de desarrollo
sustentable, que permitirá garantizar un medio ambiente más digno y sano para las
futuras generaciones.
Desde mi punto de vista la puedo definir como “La relación directa o indirecta del
hombre con su medio ambiente la cual reacciona modificando su estado natural”.
Dogmatismo
Este proviene del griego δόγμα que significó en su concepción filosófica, una
opinión fundada en principios, y de esta manera fueron usados durante mucho
tiempo los vocablos «dogma» o «dogmático». Serían dogmas aquellas supuestas
verdades aceptadas sin crítica o examen, y dogmáticos aquellos que las aceptan o
conminan a otros a su aceptación.
Dogmatismo Jurídico
Esto es mucho más complejo de lo que se piensa ya que por mínima que sea la
actividad o inversión económica desde un pequeño taller o tiendita hasta la
construcción de grandes centros comerciales, oficinas y casas habitación para
satisfacer una necesidad de producción o consumo. Indistintamente, de manera
gradual e invisiblemente se está impactando al medio ambiente, a la flora, la
fauna, el suelo, el aire así como a los organismos y seres vivos que en ella
habitan.
Conclusiones
El desarrollo económico de los países tiene una influencia importante sobre el medio ambiente. El
volumen de tráfico comercial contribuye de varias maneras a aumentar o paliar la contaminación, dos
impactos diferentes que dependen, entre otras cosas, de los ingresos del país en el que se
desarrolla la actividad económica.
23 de febrero de 2016
Un estudio realizado en 98 países del mundo analiza la relación entre tráfico comercial y contaminación. Los
autores indican que un aumento en la producción y comercialización de bienes supone también un
incremento en los índices de contaminación. Aun así, esta afirmación debe matizarse ya que no siempre
se puede aplicar de la misma manera a todos los países. El informe demuestra que, a pesar de que el
aumento en la producción y comercialización de bienes se concibe también como un incremento directo en la
contaminación, en algunos países desarrollados se puede revertir en efectos positivos. Por el contrario, los
países desarrollados sufren un empeoramiento de la calidad del entorno natural con un mayor del desarrollo
económico.
Cuanta más actividad económica se produzca, mayor será el consumo de energía y de servicios como
transporte, un hecho que implica más costes ambientales. Por lo tanto, el estudio concluye que un tráfico
comercial muy alto es más nocivo y tiene peores consecuencias en la calidad medio ambiental.
Asimismo, los países desarrollados que tienen altos ingresos, probablemente adaptan su producción a leyes,
normas y reglamentos que regulan la contaminación. En cambio, los estados en desarrollo no cuentan
con normas tan severas para la producción de sus bienes, por lo que la fabricación y comercialización de sus
productos deja peor huella en el medio ambiente que en los países ricos.
Cuando existe un tráfico comercial elevado en algún país, el consumo de energía también es cuantioso. Este
hecho puede suponer un aumento indiscriminado de la degradación medioambiental según un estudio
publicado en 2013 sobre “los efectos del desarrollo económico, el crecimiento económico, el consumo de
carbón y la apertura comercial sobre las emisiones de CO2 en Sudáfrica”. Esta investigación analiza la
evolución de todos estos conceptos correlacionados desde 1965 hasta 2008 y concluye que el crecimiento
económico va ligado de un aumento en el consumo de energía. En el caso de Sudáfrica el carbón es la
principal fuente de energía, una de las más contaminantes.
EFECTOS POSITIVOS
Aun así, el informe anterior indica que existen indicios para pensar que una mayor actividad económica
puede tener un impacto positivo en el medio ambiente. Para lograr un crecimiento económico sano y
limpio y mantener una buena relación con nuestro entorno, el crecimiento de los beneficios de la producción y
comercialización de productos deben ir acompañados de inversiones en constantes mejoras en todos los
procesos de la actividad comercial para reducir la contaminación al mínimo posible. Esto se traduce en apoyo
a la investigación, aplicación de las medidas apropiadas, desarrollo y adaptación de nuevas tecnologías para
la creación de industrias limpias, etc.
La investigación de contaminación y crecimiento económico realizada en Sudáfrica también añade que “un
mayor grado de apertura económica y financiera refuerza el marco institucional para la creación de
incentivos a las empresas para reducir las emisiones contaminantes”. Además, en el estudio subrayan
los efectos de las políticas económicas y políticas medioambientales, así como en el comportamiento
financiero de los países. “Un mayor grado de desarrollo del sistema financiero dedicado a apuntalar las
innovaciones tecnológicas y a aumentar el gasto en I+D+I en la conservación de energía se traduce en la
eficiencia energética y por lo tanto puede reducir las emisiones”, reflejan los autores.
Etiquetas crecimiento , medio ambiente , políticas económicas
Publicado por: David Gil Garcia
GESTION AMBIENTAL EN VENEZUELA
Esto se justifica porque nuestra situación ambiental se encuentra marcada por procesos
de deterioro y perturbación derivados de la aplicación de un modelo de desarrollo industrialista
y neoliberal basado en la dominación, la explotación y el desequilibrio.
ARTÍCULO 127.
Es un derecho y un deber de cada generación proteger y mantener el ambiente en beneficio de
sí misma y del mundo futuro. Toda persona tiene derecho individual y colectivamente a disfrutar
de una vida y de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado. El Estado protegerá
el ambiente, la diversidad biológica, los recursos genéticos, los procesos ecológicos, los
parques nacionales y monumentos naturales y demás áreas de especial importancia ecológica.
El genoma de los seres vivos no podrá ser patentado, y la ley que se refiera a los principios
bioéticos regulará la materia.
Es una obligación fundamental del Estado, con la activa participación de la sociedad, garantizar
que la población se desenvuelva en un ambiente libre de contaminación, en donde el aire, el
agua, los suelos, las costas, el clima, la capa de ozono, las especies vivas, sean especialmente
protegidos, de conformidad con la ley.
ARTÍCULO 128.
El Estado desarrollará una política de ordenación del territorio atendiendo a las realidades
ecológicas, geográficas, poblacionales, sociales, culturales, económicas, políticas, de acuerdo
con las premisas del desarrollo sustentable, que incluya la información, consulta y participación
ciudadana. Una ley orgánica desarrollará los principios y criterios para este ordenamiento.
ARTÍCULO 129.
Todas las actividades susceptibles de generar daños a los ecosistemas deben ser
previamente acompañadas de estudios de impacto ambiental y socio cultural. El Estado
impedirá la entrada al país de desechos tóxicos y peligrosos, así como la fabricación y uso de
armas nucleares, químicas y biológicas. Una ley especial regulará el uso, manejo, transporte y
almacenamiento de las sustancias tóxicas y peligrosas.
En los contratos que la República celebre con personas naturales o jurídicas, nacionales o
extranjeras, o en los permisos que se otorguen, que afecten los recursos naturales, se
considerará incluida aun cuando no estuviera expresa, la obligación de conservar el equilibrio
ecológico, de permitir el acceso a la tecnología y la transferencia de la misma en condiciones
mutuamente convenidas y de restablecer el ambiente a su estado natural si éste resultara
alterado, en los términos que fije la ley.
Ejemplo de lo que mencionamos, tenemos en Ley Orgánica del Ambiente (Gaceta Oficial Nº
5.833 Extraordinario del 22 de diciembre de 2006. Deroga la Gaceta Oficial N° 31.004 de fecha
16 de junio de 1976) que está estructurada en un amplio enfoque, con los siguientes títulos:
La novedosa Ley de Residuos y Desechos Solidos, Gaceta Oficial Número 38.068 de 18-11-
04, esta ley, en su Titulo I, Disposiciones Generales, Artículo 1. Establece que:
"La presente Ley tiene por objeto el establecimiento y aplicación de un régimen jurídico
a la producción y gestión responsable de los residuos y desechos sólidos, cuyo contenido
normativo y utilidad práctica deberá generar la reducción de los desperdicios al mínimo y evitara
situaciones de riesgo para la salud humana y calidad ambiental".
En el Articulo 5 y 6, esta ley menciona que el control y reducción de residuos y desechos como
POLITICA NACIONAL y que esta ley tiene un carácter de ORDEN PUBLICO e INTERES
SOCIAL
Crecimiento económico y
conservación del medio ambiente
15 enero, 2014 Juan Pérez Ventura Cultura y Sociedad 16
¿Para qué sirve una empresa que no crece económicamente? ¿Qué papel juega una región que no tiene
crecimiento económico? ¿Tiene éxito una persona que no gana cada vez un poco más de dinero? El sistema
económico predominante se basa en el crecimiento continuo, y esa idea ha conseguido traspasar los
ámbitos económico o político y se ha implantado en lo más profundo de las consciencias de las personas.
La gente vive convencida de que el crecimiento es sinónimo de éxito y de felicidad. Y, ¿quién no quiere
ser feliz?
La principal consecuencia del crecimiento económico continuo es la generación de una producción masiva
de bienes y servicios. Toda esa producción ha de ser consumida, por lo que el sistema ha desarrollado
estrategias muy efectivas para atar a las personas al consumo, que desde hace unas décadas también es
una actividad que se realiza continuamente.
Así, en el mundo actual nos encontramos con tres procesos que son continuos: el crecimiento, la
producción y el consumo. Para que se mantengan, cada uno de estos procesos depende de los otros. Por
ejemplo, sin producción no hay consumo, así como sin crecimiento no hay producción, o sin consumo no
hay producción.
La cuestión que debemos abordar es, ¿se pueden mantener continuamente estos procesos? ¿Podemos
consumir al ritmo actual durante las próximas décadas? ¿podremos seguir produciendo las cantidades de
hoy en día? Antes de contestar a estas preguntas, habría que recordar que vivimos en un planeta finito:
tiene límites. Aunque escuchando y leyendo a muchos economistas, políticos o empresarios, uno puede
pensar que no es así, lo cierto es que la Tierra no va a poder darnos petróleo o minerales toda la vida, y
que hay un número máximo de coches que pueden circular por nuestras ciudades, y un tope de humo que
nuestro aire puede soportar.
Está claro que, tal y como está diseñado el sistema, actualmente nadie se plantea dejar de crecer. El
desarrollo ha sido continuo durante siglos pasados y ha de seguir siéndolo en el futuro. El desarrollo nos
ha traído progreso y bienestar. Vivimos mejor que en la Edad Media y mejor que durante el S.XIX. Lo
curioso es que el modelo de crecimiento actual puede hacer que hoy vivamos mejor también que en el
futuro.
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Hemos hablado del crecimiento como forma de vida, es decir, del cómo vivimos. Ahora toca pensar en
algo que muchas veces se nos olvida: dónde vivimos. El cómo y el dónde están estrechamente relacionados,
dependen el uno del otro, y afectan el uno al otro.
El cómo hace referencia a las actividades o formas de actuar y el dónde señala el espacio físico donde
tienen lugar esas actividades. En el caso que nos ocupa, este espacio es la superficie terrestre, y el medio
ambiente como representación del escenario donde tienen lugar las actividades humanas.
Como hemos dicho, desde hace varias décadas las actividades humanas tienen que ver con fomentar el
desarrollo económico, y eso tiene un efecto concreto en el medio ambiente: lo transforma. Aunque no se
debe generalizar, lo cierto es que el paso del tiempo ha demostrado que el modelo económico vigente se
caracteriza por una explotación excesiva de los recursos naturales y por generar altos niveles de
contaminación al medio ambiente, por lo tanto el hombre transforma el medio de una manera negativa. Se
destruyen montañas para extraer minerales, se talan bosques para conseguir madera, se sobreexplotan los
acuíferos, se extinguen especies animales, se llena el aire de gases tóxicos…
Paradójicamente, estamos contaminando y dañando nuestro propio hogar. El medio ambiente es el lugar
donde vivimos. Si el medio ambiente está contaminado, nuestras vidas también. Por ello conviene divulgar
un mensaje que alimente la conciencia crítica de las personas, no ya solo por preservar el medio desde una
posición ecologista, sino para salvaguardar nuestro propio bienestar. Quizás transmitiendo esta idea, que
parte de una base egoísta, cada vez más gente se apunte a la idea de preservar el medio ambiente. Detener
el modelo de crecimiento para salvar un puñado de árboles o a unos animales no parece estar teniendo
mucho éxito entre la gente. Ha llegado la hora de aumentar el nivel de la amenaza: lo que está en juego es
nuestra propia existencia.
Cuando una fábrica vierte residuos tóxicos a un río no está contaminando únicamente el agua del río, sino
también a los peces, a las plantas y a los seres humanos que entran en contacto con él. Como aun no hemos
aprendido a fabricar agua, deberíamos tener cuidado a la hora de contaminar nuestras fuentes de este
recurso. Y de la misma manera ocurre con la madera, el aire, los minerales, las cosechas… etc. Nos
servimos del medio para sobrevivir. Contaminar el medio es una grave irresponsabilidad, y debido a que
el sistema de producción y de consumo actual es propicio a contaminar la naturaleza, es necesaria una
reflexión sobre cómo funciona el mundo hoy en día. Puede parecer una cavilación que no lleva a ninguna
parte, pero únicamente cuestionándonos el sistema establecido podemos llegar a cambiar las cosas.
El modelo de consumo actual es resultado de la evolución histórica del sistema de producción capitalista,
que como decía Marx se basa en la producción generalizada de mercancías. La sociedad de consumo
contemporánea nace con la llegada de la producción de masas fordista y con la puesta en práctica de las
políticas keynesianas tras la II Guerra Mundial, que permitieron un aumento del nivel de vida de la clase
trabajadora y de los sectores populares, así como su acceso al consumo de masas.
La propia lógica del sistema capitalista genera la creación artificial de necesidades de consumo, con el
objetivo de mantener un nivel de producción constante. Se crea la percepción de que necesitamos más
para vivir mejor y aparecen nuevos productos que se convierten en indispensables y que fomentan una
cultura del gasto permanente. De forma que la actual función del consumo no es cubrir necesidades, sino
satisfacer deseos. Y como tenemos muchos más deseos que necesidades, el sistema actual se caracteriza
por un alto nivel de consumo, que ha llegado a volverse patológico en la sociedad, y por ello hablamos de
consumismo.
ARTÍCULO RELACIONADO: La sociedad de consumo. Vivir es consumir (Juan Pérez Ventura,
Noviembre 2013)
El consumismo se mantiene gracias a dos procesos muy evidentes: poner a disposición del público una
serie de productos (vender) y hacerse con esos productos (comprar). En ambos casos el medio ambiente
resulta dañado. En el proceso de ‘vender’, el medio ambiente sufre con la cadena de producción que fabrica
los productos que se venden. Para poder vender un objeto primero hay que fabricarlo. Y fabricar, en el
mundo actual, significa explotar recursos y transformarlos, lo cual tiene un efecto directo sobre el medio
ambiente. Para fabricar un anillo y poder venderlo, primero hay que explotar la tierra en busca de minerales.
Por otro lado, el proceso de compra lleva asociado un inevitable proceso de desecho, pues nadie consume
un producto al 100%. Siempre se desecha algo. Todos estos desechos (masivos en un mundo consumista),
acaban en algún lugar del medio ambiente, contaminándolo casi siempre.
De esta forma el consumo afecta al medio directamente, por la generación de residuos derivados de los
bienes de consumo, e indirectamente, por los procesos de producción que explotan el medio.
¿Qué se puede hacer con estos residuos? Lo primero de todo, evitar generarlos. Mediante la prevención y
la concienciación podemos consumir productos que no generen residuos o que generen pocos. En el caso
de que sea imposible evitarlo, siempre es posible intentar la reutilización, es decir, procurar utilizar el
objeto o producto en cuestión para otros fines, o darlo a otra persona para que continúe dándole un uso. Si
tampoco se puede hacer esto, aun tenemos la opción del recliclaje. Y si no se pueden reciclar, podemos
hacer que esos residuos o desechos tengan un uso dándoles una valoración energética, es decir, que sirvan
para generar energía (principalmente quemándolos). Finalmente, si ninguna de estas opciones es posible,
lo único que podemos hacer con los residuos es echarlos al vertedero, donde seguramente provoquen un
daño al medio ambiente.
Como ya hemos dicho, el consumismo es una actividad que aumenta a la par que el crecimiento económico,
pero también está directamente relacionado con el aumento de un sector concreto de la sociedad: la clase
media, que son las personas que consumen.
En el año 2000, en el mundo más de 1500 millones de personas pertenecían a la clase media. En el 2012
ya eran 2000 millones, y en 2020 se espera que sean más de 3000 millones. Y 3000 millones de personas
consumiendo y gastando son muchas personas.
Aun así, el problema actual del deterioro ambiental debido a factores antrópicos no se justifica
principalmente por el hecho de que el planeta esté superpoblado, sino por las características de las
sociedades que lo pueblan. Es decir, el problema no es tanto por el ‘cuántos vivimos’, sino por ‘cómo
vivimos’. En el Paleolítico podríamos haber habitado el planeta 7.000 millones de personas, y no lo
habríamos contaminado ni perjudicado. Porque no importa tanto la cantidad como los modos de vida.
El modo de vida actual se basa en la competitividad y en el consumismo, dos hábitos que no favorecen
para nada la preservación del medio ambiente. Por un lado, la competitividad hace que las empresas
busquen enfermizamente la minimización de costes, y para ello explotan de manera descontrolada e
intensiva todos los recursos naturales y ponen en marcha prácticas inmorales y poco cuidadosas con el
entorno natural. Por otro lado, el consumismo afecta a las personas, que llegan a sufrir síntomas por la
necesidad de comprar cosas. Algunos autores ya hablan de hiperconsumismo en la sociedad occidental
actual. Y como hemos dicho, el consumismo provoca grandes cantidades de residuos (y por tanto,
contaminación) en el medio ambiente.
El modelo productivo
Directamente relacionado con el consumo en masa y el consumismo, el modelo de producción actual se
basa, precisamente, en una producción masiva. Pues el consumo en masa se mantiene únicamente gracias
a una producción en masa.
La producción en masa surgió a principios del S.XX de la mano de Frederick Taylor y Henry Ford, tal y
como hemos apuntado en el anterior apartado. Consiste en la obtención de grandes cantidades de productos
exactamente iguales y de forma continuada. Es decir: producir mucha cantidad y de forma continua.
La cadena productiva es el conjunto de operaciones necesarias para llevar a cabo la producción de un bien
o servicio, que ocurren de forma planificada, y producen un cambio o transformación de materiales u
objetos.
Pero el proceso de producción no sólo transforma las materias primas o los recursos, sino también el medio
ambiente, pues entra en contacto con él de dos formas: extrayendo recursos del medio para producir bienes
y generando residuos que se depositan en el medio para su desecho.
Algunos datos de producción nos dan una idea de las magnitudes que ha alcanzado este proceso. En 2013
se pusieron a la venta más de mil millones de smartphones en todo el mundo. En 2012 se fabricaron 84
millones de automóviles. En 2012 se produjeron 1500 millones de toneladas métricas de acero. El ritmo
de construcción de casas en Estados Unidos aumentó casi un 30% en Noviembre de 2013, alcanzando el
ritmo anual de 1,1 millones de viviendas.
Pero la generación de residuos y la contaminación no tienen únicamente que ver con la producción en
masa, pues esos procesos de producción sólo son posibles gracias a la energía.
El modelo energético
Cualquier sistema se mantiene con el suministro de energía. Para sostener y hacer posible los ritmos de
producción y consumo actuales, hoy en día nos apoyamos en las diferentes fuentes de energía que
disponemos. El crecimiento económico y el aumento de la producción y del consumo han ido
acompañados por un inevitable aumento de la demanda energética.
Hoy en día nos abastecemos principalmente de petróleo, carbón y gas. Fuentes de energía no renovables,
es decir, limitadas sobre la Tierra. Algún día (no muy lejano) se acabarán agotando. Aunque el modelo
económico actual, centrado en los beneficios, no se preocupa por el largo plazo y sigue consumiendo
petróleo por encima de sus posibilidades, lo cierto es que poco a poco otras fuentes de energías alternativas
y renovables se van haciendo un hueco en el suministro de energía, como la biomasa, la solar, la eólica o
los biocombustibles.
El petróleo supone un 37% de toda la energía consumida en el mundo. Uno de sus principales peligros
para la conservación del medio ambiente es la posibilidad de accidentes en los grandes petroleros que
cargan con este preciado combustible y que, de vez en cuando, se hunden en los océanos y mares
generando pérdidas ecológicas irreparables. El carbón, que genera el 25% de la energía consumida en el
planeta, también precisa de una extracción que daña al medio, pues hay que explotar minas e importantes
superficies de tierra para encontrarlo. El gas natural, que supone el 23% de la energía consumida en el
mundo, tiene una complicada extracción que produce la emisión de gases de efecto invernadero, que
contribuyen al calentamiento global del planeta. Estas tres son fuentes de energía con graves peligros y
daños medioambientales, y son precisamente las que más consumimos.
Existen otras, como la biomasa, que generan mucho menos daño ecológico. Este tipo de energía, basada
en la biomasa de la madera, residuos agrícolas y estiércol, continúa siendo una fuente principal de energía
en países poco industrializados. La energía hidroeléctrica también es limpia en cuanto a su generación y
emisión de residuos, así como la eólica o la solar, pero producen rechazo por los daños visuales y
medioambientales que producen la construcción de presas o parques eólicos. Finalmente los
biocombustibles parecen tener mucho futuro, pues son limpios y se pueden “cosechar”. Es decir, podemos
cultivar energía, en cierto modo. La principal crítica a este tipo de energía es que podemos llegar a sustituir
las extensiones de cosechas para la alimentación de la población por cosechas para la alimentación de
nuestros coches. El beneficio a toda costa.
Crecimiento infinito en un planeta finito
Según los economistas, un país necesita un crecimiento económico de entre el 1% y el 2% para crear
empleo. Este crecimiento hace referencia, entre otras cosas, al aumento de la producción de bienes y
servicios y al aumento del consumo de energía que un país tiene cada año. Es decir, crecer
económicamente significa producir más cada año y consumir más cada año que pasa.
Todos queremos tener un trabajo. Ante nuestras peticiones el sistema nos responde que, para generar
empleo, un país debe crecer. Así pues, el crecimiento económico ya no sólo es aceptado por la mayoría,
sino alabado y muy esperado.
La pregunta que es: ¿se puede crecer continuamente? ¿podemos producir cada año más bienes y servicios?
¿podemos consumir cada año más energía? ¿es sostenible en el tiempo este modelo de crecimiento
económico? Parece ser que sí, ya que el crecimiento económico es el mantra que repiten una y otra vez
los líderes mundiales y los grandes empresarios: hay que crecer, hay que ser más competitivos, hay que
producir más, consumir es signo de desarrollo socioeconómico…
En este sistema actual, basado en el crecimiento continuo, los economistas parecen no haberse dado cuenta
de que vivimos en un planeta finito. Un planeta que no podrá darnos madera continuamente, un planeta
del que no podremos extraer minerales al ritmo que queramos, un planeta que acabará saturado de
vertederos. Un planeta, en definitiva, que no está preparado para cubrir las necesidades que nos hemos
creado para vivir felizmente.
Muchas veces se nos dice que estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades económicas, pero
realmente estamos viviendo por encima de las posibilidades ecológicas.
A partir de las hipótesis de este autor se ha desarrollado la teoría de la Curva Ambiental de Kuznets, que
viene a representar cómo afecta el crecimiento de la economía al medio ambiente. Según esta teoría la
relación entre estas dos variables dibuja una ‘U invertida’, de forma que, conforme aumenta el crecimiento,
la degradación ambiental aumenta sólo hasta cierto punto, a partir del cual comienza a disminuir. Es decir,
llegado un momento de desarrollo económico, éste ya no afecta negativamente al medio ambiente.
Según los autores que apoyan esta teoría, el crecimiento económico no es una amenaza para el medio
ambiente en el largo plazo, sino el requisito para mejorar su calidad.
El desplazamiento que se hace desde el sector industrial al sector terciario en las economías desarrolladas
es sinónimo de una menor emisión de contaminantes, puesto que las actividades por excelencia intensivas
en consumo de energía y emisiones tóxicas son las industriales.
Los países tienden a usar menos materiales gracias al desarrollo económico, pero ésto sólo se puede
observar hoy en día en los más desarrollados. Por ejemplo Holanda o Dinamarca sí que muestran la curva
ambiental de Kuznets en su progreso socioeconómico: hoy son más ricos y contaminan menos que ayer.
Pero son casos muy concretos y aislados como para aplaudir el modelo de desarrollo.
El planeta Tierra es un sistema, compuesto por varios elementos, y no podemos analizarlo dejando a un
lado parte del problema: no todos los países tienen el nivel socioeconómico de Dinamarca. Mientras los
daneses disfrutan de un progreso técnico y de un aire limpio, cientos de millones de chinos se suben al
carro del desarrollo y, con ellos, aumenta la contaminación y el daño al medio ambiente global.
Debemos recordar que la mundialización ha hecho que vivamos en una auténtica Aldea Global, donde
todos somos vecinos. Las emisiones de unos países nos contaminan a todos.
Además el modelo de Kuznets parece olvidar otra realidad: en un mundo globalizado, si hay países que
pueden disfrutar de un desarrollo no perjudicial para el medio es porque los procesos de producción se
han trasladado a otros países, que son los que sufren las peores consecuencias del modelo de crecimiento
actual. Es decir, que en Holanda no haya fábricas contaminantes no quiere decir que hayan desaparecido:
ahora están en la India.
Debido a esta realidad, apoyada en procesos como la deslocalización empresarial, muchas veces da la
sensación de que los países menos desarrollados son los que más contaminan.
Pobreza y degradación del medio ambiente
Normalmente tendemos a relacionar la degradación del medio ambiente con la pobreza. Las imágenes de
ciudades como Lagos, Kinshasa, Manila o Bombay nos muestran grandes extensiones de asentamientos
informales, barriadas de slums, zonas industriales humeantes y contaminación de todo tipo: en el aire, en
el agua y en la tierra. Son grandes ciudades de países subdesarrollados o en proceso de desarrollo que se
han visto afectadas por el crecimiento económico, y que se caracterizan por ser hipertrofias urbanas, mal
gestionadas y muy contaminadas.
Cuando relacionamos la degradación del medio ambiente con la pobreza estamos cayendo en una
contradicción de fondo: la pobreza, por definición, no es nada contaminante ni degradante. Una situación
de pobreza no puede degradar el medio, pues la pobreza es la falta de medios para sobrevivir y la escasez
de recursos. Un pobre no contamina. No realiza ninguna actividad contaminante. Es pobre.
Lo que ocurre es que, en un contexto de globalización económica, las actividades económicas propias de
los espacios ricos y desarrollados se trasladan a los espacios periféricos y más pobres, de forma que la
contaminación y la degradación del medio tiene lugar en estos territorios históricamente pobres. El
concepto de “aldea global” sirve para comprender cómo, en un mundo globalizado, todos vivimos en el
mismo hogar. Las actividades de unos afectan a los demás, y nadie vive aislado del resto. Esta realidad
sirve para contestar el positivismo del Modelo de Kuznets, que parece olvidar que todos vivimos en la
misma casa, que es el planeta Tierra.
En este sentido, dejando claro que el pobre no contamina (porque no tiene nada con lo que degradar el
medio ambiente), cabe preguntarse por qué es en los espacios menos desarrollados y más pobres donde
más contaminación ambiental observamos. Esto ocurre por una razón muy sencilla. Simplificado al
máximo podríamos decir: El pobre no contamina, contamina el rico. El rico contamina en el país del pobre.
Si no viviéramos en un mundo globalizado económicamente, las regiones pobres serían las menos
contaminantes. En cambio, debido a los procesos de deslocalización y de subcontratación empresarial, las
actividades industriales más contaminantes se han trasladado a los espacios menos desarrollados. Los
países ricos no contaminan tanto como los pobres, pero es debido a que se valen de éstos últimos para
realizar las actividades de producción industrial.
Modelos alternativos
Ante esta realidad que nos ha tocado vivir, con un sistema económico que se basa el crecimiento en la
explotación incontrolada de los recursos y la producción que contamina el medio ambiente, debemos
preguntarnos: ¿es necesario el crecimiento económico?
Existen otros modelos económicos que no tienen como objetivo principal el crecimiento, lo cual no quiere
decir que no persigan el desarrollo. Por ejemplo, la economía del bien común antepone otros valores a los
económicos. Esta propuesta económica se basa en una serie de principios básicos que representan valores
humanos: confianza, honestidad, responsabilidad, cooperación, solidaridad y generosidad, entre otros.
Para los defensores de la economía del bien común, aquellas empresas que se guíen por esos principios y
cumplan esos valores deben obtener ventajas legales que les permitan sobrevivir, frente a los tradicionales
valores del lucro y la competencia.
En la economía actual, el éxito se mide con indicadores monetarios como el producto interior bruto o los
beneficios, valores que no tienen en cuenta a los seres humanos ni al medio en el que vivimos. Son
indicadores que no muestran si se respetan los derechos humanos, si existen dictaduras o si hay guerras.
Que una empresa tenga beneficios no nos indica nada sobre las condiciones laborales de sus trabajadores
ni sobre lo que produce o cómo lo produce.
Para ello, el balance del bien común mide cómo es realmente una empresa: la dignidad humana de sus
trabajadores, la solidaridad, la justicia social, la sostenibilidad ecológica, la democracia con todos sus
clientes y proveedores, si la empresa promueve la esclavitud infantil, si hay desigualdades entre hombres
y mujeres… etc.
El objetivo de la economía del bien común es analizar estas variables sociales y dejar de utilizar variables
económicas. El objetivo no es el crecimiento económico, sino el crecimiento justo. Finalmente, la
evaluación de las empresas permitirá al consumidor escoger entre los productos que prefiera comprar.
Por otro lado, encontramos un interesante modelo que se basa en la Teoría del Decrecimiento. El modelo
de decrecimiento es partidario de una disminución regular controlada de la producción económica, con el
objetivo de establecer una nueva relación de equilibrio entre el ser humano y la naturaleza. Rechaza el
objetivo de crecimiento económico neoliberal y el productivismo. Los partidarios del decrecimiento
proponen una disminución del consumo y la producción controlada y racional, permitiendo respetar el
clima, los ecosistemas y a los propios seres humanos. Esto se conseguiría aplicando una serie de principios
más adecuados a una situación de recursos limitados: escala reducida, relocalización, eficiencia,
cooperación, autoproducción, intercambio, durabilidad… etc.
Aunque el término ‘decrecimiento’ puede sonar negativo, lo cierto es que el crecimiento no siempre es
bueno. Como hemos dicho, vivimos en un planeta de recursos finitos, y no podemos mantener el
crecimiento indefinidamente. En realidad, es una obviedad que necesitamos cambiar de modelo. Nadie
niega que es imposible seguir con el modelo actual. A la larga destruiremos el medio. Y lo sabemos.
Quizás no queramos aceptarlo o prefiramos traspasar el problema a generaciones futuras. Pero el momento
llegará.
Por ello superar el modelo económico es cuestión de tiempo. Si queremos darnos prisa hay que empezar
a valorar seriamente las alternativas que se presentan. Tanto las teorías de decrecimiento como la casi
utópica Economía del Bien Común parecen ir creciendo en adeptos poco a poco. No son propuestas
alocadas, son modelos alternativos que merecen ser escuchados.
Aun así, un cambio en el modelo de crecimiento económico no ha de ser buscado únicamente en las
fábricas o en los despachos. El cambio tiene que ser mucho más profundo, y ha de afectar al interior de la
conciencia de cada persona.
Revista de Investigación
versión impresa ISSN 1010-2914
Revista de Investigación vol.33 no.67 Caracas ago. 2009
RESUMEN
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
MÉTODO
● Redacción del texto final: para lo cual se utilizan textos de carácter argumentativo-
expositivo. El uso de estos textos obedece a la naturaleza del análisis realizado el cual
se sustenta en su finalidad académica, así como en la utilización de los argumentos
encontrados a partir del análisis sistemático del corpus seleccionado para el desarrollo
del presente trabajo.
De manera conjunta con este avance en la EA, fueron declarados los Derechos
Ambientales en los artículos 127, 128 y 129 de la CRBV (1999), en los cuales se
establece que:
Además, señala:
Una ley orgánica desarrollará los principios y criterios para este ordenamiento.
En el artículo 129:
Todas las actividades susceptibles de generar daños a los ecosistemas deben ser
previamente acompañadas de estudios de impacto ambiental y sociocultural. El Estado
impedirá la entrada al país de desechos tóxicos y peligrosos, así como la fabricación y
uso de armas nucleares, químicas y biológicas. Una ley especial regulará el uso,
manejo, transporte y almacenamiento de las sustancias tóxicas y peligrosas. En los
contratos que la República celebre con personas naturales o jurídicas, nacionales o
extranjeras, o en los permisos que se otorguen, que afecten los recursos naturales, se
considerará incluida aun cuando no estuviere expresa, la obligación de conservar el
equilibrio ecológico, de permitir el acceso a la tecnología y la transferencia de la misma
en condiciones mutuamente convenidas y de restablecer el ambiente a su estado
natural si éste resultare alterado, en los términos que fije la ley.
Si bien es cierto que los elementos descritos en relación con la EA y los Derechos
Ambientales, constituyen un avance innegable en materia educativo-ambiental al ser
incorporados en el texto constitucional, los mismos requieren de la creación de una
infraestructura jurídica y administrativa que permita de manera progresiva generar los
espacios sociales para su operacionalización. Pues como lo señala (1993), esta puede
considerarse “ La Ley fundamental de la organización de un Estado” (p. 46) y por lo
tanto constituye “ Un conjunto de normas y costumbres bajo las cuales se desempeña
toda la vida del Estado” (p. 46).
En este sentido, Ramírez (op. cit), sostiene que la Constitución requiere de un conjunto
de normas que le permitan sino el logro, la búsqueda constante del cumplimiento de
los diferentes aspectos que en ella se señalan. Dicho sistema jurídico posee un orden
jerárquico, donde la Carta Magna constituye en sí misma, la supranorma, bajo la cual
debe ampararse todo ordenamiento jurídico, seguida por las leyes orgánicas, las leyes
especiales y los reglamentos.
En relación con la consideración del DS como referente para la EA (gráfico 3), el mismo
se caracteriza por constituir un cambio continuo, dirigido a promover el máximo
bienestar socio-ambiental, lo cual requiere de la generación de un espacio social, que
haga posible la creación de las condiciones necesarias para lograr una resignificación
de los valores, que permita la transición desde un modelo fundamentalmente
sustentado en el desarrollismo (entendido este como la producción de bienes a gran
escala, situación que genera un gran impacto ambiental sobre los sistemas físico-
naturales y socio-culturales que conforman el ambiente), hacia el desarrollo
sustentable, el cual busca el máximo bienestar social y la conservación de los recursos
naturales y el equilibrio ecológico, sin dejar de satisfacer las necesidades básicas de la
población, garantizando de esta manera la conservación de condiciones ambientales
favorables para el desarrollo de las futuras generaciones.
Al detallar el contenido del artículo anterior, puede observarse la relación que existe
entre el objeto de la EA declarado en el mismo y el concepto de la EA, presentado en
el artículo 3 de la LOA (2006). Sin embargo, se establece como elemento adicional en
el artículo 34, la alusión a la producción de alternativas de solución a los problemas
socio-ambientales como una evidencia de los conocimientos, actitudes, aptitudes
adquiridos por los ciudadanos.
En cuanto a los lineamientos para la EA, el artículo 35 de la LOA (op. cit), establece
cinco parámetros fundamentales, los cuales hacen referencia a:
Por su parte, el tercer lineamiento reviste particular importancia para la EA, porque
hace referencia directa al desarrollo de los procesos educativo-ambientales en los
ámbitos no formales, con lo cual se pretende propiciar oportunidades de formación
ciudadana y comunitaria, con miras a su incorporación en los procesos de gestión
ambiental compartida.
Al analizar el texto del artículo 74, puede observarse como se establecen en el mismo
las directrices en relación con la temática que deben incorporar los medios de
comunicación en su programación en cuanto a EA se refiere. En tal sentido la norma
jurídica en cuestión establece que estos aspectos deben hacer referencia a información
y conocimiento sobre las interrelaciones que se establecen entre los factores: (a)
desarrollo social; (b) desarrollo económico y (c) ambiente seguro, sano y
ecológicamente equilibrado.
Seguidamente se presenta en el cuadro 1, un cuadro resumen de los principales
elementos relacionados con la EA presentes en la LOA (op. cit).
El cuadro anterior presenta una síntesis de los aspectos referidos a la E. A, contenidos
en la LOA (2006), el cual ha sido incluido como corolario del análisis realizado con la
finalidad de proporcionar al lector una visión integrada de los elementos tratados en el
presente artículo.
A MANERA DE CONCLUSIÓN
Es así como, en este contexto, se inicia una revisión del sistema normativo del país con
la finalidad de operacionalizar los postulados constitucionales que entraron en vigencia
a partir de la promulgación de la Carta Magna en el año 1999. Como producto de esta
iniciativa se promulgó en el año 2006, la Ley Orgánica del Ambiente vigente, la cual
incluyó un amplio contenido ambiental, con implicaciones de interés para el desarrollo
de las actividades de EA, ya que en este documento legal, no sólo se asume de
manera explicita una definición de la misma, sino que se declaran su objeto y se
establecen lineamientos específicos para su administración.
Ciertamente falta mucho por hacer en materia ambiental, sin embargo los avances
alcanzados deben constituir un factor motivacional para el desarrollo de iniciativas
innovadoras dirigidas a difundir los principios de la EA a una mayor parte de la
población, con el fin de contribuir a la resignificación de los valores ambientales que
favorezcan una transición hacia el desarrollo sustentable en pro de la conservación de
las condiciones ambientales que permitan garantizar las condiciones requeridas para la
continuidad de la vida natural y humana en el planeta.
REFERENCIAS
1. Cassany, D. (1995). Describir el Escribir. Cómo se Aprende a escribir. 4ta
reimpresión. Barcelona: Paidos. [ Links ]
Crecimiento económico y
conservación del medio ambiente
15 enero, 2014 Juan Pérez Ventura Cultura y Sociedad 16
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En el mundo actual, tal y como entendemos la vida, el crecimiento económico es el único objetivo que
han de tener los países, sociedades, regiones, empresas o personas. No hay otro motivo por el que existir.
El crecimiento económico debe ser el camino para conseguir todo lo demás. Hoy en día, vivir es crecer.
¿Para qué sirve una empresa que no crece económicamente? ¿Qué papel juega una región que no tiene
crecimiento económico? ¿Tiene éxito una persona que no gana cada vez un poco más de dinero? El sistema
económico predominante se basa en el crecimiento continuo, y esa idea ha conseguido traspasar los
ámbitos económico o político y se ha implantado en lo más profundo de las consciencias de las personas.
La gente vive convencida de que el crecimiento es sinónimo de éxito y de felicidad. Y, ¿quién no quiere
ser feliz?
La principal consecuencia del crecimiento económico continuo es la generación de una producción masiva
de bienes y servicios. Toda esa producción ha de ser consumida, por lo que el sistema ha desarrollado
estrategias muy efectivas para atar a las personas al consumo, que desde hace unas décadas también es
una actividad que se realiza continuamente.
Así, en el mundo actual nos encontramos con tres procesos que son continuos: el crecimiento, la
producción y el consumo. Para que se mantengan, cada uno de estos procesos depende de los otros. Por
ejemplo, sin producción no hay consumo, así como sin crecimiento no hay producción, o sin consumo no
hay producción.
La cuestión que debemos abordar es, ¿se pueden mantener continuamente estos procesos? ¿Podemos
consumir al ritmo actual durante las próximas décadas? ¿podremos seguir produciendo las cantidades de
hoy en día? Antes de contestar a estas preguntas, habría que recordar que vivimos en un planeta finito:
tiene límites. Aunque escuchando y leyendo a muchos economistas, políticos o empresarios, uno puede
pensar que no es así, lo cierto es que la Tierra no va a poder darnos petróleo o minerales toda la vida, y
que hay un número máximo de coches que pueden circular por nuestras ciudades, y un tope de humo que
nuestro aire puede soportar.
Está claro que, tal y como está diseñado el sistema, actualmente nadie se plantea dejar de crecer. El
desarrollo ha sido continuo durante siglos pasados y ha de seguir siéndolo en el futuro. El desarrollo nos
ha traído progreso y bienestar. Vivimos mejor que en la Edad Media y mejor que durante el S.XIX. Lo
curioso es que el modelo de crecimiento actual puede hacer que hoy vivamos mejor también que en el
futuro.
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Hemos hablado del crecimiento como forma de vida, es decir, del cómo vivimos. Ahora toca pensar en
algo que muchas veces se nos olvida: dónde vivimos. El cómo y el dónde están estrechamente relacionados,
dependen el uno del otro, y afectan el uno al otro.
El cómo hace referencia a las actividades o formas de actuar y el dónde señala el espacio físico donde
tienen lugar esas actividades. En el caso que nos ocupa, este espacio es la superficie terrestre, y el medio
ambiente como representación del escenario donde tienen lugar las actividades humanas.
Como hemos dicho, desde hace varias décadas las actividades humanas tienen que ver con fomentar el
desarrollo económico, y eso tiene un efecto concreto en el medio ambiente: lo transforma. Aunque no se
debe generalizar, lo cierto es que el paso del tiempo ha demostrado que el modelo económico vigente se
caracteriza por una explotación excesiva de los recursos naturales y por generar altos niveles de
contaminación al medio ambiente, por lo tanto el hombre transforma el medio de una manera negativa. Se
destruyen montañas para extraer minerales, se talan bosques para conseguir madera, se sobreexplotan los
acuíferos, se extinguen especies animales, se llena el aire de gases tóxicos…
Paradójicamente, estamos contaminando y dañando nuestro propio hogar. El medio ambiente es el lugar
donde vivimos. Si el medio ambiente está contaminado, nuestras vidas también. Por ello conviene divulgar
un mensaje que alimente la conciencia crítica de las personas, no ya solo por preservar el medio desde una
posición ecologista, sino para salvaguardar nuestro propio bienestar. Quizás transmitiendo esta idea, que
parte de una base egoísta, cada vez más gente se apunte a la idea de preservar el medio ambiente. Detener
el modelo de crecimiento para salvar un puñado de árboles o a unos animales no parece estar teniendo
mucho éxito entre la gente. Ha llegado la hora de aumentar el nivel de la amenaza: lo que está en juego es
nuestra propia existencia.
Cuando una fábrica vierte residuos tóxicos a un río no está contaminando únicamente el agua del río, sino
también a los peces, a las plantas y a los seres humanos que entran en contacto con él. Como aun no hemos
aprendido a fabricar agua, deberíamos tener cuidado a la hora de contaminar nuestras fuentes de este
recurso. Y de la misma manera ocurre con la madera, el aire, los minerales, las cosechas… etc. Nos
servimos del medio para sobrevivir. Contaminar el medio es una grave irresponsabilidad, y debido a que
el sistema de producción y de consumo actual es propicio a contaminar la naturaleza, es necesaria una
reflexión sobre cómo funciona el mundo hoy en día. Puede parecer una cavilación que no lleva a ninguna
parte, pero únicamente cuestionándonos el sistema establecido podemos llegar a cambiar las cosas.
El modelo de consumo actual es resultado de la evolución histórica del sistema de producción capitalista,
que como decía Marx se basa en la producción generalizada de mercancías. La sociedad de consumo
contemporánea nace con la llegada de la producción de masas fordista y con la puesta en práctica de las
políticas keynesianas tras la II Guerra Mundial, que permitieron un aumento del nivel de vida de la clase
trabajadora y de los sectores populares, así como su acceso al consumo de masas.
La propia lógica del sistema capitalista genera la creación artificial de necesidades de consumo, con el
objetivo de mantener un nivel de producción constante. Se crea la percepción de que necesitamos más
para vivir mejor y aparecen nuevos productos que se convierten en indispensables y que fomentan una
cultura del gasto permanente. De forma que la actual función del consumo no es cubrir necesidades, sino
satisfacer deseos. Y como tenemos muchos más deseos que necesidades, el sistema actual se caracteriza
por un alto nivel de consumo, que ha llegado a volverse patológico en la sociedad, y por ello hablamos de
consumismo.
El consumismo se mantiene gracias a dos procesos muy evidentes: poner a disposición del público una
serie de productos (vender) y hacerse con esos productos (comprar). En ambos casos el medio ambiente
resulta dañado. En el proceso de ‘vender’, el medio ambiente sufre con la cadena de producción que fabrica
los productos que se venden. Para poder vender un objeto primero hay que fabricarlo. Y fabricar, en el
mundo actual, significa explotar recursos y transformarlos, lo cual tiene un efecto directo sobre el medio
ambiente. Para fabricar un anillo y poder venderlo, primero hay que explotar la tierra en busca de minerales.
Por otro lado, el proceso de compra lleva asociado un inevitable proceso de desecho, pues nadie consume
un producto al 100%. Siempre se desecha algo. Todos estos desechos (masivos en un mundo consumista),
acaban en algún lugar del medio ambiente, contaminándolo casi siempre.
De esta forma el consumo afecta al medio directamente, por la generación de residuos derivados de los
bienes de consumo, e indirectamente, por los procesos de producción que explotan el medio.
¿Qué se puede hacer con estos residuos? Lo primero de todo, evitar generarlos. Mediante la prevención y
la concienciación podemos consumir productos que no generen residuos o que generen pocos. En el caso
de que sea imposible evitarlo, siempre es posible intentar la reutilización, es decir, procurar utilizar el
objeto o producto en cuestión para otros fines, o darlo a otra persona para que continúe dándole un uso. Si
tampoco se puede hacer esto, aun tenemos la opción del recliclaje. Y si no se pueden reciclar, podemos
hacer que esos residuos o desechos tengan un uso dándoles una valoración energética, es decir, que sirvan
para generar energía (principalmente quemándolos). Finalmente, si ninguna de estas opciones es posible,
lo único que podemos hacer con los residuos es echarlos al vertedero, donde seguramente provoquen un
daño al medio ambiente.
Como ya hemos dicho, el consumismo es una actividad que aumenta a la par que el crecimiento económico,
pero también está directamente relacionado con el aumento de un sector concreto de la sociedad: la clase
media, que son las personas que consumen.
En el año 2000, en el mundo más de 1500 millones de personas pertenecían a la clase media. En el 2012
ya eran 2000 millones, y en 2020 se espera que sean más de 3000 millones. Y 3000 millones de personas
consumiendo y gastando son muchas personas.
Aun así, el problema actual del deterioro ambiental debido a factores antrópicos no se justifica
principalmente por el hecho de que el planeta esté superpoblado, sino por las características de las
sociedades que lo pueblan. Es decir, el problema no es tanto por el ‘cuántos vivimos’, sino por ‘cómo
vivimos’. En el Paleolítico podríamos haber habitado el planeta 7.000 millones de personas, y no lo
habríamos contaminado ni perjudicado. Porque no importa tanto la cantidad como los modos de vida.
El modo de vida actual se basa en la competitividad y en el consumismo, dos hábitos que no favorecen
para nada la preservación del medio ambiente. Por un lado, la competitividad hace que las empresas
busquen enfermizamente la minimización de costes, y para ello explotan de manera descontrolada e
intensiva todos los recursos naturales y ponen en marcha prácticas inmorales y poco cuidadosas con el
entorno natural. Por otro lado, el consumismo afecta a las personas, que llegan a sufrir síntomas por la
necesidad de comprar cosas. Algunos autores ya hablan de hiperconsumismo en la sociedad occidental
actual. Y como hemos dicho, el consumismo provoca grandes cantidades de residuos (y por tanto,
contaminación) en el medio ambiente.
El crecimiento, la competitividad y el consumismo son tres actividades que caracterizan el modo de
desarrollo de cualquier región o país hoy en día. Son motores del desarrollo económico, pero que al mismo
tiempo hipotecan el desarrollo de generaciones futuras contaminando y dañando gravemente el medio en
el que vivimos. ¿Será posible mantener los niveles de crecimiento del consumo durante muchos años?
El modelo productivo
Directamente relacionado con el consumo en masa y el consumismo, el modelo de producción actual se
basa, precisamente, en una producción masiva. Pues el consumo en masa se mantiene únicamente gracias
a una producción en masa.
La producción en masa surgió a principios del S.XX de la mano de Frederick Taylor y Henry Ford, tal y
como hemos apuntado en el anterior apartado. Consiste en la obtención de grandes cantidades de productos
exactamente iguales y de forma continuada. Es decir: producir mucha cantidad y de forma continua.
La cadena productiva es el conjunto de operaciones necesarias para llevar a cabo la producción de un bien
o servicio, que ocurren de forma planificada, y producen un cambio o transformación de materiales u
objetos.
Pero el proceso de producción no sólo transforma las materias primas o los recursos, sino también el medio
ambiente, pues entra en contacto con él de dos formas: extrayendo recursos del medio para producir bienes
y generando residuos que se depositan en el medio para su desecho.
Algunos datos de producción nos dan una idea de las magnitudes que ha alcanzado este proceso. En 2013
se pusieron a la venta más de mil millones de smartphones en todo el mundo. En 2012 se fabricaron 84
millones de automóviles. En 2012 se produjeron 1500 millones de toneladas métricas de acero. El ritmo
de construcción de casas en Estados Unidos aumentó casi un 30% en Noviembre de 2013, alcanzando el
ritmo anual de 1,1 millones de viviendas.
Pero la generación de residuos y la contaminación no tienen únicamente que ver con la producción en
masa, pues esos procesos de producción sólo son posibles gracias a la energía.
El modelo energético
Cualquier sistema se mantiene con el suministro de energía. Para sostener y hacer posible los ritmos de
producción y consumo actuales, hoy en día nos apoyamos en las diferentes fuentes de energía que
disponemos. El crecimiento económico y el aumento de la producción y del consumo han ido
acompañados por un inevitable aumento de la demanda energética.
Hoy en día nos abastecemos principalmente de petróleo, carbón y gas. Fuentes de energía no renovables,
es decir, limitadas sobre la Tierra. Algún día (no muy lejano) se acabarán agotando. Aunque el modelo
económico actual, centrado en los beneficios, no se preocupa por el largo plazo y sigue consumiendo
petróleo por encima de sus posibilidades, lo cierto es que poco a poco otras fuentes de energías alternativas
y renovables se van haciendo un hueco en el suministro de energía, como la biomasa, la solar, la eólica o
los biocombustibles.
El petróleo supone un 37% de toda la energía consumida en el mundo. Uno de sus principales peligros
para la conservación del medio ambiente es la posibilidad de accidentes en los grandes petroleros que
cargan con este preciado combustible y que, de vez en cuando, se hunden en los océanos y mares
generando pérdidas ecológicas irreparables. El carbón, que genera el 25% de la energía consumida en el
planeta, también precisa de una extracción que daña al medio, pues hay que explotar minas e importantes
superficies de tierra para encontrarlo. El gas natural, que supone el 23% de la energía consumida en el
mundo, tiene una complicada extracción que produce la emisión de gases de efecto invernadero, que
contribuyen al calentamiento global del planeta. Estas tres son fuentes de energía con graves peligros y
daños medioambientales, y son precisamente las que más consumimos.
Existen otras, como la biomasa, que generan mucho menos daño ecológico. Este tipo de energía, basada
en la biomasa de la madera, residuos agrícolas y estiércol, continúa siendo una fuente principal de energía
en países poco industrializados. La energía hidroeléctrica también es limpia en cuanto a su generación y
emisión de residuos, así como la eólica o la solar, pero producen rechazo por los daños visuales y
medioambientales que producen la construcción de presas o parques eólicos. Finalmente los
biocombustibles parecen tener mucho futuro, pues son limpios y se pueden “cosechar”. Es decir, podemos
cultivar energía, en cierto modo. La principal crítica a este tipo de energía es que podemos llegar a sustituir
las extensiones de cosechas para la alimentación de la población por cosechas para la alimentación de
nuestros coches. El beneficio a toda costa.
Crecimiento infinito en un planeta finito
Según los economistas, un país necesita un crecimiento económico de entre el 1% y el 2% para crear
empleo. Este crecimiento hace referencia, entre otras cosas, al aumento de la producción de bienes y
servicios y al aumento del consumo de energía que un país tiene cada año. Es decir, crecer
económicamente significa producir más cada año y consumir más cada año que pasa.
Todos queremos tener un trabajo. Ante nuestras peticiones el sistema nos responde que, para generar
empleo, un país debe crecer. Así pues, el crecimiento económico ya no sólo es aceptado por la mayoría,
sino alabado y muy esperado.
La pregunta que es: ¿se puede crecer continuamente? ¿podemos producir cada año más bienes y servicios?
¿podemos consumir cada año más energía? ¿es sostenible en el tiempo este modelo de crecimiento
económico? Parece ser que sí, ya que el crecimiento económico es el mantra que repiten una y otra vez
los líderes mundiales y los grandes empresarios: hay que crecer, hay que ser más competitivos, hay que
producir más, consumir es signo de desarrollo socioeconómico…
En este sistema actual, basado en el crecimiento continuo, los economistas parecen no haberse dado cuenta
de que vivimos en un planeta finito. Un planeta que no podrá darnos madera continuamente, un planeta
del que no podremos extraer minerales al ritmo que queramos, un planeta que acabará saturado de
vertederos. Un planeta, en definitiva, que no está preparado para cubrir las necesidades que nos hemos
creado para vivir felizmente.
Muchas veces se nos dice que estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades económicas, pero
realmente estamos viviendo por encima de las posibilidades ecológicas.
A partir de las hipótesis de este autor se ha desarrollado la teoría de la Curva Ambiental de Kuznets, que
viene a representar cómo afecta el crecimiento de la economía al medio ambiente. Según esta teoría la
relación entre estas dos variables dibuja una ‘U invertida’, de forma que, conforme aumenta el crecimiento,
la degradación ambiental aumenta sólo hasta cierto punto, a partir del cual comienza a disminuir. Es decir,
llegado un momento de desarrollo económico, éste ya no afecta negativamente al medio ambiente.
Según los autores que apoyan esta teoría, el crecimiento económico no es una amenaza para el medio
ambiente en el largo plazo, sino el requisito para mejorar su calidad.
El desplazamiento que se hace desde el sector industrial al sector terciario en las economías desarrolladas
es sinónimo de una menor emisión de contaminantes, puesto que las actividades por excelencia intensivas
en consumo de energía y emisiones tóxicas son las industriales.
Los países tienden a usar menos materiales gracias al desarrollo económico, pero ésto sólo se puede
observar hoy en día en los más desarrollados. Por ejemplo Holanda o Dinamarca sí que muestran la curva
ambiental de Kuznets en su progreso socioeconómico: hoy son más ricos y contaminan menos que ayer.
Pero son casos muy concretos y aislados como para aplaudir el modelo de desarrollo.
El planeta Tierra es un sistema, compuesto por varios elementos, y no podemos analizarlo dejando a un
lado parte del problema: no todos los países tienen el nivel socioeconómico de Dinamarca. Mientras los
daneses disfrutan de un progreso técnico y de un aire limpio, cientos de millones de chinos se suben al
carro del desarrollo y, con ellos, aumenta la contaminación y el daño al medio ambiente global.
Debemos recordar que la mundialización ha hecho que vivamos en una auténtica Aldea Global, donde
todos somos vecinos. Las emisiones de unos países nos contaminan a todos.
Además el modelo de Kuznets parece olvidar otra realidad: en un mundo globalizado, si hay países que
pueden disfrutar de un desarrollo no perjudicial para el medio es porque los procesos de producción se
han trasladado a otros países, que son los que sufren las peores consecuencias del modelo de crecimiento
actual. Es decir, que en Holanda no haya fábricas contaminantes no quiere decir que hayan desaparecido:
ahora están en la India.
Debido a esta realidad, apoyada en procesos como la deslocalización empresarial, muchas veces da la
sensación de que los países menos desarrollados son los que más contaminan.
Pobreza y degradación del medio ambiente
Normalmente tendemos a relacionar la degradación del medio ambiente con la pobreza. Las imágenes de
ciudades como Lagos, Kinshasa, Manila o Bombay nos muestran grandes extensiones de asentamientos
informales, barriadas de slums, zonas industriales humeantes y contaminación de todo tipo: en el aire, en
el agua y en la tierra. Son grandes ciudades de países subdesarrollados o en proceso de desarrollo que se
han visto afectadas por el crecimiento económico, y que se caracterizan por ser hipertrofias urbanas, mal
gestionadas y muy contaminadas.
Cuando relacionamos la degradación del medio ambiente con la pobreza estamos cayendo en una
contradicción de fondo: la pobreza, por definición, no es nada contaminante ni degradante. Una situación
de pobreza no puede degradar el medio, pues la pobreza es la falta de medios para sobrevivir y la escasez
de recursos. Un pobre no contamina. No realiza ninguna actividad contaminante. Es pobre.
Lo que ocurre es que, en un contexto de globalización económica, las actividades económicas propias de
los espacios ricos y desarrollados se trasladan a los espacios periféricos y más pobres, de forma que la
contaminación y la degradación del medio tiene lugar en estos territorios históricamente pobres. El
concepto de “aldea global” sirve para comprender cómo, en un mundo globalizado, todos vivimos en el
mismo hogar. Las actividades de unos afectan a los demás, y nadie vive aislado del resto. Esta realidad
sirve para contestar el positivismo del Modelo de Kuznets, que parece olvidar que todos vivimos en la
misma casa, que es el planeta Tierra.
En este sentido, dejando claro que el pobre no contamina (porque no tiene nada con lo que degradar el
medio ambiente), cabe preguntarse por qué es en los espacios menos desarrollados y más pobres donde
más contaminación ambiental observamos. Esto ocurre por una razón muy sencilla. Simplificado al
máximo podríamos decir: El pobre no contamina, contamina el rico. El rico contamina en el país del pobre.
Si no viviéramos en un mundo globalizado económicamente, las regiones pobres serían las menos
contaminantes. En cambio, debido a los procesos de deslocalización y de subcontratación empresarial, las
actividades industriales más contaminantes se han trasladado a los espacios menos desarrollados. Los
países ricos no contaminan tanto como los pobres, pero es debido a que se valen de éstos últimos para
realizar las actividades de producción industrial.
Modelos alternativos
Ante esta realidad que nos ha tocado vivir, con un sistema económico que se basa el crecimiento en la
explotación incontrolada de los recursos y la producción que contamina el medio ambiente, debemos
preguntarnos: ¿es necesario el crecimiento económico?
Existen otros modelos económicos que no tienen como objetivo principal el crecimiento, lo cual no quiere
decir que no persigan el desarrollo. Por ejemplo, la economía del bien común antepone otros valores a los
económicos. Esta propuesta económica se basa en una serie de principios básicos que representan valores
humanos: confianza, honestidad, responsabilidad, cooperación, solidaridad y generosidad, entre otros.
Para los defensores de la economía del bien común, aquellas empresas que se guíen por esos principios y
cumplan esos valores deben obtener ventajas legales que les permitan sobrevivir, frente a los tradicionales
valores del lucro y la competencia.
En la economía actual, el éxito se mide con indicadores monetarios como el producto interior bruto o los
beneficios, valores que no tienen en cuenta a los seres humanos ni al medio en el que vivimos. Son
indicadores que no muestran si se respetan los derechos humanos, si existen dictaduras o si hay guerras.
Que una empresa tenga beneficios no nos indica nada sobre las condiciones laborales de sus trabajadores
ni sobre lo que produce o cómo lo produce.
Para ello, el balance del bien común mide cómo es realmente una empresa: la dignidad humana de sus
trabajadores, la solidaridad, la justicia social, la sostenibilidad ecológica, la democracia con todos sus
clientes y proveedores, si la empresa promueve la esclavitud infantil, si hay desigualdades entre hombres
y mujeres… etc.
El objetivo de la economía del bien común es analizar estas variables sociales y dejar de utilizar variables
económicas. El objetivo no es el crecimiento económico, sino el crecimiento justo. Finalmente, la
evaluación de las empresas permitirá al consumidor escoger entre los productos que prefiera comprar.
Por otro lado, encontramos un interesante modelo que se basa en la Teoría del Decrecimiento. El modelo
de decrecimiento es partidario de una disminución regular controlada de la producción económica, con el
objetivo de establecer una nueva relación de equilibrio entre el ser humano y la naturaleza. Rechaza el
objetivo de crecimiento económico neoliberal y el productivismo. Los partidarios del decrecimiento
proponen una disminución del consumo y la producción controlada y racional, permitiendo respetar el
clima, los ecosistemas y a los propios seres humanos. Esto se conseguiría aplicando una serie de principios
más adecuados a una situación de recursos limitados: escala reducida, relocalización, eficiencia,
cooperación, autoproducción, intercambio, durabilidad… etc.
Aunque el término ‘decrecimiento’ puede sonar negativo, lo cierto es que el crecimiento no siempre es
bueno. Como hemos dicho, vivimos en un planeta de recursos finitos, y no podemos mantener el
crecimiento indefinidamente. En realidad, es una obviedad que necesitamos cambiar de modelo. Nadie
niega que es imposible seguir con el modelo actual. A la larga destruiremos el medio. Y lo sabemos.
Quizás no queramos aceptarlo o prefiramos traspasar el problema a generaciones futuras. Pero el momento
llegará.
Por ello superar el modelo económico es cuestión de tiempo. Si queremos darnos prisa hay que empezar
a valorar seriamente las alternativas que se presentan. Tanto las teorías de decrecimiento como la casi
utópica Economía del Bien Común parecen ir creciendo en adeptos poco a poco. No son propuestas
alocadas, son modelos alternativos que merecen ser escuchados.
Aun así, un cambio en el modelo de crecimiento económico no ha de ser buscado únicamente en las
fábricas o en los despachos. El cambio tiene que ser mucho más profundo, y ha de afectar al interior de la
conciencia de cada persona.